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abertura superior de la pelvis o estrecho superior de la pelvis. La región perineal es la parte del tronco situada entre los muslos y la región glútea, que se extiende desde el pubis hasta el cóccix. El periné es un compartimento superficial que se sitúa profundo a esta área e inferior al diafragma pélvico. PELVIS El límite superior de la cavidad pélvica es la abertura superior de la pelvis o estrecho superior de la pelvis (figs. 6-1 y 6-2). La pelvis está limitada inferiormente por la abertura inferior de la pelvis (estrecho inferior de la pelvis), que está limitada, anteriormente, por la sínfisis del pubis y, posteriormente, por el cóccix. La abertura superior de la pelvis está limitada por la línea terminal de la pelvis, que está formada por: El borde superior de la sínfisis del pubis, anteriormente. El borde posterior de la cresta del pubis. El pecten del pubis, la continuación de la rama superior del pubis, que forma un borde afilado. La línea arqueada del ilion. El borde anterior del ala del sacro. El promontorio del sacro. La abertura inferior de la pelvis está limitada por: El borde inferior de la sínfisis del pubis, anteriormente. Las ramas del pubis y las tuberosidades isquiáticas, anterolateralmente. Los ligamentos sacrotuberosos, posterolateralmente (figura 6-3 B). Punta del cóccix, posteriormente. Cintura pélvica La cintura pélvica es un anillo óseo, en forma de cuenco, que conecta la columna vertebral con los fémures, en los muslos. Las funciones principales de la fuerte cintura pélvica son: 1) transferir el peso de la parte superior del cuerpo desde el esqueleto axial hasta los miembros inferiores durante la bipedestación y la marcha; 2) resistir la compresión y otras fuerzas producidas por el sostén del peso corporal, y 3) albergar y proteger la vísceras pélvicas (incluyendo el útero gestante). En los individuos maduros, la pelvis ósea está formada por tres huesos (fig. 6-2; tabla 6-1): Los huesos coxales derecho e izquierdo. Forman la cintura pélvica o cíngulo pélvico. Son dos huesos grandes, de forma irregular, cada uno de 662 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org los cuales se forma, en la pubertad, por la fusión de tres huesos: el ilion, el isquion y el pubis. Pertenece al esqueleto axial. El sacro. Está formado por la fusión de cinco vértebras sacras, separadas inicialmente. El cóccix. Hueso irregular formado por la fusión de tres a cinco vértebras rudimentarias. Pertenece al esqueleto axial. Los huesos coxales se unen por medio de la sínfisis del pubis, anteriormente, y con el sacro a través de las articulaciones sacroilíacas, posteriormente, para formar un anillo óseo, la cintura pélvica. El ilion es la parte superior, aplanada y en forma de abanico, del hueso coxal (fig. 6-2). El ala del ilion corresponde a la tela del abanico, y el cuerpo del ilion a su pie. El cuerpo del ilion forma la parte superior del acetábulo, la depresión en forma de copa en la cara externa del coxal con la que se articula la cabeza del fémur. La cresta ilíaca, el borde del ilion, presenta una curva que sigue el contorno del ala entre las espinas ilíacas anterior superior y posterior superior. La porción anterior cóncava del ala forma la fosa ilíaca. 663 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 6-2. Pelvis ósea. A) Pelvis articulada. B) Hueso coxal de un niño. C) Hueso coxal derecho de un adulto. Obsérvese que, en la posición anatómica, la espina ilíaca anterior superior y la cara anterior del pubis se encuentran en el mismo plano vertical. El isquion tiene un cuerpo y una rama. El cuerpo del isquion forma la porción posterior del acetábulo, y la rama forma parte del límite inferior del foramen (agujero) obturado. La gran protuberancia posteroinferior del isquion es la tuberosidad isquiática (fig. 6-2). La pequeña proyección puntiaguda posterior, cercana a la unión de la rama y el cuerpo, es la espina isquiática. El pubis es un hueso angulado que consta de una rama superior del pubis, la cual constituye la porción anterior del acetábulo, y una rama inferior del pubis, incluida en el límite inferior del foramen obturado. La rama superior del pubis tiene una cresta oblicua, el pecten del pubis (cresta pectínea), en su cara superior. En la parte anterior del cuerpo del pubis 664 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org existe un engrosamiento, la cresta del pubis, que termina lateralmente como un abultamiento, el tubérculo del pubis o espina púbica (fig. 6-3 A). El arco del pubis está formado por las ramas isquiopubianas (ramas inferiores del pubis y del isquion unidas) de ambos lados. Estas ramas se unen en la sínfisis del pubis, y sus bordes inferiores definen el ángulo subpubiano (distancia entre las tuberosidades isquiáticas derecha e izquierda), que puede medirse de forma aproximada por el ángulo que forman los dedos medio e índice para el hombre y el ángulo entre los dedos índice y pulgar totalmente extendidos para la mujer (fig. 6-4). FIGURA 6-3. Ligamentos de la pelvis. 665 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org La pelvis ósea está dividida en pelvis mayor (falsa) y pelvis menor (verdadera) por el plano oblicuo de la abertura superior de la pelvis o estrecho superior de la pelvis (figs. 6-1 y 6-2). La pelvis mayor: Se encuentra superior a la abertura superior de la pelvis. Está limitada por la pared abdominal anteriormente, por las alas de cada ilion lateralmente y por las vértebras L5 y S1 de forma posterior. Es el lugar de localización de algunas vísceras abdominales, como el colon sigmoideo y algunas asas del íleon. La pelvis menor: Se localiza entre las aberturas superior e inferior de la pelvis (fig. 6-3 B). Es el lugar de localización de las vísceras pélvicas, la vejiga urinaria y órganos de la reproducción, como el útero y los ovarios. Está limitada por las caras pélvicas de los huesos coxales, el sacro y el cóccix. Está limitada inferiormente por el diafragma musculofascial pélvico (elevador del anoy coccígeo; v. tabla 6-2 y fig. 6-1 B). 666 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 6-4. Comparación de las cinturas pélvicas masculina y femenina. TABLA 6-1. COMPARACIÓN DE LAS CINTURAS PÉLVICAS MASCULINA Y FEMENINA Pélvis ósea Hombre (♂) Mujer (♀) Estructura general Gruesa y pesada Delgada y ligera Pelvis mayor Profunda Poco profunda Pelvis menor Estrecha y profunda Ancha y poco profunda Abertura (estrecho) superior de la pelvis Forma de corazón Oval o redondeada Abertura (estrecho) inferior de la pelvis Comparativamente pequeña Comparativamente grande Arco del pubis y ángulo subpubiano Estrecho (< 70°) Ancho (> 80°) Foramen obturado Redondo Oval Acetábulo Grande Pequeño C U A D R O C L Í N I C O Diferencias sexuales en las pelvis óseas Las pelvis óseas masculina y femenina difieren en varios aspectos (fig. 6-4; tabla 6-1). Estas diferencias sexuales están relacionadas, sobre todo, con el mayor peso y la mayor masa muscular del hombre y con la adaptación de la pelvis para el parto, particularmente la pelvis menor, en la mujer. Por lo tanto, la pelvis masculina es más pesada y gruesa que la pelvis femenina y generalmente presenta detalles óseos más prominentes. Por el contrario, la pelvis femenina es más ancha y menos profunda, y cuenta con aberturas (estrechos) superior e inferior de mayor tamaño. La forma y el tamaño de la abertura superior de la pelvis (y de la línea terminal) son importantes porque, a través de esta abertura, la cabeza del feto entrará en la pelvis menor durante el parto. Para determinar la capacidad de la pelvis para el parto, se determinan los diámetros de la pelvis menor durante una exploración pélvica o técnicas por la imagen. El diámetro anteroposterior mínimo de la pelvis menor, el conjugado verdadero (obstétrico), desde el centro del promontorio del sacro hasta la cara posterior (punto más cercano) de la sínfisis del pubis, es la distancia 667 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org fija más estrecha a través de la cual tendráque pasar la cabeza del niño durante el parto vaginal. Sin embargo, esta distancia no puede medirse directamente durante la exploración pélvica. Por ello, se mide el conjugado diagonal palpando el promontorio del sacro con la punta del dedo medio, utilizando la otra mano para marcar el nivel del borde inferior de la sínfisis del pubis en la mano del examinador. Al retirar la mano, se mide la distancia entre la punta del dedo índice (1,5 cm más corto que el dedo medio) y el nivel marcado en la sínfisis del pubis para calcular el conjugado verdadero (obstétrico), que debería ser de 11 cm o mayor, restando 1,5 cm al diámetro conjugado diagonal. Fracturas de la pelvis Las fracturas de la pelvis pueden estar provocadas por traumatismos directos sobre los huesos de la pelvis, como sucede en un accidente de automóvil, o por fuerzas transmitidas a estos huesos desde los miembros inferiores, en las caídas sobre los pies. Las fracturas pélvicas pueden lesionar tejidos blandos, vasos sanguíneos, nervios y órganos pélvicos. Articulaciones y ligamentos de la cintura pélvica Las principales articulaciones de la pelvis son las articulaciones sacroilíacas y la sínfisis del pubis, que unen el esqueleto del tronco con el de los miembros inferiores (fig. 6-2 A). Las articulaciones lumbosacra y sacrococcígea están directamente relacionadas con la cintura pélvica. Unos ligamentos fuertes sujetan y refuerzan estas articulaciones (fig. 6-3). ARTICULACIONES SACROILÍACAS Las articulaciones sacroilíacas son articulaciones complejas, fuertes, que soportan peso, que constan de una articulación sinovial anterior (entre las caras auriculares del sacro y el ilion, cubiertas por cartílago articular) y una sindesmosis posterior (entre las tuberosidades de los mismos huesos) (figs. 6-2 C y 6-5). Las superficies articulares (caras auriculares) de la articulación sinovial presentan elevaciones y depresiones, irregulares aunque congruentes, que encajan entre sí. Las articulaciones sacroilíacas difieren de la mayor parte de las articulaciones sinoviales en que permiten una movilidad limitada, una consecuencia de su función de transmisión del peso de la mayor parte del cuerpo hacia los huesos coxales. El sacro está encajado entre los huesos ilíacos, y firmemente unido a ellos por los ligamentos sacroilíacos posteriores e interóseos. Los delgados ligamentos sacroilíacos anteriores forman la parte anterior de la membrana fibrosa de la articulación sinovial. Los ligamentos sacroilíacos interóseos ocupan un área de aproximadamente 10 cm2 cada uno, y son las principales estructuras que intervienen en la transferencia del peso de la parte superior del cuerpo, desde el esqueleto axial a los dos iliones y, luego, a los fémures, 668 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org durante la bipedestación, y a las tuberosidades isquiáticas, durante la sedestación. Los ligamentos sacroilíacos posteriores son prolongaciones posteriores externas de los ligamentos sacroilíacos interóseos. Generalmente, el movimiento está limitado a ligeros movimientos de deslizamiento y de rotación, salvo cuando están sometidas a una fuerza considerable, como sucede tras un salto desde una altura elevada o durante las últimas etapas del embarazo (v. el siguiente cuadro clínico). En este caso, el peso del cuerpo es transmitido a través del sacro anteriormente al eje de rotación, lo que tiende a empujar a la parte superior del sacro inferiormente, y esto hace que la parte inferior del sacro rote de manera superior. Esta tendencia es resistida por los fuertes ligamentos sacrotuberoso y sacroespinoso (fig. 6-3). Estos ligamentos solo permiten un movimiento ascendente limitado del extremo inferior del sacro, lo que proporciona elasticidad a la región sacroilíaca cuando la columna vertebral soporta aumentos de peso repentinos (fig. 6-5 C). SÍNFISIS DEL PUBIS La sínfisis del pubis es una articulación cartilaginosa secundaria, que está formada por la unión de los cuerpos de ambos pubis en el plano medio (figs. 6-3 y 6-5 D). Generalmente, el disco interpúbico fibrocartilaginoso es más ancho en la mujer que en el hombre. Los ligamentos que unen ambos pubis están engrosados superior e inferiormente para formar el ligamento superior del pubis y el ligamento inferior del pubis (arqueado del pubis). Las fibras decusadas de las inserciones tendinosas de los músculos recto del abdomen y oblicuo externo del abdomen también refuerzan, anteriormente, la sínfisis del pubis. 669 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 6-5. Articulaciones sacroilíacas y ligamentos. A) Mitad posterior de la sección coronal de la pelvis. B) Superficies articulares de la articulación sacroilíaca. C) Función de los ligamentos sacrotuberoso y sacroespinoso en la resistencia a la rotación anterior de la pelvis. D) Sínfisis del pubis. ARTICULACIONES LUMBOSACRAS La vértebra L5 y el sacro se articulan anteriormente mediante la articulación 670 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org intervertebral anterior, formada por el disco intervertebral (IV) L5-S1 situado entre sus cuerpos (v. fig. 6-3 A) y las dos articulaciones cigapofisarias entre los procesos articulares de estos huesos (v. fig. 6-3 B). Las caras articulares superiores del sacro están orientadas posteriormente y encajan con las caras articulares inferiores de la vértebra L5, que se orientan anterolateralmente, con lo cual se evita que L5 se deslice anteriormente. Los ligamentos iliolumbares unen los procesos transversos de L5 a ambos iliones. ARTICULACIÓN SACROCOCCÍGEA La articulación sacrococcígea es una articulación cartilaginosa secundaria con un disco IV. El fibrocartílago y ligamentos unen el vértice del sacro a la base del cóccix (v. fig. 6-3 A). Los ligamentos sacrococcígeos anterior y posterior son cintas largas que refuerzan la articulación, de forma muy similar a como lo hacen los ligamentos longitudinales anterior y posterior en las vértebras superiores. C U A D R O C L Í N I C O Relajación de los ligamentos pélvicos y aumento de la movilidad articular durante el embarazo Durante el embarazo, las articulaciones y los ligamentos pélvicos se relajan y aumentan los movimientos de la pelvis. Esta relajación durante la segunda mitad del embarazo se debe al aumento de los niveles de hormonas sexuales y a la presencia de la hormona relaxina. El mecanismo de encaje de las articulaciones sacroilíacas es menos eficaz, porque la relajación permite una mayor rotación de la pelvis y contribuye a la postura lordótica que, con frecuencia, se adopta durante el embarazo al variar el centro de gravedad. La relajación de las articulaciones sacroilíacas y de la sínfisis del pubis permite un aumento de hasta un 10-15 % de los diámetros (fundamentalmente, el transverso) y facilita así el paso del feto a través del conducto pélvico (canal del parto). El cóccix también puede desplazarse posteriormente. Peritoneo y cavidad peritoneal de la pelvis El peritoneo que tapiza la cavidad abdominal se continúa hacia el interior de la cavidad pélvica, y se refleja sobre las caras superiores de la mayoría de vísceras pélvicas (fig. 6-6; tabla 6-2). Las tubas uterinas se encuentran envueltas por el peritoneo (peritonizadas), conectadas al ligamento ancho del útero por el mesosálpinx, y su orificio abdominal (ostium abdominal) se abre a la cavidad peritoneal. Los ovarios también están conectados al ligamento ancho del útero por el 671 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org mesoovario, y son las únicas estructuras intraperitoneales (no cubiertas por peritoneo). El peritoneo crea diversos pliegues y fosas, a medida que se refleja sobre la mayoría de las vísceras pélvicas. El peritoneo no está unido firmemente a la cresta del pubis, lo que permite a la vejiga urinaria expandirse entre el peritoneo y la pared anterior del abdomen cuando se llena. Paredes y suelo de la cavidad pélvica La cavidad pélvica tiene una pared anteroinferior, dos paredes laterales y una pared posterior. Los músculos de las paredesde la pelvis se resumen en la figura 6-7 A a E y en la tabla 6-3. La pared anteroinferior de la pelvis: Está formada, principalmente, por los cuerpos y ramas de ambos pubis y la sínfisis del pubis. Participa en el sostén del peso de la vejiga urinaria. Las paredes laterales de la pelvis: Tienen un esqueleto formado por los huesos coxales, incluido el foramen obturado (fig. 6-2 C); este último está cerrado por la membrana obturatriz (fig. 6-3). Están cubiertas y almohadilladas por los músculos obturadores internos (fig. 6-7 A, B y D). Cada obturador interno discurre posteriormente desde su origen en la pelvis menor, sale a través del foramen isquiático y gira lateralmente, de manera abrupta, para insertarse en el fémur (fig. 6-7 D). Las superficies mediales de estos músculos están cubiertas por la fascia obturatriz, engrosada en su parte central para formar el arco tendinoso que proporciona fijación al diafragma pélvico (fig. 6-7 B y E). Albergan en sus caras mediales (mediales a los músculos obturadores internos) los nervios y vasos obturadores y otras ramas de los vasos ilíacos internos. La pared posterior de la pelvis: Consta de una pared y un techo óseos en la línea media (formados por el sacro y el cóccix) y de paredes posterolaterales musculoligamentosas (formadas por las articulaciones sacroilíacas y sus ligamentos asociados junto con los músculos piriformes). Cada músculo piriforme abandona la pelvis menor a través del foramen isquiático mayor, para insertarse en el fémur (fig. 6-7 A). Contiene a los nervios que forman el plexo sacro; los músculos piriformes 672 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org forman un «lecho muscular» para este plexo nervioso (fig. 6-7 D y E). El suelo de la pelvis está constituido por el diafragma pélvico, en forma de embudo, que consta de los músculos elevadores del ano y coccígeos, y las fascias que cubren las caras superior e inferior de estos músculos (fig. 6-7 A). Los músculos coccígeos se extienden desde las espinas isquiáticas, punto donde se relaciona con el ligamento sacroespinoso por lateral y con el arco tendinoso de la pelvis por medial, y se extiende hasta la quinta vértebra sacra y en el borde lateral del cóccix (fig. 6-7 A, C y E; tabla 6-3). El elevador del ano presenta tres porciones, nominadas de acuerdo con sus puntos de inserción (fig. 6-7; tabla 6-3). Estas porciones son: El músculo puborrectal, corresponde a la porción medial, gruesa y angosta del elevador del ano. Se extiende entre la cara posterior del cuerpo del pubis derecho e izquierdo, formando una lazada en forma de U (asa puborrectal), que discurre posterior a la unión anorrectal. Esta porción tiene un papel fundamental en el mantenimiento de la continencia fecal. El músculo pubococcígeo, la porción intermedia, más ancha pero más delgada del elevador del ano, se origina en la cara posterior del cuerpo del pubis y en la parte anterior del arco tendinoso, y discurre posteriormente en un plano casi horizontal. Las fibras laterales se insertan posteriormente en el cóccix, y las mediales se fusionan con las del lado opuesto para formar parte del cuerpo o ligamento anococcígeo. El músculo iliococcígeo, la porción posterolateral del elevador del ano, se origina en la parte posterior del arco tendinoso y la espina isquiática; es delgado y, a menudo, está poco desarrollado y se mezcla con el cuerpo anococcígeo, posteriormente. 673 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 6-6. Peritoneo pélvico. TABLA 6-2. REFLEXIONES DEL PERITONEO EN LA PELVIS Mujer (fig. 6-6 A y B)a Hombre (fig. 6-6 C)a 1 Desciende por la pared anterior del abdomen (la fijación laxa permite la expansión de la vejiga urinaria cuando se llena) 1 Desciende por la pared anterior del abdomen (la fijación laxa permite la expansión de la vejiga urinaria cuando se llena) 2 Se refleja sobre la cara superior de la vejiga urinaria, creando la fosa supravesical 2 Se refleja sobre la cara superior de la vejiga urinaria, creando la fosa supravesical 3 Cubre la cara superior convexa de la vejiga urinaria, desciende por los lados de la vejiga urinaria para ascender por la pared lateral de la pelvis, creando a cada lado, las fosas paravesicales 3 Cubre la cara superior convexa (techo) de la vejiga urinaria, descendiendo por los lados del techo para ascender por la pared lateral de la pelvis, creando a cada lado las fosas paravesicales 674 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 4 Se refleja desde la vejiga urinaria y el cuerpo del útero, para formar el fondo de saco vesicouterino 4 Desciende por la cara posterior de la vejiga urinaria, aproximadamente 2 cm 5 Cubre el cuerpo y el fondo del útero, la porción posterior del fórnix de la vagina; se extiende lateralmente desde el útero, como un pliegue doble o mesenterio, el ligamento ancho, que engloba las tubas uterinas (mesosálpinx), cubre los ligamentos redondos del útero y mantiene suspendidos los ovarios (mesoovario) 5 Lateralmente, forma un pliegue sobre los uréteres (pliegue ureteral), el conducto deferente y los extremos superiores de las vesículas seminales 6 Se refleja desde la vagina sobre el recto, formando el fondo de saco rectouterinob 6 Se refleja desde la vejiga urinaria y las vesículas seminales sobre el recto, formando el fondo de saco rectovesicalb 7 El fondo de saco rectouterino se extiende lateral y posteriormente, para formar las fosas pararrectales, a cada lado del recto 7 El fondo de saco rectovesical se extiende lateral y posteriormente, para formar las fosas pararrectales, a cada lado del recto 8 Asciende por el recto; de inferior a superior, el tercio inferior es subperitoneal, en el tercio medio el peritoneo solo cubre su cara anterior, mientras que en el tercio superior cubre además sus caras laterales 8 Asciende por el recto; de inferior a superior, el tercio inferior es subperitoneal, en el tercio medio el peritoneo solo cubre su cara anterior, mientras que en el tercio superior cubre además sus caras laterales 9 Engloba el colon sigmoideo a partir de la unión rectosigmoidea 9 Engloba el colon sigmoideo a partir de la unión rectosigmoidea a Los números hacen referencia a la figura correspondiente. b Punto bajo de la cavidad peritoneal en posición erguida. 675 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 676 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 6-7. Músculos de las paredes y el suaelo de la pelvis. A) Superficie superior del diafragma pélvico. B) Corte coronal de la pelvis a través del elevador del ano y el recto. Músculos de las paredes y el suelo de la pelvis. C) Superficie inferior del diafragma pélvico. D) Músculos de la pelvis menor. E) Se añade el elevador del ano a D. 677 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org El elevador del ano forma un suelo dinámico que sostiene las vísceras abdominopélvicas. Cuando actúan conjuntamente, las porciones de este músculo elevan el suelo de la pelvis, seguido de su descenso cuando se relajan para permitir la defecación y la micción y regresan a su posición normal. Cuando el diafragma torácico y los músculos de la pared anterior del abdomen se contraen para comprimir el contenido abdominal y pélvico, se produce una contracción adicional. Por lo tanto, puede resistir el aumento de la presión intraabdominal que, de otro modo, empujaría el contenido abdominopélvico (gas, residuos sólidos y líquidos y las vísceras) a través de la abertura inferior de la pelvis. Esta acción se produce de forma refleja durante la espiración forzada, la tos, el estornudo, el vómito y en la fijación del tronco durante los movimientos enérgicos de los miembros superiores, como ocurre al levantar un objeto pesado. El elevador del ano tiene, también, importantes funciones en el control voluntario de la micción, la continencia fecal (a través del puborrectal) y el sostén del útero. Fascia de la pelvis La fascia pélvica es el tejido conectivo que ocupa el espacio entre la membrana peritoneal y el suelo y las paredes musculares dela pelvis que no está ocupado por órganos pélvicos (fig. 6-8). Esta «capa» es una continuación de la fascia parietal del abdomen (fascia transversal), más delgada en comparación, que se sitúa entre las paredes musculares del abdomen y el peritoneo parietal. FASCIA MEMBRANOSA DE LA PELVIS: PARIETAL Y VISCERAL La fascia pélvica parietal es una capa membranosa, de grosor variable, que tapiza la cara interna (profunda o pélvica) de los músculos que forman las paredes y el suelo de la pelvis. La fascia pélvica parietal cubre las superficies pélvicas de los músculos obturador interno, piriforme, coccígeo, elevador del ano y parte del esfínter de la 678 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org uretra (fig. 6-8 A a D). El nombre que se da a la fascia deriva del músculo que engloba (p. ej., fascia obturatriz). Esta capa continúa superiormente con las fascias transversal y del iliopsoas. La fascia pélvica visceral incluye la fascia membranosa que envuelve directamente los órganos pélvicos y forma la capa adventicia de cada uno de ellos. Las capas membranosas parietal y visceral se continúan en el punto donde los órganos atraviesan el suelo pélvico (fig. 6-8 A, C y E). En esa zona, la fascia parietal se engruesa y forma el arco tendinoso de la fascia pélvica, una banda continua bilateral que discurre desde el pubis al sacro, a lo largo del suelo de la pelvis adyacente a las vísceras. La parte más anterior de este arco tendinoso (ligamento puboprostático, en el hombre; ligamento pubovesical, en la mujer) conecta la próstata al pubis, en el hombre, o el fondo (base) de la vejiga al pubis, en la mujer. La parte más posterior de la banda discurre como ligamentos sacrogenitales, desde el sacro, y rodean el recto para fijarse en la próstata, en el hombre, o en la vagina, en la mujer. FASCIA ENDOPELVIANA: LAXA Y CONDENSADA Generalmente, el abundante tejido conectivo que queda entre las capas membranosas parietal y visceral se considera fascia endopelviana extraperitoneal o subperitoneal (fig. 6-8 A a D). Parte de esta fascia es tejido areolar (adiposo) extremadamente laxo y que tan solo alberga algunos pequeños vasos linfáticos y nutricios. Los espacios retropúbico (o prevesical, que se extiende posterolateralmente como paravesical) y retrorrectal (o presacro) son espacios potenciales en el tejido adiposo laxo, que acomodan la expansión de la vejiga urinaria y la ampolla rectal cuando se llenan (fig. 6-8 B y D). Otras porciones de la fascia endopelviana tienen consistencia fibrosa, la fascia ligamentosa. A menudo, estas porciones se describen como «condensaciones fasciales» o «ligamentos» pélvicos. La vaina hipogástrica es una banda gruesa de fascia pélvica condensada que deja paso fundamentalmente a todos los vasos y nervios que pasan desde la pared lateral de la pelvis hacia las vísceras pélvicas, junto con los uréteres y, en el hombre, el conducto deferente. A medida que se extiende medialmente desde la pared lateral, la vaina hipogástrica se divide en tres láminas («hojas» o «alas») que pasan hacia los órganos pélvicos, o entre estos, y transportan estructuras vasculonerviosas y proporcionan sostén. De anterior a posterior, las tres láminas de la vaina hipogástrica son: El ligamento lateral de la vejiga, que pasa hacia la vejiga urinaria y 679 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org transporta las arterias y venas vesicales superiores. La lámina media, en el hombre, que forma la fascia rectoprostática o tabique rectovesical entre la cara posterior de la vejiga urinaria y la próstata, anteriormente, y el recto, posteriormente (fig. 6-8 D). En la mujer, la lámina media es fuerte y pasa medial al cuello del útero y la vagina, como ligamento cardinal (cervical transverso), conocido también clínicamente como ligamento cervical lateral o de Mackenrodt (fig. 6-8 B y E). En su parte más superior, en la base del ligamento ancho, la arteria uterina discurre transversalmente hacia el cuello del útero, mientras que los uréteres discurren inmediatamente inferiores a ellos, a medida que pasan a cada lado del cuello del útero en dirección a la vejiga urinaria. La lámina más posterior discurre hacia el recto y transporta la arteria y la vena rectales medias (fig. 6-8 B y D). 680 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 6-8. Fascia de la pelvis: fascia endopelviana y ligamentos fasciales. El ligamento cervical transverso, y el modo en que el útero «descansa» normalmente sobre la parte superior de la vejiga urinaria, proporcionan el 681 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org principal soporte pasivo del útero. A su vez, la vejiga descansa anteriormente sobre los huesos de la pelvis y la sínfisis, y posteriormente sobre la pared anterior de la vagina (fig. 6-8 E). Por su parte, la vagina está suspendida entre los arcos tendinosos de la fascia pélvica por el paracolpio (fig. 6-8 A y E). Además de este soporte pasivo, los músculos perineales proporcionan un soporte dinámico al útero, la vejiga y al recto al contraerse durante los momentos de mayor presión intraabdominal. En el tejido conectivo laxo extraperitoneal superior al diafragma pélvico existe un posible espacio pelvirrectal quirúrgicamente importante. Está dividido en regiones anterior y posterior por los ligamentos laterales del recto, que son las láminas posteriores de las vainas hipogástricas. Estos ligamentos conectan el recto con la fascia pélvica parietal en los niveles S2- S4 (fig. 6-8 B y D). C U A D R O C L Í N I C O Lesión del suelo de la pelvis Durante el parto, el suelo de la pelvis sostiene la cabeza del feto mientras el cuello del útero se dilata para permitir el alumbramiento del feto. El periné, el elevador del ano y la fascia pélvica pueden lesionarse en el parto. El pubococcígeo, la porción principal y más medial del elevador del ano, suele desgarrarse (fig. C6-1). Esta porción del músculo es importante porque rodea y sostiene la uretra, la vagina y el canal anal. El debilitamiento del elevador del ano y de la fascia pélvica, a causa del estiramiento o del desgarro durante el parto, puede alterar la posición del cuello de la vejiga y la uretra. Estos cambios provocan una incontinencia urinaria de esfuerzo, que se caracteriza por el goteo de orina cuando aumenta la presión intraabdominal, por ejemplo, al toser o al levantar peso. 682 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA C6-1. Lesiones obstétricas. Nervios de la pelvis Las estructuras pélvicas están inervadas, fundamentalmente, por los nervios espinales sacros (S1-S5) y el coccígeo, y por la porción pélvica del sistema nervioso autónomo (fig. 6-9). Los músculos piriforme y coccígeo forman un lecho para los plexos nerviosos sacro y coccígeo. Los ramos anteriores de los nervios S2 y S3 emergen entre las digitaciones de estos músculos (fig. 6-9 C). La parte descendente del ramo anterior del nervio L4 se une al ramo anterior del nervio L5, para formar el grueso tronco lumbosacro, con aspecto de cordón. Este discurre inferiormente, anterior al ala del sacro, para unirse al plexo sacro. PLEXO SACRO El plexo sacro se localiza en la pared posterolateral de la pelvis menor, donde está íntimamente relacionado con la cara anterior del piriforme. Los dos nervios principales del plexo sacro son el isquiático y el pudendo. La mayoría de ramos del plexo sacro abandona la pelvis a través del foramen isquiático mayor (fig. 6-9). El nervio isquiático, el más voluminoso del cuerpo, está formado por los ramos anteriores de los nervios espinales L4-S3 (fig. 6-9; tabla 6-4). Los ramos anteriores convergen en la cara anterior del piriforme. Muy frecuentemente, el nervio isquiático pasa a través del foramen isquiático mayor, inferior al piriforme, para entrar en la región glútea (nalga). El nervio pudendo es el nervio principal del periné, y el principal nervio sensitivo de los genitales externos. Deriva de los ramos anteriores de los nervios espinales S2-S4. Acompaña a la arteria pudenda interna y abandona la pelvis a travésdel foramen isquiático mayor, entre los músculos piriforme y coccígeo. El nervio pudendo se incurva alrededor de la espina isquiática y el ligamento sacroespinoso, y entra en el periné a través del foramen isquiático menor. Inerva la piel y los músculos del periné, además de las partes terminales de los tractos reproductor, urinario y digestivo. El nervio glúteo superior se origina en los ramos anteriores de los nervios espinales L4-S1 y abandona la pelvis a través del foramen isquiático mayor, superior al piriforme. Inerva tres músculos de la región glútea: los glúteos medio y menor y el tensor de la fascia lata (v. cap. 7). El nervio glúteo inferior se origina en los ramos anteriores de los nervios espinales L5-S2 y abandona la pelvis a través del foramen isquiático mayor, inferior al piriforme y superficial al nervio isquiático. Se divide en varios ramos que inervan el músculo glúteo mayor suprayacente (v. cap. 7). 683 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org PLEXO COCCÍGEO El plexo coccígeo es una pequeña red de fibras nerviosas formada por los ramos anteriores de los nervios espinales S4 y S5 y el nervio coccígeo (fig. 6-9 B). Se sitúa en la superficie pélvica del músculo coccígeo, que forma parte del elevador del ano y la articulación sacrococcígea, y lo inerva. Los nervios anococcígeos que se originan de este plexo atraviesan el ligamento sacrotuberoso, e inervan una pequeña área cutánea entre el vértice del cóccix y el ano (fig. 6-9 C). NERVIO OBTURADOR Aunque pasa por la pelvis, el nervio obturador no es un «nervio de la pelvis», sino el nervio principal de la región medial del muslo. Se origina en el plexo lumbar (ramos anteriores de los nervios espinales L2-L4) en el abdomen (pelvis mayor) y entra en la pelvis menor (fig. 6-9 C). Discurre por la grasa extraperitoneal a lo largo de la pared lateral de la pelvis, hacia el conducto obturador, la abertura en la membrana obturatriz, donde abandona la pelvis a través de este conducto y entra en los músculos mediales del muslo. C U A D R O C L Í N I C O Lesión de los nervios de la pelvis Durante el parto, la cabeza del feto puede comprimir el plexo sacro de la madre, que sentirá dolor en los miembros inferiores. El nervio obturador puede dañarse durante la cirugía (p. ej., al extirpar nódulos linfáticos neoplásicos de la pared lateral de la pelvis). La lesión del nervio obturador puede causar espasmos dolorosos de los músculos aductores del muslo y deficiencias sensitivas en la región medial del muslo (v. cap. 7). 684 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 6-9. Nervios de los plexos sacro y coccígeo. A y B) Vista esquemática de los nervios Nervios del plexo sacro y coccígeo. C) Disección de los plexos nerviosos. TABLA 6-4. NERVIOS DE LOS PLEXOS SACRO Y COCCÍGEO Nervioa Segmento de origen (ramos anteriores) Distribución 1 Isquiático L4, L5, S1, S2, S3 Ramos articulares para la articulación coxal y ramos musculares para los flexores de la rodilla (músculos isquiotibiales) y todos los músculos de la pierna y el pie 2 Glúteo superior L4, L5, S1 Músculos glúteo medio, glúteo menor y tensor de la fascia lata 3 Glúteo inferior L5, S1, S2 Músculo glúteo mayor 4 Nervio del músculo piriforme S1, S2 Músculo piriforme 5 Nervio del músculo cuadrado femoral y gemelo inferior L4, L5, S1 Músculos cuadrado femoral y gemelo inferior 685 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 6 Nervio del músculo obturador interno y gemelo superior L5, S1, S2 Músculos obturador interno y gemelo superior 7 Pudendo S2, S3, S4 Estructuras del periné: ramos sensitivos para genitales, ramos musculares para músculos del periné, esfínter de la uretra y esfínter externo del ano 8 Nervios del músculo elevador del ano y coccígeo S3, S4 Músculos elevador del ano y coccígeo 9 Cutáneo femoral posterior S2, S3 Ramos cutáneos para los glúteos y caras medial más superior y posterior del muslo 10 Cutáneo perforante S2, S3 Ramos cutáneos para la parte media del glúteo 11 Esplácnico pélvico S2, S3, S4 Vísceras pélvicas, a través de los plexos hipogástrico y pélvico a Los números hacen referencia a la figura 6-9. NERVIOS AUTÓNOMOS DE LA PELVIS La inervación autónoma de la cavidad pélvica se realiza a través de cuatro vías: los troncos simpáticos sacros, los plexos periarteriales, los plexos hipogástricos y los nervios esplácnicos pélvicos. Los troncos simpáticos sacros son la continuación inferior de los troncos simpáticos lumbares (fig. 6-10). Generalmente, cada tronco sacro tiene cuatro ganglios simpáticos. Los troncos sacros descienden sobre la cara pélvica del sacro, justo mediales a los forámenes sacros anteriores, y habitualmente convergen para formar el pequeño ganglio impar medio, anterior al cóccix (fig. 6-10). Los troncos simpáticos descienden posteriores al recto, en el tejido conectivo extraperitoneal, y emiten ramos comunicantes (ramos comunicantes grises) para cada uno de los ramos anteriores de los nervios sacros y coccígeos. También emiten ramos para la arteria sacra media y el plexo hipogástrico inferior. La función principal de los troncos simpáticos sacros es proporcionar fibras postsinápticas al plexo sacro para la inervación simpática del miembro inferior. Los plexos hipogástricos (superior e inferior) son redes de fibras nerviosas simpáticas y aferentes viscerales. La porción principal del plexo hipogástrico superior se sitúa justo inferior a la bifurcación de la aorta y desciende hacia el interior de la pelvis. Este plexo es la prolongación inferior 686 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org del plexo intermesentérico (v. cap. 5), que también recibe los nervios esplácnicos L3 y L4. El plexo hipogástrico superior entra en la pelvis y se divide en los nervios hipogástricos izquierdo y derecho, que descienden anteriores al sacro. Estos nervios descienden laterales al recto, dentro de las vainas hipogástricas, y luego se extienden, a medida que se unen con los nervios esplácnicos pélvicos (parasimpáticos), para formar los plexos hipogástricos inferiores derecho e izquierdo. Los plexos secundarios de los plexos hipogástricos inferiores, los plexos pélvicos, pasan en ambos sexos hacia las caras laterales del recto y hacia las caras inferolaterales de la vejiga urinaria; a partir de ahí, en el hombre se dirigen hacia la próstata y las vesículas seminales, y en la mujer, hacia el cuello del útero y las porciones laterales del fórnix de la vagina. Los nervios esplácnicos pélvicos contienen fibras parasimpáticas presinápticas y aferentes viscerales, derivadas de los segmentos S2-S4 de la médula espinal, y fibras aferentes viscerales de cuerpos celulares situados en los ganglios sensitivos de los nervios espinales correspondientes (figs. 6-9 B y C y 6-10; tabla 6-4). Los nervios esplácnicos pélvicos se unen con los nervios hipogástricos para formar los plexos hipogástricos (y pélvicos) inferiores. FIGURA 6-10. Nervios autónomos de la pelvis. El sistema de plexos hipogástricos/pélvicos, que recibe fibras simpáticas, a través de los nervios esplácnicos lumbares, y fibras parasimpáticas, a través de los nervios esplácnicos pélvicos, inerva las 687 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org (rabdoesfínter) a modo de canal, que forma parte del esfínter de la uretra, separado de la sínfisis del pubis por grasa retroperitoneal en el espacio retropúbico o prevesical (v. fig. 6-18). Una cara posterior que está relacionada con la ampolla rectal. Caras inferolaterales que se relacionan con el elevador del ano. Aunque no están claramente diferenciados desde el punto de vista anatómico, se suelen describir los siguientes lóbulos prostáticos (fig. 6-27 A): El istmo de la próstata (zona muscular anterior; tradicionalmente, el lóbulo anterior) se sitúa anterior a la uretra. Es fundamentalmente muscular y representa la continuación superior del músculo esfínter de la uretra. Los lóbulos derecho e izquierdo de la próstata, cada uno subdividido en cuatro lobulillos indistintos dispuestos endos bandas concéntricas, están definidos por su relación con la uretra y los conductos eyaculadores: 1. Un lobulillo inferoposterior se sitúa posterior a la uretra e inferior a los conductos eyaculadores. Es la cara de la próstata que se palpa mediante tacto rectal. 2. Un lobulillo inferolateral, directamente lateral a la uretra, que forma la mayor parte de la próstata. 3. Un lobulillo superomedial, profundo al lobulillo inferoposterior, que rodea el conducto eyaculador homolateral. 4. Un lobulillo anteromedial, profundo al lobulillo inferolateral, directamente lateral a la uretra prostática proximal. 713 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 6-27. Lobulillos y zonas de la próstata en cortes anatómicos y en imágenes ecográficas. Un lóbulo embrionario medio (mediano) da origen a los lóbulos superomedial y anteromedial. Esta región tiende a sufrir una hipertrofia hormonal en edades avanzadas, formando un lóbulo medio (zona central), que se considera la causa, en parte, de la formación de la úvula, que puede proyectarse en el orificio uretral interno (fig. 6-28). Los urólogos y los ecografistas suelen dividir la próstata (fig. 6-27 C y D) en zonas periférica y central (interna). Los conductillos prostáticos (20-30) se abren, principalmente, en los senos prostáticos, que se encuentran a cada lado del colículo seminal en la pared posterior de la uretra prostática (fig. 6-28). El líquido prostático proporciona alrededor del 15-30 % del volumen del semen. VASCULARIZACIÓN DE LA PRÓSTATA Las arterias prostáticas son, fundamentalmente, ramas de la arteria ilíaca interna (v. tabla 6-5), en especial las arterias vesicales inferiores, pero también las arterias pudenda interna y rectal media. Las venas prostáticas se unen para formar el plexo venoso prostático, alrededor de la base y los lados de la próstata (v. fig. 6-21 y 6-27 B). Este 714 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org plexo, entre la cápsula fibrosa de la próstata y la vaina prostática, drena en las venas ilíacas internas. El plexo se continúa superiormente con el plexo venoso vesical y, posteriormente, con el plexo venoso vertebral interno (v. cap. 2). Los vasos linfáticos drenan sobre todo en los nódulos ilíacos internos, aunque algunos se dirigen a los nódulos linfáticos sacros (v. tabla 6-7). FIGURA 6-28. Pared posterior de la porción prostática de la uretra. GLÁNDULAS BULBOURETRALES Las dos glándulas bulbouretrales (glándulas de Cowper), del tamaño de un guisante, se sitúan posterolaterales a la porción intermedia de la uretra, unidas estrechamente al esfínter externo de la uretra (figs. 6-20 A, 6-21 y 6-28). Los conductos de las glándulas bulbouretrales pasan a través de la membrana perineal con la porción intermedia de la uretra y desembocan, mediante aberturas diminutas, en la porción proximal de la porción esponjosa de la uretra en el bulbo del pene. Su secreción, de aspecto mucoso, entra en la uretra durante la excitación sexual, y representa menos del 1 % del volumen del semen. C U A D R O C L Í N I C O Hipertrofia prostática, cáncer de próstata y prostatectomía La importancia médica de la próstata se debe a que su aumento de tamaño o hipertrofia prostática benigna es una afección frecuente más allá de la mediana 715 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org edad. Una próstata hipertrofiada se proyecta hacia la vejiga urinaria y afecta a la micción, al deformar la porción prostática de la uretra. El lóbulo medio es el que suele aumentar más, y obstruye el orificio uretral interno. El cáncer de próstata es frecuente en hombres de más de 55 años de edad. En la mayor parte de los casos, el cáncer aparece en la región posterolateral y puede palparse mediante un tacto rectal (fig. C6-3). Una afección maligna de la próstata se palpará dura y a menudo irregular. En estadios avanzados, las células neoplásicas metastatizan (se diseminan) hacia los nódulos linfáticos ilíacos y sacros, y más tarde a nódulos distantes y a los huesos. El plexo prostático, estrechamente relacionado con la vaina prostática, da paso a fibras parasimpáticas, las cuales son el origen de los nervios cavernosos que conducen las fibras responsables de la erección del pene. Una consecuencia preocupante de la prostatectomía es que puede causar impotencia. Para extirpar la próstata, total o parcialmente, o la parte hipertrofiada se lleva a cabo una resección transuretral de la próstata. FIGURA C6-3. Palpación de la próstata a través del recto. INERVACIÓN DE LOS ÓRGANOS GENITALES INTERNOS DE LA PELVIS MASCULINA Los conductos deferentes, las vesículas seminales, los conductos eyaculadores y la próstata están ricamente inervados por fibras nerviosas simpáticas, que se originan en los cuerpos celulares del núcleo intermediolateral de la médula espinal. Atraviesan 716 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org los ganglios paravertebrales del tronco simpático, para pasar a ser componentes de los nervios esplácnicos lumbares (abdominopélvicos) y de los plexos hipogástrico y pélvico (fig. 6-29). Las fibras parasimpáticas presinápticas de los segmentos S2-S4 de la médula espinal que transitan por los nervios esplácnicos pélvicos, que también se unen a los plexos hipogástrico inferior y pélvico. Las sinapsis con neuronas simpáticas y parasimpáticas postsinápticas se producen en los plexos, cerca de las vísceras pélvicas, o en el camino hacia ellas. En el orgasmo, el sistema simpático estimula las contracciones del conducto deferente, y la contracción combinada y secreción de las vesículas seminales y la próstata proporcionan el vehículo (semen) y la fuerza de expulsión de este durante la eyaculación. No está clara la función de la inervación parasimpática. Sin embargo, las fibras parasimpáticas del plexo nervioso prostático forman los nervios cavernosos que llegan a los cuerpos eréctiles del pene, responsables de que se produzca la erección del mismo. Órganos genitales internos femeninos Los órganos genitales internos femeninos comprenden el útero, las tubas uterinas, los ovarios y la vagina. ÚTERO El útero es un órgano muscular hueco, con paredes gruesas y forma de pera. El útero no gestante se sitúa en general en la pelvis menor, con el cuerpo apoyado sobre la vejiga urinaria y su cuello entre la vejiga urinaria y el recto (v. fig. 6-15 B). El útero adulto suele estar en anteversión (apuntado anterosuperiormente respecto al eje de la vagina) y anteflexión (el cuerpo del útero está flexionado o inclinado anteriormente, en relación con el cuello del útero), de manera que su masa se sitúa sobre la vejiga urinaria. La posición del útero varía con el grado de repleción de la vejiga urinaria y el recto. Puede dividirse en dos porciones principales (fig. 6-30): El cuerpo del útero, que forma los dos tercios superiores de la estructura, incluye el fondo del útero, la parte redondeada del cuerpo que se sitúa superior a los orificios uterinos de las tubas uterinas, y el istmo del útero, la región relativamente constreñida del cuerpo (alrededor de 1 cm de longitud), justo superior al cuello del útero. Los cuernos uterinos son las regiones superolaterales por las que entran las tubas uterinas. El cuerpo del útero se sitúa entre las capas del ligamento ancho y puede moverse libremente. El cuello del útero, la porción inferior, estrecha y cilíndrica del útero, que tiene una porción supravaginal, entre el istmo y la vagina, y una porción vaginal, que protruye en la vagina y rodea el orificio externo del útero. La 717 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Push Button0:
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