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Reporte de lectura_ El niño del espejo

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Reporte de lectura: El niño del espejo.
En la lectura del capítulo el trabajo psicoterapéutico, del libro El niño del espejo (1987), escrito por Françoise Dolto nos describe cómo es, en casi todos los casos, que se da el primer acercamiento con los pacientes más pequeños y con sus padres. Señala que la intranquilidad de los padres o la observación de algunas conductas “anormales” vistas por un profesor, son las detonantes para que, los padres, tomen la decisión de llevar a su hijo a algún tipo de tratamiento psicológico. El primer paso de este tratamiento es una entrevista, que en la mayoría de los casos sólo se da con la presencia de uno de los padres, después comienzan una serie de estudios médicos para determinar cuál es la salud física del niño, una vez obtenidos los resultados de este, se da paso a un examen psicológico en donde se ven reflejadas sus capacidades intelectuales y a través de test proyectivos se visualizan cuáles son los conflictos afectivos que presenta el pequeño paciente. Toda esta serie de exámenes y pláticas con los padres provoca en ellos una gran cantidad de dudas, comienzan a cuestionarse qué tan bueno o malo ha sido su desempeño como padres y qué tan útil sería la intervención de un especialista en el desarrollo psicológico de su hijo.
Cuando los padres deciden dejar de lado todas sus dudas y toman la decisión de buscar la ayuda de un psicoterapeuta o algún otro especialista dan pie al paso más importante, y del que depende el inicio o no del tratamiento; y en caso de ser iniciado también se conocerá cuál será el sentido que le otorgará tanto el niño como la familia de este; el primer encuentro con el analista, que inicia con una entrevista en la que, de preferencia, se encuentran ambos padres mientras el niño espera en una sala aparte para después hablar sólo con él.
Una vez iniciado el tratamiento con el niño el primer paso del analista es averiguar si el pequeño sabe por qué se encuentra ahí y posteriormente conocer cuál fue la reacción del pequeño después de informarle que tomaría el tratamiento, quiénes fueron las personas que se encargaron de darle toda esta información y cuál fue la respuesta del núcleo cercano del niño ante la noticia del tratamiento. Para Dolto la opinión de las personas con las que más conviva el niño representa un punto muy importante dentro del inicio del tratamiento, sobre todo para no arriesgarse a comentarios futuros en donde estas personas muestren su inconformidad ante el tratamiento o que se puedan prestar a poner en duda la decisión del niño a continuar con el tratamiento.
No siempre se da durante la primera entrevista, pero también es necesario que el analista averigüe lo más pronto posible algunas particularidades de la vida del niño, tales como: el embarazo, el parto, las primeras reacciones del niño, su influencia sobre los padres y en general cómo es el entorno en el que el pequeño se ha desarrollado a lo largo de su vida.
Se tiene que tener un conocimiento a profundidad de la vida del niño y se tienen que considerar todos los factores, por ello es importante que se integre de la manera más detallada posible todo lo referente a su alimentación; y los cambios que se han tenido en esta, higiene, sueño, digestión, quién o quiénes se hacen cargo del niño, cuáles son las normas de conducta que se le exigen y cuáles son los castigos que se le imponen en cuanto estas no se cumplen, influencia de cada padre en la educación de su hijo. La escuela es también uno de los escenarios más influyentes en la vida y desarrollo del niño y el analista tiene que conocer: quiénes son sus maestros, cómo se siente el niño con ellos, cuál es la opinión de los padres respecto a los profesores y a sus dinámicas de trabajo, cuáles son los conocimientos del niños en relación a la vida sexual, a qué integrante de la familia creen que el niño se parece, etc.
Después de esta gran lista de particulares que los padres otorgan al analista, Dolto, plantea que la ruta de esta primera entrevista es poner sobre la mesa dos preguntas de suma importancia en el desarrollo de este encuentro, la primera de ellas es: “¿Cuál debería ser el objetivo del tratamiento?” y aunque en su mayoría ninguno de los padres pueden responder esta pregunta siempre es importante hablar de ella. La segunda pregunta es “¿Qué debemos hacer ahora?” Para esta pregunta Dolto, ofrece una respuesta sencilla, clara y efectiva y es que “sigan siendo padres”, destaca que el psicoterapeuta tiene como objetivo liberar al niño de sus daños emocionales en relación a lo acontecido antes del tratamiento, esté olvidado o no y por lo tanto ellos tiene que seguir manteniendo la misma autoridad frente al niño y deben vivir con él de la manera más espontánea que puedan. 
Una vez finalizada la sesión con los padres debe continuar una sesión con el niño, en este punto lo primero que se debe hacer es preguntarle al pequeño si sabe las razones por las cuales está bajo tratamiento y si él acepta continuar con este. 
Ellos repiten lo que los adultos les dicen, hacia la razón del ¿por qué están aquí?, pero es importante saber lo que el niño/a piensa sobre tomar psicoterapia. Porque no por estar ahí, signifique que él quiera estar y hablar con una persona que no conoce. Lo que Dolto intenta, es establecer un espacio de confianza, dándole la oportunidad al infante de expresar su pensamiento, lo que cree bien o mal y de decidir por sí mismo si quiere continuar; nos dice que podemos encontrarnos con niños que en su respuesta ante ¿crees que necesitas ayuda? ellos dicen que deben “obedecer a sus papás”, ante ello se establecen tres sesiones aprueba para después volverle a preguntar y en caso de que su respuesta sea el no querer continuar, Dolto nos dice que se tiene que respetar y aplazar un tiempo el tratamiento directo con el niño/a, dando una cita a la madre (enfrente del niño/a) para poder hablar sobre lo que sucedió en ese tiempo, es una cita para hablar con los adultos, pero en la mayoría de los casos el infante cambia de opinión y regresa. Es importante tratar al niño, solo si el lo desea, si nos ponemos a reflexionar este fragmento del libro, hay padres que creen que sus hijos están enfermos y los llevan en contra de su voluntad o ni siquiera se le pregunta si quiere ir, en ocasiones les meten ideas sobre lo que tiene, haciéndole creer al niño que está enfermo y puede que no lo esté, puede que su comportamiento sea parte del desarrollo, pero los padres asuman que no es normal. Si un niño/a es traído sin el pedir esa ayuda o quererla, la psicoterapia no tendrá ningún fin. 
Hay “niños fóbicos”, estos son los que dependen de la presencia de su mamá o papá en la sesión y otros que como nos menciona Dolto dicen “No soy yo quien necesita tratamiento, es papá - o mamá-” estas ideas pueden ser o no de ellos; generalmente son de alguien cercano que se encuentra en desacuerdo de que sea llevado con un psicoterapeuta, ya sea un familiar o amistad de la familia, entre otros. 
Aunque fue parte de un caso específico, Dolto nos expresa que es importante y principal en el tratamiento escuchar y comprender junto con el infante que es lo que ocasiona su malestar. Esto por medio de sus palabras, dibujos, sueños o modelados (imitar comportamientos de otros). Dando por sentado delante de sus padres que todo lo que el platique o se realice, no será comentado con sus padres o quien sea la persona que esté pagando la sesión, se quedará en “secreto profesional”; para que el tratamiento vaya más rápido y sea eficiente; los padres no deberan preguntarle sobre lo que habló en el consultorio con la psicoterapeuta, pero el infante es libre de decirles lo que dijo si así lo desea. 
Puntos importantes de las sesiones de tratamiento:
· El contenido de las sesiones y el tratamiento varía con cada niño, ya sea por su edad, comportamientos o los problemas que padece. 
· Su gravedad dependerá de la antigüedad de las dificultades emocionales dadas en la primera infancia. 
· En algunos casos nos podemos encontrar con trastornos que aparecieron despuésde los 7 años, estos podrían ser benignos, aunque hay casos donde al no ser tratados a tiempo se pueden convertir en base de neurosis tardías graves. 
· El material utilizado por el psicoterapeuta puede ser colores, pintura, cubos, títeres, modelados, objetos cotidianos, entre otros.
· Las intervenciones que haga el terapeuta deben ser para posibilitar la expresión más acabada, es decir que tenga relación con las dificultades emocionales o los conflictos del infante, ya sea de sí mismo o con su entorno.

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