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1365© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos ABORDAJE DEL PACIENTE CON ENFERMEDAD ARTERIAL PERIFÉRICA, 1365 Calidad de las pruebas de evaluación de los tratamientos endovasculares, 1366 TECNOLOGÍAS ENDOVASCULARES, 1366 Angioplastia con balón, 1366 Endoprótesis metálicas, 1366 Endoprótesis periféricas liberadoras de fármacos, 1367 Endoprótesis cubiertas, 1367 Balones recubiertos de fármacos, 1367 Trombólisis y trombectomía, 1368 PLANIFICACIÓN DE LA INTERVENCIÓN, 1369 Diagnóstico vascular por imagen, 1369 Acceso vascular, 1370 TRATAMIENTO ENDOVASCULAR DE LA ENFERMEDAD ARTERIAL, 1371 Enfermedad arterial periférica de las extremidades inferiores, 1371 Enfermedad de las arterias cervicales, 1376 Enfermedad de las arterias mesentérica y renal, 1378 TRATAMIENTO ENDOVASCULAR DE LA ENFERMEDAD VENOSA, 1380 Trombosis venosa profunda de las extremidades, 1380 Síndrome de la vena cava superior, 1380 PERSPECTIVAS FUTURAS, 1381 BIBLIOGRAFÍA, 1381 66 Tratamiento de la enfermedad vascular obstructiva no coronaria SCOTT KINLAY Y DEEPAK L. BHATT Enfermedad vascular periférica es un término general que comprende procesos patológicos que afectan a arterias, venas y linfáticos (v. capítulo 64). Este capítulo se centra en el tratamiento endovascular con catéter de las arterias de tamaño medio y grande afectadas de manera predominante por ateroesclerosis, y también de la obstrucción de una vena grande secundaria a enfermedad crónica. Aunque el término enfermedad arterial periférica (EAP) se refiere a enfermedad arterial de las extremidades inferiores, a veces se usa para describir la enfermedad en las arterias medianas y grandes de las extremidades superiores, arterias del cuello y aortomesentéricas. La incidencia y la prevalencia de EAP aumentan con la edad y con otros factores de riesgo de ateroes- clerosis. Por tanto, es probable que estas dos fuerzas demográficas aumenten de forma global la EAP (v. capítulo 1). La concienciación sobre la EAP, la influencia de la EAP en el riesgo cardiovascular (CV) y en la calidad de vida, y el desarrollo rápido de técnicas de revascularización percutáneas continúan acelerando el número de técnicas endovasculares para la EAP. El uso apropiado de esta tecnología cara requiere un conocimiento claro de los objetivos de los tratamientos farmacológicos y de revascularización. ABORDAJE DEL PACIENTE CON ENFERMEDAD ARTERIAL PERIFÉRICA La EAP crónica puede estar asintomática o producir claudicación, isquemia crítica de la extremidad o infarto embólico de un órgano distal (p. ej., accidente cerebrovascular [ACV]). La enfermedad asintomática es frecuente. En las extremidades inferiores, la enfer- medad está asintomática al menos en la mitad y hasta en el 80% de los pacientes con resultados anómalos en las pruebas funcionales indicativos de enfermedad arterial obstructiva (p. ej., índice tobillo- brazo [ITB] anómalo). Incluso la enfermedad asintomática indica riesgo CV elevado.1-5 Estas consideraciones justifican una modificación intensiva de los factores de riesgo de ateroesclerosis como un objetivo importante del tratamiento para disminuir el riesgo de infarto de miocardio (IM) y de ACV, que son las causas más frecuentes de muerte en pacientes con EAP.1,4-8 El término claudicación se refiere clásicamente a malestar o dolor en la pierna relacionado con el ejercicio que mejora en reposo, pero también describe el malestar en las extremidades superiores causado por isquemia relacionada con esfuerzo. La claudicación afecta a la función (capacidad de andar o de usar una extremidad) y la calidad de vida. Por tanto, el tratamiento de la claudicación va encaminado a mejorar la función y a disminuir el malestar al máximo nivel de actividad deseado por un paciente. Las dos intervenciones más importantes en el estilo de vida para la claudicación son dejar de fumar y caminar. Juntas, estas intervenciones disminuyen los mecanismos responsables del avance de la enfermedad y cambian de manera favorable el estado biológico, como la función vasodilatadora, metabolismo muscular y angiogenia.1,5,6,8 Es importante informar a los pacientes de que el dolor o el malestar asociado a la claudicación no son perjudiciales, y que, cuando el malestar desaparece en reposo, deben reiniciar su actividad para mejorar la resistencia. Las técnicas de revascularización intentan mejorar el flujo sanguíneo arterial en arterias de tamaño mediano y grande obstruidas cuando fracasan los tratamientos no invasivos. Las intervenciones con catéter, si están indicadas, deben combinarse con modificaciones del estilo de vida y con tratamiento farmacológico.9 La isquemia crítica de la extremidad (ICE) se refiere a la EAP con dolor isquémico en reposo o pérdida de tejido (p. ej., úlcera o gan- grena).1,4,5,10 Este estado es una urgencia clínica debido al riesgo a muy corto plazo de compromiso de la extremidad con necesidad de amputación. La amputación mayor de las extremidades inferiores se refiere a la amputación en o proximal al tobillo, y hace necesario el uso de una prótesis para andar.10 La amputación es deformante y en niveles más altos tiene más influencia en la independencia funcional del paciente. Por el contrario, las amputaciones menores (p. ej., dedos o transmetatarsianas) tienen, por lo general, poca influencia en la capacidad de andar del paciente. Las terapias con catéter para la ICE se usan para mejorar el flujo sanguíneo y cicatrizar el tejido isquémico, conservar la extremidad (evitar una amputación mayor) o permitir un nivel de amputación más distal, que puede tener menos repercusión en la capacidad de andar del paciente. La enfermedad arterial carotídea cervical, vertebral y subclavia, aunque suele ser asintomática, puede causar una embolia de arteria a arteria con un accidente isquémico transitorio (AIT) o un ACV. El riesgo de ACV grave es alto poco después de un episodio, pero más bajo varios meses después de un episodio o si la enfermedad es asintomática.11 La enfermedad arterial mesentérica y renal altera la función de los órganos. La isquemia intestinal crónica causa malestar abdominal posprandial y rechazo de la comida, que conduce a pérdida de peso, pero puede avanzar a un infarto mesentérico patente con una tasa de mortalidad alta.12 La estenosis de la arteria renal puede desencadenar crisis hipertensivas asociadas a edema pulmonar, hipertensión resistente al tratamiento y deterioro rápido de la función renal.13 La enfermedad sintomática que pone en riesgo un órgano distal (p. ej., ICE, AIT, angina mesentérica) justifica un método más enérgico, porque estas manifestaciones implican el máximo riesgo de pérdida funcional y de muerte sin tratamiento. La EAP asociada a cuadros clínicos menos peligrosos (p. ej., claudicación) puede permitir un método menos enérgico con más tiempo para evaluar la respuesta a las modificaciones del estilo de vida y a los tratamientos médicos (fig. 66-1). Pocas veces está justificada una revascularización quirúrgica Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1366 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s at Er o Es cl Er ó ti ca s VII o con catéter de la EAP en la extremidad superior o inferior, enfermedad mesentérica o enfermedad arterial subclavia o vertebral. La utilidad de revascularizar la enfermedad carotídea extracraneal asintomática, aparte del tratamiento farmacológico, es dudosa, aunque directrices recientes avalan estas intervenciones en pacientes con riesgo más alto de ACV y riesgo bajo de acontecimientos adversos periintervención.11 Calidad de las pruebas de evaluación de los tratamientos endovasculares A diferencia de la enfermedad coronaria,pocos estudios comparativos de calidad óptima han evaluado el tratamiento endovascular de la EAP y de la enfermedad venosa. Muchos estudios solo tienen un grupo, y la mayor parte se centra en la permeabilidad (ausencia de reestenosis) y en la revascularización repetida durante un período de tiempo relativamente corto. Aunque estos criterios de valoración proporcionan información sobre los mecanismos que probablemente mejoran los síntomas, la función, la calidad de vida y la conservación de los tejidos, no aportan una orientación directa sobre los síntomas y la función en pacientes con claudicación o con ICE. Los médicos especialistas en técnicas intervencionistas deben ser conscientes de las limitaciones en muchos estudios y deben realizar más estudios para evaluar criterios de valoración orientados al paciente y resultados CV determinados.14-16 TECNOLOGÍAS ENDOVASCULARES Angioplastia con balón La angioplastia con balón sigue siendo la pieza clave de la intervención endovascular para la EAP y la enfermedad venosa17,18 (fig. 66-2). La angioplastia remodela la arteria mediante expansión y moldea la placa ateroesclerótica para ampliar la luz del vaso. Esta técnica provoca, habitualmente, una disección de la placa que puede empeorar o no el flujo sanguíneo. La angioplastia es limitada a corto plazo por la retracción aguda de la arteria y por disecciones que disminuyen el flujo, que pueden causar un cierre brusco de la arteria. A medio plazo, la hiperplasia excesiva de la íntima y el remodelado desfavorable de la arteria pueden conducir a una reestenosis sintomática. A pesar de estas limitaciones, la angioplastia con balón puede conseguir resultados duraderos, sobre todo en lesiones cortas, y la probabilidad de obstrucción de las ramas laterales relacionadas con la lesión es más baja que con la colocación de endoprótesis. La mayoría de los especialistas mantienen inflado el balón bastante tiempo (al menos 1 min o más). Existen plataformas sobre la guía y de intercambio rápido, además de longitudes del cuerpo corta y larga para las lesiones próximas o más alejadas del punto de acceso. Endoprótesis metálicas Las endoprótesis metálicas (EPMNR) son de dos tipos: expansibles por balón (fig. 66-3) y autoexpansibles17,18 (fig. 66-4). La colocación de una endoprótesis precisa tratamiento con ácido acetilsalicílico y un antagonista del receptor de la adenosina (p. ej., clopidogrel), aunque la información sobre el tratamiento antiagregante doble (TAAD) procede, en gran medida, de la extrapolación de los estudios sobre endoprótesis coronarias. Las endoprótesis expansibles por balón tienen más resistencia radial y menos probabilidad de desplazamiento durante el despliegue, importante para la colocación ostial. Estas endoprótesis pueden quedar aplastadas por compresión externa, y por esta razón no se utilizan fuera del torso. En ocasiones se usan para tratar la enfermedad tibial, pero solo para ICE, en la que la permeabilidad a largo plazo puede ser menos preocupante después de lograr la cicatrización del tejido. Las primeras endoprótesis autoexpansibles eran de acero inoxidable, pero, en la actualidad, se usan con más frecuencia las de nitinol.17 Las endoprótesis de nitinol reexpanden después de la compresión y por dicha razón se utilizan fuera del torso, donde hay más probabilidad de compresión. También pueden utilizarse en arterias tortuosas en las que probablemente se adaptan mejor que las endoprótesis expansibles por balón. Sin embargo, su menor resistencia radial aumenta el riesgo de retracción. Los diseños más recientes de endoprótesis autoexpansibles son más duraderos y tienen menos probabilidad de fractura.17,18 Las endoprótesis de nitinol no pueden sobredilatarse si la endoprótesis tiene un tamaño pequeño para la arteria, lo que puede provocar una yuxtaposición anómala o incluso una embolia de la endoprótesis. FIGURA 66-1 Abordaje del paciente con enfermedad arterial periférica. Este método está basado en la evaluación del riesgo de acontecimientos adversos con y sin tratamiento, teniendo en cuenta los riesgos de la intervención o de la operación y la decisión fundada del paciente para realizar una revascularización. ACV, accidente cerebrovascular; AIT, accidente isquémico transitorio; ARM, arteriografía por resonancia magnética; ATC, arteriografía por tomografía computarizada; CV, cardiovascular; ICE, isquemia crítica de la extremidad; LDL, lipoproteínas de baja densidad. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1367 Tratam ien to d e la en ferm ed ad vascu lar o b stru ctiva n o co ro n aria 66 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Endoprótesis periféricas liberadoras de fármacos Los primeros intentos para añadir un recubrimiento a las endoprótesis autoexpansibles periféricas estaban asociados a menos reestenosis a corto plazo, pero resultaron insatisfactorios a largo plazo, en parte porque las plataformas de la endoprótesis eran más propensas a la fractura. Las endoprótesis más duraderas17-19 y las farmacoactivas con everolimús20 o paclitaxel21 tienen unas tasas más bajas de reestenosis. El seguimiento a 5 años del estudio Zilver PTX demostró ventajas prolongadas con las endoprótesis liberadoras de fármacos (EPLF) autoexpansibles comparadas con la angioplastia con balón y EPMNR en ausencia de síntomas clínicos de isquemia (80 frente al 59%) y en la repetición de la revascularización (66 frente al 43%) en arterias femorales-poplíteas.22 No está clara la duración de la TAAD necesaria con estas endoprótesis, pero estudios aleatorizados recientes han empleado el tratamiento con un antagonista del receptor de adenosina por lo general durante 2-6 meses.20,21 Endoprótesis cubiertas Las endoprótesis cubiertas o la interposición de un polímero como politetrafluoroetileno (PTFE) han demostrado gran utilidad para tratar perforaciones relacionadas con el tratamiento endovascular o con la exclusión de aneurismas (fig. 66-5). Los resultados de estudios aleatorizados son dispares; algunos estudios no muestran ventajas respecto a las EPMNR,23 y otros indican una tasa más baja de reestenosis a los 12 meses cuando está afectada la arteria femoral o la ilíaca.24,25 En una serie, las endoprótesis cubiertas que cruzan la articulación de la rodilla estaban asociadas a unas tasas más altas de oclusión y de amputación mayor que las desplegadas por encima de la rodilla (34 frente al 10%).26 Las desventajas de las endoprótesis cubiertas son la oclusión accidental21 de ramificaciones vasculares importantes, la preocupación por el riesgo de trombosis tardía de la endoprótesis y sobre si simplemente retrasa la reestenosis en vez de prevenirla. Balones recubiertos de fármacos Los balones recubiertos de fármacos para evitar la reestenosis (balones farmacoactivos) son un avance interesante. Esta tecnología utiliza un sistema sin relación con la endoprótesis para administrar fármacos como el paclitaxel en la pared arterial después de una técnica de angioplastia ordinaria. Comparados con la angioplastia con balón simple, los balones farmacoactivos disminuyen la tasa de reestenosis y de revascularización repetida en las arterias femorales-poplíteas.27-30 Los FIGURA 66-2 Tratamiento de una estenosis en el segmento central de la arteria femoral superficial (A), solo mediante angioplastia con balón (B), con un resultado final excelente (C). FIGURA 66-3 Tratamiento de una estenosis ilíaca primitiva izquierda con endoprótesis expansible por balón desde la arteria femoral derecha heterolateral. A. Estenosis en serie en la arteria ilíaca primitiva izquierda (flecha). B. Despliegue de endoprótesisexpansible por balón. C. Arteriografía final. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1368 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s at Er o Es cl Er ó ti ca s VII la angioplastia con balón simple, un estudio aleatorizado mostró un riesgo más bajo de revascularización repetida, pero sin ningún efecto en la amputación mayor ni en la mortalidad.33 El otro único estudio aleatorizado, el estudio IN.PACT DEEP, no halló diferencias en la rees- tenosis y mostró una tendencia al aumento del riesgo de amputación, lo que llevó al patrocinador a retirar del mercado dicho balón farmacoactivo.34 Las diferencias en las técnicas farmacoactivas y en los fármacos liberados pueden explicar los resultados mediocres de los balones farmacoactivos por debajo de la rodilla, y es necesario ampliar la evaluación de su utilidad.18 Trombólisis y trombectomía La trombólisis dirigida por catéter es un tratamiento complementario importante de la trombosis arterial, trombosis de endoprótesis y enferme- dad venosa trombótica oclusiva. La trombólisis puede estar indicada en la trombosis aguda con una extremidad en riesgo, pero viable, pero una extremidad con riesgo inmediato (p. ej., con déficits sensitivo o motor incipiente) se trata con más frecuencia mediante revascularización qui- rúrgica,35 que consigue una reperfusión más rápida, y permite desbridar el tejido desvitalizado y descomprimir los síndromes compartimentales. Gran parte de la experiencia con la trombólisis dirigida por catéter procede de su uso en isquemia aguda de la extremidad (IAE), trombosis venosa o embolia pulmonar. Es útil como tratamiento complementario de las manifestaciones subagudas, como la trombosis de una endoprótesis periférica. Los resultados a largo plazo suelen ser mejores si la trombólisis pone de manifiesto una estenosis anatómica que probablemente causa la trombosis y es tratable, por ejemplo, mediante angioplastia repetida. balones farmacoactivos se asocian también a un riesgo más bajo de rees- tenosis que la angioplastia con balón simple para tratar la reestenosis intraendoprótesis.31 El seguimiento tardío de dos estudios aleatorizados a 2 y 5 años muestra una ventaja prolongada en la permeabilidad y en la repetición de la revascularización con angioplastia con balón farmacoactivo comparado con balón simple en las arterias femorales- poplíteas, sin problemas de seguridad como aneurisma o estenosis tardía.30,32 La duración de la TAAD con balones farmacoactivos en las arterias femorales-poplíteas es dudosa, pero varía entre 1 y 6 meses en la mayoría de los estudios aleatorizados. El efecto de los balones farmacoactivos en la angioplastia por debajo de la rodilla, principalmente por ICE, es más dudoso. Comparados con FIGURA 66-5 Tratamiento de una perforación de la arteria ilíaca externa con una endoprótesis cubierta. A. Perforación después de una aterectomía direccional con aumento en el recuadro inferior derecho (flecha). B. Despliegue de una endoprótesis cubierta expansible por balón. C. Arteriografía final con la perforación sellada. FIGURA 66-4 Tratamiento de una oclusión de la porción distal de la arteria femoral con una endoprótesis de nitinol autoexpansible. A. La guía se aproxima al segmento ocluido. B-D. Se retira un poco el catéter aplicador para soltar la endoprótesis autoexpansible. E. Arteriografía final. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1369 Tratam ien to d e la en ferm ed ad vascu lar o b stru ctiva n o co ro n aria 66 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . fruncimiento y aumento del riesgo de fractura). En estas circunstancias, la aterectomía puede mejorar la distensibilidad de una arteria para permitir una expansión adecuada mediante angioplastia con balón sin disección con disminución del flujo. Los balones farmacoactivos han renovado el interés por esta técnica, porque pueden disminuir la contribución a la reestenosis de una hiperplasia íntima excesiva. Es necesaria una evaluación formal de esta técnica mediante estudios clínicos. Los dispositivos de aterectomía rotacional coronaria (Rotablator) suelen ser demasiado pequeños para las arterias periféricas más grandes, y no se sabe con certeza cómo afecta a la circulación distal la ablación de un volumen grande de la placa de una lesión periférica larga (fig. 66-6). Los dispositivos de aterectomía rotacional periférica más utilizados son Jetstream, con un perfil de corte de 2, 3,1 y 3,5 mm (fig. 66-7), y Diamondback, que utiliza una posición excéntrica para conseguir un arco de corte más amplio.17,18 Uno de los dispositivos de aterectomía direccional más utilizado es Silverhawk17,18 (fig. 66-8). Todos los dis- positivos periféricos tienen tendencia a producir una embolia de la placa en los vasos más pequeños. Los dispositivos de protección antiembólica distal puede prevenir esta complicación. La crioplastia consiste en usar una tecnología patentada de balón y de inflado para inflar el balón con óxido nitroso, que se expande a –10 °C (fig. 66-9). Un estudio preliminar mostró tasas más bajas de reestenosis en las arterias femorales al usar endoprótesis de nitinol que al realizar una angioplastia con balón,41 pero los resultados a largo plazo son inciertos y son necesarios estudios más grandes. PLANIFICACIÓN DE LA INTERVENCIÓN Diagnóstico vascular por imagen El diagnóstico vascular por imagen es el primer paso de la planificación de una intervención endovascular4,5,10,18 (fig. 66-10). Hasta hace pocos años se utilizaba la arteriografía invasiva para determinar la extensión y el grado de enfermedad obstructiva. La arteriografía clásica puede usar un número de imágenes por segundo menor que las necesarias para coronariografía, porque la mayoría de las arterias periféricas son relati- vamente estáticas. Las imágenes de arteriografía de sustracción digital (ASD) eliminan el hueso y las partes blandas de la imagen, dejando la imagen realzada por contraste de la arteria para mayor claridad, siempre que la extremidad permanezca fija durante la adquisición. Las técnicas de diagnóstico por imagen no invasivas se usan para planificar la vía de acceso vascular y determinar el instrumental probablemente necesario para la técnica.10,18,42 Se utiliza la resonancia magnética (RM) con gadolinio o con otros medios de contraste o secuencias de tiempo de vuelo que están basadas en el flujo sanguíneo laminar y tienen la ventaja de que no es necesario utilizar medio de contraste, que con escasa frecuencia puede tener efectos adversos graves en pacientes con insuficiencia renal (p. ej., fibrosis esclerosante nefrógena). Sin embargo, las secuencias de tiempo de vuelo pueden sobrestimar la gravedad de la enfermedad en regiones de flujo alterado cerca de una placa obstructiva o no obstructiva. La arteriografía por tomografía computarizada (ATC) con medio de contraste yodado obtiene imágenes con más rapidez, pero una calcificación abundante puede ocultar las estenosis y dificulta la interpretación de la lesión. Los medios de contraste yodados pueden causar reacciones, o deteriorar la función renal. La RM no puede utilizarse en pacientes con materiales metálicos en su interior (p. ej., la mayoría de los marcapasos, metralla). Muchas endoprótesis contem- poráneas son compatibles con la RM, pero producen un vacío de flujo que no permiteinterpretar la enfermedad obs- tructiva. La tomografía computarizada (TC) de alta resolución con contraste ofrece ventajas para evaluar la permea- La trombólisis dirigida por catéter es más efectiva que la trombólisis intravenosa solo si se introduce un catéter de infusión (con varios orificios para infusión) en el vaso trombosado. También es menos efectiva si se realiza más de 14 días después de la trombosis.5,18 Por lo general, la infusión se mantiene durante 12-24 h porque el tratamiento durante 48 h se asocia a disminución del fibrinógeno circulante y a un riesgo más alto de hemorragia grave.36 La trombólisis dirigida por catéter con o sin angioplastia o colocación de endoprótesis disminuye también la incidencia de síndrome postrombótico en pacientes con trombosis venosa profunda proximal (ilíaca),35,37 y se usa como tratamiento complementario de la embolia pulmonar masiva38,39 (v. capítulo 84). Cualquier pauta de trombólisis aumenta el riesgo de hemorragia grave o mortal. Las contraindicaciones absolutas para trombólisis38 son: 1) episodio cerebrovascular en los últimos 2 meses; 2) hemorragia activa; 3) hemorragia digestiva en los 10 días previos, y 4) intervención neuroquirúrgica (intracraneal o intravertebral) o traumatismo en los 3 meses anteriores. Las contraindicaciones relativas son: 1) reanimación cardiopulmonar en los 10 días previos; 2) tratamiento quirúrgico o traumatismo no vascular en los últimos 10 días; 3) hipertensión resistente al tratamiento (presión arterial sistólica mantenida > 180 mmHg o presión arterial diastólica > 110 mmHg); 4) punción de un vaso no comprimible; 5) tumor intracraneal, y 6) tratamiento quirúrgico ocular reciente. La trombectomía mediante aspiración con catéter se realiza con un puerto de intercambio rápido para dirigir el catéter al trombo y un puerto de aspiración grande para aspirar el catéter con una jeringa grande. Estos catéteres pueden aspirar trombos más pequeños, pero, por lo general, son inadecuados para un trombo muy voluminoso (p. ej., trombosis de endoprótesis femoral larga). La trombectomía mecánica emplea distintos dispositivos, entre los que pueden estar los fármacos trombolíticos para ayudar a romper el trombo antes de la extracción mediante un catéter de aspiración o catéteres con efecto Venturi.39 Aunque la trombectomía mecánica es un tratamiento más rápido que la trombólisis dirigida por catéter, la embolia puede ocluir el lecho arterial distal y causar infarto y pérdida de tejido, aunque la combinación con un dispositivo de protección embólica puede bajar este riesgo teóricamente. Aterectomía y otros tratamientos Los dispositivos de aterectomía, aunque conceptualmente interesantes, no han demostrado su superioridad frente a la angioplastia en comparaciones directas en la mayoría de los lechos arteriales.17,18 Una revisión Cochrane reciente de cuatro estudios comparando la aterectomía con los tratamien- tos consolidados de la EAP no encontró pruebas a favor de la aterectomía como alternativa a la angioplastia con balón.40 La aterectomía es una de las distintas técnicas disponibles, que resulta más útil en las arterias muy calcificadas para mejorar la expansión del balón y de la endoprótesis o en regiones en las que los vasos están sometidos a flexión o torsión repetitiva, como sobre las articulaciones, en las que se evitan las endoprótesis (por FIGURA 66-6 Oclusión de la arteria poplítea tratada mediante Rotablator y angioplastia con balón. A. Arteria ocluida. B. Rotaburr durante la ablación rotacional. C. Angioplastia con balón. D. Resultado final. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1370 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s at Er o Es cl Er ó ti ca s VII bilidad de una endoprótesis. Tanto la RM como la TC tienden a sobrestimar el grado de estenosis en comparación con la arteriografía invasiva clásica. La ecografía doble es muy útil para obtener imágenes de las arterias de las extremidades, de las arterias cervicales y de las venas. Sin embargo, esta técnica de imagen necesita mucho tiempo para explorar sistemas arteriales grandes, de ahí el uso más frecuente de la arteriografía por RM (ARM) o por ATC como técnicas no invasivas para planificar las intervenciones endovasculares. Acceso vascular El acceso vascular puede ser anterógrado o retrógrado (fig. 66-11).10 La arteria femoral común (AFC) contralateral es el acceso vascular más frecuente para la extremidad inferior. Un catéter entra en el lado del acceso sobre la bifurcación de la aorta y en las arterias ilíacas diana a través de una guía de apoyo. Se dirige un introductor hacia arriba y sobre la bifurcación aórtica y se orienta hacia la arteria ilíaca diana (fig. 66-12). Esta vía resulta cómoda para muchos médicos y permite acceder a la AFC en su posición más superficial. Además, permite comprimir la arteria contra la cabeza femoral para ayudar a la hemostasia manual después de retirar el introductor. El acceso femoral anterógrado emplea una incisión cutánea varios centímetros en sentido craneal respecto a la AFC y se inclina hacia la cabeza femoral (v. fig. 66-12). Esta vía de acceso aumenta la capacidad de empuje para oclusiones totales y está más cerca de las lesiones tibiales distales, pero es difícil en pacientes con sobrepeso, en los que la aguja debe atravesar un gran depósito de grasa subcutánea. En algunos pacientes, el acceso retrógrado desde la arteria poplítea o desde una arteria tibial puede ayudar a pasar una oclusión total que no es posible pasar con un acceso anterógrado10,18,43 (figs. 66-13 y 66-14). Las desventajas del acceso retrógrado son la posibilidad de lesionar la zona de acceso distal debido al menor tamaño arterial (arterias tibiales) y la mayor dificultad para lograr la hemostasia, porque la localización es más profunda (poplítea). Las técnicas que combinan un acceso anterógrado y retrógrado pueden ayudar a pasar oclusiones totales difíciles. Sin embargo, una técnica fallida desde un acceso retrógrado puede provocar una úlcera que no cicatriza y una ICE, y por esta razón habitualmente se utiliza como «último recurso». El acceso por la arteria humeral puede permitir alcanzar las arterias ilíacas, pero, por lo general, está demasiado alejado de la porción distal de las arterias femorales para la mayoría de los balones y de los dis- FIGURA 66-8 Oclusión de la porción proximal de la arteria femoral tratada mediante aterectomía direccional. A. Oclusión de la porción proximal de la arteria femoral derecha (flecha). B. Catéter de aterectomía direccional. C. Después de ocho pases de corte. D. Angioplastia con balón complementaria. E. Arteriografía final. F. Material ateromatoso extraído mediante el dispositivo de aterectomía. FIGURA 66-7 Estenosis en la arteria poplítea tratada mediante aterectomía rotacional Jetstream. A. Estenosis poplítea. B. Catéter Jetstream sobre un filtro protector antiembólico (flecha). C. Angioplastia con balón complementaria. D. Arteriografía final. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1371 Tratam ien to d e la en ferm ed ad vascu lar o b stru ctiva n o co ro n aria 66 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . positivos aplicadores de endoprótesis. Las lesiones en las extremidades superiores pueden alcanzarse mediante un introductor lanzadera desde un acceso femoral o mediante una técnicaretrógrada desde un acceso radial o humeral. El acceso por la arteria humeral o radial proporciona, a menudo, mejor apoyo para las arterias mesentéricas y renales, porque estas arterias presentan, por lo general, una angulación inferior. TRATAMIENTO ENDOVASCULAR DE LA ENFERMEDAD ARTERIAL Enfermedad arterial periférica de las extremidades inferiores La anamnesis y la exploración física permiten, normalmente, distinguir al paciente con EAP de otras causas de malestar en la extremidad inferior. Las pruebas fisiológicas como el ITB son sencillas y rápidas de realizar, pero las presiones segmentarias en la extremidad inferior pueden indicar la localización de la enfermedad obstructiva. La enfermedad infrainguinal debilita habitualmente los pulsos distales y deteriora el ITB en reposo. La presencia de síntomas típicos de EAP con un ITB normal en reposo debe hacer sospechar enfermedad ilíaca o aórtica, en cuyo caso el ITB de esfuerzo suele estar alterado (v. capítulo 64). En general, solo se utilizan técnicas de imagen más especializadas, como ARM, ATC o arteriografía invasiva, si se prevé realizar una revascularización. La RM o la TC pueden ayudar a identificar la localización, la extensión y el grado de EAP, y ayudan a determinar la probabilidad de éxito del tratamiento endovascular comparado con el quirúrgico, además de la vía de acceso y técnicas endovasculares complementarias. En general, el tratamiento de la enfermedad proximal tiene un efecto más duradero que el tratamiento de la enfermedad distal. Enfermedad aortoilíaca La enfermedad aortoilíaca se aborda desde la arteria femoral homolateral, arteria femoral heterolateral o arteria humeral. El abordaje femoral homolateral es más directo y se asocia a mayor capacidad de empuje a través de una oclusión. Muchos especialistas realizan con frecuencia un abordaje femoral heterolateral con un introductor pequeño, porque esto permite acceder de inmediato a la aorta o a la arteria ilíaca proximal para oclusión provisional con balón si se produce una perforación y una hemorragia rápida. Aunque la angioplastia con balón simple tiene un efecto muy duradero, en la actualidad son más apropiadas las endo- FIGURA 66-9 Crioplastia de una estenosis de la arteria poplítea. A. Estenosis de la arteria poplítea. B. Predilatación con balón de crioplastia. C. Inflado del balón de crioplastia. D. Arteriografía final con cierta estenosis residual por retracción adyacente a un segmento muy calcificado de la arteria poplítea (flecha). FIGURA 66-10 Comparación de una arteriografía por resonancia magnética (ARM) con una arteriografía de sustracción digital (ASD). A. Rotación lateral de una imagen de proyección en intensidad máxima (PIM) de la región distal de la aorta y de las arterias ilíacas. B. Rotación anteroposterior de una PIM en la que se ve una oclusión en la arteria ilíaca primitiva izquierda (flecha) y las colaterales de la arteria mesentérica inferior (AMI) hacia la arteria ilíaca externa. C. Imagen correspondiente de arteriografía clásica con ASD. AIED, arteria ilíaca externa derecha; AMS, arteria mesentérica superior. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1372 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s at Er o Es cl Er ó ti ca s VII prótesis expansibles por balón, porque sus efectos son más duraderos a largo plazo, sobre todo en lesiones largas.3-5 Las «endoprótesis en espejo» son una opción apropiada para la afectación de la aorta distal, pero, en muchos pacientes con enfermedad ilíaca, la colocación de endoprótesis en el origen de la arteria ilíaca obtiene una respuesta óptima y respeta el acceso contralateral si se necesitan intervenciones arteriales para la extremidad inferior en el futuro. Las endoprótesis expansibles con balón son más apropiadas en la mayoría de las lesiones que afectan los orificios de entrada debido a su mayor resistencia radial y precisión de colocación, pero las endoprótesis autoexpansibles pueden ser más apropiadas en las lesiones más tortuosas (fig. 66-15). Aunque las endoprótesis cubiertas evitan el prolapso de la placa, su valor añadido es dudoso y tienen la posible desventaja de ocluir la arteria ilíaca opuesta si se despliegan en una posición demasiado proximal o de ocluir la arteria ilíaca interna homolateral si el despliegue es demasiado distal. También pueden tener un riesgo más alto de trombosis. Las endoprótesis cubiertas son útiles para tratar aneurismas y pueden salvar la vida al paciente si se produce una rotura o una perforación de un vaso.17,18 Las oclusiones en la aorta distal se tratan quirúrgicamente, por lo general, aunque la angioplastia transluminal percutánea y la colocación de endoprótesis son opciones razonables en pacientes con un riesgo quirúrgico inaceptable e ICE. La arteria ilíaca externa sale de la pelvis y se une a la AFC justo por encima de la cabeza femoral. Esta inclinación a la salida de la pelvis es engañosa en la arteriografía y puede estar relacionada con el riesgo más alto de perforación o disección con tratamiento endovas- cular. Cuando la arteria sale de la pelvis, puede sufrir una compresión externa, propiciando la consideración de endoprótesis autoexpansibles. El éxito técnico de la angioplastia endovascular y de la colocación de endoprótesis, sobre todo en lesiones más cortas en la ilíaca primitiva, es muy bueno y duradero (permeabilidad > 80%) durante un período de 5 años, y es parecido al de la revascularización quirúrgica.3,4,17 Enfermedad de la arteria femoral-poplítea La ateroesclerosis obstructiva es más frecuente en la porción distal de la arteria femoral que en la porción proximal de la arteria femoral o en la arteria poplítea. Habitualmente, la arteria femoral profunda es el origen de una circulación colateral abundante para la extremidad inferior en pacientes con enfermedad de la porción distal de la arteria femoral. La AFC es más difícil de tratar, porque está sometida a más flexión y extensión al mover la cadera, y es probable que las complicaciones que FIGURA 66-11 Acceso arterial anterógrado y retrógrado para intervenciones en la extremidad inferior. (Tomado de Kinlay S. Management of critical limb ischemia. Circ Cardiovasc Interv 2016;9:e001946.) FIGURA 66-12 A-C. Acceso a una estenosis ilíaca izquierda desde la porción proximal de la arteria femoral derecha. A. Acceso a la arteria femoral derecha. La flecha indica el punto de acceso del introductor femoral. B. Se dirige un catéter Omniflush desde la arteria ilíaca derecha hasta el origen de la arteria ilíaca izquierda. C. Se usa una guía de soporte para dirigir el introductor a la arteria ilíaca primitiva izquierda para la intervención. D. Acceso anterógrado a la porción proximal de la arteria femoral con la punta del introductor dirigida a la arteria femoral superficial. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1373 Tratam ien to d e la en ferm ed ad vascu lar o b stru ctiva n o co ro n aria 66 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . ocluyen esta arteria provoquen un riesgo agudo para la extremidad como consecuencia de la obstrucción de la arteria femoral profunda y de la porción distal de la arteria femoral. Aunque la angioplastia con balón puede lograr un buen resultado en la enfermedad obstructiva de la AFC secundaria a ateroesclerosis o a complicaciones del acceso a la AFC para otras técnicas,la reparación quirúrgica mediante angioplastia con parche es el patrón de referencia para la mayoría de los pacientes con un riesgo quirúrgico aceptable. No deben usarse endoprótesis expansibles por balón en esta zona, debido a la compresión repetitiva por los movimientos de la cadera, y deben evitarse las endoprótesis autoexpansibles por problemas de duración y pérdida de un posible acceso vascular futuro. La arteria femoral profunda es más pequeña y tiene una pared más fina que la porción distal de la arteria femoral, y el riesgo de complicaciones y las pruebas del éxito a largo plazo mediante intervención con catéter son inciertas. La porción distal de la arteria femoral y la arteria poplítea están implicadas en la mayor parte de las intervenciones femorales percutá- neas, y las técnicas intervencionistas son parecidas en ambas arterias. La EAP afecta con frecuencia a estas arterias, que está sometidas a torsión y a estiramiento con los movimientos de la extremidad inferior. La arteria poplítea sufre más torsión y fruncimiento, y, por lo general, se evitan las endoprótesis en la región entre el polo proximal de la rótula y la lámina metafisaria tibial proximal con la rodilla en extensión (fig. 66-16). La colocación de una endoprótesis en esta región la somete a flexión, compresión y torsión extremas, y se asocia a fractura de la endoprótesis, reestenosis y escasa durabilidad. Por tanto, la colocación FIGURA 66-13 Acceso anterógrado y retrógrado a una estenosis de la arteria humeral. A. No es posible pasar la estenosis desde un acceso anterógrado con un introductor lanzadera dirigido a la arteria humeral desde un acceso femoral. B. Se ha logrado pasar la guía por vía retrógrada desde un acceso radial. La guía se ha colocado en el introduc- tor lanzadera. C. Angioplastia con balón anterógrada desde el introductor lanzadera. D. Arteriografía final con un resultado funcional excelente a largo plazo. FIGURA 66-14 Acceso anterógrado y retrógrado a una oclusión de la arteria poplítea distal a la rodilla y de la arteria tibial posterior. A. Segmento ocluido (flechas). B. Guía retrógrada desde el acceso a la arteria tibial posterior en el tobillo. C. Guías anterógrada y retrógrada pasando la oclusión. D. La guía anterógrada ha pasado cruzando la oclusión y ha llegado al segmento distal de la arteria tibial posterior. E. Después de la angioplastia con balón se colocó una endoprótesis corta en el segmento ocluido. F. Arteriografía final. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1374 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s at Er o Es cl Er ó ti ca s VII de endoprótesis en la región de la rodilla debe considerarse solo en pacientes con ICE y un resultado insatisfactorio de la angioplastia, y en los que tienen un riesgo quirúrgico inaceptable. Las tasas de éxito a corto plazo de las intervenciones con catéter se acercan al 90% en la actualidad, en parte gracias al uso de una amplia variedad de guías, catéteres de paso y catéteres de reentrada para las oclusiones totales. Las tasas de reestenosis son más altas que en la arteria ilíaca, y puede ser necesario repetir la intervención. Las intervenciones con catéter deben considerarse parte de un método de vigilancia a largo plazo para la enfermedad recurrente o nueva e intervenciones repetidas cuando sea necesario.44-46 La angioplastia con balón sola tiene una durabilidad parecida a la de la colocación de endoprótesis primaria en lesiones cortas (< 50-100 mm de longitud)3,8,17 y, en este contexto, la colocación de una endoprótesis provisional para una oclusión brusca, una disección con disminución del flujo o una expansión inadecuada (estenosis residual > 30-50%) es una opción aceptable. En las lesiones más largas (> 100 mm), la colocación de una endoprótesis de nitinol autoexpansible primaria consigue más durabilidad y capacidad de andar que la angioplastia con balón combinada con endoprótesis provisional3,8,17 (fig. 66-17; v. también fig. 66-4 y vídeos 66-1 a 66-10). Las endoprótesis autoexpansibles de nitinol farmacoactivas tienen menos reestenosis que la angioplastia con balón con o sin implante de endoprótesis provisional con EPMNR de nitinol.22 Nuevos estudios con endoprótesis de nitinol farmacoactivas FIGURA 66-15 Intervención aortoilíaca para una oclusión de la arteria ilíaca primitiva derecha y estenosis en serie en la arteria ilíaca izquierda. A. Arteriografía en fase inicial en la que se ve una oclusión de la arteria ilíaca primitiva derecha. B. Arteriografía en fase tardía en la que se ve la arteria ilíaca externa derecha permeable (flecha). C. Endoprótesis expansible por balón bilateral en espejo en ambas arterias ilíacas primitivas. D. Arteriografía combinada en la que se observa el resultado final. FIGURA 66-16 La arteria poplítea está sometida a torsión y fruncimiento al flexionar la rodilla. A. Proyección anterior de arteriografía poplítea con la rodilla extendida. B. Aumento de la tortuosidad de la arteria poplítea en proyección anteroposterior con la rodilla en flexión de 90°. Las flechas indican el borde distal de la endoprótesis autoexpansible en la porción distal de la arteria femoral. FIGURA 66-17 Arteriografías combinadas en las que se ve una oclusión larga de la porción distal de la arteria femoral derecha (flecha y línea discontinua en A). B. Se han desplegado tres endoprótesis autoexpansibles de nitinol en la porción distal de la arteria femoral para restablecer el flujo en dicha arteria. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1375 Tratam ien to d e la en ferm ed ad vascu lar o b stru ctiva n o co ro n aria 66 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . más largas y comparaciones con EPMNR ordinarias con o sin balones farmacoactivos determinarán su utilidad. La aterectomía (direccional, rotacional o láser), los balones de corte y la crioterapia tienen pocas ventajas a pesar de su utilidad teórica.3,5,18,40 No obstante, la aterectomía puede permitir un aumento de la expansión luminar con balones y endoprótesis en la enfermedad calcificada. La ate- rectomía produce émbolos en algunos pacientes, y muchos especialistas recomiendan usar dispositivos de protección antiembólica, pero sin datos procedentes de estudios aleatorizados controlados. No se han realizado comparaciones directas aleatorizadas entre técnicas complementarias y angioplastia con balón o colocación de endoprótesis en la arteria femoral, pero los datos disponibles y la extrapolación de la experiencia coronaria indican que su uso habitual no disminuye los riesgos de reestenosis a largo plazo. Los balones farmacoactivos tienen tasas de reestenosis más bajas que la angioplastia con balón27-29,31,47 y pueden lograr un resultado duradero con o sin aterectomía en regiones en las que deben evitarse las endoprótesis, como sobre las articulaciones. Los especialistas en intervencionismo deben aplicar sistemas de vigilancia de los pacientes para detectar enfermedad nueva o recurrente y tratar de manera intensiva los factores de riesgo de ateroesclerosis. La colaboración con especialistas quirúrgicos y en medicina vascular debe mejorar los resultados. Enfermedad tibial La arteria poplítea se divide en tres arterias tibiales: tibial anterior, que se continúa con la arteria dorsal del pie; tibial posterior, que forma la arcada pedia con la arteria tibial anterior;y arteria peronea, que, por lo general, termina justo proximal al tobillo, pero puede ser una colateral importante para el pie. En general, la claudicación es infrecuente incluso con la obstrucción de dos de las tres arterias tibiales. Las intervenciones con catéter tienen unas tasas de reestenosis altas, en parte debido al diámetro pequeño y a la longitud extensa de la lesión, y pocas veces están justificadas en pacientes con claudicación. Con frecuencia, la corrección de una enfermedad proximal obstructiva soluciona la claudicación incluso con enfermedad tibial residual extensa. Por el contrario, el tratamiento de la enfermedad tibial grave en pacientes con ICE puede favorecer la cicatrización de la herida, anular el dolor en reposo y prevenir una amputación mayor (fig. 66-18). El acceso vascular es más limitado para afectación tibial distal, porque un acceso femoral contralateral o un acceso braquial (v. fig. 66-11)10 suele ser demasiado distante para la mayor parte del instrumental con longitudes del eje de 130 a 150 mm. El acceso anterógrado a la AFC puede permitir que el instrumental llegue al pie si es necesario y a menudo favorece la propulsión para atravesar oclusiones largas. El abordaje pedio retrógrado (v. fig. 66-11)10 utiliza ecografía no invasiva y una aguja de micropunción para acceder a una de las arterias tibiales en el pie o en el tobillo. El acceso desde arriba (p. ej., AFC anterógrado) permite atrapar una guía retrógrada desde el pie y exteriorizarla y proporciona un trayecto rígido para los balones de angioplastia (v. fig. 66-14). Un acceso pedio puede convertirse en una úlcera con dificultad de cicatrización si la intervención no es efectiva, por lo que este tipo de acceso se utiliza a menudo como último recurso.10 El término revascularización dirigida por angiosoma se refiere a la revascularización de la arteria tibial que irriga la zona de una úlcera persistente o de una gangrena (fig. 66-19).10 La utilidad de la revas- cularización dirigida por angiosoma comparada con la recuperación del flujo directo al pie es discutible. En estudios observacionales, la cicatrización de las heridas fue mejor y la tasa de amputación más baja con revascularización dirigida por angiosoma que con revascularización tibial (no angiosoma) indirecta.48 No obstante, estas observaciones pueden estar sesgadas porque la revascularización indirecta puede ser un marcador de enfermedad tibial más compleja y peor pronóstico de la extremidad.10 En un estudio, los cambios en la microcirculación del pie evaluados mediante presiones de perfusión cutánea mejoraron en la misma medida con revascularización tibial dirigida o no por angiosoma.49 La enfermedad tibial se trata con más frecuencia mediante inflado prolongado del balón, pero se utilizan endoprótesis como tratamiento de rescate de la disección limitante del flujo10,18 (fig. 66-20; v. también fig. 66-14). Aunque se usan endoprótesis coronarias expansibles con balón, son vulnerables a la compresión externa. Los estudios aleatorizados sobre EPLF coronarias muestran más permeabilidad y menos reintervención por reestenosis que con EPMNR,50,51 angio- plastia con balón simple52 o angioplastia con balón farmacoactivo.53 La mayoría de estos estudios no muestran un efecto en la amputa- ci ón mayor ni en la supervivencia, pero es probable que la potencia FIGURA 66-18 Revascularización de una arteria tibial anterior completamente ocluida en un paciente con una úlcera persistente en el dedo gordo derecho. A. Oclusión proximal de la arteria tibial anterior (flecha) sin flujo en el pie. B. Guía pasando la arteria tibial anterior en el tobillo. C. Angioplastia con balón de toda la arteria tibial anterior (la imagen muestra un balón en el segmento proximal de la arteria tibial anterior). D. Arteriografía final. P, arteria peronea; TA, arteria tibial anterior. FIGURA 66-19 Distribuciones del angiosoma, con las regiones irrigadas por las tres arterias por debajo de la rodilla mostradas. (Tomado de Kinlay S. Management of critical limb ischemia. Circ Cardiovasc Interv 2016;9:e001946.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1376 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s at Er o Es cl Er ó ti ca s VII estadística sea insuficiente para estos criterios de valoración. Como se ha explicado, están en fase de desarrollo y de evaluación nuevos balones farmacoactivos para intervenciones tibiales. Pueden ser necesarias varias intervenciones con catéter durante varios meses para lograr la cicatrización de una úlcera, ya que la rees- tenosis ralentiza la cicatrización. Sin embargo, una vez cicatrizada la úlcera, la reestenosis es menos preocupante debido al tratamiento y protección adecuada del pie para evitar la dehiscencia de la piel. El tratamiento de la ICE con úlcera o gangrena debe incluir un seguimiento riguroso para desbridar el tejido necrótico en zonas ulceradas y facilitar la cicatrización. Los dedos gangrenados pueden dejarse secos hasta que se momifican y se autoamputan o puede realizarse una amputación quirúrgica cuando esté demarcado con claridad el tejido viable y el des- vitalizado. La gangrena infectada precisa amputación quirúrgica para evitar la osteomielitis. Estas complejidades obligan a disponer de un equipo interdisciplinar formado por especialistas en heridas, podólogos, cirujanos y especialistas protésicos para mejorar la asistencia. Enfermedad de las arterias cervicales Enfermedad carotídea extracraneal La enfermedad extracraneal de la arteria carótida primitiva y de la arteria carótida interna puede producir una embolia de arteria a arteria, una de las causas del ACV isquémico (v. capítulo 65). En las dos últimas décadas, los avances en las técnicas con catéter han permitido tratar a los pacientes con riesgo alto de ACV por esta causa con resultados parecidos a los de la endoarterectomía carotídea clásica.11 Los síntomas son el factor más importante relacionado con el riesgo de ACV incapacitante y con la indicación de revascularización. La «enfermedad sintomática» se refiere a los pacientes con un ACV leve o un AIT. En la circulación carotídea, los síntomas más frecuentes son disfasia, hemiparesia o hemiparestesia heterolateral, y ceguera monocular transitoria homolateral (amaurosis fugaz).54 Los síntomas que duran menos de 24 h sin infarto en las pruebas de imagen se clasifican como AIT. Los accidentes cerebrovasculares leves están definidos como «déficits clínicos leves» o «sin déficits clínicos residuales» con signos de infarto en las pruebas de imagen.54 La mayor sensibilidad de las técnicas de imagen nuevas (p. ej., RM de difusión) comparadas con otras técni- cas previas puede haber aumentado la probabilidad de detectar infartos pequeños sin déficits clínicos residuales.54 El segundo factor relacionado con el riesgo de ACV es la gravedad de la estenosis de la arteria carótida interna extracraneal. En los pacientes con síntomas recientes y una estenosis mayor del 70%, el riesgo de ACV en los 5 años siguientes es del 30%, con un riesgo del 10% aproximadamente en los primeros 3 meses.5,11,54 Sin embargo, después de 3 meses, el riesgo de ACV baja y se aproxima al riesgo en pacientes asintomáticos con un grado de estenosis similar (2-3% anual).55 La endoarterectomía y la colocación de endoprótesis carotídeas tienen un riesgo bajo de ACV durante la intervención/operación que limita su efecto beneficioso a pacientes con riesgo bajo de episodios perioperatorios, pero con un riesgo más alto de ACV a largo plazo sin revas- cularización (tablas 66-1 y 66-2). Basándose en estudios comparativos entre tratamiento quirúrgico y farmacológico de los 20 añosanterio- res, se recomienda la endoarterectomía para los pacientes sintomáti- cos con más del 50-99% de estenosis en la arteriografía invasiva o una estenosis de más del 70% en las pruebas de imagen no invasivas y con un riesgo periintervención de ACV o muerte menor del 6%.5,11,54 En los pacientes asintomáticos, las indicaciones son una estenosis del 80-99% en los que tienen un riesgo periintervención de ACV o de muerte me- nor del 3%.5,11 La colocación de endoprótesis en la arteria carótida con protección antiembólica ha evolucionado hasta convertirse en un tratamiento equi- valente a la endoarterectomía carotídea quirúrgica según las comparacio- nes directas en estudios aleatorizados de pacientes con un riesgo normal o alto de episodios CV perioperatorios.56-59 El seguimiento a largo plazo de estudios aleatorizados no ha mostrado diferencias en los resultados durante 5 a 10 años entre endoarterectomía quirúrgica e implante de FIGURA 66-20 Colocación de endoprótesis de rescate en un paciente con isquemia crítica de la extremidad y gangrena de los dedos. A. Guía pasando una arteria peronea ocluida. Las arterias tibial anterior y tibial posterior estaban ocluidas. B. Angioplastia con balón de la arteria peronea. C. Disección y retracción del segmento proximal de la arteria peronea. D. Despliegue de la endoprótesis. E. Arteriografía final de la arteria peronea. TABLA 66-1 Factores asociados a un aumento del riesgo de complicaciones con colocación de una endoprótesis en la arteria carótida Cayado aórtico tortuoso Trastorno de la coagulación o de las plaquetas Acceso vascular difícil Lesión o calcificación intensa del vaso Trombo visible Edad avanzada (> 75-80 años)* *El riesgo de accidente cerebrovascular es más alto al colocar una endoprótesis en la arteria carótida, y el riesgo de infarto de miocardio es más alto al realizar una endoarterectomía carotídea. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1377 Tratam ien to d e la en ferm ed ad vascu lar o b stru ctiva n o co ro n aria 66 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . endoprótesis carotídea en pacientes asintomáticos o sintomáticos con enfermedad carotídea.56,57 Un riesgo perioperatorio aceptablemente bajo depende de la formación adecuada del médico y de la selección apropiada de los pacientes con riesgo bajo de complicaciones.5,55,60 Las posibles indicaciones para la colocación de endoprótesis carotídeas son las mismas que las señaladas antes para la endoarterectomía. Igual que en la endoarterectomía, varios factores determinan el éxito de la colocación de endoprótesis carotídeas. La selección del paciente es muy importante en pacientes asintomáticos o en los que han pasado varios meses sin síntomas, en los que el efecto beneficioso absoluto de la endoarterectomía quirúrgica o de la colocación de endoprótesis es menor que en los pacientes con síntomas recientes.5,11 En pacientes asintomáticos, la disminución del riesgo mediante revas- cularización se consigue poco a poco a largo plazo y debe compensar el bajo pero importante riesgo perioperatorio/periintervención. Este efecto beneficioso tarda normalmente varios años en apreciarse y los pacientes asintomáticos deben tener una tasa de supervivencia a 5 años razonable para que la probabilidad de conseguir el efecto beneficioso de la revascularización sea realista. También se seleccionan pacientes con un riesgo bajo de ACV, IM o muerte periintervención para aumentar el efecto beneficioso a largo plazo. Para la coloca- ción de endoprótesis carotídea se seleccionan pacientes sin tortuosidad excesiva del vaso, calcificación abundante ni déficits cognitivos importantes.55 Los pacientes mayores de 80 años tienen un riesgo más alto de acontecimientos adversos perioperatorios con colocación de endoprótesis o con tratamiento quirúrgico. El criterio principal de valoración del estudio CREST en pacientes con un riesgo quirúrgico medio no mostró diferencias en los resultados a 2,561 o 10 años entre colocación de endoprótesis y tratamiento quirúrgico.57 La colocación de endoprótesis carotídea empieza por el acceso a la arteria carótida primitiva con un catéter diagnóstico seguido de un introductor aplicador. La protección embólica consiste en protección distal con filtros o balones obstructivos desplegados en posición distal a la estenosis carotídea o dispositivos de oclusión proximal desplegados en posición proximal a la estenosis. Los filtros permiten mantener el flujo sanguíneo al encéfalo y, en teoría, provocan menos isquemia si el polígono de Willis es incompleto. Las endoprótesis autoexpansibles con sistemas aplicadores sobre una plataforma de 0,35 mm pueden evitar la compresión externa (figs. 66-21 y 66-22). Enfermedad vertebral y subclavia Las arterias vertebrales derecha e izquierda nacen normalmente de las arterias subclavias derecha e izquierda, ascienden a través de las vértebras cervicales hasta la región posterior del cráneo y se unen para formar la arteria basilar. Una arteria vertebral suele ser más grande (dominante) que la otra, y la obstrucción de una de estas arterias se tolera bien en general. El diagnóstico de la insuficiencia vertebrobasilar es clínico con síntomas del tronco encefálico y del cerebelo, como mareo, ataxia, diplopía y síncope.5,54 La ateroesclerosis suele afectar al segmento proximal de las arterias vertebrales, pero una enfermedad proximal más extensa en el tronco braquiocefálico o en las arterias subclavias puede causar la insuficiencia vertebrobasilar. Los pacientes con insuficiencia vertebrobasilar tienen un riesgo de ACV en 5 años del 30% aproximadamente sin ningún tratamiento. El tratamiento farmacológico de la enfermedad de la arteria vertebral comprende fármacos antiagregantes e inhibidores de 3-hidroxi-3-metilglutaril-coenzima A (HMG-CoA). La normalización de la presión arterial (PA) para prevenir el ACV isquémico requiere un ajuste meticuloso para evitar la hipotensión arterial y la hipoperfusión, que pueden desencadenar los síntomas. El tratamiento quirúrgico mediante sección y reimplantación en la arteria subclavia adyacente conlleva una morbilidad considerable, como síndrome de Horner (2%), linfocele (10-15%), quilotórax (< 1%) y trombosis (5-10%), con una mortalidad elevada (5%). El tratamiento percutáneo extracraneal, sobre todo con colocación de endoprótesis, tiene bastante menos morbimortalidad a corto plazo, y la mortalidad a largo plazo es parecida a la del tratamiento quirúrgico (10- 20% a 3 años), relacionada, en parte, con la prevalencia alta de otras enfermedades concurrentes.62 La estenosis subclavia afecta con más frecuencia el origen de la arteria subclavia izquierda que el tronco braquiocefálico o la arteria subclavia derecha. Esta predilección puede ser consecuencia de la mayor turbulencia del flujo sanguíneo en el origen de la arteria subclavia izquierda. La estenosis subclavia causa, por lo general, una diferencia de 15 mmHg o más entre las dos extremidades superiores en la PA humeral deter- minada con métodos no invasivos,5 con ausencia de enfermedad avanzada bilateral. Sin embargo, la mayoría de las estenosis subclavias permanecen asintomáticas y no es necesaria una evaluación diagnóstica ni una revascularización. Los síntomas de estenosis subclavia son claudicación de la extremidad superior con la actividad, angina en pacientes con injerto de arteria torácica/mamaria interna izquierda por derivación arterial coronaria quirúrgica previa (fig. 66-23), insuficiencia vertebrobasilar con la actividad de la extremidad superior por robo vertebral, o síndrome de robo isquémico (mano) en pacientescon una fís- tula para diálisis. Aunque las pruebas de imagen no TABLA 66-2 Factores asociados a un aumento del riesgo por intervención quirúrgica en la arteria carótida Criterios anatómicos Lesión cervical alta o intratorácica Tratamiento quirúrgico o radioterapia cervical previos Oclusión de la arteria carótida heterolateral Endoarterectomía carotídea homolateral previa Parálisis del nervio laríngeo heterolateral Traqueotomía Enfermedades concurrentes Edad > 80 años* Insuficiencia cardíaca congestiva de clase III o IV Angina de pecho de clase III o IV Enfermedad coronaria principal izquierda Enfermedad arterial coronaria de dos o tres vasos Necesidad de tratamiento quirúrgico cardíaco abierto Fracción de eyección ≤ 30% Infarto de miocardio reciente Enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave *El riesgo de accidente cerebrovascular es más alto al colocar una endoprótesis en la arteria carótida, y el riesgo de infarto de miocardio es más alto al realizar una endoarterectomía carotídea. FIGURA 66-21 Colocación de endoprótesis carotídea por estenosis carotídea sintomática. A. Estenosis en el origen de la arteria carótida interna (ACI) izquierda. B. Endoprótesis desplegada. Las flechas señalan los marcadores del filtro de protección antiembólica. C. Arteriografía final; las flechas indican los límites de la endoprótesis. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1378 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s at Er o Es cl Er ó ti ca s VII endoprótesis por enfermedad subclavia y braquiocefálica son excelentes (permeabilidad global > 90%).5 Enfermedad de las arterias mesentérica y renal Arteria mesentérica Tres arterias irrigan las vísceras mesentéricas: arteria celíaca, arteria mesentérica superior y arteria mesentérica inferior. Aunque la ateroesclerosis avanzada de la aorta es frecuente, la angina o el infarto mesentérico son muy poco frecuentes, probablemente por las diversas redes colatera- les en el mesenterio. La isquemia mesentérica aguda con infarto es una urgencia quirúrgica, porque generalmente se asocia a infarto del intestino delgado o grueso.12 Un émbolo (p. ej., desde un trombo en el corazón asociado a fibrila- ción auricular) es una causa frecuente y, por lo general, se aloja en el segmento proximal de la arteria mesentérica (normalmente, en la arteria mesentérica superior). Es necesaria una intervención quirúrgica urgente en menos de 24 h para resecar el intestino necrótico y revascularizar el intestino isquémico, porque, si el tratamiento se retrasa más allá de este período, casi todos los pacientes fallecen. La isquemia mesentérica crónica es un síndrome más gradual que produce malestar o dolor abdominal intenso al comer y pérdida de peso considerable, porque el paciente evita comer.12 Casi siempre se observa estenosis u oclusión de más de dos arterias mesentéricas. La enfermedad suele ser contigua e implica ateroesclerosis avanzada de la aorta y de los orígenes de las arterias mesentéricas. La enfermedad asintomática de las arterias mesentéricas no precisa revascularización. Puede emplearse la endoscopia intestinal para detectar cambios asociados a isquemia, pero la obtención de imágenes arteriales con técnicas no invasivas, como la ecografía doble, o ARM o ATC, identifica, por lo general, la extensión de la enfermedad. La arteriografía invasiva requiere, normalmente, una aortografía lateral para identificar con claridad los orígenes de las arterias mesentéricas. La revascularización quirúrgica con reimplantación de las arterias tiene una morbimortalidad elevada (10-15%) debido a la edad avanzada y a otras enfermedades vasculares concurrentes. La angioplastia percutánea con colocación de endoprótesis tiene menos mortalidad (< 5%) y morbilidad, y corrige los síntomas en un 70-80% de los pacientes aproximadamente durante varios años (fig. 66-24).12 La reestenosis puede hacer necesaria una intervención adicional y puede identificarse mediante ecografía doble, o arteriografía por ATC o por ARM. Arteria renal La estenosis de la arteria renal puede causar hipertensión secundaria o deterioro rápido de la función renal. Los indicios clínicos para diagnos- ticar la estenosis de la arteria renal son inicio de la hipertensión arterial FIGURA 66-22 Imágenes de arteriografía intracraneal del paciente de la figura 66-21. A. La arteriografía carotídea derecha muestra la arteria carótida interna (ACI) derecha, la arteria cerebral media (ACM) y la arteria cerebral anterior (ACA). Se observa un llenado cruzado a través de la arteria comunicante anterior en la arteria cerebral anterior izquierda debido a la perfusión débil por la estenosis en el segmento cervical de la arteria carótida interna izquierda B. Arteriografía de la carótida izquierda que muestra escaso relleno de la ACA izquierda en relación con la ACM. C. Mejora de la perfusión de la ACA izquierda tras implantar una endoprótesis en la arteria carótida principal. FIGURA 66-23 Colocación de endoprótesis en un paciente con angina e isquemia de la pared ventricular izquierda anterior observada en una prueba de esfuerzo. A. Introductor lanzadera colocado en el origen de la arteria subclavia y estenosis. B. Endoprótesis desplegada para mejorar el flujo sanguíneo a la arteria mamaria interna (AMI). Vert., arteria vertebral. invasivas pueden identificar flujo inverso en la arteria vertebral distal a una estenosis subclavia, esta anomalía fisiológica no siempre produce síntomas, sobre todo si afecta a una arteria vertebral no dominante o si el flujo sanguíneo en la arteria vertebral heterolateral es normal. Por tanto, la inversión fisiológica del flujo en la arteria vertebral sin síntomas no es una indicación de revascularización. El tratamiento farmacológico va dirigido contra el avance de la ateroesclerosis (p. ej., fármacos antiagregantes, inhibidores de la HMG- CoA reductasa, normalización de la PA). Dado que la mayor parte de la enfermedad subclavia es proximal u orificial, la revascularización quirúrgica consiste por lo general en derivación subclavia a carótida primitiva, una técnica asociada a un riesgo de morbilidad del 5%, incluido el ACV. Esto explica el uso más frecuente de revascularización percutánea con endoprótesis para tratar la enfermedad subclavia sintomática. Por lo general, se utilizan endoprótesis expansibles por balón, porque permiten una colocación más precisa para cubrir el origen de la arteria y evitar el origen de la arteria vertebral y de la arteria mamaria interna izquierda. Si estas ramas distales quedan cubiertas por la placa de ateroma por efecto «quitanieves» en la ramificación vascular, las endoprótesis expansibles por balón permiten dilatar a través del soporte de la endoprótesis en la ramificación vascular. El ACV embólico es poco frecuente, probablemente por el flujo inverso descendente por la arteria vertebral durante la dilatación con balón y la colocación de endoprótesis. Por eso se usa con poca frecuencia la protección antiembólica durante la colocación de endoprótesis en la arteria verte- bral o en la subclavia. Los resultados a largo plazo de la colocación de Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1379 Tratam ien to d e la en ferm ed ad vascu lar o b stru ctiva n o co ro n aria 66 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . FIGURA 66-25 Colocación de endoprótesis en laarteria renal izquierda por deterioro rápido de la función renal asociado a hipertensión. A. El aortograma muestra estenosis arterial renal izquierda (flecha) con relleno tardío del riñón izquierdo en comparación con el derecho. B. Despliegue de la endoprótesis con cierto grado de invasión de la aorta utilizando un filtro de protección antiembólica (flecha). C. Angiograma después del despliegue de la endoprótesis. D. Angiograma final después de retirar el filtro. antes de los 55 años, hipertensión ar ter ial resistente o maligna (sobre todo, en un paciente estable hasta entonces), aumento rápido de la concentración de creatinina durante un período de varios meses o más breve, y edema agudo de pulmón sin una causa cardíaca patente (p. ej., por hipertensión arterial súbita con o sin insuficiencia mitral aguda). Las imágenes de ecografía doble, o de arteriografía invasiva, por ARM o por ATC pueden identifi- car la estenosis de la arteria renal. Aunque la estenosis de la arte- ria renal es bastante frecuente, resulta difícil determinar si es una causa reversible de hipertensión arterial o de deterioro de la fun- ción renal. El cribado fuera de los supuestos clínicos mencionados tiene un rendimiento escaso probablemente y no está jus- tificado, porque el tratamiento no suele afectar al control de la PA ni de la función renal.63,64 Aunque algunos pacientes con disfunción renal y estenosis considerable pueden presentar una mejora de la función renal con la coloca- ción de endoprótesis, alrededor de un tercio de los pacientes no me jor a n y o t r o 2 0 - 3 0 % sufren un empeoramiento de la función renal, probablemente por ateroembolia. Aunque muchos médicos intervencionistas usan d i spos i t ivos de protección antiembólica durante la colocación de endoprótesis renal, se desconoce su utilidad para prevenir la ateroembolia o el empeoramiento de la función renal. Tres estudios aleator izados sobre implante de endoprótesis en las arterias renales con estenosis superior al 40-60% mediante arteriografía para corregir la hipertensión resistente o conservar la fun- ción renal mostraron la ausencia de efecto en la regulación de la PA, conservación de la función renal o episodios CV.63,65 En el estudio CORAL, ni siquiera el subgrupo de participantes con estenosis arterial renal del 80% como mínimo se beneficiaron del implante de endoprótesis arterial renal.65 Por tanto, el entusiasmo por el implante de endoprótesis arterial renal ha disminuido mucho, aunque sigue apoyándose en parte el implante de endoprótesis arterial renal en presencia de edema pulmonar «relámpago» sin causas cardíacas, descenso rápido de la función renal y en algunos pacientes con hipertensión resistente o acelerada, basándose principalmente en casos ais- lados o en series de casos publicados (fig. 66-25).66 En concreto, puede seguir siendo útil el implante de endoprótesis en la estenosis arterial renal bilateral y en la estenosis unilateral de un riñón único. La displasia fibromuscular (DFM) es una causa más infrecuente todavía de estenosis de la arteria renal e hipertensión arterial FIGURA 66-24 Estenosis mesentérica. A y B. Ambos vasos presentaban una estenosis crítica. C. Se realizó una técnica intervencionista para restablecer la permeabilidad en la arteria celíaca y la arteria mesentérica superior (AMS), como se aprecia en D. Los síntomas de la paciente desaparecieron y empezó a aumentar de peso. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1380 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s at Er o Es cl Er ó ti ca s VII que afecta más a menudo a pacientes más jóvenes, con una prevalencia más alta en las mujeres.67 Aunque antes se empleaba una definición histológica, una clasificación reciente basada en criterios de imagen de la enfermedad («formación de rosario» multifocal o unifocal) tiene cierto valor pronóstico.68 La DFM afecta, por lo general, el segmento central o distal de la arteria renal, mientras que la ateroesclerosis suele afectar el origen o el segmento proximal de la arteria renal. La DFM se acompaña, con frecuencia, de enfermedad similar en otros lechos arteriales (p. ej., arterias carótidas).67 Este diagnóstico tiene una importancia especial, porque la angioplastia con balón sin colocación de endoprótesis suele normalizar de manera muy efectiva la PA con una respuesta duradera. La hipertensión resistente a pesar de varios antihipertensivos es un marcador de riesgo CV alto.69 El reconocimiento de que el plexo abundante de nervios simpáticos en la adventicia de las arterias renales puede contribuir a la hipertensión resistente condujo a varias técnicas basadas en catéter para destruir los nervios simpáticos con el fin de reducir la PA y el riesgo CV (v. capítulos 46 y 47). Aunque los primeros estudios no comparativos indicaban un descenso notable de la PA en algunos pacientes, el numeroso estudio SYMPLICITY HTN-3 comparativo con simulación no halló un efecto relevante de la desnervación arterial renal en la PA ni en los episodios CV.70 TRATAMIENTO ENDOVASCULAR DE LA ENFERMEDAD VENOSA Trombosis venosa profunda de las extremidades La trombosis venosa profunda (TVP) de la extremidades superiores o inferiores está causada por varios factores que a menudo se engloban en la tríada de Virchow: anomalías de la coagulación, flujo hemodinámico lento y lesión endotelial (v. capítulo 84). Estos factores comprenden estados hipercoagulables, insuficiencia venosa, obstrucción externa, fibrosis o anomalías congénitas de las venas, o lesión venosa. El tratamiento principal de la TVP de la extremidad inferior es farmacológico con anticoagulación, pero el tratamiento endovascular es una opción razonable en los pacientes con trombosis venosa proximal definida como la localizada en la vena femoral o más proximal. La trombosis en esta región está presente en alrededor de un tercio de todos los pacientes con TVP de la extremidad inferior38 y obstruye el retorno venoso de la extremidad inferior. La TVP proximal es más frecuente en la extremidad inferior izquierda por la compresión de la vena ilíaca izquierda por la arteria ilíaca derecha suprayacente (síndrome de May-Thurner). La oclusión venosa profunda proximal grave aguda, caracterizada por una extremidad azul, dolor e isquemia (flegmasía cerúlea dolorosa), se asocia a cáncer con frecuencia. El síndrome postrombótico crónico aparece a lo largo de varios años en alrededor de la mitad de los pacientes con TVP iliofemoral37 e implica tumefacción de la extremidad, pesadez y dolor. El tratamiento farmacológico consiste en medias de compresión y anticoagulación. El tratamiento endovascular de la TVP proximal mediante trombólisis dirigida por catéter con o sin angioplastia con balón y endoprótesis autoexpansibles disminuye alrededor del 20% la incidencia de síndrome postrombótico37 (fig. 66-26). La TVP de la extremidad superior está relacionada con trombosis venosa proximal relacionada con el ejercicio en deportistas (síndrome de Paget-Schroetter), síndrome venoso de la abertura torácica superior, trombosis relacionada con catéter o cáncer.71 La trombosis relacionada con ejercicio se asocia, por lo general, a ejercicio vigoroso con la extremidad superior (p. ej., levantar pesas). El síndrome venoso de la abertura torácica superior está relacionado con compresión de la vena subclavia al salir de la jaula torácica entre la clavícula, la primera costilla, el ligamento costoclavicular y los músculos subclavio y escaleno anterior. La trombosis relacionada con catéter está asociada a catéteres permanentes, puertos y cables de marcapasos o de desfibrilador. El cáncer con obstrucción
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