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I. PRINCIPIOS GENERALES 1. Definición y clasificación de la angina de pecho Una de las causas más frecuentes de muerte en los paí- ses desarrollados es la cardiopatía isquémica ocasionada por un déficit de riego sanguíneo coronario. La principal manifestación sintomática de esta patología es la angina de pecho, que se caracteriza por un dolor retrosternal in- tenso y de carácter compresivo, que a menudo irradia al hombro izquierdo y a la superficie flexora del brazo iz- quierdo o a otras localizaciones. Otras manifestaciones clínicas de la cardiopatía isquémica son el infarto agudo de miocardio, la muerte súbita y la insuficiencia cardíaca. La Sociedad Española de Cardiología, atendiendo a la forma de presentación clínica, ha clasificado a la angina de pecho en tres grupos: a) Angina de esfuerzo. El dolor se desencadena por ejercicios físicos, emociones u otras circunstancias que au- mentan la demanda de oxígeno por el miocardio. En ella se diferencian cuatro grados progresivamente crecientes de gravedad, según si el esfuerzo que la desencadena es desde extenuante (grado I) hasta mínimo (grado IV). La angina de esfuerzo suele deberse a una aterosclerosis co- ronaria oclusiva. b) Angina de reposo. Ocurre de forma espontánea, sin relación con esfuerzos. Aparentemente se debe a un vasospasmo coronario que reduce el aporte de oxígeno al miocardio. Una forma especial de angina de reposo es la angina variante o de Prinzmetal, que se caracteriza por una elevación del segmento ST del ECG durante la crisis. c) Angina mixta. Coexisten la angina de esfuerzo y la de reposo sin predominio claro de ninguna de ellas. Asimismo, según su forma evolutiva se puede dife- renciar entre angina estable e inestable. La angina esta- ble es aquella cuyas características clínicas no han variado en el último mes; suele tratarse de una angina de esfuerzo de larga evolución. La angina inestable ha aparecido o empeorado en los últimos 30 días. Por lo general se debe a un empeoramiento agudo de la irrigación cardíaca por rotura parcial de una placa ateromatosa con trombosis 40 Fármacos antianginosos J. M. Baeyens coronaria incompleta, aunque también puede deberse a vasospasmo u otras causas. El término inestable indica que la evolución del paciente es imprevisible, pero no ne- cesariamente desfavorable; no obstante, su pronóstico suele ser peor que el de la angina estable y generalmente requiere tratamiento hospitalario. 2. Mecanismos fundamentales de producción de la angina En condiciones basales, el corazón extrae gran parte (65-75 %) del oxígeno contenido en la sangre coronaria que lo irriga. Cuando existe un aumento del trabajo cardíaco, se incrementan los requerimientos miocárdicos de oxígeno. Estos mayores requerimientos no pueden sa- tisfacerse exclusivamente por una extracción adicional del oxígeno san- guíneo, por lo que es preciso aumentar el riego coronario. En un indivi- duo normal, el flujo sanguíneo coronario puede incrementarse de 4 a 6 veces si es necesario; por ello, tanto en condiciones basales como cuando hay un aumento de trabajo cardíaco, existe un perfecto equili- brio entre la demanda de oxígeno por el miocardio y el aporte de este gas por la circulación coronaria. Sin embargo, en los individuos norma- les el riego sanguíneo de las distintas regiones cardíacas es heterogéneo y comparativamente existe una irrigación menor de la región subendo- cárdica que de la subepicárdica. Esto se debe a que durante la sístole todo el músculo cardíaco se contrae hacia el centro del ventrículo, lo que genera un gradiente de presión intramiocárdica. Así, la presión en el área subendocárdica es mucho mayor que en la región subepicárdica y el flujo sanguíneo coronario en los vasos transmurales y subendocárdicos es mí- nimo. Para compensar esta relativa isquemia subendocárdica causada por la contracción cardíaca, durante la diástole se pone en marcha un mecanismo autorregulador que favorece una vasodilatación coronaria subendocárdica y genera mayor aporte sanguíneo a esta zona que a la subepicárdica. En cualquier caso, a pesar de este mecanismo compen- sador, los aumentos de la demanda o las disminuciones de la oferta de oxígeno al corazón podrán causar alteraciones isquémicas más fácil- mente y en mayor medida en la zona subendocárdica. En el ataque anginoso se produce una isquemia miocárdica transi- toria como consecuencia de un desequilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno cardíacos. Este desequilibrio se debe fundamentalmente a una disminución patológica de la oferta, como consecuencia de altera- ciones graves en la circulación coronaria. La causa más frecuente de dis- minución de riego sanguíneo coronario es la aterosclerosis. Las placas ateromatosas, al obstruir la circulación, impiden que se produzca un au- mento de riego coronario suficiente para compensar los mayores re- querimientos ocasionados por situaciones de esfuerzo. Más raramente, el riego sanguíneo miocárdico se ve reducido por vasospasmos corona- rios que pueden provocar ataques anginosos en situaciones de reposo. En determinados individuos, la aterosclerosis y el vasospasmo coexis- ten en la génesis del ataque anginoso. Un factor etiopatogénico adicio- nal en los pacientes con angina inestable es la trombosis coronaria que disminuye el aporte de sangre y, por lo tanto, de oxígeno al miocardio. 685 686 Farmacología humana 3. Mecanismos fundamentales de la acción antianginosa de los fármacos Los fármacos antianginosos carecen de actividad an- tiálgica propiamente dicha, pero suprimen el dolor angi- noso ya establecido y previenen la aparición de las crisis anginosas porque restablecen el equilibrio entre la de- manda y la oferta de oxígeno en el miocardio. Ello es po- sible gracias a la capacidad de estos fármacos de modifi- car alguno o varios de los factores que controlan dicho equilibrio. La demanda de oxígeno miocárdica es direc- tamente proporcional a la frecuencia cardíaca, la con- tractilidad del miocardio y la tensión de la pared ventri- cular durante la sístole (fig. 40-1). A su vez, los valores de estas variables dependen de factores neurohumorales (principalmente, el tono simpático cardíaco) y de la cuan- tía del retorno venoso y de la presión arterial. Por lo tanto, los fármacos que reduzcan los valores de frecuencia y contractilidad cardíacas, el retorno venoso y la presión arterial podrán disminuir la demanda de oxígeno por el miocardio y ejercer un efecto antianginoso. Asimismo, la oferta de oxígeno al miocardio depende del contenido arterial de oxígeno, de su capacidad para disociarse de la hemoglobina y del flujo sanguíneo coro- nario (fig. 40-1). Este último está determinado funda- Agregación plaquetaria Hematócrito Control neurohormonal Control metabólico Calibre coronario Viscosidad de la sangre PO2 arterial Capacidad transportadora Flujo sanguíneo coronario Contenido arterial de O2 OFERTA DE O2 = DEMANDA D Frecuencia cardíaca Fuerza de contracción Velocidad de contracción Efectos neurohumorales Actividad neuronal Secreción de suprarrenales Fig. 40-1. Factores que influyen en la ofert mentalmente por el calibre coronario, la viscosidad san- guínea, el tiempo de perfusión endocárdica (que depende de la frecuencia cardíaca y, en particular, de la duración de la diástole, ya que la compresión de los vasos intra- murales y del plexo subendocárdico durante la sístole re- duce el flujo transmural coronario) y el gradiente de per- fusión coronario (determinado por la diferencia entre la presión telediastólica del ventrículo izquierdo y la pre- sión diastólica aórtica). Los fármacos antianginosos po- drán aumentar la oferta de oxígeno al miocardio al inhi- bir el vasospasmo coronario, incrementar la duración de la diástole (y, por lo tanto, la distribución transmural de flujo coronario) y/o reducir la presión telediastólica ven- tricular, con el consiguiente aumento del gradiente de perfusión. Los principales grupos de fármacos antianginosos son los nitratos, los b-bloqueantes y los antagonistas delcal- cio; también se emplea la molsidomina. Todos estos fár- macos son capaces de reducir el consumo miocárdico de oxígeno y/o aumentar su aporte, por distintos meca- nismos (tabla 40-1). Así, el menor consumo de oxíge- no puede conseguirse disminuyendo el retorno venoso (nitratos, molsidomina) o reduciendo la frecuencia y la contractilidad cardíacas (bloqueantes b, algunos antago- nistas del calcio). Muchos antianginosos impiden el vasos- Compresión endocárdica Presión telediastólica Presión aórtica Frecuencia cardíaca Tiempo de perfusión Gradiente de perfusión Distribución transmural Temperatura tejidos pH en tejidos Disociación del O2 de la hemoglobina E O2 Eficacia de la contracción Tensión de la pared Presión ventricular Volumen ventricular Presión aórtica Retorno venoso a y la demanda de oxígeno en el miocardio. 40. Fármacos antianginosos 687 pasmo coronario (antagonistas del calcio, nitratos y molsidomina) y, consecuentemente, aumentan el aporte de oxígeno al miocardio (tabla 40-1). II. NITRATOS Y NITRITOS 1. Características químicas Los nitratos y nitritos orgánicos son ésteres del ácido nítrico (C-O-NO2) y del ácido nitroso (C-O-NO), res- pectivamente (fig. 40-2). Entre los nitratos se encuentran: trinitrato de glicerilo (nitroglicerina), dinitrato de iso- sorbida, 5-mononitrato de isosorbida y tetranitrato de pentaeritritol. El más característico de los nitritos es el ni- trito de amilo, un líquido muy volátil que rara vez se em- plea como antianginoso. 2. Efectos farmacológicos 2.1. Efectos vasculares La vasodilatación es el efecto más importante de los nitritos y nitratos; es consecuencia de una acción directa e inmediata sobre el territorio vascular y es fácilmente evidenciable con las dosis terapéuticas. Los nitratos dila- tan venas, arterias y arteriolas de un modo desigual. Do- sis pequeñas causan una marcada venodilatación que ori- gina una redistribución del volumen circulante desde el corazón y los pulmones hacia las piernas y las áreas es- Tabla 40-1. Efectos de los fármacos antianginosos que co Consumo de oxígeno Presión Retorno Frecuenci Antianginoso arterial venoso cardíaca Nitratos = ↓ ↓↓ = ↑ b-Bloqueantes = ↓ = ↑ ↓↓ Antagonistas del calcio = ↓ = ↓ ↓ = ↑ Molsidomina = ↓ ↓↓ = ↑ H2C–O–NO2 H2C–O–NO2 HC–O–NO2 O O O2N–O–CH CH CH2 HC HC–O–NO2 H2C H3C H3C Dinitrato de isosorbida Nitroglicerina (trinitrato de glicerilo) Fig. 40-2. Estructura química de plácnica y mesentérica. Dosis de nitratos ligeramente ma- yores causan un aumento en el diámetro y la conduc- tancia arterial, que permite al ventrículo izquierdo una eyección sanguínea más eficiente. La dilatación de las ar- teriolas o los vasos de resistencia requiere dosis todavía más elevadas y causa una disminución de la resistencia vascular periférica y coronaria. Dosis de nitratos que no alteran la presión arterial sis- témica producen a menudo reducción de la resistencia pulmonar, dilatación arteriolar en la cara y el cuello con rubor, así como cefalea probablemente debida a dilata- ción de los vasos arteriales meníngeos. Dosis elevadas pueden ocasionar hipotensión arterial con palidez, ma- reos y activación de una respuesta simpática compen- satoria. Grandes dosis pueden provocar tal grado de disminución de la presión arterial diastólica que la taqui- cardia y el aumento de contractilidad cardíaca compen- satorias agraven o incluso desencadenen el ataque de an- gina. En la actualidad se considera que los nitratos, los ni- tritos y otras sustancias que contienen óxido de nitrógeno en su molécula (como el vasodilatador nitroprusiato; v. caps. 36 y 39) ejercen su efecto relajante de la muscula- tura lisa vascular mediante la estimulación de una enzima, la guanililciclasa soluble o citosólica. Tal estimulación fa- vorece la formación de GMPc intracelular, el cual activa una proteín-cinasa que fosforila diversas proteínas. La identidad de estas proteínas se desconoce, pero es evi- dente que el resultado final consiste en una reducción en la concentración de calcio citosólico y una vasodilatación ntribuyen a su utilidad terapéutica en la angina de pecho Aporte de oxígeno Flujo coronario a Contrac- Vasospasmo tilidad Total Área isquémica coronario = ↑ = ↑ ↑↑ ↓ ↓↓ = ↓ ↓ = ↑ = ↑ = ↓ ↑ ↑ ↓↓ = = ↑ ↑ ↓ CH–CH2–CH2–O–N=O O O O N–N——CH N C = N–C–O–C2H5 MolsidominaNitrito de amilo nitratos, nitritos y molsidomina. 688 Farmacología humana (fig. 40-3). El mecanismo exacto por el que los nitritos y nitratos activan la guanililciclasa tampoco es perfecta- mente conocido, aunque se ha propuesto que esos pro- ductos liberarían intracelularmente óxido nítrico (NO) que, tras combinarse con compuestos ricos en grupos sulf- hidrilo (-SH), formaría S-nitrosotioles (R-SNO); tanto el óxido nítrico como los nitrosotioles serían los estimulan- tes directos de la guanililciclasa (fig. 40-3) (v. cap. 20, III). 2.2. Otros efectos Los nitritos y nitratos son capaces de actuar sobre casi todas las fibras musculares lisas no vasculares del orga- nismo. Así, provocan relajación de la musculatura bron- quial, del aparato gastrointestinal, del tracto biliar, los uréteres y el útero. La intensidad de estos efectos es difí- cil de prever y su aplicabilidad terapéutica, escasa. No obstante, en ocasiones se han empleado para tratar casos de espasmos esofágicos o del esfínter de Oddi. 3. Mecanismo de la acción antianginosa La actividad antianginosa de los nitratos en la angina típica o de esfuerzo depende en gran medida de su capa- cidad para reducir la demanda de oxígeno por el miocar- dio, mediante los efectos sobre la circulación sistémi- ca que disminuyen la precarga y la poscarga. La intensa venodilatación que originan los nitratos produce una re- ducción del retorno venoso y de la presión y del volumen telediastólicos ventriculares, con la consiguiente dismi- R–O–NO2 (nitratos ) Amil–NO2 (nitritos) (CN)5–FeNO (nitroprusiato) R–N–NO (molsidomina) R–SNO R–O–NO2 NO2 NO R–SNO R–SH R'–SH R'–SS–R' R VASODILATACIÓN Fig. 40-3. Mecanismo propuesto para explicar la relajación del m su molécula. Las sustancias lipófilas atraviesan la membrana celul intermedios. En el caso de los nitratos orgánicos, estos pasos interm y/o los nitrosotioles (R-SNO) formados a sus expensas, activan la clico intracelular (GMPc). Mediante acciones no bien caracteriza lar y de otras l nución de la precarga. Además, la vasodilatación arterial disminuye la tensión sistólica de la pared ventricular y, como consecuencia, la poscarga. Los nitratos no aumentan el flujo coronario total en los pacientes con angina de esfuerzo, pero al parecer cau- san una redistribución del flujo sanguíneo cardíaco de la zona subepicárdica a la subendocárdica, con el consi- guiente aumento de oxigenación del territorio subendo- cárdico isquémico. Los factores hemodinámicos respon- sables de estos hechos no son totalmente conocidos, aunque se ha demostrado la participación de la dilatación de los vasos epicárdicos e intramurales, el aumento del gradiente de presión para la perfusión a través de la pa- red ventricular (ocasionado por la disminución de las presiones telediastólica y sistólica ventriculares) y la re- cuperación del mecanismo de autorregulación anterior- mente expuesto (v. I, 2). En la angina causada por vasospasmo coronario, la ac- tividad vasodilatadora directa de los nitratos proba- blemente representa el mecanismo más importante de su acción antianginosa, pues permite normalizar el aporte de oxígeno disminuido. No obstante, la disminución de la demanda de oxígeno por el miocardio también desem- peña un papel relevante en este caso. Independientemente del tipo de angina, las conse- cuencias finales de la acción de los nitratos consisten en una disminución o la abolición del dolor anginoso ya ins- taurado y en un aumento del tiempo de ejercicio o grado de estrés soportado sin que aparezcan dolor o signos ECG de isquemia miocárdica. GUANILILCICLASA GTP GMPc –OH Proteín-cinasa inactiva Proteín-cinasa activa Ca2+úsculo liso por diversos fármacos que contienen óxido nítrico en ar y liberan óxido nítrico (NO), directamente o a través de pasos edios requieren grupos sulfhidrilo (R-SH) intracelulares. El NO guanililciclasa soluble, aumentando la concentración de GMP cí- das, el GMPc favorece la relajación de la musculatura lisa vascu- ocalizaciones. 40. Fármacos antianginosos 689 4. Características farmacocinéticas 4.1. Trinitrato de glicerilo (nitroglicerina) Este producto se absorbe fácilmente por la mucosa sublingual, el tubo gastrointestinal y la piel, pero es some- tido a un aclaramiento muy rápido, por lo que su semi- vida de eliminación es de 2-3 min. El rápido aclaramiento se debe a un intenso metabolismo hepático por la gluta- tión-nitrato-reductasa y a una elevada acumulación del fármaco en el tejido vascular, donde también se meta- boliza. Los metabolitos resultantes, 1,2-glicerildinitrato y 1,3-glicerildinitrato, son mucho menos activos que el pro- ducto original. Estos metabolitos posteriormente se con- vierten en mononitratos que se eliminan como glucuro- noconjugados por vía renal. Existe gran variabilidad interindividual en los niveles plasmáticos y en el tiempo necesario para el comienzo de la acción y la duración de ésta, utilizando las mismas dosis, vía de administración y forma farmacéutica (ta- bla 40-2), por lo que es muy importante individualizar el tratamiento. Para ello no es útil la determinación de los niveles plasmáticos del fármaco puesto que no existe una relación estrecha entre concentración plasmática y res- puesta. Cuando se requiere un efecto inmediato es de gran utilidad la administración sublingual, pero la duración de la acción por esta vía es corta. En cambio, si se precisa una acción prolongada, habrá que recurrir a los prepara- dos de liberación sostenida por vía oral, las formas de ad- ministración cutánea o la infusión IV continua en ciertas circunstancias (angina inestable, infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca congestiva). No obstante, estas for- Tabla 40-2. Principales características d Biodispo- C nibilidad (%) t1/2 Nitroglicerina Intravenosa 100 2-3 min Sublingual 30-40 Oral 1-20 Ungüento (2 %) Disco o parche 75-90 transdérmico Dinitrato de isosorbida Sublingual 30-60 30-50 min Oral 20-25 Hasta 10 hb 5-Mononitrato de isosorbida Oral 90-100 4-5 h Oral retard 90-100 Tetranitrato de pentaeritritol Oral a Las dosis y los intervalos se refieren a los preparados de liberación sostenida. b Los valores más elevados se obtienen tras administración crónica. mas de administración pueden ocasionar una acusada to- lerancia al efecto del fármaco (v. 6). 4.2. Dinitrato de isosorbida Este producto también se absorbe fácilmente tras administración sublingual, oral y cutánea, pero su bio- disponibilidad por estas vías no es total, pues sufre una gran metabolización hepática y vascular. Tanto sus nive- les plasmáticos como la duración de sus efectos muestran una notable variabilidad interindividual (tabla 40-2). La semivida de eliminación plasmática es más prolongada que la de la nitroglicerina y parece aumentar tras la ad- ministración repetida, aunque en este caso la intensidad de los efectos puede disminuir por desarrollarse toleran- cia. Como consecuencia de su metabolización se generan dos metabolitos activos, 2 y 5-mononitrato de isosorbida, los cuales se eliminan más lentamente y, al parecer, son responsables en parte de la actividad del producto ori- ginal. 4.3. 5-Mononitrato de isosorbida A diferencia de los restantes nitratos presenta una bio- disponibilidad oral cercana al 100 % y la variabilidad in- terindividual de sus parámetros farmacocinéticos es pe- queña. Se metaboliza en el hígado mediante reacciones de desnitración y glucuronoconjugación, siendo los me- tabolitos resultantes totalmente inactivos. El 95 % de la dosis se excreta por vía renal en forma de metabolitos. La semivida de eliminación plasmática es de 4-5 horas (ta- bla 40-2). e la acción antianginosa de los nitratos omienzo Acción Dosis de acción máxima Duración recomendada (min) (min) de acción habitual < 1 20-100 µg/min 2-5 4-8 10-30 min 0,2-0,8 mg 20-45 45-120 2-6 h 0,5-13 mg/8-12 ha 15-60 30-120 3-8 h 1,2-5 cm/4-8 h 30-60 60-180 12-24 h 2,5-15 mg/24 h 5-20 15-60 45-120 min 2,5-10 mg 15-45 45-120 2-8 h 10-60 mg/8-12 ha 15-45 60-120 4-10 h 20-40 mg/8-12 h 60-90 180-240 10-14 h 40-120 mg/24 h 20-60 60-120 3-6 h 40-80 mg/12 ha 690 Farmacología humana 5. Reacciones adversas La mayoría de los efectos indeseables causados por los nitratos se deben a su capacidad vasodilatadora. La ce- falea es el más común de estos efectos, sobre todo al co- mienzo del tratamiento. Usualmente disminuye tras unos días de terapia continuada, aunque a veces puede obligar a disminuir la dosis o administrar analgésicos menores. También es común la hipotensión ortostática, que puede ocasionar debilidad, mareos, taquicardia compensadora y reacciones sincopales de intensidad variable. En gene- ral, estas reacciones se controlan colocando al paciente en posición supina y levantándole las piernas para au- mentar el retorno venoso. Más rara vez se ha descrito la aparición de náuseas y vómitos, rubor facial y, en algunos pacientes, bradi- cardia. Todos los nitratos producen a veces erupciones cutáneas, cuya incidencia parece mayor con las formas de administración transdérmica. En este último caso, para reducir su incidencia es útil ir cambiando periódi- camente el lugar de aplicación. Cuando se produce una intoxicación grave o en pacientes con déficit de NADH- metahemoglobín-reductasa puede aparecer metahemo- globinemia por la acción oxidante del nitrito sobre la he- moglobina. 6. Tolerancia y dependencia La administración continuada de nitratos determina el desarrollo de tolerancia a los efectos hemodinámicos, con la consiguiente pérdida de eficacia. La tolerancia es cru- zada entre los distintos nitratos, se desarrolla con rapidez (24-48 horas) y se reduce o desaparece tras un corto pe- ríodo (8-12 horas) libre de tratamiento. En general es rara y poco manifiesta con los preparados sublinguales de corta duración de acción, pero puede ser importante con el empleo a intervalos frecuentes de las preparaciones orales de liberación sostenida y, en particular, con las formas de administración transdérmica que liberan pro- ducto durante las 24 horas del día. La tolerancia no tiene una causa farmacocinética puesto que el ni- vel plasmático de nitrato no sólo no disminuye sino que puede estar au- mentado. El mecanismo concreto por el que se desarrolla la tolerancia no es bien conocido, aunque se han propuesto varios: a) depleción de gupos sulfhidrilo; b) menor activación de la guanililciclasa a nivel vas- cular; c) activación de mecanismos neurohumorales, con aumento del nivel plasmático de noradrenalina, renina y arginina-vasopresina, y d) expansión del volumen plasmático. Es probable que la contribución re- lativa de cada uno de estos mecanismos al desarrollo de la tolerancia sea diferente en los distintos lechos vasculares. El grado de tolerancia desarrollado por los distintos pacientes a un mismo régimen terapéutico es muy variable e imposible de predecir al comienzo del tratamiento. Con objeto de minimizar su incidencia y re- percusiones terapéuticas se ha sugerido que es deseable la existencia de un intervalo (6-10 horas) libre de tratamiento a lo largo del día. Para ello se retirará el parche durante dicho intervalo o se utilizará un ré- gimen terapéutico oral asimétrico (p. ej., administrando el fármaco a las 8 y a las 15 horas cuando se empleen productos con 12 horas de du- ración). Durante el período libre de nitratos, algunos pacientes pue- den necesitar un antianginoso adicional (bloqueante b-adrenérgico o antagonista del calcio) para evitar un rebote de la isquemia miocár- dica. Además, está claramente demostrado que algunos trabajadores de fábricas de nitroglicerina, que perma- necen expuestos a concentraciones elevadas del pro- ducto durante períodos prolongados, desarrollan de-pendencia a los nitratos. Se manifiesta por una reacción de abstinencia con ataques anginosos e incluso infarto agudo de miocardio al suspender la exposición conti- nuada al fármaco. La dependencia a los nitratos no es común durante el empleo clínico habitual, pero al retirar bruscamente la medicación a pacien- tes tratados a largo plazo con dosis elevadas, se ha observado va- soconstricción de rebote en los vasos coronarios y digitales. Para evi- tar la aparición de estas respuestas de rebote es importante reducir progresivamente la dosis de fármaco, si se ha de suprimir la medica- ción. 7. Aplicaciones terapéuticas La nitroglicerina es un producto volátil que debe con- servarse en frascos de vidrio herméticamente cerrados y protegidos de la luz y el calor. A pesar de ello, las table- tas convencionales de nitroglicerina pierden progresiva- mente eficacia y es necesario renovarlas cada 6-12 meses. El dinitrato y el mononitrato de isosorbida no tienen pro- blemas de conservación. Los datos referentes a las dosis y la duración de los efectos de los nitratos más utilizados se indican en la tabla 40-2. 7.1. Angina de esfuerzo a) En el ataque anginoso agudo ya instaurado el fár- maco de elección es la nitroglicerina por vía sublingual en forma de aerosol o de tableta (si se emplean grageas, deberán romperse con los dientes antes de situarlas bajo la lengua). La dosis que deben emplearse es variable se- gún el individuo y oscila entre 0,2 y 0,8 mg. Si los sínto- mas no mejoran con la primera dosis, se puede repetir la administración de ésta o de dosis más elevadas, con in- tervalos de 5 min. Si el ataque no es yugulado con esta es- trategia terapéutica en un período de 15 min, el enfermo debe acudir urgentemente a un hospital, pues puede tra- tarse de un infarto de miocardio, en cuyo caso requerirá otro tratamiento. El dinitrato de isosorbida por vía sub- lingual tarda más tiempo en comenzar a actuar, por lo que se lo considera de segunda elección en estas circunstan- cias. b) En la prevención del ataque anginoso se pueden diferenciar dos formas de empleo. En la profilaxis a corto plazo, inmediatamente antes de un esfuerzo físico o ten- sión emocional que se prevé que puede desencadenar un ataque de angina, suele emplearse nitroglicerina por vía sublingual. No obstante, en este caso la mayor duración de acción de las tabletas bucales de nitroglicerina (inser- 40. Fármacos antianginosos 691 tando la tableta bajo el labio superior en contacto con la encía) o del dinitrato de isosorbida sublingual pueden ha- cerlos preferibles en algunas circunstancias. En la profi- laxis a largo plazo se emplean nitratos por vía oral o al- guno de los preparados para uso tópico de nitroglicerina. Las dosis y los preparados de elección son muy variables según el tipo y el número de crisis, y la respuesta parti- cular de cada paciente. 7.2. Angina de reposo La nitroglicerina sublingual es también el tratamiento de elección si el ataque agudo ya se ha instaurado. Para la profilaxis a largo plazo se pueden emplear nitratos de acción prolongada, pero muchos autores consideran pre- feribles los antagonistas del calcio (v. IV). 7.3. Angina inestable Los nitratos representan una de las terapias de primera línea en los pacientes con angina inestable. Es usual la ad- ministración de nitroglicerina mediante infusión intrave- nosa continua en los pacientes de alto riesgo; en el resto de pacientes, la elección del fármaco, la dosis y la vía de administración idónea dependerán de la gravedad del cuadro y otras circunstancias del paciente. 7.4. Insuficiencia cardíaca congestiva La utilización de los nitratos en el tratamiento de esta enfermedad se expone en el capítulo 36. 7.5. Infarto agudo de miocardio La administración IV de nitroglicerina en pacientes con infarto de miocardio mejora los signos de congestión pul- monar, disminuye los signos ECG indicativos de isquemia miocárdica y parece que limita el tamaño del área in- fartada. Además, una valoración conjunta de los resulta- dos de 7 estudios aleatorios ha mostrado que la nitrogli- cerina IV reduce significativamente la mortalidad si se administra en las primeras horas tras el infarto. No obs- tante, algunos autores consideran necesaria la realización de un ensayo clínico que incluya varios miles de pacientes y demuestre taxativamente la eficacia de la nitroglicerina IV para disminuir la mortalidad postinfarto antes de acep- tar su empleo de rutina en esta enfermedad. Otros fár- macos, como los fibrinolíticos (v. cap. 46), los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (v. cap. 36) o los bloqueantes b-adrenérgicos (v. III, 5) han demostrado claramente su eficacia en este tipo de estudios. III. BLOQUEANTES b-ADRENÉRGICOS Sus características farmacológicas fundamentales se describen en el capítulo 16, y su utilización como an- tiarrítmicos y antihipertensores en los capítulos 38 y 39, respectivamente. En este capítulo sólo se analiza su acti- vidad antianginosa. 1. Efectos antianginosos En pacientes con angina de esfuerzo, los b-bloquean- tes aumentan la tolerancia al ejercicio, reducen la fre- cuencia de los ataques y sus manifestaciones ECG, y disminuyen el consumo diario de nitroglicerina y la in- cidencia de arritmias. La eficacia antianginosa de los di- ferentes b-bloqueantes es similar, independientemente de las diferencias en cuanto a liposolubilidad, capacidad estabilizante de membrana, cardioselectividad y activi- dad simpaticomimética intrínseca que presentan estos fármacos (v. cap. 16). No obstante, algunos trabajos han sugerido que los productos con actividad simpatico- mimética intrínseca pueden tener menor eficacia en pacientes con angina de esfuerzo grave. Los agentes cardioselectivos pueden presentar alguna ventaja en pa- cientes con broncospasmo, aunque muchos autores consideran preferible en estos pacientes el empleo de antagonistas del calcio. Los b-bloqueantes no son útiles en la angina de reposo, ni en pacientes en los que el componente vasospástico desempeña un papel etiológico importante en la angina. De hecho, pueden ocasionar un agravamiento del cuadro anginoso en estos enfermos. 2. Mecanismo de la acción antianginosa El efecto beneficioso de los b-bloqueantes en la angina de esfuerzo deriva fundamentalmente de su ca- pacidad para reducir la demanda de oxígeno por el mio- cardio, al disminuir la estimulación simpática carac- terística de las situaciones desencadenantes del ataque. Concretamente, la reducción del trabajo y del consumo de oxígeno cardíacos que ejercen estos fármacos se debe a su capacidad de disminuir la frecuencia cardíaca, la con- tractilidad miocárdica y la presión arterial. Pero no to- das las acciones de los b-bloqueantes son beneficiosas puesto que, sobre todo a dosis altas, sus efectos crono- trópico e inotrópico negativos aumentan el volumen ven- tricular telediastólico y prolongan el tiempo de eyección sistólica. Estos efectos incrementan los requerimientos de oxígeno y contrarrestan parcialmente su acción an- tianginosa. Los b-bloqueantes también pueden reducir el flujo coronario total y aumentar la resistencia vascular coro- naria, lo que explicaría su ineficacia en la angina de re- poso. En los pacientes con angina de esfuerzo, aunque estos fármacos disminuyen el flujo coronario total (lo que teóricamente podría ser perjudicial), causan una re- distribución de este flujo desde la zona subepicárdica hacia la subendocárdica, por lo que favorecen la irriga- ción de las zonas peor perfundidas y con mayor riesgo de isquemia. El incremento del flujo sanguíneo suben- 692 Farmacología humana docárdico parece debido al aumento del tiempo de per- fusión diastólica (por la bradicardia) y a la disminución de la compresión sistólica endocárdica, causada por la reducción de la contractilidad cardíaca y la presión ar- terial. 3. Peculiaridades farmacocinéticas Las características farmacocinéticas de los b-blo- queantes se expusieron con detalle en el capítulo 16. Es interesante destacar que los nivelesplasmáticos de estos fármacos no están estrechamente relacionados con el efecto antianginoso y que su determinación no es útil como guía de la terapia. 4. Aplicación terapéutica en la angina Son eficaces en el tratamiento preventivo a largo plazo de la angina de esfuerzo y muchos autores los consideran los agentes de elección para esta indicación, especial- mente si el paciente ha sufrido un infarto de miocardio con anterioridad o si presenta una angina de esfuerzo grave (grados III o IV). Las dosis deben individualizarse y varían según el preparado y las características de cada paciente (tabla 40-3). La administración repetida de es- Tabla 40-3. Dosificación de bloqueantes b-adrenérgicos y an- tagonistas del calcio en la angina de pecho Fármaco Dosis b-Bloqueantes Acebutolol 200-300 mg/12 h Atenolol 50-200 mg/24 h Bisoprolol 5-20 mg/24 h Carteolol 5-15 mg/12 h Celiprolol 200-400 mg/24 h Metoprolol 50-100 mg/8-12 h Nadolol 40-80 mg/24 h Oxprenolol 40-160 mg/8 h Oxprenolol retard 160 mg/24 h Penbutolol 40 mg/24 h Pindolol 2,5-5 mg/8 h Propranolol 40-60 mg/6-8 h Propranolol retard 160 mg/24 h Timolol 10-30 mg/12 h Antagonistas del calcioa Amlodipino 5-10 mg/24 h Diltiazem 60-120 mg/8 h Diltiazem retard 120 mg/12 h Felodipino 5-10 mg/24 h Nicardipino 20-40 mg/8 h Nifedipino 10-20 mg/6-8 h Nifedipino retard 20-60 mg/12 h Nisoldipino 10 mg/12 h Verapamilo 40-120 mg/6-8 h Verapamilo retard 120-240 mg/12 h a En la angina variante son necesarias las dosis máximas del rango propuesto. tos fármacos no genera tolerancia a su efecto antiangi- noso. La asociación de b-bloqueantes y nitratos ejerce un efecto antianginoso sinérgico y se emplea con frecuencia en pacientes con angina de esfuerzo de grados III y IV. Esta asociación es muy útil, pues los b-bloqueantes con- trarrestan la taquicardia y el aumento de la contractili- dad cardíaca que a veces producen los nitratos, mientras que éstos antagonizan el aumento del volumen ventricu- lar telediastólico, del tiempo sistólico de eyección y de la resistencia vascular coronaria ocasionada por los b-blo- queantes. Los bloqueantes b-adrenérgicos están contraindicados en la angina de reposo y en la angina mixta deben em- plearse siempre asociados a nitratos y/o antagonistas del calcio. En ausencia de contraindicaciones, los bloquean- tes b-adrenérgicos se emplean como una terapia de pri- mera línea en el tratamiento de la angina inestable. Cual- quier fármaco por vía oral es útil en pacientes con riesgo bajo o medio; en los pacientes de alto riesgo pueden em- plearse propranolol, metoprolol o atenolol por vía intra- venosa. Las reacciones adversas y toxicidad fueron detalla- damente comentadas en el capítulo 16. No obstante, es importante señalar la necesidad de no suspender bruscamente la administración de estos fármacos en pacientes con insuficiencia coronaria grave, pues se puede desencadenar una respuesta de abstinencia con dolor anginoso, infarto de miocardio o, incluso, muerte súbita. 5. Eficacia postinfarto En el empleo de los b-bloqueantes en esta circuns- tancia hay que diferenciar dos estrategias: el uso a corto plazo inmediatamente después del infarto y el uso a largo plazo en pacientes que han sobrevivido a él. Con la ad- ministración inmediata postinfarto se consigue reducir la mortalidad (fundamentalmente al prevenir la rotura car- díaca y la fibrilación ventricular), el tamaño del infarto y la aparición de reinfartos y paros cardíacos no fatales. Para conseguir estos efectos es esencial comenzar el tra- tamiento lo más rápidamente posible y siempre antes de transcurridas 12 horas desde el infarto. En el estudio de administración inmediata postinfarto más amplio realizado hasta el momento (16.027 pacientes), la pauta empleada fue una inyección IV lenta (5 min) de 5 mg de atenolol, que se repitió a con- tinuación si la frecuencia cardíaca era de 60 lat./min o superior. A los 10 min de la inyección y si las condiciones hemodinámicas lo permitían, se administraban 50 mg de atenolol por vía oral y se continuaba con 50 mg cada 12 horas durante 6 días. El uso mantenido a largo plazo de b-bloqueantes en pacientes que han sobrevivido a un infarto de miocardio reduce el riesgo de muerte y de reinfarto no fatal. Para conseguir un máximo efecto protector, el tratamiento de- bería instaurarse entre 1 y 4 semanas después del infarto y mantenerse durante 1-3 años (v. cap. 36). 40. Fármacos antianginosos 693 IV. ANTAGONISTAS DEL CALCIO En el capítulo 37 se expusieron sus características far- macológicas generales y en los capítulos 38 y 39 su em- pleo como antiarrítmicos y antihipertensores. En éste sólo se comentarán sus acciones antianginosas. Este grupo de fármacos está compuesto por un elevado nú- mero de productos (v. cap. 37) pero sólo algunos de ellos se emplean como antianginosos. Entre éstos se encuen- tran diversas dihidropiridinas (nifedipino, nicardipino, nisoldipino, amlodipino y felodipino), el verapamilo y el diltiazem. 1. Mecanismo de la acción antianginosa La acción antianginosa está directamente relacionada con su capacidad para bloquear la entrada de calcio (a través de los canales de calcio dependientes del voltaje) a las células cardíacas y las de la musculatura lisa vascu- lar coronaria y sistémica. Ejercen una acción vasodilata- dora que afecta en mayor medida las arterias que las ve- nas, por lo que no aumentan la capacitancia venosa ni reducen el retorno cardíaco. En cambio, producen una vasodilatación arterial coronaria, en particular si existe un vasospasmo espontáneo o desencadenado por diver- sos factores, y favorecen la redistribución del flujo hacia las zonas isquémicas. Todos estos efectos permiten un mayor aporte de oxígeno al miocardio. Asimismo, los an- tagonistas del calcio producen, en mayor o menor grado, dependiendo del fármaco considerado, una vasodilata- ción de arterias y arteriolas periféricas (lo que reduce la poscarga) y una reducción de la frecuencia y, en menor medida, de la contractilidad cardíacas (lo que disminu- ye el trabajo cardíaco y aumenta el tiempo de perfusión coronaria). La reducción de la poscarga y del trabajo cardíaco disminuye la demanda de oxígeno por el mio- cardio. No todos los antagonistas del calcio afectan por igual la función cardíaca y vascular. Así, las dihidropiridinas producen una marcada vasodilatación, pero ejercen poco o ningún efecto depresor sobre los nodos SA y AV. La vasodilatación que provocan desencadena una respuesta simpática compensatoria con taquicardia y aumento de la contractilidad cardíaca, lo que incrementa el consumo de oxígeno miocárdico y contrarresta parcialmente la ac- ción antianginosa. La respuesta simpática compensatoria es particularmente manifiesta con los preparados de li- beración normal de las dihidropiridinas de corta duración (p. ej., nifedipino) y mucho menos evidente con los pre- parados retard o las dihidropiridinas de larga duración (p. ej., amlodipino), por lo que estos últimos parecen prefe- ribles. El verapamilo y el diltiazem tienen un mayor efecto depresor sobre los nodos cardíacos que las dihidropiridi- nas. En general, la vasodilatación que producen se acom- paña de una pequeña bradicardia y la contractilidad car- díaca no se modifica o está ligeramente reducida. Ello es debido al hecho de que la respuesta simpática com- pensatoria a la vasodilatación no es capaz de revertir to- talmente los efectos cronotrópico e inotrópico negativos de estos fármacos. Estas diferencias explican que la elec- ción del antagonista del calcio idóneo dependa de la si- tuación clínica del enfermo, su patología adicional a la angina y otros posibles tratamientos farmacológicos que reciba. 2. Aplicación en la angina Los antagonistas del calcio son los fármacos de elec- ción en la profilaxis a largo plazo de la angina de reposo, en particular en la angina variante. En estos enfermos son capaces de reducir la frecuencia de los ataques an- ginosos, disminuir los requerimientos de nitroglicerina e impedir los espasmos coronarios inducidos por frío o er-gonovina. En general es preciso utilizar las dosis máxi- mas tolerables (tabla 40-3) y, en algunos pacientes, puede ser necesario asociar un nitrato. A diferencia de los ni- tratos, la administración repetida de antagonistas del cal- cio no produce tolerancia a su efecto antianginoso. Tam- bién son eficaces en el tratamiento preventivo a largo plazo de la angina de esfuerzo. Por lo general se emplean en enfermos que no toleran nitratos ni b-bloqueantes o en los que no se consigue un control adecuado de las cri- sis con ellos. En estos últimos pacientes, los antagonis- tas del calcio pueden asociarse a nitratos y b-bloquean- tes. Los antagonistas del calcio usualmente son una alternativa de segunda elección en los pacientes con an- gina inestable, aunque pueden ser útiles asociados a blo- queantes b-adrenérgicos o si existe un fuerte compo- nente vasospástico. Puesto que los nitratos reducen fundamentalmente la precarga y los antagonistas del calcio la poscarga, su aso- ciación permite una mayor reducción de la demanda mio- cárdica de oxígeno que con cada uno de ellos por se- parado. La utilización conjunta de dihidropiridinas y ni- tratos es útil en pacientes anginosos con insuficiencia cardíaca, bloqueo AV o enfermedad del seno, pues en ellos el empleo de verapamilo, diltiazem o b-bloquean- tes está contraindicado. No obstante, con dicha asocia- ción puede aparecer una excesiva hipotensión que es contraproducente y debe ser evitada. La asociación de dihidropiridinas y bloqueantes b-adrenérgicos produce un efecto antianginoso sinérgico. Los b-bloqueantes su- primen la taquicardia y el aumento de contractilidad car- díaca provocados por vía refleja por las dihidropiridinas y éstas reducen el posible vasospasmo coronario provo- cado por los b-bloqueantes. El diltiazem también incre- menta el efecto antianginoso de los b-bloqueantes, aunque con esta asociación existe cierto riesgo de car- diodepresión excesiva, particularmente en pacientes con alteraciones del sistema de conducción o con insuficien- cia cardíaca. El verapamilo probablemente no debería asociarse a b-bloqueantes, pues existe un riesgo eleva- do de depresión excesiva del cronotropismo y del ino- tropismo cardíacos. Cuando se asocien diltiazem o dihi- 694 Farmacología humana dropiridinas con b-bloqueantes es preciso individua- lizar el tratamiento y controlar adecuadamente al pa- ciente. En el infarto agudo de miocardio, las dihidropiridinas de corta duración están contraindicadas, pues algunos datos sugieren que incluso pueden aumentar la inci- dencia de muerte y reinfarto. En cuanto al resto de an- tagonistas del calcio, el verapamilo aumenta la supervi- vencia en algunos estudios y el diltiazem reduce la incidencia de reinfarto en algunos subgrupos de pa- cientes. No obstante, el número de estudios realizados es pequeño y los datos obtenidos con ellos no son tan concluyentes como con los b-bloqueantes, por lo que de momento no parece indicado su uso rutinario para esta indicación (v. cap. 36). Las reacciones adversas y contraindicaciones de los an- tagonistas del calcio se expusieron en el capítulo 37. Sin embargo, es importante destacar la necesidad de reducir paulatinamente la dosis en pacientes con angina de pe- cho grave, pues la supresión brusca del tratamiento puede desencadenar una respuesta de rebote, con aumento del número de crisis anginosas. V. OTROS ANTIANGINOSOS 1. Molsidomina 1.1. Mecanismo de acción y acciones farmacológicas La molsidomina es un profármaco que, tras sufrir diversos procesos metabólicos, genera dos metabolitos activos (SIN-1 y SIN-1A) que con- tienen un radical R-NNO que accede al interior celular y, bien como tal o al liberar NO, activa la guanililciclasa soluble (fig. 40-3). Esta activa- ción aumenta la concentración intracelular de GMPc y produce vaso- dilatación. Por lo tanto, el mecanismo de actuación es muy similar al de otros nitrovasodilatadores y no debe extrañar que sus acciones farma- cológicas también lo sean. La molsidomina ejerce un efecto vasodila- tador que afecta fundamentalmente los vasos venosos, lo que le per- mite disminuir el retorno venoso y el volumen telediastólico ventricular (precarga); en menor medida produce una disminución de la presión arterial y de la poscarga. Todo ello favorece una reducción del consumo miocárdico de oxígeno. Además, la acción vasodilatadora sobre las ar- terias coronarias impide el vasospasmo característico de algunas for- mas de angina y aumenta el aporte de oxígeno al miocardio. La molsi- domina también produce un efecto antiagregante plaquetario, cuyo mecanismo no es totalmente conocido, pero parece relacionado con una inhibición de la fosfolipasa C y de la entrada de calcio al interior pla- quetario. 1.2. Características farmacocinéticas Se absorbe correctamente por vía oral, con un tmáx de 0,5-1,5 hora, pero su biodisponibilidad es del 44 ± 15 % por un fenómeno de primer paso hepático. El Vd es de unos 100 l y el aclaramiento plasmático to- tal de 1 l/min, siendo su semivida plasmática de eliminación de 1-2 ho- ras. El metabolismo hepático de la molsidomina genera el metabo- lito activo 3-morfolino-sidnonimina (SIN-1), el cual, por reacciones espontáneas no enzimáticas, genera otro metabolito activo (SIN-1A) y diversos productos inactivos. 1.3. Reacciones adversas Las más frecuentes son las cefaleas, que suelen remitir de forma es- pontánea al continuar el tratamiento. Más raramente aparecen hipo- tensión ortostática, que puede desencadenar una taquicardia compen- sadora con agravamiento de la angina, y trastornos gastrointestinales con anorexia, náuseas y vómitos. 1.4. Aplicaciones terapéuticas Se utiliza en la profilaxis a largo plazo en pacientes con angina de esfuerzo y de reposo a dosis de 2 mg cada 8-12 horas. Al parecer no se produce tolerancia a su acción antianginosa tras administración repe- tida. Existen algunos datos positivos sobre la utilidad de su asociación a b-bloqueantes en pacientes con angina de esfuerzo. VI. TERAPÉUTICA DE LA ANGINA DE PECHO 1. Normas generales Son de gran utilidad ciertas estrategias de prevención primaria que tienen como objetivo diagnosticar y tratar debidamente diversos factores de riesgo, como hiperten- sión arterial, tabaquismo, hiperlipemias, obesidad, dia- betes e inactividad física. También es importante identi- ficar y tratar posibles enfermedades coadyuvantes de la angina de pecho, como arritmias, insuficiencia cardíaca, hipertiroidismo, anemia o poliglobulia. En todos los ca- sos será necesario detectar los factores que desencade- nan la crisis de angina (esfuerzo, estrés, frío, etc.) y si es posible, evitarlos. 2. Tratamiento farmacológico La administración de fármacos antianginosos es muy eficaz en el tratamiento de la crisis anginosa ya instau- rada y en la profilaxis del ataque de angina a corto y lar- go plazo. Siempre que no existan contraindicaciones, es recomendable el uso de ácido acetilsalicílico (100- 200 mg/día) en la prevención secundaria de la angina de pecho estable. Para el tratamiento de la crisis, la primera medida debe ser el cese de la actividad física o de la causa desen- cadenante y la administración de nitroglicerina por vía sublingual. En la angina de esfuerzo hay que considerar si el tra- tamiento será a corto o largo plazo, la gravedad de la an- gina y el resto de enfermedades que sufre el paciente: a) En la profilaxis a corto plazo, para evitar que apa- rezca el dolor ante un estímulo que se sabe de antemano que lo desencadena, son de gran utilidad los nitratos por vía sublingual. b) En la profilaxis a largo plazo de los pacientes con angina de grados I o II son útiles cualquiera de los gru- pos de fármacos estudiados. La elección del fármaco y de la dosis concreta dependerá de la experiencia del médico, 40. Fármacos antianginosos 695 la respuesta del paciente y el resto de enfermedades del individuo. c) En los casos con angina de grados III y IV se con- sigue un mayor beneficio con bloqueantes b-adrenérgi- cos (solos o asociados a un antagonistadel calcio) que con nitratos o antagonistas del calcio aisladamente. En aque- llos casos no controlados con un solo fármaco es de elec- ción la asociación de b-bloqueantes y dihidropiridinas (o nitratos si no se toleran éstas). También es útil la asocia- ción de nitratos y antagonistas del calcio. d) En los casos refractarios a la asociación de dos fár- macos debería considerarse el tratamiento quirúrgico; hasta que éste se aplique o si está contraindicado, puede ser útil la asociación de nitratos, b-bloqueantes y anta- gonistas del calcio. En la angina de reposo, los fármacos de elección son los antagonistas del calcio solos o asociados a nitratos. Las formas de presentación con horario previsible (p. ej., la angina nocturna) pueden beneficiarse de la nitroglice- rina en aplicación tópica. En la angina mixta se debe comenzar el tratamiento con la asociación de nitratos y b-bloqueantes o nitratos y antagonistas del calcio. En los casos refractarios se pue- den asociar los tres grupos de fármacos. Las formas de angina inestable deben considerarse una urgencia médica y requieren ingreso hospitalario (prefe- riblemente en la unidad coronaria), donde se procederá a tratamiento farmacológico y a un estudio de su anato- mía coronaria por si fuera preciso recurrir a la cirugía. La asociación de ácido acetilsalicílico y heparina reduce la incidencia de infarto de miocardio y el número de muer- tes en estos pacientes, por lo que se utilizarán junto a ni- tratos y/o b-bloqueantes (v. caps. 36 y 46). 3. Tratamiento quirúrgico La angioplastia y la cirugía de derivación coronaria representan alternativas terapéuticas de eficacia de- mostrada en pacientes refractarios al tratamiento medi- camentoso. Para decidir sobre la indicación del trata- miento quirúrgico se valorarán la gravedad del cuadro clínico, los hallazgos anatómicos de la angiografía y la ex- periencia del equipo medicoquirúrgico responsable. BIBLIOGRAFÍA Abrams J. Glyceryl trinitrates (nitroglycerin) and the organic nitrates. Choosing the method of administration. Drugs 1987; 34: 391-403. Abrams J. The role of nitrates in coronary heart disease. Arch Intern Med 1995; 155: 357-364. Ahlner J, Andersson RGG, Torfgard K, Axelsson KL. Organic nitrates esters: clinical use and mechanisms of action. Pharmacol Rev 1991; 43: 351-423. Andersson KE, Hoglund P. Combination of nitrates with other an- tianginal drugs. Drugs 1987; 33(supl 4): 43-48. Berrazueta JR, López-Jaramillo P, Moncada S. 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Mecanismos fundamentales de la acción antianginosa de los fármacos II. NITRATOS Y NITRITOS 1. Características químicas 2. Efectos farmacológicos 2.1. Efectos vasculares 2.2. Otros efectos 3. Mecanismo de la acción antianginosa 4. Características farmacocinéticas 4.1. Trinitrato de glicerilo (nitroglicerina) 4.2. Dinitrato de isosorbida 4.3. 5- Mononitrato de isosorbida 5. Reacciones adversas 6. Tolerancia y dependencia 7. Aplicaciones terapéuticas 7.1. Angina de esfuerzo 7.2. Angina de reposo 7.3. Angina inestable 7.4. Insuficiencia cardíaca congestiva 7.5. Infarto agudo de miocardio III. BLOQUEANTES beta-ADRENÉRGICOS 1. Efectos antianginosos 2. Mecanismo de la acción antianginosa 3. Peculiaridades farmacocinéticas 4. Aplicación terapéutica en la angina 5. Eficacia postinfarto IV. ANTAGONISTAS DEL CALCIO 1. Mecanismo de la acción antianginosa 2. Aplicación en la angina V. OTROS ANTIANGINOSOS 1. Molsidomina 1.1. Mecanismo de acción y acciones farmacológicas 1.2. Características farmacocinéticas 1.3. Reacciones adversas 1.4. Aplicaciones terapéuticas VI. TERAPÉUTICA DE LA ANGINA DE PECHO 1. Normas generales 2. Tratamiento farmacológico 3. Tratamiento quirúrgico
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