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ARTICULACIONES DEL MIEMBRO INFERIOR Las articulaciones del miembro inferior incluyen las articulaciones de la cintura pélvica (articulaciones lumbosacras, articulaciones sacroilíacas y sínfisis del pubis), que se describen en el capítulo 6. El resto de articulaciones del miembro inferior son la articulación coxofemoral, la de la rodilla, las tibiofibulares, la talocrural y las del pie. Articulación coxofemoral La articulación coxofemoral forma la conexión entre el miembro inferior y la cintura pélvica. Es una articulación sinovial, fuerte y estable, esferoidea y multiaxial. La cabeza del fémur es la esfera y el acetábulo, la cavidad en la que se articula (fig. 7- 46). Esta articulación está diseñada para ser estable en una amplia variedad de movimientos. En bipedestación, todo el peso de la parte superior del cuerpo se transmite a través de los huesos coxales hacia las cabezas y los cuellos de ambos fémures. SUPERFICIES ARTICULARES La redondeada cabeza del fémur se articula con el acetábulo, semejante a una copa, del coxal. La cabeza está cubierta con cartílago articular, excepto en la fosita de la cabeza del fémur (fosita para el ligamento de la cabeza del fémur) (fig. 7-46 D). El borde del acetábulo consta de una parte articular semilunar cubierta de cartílago articular, la carilla semilunar del acetábulo. Como la profundidad del acetábulo está aumentada por el rodete acetabular fibrocartilaginoso y el ligamento transverso del acetábulo, más de la mitad de la cabeza se acomoda dentro del acetábulo (fig. 7- 46 A a C). En su centro, una delgada parte profunda no articular, la fosa acetabular, está formada básicamente por el isquion. CÁPSULA ARTICULAR La membrana fibrosa de la cápsula articular se une proximalmente sobre el hueso coxal en el borde óseo del acetábulo y el ligamento transverso del acetábulo. Se une distal, aunque solo anteriormente, al cuello del fémur, en la línea intertrocantérea y la raíz del trocánter mayor (fig. 7-46 E). Posteriormente, la membrana fibrosa presenta un borde arqueado que cruza el cuello, proximal a la cresta intertrocantérea, aunque no se une a ella. La cápsula articular cubre posteriormente en torno a los dos tercios proximales del cuello del fémur. Una protrusión de la membrana sinovial por detrás del borde posterior libre de la cápsula articular forma, sobre el cuello del fémur, una bolsa para el tendón del obturador externo (fig. 7-46 B). Muchas fibras de la membrana fibrosa tienen un recorrido en espiral desde el hueso coxal hasta la línea intertrocantérea; algunas fibras profundas, más marcadas en la parte posterior de la cápsula, se enrollan alrededor del cuello y forman una zona orbicular (fig. 7-47 B). Las partes engrosadas de 898 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org la membrana fibrosa forman los ligamentos de la articulación coxofemoral, que pasan en forma de espiral desde la pelvis al fémur. La extensión enrolla los ligamentos en espiral y tensa más las fibras, con lo que se constriñe la cápsula y se atrae fuertemente la cabeza del fémur hacia el interior del acetábulo, aumentando la estabilidad. 899 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 900 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 7-47. Ligamentos de la articulación coxal. A) Iliofemoral y pubofemoral. B) Isquiofemoral. C) Sección transversal a través de la articulación coxal derecha que muestra la tracción recíproca de los rotadores internos y externos (flechas rojas) y los ligamentos intrínsecos de la articulación coxal. Las respectivas fuerzas están simbolizadas por el grosor de las flechas. FIGURA 7-48. Posiciones relativas de los músculos que producen los movimientos de la articulación coxal. La articulación coxofemoral está reforzada (fig. 7-47): Anterior y superiormente, por el fuerte ligamento iliofemoral (ligamento 901 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org de Bigelow); en forma de Y, se une proximalmente a la espina ilíaca anterior inferior y al borde del acetábulo y distalmente a la línea intertrocantérea. El ligamento iliofemoral previene la hiperextensión de la articulación coxofemoral durante la bipedestación «enroscando» la cabeza del fémur en el acetábulo. Inferior y anteriormente, por el ligamento pubofe-moral, que se origina en la cresta obturadora del pubis y discurre lateral e inferiormente para fusionarse con la membrana fibrosa de la cápsula. Este ligamento se mezcla con la porción medial del ligamento iliofemoral y se tensa durante la extensión y abducción de la articulación coxofemoral. El ligamento pubofemoral previene la hiperabducción de la articulación coxofemoral. Posteriormente, por el débil ligamento isquiofemoral, que se origina en la porción isquiática del borde del acetábulo y se enrolla en espiral, superolateralmente, en el cuello del fémur, medial a la base del trocánter mayor. Tanto los músculos (rotadores internos y externos del muslo) como los ligamentos tiran de la cabeza del fémur medialmente hacia el interior del acetábulo. Mientras actúan, se equilibran recíprocamente (fig. 7-47 C). La membrana sinovial de la articulación coxofemoral tapiza la membrana fibrosa, así como las superficies óseas intracapsulares que no están cubiertas por cartílago articular (fig. 7-46 E). De este modo, cuando la membrana fibrosa se une al fémur, la membrana sinovial se refleja proximalmente a lo largo del cuello del fémur hasta el borde de la cabeza del fémur. Los pliegues sinoviales (retináculos), que se reflejan superiormente a lo largo del cuello del fémur como bandas longitudinales, contienen arterias retinaculares subsinoviales (ramas de la arteria circunfleja femoral medial y unas pocas de la circunfleja femoral lateral), que irrigan la cabeza y el cuello del fémur. TABLA 7-14. ESTRUCTURAS QUE LIMITAN LOS MOVIMIENTOS DE LA ARTICULACIÓN COXAL Movimiento Estructuras limitantes Flexión Aposición de tejidos blandos Tensión de la cápsula articular, posteriormente Tensión del glúteo mayor Extensión Ligamentos: iliofemoral, isquiofemoral y pubofemoral Tensión del iliopsoas 902 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Abducción Ligamentos: pubofemoral, isquiofemoral y banda inferior del iliofemoral Tensión de los aductores de la cadera Aducción Aposición de tejidos blandos (muslo) Tensión del tracto iliotibial, parte superior de la cápsula articular, banda superior del ligamento iliofemoral, abductores de la cadera (especialmente cuando la articulación coxal contralateral está abducida o flexionada) Rotación interna Ligamentos: isquiofemoral y parte posterior de la cápsula articular Tensión de los rotadores externos de la articulación coxal Rotación externa Ligamentos: iliofemoral, pubofemoral y parte anterior de la cápsula articular Modificado de Clarkson HM. Musculoskeletal Assessment. Joint Range of Motion and Manual of Muscle Strength. 2nd ed. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2000. El ligamento de la cabeza del fémur, un pliegue sinovial primario que conduce un vaso sanguíneo, es débil y de poca importancia en el refuerzo de la articulación coxofemoral (fig. 7-46 C y E). Su extremo ancho se une a los bordes de la incisura del acetábulo y al ligamento transverso del acetábulo; su extremo estrecho se une a la fosita de la cabeza del fémur. Normalmente, el ligamento contiene una pequeña arteria para la cabeza del fémur. Una almohadilla de grasa en la fosa acetabular llena la parte de la fosa que no está ocupada por el ligamento de la cabeza del fémur. Tanto el ligamento como la almohadilla de grasa están recubiertos por la membrana sinovial. MOVIMIENTOS DE LA CADERA Los movimientos de la cadera son la flexión-extensión, la abducción-aducción, la rotación interna-externa y la circunducción (fig. 7-48; tabla 7-14). También son importantes los movimientos del tronco en las articulaciones de las caderas, como los que ocurren cuando una persona eleva el tronco desde la posición supina al incorporarse o mantiene la pelvis nivelada tras separar un pie del suelo. El gradode flexión y extensión posible en la articulación coxofemoral depende de la posición de la rodilla. Si la rodilla está flexionada, los isquiotibiales se relajan y se puede flexionar activamente el muslo hasta que casi alcanza la pared anterior del abdomen. Este movimiento no se debe únicamente a la articulación coxofemoral, sino que una parte procede de la flexión de la columna vertebral. Durante la extensión de la articulación coxofemoral, la membrana fibrosa de la cápsula articular, especialmente el ligamento iliofemoral, está tensa; por tanto, en general, la cadera solo puede extenderse ligeramente más allá de la vertical excepto por el movimiento de la pelvis ósea (flexión de las vértebras lumbares). La abducción de la articulación coxofemoral suele ser más amplia que la aducción. La rotación externa es mucho más potente que 903 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org la rotación interna. FIGURA 7-49. Irrigación de la articulación coxofemoral. C U A D R O C L Í N I C O Fracturas del cuello del fémur («fracturas de la cadera») Las fracturas del cuello del fémur a menudo interrumpen el aporte sanguíneo a la cabeza del fémur. La arteria circunfleja femoral medial aporta la mayor parte de la sangre para la cabeza y el cuello del fémur. Sus arterias retinaculares suelen desgarrarse cuando se fractura el cuello del fémur o cuando se luxa la articulación coxofemoral. En algunos casos, la sangre que llega a la cabeza del fémur a través de la arteria del ligamento de la cabeza del fémur puede ser el único aporte sanguíneo del fragmento proximal. En muchos casos, esta arteria es insuficiente para el mantenimiento de la cabeza del fémur y, en consecuencia, el fragmento puede sufrir una necrosis vascular aséptica. Estas fracturas son bastante frecuentes en individuos mayores de 60 años, especialmente en mujeres debido a que sus cuellos femorales a menudo son débiles y quebradizos como consecuencia de la osteoporosis. Artroplastia de la cadera La articulación coxofemoral está sujeta a lesiones traumáticas graves y a procesos degenerativos. La artrosis de la articulación coxofemoral, caracterizada por dolor, edema, limitación de la movilidad y erosión del cartílago articular, es una causa frecuente de discapacidad. Durante la 904 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org artroplastia de la cadera, una prótesis metálica fijada en el fémur del paciente mediante cemento óseo sustituye a la cabeza y el cuello femorales y a menudo se alinea el acetábulo con un encaje de metal o plástico (fig. C7-17). Luxación de la articulación coxofemoral La luxación congénita de la articulación coxofemoral es frecuente, y ocurre, aproximadamente, en 1,5 de cada 1 000 nacimientos vivos; afecta más a las niñas y es bilateral casi en la mitad de los casos. La luxación ocurre cuando la cabeza del fémur no está colocada adecuadamente en el acetábulo. El miembro afectado se muestra más corto (y funciona como si lo fuera), pues la cabeza del fémur luxada se sitúa más superior que la del lado normal, lo que provoca un signo de Trendelenburg positivo (la cadera parece caer hacia un lado durante la marcha). La incapacidad para abducir el muslo es característica de la luxación congénita. FIGURA C7-17. Artroplastia de la cadera. La luxación adquirida de la articulación coxofemoral no es frecuente, ya que esta articulación es fuerte y estable. No obstante, la 905 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org luxación puede ocurrir durante un accidente de automóvil cuando la cadera está flexionada, aducida y rotada internamente, la posición normal del miembro inferior cuando una persona conduce un automóvil. Más frecuentes son las luxaciones posteriores. La membrana fibrosa de la cápsula articular se rompe inferior y posteriormente, permitiendo que la cabeza del fémur pase a través del desgarro de la cápsula y sobre el borde posterior del acetábulo hacia la cara lateral del ilion, acortando y rotando internamente el miembro afectado. Debido a la íntima relación del nervio isquiático con la articulación coxofemoral, puede resultar lesionado (distendido y/o comprimido) durante la luxación posterior o la fractura- luxación de la articulación coxofemoral. VASCULARIZACIÓN Las arterias que irrigan la articulación coxofemoral (fig. 7-49) son las siguientes: Las arterias circunflejas femorales medial y lateral, que suelen ser ramas de la arteria femoral profunda, aunque ocasionalmente proceden de la arteria femoral. El aporte principal procede de las arterias retinaculares que se originan como ramas de las arterias circunflejas femorales (en especial, en la arteria circunfleja femoral medial). La arteria para la cabeza del fémur, una rama de la arteria obturatriz que atraviesa el ligamento de la cabeza del fémur. 906 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 7-50. Radiografía de la articulación de la rodilla derecha. A y C) Características óseas. B y D) Radiografías. INERVACIÓN La ley de Hilton afirma que los nervios que inervan los músculos que se extienden directamente a través de una articulación y que actúan sobre la misma, también inervan la articulación. Por tanto, la inervación correspondiente a la articulación coxofemoral procede de: El nervio femoral o sus ramos musculares, anteriormente. El nervio obturador, inferiormente. El nervio glúteo superior, superiormente. El nervio del músculo cuadrado femoral, posteriormente. Articulación de la rodilla La rodilla es, en principio, una articulación sinovial de tipo bisagra o gínglimo que permite la flexión y la extensión; no obstante, estos movimientos se combinan con el deslizamiento, el rodamiento y la rotación alrededor de un eje vertical. Aunque la 907 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org articulación de la rodilla está bien construida, su función suele resultar afectada cuando se encuentra en hiperextensión (p. ej., en los deportes de contacto como el hockey). SUPERFICIES ARTICULARES Las superficies articulares de la articulación de la rodilla se caracterizan por su gran tamaño y sus complejas e incongruentes formas (fig. 7-50). La articulación de la rodilla consta de tres articulaciones: Las dos articulaciones femorotibiales (lateral y medial) entre los cóndilos femorales y tibiales laterales y mediales. Una articulación intermedia femoropatelar entre la patela y el fémur. La fíbula no está implicada en la articulación de la rodilla. La estabilidad de la articulación de la rodilla depende de: La fuerza y las acciones de los músculos circundantes y sus tendones. Los ligamentos que conectan el fémur y la tibia. FIGURA 7-51. Cápsula articular y bolsas de alrededor de la articulación de la rodilla. A) Sección sagital. B) RM sagital. Los números se definen en la parte A. De estos medios de sostén, los músculos son los más importantes; por tanto, muchas lesiones deportivas se pueden impedir mediante una 908 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org preparación y un entrenamiento adecuados. El músculo más importante en la estabilización de la articulación de la rodilla es el gran cuádriceps femoral, en especial las fibras inferiores de los vastos medial y lateral. CÁPSULA ARTICULAR La cápsula articular consta de manera característica de una membrana fibrosa externa y una membrana sinovial interna que tapiza todas las superficies internas de la cavidad articular no cubiertas por cartílago articular. La membrana fibrosa tiene unas pocas porciones engrosadas que forman los ligamentos intrínsecos, pero, en su mayor parte, es delgada posterior y lateralmente. La membrana fibrosa se une superiormente al fémur (fig. 7-50), justo proximal a los bordes articulares de los cóndilos. Posteriormente, envuelve los cóndilos y la fosa intercondílea (fig. 7-51 A). La membrana fibrosa posee una abertura posterior al cóndilo lateral de la tibia para permitir la salida del tendón del poplíteo del interior de la cápsula articular y su inserción en la tibia (v. fig. 7-33 D). Inferiormente, la membrana fibrosase une al borde de la cara articular superior de la tibia (meseta tibial), excepto allí donde el tendón del poplíteo cruza el hueso. Anteriormente, el tendón del cuádriceps, la patela y el ligamento patelar actúan como una cápsula, es decir, la membrana fibrosa se continúa con los bordes laterales y mediales de estas estructuras (fig. 7-51). La extensa membrana sinovial tapiza la cara interna de la cápsula fibrosa y se inserta en la periferia de la patela y bordes de los meniscos. Tapiza la membrana fibrosa lateral y medialmente, pero se separa de ella en su parte central. La membrana sinovial se refleja desde la cara posterior de la articulación, anteriormente hacia el interior de la región intercondílea, cubriendo los ligamentos cruzados y el cuerpo adiposo infrapatelar, excluidos de la cavidad articular (fig. 7-51). Esto crea un pliegue sinovial infrapatelar, un pliegue sinovial vertical que se aproxima la cara posterior de la patela. Así, casi subdivide la cavidad articular en cavidades articulares femorotibiales derecha e izquierda. Los pliegues alares lateral y medial, rellenos de grasa, se extienden hacia la articulación a partir del pliegue infrapatelar. Con artroscopias se han identificado más proyecciones o pliegues. Si estos pliegues se inflaman pueden causar dolor al movimiento y pueden ser retirados artroscópicamente. Superior a la patela, la cavidad articular de la rodilla se extiende en profundidad al vasto intermedio como bolsa suprapatelar. La membrana sinovial de la cápsula articular se continúa con el recubrimiento sinovial de esta bolsa (fig. 7-51). Los fascículos musculares profundos al vasto intermedio forman el músculo articular de la rodilla, que se inserta en la membrana sinovial y retrae la bolsa suprapatelar 909 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org durante la extensión de la rodilla. FIGURA 7-52. Relaciones y ligamentos de la articulación de la rodilla. A) Vista anterior de la rodilla en flexión con el tendón del cuádriceps seccionado y reflejado inferiormente. B) Vista posterior. LIGAMENTOS La cápsula articular está reforzada por cuatro fuertes ligamentos capsulares (intrínsecos): patelar, colateral fibular, poplíteo oblicuo y poplíteo arqueado, y un ligamento extracapsular, el ligamento colateral fibular (fig. 7-52). El ligamento patelar, la parte distal del tendón del cuádriceps, es una banda fibrosa fuerte y gruesa que discurre desde el vértice y los bordes adyacentes de la patela hasta la tuberosidad de la tibia. Lateralmente, recibe los retináculos patelares medial y lateral, que son expansiones aponeuróticas de los vastos medial y lateral y de la fascia profunda que lo recubre. Los retináculos tienen un papel importante en el mantenimiento de la alineación de la patela en relación con la cara articular patelar del fémur. Los ligamentos colaterales de la rodilla están tensos cuando la rodilla se encuentra totalmente extendida; pero a medida que se realiza la flexión, se destensan y permiten la rotación de la rodilla. El ligamento colateral fibular (LCF), redondo y semejante a un cordón, es fuerte. Se extiende inferiormente desde el epicóndilo lateral del fémur hasta la cara lateral de la cabeza de la fíbula (fig. 7-52). El tendón del poplíteo pasa profundo al LCF, separándolo del menisco lateral. El tendón 910 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org del bíceps femoral está dividido en dos partes por este ligamento. El ligamento colateral tibial (LCT) o medial es una fuerte banda aplanada que se extiende desde el epicóndilo medial del fémur hasta el cóndilo medial y la parte superior de la cara medial de la tibia. En su punto medio, las fibras más profundas del LCF están firmemente unidas al menisco medial (fig. 7-52). El ligamento poplíteo oblicuo es una expansión refleja del tendón del semimembranoso que refuerza la cápsula articular posteriormente. Se origina posterior al cóndilo medial de la tibia y pasa superolateralmente para unirse a la porción central de la cara posterior de la cápsula articular. El ligamento poplíteo arqueado se origina en la cara posterior de la cabeza de la fíbula, pasa superomedialmente sobre el tendón del poplíteo y se extiende sobre la cara posterior de la articulación de la rodilla. Los ligamentos intraarticulares, dentro de la articulación de la rodilla, constan de los ligamentos cruzados y los meniscos. El tendón del poplíteo también es intraarticular durante una parte de su recorrido. Los ligamentos cruzados, que unen el fémur y la tibia, se entrecruzan dentro de la cápsula articular pero fuera de la cavidad articular (figs. 7-52 y 7-53). Los ligamentos cruzados se entrecruzan oblicuamente en forma de letra X. Durante la rotación interna de la tibia sobre el fémur, los ligamentos cruzados se enrollan uno sobre otro; de este modo, el grado de rotación interna posible está limitado a unos 10°. Debido a que se vuelven a desenrollar durante la rotación externa, son posibles cerca de 60° de rotación externa cuando se flexiona la rodilla más de 90°. El punto de entrecruzamiento de los ligamentos cruzados sirve como pivote para los movimientos rotatorios de la rodilla. Debido a su orientación oblicua, un ligamento cruzado, o parte de uno o de ambos ligamentos, está tenso en cada posición. 911 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 7-53. Ligamentos cruzados y meniscos de la articulación de la rodilla. A) Ligamento cruzado anterior. B) Ligamento cruzado posterior. En A y B, el fémur ha sido seccionado longitudinalmente y aproximadamente la mitad eliminado con la parte proximal del ligamento cruzado correspondiente. C) Inserciones a la meseta tibial. El tendón del cuádriceps está seccionado y la patela reflejada anteriormente. D) Los números de esta imagen se definen en la parte C. El ligamento cruzado anterior (LCA), el más débil de los dos ligamentos cruzados, se origina en el área intercondílea anterior de la tibia, justo posterior a la inserción del menisco medial (fig. 7-53). Se extiende superior, posterior y lateralmente para unirse a la porción posterior del lado medial del cóndilo lateral del fémur. El LCA limita el rodamiento posterior de los cóndilos del fémur sobre la cara articular superior de la tibia (meseta tibial) durante la flexión, convirtiéndolo en un giro. También previene el desplazamiento posterior del fémur sobre la tibia y la hiperextensión de la 912 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org articulación de la rodilla. Cuando la articulación está flexionada en ángulo recto, la tibia no puede ser traccionada anteriormente ya que está sujeta por el LCA. El LCA tiene una irrigación relativamente pobre. El ligamento cruzado posterior (LCP), el más fuerte de los dos ligamentos cruzados, se origina en el área intercondílea posterior de la tibia (fig. 7-53). El LCP pasa superior y anteriormente sobre el lado medial del LCA para unirse a la parte anterior de la cara lateral del cóndilo medial del fémur. El LCP limita el rodamiento anterior del fémur sobre la cara articular superior de la tibia (meseta tibial) durante la extensión, convirtiéndolo en un giro. También previene el desplazamiento anterior del fémur sobre la tibia o el desplazamiento posterior de la tibia sobre el fémur, y ayuda a prevenir la hiperflexión de la articulación de la rodilla. En la rodilla flexionada que soporta el peso corporal, el LCP es el principal factor estabilizador del fémur (p. ej., cuando caminamos cuesta abajo). Los meniscos de la articulación de la rodilla son placas semilunares de fibrocartílago, situadas sobre la cara articular superior de la tibia, que profundizan la superficie y participan en la absorción de choques (fig. 7-53 C y D). Los meniscos son gruesos en sus bordes externos y se adelgazan progresivamente hacia los bordes libres, en el interior de la articulación. Con forma de cuña, en sección transversal, los meniscos están fuertemente unidos por sus extremos al área intercondílea de la tibia. Sus bordes externos se unen a la membrana fibrosa dela cápsula de la articulación de la rodilla. TABLA 7-15. ESTRUCTURAS QUE LIMITAN LOS MOVIMIENTOS DE LA ARTICULACIÓN DE LA RODILLA Movimiento Estructuras limitantes Flexión (femoropatelar y femorotibial) Aposición posterior de tejidos blandos Tensión de los vastos lateral, medial e intermedio Tensión del recto femoral (especialmente con la articulación coxal extendida) Extensión (femoropatelar y femorotibial) Ligamentos: cruzado anterior y cruzado posterior, colaterales tibial y fibular, parte posterior de la cápsula articular y ligamento poplíteo oblicuo Rotación interna (femorotibial con la rodilla flexionada) Ligamentos: cruzado anterior y cruzado posterior Rotación externa (femorotibial con la rodilla flexionada) Ligamentos: colaterales tibial y fibular Modificado de Clarkson HM. Musculoskeletal Assessment. Joint Range of Motion and Manual of Muscle 913 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Strength. 2nd ed. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2000. Los ligamentos coronarios son fibras capsulares que unen los bordes de los meniscos a los cóndilos de la tibia. Una delgada banda fibrosa, el ligamento transverso de la rodilla, une los bordes anteriores de los meniscos (fig. 7-53 C) y permite que se muevan juntos durante los movimientos de la rodilla. El menisco medial tiene forma de C y es más ancho posterior que anteriormente. Su extremo (cuerno) anterior se une al área intercondílea anterior de la tibia, anterior al punto de unión del LCA. Su extremo (cuerno) posterior se une al área intercondílea posterior, anterior al punto de unión del LCP. El menisco medial se adhiere firmemente a la cara profunda del ligamento colateral tibial. El menisco lateral es casi circular y menor y se mueve más libremente que el menisco medial. El tendón del poplíteo separa el menisco lateral del ligamento colateral fibular. Una fuerte tira tendinosa, el ligamento meniscofemoral posterior, une el menisco lateral al LCP y al cóndilo medial del fémur (fig. 7-52 B). MOVIMIENTOS DE LA ARTICULACIÓN DE LA RODILLA La flexión y la extensión son los movimientos principales de la rodilla; cuando se flexiona la rodilla, se produce una pequeña rotación (tabla 7-15). Cuando la pierna está totalmente extendida con el pie sobre el suelo, la rodilla «se bloquea» pasivamente debido a la rotación interna del fémur sobre la tibia. Esta posición transforma el miembro inferior en una sólida columna, mejor adaptada para el soporte del peso corporal. Cuando la rodilla está bloqueada, los músculos del muslo y la pierna pueden relajarse brevemente sin hacer demasiado inestable la articulación de la rodilla. Para «desbloquear» la rodilla, se contrae el poplíteo, rotando externamente el fémur unos 5° sobre la cara articular superior de la tibia (meseta tibial) de manera que pueda producirse la flexión de la rodilla. Los meniscos deben poder moverse sobre la cara articular superior de la tibia (meseta tibial) a medida que cambian los puntos de contacto entre el fémur y la tibia. Tres caras pareadas (superior, media e inferior) de la superficie posterior de la patela se articulan con la superficie patelar del fémur de forma sucesiva durante la flexión y extensión de la rodilla (fig. 7-54). BOLSAS ALREDEDOR DE LA RODILLA Alrededor de la articulación de la rodilla hay 12 bolsas, como mínimo, debido a que muchos tendones discurren paralelos a los huesos y ejercen una tracción longitudinal a través de la articulación durante los movimientos de la rodilla (fig. 7-55; tabla 7- 16). Las bolsas subcutáneas prepatelar e infra-patelar se localizan en la superficie convexa de la articulación y permiten que la piel se desplace libremente durante los movimientos de la rodilla. Cuatro bolsas comunican con la cavidad articular de la articulación de la rodilla: la bolsa suprapatelar (profunda a la porción distal del 914 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org cuádriceps), la bolsa del músculo poplíteo, la bolsa anserina y la bolsa del músculo gastrocnemio. FIGURA 7-54. Articulación femoropatelar. A) Superficies articulares de la patela. B) Articulación de la patela con el fémur durante la flexión y extensión de la rodilla. 915 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 7-55. Bolsas que rodean la articulación de la rodilla y la parte proximal de la pierna. TABLA 7-16. BOLSAS ALREDEDOR DE ARTICULACIÓN DE LA RODILLA Bolsa Localización Comentarios Suprapatelar Entre el fémur y el tendón del cuádriceps femoral Se mantiene en posición mediante el músculo articular de la rodilla; comunica libremente con la cavidad sinovial de la articulación de la rodilla Poplítea Entre el tendón del poplíteo y el cóndilo lateral de la tibia Se abre en la cavidad sinovial de la articulación de la rodilla, inferior al menisco lateral Anserina Separa los tendones del sartorio, grácil y semitendinoso de la tibia y ligamento colateral tibial El área donde los tendones de estos músculos se insertan en la tibia se asemeja a una pata de ganso (anser en latín) 916 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Del gastrocnemio Se sitúa profunda a la inserción proximal del tendón de la cabeza medial del gastrocnemio Una extensión de la cavidad sinovial de la articulación de la rodilla Del semimembranoso Entre la cabeza medial del gastrocnemio y el tendón del semimembranoso Se relaciona con la inserción distal del semimembranoso Subcutánea prepatelar Entre la piel y la cara anterior de la patela Permite el movimiento libre de la piel sobre la patela durante los movimientos de la pierna Subcutánea infrapatelar Entre la piel y la tuberosidad de la tibia Ayuda a la rodilla a resistir las presiones que se crean al arrodillarse Infrapatelar profunda Entre el ligamento patelar y la cara anterior de la tibia Está separada de la articulación de la rodilla por el cuerpo adiposo infrapatelar FIGURA 7-56. Articulaciones tibiofibulares. A) Articulación tibiofibular superior y sindesmosis tibiofibular, vista posterior. El nivel de las secciones transversales se muestra en las partes B y C. La sección transversal pasa a través de la articulación tibiofibular. C) La sección transversal pasa a través de la sindesmosis tibiofibular. 917 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org ARTERIAS Y NERVIOS Las ramas geniculares que forman anastomosis genicular periarticular alrededor de la rodilla provienen de las ramas recurrentes femoral, poplítea, y las ramas recurrentes anterior y posterior de las arterias recurrente tibial anterior y circunfleja fibular (v. fig. 7-28 D). La rama media de la rodilla de la arteria poplítea perfora la membrana fibrosa de la cápsula articular e irriga los ligamentos cruzados, la membrana sinovial y los bordes periféricos de los meniscos. Los nervios de la articulación de la rodilla son ramos articulares de los nervios femoral, tibial y fibular común junto con los nervios obturador y safeno. C U A D R O C L Í N I C O Piernas arqueadas y rodillas en X El fémur está situado diagonalmente dentro del muslo, mientras que la tibia es casi vertical dentro de la pierna, con lo que se crea un ángulo, el ángulo Q, en la rodilla entre los ejes longitudinales de los huesos. Para valorar el ángulo Q, se dibuja una línea desde la EIAS hasta la mitad de la patela y se extrapola una segunda línea (vertical) a través de la mitad de la patela y la tuberosidad de la tibia (fig. C7-18 A). El ángulo Q es típicamente mayor en la mujer adulta, debido a su pelvis más ancha. La angulación medial de la pierna en relación con el muslo, en la que el fémur es anormalmente vertical y el ángulo Q es pequeño, se denomina piernas arqueadas (genu varum) y causa una distribución desigual del peso (fig. C7-18 B). El exceso de presión se ejerce sobre la cara medial de la articulación de la rodilla y provoca artrosis (destrucción del cartílago articular). Una angulación lateral de la pierna (fig. C7-18 C) en relación con el muslo (exageración del ángulo de la rodilla) se denomina rodillas en X (genuvalgum). En este caso, por tanto, el exceso de carga se sitúa sobre las estructuras laterales de la rodilla. La patela, por lo general traccionada lateralmente por el tendón del vasto lateral, es traccionada incluso más lateralmente cuando la pierna es extendida en el caso de las rodillas en X, de manera que su articulación con el fémur es anómala. 918 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA C7-18. Alineación de los huesos del miembro inferior. A) Alineación normal, B) genu varo, piernas arqueadas y C) genu valgo, rodillas en X. Síndrome femoropatelar Cuando se corre en exceso suele aparecer un dolor patelar profundo; por ello, este tipo de dolor se suele denominar «rodilla del corredor». El dolor se debe a los microtraumatismos repetidos provocados por el desplazamiento anormal de la patela respecto a la superficie patelar del fémur, situación que recibe el nombre de síndrome femopatelar. Este síndrome también puede deberse a una contusión directa sobre la patela o a la presencia de artrosis en el compartimento femoropatelar (desgaste degenerativo de los cartílagos articulares). En algunos casos, el refuerzo del vasto medial corrige la disfunción femopatelar. Este músculo tiende a oponerse a la luxación lateral de la patela debida al ángulo Q porque se inserta en el borde medial de la patela y tira de ella. En consecuencia, la debilidad del vasto medial predispone a la aparición de disfunción femoropatelar y a las luxaciones de la patela. Luxación de la patela Las luxaciones de la patela casi siempre son laterales. Son más frecuentes en las mujeres, probablemente a causa de su mayor ángulo Q, que aparte de indicar la oblicuidad del fémur en relación con la tibia también representa el ángulo de tracción del cuádriceps respecto a los ejes de la patela y de la tibia (de hecho, la denominación de ángulo Q se estableció para 919 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org hacer referencia al ángulo de tracción del cuádriceps). La tendencia a la luxación lateral normalmente queda contrarrestada por la tracción medial más horizontal del potente vasto medial. Además, la proyección más anterior del cóndilo lateral del fémur y la mayor pendiente de la carilla lateral de la patela impiden también la luxación lateral. Un desequilibrio entre la tracción lateral y los mecanismos que se oponen a ella provoca un desplazamiento anormal de la patela en la cara patelar del fémur y dolor patelar crónico, incluso aunque no se produzca luxación. Quistes poplíteos Los quistes poplíteos (quistes de Baker) son sacos anormales de membrana sinovial llenos de líquido que se sitúan en la región de la fosa poplítea. Un quiste poplíteo es casi siempre una complicación de un derrame crónico de la articulación de la rodilla. El quiste puede ser una hernia de la bolsa del gastrocnemio o del semimembranoso a través de la membrana fibrosa de la cápsula articular; esta hernia se comunica con la cavidad articular de la rodilla por medio de un estrecho pedículo. El líquido sinovial también puede proceder de la propia articulación de esta (derrame sinovial) o de una bolsa situada alrededor de la rodilla y acumularse en la fosa poplítea, donde forma un nuevo saco revestido de membrana sinovial, o quiste poplíteo. En los adultos, los quistes poplíteos pueden llegar a ser de gran tamaño (en ocasiones llegan a extenderse hasta la mitad de la pantorrilla) e interferir con los movimientos de la rodilla. Lesiones de la articulación de la rodilla Las lesiones de la articulación de la rodilla son frecuentes, ya que la rodilla es una articulación situada inferiormente, móvil, que soporta peso y cuya estabilidad depende casi por completo de sus ligamentos y músculos asociados. Las lesiones de la rodilla más frecuentes en los deportes de contacto son los esguinces ligamentosos, que ocurren cuando el pie está apoyado firmemente en el suelo. Si se aplica una fuerza contra la rodilla cuando el pie no puede moverse, es probable que ocurran lesiones ligamentosas. El LCT y el LCF están estirados firmemente cuando se extiende la pierna, previniendo la separación de los lados de la articulación de la rodilla. La fuerte inserción del LCT en el menisco medial tiene una importante significación clínica, ya que el desgarro de este ligamento provoca con frecuencia el desgarro concomitante del menisco medial. La lesión suele ser causada por un golpe en el lado lateral de la rodilla extendida o por una torsión lateral excesiva de la rodilla flexionada, que rompe el LCT y, al mismo tiempo, desgarra y/o separa el menisco medial de la cápsula articular. Esta lesión es frecuente en atletas que giran sus rodillas flexionadas cuando corren (p. ej., en el rugby y el fútbol). El LCA, que actúa como un pivote para los movimientos de rotación de la rodilla, se tensa durante la flexión y también puede desgarrarse tras la rotura del LCT (fig. C7-19 A). La rotura del LCA, una de las lesiones más frecuentes de la rodilla en, por ejemplo, 920 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org los accidentes de esquí, permite que la tibia libre se deslice anteriormente por debajo del fémur, un signo conocido como signo del cajón anterior (fig. C7-19 B). Aunque es un ligamento fuerte, la rotura del LCP puede producirse cuando una persona cae sobre la tuberosidad de la tibia cuando la rodilla está flexionada. Las roturas del LCP suelen estar acompañadas con desgarros de los ligamentos colaterales tibial o fibular. El signo del cajón posterior, en el que la tibia libre se desliza posteriormente por debajo del fémur fijado, ocurre como resultado de la rotura del LCP (fig. C7-19 C). Artroscopia de la articulación de la rodilla La artroscopia es una endoscopia que permite la visualización del interior de la cavidad articular de la rodilla con una mínima alteración de los tejidos (fig. C7-19 D). El artroscopio y una o más cánulas adicionales se insertan a través de pequeñas incisiones, conocidas como portales. La segunda cánula permite el paso de herramientas especializadas (p. ej., sondas manipuladoras o fórceps) o equipamiento para cortar, dar forma o extirpar el tejido dañado. Esta técnica permite la extirpación de meniscos desgarrados y cuerpos libres en la articulación, como esquirlas óseas, y el desbridamiento (la escisión de material cartilaginoso articular desvitalizado en casos avanzados de artrosis). Con la ayuda de un artroscopio, también puede realizarse la reparación o sustitución de ligamentos. Artroplastia de rodilla Si un paciente sufre una patología de rodilla producida, por ejemplo por artrosis, se le puede insertar una articulación de rodilla artificial (artroplastia total de rodilla, fig. C7-19 E). La rodilla artificial consta de componentes plásticos y metálicos que se cementan a los extremos óseos de fémur y tibia tras extirpar las áreas defectuosas. Bursitis en la región de la rodilla La bursitis prepatelar (rodilla de monja o de criada) es una bursitis por fricción causada normalmente por el roce entre la piel y la patela. Si la inflamación es crónica, la bolsa se halla distendida por el líquido y forma una tumefacción anterior a la rodilla (fig. C7-20). La bursitis subcutánea infrapatelar es el resultado de una fricción excesiva entre la piel y la tuberosidad de la tibia; el edema aparece sobre el extremo proximal de la tibia. La bursitis infrapatelar profunda provoca edema entre el ligamento patelar y la tibia, superior a la tuberosidad de la tibia. 921 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 922 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA C7-19. Lesiones de la articulación de la rodilla, artroscopia y artroplastia de rodilla 923 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA C7-20. Bursitis prepatelar (flecha). La bolsa suprapatelar se comunica con la cavidad articular de la articulación de la rodilla; por tanto, las abrasiones o las heridas penetrantes (p. ej., heridas por arma blanca) superiores a la patela pueden provocar bursitis suprapatelar causada por laentrada de bacterias que entran en la bolsa desde la piel desgarrada. La infección puede propagarse hacia la articulación de la rodilla. Articulaciones tibiofibulares La tibia y la fíbula están conectadas mediante dos articulaciones: la articulación tibiofibular superior y la sindesmosis tibiofibular (articulación tibiofibular inferior). Además, una membrana interósea une los cuerpos de los dos huesos (fig. 7-56). El movimiento en la articulación proximal es imposible sin el movimiento en la distal. Las fibras de la membrana interósea y todos los ligamentos de las articulaciones tibiofibulares discurren inferiormente desde la tibia hasta la fíbula, resistiendo la tracción hacia abajo ejercida sobre la fíbula por la mayoría de los músculos que se insertan en ella. No obstante, permiten un ligero movimiento hacia arriba de la fíbula durante la flexión dorsal del tobillo. La articulación tibiofibular superior es una articulación sinovial plana entre la carilla plana de la cabeza de la fíbula y una carilla similar localizada posterolateralmente en el cóndilo lateral de la tibia. La tensa cápsula articular rodea la articulación y se une a los bordes de las superficies articulares de la fíbula y la tibia. La cápsula articular está reforzada por los ligamentos anterior y posterior de la cabeza de la fíbula (fig. 7-56 B). La membrana sinovial tapiza la membrana fibrosa de la cápsula. Durante la flexión dorsal del tobillo, se producen ligeros movimientos de deslizamiento. La sindesmosis tibiofibular es una articulación fibrosa compuesta (fig. 7-56 C). La integridad de esta articulación es esencial para la estabilidad de 924 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org la articulación talocrural, ya que mantiene con firmeza el maléolo lateral contra la cara lateral del talus. El fuerte ligamento tibiofibular interóseo se continúa superiormente con la membrana interósea y forma la conexión principal entre los extremos distales de la tibia y la fíbula. La articulación está también reforzada anterior y posteriormente por los ligamentos tibiofibulares anterior y posterior. La continuación profunda y distal del ligamento tibiofibular inferior posterior, el ligamento (tibiofibular) transverso inferior, forma una fuerte conexión para la tróclea del talus entre los extremos distales de la tibia (maléolo medial) y la fíbula (maléolo lateral) y la «pared» posterior de la mortaja maleolar (fig. 7-57 B). Para acomodar el talus, durante la flexión dorsal del pie se producen ligeros movimientos de deslizamiento del tobillo. Articulación talocrural La articulación talocrural (del tobillo) es una articulación sinovial de tipo bisagra o gínglimo. Se localiza entre los extremos distales de la tibia y la fíbula y la parte superior del talus (fig. 7-57). SUPERFICIES ARTICULARES Los extremos distales de la tibia y la fíbula (junto con la parte transversa inferior del ligamento tibiofibular posterior) forman una mortaja maleolar (mortaja tibiofibular, cavidad profunda) en la que encaja la tróclea del talus en forma de polea (fig. 7-57 B). La tróclea es la superficie articular superior redondeada del talus. La cara medial del maléolo lateral se articula con la cara lateral del talus. La tibia se articula con el talus en dos zonas: Su cara inferior forma el techo de la mortaja maleolar y transfiere el peso corporal hacia el talus. Su maléolo medial se articula con la cara medial del talus. Los maléolos sujetan fuertemente el talus cuando este se balancea en la mortaja durante los movimientos de la articulación talocrural. La sujeción de los maléolos sobre la tróclea es más fuerte durante la flexión dorsal del tobillo, ya que este movimiento empuja la parte anterior de la tróclea, más ancha, hacia atrás y separa ligeramente la tibia y la fíbula hacia los lados. Esta separación está limitada por el fuerte ligamento tibiofibular interóseo y por los ligamentos tibiofibulares anterior y posterior que unen la tibia y la fíbula. La articulación talocrural muestra cierta inestabilidad durante la flexión plantar, pues la tróclea es más estrecha posteriormente y, por tanto, permanece libre dentro de la mortaja. 925 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org CÁPSULA ARTICULAR La cápsula articular es delgada anterior y posteriormente, aunque está reforzada a cada lado por fuertes ligamentos colaterales (fig. 7-58). La membrana fibrosa de la cápsula se une superiormente a los bordes de las superficies articulares de la tibia y maléolos, e inferiormente al talus. La membrana sinovial que tapiza la membrana fibrosa de la cápsula articular se extiende superiormente entre la tibia y la fíbula hasta el ligamento tibiofibular interóseo. FIGURA 7-57. Huesos de la pierna y articulación talocrural. A) Huesos in situ. B) Radiografía posteroanterior. C) Radiografía lateral. D) Radiografía anteroposterior. LIGAMENTOS La articulación talocrural está reforzada lateralmente mediante el ligamento colateral lateral del tobillo, que consta de tres ligamentos separados (fig. 7-58 A y C): El ligamento talofibular anterior, una débil banda aplanada que se extiende anteromedialmente desde el maléolo lateral hasta el cuello del 926 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org talus. El ligamento talofibular posterior, una banda gruesa y bastante fuerte que discurre horizontalmente, medial y ligeramente posterior, desde la fosa maleolar de la fíbula hasta el tubérculo lateral del talus. El ligamento calcaneofibular, un cordón redondeado que pasa posteroinferiormente desde el vértice del maléolo lateral hasta la cara lateral del calcáneo. La cápsula articular de la articulación talocrural se refuerza medialmente con el fuerte y voluminoso ligamento colateral medial (ligamento deltoideo), que se une proximalmente al maléolo medial y se extiende como un abanico desde este para unirse distalmente al talus, el calcáneo y el navicular a través de cuatro porciones adyacentes y continuas (fig. 7-58 B): la porción tibionavicular, la porción tibiocalcánea y las porciones tibiotalares anterior y posterior. El ligamento colateral medial estabiliza la articulación talocrural durante la eversión del pie y previene la subluxación (luxación parcial) de la articulación del tobillo. MOVIMIENTOS Los principales movimientos de la articulación talocrural son la flexión dorsal (elevación de la parte anterior del pie y los dedos) y la flexión plantar del pie (depresión de la parte posterior del pie y los dedos). Cuando el la articulación del tobillo está en flexión plantar, es posible un cierto «balanceo» (pequeños movimientos de abducción, aducción, inversión y eversión) en esta posición inestable. Las estructuras que limitan los movimientos de la articulación talocrural se resumen en la tabla 7-17. 927 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 7-58. Ligamentos de las articulaciones talocrural y talocalcánea. TABLA 7-17. ESTRUCTURAS QUE LIMITAN LOS MOVIMIENTOS DE LA ARTICULACIÓN DEL TOBILLO Movimiento Estructuras limitantes 928 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Flexión plantar Ligamentos: talofibular anterior, porción anterior del ligamento medial del tobillo, parte anterior de la cápsula articular Contacto del talus con la tibia Tensión de los flexores dorsales del pie Flexión dorsal Ligamentos: colateral medial del tobillo, calcaneofibular, talofibular posterior, parte posterior de la cápsula articular Contacto del talus con la tibia Tensión de los flexores plantares del pie Modificado de Clarkson HM. Musculoskeletal Assessment. Joint Range of Motion and Manual of Muscle Strength. 2nd ed. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2000. FIGURA 7-59. Articulaciones del tobillo y talocalcáneas. A) RM coronal. B) Sección coronal. C U A D R O C L Í N I C O Atrapamiento del nervio tibial El atrapamiento y compresión del nervio tibial (síndrome del túnel del tarso) ocurre cuando hay edema y rigidez en el tobillo que afectan a las vainas sinoviales de los tendones de los músculos del compartimentoposterior de la pierna. El área afectada va del maléolo medial al calcáneo. El dolor del talón se debe a la compresión del nervio tibial por el retináculo de los músculos flexores. 929 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Esguinces de tobillo El tobillo (articulación talocrural) es la articulación importante del cuerpo que se lesiona con mayor frecuencia. Los esguinces de tobillo (desgarros fibrilares de los ligamentos) son muy frecuentes. Un esguince de tobillo casi siempre es una lesión por inversión debida a una torcedura del pie cuando este se encuentra en flexión plantar y sometido a carga de peso. El ligamento talofibular anterior, que forma parte del ligamento colateral lateral, es el que se desgarra total o parcialmente con mayor frecuencia en los esguinces de tobillo; como consecuencia, aparece inestabilidad en la articulación talocrural. También se puede desgarrar el ligamento calcaneofibular. Fractura-luxación de Pott del tobillo Una fractura-luxación de Pott del tobillo se produce cuando se fuerza la eversión del pie. Esta acción tracciona el ligamento colateral medial (deltoideo), que es extremadamente fuerte, y suele arrancar el maléolo medial (fig. C7-21). A continuación, el talus se mueve lateralmente, cizallando el maléolo lateral o, más a menudo, rompiendo la fíbula superior a la sindesmosis tibiofibular. Si la tibia es empujada anteriormente, el borde posterior del extremo distal de la tibia también resulta cizallado por el talus. FIGURA C7-21. Fracturas-luxaciones de la articulación del tobillo. 930 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org La flexión dorsal del pie (dorsiflexión) se produce por medio de los músculos del compartimento anterior de la pierna. En general, la flexión dorsal está limitada por la resistencia pasiva del tríceps sural al estiramiento y por la tensión en los ligamentos colaterales medial y lateral. La flexión plantar del pie se produce por medio de los músculos del compartimento posterior de la pierna. ARTERIAS Y NERVIOS Las arterias derivan de las ramas maleolares de las arterias fibular y tibiales anterior y posterior. Los nervios provienen de los nervios tibial y fibular profundo. Articulaciones del pie Las articulaciones del pie implican a los huesos del tarso, los huesos metatarsianos y las falanges (figs. 7-59 a 7-61; tabla 7-19). Las articulaciones intertarsianas más importantes son la articulación talocalcánea y la articulación transversa del tarso (articulaciones calcaneocuboidea y talocalcaneonavicular). La inversión y la eversión del pie son los movimientos principales que implican a estas articulaciones. Las otras articulaciones intertarsianas y las articulaciones tarsometatarsianas e intermetatarsianas son relativamente pequeñas y están unidas por fuertes ligamentos que solo permiten ligeros movimientos entre ellas. En el pie, la flexión y la extensión se producen en el antepié al nivel de las articulaciones metatarsofalángicas e interfalángicas. Todos los huesos del pie proximales a las articulaciones metatarsofalángicas están unidos por ligamentos dorsales y plantares. La articulación talocalcánea se encuentra donde el talus se apoya sobre el calcáneo y se articula con él (fig. 7-59). La articulación talocalcánea es una articulación sinovial rodeada por una débil cápsula articular y que se sostiene mediante los ligamentos talocalcáneos medial, lateral, posterior e interóseo. El ligamento talocalcáneo interóseo se sitúa dentro del seno del tarso, que separa las articulaciones talocalcánea y calcaneonavicular y es especialmente fuerte. La articulación transversa del tarso es una articulación compuesta formada por la porción talonavicular de la articulación talocalcaneonavicular y la articulación calcaneocuboidea, dos articulaciones separadas alineadas transversalmente (fig. 7-61). La sección transversal a través de la articulación transversa del tarso es un método estándar de amputación quirúrgica del pie. Los ligamentos principales de la cara plantar del pie (figura 7-60) son: El ligamento calcaneonavicular plantar (resorte), que se extiende a través de una hendidura, en forma de cuña, entre el sustentáculo tali y el 931 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org borde inferior de la cara articular posterior del navicular y la cierra. Este ligamento sostiene la cabeza del talus y juega un papel importante en la transferencia de peso desde el talus y en el mantenimiento del arco longitudinal del pie. FIGURA 7-60. Ligamentos plantares. A y B) Etapas secuenciales de disección de la planta del pie derecho que muestra las inserciones de los ligamentos y tendones de los músculos inversores (i) y eversores (e) largos. 932 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 7-61. Articulaciones del pie. TABLA 7-18. ESTRUCTURAS QUE LIMITAN LOS MOVIMIENTOS DEL PIE Y DE SUS DEDOS Movimiento Articulación Estructuras limitantes Inversión Talocalcánea, transversa del tarso Ligamentos: ligamento colateral lateral del tobillo, ligamento talocalcáneo lateral, parte lateral de la cápsula articular Tensión de los músculos eversores del pie Eversión Talocalcánea, transversa del tarso Ligamentos: ligamento colateral medial del tobillo, ligamento talocalcáneo medial, parte medial de la cápsula articular Tensión del tibial posterior, flexor largo del dedo gordo, flexor largo de los dedos Contacto del talus con el calcáneo Flexión MTF, IFP, IFD MTF: tensión de la parte posterior de la cápsula articular, músculos extensores, ligamentos colaterales IFP: aposición de tejidos blandos, tensión de ligamentos colaterales y 933 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org parte posterior de la cápsula articular IFD: tensión en los ligamentos colaterales y retináculos oblicuos y parte posterior de la cápsula articular Extensión MTF, IFP, IFD MTF: tensión de la parte plantar de la cápsula articular, ligamentos plantares y músculos flexores Tensión del tibial posterior, flexor largo del dedo gordo, flexor largo de los dedos Contacto del talus con el calcáneo IFP: tensión de la parte plantar de la cápsula articular| IFD: ligamentos plantares y parte plantar de la cápsula articular Abducción MTF Ligamentos: ligamentos colaterales y parte medial de la cápsula articular Tensión de los músculos aductores Piel de la membrana interdigital Aducción MTF Aposición de los dedos IFD, articulaciones interfalángicas distales (dedos 2.⍛-5.⍛); IFP, articulaciones interfalángicas proximales; MTF, articulaciones metatarsofalángicas. Modificado de Clarkson HM. Musculoskeletal Assessment. Joint Range of Motion and Manual of Muscle Strength. 2nd ed. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2000. TABLA 7-19. ARTICULACIONES DEL PIE 934 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org El ligamento plantar largo, que pasa desde la cara plantar del calcáneo hacia el surco para el tendón del músculo fibular largo del cuboides. Algunas de sus fibras se extienden hasta las bases de los metatarsianos y forman así un túnel para el tendón del fibular largo. El ligamento plantar largo es importante para el mantenimiento del arco longitudinal del pie. El ligamento calcaneocuboideo plantar (ligamento plantar corto), que se localiza profundo al ligamento plantar largo. Se extiende desde la cara anterior de la superficie inferior del calcáneo hasta la cara inferior del cuboides. También está implicado en el mantenimiento del arco longitudinal del pie. Las estructuras que limitan los movimientos de los pies y los dedos de los pies se resumen en la tabla 7-18. Arcos del pie El pie está constituido por numerosos huesos conectados mediante ligamentos que proporcionan una flexibilidad considerable y le permiten deformarse en cada contacto con el suelo, absorbiendo así la mayor parte del choque. Además, los huesos del tarso y del metatarso están dispuestos en forma de arcos, longitudinal y transverso, sostenidos pasivamente y mantenidos activamente mediante tendones flexibles que 935 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.orgaumentan las capacidades de soporte del peso corporal y la elasticidad del pie (fig. 7- 62). Los arcos distribuyen el peso superior al pie (plataforma podal) actuando no solo como amortiguadores del choque, sino también como trampolines para la propulsión durante la marcha, la carrera y el salto. Los arcos elásticos aumentan la capacidad del pie para adaptarse a los cambios del contorno de la superficie. El peso del cuerpo se transmite hacia el talus desde la tibia. Después se transmite posteriormente hacia el calcáneo y anteriormente hacia la «bola del pie» (los huesos sesamoideos del 1.er metatarsiano y la cabeza del 2.° metatarsiano); cuando es necesario para el equilibrio y el confort, el peso/la presión es compartido/a lateralmente con las cabezas de los metatarsianos 3.°-5.° (fig. 7-62 A). Entre estos puntos de soporte del peso corporal se hallan los arcos relativamente elásticos del pie, los cuales se encuentran ligeramente aplanados por el peso corporal en bipedestación, aunque recuperan normalmente su curvatura cuando se liberan de ese peso. El arco longitudinal del pie está constituido por las porciones medial y lateral (fig. 7-62 B). Funcionalmente, ambas porciones actúan como una unidad con el arco transverso, difundiendo el peso en todas direcciones. El arco longitudinal medial es más elevado e importante que el lateral. El arco longitudinal medial está formado por el calcáneo, el talus, el navicular, los tres cuneiformes y los tres primeros huesos metatarsianos. La cabeza del talus es la clave del arco longitudinal medial. Los músculos tibiales anterior y posterior a través de sus inserciones tendinosas ayudan a soportar el arco longitudinal medial (fig. 7-62 C). El tendón del fibular largo, que pasa de lateral a medial, también ayuda a sostener este arco. El arco longitudinal lateral es más aplanado que la porción medial del arco y apoya en el suelo en la bipedestación. Está constituido por el calcáneo, el cuboides y los dos metatarsianos laterales. El arco transverso del pie cruza de uno a otro lado. Está formado por el cuboides, los cuneiformes y las bases de los metatarsianos. Las porciones medial y lateral del arco longitudinal sirven como pilares para el arco transverso. Los tendones del fibular largo y del tibial posterior, que atraviesan la planta del pie oblicuamente, ayudan a mantener la curvatura del arco transverso. La integridad de los arcos óseos del pie se mantiene mediante factores pasivos y soportes dinámicos (fig. 7-62 C). Los factores pasivos incluyen la forma de los huesos que los componen y cuatro capas sucesivas de tejido fibroso: la aponeurosis plantar, el ligamento plantar largo, el ligamento calcaneocuboideo plantar (plantar corto) y el ligamento calcaneonavicular (resorte). El soporte dinámico incluye la acción tónica activa (refleja) de los músculos intrínsecos del pie, así como la contracción activa y tónica de los músculos con tendones largos que se extienden por el pie (flexor largo del dedo gordo y flexor largo de los dedos para el arco longitudinal y fibular 936 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org largo y tibial anterior para el arco transverso). De estos elementos, los ligamentos plantares y la aponeurosis plantar soportan la mayor parte de la carga y son los más importantes en el mantenimiento de los arcos. FIGURA 7-62. Arcos del pie. A) Áreas de soporte del peso en el pie. B) Arcos longitudinales medial y lateral del pie. C) Elementos de soporte pasivo y dinámico del pie. Hay 4 capas de soporte pasivo (1-4). C U A D R O C L Í N I C O Deformidad en valgo del dedo gordo La deformidad en valgo del dedo gordo (hallux valgus) está causada por la presencia de una enfermedad articular degenerativa; se caracteriza por la desviación lateral del dedo gordo (en latín, hallux). 937 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org En algunas personas, la desviación es tan grande que el 1.er dedo se solapa al 2.º dedo. Estos individuos son incapaces de separar ambos dedos, ya que los huesos sesamoideos situados bajo la cabeza del 1.er metatarsiano están desplazados y se sitúan en el espacio entre las cabezas de los 1.er y 2.º metatarsianos. Además, puede formarse una bolsa subcutánea debido a la presión y fricción contra el calzado. El engrosamiento de la bolsa (con frecuencia inflamada y sensible) y/o la hiperostosis reactiva de la cabeza del 1.er metatarsiano provocan una protuberancia llamada juanete (fig. C7-22). Pie plano El pie plano adquirido («arcos caídos») es probablemente secundario a la disfunción del tibial anterior debida a traumatismo, degeneración a causa de la edad o desnervación. En ausencia de soporte dinámico o pasivo normal, el ligamento calcaneonavicular plantar no puede soportar la cabeza del talus. Por tanto, la cabeza del talus se desplaza inferomedialmente y se hace prominente. Como resultado, se produce un cierto aplanamiento de la porción medial del arco longitudinal junto con una desviación lateral del antepié (fig. C7-23). El pie plano es corriente en personas ancianas, sobre todo si permanecen mucho tiempo de pie o aumentan rápidamente de peso, lo que implica una sobrecarga (estrés) de los músculos y un aumento de la tensión sobre los ligamentos que soportan los arcos. 938 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA C7-22. Deformidad en valgo del dedo gordo, el juanete y los callos. 939 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA C7-23. Pie plano. TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO POR LA IMAGEN Miembro inferior 940 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 7-63. Secciones transversas (A y B) y RM (C y D) del muslo. 941 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 7-64. Secciones transversas (A a C) y RM (D a F) de la pierna. http://thepoint.lww.com/espanol-Moore6e 942 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org http://thepoint.lww.com/espanol-Moore6e Push Button0:
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