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FIGURA 8-62. Fosa pterigopalatina: comunicaciones y contenido. La fosa pterigopalatina comunica con la mayoría de los compartimentos de la cara profunda de muchas vías de paso (forámenes, fisuras y conductos). A) Fotografía. B) Ilustración esquemática. FOSA PTERIGOPALATINA La fosa pterigopalatina es un pequeño espacio piramidal inferior al vértice de la órbita. Se sitúa entre el proceso pterigoides del esfenoides posteriormente y la cara posterior del maxilar anteriormente (fig. 8-62 A). La frágil lámina perpendicular del hueso palatino forma su pared medial. El techo incompleto de la fosa pterigopalatina está formado por el ala mayor del esfenoides. El suelo de la fosa pterigopalatina es el proceso piramidal del hueso palatino. Su amplio extremo superior se abre en la fisura orbitaria inferior; su extremo inferior está cerrado excepto por los forámenes palatinos. La fosa pterigopalatina comunica (fig. 8-62 B): Lateralmente, con la fosa infratemporal a través de la fisura pterigomaxilar. 1074 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Medialmente con la cavidad nasal a través del foramen esfenopalatino. Anterosuperiormente con la órbita a través de la fisura orbitaria inferior. Posterosuperiormente con la fosa craneal media a través del foramen redondo y el conducto pterigoideo. La fosa pterigopalatina contiene: El nervio maxilar (NC V2), con el que están relacionados el nervio del conducto pterigoideo y el ganglio pterigopalatino (figs. 8-63 y 8-64 B). La porción terminal (pterigopalatina o tercera) de la arteria maxilar y sus ramas (figs. 8-43 y 8-64 A), así como las venas satélites (tributarias del plexo venoso pterigoideo). El nervio maxilar (NC V2) entra en la fosa pterigopalatina posterosuperiormente a través del foramen redondo y discurre anterolateralmente por la fosa (figs. 8-63 y 8-64). Dentro de la fosa, el nervio maxilar da el nervio cigomático, que se divide en nervios cigomaticofacial y cigomaticotemporal (fig. 8-63 A). Estos nervios emergen del hueso cigomático a través de los forámenes craneales del mismo nombre e inervan la región lateral de la mejilla y la sien. El nervio cigomaticotemporal también da origen a un ramo comunicante, que transporta fibras parasimpáticas secretomotoras para la glándula lagrimal por medio del nervio lagrimal del NC V1. 1075 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-63. Nervios de la fosa pterigopalatina. A) Fosa pterigopalatina vista a través del suelo de la órbita para mostrar el nervio maxilar (NC V2) y sus ramos. B) La fosa vista lateralmente. Parte de la pared lateral del seno maxilar se ha eliminado. C) Sección coronal, que muestra los nervios nasopalatino y palatinos mayor y menor. Todavía en la fosa pterigopalatina, el nervio maxilar da origen también a los dos ramos ganglionares del nervio maxilar (nervios pterigopalatinos), que sustentan al ganglio pterigopalatino parasimpático en la porción superior de la fosa pterigopalatina (fig. 8-63 A y B). Los ramos ganglionares del nervio maxilar transportan fibras sensitivas generales del nervio maxilar, que atraviesan el ganglio pterigopalatino sin hacer sinapsis e inervan la nariz, el paladar, la tonsila y las encías (fig. 8-64 B y E). El nervio maxilar abandona la fosa pterigopalatina a través de la fisura orbitaria inferior, después de lo cual se denomina nervio infraorbitario. Las fibras parasimpáticas del ganglio pterigopalatino proceden del nervio facial por medio de su primer ramo, el nervio petroso mayor (fig. 8- 1076 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 64 C). Este nervio se une al nervio petroso profundo cuando pasa a través del foramen rasgado para formar el nervio del conducto pterigoideo, que discurre anteriormente a través de este conducto hasta la fosa pterigopalatina. Las fibras parasimpáticas del nervio petroso mayor hacen sinapsis en el ganglio pterigopalatino (fig. 8-64 D). FIGURA 8-64. Esquema de las arterias y nervios de la fosa pterigopalatina. A) Parte pterigopalatina de la arteria maxilar. B) Parte pterigopalatina del nervio maxilar. C) Ganglio pterigopalatino in situ. D) Recorrido de las fibras parasimpáticas. E) Recorrido de las fibras simpáticas. El nervio petroso profundo es un nervio simpático que se origina en el plexo carotídeo interno (fig. 8-64 C y E). Transporta fibras postsinápticas desde los cuerpos neuronales del ganglio simpático cervical superior. De este modo, estas fibras no hacen sinapsis en el ganglio pterigopalatino, sino que 1077 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org pasan directamente para unirse a los ramos del ganglio (nervio maxilar). Las fibras parasimpáticas y simpáticas postsinápticas pasan hacia la glándula lagrimal y las glándulas de la cavidad nasal, paladar y porción superior de la faringe (fig. 8-63 C). La arteria maxilar, una rama terminal de la arteria caróti- da externa, discurre anteriormente y atraviesa la fosa infratemporal. Pasa sobre el músculo pterigoideo lateral y penetra en la fosa pterigopalatina. La porción pterigopalatina de la arteria maxilar, su tercera porción, pasa a través de la fisura pterigomaxilar y entra en la fosa pterigopalatina (fig. 8-64 A). La arteria da origen a ramas que acompañan a todos los nervios de la fosa con los mismos nombres. Las ramas de la tercera porción, o porción pterigopalatina, de la arteria maxilar (fig. 8-64 B) son: Arteria alveolar superior posterior. Arteria palatina descendente, que se divide en arterias palatinas mayor y menor. Arteria del conducto pterigoideo. Arteria esfenopalatina, que se divide en ramas nasales posteriores laterales para la pared lateral de la cavidad nasal y sus senos paranasales asociados y las ramas septales posteriores (fig. 8-63 C). Arteria infraorbitaria, que da origen a la arteria alveolar superior anterior y termina como ramas para el párpado inferior, nariz y labio superior. NARIZ La nariz es la porción de la vía respiratoria superior al paladar duro y contiene el órgano periférico del olfato. Incluye la nariz propiamente dicha y las cavidades nasales, que están divididas en cavidades, izquierda y derecha, por el septo nasal (fig. 8-65 A). Cada cavidad nasal se puede dividir en una porción olfatoria y una porción respiratoria. Las funciones de la nariz y cavidades nasales son: Olfato. Respiración. Filtración del polvo. Humidificación del aire inspirado. Recepción y eliminación de secreciones de la mucosa nasal, los senos paranasales y los conductos nasolagrimales. Nariz propiamente dicha La nariz propiamente dicha varía considerablemente de tamaño forma, debido 1078 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org principalmente a las diferencias en los cartílagos nasales. El dorso de la nariz se extiende desde su ángulo superior, la raíz (fig. 8-65 A), hasta el ápice (punta) de la nariz. La superficie inferior de la nariz está atravesada por dos aberturas piriformes, las narinas (orificios nasales, aberturas nasales anteriores), que están limitadas lateralmente por las alas de la nariz y separadas una de otra por el septo nasal. La nariz propiamente dicha está constituida por porciones ósea y cartilaginosa (fig. 8-65 B). La porción ósea de la nariz consta de las siguientes partes: Los huesos nasales. Los procesos frontales de los maxilares. La porción nasal del hueso frontal y su espina nasal. La porción ósea del septo nasal. La porción cartilaginosa de la nariz consta de cinco cartílagos principales: dos procesos laterales del cartílago del septo nasal (cartílagos laterales), dos cartílagos alares y un cartílago del septo nasal. Los cartílagos alares, en forma de U, son libres y móviles; dilatan o contraen las narinas cuando se contraen los músculos que actúan sobre la nariz. Cavidades nasales Las cavidades nasales, con entrada a través de las narinas (fig. 8-65 A), se abren posteriormente en la nasofaringe a través de las coanas. La mucosa tapiza las cavidades nasales, excepto el vestíbulo nasal, que está recubierto de piel (fig. 8-66). La mucosa nasal está firmementeunida al periostio y pericondrio de los huesos y cartílagos de soporte de la nariz (fig. 8-67 A). La mucosa se continúa con el recubrimiento de todas las cámaras con las que se comunican las cavidades nasales: la nasofaringe posteriormente, los senos paranasales superior y lateralmente, y el saco lagrimal y la conjuntiva superiormente. Los dos tercios inferiores de la mucosa nasal forman la porción respiratoria y el tercio superior, la porción olfatoria (fig. 8-67 B). El aire que pasa por el área respiratoria es calentado y humedecido antes de pasar a través del resto de la vía respiratoria superior hacia los pulmones. La porción olfatoria es un área de mucosa especializada que contiene el órgano periférico del olfato; la acción de olfatear transporta el aire hacia el área. Las prolongaciones centrales de las neuronas receptoras olfatorias del epitelio olfatorio se unen para formar haces nerviosos que atraviesan la lámina cribosa (que en conjunto constituyen el nervio olfatorio (NC I) [fig. 8-67 B]) y entran en el bulbo olfatorio (v. cap. 9, fig. 9-5). 1079 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-65. Nariz. A) Anatomía de superficie. B) Huesos y cartílagos de la nariz. Los cartílagos están retraídos inferiormente. 1080 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-66. Características y orificios de la pared lateral de la nariz. Partes de los cornetes se han eliminado para mostrar los orificios de los senos y otras estructuras. Los límites de la cavidad nasal (fig. 8-67 A) son: El techo de la cavidad nasal es curvo y estrecho, excepto en el extremo posterior. El suelo de la cavidad nasal es más ancho que el techo y está formado por el paladar duro. La pared medial de la cavidad nasal está formada por el septo nasal, cuyos principales componentes son la lámina perpendicular del etmoides, el vómer, el cartílago del septo nasal y las crestas nasales de los huesos maxilar y palatino. La pared lateral de la cavidad nasal es irregular debido a las conchas nasales (superior, media e inferior), tres elevaciones en forma de rollos de pergamino que se proyectan inferiormente. Las conchas nasales se incurvan inferomedialmente y cada una de ellas forma el techo de un meato, o receso. Las conchas nasales (cornetes) dividen la cavidad nasal en cuatro pasajes (figs. 8-66 y 8-67 A): receso esfenoetmoidal, meato nasal superior, meato nasal medio y meato nasal inferior. El receso esfenoetmoidal, situado superoposterior a la concha nasal superior, recibe la abertura del seno esfenoidal. El meato nasal superior es un pasaje estrecho entre las conchas 1081 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org nasales superior y media (porciones del hueso etmoides) en el que desembocan las celdillas etmoidales posteriores mediante uno o más orificios. El meato nasal medio es más largo y profundo que el superior. La porción anterosuperior de este meato conduce al interior del infundíbulo etmoidal, una abertura a través de la cual se comunica, por medio del conducto frontonasal, con el seno frontal. El hiato semilunar es un surco semicircular en el que desemboca el conducto frontonasal. La bulla etmoidal, una elevación redondeada localizada superior al hiato semi-lunar, es visible cuando se extirpa la concha nasal media. La bulla está formada por las celdillas etmoidales medias, que constituyen los senos etmoidales (fig. 8- 66). En el extremo posterior del hiato semilunar también se abre el seno maxilar. El meato nasal inferior es un pasaje horizontal, inferolateral a la concha nasal inferior (un hueso independiente, par). El conducto nasolagrimal del saco lagrimal se abre en la porción anterior de este meato. La irrigación arterial de las paredes medial y lateral de la cavidad nasal procede de ramas de la arteria esfenopalatina, las arterias etmoidales anterior y posterior, la arteria palatina mayor y la arteria labial superior y las ramas nasales laterales de la arteria facial (figs. 8-63 C y 8-67 C). En la parte anterior del septo nasal hay un área rica en capilares (área de Kiesselbach), donde las cinco arterias que irrigan el tabique se anastomosan. A menudo, en esta área se producen profusas hemorragias de la nariz. Un rico plexo venoso drena, profundo a la mucosa nasal, en las venas esfenopalatinas, facial y oftálmicas. La inervación de la mitad posteroinferior de los dos tercios inferiores de la mucosa nasal procede del NC V2 principalmente, por medio del nervio nasopalatino para el septo nasal y de los ramos nasales posteriores del nervio palatino mayor para la pared lateral (fig. 8-67 B). La porción anterosuperior de la mucosa nasal (tanto el tabique como la pared lateral) está inervada por los nervios etmoidales anteriores, ramos del NC V1. 1082 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-67. Huesos, arterias y nervios de la pared lateral de la nariz y el septo nasal. 1083 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-68. Senos paranasales. A) Los senos paranasales del lado derecho se han abierto, siguiendo un abordaje nasal, y se han identificado por colores. B) Radiografía lateral. C) TC coronal. Senos paranasales Los senos paranasales son extensiones rellenas de aire de la porción respiratoria de la cavidad nasal en el interior de los siguientes huesos craneales: frontal, etmoides, esfenoides y maxilar (fig. 8-68). Se nombran de acuerdo con los huesos en que se localizan. Los senos frontales se hallan entre las tablas externa e interna del hueso frontal, posteriores a los arcos superciliares y a la raíz de la nariz. Cada seno drena a través del conducto fronto-nasal en el infundíbulo etmoidal, que se abre en el hiato semilunar del meato nasal medio (fig. 8-66). Los senos frontales están inervados por ramos de los nervios supraorbitarios (NC V1). Las celdillas etmoidales (senos) incluyen varias cavidades, que se encuentran dentro de las masas laterales del etmoides entre la cavidad nasal y la órbita. Las celdillas etmoidales anteriores drenan directa o indirectamente en el meato nasal medio a través del infundíbulo etmoidal 1084 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org (fig. 8-66). Las celdillas etmoidales medias se abren directamente en el meato nasal medio. Las celdillas etmoidales posteriores, que forman la bulla etmoidal, desembocan directamente en el meato nasal superior. Las celdillas etmoidales están inervadas por los ramos etmoidales anteriores y posteriores de los nervios nasociliares (NC V1). Los senos esfenoidales, separados y divididos irregular-mente por un tabique óseo, ocupan el cuerpo del esfenoides; en los ancianos, pueden extenderse hacia el interior de sus alas. Debido a estos senos, el cuerpo del esfenoides es frágil. Tan solo unas delgadas láminas de hueso separan los senos de varias estructuras importantes: los nervios ópticos y el quiasma óptico, la hipófisis, las arterias carótidas internas y los senos cavernosos. Los senos esfenoidales están inervados e irrigados por el nervio y la arteria etmoidales posteriores, respectivamente. Los senos maxilares son los más grandes de los senos paranasales (fig. 8-68). Estas amplias cavidades piramidales ocupan el cuerpo de los maxilares. El vértice del seno maxilar se extiende hacia el hueso cigomático y a menudo por el interior de este. La base del seno maxilar forma la porción inferior de la pared lateral de la cavidad nasal. El techo del seno maxilar está formado por el suelo de la órbita. El suelo del seno maxilar está formado por la porción alveolar del maxilar. Las raíces de los dientes maxilares, en especial de los dos primeros dientes molares, producen a menudo elevaciones cónicas en el suelo del seno maxilar. Cada seno drena por medio de una abertura, el orificio del seno maxilar (figs. 8-66 y 8-68), en el meato nasal medio de la cavidad nasal a través del hiato semilunar. A causa de la localización superior de esta abertura, cuando la cabeza está erecta, el seno es incapaz de drenar hasta que se llena. La irrigación arterial del senomaxilar procede principalmente de las ramas alveolares superiores de la arteria maxilar; aunque ramas de la arteria palatina mayor irrigan el suelo del seno. C U A D R O C L Í N I C O Fracturas nasales Debido a la prominencia de la nariz, las fracturas de los huesos nasales son frecuentes en accidentes de automóvil y en la práctica deportiva (a menos que se utilicen protectores faciales). Las fracturas suelen originar deformaciones de la nariz, especialmente cuando se recibe una fuerza lateral con el codo de otra persona, por ejemplo. Suele producirse una epistaxis (hemorragia nasal). En las fracturas graves, la rotura de huesos y cartílagos origina un 1085 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org desplazamiento de la nariz. Cuando la lesión es producto de un golpe directo, puede producirse una fractura de la lámina cribosa del etmoides, y a menudo da lugar a una rinorraquia de LCE (salida del LCE por la nariz). Desviación de septo nasal El septo nasal suele estar desviado hacia uno u otro lado (fig. C8-13). Aunque esta desviación puede ser consecuencia de un parto traumático, es más frecuente que se produzca en la adolescencia y la edad adulta por un traumatismo (p. ej., en una pelea a puñetazos). A veces la desviación es tan intensa que el septo nasal se halla en contacto con la pared lateral de la cavidad nasal, lo que a menudo dificulta la respiración o exacerba el ronquido. La desviación puede corregirse quirúrgicamente. FIGURA C8-13. Desviación de septo nasal. Rinitis La mucosa nasal aparece tumefacta e inflamada (rinitis) durante las infecciones respiratorias altas y en reacciones alérgicas (p. ej., fiebre del heno). El edema de esta mucosa se produce rápidamente debido a su vascularización y sus abundantes glándulas mucosas. Las infecciones de las cavidades nasales pueden propagarse a: La fosa craneal anterior a través de la lámina cribosa. Los tejidos blandos de la nasofaringe y retrofaringe. El oído medio a través de la tuba auditiva (faringotimpánica), que conecta la cavidad timpánica y la nasofaringe. Los senos paranasales. El aparato lagrimal y la conjuntiva. Epistaxis La epistaxis (hemorragia nasal) es relativamente frecuente debido a la rica vascularización de la mucosa nasal (fig. 8-67 C). En la mayoría de los casos, la causa es un traumatismo y la hemorragia se localiza en un área del tercio anterior de la nariz (área de Kiesselbach). La epistaxis se asocia 1086 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org también a infecciones e hipertensión. La salida de sangre de la nariz a borbotones es consecuencia de la rotura de estas arterias. La epis-taxis moderada también puede estar causada por el acto de urgarse la nariz, que desgarra las venas del vestíbulo nasal. Sinusitis Como los senos paranasales continúan con las cavidades nasales a través de aberturas que comunican con ellos, la infección puede propagarse a partir de las cavidades nasales y producir inflamación y edema de la mucosa de los senos (sinusitis), con dolor local. A veces se inflaman varios senos (pansinusitis) y el edema de la mucosa puede bloquear una o más aberturas de los senos a las cavidades nasales. Infección de las celdillas etmoidales Si el drenaje nasal se bloquea, las infecciones de las celdillas etmoidales pueden atravesar la frágil pared medial de la órbita. Las infecciones graves de este tipo pueden causar ceguera, pues algunas de las celdillas etmoidales posteriores se sitúan cercanas al conducto óptico, que deja paso al nervio óptico y la arteria oftálmica. La propagación de la infección des- de estas celdillas afectará también la vaina de duramadre del nervio óptico, lo que causará una neuritis óptica (inflamación del nervio óptico). Infección de los senos maxilares Los senos maxilares son los que se infectan con más frecuencia, debido probablemente a que sus orificios de drenaje (aberturas) son pequeños y se localizan en una posición alta en las paredes superomediales del seno. Cuando la mucosa del seno se congestiona, a menudo los orificios maxilares se obstruyen. Debido a la localización alta de los orificios, cuando la cabeza está erguida es imposible que drenen los senos hasta que están llenos. Como los orificios de ambos senos están situados en sus paredes mediales (es decir, orientados el uno hacia el otro), cuando el individuo se halla en decúbito lateral solo drena el seno situado en posición alta (p. ej., el seno derecho en decúbito lateral izquierdo). Si un resfriado o un proceso alérgico afecta a los dos senos, el paciente puede dar vueltas en la cama al tratar de que drenen ambos. El seno maxilar puede drenarse pasando una cánula desde las narinas a través del orificio maxilar hasta el interior del seno. Relación de los dientes con el seno maxilar La estrecha proximidad entre los tres molares maxilares y el suelo del seno maxilar puede originar problemas graves. Al extraer un molar maxilar puede romperse una de sus raíces. Si no se utiliza un método adecuado para extraerla, puede impulsarse superiormente hacia el interior del seno maxilar y crearse una comunicación entre este y la cavidad bucal, con posibilidad de que se produzca una infección. 1087 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org OÍDO El oído se divide en porciones externa, media e interna (fig. 8-69 A). Las porciones externa y media están relacionadas principalmente con la transferencia del sonido al oído interno, que contiene el órgano del equilibrio además del órgano de la audición. La membrana timpánica (tímpano) separa el oído externo del oído medio (fig. 8-69 A). La tuba auditiva (faringotimpánica) comunica el oído medio con la nasofaringe. Oído externo El oído externo está compuesto por la oreja, que recoge el sonido, y el meato acústico externo, que lo conduce hacia la membrana timpánica (fig. 8-69 A). FIGURA 8-69. Oído. A y B) Oído externo, medio e interno detallados. C) Anatomía de superficie. D) Inervación. 1088 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-70. Irrigación arterial de la aurícula. La oreja está compuesta de cartílago elástico cubierto por una delgada piel. La oreja presenta varias depresiones y elevaciones. La concha de la oreja es la depresión más profunda y el borde elevado de la oreja es el hélix (fig. 8-69 C). El lobulillo, no cartilaginoso, está formado por tejido fibroso, grasa y vasos sanguíneos. Es fácil de perforar para tomar pequeñas muestras de sangre y para insertar pendientes. El trago es una proyección en forma de lengüeta que recubre el orificio del meato acústico externo. La irrigación arterial de la oreja deriva principalmente de las arterias auricular posterior y temporal superficial (fig. 8-70). Los principales nervios de la piel de la oreja son los nervios auricular mayor y auriculotemporal (fig. 8-69 D), con contribuciones menores de los nervios facial (NC VII) y vago (NC X). El drenaje linfático de la superficie lateral de la mitad superior de la oreja drena en los nódulos linfáticos parotídeos superficiales. La linfa de la superficie craneal de la mitad superior de la oreja drena en los nódulos linfáticos mastoideos y cervicales profundos (fig. 8-71). La linfa del resto de la oreja, incluido el lobulillo, drena en los nódulos linfáticos cervicales superficiales. El meato acústico externo es un conducto que se extiende hacia el interior a través de la porción timpánica del temporal, desde la oreja hasta la membrana timpánica, una distancia de 2 cm a 3 cm en un adulto (fig. 8-69 A). El tercio lateral de este conducto, ligeramente en forma de S, es cartilaginoso y está recubierto de piel que se continúa con la de la oreja. Sus dos tercios mediales son óseos y están recubiertos con una delgada piel que se continúa con la capa externa de la membrana timpánica. Las glándulas ceruminosas y sebáceas producen cerumen. 1089 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-71. Drenaje linfático de la oreja. 1090 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-72. Membrana timpánicay abordaje lateral de la cavidad timpánica. A) Imagen otoscópica de la membrana timpánica derecha. El cono luminoso es un reflejo de la luz del otoscopio. B) La membrana timpánica se representa semitransparente y se ha retirado la pared lateral del receso epitimpánico para mostrar los huesecillos del oído medio in situ. 1091 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org La membrana timpánica, de aproximadamente 1 cm de diámetro, es una membrana semitransparente, delgada y oval, situada en el extremo medial del meato acústico externo (fig. 8-72). Forma una partición entre el meato acústico externo y la cavidad timpánica del oído medio. La lámina propia elástica de la membrana timpánica está cubierta con una delgada piel, externamente, y la mucosa del oído medio, internamente. Observada a través de un otoscopio (un instrumento utilizado para su examen), la membrana timpánica es normalmente traslúcida y de un color gris perla. Presenta una concavidad hacia el meato acústico externo con una depresión central cónica, poco profunda, el ombligo (fig. 8-72). Por lo general, el manubrio (mango) del martillo (uno de los pequeños huesos del oído, o huesecillos del oído, en el oído medio) es visible cerca del ombligo. Desde el extremo inferior del manubrio del martillo, un brillante cono de luz es reflejado por el iluminador del otoscopio. En un oído sano, este reflejo luminoso irradia anteroinferiormente. Superior a la inserción del proceso lateral del martillo, la membrana es delgada y se la denomina porción fláccida. Su lámina propia carece de las fibras radiales y circulares presentes en el resto de la membrana timpánica, la denominada porción tensa. La membrana timpánica se mueve en respuesta a las vibraciones del aire que llegan hasta ella a través del meato acústico externo. Las vibraciones de la membrana se transmiten mediante los huesecillos del oído (martillo, yunque y estribo) a través del oído medio hacia el oído interno (fig. 8-73). La cara externa de la membrana timpánica está inervada principalmente por el nervio auriculotemporal, un ramo del NC V3 (fig. 8-69 D). Una parte de la inervación es aportada por un pequeño ramo auricular del nervio vago (NC X). La cara interna de la membrana timpánica está inervada por el nervio glosofaríngeo (NC IX). Oído medio La cavidad del oído medio, o cavidad timpánica, es una cámara estrecha rellena de aire en la porción petrosa del temporal. Esta cavidad tiene dos partes: la cavidad timpánica propiamente dicha, el espacio directamente interno a la membrana timpánica, y el receso epitimpánico, el espacio superior a la membrana (fig. 8-73 A y B). La cavidad timpánica está conectada anteromedialmente con la nasofaringe por la tuba auditiva y posterosuperiormente con el antro mastoideo. La cavidad timpánica está tapizada con mucosa que se continúa con la que recubre la tuba auditiva, las celdillas mastoideas y el antro mastoideo. El oído medio alberga: Los huesecillos del oído (martillo, yunque y estribo). 1092 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Los músculos estapedio y tensor del tímpano. La cuerda del tímpano, un ramo del NC VII. El plexo nervioso timpánico. PAREDES DE LA CAVIDAD TIMPÁNICA El oído medio, cuya forma es semejante a una caja estrecha con lados cóncavos, tiene seis paredes (fig. 8-73). La pared tegmental (techo) está formada por una delgada lámina del hueso temporal, la pared tegmental, que separa la cavidad timpánica de la duramadre del suelo de la fosa craneal media. La pared yugular (suelo) está formada por una lámina de hueso que separa la cavidad timpánica del bulbo superior de la VYI. La pared membranosa (pared lateral) está formada casi por completo por la convexidad puntiaguda de la membrana timpánica. El manubrio del martillo está unido a la membrana timpánica y su cabeza se extiende hacia el interior del receso epitimpánico, parte de la cavidad timpánica que se extiende superior a la membrana timpánica. La pared laberíntica (pared medial) separa la cavidad timpánica del oído interno. También presenta el promontorio de la pared laberíntica, formado por la porción inicial (espira basal) de la cóclea y las ventanas coclear (redonda) y vestibular (oval). La pared carotídea (pared anterior) separa la cavidad timpánica del conducto carotídeo, que contiene la arteria carótida interna; superiormente, presenta el orificio timpánico de la tuba auditiva y el conducto del tensor del músculo del tímpano. La pared mastoidea (pared posterior) tiene una abertura en su parte superior, la entrada al antro mastoideo, que conecta la cavidad timpánica con las celdillas mastoideas; el conducto del nervio facial desciende entre la pared posterior del antro, medial a la entrada al antro mastoideo. El tendón del músculo estapedio emerge del vértice de la eminencia piramidal, un cono hueco óseo que envuelve el músculo estapedio. El antro mastoideo es una cavidad en el proceso mastoides del temporal al que se abren las celdillas mastoideas (fig. 8-74). El antro y las celdillas mastoideas están tapizadas por mucosa, que se continúa con la que tapiza el oído medio. HUESECILLOS DEL OÍDO Los huesecillos del oído (martillo, yunque y estribo) forman una cadena móvil de pequeños huesos a través de la cavidad timpánica desde la membrana timpánica hasta 1093 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org la ventana vestibular (oval), una abertura oval en la pared laberíntica de la cavidad timpánica que comunica con el vestíbulo del laberinto óseo (fig. 8-73 B). Los huesecillos están cubiertos por la mucosa que tapiza la cavidad timpánica; pero, a diferencia de otros huesos del cuerpo, no están directamente cubiertos por una capa de periostio. El martillo está unido a la membrana timpánica (fig. 8-73 C). La cabeza superior del martillo, redondeada, se sitúa en el receso epitimpánico. El cuello se apoya contra la porción fláccida de la membrana timpánica, mientras que el manubrio (mango) está incluido en la membrana timpánica con su punta en el ombligo. La cabeza del martillo se articula con el yunque, mientras que el tendón del tensor del tímpano se inserta en el manubrio del martillo. El yunque está situado entre el martillo y el estribo y se articula con ambos (fig. 8-73 B y D). El cuerpo del yunque se sitúa en el receso epitimpánico, donde se articula con la cabeza del martillo. La rama larga se sitúa paralela al manubrio del martillo y su extremo inferior se articula con el estribo por medio del proceso lenticular. La rama corta se conecta mediante un ligamento a la pared posterior de la cavidad timpánica. 1094 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-73. Huesecillos del oído. A) Paredes de la cavidad timpánica derecha. B) Huesecillos in situ. C) Martillo. D) Yunque. E) Estribo. El estribo es el huesecillo más pequeño (fig. 8-73 E). La base del estribo está fijada a los bordes de la ventana vestibular (oval). La base es considerablemente más pequeña que la membrana timpánica; como resultado, la fuerza vibratoria del estribo se incrementa aproximadamente 10 veces respecto de la membrana timpánica. En consecuencia, los huesecillos del oído incrementan la fuerza, pero disminuyen la amplitud de las vibraciones transmitidas desde la membrana timpánica. Dos músculos amortiguan o resisten los movimientos de los huesecillos del oído; uno también amortigua los movimientos (vibraciones) de la membrana timpánica. El tensor del tímpano es un músculo corto que se origina en la cara superior de la porción cartilaginosa de la tuba auditiva, el ala mayor del esfenoides y la porción petrosa del temporal (fig. 8-73 A). El tensor del tímpano se inserta en el manubrio del martillo. El tensor del 1095 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org tímpano, inervado por el NC V3, tira medialmente del manubrio del martillo, y así tensa la membrana timpánica y reduce la amplitud de sus oscilaciones. Esta acción tiende a prevenir lesiones del oído interno cuando el sujeto está expuesto a fuertes ruidos. El estapedio esun pequeño músculo situado dentro de la eminencia piramidal, una prominencia hueca, de forma cónica, en la pared posterior de la cavidad timpánica (fig. 8-73 A). Su tendón penetra en la cavidad timpánica emergiendo de un pequeño foramen en el vértice de la eminencia piramidal y se inserta en el cuello del estribo. El nervio del estapedio deriva del NC VII. El estapedio tira del estribo posteriormente y hace oscilar su base en la ventana vestibular (oval), tensando el ligamento anular y reduciendo el rango de oscilación. También previene el exceso de movimiento del estribo. TUBA AUDITIVA La tuba auditiva (faringotimpánica) conecta la cavidad timpánica con la nasofaringe (fig. 8-74), donde se abre posterior al meato nasal inferior. El tercio posterolateral de la tuba es óseo y el resto es cartilaginoso. La tuba auditiva está tapizada por mucosa, que se continúa posteriormente con el recubrimiento de la cavidad timpánica y anteriormente con el recubrimiento de la nasofaringe. La función de la tuba auditiva es la de igualar la presión en el oído medio con la presión atmosférica, lo que permite el movimiento libre de la membrana timpánica. La tuba deja entrar y salir el aire de la cavidad timpánica para equilibrar la presión en ambos lados de la membrana. Debido a que, normalmente, las paredes de la porción cartilaginosa de la tuba auditiva están en contac- to, la tuba debe abrirse de forma activa. La tuba se abre mediante la expansión periférica del vientre del elevador del velo del paladar cuando se contrae longitudinalmente, empujándola contra una pared mientras el tensor del velo del paladar la empuja hacia la otra (fig. 8-74). Debido a que ambos son músculos del paladar blando, igualar la presión («destapar los oídos») está generalmente asociado con actividades como bostezar y deglutir. 1096 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-74. Tuba auditiva derecha. Se ha abierto la trompa longitudinalmente y se han extirpado su pared membranosa y la parte lateral de su pared ósea. Las arterias de la tuba auditiva derivan de la arteria faríngea ascendente, una rama de la arteria carótida externa, la arteria meníngea media y la arteria del conducto pterigoideo, ramas de la arteria maxilar (v. fig. 8-43). Las venas de la tuba auditiva drenan en el plexo venoso pterigoideo. Los nervios de la tuba auditiva surgen del plexo timpánico (fig. 8-73 A), que está formado por fibras del NC IX. La porción anterior de la tuba también recibe fibras nerviosas del ganglio pterigopalatino. Oído interno El oído interno contiene el órgano vestibulococlear implicado en la recepción del sonido y el mantenimiento del equilibrio. Excavado en la porción petrosa del temporal (figs. 8-75 y 8-76 A), el oído interno consta de los sacos y conductos del laberinto membranoso. El laberinto membranoso contiene endolinfa y está suspendido dentro del laberinto óseo, lleno de perilinfa, mediante delicados filamentos similares a los de la aracnoides que atraviesan el espacio subaracnoideo, o mediante el ligamento espiral. Estos líquidos están implicados en la estimulación de los órganos terminales del equilibrio y la audición, respectivamente. 1097 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org LABERINTO ÓSEO El laberinto óseo está formado por una serie de cavidades (cóclea, vestíbulo y conductos semicirculares óseos) situadas dentro de la cápsula ótica de la porción petrosa del temporal (figs. 8-75 y 8-76 B). La cápsula ótica está formada de hueso más denso que el resto de la porción petrosa del temporal y puede aislarse de este mediante una fresa dental. A menudo, la cápsula ótica es representada e identificada de forma errónea como si fuese el laberinto óseo. Sin embargo, el laberinto óseo es un espacio lleno de líquido, que está rodeado por la cápsula ótica y es representado con mayor exactitud mediante un molde de esta, tras la eliminación del hueso circundante (fig. 8-76 C). La cóclea (caracol) es la porción en forma de concha de caracol del laberinto óseo que contiene el conducto coclear, la porción del oído interno implicada en la audición (figs. 8-75 y 8-76 B). El conducto espiral de la cóclea empieza en el vestíbulo y da dos vueltas y media en torno a un núcleo óseo, el modiolo (fig. 8-77). El modiolo contiene conductos para los vasos sanguíneos y para la distribución de los ramos del nervio coclear. La amplia espira basal de la cóclea forma el promontorio de la pared laberíntica de la cavidad timpánica. En la espira basal, el laberinto óseo comunica con el espacio subaracnoideo superior al foramen yugular a través del acueducto coclear (fig. 8-75). El vestíbulo del laberinto óseo es una pequeña cámara oval (de unos 5 mm de largo) que contiene el utrículo y el sáculo y porciones del aparato del equilibrio (laberinto vestibular). En la pared lateral del vestíbulo se encuentra la ventana vestibular (oval), ocupada por la base del estribo. El vestíbulo continúa anteriormente con la cóclea ósea, posteriormente con los conductos semicirculares óseos y con la fosa craneal posterior mediante el acueducto del vestíbulo. El acueducto se extiende hacia la cara posterior de la porción petrosa del temporal, donde se abre posterolateral al meato acústico interno. El acueducto vestibular deja paso al conducto endolinfático y dos pequeños vasos sanguíneos. 1098 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-75. Oído interno. Esquema del laberinto óseo y membranoso. Los conductos semicirculares óseos (anterior, posterior y lateral) comunican con el vestíbulo del laberinto óseo. Los conductos se sitúan posterosuperiores al vestíbulo en el que desembocan y se disponen en ángulos rectos entre ellos. Ocupan los tres planos del espacio (figs. 8-75 y 8- 76). Cada conducto semicircular óseo forma, aproximadamente, dos tercios de un círculo de unos 1,5 mm de diámetro, excepto en uno de sus extremos, donde existe una dilatación, la ampolla ósea. Los conductos tienen solo cinco aberturas en el vestíbulo, ya que los conductos anterior y posterior tienen una rama común para los dos. Los conductos semicirculares del laberinto membranoso están alojados dentro de los conductos óseos (fig. 8- 76 C y D). LABERINTO MEMBRANOSO El laberinto membranoso consta de una serie de sacos y conductos comunicantes que están suspendidos en el laberinto óseo (figs. 8-75 y 8-76 C y D). El laberinto membranoso contiene endolinfa, un líquido acuoso de composición similar al líquido intracelular, cuya composición difiere de la perilinfa circundante (que es semejante 1099 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org al líquido extracelular), que rellena el laberinto óseo que la rodea. El laberinto membranoso está compuesto por dos divisiones, el laberinto vestibular y el laberinto coclear, que constan de más porciones que el laberinto óseo: El laberinto vestibular, utrículo y sáculo, dos pequeños sacos comunicantes en el vestíbulo del laberinto óseo y tres conductos semicirculares en los conductos semi-circulares. El laberinto coclear, conducto coclear en la cóclea. El ligamento espiral, un engrosamiento espiral del periostio que recubre el conducto coclear, fija el conducto coclear al conducto espiral de la cóclea (fig. 8-77). Los conductos semicirculares membranosos desembocan en el utrículo a través de cinco aberturas, que reflejan la forma en que los conductos semicirculares se abren en el vestíbulo. El utrículo se comunica con el sáculo a través del conducto utriculosacular, del que se origina el conducto endolinfático (fig. 8-75). El sáculo se continúa con el conducto coclear a través del conducto reuniens, un conducto de unión (fig. 8-76 B). El utrículo y el sáculo tienen áreas especializadas de epitelio sensorial denominadas máculas. La mácula del utrículo se halla en el suelo del utrículo, paralela a la base del cráneo (fig. 8-76 D), mientras que la mácula del sáculo se dispone verticalmente en la pared medial del sáculo. Las células pilosas de las máculas están inervadas por fibras de la división vestibulardel nervio vestibulococlear (NC VIII). Los cuerpos celulares de las neuronas sensitivas están en el ganglio vestibular, que se encuentra en el meato acústico interno (fig. 8-78). 1100 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-76. Laberintos óseo y membranoso del oído interno. El conducto endolinfático atraviesa el acueducto vestibular y emerge a través del hueso de la fosa craneal posterior, donde se expande en un saco ciego denominado saco endolinfático. Está localizado bajo la duramadre en la cara posterior de la porción petrosa del temporal (fig. 8-76 A y D). El saco endolinfático es un almacén de depósito del exceso de endolinfa formada por los capilares sanguíneos dentro del laberinto membranoso. Cada conducto semicircular membranoso tiene una ampolla membranosa en uno de sus extremos que contiene una área sensorial, la cresta ampular (figs. 8-76 y 8-78). Las crestas son sensores de registro de los movimientos de la endolinfa en la ampolla, resultantes de la rotación de la cabeza en el plano del conducto. Las células pilosas de las crestas, semejantes a las de las máculas, estimulan las neuronas sensitivas primarias cuyos cuerpos celulares están en los ganglios vestibulares. El conducto coclear es un tubo ciego, espiral, cerrado en un extremo y de sección triangular (fig. 8-75). El conducto está firmemente suspendido a través de la cóclea entre el ligamento espiral en la pared externa del conducto coclear y la lámina espiral ósea del modiolo (fig. 8-77). Extendién-dose de esta manera por el conducto espiral de la cóclea, el 1101 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org conducto coclear, lleno de endolinfa, divide el conducto espiral de la cóclea, lleno de perilinfa, en dos conductos que se comunican en la cúpula de la cóclea, en el helicotrema (fig. 8-75). Las ondas de presión hidráulica creadas en la perilinfa del vestíbulo por las vibraciones de la base del estribo ascienden hacia la cúpula de la cóclea por un conducto, el conducto vestibular (fig. 8-79). Las ondas de presión pasan entonces a través del helicotrema y vuelven a descender hacia la espira basal de la cóclea por el otro conducto, el conducto timpánico. Ahí, las ondas de presión se convierten en vibraciones, esta vez de la membrana timpánica secundaria, que ocupa la ventana coclear (redonda). Aquí la energía recibida inicialmente por la membrana timpánica (primaria) se disipa finalmente en el aire de la cavidad timpánica. FIGURA 8-77. Estructura de la cóclea. La cóclea se ha seccionado a lo largo del eje sobre el que se enrolla (v. figura orientativa). Tras retirar las espiras de la cóclea se muestra aislada una porción de esta a modo de cono, el modiolo, dejando solo la lámina espiral enrollada sobre él, como el filo de un sacacorchos. También se muestran los detalles del área. El techo del conducto coclear membranoso está formado por la membrana vestibular (fig. 8-77). El suelo del conducto está formado por parte del conducto, la membrana basilar, más el borde externo de la lámina espiral ósea. El receptor de los estímulos auditivos es el órgano espiral (de Corti), situado en la membrana basilar. Está recubierto por la membrana tectoria gelatinosa. El órgano espiral contiene células pilosas, cuyos 1102 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org extremos están incluidos en la membrana tectoria. El órgano espiral se estimula como respuesta a la deformación del conducto coclear inducida por ondas de presión hidráulica en la perilinfa, que asciende y desciende por los conductos vestibular y timpánico que la rodean (fig. 8-79). Los impulsos son conducidos por vía central mediante la división coclear del nervio vestibulococlear (NC VIII). MEATO ACÚSTICO INTERNO El meato acústico interno es un estrecho conducto que discurre lateralmente en torno a un 1 cm dentro de la porción petrosa del temporal (fig. 8-76 A). El orificio auditivo interno del conducto está en la porción posteromedial de este hueso, alineado con el meato acústico externo. El meato acústico interno está cerrado lateralmente por una delgada lámina ósea perforada que lo separa del oído interno. A través de esta lámina pasan el nervio facial (NC VII), el nervio vestibulococlear (NC VIII) y vasos sanguíneos. El nervio vestibulococlear se divide cerca del extremo lateral del meato acústico interno en dos porciones: un nervio coclear y un nervio vestibular (fig. 8- 78). La transmisión del sonido a través del oído se resume en la figura 8-79. FIGURA 8-78. Nervio vestibulococlear. FIGURA 8-79. Transmisión del sonido a través del oído. La cóclea se muestra de 1103 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org forma esquemática, como si consistiera en una sola espiral, para mostrar la transmisión de los estímulos sonoros a través del oído. 1, Las ondas sonoras que entran en el oído externo golpean la membrana timpánica, haciéndola vibrar. 2, Las vibraciones iniciadas en la membrana timpánica se transmiten a través de los huesecillos del oído medio y sus articulaciones. 3, La base del estribo vibra con mayor fuerza y menor amplitud en la ventana vestibular (oval). 4, Las vibraciones de la base del estribo crean ondas de presión en la perilinfa de la rampa vestibular. 5, Estas ondas de presión en la rampa vestibular provocan el desplazamiento de la membrana basilar del conducto coclear. Las ondas cortas (agudas) provocan el desplazamiento cerca de la ventana vestibular; las ondas más prolongadas (graves) provocan desplazamiento más distante, más cerca del helicotrema en el vértice de la cóclea. El movimiento de la membrana basilar comba las células pilosas del órgano espiral. Se libera un neurotransmisor, que estimula potenciales de acción conducidos por el nervio coclear al encéfalo. 6, Las vibraciones se transfieren a través del conducto coclear hasta la perilinfa de la rampa timpánica. 7, Las ondas de presión en la perilinfa son disipadas (amortiguadas) por la membrana timpánica secundaria de la ventana coclear (redonda) en el aire de la cavidad timpánica. C U A D R O C L Í N I C O Traumatismos de la oreja Las hemorragias dentro de la oreja por traumatismos pueden producir un hematoma auricular, con acumulación localizada de sangre entre el pericondrio y el cartílago de la oreja, que deforma el contorno de esta. Cuando el hematoma aumenta de tamaño compromete la irrigación sanguínea del cartílago. Si no se trata (p. ej., mediante aspiración de la sangre) ocurre una fibrosis (formación de tejido fibroso) en la piel suprayacente, con deformación de la oreja (p. ej., oreja en coliflor o del boxeador en algunos profesionales del boxeo). Examen otoscópico El examen del meato acústico externo y la membrana timpánica requiere el enderezamiento inicial del conducto. En los adultos, se coge el hélix y se tira de él posterosuperiormente (hacia arriba, hacia afuera y hacia atrás). Estos movimientos reducen la curvatura del meato acústico externo y facilitan así la inserción del otoscopio (fig. C8-14 A). En los lactantes, el meato acústico es relativamente corto; por tanto, debe tenerse mucho cuidado para prevenir las lesiones de la membrana timpánica. Para enderezar el meato acústico externo en el lactante, se tira de la oreja inferoposteriormente (hacia abajo y atrás). La exploración, además, es informativa sobre la existencia de dolor a la presión, que puede indicar una inflamación de la oreja y/o del meato acústico externo. La membrana timpánica normalmente es translúcida y de color gris perlado 1104 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org (fig. C8-14 B). El manubrio del martillo suele ser visible cerca del centro de la membrana (el ombligo). Desde el extremo inferior del manubrio se refleja un cono luminoso brillante procedente de la luz del otoscopio. Este reflejo luminoso se irradia anteroinferiormente en un oído sano. Otitis externa aguda La otitis externa es una inflamación del meato acústico externo. Esta infección aparece a menudo en nadadores que no se secan los oídos después de nadar y/outilizan gotas óticas. La inflamación también puede producirse por una infección bacteriana de la piel que tapiza el meato acústico externo. El paciente se queja de prurito y dolor en la oreja. Si se estira de la oreja o se ejerce presión sobre el trago, aumenta el dolor. FIGURA C8-14. Exploración otoscópica. 1, cono luminoso; 2, manubrio del martillo; 3, ombligo; 4, rama larga del yunque; 5, rama posterior del estribo. Otitis media El dolor de oídos (otalgia) y una membrana timpánica enrojecida y abombada pueden indicar la presencia de pus o líquido en el oído medio, un signo de otitis media (fig. C8-15 A). A menudo, la infección del oído medio es secundaria a infecciones respiratorias altas. La inflamación y la tumefacción de la mucosa que tapiza la cavidad timpánica pueden provocar el bloqueo parcial o completo de la tuba auditiva. La membrana timpánica se enrojece y se abomba y el paciente puede quejarse de «taponamiento del oído». A través de la membrana timpánica puede verse un líquido sanguinolen- to de color ambarino. Si no se trata, la otitis media puede producir un trastorno de la audición como resultado de la cicatrización de los huesecillos del oído, la cual limita la capacidad de estos huesos para moverse en respuesta al sonido. Perforación de la membrana timpánica La perforación de la membrana timpánica (rotura del tímpano) puede deberse a una otitis media. La perforación también puede estar provocada por la presencia de cuerpos extraños en el meato acústico 1105 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org externo, un traumatismo o el exceso de presión (p. ej., durante el buceo). Las pequeñas roturas de la membrana timpánica a menudo se curan de forma espontánea. Las roturas grandes habitualmente requieren la reparación quirúrgica. Dado que la mitad superior de la membrana timpánica es mucho más vascular que la mitad inferior, las incisiones (miringotomía) (p. ej., para drenar pus de un absceso del oído medio) se realizan posteroinferiormente a través de la membrana (fig. C8-15 B). Esta incisión también evita la lesión de la cuerda del tímpano y de los huesecillos del oído. En los pacientes con infecciones crónicas del oído medio, la miringotomía puede ir seguida de la inserción de tubos de timpanostomía en la incisión, para permitir el drenaje e igualar las presiones (fig. C8-15 C). FIGURA C8-15. Otitis media, miringotomía y timpanostomía. TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO POR LA IMAGEN Cabeza La radiografía, aunque es reemplazada por la TC o la RM en la mayoría de los casos, a menudo se utilizan para las exploraciones craneales. Dado que el cráneo varía considerablemente de forma, debemos examinar las radiografías cuidadosamente para descubrir las alteraciones (fig. 8-80 A y B). Para visualizar las arterias del encéfalo, se inyecta un medio de contraste radiopaco en la arteria carótida o en la vertebral y se toman radiografías, con lo que se consiguen arteriografías (fig. 8-80 C). Este tipo de radiografía se usa para detectar aneurismas cerebrales y malformaciones arteriovenosas. 1106 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1107 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-80. Radiografías del cráneo. A) Las masas laterales del atlas (A) y 1108 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org el diente del axis (D) se superponen al esqueleto facial (viscerocráneo). También se identifican la crista galli (C), el septo nasal formado por la lámina perpendicular del etmoides (E) y el vómer (V); el seno frontal (F); las conchas nasales inferior y media (I) de la pared lateral de la cavidad nasal; el seno maxilar (M); las alas menores del esfenoides (S); la fisura orbitaria superior (Sr), y la cara superior de la porción petrosa del temporal (T). Radiografía del cráneo. B) Obsérvense el arco anterior del atlas (A); los senos paranasales etmoidal (E), frontal (F), maxilar (M), esfenoidal (S) y las celdillas etmoidales (Mc): la fosa hipofisaria (H) para la hipófisis; los surcos óseos de las ramas de los vasos meníngeos medios (Mn); la nasofaringe (N) y la porción petrosa del temporal (T). Las porciones orbitales derecha e izquierda del frontal no están superpuestas; de este modo, el suelo de la fosa craneal anterior se muestra como dos líneas (L). (Cortesía del Dr. E. Becker, profesor asociado de Imagen Médica. Universidad de Toronto, Ontario, Canadá). C) En esta arteriografía carotídea se identifican la arteria cerebral anterior (A), la arteria carótida interna (I), la arteria cerebral media (M) y la arteria oftálmica (O). La RM es más lenta (mayor tiempo de adquisición) y más cara que la TC, pero muestra muchos más detalles de los tejidos blandos que la TC (fig. 8-81). La RM es el método de referencia para detectar y delimitar lesiones intracraneales y de la médula espinal, ya que proporciona un buen contraste de los tejidos blandos de las estructuras normales y patológicas. También posee capacidad multiplanar, que proporciona información tridimensional y tratamientos de la imagen que no se encuentran fácilmente disponibles en la TC. La RM también puede señalar la presencia de sangre o líquido cerebroespinal. La angiografía por resonancia magnética se utiliza para determinar la permeabilidad de los vasos del círculo arterial del cerebro. 1109 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1110 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 8-81. Exploración de la cabeza mediante resonancia magnética. http://thepoint.lww.com/espanol-Moore6e 1111 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org http://thepoint.lww.com/espanol-Moore6e FASCIAS DEL CUELLO Tejido subcutáneo del cuello y platisma Fascia cervical profunda ESTRUCTURAS SUPERFICIALES DEL CUELLO: REGIONES CERVICALES Región cervical lateral Región cervical anterior Anatomía de superficie de las regiones cervicales y los triángulos del cuello ESTRUCTURAS PROFUNDAS DEL CUELLO Músculos prevertebrales Raíz del cuello VÍSCERAS DEL CUELLO Capa endocrina de las vísceras cervicales Capa respiratoria de las vísceras cervicales Anatomía de superficie de la laringe Capa alimentaria de las vísceras cervicales LINFÁTICOS DEL CUELLO TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO POR LA IMAGEN DEL CUELLO CLAVES DEL CUADRO CLÍNICO 1112 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Variantes anatómicas Procedimientos diagnósticos Ciclo vital Procedimientos quirúrgicos Traumatismo Patología FIGURA 9-1. Huesos y cartílagos del cuello. A) Vista general. B y C) Características del hueso hioides. El cuello une la cabeza al tronco y los miembros, y sirve como conducción principal para las estructuras que pasan a través de él. Además, en él se localizan algunos órganos importantes con funciones únicas, por ejemplo, la laringe y las glándulas tiroides y paratiroides. El esqueleto del cuello está formado por las siete vértebras cervicales (C1-C7), el hueso hioides (descrito como el hioides en el lenguaje común), 1113 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org el manubrio del esternón y las clavículas (fig. 9-1 A). El hueso hioides, móvil, se sitúa en la parte anterior del cuello al nivel de la vértebra C3, en el ángulo entre la mandíbula y el cartílago tiroides. El hueso hioides no se articula con ningún otro hueso y, funcionalmente, actúa como inserción de los músculos anteriores del cuello y como elemento para mantener abierta la vía aérea (fig. 9-1 B y C). FASCIAS DEL CUELLO Las estructuras del cuello están rodeadas por una capa de tejido adiposo subcutáneo (fascia superficial) y compartimentadas por láminas de la fascia cervical profunda. Los planos fasciales determinan la dirección en que puede propagarse una infección en el cuello. Tejido subcutáneo del cuello y platisma El tejido subcutáneo del cuello (fascia cervical superficial) es una lámina de tejido conectivo que se sitúa entre la dermis cutánea y la lámina superficial de la fascia cervical profunda (fig. 9-2). Contiene nervios cutáneos, vasos sanguíneos y linfáticos, nódulos linfáticossuperficiales y cantidades variables de grasa; anterolateralmente, contiene el platisma. El platisma, también denominado cutáneo del cuello, un músculo de la expresión facial, se origina en el tejido subcutáneo que cubre las porciones superiores de los músculos deltoides y pectoral mayor, y se extiende superomedialmente sobre la clavícula hacia el borde inferior de la mandíbula (fig. 9-2 B). Es una lámina delgada y ancha de músculo. Fascia cervical profunda La fascia cervical profunda consta de tres láminas fasciales (fig. 9-2): superficial (de revestimiento), pretraqueal y prevertebral. Estas láminas sujetan vísceras, músculos, vasos y nódulos linfáticos profundos. Estas láminas fasciales proporcionan el deslizamiento que permite el movimiento y el desplazamiento de las estructuras del cuello unas sobre otras sin dificultad, por ejemplo, en la deglución y en la rotación de la cabeza y el cuello. Estas láminas fasciales forman planos naturales de separación, que permiten la separación de los tejidos durante la cirugía. LÁMINA SUPERFICIAL DE LA FASCIA CERVICAL PROFUNDA La lámina superficial (de revestimiento) de la fascia cervical profunda, la más externa de las láminas de la fascia cervical profunda, rodea todo el cuello, en profundidad a la piel y el tejido subcutáneo (fig. 9-2). En las «cuatro esquinas» del 1114 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Push Button0:
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