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El cero absoluto es la temperatura más baja posible en la escala de temperatura, que se encuentra a - 273.15 grados Celsius o 0 Kelvin (K). Es el punto de temperatura más bajo que se puede alcanzar en el universo y representa la ausencia total de energía térmica. En el cero absoluto, las partículas que componen la materia (átomos y moléculas) cesan completamente su movimiento térmico. En esta temperatura, todas las moléculas y átomos están en su estado de energía más bajo y se encuentran en reposo absoluto. La escala Kelvin, que es utilizada en la ciencia y en la termodinámica, se basa en el cero absoluto como su punto de referencia. En esta escala, 0 K representa el cero absoluto, y las temperaturas se miden a partir de ese punto. La escala Kelvin es similar a la escala Celsius, pero se diferencia en que no utiliza grados como unidad, sino que se expresa en Kelvin. En el cero absoluto, ocurren algunos fenómenos interesantes. Por ejemplo, los gases ideales, al ser enfriados a temperaturas cercanas al cero absoluto, experimentan una condensación en líquidos y, eventualmente, se solidifican. Además, algunos materiales exhiben propiedades especiales cerca del cero absoluto, como la superconductividad y la condensación de Bose-Einstein. Cabe mencionar que, en la práctica, es extremadamente difícil o incluso imposible alcanzar el cero absoluto. Se requieren condiciones especiales y técnicas avanzadas para acercarse a temperaturas cercanas a este límite teórico. Sin embargo, el concepto del cero absoluto es fundamental en la termodinámica y en la comprensión del comportamiento de la materia a bajas temperaturas.
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