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Biología - Eldra Solomon, Linda Berg, Diana Martin - 9 Edición-comprimido-1286

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1252 Capítulo 57 
La Ley de Especies en Peligro de Extinción 
proporciona algo de protección legal para 
especies y hábitats
En 1973, en Estados Unidos se aprobó la Ley de Especies en Peligro de 
Extinción (ESA), que autorizó al FWS para proteger a especies en pe-
ligro y amenazadas de extinción en Estados Unidos y en el extranjero. 
Ahora, muchos otros países cuentan con una legislación semejante. El 
FWS conduce un estudio detallado de una especie para determinar si 
debe incluirse como en peligro o amenazada de extinción (TABLA 57-1). 
La ESA proporciona protección legal a las especies incluidas, de modo que 
su peligro de extinción se ha reducido. Por ejemplo, el acta establece 
que es ilegal vender o comprar cualquier producto elaborado a partir de 
una especie en peligro o amenazada de extinción.
La ESA requiere que los ofi ciales del FWS elijan hábitats críticos y di-
señen un plan de recuperación para cada una de las especies enumeradas. 
El plan de recuperación incluye una estimación del tamaño de la población 
actual, un análisis de los factores que contribuyeron a este peligro y una 
lista de las actividades que pueden ayudar a la recuperación de la especie.
La Ley de Especies en Peligro de Extinción está considerada como 
una de las piezas más fuertes de la legislación ambiental en Estados Uni-
dos, en parte porque las especies se designan en peligro o amenazadas de 
extinción totalmente con base en argumentos biológicos. Actualmente, 
las consideraciones económicas no pueden infl uir en la designación 
de especies en peligro o amenazadas de extinción. Los biólogos suelen 
coincidir en que como resultado de la aprobación de la ESA en 1973, se 
han extinguido menos especies de las que se habría esperado en caso de 
que la ley jamás hubiera sido aprobada.
La ESA es también una de las piezas más controvertidas de la le-
gislación ambiental. Por ejemplo, la ESA no proporciona ninguna com-
pensación a los poseedores de propiedades privadas que sufren pérdidas 
económicas porque no pueden desarrollar sus terrenos en caso de que 
en ellas habiten especies en peligro o amenazadas de extinción. La ESA 
también ha interferido con algunos proyectos de desarrollo subsidiados 
por el gobierno federal.
En la actualidad se requieren, en promedio, alrededor de 17 años 
para que una especie candidata cuya población disminuye sea incluida 
en la lista de especies en peligro o amenazadas de extinción. Este atraso 
se debe tanto al alto costo de evaluar cada especie como a los fondos 
limitados asignados al FWS para realizar estos estudios. Mientras tanto, 
27 especies en la “lista de candidatos” de la ESA se han extinguido desde 
1973 sin haber sido clasifi cadas jamás como en peligro o amenazadas de 
extinción, con lo que hubieran tenido algo de protección.
La ESA está más orientada a salvar unas cuantas especies populares 
en peligro de extinción que a rescatar el mucho mayor número de espe-
cies menos populares que realizan valiosos servicios a los ecosistemas. 
Aproximadamente un tercio de los fondos anuales para la ESA se uti-
liza para ayudar a apenas 10 especies. Sin embargo, son los organismos 
menos glamorosos, como plantas, hongos, bacterias e insectos, los que 
desempeñan los papeles centrales en los ecosistemas y contribuyen más 
a su funcionamiento. Por ejemplo, las bacterias y los hongos proveen el 
crítico e importante servicio al ecosistema de descomponer la materia 
orgánica muerta en sustancias simples (CO2, agua y minerales) que des-
pués son recicladas por plantas y otros autótrofos.
A los biólogos de la conservación les agradaría ver que la ESA se 
reforzara de modo que fuese posible gestionar ecosistemas completos y 
mantener una diversidad biológica completa en lugar de intentar salvar 
especies en peligro de extinción como entes aislados. Este enfoque ofre-
cería protección colectiva a muchas especies que están desapareciendo, 
en lugar de a sólo unas pocas.
Service (FWS) de Estados Unidos retiró al águila calva de la lista de es-
pecies en peligro de extinción.
El intento por salvar especies que están al borde de la extinción suele 
ser costoso; por tanto, sólo una pequeña proporción de las especies en 
peligro puede ser rescatada. Además, los zoológicos, acuarios y jardines 
botánicos no cuentan con el espacio para salvar a todas las especies en 
peligro de extinción. Esto signifi ca que los biólogos de la conservación 
deben establecer prioridades en cuanto a qué especies tratar de salvar. 
Los zoológicos se han enfocado tradicionalmente en animales grandes 
y carismáticos, como pandas, águilas calvas y grullas blancas, ya que el 
público está más interesado en ellos. Estos esfuerzos de conservación ig-
noran a millones de especies ecológicamente importantes. Sin embargo, 
los zoológicos, acuarios y jardines botánicos realizan algo bastante útil, 
porque educan al público sobre el valor de la biodiversidad. Resulta evi-
dente que controlar en primer lugar el desenfrenado desarrollo humano, 
de modo que las especies no estén en peligro de extinción, es una forma 
efi caz de proteger y mantener el hábitat natural.
FIGURA 57-12 Restauración de tierras dañadas
(a) La restauración de la pradera por el Jardín Botánico de la 
Universidad de Wisconsin-Madison empezó en 1935. Las personas 
están cavando hoyos para plantar césped de la pradera.
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(b) La pradera como se ve hoy. Esta fotografía fue tomada casi en el 
mismo sitio que la fotografía de 1935.
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	Parte 8 Las interacciones de la vida: Ecología 
	57 Diversidad biológica y biología de la conservación
	57.2 Biología de la conservación
	La Ley de Especies en Peligro de Extinción proporciona algo de protección legal para especies y hábitats

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