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1910 © 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos INTERACCIÓN CARDIORRENAL, 1910 Enfermedad renal crónica y riesgo cardiovascular, 1910 Repercusiones de la anemia debida a enfermedad renal crónica, 1911 LESIÓN RENAL AGUDA INDUCIDA POR CONTRASTE, 1913 Prevención de la lesión renal aguda inducida por contraste, 1913 CIRUGÍA CARDÍACA Y LESIÓN RENAL AGUDA, 1916 ACELERACIÓN DE LA CALCIFICACIÓN VASCULAR, 1916 ENFERMEDAD RENAL E HIPERTENSIÓN, 1916 DIAGNÓSTICO DE SÍNDROMES CORONARIOS AGUDOS EN PACIENTES CON ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA, 1917 DISFUNCIÓN RENAL COMO FACTOR PRONÓSTICO EN SÍNDROMES CORONARIOS AGUDOS, 1918 Razones de los malos desenlaces tras un síndrome coronario agudo en pacientes con disfunción renal, 1919 Tratamiento del infarto de miocardio en pacientes con disfunción renal, 1920 SÍNDROMES CARDIORRENALES, 1922 ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA Y VALVULOPATÍA CRÓNICA, 1924 FUNCIÓN RENAL Y ARRITMIAS, 1924 ABORDAJE DE LA CONSULTA PARA PACIENTES CON ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA Y HEMODIÁLISIS, 1925 EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DEL PACIENTE RECEPTOR DEL TRASPLANTE RENAL, 1927 PERSPECTIVAS FUTURAS, 1928 BIBLIOGRAFÍA, 1928 98 Interconexión entre la enfermedad renal y la enfermedad cardiovascular PETER A. MCCULLOUGH INTERACCIÓN CARDIORRENAL El corazón y el riñón están inextricablemente unidos en términos de funciones hemodinámicas y reguladoras. En un humano normal de 70 kg, cada riñón pesa aproximadamente de 130 a 170 g y recibe un flujo sanguíneo de 400 ml/min por 100 g; esto es aproximadamente del 20 al 25% del gasto cardíaco, y permite el flujo necesario para mantener la filtración glomerular de aproximadamente 1 millón de nefronas (fig. 98-1). Este flujo por unidad de peso es varias veces mayor que el de la mayoría de los demás órganos. Aunque su extracción de oxígeno es baja, los riñones son responsables de alrededor del 8% del consumo total de oxígeno del organismo. El riñón tiene una función central en el equilibrio electrolítico, la síntesis de proteínas y el catabolismo, y en la regulación de la presión arterial. La comunicación entre el riñón y el corazón ocurre en múltiples niveles, como a través del sistema nervioso simpático (SNS), del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) y por medio de la vasopresina, la endotelina y los péptidos natriuréticos. La «pandemia» de obesidad está generando epidemias secundarias de diabetes (DM) de tipo 2 e hipertensión (HTA), trastornos que a menudo conducen a enfermedad renal crónica (ERC) y enfermedad cardiovas- cular (ECV) que pasan desapercibidas en atención primaria.1 Entre los pacientes con DM de tipo 1 o 2 durante 25 años o más, la prevalencia de nefropatía diabética como resultado de enfermedad microvascular es de aproximadamente el 50%.2 Aproximadamente la mitad de todos los casos de enfermedad renal terminal (ERT) son debidos a la nefropatía diabética. Con el envejecimiento de la población general y el cambio en la atención cardiovascular hacia las personas de edad avanzada, los valores decrecientes de función renal que ocurren como parte de la senescencia actúan como un importante factor de pronóstico adverso después de los episodios de ECV. La ERC acelera la progresión de la ateroesclerosis, la enfermedad miocárdica y la enfermedad valvular, y promueve varias arritmias cardíacas que conducen a la muerte súbita.3 Enfermedad renal crónica y riesgo cardiovascular Un rango de valores de la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) derivados de ecuaciones define la ERC.4 Una definición común de ERC establece una TFGe menor de 60 ml/min/1,73 m2 o la presencia de daño renal (fig. 98-2). Con el envejecimiento (edad entre 20 y 80 años), la TFGe disminuye desde aproximadamente 130 ml/min/1,73 m2 hasta 60 ml/min/1,73 m2. Varios procesos patobiológicos parecen comenzar cuando la TFGe cae por debajo de 60 ml/min/1,73 m2 o ERC en estadio 3 (una concentración de creatinina sérica [Cr] de ≈1,2 mg/dl en mujeres y ≈1,5 mg/dl en hombres). Debido a que la Cr es un indicador aproximado de la función renal y a menudo subestima la disfunción renal en mujeres y ancianos, el cálculo de la TFGe o del aclaramiento de creatinina (CrCl) mediante ERC-EPI (Chronic Kidney Disease Epidemiology Collabora- tion) y la ecuación de Cockcroft-Gault, respectivamente, es un método superior para la evaluación de la función renal. La medición del CrCl se usa con mayor frecuencia para determinar las dosis del fármaco porque incluye el peso corporal. Para la clasificación de la enfermedad y el pronóstico, se elige la ecuación ERC-EPI porque no depende del peso corporal y tiene la asociación más precisa con los desenlaces adversos, entre los que se encuentra la mortalidad. La ecuación es: = × κ α × κ − × × × × TFGe 141 mín. (Cr / ,1) máx. (Cr / ,1) 1,209 0,993 edad (años) 1,018 [si es mujer] 1,159 [si es de raza negra] donde Cr es la creatinina sérica en mg/dl, k es 0,7 para mujeres y 0,9 para hombres, α es −0,329 para mujeres y –0,411 para hombres, mín. indica el menor de Cr/k o 1, y máx. indica el mayor de Cr/k o 1. Otra prueba sanguínea aprobada que refleja la función de filtración renal y que se usa en las ecuaciones de TFGe es la cistatina C.5 La cistatina C es una proteína de 13 kDa sintetizada por todas las células con núcleo. Su baja masa molecular y su alto punto isoeléctrico le permiten ser filtrada libremente por el glomérulo y reabsorbida por el túbulo proximal en un 100%. La concentración sérica de cistatina C se correlaciona con la TFGe y, en combinación con una velocidad de síntesis estable, proporciona un marcador sensible de la función de filtración renal. Las concentraciones séricas de cistatina C no dependen del peso ni de la altura, de la masa muscular, de la edad ni del sexo, por lo que es una medida menos variable que la Cr. Además, las mediciones pueden realizarse e interpretarse a partir de una única muestra aleatoria con intervalos de referencia en mujeres y hombres de 0,54 a 1,21 mg/l (mediana, 0,85 mg/l; rango, 0,42-1,39 mg/l). Además, la microalbuminuria con cualquier valor de la TFGe indica ERC y se produce como resultado de una disfunción endotelial o daño de los capilares glomerulares secundario al síndrome metabólico, DM e HTA. La definición más ampliamente aceptada de microalbuminuria es un cociente en una muestra de orina de albúmina/Cr (CAC) de 30 a 300 mg/g. Un CAC mayor a 300 mg/g se considera proteinuria macros- cópica. El CAC en una muestra aleatoria y puntual es la prueba analítica para la microalbuminuria indicada como parte de la evaluación del ries- go cardiovascular y renal realizada por cardiólogos y otros especialistas. TFGe=141×mín. (Cr/k,1)α×máx. (Cr/- k,1)−1,209×0,993×edad (años)×1,0 18 [si es mujer]×1,159 [si es de raza n egra] Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1911 In terco n exió n en tre la en ferm ed ad ren al y la en ferm ed ad card io vascu lar 98 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . La microalbuminuria predice de forma independiente el riesgo de ECV en aquellos pacientes con y sin DM. La cantidad de albúmina y proteínas en orina es el factor pronóstico más importante de progresión rápida de la ERC a la ERT.6 Además, tanto la TFGe como el grado de albuminuria contribuyen de forma independiente a los riesgos en el futuro de lesión renal aguda (LRA), infarto de miocardio (IM), accidente cerebrovas- cular, insuficiencia cardíaca (IC) y mortalidad (fig. 98-3).7 Repercusiones de la anemia debida a enfermedad renal crónica Las concentraciones de hemoglobina (Hb) en la sangre están relaciona- das con la ERC y con laECV. La Organización Mundial de la Salud define la anemia como una concentración de Hb menor de 13 g/dl en hombres y de 12 g/dl en mujeres; aproximadamente el 9% de la población adulta total cumple esta definición. Alrededor del 20% de los pacientes con enfermedad coronaria estable y del 30 al 60% de los pacientes con IC tienen anemia por ERC. Por tanto, la anemia es una posible causa común y fácilmente identificable de síntomas generales, así como un posible objetivo diagnóstico y terapéutico, particularmente en el contexto de ferropenia o de disponibilidad reducida de vitamina B12 o ácido fólico. La anemia contribuye a múltiples resultados adversos, en parte debido a la menor entrega y utilización de oxígeno tisular.16 La causa de la anemia en pacientes con ERC puede ser multifactorial debido al deterioro del transporte de hierro y a una deficiencia relativa de eritropoyetina α (EPO), la proteína estimulante de los eritrocitos, que normalmente es sintetizada por células del parénquima renal en respuesta a la presión parcial de oxígeno en sangre controlada por del factor genético inducible por hipoxia. Los pacientes con ERC e IC son resistentes a los efectos de la EPO. Además, el aumento de las concentraciones de hepcidina 25 circulante, un inhibidor del receptor de la ferroportina, afecta a la absorción y utilización del hierro en todo el organismo, inclusa la médula ósea. A medida que la Hb dis- minuye durante la evolución de la ERC, hay un aumento asociado de los ingresos hospitalarios y la mortalidad por IC. Por el contrario, aquellos pacientes que han tenido un aumento espontáneo de la Hb, ya sea como resultado de una mejoría de la nutrición, de la reducción de factores neurohormonales o de otros factores desconocidos, disfrutan FIGURA 98-1 Estructura normal de los vasos glomerulares. Cada riñón contiene aproximadamente 1 millón de glomérulos en la corteza renal (panel A). El panel B muestra una arteriola aferente que entra en la cápsula de Bowman y se ramifica en capilares que forman el penacho glomerular; las paredes de los capilares forman el filtro real. El filtrado de plasma (orina primaria) es dirigido hacia el túbulo proximal, mientras la sangre no filtrada retorna a la circulación a través de la arteriola eferente. La barrera de filtración de la pared capilar contiene un endotelio fenestrado más interno, la membrana basal glomerular y una capa de procesos interdigitales de los podocitos (panel C). En el panel D, la sección transversal a través del capilar glomerular representa la capa endotelial fenestrada y la membrana basal glomerular con los procesos interdigitales de los podocitos superpuestos. Un diafragma de hendidura ultradelgado abarca la ranura de filtración entre los procesos digitales, ligeramente por encima de la membrana basal. Para mostrar el diafragma cortado, los procesos digitales se dibujan más pequeños que en la escala real (Adaptado de Tryggvason K, Patrakka J, Wartiovaara J: Hereditary proteinuria syndromes and mechanisms of proteinuria. N Engl J Med 2006;354(13):1387-401.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1912 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI FIGURA 98-2 Criterios de diagnóstico de enfermedad renal crónica y lesión renal. TFGe, tasa de filtración glomerular estimada (Adaptado de KDIGO 2012 Clinical Practice Guideline. Kidney Int Suppl 2013;3:63-72.) FIGURA 98-3 Riesgos relativos de los desenlaces cardíacos y renales en cohortes en las que se midieron la TFGe y el CAC. ERC, enfermedad renal crónica; ERT, enfermedad renal terminal; LRA, lesión renal aguda (Adaptado de Chronic Kidney Disease Prognosis Consortium, Matsushita K, van der Velde M, Astor BC, et al: Association of estimated glomerular filtration rate and albuminuria with all-cause and cardiovascular mortality in general population cohorts: a collaborative meta-analysis. Lancet 2010;375(9731):2073-81.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1913 In terco n exió n en tre la en ferm ed ad ren al y la en ferm ed ad card io vascu lar 98 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . de una reducción notable de los resultados finales durante varios años siguientes. Esta mejoría se ha relacionado con una reducción notable del índice de masa del ventrículo izquierdo, lo que indica un cambio favorable en la remodelación del ventrículo izquierdo. El tratamiento de la anemia con proteínas exógenas estimulantes de los eritrocitos (EPO y darbepoetina α), aumentando el nivel de Hb de menos de 10 g/dl a 12 g/dl, se ha relacionado con cambios favorables en el remodelado ventricular izquierdo, mejor fracción de eyección, mejoría de la clasificación funcional y mayores valores de consumo máximo de oxígeno en pruebas de esfuerzo. Sin embargo, el tratamiento con EPO y hierro suplementario, que es necesario en aproximadamente el 70% de los casos de ERT, se asocia con tres problemas: 1) aumento de la actividad plaquetaria y síntesis de trombina con aumento del riesgo de trombosis; 2) elevación de la endotelina y dimetilarginina asimétrica, que teóricamente reduce la disponibilidad de óxido nítrico y da como resultado HTA, y 3) alteración de las medidas de estrés oxidativo. Los ensayos clínicos con asignación aleatoria con fármacos estimulantes de los eritrocitos (FEE), que tienen objetivos más elevados de concentración de Hb en la ERC, han demostrado tasas más altas de episodios de ECV y ninguna mejoría de las tasas de mortalidad, de la progresión de la ERC o de la calidad de vida relaciona- da con la salud.8-10 El Reduction of Events with Darbepoetin Alfa in Heart Failure Trial (RED-HF) asignó aleatoriamente a 2.278 pacientes con IC sistólica y anemia de leve a moderada (Hb = 9-12 g/dl) para recibir darbepoetina α aproximadamente de 60 a 600 µg por vía subcutánea cada 2 a 4 semanas (objetivo, Hb 13 g/dl) o placebo y no encontró reducciones en los ingresos hospitalarios o la mortalidad por IC, pero sí un 35% de riesgo mayor de complicaciones tromboembólicas con FEE.11 Cuando se tiene en cuenta la exposición a la dosis de FEE, parece que la toxicidad cardiovascular del fármaco y no la Hb es la responsable de los desenlaces adversos informados en los ensayos clínicos con FEE.12 Como resultado de estos estudios, la estrategia actual es la utilización de FEE con moderación para mantener una concentración de Hb suficiente como para evitar los síntomas y la necesidad de transfusión. Las dosis altas de hierro oral o intravenoso pueden superar el defecto de reutilización del hierro en la anemia por ERC. En un metaanálisis de 64 ensayos clínicos (que incluye cinco estudios de pacientes con IC) que inscribió a 9.004 pacientes, el hierro se asoció con elevaciones de Hb y reducciones en la necesidad de transfusión.13 El análisis de los cinco ensayos clínicos de pacientes con IC y ferropenia (509 pacientes recibieron tratamiento con hierro y había 342 controles) demostraron que el hierro intravenoso se asoció con reducciones de los ingresos hos- pitalarios IC y de la mortalidad cardiovascular (razón de posibilidades [OR, odds ratio], 0,39; intervalo de confianza [IC] al 95%, 0,24-0,63; P = 0,0001) y mejoras en múltiples medidas del estado funcional.14 Estos resultados necesitarán confirmación en ensayos clínicos extensos, pero respaldan la consideración de la repleciónde hierro en pacientes con ERC, anemia e IC cuando hay pruebas de ferropenia (saturación de hierro < 20% y ferritina < 200 ng/ml). El factor inducible por hipoxia tiene una vida media muy corta debido a una prolil-hidroxilasa que descompone este regulador genético de la EPO, así como también el factor de crecimiento derivado del endotelio vas- cular. Hay factores inducibles por hipoxia orales, inhibidores de la prolil- hidroxilasa, en desarrollo que estabilizan el factor inducible por hipoxia y permiten una mayor síntesis endógena de EPO con mejora del transporte de hierro y elevan las concentraciones de Hb.15 Los ensayos clínicos de fase 3 de estos fármacos evaluarán su eficacia para el tratamiento de la anemia en la ERC y permitirán su seguridad cardiovascular. LESIÓN RENAL AGUDA INDUCIDA POR CONTRASTE La lesión renal aguda inducida por contrastes yodados (LRA-IC) se suele definir mediante los criterios de los Kidney Disease International Global Outcomes de aumento de la Cr sérica 0,3 mg/dl o mayor desde la línea basal en las primeras 48 h desde la administración intravascular o una elevación del 50% o mayor desde la línea basal durante el ingreso hos- pitalario.16 El National Cardiovascular Data Registry Cath-PC (n = 985.737, que estudió a pacientes que fueron sometidos a intervención coronaria percutánea [ICP] programada o urgente), informó de 69.658 (7,1%) casos de LRA-IC (aumento de Cr ≥ 0,3 mg/dl) y 3.005 (0,3%) casos de LRA que necesitaron diálisis.17 Los aumentos transitorios de Cr se asocian con prolongación de los ingresos hospitalarios y en unidades de cuidados intensivos, IM, accidente cerebrovascular, IC, reingreso y fallecimiento después de la angiografía coronaria, ICP y angiografía seguida de intervención quirúrgica cardíaca (fig. 98-4).18 La LRA-IC tiene tres posibles mecanismos fisiopatológicos: 1) toxicidad directa de las nefronas por el medio de contraste yodado; 2) microesferas de ateroembolias en los riñones (debidas a cambios de catéter y guía por encima de las arterias renales), y 3) vasoconstricción intrarrenal inducida por material de contraste o ateroembolias. La toxicidad directa de las nefronas por el medio de contraste yodado parece estar relacionada con la ionicidad y la osmolaridad de los medios de contraste administrados en el contexto de ERC.18 Se pueden producir microesferas de émbolos de colesterol en aproximadamente el 50% de las intervenciones percutáneas con abordaje aórtico; la mayoría de los episodios son clínicamente silentes.19 Sin embargo, en aproximadamente el 1% de los casos de alto riesgo, puede desarrollarse un síndrome agudo de embolia de colesterol, que se manifiesta por insuficiencia renal aguda, isquemia mesentérica, disminución de la microcirculación de las extremidades y, en algunos casos, accidente cerebrovascular embólico. Debido a que hay menos movimiento transaórtico de las guías y los catéteres, la intervención coronaria transradial se asocia con índices de LRA-IC que son entre el 22 y el 50% más bajos.20,21 La vasoconstricción intrarrenal como respuesta vascular patológica a los medios de contraste en la ERC y tal vez como la reacción del órgano a microembolias de colesterol superpuestas también lesiona el riñón. La hipoxia desencadena la activación del SNS renal y reduce todavía más el flujo sanguíneo renal (fig. 98-5). El factor predictivo más importante de LRA-IC es la disfunción renal subyacente. Cuando la TFGe cae hasta menos de 60 ml/min/1,73 m2, las nefronas restantes deben asumir la carga de filtración residual con mayores demandas de oxígeno ante un aporte reducido y, por tanto, hay una mayor susceptibilidad a la lesión citotóxica, isquémica y oxidativa.18 Prevención de la lesión renal aguda inducida por contraste Los pacientes con ERC previa (TFGe inicial, < 60 ml/min/1,73 m2) y, en particular, aquellos con ERC y DM, merecen una estrategia de prevención de la LRA-IC. La presencia de ERC, DM y otros factores de riesgo, como la inestabilidad hemodinámica, el uso de balón de contrapulsación intraaórtica, IC, edad avanzada y anemia, en el mismo paciente conllevan un riesgo de LRA-IC mayor del 50%.22 El proceso de consentimiento informado de un paciente de alto riesgo antes del uso de contraste yodado intravascular debe incluir el comentario de LRA-IC. La prevención de la LRA-IC conlleva la consideración de cuatro cuestiones: 1) expansión del volumen intravascular; 2) elección y cantidad de material de contraste; 3) abordaje transradial o femoral, y 4) vigilancia postoperatoria y atención expectante. Debido a que el contraste yodado es hidrosoluble, es susceptible de estrategias de prevención que expanden el volumen intravascular y aumentan la filtración renal y el flujo tubular de la orina hacia los conductos colectores, y posteriormente hacia los uréteres y la vejiga. La LRA-IC responde a la administración intravascular de soluciones isotónicas de cristaloides para mejorar la eliminación renal del con- traste a través de la orina. Numerosos ensayos clínicos con asignación aleatoria han comparado las soluciones isotónicas de bicarbonato con solución salina por vía intravenosa. Los ensayos clínicos más amplios y de mayor calidad no han demostrado diferencias en las tasas de resultados renales.23,24 Los factores del paciente deben guiar el uso de cualquiera de las soluciones isotónicas de cristaloides. El ensayo clínico Prevention of Contrast Renal Injury with Different Hydration Strategies (POSEIDON) asignó aleatoriamente a 396 pacientes con TFGe menor de 60 ml/min/1,73 m2 y un factor de riesgo adicional a una estrategia de medición de la presión telediastólica del ventrículo izquierdo y volumen plasmático expandido frente a la atención habitual. Cada grupo tenía un estándar de cuidado de solución salina normal de 3 ml/kg durante 1 h antes del cateterismo cardíaco. El abordaje guiado por presión telediastólica del ventrículo izquierdo se asoció con una administración de líquidos más intensa durante y después de la técnica y con una mayor reducción de la LRA-IC (6,7%) que en el grupo de control (16,3%); el Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1914 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI riesgo relativo (RR) fue de 0,41; el IC al 95% fue de 0,22 a 0,79; y la P, de 0 a 0,005. Por tanto, es razonable considerar la administración intravenosa de 250 ml de solución salina normal antes de la técnica y lograr una diuresis de aproximadamente 150 ml/h durante y después de la técnica. Los ensayos clínicos con asignación aleatoria de medios de contraste yodados han demostrado tasas más bajas de LRA-IC con yodixanol isoosmótico no iónico. Un metaanálisis restringido a 25 ensayos clínicos comparativos, con grupos de control, prospectivos, con asignación aleatoria, con doble cegado, comparó el yodixanol con los medios de contraste de baja osmolaridad (MCBO) en pacientes adultos sometidos a exploraciones angiográficas con valores séricos de Cr al inicio y después de la administración de medios de contraste.25 El riesgo relativo de LRA-IC (aumento de Cr ≥ 0,5 mg/dl) para yodixanol fue de 0,46, con P = 0,004, en comparación con los MCBO, como se resume en la figura 98-6. Estos datos son coherentes con la hipótesis de que el yodixanol (290 mOsm/ kg) es menos nefrotóxico que los MCBO con osmolaridad que varía entre 600 y 800 mOsm/kg cuando se administra intraarterialmente. Sin embargo, no parece haber una diferencia relevante en las tasas de LRA-IC entre el yodixanol y los MCBO cuando se administra contraste en pacientes de menor riesgo o por vía intravenosa.25 Aunque es deseable limitar el contraste alvolumen más pequeño posible en cualquier situación, existe un desacuerdo sobre un límite de contraste «seguro». Cuanto menor es la TFGe, podrá causar LRA-IC una menor cantidad de material de contraste. En general, es conveniente limitar el medio de contraste a menos de 30 ml para una técnica de diagnóstico y a menos de 100 ml para una técnica intervencionista. Si se planifican las técnicas por etapas y se ha producido LRA-IC en la primera técnica, posee ventajas dejar más de 10 días entre la primera y la segunda exposiciones al contraste. Como se mencionó anteriormente, el abordaje transradial se asocia con un riesgo notablemente menor de LRA-IC cuando se controlan los demás factores. La mayoría de los ensayos clínicos sobre estrategias preventivas para la LRA-IC han sido pequeños y de poca potencia estadística, y no encontraron la estrategia preventiva investigada como superior al placebo. Después de muchos pequeños estudios que lo indicaban, un extenso ensayo clínico con asignación aleatoria (n = 2.308) con N-acetilcisteína oral 1.200 mg dos veces al día el día anterior y posterior a la técnica no mostró diferencias en las tasas de LRA-IC (12,7% para ambos grupos), ERT u otros resultados.26 Por tanto, ni la N-acetilcisteína ni ningún otro medicamento están aprobados para la prevención de la LRA-IC. En la figura 98-7 se muestra un algoritmo señalado para la estratifica- ción del riesgo y la prevención de la LRA-IC. Una TFGe menor de 60 ml/ min/1,73 m2 obliga a una expansión de volumen previa a la técnica, al uso de acceso transradial si es posible, al uso de yodixanol o MCBO como medio de contraste y la minimización del volumen de contraste. La vigilancia posterior a la técnica es crucial en la era actual de estancias cortas e intervenciones ambulatorias. En general, en los pacientes de alto riesgo ingresados en el hospital se debe iniciar la hidratación de 1 a 3 h antes de la técnica y continuar durante al menos 3 h después. La Cr sérica debe medirse 24 h después de la técnica. Los pacientes ambulatorios, particularmente aquellos con un TFGe menor de 60 ml/ min/1,73 m2, deben permanecer ingresados durante la noche o recibir el alta para regresar a casa con un seguimiento de 48 h y una medición sérica de Cr. Si se desarrolla LRA-IC grave, los pacientes generalmente presentan un aumento de Cr mayor de 0,5 mg/dl en las primeras 24 h FIGURA 98-4 Incidencia acumulada de mortalidad por todas las causas (A); ingreso hospitalario por insuficiencia cardíaca (B); ingreso hospitalario por infarto de miocardio (C), y enfermedad renal terminal tras angiografía coronaria (D), en función de la gravedad de la lesión renal aguda reflejada por la magnitud del cambio de la concentración de la creatinina sérica (∆Scr) después de la angiografía coronaria. Angiografía coronaria sola = 4.219, con ICP = 8.205, con cirugía cardíaca = 2.412 (Adaptado de James MT, Ghali WA, Knudtson ML, et al: Alberta Provincial Project for Outcome Assessment in Coronary Heart Disease (APPROACH) Investigators: Associations between acute kidney injury and cardiovascular and renal outcomes after coronary angiography. Circulation 2011;123(4):409-16.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1915 In terco n exió n en tre la en ferm ed ad ren al y la en ferm ed ad card io vascu lar 98 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . FIGURA 98-6 Recopilación de razones de posibilidades (odds ratios) agrupadas de ensayos clínicos directos de metaanálisis IA, IV y mixtos IA e IV sobre la incidencia de LRA-IC (definida como aumento ≥ 0,5 mg/dl de Crs desde la inicial) que demuestra una desviación a la izquierda de los cálculos de los ensayos clínicos agregados IV, IV/IA, e IA a favor del uso de yodixanol (Adaptado de McCullough PA, Brown JR: Effects of intra-arterial and intravenous iso-osmolar contrast medium (iodixanol) on the risk of contrast-induced acute kidney injury: a meta-analysis. Cardiorenal Med 2011;1(4):220-34.) FIGURA 98-5 Patogenia de la lesión renal aguda inducida por contraste (Adaptado de Brown JR, McCullough PA: Contrast nephropathy and kidney injury textbook of cardiovascular intervention. New York, Springer, 2011.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1916 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI después de la técnica. Por tanto, en aquellos que no tienen este grado de elevación sérica de Cr y que, por lo demás, no tienen complicaciones, se puede considerar el alta hospitalaria. Si un paciente tiene una TFGe menor de 30 ml/min/1,73 m2, el facultativo debe analizar con el paciente la posibilidad de realizar diálisis y una consulta a nefrología para un posible tratamiento antes y después de la técnica con hemofiltración o diálisis. CIRUGÍA CARDÍACA Y LESIÓN RENAL AGUDA La LRA se produce en aproximadamente el 15% de los pacientes des- pués de algunas intervenciones de cirugía cardíaca con o sin el uso de circulación extracorpórea. Las tasas de LRA son más elevadas cuando la angiografía coronaria se realiza el mismo día o pasan relativamente pocos días entre la angiografía y la intervención quirúrgica.27 La cirugía cardíaca expone a los pacientes a muchos factores, como toxinas endó- genas/exógenas (hemo libre, hierro catalítico), factores metabólicos, isquemia y reperfusión, activación neurohormonal, inflamación y estrés oxidativo, que pueden contribuir a la lesión tubular renal anunciada por la disminución de la diuresis y el aumento de la Cr sérica después de la intervención quirúrgica cardíaca.28 Se pueden utilizar los criterios de Kidney Disease Global Outcome (KDIGO) para identificar la LRA en este grupo de pacientes (fig. 98-8).16 Varios marcadores pueden predecir la LRA postoperatoria.28 La cirugía cardíaca sin circulación extracorpórea no parece disminuir las tasas de LRA. Los ensayos clínicos con péptidos natriuréticos, corticoesteroides, agonistas de la hormona estimulante de los melanocitos α, inhibidores del complemento y precondicionamiento isquémico tardío no han podido prevenir la LRA. Por tanto, en este momento, no hay formas aceptadas de profilaxis o tratamiento para la LRA asociada a la cirugía cardíaca. ACELERACIÓN DE LA CALCIFICACIÓN VASCULAR Cuando la TFGe cae por debajo de 60 ml/min/1,73 m2, la filtración y la eliminación de fósforo caen. Además, la menor producción de 1,25 dihidroxivitamina D conduce a hipocalcemia relativa. Por tanto, los grados sutiles de hiperfosfatemia e hipocalcemia desencadenan una mayor liberación de hormona paratiroidea, que provoca la liberación de calcio y fósforo del hueso. El hueso, a su vez, produce mayores cantidades de factor-23 de crecimiento de fibroblastos, que dirige a los riñones para aumentar la eliminación de fósforo, pero también favorece la hipertrofia del ventrículo izquierdo (HVI). Como resultado de este metabolismo óseo y mineral anómalo, los pacientes con ERT tienen un aumento marcado de los valores absolutos y las velocidades de acumulación de calcificación arterial y HVI. Varios estímulos pueden inducir a las células del músculo liso vascular in vitro para que asuman funciones similares a las de los osteoblastos, como el manejo de fósforo, colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (C-LDL), factor de calcificación vascular, hormona paratiroidea y péptido relacionado con la hormona paratiroidea.Ninguna estrategia específica para manipular el equilibrio calcio- fósforo o tratar el hiperparatiroidismo secundario evaluada hasta el momento cambia la tasa anual de aumento de la escala de calcio en la arteria coronaria o de episodios cardiovasculares.29-31 ENFERMEDAD RENAL E HIPERTENSIÓN El riñón es un regulador central de la presión arterial y controla la presión intraglomerular a través de la autorregulación. La retención de sodio estimula el aumento de la presión arteriolar sistémica y renal en un intento FIGURA 98-7 Algoritmo para el tratamiento de pacientes que reciben medios de contraste yodados. AINE, antiinflamatorio no esteroideo; ALARA, tan bajo como sea razonablemente alcanzable (as low as reasonably achievable); Cr, creatinina; ERC, enfermedad renal crónica; IGFBP7, factor de crecimiento de tipo insulina que se une a la proteína 7; ISRA, inhibidores del sistema renina-angiotensina; LRA-IC, lesión renal aguda inducida por contraste; PTDVI, presión telediastólica del ventrículo izquierdo; TAVI, inserción percutánea de la válvula aórtica; TFGe, tasa de filtración glomerular calculada; TIMP2, inhibidor tisular de la metaloproteinasa 2 (Adaptado de McCullough PA, Choi JP, Feghall GA, et al: Contrast-induced acute kidney injury. J Am Coll Cardiol 2016;68:1465-73.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1917 In terco n exió n en tre la en ferm ed ad ren al y la en ferm ed ad card io vascu lar 98 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . de forzar mayores grados de filtración glomerular. La lesión glomerular activa varias vías que aumentan todavía más la presión arterial sistémica (v. también capítulos 46 y 47). Este efecto establece un círculo vicioso de mayor lesión glomerular y tubulointersticial y empeora la HTA. Una piedra angular del tratamiento de la ERC combinada con ECV es el con- trol estricto de la presión arterial. En la mayor parte de los pacientes con ERC y proteinuria, son necesarios tres o más fármacos antihipertensivos para alcanzar una presión arterial objetivo inferior a 130/80 mmHg.32 El Systolic Blood Pressure Intervention Trial (SPRINT) asignó aleatoriamente a 9.361 pacientes sin DM con una TFGe media de 71 ml/min/1,72 m2 y descubrió que un objetivo de presión arterial sistólica de 120 mmHg se asociaba con tasas reducidas de IM de nueva aparición, síndrome coronario agudo (SCA), accidente cerebrovascular, IC o mortalidad por causas cardiovasculares; sin embargo, no hubo diferencias en las tasas de progresión a ERC, ERT o cualquier otro resultado renal. Los principales problemas de estilo de vida para controlar la ERC y la HTA son los cambios en la dieta con restricción de sodio, reducción de peso del 15% o mayor hasta un índice de masa corporal objetivo menor de 25 kg/m2 y ejercicio durante 60 min al día durante la mayoría de los días de la semana. El tratamiento farmacológico tiene como objetivo el control estricto de la presión arterial con un agente que antagoniza el SRAA, a menudo en acción combinada con un diurético de tipo tiacídico. Los bloqueantes de los canales de calcio dihidropiridínicos solos, debido a la dilatación relativa de la arteriola aferente, aumentan la presión intraglomerular y empeoran la lesión glomerular, por lo que deben evitarse como fármacos aislados para el control de la presión arterial. Las combinaciones de múltiples fármacos bloqueantes del SRAA (inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina [ECA], antagonistas del receptor de la angiotensina II [ARA], un inhibidor directo de la renina) no proporcionan ningún beneficio adicional, sino que causan más complicaciones. Los signos clínicos como la presión arterial mal controlada cuando el paciente está tomando más de tres fármacos, soplos abdominales, antecedentes de tabaquismo, enfermedad arterial periférica y un cambio marcado en la Cr sérica con la administración de un inhibidor de la ECA o ARA hacen aumentar la posibilidad de estenosis bilateral de la arteria renal.33 Aunque la estenosis de la arteria renal constituye menos del 3% de los casos de ERT, representa una afección posiblemente tratable (v. también capítulo 66). Los intentos de reducir la actividad del SNS sobre los riñones no han mejorado la presión arterial ni los desenlaces clínicos en estudios controlados adecuadamente.34 DIAGNÓSTICO DE SÍNDROMES CORONARIOS AGUDOS EN PACIENTES CON ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA Los pacientes con ERC tienen tasas más altas de isquemia silente; el trastorno se agrupa como arritmias graves, IC y otros episodios cardíacos (v. también capítulos 56 y 58). Aproximadamente la mitad de los pacientes ambulatorios estables con ERC tendrán una concentración de troponina I (cTnI) de alta sensibilidad cardíaca o cTnT por encima del percentil 99 de la normalidad.35 El grado de elevación de la cTn se relaciona con la masa ventricular izquierda, (Continúa) TABLA 98-1 Tratamientos agudos y crónicos para la enfermedad arterial coronaria en pacientes con enfermedad renal crónica fÁrmaco dosis normal PoBlación con EnfErmEdad rEnal crónica farmacologÍa Antiagregantes plaquetarios Ácido acetilsalicílico IM agudo: 160-325 mg p.o. tan pronto como sea posible Profilaxis del IM: 81-162 mg p.o. una vez al día ICP: 325 mg p.o. antes del procedimiento, posteriormente 160-325 mg p.o. de mantenimiento AI: 75-162 mg p.o. una vez al día Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC Un metaanálisis de pacientes sometidos a diálisis demostró el beneficio del tratamiento con ácido acetilsalicílico sobre los resultados cardiovasculares Metabolismo: hígado, sistema de enzimas microsómicas Eliminación renal: 80-100% en 24-72 h Excreción: principalmente en orina (80-100%), sudor, saliva, heces Clopidogrel AI/IMSEST: dosis inicial en bolo de 300-600 mg, seguida de 75 mg p.o. una vez al día con ácido acetilsalicílico IMEST: 75 mg p.o. una vez al día con ácido acetilsalicílico 75-162 mg/día IM reciente: 75 mg p.o. una vez al día Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC Metabolismo: CYP3A4, CYP2C19 (predominantemente), y otros para generar metabolitos activos; también por esterasas a un metabolito inactivo Excreción: orina y heces Prasugrel SCA: Dosis de carga: 60 mg p.o. una vez Dosis de mantenimiento: 10 mg p.o. una vez al día con ácido acetilsalicílico 81-325 mg/día; el riesgo de hemorragia puede aumentar si el peso es < 60 kg, considérense 5 mg p.o. una vez al día (eficacia/seguridad no establecidas) Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC Metabolismo: hígado; CYP450, CYP2B6, CYP2C9/CYP2C19 (menor), substrato CYP3A4; inhibidor CYP2B6 (débil) Excreción: orina (68%) y heces (27%) Ticagrelor SCA con ICP y endoprótesis: Dosis de inicio: 180 mg p.o. una vez Dosis de mantenimiento: 90 mg p.o. dos veces al día Para administrar durante 1 año con ácido acetilsalicílico como alternativa a la doble antiagregación Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC Metabolismo: hepático CYP450 Excreción: bilis principalmente, orina < 1% FIGURA 98-8 Estadios de la lesión renal aguda de acuerdo con la clasificación de KDIGO. KDIGO, Kid- ney Disease: Improving Global Outcomes; TFGe, tasa de filtración glomerular estimada; TRR, tratamiento de reemplazo renal (Adaptado de KDIGO AKI Work Group: KDIGO clinical practice guideline for acute kidney injury. Kidney Int Suppl 2012;17:1-138.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. ElsevierInc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1918 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI la enfermedad coronaria, la gravedad de la insuficiencia renal enfermedad y la mortalidad por todas las causas.36 Por tanto, con el uso de análisis de alta sensibilidad, en general, la cTnI tiene más ventajas en la evaluación diagnóstica de pacientes con ERC o ERT con dolor torácico agudo, mientras que las elevaciones crónicas de la cTnT son más comunes y con mayor valor pronóstico en pacientes estables. El diagnóstico de IM en pacientes con ERC o ERT necesita mediciones de troponina seriadas porque muchas están por encima del percentil 99 respecto al normal al inicio del estudio. La miopatía esquelética de la ERC puede elevar la creatina cinasa, la mioglobina y algunos análisis de cTnI/cTnT de generaciones anteriores, lo que hace que estas pruebas sean menos deseables. DISFUNCIÓN RENAL COMO FACTOR PRONÓSTICO EN SÍNDROMES CORONARIOS AGUDOS Entre los avances en el diagnóstico y el tratamiento del SCA agudo están la respuesta paramédica temprana y la desfibrilación, las unidades de cuidados coronarios y la farmacoterapia con fármacos antiagregantes plaquetarios, antitrombóticos, bloqueantes del receptor β, antagonistas del SRAA, hipolipidemiantes, trombolíticos intravenosos e intervención percutánea (tablas 98-1 a 98-3). Los pacientes con ERC representan el 30,5% de los pacientes con IM con elevación del segmento ST (IMEST) y el 42,9% de los pacientes con IMSEST (fig. 98-9), y tienen tasas más fÁrmaco dosis normal PoBlación con EnfErmEdad rEnal crónica farmacologÍa Inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina Ejemplos: captopril, zofenopril, enalapril, ramipril, quinapril, perindopril, lisinopril, benazepril, imidapril, trandolapril, fosinopril Indicados para el tratamiento de la hipertensión, prevención de episodios cardiovasculares como IC en pacientes de riesgo, reducción de la progresión de la nefropatía de la diabetes de tipo 1 y reducción de episodios cardiovasculares en pacientes después de un IM con disfunción ventricular izquierda o IC También indicada para el tratamiento de la IC Puede ser necesario individualizar la programación de las dosis en cada sesión de diálisis para evitar la hipotensión durante la diálisis En general, debe reducirse la dosis un 50-75% en ERT Eliminación: principalmente renal, con semivida de eliminación de 12,6 h en pacientes sanos En pacientes con deterioro de la función renal (CrCl ≤ 30 ml/min), se ha observado una semivida prolongada y acumulación sin repercusiones clínicas Antagonistas del receptor de la angiotensina II Ejemplos: losartán, irbesartán, olmesartán, candesartán, valsartán, telmisartán Indicados para el tratamiento de la hipertensión, para reducir la progresión de la nefropatía de la diabetes de tipo 2, y para reducir los episodios cardiovasculares en pacientes tras un IM con disfunción ventricular izquierda o IC Indicados para IC en pacientes que no toleran inhibidores de la ECA Como tratamiento de primera elección en la mayor parte de los pacientes con ERC, está indicado el uso de inhibidores de la ECA o ARA; ambos se ha demostrado que reducen la HVI en pacientes sometidos a hemodiálisis Las concentraciones de ARA no cambian de forma relevante durante la hemodiálisis El losartán tiene eliminación hepática (88%) y renal (12%) Bloqueantes de los canales del calcio Dihidropiridinas, como, por ejemplo, el amlodipino, el felodipino, el nicardipino, el nifedipino, el nimodipino o el nitrendipino No dihidropiridinas, como, por ejemplo, el diltiacem o el verapamilo En AI/IMSEST, si los β-bloqueantes están contraindicados, debe elegirse un BCC no-dihidropirimidina en ausencia de disfunción del ventrículo izquierdo relevante u otra contraindicación* Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC El tratamiento de la EAC en pacientes sometidos a diálisis debe seguir las directrices para la población general y utilizar los BCC como lo indican Los efectos hemodinámicos y electrofisiológicos de los BCC son marcadamente distintos entre ellos y deben evaluarse cuando se indica el tratamiento adecuado Amlodipino presenta la eliminación renal como la vía principal de excreción, con alrededor el 60% eliminado por orina Diltiacem sufre metabolismo principalmente hepático Nitratos Nitroglicerina Pomada al 2% Angina: 1-5 cm aplicada por la mañana y 6 h después sobre la piel del tronco IC: 4 cm, y aumentar 1-2,5 cm hasta alcanzar los 10 cm, cada 4 h Sublingual: 0,4 mg para el alivio del dolor torácico en SCA Sublingual: 0,3-0,6 mg cada 5 min Máximo: tres dosis en 15 min Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC Precaución para evitar la hipotensión en estados de baja volemia como las sesiones de diálisis Metabolismo: principalmente en el hígado, también extrahepático como en la pared vascular y los eritrocitos Excreción: orina Fármaco antianginoso Ranolacina 500-1.000 mg p.o. dos veces al día Máximo: 2.000 mg/día Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC Prolonga el intervalo QTc Se recomienda la vigilancia estricta Excreción: por la orina el 73-75% y por las heces el 25% AI, angina inestable; ARA, antagonista del receptor de la angiotensina; BCC, bloqueante de los canales de calcio; CrCl, aclaramiento de creatinina; EAC, enfermedad arterial coronaria; ECA, enzima conversora de la angiotensina; ERC, enfermedad renal crónica; HVI, hipertrofia ventricular izquierda; IC, insuficiencia cardíaca; ICP, intervención coronaria percutánea; IM, infarto de miocardio; IMEST, infarto de miocardio con elevación del ST; IMSEST, infarto de miocardio sin elevación del ST; SCA, síndrome coronario agudo. *Véase también Roberts WC, Taylor MA, Shirani J: Cardiac findings at necropsy in patients with chronic kidney disease maintained on chronic hemodialysis. Medicine (Baltimore) 2012;91(3):165-78. TABLA 98-1 Tratamientos agudos y crónicos para la enfermedad arterial coronaria en pacientes con enfermedad renal crónica (cont.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1919 In terco n exió n en tre la en ferm ed ad ren al y la en ferm ed ad card io vascu lar 98 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . elevadas de mortalidad intrahospitalaria de forma gradual con el agravamiento de la función renal (fig. 98-10).37 Existe una asociación independiente entre el grado de ERC y las tasas de mortalidad a los 30 días y 1 año después del SCA. Una TFGe inicial reducida también predice mayores tasas de LRA, hemorragias, desarrollo de IC, IM recidivante, reingreso hospitalario y accidente cerebrovascular en el contexto del SCA. Los pacientes con ERT tienen la mayor tasa de mortalidad después de un IM que cualquier otra población extensa con una enfermedad crónica. TABLA 98-2 Bloqueantes del receptor β-adrenérgico en pacientes con enfermedad renal crónica* fÁrmaco dosis normal PoBlación con EnfErmEdad rEnal crónica farmacologÍa Metoprolol IM agudo Tartrato de metoprolol: 2,5-5 mg i.v. rápido cada 2-5 min, hasta 15 mg durante 10-15 min, posteriormente 15 min después de la última dosis i.v. y administración de 15 mg i.v. o 50 mg p.o. cada 6 h durante 48 h, posteriormente 50-100 mg p.o. dos veces al día Angina Tartrato de metoprolol: inicialmente 50 mg p.o. dos veces al día, posteriormente ajuste la dosis a 200 mg p.o. dos veces al día Succinato de metoprolol: 100 mg p.o. una vez al día; no más de 400 mg al día Sin ajuste específico de dosispara pacientes con ERC Se recomienda el control estricto de los efectos secundarios Dializable: si Metabolismo: hepático CYP2D6 Metabolitos: inactivos Excreción: por orina el 95% Esmolol Control inmediato Para el tratamiento intraoperatorio, administre 80 mg (≈1 mg/kg) como dosis en bolo durante 30 s, seguidos por una perfusión de 150 µg/kg/min si es necesario Dosis máxima en perfusión: 300 µg/kg/min Control gradual Para tratamiento postoperatorio, administre dosis de carga en perfusión de 500 µg/kg/min durante 1 min, seguida de perfusión de 4 min a 50 µg/kg/min Si no hay efecto a los 5 min, repita la dosis de carga y siga con una perfusión aumentada a 100 µg/kg/min Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC Metabolismo: metabolizado extensamente por esterasas en el citosol de los eritrocitos Metabolitos: principalmente metabolitos ácidos (ASL-8123), metanol (inactivo) Excreción: orina < 1 a 2% Carvedilol Hipertensión y protección post-IM: 6,25-25 mg p.o. dos veces al día Comience con 6,25 mg p.o. dos veces al día, posteriormente aumente cada 3-14 días a 12,5 mg p.o. dos veces al día, posteriormente 25 mg p.o. dos veces al día Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC En un estudio pequeño de pacientes sometidos a diálisis con miocardiopatía dilatada, el carvedilol mejoró la función del ventrículo izquierdo y disminuyó las tasas de ingresos hospitalarios, mortalidad cardiovascular y mortalidad total Eliminación: principalmente biliar Excreción: principalmente por heces ERC, enfermedad renal crónica; IM, infarto de miocardio; i.v., intravenoso; p.o., vía oral. FIGURA 98-9 Prevalencia de ERC y estadios 3a, 3b, 4, y 5 (sin diálisis) y diálisis que presentan IMSEST e IMEST. El estadio 3b como TFGe de 30 a 44 ml/min/1,73 m2; el estadio 4 de ERC como TFGe de entre 15 y 29 ml/min/1,73 m2, y ERC de estadio 5 como TFGe menor de 15 ml/min/1,73 m2 o tratamiento con diálisis (Adaptado de Fox CS, Muntner P, Chen AY, et al; Acute Coronary Treatment and Intervention Outcomes Network registry: Use of evidence-based therapies in short-term outcomes of ST-segment elevation myocardial infarction and non-ST-segment elevation myocardial infarction in patients with chronic kidney disease: a report from the National Cardiovascular Data Acute Coronary Treatment and Intervention Outcomes Network registry. Circulation 2010;121(3):357-65.) Razones de los malos desenlaces tras un síndrome coronario agudo en pacientes con disfunción renal Los pacientes con disfunción renal pueden tener resultados cardiovasculares malos después del SCA por cuatro razones: 1) exceso de enfermedades coexis- tentes asociadas con la ERC y la ERT, en concreto DM y disfunción del ventrículo izquierdo; 2) nihilismo terapéutico; 3) toxicidad de los t ratamientos, y 4) factores biológicos y fisiopatológicos especiales en la disfunción renal que empeoran los resultados.38 Los defectos principales en la trombosis atribuibles a la uremia son la elevación de citocinas, el exceso de síntesis de trombina y la disminución de la agregación plaquetaria. Por tanto, los pacientes con ERC y ERT pueden tener mayores tasas de episodios trombóticos coronarios y mayor riesgo de hemorragia al mismo tiempo. En pacientes con disfunción renal, los riesgos de hemorragia aumentan con ácido acetilsalicílico, hepa- rina no fraccionada, heparina de bajo peso molecular, trombolíticos, antagonistas de la glucoproteína IIb/IIIa y antiagregantes plaquetarios tienopiridinas (tablas 98-4 y 98-5). La uremia causa disfunción plaquetaria por mecanismos independientes que se añaden a los antia- gregantes plaquetarios farmacológicos.39 La disfunción renal es un estado altamente inflamatorio, asociado con mayores tasas de rotura de placas y episodios de ECV trombótica accidental. Los pacientes con ERC tienen enfermedad arterial coronaria (EAC) más extensa y proximal que la población general; por tanto, tienen áreas más extensas de miocardio con riesgo de disfunción e isquemia. Finalmente, los pacientes con hiperactivación aguda-crónica de los sistemas neurohormonales, como el *La hemodiálisis reduce las concentraciones sanguíneas del atenolol, del acebutolol y del nadolol; por el contrario, las concentraciones del carvedilol y del labetalol no cambian de forma relevante. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1920 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI SRAA, el SNS o los sistemas que usan endotelina o vasopresina, que no tienen una contrarregulación adecuada de péptidos natriuréticos, óxido nítrico y otros sistemas, pueden potenciar el agravamiento de la isquemia, la disfunción miocárdica y la lesión de órganos finales. Tratamiento del infarto de miocardio en pacientes con disfunción renal (v. también capítulos 59 y 60) Los tratamientos que benefician a la población general y a menudo producen un mayor beneficio en pacientes con ERC y ERT son el ácido acetilsali- cílico, los β-bloqueantes, los inhibidores de la ECA, los ARA y los antagonistas de los receptores de la aldosterona.40 Entre los fármacos que necesitan ajustes de dosis en función del CrCl se encuen- tran las heparinas de bajo peso molecular, la bivalirudina y los antagonistas de la glucoproteína IIb/IIIa. Dado que las principales variables sobre los riesgos de hemorragia son la edad avanzada, el bajo peso corporal y la disfunción renal, las tablas 98-4 y 98-5 también enumeran los fármacos que están aprobados con dosis ajus- tada por el peso y proporcionan los ajustes de dosificación actualmente recomendados para los antiagregantes plaquetarios y los antitrombóticos TABLA 98-3 Tratamiento hipolipidemiante para la profilaxis primaria y secundaria en pacientes con enfermedad renal crónica fÁrmaco dosis normal PoBlación con EnfErmEdad rEnal crónica farmacologÍa Rosuvastatina Protección de episodios cardiovasculares: 10-40 mg p.o. una vez al día Eficacia para reducción de C-LDL en ERC demostrada en dosis de solo 2,5 mg al día Metabolismo: hígado, CYP450 CYP2C9 Excreción: bilis principalmente, orina < 2% Simvastatina Protección de episodios cardiovasculares: 20-40 mg p.o. una vez al día combinada con ezetimiba 10 mg p.o. una vez al día Dosis máxima: 40 mg p.o. administrada a la hora de dormir Considérese iniciar la dosis a 5 mg por la tarde en pacientes con ERC En SHARP, la disminución de los lípidos con estatina + ezetimiba fue beneficiosa en pacientes con ERC En el HPS, la simvastatina redujo el deterioro renal en pacientes con ERC Metabolismo: hígado, CYP450 CYP3A4 Excreción: bilis principalmente, orina < 2% Atorvastatina Protección de episodios cardiovasculares: 10-80 mg p.o. una vez al día Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC La atorvastatina (10 mg en pacientes con ERC) demostró una importante disminución del riesgo del criterio de valoración primario (IM no mortal o mortalidad cardíaca) comparado con placebo Con los estudios TNT y GREACE, la atorvastatina mostró mejoría de la función renal en pacientes con ERC Metabolismo: hígado, CYP450 CYP3A4 Excreción: bilis principalmente, orina < 2% Fluvastatina Protección de episodios cardiovasculares: 40 mg p.o. dos veces al día Liberación lenta: 80 mg p.o. una vez al día Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC Precaución por aumento del riesgo de rabdomiólisis Un ensayo clínico multicéntrico, con asignación aleatoria, doble cegado y controlado con placebo de fluvastatina fue realizado en receptores de trasplante renal fluvastatina redujo las concentraciones de C-LDL en un 32%. Aunque el criterio de valoración primario no alcanzósignificado estadístico, el análisis secundario demostró que el grupo de fluvastatina presentó menor mortalidad cardíaca e IM no mortales que el grupo de placebo. Las técnicas de intervención coronaria no fueron diferentes entre los dos grupos Metabolismo: hígado, sistemas de isoenzimas CYP450 CYP2C9 (75%), y en menor medida por CYP3A4 (≈20%) y CYP2C8 (≈5%) Excreción: bilis principalmente 90%, orina 5% Pravastatina Protección de episodios cardiovasculares: Inicio: 40 mg p.o. una vez al día; puede ajustarse la dosis cada 4 semanas Dosis máxima: 80 mg p.o. una vez al día Comiéncese con 10 mg p.o. una vez al día en pacientes con ERC Un estudio con asignación aleatoria de pravastatina frente a placebo en pacientes con IM previo y ERC demostró en un análisis secundario que la tasa de mortalidad de origen coronario o IM no mortal fue menor en pacientes que tomaban pravastatina, lo que indica que la pravastatina es eficaz para la prevención secundaria de episodios cardiovasculares en pacientes con ERC Metabolismo: glucuronidación Excreción: por la bilis principalmente, el 70%, y por la orina el 20% Pitavastatina Disminución de C-LDL y del colesterol total: Inicio: 1 mg p.o. una vez al día; puede ajustarse la dosis cada 4 semanas Dosis máxima: 4 mg p.o. una vez al día Comience con 1 mg p.o. una vez al día en pacientes con ERC Metabolismo: glucuronidación Excreción: por la bilis principalmente, 79%, y por la orina el 15% C-LDL, colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad; ERC, enfermedad renal crónica; GREACE, Greek Atorvastatin and Coronary Heart Disease Evaluation; HPS, Heart Protection Study; IM, infarto de miocardio; SHARP, Study of Heart and Renal Protection; TNT, Treating to New Targets. FIGURA 98-10 Tasas brutas y razones de posibilidades (odds ratios) ajustadas de mortalidad en función de los estadios de ERC en pacientes que presentan IMEST y IMSEST, con tendencias de P e interacción de P para IMEST frente a IMSEST por estadios de ERC. El estadio 3a de ERC se definió como una TFGe de entre 45 y 59 ml/min/1,73 m2; el estadio 3b como una TFGe de entre 30 y 44 ml/min/1,73 m2; el estadio 4 de ERC como una TFGe de entre 15 y 29 ml/min/1,73 m2, y el estadio 5 de ERC como una TFGe menor de 15 ml/min/1,73 m2 o tratamiento con diálisis (Adaptado de Fox CS, Muntner P, Chen AY, et al; Acute Coronary Treatment and Intervention Outcomes Network registry: Use of evidence-based therapies in short-term outcomes of ST-segment elevation myocardial infarction and non-ST-segment elevation myocardial infarction in patients with chronic kidney disease: a report from the National Cardiovascular Data Acute Coronary Treatment and Intervention Outcomes Network registry. Circulation 2010;121(3):357-65.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1921 In terco n exió n en tre la en ferm ed ad ren al y la en ferm ed ad card io vascu lar 98 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . TABLA 98-4 Inhibidores de la glucoproteína IIb/IIIa intravenosos para la angina inestable/IMSEST/IMEST en la ICP fÁrmaco dosis normal PoBlación con EnfErmEdad rEnal crónica* farmacologÍa Abciximab Coadyuvante en ICP: 0,25 mg/kg i.v. en bolo durante al menos 1 min, 10-60 min antes de comenzar la ICP, posteriormente 0,125 µg/kg/min (sin exceder 10 µg/min) en perfusión i.v. continua durante 12 h Angina inestable con ICP programada en menos de 24 h: 0,25 mg/kg i.v. en bolo durante al menos 1 min, posteriormente 0,125 µg/kg/min (sin exceder 10 µg/min) i.v. en perfusión durante 18-24 h y finalización 1 h después de la ICP Sin ajuste específico de dosis para pacientes con ERC Abciximab debe plantearse también como tratamiento adyuvante en pacientes con SCA que están sometidos a diálisis En ERC, la seguridad de abciximab se ha demostrado con concentraciones de Cr > 152,5 µmol/l Aunque se ha publicado un aumento de la hemorragia con abciximab en pacientes con ERC, otros estudios no han demostrado aumento de la hemorragia en ERC frente a no ERC de abciximab en ICP Metabolismo: desconocido, pero probablemente por el sistema reticuloendotelial CYP450: participación desconocida Excreción: orina Eptifibatida SCA: 180 µg/kg i.v. en bolo, posteriormente 2 µg/kg/min i.v. durante hasta 72 h ICP: 180 µg/kg i.v., posteriormente una perfusión continua a 2 µg/kg/min, con otro bolo i.v. de 180 µg/kg 10 min después del primer bolo Perfusión continua durante al menos 12 h CrCl < 50 ml/min y SCA: 180 µg/kg i.v., posteriormente perfusión continua 1 µg/kg/min La seguridad y el uso durante la hemodiálisis no se han establecido Metabolismo: otros, mínimo CYP450: participación desconocida Excreción: por la orina el 50% Tirofibán En pacientes sometidos a ICP, no está indicado el tirofibán como alternativa al abciximab† SCA: 0,4 µg/kg/min i.v. durante 30 min, posteriormente 0,1 µg/kg/min i.v. durante 48-108 h ICP: continúese 0,1 µg/kg/min i.v. durante la técnica y de 12-24 h después CrCl < 30 ml/min y SCA: redúzcase la dosis al 50% de la velocidad normal La seguridad y el uso durante la hemodiálisis no se han establecido Excreción: por la orina el 65% (principalmente sin metabolizar), por las heces el 25% (principalmente sin metabolizar) *Cuando se usa un antagonista de la glucoproteína IIb/IIIa, el abciximab y el tirofibán deben considerarse fármacos de elección, porque no es necesario ningún cambio de dosificación para el abciximab, y están disponibles las recomendaciones de dosis específicas de diálisis para el tirofibán. También se ha demostrado el aumento de la hemorragia, pero con reducción de las tasas de mortalidad intrahospitalaria en pacientes con ERC y SCA tratados con antagonistas de la glucoproteína IIb/IIIa. (Véase también Opelami O, Sakhuja A, Liu X, et al. Outcomes of infected cardiovascular implantable devices in dialysis patients. Am J Nephrol 2014;40(3):280-7.) †Véase también Weinhandl ED, Gilbertson DT, Collins AJ: Mortality, hospitalization, and technique failure in daily home hemodialysis and matched peritoneal dialysis patients: a matched cohort study. Am J Kidney Dis 2016;67(1):98-110. TABLA 98-5 Fármacos antitrombóticos para el síndrome coronario agudo y otras indicaciones trombóticas en pacientes con enfermedad renal crónica fÁrmaco dosis normal PoBlación con EnfErmEdad rEnal crónica farmacologÍa Inhibidores indirectos del factor Xa Heparina no fraccionada Dosis recomendada y valores de TTPa deseados para un protocolo institucional ICP: 60-100 unidades/kg i.v. administradas una vez Objetivo de TCA de 250-350 s En pacientes que toman inhibidores de la glucoproteína IIb/IIIa, administre 50-70 unidades/kg i.v. para un objetivo de TCA de 200 s IMSEST, tratamiento adjunto, use estreptocinasa: 800 unidades/h cuando < 80 kg peso corporal o 1.000 unidades/h cuando > 80 kg peso corporal Comience con 5.000 unidades i.v., ajústese la dosis hasta un TTPa objetivo de 50-75 s IMSEST: 12-15 unidades/kg/h i.v. Comience con 60-70 unidades/kg i.v.; máx. 5.000 unidades en bolo, máx. velocidad 1.000 unidades/h Ajuste la dosis hasta un TTPa objetivo de 50-75 s En pacientes con ERC, la dosis inicial indicada de heparina es de 50 IU/kg en bolo, posteriormente 18 IU/kg/h Controle el valor del TTPa y ajuste de acuerdo con el protocolo del centro Metabolismo: hígado (parcial) Metabolitos: ninguno Excreción: orina Heparina de bajo peso molecular (p. ej., enoxaparina) Angina inestable, infarto de miocardio sin onda Q: 1 mg/kg subcutánea dos veces al día IMEST, edad < 75 años: 30 mg i.v. en bolo más 1 mg/kg subcutánea, posteriormente 1 mg/kg subcutánea cada 12 h ICP: boloadicional de 0,3 mg/kg i.v. si la última dosis subcutánea administrada > 8 h antes del inflado del balón IMEST, edad > 75 años: 0,75 mg/kg subcutánea cada 12 h (sin bolo i.v.) CrCl < 30 ml/min IMEST, edad < 75 años: 30 mg i.v. en bolo más 1 mg/kg subcutánea, posteriormente 1 mg/kg subcutánea una vez al día IMEST, edad > 75 años: 1 mg/kg subcutánea una vez al día Excreción: por la orina el 40% Inhibidor directo del factor Xa Fondaparinux Angina inestable/IMSEST Estrategia conservadora: 2,5 mg subcutáneo una vez al día Durante ICP: añada heparina no fraccionada 50-60 unidades/kg i.v. en bolo para profilaxis de trombosis del catéter52 CrCl 30-50 ml/min: use con precaución CrCl < 30 ml/min: no indicada Excreción: orina (principalmente sin metabolizar) (Continúa) Cr, creatinina; CrCl, aclaramiento de creatinina; ERC, enfermedad renal crónica; ICP, intervención coronaria percutánea; IMEST, infarto de miocardio con elevación del ST; IMSEST, infarto de miocardio sin elevación del ST; i.v., intravenoso; SCA, síndrome coronario agudo. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1922 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI de uso común.39 La mayor utilización de estos tratamientos, a pesar del mayor riesgo de complicaciones, podría atenuar el exceso de mortalidad publicado en las poblaciones con ERC y ERC. No se han realizado ensayos clínicos con asignación aleatoria sobre ICP en pacientes con ERC ni ERT. Sin embargo, el Swedish Web-system for Enhancement and Development of Evidence-based Care in Heart Disease Evaluated According to Recommended Therapies (SWEDEHEART) ha observado un beneficio aparente de la revascularización en el SCA en los grupos de ERC con una TFGe de 15 ml/min/1,73 m2 o mayor (fig. 98-11).41 Los pacientes con mayores grados de insuficiencia renal y aquellos sometidos a diálisis, aunque se les ofrecía con poca frecuencia la ICP, parecían no tener mejoría en las tasas de supervivencia con el tratamiento intervencionista. SÍNDROMES CARDIORRENALES El término síndrome cardiorrenal (SCR) se refiere a los trastornos del corazón y los riñones por los cuales la disfunción aguda o crónica en un órgano puede inducir la disfunción aguda o crónica en el otro (v. también parte IV). Se han descrito cinco síndromes distintos en función de la situación clínica y la secuencia temporal de la insuficiencia orgánica (fig. 98-12). Los pacientes con ERC y, en particular, ERT tienen tres factores contribuyentes mecánicos clave hacia la IC: sobrecarga de presión (relacionada con la HTA), sobrecarga de volumen y miocardio- patía (fig. 98-13). Aproximadamente el 20% de los pacientes cercanos a la hemodiálisis tienen un diagnóstico de IC previa. Se desconoce en qué medida este diagnóstico se puede atribuir exclusivamente a la sobrecarga de volumen crónica provocada por la insuficiencia renal y cuánto se debe a la función sistólica o diastólica deteriorada. La ERC influye en las concentraciones sanguíneas de péptido natriurético de tipo B (BNP) y de NT-pro-BNP. En general, cuando la TFGe es menor a 60 ml/min/1,73 m2, se deben usar puntos de corte más elevados de 200 pg/ml y de 1.200 pg/ml de BNP y NT-pro-BNP, respectivamente, para el diagnóstico de IC. Una vez que se conoce la IC aguda por motivos clínicos, aproxi- madamente el 25% de los pacientes desarrollarán un SCR durante el ingreso hospitalario; se caracterizará por un aumento de la Cr sérica de 0,3 mg/dl o mayor y una reducción de la diuresis. De estos pacientes, aproximadamente un tercio volverá a la inicial, un tercio se fÁrmaco dosis normal PoBlación con EnfErmEdad rEnal crónica farmacologÍa Inhibidores directos de la trombina Bivalirudina Destinada al uso con ácido acetilsalicílico 300-325 mg por día 0,75 mg/kg i.v. en bolo inicialmente, seguida por perfusión continua a una velocidad de 1,75 mg/kg/h durante la duración de la técnica Realice TCA 5 min después de la dosis en bolo Administre un bolo adicional de 0,3 mg/kg si es necesario Puede continuar la perfusión después de la ICP más de 4 h (opcional post-ICP, a discreción del tratamiento del profesional sanitario) iniciada a una velocidad de 0,2 mg/kg/h durante hasta 20 h si es necesario CrCl 10-29 ml/min: dosis habitual en bolo, posteriormente inicie perfusión i.v. a 1 mg/kg/h hasta 4 h Hemodiálisis: dosis bolo inicial habitual, posteriormente infusión inicial de 0,25 mg/kg/h i.v. hasta 4 h Bivalirudina es un inhibidor directo de la trombina con ajustes de dosificación específicos para pacientes sometidos a diálisis y debe considerarse de forma preferente Dializable con una reducción de la concentración del 25% Excreción: orina Dabigatrán Indicado para la prevención de accidentes cerebrovasculares y tromboembolias asociadas con fibrilación auricular no valvular CrCl > 30 ml/min: 150 mg p.o. dos veces al día CrCl 15-30 ml/min: 75 mg p.o. dos veces al día CrCl < 15 ml/min o hemodiálisis: no indicado Para pacientes que actualmente toman dabigatrán, espere 12 h (CrCl ≥ 30 ml/min) o 24 h (CrCl < 30 ml/min) después de la última dosis de dabigatrán antes de iniciar el tratamiento con anticoagulantes parenterales Si es posible, suspenda el dabigatrán 1-2 días (CrCl ≥ 50 ml/min) o 3-5 días (CrCl < 50 ml/min) antes de técnicas invasivas o intervenciones quirúrgicas debido al incremento del riesgo de hemorragia Metabolismo hepático por esterasas y carboxipeptidasas en los microsomas Excreción: por las heces el 7%, por la orina el 86% Rivaroxabán Indicado para la prevención de accidente cerebrovascular y tromboembolia asociados con fibrilación auricular no valvular, TEV CrCl > 50 ml/min: 15 mg p.o. dos veces al día durante 3 semanas (anticoagulación aguda para TEV) CrCl > 50 ml/min: 20 mg p.o. antes de dormir (anticoagulación crónica) CrCl 15-50 ml/min: 15 mg p.o. antes de dormir CrCl < 15 ml/min: no indicado Metabolismo: CYP450 hepática Excreción: por las heces el 28%, por la orina el 66% Semivida: 5-9 h o 11-13 h en personas de edad avanzada Apixabán Indicado para la prevención de accidente cerebrovascular y tromboembolia asociados con fibrilación auricular no valvular, TEV 2,5 mg p.o. dos veces al día (profilaxis de TEV) 5 mg p.o. dos veces al día (anticoagulación crónica) Edad ≥ 80 años, peso corporal ≤ 60 kg, o Cr sérica ≥ 1,5 mg/dl, la dosis recomendada es de 2,5 mg p.o. dos veces al día Metabolismo: hígado CYP450 CYP3A4/5 y en menor grado CYP1A2, CYP2C8, CYP2C9, CYP2C19 y CYP2J2 Excreción: por las heces el 83%, por la orina el 27% Edoxabán Indicado para la prevención de accidente cerebrovascular y tromboembolia asociados con fibrilación auricular no valvular, TEV 60 mg p.o. una vez al día (profilaxis de TEV) 60 mg p.o. una vez al día (anticoagulación crónica) CrCl > 95 ml/min: no se utiliza; aumento de accidente cerebrovascular isquémico comparado con warfarina CrCl > 50-95 ml/min: 60 mg p.o. una vez al día CrCl 15-50 ml/min o < 60 kg: 30 mg p.o. una vez al día Metabolismo: mínimo Excreción: orina Cr, creatinina; CrCl, aclaramiento de creatinina; ERC, enfermedad renal crónica; ICP, intervención coronaria percutánea; IMEST, infarto de miocardio con elevación del ST; IMSEST, infarto de miocardio sin elevación del ST; i.v., intravenoso; p.o., vía oral; TCA, tiempo de coagulación activado; TEV, tromboembolia venosa; TTPa, tiempo de tromboplastina parcial activado. TABLA 98-5 Fármacos antitrombóticos para el síndrome coronario agudo y otras indicaciones trombóticas en pacientes con enfermedad renal crónica (cont.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexicode ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1923 In terco n exió n en tre la en ferm ed ad ren al y la en ferm ed ad card io vascu lar 98 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . quedará con una TFGe deteriorada y el último tercio tendrá enfermedad cardiorrenal progresiva que dará como resultado el fallecimiento o la necesidad de tratamiento de reemplazo renal.42 Múltiples estudios han demostrado que entre los factores predictivos de SCR (tipo 1) están la TFGe previa, la edad avanzada, el sexo femenino, el aumento previo de la presión arterial, las concentraciones de péptidos natriuréticos iniciales más elevadas y el aumento de la presión venosa central. Debido a que el SCR tipo 1 en pacientes con IC rara vez ocurre en la fase prehospitalaria y se desarrolla más a menudo después del inicio del tratamiento en el hospital, se ha involucrado a factores yatrógenos. El uso de diuréticos de asa puede contribuir al SCR de tipo 1, probablemente al activar más el SRAA y posiblemente por empeorar la hemodinámica intrarrenal. No existen estrategias terapéuticas comprobadas para el SCR de tipo 1. Entre los abordajes sin éxito están las perfusiones continuas de furosemida, las dosis bajas de dopamina, la nesiritida y el uso programado de fármacos inótropos. En el contexto de una mala perfusión arterial, la dobutamina o la milrinona se usan comúnmente durante los ingresos hospitalarios. Ninguno de los fármacos reduce las tasas de mortalidad, pero ambos aumentan el riesgo de arritmias, y la dosis de milrinona debe ajustarse cuando la TFGe está por debajo de 45 ml/min/1,73 m2 (tabla 98-6). Los pacientes con IC avanzada tienen un flujo sanguíneo renal reducido, disminución de la tasa de filtración glomerular, reabsorción proximal de agua potenciada, aumento de la absorción de sodio a lo largo del asa de Henle y capacidad global reducida de excreción de agua por la nefrona. Además, un volumen de sangre arterial efectivo reducido estimula la liberación de vaso- presina, que desempeña una función dominante sobre el deterioro de la retención hídrica. La hiponatremia y el exceso de agua corporal pueden mejorar con el uso de tolvaptán oral o conivaptán intravenoso; sin embargo, ningún tratamiento reduce los reingresos hospitalarios o las tasas de mortalidad en esta situación. Los esfuerzos de tratamiento deben estar dirigidos a la reducción de la congestión dentro de una ventana de manejo estrecha (v. capítulo 25) y a la mejora de la función sistólica del ventrículo izquierdo, a menudo en el entorno hospitalario; se usan tratamientos por vía oral e intravenosa, como los diuréticos mencionados anteriormente y estudiados deta- lladamente en otra parte de este texto. Estudios observacionales y ensayos clínicos pequeños que utilizan la ultrafiltración venovenosa continua la han relacionado con mejoras a corto plazo de los síntomas, reducción del peso del líquido, ingresos hospitalarios más cortos y re- ducciones de los reingresos. Sin embargo, el Cardiorenal Rescue Study in Acute Decompensated Heart Failure (CARRESS-HF) en pacientes con congestión persistente y SCR de tipo 1 no encontró beneficios clínicos de la ultrafiltración sobre el tratamiento diurético, y ocurrieron acontecimientos adversos graves en más pacientes del grupo de ultrafil- tración que en los del grupo de tratamiento farmacológico (72 frente al 57%; P = 0,03).66 Hasta que ensayos clínicos más amplios ayuden a definir la población indicada y el momento y modo óptimos de la ultrafiltración, y hasta que demuestren reducciones a largo plazo en las tasas de ingresos hospitalarios y mortalidad, se puede considerar la ultrafiltración como un abordaje de última línea para el paciente con SCR resistente al tratamiento. El tratamiento del paciente que ya está recibiendo diálisis y presenta IC necesita cuidados especiales. En general, deben emplearse los tratamientos probados para la IC, siempre que se toleren, junto con la diálisis regular y ad hoc según sea necesario para controlar la sobrecarga de volumen. Los facultativos deben considerar que los inhibidores de la ECA se eliminan por diálisis, pero los ARA no. Ambos fármacos se han relacionado en estudios observacionales con reducciones de las tasas de mortalidad en pacientes con ERT. Los estudios de diálisis frecuente realizada en el domicilio con velocidades más bajas de ultrafiltración han demostrado sistemáticamente menores tasas de ingreso hospitalario y mortalidad en pacientes con IC.43 En resumen, la ERC y la IC representan un escenario particularmente desafiante para los facultativos y los pacientes. Se recomienda la monito- rización ambulatoria frecuente y evitar una diuresis demasiado agresiva. Los pacientes de diálisis, a pesar de tener una reducción del volumen con la eliminación mecánica de líquidos, deben recibir tratamiento médico con inhibidores de la ECA o ARA, β -bloqueantes y fármacos adicionales para el control de la presión arterial, si es necesario. Idealmente, los pacientes con ERT e IC se someterían a tratamientos de hemodiálisis frecuentes (diarias) en el domicilio con autocuidado y si la atención del cuidador puede realizarse sin dificultades. FIGURA 98-11 Hazard ratio (HR) estimada de mortalidad a 1 año en pacientes con revascularización médica o precoz (Adaptado de Szummer K, Lundman P, Jacobson SH, et al; SWEDEHEART: Influence of renal function on the effects of early revascularization in non-ST-elevation myocardial infarction: data from the Swedish Web- System for Enhancement and Development of Evidence-Based Care in Heart Disease Evaluated According to Recommended Therapies (SWEDEHEART). Circulation 2009;120(10):851-8.) FIGURA 98-12 Definiciones de síndromes cardiorrenales (Adaptado de Ronco C, Haa- pio M, House AA, et al: Cardiorenal syndrome. J Am Coll Cardiol 2008;52(19):1527-39.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1924 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA Y VALVULOPATÍA CRÓNICA El deterioro de la función renal está relacionado con la calcificación del anillo mitral y la esclerosis valvular aórtica (v. también parte VIII). El engrosamiento progresivo de las válvulas cardíacas y su calcificación ocurren en pacientes con ERT.44 Aproximadamente el 80% de los pacientes con ERT tienen un soplo de esclerosis aórtica. Los pacientes con ERC y ERT tienen tasas de calcificación progresiva y de fallo valvular mayores que la población general.45 Se puede desarrollar endocarditis bacteriana en pacientes con ERT que tienen catéteres de acceso temporal para la diálisis (v. también capítulo 73).46 La endocarditis con patógenos comunes, como Staphylococcus, Streptococcus y Enterococcus, en las válvulas mitral, aórtica o tricúspide, está asociada con un riesgo de embolia cerebral del 40% y una tasa de mortalidad del 50% en la ERT.46 Llega a ser muy difícil de tratar dada la necesidad continua de acceso a diálisis y al retraso en la colocación quirúrgica de derivaciones o fístulas arteriovenosas permanentes. Desafortunadamente, las tasas de mortalidad quirúrgica asociadas con el reemplazo valvular en la ERT relacionadas con la endocarditis son muy elevadas. En el contexto de ERT, cuando la cirugía valvular se lleva a cabo por endocarditis u otras causas de fallo valvular, no ha habido diferencia en las tasas de supervivencia entre los que recibieron válvulas de tejido
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