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1046 © 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos 54 PERSPECTIVA HISTÓRICA, 1046 PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO Y DEL ENTRENAMIENTO, 1046 Consumo máximo de oxígeno, 1046 Consumo de oxígeno del miocardio, 1046 Umbral ventilatorio, 1047 Efectos de la enfermedad cardíaca sobre el rendimiento durante el ejercicio, 1047 Efecto del entrenamiento físico sobre el rendimiento durante el ejercicio, 1047 EFECTOS DE LA REHABILITACIÓN CARDÍACA Y EL EJERCICIO FÍSICO SOBRE LA MORBILIDAD Y LA MORTALIDAD, 1047 Pacientes con angina de pecho, 1047 Pacientes con enfermedad arterial coronaria, 1048 PACIENTES DESPUÉS DE UNA ANGIOPLASTIA CORONARIA TRANSLUMINAL PERCUTÁNEA, 1048 Pacientes con insuficiencia cardíaca, 1048 ASPECTOS PRÁCTICOS DE LOS PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN CARDÍACA, 1049 Estructura del programa, 1049 Cobertura del personal, 1049 Diseño e implementación del programa de ejercicio físico, 1050 Ejercicio sin supervisión, 1050 OTROS COMPONENTES DE LA REHABILITACIÓN CARDÍACA INTEGRAL, 1050 COBERTURA DEL SEGURO, 1050 RETOS ACTUALES, 1051 PERSPECTIVAS FUTURAS, 1051 BIBLIOGRAFÍA, 1051 Rehabilitación cardíaca integral basada en el ejercicio PAUL D. THOMPSON Y PHILIP A. ADES PERSPECTIVA HISTÓRICA Hasta los años cincuenta, el tratamiento estándar del infarto de miocardio (IM) consistía en varias semanas de hospitalización, seguidas por meses de actividad física restringida. La rehabilitación cardíaca (RC) basada en el ejercicio se desarrolló para invertir la pérdida de la condición física producida por esta restricción de la actividad física. El ejercicio físico fue fundamental en este proceso y fue una de las pocas intervenciones que redujeron la angina de pecho de esfuerzo en la época anterior a los β-bloqueantes y las intervenciones de revas- cularización coronaria.1 La duración menor de la hospitalización, junto con los fármacos y las intervenciones eficaces para el tratamiento de la isquemia de miocardio, han cambiado los programas de RC. El entrenamiento con ejercicio aún resulta importante, pero los esfuerzos de rehabilitación actualmente incluyen la educación y el asesoramiento para aumentar comporta- mientos de prevención secundaria, mejorar el bienestar psicológico y aumentar el cumplimiento de medicaciones y dieta como componentes fundamentales.2 Las directrices del Centers for Medicare and Medicaid Services (CMS) estadounidense reflejan estos cambios e indican que los programas de RC no solo proporcionen ejercicios de entrenamiento, sino que además incluyan educación y asesoramiento para modificar los factores de riesgo cardíaco. En consecuencia, los programas de RC suelen denominarse ahora «programas de rehabilitación cardíaca/ prevención secundaria».2 La American Heart Association (AHA) y la American College of Cardiology Foundation (ACCF) recomiendan encarecidamente programas de RC integrales (indicación de clase I) para los pacientes que se han sometido a una angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP) o a un injerto de derivación arterial coronaria (IDAC), que han sufrido un síndrome coronario agudo, o que tienen angina de pecho estable o enfermedad vascular periférica.3 Esta recomendación recibió el más alto nivel de evidencia (A) para todos los trastornos excepto la angina (nivel B).3 Los ejercicios de entrenamiento son una recomendación de clase I para los pacientes con insuficiencia cardíaca (IC) sistólica crónica estable y una fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) del 35% o menor, mientras que la RC es una recomendación de clase IIa.4 Los CMS también consideran la RC integral «razonable y necesaria» para los pacientes después de la cirugía valvular y el trasplante de corazón o de corazón y pulmón.5 Los índices de participación en RC han sido bajos, en un rango del 19 al 34% a nivel nacional,6 aunque la utilización creciente de registros médicos electrónicos puede incrementar las tasas de remisión.7 El ejercicio físico es fundamental en los programas de RC y reducción del riesgo, porque aumenta la resistencia física y reduce la isquemia cardíaca y la angina de pecho inducidas por el ejercicio. Los metaa- nálisis de los ensayos clínicos controlados aleatorizados (ECCA) sobre RC han demostrado los beneficios de los ejercicios de entrenamiento exclusivamente o de los ejercicios de entrenamiento combinados con prácticas exhaustivas de prevención secundaria.8,9 Puesto que la dis- minución de los factores de riesgo se analiza con detalle en otra parte (v. capítulos 45, 47 y 48), este capítulo se refiere específicamente a la práctica de ejercicio en el proceso de RC. PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO Y DEL ENTRENAMIENTO Consumo máximo de oxígeno El músculo esquelético contiene solo pequeñas cantidades de energía para su uso inmediato. El ejercicio aumenta las necesidades de oxígeno (O2) del organismo para suministrar energía al músculo durante el ejercicio. La cantidad de O2 consumido (que se denomina consumo de oxígeno ventilatorio [VO2� ]) determina la cantidad de energía usada durante el ejercicio. Al reorganizar la ecuación de Fick (gasto cardíaco [Q] = VO2� / diferencia de O2 arterial-venoso [∆ O2 A-V]), se demuestra que VO2� es el producto de Q y ∆ O2 A-V. Por lo tanto, durante el ejercicio, las demandas metabólicas se cumplen mediante el aumento del aporte de O2 a través del aumento del Q, que, a su vez, es el producto de la frecuencia cardíaca (FC) y el volumen latido (VL), así como mediante el aumento de ∆ O2 A-V. ∆ O2 A-V aumenta durante el ejercicio por la redistribución del flujo sanguíneo desde los tejidos que no se están ejercitando (p. ej., riñones, lecho esplácnico) hasta los músculos que están trabajando, aumentando la extracción de O2 en estos músculos, y por la hemoconcentración como consecuencia de las pérdidas de líquido plasmático en el espacio intersticial del músculo que está trabajando. El aumento de Q durante el ejercicio está muy relacionado con el aumento de VO2� , de tal forma que un aumento de 1 l provoca un aumento de aproximadamente 6 l de Q. El V máxO2� . (la cantidad máxima de oxígeno que un individuo puede transportar durante el ejercicio antes de estar limitado por la fatiga o la disnea) mide la capacidad máxima para el ejercicio. V máxO2� . expresado como un valor absoluto (litros por minuto) o en relación con el peso corporal (mililitros por kilogramo por minuto) proporciona una medida de la capacidad de ejercicio altamente estable y reproducible. El máximo aumento de ∆ O2 A-V se fija aproximadamente al 15-17% en volumen. Puesto que el ritmo del ejercicio determina el V· o2, que es el producto de Q V · o2 y ∆ O2 A-V, y puesto que ∆ O2 A-V máxima es un valor relativamente fijo, proporciona una medida indirecta de la capacidad máxima de la bomba cardíaca, o Q y VL máximos. V˙O2 V˙O2 V˙O2 V˙O2 V˙O2máx V˙O2máx Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1047 R eh ab ilitació n card íaca in teg ral b asad a en el ejercicio 54 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Consumo de oxígeno del miocardio La demanda de oxígeno del miocardio (MO2) puede estimarse como el producto de la FC y la presión arterial sistólica (PAS) –el llamado doble pro- ducto–. Aunque el ritmo de trabajo del ejercicio absoluto determina VO2� y Q, el aumento de la FC y la PAS está determinado por la necesidad de VO2� durante el ejercicio como un porcentaje del V máxO2� . En consecuencia, para cualquier nivel de ejercicio absoluto, un individuo con un mayor V máxO2� . utiliza menos capacidad máxima y tiene una respuesta de la FC y la PAS al ejercicio másbaja. El punto clave es que la MO2 no está determinada únicamente por el ritmo de trabajo del ejercicio externo, sino por el ritmo de trabajo en relación con la capacidad máxima para el ejercicio. Umbral ventilatorio El dióxido de carbono espirado (VCO2� ) también aumenta a medida que aumenta el ritmo de trabajo del ejercicio. Al principio, los aumentos del VO2� y el VCO2� son paralelos durante el ejercicio, pero la tasa de espiración del CO2 aumenta más deprisa, y el acoplamiento de VO2� y de VCO2� diverge en lo que se denomina el umbral ventilatorio (UV). Esta divergencia es el resultado del aumento de ácido láctico en la sangre, el tamponamiento de los iones H+ del ácido láctico por bicarbonato, y la posterior espiración de más CO2. El UV también se ha llamado «umbral anaeróbico» y OBLA (onset of blood lactate accumulation, «comienzo de la acumulación de lactato en sangre»). Como el CO2 estimula el impulso respiratorio, el UV también se asocia a un incremento no lineal de la frecuencia respiratoria y a disnea leve. El UV se produce aproximadamente al 50% del V máxO2� . en los individuos no entrenados, pero a niveles más altos del porcentaje del V máxO2� . en sujetos entrenados. El UV es una medida importante de la tolerancia al ejercicio, ya que representa el ritmo de trabajo constante máximo que se puede mantener durante el ejercicio submáximo. Efectos de la enfermedad cardíaca sobre el rendimiento durante el ejercicio El rendimiento durante el ejercicio puede ser normal para la edad y el sexo en los individuos con enfermedad cardíaca. Por otra parte, las enfermedades que limitan el VL máximo, deterioran la respuesta de la FC o causan isquemia de miocardio que produce síntomas limitantes o una disminución del aumento del VL, pueden reducir la capacidad para hacer ejercicio. Los fármacos que limitan la respuesta de la FC durante el ejercicio (p. ej., β-bloqueantes) o las restricciones de la actividad física que producen un efecto de desentrenamiento también pueden contribuir a la disminución de la tolerancia al ejercicio en los pacientes cardíacos. Efecto del entrenamiento físico sobre el rendimiento durante el ejercicio El entrenamiento, ya sea aeróbico o de fuerza, aumenta la capacidad de ejercicio. El entrenamiento de fuerza produce un aumento del tamaño, la fuerza y la resistencia musculares en los músculos trabajados. El entrenamiento de ejercicio aeróbico principalmente aumenta la capa- cidad de realizar ejercicio, reflejado en un aumento del V máxO2� . Este aumento de la capacidad máxima de ejercicio significa que cualquier ritmo de trabajo submáximo requiere un menor porcentaje de V máxO2� ., lo que reduce la respuesta de la FC y la PAS y las necesidades de MO2. El entrenamiento de resistencia también aumenta el UV absoluto y el UV como un porcentaje del V máxO2� . Muchas adaptaciones contribuyen a mejorar la tolerancia al ejercicio aeróbico después del entrenamiento, como el aumento del VL y el aumento de ∆ O2 A-V. La magnitud del aumento del V máxO2� . durante el ejercicio de resis- tencia depende de múltiples factores, como la edad del sujeto, el estado físico de base la intensidad y la duración del régimen de entrenamiento, factores genéticos, enfermedades subyacentes, y si en las pruebas y el entrenamiento se utilizan ejercicios similares, lo que se conoce como «especificidad» del entrenamiento. En general, en los sujetos jóvenes que han entrenado intensivamente, aumenta más la tolerancia al ejercicio. El V máxO2� . aumenta un promedio del 11 al 36% en los pacientes de RC,10 aunque la respuesta varía según la gravedad de la enfermedad subyacente. Por ejemplo, los individuos con una disminución notable de la función ventricular pueden lograr gran parte del aumento de su capacidad para el ejercicio por el aumento de ∆ O2 A-V, mientras que, en algunos pacientes cardíacos, el aumento de Q se ha documentado tras 12 meses de entrenamiento.1 Además de aumentar la capacidad máxima para el ejercicio, el ejercicio de resistencia –debido a sus efectos sobre el UV– incrementa la capacidad de resistencia. Este efecto es muy importante, porque el aumento de la capacidad de resistencia al ejercicio submáximo reduce la disnea a los ritmos de trabajo submáximos y facilita la realización de la mayoría de las tareas diarias. EFECTOS DE LA REHABILITACIÓN CARDÍACA Y EL EJERCICIO FÍSICO SOBRE LA MORBILIDAD Y LA MORTALIDAD Pacientes con angina de pecho En la actualidad, la mayoría de los pacientes con angina de pecho controlan sus síntomas con fármacos o los eliminan sometiéndose a una ACTP o a un IDAC. En consecuencia, con raras excepciones,11 gran parte de la evidencia de que el ejercicio físico mejora la tolerancia al esfuerzo en pacientes con angina de pecho se obtuvo antes de 1990. El entrenamiento aumenta el tiempo de ejercicio hasta la aparición de la angina de pecho –o elimina la angina por completo– al menos por dos mecanismos. En primer lugar, como se ha analizado antes, el ejercicio aumenta el V · O2máx., lo que reduce la respuesta de la FC y la PAS al ejercicio submáximo. Esta disminución en el doble producto reduce los requisitos de MO2 y retrasa la aparición de la angina de pecho. En segundo lugar, el ejercicio mejora la función endotelial.11 Las arterias coronarias normales se dilatan con el ejercicio, pero las arterias coronarias con ateroesclerosis con frecuencia no logran dilatarse o se contraen. Los ejercicios de entrenamiento mejoran la función vasodilatadora endotelial, según se puede medir por angiografía coronaria cuantitativa durante la infusión de acetilcolina.12 En algunos pacientes también se producen aumentos del producto de la velocidad por la presión en la aparición de la angina de pecho después de solo un corto período de ejercicio,1 lo que también indica una mejoría de la función endotelial (fig. 54-1). El ejercicio físico es particularmente útil en pacientes con angina de pecho que no son candidatos para intervenciones coronarias, pero, en un estudio clínico de 101 hombres de 70 años de edad o menos, se observó que la práctica de ejercicio es útil en otros pacientes con angina estable.11 Los participantes se asignaron al azar para hacer ejercicio durante 1 año o para la ACTP. El ejercicio consistía principalmente en sesiones diarias de 20 min de ejercicio en una bicicleta estática en su casa, más una sesión semanal de 60 min supervisada. En cada grupo, 47 participantes comple- taron el ensayo. El nivel de ejercicio al comienzo de la isquemia aumentó un 30% en el grupo que había realizado ejercicios de entrenamiento y un 20% en el grupo de ACTP (P = NS), una diferencia no significativa, pero la capacidad máxima de ejercicio (20 frente al 0%) y el V · O2 máx. (16 frente al 2%) aumentaron significativamente en el grupo de ejercicios de entrenamiento. A 1 año, el 88% de los participantes de ACTP frente a solo el 70% de los participantes en ejercicios de entrenamiento sufrieron un episodios cardiovascular (CV) importante (P = 0,023) (fig. 54-2). Este estudio fue previo al uso generalizado de las endoprótesis liberadoras de fármacos, pero solo el 15% del grupo de ACTP demostró más de V˙O2 V˙O2 V˙O2máx V˙O2máx V ĊO2 V˙O2V ĊO2 V˙O2V ĊO2 V˙O2máx V˙O2máx V˙O2máx V˙O2máx V˙O2máx V˙O2máx V˙O2máx FIGURA 54-1 Cambios de la tolerancia al ejercicio y la aparición de la angina de pecho con el ejercicio físico. La frecuencia cardíaca (FC) frente a la pendiente del consumo de oxígeno (VO2� ) se desplaza de manera que cualquier ritmo de trabajo (VO2� ) provoca una respuesta de la FC más lenta. La angina de pecho se retrasa, pero se produce a la misma FC si no hay cambios del flujo sanguíneo coronario (FSC; aparición de nueva angina [sin ∆ FSC]). La angina de pecho se retrasa, pero se produce a una FC mayor si el FSC aumenta debido a la mejora de la función endotelial. (Reproducido a partir de Thompson PD: Exercise prescription and proscription for patients withcoronary artery disease. Circulation 2005;112:2354.) V˙O2V˙O2 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1048 Ca rd io lo g ía p re ve n ti va VI un 50% de estenosis en el punto de la ACTP, e incluso asumiendo que no hubiera reestenosis en la endoprótesis, el grupo de ejercicio aún presentaría una tasa de supervivencia libre de episodios mayor (88 frente al 72%; P = 0,039). Los autores señalaron que la angioplastia solo trata una lesión culpable, mientras que los ejercicios de entrenamiento están dirigidos frente a la dis- función endotelial en todo el sistema vascular. Estos resultados podrían no tener aplicación a todos los individuos con angina estable, pero sí documentan la adecuación de los ejercicios de entrenamiento para el tratamiento de pacientes seleccionados con angina. Pacientes con enfermedad arterial coronaria En una revisión sistemática, se identificaron 47 estudios en los que 10.794 pacientes con IM, IDAC, ACTP o angina de pecho se asignaron aleatoriamente para la RC basada en el ejercicio o para los cuidados habituales.8 La mortalidad total y la mortalidad CV fueron un 13 y un 26% menores, respectivamente, a los 12 meses o más de seguimiento, mientras que los ingresos hos- pitalarios fueron un 31% menores en el primer año del estudio (P < 0,05 para todos). El IM, el IDAC o la ACTP posteriores no disminuyeron. El metaa- nálisis más reciente incluyó 63 estudios sobre 14.486 pacientes con IM, ACTP, IDAC, angina o enfermedad coronaria definida por angiografía.9 La mortalidad CV y los ingresos hospitalarios disminuyeron el 26 y el 18%, respectivamente, con la RC. La mortalidad total fue un 11% inferior con la RC (P > 0,05), pero estos datos de mortalidad se vieron afectados por un extenso estudio en el que la intervención de RC fue generalmente de una vez a la semana durante 6-8 semanas y en el que los datos a 1 año sugerían que los controles estaban realizando más ejercicio que los aleatorizados para RC.13 La RC demostró beneficios similares independientemente de la naturaleza del programa (solo ejercicio frente a otros).8,9 PACIENTES DESPUÉS DE UNA ANGIOPLASTIA CORONARIA TRANSLUMINAL PERCUTÁNEA Se han realizado pocos estudios grandes en los que se hayan analizado los efectos de la RC basada en el ejercicio en los pacientes después de la ACTP. En un análisis retrospectivo de 2.395 pacientes después de la ACTP, se observó una disminución de alrededor del 45% de la mortalidad (P < 0,001) en el 40% de los pacientes que participaron en la RC.14 La rehabilitación no afectó al IM recurrente o a la revascularización posterior, pero la disminución de la mortalidad no fue diferente según el sexo, la edad o la urgencia de la ACTP, lo que indica que la RC beneficia a casi todos los pacientes después de la ACTP. Desafortunadamente, el sesgo de la autoselección podría contribuir a estos resultados, pero coincide con la cuestión abrumadora de que la RC mejora los resultados clínicos. Pacientes con insuficiencia cardíaca Hasta 2009, los datos de metaanálisis apoyaron el beneficio del ejercicio en los pacientes con IC (v. también capítulo 25).15 El Heart Failure: A Controlled Trial Investigating Outcomes of Exercise Training (HF- ACTION) fue el primer estudio a gran escala realizado correctamente para analizar el efecto del ejercicio físico sobre los resultados CV en pacientes con IC estable.16 En el HF-ACTION se asignaron aleatoriamente 2.331 pacientes con una FEVI del 35% o menos a un grupo de entrena- miento con ejercicios o a un grupo de control. A los sujetos del grupo de entrenamiento se les animó a participar en 36 sesiones de ejercicio supervisadas durante 3 meses y después cambiaron a hacer ejercicio en casa, con el objetivo de entrenar cinco veces a la semana durante 40 min. La duración media del seguimiento fue de 3,1 años, con un rango de 1 a 4 años. La mortalidad total (–4%, P = 0,7), la mortalidad CV o la hospitalización CV (–8%, P = 0,14), y la mortalidad CV o la hospitalización por IC (–13%, P = 0,06) disminuyeron más de forma insignificante en el grupo de ejercicio que en el grupo de control. Estos resultados volvieron a evaluarse después de ajustarse por factores de confusión preestablecidos, como la duración basal del ejercicio, la FEVI, un índice de depresión psicológica y los antecedentes de fibrilación o aleteo auricular. Después de este ajuste, la mortalidad total o la hospitalización (–11%, P = 0,03), la mortalidad CV o la hospitalización (–9%, P = 0,09), y la mortalidad CV o la hospitalización CV (–15%, P = 0,03) disminuyeron, lo que indica que el ejercicio físico tuvo efectos beneficiosos en los pacientes con IC (fig. 54-3). Los resultados del HF-ACTION fueron menos robustos de lo esperado, dado el metaanálisis previo que sugería que los ejercicios de entrenamiento reducían la mortalidad global un 35%,17 pero el HF-ACTION podría haber FIGURA 54-2 Supervivencia sin episodios en 101 pacientes cuidadosamente seleccionados, con angina de pecho estable, asignados aleatoriamente para una intervención coronaria percutánea (ICP/endoprótesis) o para realizar ejercicio físico durante 1 año. Los números de la parte inferior indican los pacientes libres de episodios. La supervivencia sin episodios fue significativamente mejor en el grupo del ejercicio físico (88 frente al 70%; P = 0,02 mediante la prueba de rangos logarítmicos). (Reproducido a partir de Hambrecht R, Walther C, Mobius-Winkler S, et al. Percutaneous coronary angioplasty compared with exercise training in patients with stable coronary artery disease: a randomized trial. Circulation 2004;109:1371.) FIGURA 54-3 Mortalidad por cualquier causa u hospitalización por cualquier causa en el HF-ACTION. La tasa de riesgo no se redujo en los datos no ajustados, pero fue estadísticamente significativa cuando se ajustó para la duración del ejercicio de referencia, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, la escala Beck Depression Inventory II, los antecedentes de fibrilación o aleteo auricular y la causa de la insuficiencia cardíaca. (Reproducido a partir de O’Connor CM, Whellan DJ, Lee KL, et al. Efficacy and safety of exercise training in patients with chronic heart failure: HF-ACTION randomized controlled trial. JAMA 2009;301:1439.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1049 R eh ab ilitació n card íaca in teg ral b asad a en el ejercicio 54 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . subestimado los beneficios de los ejercicios de entrenamiento en pacientes con IC. El análisis utilizó un abordaje de intención de tratamiento, pero el grupo de ejercicio tuvo poco cumplimiento de los ejercicios de entrena- miento. Solo 736 pacientes (60%) completaron las 36 sesiones de ejercicios supervisados. La mala adhesión al ejercicio es importante, porque el volumen de los ejercicios resultó un predictor altamente significativo de mortalidad CV y de hospitalización por IC,18 e incluso el ejercicio moderado se asoció a reducciones superiores al 30% del riesgo posterior.18 Los investigadores intentaron potenciar la adhesión al ejercicio a largo plazo proporcionando cintas de andar o bicicletas de ejercicio, monitores de FC y otras estrategias para la optimización de dicha adhesión.16 A pesar de tales esfuerzos, el V · O2 pico aumentó solo un 4% en el grupo de ejercicios de entrenamiento. Este efecto se quedócorto respecto al 10% de aumento proyectado por los investigadores del estudio y muy por debajo del 17% de aumento descrito en cuanto a FC en los pacientes que realizaron ejercicio en sesiones supervisadas.15 El HF-ACTION utilizó una intervención de solo ejercicio y no incluyó el asesoramiento considerado un componente de la RC exhaustiva para la IC. Por el contrario, un estudio italiano con una adhesión al ejercicio del 88% a lo largo de 10 años sugirió que el entrenamiento con ejercicios prolongado puede afectar profundamente a los resultados clínicos en pacientes con IC.19 Este estudio asignó aleatoriamente a 123 pacientes con una FEVI menor del 40% para entrenamiento formal con ejercicios o controles. Las sesiones de ejercicio se realizaban dos veces a la semana, y se animaba a los participantes a realizar una tercera sesión por su cuenta. La mayor parte del entrenamiento se realizaba en un «club cardíaco», que también fomentaba estilos de vida saludables. El V · O2 aumentó un 14,7% en el grupo de entrenamiento con ejercicios y disminuyó un 2,5% en el grupo de control después de 1 año. A los 10 años, el V · O2máx. era un 21,8% mayor en el grupo de entrenamiento. Sorprendentemente, la FEVI aumentó solo en el grupo de entrenamien- to con ejercicios, y esta diferencia apareció solo a los 5 años del estudio (fig. 54-4). En los sujetos del grupo de entrenamiento se produjeron 12 episodios cardíacos, y 35 en los sujetos del grupo de control, una disminución del 45% (intervalo de confianza [IC] al 95%, disminución del –28 al –74%; P < 0,001) (fig. 54-5). Del mismo modo, se produjeron 4 muertes en el grupo de entrenamiento y 10 muertes en el grupo de con- trol –una disminución del 32% (IC al 95%, disminución del –28 al –70%)–. ASPECTOS PRÁCTICOS DE LOS PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN CARDÍACA Estructura del programa Los programas de RC se dividen en tres fases basadas en el estado clínico del paciente. La fase 1 de la RC se refiere a los programas que se realizan durante la hospitalización y que comienzan poco después del episodio cardíaco agudo o de la intervención. Estos programas son poco frecuentes en la actualidad, debido a la brevedad de la estancia en el hospital en la mayoría de los casos, aunque algunos países europeos tienen programas de rehabilitación para pacientes hospitalizados que duran hasta varias semanas. Los programas de la fase 1 siguen siendo útiles para la movilización de pacientes ancianos después de episodios cardíacos complicados, así como para muchos tipos de pacientes después de la cirugía cardíaca. En EE. UU., estos programas suelen dirigirlos los departamentos de fisioterapia o el personal de RC dedicado. La fase 1 también es una forma excelente de presentar el concepto de RC a los pacientes y de solicitar las derivaciones apropiadas a la fase 2. En EE. UU. no está disponible el reembolso independiente de los programas de fase 1, porque los cargos por el episodio agudo incluyen este servicio, si se proporciona. La fase 2 de la RC se refiere a los programas ambulatorios supervisados por médicos durante el período posterior al alta. Generalmente, en estos programas, los pacien- tes hacen ejercicio tres veces a la semana, durante 3-4 meses, hasta un total de 36 sesiones. Los seguros médicos suelen cubrir estos programas, aunque los copagos y las franquicias pueden limitar la participación. Otros abordajes de la RC, como los programas domésticos autosupervisados simples, los programas domésticos supervisados por personal de enfermería que hace visitas a domicilio, y los programas domésticos con monitorización electrocardiográfica (ECG) telefónica, se han analizado en entornos de investigación y se han comparado favorablemente con programas estándar realizados en instituciones.20 Aunque la mayoría de las asegu- radoras no cubren tales programas alternativos, deben desarrollarse estos programas de RC, porque muchos pacientes no pueden asistir a los programas estándar de base institucional por muchas razones, incluyendo la falta de programas locales.20 La fase 3 de la RC se refiere a los programas de mantenimiento a largo plazo sin seguimiento ECG. Estos programas normalmente son proporcionados por los mismos centros que ofrecen los programas de la fase 2, pero, como los programas de la fase 3 no incluyen supervisión médica directa, también pueden proporcionarlos los clubes de salud y los gimnasios. Generalmente, los seguros médicos no cubren estos programas en EE. UU. FIGURA 54-4 Fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) en los pacientes con insuficiencia cardíaca que realizaron ejercicio físico (círculos sólidos) y que no realizaron ejercicio físico (círculos vacíos) a través del tiempo. Los cambios de la FEVI fueron diferentes entre los grupos a lo largo del tiempo, pero no hasta 5 años después de empezar a practicar ejercicio. (Reproducido a partir de Belardinelli R, Georgiou D, Cianci G, Purcaro A. 10-Year exercise training in chronic heart failure: a randomized controlled trial. J Am Coll Cardiol 2012;60:1521.) FIGURA 54-5 Supervivencia sin episodios de los pacientes con insuficiencia cardíaca que realizaron ejercicio físico y que no lo realizaron a través del tiempo. (Reproducido a partir de Belardinelli R, Georgiou D, Cianci G, Purcaro A: 10-year exercise training in chronic heart failure: A randomized controlled trial. J Am Coll Cardiol 60:1521, 2012.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1050 Ca rd io lo g ía p re ve n ti va VI Cobertura del personal El programa de RC estándar cuenta con un director médico, un miembro del personal de enfermería, y otras personas con formación en fisiología del ejercicio que diseñan los ejercicios y los programas educativos, y supervisan las sesiones de entrenamiento. En EE. UU., para tener derecho al reembolso de Medicare, los programas de RC de la fase 2 deben tener un director médico. Esta persona debe revisar y aprobar un plan de tratamiento para cada paciente cada 30 días21 y debe estar disponible inmediatamente durante las sesiones de rehabilitación. La definición del término «disponible inmediatamente» está abierta a interpretación, pero, en general, significa estar en la instalación y disponible en unos instantes para cualquier urgencia. Todo el personal de RC debe tener formación en soporte vital cardíaco avanzado. Un miembro del personal de enfermería debe estar disponible durante las sesiones de rehabilitación con ejercicio para manejar las urgencias y administrar los fármacos. Las recomendaciones sobre el personal son un miembro del personal por cada cinco participantes durante los programas de la fase 2, y un miembro del personal por cada 10 a 15 participantes durante las sesiones de la fase 3. Diseño e implementación del programa de ejercicio físico Los pacientes que se derivan a la RC deben someterse a una prueba de esfuerzo limitada por los síntomas antes de entrar en el programa, para identificar y evaluar todos los síntomas importantes, la isquemia o las arritmias que pueden requerir otras intervenciones antes de la práctica del ejercicio. La prueba de esfuerzo también establece la capacidad de referencia para hacer ejercicio y determina la FC máxima para preparar una prescripción de ejercicios de entrenamiento. Generalmente, las pruebas se realizan cuando los pacientes están tomando sus fármacos habituales para imitar la respuesta probable de la FC que se producirá durante el entrenamiento. Una sesión de entrenamiento típica para los pacientes de RC consta de 5 min de calentamiento, seguido de 20 a 45 min de ejercicio aeróbico y de 5 a 15 min de enfriamiento. La sesión de calentamiento consiste en estiramientosy ejercicios de calistenia ligeros. También deben realizarse algunos ejercicios de resistencia utilizando pesas ligeras o máquinas de ejercicio, a menudo después de la sesión aeróbica y como parte de un período de enfriamiento prolongado. Los ejercicios de resistencia deben trabajar la mayoría de los grupos musculares principales para aumentar la capacidad de los pacientes para realizar las tareas domésticas y laborales, como levantar y cargar. El componente de ejercicio aeróbico se realiza generalmente al 60-70% del V· O2máx., que corresponde aproximadamente al 70-80% de la FC máxima. Algunos pacientes necesitan intensidades de entrenamiento inferiores. Aunque la norma es practicar ejercicio durante 20-45 min, períodos más cortos también son beneficiosos, y es casi seguro que sesiones más largas proporcionan más beneficios. La mayoría de los pro- gramas de RC recomiendan otras actividades, como caminar o jardinería, los días que los pacientes no asisten a las sesiones supervisadas. Estudios recientes han examinado el uso de entrenamiento a intervalos de gran intensidad (HIIT, high-intensity interval training) en la RC para acelerar el efecto de los ejercicios de entrenamiento.22,23 Un protocolo típico comienza con un calentamiento 10 min andando seguido de cuatro intervalos de 4 min de caminatas al 90-95% de la FC máxima, seguidos de períodos de recuperación de 3 min al 50-70% de la FC máxima. El HIIT consigue potenciar las mejorías en el pico de V·O2 máx. en pacientes con IC sistólica, tras un IDAC y tras un IM en comparación con el entrenamiento continuo de intensidad moderada.22,23 El HIIT no parece incrementar el riesgo cardíaco, pero los estudios hasta la fecha son relativamente pequeños. Muchos pacientes lo consideran menos «aburrido» que el entrenamiento estándar. Las pruebas de esfuerzo antes de iniciar la RC son útiles, pero no se realizan a todos los pacientes –especialmente a los que han sufrido un IM reciente–. Los pacientes que no se someten a la prueba de esfuerzo antes de comenzar un programa de RC pueden hacer ejercicio a una FC 20 latidos más rápida que su valor en reposo. Otro enfoque consiste en que los pacientes hagan ejercicio hasta su FC en reposo, más un porcentaje adicional especificado de su FC en reposo. Por ejemplo, durante el primer mes, un paciente podría hacer ejercicio hasta su FC en reposo más el 20-30% de su FC en reposo; en el segundo mes, hasta su FC en reposo más el 20-40% de su FC en reposo; y en el tercer mes, hasta su FC en reposo más el 20-50% de su FC en reposo. Como alternativa, estos pacientes pueden hacer ejercicio hasta el punto de disnea leve y mantener ese nivel durante la sesión de entrenamiento. Como se ha mencionado antes, el inicio de la disnea se aproxima al UV e indica la intensidad adecuada para un estímulo de entrenamiento. Por último, los pacientes pueden entrenarse hasta un nivel «un poco difícil» utilizando escalas numéricas diseñadas para estimar la intensidad del esfuerzo, como la Borg Scale of Perceived Exertion modificada. Ejercicio sin supervisión Muchos pacientes no pueden asistir a las sesiones de ejercicios supervi- sadas, pero hay que aconsejarles que realicen ejercicio para su beneficio CV. A los pacientes sin problemas ortopédicos en las extremidades inferiores se les debe recomendar que caminen a paso ligero como su modalidad de entrenamiento. En general, a los pacientes que están en programas sin supervisión se les debe alentar a hacer ejercicio hasta que aparezca disnea leve, por las razones mencionadas antes. Este enfoque evita la necesidad de monitorizar el pulso. Muchos pacientes, o bien no pueden monitorizar con precisión su FC o se preocupan excesivamente por las irregularidades del pulso causadas por extrasístoles auriculares o ventriculares. A las personas que hacen ejercicio por su cuenta también se les puede aconsejar que juzguen la intensidad del ejercicio utilizando la «prueba del habla» –que consiste en entrenar al ritmo más rápido que todavía permita tener una conversación cómoda–. Este ritmo de trabajo corresponde al rango de entrenamiento recomendado para los pacientes cardíacos.1 OTROS COMPONENTES DE LA REHABILITACIÓN CARDÍACA INTEGRAL El asesoramiento nutricional, psicológico y vocacional, así como el tratamiento de los factores de riesgo de lípidos séricos, presión arterial (PA) y tabaquismo, son componentes esenciales de la RC y requeridos por Medicare. Abordar cuestiones como la PA, el tratamiento de los lípidos y dejar de fumar suele requerir equilibrar las funciones del personal de RC y el médico de atención primaria. Generalmente, el personal de RC se centra en los aspectos del asesoramiento para el tratamiento de los factores de riesgo. También pueden interpretar los resultados de laboratorio y las instrucciones del médico, y actuar como mediadores entre los pacientes y los que les proporcionan los cuidados sanitarios primarios. (Véase también el capítulo 45.) Los programas difieren en la forma en que se ofrecen el asesoramiento y la formación. En muchos programas se utiliza el tiempo que pasa el paciente en la máquina de ejercicios para visitarle y enseñarle. En algunos programas simplemente se diseña material impreso que se pone a disposición de los participantes. En otros programas se utilizan monitores de televisión y programas de vídeo comerciales o diseñados específicamente para dar consejos o enviar mensajes sobre la reducción de riesgos. En algunos programas se han sustituido las sesiones de ejercicio por programas educativos. Actividades en clase diseñadas de forma creativa además de las sesiones de ejercicios permiten a los participantes modelar los programas educativos que mejor cubren sus necesidades. Aproximadamente el 80% de los pacientes en RC tienen sobrepeso o están obesos.24 Una pérdida significativa de peso no se consigue solo con ejercicio de la RC.24 La RC ofrece la oportunidad de asesoramiento conductual sobre la pérdida de peso con una prescripción de ejercicios que recomienda casi a diario, caminatas de larga distancia. Tales pro- gramas de «ejercicio con alto gasto calórico» pueden conseguir una pérdida de peso del 5 al 10%. Esta pérdida de peso se asocia a mejorías en sensibilidad a la insulina, PA, lípidos, factores de coagulación y función endotelial.24 COBERTURA DEL SEGURO Es importante que el seguro cubra las actividades de RC para que los pacientes puedan recibir estos servicios.25 Normalmente Medicare ofrece el reembolso a los pacientes que tienen angina de pecho estable, han sufrido IM agudo o se han sometido a IDAC, reparación o sustitución de válvulas cardíacas, ACTP o trasplante de corazón o de corazón y pulmón en los 12 meses anteriores. Desde 2014, los CMS también cubren la RC en aquellos con IC sistólica estable con una FEVI inferior al 35% en tratamiento médico óptimo.26 Muchas aseguradoras privadas siguen los procedimientos de reembolso de Medicare. La cobertura habitual incluye 36 sesiones de ejercicio. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1051 R eh ab ilitació n card íaca in teg ral b asad a en el ejercicio 54 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . RETOS ACTUALES La RC basada en ejercicios tiene una recomendación de clase Ia en las directrices de la AHA, pero está infrautilizada. Solo del 14 al 35% de los supervivientes a un IM y aproximadamente el 31% de los pacientes tras una revascularización coronaria participan en programas de RC.20 Mujeres, pacientes de mayor edad, grupos minoritarios y pacientes en situación socioeconómica baja –precisamente los grupos con mayor riesgo de episodios recurrentes–presentan índices de remisión especial- mente bajos.20 Técnicas sencillas y disponibles pueden aumentar dicha referencia. Por ejemplo, sistemas de remisión electrónicos automáticos de base médica permiten casi triplicar las tasas de remisión,7 pero tales abordajes tienen poca utilidad. El respaldo del médico a la RC es uno de los predictores más importantes para la participación.20 Por qué no envían de rutina los médicos a los pacientes para rehabilitación no está claro, aunque la subestimación de los médicos de los beneficios del ejercicio, la falta de conocimientos sobre el entrenamiento con ejercicios y la ausencia de promotores del ejercicio similares a los representantes farmacéuticos pueden contribuir. La remisión de los médicos para RC probablemente aumentará cuando y si la referencia para tales programas se constituye como una medida esencial de la actuación hospitalaria. PERSPECTIVAS FUTURAS El uso de la RC debe aumentar en gran medida si los CMS adoptan la remisión para RC como una medida de actuación esencial en el tratamiento de los pacientes con enfermedad coronaria y tras una cirugía cardíaca, según se ha propuesto.26 Más aún, la capacidad de la RC para reducir la mortalidad cardíaca y posiblemente la recurrencia de episodios cardíacos constituirá probablemente un componente de cualesquiera esfuerzos para controlar los costes de la atención médica por los organizaciones gestoras de la atención.20 Los esfuerzos para contener el gasto también podrían dar lugar a un uso más generalizado de la prevención secundaria por RC basada en ejercicios como método para reducir los reingresos hospitalarios. Aún más, el papel de la RC, junto con un tratamiento médico óptimo para el tratamiento de la angina de pecho estable antes de proceder a intervenciones más costosas, como la ACTP o un IDAC, requiere consideración y más investigación. Tal cambio parece improbable en el actual medio de pago por servicios, pero resultará de mayor importancia en sistemas de pago por capitación. Bibliografía 1. Thompson PD. Exercise prescription and proscription for patients with coronary artery disease. Circulation. 2005;112:2354-2363. 2. Thomas RJ, King M, Lui K, et al. AACVPR/ACCF/AHA 2010 update: performance measures on cardiac rehabilitation for referral to cardiac rehabilitation/secondary prevention services. A report of the American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation and the American College of Cardiology Foundation/American Heart Association Task Force on Performance Measures (Writing Committee to Develop Clinical Performance Measures for Cardiac Rehabilitation). Circulation. 2010;122:1342-1350. 3. Smith Jr SC, Benjamin EJ, Bonow RO, et al. AHA/ACCF secondary prevention and risk reduction therapy for patients with coronary and other atherosclerotic vascular disease: 2011 update. 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