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Analisis de entrevista Caso Elizabeth

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Se puede deducir que la identidad de género en el caso de Elizabeth fue adquirida a través de la identificación tal como lo expone Mabel Burin en Género y familia. Poder, amor y sexualidad en la construcción de la subjetividad. Gracias a la identificación que la entrevistada ha generado con la madre y el rol de cuidadora, en los siguientes fragmentos se manifiesta claramente la apropiación del papel mujer/madre a manos de la mujer/hija.
Hay una muestra clara de esta identificación con la identidad de género al inicio del párrafo donde Elizabeth habla en plural del acercamiento que su madre y ella tuvieron con su hermano a raíz de la enfermedad, habla por ambas, ambas mujeres y ambas cuidadoras de él durante ese periodo, del padre no hay mención porque no tiene cabida en las tareas femeninas.
Se representa, de nuevo, la omnipresencia de la madre al señalar que “estaba en todos los momentos” sin embargo se refiere a ello en pasado puesto que para el momento en que la entrevistada relata esto, ya la ha vaciado de sentido tanto por su condición amnésica como por su aparente incapacidad de cumplir con su papel de cuidadora.
Paulatinamente, en el discurso, Elizabeth se va cargando de las funciones que cumple la madre, va ocupando su lugar desde que en ella se manifiesta la amnesia, dotandose de las tareas que antes le correspondía a la madre como el cuidado del hijo enfermo y ahora también de la mamá. El papel de la madre y el papel de cuidadora que ha pasado de la figura de mujer/hija a tomar simbólicamente el de mujer/madre y a la inversa, poniendo en el estatus de mujer/hija a la que anteriormente ocupaba el lugar de mujer/madre. 
La abnegación asociada con la figura de la madre hace que la entrevistada haga de lado sus propios deseos y emociones para cumplir apropiadamente el papel que ella misma se ha adjudicado. Existe una inhibición de sus emociones que no le permiten concretar el duelo por la pérdida de su hermano pero si le favorecen para llevar a cabo su conferido papel de mujer/madre/cuidadora rol que ocupa gracias al identidad de género haciéndose un lado para poder servir a los otros.
Otra de las características que dan parte del ideal de género es la culpa. Como se ha mencionado anteriormente en el texto, la culpa recae sobre el cuerpo de la mujer, mejor dicho sobre toda ella. La violencia y subordinación ejercida sobre lo femenino y desde lo femenino, se lleva a cabo desde el imaginario social instituido, que usa el ideal de género como dispositivo de poder para mantener el control de sus deseos, ideales, actitudes, emociones y así someter su cuerpo, en el caso de la entrevistada desde el amor y la deuda que se pone de la figura de la hija a la figura de la madre, que idealmente, para el patriarcado, todas deben ocupar tarde o temprano. Es una deuda generada socialmente por haber sido beneficiario de las funciones maternas que una mujer proporcionó y a su vez otra forma de control y dominación pues como ya se estipuló en ensayos anteriores es la madre la que nos educa e incorpora a la cultura patriarcal, una figura ideada para perpetuar la estructura social patriarcal.
La entrevistada menciona “…y de alguna forma pues estábamos los tres.” ¿Qué puede significar ese “de alguna forma”? Por lo anteriormente revisado podemos contestar que la identificación del yo en Elizabeth ha cambiado a una identificación más directa con el ideal de género establecido para la mujer/madre. Ha vaciado de sentido a la figura de su madre y únicamente menciona al padre dentro de la situación familiar posteriormente al deceso del hermano e hijo, este no es involucrado en el conflicto que la enfermedad ha causado pues como más adelante revisaremos su función e ideal de género se encuentra en otro lado, fuera del ámbito doméstico donde Elizabeth se ha colocado junto con su madre. En esencia siguen cumpliendo los mismos papeles, la estructura se mantiene pero simbólicamente las identificaciones han cambiado.
El ideal de género se encuentra tan introyectado que nos adherimos a él sin cuestionar el por qué, llenando los vacíos que han dejado otras mujeres a las que la estructura patriarcal dota y quita de sentido según su eficacia en los papeles desempeñados desde estos ideales, como sucede en lo relatado por la entrevistada.
“Entonces a partir -dee dee- ese momento en que nos enteramos que mi hermano tenía cáncer, este nos volvimos muy apegadas a mi hermano y entonces este sobre todo mi mamá porque pues ella estaba en todos los momentos y entonces mi mamá se volvió muy apegada a él, y entonces cuando falleció, no mentira, antes de que falleciera por lo mismo del estrés mi mama perdió la memoria y entonces, -este- al perder la memoria pues digamos que yo me tuve que hacer un poco más cargo de mi hermano y de mi mamá porque tenía que cuidar a los dos y ya […] fallece mi hermano y pues mi mamá se viene abajo, le da una depresión -yy- pues ahorita está saliendo de eso […]
“…cuando lo perdí pues si me vine abajo por lo mismo porque pues era mi compañero y este y entonces al perderlo pues si me, pues o sea no llegue como a la depresión, pero si, si me afecto pero pues sabía que me tenía que, tenía que salir adelante pues porque también depe… estaba mi mamá y estaba mi papá y de alguna forma pues estábamos los tres.
“[…]actualmente pues sí me duele, pero pues ya no es tanto como al principio, más porque pues tengo que ver por mi mamá y pues creo que, -mmhh-, a mi hermano no le hubiese gustado verme así entonces -este- pues trato de no, pues de no llorar y de cosas así. Y pues lo que hago pues, así como distraerme para que pues no me impacte tanto… emocionalmente.”

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