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PERCEPCIÓN DE QUÓRUM En la caza en aguas costeras poco profundas del océano Pacífico, el calamar bobtail hawaiano usa una táctica inteligente para asustar a presas potenciales. Mientras flota sobre el fondo océanico en las noches de luna, el calamar produce un brillo de forma que su silueta se oscurece cuando es visto desde abajo. La luz producida por el calamar bobtail es una forma de bioluminiscencia, donde la luz se produce y se emite por un or- ganismo vivo. El brillo azulado del bobtail de Hawái se produce en realidad por bacterias simbióticas, Aliivibrio fischeri, que son capturadas y mantenidas en un órgano de luz altamente espe- cializado en el manto del calamar. Curiosamente, la A. fischeri sólo es fluorescente en condiciones de aglomeración, como en el órgano de luz del calamar. Cuando se dispersan amplia- mente, las bacterias cesan de producir luz. La fluorescencia de la A. fischeri es un ejemplo del com- portamiento conocido como percepción de quórum, en el que los organismos unicelulares se comunican entre sí usando mensajes químicos. Años después de que este fenómeno se descubrió por primera vez, se pensaba que la percepción de quórum sólo ocurría en casos raros, aislados. Sin embargo, en C A P Í T U L O15 B O S Q U E J O D E L C A P Í T U L O 15.1 Los elementos básicos de los sistemas de señalización celular 15.2 Un estudio de mensajeros extra- celulares y sus receptores 15.3 Transducción de señal por re- ceptores acoplados a proteína G 15.4 VÍAS EXPERIMENTALES: El descubrimiento y la caracteri- zación de las proteínas de unión a GTP 15.5 PERSPECTIVA HUMANA: Trastornos asociados con recep- tores acoplados a proteína G 15.6 Segundos mensajeros 15.7 La especificidad de las respues- tas acopladas a proteína G 15.8 Regulación de los niveles de glucosa en sangre 15.9 La función de los GPCR en la percepción sensorial 15.10 Fosforilación de proteína-tirosi- na como un mecanismo para la transducción de señal 15.11 La vía de la cinasa Ras-MAP 15.12 Señalización por el receptor de insulina 15.13 Vías de señalización en las plan- tas 15.14 La función del calcio como un mensajero intracelular 15.15 Convergencia, divergencia y co- municación cruzada entre dife- rentes vías de señalización 15.16 La función del NO como mensa- jero intracelular 15.17 Apoptosis (muerte celular pro- gramada) Señalización celular y transducción de señal: comunicación entre células (continúa) El calamar bobtail hawaiano mantiene una relación simbiótica con bacterias de percepción de quórum. Cuando está presente en altas concentraciones, la bacteria Vibrio fischeri produce luz que le permi- te al calamar cazar presas sin proyectar una sombra. Fuente: MatthiasOrmestad. 15.1 • Los elem entos básicos de los sistem as de señalización celular 583los últimos años, numerosos estudios han demostrado que ca- si todas las bacterias parecen producir y liberar moléculas de señalización con el fin de coordinar una variedad de activida- des dentro y a través de las especies. La secreción de facto- res de virulencia, la formación y mantenimiento de biopelícu- las, la fluorescencia, e incluso la muerte celular programada son todos comportamientos que pueden ser activados por una lista cada vez mayor de moléculas de señalización bacte- rianas. Los mecanismos por los cuales ocurre la señalización va- rían ampliamente entre las especies. Las bacterias grampositi- vas, por ejemplo, segregan moléculas de señalización que ge- neralmente son cortas, péptidos modificados. Cuando se encuentran en altas concentraciones, estos péptidos pueden unirse a receptores afines en la superficie celular de otra bac- teria, activando una vía de señalización que conduce a la trans- cripción de genes y a la producción de proteínas que alteran el comportamiento de la bacteria. Por el contrario, las bacterias gramnegativas sintetizan y liberan moléculas de señalización en forma de pequeñas moléculas. Estas moléculas son capa- ces de difundirse libremente a través de la membrana y unirse de modo directo a factores de transcripción citoplásmicos. La A. fischeri, que es un bacteria gramnegativa, produce una pe- queña molécula llamada N-acil homoserina lactona (AHL, N-acyl homoserine lactone), que se libera en el ambiente. A densidades de células suficientemente altas, la AHL se une a un factor de transcripción, que finalmente conduce a la produc- ción de genes de luminiscencia y a la producción de luz. 15.1 Los elementos básicos de los sistemas de señalización celular El poeta inglés John Donne expresó su creencia en la interdepen- dencia de los humanos en la frase “Ningún hombre es una isla”. Lo mismo se puede decir de las células que constituyen un orga- nismo multicelular complejo. La mayoría de las células en una planta o animal están especializadas para realizar una o más fun- ciones específicas. Muchos procesos biológicos requieren que varias células trabajen juntas y coordinen sus actividades. Para hacer esto posible, las células tienen que comunicarse entre sí, lo cual se realiza por un proceso llamado señalización celular, el que hace posible que las células respondan de manera apropiada a un estímulo ambiental específico. La señalización celular afecta prácticamente todos los aspec- tos de la estructura y función celular, que es una de las principa- les razones por las que este capítulo aparece cerca del final del libro. Por un lado, una comprensión de la señalización celular requiere conocimiento sobre otros tipos de actividades celulares. Por otro lado, los conocimientos sobre la señalización celular pue- den vincular una variedad de procesos celulares aparentemente independientes. La señalización celular está también involucrada de modo íntimo en la regulación del crecimiento y la división celular. Esto hace que el estudio de la señalización celular sea de crucial importancia para la comprensión de cómo una célula pue- de perder la capacidad de controlar la división celular y conver- tirse en un tumor maligno. Puede ser útil comenzar la discusión de este complejo tema describiendo algunas de las características generales que compar- ten la mayoría de las vías de señalización. Las células generalmen- te se comunican entre sí a través de moléculas mensajeras ex- tracelulares. Los mensajeros extracelulares pueden viajar una distancia corta y estimular las células que están muy cerca del origen del mensaje, o pueden viajar a través de todo el cuerpo, estimulando potencialmente células que están muy lejos de la fuente. En el caso de la señalización autocrina, la célula que está produciendo el mensajero expresa receptores en su superficie que pueden responder a ese mensajero (FIGURA 15-1a). En consecuen- cia, las células que liberan el mensajero se estimularán (o inhibi- rán) a ellas mismas. Durante la señalización paracrina (figura 15- 1b), las moléculas mensajeras viajan sólo distancias cortas a través del espacio extracelular a las células que están muy cerca de la célula que está generando el mensajero. Las moléculas mensajeras paracrinas por lo regular tienen una capacidad limitada para viajar alrededor del cuerpo porque son inherentemente inestables, o son degradadas por enzimas, o se unen a la matriz extracelular. Finalmente, durante la señalización endocrina, las moléculas mensajeras alcanzan su células blanco a través del paso por el torrente sanguíneo (figura 15-1c). Los mensajeros endocrinos también se llaman hormonas, y generalmente actúan sobre las cé- lulas blanco ubicadas en sitios distantes en el cuerpo. Una visión general de las vías de señalización celular se des- cribe en la FIGURA 15-2. La señalización celular se inicia con la liberación de una molécula mensajera por una célula que se dedi- ca a enviar mensajes a otras células en el cuerpo (paso 1, figura 15-2). Los ambientes extracelulares de las células contienen cien- tos de diferentes moléculas de información, que varían desde compuestospequeños (p. ej., esteroides y neurotransmisores) a pequeñas hormonas proteicas solubles (p. ej., glucagón e insuli- na), a grandes glucoproteínas unidas a las superficies de otras células. Las células sólo pueden responder a un mensaje extrace- lular particular si expresan receptores que reconocen específica- mente y unen esa molécula mensajera (paso 2). a) b) c) FIGURA 15-1 Tipos de señalización intracelular a) autocrina, b) paracrina y c) endocrina. C APÍTU LO 15 • Señalización celular y transducción de señal: com unicación entre células 584 La molécula que se une al receptor se llama ligando. Los dis- tintos tipos de células poseen diferentes complementos de recep- tores que les permiten responder a diversos mensajeros extrace- lulares. Incluso las células que comparten un receptor específico pueden responder de manera muy diferente al mismo mensajero extracelular. Las células hepáticas y las células de los músculos lisos poseen el receptor adrenérgico β2. La activación de este re- ceptor al circular la adrenalina conduce a la descomposición del glucógeno en una célula hepática y a la relajación en una célula del músculo liso. Estos diferentes resultados que siguen a la inter- acción con el mismo estímulo inicial se pueden localizar en dife- rentes proteínas intracelulares que participan en la respuesta en estos dos tipos de células. Por tanto, los tipos de actividades en los que una célula participa dependen de los estímulos que recibe y de la maquinaria intracelular que posee en ese momento parti- cular de su vida. En la mayoría de los casos, la molécula mensajera extracelular se une a un receptor en la superficie externa de la célula que responde. Esta interacción induce un cambio conformacional en el receptor que causa que la señal sea retransmitida a través de la membrana hasta el dominio citoplásmico del receptor (paso 3, figura 15-2). Cuando ha alcanzado la superficie interna de la membrana plasmática, hay dos vías principales por las cuales la señal se transmite al interior de la célula, donde provoca la respuesta apropiada. La vía particular tomada depende del tipo de receptor que se active. La siguiente discusión se enfocará en estas dos vías principales de transducción de señales, pero te- niendo en cuenta que hay otras formas en que las señales extra- celulares pueden tener un impacto en una célula. Por ejemplo, se puntualizó en la sección 4.18 cómo actúan los neurotransmisores abriendo canales iónicos de la membrana plasmática y en la figu- ra 12-47 cómo las hormonas esteroides se difunden a través de la membrana plasmática y se unen a receptores intracelulares. En las dos vías principales discutidas en este capítulo: ●● Un tipo de receptor (sección 15.6) transmite una señal desde su dominio citoplásmico a una enzima cercana (paso 4), que genera un segundo mensajero (paso 5). Debido a que pro- voca (efectúa) la respuesta celular mediante la generación de un segundo mensajero, la enzima responsable se conoce co- mo un efector. Los segundos mensajeros son pequeñas sus- tancias que normalmente activan (o inactivan) proteínas es- pecíficas. Dependiendo de su estructura química, un segundo mensajero puede difundirse a través del citosol o permanecer incrustado en la bicapa lipídica de una membrana. ●● Otro tipo de receptor (sección 15.10) transmite una señal transformando su dominio citoplásmico en una estación de reclutamiento para proteínas de señalización celular (paso 4a). Las proteínas interactúan entre sí, o con componentes de una membrana celular, por medio de tipos específicos de do- minios de interacción, como el dominio SH3 discutido en la página 606. Si la señal se transmite por un segundo mensajero o por re- clutamiento de proteínas, el resultado es similar; una proteína que está posicionada en la parte superior de una vía de señali- zación intracelular se activa (paso 6, figura 15-2). Las vías de se- ñalización son las autopistas de la información de la célula. Cada vía de señalización consiste en una serie de proteínas distintas que operan en secuencia (paso 7). La mayoría de las “proteínas de señalización” están construidas de múltiples dominios, lo que les permite interactuar de una manera dinámica con una serie de socios diferentes, ya sea simultánea o secuencialmente. Este tipo de construcción modular se ilustra por las proteínas Grb2 e IRS-1 representadas en las figuras 15-20 y 15-24, respectivamente. A diferencia de Grb2 e IRS-1, que funcionan exclusivamente en la mediación de las interacciones proteína-proteína, muchas proteí- nas de señalización también contienen dominios catalíticos y/o reguladores que les dan una función más activa en una vía de señalización. Cada proteína en una vía de señalización actúa generalmente alterando la conformación de la proteína posterior (o corriente abajo) en las series, un evento que activa o inhibe esa proteína (FIGURA 15-3).No debería sorprender que después de leer sobre otros temas en biología celular, las alteraciones en la conforma- ción de las proteínas de señalización a menudo se lleven a cabo por proteínas cinasas y proteínas fosfatasas que, respectivamente, agregan o eliminan grupos fosfato de otras proteínas (figura 15- 3). El genoma humano codifica más de 500 proteínas cinasas di- ferentes y aproximadamente 150 proteínas fosfatasas diferentes. Mientras que las proteínas cinasas normalmente funcionan como una subunidad única, muchas proteínas fosfatasas contienen una subunidad reguladora clave que determina la especificidad del sustrato. Como resultado, una sola subunidad catalítica de fosfa- tasa puede formar un huésped de diferentes enzimas que elimi- nan grupos fosfato de diferentes sustratos proteicos. La mayoría de las proteínas cinasas transfieren grupos fosfato a residuos de serina o treonina de sus sustratos proteicos, pero un Señalización celular Receptor transmembrana Segundo mensajero Efector Proteína blanco activada Molécula de señalización extracelular (primer mensajero) 9 88 9 7 6 4a3 4 3 22 7 6 5 1 P Transcripción Supervivencia Síntesis de proteína Movimiento Muerte celular Cambio metabólico FIGURA 15-2 Una visión general de las principales vías de señalización mediante las cuales las moléculas mensajeras extracelulares pueden in- ducir respuestas intracelulares. Se representan dos tipos diferentes de vías de transducción de señales, una en la que la vía de señalización se activa mediante un segundo mensajero difusible y otra en la que una vía de señalización se activa mediante el reclutamiento de proteínas a la membrana plasmática. La mayoría de las vías de transducción de señales implican una combinación de estos mecanismos. También se debe tener en cuenta que las vías de señalización no son generalmente rutas lineales como se muestran aquí, sino que están ramificadas e interconectadas pa- ra formar una red compleja. Los pasos se describen en el texto. 15.1 • Los elem entos básicos de los sistem as de señalización celular 585 grupo muy importante de cinasas (aproximadamente 90 en hu- manos) fosforila residuos de tirosina. Algunas proteínas cinasas y fosfatasas son proteínas citoplásmicas solubles; otras son proteí- nas integrales de membrana. Muchas cinasas están presentes en la célula en un estado autoinhibido. Dependiendo de la cinasa particular, estas enzimas se pueden activar en la célula por modi- ficación covalente o por interacciones con otras proteínas, molé- culas pequeñas o lípidos de la membrana. Es notable que, aunque miles de proteínas en una célula contienen residuos de aminoáci- dos con el potencial de ser fosforiladas, cada proteína cinasa o fosfatasa es capaz de reconocer sólo sus sustratos específicos e ignorar todos los demás. Algunas proteínas cinasas y fosfatasas tienen numerosas proteínas como sus sustratos, mientras que otras fosforilan o desfosforilan sólo un único residuo de amino- ácido de un único sustrato proteico. Muchos de los sustratos pro- teicosde estas enzimas son enzimas en sí mismas —con frecuen- cia otras cinasas y fosfatasas—, pero los sustratos también inclu- yen canales iónicos, factores de transcripción y diversos tipos de proteínas reguladoras. Se cree que al menos la mitad de todas las proteínas transmembrana y citoplásmicas se fosforila en uno o más sitios. La fosforilación de proteínas puede cambiar el com- portamiento de las proteínas de diferentes maneras. La fosforila- ción puede activar o inactivar una enzima, puede aumentar o disminuir las interacciones proteína-proteína, puede inducir que una proteína se mueva de un compartimiento subcelular a otro, o puede actuar como una señal que inicia la degradación de la pro- teína. Se han empleado enfoques proteómicos a gran escala (sec- ción 2.15) para identificar los sustratos de varias proteínas cinasas y los residuos específicos que se fosforilan en diversos tejidos. Los estudios sobre proteomas de vertebrados han identificado más de 20 000 fosfoproteínas que acogen más de 200 000 sitios de fosfo- rilación. La ocurrencia extendida de la fosforilación de proteínas y su supuesta importancia se observan en la FIGURA 15-4, que muestra la marcada diferencia en la frecuencia de fosforilación de la tirosina en ciertas proteínas de dos tipos diferentes de células cancerosas. El desafío principal es comprender las funciones de estas diversas modificaciones postraduccionales en las activida- des de diferentes tipos de células. Las señales transmitidas a lo largo de tales vías de señaliza- ción finalmente alcanzan las proteínas blanco (paso 8, figura 15-2) involucradas en los procesos de las células básicas (paso 9). ActivaInactiva Proteína cinasa 2 P Proteína cinasa 2 Activa Proteína cinasa 1 Activa Proteína cinasa 3 Inactiva Proteína cinasa 3 P Activa Factor de transcripción Inactiva Factor de transcripción P DNA mRNA P FIGURA 15-3 Vía de transducción de señal que consiste en proteinas ci- nasas y proteínas fosfatasas cuyas acciones catalíticas cambian las con- formaciones y, por tanto, las actividades de las proteínas que modifican. En el ejemplo representado aquí, la proteína cinasa 2 se activa por la pro- teína cinasa 1. Una vez activada, la proteína cinasa 2 fosforila la proteína cinasa 3, activando la enzima. La proteína cinasa 3 luego fosforila un factor de transcripción, incrementando su afinidad por un sitio en el DNA. La unión de un factor de transcripción al DNA afecta la transcripción del gen en cuestión. Cada uno de estos pasos de activación en la vía se revierte por una fosfatasa. Receptor de sustratos de tirosina cinasa Adhesión/Metástasis Líneas celulares de cáncer de mama triple negativo Otras líneas celulares de cáncer de mama Frecuencia de tirosina fosforilada Receptor de tirosina cinasa Familia Src cinasa FIGURA 15-4 Una comparación en la frecuencia de fosforilación de tiro- sina en dos tipos diferentes de células de cáncer de mama. Los paneles en el lado izquierdo de la figura muestran la frecuencia de residuos de fos- fotirosina (pTyr, phosphotyrosine) en ciertas proteínas (nombradas en el la- do derecho de la figura) en líneas celulares de cáncer de mama triple ne- gativo. Las células triple negativas no expresan tres firmas moleculares principales de muchas células de cáncer de mama: el receptor de estróge- no de la célula, el receptor de progesterona y el receptor del factor de cre- cimiento HER2. La frecuencia de residuos de pTyr en células de cáncer de mama que expresan estas tres firmas de proteínas se muestra en los pane- les de la derecha. La frecuencia de los residuos de pTyr en una determina- da proteína en una línea celular determinada se indica mediante la intensi- dad del sombreado rojo del cuadro (véase la clave en la parte inferior de la figura). Los nombres de las líneas de células probadas se dan a lo largo de la parte superior de la figura. Es evidente que las células triple negativas tienen un nivel mucho mayor de fosforilación de tirosina que las otras célu- las de cáncer de mama. Esto puede correlacionarse con la pérdida de la actividad particular de la proteína tirosina fosfatasa (PTPN12, protein tyrosi- ne phosphatase) en muchos de los cánceres triples negativos. Fuente: Tomado de JG Albeck y JS Brugge, a partir de los datos de Ting- Lei Gu de Cell Signaling Technology. Cell 2011;144:639. Reimpreso con permiso de Elsevier. C APÍTU LO 15 • Señalización celular y transducción de señal: com unicación entre células 586 Dependiendo del tipo de célula y mensaje, la respuesta iniciada por la proteína blanco puede implicar un cambio en la expresión del gen, una alteración de la actividad de las enzimas metabóli- cas, una reconfiguración del citoesqueleto, un aumento o dismi- nución en la movilidad de la célula, un cambio en la permeabili- dad iónica, la activación de la síntesis de DNA, o incluso la muerte de la célula. Prácticamente todas las actividades a las que se dedica una célula están reguladas por señales que se originan en su superficie. Este proceso general, en el que la información transportada por moléculas mensajeras extracelulares se traduce en cambios que ocurren dentro de una célula, es referido como transducción de señal. Finalmente, la señalización debe ser terminada. Esto es im- portante porque las células tienen que responder a los mensajes adicionales que pueden recibir. El primer orden del día es elimi- nar la molécula mensajera extracelular. Para hacer esto, ciertas células producen enzimas extracelulares que destruyen mensaje- ros extracelulares específicos. En otros casos, los receptores acti- vados se internalizan (sección 8.17). Una vez dentro de la célula, el receptor puede degradarse junto con su ligando, que puede abandonar la célula con una sensibilidad reducida a estímulos posteriores. se ilustra en la figura 15-2, los receptores se unen a sus moléculas de señalización con alta afinidad y traducen esta interacción en la superficie externa de la célula en cambios que tienen lugar en el interior de la célula. Los receptores que han evolucionado para mediar la transducción de señal se indican a continuación. ●● Los receptores acoplados a proteína G (GPCR, G protein-cou- pled receptors) son una gran familia de receptores que contie- nen siete hélices alfa transmembrana. Estos receptores tradu- cen la unión de las moléculas de señalización extracelular en la activación de proteínas de unión a GTP. Las proteínas de unión a GTP (o proteínas G) se discutieron en relación con el desprendimiento y fusión de vesículas en el capítulo 8, di- námica microtubular en el capítulo 9, síntesis de proteínas en los capítulos 8 y 11, y transporte nucleocitoplásmico en el ca- pítulo 12. En el presente capítulo, se explorará su función en la transmisión de mensajes a lo largo de “circuitos de informa- ción celular”. ●● La proteína tirosina cinasa receptora (RTK, receptor protein- tyrosine kinases) representa una segunda clase de receptores que han evolucionado para traducir la presencia de moléculas mensajeras extracelulares en cambios dentro de la célula. La unión de un ligando extracelular específico a una RTK por lo general da como resultado la dimerización del receptor segui- da de la activación del dominio del receptor de la proteína cinasa, que está presente dentro de su región citoplásmica. Tras la activación, estas proteínas cinasas fosforilan residuos de tirosina específicos de las proteínas citoplásmicas de sus- trato, alterando así su actividad, su localización, o su capaci- dad de interactuar con otras proteínas dentro de la célula. ●● Los canales activados por ligando representan una tercera cla- se de receptores de superficie celular que se unen a ligandos extracelulares. La habilidad de estas proteínas para conducir un flujo de iones a través de la membrana plasmática está regulada directamente por la unión del ligando. Un flujo de iones a través de la membrana puede dar como resultado un cambio temporal en el potencialde membrana, que afectará la actividad de otras proteínas de membrana, por ejemplo, canales activados por voltaje. Esta secuencia de eventos es la base para la formación de un impulso nervioso (sección 44.16). Además, la afluencia de ciertos iones, como Ca2+, pue- de cambiar la actividad de determinadas enzimas citoplásmi- cas. Como se analiza en la sección 4.18, un gran grupo de canales activados por ligando funciona como receptores para los neurotransmisores. ●● Los receptores de hormonas esteroides funcionan como facto- res de transcripción regulados por ligandos. Las hormonas esteroides se difunden a través de la membrana plasmática y se unen a sus receptores, que están presentes en el citoplas- ma. La unión de las hormonas produce un cambio conforma- cional que causa que el complejo hormona-receptor se mueva al núcleo y se una a elementos presentes en los promotores o potenciadores de genes sensibles a hormonas (véase figura 12-47). Esta interacción da lugar a un aumento o disminución de la tasa de transcripción génica. ●● Finalmente, existen otros tipos de receptores que actúan por mecanismos únicos. Algunos de estos receptores, por ejem- plo, los receptores de células B y T que están implicados en la respuesta a antígenos extraños, se asocian con moléculas de señalización conocidas, como las cinasas citoplásmicas de la proteína tirosina. Este capítulo se concentrará en los GPCR y las RTK. REPASO 1. ¿Qué se entiende por el término transducción de señales? ¿Cuáles son algunos de los pasos por los que puede ocurrir la transducción de señales? 2. ¿Qué es un segundo mensajero? ¿Por qué cree que se deno- mina así? REPASO 1. Proporcione ejemplos de cuatro tipos diferentes de moléculas que puedan actuar como mensajeros extracelulares. 15.2 Un estudio de mensajeros extracelulares y sus receptores Una gran variedad de moléculas puede funcionar como portado- res extracelulares de información. Estas incluyen: ●● Aminoácidos y derivados de aminoácidos. Los ejemplos in- cluyen glutamato, glicina, acetilcolina, epinefrina, dopamina y hormona tiroidea. Estas moléculas actúan como neurotrans- misores y hormonas. ●● Gases, como el NO y el CO. ●● Esteroides, que se derivan del colesterol. Hormonas esteroi- des que regulan la diferenciación sexual, el embarazo, el me- tabolismo de los carbohidratos y la excreción de iones de so- dio y potasio. ●● Eicosanoides, que son moléculas no polares que contienen 20 carbonos que se derivan de un ácido graso llamado ácido ara- quidónico. Los eicosanoides regulan una variedad de proce- sos que incluyen dolor, inflamación, presión arterial y coagu- lación de la sangre. Varios medicamentos de venta libre que se usan para tratar cefaleas y la inflamación inhiben la síntesis de eicosanoides. ●● Una amplia variedad de polipéptidos y proteínas. Algunos de estos están presentes como proteínas transmembrana en la superficie de una célula interactuante (sección 7.7). Otros son parte de, o están asociados con, la matriz extracelular. Final- mente, una gran cantidad de proteínas se excretan en el en- torno extracelular donde están involucradas en la regulación de procesos como la división celular, la diferenciación, la res- puesta inmunitaria, o la muerte celular y la supervivencia ce- lular. Las moléculas de señalización extracelular son generalmente, pero no siempre, reconocidas por los receptores específicos que están presentes en la superficie de la célula de respuesta. Como 15.3 • Transducción de señal por receptores acoplados a proteína G 587 15.3 Transducción de señal por receptores acoplados a proteína G Los receptores acoplados a proteína G (GPCR) se denominan así porque interactúan con las proteínas G, como se analiza a conti- nuación. Los miembros de la superfamilia GPCR también se de- nominan receptores transmembranales siete (7TM, seven-trans- membrane) porque contienen siete hélices transmembrana (FI- GURA 15-5b). Se han identificado miles de diferentes GPCR en organismos que van desde levaduras hasta fanerógamas, y mamí- feros, que juntos regulan un extraordinario espectro de procesos celulares. De hecho, el GPCR constituye la única superfamilia más grande de proteínas codificadas por genomas animales. Entre los ligamentos naturales que se unen al GPCR se incluyen una variedad de hormonas (tanto vegetales como animales), neu- rotransmisores, derivados del opio, quimiotácticos (p. ej., molé- culas que atraen células fagocíticas del sistema inmunitario), odo- rantes y saborizantes (moléculas detectadas por receptores ol- fativos y gustativos que provocan los sentidos del olfato y el gus- to), y fotones. En la tabla 15-1 se brinda una lista de algunos de los ligandos que operan por medio de esta vía y los efectores a través de los cuales actúan. Receptores Los receptores acoplados a proteína G normalmente tienen la si- guiente topología. Su terminación amino está presente en el ex- terior de la célula, las siete hélices alfa que cruzan la membrana plasmática están relacionadas por asas de longitud variada, y la terminación carboxilo está presente en el interior de la célula (fi- gura 15-5b). Hay tres asas presentes en el exterior de la célula que, juntas, forman el sitio de unión con el ligando, cuya estructura varía entre diferentes GPCR. También hay tres asas presentes en Rodopsina (inactiva) Rodopsina (activa) TM-VITM-VI proteína G proteína G b) 11-cis retinal Ligando Efector Receptor Proteína GGDP o GTPa) α β α FIGURA 15-5 La maquinaria unida a la membrana para transducir señales por medio de un receptor de siete transmembranas y una proteína G hete- rotrimérica. a) Los receptores de este tipo, incluidos los que se unen a la epinefrina y al glucagón, contienen siete hélices que cruzan la membrana. Cuando se une a su ligando, el receptor interactúa con una proteína G trimérica, que activa un efector, como la adenilil ciclasa. Como se indica en la figu- ra, las subunidades α y γ de la proteína G están unidas a la membrana por grupos de lípidos que están incrustados en la bicapa lipídica. (Nota: muchos GPCR pueden ser activos como complejos de dos o más moléculas receptoras). b) Un modelo que representa la activación de la rodopsina GPCR basada en estructuras cristalográficas de rayos X. A la izquierda, las rodopsinas se muestran en su conformación inactiva (adaptada a oscuridad) junto con una proteína G heterotrimérica no unida (llamada transducina). Cuando el cofactor retinal (que se muestra en rosado incrustado en las proteínas de la rodopsi- na) absorbe un fotón, experimenta una reacción de isomerización (de una forma cis a una trans), lo que conduce a la interrupción de un enlace iónico en- tre los residuos en la tercera y sexta hélices transmembrana de la proteína. Este evento a su vez conduce a un cambio en la conformación de la proteína, que incluye la inclinación y rotación hacia afuera de la sexta hélice transmembrana (flecha curva roja), que expone un sitio de unión para la subunidad Gα de la proteína G. La molécula de rodopsina de la derecha se muestra en la conformación activa con una porción de la subunidad Gα unida a la lámina ci- toplásmica del receptor. Fuente: b) Tomada de Thue W Schwartz y Wayne L Hubbell. Nature 2008;455:473. Reimpreso con permiso de Macmillan Publishers Ltd. TABLA 15-1 Ejemplos de procesos fisiológicos mediados por GPCR y proteínas G heterotriméricas Estímulo Receptor Efector Physiologic response Epinefrina Receptor betaadrenérgico Adenilil ciclasa Degradación del glucógeno Serotonina Receptor de serotonina Adenilil ciclasa Sensibilización conductual y aprendiza- je en Aplysia Luz Rodopsina cGMP fosfodiesterasa Excitación visual Complejos IgE-antígeno Receptor de IgE del mastocito Fosfolipasa C Secreción Péptido f-Met Receptor quimiotáctico Fosfolipasa C Quimiotaxis Acetilcolina Receptor muscarínico Canal del potasio Disminución de la actividad de marca- pasos Adaptado de L Stryer y HR Bourne, reproducido con permiso del AnnualReview of Cell Biology (2), copyright 1986, por Annual Reviews Inc. Annual Review of Cell Biology por Annual Reviews, Inc. Reproducido con permiso de Annual Reviews, en formato de reedición en un libro a través de Copyright Clearance Center. C APÍTU LO 15 • Señalización celular y transducción de señal: com unicación entre células 588 el lado citoplásmico de la membrana plasmática que proporcio- nan sitios de unión para proteínas intracelulares de señalización. Es muy difícil, por una serie de razones técnicas, preparar crista- les de GPCR sin modificar que sean adecuados para el análisis cristalográfico de rayos X. Por varios años, la rodopsina fue el único miembro de la superfamilia que tenía determinada su es- tructura cristalina de rayos X. La rodopsina tiene una estructura estable inusual para un GPCR, debido al hecho de que su ligando (un grupo retinal) está unido permanentemente a la proteína, y la molécula de proteína sólo puede existir en una única confor- mación inactiva en ausencia de un estímulo (es decir, en la oscu- ridad). A partir de 2007, como resultado de años de esfuerzo de varios grupos de investigación, una oleada de estructuras cristali- nas GPCR apareció en la literatura. En su mayor parte, estas es- tructuras revelaron al GPCR en el estado inactivo, pero reportes más recientes han descrito las estructuras de varios GPCR en estados activos e intermedios. La primera estructura cristalina de rayos X de un GPCR activo con su proteína G unida, fue resuelta por Brian Kobilka y sus colegas en la Universidad Stanford. La conformación inactiva del GPCR se estabiliza por interacciones no covalentes entre resi- duos específicos en las hélices alfa transmembrana. La unión a un ligando perturba estas interacciones, causando de este modo que el receptor asuma una conformación activa. Esto requiere rotacio- nes o giros de las hélices alfa transmembrana relacionadas entre sí. Debido a que están unidas a asas citoplásmicas, la rotación o desplazamiento de estas hélices alfa transmembrana causa cam- bios en la conformación de las asas citoplásmicas. Esto a su vez conduce a un aumento en la afinidad del receptor por una proteí- na G que se encuentra presente en la superficie citoplásmica de la membrana plasmática (figura 15-5b). Como consecuencia, el receptor unido a ligando forma un complejo receptor-proteína G (FIGURA 15-6, paso 1). La interacción con el receptor induce un cambio conformacional en la subunidad α de una proteína G, causando la liberación del difosfato de guanosina (GDP), seguida por la unión de GTP (paso 2). Mientras, en estado activado, un único receptor puede activar una cantidad de moléculas de pro- teína G, proveyendo un medio de amplificación de señal (discuti- do más adelante en la p. 600). Proteínas G Las proteínas G heterotriméricas fueron descubiertas, purifica- das y caracterizadas por Martin Rodbell y sus colegas en los Institutos Nacionales de Salud, y Alfredo Gilman con sus colegas en la Universidad de Virginia. Sus estudios se discuten en la “Vía experimental”. Estas proteínas se conocen como proteínas G por- 2 3 4 5 6 7 8 1 LigandoReceptor Proteína G GDP GDP Effector GTP GDP cAMP GDP + Pi GDP ADP P P ATP GRK Arrestina P P ATP GDP GDP γ βα γ βα γ β γ β α γ βα γ βα γ βα α γ β α γ β α GTP GTP FIGURA 15-6 El mecanismo de activación mediada por receptor (o in- hibición) de efectores por medio de proteínas G heterotriméricas. En el paso 1, el ligando se une al receptor, alterando su conformación e in- crementando su afinidad por la proteína G a la que se une. En el paso 2, la subunidad Gα libera su GDP, el cual se reemplaza por GTP. En el paso 3, la subunidad Gα se disocia del complejo Gβ y se une a un efector (en este caso adenilil ciclasa), activando el efector. El dímero Gβ también puede unirse a un efector (no se muestra), como un canal iónico o una enzima. En el paso 4, la adenilil ciclasa activada produce cAMP. En el paso 5, la actividad GTPasa de Gα hidroliza GTP unido, desactivando Gα. En el paso 6, Gα se reasocia con Gβ, reformando la proteína G trimérica, y el efector cesa su actividad. En el paso 7, el receptor ha sido fosforila- do por un GRK, y en el paso 8 el receptor fosforilado se ha unido por una molécula de arrestina, que inhibe que el receptor unido a ligando active proteínas G adicionales. El receptor unido a arrestina es probable que sea absorbido por endocitosis. 15.3 • Transducción de señal por receptores acoplados a proteína G 589que unen nucleótidos de guanina, ya sea GDP o GTP. Se descri- ben como heterotriméricas porque todas ellas consisten de tres subunidades de polipéptidos diferentes, llamadas α, β, y γ. Esta propiedad las distingue de pequeñas proteínas G monoméricas, como Ras, que se analizan más adelante en este capítulo. Las proteínas G heterotriméricas se mantienen en la membrana plas- mática por cadenas de lípidos que se unen covalentemente a las subunidades α y γ (figura 15-5a). El sitio de unión al nucleótido de guanina está presente en la subunidad Gα. La sustitución del GDP por GTP, después de la interacción con un GPCR activado, resulta en un cambio con- formacional en la subunidad Gα. En su conformación unida a GTP, la subunidad Gα tiene una baja afinidad por Gβ, condu- ciendo a la disociación del complejo trimérico. Cada subunidad Gα disociada (con GTP unido) es libre para activar una proteína efectora, como la adenilil ciclasa (figura 15-6, paso 3). En este caso, la activación del efector conduce a la producción del segun- do mensajero monofosfato de adenosina cíclico (cAMP) (paso 4). Otros efectores incluyen fosfolipasa C-β y fosfodiesterasa de GMP cíclico (véase más adelante). Los segundos mensajeros, en cam- bio, activan una o más proteínas de señalización celular. Se dice que una proteína G está “encendida” cuando su sub- unidad α está unida a GTP. Las subunidades Gα pueden apagarse por hidrólisis de GTP a GDP y fosfato inorgánico (Pi, inorganic phosphate) (figura 15-6, paso 5). Esto resulta en un cambio confor- macional que causa una disminución en la afinidad por el efector y un aumento en la afinidad por la subunidad βγ. Así, después de la hidrólisis de GTP, la subunidad Gα se disociará del efector y se reasociará con la subunidad βγ para reformar a la proteína G he- terotrimérica inactiva (paso 6). En un sentido, las proteínas G heterotriméricas funcionan como temporizadores moleculares. Ellas se encienden por la interacción con un receptor activado y se apagan a sí mismas por hidrólisis de unión a GTP después que haya pasado una cierta cantidad de horas. Mientras ellas perma- necen activas, las subunidades Gα pueden encender los efectores corriente abajo. Las proteínas heterotriméricas G poseen cuatro formas, Gs, Gq, Gi y G12/13. Esta clasificación se basa en subunidades Gα y los efectores a los cuales se acoplan. La respuesta particular provoca- da por un GPCR activado depende del tipo de proteína G con la cual interactúa, aunque algunos GPCR pueden interactuar con diferentes proteínas G y desencadenar más de una respuesta fi- siológica. Los miembros de la familia Gs acoplan los receptores a la adenilil ciclasa. La adenilil ciclasa se activa por subunidades unidas a GTP. Los miembros de la familia Gq contienen subuni- dades Gα que activan PLCβ. El PLCβ hidroliza fosfatidilinositol bisfosfato, produciendo inositol trifosfato y diacilglicerol (p. 598). Las subunidades Gi activadas funcionan inhibiendo la adenilil ciclasa. Los miembros G12/13 están menos bien caracterizados que otras familias de proteínas G, aunque su activación inapropiada se ha asociado con la proliferación celular excesiva y la transfor- mación maligna. Después de su disociación de la subunidad Gα, el complejo βγ también tiene una función de señalización y se puede unir a varios tipos diferentes de efectores, incluyendo PLCβ, canales de iones K+ y Ca+ y adenilil ciclasa. Terminación de la respuesta Se havisto que la unión del ligando da como resultado la activa- ción del receptor. Los receptores activados encienden las proteí- nas G y estas encienden a los efectores. Para evitar la sobreesti- mulación, los receptores tienen que ser bloqueados de continuar activando las proteínas G. Para recuperar la sensibilidad a estímu- los futuros, el receptor, la proteína G, y el efector deben ser de- vueltos a su estado inactivo. La desensibilización, el proceso que bloquea los receptores activos de encender las proteínas G adicio- nales, tiene lugar en dos pasos. En el primer paso, el dominio citoplásmico del GPCR activado se fosforila por un tipo específico de cinasa, llamada cinasa de receptor acoplado a proteína G (GRK, G protein-coupled receptor kinase) (figura 15-6, paso 7). La GRK forma una pequeña familia de cinasas proteínicas de seri- na-treonina que reconoce específicamente al GPCR activado. La fosforilación del GPCR prepara el escenario para el segun- do paso, que es la unión de proteínas, llamadas arrestinas (figura 15-6, paso 8). Estas forman una pequeña familia de proteínas que se unen al GPCR y compiten por la unión con proteínas G hete- rotriméricas. Como consecuencia, la unión a arrestinas previene la activación posterior de proteínas G adicionales. Esta acción se denomina desensibilización porque la célula cesa de responder a estímulos a pesar de la presencia continuada del estímulo en la superficie exterior de la célula. La desensibilización es uno de los mecanismos que permite a una célula responder a un cambio en su entorno, más que continuar su “disparo” de modo indefinido en la presencia de un entorno inmutable. La importancia de la desensibilización se ilustra por la observación de que las mutacio- nes que interfieren con la fosforilación de la rodopsina por una GRK conducen a la muerte de las células fotorreceptoras en la retina. Este tipo de muerte celular retinal se cree que es una de las causas de ceguera resultante de la enfermedad retinitis pig- mentosa. La arrestina se puede describir como centros proteínicos en el sentido de que son capaces de unir a una variedad de proteínas diferentes involucradas en los distintos procesos intracelulares. Mientras ellas están ligadas a los GPCR fosforilados (paso 1, FIGURA 15-7), las moléculas de arrestina también son capaces de unirse a moléculas adaptadoras AP2 que están situadas en fosas recubiertas de clatrina (sección 8.17). La interacción entre arres- tinas unidas y fosas recubiertas de clatrina (paso 2) promueve la captación de GPCR fosforilado en la célula por endocitosis. Dependiendo de las circunstancias, los receptores que han sido eliminados de la superficie por endocitosis pueden participar en varios resultados alternativos. En algunos casos, los receptores viajan a lo largo de la vía endocítica dentro de los endosomas (sección 8.17), donde las moléculas de arrestina asociadas sirven como un andamio para el ensamblaje de varios complejos de se- ñalizaciones citoplásmicas. Las vías MAPK que se discuten a ple- nitud luego en el capítulo, se considera que están activadas por GPCR unidos a arrestinas localizadas dentro del endosoma (paso 3). El descubrimiento de “los endosomas de señalización” llegó en el campo de la señalización celular como una sorpresa para los investigadores, quienes habían estado trabajando bajo la suposi- ción de que el GPCR (y también las RTK) eran los únicos capaces de la transducción de señal cuando residían en la superficie celu- lar. Ahora aparece que las señales transmitidas por los endoso- mas tienen diferentes propiedades y funciones fisiológicas de aquellas que surgen de la membrana plasmática. En un segundo resultado, los receptores internalizados pudieran traficar desde los endosomas a los lisosomas donde ellos se degradan (paso 4). Si los receptores se degradan, las células pierden, al menos de modo temporal, sensibilidad por el ligando en cuestión. Final- mente, de acuerdo con un tercer esquema, GPCR unidos a arres- tina pudieran desfosforilarse y retornar a la membrana plasmáti- ca (paso 5). Si los receptores retornan a la superficie celular, las células permanecen sensibles al ligando (se dice que son resensi- bilizados). La señalización por la subunidad Gα activada se termina por un mecanismo menos complejo: la molécula de GTP unida sim- plemente se hidroliza a GDP (paso 5, figura 15-6) Así, la fuerza y duración de la señal se determinan en parte por la tasa de hidró- lisis de GTP por la subunidad Gα. Las subunidades Gα poseen una débil actividad de la GTPasa, lo cual les permite hidrolizar lenta- mente la unión GTP e inactivarla. La terminación de la respuesta se acelera por reguladores de señalización de la proteína G (RGS, regulators of G protein signaling). La interacción con una proteína RGS aumenta la tasa de hidrólisis de GTP por la subunidad Gα. Una vez que el GTP está hidrolizado, el Gα-GDP se reasocia con C APÍTU LO 15 • Señalización celular y transducción de señal: com unicación entre células 590 las subunidades Gβγ para reformar el complejo trimérico inactivo (paso 6) como se discutió anteriormente. Esto devuelve al sistema al estado de reposo. El mecanismo para transmitir señales a través de la membrana plasmática por las proteínas G es de origen evolutivo antiguo y está muy conservado. Esto se ilustra mediante un experimento en el que las células de levadura fueron genéticamente modificadas para expresar un receptor para la hormona de mamífero somatos- tatina. Cuando estas células de levadura fueron tratadas con so- matostatina, los receptores de mamífero en la superficie celular interactuaron con las proteínas G heterotriméricas en el interior de la superficie de la membrana y desencadenaron una respuesta que condujo a la proliferación de las células de levadura. Los efectos de ciertas mutaciones en la función de los recep- tores acoplados a la proteína G se discuten en la “Perspectiva humana” (sección 15.5). Toxinas bacterianas Debido a que las proteínas G son tan importantes para la fisiolo- gía normal de organismos multicelulares, proporcionan excelen- tes blancos para los patógenos bacterianos. Por ejemplo, la toxina del cólera (producida por la bacteria Vibrio cholerae) ejerce su efec- to modificando a las subunidades Gα e inhibiendo su actividad GTPasa en las células del epitelio intestinal. Como resultado, las moléculas de adenilil ciclasa permanecen en un modo activado, produciendo cAMP, que causa que las células epiteliales secreten grandes volúmenes de líquido en la luz intestinal. La pérdida de agua asociada con esta respuesta inapropiada a menudo conduce a la muerte debido a la deshidratación. La toxina pertussis es uno de los varios factores de virulencia producidos por Bordetella pertussis, un microorganismo que causa tos ferina. Esta es una infección del tracto respiratorio debilitante que se observa en 50 millones de personas en todo el mundo cada año, y causa la muerte en aproximadamente 350 000 de estos casos anualmente. La toxina pertussis también inactiva las sub- unidades Gα, lo que interfiere con la vía de señalización que con- duce al huésped a organizar una respuesta defensiva contra la infección bacteriana. ERK Otras vías P PArrestina Clatrina AP2 Endosoma Endosoma reciclador Lisosoma P P 1 2 3 4 5 6 P P FIGURA 15-7 Internalización de los GPCR mediada por arrestina. Los GPCR unidos a arrestina (paso 1) se internalizan cuando quedan atrapados en fosas recubiertas de clatrina que brotan en el citoplasma (paso 2). Como se discutió en la sección 8.8, los brotes recubiertos de clatrina se transforman en vesículas recubiertas de clatrina que entregan sus conte- nidos, incluido el GPCR, a los endosomas. Cuando están presentes en los endosomas, las arrestinas pueden servir como andamios para el ensam- blaje de complejos de señalización, incluyendo los que activan la cascada de MAPK y el factor de transcripción ERK (paso 3). Alternativamente, losGPCR se pueden entregar a los lisosomas, donde se degradan (paso 4), o pueden ser devueltos a la membrana plasmática en un endosoma recicla- dor (paso 5), donde pueden luego interactuar con nuevos ligandos extra- celulares (paso 6). Fuente: Tomado de SL Ritter y RA Hall. Nature Reviews MCB 2009;10:820, Box 1b. Nature Reviews Molecular Cell Biology de Nature Publishing Group. Reproducido con permiso de Nature Publishing Group en el formato de reutilización en un libro/libro de texto mediante Copyright Clearance Center. REPASO 1. ¿Cuál es la función de las proteínas G en una vía de señaliza- ción? 2. Describa los pasos entre la unión de un ligando como el glu- cagón a un receptor de siete transmembranas y la activación de un efector, como la adenilil ciclasa. ¿Cómo se suele atenuar la respuesta? 15.4 VÍAS EXPERIMENTALES El descubrimiento y la caracterización de las proteínas de unión a GTP Durante las décadas de 1950 y 1960, Earl Sutherland y sus co- legas en la Universidad Case Western Reserve descubrieron ciertas hormonas, como la epinefrina, que actúan uniéndose a un receptor específico en la superficie celular, lo que activa la enzima adenilil ciclasa en el interior de la membrana. Esta activa- ción conduce a la producción de un segundo mensajero, el AMP cíclico, el cual se difunde en el citoplasma para iniciar la respues- ta celular.revisado en 1 A finales de 1960, el concepto del segundo mensajero estaba bien establecido, pero se sabía poco sobre el mecanismo molecular preciso que permitía que una hormona (u otro ligando) se uniera en el exterior de la membrana para activar la actividad de la adenilil ciclasa. Se consideró una posibilidad muy probable de que el sitio activo de la adenilil ciclasa fuera parte del mismo receptor de hormonas. Para conocer más sobre la relación entre los receptores de hormonas y la adenilil ciclasa, Martin Rodbell y Lutz Birnbaumer, de los Institutos Nacionales de Salud, comenzaron una serie de experimentos sobre las membranas plasmáticas aisladas de cé- lulas de grasa y células hepáticas.2 Una de las primeras pregun- tas que intentaron responder era si estas células, que responden a varias hormonas diferentes al producir cAMP, poseen una sola adenilil ciclasa que se activa por todas las diversas hormonas o 591 15.4 • Vías experim entales tienen adenilil ciclasas separadas para cada una de las hormo- nas a las que responden. Las células grasas se eligieron para estos estudios iniciales debido a que son fácilmente aisladas libres de otros tipos de células, responden a varias hormonas que causan un aumento rápido en los niveles intracelulares de cAMP (enzimas estimulantes implicadas en la degradación de los lípidos) y sus membranas plasmáticas pueden aislarse co- mo “fantasmas” por lisis osmótica. Se descubrió que seis hormo- nas diferentes (ACTH, epinefrina, glucagón, TSH, LH y prolactina) estimulan la actividad de la adenilil ciclasa en células grasas fan- tasmas aisladas. Las curvas de respuesta a la dosis de las tres primeras hormonas que actúan por separado se muestran en la FIGURA 1. Como se muestra en la tabla 1, cuando estas hormo- nas se combinaron en series de dos o tres, sus efectos sobre la actividad de la adenilil ciclasa no fueron aditivos, lo que sugiere que cada una de estas hormonas estimula la misma población de moléculas de adenilil ciclasa. Sin embargo, se demostró que las diferentes hormonas interactúan con receptores espacialmen- te diferenciados. En conjunto, estos hallazgos le permitieron a Rodbell y Birnbaume proponer que, aunque los diversos recep- tores hormonales estimulan una población común de moléculas de adenilil ciclasa, los receptores y los efectores adenilil ciclasa existen separados unos de otros en las membranas plasmáticas de las células grasas. En 1971 Rodbell y sus colegas publicaron una serie de artícu- los sobre la estimulación de la adenilil ciclasa en las membranas plasmáticas aisladas de células hepáticas en respuesta al gluca- gón y la epinefrina. Primero, midieron la unión de moléculas de glucagón marcadas radiactivamente al receptor en membranas plasmáticas aisladas. Debido a que el ATP es un sustrato de la reacción de la adenilil ciclasa, los efectos del ATP en la unión del glucagón marcado se controlaron, como lo fueron los efec- tos de los otros tres nucleósidos trifosfatos comunes, UTP, CTP y GTP. Fue durante estas investigaciones que se señalaron las propiedades especiales del GTP.3 Uno de los efectos observa- dos de los nucleósidos trifosfatos fue que causan la disociación del glucagón marcado que estaba unido a las membranas plas- máticas aisladas. Mientras que ATP, UTP y CTP no afectaron la disociación del glucagón de las membranas a concentraciones inferiores a 100 mM, el GTP estimuló la disociación a concentra- ciones tan bajas como 0.05 mM. En la FIGURA 2 se muestra una comparación de los efectos de ATP y GTP en la causa de la di- sociación del glucagón de la membrana. (Téngase en cuenta que la concentración se traza en una escala logarítmica, indicando las grandes diferencias en la efectividad de los dos trifosfatos.) Estos resultados sugirieron al autor que los nucleótidos de guanilo indu- cen un cambio en el estado o propiedades del receptor de glu- cagón que disminuye su afinidad por el glucagón. Además, des- cubrieron que las membranas hepáticas pueden hidrolizar GTP. En el último artículo de la serie, Rodbell y sus colegas abor- daron la cuestión de si los efectos de los nucleótidos de guanilo en la unión del glucagón guardan alguna relación con las accio- nes del glucagón en el sistema adenilil ciclasa de las membranas hepáticas.4 Como se muestra en la FIGURA 3, el GTP estimuló la actividad basal de la adenilil ciclasa y lo hizo a concentraciones tan bajas como 0.01 mM. Ninguno de los otros nucleótidos po- seía esta actividad. Los autores concluyeron que los nucleótidos de guanilo son necesarios para la activación de la adenilil ciclasa por el glucagón. Estudios posteriores en otros laboratorios de- mostraron que el GTP potencia la respuesta de los sistemas de adenilil ciclasa a otras hormonas, aun las hormonas peptídicas, las catecolaminas (p. ej., epinefrina) y las prostaglandinas. Los análogos no hidrolizables de los nucleósidos trifos- fatos son útiles porque permiten a los investigadores distin- guir entre los efectos de la unión de nucleótidos de los de la 0 10–8 10–7 A C T IV ID A D A D E N IL C IC LA S A CONCENTRACIÓN DE HORMONA (M) Dentrol ACTH Glucagón Epinefrina 10–6 10–5 10–4 1.0 2.0 3.0 4.0 FIGURA 1 Efectos de las concentraciones variables de ACTH, epinefri- na y glucagón en la actividad adenilil ciclasa de la célula grasa fantas- ma. La línea punteada representa la actividad en ausencia de hormonas añadidas. (La adenilil ciclasa se llamó inicialmente adenil ciclasa y más tarde se nombró adenilato ciclasa). Fuente: De L Birnbaumer y M Rodbell. J Biol Chem 1969;244:3478. TABLA 1 Efectos de las combinaciones de hormonas, a concentraciones supramáximas, sobre la actividad de la adenilil ciclasa en las células grasas fantasma* Adiciones Cambio en la actividad de la adenilil ciclasa debido a las hormonas Experimento 1 (37°) Experimento 2 (30°) Hallazgos Calculado si es aditivo Hallazgos Calculado si es aditivo ACTH 0.57 ± 0.02 1.19 ± 0.07 Epinefrina 1.00 ± 0.06 1.79 ± 0.11 Glucagón 0.32 ± 0.01 0.57 ± 0.04 ACTH + epinefrina 0.80 ± 0.04 1.57 2.04 ± 0.12 2.98 Epinefrina + glucagón 0.99 ± 0.05 1.26 2.13 ± 0.10 2.36 ACTH + glucagón 0.64 ± 0.02 0.89 1.33 ± 0.06 1.76 ACTH + epinefrina + glucagón 0.85 ± 0.04 1.88 2.30 ± 0.10 3.55 * La actividad de adenilil ciclasa se midió a 37° en ausencia del, o a 30° en presencia del, sistema regenerador de ATP. Las siguientes concentra- ciones de las hormonas utilizadas, ya sea individualmente o en combinación: ACTH, 400 µg por mL; epinefrina, 400 µg por mL; glucagón, 60 µg por mL. Los valores son la media de la determinación por triplicado± desviación estándar. Fuente: L Birnbaumer y M Rodbell. J Biol Chem 1969;244:3479. (continúa) C APÍTU LO 15 • Señalización celular y transducción de señal: com unicación entre células 592 hidrólisis de nucleótidos. Cuando un análogo no hidrolizable del GTP, 5´guanililimododifosfato, Gpp(NH)p (5´-guanylylimodo diphosphate) se incubó con las membranas plasmáticas del hígado, el glucagón, ATP, y otros ingredientes necesarios para la activación de la adenilil ciclasa, Gpp(NH)p imitó los efectos estimulatorios del GTP. De hecho, el análogo del GTP no hi- drolizable activó la adenilil ciclasa incluso en la ausencia de hormonas.5 Estos resultados indicaron que la unión de GTP, en lugar de su hidrólisis, desempeñó una función importante en la activación de la adenilil ciclasa. La principal diferencia entre los efectos del GTP y un análogo del GTP no hidrolizable es que el primero estimula la adenilil ciclasa sólo transitoriamente, mientras que el último estimula la enzima por un periodo prolongado. Estos hallazgos llevaron a los investigadores a enfocarse en el mecanismo por el cual el GTP normalmente se hidroliza por el sistema de la adenilil ciclasa. A mediados de la década de 1970, varios laboratorios, incluyendo el de Rodbell, identificaron una GTPasa ubicada dentro de las membranas plasmáticas de varias células. En un estudio clave Don Cassel y Zvi Selinger, de la Universidad hebrea de Jerusalén, descubrieron que la adición de isoproterenol (una hormona de catecolamina similar a la epinefrina) al sistema de ensayo de la membrana plasmática GTPasa causó 30-70% de aumento en la hidrólisis de [32p] GTP cuando se midió la liberación de 32Pi (FIGURA 4).6 Cassel y Selinger propusieron que la hidrólisis del GTP por la GTPasa sirve para apagar la adenilil ciclasa activada, retornando la enzima al estado basal inactivo. En un estudio posterior, estos mismos investigadores hicie- ron una conexión importante entre la proteína de unión al GTP, como llegó a ser llamada, y la infame toxina del cólera. Esta es una enfermedad causada por una toxina bacteriana que produ- ce diarrea en exceso y la consiguiente pérdida de agua en in- dividuos infectados. Durante los inicios de la década de 1970, varios laboratorios descubrieron que la toxina del cólera actúa estimulando la adenilil ciclasa en las células del epitelio intestinal. Se hizo evidente que la toxina del cólera imita la acción de las hormonas al actuar sobre uno de los componentes comúnmente 0 –1–2–3–4–5–6–7–8–9 20 40 60 GTP GTP o ATP (log[M]) 12 5 I- G LU C A G Ó N D IS O C IA D O ( % ) ATP 80 100 FIGURA 2 Efectos de las concentraciones variables de GTP y ATP en la disociación de [125I] glucagón de las membranas plasmáticas de celulas hepáticas. En este experimento, las membranas se preincuba- ron por 15 minutos en un medio que contenía glucagón marcado. Entonces se añadió GTP o ATP en presencia de un gran exceso de glucagón no marcado. Después de 15 minutos de incubación en uno u otro nucleósido trifosfato, se tomaron muestras para medir el glucagón marcado que permanecía unido. El porcentaje de unión, el glucagón marcado disociado durante la incubación con ATP o GTP, se calculó comparando la radiactividad unida presente en el comienzo y al final de los 15 minutos de la incubación con el nucleósido trifosfato. Fuente: De M Rodbell, et al. J Biol Chem 1971;246:1873. 0 0 200 400 600 800 1000 5 10 MINUTOS BASAL GLUCAGÓN P M O LE S A M P C ÍC LI C O /M G P R O T E ÍN A GLUCAGÓN +GTP FLUORURO 15 20 FIGURA 3 El efecto del ion fluoruro, el glucagón y una combinación de glucagón y GTP en la formación de AMP cíclico por una prepara- ción de membranas plasmáticas de células hepáticas aisladas. La esti- mulación marcada por GTP que se muestra aquí se logró con una con- centración de GTP de 0.01 mM. También se descubrió que el ion fluoruro es un activador efectivo de adenilil ciclasa y se usó en numero- sos ensayos posteriores. Fuente: De M Rodbell, et al. J Biol Chem 1971;246:1879. 5 10 50 100 150 200 250 TIEMPO (min) 15 20 Isoproterenol B No adiciones A G T P H ID R Ó LI S IS ( pm ol /m g pr ot eí na ) II–A FIGURA 4 El curso temporal de la hidrólisis de GTP en presencia y ausencia de la catecolamina isoproterenol por membranas de eritroci- tos aisladas de pavo. El efecto de la hormona se observa en la curva inferior, que traza la diferencia en la hidrólisis de GTP entre preparacio- nes de hormonas tratadas y membranas controladas. Fuente: Reimpreso de D Cassel y Z Selinger. Catecholamin estimulated GTPase activity in turkey erythrocyte membranes. Biochim Biophys Acta 1976;452:543. Copyright 1976, con permiso de Elsevier Science. 593 15.4 • Vías experim entales presentes en el sistema adenilil ciclasa. En 1977 Cassel y Selinger demostraron que la toxina actuaba inhibiendo la actividad de la GTPasa de la membrana, que tenía el efecto de mantener la ade- nilil ciclasa en un estado estimulado prolongado (FIGURA 5).7 Los resultados de estos y otros experimentos demostraron la existencia de un componente regulador del sistema hormo- na-adenilil ciclasa que se activó mediante la unión del GTP y se desactivó mediante la hidrólisis del GTP. La atención se dirigió a varias otras cuestiones. ¿Es la proteína de unión al GTP una parte integral de la adenilil ciclasa o un componente separado? Si la proteína de unión al GTP es un componente separado, ¿cuál es su estructura y cómo interactúa con los otros componentes prin- cipales del sistema, el receptor y la adenilil ciclasa? La purificación de la proteína de unión al GTP fue llevada a cabo en 1980 por Alfred Gilman y sus colaboradores en la Universidad de Virginia. La purificación se logró extrayendo pro- teínas de las membranas plasmáticas hepáticas en detergente y sometiendo la mezcla a seis procedimientos cromatográficos sucesivos (tabla 2).8 Como se indica en la tabla, la actividad espe- cífica del extracto detergente aumentó aproximadamente 2 000 veces durante el procedimiento de purificación, que correspon- de a una purificación de 5 000 a 10 000 veces de las membranas plasmáticas, o aproximadamente 100 000 veces de la proteína celular total. Cuando la proteína de unión a GTP purificada fue sometida a SDS-PAGE, se encontraron tres polipéptidos distintos (masas moleculares relativas de 52, 45 y 35 kDa), lo que indica que la proteína reguladora era un complejo de multisubunida- des. De los tres polipéptidos identificados en el estudio inicial, el polipéptido de 52 kDa estaba presente en cantidades mucho más pequeñas y variables y finalmente se descubrió que no era miembro de la proteína de unión al GTP. El polipéptido de 45 kDa se conoce como la subunidad α y el polipéptido de 35 kDa como la subunidad β. Posteriormente se descubrió un tercer polipépti- do de 9 kDa (la subunidad γ). De las tres subunidades, se mostró que la subunidad α de 45 kDa es el polipéptido que contiene el sitio de unión a GTP. La purificación de la proteína de unión al GTP sentó las ba- ses para el análisis de las propiedades moleculares y bioquími- cas de la proteína. Como resultado de estos estudios, Gilman propuso que la activación de la adenilil ciclasa sigue a la disocia- ción de la proteína de unión a GTP en sus subunidades, y que la subunidad α disociada con un GTP unido es responsable de activar la enzima productora de cAMP.9,10 Referencias 1. Robison, GA, Butcher, RW, & Sutherland, EW. Cyclic AMP. Annu Rev Biochem 1969;37:149-174. 2. Birnbaumer, L & Rodbell, M. Adenyl cyclase in fat cells: II. Hormone receptors. J Biol Chem 1969;244:3477-3482. 3. Rodbell, M, et al. The glucagon-sensitive adenyl cyclase sys- tem in plasma membranes of rat liver: IV. Effects of guanyl nucleotides on binding of 125I-glucagon. J Biol Chem 1971; 246:1872-1876. 4. Rodbell, M, et al. The glucagon-sensitive adenyl cyclase sys- tem in plasma membranes of rat liver: V. An obligatoryrole of guanyl nucleotides in glucagon action. J Biol Chem 1971;246: 1877-1882. 5. Londos, C, et al. 5’-Guanylylimidodiphosphate, a potent acti- vator of adenylate cyclase systems in eukaryotic cells. Proc Nat’l Acad Sci USA 1974;71:3087-3090. 6. Cassel, D & Selinger, Z. Catecholamine-stimulated GTPase activity in turkey erythrocyte membranes. Biochim Biophys Acta 1976;452:538-551. 7. Cassel, D & Selinger, Z. Mechanism of adenylate cyclase acti- vation by cholera toxin: Inhibition of GTP hydrolysis at the regulatory site. Proc Nat’l Acad Sci USA 1977;74:3307-3311. 8. Northup, J, et al. Purification of the regulatory component of adenylate cyclase. Proc Nat’l Acad Sci USA 1980;77:6516- 6520. 9. Smigel, MD, Northup, JK, & Gilman, AG. Characteristics of the guanine nucleotide-binding regulatory component of aden- ylate cyclase. Recent Prog Horm Res 1982;38:601-624. 10. Northup, JK, et al. The subunits of the stimulatory regulatory component of adenylate cyclase. J Biol Chem 1983;258:11369- 11376. GTP, μM 0 5 10 0 50 100 150 200 250 300 0 1 2 20 350 0 0.5 1.0 A de ni la to c ic la sa , pm ol c A M P /m g pr ot eí na p or m in C at ec ol am in a es tim ul ad a po r G T P as a, pm ol P l/m g pr ot eí na p or m in FIGURA 5 Efecto de la toxina del cólera en las actividades de la GTPasa estimulada por catecolamina (izquierda) y de la adenilil cicla- sa (derecha) en varias concentraciones de GTP. Las membranas pre- tratadas en ausencia (círculos vacíos) o presencia (círculos cerrados) de toxina se analizaron en cuanto a las actividades de la GTPasa y de la adenilil ciclasa en las concentraciones de GTP indicadas. En presencia de la toxina, la actividad más baja de la GTPasa (izquierda) conduce a un nivel elevado de la actividad de la adenilil ciclasa (derecha). Fuente: Tomada de D Cassel y Z Selinger. Proc Nat’l Acad Sci USA 1977;74:3309. TABLA 2 Purificación del componente regulador de la adenilil ciclasa del hígado de conejo* Paso Proteína (mg) Total unida- des (nmol/ min) Recupe- ración (%) Actividad especí- fica (nmol/ min mg) Extracto de quelato de membra- nas 2 020 4 380 100 2.2 DEAE- Sefacel 114 2930 67 26 Ultrogel AcA 34 9.8 1820 42 190 Heptilamina- Sefarosa 0.70 740 17 1 060 Hidroxi- apatita 0.03 350 8.0 1 200 GTP- Sefarosa 0.18 290 6.6 1 600 DEAE- Sefacel 0.039 150 3.5 3 800 * Se extrajeron y purificaron membranas plasmáticas de hígado de conejo (8.6 g de proteína). La actividad se midió mediante la reconsti- tución de la actividad de la adenilil ciclasa activada por fluoruro. La actividad específica se define como la cantidad de actividad reconsti- tuida por cantidad de proteína añadida a la reconstitución. Las recu- peraciones son acumulativas a través de la preparación. Fuente: JK Northup, et al. Proc Natl Acad Sci USA 1980;77:6518. C APÍTU LO 15 • Señalización celular y transducción de señal: com unicación entre células 594 15.5 PERSPECTIVA HUMANA Trastornos asociados con receptores acoplados a proteína G Los GPCR representan la familia más grande de genes codifica- dos por el genoma humano. Su importancia en la biología huma- na se refleja en el hecho de que más de un tercio de todos los medicamentos recetados actúan como ligandos que se unen a esta gran superfamilia de receptores. Se han rastreado una serie de trastornos hereditarios a defectos tanto en GPCR (FIGURA 1) como en las proteínas G heterotriméricas (tabla 1). La retinitis pig- mentosa (RP, retinitis pigmentosa) es una enfermedad hereditaria caracterizada por la degeneración progresiva de la retina y la po- sible ceguera. La RP puede ser causada por mutaciones en los genes que codifican la rodopsina, el pigmento visual de los basto- nes. Muchas de estas mutaciones conducen a la terminación pre- matura o al plegamiento incorrecto de la proteína rodopsina y su eliminación de la célula antes de alcanzar la membrana plasmá- tica (sección 8.7). Otras mutaciones pueden conducir a la síntesis de una molécula de rodopsina que no puede activar su proteína G y que no puede pasar la señal corriente abajo al efector. La RP resulta de una mutación que conduce a una pérdida de función del receptor codificado. Muchas mutaciones que alte- ran la estructura de las proteínas de señalización pueden tener un efecto opuesto, lo que se describe como una “ganancia de función”. En uno de estos casos, se ha encontrado que las muta- ciones causan un tipo de tumor tiroideo benigno, llamado adeno- ma. A diferencia de las células tiroideas normales que secretan hormona tiroidea en respuesta a la estimulación de la hormona pituitaria TSH, las células de estos adenomas tiroideos secre- tan grandes cantidades de hormona tiroidea sin tener que ser estimuladas por TSH (se dice que el receptor actúa de manera constitutiva). El receptor de TSH en estas células contiene una sustitución de aminoácidos que afecta a la estructura del tercer asa intracelular de la proteína (FIGURA 1, mutaciones en los sitios 5 o 6). Como resultado de la mutación, el receptor de TSH activa constitutivamente una proteína G en su superficie interna, en- viando una señal continua a través de la vía que conduce no sólo a la secreción de la hormona tiroides excesiva, sino también a la proliferación celular excesiva que causa el tumor. Esta conclusión se verificó introduciendo el gen mutante en células cultivadas que normalmente carecen de este receptor y demostrando que la síntesis de la proteína mutante y su incorporación a la mem- brana plasmática conduce a la continua producción de cAMP en las células genéticamente modificadas. La mutación que causa los adenomas tiroideos no se en- contró en la porción normal de la tiroides de un paciente sino sólo en el tejido tumoral, lo cual indicó que la mutación no era he- reditaria sino que surgió en una de las células de la tiroides, que luego proliferaron para dar lugar al tumor. Una mutación en una célula del cuerpo, como una célula tiroidea, se llama mutación somática para distinguirla de una mutación heredada que estaría presente en todas las células del individuo. Como será evidente en el siguiente capítulo, las mutaciones somáticas son una causa principal de cáncer en los seres humanos. Se ha demostrado que al menos un virus causante de cáncer codifica una proteína TABLA 1 Enfermedades de los seres humanos relacionadas con la vía de la proteína G Enfermedad Defecto en la proteína G* Osteodistrofia hereditaria de Albright y pseudohipoparati- roidismo Gsα Síndrome de McCune-Albright Gsα Tumores pituitarios, tiroideos (oncogén gsp) Gsα Tumores adrenocorticales, de ovario (oncogén gip) Giα Combinada pubertad precoz y pseudohipoparatiroidismo Gsα Enfermedad Defecto del receptor acoplado a proteína G Hipercalcemia hipocalciúrica fa- miliar Análogo humano del receptor BoPCAR1 Hiperparatiroidismo neonatal grave Análogo humano de receptor BoPCAR1 (homocigoto) Hipertiroidismo (adenomas tiroi- deos) Receptor de tirotropina Pubertad precoz masculina fami- liar Receptor de hormona luteini- zante Diabetes insípida nefrogénica unida a X Receptor de vasopresina V2 Retinitis pigmentosa Receptor de rodopsina Daltonismo, variaciones de sensi- bilidad espectral Receptor de opsina del cono Deficiencia familiar de glucocor- ticoides y deficiencia aislada de glucocorticoides Receptor de hormona adre- nocorticotropa (ACTH) Estatura baja, obesidad Receptor de ghrelina Obesidad grave de inicio tempra- no Receptor de melanocortina-4 (hetererocigoto) Disminución de la fertilidad Receptor de hormona folicu- loestimulante * Como se describe en el texto, una proteína G con una Gsα actúa para estimular al efector, mientras que una proteína G con una Giα inhibe al efector. Fuente: DE Clapham, reimpreso con permiso de Nature 1994;(371):109, co- pyright 1994. Nature por Nature Publishing Group. Reproducido con per- miso de Nature Publishing Group en el formatode reutilización en un li- bro/libro de texto a través de Copyright Clearance Center.Intracelular Extracelular NH2 COOH 2 4 7 6 5 8 1 3 FIGURA 1 Representación bidimensional de un receptor transmembra- na “compuesto” que muestra los sitios aproximados de un número de mutaciones responsables de causar enfermedades humanas. La ma- yoría de las mutaciones (números 1, 2, 5, 6, 7 y 8) resultan en estimula- ción constitutiva del efector, pero otros (3 y 4) resultan en el bloqueo de la capacidad del receptor de estimular al efector. Las mutaciones en los sitios 1 y 2 se encuentran en el receptor de la hormona estimulante de melanocitos (MSH, melanocyte-stimulating hormone); 3 en el receptor de la hormona adrenocorticotropa (ACTH, adrenocorticotrophic hormo- ne); 4 en el receptor de vasopresina; 5 y 6 en el receptor de la hormona estimulante de la tiroides (TSH, thyroid-stimulating hormone); 7 en el re- ceptor de la hormona luteinizante (LH, luteinizing hormone), y 8 en ro- dopsina, el pigmento sensible a la luz pigmento de la retina. 15.6 • Segundos m ensajeros 595 15.6 Segundos mensajeros AMP cíclico es un segundo mensajero capaz de difundirse a otras partes dentro de la célula. La síntesis de AMP cíclico sigue la unión de un primer mensajero —una hormona u otro ligando— a un receptor en la superficie externa de la célula. En la FIGURA 15-8 se muestra la difusión de AMP cíclico dentro del citoplasma de una neurona después de la estimulación por una molécula men- sajera extracelular. Mientras que el primer mensajero se une ex- clusivamente a una sola especie receptora, el segundo mensajero a menudo estimula una variedad de actividades celulares. Como resultado, los segundos mensajeros permiten que las células orga- nicen una respuesta coordinada a gran escala después de la esti- mulación por un único ligando extracelular. Otros segundos son Ca2+, fosfoinosítidos, inositol trifosfato, diacilglicerol, cGMP y óxido nítrico. El descubrimiento de AMP cíclico ¿Cómo la unión de una hormona a la membrana plasmática cam- bia la actividad de las enzimas citoplásmicas, como la glucógeno fosforilasa, una enzima implicada en el metabolismo del glucóge- no? La respuesta a esta pregunta fue proporcionada por estudios que comenzaron a mediados de la década de 1950 en los labora- torios de Earl Sutherland y sus colegas de la Universidad de Case Western Reserve. El objetivo de Sutherland era desarrollar un sistema in vitro para estudiar las respuestas fisiológicas a las hor- monas. Después de un esfuerzo considerable, fue capaz de acti- var glucógeno fosforilasa en una preparación de células rotas que habían sido incubadas con glucagón o epinefrina. Esta prepara- ción de célula-rota debió dividirse mediante centrifugación en una fracción particulada que constaba principalmente de mem- branas de células y una fracción sobrenadante. Aunque el glucó- que actúa como un GPCR constitutivamente activo. El virus es un tipo de virus del herpes que es responsable del sarcoma de Kaposi, que causa lesiones violáceas en la piel y es frecuente en pacientes con sida. El genoma del virus codifica un receptor constitutivamente activo para la interleucina-8, que estimula vías de señalización que controlan la proliferación celular. Como se observa en la tabla 1, las mutaciones en los genes que codifican las subunidades de proteínas G heterotriméricas también pueden conducir a trastornos hereditarios. Esto se ilus- tra en un informe sobre dos pacientes masculinos que padecen una rara combinación de trastornos endocrinos: pubertad precoz e hipoparatiroidismo. Ambos pacientes contenían una única sus- titución de aminoácidos en una de las isoformas G. La alteración en la secuencia de aminoácidos causó dos efectos en la proteína G mutante. A temperaturas por debajo de la temperatura normal del cuerpo, la proteína G mutante se mantuvo en estado activo, aun en ausencia de un ligando unido. Por el contrario, a tempera- turas normales del cuerpo, la proteína G mutante estaba inactiva, ambas en presencia y ausencia de ligando unido. Los testículos, que son alojados fuera del núcleo del cuerpo, tienen una tempe- ratura más baja que los órganos viscerales del cuerpo (33 ºC vs. 37 ºC). Normalmente, las células endocrinas de los testículos ini- cian la producción de testosterona en el momento de la pubertad en respuesta a la hormona pituitaria LH, que comienza a produ- cirse en ese momento. La LH circulante se une a los receptores LH en la superficie de las células testiculares, induciendo la sín- tesis de cAMP y la producción posterior de la hormona del sexo masculino. Las células testiculares de los pacientes que portan la mutación de la proteína G se estimularon para sintetizar cAMP en ausencia del ligando LH, conduciendo a la síntesis de testos- terona y la pubertad precoz. En contraste, la mutación en esta misma subunidad Gα en las células de las glándulas paratiroides, que funcionan a una temperatura de 37 ºC, causó que la proteína G permaneciera inactiva. Como resultado, las células de la glándula paratiroides no pudieron responder a los estímulos que normalmente provocarían la secreción de hormona paratiroides, lo que condujo a la enfermedad de hipoparatiroidismo. El hecho de que la mayoría de los órganos corporales funcionaran de manera normal en estos pacientes sugiere que esta isoforma Gα particular no es esencial en las actividades de la mayoría de las otras células. Se considera que las mutaciones son cambios raros e incapacitantes en la secuencia de nucleótidos de un gen. Los polimorfismos genéticos, en cambio, se consideran variaciones comunes y “normales” dentro de la población (sección 10.15). Sin embargo, ha quedado claro en los últimos años que los polimorfismos genéticos pueden tener un impacto considerable en la enfermedad de los seres humanos, haciendo que ciertos individuos sean más o menos susceptibles a trastornos particulares que otros individuos. Esto ha sido bien documentado en el caso de GPCR. Por ejemplo, ciertos alelos del gen que codifican el receptor adrenérgico β2 se han asociado con mayor probabilidad de desarrollar asma o hipertensión; ciertos alelos de un recep- tor de dopamina están asociados con un mayor riesgo de abuso de sustancias o esquizofrenia, y ciertos alelos de un receptor de quimiocinas (CCR5, chemokine receptor) se asocian con una supervivencia prolongada en individuos infectados por VIH. Como se discutió en el capítulo 10, la identificación de asociaciones entre la susceptibilidad a enfermedades y polimorfismos genéticos es un interés actual de la investigación clínica. FIGURA 15-8 La formación localizada de cAMP en una célula viva en respuesta a la adición de una molécula mensajera extracelular. Esta serie de fo- tografías muestra una célula nerviosa sensorial de la liebre marina Aplysia. La concentración de cAMP libre se indica por color: azul representa una baja concentración de cAMP, amarillo una concentración intermedia, y rojo una concentración alta. La imagen de la izquierda muestra el nivel de cAMP intra- celular en la neurona no estimulada, y las tres imágenes siguientes muestran los efectos de la estimulación por el neurotransmisor serotonina (5-hidroxi- triptamina) en los momentos indicados. Se debe notar que los niveles de cAMP caen en 109 s a pesar de la presencia continua del neurotransmisor. (El ni- vel de cAMP se determinó indirectamente en este experimento mediante microinyección de una proteína cinasa dependiente de cAMP, marcada con fluoresceína y rodamina en diferentes subunidades. La transferencia de energía entre las subunidades (véase p. 697) proporciona una medida de la con- centración de cAMP.) Fuente: Tomada de Brian J Bacskai, et al. Science 1993;260:223. Reproducido con permiso de AAAS. 120 μm Antes de 5-HT 19 s después 50 μm 5-HT 109 s después de 5-HT 10 min después de 5-HT C APÍTU LO 15 • Señalización celular y transducción de señal: com unicación
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