Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
476 Capítulo 22 los otros humanos superaron competitivamente o exterminaron a los neandertales, lo que condujo a su extinción. También es posible que los neandertales se cruzaran con dichos humanos, lo que diluyó sus ca- racterísticas e impidió su reconocimiento. Los análisis de ADN mitocondrial (ADNmt) aportan datos úti- les para tales controversias. Cada una de los varios cientos de mitocon- drias dentro de una célula tiene alrededor de 10 copias de un pequeño ADN en espiral que codifi ca para el ARN de transferencia, ARN ri- bosomal y ciertas enzimas respiratorias. El ADNmt se transmite sólo a través de la línea materna, porque los óvulos, no los espermatozoides, aportan mitocondrias. Dado que el ADNmt muta más rápidamente que el ADN nuclear, el ADNmt es un indicador sensible de evolución. los investigadores han extraído y evaluado el ADNmt de siete neandertales separados. Su secuencia difi ere signifi cativamente de todas las secuen- cias de ADNmt humano moderno, aunque es más similar al humano que al ADNmt de chimpancé. Este hallazgo sugiere que los neanderta- les son un callejón sin salida evolutivo y que no se cruzaron de manera considerable con humanos más modernos. No obstante, la cantidad de cruza que pudo ocurrir entre neandertales y humanos anatómicamente modernos sigue siendo controvertida. Los científi cos casi llegan a un consenso acerca del origen del Homo sapiens moderno El Homo sapiens con características anatómicamente modernas existió en África hace aproximadamente 195,000 años. Conforme estos huma- desde hace aproximadamente 250,000 años hasta hace 28,000 años. Aunque en una época muchos científi cos consideraron a los neanderta- les como una subespecie de H. sapiens, la creciente evidencia sugiere que los neandertales fueron una especie separada de los humanos modernos, Homo neanderthalensis. Estos primeros humanos tenían constituciones fornidas y bajas. Sus rostros se proyectaban ligeramente, sus barbillas y frentes retrocedían, y tenían arcos superciliares pronunciados y mandíbulas pesadas; sus cerebros y dientes frontales eran más grandes que los de los humanos modernos y tenían grandes cavidades nasales y huesos malares en retro- ceso. Los científi cos sugieren que las narices grandes ofrecían mayor área superfi cial en los senos nasales neandertales, lo que les permitía calentar mejor el frío aire de la Eurasia de la edad de hielo conforme el aire inha- lado viajaba desde la cabeza hacia los pulmones. Las herramientas neandertales, conocidas como herramientas musterienses, eran más elaboradas que las del H. erectus (FIGURA 22-13). Estudios de sitios que habitaron los neandertales indican que cazaban animales grandes. La existencia de esqueletos de ancianos y de algunos con fracturas curadas puede demostrar que los neandertales se ocupa- ban de los viejos y los enfermos, indicio de avanzada cooperación social. Aparentemente tenían rituales, posiblemente de signifi cado religioso, y en ocasiones enterraban a sus muertos. La desaparición de los neandertales hace aproximadamente 28,000 años es un misterio que ha producido debate entre los paleoantropó- logos. Otros grupos de H. sapiens con características más modernas coexistieron con los neandertales durante muchos miles de años. Quizá En términos evolutivos, ¿qué son los “hobbits”? En 2004, paleoantropólogos reportaron un sorprendente descubrimiento: fósiles de siete humanos en una cueva en la isla de Flores en Indonesia. El descubrimiento fue completa- mente inesperado, porque los huesos y dientes fósiles eran de humanos adultos que medían aproximadamente 1 m de alto. Los pequeños humanos, que fueron apo- dados “hobbits” por los medios de difusión, podían representar una nueva especie, Homo fl oresiensis. Aunque estos homíninos tenían pe- queños cerebros del tamaño de simios, con los fósiles se encontraron elaboradas herramien- tas de piedra, hogueras y huesos grabados, que indicaban que el H. fl oresiensis era capaz de generar pensamientos y actividades comple- jos. Los huesos grabados eran principalmente de elefantes pigmeos (Stegodon) y ratas gigan- tes de Flores (Papagomys), y brindaron claves acerca del alimento que cazaba el H. fl oresiensis (vea la fi gura). Con base en varios métodos de datación, se considera que el H. fl oresiensis existió desde hace aproximadamente 38,000 años hasta tan recientemente como 12,000 años, cuando se extinguió. Estudios detallados de la bóveda craneal del H. fl oresiensis, publicados en 2005, reve- laron que era similar en muchos aspectos al cerebro más grande del H. erectus, que se sabe vivió en islas cercanas. Muchos investigadores concluyeron a partir de ésta y otras eviden- cias que el H. fl oresiensis era una ramifi cación evolutiva del H. erectus. ¿Por qué el H. fl oresiensis era tan pequeño? Los biólogos con frecuencia observan dos tendencias evolutivas de los mamíferos que viven en islas remotas: los mamíferos grandes tienden a evolucionar en especies mucho más pequeñas, y los mamíferos pequeños tienden a evolucionar en especies mucho más grandes. No es irracional suponer que la pequeña pobla- ción de ancestros de H. erectus que colonizaron Flores, acaso al navegar hacia la isla sobre un tronco, experimentaron enanismo evolutivo a lo largo de los miles de años que estuvieron aislados en Flores. (Si H. erectus hubiera sido un visitante frecuente de Flores, el fl ujo génico entre la población indígena y los visitantes habría evitado que la población indígena se volviera sensiblemente más pequeña). No todos están de acuerdo con la hipótesis de que el H. fl oresiensis es una especie sepa- rada de pequeños humanos. Algunos investiga- dores creen que los fósiles no se identifi caron de manera adecuada. En un estudio publicado en 2006, estos investigadores sugieren que los fósiles son de individuos de H. sapiens que su- frieron un raro defecto genético (microcefalia) que produce cerebros y cuerpos pequeños. El equipo de investigación que desenterró los fósiles regresó a la cueva y continuará con las excavaciones. Se anticipa que descubri- mientos futuros ayudarán a los científi cos a responder las muchas preguntas que se tienen acerca de los humanos más pequeños de la Tie- rra. Mientras tanto, continúa el debate acerca del origen del H. fl oresiensis. Preguntas acerca de LOS H UM A N OS M Á S P E Q U E Ñ OS Pe te r S ch ou te n/ N at io na l G eo gr ap hi c So ci et y/ U ni ve rs ity o f W ol lo ng on g 22_Cap_22_SOLOMON.indd 47622_Cap_22_SOLOMON.indd 476 12/12/12 14:3412/12/12 14:34 Parte 4 La continuidad de la vida: Evolución 22 La evolución de los primates 22.3 Evolución homínina Preguntas acerca de: Los humanos más pequeños Los científicos casi llegan a un consenso acerca del origen del Homo sapiens moderno
Compartir