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Situación del psicoanálisis Resumen, por C F (Vía grupo Textos)

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Situación del psicoanálisis. Resumen
Charla en el Seminario de Investigadores 
Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires
Director: Prof. Raúl Courel
 
 por Carlos Faig
 Agradezco especialmente la invitación de Raúl Courel, y a ustedes por la presencia y el interés. 
 Cuatro puntos para iniciar la discusión.
 1. Programas teóricos a largo plazo. Cito la Letra 15, p. 244: “Si puedo decir todo esto (…) es porque uno de mis alumnos (…) me hizo observar ayer a la tarde que se hallaba el sistema métrico decimal, veinte años, aproximó el congreso de Montpellier al congreso de Roma. Adelantó, creo, que el congreso de Montpellier es un nuevo comienzo, un nuevo comienzo para la Escuela (…) Él estaba en el congreso de Roma y piensa que Montpellier es, respecto de este esfuerzo que hice, un nuevo comienzo.”
 “Todo esto”, a lo que Lacan refiere: “Nada real es comunicable fuera del número”; “Todo el lenguaje es cifra”; “Me aferro a un borde que es aquel de la lógica porque es propiamente un borde real”. Es lo que Lacan venía desarrollando antes de la cita.
 Del ’53 al ’73 tenemos un programa estructuralista. En el ’73 viramos a un programa matemático, a los nudos. 
 El programa teórico freudiano puede caracterizarse de varias maneras. Para simplificar digamos que es un proyecto expansionista. Avanza sobre la psicopatología (separa, por ejemplo, las fobias de las monomanías), sobre la literatura (Gradiva, de Jensen), las psicosis, la mitología, etc.
 En medio, entre Freud y Lacan, hallamos la Psicología del yo y el kleinismo. El proyecto de la psicología del yo consistió en inscribir al psicoanálisis en una psicología general. El kleinismo en los años posteriores a la IIa.GM sostiene la especificidad del inconsciente, y por mucho que no estemos de acuerdo con la observación de lactantes y el empirismo debemos agradecérselo. La envidia primaria, el núcleo duro del inconsciente kleiniano, es lo que permite esto.
 Por tanto, por primera vez en la historia del psicoanálisis, desde hace más de treinta años, estamos sin programa teórico. Hay títulos de congresos, orientaciones, pero no hay un programa a largo plazo.
 ¿En qué nos concierne? Eventualmente podríamos decir: No me impide trabajar. Sin embargo, esta carencia de horizonte, de una insignia, en algún aspecto nos implica como analistas. Si la falta cae sobre nosotros, nos embanderamos. Recordaba, por eso, mis años “militantes”, una época de militancia lacaniana. En aquel entonces y ahora, ¿para llevar adelante qué? 
 Señalo al pasar que algo de esto que reconozco que me afectó y supongo que nos afecta se encuentra en un plano mucho más amplio en las democracias occidentales: un cierto fundamentalismo, uno de cuyos nombres es el estado de excepción, siguiendo a Agamben. 
 2. La teoría, su lectura. Cito la contratapa del seminario XI: “Durante diez años (…) hemos puesto a punto un órganon (…) formulándolo según una propedéutica que no adelantaba ningún paso antes de que se hubiera podido medir lo bien fundado del precedente.” 
 Para los diez primeros seminarios hay, pues, un escalonamiento sistemático. Pero no lo hallamos expuesto en ningún lado (salvo mis aislados intentos). Esta lectura, indicada por Lacan, no se realizó. No se encuentra en las Lacanianas de Safouan (que son resúmenes de seminarios), ni tampoco que yo sepa en otros autores o escuelas.
 La situación se agrava si continuamos leyendo el resumen para la Escuela Práctica de Altos Estudios: “Es la presentación que debemos invertir, nos parece, hallando en la crisis menos la ocasión de una síntesis que el deber de esclarecer lo abrupto de lo real…” 
 Los cinco seminarios que siguen toman la dirección inversa. Y, con más razón, esto tampoco se situó nunca debidamente, ni siquiera se ubicó.
 Los seminarios que van del XVI al XXVII, en mi opinión, también siguen un plan. Se ocupan de la extensión (la diferencia de los sexos, el matema, es decir, la transmisión). Se puede justificar ese armado del Seminario con la Proposición. Pero dejo esta vía.
 ¿Por qué es importante una lectura de conjunto del Seminario? Un ejemplo. La idea de introducir a Deleuze y Guattari, el plano de inmanencia sin sujeto, se justifica en citas de Lacan, provenientes de los seminarios sobre nudos borromeos. Efectivamente, Lacan dice que trabaja sin sujeto. Pero lo que está en juego en esos años es lo real y el matema. El abordaje de lo real –ajeno al sentido– no admite supuesto (suposición=sujeto). En tanto lo real obliga a suponer algún sentido, es preciso “desembarazarse de la idea de sujeto”. La problemática es enteramente diferente y no invalida de ningún modo la cuestión del sujeto que sigue siendo central. Luego, el planteo, la extrapolación de aquellos autores es errada y se podría haber evitado. 
 Una aprehensión masiva o más o menos confusa de la enseñanza de Lacan genera, y creo que lo sabemos, una guerra de citas (cuando hay discusiones, cosa que ya no es tan frecuente). Produce un extenso trabajo de acomodación de enunciados (quizá y sobre todo papers). Los alumnos de psicología caracterizan todo esto como el catecismo lacaniano. Fórmulas, citas.
 ¿Por qué nos interesa esta cuestión y en qué nos afecta? Ubicar las coordenadas de la obra de Lacan, sus demostraciones principales, sitúa la insuficiencia de la teoría. Si esto no ocurre, actuamos como si a lo lejos todo pudiera explicarse y encontrara su razón. La falta se cierra.
 3. La clínica aplicativa. Otra cita: “Es por esto que la mariposa puede –si el sujeto no es Tchoang Tseu sino el Hombre de los Lobos– inspirarle el terror fóbico de reconocer que la pulsación de las alitas no está de ningún modo lejos de la pulsación de la causación, del rayado primitivo que marca su ser alcanzado por primera vez por la reja del deseo.” (Cf. seminario XI, Seuil, París, 1973, p. 73.)
 Por forma y función, se trata de una simbolización. El cierre del inconsciente son las alas plegadas, el sujeto está representado por el S1. La apertura son las alas desplegadas, el efecto afanísico del significante binario.
 El uso inadvertido del símbolo sorprende. En una teoría tan sofisticada como la de Lacan no debería encontrarse, o al menos no debería hacerse presente de un modo tan ingenuo. Si revisamos todas las referencias clínicas del Seminario (Bouvet, Lebovici, Pearl King, etc.) el método o la deducción siguen el mismo camino. También hallamos homologías, usos de la teoría como función narrativa, entificaciones. Nunca encontramos una lectura transferencial de los casos.
 Esta faz por contraste ridícula del Seminario es insostenible: ¿para qué una lógica del significante? No obstante, hizo escuela. Los analistas se “formaron” en ella. Cuando intentan pensar un análisis, esta forma analógica o aplicativa de tratar el material se les impone. A este punto concurre el estigma, empeorando el estado de cosas, que Lacan lanzó contra la interpretación de la transferencia.
 Pregunta obligada: ¿por qué Lacan trabajaba así? Dos respuestas. Tenía una confianza mayúscula en la estructura. Parafraseando una famosa cita: una fe estructuralista de raigambre saussureana. Es la versión optimista. Donde Lacan veía una homología entre datos de la teoría y del material no dudaba.
 Versión pesimista. La formación analítica de Lacan era pobre. Trabajaba así porque no sabía hacerlo de otro modo.
 ¿Por qué no se ha ubicado algo tan elemental? Digo: El Rey está desnudo. Y me encuentro en una posición infantil. La falta de formación de Lacan concurre con la mía, la nuestra. Nuestro infantilismo analítico, cierta falta de recursos, nos impide arrojar la primera piedra. La piedra es un boomerang. Es nuestra propia historia: ¿Y con quién se formaron? Si el efecto del lacanismo fue haber producido falta de análisis, al decirlo me vuelve: analízate, te falta análisis.
 Resumo. Citacismoy práctica analógica. En estos dos hechos pueden reconocerse varias escuelas.
 
 4. Globalización, sujeto de la ciencia. La expansión del capitalismo –se sabe desde Lenin que lo deduce de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia–, genera el imperialismo. Son necesarios nuevos mercados para que la ganancia se mantenga relativamente constante. Pero ya no estamos en esa etapa. El capitalismo avanzó sobre mercados potenciales, después de ocupar los preexistentes. Y sigue avanzando. Los países árabes son mercados potenciales que pueden devenir reales si se instala un régimen que redistribuya los ingresos. No es sólo el petróleo lo que está en juego. Pero también, y es lo que nos interesa, avanza sobre mercados virtuales. Si se acepta que el capitalismo es coextensivo de la ciencia, su dominio moviliza al sujeto de la ciencia. Y un mercado virtual es el sexual. Bajo el ala capitalista, ¿cómo llevarlo al grado máximo, al ideal de intercambio? Hasta ahora teníamos el mercado sexual divido en hombres y mujeres. Una mitad contra la otra. El ideal es que sea “todos contra todos”. Para esto hay que derribar la identidad de género y las inhibiciones al intercambio ligadas a la prohibición edípica y sus subrogados. Hay que eliminar, por tanto, a la familia. (La Iglesia, valga la paradoja, es hoy revolucionaria y antimperialista.)
 Si esto se logra obtendríamos una combinatoria que cierra todas las posibilidades: FF; MM; FM. Incluso el menú es aún más amplio; y el más novedoso de la historia de la humanidad. Empieza a aparecer el sexo neutro, tiene más presencia lo transexual, los cross-dressers, etc.
 Nuevamente, ¿por qué nos importa? Podríamos decir al estilo de Maud Mannoni: Nunca analicé una persona de sexo neutro, no puedo saber cómo sería. Nos implica, nos toma porque nuestra dificultad con el sexo –no hay un significante que nos dé posición sexual–, aquella que deberíamos poner en juego en la práctica, se oculta tras la revolución, el revoltijo, la incertidumbre actual que nos releva de la falta al cubrirla.

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