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Biología - Eldra Solomon, Linda Berg, Diana Martin - 9 Edición-comprimido-1164

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1130 Capítulo 52 
pecífi ca de su propia especie. Esto ocurre incluso si el gorrión de corona 
blanca puede oír el canto de otros gorriones pero no interactúa social-
mente con ellos. Con base en estos experimentos, los investigadores han 
concluido que el gorrión de corona blanca está equipado con un patrón ge-
nético primario de su canto, aunque los estímulos acústicos y sociales son 
importantes para desarrollar su capacidad de emitir su canto específi co.
Muchos patrones de comportamiento
dependen de programas motores
Muchas conductas que podrían considerarse automáticas dependen de 
secuencias coordinadas de acciones musculares denominadas progra-
mas motores. Algunos programas motores (por ejemplo, la capacidad 
de caminar de las gacelas recién nacidas) parecen sobre todo innatos. 
Otros, como caminar en los bebés humanos, tienen un componente 
principal aprendido.
Un ejemplo clásico de un programa motor en vertebrados es la ma-
nera en que el ganso común europeo rueda sus huevos (FIGURA 52-2). 
Una vez activada por simples estímulos sensoriales, la conducta de rodar 
el huevo continúa hasta su conclusión independientemente de la re-
troalimentación sensorial. Hay poca fl exibilidad. Los ecólogos del com-
portamiento denominan a esta conducta patrón de comportamiento. 
Ciertos patrones de comportamiento pueden producirse mediante un 
estímulo signo, o liberador, una simple señal que dispara una respuesta 
conductual específi ca. Un huevo de madera es un estímulo signo que 
evoca la conducta de rodar el huevo en el ánsar común.
En un conjunto de experimentos clásicos realizados en 1951, Tin-
bergen demostró que la banda roja en la superfi cie ventral (vientre) de 
una pez espinoso es un estímulo signo. La superfi cie ventral del pez es-
pinoso macho suele ser plateada pero se vuelve roja al inicio de la época 
de reproducción. El pez espinoso macho elige un territorio, construye 
un nido y los defi ende contra machos rivales. Una vez que la hembra 
desova, se va y deja que el macho cuide los huevos y, después, a los peces 
recién nacidos.
Tinbergen demostró que la banda roja activa una conducta agresiva 
en un macho cuyo territorio ha sido invadido. Tinbergen encontró que 
modelos falsos pintados con un vientre rojo tenían mayor probabilidad 
de ser atacados que modelos más reales sin la franja roja (FIGURA 52-3). 
La conducta agresiva es activada por el vientre rojo en lugar de por el 
reconocimiento basado en una combinación de características.
A la larga, la mayoría de las aves transportan el material en sus picos, pero 
les lleva hasta tres años perfeccionar esta conducta y la mayoría continúa 
haciendo intentos vanos para trasportar el material en su plumaje. Así, el 
método de transporte de materiales es heredado pero fl exible de alguna ma-
nera. (En la naturaleza, las aves híbridas podrían experimentar una notoria 
reducción en su aptitud debido al gran retraso en la aparición de las crías).
El comportamiento depende de 
la preparación fi siológica
Aunque la conducta implica a todos los sistemas del cuerpo, es infl uida 
sobre todo por los sistemas nervioso y endocrino. La capacidad para la 
conducta depende de las características genéticas que rigen el desarrollo 
y las funciones de estos sistemas. Antes de que un animal pueda mostrar 
cualquier patrón de comportamiento, debe estar listo fi siológicamente 
para producirlo. Por ejemplo, la conducta reproductiva no suele ocurrir 
entre las aves o la mayoría de los mamíferos a menos que en su sangre 
haya una concentración sufi ciente de hormonas sexuales. Un cuerpo hu-
mano no puede caminar sino hasta que sus músculos y neuronas están 
sufi cientemente desarrollados. Estos estados de preparación fi siológica 
son producidos por una interacción continua con el ambiente. El nivel 
de hormonas sexuales en la sangre de un ave puede estar determinado 
por variaciones estacionales en la duración del día. Los músculos del 
bebé se desarrollan con la experiencia, así como con la edad.
Varios factores infl uyen en el desarrollo del canto de los gorriones 
de corona blanca machos (en general, sólo los machos cantan una can-
ción complicada). Estas aves muestran una variación regional conside-
rable en su canto. Durante el desarrollo temprano, las crías de gorriones 
suelen escuchar a los adultos macho que cantan la canción distintiva de 
su población. Los días 10 a 52 después de la eclosión constituyen un pe-
ríodo crítico para aprender la canción. Cuando el joven macho ya tiene 
algunos meses de edad, “practica” la canción durante varias semanas 
hasta que fi nalmente canta en el “dialecto” local. 
En experimentos de laboratorio, los pájaros mantenidos en ais-
lamiento y privados de la experiencia acústica de escuchar el canto de 
machos maduros terminan por cantar una canción defi cientemente desa-
rrollada aunque reconocible de los gorriones de corona blanca machos. 
Cuando a un joven gorrión de corona blanca macho se le permite inter-
actuar socialmente con un pájaro pinzón fresa (que pertenece a un género 
diferente de ave), aprende la canción del pinzón en lugar de la que es es-
FIGURA 52-2 Conducta de rodar el huevo en el ánsar común europeo
En este patrón de conducta más bien rígido, el ganso alcanza el huevo al extender su cuello y usar su 
pico para empujarlo hacia el nido. Si el investigador retira rápidamente el huevo mientras el ganso está 
en proceso de alcanzarlo o rodarlo de vuelta, el ave continúa la conducta hasta su conclusión, como si 
estuviese empujando el huevo ahora ausente de vuelta al nido
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	Parte 7 Estructura y procesos vitales en animales 
	52 Comportamiento animal
	52.1 Conducta y adaptación
	El comportamiento depende de la preparación fisiológica
	Muchos patrones de comportamiento dependen de programas motores

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