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1352 © 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos TRATAMIENTO MÉDICO PREVENTIVO DEL ICTUS, 1352 Antiagregantes plaquetarios, 1352 Anticoagulación, 1353 Estatinas, 1354 Antihipertensivos, 1356 Diabetes e intolerancia a la glucosa, 1357 TRATAMIENTO DEL ICTUS ISQUÉMICO AGUDO, 1357 Activador del plasminógeno tisular recombinante intravenoso, 1358 Tratamiento endovascular, 1358 Otras medidas terapéuticas para el ictus, 1362 Ictus después de intervenciones coronarias percutáneas y terapia trombolítica del infarto de miocardio, 1363 PERSPECTIVAS FUTURAS, 1363 BIBLIOGRAFÍA, 1364 65 Prevención y tratamiento del ictus isquémico LARRY B. GOLDSTEIN Todos los años más de 795.000 estadounidenses tienen ictus (accidentes cerebrovasculares) y mueren más de 150.000. En 2013 el ictus bajó de la cuarta a la quinta causa de muerte en EE. UU.1 Aproximadamente 6,6 millones de estadounidenses de 20 años o más han sufrido un ictus, una causa importante de incapacidad grave a largo plazo. El ictus afecta de manera desproporcionada a las minorías. En 2013, el 58% de las muertes relacionadas con ictus correspondieron a mujeres, y las mujeres tienen menos de la mitad de probabilidad que los hombres de vivir de manera independiente después de un ictus. Aunque la edad es un factor de riesgo importante de ictus, alrededor del 10% de los ictus afectan a personas de 18 a 50 años.1 Los factores de riesgo de ictus se solapan con los de enfermedad arterial coronaria (EAC) y enfermedad arterial periférica (EAP), aunque el ictus puede reflejar procesos fisiopatológicos diferentes, y los tratamientos pueden tener distintos grados de éxito y de riesgo que en otras enfermedades vasculares.2 Este capítulo se centra en las decisiones terapéuticas especialmente importantes para los cardiólogos. La American Heart Association/ American Stroke Association (AHA/ASA) ha publicado unas directrices basadas en la evidencia detalladas y actualizadas para la prevención de un primer ictus,2 prevención del ictus recurrente2 y tratamiento urgente de los pacientes con ictus isquémico.4-6 Este capítulo analiza distintos aspectos del tratamiento médico del ictus isquémico. Se remite a los lectores a las directrices de la AHA que analizan el uso de endoarterectomía carotídea y angioplastia/ endoprótesis para prevención primaria y secundaria del ictus2,3,7 y al capítulo 66.7 TRATAMIENTO MÉDICO PREVENTIVO DEL ICTUS Aproximadamente el 78% de los ictus son primeros episodios, lo que hace que la prevención primaria sea esencial.1 Alrededor del 18% de los supervivientes sufren un segundo ictus en un plazo de 4 años. Después de un accidente isquémico transitorio (AIT), los pacientes tienen un riesgo de ictus isquémico del 11% a lo largo de 90 días, siendo el riesgo máximo en la primera semana.1 El AIT es un trastorno diagnosticado erróneamente con frecuencia, definido como un episodio transitorio de disfunción neurológica causado por isquemia focal cerebral, medular espinal o retiniana, sin infarto agudo. Un estudio que empleó sistemas específicos de evaluación y tratamiento urgente de los pacientes con AIT halló un riesgo a 90 días mucho más bajo (3,7%).8 Se creó la puntuación ABCD2 para ayudar a valorar el riesgo a corto plazo de ictus en pacientes con AIT9 (tabla 65-1). El riesgo de ictus a los 2 días es bajo (1%) en los que tienen una puntuación entre 0 y 3, moderado (4%) en los que tienen una puntuación de 4 a 5 y alto (8%) en los que tienen una puntuación de 6 a 7.9 Sin embargo, incluso los que tienen un riesgo aparente bajo pueden precisar tratamiento urgente.10 De hecho, el 22% de los ictus se producen en pacientes con una puntuación ABCD2 menor de 4.8 Antiagregantes plaquetarios Prevención primaria El uso de antiagregantes plaquetarios para prevenir un primer ictus depende del riesgo global del paciente de episodios cardiovasculares (CV) y de ictus, valorado con distintas escalas (v. capítulo 45). El efecto beneficioso del ácido acetilsalicílico (AAS) en profilaxis CV primaria es mayor que los riesgos asociados de complicaciones hemorrágicas en personas con un riesgo a 10 años mayor del 10%. No hay indicios de que los antiagregantes plaquetarios disminuyan el riesgo de ictus en personas con riesgo bajo ni en personas con diabetes en ausencia de otros factores de riesgo importantes, y no se recomienda el AAS para este fin2 (v. capítulo 45). El Women’s Health Study no halló disminución de este criterio de valoración predeterminado (infarto de miocardio [IM] no mortal, ictus no mortal o muerte CV) con AAS (100 mg a días alternos), pero hubo un descenso del 17% de ictus, aunque con aumento del riesgo de hemo- rragia.11 Este efecto beneficioso se produjo principalmente en mujeres con factores de riesgo de ictus (p. ej., hipertensión, diabetes). Por tanto, el AAS puede estar indicado para la prevención primaria del ictus en mujeres cuyo riesgo de ictus es mayor que el riesgo hemorrágico asociado.2 Los pacientes con fibrilación auricular (FA) deben tratarse en general con anticoagulantes para prevenir el ictus.3,12 Además de la warfarina, existen otros fármacos para la prevención del primer ictus o del ictus recurrente en pacientes con FA no valvular3 (v. más adelante y capítulos 38 y 93). El AAS o la combinación de AAS y clopidogrel son menos efectivos que la warfarina para prevenir el ictus en pacientes con FA y solo deben emplearse en los que no pueden tomar anticoagulantes13 (fig. e65-1). Prevención secundaria El ácido acetilsalicílico (AAS; dosis mínima eficaz en comparación con placebo, 50 mg/día) en dosis más altas3,14 baja el riesgo de ictus recurrente un 15% aproximadamente (intervalo de confianza [IC] al 95%, 6-23%) en personas con ictus isquémico no cardioembólico con escasa o nula recidiva del ictus (fig. e65-2). El dipiridamol de liberación prolongada (LP) (200 mg dos veces al día) es tan efectivo como el AAS para bajar el riesgo de ictus recurrente, con una reducción adicional (37%) si se combinan ambos fármacos; esta combinación baja el riesgo de ictus un 23% en comparación con solo AAS.3,15 Muchos cardiólogos creen que el dipiridamol puede aumentar el riesgo de isquemia cardíaca, pero los estudios clínicos no sustentan este concepto. La monoterapia con clopidogrel en pacientes con antecedente de IM, ictus o EAP baja el riesgo combinado de IM, ictus o muerte vascular un 8,7% (IC al 95%, 0,3-16,5%; P = 0,043) comparada con el AAS.3 Aunque se basa en un análisis de subgrupo con posible potencia estadística insuficiente, no hay indicios de un descenso considerable del ictus en pacientes con ictus previo. La combinación de clopidogrel y AAS baja la tasa de IM, ictus o muerte por causas CV más que solo AAS en pacientes con enfermedades cardiovasculares (ECV; incluido el ictus) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1353 Preven ció n y tratam ien to d el ictu s isq u ém ico 65 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . o con varios factores de riesgo.16 Cuando se analizó específicamente en pacientes con antecedente de ictus, la combinación de clopidogrel y AAS estaba asociada a aumento de las complicaciones hemorrágicas sin descenso del ictus isquémico.17 El Stroke Prevention Study 3 (SPS3) halló también un riesgo más alto de hemorragia sin descenso de los episodios isquémicos después de ictus lacunar en los pacientes tratados con la combinación comparada con solo AAS18 (fig. 65-1). El estudio Clopidogrel in High-Risk Patients with Acute Nondisabling Cerebrovascular Events (CHANCE), realizado en China, comparó el clopidogrel y el AAS con solo AAS empezando en las 24 h siguientesa un ictus isquémico leve o un AIT de riesgo alto, manteniendo la combinación durante 21 días.19 La combinación bajó el riesgo de ictus (8,2 frente al 11,7%; hazard ratio [HR], 0,68; IC al 95%, 0,57-0,81; P < 0,001) sin diferencias en la hemorragia (fig. 65-2). En espera de los resultados de un estudio parecido en EE. UU., una tanda corta de clopidogrel y AAS iniciada en las primeras 24 h puede ser adecuada en pacientes con ictus leve no cardioembólico o con AIT de riesgo alto.3 La combinación de clopidogrel y AAS no debe utilizarse a largo plazo para profilaxis del ictus en pacientes con riesgo alto o en pacientes con ictus grave reciente.3 Una comparación directa halló que el AAS más dipiridamol era similar a la monoterapia con clopidogrel para prevención secundaria del ictus en pacientes con ictus no cardioembólico20 (fig. e65-3). El AAS, la combinación de AAS y dipiridamol LP, y el clopidogrel son opciones razonables de prevención secundaria del ictus en estos pacientes.3 Ningún estudio aleatorizado disponible ha valorado diferentes protocolos antitrombóticos en pacientes con un episodio recurrente mientras toman un antiagregante plaquetario. Un estudio de registro prospectivo halló un descenso del criterio de valoración compuesto formado por ictus, IM y muerte vascular en pacientes que habían sufrido un ictus mientras tomaban AAS que cambiaron a otro antiagregante plaquetario o a los que se añadió otro antiagregante plaquetario al AAS21 (fig. 65-3). Anticoagulación Prevención primaria La anticoagulación a largo plazo para bajar el riesgo de una primera embolia cardiógena en pacientes con aumento del riesgo por trastornos como válvulas cardíacas mecánicas, FA y miocardiopatía se expone en los capítulos 25, 38, 63 y 93, y en la parte VIII. Prevención secundaria Los datos disponibles que apoyan la anticoagulación para prevenir el ictus recurrente en pacientes sin FA o con otras causas cardiógenas de riesgo alto son dudosos o los datos indican que el beneficio no es mayor que el riesgo de complicaciones hemorrágicas asociadas a la warfarina. Por tanto, los pacientes que han sufrido un ictus isquémico no cardioembólico o un AIT deben recibir antiagregantes plaquetarios en vez de anticoagulantes orales para bajar el riesgo de ictus recurrente y de otros episodios CV.3 Aunque están basados en un análisis de correlación, los datos del Warfarin-Aspirin Recurrent Stroke Study (WARSS) se referían a los «no respondedores al AAS». Este término se usa para referirse a los pacientes que toman AAS sin efecto antiagregante plaquetario detectable o a los pacientes con un episodio isquémico recurrente como ictus a pesar de este tratamiento. El análisis WARSS empleó esta última definición. A pesar de una tasa alta de ictus recurrente en pacientes sin tratamiento con AAS, tratados más adelante con AAS, el cambio de AAS a warfarina no fue favorable (y como se ha explicado anteriormente, ningún estudio aleatorizado ha evaluado el efecto favorable de cambiar a otro protocolo antiagregante plaquetario en estas circunstancias). El estudio Warfarin-Aspirin Symptomatic Intracranial Disease (WASID) comparó la warfarina (cociente normalizado internacional [INR], 2-3) con el AAS (1.300 mg/día).22 La tasa de ictus isquémico recurrente, hemorragia intracerebral o muerte vascular sin relación con el ictus fue similar con las dos pautas terapéuticas (22% con warfarina y 21% con AAS; P = 0,83), pero la tasa de hemorragia grave fue más alta con la warfarina (8,3 frente al 3,2%; P = 0,01). Debido a la falta de eficacia y a una tasa más alta de complicaciones hemorrágicas, por lo general no debe utilizarse warfarina en los pacientes con enfermedad estenoclusiva intracraneal de grandes vasos sintomática.3 El estudio Stenting and Aggressive Medical Management for Preventing Recurrent Stroke in Intracranial Stenosis (SAMMPRIS) mostró también la superioridad del tratamiento médico intensivo frente a la angioplastia/endoprótesis en pacientes con enfermedad estenoclusiva intracraneal de grandes vasos debido a un riesgo alto y temprano de ictus con tratamiento endovas- cular23 (fig. 65-4). Otro estudio mostró que la estenosis arterioesclerótica intracraneal puede mejorar con tratamiento médico actualizado.24 La angioplastia y el implante de endoprótesis pueden emplearse en pacientes con estenosis intracraneal en los que «fracasa» el tratamiento médico bajo el respaldo de la Humanitarian Device Exemption de la FDA estadounidense con aprobación del comité de evaluación del hospital. El uso de esta técnica debe limitarse a los pacientes que han sufrido un ictus en el territorio de la arteria estenosada a pesar del tratamiento médico y debe evitarse en el contexto de ictus agudo. Aunque la persistencia del agujero oval (PAO, con o sin aneurisma septal auricular) es más frecuente en pacientes jóvenes con ictus criptógeno, el tratamiento óptimo para profilaxis secundaria del ictus es dudoso. Además, tampoco está clara la relación entre PAO (grande o pequeño y con o sin aneurisma septal auricular) y riesgo de ictus recurrente y de muerte. Una revisión bibliográfica exhaustiva de 129 artículos identificó cuatro que cumplían los criterios mínimos de calidad y no halló un aumento considerable de ictus recurrente ni de muerte en los pacientes con PAO (razón de posibilidades [OR, odds ratio], 0,95; IC al 95%, 0,62-1,44), PAO pequeño (OR, 1,23; IC al 95%, 0,76-2), PAO grande (OR, 0,59; IC al 95%, 0,28-1,24) o PAO combinada con aneurisma septal auricular (OR, 2,1; IC al 95%, 0,86-5,06) en comparación con los pacientes sin PAO.25 Este hallazgo coincide con los resultados del posterior PFO in Cryptogenic Stroke Study (PICSS) que halló unas tasas casi idénticas de ictus recurrente o de muerte con independencia de TABLA 65-1 Puntuación ABCD2 FACTOR PUNTOS Edad > 60 años 1 Presión arterial > 140/90 mmHg 1 Manifestaciones clínicas Déficit de habla, sin debilidad 1 Debilidad unilateral 2 Diabetes 1 Duración 10-59 min 1 > 60 min 2 FIGURA 65-1 Ácido acetilsalicílico (AAS) más clopidogrel frente a AAS para la prevención secundaria del ictus en pacientes con ictus lacunar. Se muestra la probabilidad del criterio principal de valoración. El hazard ratio del criterio principal de valoración, ictus recurrente, fue de 0,92 (IC al 95%, 0,72-1,2). (Tomado de SPS3 Investigators. Effects of clopidogrel added to aspirin in patients with recent lacunar stroke. N Engl J Med 2012;367:817.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1354 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII la PAO.26 Se elaboró un índice para ayudar a identificar a los pacientes con ictus criptógeno en los que la PAO tienen más probabilidades de ser patógeno que fortuito.27 Prácticamente ningún estudio aleatorizado prospectivo ha compa- rado el tratamiento antiagregante y anticoagulante en pacientes con ictus criptógeno en el contexto de PAO. En un análisis preliminar, los investigadores del estudio PICSS hallaron tasas casi idénticas de ictus recurrente o de muerte con AAS o con Warfarina en pacientes con y sin PAO.26 Los pacientes con ictus isquémico idiopático o AIT y PAO que no tienen una causa venosa de embolia paradójica ni otra indicación de anticoagulación deben recibir tratamiento antiagregante.27 Varios estudios aleatorizados han examinado las ventajas posibles del cierre endovascular de la PAO comparado con tratamiento médico y no han hallado ventajas estadísticas del cierre (v. capítulo 75). Ningún estudio sobre el cierre endovascular de la PAO para prevenir el ictus recurrente alcanzó su criterio principal de valoración predeterminado, y un metaanálisisno mostró superioridad del cierre de la PAO frente al tratamiento médico en la prevención secundaria del ictus criptógeno en pacientes con PAO28 (fig. 65-5). No se recomienda el cierre transcatéter de la PAO para prevención secundaria del ictus.27 La Humanitarian Device Exemption de la FDA vigente para cierre endovascular de la PAO con un dispositivo con diseño específico requiere que el tratamiento médico apropiado haya fracasado. Es dudoso si el cierre endovascular de la PAO tiene ventajas en estos pacientes. Los pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) y fracción de eyección (FE) baja tienen también riesgo de embolia sistémica, pero los datos de estudios aleatorizados prospectivos numerosos no han identificado el tratamiento antitrombótico óptimo de estos pacientes. El estudio Warfarin and Antiplatelet Therapy in Chronic Heart Failure (WATCH) comparó la warfarina sin ocultación (objetivo de INR 2,5 a 3) y el tratamiento con ocultación doble con clopidogrel o AAS en pacientes en ritmo sinusal con ICC crónica (FE < 35%).29 No había diferencias entre la warfarina y el AAS (HR, 0,98; IC al 95%, 0,86-1,12; P = 0,77), entre la warfarina y el clopidogrel (HR, 0,89; IC al 95%, 0,68-1,16; P = 0,39), ni entre el clopidogrel y el AAS (HR, 1,08; IC al 95%, 0,83-1,4; P = 0,57) en el criterio principal de valoración (tiempo transcurrido hasta ictus no mortal, IM no mortal o muerte). Ningún dato mostró superioridad de la warfarina sobre el AAS ni del clopidogrel sobre el AAS para prevenir el ictus en pacientes con ICC con FE baja. El estudio Warfarin versus Aspirin in Reduced Cardiac Ejection Fraction (WARCEF) comparó la warfarina (objetivo de INR 2 a 3,5) con el AAS (325 mg/día) en pacientes en ritmo sinusal con FE ventricular izquierda (FEVI) baja.30 El ictus isquémico, la hemorragia intracerebral o la muerte por cualquier causa (criterio principal de valoración) alcanzaron una tasa de 7,47 episodios por 100 pacientes/año con warfarina frente a 7,93 con AAS (HR con warfarina, 0,93; IC al 95%, 0,79-1,1; P = 0,4). El descenso de la tasa de ictus isquémico con la warfarina quedó equilibrado por un aumento de la tasa de hemorragia intracraneal (fig. 65-6). En conjunto, los estudios WATCH y WARCEF no hallaron una disminución del ictus con warfarina comparada con AAS en pacientes con ICC o FEVI baja. Las distintas coagulopatías hereditarias (p. ej., deficiencia de proteína C, proteína S o antitrombina III; factor Leiden; mutación G20210A de la protrombina) y adquiridas (p. ej., anticoagulante lúpico, anticuerpos anticardiolipina o antifosfolipídicos) se aso- cian con más frecuencia a trombosis venosa que a trombosis arterial31,32 (v. también capítulo 93). A pesar de casos evidentes de asociación a ictus isquémico, sobre todo en niños o en adultos jóvenes, las relaciones causales son controvertidas. Por ejemplo, en el Antiphospholipid Antibody Stroke Study (APASS), otro subestudio del WARSS, el 41% de los 1.770 participantes presentaban uno o más anticuerpos antifosfolipídicos.33 Las tasas de episodios tromboembólicos recurrentes fueron algo más altas en los pacientes con anticuerpo antifosfolipídico, pero los resultados fueron similares en pacientes con anticuerpo tratados con warfarina o con AAS. Los pacientes con episodios tromboembólicos venosos que presentan una coagulopatía subyacente o los pacientes con ictus o AIT que cumplen los criterios de síndrome antifosfolipídico (enfermedad oclusiva arterial o venosa en varios órganos, abortos y lividez reticular) reciben warfarina de manera apropiada. Dado que las trombofilias (sobre todo las genéticas) se asocian con más frecuencia a trombosis venosa, el ictus criptógeno en este contexto obliga a realizar una evaluación de causas posibles de embolia paradójica. El rendimiento diagnóstico de la resonancia magnética (RM) de la pelvis y de las extremidades inferiores es más alto que el de la ecografía Doppler, y la RM puede ser útil en pacientes con un supuesto émbolo paradójico.34 En ausencia de síndrome de anticuerpo antifosfolipídico, los pacientes con ictus arterial que solo tienen una concentración alta de anticuerpo antifosfolipídico pueden tratarse de manera razonable con tratamiento antiagregante.27 Estatinas (v. capítulos 45 y 48) Prevención primaria El tratamiento de los pacientes con cardiopatía isquémica (CI) o con riesgo alto de CI con inhibidores de la hidroximetilglutaril-coenzima A (HMG-CoA) (estatinas) disminuye no solo los episodios cardíacos, sino también el riesgo de primer ictus35 (fig. e65-4). Un metaanálisis de estudios aleatorizado sobre las estatinas con 165.792 participantes halló que un descenso de 40 mg/dl del colesterol en lipoproteínas de densidad baja (LDL) estaba asociado a un descenso del 21,1% (IC al 95%, 6,3-33,5%; P = 0,009) del riesgo de primer ictus35 (fig. e65-5). Estudios específicos muestran un descenso del riesgo de primer ictus mediante tratamiento con estatina en pacientes con diabetes,36,37 hipertensión38 y adultos de edad avanzada.39 El estudio Justification for the USE of Statin in Prevention: An Interventional Trial Evaluating Rosuvastatin (JUPITER) evaluó el efecto de una estatina en personas con una concentración de proteína C reactiva de sensibilidad alta por encima de la mediana (> 2 mg/dl) que no eran candidatas a tratamiento con estatinas por otro motivo.40 En este grupo, el tratamiento con estatina bajó la incidencia de ictus un 50% aproximadamente. El efecto de disminución de los ictus con estatina puede extenderse a los que tienen un riesgo más bajo (5-10% a 5 años) de episodios vasculares41 (fig. e65-6). El estudio Heart Outcomes FIGURA 65-2 Efecto del clopidogrel en una dosis inicial de 300 mg, seguida de 75 mg/día durante 90 días, más ácido acetilsalicílico (AAS; 75 mg/día durante los primeros 21 días), frente a placebo más AAS (75 mg/día durante 90 días), en el riesgo de ictus a los 90 días en pacientes con ictus leve o AIT, empezando el tratamiento en 24 h. (Tomado de Wang Y, Wang Y, Zhao X, et al. Clopidogrel with aspirin in acute minor stroke or transient ischemic attack. N Engl J Med 2013;369:11.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1355 Preven ció n y tratam ien to d el ictu s isq u ém ico 65 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Prevention Evaluation (HOPE)-3 examinó el efecto de la rosuvastatina (10 mg/día) en los pacientes con ECV con riesgo intermedio (alrededor del 1% anual).42 A lo largo de 5,6 años, la aleatorización al tratamiento disminuyó la mortalidad por causas CV, el IM no mortal y el ictus no mortal de 4,8 a 3,7% (HR, 0,76; IC al 95%, 0,64-0,9; P = 0,002). Las técnicas de revascularización, la insuficiencia cardíaca y la parada cardíaca reanimada disminuyeron del 5,7 al 4,4% (HR, 0,75; IC al 95%, 0,64-0,88; P < 0,001). El ictus bajó del 1,6 al 1,1% (HR, 0,7; rango 0,52 a 0,95). El calculador de riesgo global del AHA/American College of Cardiology (ACC) es útil para identificar los pacientes con más probabilidades de beneficiarse del tratamiento con estatina.43,44 Prevención secundaria El Heart Protection Study (HPS) abarcó 3.280 pacientes con antecedente de ictus (1.820 con ictus sin antecedente de CI) tratados con estatina o placebo.45 En los pacientes con antecedente de ictus, el tratamiento con estatina bajó un 20% la frecuencia de episodios vasculares graves (EVG: IM, ictus, técnica de revascularización o muerte vascular), pero no el riesgo de ictus recurrente (en 10,5% del grupo placebo y en 10,4% del grupo de estatina). La explicación más importante puede ser que los pacientes fueron aleatorizados a unamedia de 4 años después del primer episodio. La mayoría de los ictus recurrentes aparecen pronto (en los primeros años), por lo que los pacientes aleatorizados en el HPS tenían un riesgo relativamente bajo de ictus recurrente. El estudio Stroke Prevention with Aggresive Reduction in Cholesterol Levels (SPARCL) asignó aleatoriamente a más de 4.700 pacientes en los 6 meses siguientes a un ictus no cardioembólico o a un AIT sin CI a recibir una dosis alta de estatina o placebo para un criterio principal de valoración de primer episodio de ictus mortal o no mortal.46 Los aleatorizados a tratamiento con estatina en dosis alta tenían un descenso relativo del 16% del ictus mortal o no mortal, y un descenso relativo del 35% de los episodios coronarios graves. Añadido a los datos previos de prevención de un primer ictus, el estudio SPARCL mostró que el tratamiento con estatina en dosis alta puede bajar el riesgo de ictus recurrente después de ictus o AIT (fig. e65-7). Según este estudio, los pacientes con ictus isquémico ateroesclerótico o AIT sin CI conocida deben recibir tratamiento de alta intensidad con estatina para bajar el riesgo de ictus y de otros episodios CV.3 FIGURA 65-3 Efecto del ácido acetilsalicílico de mantenimiento frente a cambio de tratamiento antiagregante en pacientes que han sufrido un ictus mientras estaban tomando ácido acetilsalicílico, basado en el análisis de los datos de un registro prospectivo. A. Criterio principal de valoración del ictus. B. Criterio de valoración compuesto de ictus, infarto de miocardio y mortalidad por todas las causas. AA, adición de otro antiagregante plaquetario; MA, mantenimiento del tratamiento con ácido acetilsalicílico; SA, cambio de ácido acetilsalicílico por otro antiagregante plaquetario. (Tomado de Kim JT, Park MS, Choi KH, et al. Different antiplatelet strategies in patients with new ischemic stroke while taking aspirin. Stroke 2016;47:128.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1356 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII Antihipertensivos (v. capítulos 46 y 47) Prevención primaria La hipertensión es uno de los factores de riesgo tratables más importan- tes de ictus isquémico y de hemorragia intracerebral parenquimatosa. Aunque el tratamiento antihipertensivo debe individualizarse, el des- censo de la presión arterial (PA) es por lo general más importante que el fármaco o fármacos utilizados.31,47 El Systolic Blood Pressure Intervention Trial (SPRINT) comparó las ventajas del tratamiento de la presión arterial sistólica (PAS) hasta un objetivo de 120 mmHg o hasta un objetivo por debajo de 140 mmHg en pacientes con riesgo alto de episodios CV que presentaban una PAS de 130 a 180 mmHg.48 El ictus bajó de 1,5 a 1,3% anual, pero la diferencia no fue significativa (HR, 0,89; IC al 95%, 0,63-1,25; P = 0,5). El estudio HOPE-3 evaluó también un tratamiento antihipertensivo en personas con riesgo intermedio sin ECV y no halló ventajas globales.49 Las explicaciones de este resultado neutro están relacionadas con la elección de los antihipertensivos (candesartán e hidroclorotiacida) y con el escaso descenso de la PA con el tratamiento (media, 6/3 mmHg). Un metaanálisis previo de ensayos aleatorizados controlados con antihipertensivos y placebo o sin tratamiento con más de 73.500 participantes que habían sufrido casi 2.900 ictus encontró un des- censo parecido del riesgo con inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (ECA) (28%), β -bloqueantes o diuréticos (35%) y antagonistas del calcio (39%), con un descenso medio de la PA de 5/2, 13/6 y 10/5 mmHg, respectivamente50 (fig. e65-8). Un estudio posterior indica que el descenso del riesgo puede ser más limitado en presencia de mayor variabilidad PA.51,52 Los β-bloqueantes se asocian a mayor variabilidad PA que otras clases de antihipertensivos y pueden ser menos efectivos.53 La clortalidona puede ser más efectiva que la hidroclorotiacida para disminuir los episodios CV.54 Prevención secundaria Un metaanálisis de 16 estudios comparativos aleatorizados sobre descenso de la PA para prevención secundaria del ictus en 40.292 participantes halló un descenso del 18% (IC al 95%, 9-26%) del riesgo relativo de ictus recurrente con tratamiento55 (fig. 65-7). Cada des- censo de 10 mmHg de la PAS se asocia a un descenso del 33% (IC al 95%, 9-51%) del ictus recurrente. Hay pocos datos sobre las ventajas relativas de tratamientos antihipertensivos específicos para prevención FIGURA 65-6 Warfarina frente a ácido acetilsalicílico (AAS) en pacientes con insuficiencia cardíaca sin fibrilación auricular. Se muestra la incidencia acumulada del criterio principal de valoración. El criterio principal de valoración era el tiempo transcurrido hasta el primer episodio del compuesto ictus isquémico, hemorragia intracerebral o muerte por cualquier causa. (Tomado de Homma S, Thompson JLP, Pullicino PM, et al. Warfarin and aspirin in patients with heart failure and sinus rhythm. N Engl J Med 2012;366:1859.) FIGURA 65-4 Angioplastia transluminal percutánea e implante de endoprótesis más tratamiento médico frente a solo tratamiento médico en pacientes con estenosis intracraneal de alto grado sintomática. Se muestran las curvas de Kaplan-Meier para la probabilidad acumulada del criterio principal de valoración según la asignación terapéutica. El criterio principal de valoración era ictus o muerte en los 30 días siguientes a la inclusión o después de la técnica de revascularización de la lesión responsable durante el período de seguimiento, o ictus en el territorio de la arteria responsable después de 30 días. Las curvas se interrumpieron a los 15 meses, porque pocos pacientes realizaron el seguimiento más allá de este plazo, y solo hubo dos episodios del criterio principal de valoración después de los 15 meses, ambos en el grupo de angioplastia transluminal percutánea e implante de endoprótesis (ATPEP) (uno a los 26,1 meses y otro a los 26,2 meses). La duración máxima del seguimiento fue de 28,9 meses en el grupo de tratamiento médico y de 28,1 meses en el grupo de ATPEP. El gráfico interior muestra los mismos datos en un segmento ampliado del eje y. (Tomado de Chimowitz MI, Lynn MJ, Derdeyn CP, et al. Stenting versus aggressive medical therapy for intracranial arterial stenosis. N Engl J Med 2011;365:993.) FIGURA 65-5 Metaanálisis del riesgo de ictus isquémico no mortal con cierre de la persistencia del agujero oval frente a tratamiento médico en pacientes con ictus criptógeno. M-H, método de Mantel-Haenszel. (Tomado de Spencer FA, Lopes LC, Kennedy SA, Guyatt G. Systematic review of percutaneous closure versus medical therapy in patients with cryptogenic stroke and patent foramen ovale. BMJ Open 2014;4:e004282.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1357 Preven ció n y tratam ien to d el ictu s isq u ém ico 65 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . secundaria del ictus. Otro metaanálisis halló un descenso del ictus recurrente con diuréticos (32%) y con diuréticos más inhibidores de la ECA (45%), pero no con β-bloqueantes o inhibidores de la ECA solos.56 Los descensos globales del ictus y de los episodios vasculares estaban relacionados con el grado de descenso de la PA. Tampoco está claro si los inhibidores de la ECA tienen un efecto favorable específico de disminucióndel riesgo de ictus recurrente. El estudio HOPE comparó los efectos de un inhibidor de la ECA y de placebo en personas de riesgo alto y halló un descenso del 24% del ries- go de ictus, IM o muerte vascular en 1.013 pacientes con antecedente de ictus o AIT.57 El Perindopril Protection Against Recurrente Stroke Study (PROGRESS) examinó los efectos de un tratamiento antihipertensivo, incluyendo un inhibidor de la ECA, en 6.105 pacientes con ictus o AIT en los 5 años previos.3 La aleatorización se estratificó por intención de usar monoterapia (inhibidor de la ECA) o terapia combinada (inhibidor de la ECA más el diurético indapamida) en pacientes hipertensos (> 160 mmHg de presión sistólica o > 90 mmHg de diastólica) y no hipertensos. La combinación, que bajó la PA una media de 12/5 mmHg, disminuyó un 43% el ictus recurrente y un 40% los EVG, con presencia del efecto en los grupos hipertenso y normotenso. La monoterapia con cualquiera de estos fármacos no tuvo efecto considerable. Las características específicas del paciente y los trastornos concurrentes deben guiar la elección del tratamiento antihipertensivo específico. Diabetes e intolerancia a la glucosa No hay datos que indiquen que una regulación estricta de la diabetes disminuya el riesgo de ictus en la prevención primaria o secundaria. Como se ha explicado anteriormente, el tratamiento de la PA y el uso de estatinas bajan el riesgo de ictus en pacientes con diabetes. El estudio Insulin Resistance Intervention after Stroke (IRIS) evaluó si la pioglitazona baja las tasas de ictus y de IM después de ictus isquémico o AIT en pacientes sin diabetes con resistencia a la insulina.58 A lo largo de 4,8 años, el 9% de los pacientes del grupo de pioglitazona y el 11,8% de los del grupo placebo presentaron un ictus o un IM (HR en el grupo de pioglitazona, 0,76; IC al 95%, 0,62-0,93; P = 0,007) (fig. 65-8). Las complicaciones principales del tratamiento fueron una frecuencia más alta de aumento de peso superior a 4,5 kg (52,5 y 33,7%; P < 0,001), edema (35,6 y 24,9%; P < 0,001) y fractura con necesidad de cirugía o de ingreso hospitalario (5,1 y 3,2%; P = 0,003). TRATAMIENTO DEL ICTUS ISQUÉMICO AGUDO En los pacientes que presentan un déficit neurológico indicativo de ictus isquémico agudo empleamos el método mostrado en la figura 65-9. Igual que en los síndromes coronarios agudos (SCA), el tiempo es el elemento fundamental del tratamiento de los pacientes con ictus isquémico agudo. El ictus tiene causas y mecanismos fisiopatológicos diversos que determinan las terapias preventivas secundarias. Diversos trastornos pueden causar síntomas y signos que pueden confundirse con los de un ictus. El inicio de los síntomas isquémicos obliga a realizar una evaluación inmediata de si el paciente debe recibir tratamiento de reperfusión (v. fig. 65-9). La fiable y válida National Institutes of Health Stroke Scale (NIHSS) es útil para valorar la gravedad del ictus. Se utiliza para hacer un seguimiento a los pacientes con ictus del empeoramiento o de la mejoría y para ayudar a determinar si el paciente es candidato a tratamiento con activador del plasminógeno tisular (t-PA) intravenoso.59 FIGURA 65-7 Metaanálisis de estudios comparativos aleatorizados de descenso de la presión arterial para prevención secundaria del ictus. ARA, antagonista del receptor de angiotensina; CA, antagonista del calcio. (Tomado de Arima H, Chalmers J. PROGRESS: prevention of recurrent stroke. J Clin Hypertens 2011;13:693.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1358 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII Activador del plasminógeno tisular recombinante intravenoso La FDA solo ha aprobado el t-PA recom- binante (r t -PA, alteplasa) int ravenoso como tratamiento farmacológico del ictus isquémico agudo. El tratamiento de los pacientes apropiados con terapia trombolítica rt-PA está asociado a un aumento absoluto aproximado del 13% (relativo del 32%) de la proporción de pacientes sin incapacidad 3 meses después.4 Los efectos favorables son parecidos en los pacientes con un ictus isquémico que afecta arterias penetrantes pequeñas y en los pacientes con oclusión de arterias intracraneales más voluminosas. Aunque este tratamiento se asocia también a aumento del riesgo de hemorragia (riesgo de hemorragia intracerebral sintomática del 6,4% con tratamiento frente al 0,6% con place- bo; riesgo de hemorragia mortal del 2,9 frente al 0,3% con placebo), sigue teniendo un efecto clínico favorable (la mejoría de los criterios de valoración citados con anterioridad incluye los efectos hemorrágicos adversos). Según las directrices nacionales, la alteplasa debe administrarse en las 4,5 h siguientes al inicio de los síntomas, lo que supone que el paciente debe llegar por lo general a un hospital con las condiciones adecuadas en las 3,5 h siguientes al inicio de los síntomas para poder completar las evaluaciones necesarias, incluida una tomografía computarizada (TC) craneal para descartar hemorragia u otros trastornos (v. fig. 65-9). En esta «ventana», cuanto antes se inicia el tratamiento, mayor es la probabilidad de respuestas favorables60 (fig. 65-10). Aunque hay una tendencia al aumento del riesgo de hemo- rragia intracerebral con t-PA intravenoso en este período, el efecto no es significativo. Las directrices clínicas de tratamiento con t-PA intra- venoso reflejaban inicialmente un protocolo estricto muy parecido al usado en los estudios clínicos en los que estaba basado el uso de la alteplasa.61 Estas directrices se revalua- ron basándose en datos posteriores y en una experiencia clínica amplia6 (tablas 65-2 y 65-3). Muchas decisiones se basan en el criterio clínico. Además, las recomendacio- nes basadas en directrices no coinciden completamente con la ficha técnica del producto de la FDA. Por ejemplo, aunque las directrices de la AHA/ASA indican el tratamien- to de pacientes seleccionados hasta 4,5 h después del inicio de los síntomas, la aprobación de la FDA se limita a las 3 h (v. tabla 65-2). La creación de sistemas especializados de asistencia al ictus optimiza las evaluaciones clínicas, reduce los retrasos del tratamiento, asegura la aplicación de otras intervenciones que mejoran el pronóstico y consigue que los pacientes reciban la prevención secundaria apropiada.62 Hasta un tercio de los pacientes pueden presentar una reoclusión arterial temprana después de la trombólisis intravenosa. Un estudio mostró la facilitación de la lisis del coágulo mediante exposición concomitante a las ondas ultrasónicas mediante Doppler transcraneal, que sirve también para comprobar la disolución del coágulo.63 Nin- guna de las medidas neuroprotectoras complementarias ha demostrado su eficacia.64 Tratamiento endovascular Las técnicas endovasculares con catéter para reperfusión aguda en pacientes con oclusión de vaso grande (OVG) han sido efectivas en los pacientes con ictus isquémico.5 Los primeros estudios emplearon t-PA intraarterial y dis- positivos extractores del coágulo de primera generación, FIGURA 65-8 Efecto de la pioglitazona en el riesgo de ictus e infarto de miocardio en pacientes con resistencia a la insulina, pero sin diabetes que han sufrido un ictus reciente o un accidente isquémico transitorio. (Tomado de Kernan WN, Viscoli CM, Furie KL, et al. Pioglitazone after ischemic stroke or transient ischemic attack. N Engl J Med 2016;374:1321.) FIGURA 65-9 Ejemplo de algoritmo para los pacientes con síntomas de ictus isquémico agudo. Los pacientes con un déficit neurológico son evaluados rápidamente para descartar otros trastornos y una hemorragia intracerebral. La evaluacióncomprende neuroimagen e imagen vascular para guiar la intervención y el tratamiento adicional, sobre todo en los que se sospecha una oclusión de una arteria voluminosa que pueden ser candidatos a tratamiento endovascular. ACT, arteriografía por TC; ARM; arteriografía por resonancia magnética; RM, resonancia magnética; TC, tomografía computarizada; t-PA i.v., activador del plasminógeno tisular intravenoso. (Modificado de Goldstein LB. Modern medical management of acute ischemic stroke. Methodist DeBakey Cardiovasc J 2014;10:39.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1359 Preven ció n y tratam ien to d el ictu s isq u ém ico 65 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . TABLA 65-2 Comparación de recomendaciones de tratamiento con alteplasa (t-PA) intravenosa DIRECTRIZ DE LA AHA/ASA DE 201361 REVISIÓN DE LA AHA/ASA DE 20166 FICHA TÉCNICA DE LA FDA DE 2016 Inclusión Ictus isquémico con déficit neurológico apreciable Ictus isquémico con déficit neurológico apreciable (clase I, NDE A) Ictus isquémico agudo; descartar HIC aguda Inicio de síntomas < 4,5 h antes del inicio del tratamiento < 3 h (clase I, NDE A) 3-4,5 h (clase I, NDE B) Inicio de síntomas < 3 h antes del inicio del tratamiento Edad ≥ 18 años En pacientes ≥ 18 años, tratamiento recomendado en < 80 años y > 80 años; los pacientes de edad más avanzada tienen peores resultados, más mortalidad y tasas más altas de HICs que los < 80 años, pero comparados con los controles, el tratamiento aumenta la probabilidad de ser independiente a los 3 meses en todos los grupos de edad (clase I, NDE A) No se ha comprobado la eficacia y el riesgo del tratamiento en neonatos, niños y adolescentes < 18 años (clase IIb, NDE B) No se ha determinado el uso pediátrico; la edad > 77 años es una de las diversas características basales interrelacionadas asociadas a aumento del riesgo de HIC; los datos indican un resultado clínico menor pero favorable Exclusiones Ictus previo < 3 meses El tratamiento puede ser perjudicial (clase III, NDE B) Es posible un aumento del riesgo de HICs y de morbimortalidad asociada, pero no se ha confirmado (clase IIb, NDE B) Ninguno Traumatismo craneoencefálico grave < 3 meses Contraindicado Contraindicado Traumatismo grave < 14 días Puede estar indicado el tratamiento; sopesar los riesgos de hemorragia por lesiones traumáticas frente a la gravedad y la incapacidad potencial del ictus (clase IIb, NDE C) Ninguno Síntomas indicativos de HSA Contraindicado (clase III, NDE C) Contraindicado Punción arterial en zona no comprimible < 7 días Seguridad y eficacia dudosas (clase IIb, NDE C) Ninguno Antecedente de HIC El tratamiento en presencia de microhemorragias cerebrales es razonable (clase IIa, NDE B) El tratamiento de los pacientes con antecedente de HIC puede ser perjudicial (clase III, NDE C) Ninguno FIGURA 65-10 Análisis conjunto de estudios clínicos sobre la relación entre el lapso desde el inicio del ictus hasta el inicio del tratamiento (IDT) con activador del plasminógeno tisular (t-PA) intravenoso y el efecto del tratamiento después de ajustar las variables pronósticas. (Tomado de Lees KR, Bluhmki E, von Kummer R, et al. Time to treatment with intravenous alteplase and outcome in stroke: an updated pooled analysis of ECASS, ATLANTIS, NINDS, and EPITHET trials. Lancet 2010;375:1695.) (Continúa) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1360 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII DIRECTRIZ DE LA AHA/ASA DE 201361 REVISIÓN DE LA AHA/ASA DE 20166 FICHA TÉCNICA DE LA FDA DE 2016 Neoplasia, MAV o aneurisma intracraneal El tratamiento es razonable y probablemente recomendable en pacientes con aneurisma intracraneal < 10 mm sin rotura ni laxo (clase IIa, NDE C) No se ha determinado bien la utilidad ni los riesgos con aneurismas más grandes (clase IIb, NDE C) No se ha determinado bien la utilidad ni los riesgos (clase IIb, NDE C); el tratamiento puede estar indicado en presencia de déficits graves y probabilidad alta de morbimortalidad que puede superar el riesgo anticipado de HIC (clase IIb, NDE C) Probablemente recomendado en presencia de neoplasia intracraneal extraaxial (clase IIa, NDE C) Potencialmente perjudicial en presencia de una neoplasia intracraneal intraaxial (clase III, NDE C) Contraindicado en presencia de trastornos intracraneales que pueden aumentar el riesgo de hemorragia Cirugía intracraneal o intramedular < 3 meses Potencialmente perjudicial (clase III, NDE C) Contraindicado Presión arterial alta (sistólica > 185 mmHg o diastólica > 110 mmHg) Tratar si puede bajarse la PA a < 185/110 mmHg con antihipertensivos con valoración de la estabilidad de la PA antes de iniciar el tratamiento (clase I, NDE B) La PA debe mantenerse < 180/105 mmHg durante las primeras 24 h como mínimo después del tratamiento (clase I, NDE B) Contraindicado en presencia de hipertensión grave actual; sin cifras concretas de PA; alerta con PA > 175/110 mmHg Hemorragia interna activa Contraindicado Diátesis hemorrágica aguda, que incluye pero no limitada a: plaquetas < 100.000/mm3, heparina < 48 h con TTPA mayor que límite superior normal, anticoagulante con INR > 1,7 o TP > 15 s; uso presente de inhibidores directos de trombina o inhibidores directos de factor Xa con pruebas analíticas sensibles elevadas (TTPA, INR, cifra de plaquetas y TCE; o análisis de actividad de factor Xa apropiados) Tratamiento no recomendado si plaquetas < 100.000/mm3, INR > 1,7, TTPA > 40 s o TP > 15 s (clase III, NDE C) Tratamiento no recomendado en pacientes que han recibido una dosis de HBPM (profiláctica o terapéutica) < 24 h (clase III, NDE B) Tratamiento no recomendado en pacientes que toman inhibidores directos de trombina o inhibidores directos de factor Xa a menos que las pruebas analíticas como TTPA, INR, cifra de plaquetas, TCE, TT o actividad de factor Xa directa apropiada sean normales, o el paciente no haya recibido una dosis de estos fármacos en las últimas 48 h (suponiendo una función renal normal) (clase III, NDE C) Es razonable no retrasar el tratamiento en espera de análisis hematológicos o de coagulación si no hay motivo para sospechar que están alterados (clase IIa, NDE B) Contraindicado en diátesis hemorrágica (sin valores analíticos o ejemplos específicos) Glucemia < 50 mg/dl o > 400 mg/dl La hipoglucemia o la hiperglucemia pueden imitar un ictus isquémico; debe comprobarse la glucemia antes del tratamiento (clase III, NDE B) Recomendado con glucemia inicial > 50 mg/dl (clase I, NDE A) El tratamiento puede ser razonable si la glucemia inicial es > 400 mg/dl y se normaliza después (clase IIb, NDE C) Ninguno Infarto multilobular en TC (hipodensidad en más de un tercio de un hemisferio cerebral) Recomendado en presencia de cambios isquémicos tempranos leves a moderados (distintos de hipodensidad evidente) (clase I, NDE A) Los datos son insuficientes para identificar un umbral de gravedad o extensión de la hipoatenuación que influye en la respuesta al tratamiento; sin embargo, no se recomienda tratamiento en presencia de regiones extensas con hipoatenuación clara en la TC (clase III, NDE A) Ninguno Ictus grave Efecto favorable a pesar del aumento del riesgo de transformación hemorrágica (clase I, NDE A) Ninguno Exclusiones relativas Síntomasleves Sin exclusión en presencia de síntomas de ictus leve pero incapacitante (clase I, NDE A) Puede estar indicado el tratamiento de síntomas no incapacitantes (clase IIb, NDE C) Ninguno Mejoría rápida de los síntomas Razonable en presencia de ictus de moderado a grave con mejoría temprana, pero con síntomas moderados continuos y potencialmente incapacitantes (clase IIa, NDE A) No se recomienda retrasar el tratamiento para vigilar mejoría continua (clase III, NDE C) Ninguno Embarazo Puede tratarse si los beneficios previsibles del tratamiento del ictus de moderado a grave compensan el aumento previsible del riesgo de hemorragia uterina (clase IIb, NDE C) No se ha confirmado la seguridad y la eficacia < 14 días después del parto (clase IIb, NDE C) Categoría de embarazo C Convulsiones el inicio con deterioro neurológico residual poscrítico El tratamiento es razonable si el deterioro residual se considera secundario al ictus y no a un fenómeno poscrítico (clase IIa, NDE C) Ninguno Cirugía mayor o traumatismo grave < 14 días El posible aumento del riesgo de hemorragia en el foco quirúrgico debe sopesarse frente a los beneficios previsibles de disminución de los déficits neurológicos relacionados con el ictus (clase IIb, NDE C) Ninguno TABLA 65-2 Comparación de recomendaciones de tratamiento con alteplasa (t-PA) intravenosa (cont.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1361 Preven ció n y tratam ien to d el ictu s isq u ém ico 65 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . TABLA 65-2 Comparación de recomendaciones de tratamiento con alteplasa (t-PA) intravenosa (cont.) TABLA 65-3 Tratamiento con alteplasa (t-PA) intravenosa en otras circunstancias Trombo intracardíaco El tratamiento puede ser razonable en pacientes con ictus isquémico agudo grave que produce probablemente incapacidad grave y trombo ventricular o auricular izquierdo conocido (clase IIb, NDE C) El efecto favorable del tratamiento es dudoso en pacientes con ictus isquémico agudo moderado que produce probablemente incapacidad leve y trombo ventricular o auricular izquierdo conocido (clase IIb, NDE C) Endocarditis infecciosa No se recomienda tratamiento por aumento del riesgo de hemorragia intracraneal (clase III, NDE C) Enfermedades concurrentes graves Nefropatía terminal Se recomienda tratamiento en pacientes con nefropatía terminal en hemodiálisis y TTPA normal (clase I, NDE C) Demencia Los pacientes con demencia previa pueden beneficiarse del tratamiento: las consideraciones individuales como la esperanza de vida y el nivel funcional previo son importantes para determinar si el tratamiento puede tener ventajas con repercusión clínica (clase IIb, NDE B) Neoplasia maligna presente El tratamiento de los pacientes con una neoplasia maligna presente y esperanza de vida razonable (> 6 meses) puede ser apropiado en ausencia de otras contraindicaciones, como anomalías de la coagulación, cirugía reciente o hemorragia sistémica (clase IIb, NDE C) Incapacidad previa La incapacidad previa no aumenta de manera independiente el riesgo de HICs, pero puede estar asociado a menos mejoría neurológica y más mortalidad; el tratamiento con incapacidad previa (puntuación mRS ≥ 2) puede ser razonable, pero las decisiones deben tener en cuenta la calidad de vida, el apoyo social, el lugar de residencia, la necesidad de cuidador después del tratamiento, las preferencias personales y familiares, y los objetivos de la asistencia (clase IIb, NDE B) Retinopatía hemorrágica El tratamiento en pacientes con antecedente de retinopatía hemorrágica diabética u otros trastornos oculares hemorrágicos es razonable, pero debe sopesarse el aumento potencial del riesgo de pérdida de visión frente a los beneficios previsibles de la disminución de los déficits neurológicos relacionados con el ictus (clase IIa, NDE B) Masa intracardíaca El tratamiento puede ser razonable en pacientes con ictus isquémico agudo grave que probablemente producirá incapacidad grave y mixoma cardíaco (clase IIb, NDE C) El tratamiento puede ser razonable en pacientes con ictus isquémico agudo grave que probablemente producirá incapacidad grave y fibroelastoma papilar (clase IIb, NDE C) Anemia drepanocítica No se ha determinado el tratamiento (clase IIb, NDE C) DIRECTRIZ DE LA AHA/ASA DE 201361 REVISIÓN DE LA AHA/ASA DE 20166 FICHA TÉCNICA DE LA FDA DE 2016 Hemorragia digestiva o urinaria < 21 días Los pacientes con neoplasia digestiva estructural o hemorragia < 21 días deben considerarse de riesgo alto; el tratamiento es potencialmente perjudicial (clase III, NDE C) El tratamiento de los pacientes con hemorragia digestiva/genitourinaria en el pasado puede ser razonable (clase IIb, NDE C) Alerta por hemorragia digestiva o genitourinaria IM agudo < 3 meses Razonable si el IM reciente fue IMSEST (clase IIa, NDE C) Razonable si el IM reciente fue IMEST en el miocardio derecho o inferior (clase IIa, NDE C) Puede ser razonable si el IM reciente fue IMEST en el miocardio anterior izquierdo (clase IIb, NDE C) En pacientes con ictus isquémico agudo concurrente e IM agudo, es razonable el tratamiento con t-PA intravenoso en la dosis apropiada para el ictus, seguido de ACTP e implante de endoprótesis si está indicado (clase IIa, NDE C) Ninguno Exclusiones relativas adicionales 3 a 4,5 h* Edad > 80 años El tratamiento es seguro y puede ser tan efectivo como en los pacientes más jóvenes (clase IIa, NDE B) NA NIHSS > 25 El efecto favorable es dudoso (clase IIb, NDE C) NA Toma de anticoagulante oral con independencia del INR Seguro y puede ser beneficioso si se toma warfarina con INR > 1,7 (clase IIb, NDE B) NA Antecedente de diabetes e ictus isquémico previo Puede ser tan efectivo como el tratamiento en la ventana de 0 a 3 h y puede ser una opción razonable (clase IIb, NDE B) NA ACTP, angioplastia coronaria transluminal percutánea; AHA/ASA, American Heart Association/American Stroke Association; FDA, Food and Drug Administration estadounidense; HBPM, heparina de bajo peso molecular; HIC, hemorragia intracerebral/intracraneal; HICs, HIC subdural; HICs, hemorragia intracerebral sintomática; HSA, hemorragia subarac- noidea; IM, infarto de miocardio; IMEST, infarto de miocárdico con elevación del ST; IMSEST, infarto de miocardio sin elevación del ST; INR, cociente normalizado internacional; MAV, malformación arteriovenosa; NA, no aplicable; NDE, nivel de evidencia; NIHSS, National Institutes of Health Stroke Scale; TC, tomografía computarizada; TCE, tiempo de coagulación con ecarina; TP, tiempo de protrombina; t-PA, activador del plasminógeno tisular; TT, tiempo de trombina; TTPA, tiempo de tromboplastina parcial activado. (Continúa) *Tratamiento no aprobado por la FDA entre 3 y 4,5 h. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1362 EN FE RM ED A D ES C A RD IO VA SC U LA RE S AT ER O ES CL ER Ó TI CA S VII por separado o combinados, y no lograron un efecto favorable global. Estudios más recientes con endoprótesis extractoras mejoraron el pronóstico de los pacientes; casi todos los pacientes recibieron antes t-PA intravenoso, y la mayoría presentaban una oclusión de la arteria cerebral media (ACM) proximal o de la arteria carótida interna (ACI). Los estudios con endoprótesis extractoras mostraron efectos favorables a pesar de las diferencias en la selección de los pacientesy en los protocolos de neuroimagen; varios utilizaron la puntuación Alberta Stroke Program Early TC Score (ASPECTS) para descartar los pacientes con un área del infarto grande y consolidada con pocas probabilidades de beneficiarse de la reperfusión.5,65,66 Con independencia del tipo de tratamiento, igual que con t-PA intravenoso, restablecer la circulación en el tejido isquémico lo antes posible aumenta la probabilidad de mejorar el pronóstico del paciente.66 La AHA ha publicado unas directrices de tratamiento endovascular5 (tabla 65-4). Otras medidas terapéuticas para el ictus En el tratamiento de los pacientes con ictus isquémico surgen a menudo otras cuestiones importantes, así como respecto al uso de otras intervenciones sin datos favorables definitivos. Tratamiento anticoagulante y antiagregante Las indicaciones de anticoagulación aguda en pacientes con ictus isquémico son muy escasas. Las directrices de la AHA más recientes reflejan esta idea y recomiendan específicamente en contra de la anticoagulación urgente con el objetivo de mejorar los resultados neurológicos o de prevenir el ictus recurrente temprano en pacientes con ictus isquémico agudo, debido a un riesgo alto de complicaciones hemorrágicas intracraneales, y desaconsejan el inicio del tratamiento anticoagulante en las 24 h siguientes al tratamiento con r t-PA intravenoso.61 Los pacientes con ictus asociado a FA se benefician de anticoagulación a largo plazo, a menos que esté contraindicada por un riesgo alto de hemorragia (p. ej., hemorragia intracerebral previa).3 El riesgo de recidiva temprana en los pacientes con ictus relacionado con FA es bajo por lo general (0,3-0,5%/día durante las primeras 2 semanas), por lo que el momento de iniciar la anticoagulación debe equilibrarse con el riesgo de hemorragia. Los pacientes con ictus amplios y los pacientes con hipertensión descontrolada tienen por lo general el riesgo más alto de transformación hemorragia espontánea de un ictus isquémico. El uso de anticoagulantes en pacientes con ictus relacionado con endocarditis infecciosa es problemático (v. capítulo 73). Entre el 22 y el 50% de los pacientes con endocarditis infecciosa presentan embolización sistémica, y hasta el 65% de los émbolos afectan el sistema nervioso central, la mayoría (90%) en la ACM.67 La anticoagulación no ha sido efectiva en pacientes con endocarditis de válvula nativa, y no se recomienda en general durante las primeras 2 semanas como mínimo de tratamiento antibiótico en pacientes con ictus relacionado con endocarditis de válvula protésica por Staphylococcus aureus.67 Es especialmente problemática la posible formación de aneurismas micóticos intracraneales. Estos aneurismas suelen ser múltiples y Ictus del despertar No se recomienda tratamiento si han transcurrido más de 4,5 h o se desconoce el lapso (clase III, NDE B) No se recomienda utilizar fuera de un estudio clínico criterios de imagen para seleccionar los pacientes que despertaron con ictus o con lapso dudoso desde el inicio de los síntomas para guiar el tratamiento (clase III, NDE B) Menstruación y menorragia: recomendaciones El tratamiento está indicado probablemente en las mujeres menstruantes sin antecedente de menorragia; sin embargo, hay que avisarlas de que el tratamiento puede aumentar el volumen de flujo menstrual (clase IIa, NDE C) El tratamiento puede estar indicado en las mujeres con menorragia reciente o presente sin anemia clínicamente relevante ni hipotensión debido a que los beneficios potenciales superan probablemente los riesgos de efectos adversos graves (clase IIb, NDE C) Probablemente está indicada la consulta ginecológica urgente antes de tomar una decisión terapéutica en presencia de hemorragia vaginal reciente o activa con anemia con repercusión clínica (clase IIa, NDE C) Las mujeres menstruantes o con hemorragia vaginal activa tratadas con t-PA intravenosa precisan vigilancia de la hemorragia vaginal durante 24 h (clase I, NDE C) Disección del cayado aórtico y arterial cervicocefálica No se recomienda tratamiento de los pacientes con disección del cayado aórtico conocida o probable y es potencialmente perjudicial (clase III, NDE C) El tratamiento de los pacientes con disección arterial cervical extracraneal conocida o probable es razonablemente seguro en el plazo de 4,5 h y probablemente recomendable (clase IIa, NDE C) No se ha determinado la utilidad ni el riesgo hemorrágico del tratamiento en presencia de disección arterial intracraneal confirmada o probable (clase IIb, NDE C) Punción dural en los 7 días previos El tratamiento puede estar indicado en los pacientes a los que se ha realizado una punción dural lumbar en los 7 días previos (clase IIb, NDE C) Psicógena/conversión/simulación El riesgo de hemorragia intracraneal sintomática es muy bajo y el tratamiento es recomendable probablemente mejor que retrasar el tratamiento para realizar pruebas diagnósticas adicionales (clase IIa, NDE B) Sala de cateterismo/complicaciones endovasculares El tratamiento es razonable dependiendo de los criterios de elegibilidad habituales (clase IIa, NDE A) Consumo de cocaína El tratamiento es razonable en el ictus isquémico agudo asociado a consumo de drogas ilegales en pacientes sin otras causas de exclusión (clase IIa, NDE C) HICs, hemorragia intracraneal subdural; mRS, escala de Rankin modificada; t-PA, activador del plasminógeno tisular; TTPA, tiempo de tromboplastina parcial activado. TABLA 65-4 Recomendaciones de la AHA de tratamiento endovascular en pacientes con ictus isquémico agudo5 Los pacientes deben recibir tratamiento endovascular mediante endoprótesis extractora si cumplen todos los criterios siguientes (clase I, nivel de evidencia A): 1. Puntuación de Rankin modificada antes del ictus 0 a 1 (independencia funcional) 2. Ictus isquémico agudo tratado con activador del plasminógeno tisular en las 4,5 h siguientes al inicio según las directrices de sociedades médicas profesionales 3. Oclusión causal de la arteria carótida interna o de la arteria cerebral media proximal 4. Edad de 18 años o más 5. Puntuación en la National Institutes of Health Stroke Scale (NIHSS) de 6 o más 6. Puntuación Alberta Stroke Program Early TC Score (ASPECTS) de 6 o más 7. Es posible iniciar el tratamiento (punción inguinal) en las 6 h siguientes al inicio de los síntomas TABLA 65-3 Tratamiento con alteplasa (t-PA) intravenosa en otras circunstancias (cont.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1363 Preven ció n y tratam ien to d el ictu s isq u ém ico 65 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . TABLA 65-6 Tratamiento de la hipertensión arterial en pacientes con ictus isquémico agudo que no son candidatos potenciales a terapia de reperfusión aguda Considerar descenso de PA en pacientes con ictus isquémico agudo si PA sistólica > 220 mmHg o diastólica > 120 mmHg Considerar descenso de PA según sea apropiado por otra lesión orgánica concomitante: Infarto agudo de miocardio Insuficiencia cardíaca congestiva Disección aórtica aguda Un objetivo razonable es bajar la PA un 15-25% el primer día PA, presión arterial. Tomado de Jauch EC, Saver JL, Adams HP, et al. Guidelines for the early management of patients with acute ischemic stroke. Stroke 2013;44:870-947. pueden ser asintomáticos, asociados a signos neurológicos focales, o por afectación frecuente de las ramas distales de la ACM, asociados a signos y síntomas de hemorragia subaracnoidea o a meningitis estéril.67 Aunque la arteriografía por TC (ATC) o la arteriografía por RM (ARM) pueden hacer el cribado de los pacientes con síntomas indicativos de presencia deun aneurisma micótico, dado que están afectados con más frecuencia los segmentos arteriales distales, la angiografía con catéter sigue siendo la prueba de imagen definitiva para detectar estas lesiones (puede ser difícil visualizar con ATC o ARM los segmentos distales de la ACM). Muchos aneurismas micóticos intracraneales desaparecen con tratamiento antibiótico. También puede estar indicado el cierre con clip quirúrgico o la oclusión endovascular. En estos pacientes debe evitarse la anticoagulación por lo general, porque los aneurismas micóticos son propensos a la rotura. Como se ha explicado anteriormente, los antiagregantes plaquetarios disminuyen el riesgo de ictus recurrente en los pacientes con antece- dente de ictus isquémico o AIT. En la fase aguda puede ser efectivo el AAS iniciado en las 48 h siguientes a un ictus isquémico agudo (no deben utilizarse antiagregantes plaquetarios en las primeras 24 h en los pacientes tratados con rt-PA intravenoso). Un análisis combinado de dos estudios importantes halló que el tratamiento con AAS (160 o 325 mg/día) estaba asociado a un efecto favorable pequeño pero estadísticamente significativo, con 9 (± 3) muertes o ictus no mortales menos por 1.000 pacientes tratados.68 El estudio CHANCE, realizado en China, indica que una tanda corta de AAS más clopidogrel baja el riesgo de ictus recurrente temprano en pacientes con ictus isquémico leve o AIT de riesgo alto comparada con solo AAS.19 No se sabe si estos resultados son aplicables a otros pacientes. Un análisis secundario de los datos del estudio CHANCE puso de relieve que el efecto favorable del clopidogrel (un profármaco) se limitaba a los pacientes que no eran portadores del alelo con pérdida de función CYP2C19 (es decir, los que podían activar metabólicamente el clopidogrel).69 Las diferencias de frecuencia del alelo en la población pueden conducir a resultados diferentes en distintas regiones. Tratamiento de la presión arterial El tratamiento de la PA en el contexto de un ictus isquémico agudo sigue siendo principalmente empírico. El tratamiento de la PA alta en pacientes que por lo demás pueden ser candidatos a t-PA intravenoso difiere del de los pacientes que no son candidatos a trombólisis y sigue un protocolo específico4 (tablas 65-5 y 65-6). Los pacientes que han recibido trombólisis precisan un tratamiento relativamente intensivo de la PA alta porque tienen más riesgo de complicaciones hemorrágicas asociadas a la hipertensión descontrolada. Varias líneas de datos recomiendan un tratamiento precavido de la PA en los pacientes sin trombólisis con ictus isquémico agudo que no presentan hipertensión maligna (es decir, pacientes con encefalopatía hipertensiva, disección aórtica, insuficiencia renal aguda, edema pulmonar agudo, IM agudo o PA alta > 220/120 mmHg).4 El descenso brusco de la PA puede alterar todavía más un cerebro ya isquémico y puede aumentar el tamaño del ictus. Si es necesario tratamiento, deben evitarse los descensos bruscos. En un estudio con ocultación simple y valoraciones de los resultados con ocultación, el China Antihypertensive Trial in Acute Ischemic Stroke (CATIS), se asignó aleatoriamente a más de 4.000 pacientes a recibir tratamiento antihipertensivo (objetivo de disminución del 10-25% en las primeras 24 h) o a suspender todos los antihipertensivos durante el ingreso.70 El descenso de la PA no disminuyó la mortalidad ni la incapacidad grave a los 14 días ni en el momento del alta hospitalaria. Ictus después de intervenciones coronarias percutáneas y terapia trombolítica del infarto de miocardio El ictus es una complicación infrecuente de las intervenciones coronarias percutáneas (ICP). Se aplican los mismos principios que en el tratamiento del ictus agudo en otras circunstancias. El paciente puede recibir rt-PA intravenoso y puede ser evaluado para tratamiento endovascular, siempre que cumpla todos los demás criterios de inclusión y tenga otras contraindicaciones. Es importante crear sistemas para conseguir una evaluación y un tratamiento rápido de los pacientes con ictus después de ICP. La hemorragia intracerebral después de trombólisis por IM o embolia pulmonar es otra complicación grave relacionada con el tratamiento. En todos los pacientes en los que aparecen síntomas neurológicos hay que detener la infusión y suspender la heparina. Antes de aplicar otro tratamiento es obligatorio realizar una prueba de neuroimagen porque estos síntomas pueden estar causados por hemorragia o por isquemia. No se ha confirmado el mejor tratamiento para disminuir la hemorragia asociada a trombólisis una vez que se produce. Se ha recomendado la administración de crioprecipitado y/o de plasma fresco congelado. Los pacientes con compresión del tronco encefálico relacionada con hemorragia cerebelosa pueden beneficiarse de la evacuación quirúrgica del hematoma. Estos pacientes necesitan un traslado inmediato a un centro con experiencia en cuidados intensivos neurológicos. PERSPECTIVAS FUTURAS Gran parte del descenso del 40% de la mortalidad por ictus conseguido en EE. UU. en la última década está asociado a una prevención más efectiva. Un análisis halló que 10 factores de riesgo potencialmente modificables son responsables del 90% del riesgo de ictus atribuible a la población.71 Una insistencia continua en la prevención tendrá una influencia notable en las mejoras futuras. Es necesario realizar más estudios para confirmar la utilidad clínica de la neuroimagen avanzada con el fin de mejorar la selección de los pacientes para intervenciones de reperfusión aguda. Los métodos novedosos de recuperación después de un ictus ofrecen la posibilidad de mejorar los resultados en los pacientes con déficits funcionales persistentes después de la fase aguda. TABLA 65-5 Potenciales tratamientos de la hipertensión arterial en pacientes con ictus isquémico agudo que son candidatos potenciales a terapia de reperfusión aguda Pacientes elegibles para terapia de reperfusión aguda excepto por PA > 185/110 mmHg: Labetalol, 10-20 mg i.v. durante 1-2 min, puede repetirse una vez, o Nicardipino, 5 mg/h i.v., subir hasta 2,5 mg/h cada 5-15 min, máximo 15 mg/h; al conseguir la PA deseada, bajar para mantener la PA en límites adecuados, o Otros fármacos (p. ej., hidralacina, enalaprilato) pueden estar indicados si son apropiados Si la PA no se mantiene en 185/110 mmHg o por debajo, no administrar rt-PA Tratamiento de la PA durante y después de rt-PA u otra terapia de reperfusión: Medir PA cada 15 min durante 2 h desde el inicio de la terapia rt-PA; después cada 30 min durante 6 h y después cada hora durante 16 h Si la PA sistólica es de 180-230 mmHg, o la diastólica, de 105-120 mmHg: Labetalol, 10 mg i.v., seguido de infusión i.v. continua 2-8 mg/min, o Nicardipino, 5 mg/h i.v., subir 2,5 mg/h cada 5-15 min hasta conseguir el efecto deseado (máximo 15 mg/h) Si la PA no está controlada o la PA diastólica > 140 mmHg, considerar nitroprusiato sódico i.v., intravenoso; PA, presión arterial; rt-PA, activador del plasminógeno tisular recombinante. Tomado de Jauch EC, Saver JL, Adams HP, et al. Guidelines for the early management of patients with acute ischemic stroke. Stroke 2013;44:870-947. Copyright 2013 American Heart Association, Inc. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1363 Preven ció n y tratam ien to d el ictu s isq u ém ico 65 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . TABLA 65-6 Tratamiento de la hipertensión arterial en pacientes con ictus isquémico agudo que no son candidatos potenciales a terapia de reperfusión aguda Considerar descenso de PA en pacientescon ictus isquémico agudo si PA sistólica > 220 mmHg o diastólica > 120 mmHg Considerar descenso de PA según sea apropiado por otra lesión orgánica concomitante: Infarto agudo de miocardio Insuficiencia cardíaca congestiva Disección aórtica aguda Un objetivo razonable es bajar la PA un 15-25% el primer día PA, presión arterial. Tomado de Jauch EC, Saver JL, Adams HP, et al. Guidelines for the early management of patients with acute ischemic stroke. Stroke 2013;44:870-947. pueden ser asintomáticos, asociados a signos neurológicos focales, o por afectación frecuente de las ramas distales de la ACM, asociados a signos y síntomas de hemorragia subaracnoidea o a meningitis estéril.67 Aunque la arteriografía por TC (ATC) o la arteriografía por RM (ARM) pueden hacer el cribado de los pacientes con síntomas indicativos de presencia de un aneurisma micótico, dado que están afectados con más frecuencia los segmentos arteriales distales, la angiografía con catéter sigue siendo la prueba de imagen definitiva para detectar estas lesiones (puede ser difícil visualizar con ATC o ARM los segmentos distales de la ACM). Muchos aneurismas micóticos intracraneales desaparecen con tratamiento antibiótico. También puede estar indicado el cierre con clip quirúrgico o la oclusión endovascular. En estos pacientes debe evitarse la anticoagulación por lo general, porque los aneurismas micóticos son propensos a la rotura. Como se ha explicado anteriormente, los antiagregantes plaquetarios disminuyen el riesgo de ictus recurrente en los pacientes con antece- dente de ictus isquémico o AIT. En la fase aguda puede ser efectivo el AAS iniciado en las 48 h siguientes a un ictus isquémico agudo (no deben utilizarse antiagregantes plaquetarios en las primeras 24 h en los pacientes tratados con rt-PA intravenoso). Un análisis combinado de dos estudios importantes halló que el tratamiento con AAS (160 o 325 mg/día) estaba asociado a un efecto favorable pequeño pero estadísticamente significativo, con 9 (± 3) muertes o ictus no mortales menos por 1.000 pacientes tratados.68 El estudio CHANCE, realizado en China, indica que una tanda corta de AAS más clopidogrel baja el riesgo de ictus recurrente temprano en pacientes con ictus isquémico leve o AIT de riesgo alto comparada con solo AAS.19 No se sabe si estos resultados son aplicables a otros pacientes. Un análisis secundario de los datos del estudio CHANCE puso de relieve que el efecto favorable del clopidogrel (un profármaco) se limitaba a los pacientes que no eran portadores del alelo con pérdida de función CYP2C19 (es decir, los que podían activar metabólicamente el clopidogrel).69 Las diferencias de frecuencia del alelo en la población pueden conducir a resultados diferentes en distintas regiones. Tratamiento de la presión arterial El tratamiento de la PA en el contexto de un ictus isquémico agudo sigue siendo principalmente empírico. El tratamiento de la PA alta en pacientes que por lo demás pueden ser candidatos a t-PA intravenoso difiere del de los pacientes que no son candidatos a trombólisis y sigue un protocolo específico4 (tablas 65-5 y 65-6). Los pacientes que han recibido trombólisis precisan un tratamiento relativamente intensivo de la PA alta porque tienen más riesgo de complicaciones hemorrágicas asociadas a la hipertensión descontrolada. Varias líneas de datos recomiendan un tratamiento precavido de la PA en los pacientes sin trombólisis con ictus isquémico agudo que no presentan hipertensión maligna (es decir, pacientes con encefalopatía hipertensiva, disección aórtica, insuficiencia renal aguda, edema pulmonar agudo, IM agudo o PA alta > 220/120 mmHg).4 El descenso brusco de la PA puede alterar todavía más un cerebro ya isquémico y puede aumentar el tamaño del ictus. Si es necesario tratamiento, deben evitarse los descensos bruscos. En un estudio con ocultación simple y valoraciones de los resultados con ocultación, el China Antihypertensive Trial in Acute Ischemic Stroke (CATIS), se asignó aleatoriamente a más de 4.000 pacientes a recibir tratamiento antihipertensivo (objetivo de disminución del 10-25% en las primeras 24 h) o a suspender todos los antihipertensivos durante el ingreso.70 El descenso de la PA no disminuyó la mortalidad ni la incapacidad grave a los 14 días ni en el momento del alta hospitalaria. Ictus después de intervenciones coronarias percutáneas y terapia trombolítica del infarto de miocardio El ictus es una complicación infrecuente de las intervenciones coronarias percutáneas (ICP). Se aplican los mismos principios que en el tratamiento del ictus agudo en otras circunstancias. El paciente puede recibir rt-PA intravenoso y puede ser evaluado para tratamiento endovascular, siempre que cumpla todos los demás criterios de inclusión y tenga otras contraindicaciones. Es importante crear sistemas para conseguir una evaluación y un tratamiento rápido de los pacientes con ictus después de ICP. La hemorragia intracerebral después de trombólisis por IM o embolia pulmonar es otra complicación grave relacionada con el tratamiento. En todos los pacientes en los que aparecen síntomas neurológicos hay que detener la infusión y suspender la heparina. Antes de aplicar otro tratamiento es obligatorio realizar una prueba de neuroimagen porque estos síntomas pueden estar causados por hemorragia o por isquemia. No se ha confirmado el mejor tratamiento para disminuir la hemorragia asociada a trombólisis una vez que se produce. Se ha recomendado la administración de crioprecipitado y/o de plasma fresco congelado. Los pacientes con compresión del tronco encefálico relacionada con hemorragia cerebelosa pueden beneficiarse de la evacuación quirúrgica del hematoma. Estos pacientes necesitan un traslado inmediato a un centro con experiencia en cuidados intensivos neurológicos. PERSPECTIVAS FUTURAS Gran parte del descenso del 40% de la mortalidad por ictus conseguido en EE. UU. en la última década está asociado a una prevención más efectiva. Un análisis halló que 10 factores de riesgo potencialmente modificables son responsables del 90% del riesgo de ictus atribuible a la población.71 Una insistencia continua en la prevención tendrá una influencia notable en las mejoras futuras. Es necesario realizar más estudios para confirmar la utilidad clínica de la neuroimagen avanzada con el fin de mejorar la selección de los pacientes para intervenciones de reperfusión aguda. Los métodos novedosos de recuperación después de un ictus ofrecen la posibilidad de mejorar los resultados en los pacientes con déficits funcionales persistentes después de la fase aguda. TABLA 65-5 Potenciales tratamientos de la hipertensión arterial en pacientes con ictus isquémico agudo que son candidatos potenciales a terapia de reperfusión aguda Pacientes elegibles para terapia de reperfusión aguda excepto por PA > 185/110 mmHg: Labetalol, 10-20 mg i.v. durante 1-2 min, puede repetirse una vez, o Nicardipino, 5 mg/h i.v., subir hasta 2,5 mg/h cada 5-15 min, máximo 15 mg/h; al conseguir la PA deseada, bajar para mantener la PA en límites adecuados, o Otros fármacos (p. ej., hidralacina, enalaprilato) pueden estar indicados si son apropiados Si la PA no se mantiene en 185/110 mmHg o por debajo, no administrar rt-PA Tratamiento de la PA durante y después de rt-PA u otra terapia de reperfusión: Medir PA cada 15 min durante 2 h desde el inicio de la terapia rt-PA; después cada 30 min durante 6 h y después cada hora durante 16 h Si la PA sistólica es de 180-230 mmHg, o la diastólica, de 105-120 mmHg: Labetalol, 10 mg i.v., seguido de infusión i.v. continua 2-8 mg/min, o Nicardipino, 5 mg/h i.v., subir 2,5 mg/h cada 5-15 min hasta conseguir el efecto deseado (máximo 15 mg/h) Si la PA no está controlada o la PA diastólica > 140 mmHg, considerar nitroprusiato sódico i.v., intravenoso; PA, presión arterial; rt-PA, activador del plasminógeno tisular recombinante. Tomado de Jauch EC, Saver JL, Adams
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