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1. Introducción
En 1962, Hass y Hartfelder observaron que el vera-
pamilo, un derivado del espasmolítico papaverina, po-
seía efectos vasodilatadores coronarios y efectos cro-
notrópicos e inotrópicos negativos. La nitroglicerina,
sin embargo, otro potente vasodilatador coronario, ca-
recía de esos efectos cardíacos. En 1967, Fleckenstein
sugirió que dichos efectos se debían a la inhibición del
proceso de acoplamiento excitación-contracción, como
consecuencia de la reducción de la entrada de Ca2+
desde el exterior hacia el interior del miocito cardíaco,
a través de los canales de Ca2+ dependientes del voltaje.
Hoy se conocen múltiples fármacos que, si bien gozan
de un mecanismo de acción común, como es bloquear
los canales de Ca2+ del subtipo L, a nivel cardíaco y en
la fibra lisa vascular y no vascular, poseen estructuras
químicas muy diversas (fig. 37-1). Estos fármacos son
denominados bloqueantes de los canales de Ca2+ de-
pendientes del voltaje del subtipo L, o simplemente an-
tagonistas del calcio. Pertenecen a tres grupos funda-
mentales: las 1,4-dihidropiridinas cuyo cabeza de serie
es el nifedipino, las bencilalquilaminas cuyo prototipo
es el verapamilo y las benzotiazepinas cuyo represen-
tante es el diltiazem. Existen otras entidades químicas
(p. ej., la piperazina y la flunarizina), que bloquean otros
canales de Ca2+, además de los L, y que no se analiza-
rán en este capítulo.
No es correcto hablar hoy día de un antagonista del
calcio sin matizar sus diferencias de otros. Ello es así por-
que los antagonistas del calcio poseen perfiles farmaco-
lógicos muy diversos. Además se está identificando un
número creciente de subtipos de canales de Ca2+ en dis-
tintas células excitables (tabla 37-1); esta heterogenei-
dad es explicable si se tiene en cuenta la gran variedad
de funciones fisiológicas reguladas por el calcio. Por ello,
no es de extrañar que tanto de estudios básicos como clí-
nicos se deriven nuevas e interesantes diferencias entre
los distintos fármacos del grupo. En este capítulo se iden-
tificarán estas diferencias y se resaltará su relevancia te-
rapéutica.
37
Fármacos antagonistas del cal
A. G. García, P. Michelena y L. Gandía
2. Mecanismo de acción
2.1. Calcio como mensajero en los procesos
de comunicación celular
Uno de los mensajeros intracelulares más ubicuos y con
mayor protagonismo en los procesos de regulación celu-
lar es el Ca2+, pues regula procesos tan variados como la
fecundación del ovocito por el espermatozoide, el desa-
rrollo embrionario, la coagulación de la sangre, la apop-
tosis, la muerte celular por isquemia tisular, la excitabili-
dad neuronal, el transporte axoplásmico, la liberación de
hormonas y neurotransmisores, y la contracción de los
músculos estriado, liso y cardíaco (v. cap. 3). Las indica-
ciones terapéuticas de los actuales antagonistas del calcio
se basan en sus efectos sobre la homeostasia celular del
calcio en los músculos liso vascular y estriado cardíaco.
A pesar de que las células se encuentran sumergidas
en elevadas concentraciones de Ca2+, los niveles del ca-
tión que se encuentran en el citosol de forma libre son ex-
tremadamente bajos: hay 10.000 veces más calcio en el ex-
terior (10–3 M) que en el interior celular (10–7 M). A este
elevado gradiente químico se suma el hecho de que el
Ca2+, cargado positivamente, es atraído hacia el interior
celular por el ambiente eléctrico negativo que allí
predomina. Las membranas celulares son barreras bilipí-
dicas que no dejan pasar moléculas eléctricamente
cargadas. Sólo cuando se excitan, permiten el paso del
Ca2+ a su interior; para ello, el catión utiliza sus propios
canales de calcio dependientes del voltaje, que son pro-
teínas que atraviesan la membrana celular y que al abrirse
durante pocos milisegundos ponen los espacios extra e in-
tracelular en contacto, dejando pasar sólo Ca2+, y no otros
iones mono o divalentes (v. cap. 3, I, A, 1.2). Aun cuando
estos canales se abren de forma intermitente y durante
cortos períodos de tiempo, el enorme gradiente eléctrico
y químico empuja el catión hacia el interior celular, inva-
diendo el citosol en forma de oleadas que alcanzan su
cresta en zonas adyacentes a la membrana celular, y que
se extinguen, según penetra en el interior de la célula,
cuando las organelas y las proteínas que fijan Ca2+ en el
citosol lo secuestran de manera eficiente y rápida.
637
cio
638 Farmacología humana
2.2. Multiplicidad de canales de calcio
Es necesario conocer los múltiples tipos de canales de
Ca2+ por los que el catión accede al interior celular para
comprender cómo las células utilizan la entrada de Ca2+
para regular las distintas funciones biológicas en las que
este mensajero intracelular está implicado. Ello debe ser-
vir, además, para desarrollar nuevas moléculas con po-
tencialidad terapéutica, cuyo mecanismo de acción im-
plique la regulación de la entrada del Ca2+ por sus distintas
vías de acceso, en situaciones patológicas en las que exista
una sobrecarga celular del catión. Las técnicas utilizadas
H
NO2
N
HH3C
CH3OOC
CH3
COOCH3
Nifedipino
H
N
HH3C
CH3OOC
CH3
COOCH2CH3
Felodipino
CI
CI
H
N
HH3C
CH3OOC
CH3
CH3
COOCHCH3
Isradipino
N
N
O
H3CO
H3CO
C (CH2)3 N(CH3)2
CH(CH3)2 CH3
CN
Verapamilo
Fig. 37-1. Estructura química de algunos antagonistas del calcio
vos de los derivados de 1,4-dihidropiridinas (nifedipino, amlodipin
laminas (verapamilo) y be
para la identificación y el análisis de canales iónicos han
sido muy diversas: radioligandos específicos, trasiegos de
iones marcados, sondas fluorescentes, estudios funciona-
les y biología molecular. Sin embargo, gracias a las téc-
nicas electrofisiológicas de patch-clamp, el avance ex-
perimentado en la última década en la catalogación y
caracterización de decenas de canales iónicos en distin-
tos sistemas celulares ha sido espectacular.
Con el uso de estas técnicas se han llegado a identifi-
car hasta seis subtipos de canales de Ca2+ que se deno-
minan con las letras L, N, P, Q, T y R. La distinción en-
tre estos canales se lleva a cabo sobre la base de sus
H
N
HH3C
CH3OOC
CH2OCH2CH2NH2
COOCH2CH3
Amlodipino
CI
H
N
I
H
H3C
CH2 N CH2CH2 OOC
CH3
COOCH3
Nicardipino
NO2
I
 CH3
H
N
I
H
H3C
CH3 OCH2 CH2 OOC
CH3
COOCH (CH3)2
Nimodipino
NO2
OCH3
OCH3
S
N
I
 CH2
I
 CH2 –N(CH3)2
O
OOC–CH3
OCH3
Diltiazem
 (bloqueantes de los canales de Ca2+ de subtipo L) representati-
o, felodipino, nicardipino, isradipino y nimodipino), bencilalqui-
nzotiazepinas (diltiazem).
37. Fármacos antagonistas del calcio 639
propiedades cinéticas de apertura y cierre pero, sobre
todo, gracias a su distinta sensibilidad a fármacos y toxi-
nas con selectividad por uno u otro canal (tabla 37-1). Por
ejemplo, los N se bloquean por w-conotoxina GVIA, una
toxina peptídica procedente del caracol marino Conus
geographus, y los P por w-agatoxina IVA, una toxina pep-
tídica extraída del veneno de la araña Agelenopsis aperta.
Ambos tipos de canales se ubican sólo en neuronas. Los
T y los L se encuentran en neuronas y en otras células
como miocitos cardíacos, células musculares lisas vas-
culares y no vasculares y células endocrinas. Los T se
bloquean por amilorida y flunarizina, y los L por el hete-
rogéneo grupo de los actualmente denominados anta-
gonistas del calcio, que son los estudiados en este capí-
tulo. Los canales de bajo umbral se activan a voltajes
hiperpolarizados, más allá de los –50 mV; se abren en
respuesta a pequeñas despolarizaciones desde potencia-
les de membrana muy negativos. Por el contrario, los de
alto umbral exigen para su apertura fuertes despolariza-
ciones y comienzan a activarse entre –30 y –20 mV. La
cinética de inactivación es también variable, oscilando
entre t muy baja (5-10 mseg para canales T) y muy alta
(> 200 mseg en canales L o aún más alta [canales P y R]).
2.3. Mecanismos de bloqueo de los canales
de Ca2+ del subtipo L
Los canales de Ca2+ del subtipo L son heterómeros for-
mados por subunidades a1, a2,b, g y d (v. fig. 3-4). La sub-
unidad a1 contiene el poro iónico y los sitios de unión para
los antagonistas del calcio. Parece que las demás subuni-
dades ejercen funciones moduladoras sobre las cinéticas
de apertura y cierre del poro iónico. Los efectos hemo-
Tabla 37-1. Clasificación y ubicación celular 
Tipo
Umbral bajo (LVA) T
Umbral alto (HVA) L (a1c, a1d y a1s)
N(a1b)
P(¿a1a?)
Q(¿a1a?)
R(?)
En paréntesis se identifica la subunidad a1 clonada correspondiente al subtipo de 
Neuronas centrales y 
culares (+++), fibro
cretoras (++)
Músculo (+++), glia y c
trales y sensoriales (
Neuronas simpáticas 
(++), neuronas cen
(++) y células croma
Neuronas centrales (+
células secretoras (+
Neuronas centrales (+
(++)
Neuronas centrales (+
dinámicos de los antagonistas del calcio se deben al blo-
queo de los canales de Ca2+ de tipo L de corazón y vasos.
Es curioso que el bloqueo de los canales L de músculo es-
quelético y de células neurosecretoras no se traduzca,
aparentemente, en efectos farmacológicos relevantes.
Durante la fase 2 de cada potencial de acción cardíaco
(sístole), se abren los canales de calcio L, lo que ocasiona
la entrada de Ca2+ extracelular al interior del miocito car-
díaco, con la consiguiente movilización de Ca2+ del retícu-
lo sarcoplásmico, el incremento de la concentración ci-
tosólica de Ca2+ y la contracción muscular. Durante la
diástole, el Ca2+ se secuestra de nuevo en el retículo sar-
coplásmico y se expulsa hacia el espacio extracelular me-
diante la bomba de Ca2+ y el intercambiador sodio/calcio
del sarcolema (v. cap. 35 y fig. 37-2).
Para bloquear los canales de Ca2+ del subtipo L, los an-
tagonistas del calcio presentan uso-dependencia y voltaje-
dependencia. La uso-dependencia significa que cuantas
más veces se abra el canal, mayor va a ser el bloqueo. Así,
particularmente para el caso del verapamilo y el diltiazem,
el bloqueo de la entrada de Ca2+ aumenta marcadamente
a frecuencias más rápidas. El bloqueo producido por las
dihidropiridinas es mucho menos frecuencia-dependiente.
El otro aspecto interesante es la voltaje-dependencia. El
potencial de membrana de las células musculares auricu-
lares y ventriculares, y el de las fibras de Purkinje, es de
–90 mV en situaciones normales; el potencial de mem-
brana está mucho más despolarizado (alrededor de
–60 mV) en las células de los nodos sinoauricular y auri-
culoventricular, así como en el miocardio isquémico y
en el músculo liso vascular normal. El hecho de que los
antagonistas del calcio bloquean mejor los canales del
subtipo L a potenciales más despolarizados (voltaje-de-
de canales de calcio dependientes del voltaje
Ubicación Farmacología
canal caracterizado funcional y farmacológicamente.
sensoriales (+++), células mus-
blastos (+++), glia y células se-
élulas secretoras, neuronas cen-
++) y células cromafines (++)
(+++), neuronas sensoriales
trales (++), células secretoras
fines (++)
++), neuronas sensoriales (+),
+) y células cromafines (++)
+) y células cromafines bovinas
+)
Ni2+, amilorida y Cd2+ (débil-
mente)
Dihidropiridinas, verapamilo,
diltiazem y Cd2+
w-Conotoxina GVIA, w-co-
notoxina MVIIA, w-cono-
toxina MVIIC y Cd2+
w-Agatoxina IVA, w-conoto-
xina MVIIC y Cd2+
w-Conotoxina MVIIC, w-aga-
toxina IVA (débilmente) y
Cd2+
Cd2+ y Ni2+ (débilmente)
640 Farmacología humana
pendencia) explica su mayor afinidad por las células
musculares vasculares y por las células nodales. De ahí que
estos fármacos puedan producir vasodilatación a concen-
traciones que apenas modifican la contractilidad miocár-
dica, la frecuencia sinusal o la conducción auriculoventri-
cular. Además, el bloqueo dependiente de la frecuencia y
del voltaje explica que en pacientes con ritmo sinusal, el
verapamilo y el diltiazem apenas depriman la conducción
auriculoventricular, mientras que en pacientes con taqui-
cardias de origen supraventricular o por reentrada intra-
nodal la depriman marcadamente (v. cap. 38).
3. Perfil farmacológico
3.1. Vasodilatación arterial selectiva
Como se ha señalado anteriormente, la contracción de
los pequeños vasos de resistencia es una función de las
oscilaciones de la concentración citosólica del Ca2+ libre
en las células musculares lisas de la pared arteriolar. La
señal vasoconstrictora consiste en una elevación del Ca2+
citosólico, a expensas de la entrada de Ca2+ en la célula a
través de canales de Ca2+ dependientes del voltaje del sub-
tipo L. Precisamente, estos canales son la diana especí-
fica del verapamilo, diltiazem y nifedipino que, uniéndose
Agonista b
ATP
AMPc
+
Diástole: 1
Sístole: 1
Salida de
Ca2+
Metabolismo
mitocondrial
Bomba de
Ca2+
(8)
Na+
(7)
(4)
(1)
AC
b
ATP
Gas
Fig. 37-2. Homeostasia celular del Ca2+ en el miocito cardíaco. D
muy bajos (10–7 M). Durante la sístole se elevan 10-100 (veces) de
lular por los canales de Ca2+ dependientes del voltaje del subtipo L
acción, y liberación por este Ca2+ que penetra en la célula de más
vación de los b-adrenoceptores por las catecolaminas (4) aumenta
canales de Ca2+ y la entrada del catión al citosol. Esta elevación tra
tituye la señal que pone en marcha la contracción muscular durant
ciende como resultado del cierre de los canales de calcio L y del se
sión al espacio extracelular por la bomba de Ca2+ (7) y el int
a receptores acoplados a dichos canales, precipitan su cie-
rre, la caída de los niveles citosólicos de Ca2+ y la vasodi-
latación. Si bien el mecanismo de acción es común, la po-
tencia vasodilatadora del nifedipino es mucho mayor que
la del verapamilo, siendo la de éste ligeramente mayor
que la del diltiazem.
La vasodilatación es selectiva para los lechos arteria-
les, afectándose poco los venosos y, por consiguiente, el
retorno venoso y la precarga. Este hecho se demuestra
experimentalmente con la administración intravenosa de
nifedipino, que incrementa el flujo sanguíneo en el ante-
brazo, con escasos efectos sobre el retorno venoso. Ello
sugiere una acción vasodilatadora selectiva sobre las pe-
queñas arterias de resistencia. Algo parecido ocurre con
la administración oral de nifedipino, que incrementa el
flujo sanguíneo periférico por vasodilatación arterial sin
que se afecte el tono venoso. En consecuencia, se pro-
duce una disminución de las resistencias arteriolares
periféricas y una caída de la presión arterial. Cualitativa-
mente, las bencilalquilaminas y las benzotiazepinas pro-
ducen efectos vasculares similares; cuantitativamente, el
verapamilo y el diltiazem son entre 100 y 1.000 veces me-
nos potentes vasodilatadores que las dihidropiridinas (ta-
bla 37-2). Sin embargo, todos producen efectos antihi-
pertensores similares en la clínica y todos incrementan el
Ca2+
Vía canales
de Ca
10–3 M
+
+
Intracelular
Extracelular
Ca2+
libre
(2) (3)
0–7 M
0–6 M
Contracción
Relajación
(5)
(6)
RS
urante la diástole, los niveles de Ca2+ libre en el citosol (1) son
bido a dos mecanismos: entrada de Ca2+ desde el medio extrace-
 (2), que permanecen abiertos en la meseta de cada potencial de
 Ca2+ almacenado en el retículo sarcoplásmico (RS) (3). La acti-
 el AMPc, que incrementa aún más el tiempo de apertura de los
nsitoria del Ca2+ citosólico, junto con el ATP mitocondrial, cons-
e la sístole (5). El corazón se relaja cuando el Ca2+ citosólico des-
cuestro del calcio en el retículo sarcoplásmico (6), o de su expul-
ercambiador Na+-Ca2+ (8). (Adaptado de Opie et al, 1995.)
37. Fármacos antagonistas del calcio 641
flujo coronario. Sus efectos antihipertensores parecen in-
cluso más marcados en ancianos. Además, un leve efecto
natriurético evita la típica retención de fluido asociada al
uso de medicaciones vasodilatadoras.
3.2. Problema de la taquicardia refleja
El arco reflejo vasorregulador constituye una impor-
tante encrucijada que se modifica de manera distinta por
los diferentes antagonistas del calcio. La caída brusca de
las resistencias periféricas y de la presión arterial, provo-
cada por las dihidropiridinas de acción rápida, no pasa
inadvertida para el cerebro,cuyo centro vasomotor tron-
coencefálico activa la eferencia simpática y pone en mar-
cha un doble mecanismo compensador: la vasoconstric-
ción periférica y el incremento de la frecuencia y gasto
cardíacos. De ambos es responsable la noradrenalina que
se libera desde las terminaciones nerviosas simpáticas que
inervan corazón y vasos, ayudada en casos extremos por
la noradrenalina y la adrenalina procedentes de las célu-
las cromafines de la médula suprarrenal. Entran en juego
así las catecolaminas circulantes, tan eficientes para con-
trolar la homeostasia cardiovascular, pero tan agresivas
para corazón y vasos cuando sus niveles circulantes se in-
crementan con demasiada frecuencia o durante dema-
siado tiempo.
Puesto que son vasodilatadores más potentes y poseen
menos acciones cardíacas, las dihidropiridinas activan más
el reflejo vasorregulador que las benzotiazepinas y ben-
cilalquilaminas. Por ello, el nifedipino produce una dis-
creta taquicardia y un modesto incremento de la contrac-
tilidad miocárdica; si a ello se une la disminución de la
poscarga, se comprende el incremento del gasto cardíaco
y de la demanda de oxígeno que se produce. Esta activa-
ción simpática refleja será tanto más acusada cuanto más
Tabla 37-2. Efecto de los antagonistas del calcio sobre la con-
tractilidad y frecuencia cardíacas: selectividad vascular frente
a cardíaca
Frecuencia Selectividad
Fármaco Contractilidad cardíaca vasos/corazón
Verapamilo ¯¯ ¯¯ 1
Diltiazem ¯¯ ¯ 1
Nifedipinoa ¯ ­­ 10
Amlodipino --- --- 10
Nitrendipino ¯ ­ 100
Nicardipino --- ­ 100
Isradipino --- --- 100
Felodipino --- --- 100
Nisoldipino --- --- 1.000
Modificado de Messerli y McLoughlin, 1993 y de Opie et al, 1995.
a Nifedipino de liberación inmediata; con el nifedipino OROS no parece que
se observe incremento de la frecuencia cardíaca.
­, aumento; ¯, disminución; ---, sin cambios. La selectividad vascular frente a
la cardíaca está basada en experimentos in vitro, realizados en tejidos animales y
humanos, midiendo la potencia inotrópica negativa y vasodilatadora de los dis-
tintos compuestos.
bruscas sean las oscilaciones de la presión arterial que, ló-
gicamente, dependerán de la velocidad de instauración y
recuperación del bloqueo de los canales de Ca2+. En este
sentido, existen profundas diferencias incluso entre anta-
gonistas del calcio del mismo grupo químico.
Consideremos dos ejemplos extremos, el nifedipino de liberación
inmediata y el amlodipino. Ambos son derivados de 1,4-dihidropiridi-
nas, pero mientras el nifedipino de liberación inmediata posee una se-
mivida plasmática de 2,5 horas tras su administración oral, la de amlo-
dipino es de 35 a 50 horas (v. 4). Por ello, sus niveles plasmáticos y sus
efectos hemodinámicos se incrementan a lo largo de los primeros 7-
10 días de terapia. Al igual que el nifedipino, el amlodipino produce
vasodilatación arterial periférica y coronaria, pero ocasiona menos ta-
quicardia refleja, posiblemente porque su lenta absorción oral y su pro-
longada semivida evitan grandes picos y valles en los niveles plasmáti-
cos del fármaco a lo largo de las 24 horas del día. Se ha sugerido que
algunos antagonistas del calcio bloquearían el ionóforo del receptor ni-
cotínico, limitando así la liberación adrenomedular de catecolaminas
en situaciones de estrés. Esta idea se ha reforzado recientemente con
estudios preclínicos que demuestran una disminución de la liberación
de catecolaminas por bloqueo del canal receptor nicotínico por el dil-
tiazem, así como por estudios clínicos que demuestran una caída de los
niveles circulantes de catecolaminas en pacientes tratados con diltia-
zem y amlodipino.
3.3. Efectos directos sobre el corazón
El ciclo cardíaco está controlado por oscilaciones de la
concentración citosólica del Ca2+ libre, que se incrementa
durante la sístole y disminuye durante la diástole. El in-
cremento de Ca2+ citosólico se debe a la apertura de un
canal de calcio del subtipo L. El Ca2+ extracelular, que
penetra en el miocito por este canal, produce la rápida li-
beración de más Ca2+, almacenado en el retículo sarco-
plásmico, generando así una señal que pone en marcha
la maquinaria contráctil (fig. 37-2). Además, el Ca2+ que
entra por canales L es fundamental también para la gé-
nesis del potencial de acción en el nodo sinusal y para
regular la velocidad de conducción en el nodo auriculo-
ventricular. Como en los vasos, todos los antagonistas del
calcio reconocen los canales L del corazón y, en conse-
cuencia, los bloquean, pero no todos lo hacen con la
misma afinidad y de la misma manera, y existen notables
diferencias entre ellos.
Los antagonistas del calcio poseen efectos cronotró-
pico, dromotrópico e inotrópico negativos. Estos efectos
se ejercen de modo directo sobre el corazón y se contra-
rrestan, en parte, por la activación simpática refleja, vía
catecolaminas. Sin embargo, los efectos cardíacos son dis-
tintos para cada fármaco. A dosis clínicas, el nifedipino
no afecta la conducción auriculoventricular ni el nodo si-
nusal. Sin embargo, el verapamilo y el diltiazem amino-
ran la velocidad de disparo del marcapasos y enlentecen
la conducción auriculoventricular, dos propiedades que
constituyen la base de su indicación en el tratamiento de
arritmias supraventriculares. Las diferencias entre dihi-
dropiridinas, bencilalquilaminas y benzotiazepinas se de-
ben, probablemente, al distinto grado de dependencia de
uso de cada uno de estos subgrupos de antagonistas del
642 Farmacología humana
calcio, explicado anteriormente (v. 2.3). El nifedipino no
muestra esta dependencia de uso pero el verapamilo, y
en menor proporción también el diltiazem, incrementan
su capacidad de bloqueo del canal L conforme aumenta
la frecuencia cardíaca.
El hecho de que los antagonistas del calcio de los tres subgrupos blo-
queen ambos canales de Ca2+ de tipo L, los cardíacos y los vasculares,
merece una última consideración. Si bien es verdad que afectan cora-
zón y vasos, también es cierto que las dihidropiridinas son más vasodi-
latadoras y las bencilalquilaminas y las benzotiazepinas más cardiode-
presoras. Por ejemplo, la administración intravenosa de verapamilo
disminuye la presión arterial sin que se produzca taquicardia refleja,
que se neutraliza por el efecto cronotrópico negativo directo que el fár-
maco posee sobre el corazón. Es decir, el verapamilo afecta por igual
vasos y corazón. Su efecto inotrópico negativo se contrarresta parcial-
mente por la disminución de la poscarga (debida a la caída de las resis-
tencias vasculares periféricas) y por el incremento del tono adrenérgico.
Por ello, en pacientes sin insuficiencia cardíaca congestiva, el trabajo
cardíaco no se afecta y el rendimiento del corazón incluso puede in-
crementarse, sobre todo si existe una situación isquémica que lo dete-
riore. Sin embargo, el verapamilo intravenoso puede disminuir marca-
damente la contractilidad y función ventricular izquierda. Como en el
caso de la vía intravenosa, la administración oral de verapamilo reduce
las resistencias vasculares periféricas; pero al contrario de la vía intra-
venosa, el verapamilo oral no modifica la frecuencia cardíaca. Su efecto
antianginoso se explica por la reducción de la demanda de oxígeno por
el corazón.
Por vía intravenosa, el diltiazem produce una marcada reducción de
las resistencias vasculares periféricas y de la presión arterial, que oca-
siona un incremento reflejo de la frecuencia y gasto cardíacos. Segui-
damente, la frecuencia cardíaca disminuye por debajo de los niveles ini-
ciales debido a los efectos directos cronotrópico-negativos del fármaco.
Asimismo, la administración oral del diltiazem produce una caída pro-
longada de ambas, la frecuencia cardíaca y la presión arterial media. El
efecto inotrópico negativo del diltiazem es más modesto que el del ve-
rapamilo.
3.4. Selectividad tisular
Al contrario de las bencilalquilaminas y de las benzo-
tiazepinas, las dihidropiridinas poseen una marcada se-
lectividad por los vasos, en comparación con el corazón.El menos vasoselectivo nifedipino produce marcada va-
sodilatación a dosis que apenas afectan el corazón; de ahí
Tabla 37-3. Parámetros farmacocinéticos más
Volumen
Biodisponibilidad Unión a proteínas de distribució
oral (%) plasmáticas (%) (l/kg)
Nifedipino 50 96 0,78
Verapamilo oral: 22 90 5
sublingual: 35
Diltiazem 44 78 3,1
Amlodipino 74 93 16
Felodipino 15 99,6 10b
Nicardipino 18 98-99,5 1,1
Nimodipino 10 98 1,7
Nitrendipino 11 98 3,8
a Se modifica con la edad (niños y ancianos).
b Se modifica en hepatopatías.
Adaptado de INTERCON 96.
la taquicardia refleja secundaria a la administración de
nifedipino de liberación inmediata. Disponemos hoy en
la clínica de otras dihidropiridinas de segunda y tercera
generación con pocos (nitrendipino, nicardipino y amlo-
dipino) o nulos (isradipino, nisoldipino y felodipino) efec-
tos directos sobre el corazón. La selectividad por los va-
sos de algunas de estas dihidropiridinas es hasta mil veces
mayor que por el corazón (tabla 37-2) y, curiosamente,
producen menor taquicardia refleja secundaria a la va-
sodilatación.
Los efectos vasodilatadores de los antagonistas del cal-
cio difieren notablemente según el lecho vascular que se
considere. La vasodilatación es especialmente acusada en
las arterias coronarias, en músculo esquelético y menos
a nivel de vasos renales, gastrointestinales y cerebrales.
Dilatan tanto las grandes ramas como los pequeños va-
sos de resistencia coronaria. Estos efectos están muy bien
documentados tanto en pacientes como en animales y son
muy relevantes para el tratamiento de la angina. En lo
que concierne a la circulación cerebral se ha demostrado
que el nimodipino, a pesar de la existencia de potentes
sistemas autorreguladores, incrementa el flujo cerebral
al tiempo que disminuye la presión arterial sistémica.
Aunque esta selectividad cerebral de nimodipino ha sido
puesta en duda por algunos autores, que sugieren efec-
tos hemodinámicos similares para todos los derivados de
dihidropiridinas, el hecho es que el nimodipino puede dis-
minuir las secuelas neurológicas secundarias a un ictus
hemorrágico. Este efecto se atribuye a una disminución
del espasmo de los vasos cerebrales, responsable de di-
cho episodio (v. cap. 34).
4. Características farmacocinéticas
La tabla 37-3 resume las constantes cinéticas de los dis-
tintos antagonistas del calcio. Dadas las implicaciones de
estas constantes en sus efectos clínicos, se hace preciso
ponderar la influencia de la cinética sobre los cambios he-
modinámicos que estos fármacos producen.
 importantes de algunos antagonistas del calcio
Excreción Intervalo
n Semivida de Aclaramiento urinaria sin normal de
eliminación (h) (ml/min/kg) metabolizar (%) dosificación (h)
1,8 7,0 0 8
4,0 15a, b < 3 8
3,7 12 < 4 6-8
39 5,9 10 24
14a 12 < 1 24
1,3 10,4 < 1 8
1,1 19 < 1 4-8
4 21 < 1 12-24
37. Fármacos antagonistas del calcio 643
El fármaco dihidropiridínico nifedipino se absorbe por
vía oral con gran rapidez, alcanza su Cmáx en 20-45 min y
presenta una semivida de eliminación de 3 horas. Por vía
sublingual, la absorción es aún más rápida. Sufre un ex-
tenso efecto de primer paso hepático. El efecto hipoten-
sor comienza a los 20 min (5 min por vía sublingual) y per-
dura 4-6 horas, lo que obliga a administrarlo 3-4 veces al
día. La caída excesivamente brusca de la presión que
puede reducir la perfusión coronaria, las rápidas y fre-
cuentes oscilaciones que desencadenan efectos reflejos
contraproducentes, especialmente en hipertensos con is-
quemia coronaria, y la frecuencia de tomas al día que ha-
cen difícil el cumplimiento terapéutico promovieron el
desarrollo de formas galénicas de nifedipino más favora-
bles y la síntesis de nuevas dihidropiridinas con cinética
más controlable. El nifedipino de liberación prolongada
provoca picos plasmáticos posdosis menos pronunciados,
pero las oscilaciones son demasiado grandes y, aunque la
semivida de eliminación es más prolongada, hay que ad-
ministrarlo 2-3 veces al día. El preparado galénico OROS
(oral release osmotic system) es una cápsula oral de nife-
dipino que proporciona niveles plasmáticos constantes
durante 24 horas; así, 20 mg de nifedipino de liberación
prolongada produce picos de hasta 200 mg/l y valles de
25 mg/l, mientras que 60 mg de la fórmula OROS produ-
cen niveles mantenidos de 30-40 mg/l durante las 24 ho-
ras (fig. 37-3). Se dispone ya en España de esta fórmula. 
Las nuevas dihidropiridinas de segunda generación (is-
radipino, felodipino, amlodipino, nisoldipino y nitrendi-
pino) muestran mejor perfil farmacocinético. El amlodi-
pino se absorbe lentamente por vía oral, alcanzando picos
plasmáticos a las 6-12 horas. Su semivida es, con diferen-
cia, la más prolongada de las dihidropiridinas: 35-48 ho-
ras. La disminución de su aclaramiento en el anciano re-
quiere una reducción de la dosis. Se une al mismo sitio
que el nifedipino en el canal de Ca2+ de tipo L, pero su ci-
nética de asociación y disociación son mucho más lentas.
Todo ello contribuye a que sus efectos hipotensores se
instauren más lentamente y se prolonguen durante más
tiempo.
La idea original que motivó el desarrollo del felodipino
fue incrementar su selectividad vascular con respecto al
nimodipino. Tanto él como el isradipino, el nisoldipino y
el nitrendipino poseen semividas de eliminación interme-
dias, mientras que el nicardipino y el nimodipino presen-
tan una acción más breve.
El verapamilo por vía oral se absorbe casi por com-
pleto, pero sufre un extenso primer paso en hígado, con
lo que su biodisponibilidad es del 10-20 %. Su metabo-
lito activo, el norverapamilo, se forma en el hígado con
rapidez y, al igual que el verapamilo, se elimina por riñón
en el 75 %. La semivida del verapamilo es de 3-7 horas,
pero aumenta significativamente durante su administra-
ción crónica. Su amplia variabilidad farmacocinética
obliga a un ajuste de dosis de manera individualizada en
cada paciente hipertenso. Los ancianos y los pacientes
con insuficiencia renal o hepática requieren dosis meno-
res. Existen fórmulas galénicas de liberación lenta que
permiten administrar 240-360 mg una sola vez al día.
El diltiazem se absorbe por vía oral en más del 90 %,
pero su primer paso hepático reduce la biodisponibilidad
al 45 %. La acción hipotensora comienza a los 15-30 min
y alcanza su acmé a las 1-2 horas. Su semivida de elimi-
nación es de 4-7 horas, debiendo ser administrado cada
6-8 horas para obtener un efecto hipotensor estable. Se
excreta por el riñón en una proporción sustancialmente
más baja que el nifedipino y verapamilo (35 %); el resto
se elimina por vía digestiva. La preparación galénica de
liberación lenta permite una dosificación de 2 veces al día.
5. Reacciones adversas
La tabla 37-4 resume la incidencia de efectos adversos
de los antagonistas del calcio, que varía considerable-
mente según el tipo de fármaco. Así, el nifedipino de li-
beración rápida produce efectos típicos de una vasodila-
tación pronunciada en el 10 % de los pacientes (cefalea,
rubor facial, mareos o edema periférico). Estos efectos
son considerablemente menores con las formulaciones de
nifedipino de liberación lenta y con las dihidropiridinas
de segunda generación, con una vida media más prolon-
gada y niveles plasmáticos más estables.
Al inhibir el esfínter esofágico, los antagonistas del cal-
cio, sin distinción de clase, pueden ocasionar reflujo gas-
troesofágico. Por inhibir la fibra lisa intestinal (cuya mo-
tilidad está asociada a la activación de canales L), los
antagonistas del calcio producen estreñimiento, particu-
larmente el verapamilo (30 % de los pacientes tratados).
El nifedipino de liberación rápida puede ocasionar ta-
quicardia refleja, con el consiguiente incremento del
gasto cardíaco y de la demanda de oxígeno, lo que puede
precipitar un cuadro de angina en pacientes con riesgo
coronario. El verapamilo y el diltiazem pueden producir
250
200
150
100
50
0
 0 2 4 6 8 10 12 1624
Nifedipino OROS Nifedipino en cápsula
Tiempo después de administración (h)
C
on
ce
nt
ra
ci
ón
 p
la
sm
át
ic
a 
d
e 
ni
fe
d
ip
in
o
(m
g/
l)
Fig. 37-3. Evolución de los niveles plasmáticos de nifedipino
tras su administración en forma de una tableta de liberación
lenta o de una cápsula de tipo OROS (oral release osmotic sys-
tem). (Adaptado de Brogden y McTavish, 1995.)
644 Farmacología humana
bradicardia (acción directa sobre el nodo sinusal); su aso-
ciación con b-bloqueantes puede provocar hasta un paro
del nodo sinusal.
6. Interacciones farmacológicas
El verapamilo incrementa el 35-70 % los niveles de di-
goxina; en consecuencia, la dosis del digitálico debe re-
ducirse al 50 % en ancianos y en pacientes con insufi-
ciencia renal que toman verapamilo, o bien sustituirlo por
otros antagonistas del calcio. El verapamilo reduce el
efecto de primer paso hepático de propranolol y meto-
prolol, y compite con ellos por su unión a proteínas plas-
máticas, aumentando sus niveles plasmáticos. Algo pare-
cido ocurre con el diltiazem y el propranolol. Asimismo,
el nifedipino incrementa los niveles circulantes de quini-
dina y fenitoína, y el verapamilo los de teofilina y car-
mabazepina.
Los antagonistas del calcio más cardiodepresores (ve-
rapamilo y diltiazem) potencian el efecto inotrópico
negativo de b-bloqueantes, disopiramida y quinidina, así
como la depresión de la conducción AV producida
por b-bloqueantes y digitálicos. La asociación de b-blo-
queantes cardiodepresores con antagonistas del calcio
no es aconsejable, pues se incrementa el riesgo de dis-
minución de la contractilidad miocárdica, de bradicar-
dia, de bloqueos AV, de hipotensión, de disnea y de in-
suficiencia cardíaca. Esto es especialmente cierto en
pacientes con una fracción de eyección inferior al 40 %.
Las dihidropiridinas más vasoselectivas de tipo nisoldi-
pino no presentarían, en principio, estos inconvenientes.
7. Aplicaciones terapéuticas
Tomando como base su acción hipotensora, la dosifi-
cación de los antagonistas del calcio ha de ser ajustada a
la respuesta de cada paciente. Respecto al nifedipino de
liberación inmediata se emplea la dosis de 20 mg cada
6 horas; en liberación retardada, 20 mg cada 8 horas; en
fórmula OROS, 60 mg una vez al día. El amlodipino, el
Tabla 37-4. Incidencia de los efectos adversos más
Enrojecimiento
facial Cefaleas Taq
Nifedipino 6-25 7-34 Ba
(liberación rápida)
Nifedipino 0 16a
(liberación lenta)
Verapamilo 6-7 6
Diltiazem 0-3 4-9
Amlodipino 2 < Placebo
Felodipino 4-8 11-19b
(liberación lenta)
a 10 % con placebo.
b 12 % con placebo.
Adaptado de Opie et al, 1995.
nisoldipino y el nitrendipino se administran para la hi-
pertensión leve moderada en monoterapia inicial a la
dosis de 2,5-5 mg una vez al día (eficacia del 56 %); 5-
10 mg/día incrementan su eficacia al 73 %, consiguién-
dose el control adecuado a lo largo de las 24 horas. El
felodipino y el isradipino se administran a la dosis de 2,5-
5 mg 2 veces al día. El verapamilo de liberación rápida se
administra a la dosis de 80-120 mg 3 veces al día; la fór-
mula galénica de liberación retardada se emplea a la do-
sis de 240-360 mg 1 vez al día.
Dada la ubicuidad del calcio como mensajero intrace-
lular, los antagonistas del calcio gozan de indicaciones te-
rapéuticas crecientes:
a) Angina de pecho. Sus efectos antianginosos se de-
ben a la vasodilatación coronaria y prevención de la va-
soconstricción coronaria secundaria al ejercicio y a la
reducción de la poscarga por disminución de la presión
arterial. Además, en el caso del verapamilo y el diltiazem,
pero no en el de las dihidropiridinas, se produce un en-
lentecimiento de la frecuencia sinusal, una disminución
de la frecuencia cardíaca durante el ejercicio y un efecto
inotrópico negativo, con la consiguiente disminución de
la demanda miocárdica de oxígeno. El espasmo corona-
rio es una importante causa de la angina en respuesta al
frío o a la hiperventilación, así como en la angina variante
de Prinzmetal. Los antagonistas del calcio previenen di-
cho espasmo en estas situaciones (v. cap. 40).
b) Hipertensión arterial. Se debe a su efecto vasodi-
latador y a un ligero diurético y natriurético, más marcado
en el caso del isradipino. El verapamilo y el diltiazem son
menos vasodilatadores que las dihidropiridinas, pero son
antihipertensores igualmente eficaces (v. cap. 39).
Un hecho adicional que reviste interés es la reducción de la masa
ventricular izquierda cuando se administran a hipertensos durante un
tiempo prolongado; este efecto es mayor para el verapamilo que para
el diltiazem y las dihidropiridinas. En ancianos, cuya hipertensión es
más sensible a los antagonistas del calcio, también se ha demostrado
que el verapamilo reduce la hipertrofia ventricular izquierda, con la con-
siguiente mejoría del llenado diastólico del ventrículo izquierdo. La re-
 destacados de algunos antagonistas del calcio (%)
Malestar Edema Provocación
uicardia y mareos Estreñimiento maleolar de angina
jo-25 3-12 0 1-8 Bajo-14
0 4 3 10-30 0
0 7 34 6 0
0 6-7 4 6-10 0
0 5 0 10 0
1-2 6 0 14-36 0
37. Fármacos antagonistas del calcio 645
ducción de la masa ventricular izquierda es un signo pronóstico favo-
rable, pues disminuye el riesgo de arritmias y accidentes isquémicos. 
c) Otra enfermedad vascular. La acción vasodilata-
dora resulta útil para prevenir el espasmo en ciertas vas-
culopatías periféricas (p. ej., enfermedad de Raynaud y
tromboangitis obliterante, v. cap. 41) y en el espasmo re-
flejo tras hemorragia subaracnoidea (particularmente el
nimodipino, v. cap. 34). La hiporreactividad vascular que
producen es también utilizable en el tratamiento de las
migrañas, con carácter preventivo (v. cap. 19).
d) Cardioprotección. La cardioprotección que ofrecen
los antagonistas del calcio abarca los siguientes efectos: a)
mejora del flujo coronario; b) reducción de la poscarga; c)
supresión de arritmias ventriculares; d) disminución de la
muerte celular, por prevenir la sobrecarga de calcio que
acontece durante episodios de isquemia miocárdica; e) dis-
minución de la agregación plaquetaria; f) efectos antiate-
romatosos, y g) reducción de la hipertrofia ventricular iz-
quierda e incremento del llenado ventricular.
Los estudios de laboratorio han demostrado que todos los antago-
nistas del calcio protegen por igual el miocardio isquémico. Sin em-
bargo, existen importantes diferencias a la hora de valorar su potencial
clínico para la prevención secundaria del infarto de miocardio, según
se desprende de estudios de metaanálisis. El tratamiento con nifedipino
no produjo efecto o incrementó la mortalidad (riesgo relativo mayor de
1). El diltiazem no fue eficaz cuando los pacientes se analizaron glo-
balmente; sólo en el subgrupo de pacientes con infartos no Q se mos-
tró eficaz. El verapamilo disminuye la incidencia de reinfartos; este
efecto fue particularmente relevante en pacientes con buena función
ventricular izquierda. Resulta interesante la comparación de los efec-
tos de b-bloqueantes y verapamilo sobre la supervivencia postinfarto,
ya que hasta ahora sólo se habían aceptado los b-bloqueantes para la
prevención secundaria del infarto de miocardio. La figura 37-4 mues-
tra que el riesgo relativo en 23 ensayos con b-bloqueantes (0,8) fue muy
similar al de verapamilo (disminución del 20 % del riesgo relativo de
0 0,2 0,4 0,6 0
Resumen de 10 ensayos
con menos de 50 muertes
Diez ensayos individuales
con más de 50 muertes
Mortalidad tardía
en 3 ensayos
Media de todos los ensayos
DAVIT II
DAVIT I (mortalidad tardía)
DAVIT I y II
E
ns
ay
os
 c
on
ve
ra
p
am
ilo
Tr
at
am
ie
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o 
a 
la
rg
o 
p
la
zo
co
n 
b-
b
lo
q
ue
an
te
s
Riesgo relativo (odd
Fig. 37-4. Datos de mortalidad postinfarto de miocardio extraído
tos se expresan como riesgo relativo (od
mortalidad). Recientemente, algunos estudios de casos y controles, de
cohortes y de metaanálisis han reavivado la polémica en torno a si los
antagonistas del calcioson cardioprotectores o no, y si aumentan la su-
pervivencia en pacientes hipertensos tratados con antagonistas del cal-
cio o no. Las dudas se centran en el nifedipino de liberación rápida y
corta duración de acción, seguramente debido a la brusca vasodilata-
ción y a la respuesta neurohumoral refleja que provoca. Como ya se ha
comentado, los antagonistas del calcio son muy diferentes unos de otros.
Con amlodipino, e incluso con nifedipino OROS, esta reacción humo-
ral no tiene lugar, ni tampoco acontece con verapamilo y diltiazem.
Cuando se conozcan los resultados de varios ensayos clínicos en curso,
quizá podamos resolver las dudas sobre los efectos de las nuevas dihi-
dropiridinas y de otros antihipertensores sobre la supervivencia en la
enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca y la hipertensión arte-
rial a largo plazo. En cualquier caso, esta controversia está cambiando
los hábitos de prescripción en la profilaxis secundaria del infarto de mio-
cardio; en los últimos años se aprecia una disminución gradual de la
prescripción de antagonistas del calcio en favor de los b-bloqueantes (v.
también caps. 36 y 40).
e) Arritmias cardíacas. Los efectos antiarrítmicos de
verapamilo y diltiazem en la taquicardia supraventricu-
lar se explican por la inhibición del nodo AV. El nife-
dipino y las otras dihidropiridinas no son eficaces (v.
cap. 38). Otras indicaciones cardiovasculares son la mio-
cardiopatía hipertrófica, ciertos casos de hipertensión
pulmonar primaria, enfermedad de Raynaud, vasos-
pasmo cerebral secundario a una hemorragia subarac-
noidea, ictus agudo isquémico, profilaxis y tratamiento de
la migraña, y nefroprotección. La insuficiencia cardíaca
con fondo hipertensivo e isquémico coronario podría ser
otra indicación de los antagonistas del calcio. Natural-
mente, los más cardiodepresores (nifedipino, verapamilo
y diltiazem) están contraindicados. Los más vasodilata-
dores selectivos (nisoldipino, isradipino y felodipino) po-
drían ser más seguros. Se están realizando ensayos clíni-
cos para confirmar o descartar esta interesante indicación.
,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2.0
s ratio)
s de estudios realizados con b-bloqueantes y verapamilo. Los da-
ds ratio). (Adaptado de Hansen, 1992.)
646 Farmacología humana
f) Protección renal. Poseen un efecto protector de la
función renal, por lo que están encontrando indicaciones
en nefropatías y en la insuficiencia renal secundaria al uso
de radiocontrastes, ciclosporina y aminoglucósidos, así
como en la del trasplante renal.
g) Otras indicaciones. Puesto que el Ca2+ es respon-
sable del acoplamiento excitación-contracción en todos
los músculos del organismo y los antagonistas del calcio
bloquean también los canales de tipo L y la entrada de
calcio en el músculo liso de otros órganos, pueden ser úti-
les, aunque sus resultados son muy variables y a veces es-
casos, en espasmos de los tractos digestivo, biliar, uterino,
bronquial y uretral. Se pueden utilizar en la acalasia y en
espasmos esofágicos (v. cap. 44), que cursan con disfagia
y dolor retrosternal; en la incontinencia urinaria y enu-
resis nocturna; en la vejiga irritable y adenoma de prós-
tata, que cursan con hiperreactividad del detrusor. Tam-
bién pueden ser útiles para prevenir el parto prematuro
o tratar la dismenorrea.
8. Promotores del calcio
Existe un derivado del nifedipino, conocido con las siglas BayK8644,
que retrasa el cierre de los canales de Ca2+ del subtipo L, en vez de ace-
lerarlo, como hacían todas las dihidropiridinas conocidas hasta enton-
ces. En consecuencia, el BayK8644 abrió la puerta a un nuevo grupo de
fármacos que, por incrementar la entrada de Ca2+ en células excitables
(promotores del calcio), producían un potente efecto inotrópico posi-
tivo y una poderosa vasoconstricción. Se ha demostrado que el
BayK8644 posee también efectos en células no cardiovasculares dota-
das de canales L y favorece el acoplamiento excitación-secreción, pro-
moviendo la liberación de catecolaminas. A priori, un promotor del cal-
cio podría tener indicaciones en la insuficiencia cardíaca (efecto
inotrópico positivo) y en cuadros graves de hipotensión, shock o mi-
graña (efecto vasoconstrictor). Sin embargo, el riesgo de precipitar un
cuadro de isquemia miocárdica por producir vasoconstricción corona-
ria frenó el desarrollo clínico del BayK8644. Más recientemente, han
surgido otros promotores del calcio con escasos efectos vasoconstric-
tores coronarios, que producen, sin embargo, vasoconstricción perifé-
rica y un efecto inotrópico positivo más moderado; uno de ellos, el
PCA50941, está en estudio preclínico en cuadros experimentales de
shock y otro, el BayK5959, se encuentra en fase II de ensayos clínicos
en la insuficiencia cardíaca.
9. Canales de calcio de tipo no L
Como ya se ha indicado (v. 1), los canales de Ca2+ que expresan di-
versas células excitables son de varios subtipos, siendo los L la diana de
los antagonistas del calcio clínicamente útiles analizados en este capí-
tulo. Pero los canales N, P y Q controlan la entrada de Ca2+ en diversas
neuronas centrales y periféricas, modulando, entre otras funciones, la
liberación de diversos neurotransmisores excitadores e inhibidores. En
la tabla 37-1 se indican algunas sustancias bloqueantes de dichos cana-
les, pero todas ellas son de carácter peptídico. Está siendo ensayado el
SNX111, análogo semisintético de w-CTx-MVIIA. Pero existe gran in-
terés por encontrar moléculas no peptídicas por su más fácil manejo. Si
estas moléculas son capaces de limitar o favorecer la liberación de uno
u otro neurotransmisor (p. ej., glutamato, noradrenalina, serotonina,
sustancia P, opioides endógenos, acetilcolina y GABA) en determina-
das áreas cerebrales o de la médula espinal, podrían mejorar una de-
terminada función o ejercer un efecto neuroprotector. Algunas de las
enfermedades diana de estos fármacos potenciales serían el ictus, Par-
kinson, Alzheimer, epilepsias, demencias, depresión o ansiedad y do-
lor crónico.
Además, tampoco poseen ninguna farmacología definida los cana-
les T, que regulan la frecuencia de descarga de potenciales de acción en
neuronas, corazón y quizá también en los pequeños vasos. Los fárma-
cos bloqueantes T podrían tener funciones de normalización de ritmos
neuronales o cardíacos alterados.
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	Índ. Capítulos
	Índ. Alfabético
	Fármacos antagonistas del calcio
	1. Introducción
	2. Mecanismo de acción 
	2.1. Calcio como mensajero en los procesos de comunicación celular
	2.2. Multiplicidad de canales de calcio
	2.3. Mecanismos de bloqueo de los canales de Ca2+ del subtipo L
	3. Perfil farmacológico 
	3.1. Vasodilatación arterial selectiva
	3.2. Problema de la taquicardia refleja
	3.3. Efectos directos sobre el corazón
	3.4. Selectividad tisular
	4. Características farmacocinéticas
	5. Reacciones adversas
	6. Interacciones farmacológicas
	7. Aplicaciones terapéuticas
	8. Promotores del calcio
	9. Canales de calcio de tipo no L

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