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586 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Afectación pleuropulmonar en las enfermedades cutánea INTRODUCCIÓN Algunas alteraciones cutáneas tienen una estrecha relación con determinadas enfermedades respiratorias. En efecto, ciertas manifestaciones pleuropulmonares pueden ser la expresión de una enfermedad de la piel y, adicionalmente, las lesiones dérmicas se asocian a veces con la aparición de una enfermedad broncopulmonar (tabla 70.1). Por el contrario, algunos pade- cimientos respiratorios característicos, como la tuberculosis o la sarcoidosis, pueden debutar con una afección cutánea y hacerlo incluso ya en la infancia, como ocurre con la dermatitis atópica en los individuos asmáticos. Por último, siempre debe prestarse una atención especial a la exploración cutánea en el examen de cualquier paciente neumológico, ya que ciertos procesos sistémicos o neoplásicos que implican al aparato res- piratorio pueden expresarse en órganos diferentes al pulmón, entre ellos en la piel. LESIONES CUTÁNEAS RELACIONADAS CON LAS ENFERMEDADES PULMONARES En la práctica clínica habitual pueden encontrarse bastantes lesiones cutáneas que son la expresión de una neumopatía sub- yacente. Al respecto, en este apartado se reseñan las alteraciones más significativas, especialmente las enfermedades respiratorias de las que pueden ser un signo clínico más o menos típico. Acropaquias Se producen por un aumento del tejido conectivo de la cara dorsal de los dedos de las manos y de los pies. El trastorno inicial se origina en el lecho ungueal, desde donde avanza hacia la porción distal de los dedos, exagerando la curvatura de la uña en los planos longitudinal y coronal. La progre- sión de la enfermedad hace que los dedos adquieran la forma de «palillos de tambor» (fig. 70.1). Las acropaquias aparecen con bastante frecuencia en distintos procesos pulmonares, como las bronquiectasias, la fibrosis pulmonar idiopática, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el carci- noma broncogénico. Osteoartropatía hipertrófica Se caracteriza por la formación de un tejido perióstico nuevo en los huesos largos de las extremidades. En su evolución pueden aparecer episodios de artritis, engrosamientos subcutáneos y un eritema local crónico. Estas lesiones suelen asociarse con acropaquias y se observan en algunas enfermedades bronco- pulmonares crónicas y en el carcinoma broncogénico. Hiperqueratosis de codos y muslos Es un trastorno en el que la piel aumenta de grosor, se hiperpig- menta y se hace hiperqueratósica. Es un hallazgo típico en los individuos que padecen una EPOC y se atribuye a que los codos suelen apoyarse sobre los muslos para intentar que mejore la disnea. Telangiectasias Son lesiones cutáneas de color rojizo, que se deben a la for- mación de dilataciones que afectan al árbol vascular terminal. No tienen trascendencia clínica alguna, aunque en ocasiones pueden ser el marcador de una anomalía sistémica, como ocurre en la enfermedad de Rendu-Osler-Weber o en el sín- drome de Raynaud. Cianosis La cianosis es un signo clínico que hace referencia a la colo- ración azulada de la piel y las mucosas. Su causa se encuentra en un descenso de la concentración de oxihemoglobina en la sangre de los capilares. Puede ser de tipo central o periférico. La cianosis central, con afectación de la piel y las mucosas, se produce por una hipoxemia arterial secundaria a una neumo- patía aguda o crónica. La cianosis periférica, que afecta a las regiones acras (nariz, dedos de las manos y los pies, orejas, zonas malares), suele originarse por la estasis de la sangre en la circulación periférica, por ejemplo por una exposición al frío o por un síndrome de Raynaud. El estancamiento de la sangre favorece la desaturación de la hemoglobina, con lo que aparece la cianosis. 70 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 70 Afectación pleuropulmonar en las enfermedades cutáneas 587 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Dermatitis de la oxigenoterapia y de la terapia ventilatoria La oxigenoterapia continua mediante gafas nasales suele provocar sequedad e irritación de la mucosa nasal, con pos- terior formación de costras y posibilidad de sangrados. Las mascarillas oronasales o faciales utilizadas en la ventilación mecánica no invasiva pueden dar lugar a úlceras de presión en la región interciliar o frontal, en las zonas en las que se apoya, que pueden acabar necrosándose. Dermatitis atópica, asma y rinitis La atopia se define como un tipo de hipersensibilidad de determinación genética y de causa desconocida, que actúa a través de mecanismos patogénicos aún no bien aclarados. En la atopia aumenta la formación de anticuerpos, concretamente de inmunoglobulina E (IgE), y existe una mayor predisposición o susceptibilidad para padecer ciertas enfermedades, como la dermatitis atópica, el asma bronquial o la rinitis alérgica. Su prevalencia ha aumentado en los últimos años, de modo que en el momento actual es un problema médico y socioeconómico importante, con una prevalencia que oscila entre el 5 y el 20% en la población general. La Global initiative for asthma (GINA) ha establecido que el asma tiene un componente hereditario y que la producción de anticuerpos IgE específicos de antígeno tiene una gran trascendencia en el desarrollo de la enfermedad. La dermatitis atópica es un trastorno cutáneo crónico, que se inicia en los primeros meses de la vida y que actualmente es la anomalía inflamatoria de la piel más frecuente de la infancia (10-20% de los casos). Cursa con brotes de lesiones papulosas y pruriginosas, que se excorian y liquenifican tras el rascado. La superficie cutánea se vuelve seca y áspera y se descama en las zonas cutáneas no inflamadas. Las lesiones predominan en la cara durante la fase exudativa y costrosa, para después aparecer en las flexuras de las articulaciones durante la fase liquenifi- cada. Los niveles de la IgE sérica pueden no fluctuar con los cambios dérmicos ni con las exacerbaciones o las remisiones que se consiguen tras el tratamiento. A pesar de que en estos pacientes se observa habitualmente un aumento de la IgE sérica total, este hallazgo solo suele detectarse en la dermatitis atópica asociada con el asma o con la rinitis y tiende a desaparecer cuando han transcurrido 2 años libres de enfermedad. Los individuos que padecen una atopia sufren en los años siguientes un asma o una rinitis alérgica en un 25-75% de las ocasiones. En tal caso la posibilidad de tener ambas enfermeda- des es mayor si previamente ha existido una dermatitis atópica, si bien no se ha podido establecer aún relación alguna entre la gravedad de la lesión cutánea y el desarrollo de un asma o de una rinitis alérgica. Por último, es importante subrayar que varios estudios han demostrado que la atopia se relaciona con la hiperreactividad bronquial inespecífica. Además, algunos trabajos han con- cluido que la hiperreactividad bronquial específica grave puede aparecer en las personas que tienen una dermatitis atópica grave y una enfermedad asmática leve. ALTERACIONES CUTÁNEAS EN LAS INFECCIONES RESPIRATORIAS La piel y los pulmones pueden afectarse de manera simultánea en algunas enfermedades infecciosas, entre las que se incluyen diversas infecciones víricas, bacterianas, fúngicas y tuberculosas. FIGURA 70.1 Acropaquias en una paciente con una fibrosis pulmonar idiopática. TABLA 70.1 Manifestaciones cutáneas que pueden observarse en las enfermedades respiratorias y neumopatía subyacente más frecuente en cada caso Neumopatía subyacente Lesión cutánea Neumonía por Mycoplasma pneumoniae Eritema multiforme Sarcoidosis, coccidioidomicosis, histoplasmosisEritema nodoso Sarcoidosis, lupus eritematoso diseminado, carcinoma broncogénico, sarcoma de Kaposi Nódulos y pápulas Sarcoidosis Lupus pernio Tuberculosis Lupus vulgar Vasculitis Púrpura palpable Vasculitis, lupus eritematoso diseminado, granulomatosis de Wegener Pápulas necrotizantes Dermatomiositis Rash heliotropo Neurofibromatosis múltiple Neurofibromas, manchas «café con leche» Esclerosis tuberosa (epiloia) Adenoma sebáceo, manchas «en ceniza de hojas», parches de piel áspera Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VIII Afectación respiratoria en las enfermedades de otros órganos y de otros sistemas 588 Infecciones víricas Entre las infecciones víricas que pueden producir, al mismo tiempo, un síndrome cutáneo y pulmonar cabe citar a la varicela y al sarampión. Con respecto a la primera conviene recordar que la neumonía es la complicación pulmonar más común en la infección activa por el virus varicela-herpes zóster. Suele aparecer en individuos adultos, con más frecuencia entre la tercera y la quinta décadas de la vida. Los síntomas de la neumonía varicelosa se desarrollan entre 1 y 6 días después del inicio de la erupción cutánea y consisten en tos, fiebre, cianosis, disnea y hemoptisis. La radiografía de tórax suele mostrar un infiltrado nodular o reticulonodular difuso, con tendencia a la confluencia en las bases pulmonares. Las mani- festaciones radiológicas mejoran con rapidez una vez que regresan las lesiones cutáneas, las cuales dejan únicamente algunas imágenes residuales que pueden persistir durante meses. Entre las secuelas más habituales de esta neumonía se encuentran las calcificaciones difusas de pequeño tamaño, localizadas sobre todo en ambas bases. Los individuos que tienen un sarampión pueden sufrir tam- bién, como complicación, una neumonía, que en la mayoría de las ocasiones se debe a una sobreinfección bacteriana, si bien el virus también puede causar, por sí mismo, una neumonía de células gigantes, especialmente en los niños. Infecciones por Mycoplasma Un 25% de los enfermos con una neumonía por Mycoplasma pneumoniae tienen manifestaciones cutáneas, entre las que se hallan el eritema nodoso, la pitiriasis rosa, el eritema escamoso y la urticaria. Estos pacientes pueden padecer, a veces, un sín- drome de Stevens-Johnson. También puede aparecer un eritema multiforme, que se presenta en forma de vesículas o bullas en la orofaringe. Estas lesiones surgen en el plazo de 2 semanas desde el inicio de los síntomas respiratorios y es muy común que persistan a pesar de que desaparezcan las manifestaciones clínicas respiratorias. Infecciones fúngicas Las infecciones fúngicas pulmonares no suelen asociarse con lesiones cutáneas en las personas que tienen un sistema inmu- nitario normal. Sin embargo, en los sujetos inmunodeprimi- dos, una fungemia diseminada puede provocar manifestaciones características en los pulmones y en la piel. Así, por ejemplo, la forma torácica de la actinomicosis se presenta como un proceso parenquimatoso pulmonar que en ocasiones origina las típicas fístulas con drenajes múltiples. El exudado que se produce contiene los característicos granos de azufre. Por otro lado, la forma invasiva de las aspergilosis pul- monar puede acompañarse de lesiones dérmicas de diversa índole. En la mayoría de los casos las erupciones cutáneas son múltiples y difusas, lo que sugiere la existencia de una diseminación hematógena desde un foco primario pulmonar. Las manifestaciones dérmicas de la aspergilosis sistémica no son específicas y pueden adoptar distintos aspectos: placas necrotizantes solitarias, granulomas subcutáneos, abscesos, zonas maculopapulosas supurativas, etc. La especie que se cultiva con más frecuencia en esas lesiones es A. fumigatus. Otras infecciones fúngicas que pueden asociarse con lesiones cutáneas son la candidiasis diseminada, la blastomicosis, la coccidioidomicosis y la esporotricosis. Tuberculosis La tuberculosis es la enfermedad más prevalente causada por micobacterias (Mycobacterium tuberculosis) y la gravedad de su expresión, tanto pulmonar como cutánea, puede marcar su pronóstico. La tuberculosis cutánea se debe principalmente a M. tuberculosis y Mycobacterium bovis. Además de estas dos bacterias, existen algunas micobacterias ambientales patógenas que afectan principalmente al pulmón, como Mycobacterium avium-intracellulare complex y Mycobacterium kansasii. Otras micobacterias ambientales, como Mycobacterium marinum, Mycobacterium ulcerans y Mycobacterium fortuitum-chelonae com- plex, también pueden producir lesiones cutáneas, pero solo rara vez invaden el pulmón, salvo en los individuos inmunode- primidos. En la tuberculosis, el primer contacto con el bacilo provoca una infección tuberculosa, que se detecta por la positivación de la reacción tuberculínica. A veces, tras esta infección se produce una enfermedad tuberculosa primaria, que cursa con una afectación ganglionar hiliar y con la aparición de infil- trados pulmonares apicales. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la forma más frecuente es la tuberculosis secundaria, que puede manifestarse como una forma aguda, similar a una neumonía, o como formas subagudas progresivas. A partir del foco pulmonar inicial, la enfermedad se disemina a los ganglios hiliares y, desde ahí, al resto de los órganos por vía hematógena. La llegada del bacilo a la piel, como ocurre en la tuberculosis anal, también puede originarse por la deglución del moco traqueal contaminado. Hoy en día, en los pacientes infectados, es excepcional la transmisión por el asentamiento de bacilos exhalados en lesiones cutáneas previamente exis- tentes. Las reactivaciones suelen producirse en el órgano en el que están ubicadas las bacterias. En algunas formas cutáneas, las lesiones se deben a una hipersensibilidad a determinados productos de los bacilos. Clásicamente, las formas cutáneas de la tuberculosis se clasifican en verdaderas y falsas o tubercúlides (cuadro 70.1). En las primeras, la lesión primitiva es el chancro tuberculoso o primoinfección cutánea, originado como consecuencia de la entrada del bacilo a través de heridas, intervenciones qui- rúrgicas o tatuajes. Se caracteriza por una ulceración redonda, costrosa, con bordes despegados y fondo hemorrágico, que se localiza en la cara y en las extremidades inferiores y que se acompaña de una adenopatía satélite. Ambos focos constituyen el complejo cutáneo primario. Como extensión de un foco tuberculoso activo subyacente pueden aparecer el escrofuloderma y la tuberculosis orificial. El primero cursa con nódulos cutáneos indoloros, como con- secuencia de una invasión procedente de un foco tuberculoso osteomuscular o ganglionar. La lesión se localiza sobre todo en la región inguinal, la zona cervical o las extremidades. En su progresión puede fistulizarse y afectar a las articulaciones. La tuberculosis orificial se produce por la inoculación del bacilo desde un foco respiratorio, digestivo o urinario. Se expresa clínicamene como una placa ulcerativa única, dolorosa y de Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 70 Afectación pleuropulmonar en las enfermedades cutáneas 589 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. borde irregular. En los casos que cursan con una afectación anogenital, la lesión suele ser verrucosa. El lupus vulgar se origina por la diseminación de un proceso latente pulmonar, cutáneo u osteomuscular. Se caracteriza por la formación de micronódulos(lupomas) amarillentos, no pal- pables y que se sitúan en la cabeza y el cuello. La aglomeración de estos nódulos da lugar a una placa que suele evolucionar hacia la cicatrización. Por reinoculación del bacilo se originan la llamada tuber- culosis cutánea verrucosa (lesión papulonodular grisácea que progresa hacia la formación de una placa verrucosa en las manos y los pies) y la tuberculosis gomosa (nódulos duros que evolucionan hacia la constitución de abscesos, que dejan cicatrices en el tronco y las extremidades). Las tubercúlides se generan a partir de reacciones de hiper- sensibilidad a M. tuberculosis. Se distinguen cuatro variedades bien diferenciadas: la papulonecrótica (pápulas simétricas en las extremidades, que se necrosan), la flebítica (nódulos granulomatosos subcutáneos en el trayecto de una vena de las piernas), el liquen escrofuloso (pápulas liquenoides que confluyen para originar placas eritomatosas en el tronco y las extremidades) y el eritema indurado de Bazin (nódulos profundos y dolorosos en la región inferior de las piernas). ENFERMEDADES SISTÉMICAS CON AFECTACIÓN CUTÁNEA Y PLEUROPULMONAR Entre las enfermedades sistémicas que pueden producir una afectación cutánea y pleuropulmonar destacan las que se deben a una conectivopatía (artritis reumatoide, lupus eritematoso diseminado, esclerosis sistémica, dermatopolimiositis, enfer- medad mixta del tejido conectivo y enfermedad de Sjögren) y las vasculitis sistémicas (granulomatosis de Wegener, sín- drome de Churg-Strauss, enfermedad de Behçet y púrpura de Schönlein-Henoch). A continuación se describen las más prevalentes en nuestro medio (tabla 70.2). La artritis reumatoide es una enfermedad crónica, mul- tisistémica y de causa desconocida que afecta, sobre todo, a las articulaciones. En la piel las lesiones más frecuentes, que aparecen hasta en el 20% de los pacientes, son los nódulos reumatoideos, que se asocian con las formas graves de la enfer- medad y con la positividad del factor reumatoide. Se localizan principalmente en el antebrazo y pueden ulcerarse y sobreinfec- tarse. Otras lesiones típicas son las vasculares, tanto las digitales (pequeños infartos ungueales) como las vasculitis y las úlceras de las piernas, producidas por lesiones purpúricas dolorosas. La manifestación pleuropulmonar puede preceder a la articular; de estas, la más frecuente, ya que ocurre en un 20% de los casos, es la pleural (en forma de pleuritis o de derrame pleural). El derrame pleural de la artritis reumatoide se caracteriza por ser un exudado, en el que el factor reumatoide es positivo a título alto, y la glucosa y el pH se encuentran disminuidos. Otras posibilidades de la afectación pleuropulmonar son los nódulos reumatoideos, que pueden cavitarse o asociarse con una neumoconiosis del carbón (síndrome de Caplan), la bron- quiolitis obliterante y la enfermedad pulmonar intersticial, que también puede tener su origen en la toxicidad producida por los fármacos que se emplean en el tratamiento de la artritis reumatoide (metotrexato o sales de oro). El lupus eritematoso diseminado es una enfermedad que en su evolución se acompaña, en el 80% de los casos, de alteraciones sistémicas de diverso tipo. La manifestación cutánea más común es el eritema de las zonas fotoexpues- tas, especialmente el eritema malar o en «alas de mariposa». Una de las formas de la enfermedad es el lupus eritematoso cutáneo o discoide, que puede dar lugar a imágenes en diana, con formación de ampollas. Otras veces las lesiones cutáneas son urticariformes o ampollosas. También pueden observarse TABLA 70.2 Manifestaciones pleuropulmonares más frecuentes de las enfermedades sistémicas que cursan con afectación cutánea Enfermedad sistémica Manifestaciones pleuropulmonares Artritis reumatoide Pleuritis/derrame pleural Lupus eritematoso diseminado Pleuritis/derrame pleural Esclerosis sistémica Fibrosis intersticial difusa Dermatopolimiositis Neumonía aspirativa Enfermedad mixta del tejido conectivo Neumonitis intersticial/fibrosis pulmonar Enfermedad de Sjögren Neumopatía intersticial Enfermedad de Wegener Infiltrados alveolares y nódulos Enfermedad de Churg-Strauss Infiltrados pulmonares Enfermedad de Behçet Hemorragia alveolar Enfermedad de Schönlein-Henoch Infiltrados alveolointersticiales difusos Histiocitosis de Langerhans Nódulos y quistes pulmonares Mastocitosis sistémica Nódulos e infiltrados pulmonares Cuadro 70.1 CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES CUTÁNEAS DE ORIGEN TUBERCULOSO Tuberculosis cutáneas verdaderas: ● Primitiva: ● Chancro tuberculoso ● Secundarias: ● Escrofuloderma ● Tuberculosis orificial ● Lupus vulgar ● Tuberculosis verrucosa ● Tuberculosis gomosa ● Tubercúlides o pseudotuberculosis cutáneas: ● Forma papulonecrótica ● Forma flebítica ● Liquen escrofuloso ● Eritema indurado de Bazin Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VIII Afectación respiratoria en las enfermedades de otros órganos y de otros sistemas 590 procesos de alopecia, vasculitis o paniculitis (fig. 70.2). En el pulmón, el trastorno más habitual es la pleuritis (40%), que a veces se acompaña de un derrame pleural, que casi siempre es un exudado en el que suelen detectarse anticuerpos antinu- cleares (ANA). Otra manifestación típica de la enfermedad es la neumonitis lúpica, que se caracteriza por la aparición de fiebre, tos, disnea e infiltrados pulmonares de predominio basal. También la hemorragia alveolar, la neumopatía intersticial difusa, la bronquiolitis obliterante con neumonía organizada, la debilidad muscular respiratoria y los trastornos vasculares (tromboembolismo pulmonar e hipertensión pulmonar). La esclerosis sistémica progresiva es, asimismo, una enfer- medad sistémica de causa desconocida, que se define por la existencia de una esclerosis del tejido conectivo que oblite- ra los vasos. Existen dos formas cutáneas. Una es limitada y cursa con afectación dérmica acral, fenómeno de Raynaud y telangiectasias. La otra es sistémica y se asocia con lesiones cutáneas más graves que las anteriores en las regiones distales, la cabeza o el tronco. Las principales manifestaciones respira- torias de la esclerodermia sistémica son la fibrosis pulmonar difusa y la hipertensión pulmonar. Esta última se ha descrito hasta en el 50% de los casos que tienen afectación sistémica. Otras alteraciones posibles son la bronquiolitis obliterante con neumonía organizada, la hemorragia alveolar e, incluso, el carcinoma broncogénico. La dermatomiositis y la polimiositis son miopatías infla- matorias idiopáticas cuyas manifestaciones cutáneas más llamativas son el rash —que cuando es total es diagnóstico—, las pápulas de Gottron (lesiones maculopapulares sobre las prominencias óseas) —que son patognomónicas—, el eritema eruptivo en las zonas fotoexpuestas, el rash heliotropo de los párpados y el eritema flagelado en patrón de «piel de cebra». La complicación pulmonar más frecuente es la neumonía aspirativa, más habitual cuando la disfunción muscular es mayor. Además, puede existir una neumopatía intersticial o una hipertensión pulmonar. La enfermedad mixta del tejido conectivo implica al pulmón hasta en un 80% de los casos y lo hace como una fibrosis pulmonar, una pleuritis o una hipertensión pulmonar. En estos pacientes puede aparecer un fenómeno de Raynaud, los llamados dedos «en salchicha» o una artritis múltiple. La enfermedad de Sjögren, en la que predomina la sequedad y la descamación de la piel, puede dar lugar a una neumopatía intersticial linfocítica. La granulomatosis de Wegener es una vasculitis necrotizante granulomatosa de vasos pequeños, que cursa con anomalías en las vías aéreas superiores e inferiores. Estas últimas se expresan comoinfiltrados pulmonares y nódulos, que en la mitad de las ocasiones pueden cavitarse. Más del 50% de los enfermos tiene lesiones cutáneas diversas, tales como lesiones purpúricas o úlceras cutáneas y orales. La granulomatosis alérgica de Churg-Strauss también es una vasculitis granulomatosa de vasos pequeños. Se identifica por una tríada característica: eosinofilia, rinitis y asma. Se asocia con infiltrados pulmonares no segmentarios transitorios o con nódulos múltiples, que no suelen cavitarse. La lesión dérmica más común en estos casos es la púrpura. También son típicas las pápulas y los nódulos subcutáneos. La enfermedad de Behçet es una enfermedad multisistémica definida por la aparición de aftas orales y genitales de natu- raleza dolorosa. En la piel pueden aparecer pápulas, abscesos y lesiones vasculíticas, además de una patergia. El trastorno pulmonar más frecuente es la hemoptisis. También pueden observarse imágenes nodulares o infiltrados secundarios a las hemorragias alveolares. La púrpura de Schönlein-Henoch es una vasculitis cutánea que produce lesiones purpúricas ungueales acompañadas de urticaria. En la vía aérea superior predominan los procesos infecciosos y en el pulmón los infiltrados alveolointersticiales secundarios a una hemorragia alveolar. Otros procesos que cursan con una afectación sistémica son las histiocitosis. La enfermedad más típica de este grupo es la histiocitosis de células de Langerhans o granuloma eosinófilo, cuya expresión pulmonar es la combinación de nódulos y quistes con zonas de fibrosis parenquimatosa. Los pacientes pueden debutar incluso con un neumotórax originado por la rotura de un quiste pulmonar. Las manifestaciones cutáneas más características son las pápulas translúcidas en el tronco y en el cuero cabelludo, que pueden cubrirse de costras y que normalmente aparecen en brotes. Por otro lado, la afectación pulmonar es bastante rara en la mastocitosis sistémica. Puede expresarse como nódulos o infiltrados, que dan lugar a epi- sodios de broncoespasmo si existe el antecedente de un asma bronquial. SARCOIDOSIS La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa sistémica de causa desconocida, que implica principalmente al pulmón, las regiones ganglionares mediastínicas, la piel, las glándulas salivales y los globos oculares. En todas estas localizaciones, la expresión patológica más típica es la de los granulomas no necrotizantes. La sarcoidosis puede manifestarse de manera subaguda, con febrícula, astenia y artromialgias. La aparición de un eritema FIGURA 70.2 Paniculitis en la cara anterior de ambas piernas en un paciente con un lupus eritematoso diseminado. (V. lámina en color al final del libro.) Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 70 Afectación pleuropulmonar en las enfermedades cutáneas 591 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. nodoso facilita el diagnóstico. En la forma crónica predominan los síntomas respiratorios, con tos, a veces productiva, y disnea en los casos más evolucionados. En la radiografía de tórax suele observarse un patrón intersticial bilateral, de ubicación central, que puede acompañarse o no de adenopatías hiliares bilatera- les. Cuando los infiltrados parenquimatosos progresan, tienden a organizarse como un tejido fibrótico. En esta forma crónica, al eritema nodoso pueden unírsele otras lesiones cutáneas más tórpidas, como el lupus pernio. Las manifestaciones cutáneas se observan en un 20-35% de las sarcoidosis sistémicas y pueden ser pápulas, placas o nódulos (fig. 70.3). El eritema nodoso es la expresión ines- pecífica más frecuente de la enfermedad. Habla de la benig- nidad del proceso y aparece como unas estructuras nodulares subcutáneas, dolorosas y simétricas que se localizan en las áreas pretibiales. Si se asocia, algo muy típico, con adenopatías hiliares bilaterales constituye el denominado síndrome de Löfgren, que puede acompañarse de artralgias, fiebre y uveítis anterior. El eritema nodoso es más habitual en las mujeres y, a pesar de que es una lesión bastante frecuente en la sarcoidosis, su biopsia no es útil desde un punto de vista diagnóstico, dado su carácter inespecífico. Las alteraciones cutáneas específicas de la sarcoidosis suelen aparecer al comienzo de la enfermedad y ser el primer motivo por el que se consulta al médico. La lesión más común es el lupus pernio. Se trata de placas induradas violáceas, que asientan en distintas zonas cefálicas. Se observan sobre todo en la sarcoidosis crónica, en la que se asocian, además, con quistes óseos, fibrosis pulmonar y uveítis crónica. Otras manifestacio- nes cutáneas específicas de esta enfermedad son las siguientes: ● La scar sarcoidosis, definida por la infiltración de cicatrices, que acaban enrojeciéndose e indurándose y cuya aparición suele evolucionar en paralelo con la actividad de la enfer- medad. ● La sarcoidosis subcutánea, constituida por nódulos no dolorosos y móviles que se ubican en la dermis profunda. ● Las erupciones maculopapulosas, que es la variante más común y en la que las lesiones pueden ser transitorias o confluir para constituir placas dérmicas. NEOPLASIAS Y SÍNDROMES PARANEOPLÁSICOS CUTÁNEOS Diversos tumores cutáneos pueden dar lugar a metástasis pulmonares. El más frecuente es el melanoma (en el 5-15% de los casos y hasta en un tercio de ellos la localización es endobronquial), que se expresa en la radiografía de tórax como imágenes nodulares (solitarias, múltiples o miliares), adeno- patías hiliares o mediastínicas o derrame pleural (fig. 70.4). Otras neoformaciones cutáneas también pueden metastatizar en el pulmón, como ocurre en el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el carcinoma adenoide quístico. El cáncer de pulmón cursa con metástasis en el 5-25% de los casos y en los varones es la primera causa de metástasis cutáneas. La vía hematógena es el vehículo de diseminación más frecuente y las metástasis suelen aparecer como nódulos subcutáneos, duros e indoloros. Se manifiestan como lesiones papulosas, nodulares, hemangiomatosas, escleróticas o propia- mente tumorales (fig. 70.5). La pared torácica es la localización más habitual (la espalda, en el caso del carcinoma de células pequeñas). Los síndromes paraneoplásicos cutáneos se relacionan en muchas ocasiones con el cáncer de pulmón. En estos casos, las lesiones dérmicas surgen después del tumor pulmonar y su curso suele ir en paralelo. No obstante, hay que tener en cuenta que estos trastornos no son específicos y que, por tanto, pueden encontrarse en otras neoplasias o incluso en ausencia de cualquier tumor. Entre los distintos síndromes paraneo- plásicos cutáneos propios del cáncer de pulmón destacan los siguientes: la eritrodermia (eritema difuso con engrosamiento de la piel), el eritema gyratum repens (bandas eritematosas onduladas y concéntricas), la acantosis nigricans (placas verru- cosas e hiperpigmentadas localizadas sobre todo en las axilas y los pliegues inguinales), el síndrome de Bazex (acroqueratosis simétrica), la hipertricosis lanuginosa adquirida (crecimiento FIGURA 70.3 Lesiones típicas de una sarcoidosis cutánea en la región facial. (V. lámina en color al final del libro.) FIGURA 70.4 Tomografía computarizada torácica en la que se observan las metástasis pulmonares producidas por un melanoma cutáneo. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VIII Afectación respiratoria en las enfermedades de otros órganos y de otros sistemas 592 excesivode vello lanuginoso), el pénfigo (erosiones orales y erupciones eritematoampollosas), el síndrome de Láser-Trelat (aparición o aumento de lesiones de queratosis seborreica), la tromboflebitis migrans, la queratodermia palmoplantar, la dermatomiositis y el prurito. El síndrome carcinoide se caracteriza por la tríada cons- tituida por rubefacción cutánea o flushing, diarrea y alteraciones valvulares cardíacas. El flushing de origen pulmonar es de color rojizo, se acompaña de sensación de quemazón y puede con- ducir a la formación de telangiectasias en la cara. OTRAS ENFERMEDADES CUTÁNEAS QUE PUEDEN ASOCIARSE CON UNA ENFERMEDAD PULMONAR La necrólisis epidérmica tóxica o síndrome de Lyell es una dermatosis ampollar de elevada mortalidad, que cursa con una necrosis epitelial, una importante afectación de las mucosas y cierta toxicidad sistémica. Las lesiones cutáneas debutan con un exantema eritematoso morbiliforme, que da lugar a grandes ampollas flácidas, que desprenden la totalidad de la epidermis, incluso con una ligera presión del dedo (signo de Nikolsky). Las principales mucosas implicadas son la conjuntival y la oral, aunque también puede participar, con menor frecuencia, la traqueal o la bronquial. De estas alteraciones, sin relación con las cutáneas, derivan las manifestaciones pulmonares propias de las primeras fases de la enfermedad (secreción bronquial transparente o amarillenta, o hemoptisis), que se traducen en la radiografía de tórax como infiltrados intersticiales. En fases más avanzadas, las complicaciones pulmonares pueden consistir en bronconeumonías, atelectasias o edema de pulmón. Una entidad relacionada evolutivamente con la anterior es el síndrome de Stevens-Johnson. En el transcurso de este proceso pueden aparecer máculas purpúricas con un signo de Nikolsky positivo. La inflamación de la vía aérea produce trastornos broncopulmonares, como neumonitis, bronquiolitis o neumonías, que son más habituales en las etapas precoces que en las tardías. Las telangiectasias cutáneas pueden ser un signo de la enfer- medad de Rendu-Osler-Weber. Esta anomalía se caracteriza, además, por la presencia de epistaxis y de fístulas arterioveno- sas, sobre todo en el pulmón, el cerebro y el tracto gastrointes- tinal. Las fístulas arteriovenosas pulmonares son comunica- ciones patológicas entre una arteria y una vena pulmonar, lo que origina un shunt o cortocircuito de derecha a izquierda (fig. 70.6). Las complicaciones más frecuentes son el infarto pulmonar, el embolismo y el neumotórax. La neurofibromatosis múltiple o enfermedad de von Reck- linghausen es una alteración hereditaria que se caracteriza por la existencia de neurofibromas cutáneos y típicas manchas de color café con leche. Alrededor del 15% de los sujetos tienen neurofibromas intratorácicos. Otras lesiones pulmonares que pueden observarse en estos pacientes son la fibrosis intersticial, las bullas y los leiomiomas. La esclerosis tuberosa o epiloia es una enfermedad here- ditaria que se asocia con un retraso mental y crisis epilépticas y en la que son típicos los adenomas sebáceos (adenomas de Pringle). En la quinta parte de los casos aparecen lesiones par- cheadas con apariencia de guijarros en la región lumbosacra. En un 9% de los individuos en los que la esclerosis tuberosa FIGURA 70.5 Metástasis cutáneas de un carcinoma de pulmón localizadas en la región toracoabdominal lateral derecha. (V. lámina en color al final del libro.) FIGURA 70.6 Tomografía computarizada torácica en la que se observa una fístula arteriovenosa pulmonar basal derecha en una paciente con una enfermedad de Rendu-Osler-Weber. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 70 Afectación pleuropulmonar en las enfermedades cutáneas 593 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. también es visceral, se producen manifestaciones pulmonares, incluidas anomalías quísticas, que pueden asociarse con neu- motórax espontáneos recurrentes y hamartomas. La psoriasis es una enfermedad inflamatoria y linfoproli- ferativa, que se define por la formación de pápulas y placas eritematoescamosas bien delimitadas, cubiertas por capas de escamas nacaradas. Se distinguen varias formas clínicas, como la invertida, la guttata, la pustulosa y la eritrodérmica. Precisamente son estas dos últimas las que se asocian más habitualmente con complicaciones cardiopulmonares, tales como el edema pulmonar con insuficiencia cardíaca y la neu- monía o neumonitis. El síndrome tóxico por aceite de colza adulterado apareció en España a principios de los años ochenta. Se debió a la inges- ta de aceite de colza desnaturalizado. Cursaba, en su fase agu- da, con fiebre, tos, disnea, edema pulmonar no cardiogénico, exantemas cutáneos y prurito. En su fase crónica se observaban las siguientes alteraciones: hipertensión pulmonar, mucinosis cutánea, lesiones esclerodermiformes reversibles y trastornos de la pigmentación cutánea. Este síndrome es también, por tanto, un claro ejemplo de la relación que puede existir entre el pulmón y la piel. Bibliografía Albares Tendero MP, García Sevilla R, Botella Antón R. Cáncer de pulmón. 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Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org Botón1:
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