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1271© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos INDICACIONES, 1271 Presentaciones clínicas, 1271 Consideraciones con respecto al paciente, 1273 ACCESO VASCULAR, 1276 Complicaciones, 1276 Dispositivos de cierre vascular, 1276 DISPOSITIVOS CORONARIOS, 1277 Angioplastia con balón, 1277 Aterectomía coronaria, 1278 Trombectomía y dispositivos de aspiración, 1278 Dispositivos de protección de las embolias, 1278 Endoprótesis coronarias, 1279 FÁRMACOS ANTIAGREGANTES, 1281 Ácido acetilsalicílico, 1281 Antagonistas de los receptores de difosfato de adenosina, 1281 Inhibidores de la glucoproteína IIb/IIIa, 1282 FÁRMACOS ANTITROMBÍNICOS, 1282 Heparina de bajo peso molecular, 1282 Bivalirudina, 1282 Inhibidores específicos del factor Xa, 1283 RESULTADOS DESPUÉS DE LA INTERVENCIÓN CORONARIA PERCUTÁNEA, 1283 Resultados clínicos tempranos, 1283 Resultados clínicos tardíos, 1284 Resultados de referencia y volumen de intervenciones, 1285 PERSPECTIVAS FUTURAS, 1285 AGRADECIMIENTOS, 1286 BIBLIOGRAFÍA, 1286 DIRECTRICES, 1287 62 Intervención coronaria percutánea LAURA MAURI Y DEEPAK L. BHATT El uso de la intervención coronaria percutánea (ICP) para tratar la enfermedad arterial coronaria (EAC) isquémica se ha difundido espectacularmente durante las últimas tres décadas. Sin la presencia de una EAC de la arteria coronaria principal izquierda (tronco coronario principal izquierdo) o multivaso compleja, la ICP es el método preferido de revascularización en EE. UU. en la mayoría de los pacientes con EAC isquémica. El número estimado de 600.000 ICP anuales en EE. UU. supera ahora al número de injertos de derivación arterial coronaria (IDAC).1 Durante los últimos años, sin embargo, el crecimiento de las ICP se ha ralentizado debido a la eficacia de la modificación de los factores de riesgo, la prevención de la reestenosis con las endoprótesis liberadoras de fármacos y el mejor conocimiento de los pacientes que se beneficiarán de la revascularización.2 Se espera que el número de ICP aumente de forma modesta (del 1 al 5%) durante la próxima década, debido al envejecimiento de la población y a la mayor prevalencia de la obesidad y la diabetes en EE. UU. Otros factores clave que aumentarán el mayor uso de las ICP en los pacientes con EAC compleja son las mejoras en el diseño del equipo (p. ej., catéteres con un perfil bajo y mayor maniobrabilidad), el desarrollo de estrategias farmacológicas complementarias (p. ej., antagonistas del receptor del difosfato de adenosina [ADP] e inhibidores directos de la trombina) para mejorar la seguridad y los mejores dispositivos de apoyo hemodinámico en los pacientes de riesgo «muy alto». Además, algunos tipos de EAC difíciles de tratar previamente con ICP (p. ej., enfermedad tronco coronario principal izquierdo, oclusiones totales crónicas) se han beneficiado de los avances tecnológicos y de estudios clínicos que demuestran seguridad y eficacia óptimas en pacientes seleccionados. En este capítulo se repasan las indicaciones y las consideraciones clínicas para la selección de los candidatos a la ICP; se describe el surtido actual de dispositivos coronarios, tratamientos antitrombóticos, métodos de acceso vascular y dispositivos de cierre vascular que se utilizan para la ICP; se detallan los resultados a corto y largo plazo de la ICP; y se resumen los requisitos para mejorar la competencia de los operarios y los centros que se dedican a este tipo de intervenciones. La angioplastia coronaria con balón o la angioplastia coronaria trans- luminal percutánea (ACTP) la realizó por primera vez Andreas Gruentzig en 1977 con un catéter con balón fijado a un cable. La intervención se limitaba al principio a menos del 10% de los pacientes con EAC sintomática que tenían una sola lesión focal sin calcificar en un vaso coronario proximal. A medida que evolucionaron el diseño del equipo y la experiencia del operador durante la siguiente década, el uso de la ICP se amplió hasta incluir un espectro creciente de anatomías coronarias, como la EAC de múltiples vasos, las oclusiones totales, los injertos de vena safena (IVS) enfermos y los pacientes con un infarto de miocardio con elevación del segmento ST (IMEST) agudo (v. capítulo 59). Dos limitaciones impidieron el uso generalizado de la angioplastia con balón en la EAC: se producía un cierre repentino de los vasos tratados en el 5-8% de los casos, lo que exigía un IDAC urgente en el 3-5% de los pacientes; y la reestenosis provocaba una recidiva de los síntomas en el 30% de los pacientes en el año siguiente. A finales de los años ochenta se idearon nuevos dispositivos coronarios para solventar las limitaciones de la angioplastia con balón. Las endoprótesis coronarias actúan como un andamio de la pared arterial interna que impide el remodelado vascular precoz y tardío. La aterectomía rotacional permite extirpar las placas ateroescleróticas calcificadas; esta técnica fue desarrollada como un tratamiento independiente para las estenosis coronarias no dilatables o para su uso combinado con endoprótesis coronarias tras la ablación de placas calcificadas. A comienzos del año 2000 se idearon varios dispositivos para proteger la circulación distal de las embolias aterotrombóticas (es decir, los dispositivos de protección de las embolias). Los catéteres de aspiración y trombectomía se desarrollaron para eliminar trombos medianos y grandes del interior de la arteria coronaria, lo que impide la embolia distal. El término intervención coronaria percutánea engloba ahora la serie amplia de balones, endoprótesis y dispositivos com- plementarios necesarios para realizar una revascularización percutánea segura y eficaz en lesiones arteriales coronarias complejas. INDICACIONES Presentaciones clínicas La revascularización coronaria percutánea o quirúrgica se utiliza, fundamentalmente, para aliviar los síntomas y signos de la EAC isquémica (v. capítulos 59 y 61, y el apartado «Directrices» en relación con la ICP, al final de este capítulo). La ICP permite reducir el riesgo de mortalidad y de infarto de miocardio (IM) posterior en comparación con el tratamiento médico en pacientes con síndromes coronarios agudos (SCA). El tratamiento médico óptimo (TMO) parece tan eficaz como la ICP a la hora de reducir el riesgo de muerte y de IM en pacientes con angina estable, aunque con la ICP se consigue un mayor alivio de los síntomas y una mejoría de la isquemia. Con la ICP hay más probabilidades de conseguir una mejoría de la carga isquémica superior al 5%, y el grado de isquemia residual se correlaciona con una menor frecuencia de muerte e IM. Están en curso estudios adicionales para comparar el uso de la arteriografía coronaria y la ICP en pacientes con grados moderados de isquemia miocárdica (p. ej., International Study of Comparative Health Effectiveness with Medical and Invasive Aproaches [ISCHEMIA]),3 y en estudios aleatorizados recientes que requerían pruebas fisiológicas de isquemia, medida mediante la reserva de flujo fraccional (RFF), se ha observado que la ICP resulta mejor que el tratamiento médico a la hora de prevenir la revascularización urgente.4 Independientemente de las indicaciones para la revascularización, la ICP debe combinarse posterior- mente con un TMO, como medidas para controlar la hipertensión arterial Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1272 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII y la diabetes, ejercicio y abandono del tabaquismo (v. capítulo 45). Otro componente importante de un TMO consiste en la reducción de los lípidos, especialmente por medio de estatinas. En comparación con la ICP como únicotratamiento, el IDAC tiene un efecto beneficioso sobre la mortalidad tardía en determinados grupos médicos y anatómicos de alto riesgo, como los pacientes con lesiones de la carótida izquierda, EAC de tres vasos y marcadores elevados de mayor riesgo anatómico para la ICP (determinado, por ejemplo, mediante una puntuación Synergy Between PCI with Taxus and Cardiac Surgery [SYNTAX])5 o los pacientes con diabetes y patología de múltiples vasos importante.6 Esos efectos beneficiosos se manifiestan 1 año después del tratamiento y durante un período de seguimiento de hasta 5 años, pero los riesgos previos a la intervención (especialmente de accidente cerebrovascular [ACV]) son mayores con la IDAC, que requiere, además, un mayor período de recuperación intrahospitalaria. Por consiguiente, es necesario sopesar cuidadosamente los riesgos y las ventajas de la revascularización coronaria con el paciente y su familia, y analizar las opciones relativas de la ICP, la IDAC o el TMO antes de proceder a cualquiera de estos procedimientos. Los pacientes con lesiones del tronco coronario principal izquierdo o de múltiples vasos pueden beneficiarse de una consulta conjunta con un cirujano cardíaco, un cardiólogo intervencionista y el cardiólogo que deriva al paciente, y es aconsejable tener en cuenta las preferencias del paciente al sopesar los diferentes factores. Un grupo de trabajo del American College of Cardiology (ACC) y la American Heart Association (AHA) ha publicado una serie de directrices para la realización de la ICP y la IDAC,7-9 y una comisión de redacción multidisciplinar ha desarrollado el uso apropiado de criterios para la revascularización en distintos subgrupos clínicos y con lesiones concretas (v. «Directrices» en relación con la ICP, más adelante).10,11 Pacientes asintomáticos o mínimamente sintomáticos. En los pacientes asintomáticos o que solo tienen síntomas leves suele ser mejor el tratamiento médico a no ser que una o más lesiones de grado alto irriguen una zona moderada a extensa de miocardio viable, el paciente prefiera mantener un estilo de vida muy activo o tenga un trabajo de riesgo alto y la intervención pueda realizarse con una probabilidad alta de éxito y baja de complicaciones.11 La revascularización coronaria no debe realizarse en los pacientes sin síntomas o con síntomas leves si solo está en riesgo una zona pequeña de miocardio, si no pueden encontrarse signos objetivos de isquemia o si la probabilidad de éxito es baja o la de complicaciones alta.10 Pacientes con angina de moderada a grave (v. capítulo 61). Los pacientes con una angina de la clase III de la Canadian Cardiovascular Society (CCS), en particular aquellos resistentes al tratamiento médico, pueden obtener beneficio de una revascularización coronaria, siempre que la lesión se relacione con un área moderada a extensa de miocardio viable según las pruebas no invasivas.8 Los pacientes con síntomas recurrentes mientras recibían tratamiento médico son candidatos para la revascularización aunque tengan un riesgo mayor de sufrir un resultado adverso. Los pacientes con síntomas de la clase III no deben someterse a una revascularización sin signos en las pruebas no invasivas de isquemia miocárdica o un ensayo de tratamiento médico, en particular si solo está en riesgo una pequeña región del miocardio, ya que la probabilidad de éxito es baja y la de complicaciones alta.10 Pacientes con angina inestable, IMSEST e IMEST (v. capítulos 59 y 60). El cateterismo cardíaco y la revascularización coronaria en los pacientes con riesgo moderado a alto que acuden con angina inestable (AI) o IM sin elevación del segmento ST (IMSEST) puede mejorar la mortalidad y reducir la cifra de reinfartos.12 En un metaanálisis de siete ensayos con 8.375 pacientes observados hasta 2 años, la mortalidad por todas las causas fue del 4,9% en el grupo invasivo temprano frente al 6,5% en el grupo conservador (cociente de riesgo [RR, risk ratio], 0,75; P = 0,001). La incidencia en 2 años de IM no mortal fue del 7,6% en el grupo invasivo frente al 9,1% en el grupo conservador (RR, 0,83; P = 0,012). Al cabo de una media de 13 meses de seguimiento hubo también una reducción en la cifra de nuevas hospitalizaciones por AI (RR, 0,69; P < 0,0001). Las directrices actuales señalan que debería seguirse una estrategia invasiva en los pacientes con isquemia recurrente a pesar del tratamiento, concen- traciones altas de troponina, descenso nuevo del segmento ST, síntomas nuevos o más intensos de insuficiencia cardíaca (IC), disminución de la función ventricular izquierda (VI), inestabilidad hemodinámica, taquicardia ventricular (TV) mantenida o ICP o IDAC recientes.12 Las recomendaciones clínicas específicas se refieren a los pacientes con IMEST, como la ICP primaria, la ICP de rescate, la ICP facilitada y la ICP tras un tratamiento satisfactorio de trombólisis13 (v. «Directrices»). Una ICP oportuna en pacientes con IMEST permite mejorar la supervivencia en comparación con los resultados del tratamiento médico, siempre que corra a cargo de un médico con experiencia en este tipo de los procedimientos, y que el hospital lleve a cabo un número suficiente de ICP para poder garantizar su competencia. También pueden beneficiarse de la ICP primaria los pacientes con shock cardiógeno o IC grave, independientemente de la edad que tengan en el momento de su evaluación inicial. Enfermedad arterial del tronco coronario principal izquierdo y de tres vasos En el estudio SYNTAX, 1.800 pacientes con lesiones de múltiples vasos (n = 1.709) o de la arteria principal izquierda fueron distribuidos aleato- riamente en dos grupos que fueron tratados con ICP y una endoprótesis liberadora de fármacos (EPLF) o con un IDAC.2 El objetivo buscado en ambos grupos de estudio consistía en una revascularización com- pleta, y el número medio de vasos tratados y de endoprótesis en los pacientes que se sometieron a una ICP por lesiones de múltiples vasos o de la principal izquierda fue de 3,6 lesiones y 4,6 endoprótesis. No se observaron diferencias en los resultados al cabo de 1 año en términos de mortalidad por todas las causas o IM entre los grupos de ICP y de IDAC. Sin embargo, los porcentajes de episodios cardiovasculares o cerebrovas- culares adversos mayores (ECCAM) fueron significativamente mayores con la ICP, lo que se puede atribuir fundamentalmente a los porcentajes significativamente mayores de revascularización de las lesiones diana en el grupo de la ICP. Los resultados a los 5 años eran similares, sin que se apreciaran diferencias significativas en la mortalidad por todas las causas, aunque con la ICP se obtuvo un porcentaje persistentemente elevado de revascularización de las lesiones diana, igual que IM.5 Estos hallazgos se basaron en la puntuación SYNTAX, un sistema de clasificación angiográ- fica utilizado para cuantificar la complejidad de la ICP (v. capítulo 20). Con puntuaciones bajas (≤ 22) no se apreciaron diferencias significativas en el resultado primario entre los pacientes tratados con ICP y aquellos que se sometieron a un IDAC, pero, con puntuaciones intermedias o altas (> 33), los índices de ECCAM fueron menores con los IDAC. Pacientes con diabetes mellitus El mayor estudio realizado hasta la fecha para estudiar los resultados de la revascularización en pacientes con diabetes mellitus (DM) y lesiones de múltiples vasos es Future Revascularization Evaluation in Patients with Diabetes Mellitus: Optimal Management of Multivascular Disease (FREEDOM), un ensayo aleatorizado controlado en el que se compararon los resultados de la ICP y el IDAC en pacientes con DM y enfermedad de múltiples vasos.6 En este estudio, pacientes diabéticos que necesitaban revascularización por enfermedad de múltiples vasos confirmada angiográficamente y lesiones candidatas a una ICP o un IDAC fueron distribuidos aleatoriamente en dos grupos para una revas- cularización coronaria completa mediante unade estas técnicas. El resultado primario (mortalidad por todas las causas, IM no mortal o ACV no mortal) a los 5 años fue peor en los pacientes tratados con una ICP que en aquellos que se sometieron a un IDAC (26,6 frente al 18,7%; P = 0,005). Al considerar los componentes individuales del resultado primario, se observó un aumento significativo del riesgo a largo plazo de mortalidad por todas las causas y de IM no mortal con la ICP en comparación con el IDAC. Sin embargo, se apreció una correlación entre el IDAC y un aumento del riesgo de ACV no mortales, y las probabilidades de que los ACV provocaran una discapacidad grave a los pacientes fue dos veces mayor en el grupo de IDAC que en el de ICP. Los resultados del estudio FREEDOM han corroborado, en gran medida, los de otros estudios más pequeños, análisis de subgrupos y metaanálisis en los que se han comparado métodos de revascularización en pacientes diabéticos con enfermedad de múltiples vasos. En el estudio aleatorizado Coronary Artery Revascularization in Diabetes (CARDia) se ha comparado la ICP con el IDAC; aunque de menor tamaño, este se limitó exclusivamente a pacientes con DM, y una parte significativa de los mismos padecía enfermedad de múltiples vasos.14 No obstante, al igual que el estudio FREEDOM, CARDia reveló un mayor riesgo de ACV en el grupo de IDAC. Asimismo, aunque la mayoría de los pacientes de este estudio fueron tratados con EPLF, la necesidad de intervenciones de revascularización repetidas fue significativamente mayor con la ICP. Pacientes sin opciones de revascularización Aquellos pacientes con una angina importante, pero no son buenos candidatos para la revascularización convencional, tienen unas opciones de tratamiento muy limitadas. Generalmente, esos pacientes presentan una oclusión de un único vaso proximal que irriga una gran extensión de miocardio o se han sometido previamente a una o varias Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1273 In terven ció n co ro n aria p ercu tán ea 62 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . intervenciones de IDAC con estenosis u oclusiones de los IVS, que no son aptos para una revascularización repetida convencional. Los pacientes de «opciones limitadas» representan aproximadamente el 4-12% de todos aquellos que se someten a angiografía coronaria; un grupo mayor de pacientes (20-30%) experimenta una revascularización incompleta debido a que la anatomía coronaria no es apta para las técnicas quirúrgicas o percutáneas. Algunos de esos pacientes se han podido beneficiar del desarrollo de mejores técnicas y equipos para las oclusiones totales crónicas cruzadas (v. más adelante). También pueden resultar de especial utilidad en este subgrupo de pacientes algunos fármacos antianginosos, como la ranolacina (v. capítulo 61). Consideraciones con respecto al paciente La evaluación de los posibles riesgos y beneficios de la ICP debe abordar cinco factores de riesgo específicos fundamentales del paciente: la extensión del miocardio en riesgo, la morfología de la lesión basal, la función cardíaca subyacente (p. ej., función ventricular izquierda, estabilidad del ritmo, cardiopatía valvular coexistente), la presencia de disfunción renal y los trastornos médicos asociados que pueden imponer un riesgo alto al paciente en la ICP. Cada uno de estos factores contribuye independientemente al riesgo y beneficio atribuibles a la ICP. La planificación adecuada de una ICP requiere prestar una atención cuidadosa a cada uno de estos factores. Extensión del miocardio en riesgo La proporción de miocardio viable irrigada por la arteria coronaria tratada es la principal consideración a la hora de evaluar el riesgo agudo asociado a la ICP. La ICP interrumpe el flujo sanguíneo coronario durante un período de segundos a minutos, y la capacidad del paciente de tolerar desde el punto de vista hemodinámico una oclusión coronaria mantenida depende de la extensión de miocardio viable «a continuación» y de la presencia y grado de colaterales hacia la región isquémica. Aunque el riesgo de cierre repentino se ha reducido mucho con la disponibilidad de endoprótesis coronarias, cuando aparecen otras complicaciones de la ICP –como la oclusión de una rama colateral grande, una embolia distal, una perforación o la falta de reanudación del flujo– puede producirse un deterioro clínico rápido que es proporcional a la extensión de miocardio en riesgo. En el caso improbable de que se produzca una trombosis de la endoprótesis fuera del hospital, las secuelas clínicas del episodio se relacionan con la extensión de miocardio atendida por la endoprótesis ocluida. Los factores predictivos del colapso cardiovascular con una ICP fallida son el porcentaje de miocardio en riesgo, la intensidad de la estenosis basal, la EAC en múltiples vasos y la presencia de una enfermedad difusa. Intervención completa o dirigida a la isquemia para la enfermedad de múltiples vasos Prácticamente todos los métodos de tratamiento para la ICP y el IDAC comparados en estudios aleatorizados se han centrado en la estrategia de la revascularización completa. Los datos que respaldan la revascularización completa de todas las lesiones angiográficas durante el tratamiento de la enfermedad de múltiples vasos mediante una ICP o un IDAC han sido datos de observación (no aleatorizados) y, por consiguiente, están limitados por un sesgo de selección en el que todos los pacientes en los que es viable una revascularización completa son también aquellos con menos riesgo de acontecimientos adversos durante el procedimiento y después del mismo. El concepto del tratamiento dirigido a aquellos vasos que tienen solo una estenosis fisiológicamente significativa –no solo angiográficamente significativa– podría permitirnos mejorar los resultados obtenidos en pacientes con enfermedad de múltiples vasos tratados mediante ICP o IDAC. Para la técnica de RFF se inserta un cable de presión a través de una lesión potencialmente significativa y, en condiciones de máximo flujo sanguíneo coronario, se mide el cociente entre la presión distal y la presión proximal a una lesión o una serie de lesiones sucesivas dentro de una determinada arteria (fig. 62-1; v. capítulos 57 y 61). A diferencia de la angiografía convencional, que ofrece solo una evaluación anatómica, la RFF permite realizar una evaluación funcional de la existencia de una reducción del flujo que se correlaciona bien con el grado de isquemia detectado mediante la gammagrafía isotópica. En el estudio Fractional Flow Reverse versus Angiography for Multivessel Evaluation (FAME) se comparó la angiografía con la RFF para la selección de lesiones durante la ICP con EPLF en más de 1.000 pacientes.15 Se consideró que únicamente aquellas lesiones con una RFF de 0,8 o menos justificaban una ICP en el grupo de RFF. Utilizando como referencia la RFF, se colocaron en total menos endoprótesis en las lesiones, y en un análisis realizado a los 2 años se observó una reducción significativa de la mortalidad o los IM al utilizar la RFF en comparación con la guía angiográfica pura, lo que parece corroborar tanto las ventajas prácticas de la RFF como las ventajas de la colocación de endoprótesis a través de lesiones fisiológicamente relevantes en términos de morbilidad y mortalidad.16 Generalmente, en los pacientes con IMEST se recomienda revas- cularizar únicamente la arteria culpable del infarto,10 a menos que exista un shock cardiógeno mantenido a causa del compromiso miocárdico en otras regiones. Sin embargo, los cambios recientes en las directrices indican que la ICP de una arteria no responsable del infartopuede ser apropiada en pacientes seleccionados con IMEST y enfermedad multivaso hemodinámicamente estables.17 Estudios recientes poco numerosos han señalado que puede disminuir la necesidad futura de revascularización e incluso probablemente los criterios de valoración «rígidos», con una estrategia de revascularización completa18 (fig. 62-2). Está en marcha un estudio más numeroso para determinar si deben tratarse las lesiones graves no responsables en ausencia de shock. Morfología de la lesión basal. Varias observaciones angiográficas aumentan la complejidad técnica de la ICP y elevan el riesgo de com- plicaciones aguda y a largo plazo. El sistema inicial de clasificación de la lesión del ACC/AHA ha sido refinado mediante el uso del sistema de riesgo de la Society for Cardiovascular Angiography and Interventions (SCAI), que caracteriza mejor el riesgo mediante la presencia o no de una oclusión total. Aunque las endoprótesis coronarias han reducido la necesidad de un IDAC urgente del 3-8% con la angioplastia con balón a menos del 1% con las endoprótesis coronarias, estas no han eliminado el riesgo de IM asociado a la intervención, trombosis de la endoprótesis o embolia distal y «falta de reanudación del flujo». La permeabilidad del vaso y la complejidad de la lesión siguen siendo factores predictivos importantes del resultado en los pacientes a los que se coloca una endoprótesis coronaria. Revisiones de datos de registros han confirmado la repercusión de las características de riesgo alto de la lesión sobre las cifras de éxito de la intervención y las complicaciones a corto y largo plazo. Más recientemente, el sistema de puntuación angiográfica SYNTAX (en combinación con determinados factores clínicos) se ha convertido en un método válido para decidir entre una ICP compleja y un IDAC.19 A este respecto, existe un calculador disponible en línea (www.syntaxscore.com). Oclusiones totales crónicas. Muchos pacientes con EAC grave (estenosis > 70%) sufren oclusiones coronarias crónicas que representan el factor fundamental que hace que se opte por un IDAC en lugar de una ICP. La imposibilidad de recanalizar las oclusiones coronarias totales con cables guía guarda relación con la duración de la oclusión, la presencia de colaterales puente, una oclusión de más de 15 mm de longitud y la ausencia de un «pico» que facilite el avance de la guía. Aunque para recanalizar oclusiones refractarias se han empleado métodos como el cruce retrógrado a través de colaterales y nuevas técnicas de guía, gran parte de las mejoras para conseguir atravesar las oclusiones en los últimos años se han debido al uso de mejores cables guía y mejores técnicas.20 Una vez que se ha atravesado la oclusión total crónica (OTC), se pueden utilizar EPLF para reducir las recidivas clínicas tardías. Injertos de vena safena. Los IVS representan aproximadamente el 8% de las ICP y poseen un mayor riesgo de IM posterior a la intervención causado por ateroembolia durante la ICP. Cuando no se reanuda el flujo, la administración de vasodilatadores arteriales (p. ej., nitroprusiato, verapamilo, adenosina) en el IVS puede mejorar el flujo en la circulación distal nativa, pero todavía hay un riesgo bastante aumentado de muerte e IM. La degeneración más extensa del IVS y las lesiones de mayor volumen se asocian a frecuencias más elevadas de complicaciones que los IVS que tienen una afectación menos extensa. En el marco de una anatomía de «riesgo alto» del IVS, deben intentarse abordajes alternativos usando la arteria coronaria nativa siempre que sea posible. Se encuentran cifras menores de reestenosis en los IVS después de la colocación de endoprótesis coronarias que después de las angioplastias con balón. Aunque con las EPLF se consiguen menores índices de reestenosis en los IVS de 4 mm o menos, actualmente no existen EPLF para IVS de más de 4,5 mm de diámetro, y en estos casos resulta razonable utilizar endoprótesis metálica no recubierta (EPMNR). Se recomienda encarecidamente usar dispositivos de protección contra embolias en los pacientes tratados por estenosis de IVS con el objeto de reducir el riesgo de embolias distales de fragmentos aterotrombóticos. Lesiones en bifurcaciones. El tratamiento óptimo de las lesiones que afectan a las dos ramas de una bifurcación coronaria sigue siendo polé- mico. El efecto «acumulación de nieve» de la placa en el vaso progenitor adyacente o en una rama lateral es una limitación importante de la angio- plastia con balón tradicional. Los procedimientos de ateroablación, como Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1274 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII la aterectomía rotacional, no han reducido este riesgo. La estratificación del riesgo en la ICP de la bifurcación abarca la evaluación de la extensión de la enfermedad ateroesclerótica en los dos vasos, la estimación del tamaño relativo del vaso y la distribución en el vaso progenitor y en la rama lateral y la determinación de la orientación de los vasos entre sí. Puede reducirse el flujo de una rama lateral en hasta el 30% de las lesiones de bifurcaciones sin una afectación aparente. Generalmente se prefiere colocar una endoprótesis en un vaso en lugar de hacerlo en el vaso progenitor y en la rama lateral. En un metaanálisis de seis estudios aleatorizados con 1.642 pacientes con lesiones en la bifurcación coronaria a los que se seleccionó de forma aleatoria para someterlos a una ICP con una o dos endoprótesis, hubo un mayor riesgo de IM con las dos endoprótesis (RR, 1,78; P = 0,001).21 Cuando hay una enfermedad extensa en los dos vasos se han utilizado varias estrategias, como las técnicas de las endoprótesis simultáneas que «se besan» (fig. 62-3) y «aplastadas», en pantalón (culotte), las endoprótesis en T y TAP («T and small protrusion», «protrusión en T y pequeña»). Independientemente de la estrategia de colocación de las endoprótesis que se use en la bifurcación, generalmente se realizará un inflado final «en beso» en el vaso progenitor y en la rama lateral. La EPLF parece reducir la reestenosis comparada con la EPMNR, pero cuando se produce una recidiva en los pacientes tratados con una EPLF, generalmente ocurre en el origen de la rama lateral. Se están desarrollando nuevas endoprótesis especiales para la bifurcación y el vaso principal de acceso por la rama lateral. Puede resultar muy útil determinar la RFF en una rama lateral con un estrechamiento angiográfico si esto nos permite demostrar que el flujo no está reducido significativamente y, por consiguiente, no es necesario colocar una endoprótesis. Calcificación de la lesión. La presencia de una calcificación coronaria extensa posee desafíos únicos para la ICP porque el calcio en la pared vascular produce luces irregulares e inflexibles y dificulta el paso de cables guías, balones y endoprótesis. La calcificación coronaria extensa también vuelve rígida la pared vascular, lo que lleva a la necesidad de alcanzar presiones de inflado del balón mayores para conseguir la expansión com- pleta de la endoprótesis y, en ocasiones, a lesiones «imposibles de dilatar» con ninguna presión del balón posible. La aterectomía rotacional elimina la calcificación de la pared vascular y facilita la colocación y expansión completa de la endoprótesis (fig. 62-4). Trombo. La angiografía tradicional tiene escasa sensibilidad en la detección del trombo coronario, pero la presencia de un gran trombo FIGURA 62-1 Método de medición de la reserva de flujo fraccional (RFF). El primer paso siempre es hacer avanzar la guía de presión hasta el extremo del catéter (A1) para asegurarse por completode que las presiones están superpuestas (A2). Después se hace avanzar la guía a través de la estenosis (B1) y se obtiene una RFF correspondiente (B2). C. El pequeño gradiente en reposo (panel izquierdo) aumenta con hiperemia (panel derecho). La RFF se calcula como Pd/Pa en el punto declive de la presión distal que se supone que es punto de hiperemia máxima. En este ejemplo, RFF = 0,72 (Tomado de Kern, MJ. Fractional flow reserve. In Bhatt DL, editor. Cardiovascular Intervention: A Companion to Braunwald’s Heart Disease. Philadelphia: Elsevier; 2016.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1275 In terven ció n co ro n aria p ercu tán ea 62 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . coronario visible en la angiografía aumenta el riesgo de complicaciones de la intervención. Los trombos coronarios grandes pueden fragmentarse y producir embolias durante la ICP o pueden sobresalir a través de los huecos que hay entre los puntales de la endoprótesis colocada en el vaso, reducir la luz o propagar el trombo y provocar una trombosis aguda de los vasos tratados. Además, los trombos coronarios grandes pueden soltar émbolos a otras ramas o vasos coronarios o desprenderse y afectar a los lechos vasculares cerebrales o de otro tipo. En el contexto de ICP primaria por IMEST, la aspiración manual del trombo con catéter no tiene un efecto considerable en la mortalidad y puede aumentar el riesgo de ACV,22 pero puede ser útil en algunos pacientes con trombo visible.3 Enfermedad arterial del tronco coronario principal izquierdo. La EAC del tronco coronario principal izquierdo se ha aceptado como indicación del IDAC en función de su potencial de colapso hemodinámico en el marco de las complicaciones agudas, la trombosis de la endoprótesis o la reestenosis del cuerpo del tronco coronario principal izquierdo o su extensión en la arteria coronaria descendente anterior izquierda o circun- fleja izquierda. Estudios de registros y aleatorizados han señalado que las cifras de muerte o IM son similares en los pacientes que se someten a un IDAC o una ICP,3,23,24 aunque la necesidad de revascularización repetida es mayor en aquellos pacientes tratados mediante ICP con lesiones vasculares adicionales.3,25 Se ha elevado el uso de la ICP para la EAC del tronco coronario principal izquierdo a una indicación de clase IIb (v. «Directrices» para la ICP, al final de este capítulo). Los estudios Evaluation of XIENCE versus Coronary Artery Bypass Surgery for Effectiveness of Left Main revascularization (EXCEL) y Nordic-Baltic-British Left Main Revascularization (NOBLE) evaluaron la no inferioridad de ICP comparada con IDAC por estenosis de la arteria coronaria principal izquierda (fig. e62-1).25a,25b El estudio EXCEL, que tenía un criterio principal de valoración compuesto de muerte, ACV o infarto de miocardio, confirmó la no inferioridad de la ICP con una mediana de seguimiento de 3 años.25a El estudio NOBLE, con un criterio principal de valoración de muerte, ACV, infarto de miocardio o revascularización, valorado a los 5 años, no confirmó la no inferioridad de la ICP y concluyó que el IDAC era superior.25b El componente adicional del criterio de valoración incluido en el estudio NOBLE provocó las diferencias en las conclusiones, indicando que la inspección estricta de los detalles y que la cronología de la valoración son esenciales para la interpretación del estudio, así como la consideración del equilibrio entre riesgo y beneficio en pacientes con estenosis principal izquierda.25c Función cardíaca subyacente La función ventricular izquierda es un factor predictivo importante del resultado durante una ICP. Por cada reducción del 10% de la fracción de eyección (FE) ventricular izquierda en reposo, el riesgo de muerte intrahospitalaria después de una ICP aumenta aproximadamente dos veces. La enfermedad valvular asociada o las arritmias ventriculares aumentan aún más el riesgo de ICP en el marco de una disfunción ventricular izquierda. El soporte con balón de contrapulsa- ción intraaórtico (BCIA) puede ser útil cuando se haya afectado la función ventricular izquierda (es decir, una FE < 35%) o cuando la lesión diana de la ICP afecte a una porción sustancial de miocardio viable. El uso habitual de la BCIA tiene un beneficio limitado en los pacientes con IMEST,26 aunque se recomienda en los pacientes con shock cardiógeno. Otros dispositivos de apoyo cardiopulmonar percutáneo que no reducían de forma eficaz las presiones ven- triculares izquierdas han sido sustituidos por dis- positivos percutáneos de asistencia ventricular izquierda que se colocan en la aurícula izquierda (p. ej., TandemHeart)27,28 o directamente en el ventrículo izquierdo (Impella)29-31 (fig. 62-5). Con estos dispositivos se pueden realizar ICP de riesgo muy alto con menos peligro de colapso hemodinámico durante la intervención, aunque los datos disponibles actualmente no demuestran que sean mejores que las BCIA.32 La oxigenación por membrana extracorpórea (OMEC) periférica a través de un acceso arterial y venoso de gran calibre puede resultar muy útil en casos de colapso cardiovascular. Insuficiencia renal La morbilidad y mortalidad asociadas a la ICP se relacionan directamente con la extensión de la nefropatía basal (v. capítulo 98). Los pacientes con signos de disfunción renal leve tienen un 20% más de riesgo de muerte al cabo de 1 año tras una ICP que los pacientes con la función renal conservada. La disfunción renal después de la administración de con- traste durante la angiografía puede relacionarse con una nefropatía inducida por el contraste (v. capítulo 19), un síndrome de la embolia de colesterol (v. capítulo 64) o ambos. El riesgo de nefropatía depende de la dosis del contraste usado, el estado de hidratación en el momento de la intervención, la función renal previa del paciente, la edad, la estabilidad hemodinámica, la anemia y la diabetes. El riesgo de síndrome de embolia de colesterol se relaciona con la manipulación del catéter en una aorta ateroesclerótica ascendente o descendente que libera cristales de coles- terol. Aunque el riesgo de hemodiálisis es menor del 3% en casos de nefropatía inducida por contraste sin complicaciones, la mortalidad intrahospitalaria inicial en el marco de la hemodiálisis supera el 30%. La disfunción renal leve se asocia a un mayor riesgo de muerte de hasta cuatro veces al cabo de 1 año de la ICP comparado con el de los pacientes con una función renal conservada, aunque es probable que esta asociación no sea causal. Trastornos médicos asociados Una diátesis hemorrágica o la necesidad de un tratamiento continuo con warfarina pueden impedir que el paciente tolere la combinación prolongada de ácido acetilsalicílico y clopidogrel después de la colocación de EPLF, lo que sitúa al paciente en un mayor riesgo de trombosis de la endoprótesis. La necesidad de suspender el tratamiento antiagregante doble (TAAD) antes de una intervención extracardíaca inminente poco después de la implantación de una endoprótesis puede predisponer también a la trombosis de la endoprótesis. En todas estas circunstancias, la colocación de una EPMNR puede ser el método FIGURA 62-2 Disminución de la necesidad de revascularización futura y posiblemente de episodios «graves» con una estrategia de revascularización completa frente a solo revascularización de la arteria responsable en la intervención coronaria percutánea primaria por infarto de miocardio con elevación del segmento ST. CvLPRIT, estudio Complete versus Lesion-only Primary PCI; HR, hazard ratio; IM, infarto de miocardio; PRAMI, angioplastia preventiva en elinfarto agudo de miocardio (Tomado de Bhatt DL. Do we really know the CvLPRIT in myocardial infarction? Or just stent all lesions? J Am Coll Cardiol 2015;65:973-5.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1276 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII preferido, en particular si la intervención quirúrgica puede diferirse aproximadamente 6 semanas después de la colocación de la endo- prótesis33,34 (fig. 62-6). ACCESO VASCULAR Los lugares de acceso vascular más usados para la ICP son la arteria femoral común, la arteria braquial y, cada vez más, la arteria radial (v. capítulos 19 y 20). El abordaje femoral (derecho o izquierdo) es el lugar de acceso vascular más usado en EE. UU. y tiene las ventajas del tamaño grande del vaso (habitualmente 6-8 mm de diámetro) y la capacidad de acomodar tamaños de vaina mayores (> 6 French [F]), incluido el BCIA. Además, debido al trayecto habitualmente recto de la arteria femoral hasta la aorta ascendente, el abordaje femoral proporciona un apoyo excelente al catéter guía y manipulabilidad y acceso al sistema venoso a través de la vena femoral adyacente. La enfermedad arterial periférica intensa o los injer- tos de derivación vascular periféricos y la necesidad de inmovilización después de la intervención limitan el uso del abordaje femoral en algunos pacientes. El abordaje braquial fue la principal alternativa al acceso femoral, sin embargo, debido a que la arteria braquial constituye la única circulación del antebrazo y la mano (es decir, es una arteria funcional terminal), cualquier afectación de la arteria braquial puede provocar complicaciones isquémicas graves en la mano. El abordaje radial ha ganado populari- dad como alternativa al acceso femoral en los pacientes con una enfermedad vascular periférica significativa y en particular en los pacientes obesos, en los que la compresión directa de la arteria radial reduce las complicaciones hemorrágicas.35,36 El abordaje radial proporciona acceso directo a la aorta ascendente y tiene la ventaja de permitir una movilización inmediata después de la ICP. Una prueba de Allen puede ser útil para evaluar el flujo dirigido a la mano antes de canular la arteria radial. La tortuosidad del tronco braquiocefálico puede limitar el uso del abordaje radial en el 2-3% de los pacientes. El pequeño tamaño de la arteria radial limita el tamaño de los catéteres guía que pueden utilizarse durante la ICP (habitualmente 5 F o 6 F en mujeres y 7 F en hombres, aunque están empezando a utilizarse guías sin vaina más gruesas). El acceso transradial se asocia a una frecuencia generalmente menor (2%) de complica- ciones vasculares.37 Un metaanálisis ha señalado que el acceso radial reduce la hemorragia importante comparado con el acceso femoral.38 En el estudio Radial vs Femoral Access for Coronary Interven- tion (RIVAL), los pacientes se sometieron aleatoriamente a acceso femoral o radial; no se observaron diferencias significati- vas en el criterio primario de episodios isquémicos importantes o hemorragias39 (tabla 62-1), pero con la vía radial se redujo significativamente el porcentaje de complicaciones vasculares. Complicaciones Se producen complicaciones en la zona del acceso vascular después del 3 al 7% de las ICP femorales y aumentan significativamente la estancia hospitalaria, los costes totales, la morbilidad y la mortalidad. Las com- plicaciones van desde hematomas en la zona del acceso relativamente leves a hemorragias retroperitoneales peligrosas para la vida que requieren una transfusión urgente de sangre o incluso un daño vascular que exija una intervención quirúrgica rápida. Los factores que predisponen a los pacientes a un mayor riesgo de complicaciones vasculares graves después de la ICP son la edad avanzada, el sexo femenino, el tamaño grande de la vaina vascular, el índice de masa corporal bajo, la insuficiencia renal y el grado de anticoagulación durante la intervención. La localización del punto de entrada para el acceso transfemoral predice el riesgo y el tipo de complicación vascular (v. capítulo 19). Si el lugar de acceso está por encima del nivel del ligamento inguinal, el riesgo de hemorragia retroperitoneal aumenta sustancialmente. Si el lugar de acceso está distal a la bifurcación femoral pueden producirse seudoaneurismas (0,4%) y fístulas arteriovenosas (0,2%). Las principales complicaciones vasculares del abordaje femoral son la isquemia que pone en peligro la extremidad (0,1%) y la hemorragia retroperitoneal (0,4%), que se asocian a un mayor riesgo de muerte de 2 a 10 veces en los primeros 30 días después de la ICP. Dispositivos de cierre vascular Los dispositivos de cierre del acceso vascular se introdujeron a mediados de los años noventa como una nueva forma de tratar la zona de acceso después de las intervenciones que empleaban un acceso femoral. Los dispositivos de cierre vascular reducen el tiempo que transcurre hasta la ambulación, aumentan la comodidad del paciente después de la ICP y mejoran el flujo de casos en el laboratorio de cateterismo. Los dispositivos de cierre vascular aprobados en la actualidad se dividen en tres categorías: 1) los dispositivos selladores son sistemas con colágeno y trombina que no dejan ningún anclaje mecánico dentro ni fuera del vaso; 2) los dispositivos de cierre mecánicos son sistemas con suturas y grapas de nitinol que proporcionan un cierre inmediato seguro del FIGURA 62-3 Imágenes de coronariografía en las que se observa la bifurcación de la arteria coronaria principal izquierda con discrepancia mínima en el tamaño de la principal izquierda y de la circunfleja (A1) que sería apropiado para el implante de una endoprótesis en pantalón (culotte) (B1) en comparación con una bifurcación de la arteria coronaria descendente anterior izquierda (DAI)-diagonal con una discrepancia notable entre la DAI y la diagonal (A2) que no es apropiada para el implante de una endoprótesis en pantalón y debe tratarse con una técnica de miniaplastamiento (B2). RL, rama lateral; RP, rama principal. (Tomado de Colombo A, Latib A. Bifurcations. In Bhatt DL, editor. Cardiovascular Intervention: A Companion to Braunwald’s Heart Disease. Philadelphia: Elsevier; 2016.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1277 In terven ció n co ro n aria p ercu tán ea 62 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . vaso, y 3) los dispositivos de cierre híbridos, como el dispositivo soluble AngioSeal que utiliza una combinación selladora de colágeno con un cierre mecánico interno para inducir una hemostasia rápida.40 Aunque todos estos dispositivos han demostrado ser relativamente seguros y eficaces, la falta de datos comparativos nos impide evaluar las ventajas y los riesgos relativos de cada uno de ellos. En diversos metaanálisis se ha llegado a la conclusión de que los dispositivos de cierre vascular no reducen el riesgo de complicaciones vasculares más que la hemostasia manual, aunque las infecciones pueden ser más frecuentes con los dispositivos de cierre por sutura, y las oclusiones son más frecuentes con los dispositivos híbridos. Los análisis de los registros parecen indicar que los dispositivos de cierre permiten reducir las complicaciones hemorrágicas en pacientes escogidos,41 pero se necesitan estudios clínicos aleatorizadospara poder validar este hallazgo. DISPOSITIVOS CORONARIOS Durante las últimas tres décadas, las mejoras constantes en el equipo usado para la revascularización coronaria (p. ej., reducciones del perfil del dis- positivo y mejoras en la flexibilidad del catéter) se han visto complementadas con la introducción de una «tecnología de transformación periódica», como las endoprótesis coronarias y más recien- temente las EPLF, que han ampliado el ámbito y la amplitud de la práctica clíni- ca. El tipo de lesiones adecuadas para la ICP se ha hecho cada vez más complejo durante este período y los resultados de estos dispositivos han mejorado pro- gresivamente. A continuación, se revisan brevemente los dispositivos disponibles en la actualidad. Angioplastia con balón La angioplastia con balón expande la luz coronaria al estirar y romper la placa ateroesclerótica y la pared vas- cular y, en menor medida, redistribuir la placa ateroesclerótica a lo largo de su eje longitudinal. La retracción elástica de la pared vascular estirada deja generalmente una estenosis residual de un 30 al 35% del diámetro y la expansión vascular puede propagar las disecciones coronarias, lo que provoca el cierre brusco del vaso en el 5 al 8% de los pacientes. Aunque la angioplastia con balón aislada raramente se usa en casos distintos a vasos muy pequeños (< 2,25 mm), la angioplastia con balón sigue siendo parte integral de la ICP para dilatar las lesiones antes de colocar la endoprótesis, desplegar las endoprótesis coronarias y expandir aún más las endoprótesis después del despliegue. FIGURA 62-4 Aterectomía rotacional de la arteria coronaria descendente anterior izquierda (DAI)/diagonal. A. El coronariograma inicial muestra una estenosis calcificada grave en la región proximal (flecha) y central (puntas de flecha) de la DAI extendiéndose a la diagonal. B. La radioscopia muestra la calcificación grave (flechas). C. La ecografía intravascular muestra una calcificación de 270° (flechas) con caída del eco detrás del calcio. D. Fresa rotatoria en el segmento central de la DAI. E. Coronariograma final después de colocar la endoprótesis. (Tomado de Krishnaswamy A, Whitlow PL. Calcified lesions. In Bhatt DL, editor. Cardiovascular Intervention: A Companion to Braunwald’s Heart Disease. Philadelphia: Elsevier; 2016.) FIGURA 62-5 Posición del dispositivo Impella en el ventrículo izquierdo antes de la intervención en el tronco coronario principal izquierdo en una sola arteria restante. FIGURA 62-6 Riesgo de trombosis de la endoprótesis y revascularización de la lesión diana a lo largo del tiempo en función del tipo de endoprótesis. EPLF, endoprótesis liberadora de fármacos; EPMNR; endoprótesis metálica no recubierta; TAAD, tratamiento antiagregante doble. (Tomado de Matteau A, Mauri L. Optimal timing of noncardiac surgery after stents. Circulation 2012;126:1322.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1278 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII La mayoría de las mejoras en la tecnología del balón se relacionan con el desarrollo de balones de perfil bajo (diámetro desinflado = 0,7 mm) que son más fáciles de conducir a través de la anatomía tortuosa y los balones inflexibles que pueden inflarse hasta más de 20 atm sin expandirse más ni romperse. Una modificación de la angioplastia con balón es la dilatación con fuerza focalizada en la que una hoja o un cable guía externo al balón concentra la fuerza dilatadora e impide el deslizamiento del balón durante su inflado. El Cutting Balloon y el catéter AngioScore son sistemas de angioplastia con balón de fuerza centrada que se usan actualmente en una pequeña minoría (< 5%) de las ICP. A veces resultan útiles en lesiones de endoprótesis reestenóticas para impedir que el balón de contrapulsación se deslice al inflarlo. Aterectomía coronaria Aterectomía se refiere a la eliminación (en lugar de simple des- plazamiento) de la placa ateroesclerótica obstructiva. Al eliminar la placa o mejorar la distensibilidad de la pared de la lesión en las lesiones calcificadas o fibróticas, la aterectomía puede lograr un diámetro final de la luz mayor que el conseguido con la angioplastia con balón sola. La aterectomía se realizó en el 30% de las intervenciones entre 1992 y 1994, pero su uso disminuyó de forma llamativa con la disponibilidad de las endoprótesis coronarias. Menos del 5% de las intervenciones actuales utilizan la aterectomía, habitualmente la aterectomía rotacional combinada con las endoprótesis coronarias. El Rotablator Rotational Atherectomy System es el dispositivo de aterectomía más utilizado y permite eliminar placas ateromatosas mediante abrasión de la placa calcificada inelástica por medio de fragmentos de diamante microscópicos (20-50 µm) incluidos en la superficie de una fresa de aterectomía con forma de aceituna que gira a gran velocidad (160.000 rpm). Esta abrasión genera micropartículas de 2 a 5 µm que pasan a través de la microcirculación coronaria para ser eliminadas por el sistema reticuloendotelial. Las fresas viajan sobre un cable guía especializado de 0,022 cm y existen en diámetros de 1,25 a 2,5 mm. En el caso de una calcificación acentuada pueden usarse fresas de menor diámetro (1,25 mm) al principio, seguidas de fresas mayores en incrementos de 0,25 a 0,5 mm hasta el 70% del diámetro del vaso de referencia. Las técnicas de aterectomía rotacional intensivas no suponen ninguna ventaja en cuanto a las reestenosis respecto a los métodos más conservadores y tienden a aumentar las complicaciones agudas de la intervención, como la embolia distal o la perforación coronaria. No parece que la aterectomía rotacional permita reducir la reestenosis de los vasos no calcificados mejor que la angioplastia con balón de contrapulsación. El uso actual de la aterectomía rotacional se reserva para las lesiones de los orificios coronarios y muy calcificadas que no pueden dilatarse con angioplastia con balón o aquellas que impiden la colocación de las endoprótesis coronarias. La aterectomía rotacional se limita generalmente a la abrasión de la calcificación superficial con una fresa de 1,5 o 1,75 mm para mejorar la distensibilidad de la lesión (modificación de la placa) antes de tratarla definitivamente mediante dilatación con balón y colocación de una endoprótesis. La aterectomía rotacional se usa en la actualidad en menos del 5% de las ICP (fig. 62-7). La aterectomía orbital es una variante de aterectomía rotacional intro- ducida hace poco tiempo en intervencionismo coronario y periférico. Trombectomía y dispositivos de aspiración El catéter de trombectomía reolítico AngioJet se introdujo como un dispositivo dedicado a la eliminación de trombos por medio de su disolución y aspiración. Los chorros de solución salina a alta velocidad dentro de la punta del catéter crean una aspiración local intensa por efecto Venturi, lo que atrae la sangre, el trombo y la solución salina que hay en la luz hacia la abertura del catéter y los impulsa en sentido proximal a través de la luz del catéter. La trombectomía reolítica fue superior a una infusión intraluminal prolongada de urocinasa en los pacientes con un gran trombo, pero su uso habitual en los pacientes con IMEST no se asoció a ninguna mejora en el tamaño del infarto en las pruebas de tomografía computarizada con emisión de fotón único (SPECT) y puede tener más complicaciones. La trombectomía reolítica todavía puede ser útil en la práctica clínica cuando en la angiográfica aparece un gran trombo en un vaso nativo o un IVS. Se han fabricado nuevos catéteres de aspiración que usan catéteres guía del 6 F como alternativasa la trombectomía reolítica en los pacientes con lesiones que contienen trombos. Aunque son más fáciles de usar, estas técnicas pueden ser algo menos eficaces (en particular con trombos parcialmente organizados) que la trombectomía reolítica. En un estudio multicéntrico de 1.071 pacientes con IMEST a los que se asignó de forma aleatoria a un grupo de aspiración del trombo o de IP tradicional, se produjo un rubor miocárdico de grado 0 o 1 en el 17,1% de los pacientes del grupo de aspiración del trombo y en el 26,3% de los del grupo de ICP tradicional (P < 0,001). A los 30 días, las cifras de muertes en los pacientes con un rubor miocárdico de grado 0 o 1, 2 y 3 fueron del 5,2, 2,9 y 1%, respectivamente (P = 0,003) y la de acontecimientos adversos del 14,1, 8,8 y 4,2%, respectivamente (P < 0,001).42 Un metaanálisis de datos antiguos ha señalado que la aspiración manual simple del trombo antes de ICP bajó la mortalidad en pacientes a los que se realizó ICP primaria, pero estudios clínicos aleatorizados más numerosos en la época actual han demostrado que no consigue un descenso relevante.22 Dispositivos de protección de las embolias La llegada de los sistemas de protección de las embolias ha reducido el riesgo de acontecimientos adversos de la ICP para la colocación de IVS. Aunque la embolia de restos ateroescleróticos no se consideró una complicación importante durante los primeros años de la angioplastia coronaria nativa con balón, ahora se considera una posible causa de necrosis miocárdica distal después de la ICP, en particular en lesiones de IVS friables. La embolia distal causa elevaciones enzimáticas después de la intervención en casi el 20% de los pacientes tras una ICP para colocar un IVS y esta elevación enzimática se asocia a una morbilidad y mortalidad sustanciales. Se han evaluado numerosos sistemas oclusivos y de protección distal con filtro, así como nuevos dispositivos de oclusión proximales para las intervenciones de IVS,43 pero, actualmente, los sistemas de filtros son los más utilizados. A pesar de la posibilidad de prevenir tromboembolias en pacientes con IMEST, ninguno de los dispositivos de protección contra embolias ha reducido el tamaño del IM con la intervención primaria. Filtros embólicos distales. Los filtros distales se hacen avanzar a través de la lesión diana en su estado colapsado menor y se retira la funda para que el filtro se abra y se expanda contra la pared vascular. Los filtros se quedan en su sitio para atrapar cualquier material embólico liberado mayor que el tamaño del poro del filtro (habitualmente 120-150 µm) durante la intervención. Al acabar la intervención, los filtros se colapsan TABLA 62-1 Resultados obtenidos con el acceso radial frente al acceso femoral en el estudio RIVAL RESULTADO FEMORAL (n = 3.514) RADIAL (n = 3.507) VALOR P Combinación de muerte, infarto de miocardio, ACV o hemorragia importante sin relación con IDAC a los 30 días* 4% 3,7% 0,5 Muerte a los 30 días 1,5% 1,3% 0,47 Infarto de miocardio a los 30 días 1,9% 1,7% 0,65 ACV a los 30 días 0,4% 0,6% 0,3 Éxito de la intervención coronaria percutánea 95,2% 95,4% 0,83 Cambio del lugar de acceso 2% 7,6% < 0,0001 Complicaciones vasculares mayores 3,7% 1,4% < 0,0001 Hemorragia importante en el lugar de acceso 0,3% 0,2% No se indica Oclusión radial sintomática NA 0,2% NA Duración del procedimiento (min) 35 34 0,62 Duración de la radioscopia (min) 8 9,3 < 0,0001 Volumen de contraste (ml) 180 181 0,87 El paciente prefiere el acceso radial para la siguiente intervención 50,7% 90,2% < 0,0001 ACV, accidente cerebrovascular; IDAC, injerto de derivación arterial coronaria; NA, no aplicable. Modificado de Jolly SS, Yusuf S, Cairns J, et al. Radial versus femoral access for coronary angiography and intervention in patients with acute coronary syndromes (RIVAL): a randomised, parallel group, multicentre trial. Lancet 2011;377:1409. *Criterio primario de valoración. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1279 In terven ció n co ro n aria p ercu tán ea 62 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . usando una funda y el material embólico capturado se retira de la circulación. Este tipo de dispositivo tiene las ventajas de mantener el flujo anterógrado durante la intervención y de permitir la inyección intermitente de contraste para visualizar la anatomía subyacente, pero tiene la potencial desventaja de permitir pasar a los desechos con un diámetro menor que el tamaño del poro del filtro (fig. 62-8). Endoprótesis coronarias Las endoprótesis coronarias se han convertido en la forma predominante de ICP y en la actualidad se usan en más del 90% de las ICP en todo el mundo. Las endoprótesis coronarias funcionan como andamios para los colgajos de disección arteriales, y reducen de ese modo la incidencia de cierre vascular y la necesidad de un IDAC urgente; también reducen la frecuencia de reestenosis debido a que evitan el retroceso arterial, que representa el principal mecanismo de reestenosis tras la angioplastia con balón. A pesar de la mejora clínica tardía comparada con la angioplastia con balón, en algunos pacientes se producen rees- tenosis después de la colocación de una endoprótesis coronaria debido a una hiperplasia excesiva de la íntima dentro de la endoprótesis. Las endoprótesis expansi- bles de segunda generación con balón introducidas entre 1997 y 2003 diferían en la composición metálica (es decir, cobalto cromo o metales laminados en lugar de acero inoxidable 316 L), el diseño de los puntales, la longitud de la endoprótesis, el sistema de colocación y despliegue y la cobertura de la superficie arterial. Estas modificaciones aumentaron la flexibilidad y la facilidad de colocación de la endo- prótesis, así como el apuntalamiento del vaso y el acceso a las ramas laterales. Al principio, el uso de las endoprótesis coronarias se vio limitado por la elevada frecuencia (3-5%) de trombosis subagudas, a pesar del tratamiento antitrombótico intensivo con ácido acetilsalicílico, dipiri- damol, dextrano de masa molecular baja a lo largo de la intervención y una transición sin interrupciones de la heparina i.v. a la warfarina oral. La trombosis subaguda producía profundas consecuencias clínicas, lo que daba lugar a un resultado indeseable (p. ej., muerte, IM o revas- cularización urgente) en casi todos los pacientes. A menudo se ha podido reducir la frecuencia de trombosis subaguda de las endoprótesis (aproximadamente al 0,5-1%) utilizando endoprótesis de alta presión y un régimen farmacológico a base de ácido acetilsalicílico y un antagonista de receptores de ADP (clopidogrel, prasugrel o ticagrelor y/o cangrelor i.v.), empezando justo antes o después de colocar la endo- prótesis (v. capítulo 93). Aunque la EPMNR coronaria reduce la incidencia de reestenosis angiográfica y clínica comparada con la angioplastia con balón, todavía se producen reestenosis angiográficas (diámetro de la estenosis en el seguimiento > 50%) en el 20 al 30% de los pacientes y reestenosis clínica (angina recurrente debido a reestenosis en el segmento tratado) en el 10 al 15% de los pacientes en el primer año siguiente al tratamiento. La reestenosis con EPMNR es más frecuente en los pacientes con lesiones largas en vasos pequeños y DM, entre otros factores. El tratamiento farmacológico complementario no ha impedido la reestenosis después de la colocación de la endoprótesis. FIGURA 62-7 Aterectomía rotacional de una arteria descendente anterior izquierda (DAI) que no puede dilatarse. A. Una lesión difusa muy calcificada en la arteria DAI se considera generalmenteno dilatable con las técnicas con balón tradicionales. B. Se hace avanzar una fresa de 1,5 mm de aterectomía rotacional a 160.000 rpm para eliminar la lesión calcificada. C. Entonces, puede hacerse avanzar una endoprótesis de 3 × 28 mm a través del bloqueo e inflarse a 16 atm. Es improbable que se hubiera logrado la expansión completa de la endoprótesis sin un pretratamiento con aterectomía rotacional. D. El resultado angiográfico final muestra un flujo normal en el vaso distal y ausencia de estenosis residual. FIGURA 62-8 Ejemplos de captura de restos mediante un filtro. A. Dispositivo FilterWire colocado distal a la lesión en el cuerpo del injerto de vena safena excéntrico. B. Durante la ICP, los restos han embolizado distalmente y han sido capturados en el interior del filtro. (Tomado de Brilakis ES, Banerjee S. Bypass graft interventions. In Bhatt DL (ed.): Cardiovascular Intervention: A Companion to Braunwald’s Heart Disease. Philadelphia, Elsevier, 2016.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1280 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII Los tratamientos mecánicos de la reestenosis intraendoprótesis consisten en redilatación con balón, extirpación de la hiperplasia intraendoprótesis mediante aterectomía y repetición del implante de EPMNR. La braquiterapia con fuentes de rayos β o γ permitió mejorar modestamente este resultado para la reestenosis dentro de las endo- prótesis, pero tiene algunas limitaciones, como la necesidad de que intervenga un radioterapeuta, una cierta tendencia a la reestenosis tardía «por alcance» y la inhibición de la endotelización, que incrementa considerablemente el riesgo de trombosis si se implanta otra endo- prótesis en el mismo segmento vascular. En dos estudios aleatorizados se pudo comprobar que la braquiterapia proporciona peores resultados que la colocación de EPLF como tratamiento para la reestenosis.44,45 Las EPMNR se usan actualmente en el 10 al 20% de los pacientes sometidos a una ICP. Esto suele deberse a la incapacidad de tomar un TAAD prolongado. Sin embargo, los datos recientes indican la superioridad de las EPLF actuales sobre las EPMNR incluso en pacientes con riesgo hemorrágico alto.46 Endoprótesis liberadoras de fármacos Las EPLF se diseñaron a principios del siglo XXI con el fin de liberar de forma mantenida un fármaco antiproliferativo en la zona de lesión de la pared vascular. Los tres componentes de las EPLF actuales son la endoprótesis con balón expansible, un revestimiento de polímero duradero o reabsorbible que libere el fármaco de forma mantenida y el producto farmacológico empleado para limitar la hiperplasia de la íntima. Las EPLF han demostrado su eficacia en los pacientes con lesiones focales, de novo y frecuentes con diámetros de los vasos de referencia entre 2,5 y 3,5 mm y longitudes de la lesión entre 15 y 30 mm. Estudios aleatorizados y de registros han demostrado también el beneficio de las EPLF en los pacientes con vasos largos (> 30 mm de longitud) y pequeños (< 2,5 mm), OTC, IVS y enfermedad de la arteria mamaria interna y en reestenosis de la endoprótesis y en pacientes con IMEST.47 Las EPLF actuales tienen menos riesgo de trombosis de la endoprótesis que las primeras EPLF48,49 y una prevención uniforme de la reestenosis comparadas con las EPMNR, así como mejor aplicación gracias a los materiales de perfil más bajo. La trombosis de la endoprótesis es infre- cuente en la actualidad comparada con el riesgo de IM no relacionado con las endoprótesis previas. Comparaciones aleatorizadas recientes entre EPLF y EPMNR actuales indican tasas bajas parecidas o más bajas de trombosis de la endoprótesis con EPLF, tanto iniciales48 como después de 1 año.49 Con las EPLF actuales, las directrices recomiendan 6 meses o más de TAAD en pacientes sin SCA, sin riesgo hemorrágico alto y que toleran la TAAD sin complicación hemorrágica.50 También se han actualizado las directrices respecto a una duración más prolongada de la TAAD basada en estudios publicados recientemente e indican que puede ser razonable prolongarla 12 meses o más en pacientes sin riesgo alto de hemorragia y que han tolerado la TAAD sin complicación hemorrágica.51 Aunque el riesgo bajo de trombosis de la endoprótesis con EPLF disminuye todavía más con terapia ampliada, las recomendaciones están basadas principalmente en el descenso del riesgo de IM tardío sin relación con la endoprótesis y no en la trombosis de la endoprótesis.52-54 Endoprótesis liberadoras de sirolimús La endoprótesis CYPHER contiene sirolimús, un fármaco inmunode- presor natural que produce una inhibición citostática de la proliferación celular. El sirolimús se libera de un polímero bioestable durante 30 días. El estudio crucial Sirolimus-Eluting Stent in De-Novo Native Coronary Lesions (SIRIUS) incluyó 1.058 pacientes con lesiones antiguas a los que se distribuyó de forma aleatoria al tratamiento con una endoprótesis liberadora de sirolimús o una EPMNR. El criterio de valoración primario de fracaso del vaso diana a los 8 meses, compuesto de revascularización del vaso diana, muerte o IM, se redujo del 21% en los pacientes tratados con EPMNR al 8,6% en los pacientes con endoprótesis liberadoras de sirolimús (P < 0,001). El porcentaje de revascularización de los vasos diana se redujo del 16,6% en las EPMNR al 4,1% en las endoprótesis liberadoras de sirolimús al cabo de 1 año (P < 0,001) y se mantuvo igual a los 5 años.55,56 No se observaron diferencias entre ambos grupos en la incidencia acumulada de IM o de revascularización atribuida a segmentos remotos del vaso diana. Aunque la endoprótesis CYPHER dejó de fabricarse en 2011, fuera de EE. UU. siguen fabricándose y vendiéndose otras endoprótesis liberadoras de sirolimús. Endoprótesis liberadoras de paclitaxel La endoprótesis TAXUS está compuesta por una plataforma de acero inoxidable, un polímero derivado de poliolefina y el fármaco estabilizador microtubular paclitaxel que tiene efectos antiinflamatorios mientras inhibe a la vez la migración y división celulares. La liberación de paclitaxel se completa a los 30 días de la implantación, aunque una parte sustancial (> 90%) del paclitaxel permanece dentro del polímero de forma indefinida. El estudio crucial TAXUS IV distribuyó de forma aleatoria 1.314 pacientes con lesiones coronarias de novo a una endoprótesis TAXUS o una EPMNR con un aspecto idéntico. La revascularización del vaso responsable de la isquemia a los 9 meses se redujo del 11,3 al 3% y siguió significativamente reducida a los 12 meses (del 17,1 al 7,1%) en los pacientes con las endoprótesis liberadoras de paclitaxel (P < 0,001). La endoprótesis TAXUS ha dejado de fabricarse. Endoprótesis liberadora de zotarolimús El zotarolimús (también llamado ABT-578) es otro análogo de la rapamicina liberado de una endoprótesis revestida de fosforilcolina (PC) que se ha evaluado con la endoprótesis Endeavor. En el estudio ENDEAVOR II se distribuyó a 1.197 pacientes al tratamiento con la endoprótesis Endeavor de PC liberadora de zotarolimús o a la misma EPMNR pero sin el fármaco ni el revestimiento de polímero.57 El criterio principal de valoración a los 9 meses de fracaso del vaso diana bajó del 15,1% con EPMNR al 7,9% con la endoprótesis Endeavor (P < 0,0001).57 El estudio ENDEAVOR IV, un estudio controlado ciego y prospectivo, comparó la seguridad y la eficacia de la endoprótesis liberadora de zotarolimús con la endoprótesis liberadora de paclitaxel en 1.548 pacientes con lesiones coronarias únicas de novo. El criterio de valoración primario fue el compuesto de muerte cardíaca, IM o revascularización del vaso diana y Endeavor nofue inferior a la endo- prótesis TAXUS. Además, hubo menos IM asociado a la intervención con las endoprótesis liberadoras de zotarolimús (0,5 frente al 2,2%; P = 0,007) por una menor oclusión de ramas laterales en los pacientes con estas endo- prótesis.58 Un estudio aleatorizado numeroso comparó la trombosis de la endoprótesis entre los modelos Endeavor y CYPHER y no halló diferencia en el criterio principal de valoración de trombosis de la endoprótesis probable o confirmada a los 3 años,59 pero sí encontró diferencias a los 4 años (1,6 frente al 2,6%, P = 0,003).60 La endoprótesis Endeavor sigue fabricándose, pero se usa menos que la endoprótesis Resolute liberadora de zotarolimús aprobada recientemente. En el estudio RESOLUTE All Comers Trial con 2.292 pacientes, la endoprótesis liberadora de zotarolimús Resolute no fue inferior a la endoprótesis liberadora de everolimús (8,2 frente al 8,3%, respectivamente; P < 0,001 para no inferioridad) respecto al criterio principal de valoración de fracaso de la lesión diana.61 A los 5 años de seguimiento no había diferencias significativas entre las endoprótesis respecto al fracaso de la lesión diana, sus componentes o trombosis de la endoprótesis.62 Endoprótesis liberadora de everolimús La endoprótesis XIENCE está formada por la endoprótesis Vision de cobalto cromo, un fluoropolímero muy resistente, y everolimús, un análogo de la rapamicina con efectos inmunodepresores y antiprolifera- tivos. Basándose en estudios iniciales en los que se evaluó el uso de un polímero de poliácido L-láctico (PLA) absorbible, el programa SPIRIT ha demostrado una disminución de la pérdida luminal tardía equiparable a la obtenida con la endoprótesis CYPHER. SPIRIT III fue un ensayo alea- torizado controlado ciego sencillo y prospectivo en el que participaron 1.002 pacientes que se sometieron a ICP por lesiones de 28 mm o menos de longitud y con un diámetro vascular de referencia de 2,5-3,75 mm.63 La pérdida angiográfica tardía intrasegmento fue significativamente menor en el grupo de endoprótesis liberadoras de everolimús que en el grupo de paclitaxel (0,14 frente a 0,28 mm; P ≤ 0,004).63 El porcentaje de fallo del vaso diana a los 9 meses con la endoprótesis de everolimús no fue inferior al de la endoprótesis de paclitaxel (7,2 frente al 9%, respectivamente; P < 0,001 para la no inferioridad). La endoprótesis de everolimús redujo significativamente los episodios cardíacos adversos mayores (ECAM) compuestos a los 9 meses en comparación con la endoprótesis de paclitaxel (4,6 frente al 8,1%; P = 0,03) y al cabo de 1 año (6 frente al 10,3%; P = 0,02) debido al menor número de IM y de procedimientos de revascularización de las lesiones diana.63 En SPIRIT IV, una comparación aleatorizada más extensa entre las endoprótesis de everolimús y de paclitaxel entre 3.687 pacientes, se obtuvieron efectos beneficiosos similares con la endoprótesis de everolimús, con Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1281 In terven ció n co ro n aria p ercu tán ea 62 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . unos índices significativamente menores de fallo de la lesión diana, IM, trombosis de la endoprótesis y revascularización de la lesión diana inducida por la isquemia a los 2 años.64 A los 3 años de seguimiento se observaron resultados parecidos en un metaanálisis de los estudios SPIRIT II, III y IV (fracaso de lesión diana, 8,9 frente a 12,5%; P = 0,0002; IM, 3,2 frente al 5,1%; P = 0,002; trombosis de endoprótesis, 0,7 frente al 1,7%; P = 0,003); revascularización de lesión diana por isquemia, 6 frente al 8,2%; P = 0,004).65 Polímeros biorreabsorbibles y endoprótesis liberadoras de fármacos Los polímeros biorreabsorbibles tienen la ventaja potencial de que no dejan restos de polímeros tras el período necesario para la supresión del fármaco de la hiperplasia neoíntima, lo que limita la toxicidad y la reacción vasculares posibles. Estos polímeros han sido utilizados en endo- prótesis metálicas convencionales para liberar fármacos,66,67 así como en combinación con matrices completamente bioabsorbibles.68,69 El estudio EVOLVE II halló que la endoprótesis SYNERGY, que contiene un polímero bioabsorbible liberador de everolimús sobre un esqueleto de cobalto cromo, no fue inferior a una endoprótesis duradera de polímero liberador de everolimús en el fracaso de la lesión diana a los 12 meses (6,7 frente al 6,5%, respectivamente; P de no inferioridad = 0,0005) en 1.687 pacientes.70 Están en marcha varios estudios clínicos para determinar si puede ser razonable acortar la duración de la TAAD en pacientes con riesgo hemo- rrágico alto tratados con esta endoprótesis, porque el fármaco y el polímero se reabsorben a los 3-4 meses de la implantación de la endoprótesis.71 En la actualidad hay EPLF que se reabsorben por completo varios años después del implante.72 En el estudio ABSORB III, el criterio principal de valoración de fracaso de la lesión diana a 1 año estaba presente en el 7,8% de los pacientes tratados con una matriz bioabsor- bible liberadora de everolimús (ABSORB) y en el 6,1% de los pacientes con una endoprótesis duradera de polímero liberadora de everolimús (P de no inferioridad = 0,007; P de la diferencia = 0,16).73 En un metaa- nálisis de seis estudios aleatorizados con 3.738 pacientes, el estudio ABSORB estaba asociado a riesgo más alto de trombosis probable/ definitiva que el polímero permanente la endoprótesis liberadora de everolimús (razón de posibilidades [OR, odds ratio], 1,99; intervalo de confianza [IC] al 95%, 1-3,98; P = 0,05).73 En la actualidad, estas endoprótesis se usan principalmente para estenosis proximales de un solo vaso grande para evitar los riesgos más altos de trombosis de la matriz en lesiones más pequeñas o más complejas. FÁRMACOS ANTIAGREGANTES Véase también el capítulo 93. Ácido acetilsalicílico El ácido acetilsalicílico (AAS) inhibe de forma irreversible la cicloo- xigenasa (COX) y de este modo bloquea la síntesis de tromboxano A2 (TxA2) un vasoconstrictor que promueve la agregación plaquetaria.74 El AAS reduce sustancialmente los IM asociados a la intervención causados por oclusiones trombóticas comparado con placebo y es un estándar para todos los pacientes sometidos a una ICP. El efecto inhibidor del AAS se produce en los primeros 60 min y su efecto sobre las plaquetas dura hasta 7 días después de suspenderlo. Aunque se desconoce la dosis eficaz mínima de AAS en caso de ICP, los pacientes mantenidos con un régimen de tratamiento crónico diario con AAS deben recibir entre 81 y 325 mg de AAS antes de la ICP. Los pacientes que no están siguiendo ya tratamiento crónico con AAS deben recibir 325 mg del mismo por lo menos 2 h antes y, si es posible, 24 h antes de realizar la ICP. Después de la ICP, hay que prolongar indefinidamente la administración de AAS en los pacientes sin alergia, y puede ser mejor utilizar una dosis inferior (p. ej., 81 mg) para reducir el riesgo de hemorragias digestivas (v. «Directrices»). Antagonistas de los receptores de difosfato de adenosina Los derivados tienopiridínicos producen una inhibición plaquetaria irre- versible debido a sus efectos sobre el receptor del difosfato de adenosina (ADP) P2Y12 que puede activar el complejo de la glucoproteína (GP) IIb/ IIIa. Como el AAS y los tienopiridínicos tienen diferentes mecanismos de acción, su combinación inhibe la agregación plaquetaria en mayor grado que cualquiera de ellos por separado. La combinación de AAS y clopidogrel (o antes ticlopidina) es esencial durante 14 a 28 días para prevenir la trombosis de la endoprótesis después de la colocación de la EPMNR.
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