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623 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Enfermedades pulmonares por polvos inorgánicos: silicosis y otras neumoconiosis INTRODUCCIÓN La inhalación mantenida del polvo inorgánico existente en el ambiente laboral puede producir diferentes enfermedades respiratorias. Entre ellas, la que afecta a un mayor número de los trabajadores expuestos es la neumoconiosis. Su incidencia tiene una amplia variación geográfica y depende de distintos factores. Entre los más importantes están el desarrollo eco- nómico y los recursos naturales propios de cada país. Estos, a su vez, cambian con el paso del tiempo en función de las demandas industriales. Los sistemas de prevención técnica y para el cuidado de la salud de los trabajadores también influyen en la aparición y modificación de estas enfermedades. A pesar de todos los esfuerzos de prevención que se han llevado a cabo, las neumoconiosis persisten entre las neumopatías de origen laboral más prevalentes y continúan siendo responsables de notables cifras de morbimortalidad. NEUMOCONIOSIS Las neumoconiosis son enfermedades que se definen por la producción de tejido colágeno en el pulmón en respuesta al depósito parenquimatoso de un polvo inorgánico, cuya naturaleza puede ser muy variada. No puede denominarse neumoconiosis a las lesiones que, aunque debidas al acúmulo de minerales, asienten en lugares intra- o extratorácicos dis- tintos al parénquima pulmonar. En función de cuál sea el agente causal, las neumoconiosis reciben una denominación propia y específica (tabla 75.1). Clasificación Además de recibir un nombre propio en atención al agente etiológico implicado, las neumoconiosis pueden clasificarse según el tipo de lesión histopatológica que ocasionan. Así, la fibrosis puede afectar de manera parcial o fragmentaria al intersticio pulmonar, esto es, dejando amplias zonas indemnes, o de forma difusa, lo que significa la participación práctica- mente total del parénquima pulmonar. Pertenecen al primer grupo la silicosis y la neumoconiosis del carbón (al menos en sus formas simples) y son ejemplo de fibrosis difusas la asbes- tosis y la fibrosis de los metales duros. Esta clasificación es importante a la hora de entender la expresión clínico-funcional y de imagen, así como el pronóstico, de las neumoconiosis. Las fibrosis localizadas son las más benignas. Su traducción clínica es escasa y las alteraciones funcionales respiratorias son leves. El pronóstico vital es bueno. Lo opuesto ocurre con las fibrosis difusas, muy sintomáticas, que repercuten mucho en las pruebas de función pulmonar y que producen un acorta- miento evidente de la vida del trabajador. Etiología La probabilidad de contraer una de estas enfermedades depen- de de tres factores principales: la magnitud de la exposición acumulada durante la vida laboral, las características del agente etiológico y las peculiaridades del individuo expuesto. AGENTES ETIOLÓGICOS La suspensión de partículas minerales en el medio aéreo (o aerosol) es un fenómeno cotidiano. Por fortuna, pocos aeroso- les pueden inducir la síntesis de material colágeno; si lo hacen, ese polvo se denomina fibrogénico. Los agentes fibrogénicos más habituales son el dióxido de silicio (SiO 2 o sílice), el polvo de la mina de carbón, los diversos minerales de asbesto y, con menos frecuencia, el circonio y los metales duros. Debe tenerse en cuenta que muchos polvos minerales, aunque no induzcan una fibrosis, no son inocuos, pues su inhalación puede provocar otras enfermedades graves, como un enfisema, diversos tipos de carcinomas, etc. La lesión final de todos estos aerosoles fibrogénicos es una cicatriz o fibrosis en el parénquima pulmonar, con anulación o deterioro importante de la función respiratoria. La prevención de la inhalación del polvo lesivo es la estrategia principal en el manejo de estas 75 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN IX Patología pleuropulmonar por agentes externos 624 enfermedades. Al respecto deben recordarse algunos conceptos básicos: ● Polvo respirable. Es el polvo capaz de alcanzar las unidades alveolares. El tamaño y la disposición anatómica de las vías pulmonares limitan la cantidad de polvo que puede llegar a los alvéolos y lesionar el pulmón (fig. 75.1). ● Porcentaje de sílice libre. Es la fracción de SiO2 del polvo respirable. Este dato tiene relevancia porque en ocasiones la sílice forma parte de un aerosol con distintos tipos de polvos minerales y con diferente capacidad fibrogénica. ● Umbral límite. Es la cifra del aerosol mineral por deba- jo de la cual solo una pequeña parte de los trabajadores expuestos (se estima que alrededor de un 5%) contraerían la neumoconiosis a lo largo de su vida laboral (unos 25-30 años). Este valor umbral debe obtenerse mediante estudios longitudinales prospectivos, en los que puede demostrarse, con un número suficiente de individuos que respiren estas cifras límite, que la tasa de neumoconiosis que se observa es baja. Estos datos faltan, por desgracia, para la mayoría de las neumoconiosis. Los estudios efectuados en relación con la concentración de los polvos fibrogénicos y los aparatos de medida y la implantación de técnicas para disminuir la producción de polvo en la mina o el trabajo han de ser tarea de ingenieros, higienistas, etc., que deben tener un gran entrenamiento y una rápida capacidad de respuesta. Por ello es ideal contar con fichas personales detalladas y bien cumplimentadas en el tiempo referentes a la exposición de cada trabajador al polvo existente en su ambiente laboral. TRABAJADORES EXPUESTOS La entrada y el depósito del polvo fibrogénico dependen no solo de las propiedades físico-químicas del polvo en cuestión, sino también de los mecanismos de limpieza del organismo, sobre todo del aparato respiratorio. Los más importantes son la larga estructura laberíntica de las vías aéreas, el batido ciliar, la tos, la fagocitosis —fundamentalmente por los macrófagos— y el arrastre venoso y linfático. Todos estos factores, variables de unos individuos a otros, hacen que gran parte del polvo que penetra en el tracto broncopulmonar pueda eliminarse sin más problemas. Solo el polvo retenido es el que produce, en su caso, una neumoconiosis y las enfermedades acompañantes. En el momento actual no se dispone de marcadores de exposición biológicos y es imposible medir el polvo que se retiene en los alvéolos, por lo que hay que recurrir al cálculo del polvo res- pirable acumulado, que se considera como una determinación indirecta de la exposición que se ha producido. FACTORES DE RIESGO La intensidad de la exposición es el factor que determina el riesgo de aparición de una neumoconiosis. En la silicosis, numerosos estudios han demostrado la asociación que existe entre la dosis acumulada (concentración de polvo respirable multiplicada por el contenido de sílice y los años de exposi- ción) y la presencia y la gravedad de la enfermedad. En este sentido, también la relación entre la dosis y la respuesta se encuentra bien documentada. Las características mineralógicas del polvo inhalado influyen, asimismo, en la posible apari- ción de una neumoconiosis. Hasta el momento actual no han podido identificarse polimorfismos genéticos que puedan ser responsables de una eventual susceptibilidad individual. Patogenia Los modelos patogénicos mejor estudiados desde un punto de vista experimental son los inducidos por la sílice, que también sirven para explicar la aparición de las demás neumoconio- sis. Las partículas de sílice de alrededor de 1 µm de diámetro que llegan a las porciones distales de las vías aéreas se ubican alrededor de los bronquíolos terminales por caminos no muy identificados —como atravesarlos alvéolos, las paredes de los bronquíolos, etc.—. La situación final es el depósito del polvo, TABLA 75.1 Enfermedades respiratorias producidas por la inhalación de polvos inorgánicos Enfermedad Agente Neumoconiosis ● Silicosis Sílice (pizarra, granito) ● Neumoconiosis de los mineros del carbón Carbón ● Asbestosis Asbesto ● Caolinosis Caolín ● Beriliosis Berilio ● Fibrosis pulmonar intersticial Sílice Polvo de carbón Metales duros Afectación pleural benigna ● Derrame pleural ● Placas pleurales ● Engrosamiento pleural Asbesto Neoplasias ● Cáncer de pulmón ● Mesotelioma Sílice Asbesto FIGURA 75.1 Curva de polvo respirable en función del tamaño de las partículas. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 75 Enfermedades pulmonares por polvos inorgánicos: silicosis y otras neumoconiosis 625 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. que se acumula como un manguito peribronquiolar justo don- de comienzan los vasos linfáticos. Parte de ese polvo sigue el camino de esos vasos para localizarse en los ganglios linfáticos e, incluso, pasar a la sangre. Esta última circunstancia da lugar a la aparición de depósitos de SiO2 en órganos lejanos, como por ejemplo el riñón. Estudios in vitro y en modelos animales han puesto de manifiesto que la fagocitosis de las partículas de sílice estimula la producción de interleucina 1β, produce oxígeno libre y activa el complejo citosólico multiproteico denominado Nalp3-inflamasoma (del que forma parte la criopirina). Todo ello induce una reacción inflamatoria y la subsiguiente fibrosis que se observa en la silicosis. Diagnóstico Desde un punto de vista diagnóstico, la identificación de las partículas causales y de colágeno en el parénquima pulmonar tiene un valor patognomónico. Para confirmar este hallazgo se requiere un estudio morfológico y un análisis mineralógico, que ha de efectuarse mediante microscopia electrónica y tiene que llevarse a cabo en una muestra suficientemente grande de tejido pulmonar. No obstante, en la mayoría de los casos no es necesario llegar al examen histopatológico. Para establecer un diagnós- tico clínico basta con la presencia de los tres criterios siguientes: a) el antecedente acreditado de una exposición por vía inhalatoria al agente causal —es necesario recordar que en todos los indivi- duos con síntomas respiratorios la recogida de los antecedentes laborales es una parte fundamental e ineludible de la historia clínica—; b) la aparición de un patrón radiológico y funcional respiratorio compatible, y c) la exclusión de otras enfermedades que pudieran ser la causa de la alteración radiológica encontrada. La normalización de la lectura radiográfica se hace de acuer- do con la clasificación de las neumoconiosis elaborada por la International Labour Organization (ILO), en su versión más actualizada del año 2000 (fig. 75.2). La tomografía computa- rizada (TC) torácica de alta resolución es más sensible que la radiografía de tórax convencional para evaluar el intersticio pulmonar, por lo que permite realizar diagnósticos más pre- coces. Sin embargo, su utilización debe reservarse para atender a unas indicaciones precisas y limitadas, ya que la radiación emitida es mucho más elevada y su coste y dificultades técnicas también son mayores (cuadro 75.1). Cuando se usa la TC torácica deben combinarse secciones finas —útiles para visua- lizar un enfisema— con cortes gruesos, pues estos permiten reconocer bajas profusiones o conglomerados de nódulos, no detectables en los cortes finos. Por el momento no se dispone de un sistema de lectura normalizado que se haya aceptado internacionalmente para las alteraciones que se observan en la TC torácica de alta resolución, como ocurre con la clasificación ILO aplicable a la radiografía de tórax. FIGURA 75.2 Esquema de lectura de una radiografía de tórax según la clasificación internacional de las neumoconiosis de la International Labour Organization (ILO, 2000). Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN IX Patología pleuropulmonar por agentes externos 626 Diagnóstico diferencial Más de 200 procesos diferentes pueden originar patrones radio- gráficos intersticiales o masas en el pulmón. Las enfermedades que con más frecuencia se plantean como diagnósticos alter- nativos son la sarcoidosis y la fibrosis pulmonar idiopática. La historia laboral es una herramienta esencial para el diag- nóstico, ya que proporciona una estimación de la exposición acumulada a la sílice. Por ello es necesario obtener todos los detalles posibles sobre el puesto de trabajo, su denominación, las sustancias que se han manejado, los aerosoles que pudieran haberse formado, el tiempo de exposición, la fecha de inicio, las condiciones físicas que requería el desempeño laboral, las medidas de prevención técnica empleadas, el posible uso de medidas de protección individual, etc. El servicio de preven- ción de la empresa puede aportar una magnífica información complementaria y a veces dispone, incluso, de mediciones rela- tivas al polvo respirable. En las formas que tienen una presenta- ción atípica, bien por los factores de riesgo existentes o bien por la expresividad clínica que ofrece la enfermedad, pueden reque- rirse estudios complementarios, como una broncoscopia, un lavado broncoalveolar (LBA) o una biopsia pulmonar. En oca- siones el examen mineralógico del LBA y del tejido pulmonar, por microscopia electrónica o por difracción de rayos X, permite identificar exposiciones ocultas. Recientemente se ha sugerido que la resonancia magnética pudiera ayudar a diferenciar entre una masa debida a una fibrosis masiva progresiva (FMP) y una neoplasia pulmonar. La importancia de la tomografía por emisión de positrones es escasa, debido a la intensa captación del isótopo que se observa en las masas que aparecen en la FMP y en las adenopatías que aparecen tras una exposición a la sílice en los sujetos con y sin silicosis. Evolución y pronóstico Las formas focales simples dan lugar a pequeños cambios morfológicos y una menor afectación funcional respiratoria. Los sujetos que las padecen tienen una supervivencia mayor que la que tienen los enfermos con formas complicadas o diseminadas. Estas últimas ocasionan un gran deterioro de la función pulmonar, que afecta mucho la calidad de vida y que produce una evidente incapacidad laboral. La progresión de las formas simples hacia las complicadas ocurre en un porcentaje variable de los trabajadores expuestos y se relaciona con altas dosis de exposición acumulada. Aunque la tuberculosis pulmonar y las conectivopatías son factores de riesgo que se asocian con la formación de una FMP, solo se encuentran en una pequeña parte de los casos que evolucionan hacia una neumoconiosis complicada. No obstante, es posible que existan factores de riesgo individuales no identificados. La aparición y la progresión de la neumoconiosis pueden ocu- rrir aun después de que el trabajador se haya apartado de la exposición laboral. Prevención No se dispone de un tratamiento eficaz para las neumoco- niosis. Su control radica en la prevención, ya que se trata de enfermedades evitables. La mejor prevención es evitar el polvo lesivo y disminuir la contaminación por debajo de los valo- res del umbral límite. La Orden del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ITC/2585/2007 de 30 de agosto (Boletín Oficial del Estado del 7-9-2007), para la «Protección de los trabajadores contra el polvo, en relación con la silicosis, enlas industrias extractivas», establece que la concentración de la sílice libre contenida en la fracción respirable de polvo no debe ser superior a 0,1 mg/m3. Si se tratase de cristobalita o de tridimita, este valor ha de reducirse a 0,05 mg/m3. La prevención secundaria descansa en la valoración de cualquier enfermedad antes de la incorporación del trabajador a su pues- to laboral y en los reconocimientos médicos periódicos, a fin de detectar las fases iniciales de cualquier neumoconiosis. SILICOSIS Es la fibrosis pulmonar producida por el dióxido de silicio o sílice cristalina. La sílice es el mineral más abundante en la corteza terrestre. Está constituida por un átomo de silicio y dos átomos de oxígeno (SiO2) y se encuentra en dos formas diferentes: la amorfa y la cristalina. La sílice amorfa tiene muy escaso poder patógeno, aunque puede transformarse en sílice cristalina a temperaturas muy elevadas. De las siete varieda- des de sílice cristalina (SiO 2)n que existen, el cuarzo es la más abundante en la corteza terrestre. Está presente en la mayoría de las rocas. Esto hace que la exposición, aun siendo rara en su variante pura, casi siempre se produce en cualquier tipo de Cuadro 75.1 INDICACIONES DE LA TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA TORÁCICA DE ALTA RESOLUCIÓN EN EL ESTUDIO DE LAS ENFERMEDADES PULMONARES POR INHALACIÓN DE POLVOS INORGÁNICOS Evaluación de una neumoconiosis: ● Opacidades regulares de profusión 0/1 y 1/0 ● Opacidades irregulares ● Inicio de la coalescencia de los nódulos Evaluación de un posible enfisema: ● Disnea no explicada ● Alteración de la capacidad de difusión alveolocapilar ● Opacidades irregulares Sospecha de una fibrosis pulmonar intersticial: ● Tos y disnea ● Opacidades irregulares ● Alteraciones de la función respiratoria Sospecha de una neoplasia: ● Síntomas: dolor torácico, síndrome general, hemoptisis ● Masas de rápido crecimiento ● Masas de morfología atípica ● Masas aisladas Sospecha de otras enfermedades: ● Síntomas no explicados ● Masas aisladas o cavitadas ● Adenopatías ● Afectación extratorácica Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 75 Enfermedades pulmonares por polvos inorgánicos: silicosis y otras neumoconiosis 627 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. explotación, junto con la de polvo de otra naturaleza. Desde finales del siglo xx, la minería subterránea ha dejado de ser la principal causa de esta enfermedad en los países occidentales. En el momento actual, el trabajo realizado sobre las rocas orna- mentales, como el granito, las pizarras y los nuevos materiales compactos de cuarzo y resinas, muy empleados en la construc- ción y la decoración, se han convertido en la principal causa de la silicosis. Asimismo, existen multitud de sectores industriales y de puestos de trabajo en los que se trituran, cortan, perforan, tallan o muelen objetos que liberan al ambiente un aerosol respirable de partículas de sílice (cuadro 75.2). Anatomía patológica La lesión típica de una silicosis simple es el nódulo hialino, que es un acúmulo de fibras colágenas concéntricas (en «capas de cebolla»), el cual se rodea de un halo celular de macrófagos, linfocitos, etc. El acúmulo y la unión entre sí, aunque con- servando su individualidad, de varios nódulos hialinos es el mecanismo por el que se originan las masas que se observan en la silicosis complicada o FMP (fig. 75.3). Formas clínicas Las diferentes formas clínicas de la silicosis se relacionan con el tiempo de exposición y la cuantía de la dosis de sílice que se ha inhalado. Se reconocen dos formas de presentación crónica, la simple y la complicada, que aparecen tras más de 15 años de trabajo en los que se ha estado inhalando sílice cristalina. Y existen dos formas agudas de mal pronóstico: la silicosis acelerada, similar a las formas crónicas, pero que ocurre des- pués de un menor tiempo de exposición (en general inferior a 10 años y que es de evolución rápida), y la silicosis aguda, cuadro similar al de una proteinosis alveolar, inducida por una exposición masiva a la sílice y que tiene una tasa de mortalidad muy elevada (tabla 75.2). Manifestaciones radiológicas La radiografía de tórax es una herramienta fundamental en el diagnóstico de la silicosis. Las formas simples se caracterizan por la existencia de opacidades redondeadas o de micronódulos, menores de 1 cm, que adoptan una dis- tribución difusa y bilateral, y que predominan en los lóbu- los superiores y las regiones posteriores de los pulmones. Se habla de silicosis complicada cuando estas opacidades alcanzan un diámetro mayor de 1 cm, como consecuencia de la conglomeración de los micronódulos. Estas opacidades, Cuadro 75.2 TRABAJOS ASOCIADOS CON LA EXPOSICIÓN AL POLVO DE SÍLICE Minería subterránea (carbón, caolín, hierro, espato-flúor o fluorita, etc.) Minería a cielo abierto (oro, carbón, sal, cobre, etc.) Explotación de canteras (granito, pizarra) Excavaciones o perforación de túneles Trabajos con piedras ornamentales (arenisca, pizarra, granito, compactos de cuarzo, etc.) Construcción o arquitectura de interiores (compactos de cuarzo, arena, grava, mármol travertino, etc.) Elaboración de productos refractarios Fundiciones (manufactura y limpieza de moldes) Limpieza con chorro de arena Elaboración y uso de abrasivos (detergentes, dentífricos) Molinos de piedra Utilización de sílice molida (elaboración de plásticos, maderas, pinturas, fabricación de compactos, lavado de ropa) Industria del vidrio Industria de la cerámica y de la porcelana (caolín) FIGURA 75.3 Imagen histopatológica en la que se observan nódulos de silicosis formando masas de fibrosis masiva progresiva (tinción de hematoxilina-eosina, 250×). TABLA 75.2 Formas clínicas de la silicosis Silicosis Tiempo de exposición Radiografía de tórax Síntomas Función pulmonar Crónica simple > 10 años Nódulos < 10 mm Sin síntomas Normal Crónica complicada > 10 años Masas > 1 cm Disnea, tos Patrón obstructivo o restrictivo variable Acelerada 5-10 años Nódulos y masas de rápida progresión Disnea, tos Patrón obstructivo o restrictivo Aguda < 5 años Patrón acinar bilateral Disnea, insuficiencia respiratoria, muerte Deterioro rápido Fibrosis pulmonar intersticial > 10 años Patrón reticulonodular difuso Tos, disnea progresiva, acropaquias Patrón restrictivo y descenso de la capacidad de difusión Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN IX Patología pleuropulmonar por agentes externos 628 denominadas masas de FMP, se localizan más comúnmente en los lóbulos superiores, aunque pueden observarse en cualquier otra localización e, incluso, de manera aislada y unilateral en los lóbulos inferiores. La generación de los conglomerados se acompaña de una retracción del parén- quima pulmonar, lo que ocasiona áreas de enfisema en su periferia. El ya comentado papel de drenaje del polvo por parte de los vasos linfáticos justifica la habitual presencia de adenopatías hiliares y mediastínicas; estas suelen calcificarse y, en tal caso, el calcio adopta una característica distribución periférica que se ha denominado en «cáscara de huevo». La creciente utilización de la TC torácica de alta resolución ha puesto de manifiesto la frecuente presencia de nódulos de ubicación subpleural y de zonas de FMP en situación retrocardíaca, que resultan de difícil identificación mediante una radiografía de tórax (figs. 75.4 y 75.5). Las manifestaciones radiológicas de la silicosis acelerada son semejantesa las de la silicosis crónica, si bien los nódulos suelen ser de mayor tamaño y más profusos. Si se utiliza la clasificación de la ILO en el seguimiento de los enfermos, es posible apreciar la evolución de las lesiones iniciales hacia la constitución de masas de FMP en un escaso período de tiempo. La radiografía de tórax en la silicosis aguda muestra un patrón acinar bilateral similar al del edema de pulmón o al de la proteinosis alveolar. En la TC torácica de alta resolución se evidencian nódulos centroacinares bilaterales y áreas par- cheadas de consolidación y en vidrio deslustrado. NEUMOCONIOSIS DE LOS MINEROS DEL CARBÓN La neumoconiosis de los trabajadores del carbón se catalogó como una entidad específica en el Reino Unido, en 1942, como consecuencia de la observación de hallazgos de caracterís- ticas radiológicas similares a los de la silicosis, pero entre las personas dedicadas al transporte del carbón que no habían tenido exposición alguna a la sílice. Como ya se ha mencio- nado previamente, la corteza terrestre es muy rica en sílice, de modo que en los trabajadores de las minas de carbón —de- pendiendo de las peculiaridades de la explotación y de la edad del carbón— pueden coexistir dos tipos de lesiones más o menos diferenciadas: una neumoconiosis de polvo mixto, producida por el polvo del carbón y la sílice, y la denominada neumoconiosis de la mina de carbón, que aparece cuando casi todo el polvo inhalado es carbón, con un porcentaje de polvo de sílice muy pequeño. En los últimos siglos, el carbón ha sido el principal recurso energético en los países en desarrollo, con un enorme número de individuos expuestos a él en las labores de extracción, procesamiento, transporte y utilización en las centrales térmicas, la siderurgia, las baterías de cok, la industria química e, incluso, con ocasión de la venta y el uso doméstico. En la actualidad, el carbón ha cedido su lugar a otras fuentes de energía alternativas, por lo que el número de sujetos expuestos en los países de nuestro entorno ha descendido de manera muy notable. Patogenia El riesgo de contraer la enfermedad está en función de las características del polvo inhalado, del tiempo de exposición y de factores individuales. Aunque se acepta el papel lesivo de la sílice, según los estudios publicados hasta ahora parece que si la sílice existente en el polvo de la mina de carbón está por debajo del 10% no influye en el riesgo de contraer la enfer- medad. Por el contrario, se han visto casos de neumoconiosis que progresan rápidamente hacia formas complicadas en los trabajadores expuestos a concentraciones más elevadas. FIGURA 75.4 Radiografía de tórax de un trabajador expuesto a la inhalación de sílice en la que se observan los hallazgos típicos de una silicosis complicada (nódulos que se conglomeran y masas bilaterales de fibrosis masiva progresiva). FIGURA 75.5 Tomografía computarizada torácica de alta resolución de un trabajador expuesto a la inhalación de sílice en la que se observan los hallazgos típicos de una silicosis complicada (nódulos que se conglomeran y masas bilaterales de fibrosis masiva progresiva). Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 75 Enfermedades pulmonares por polvos inorgánicos: silicosis y otras neumoconiosis 629 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. El depósito del polvo de carbón en los alvéolos activa los mecanismos que conducen a un aumento de la fibrogénesis, como ocurre en la silicosis y en otras neumopatías intersticiales. El carbón tiene una composición compleja, pues es el resultado del enterramiento de seres vivos, fundamentalmente vegetales, durante largos períodos de tiempo. Los carbones, según su edad, se clasifican en antracitas, hullas, lignitos y turbas. Los dos últimos poseen más sustancias volátiles y menos poder calorífico. Se ignora cuál o cuáles son los productos que origi- nan la lesión, pero parece claro que los carbones más agresivos son los más viejos. Anatomía patológica La mácula de polvo consistente en macrófagos cargados de carbón con algunas otras células inflamatorias, así como con depósitos de fibras de reticulina, es la lesión más precoz de esta neumoconiosis. Con frecuencia asienta alrededor de un bronquíolo terminal, dilatando su luz y originando un enfisema centroacinar, que en este caso se ha denominado enfisema focal. A partir de esta mácula se constituyen los nódulos con fibras de reticulina y colágeno, en una disposición al azar, en contraste con la disposición concéntrica de los nódulos de silicosis. La lesión de la neumoconiosis complicada o FMP de la mina de carbón está formada por grandes masas, mayores de 1 cm de diámetro, de aspecto homogéneo, negruzco y duro. En su composición interviene una mezcla de material amorfo, que se localiza entre las fibras de colágeno, compuesta por carbón, fosfato cálcico, fibrinógeno, proteínas e inmunoglobulinas. ASBESTOSIS Es una neumoconiosis que afecta al intersticio pulmonar de manera difusa y que se debe a la inhalación de fibras de asbesto. Asbesto o amianto es la denominación general de un amplio grupo de silicatos fibrosos que resisten las altas tempe- raturas. Esta característica explica sus extensas aplicaciones. Los silicatos más empleados son el crisotilo (fibra de color blanco), la amosita (fibra de color moreno) y la crocidolita (fibra de color azul). Sus amplísimos usos —textiles, como aislantes, en los plásticos, como agentes antifricción, etc.— han hecho que la exposición al asbesto se dé no solo en el ámbito laboral, sino también en el paraocupacional, ambiental y doméstico. La penetración, distribución y retención de las fibras de asbesto dependen de las propiedades aerodinámicas de las fibras (diámetro, tamaño, densidad, etc.) y de los patrones de respiración del individuo. En general, las fibras tienden a pene- trar hasta las bifurcaciones bronquiolares, predominantemente en las zonas declives, y parte de ellas llegan hasta el intersticio e inducen allí una fibrosis. Algunas fibras se disuelven, en espe- cial el crisotilo, y otras se aclaran a través de las vías linfáticas o migran hacia otros órganos, como el espacio pleural. Parte de estas fibras se recubre por los macrófagos con un material amorfo que contiene ferritina. Este compuesto, denominado cuerpo ferruginoso, se halla en pequeñas cantidades en las secreciones de la población general sana, lo que habla de la exposición al asbesto que existe en todas partes. Una directiva comunitaria ha prohibido el empleo y la comercialización de todo tipo de amianto en la Unión Europea desde el 1 de enero de 2005. La World Health Organization (WHO) ha proclamado la prohibición absoluta del uso de asbesto. En el momento actual más de 40 países han suprimido o restringido rigurosamente su utilización, al considerar que no existe un umbral límite por debajo del cual el riesgo sea mínimo. La aparición de una asbestosis se asocia con unos niveles de exposición altos, con períodos de latencia, desde el inicio de esa exposición hasta el momento de detección de la enfermedad, que varían entre los 15 y los 25 años. Las fibras de asbesto inducen la liberación de varios factores de crecimiento (factor de necrosis tumoral, factor de crecimien- to derivado de las plaquetas, factor transformador β, etc.) y el incremento de radicales oxidantes y de diferentes mediadores inflamatorios (interleucinas, complemento, moléculas adhesi- vas, etc.). El resultado es la activación y el reclutamiento celular con producción de tejido colágeno. Las lesiones histopatológi- cas van desde la fibrosis confinada a las paredes y los conductos alveolares hasta la completa extensión de las lesiones a todo el acino,para producir, al final, un patrón en «panal de abeja», con extensión del daño a la mayoría de los lobulillos pulmonares. En función de la gravedad de estas lesiones y de su extensión, la American Association of Pathologists ha establecido cuatro grados evolutivos de la enfermedad, que se definen, de menor a mayor, según la intensidad de las alteraciones pulmonares existentes. Manifestaciones clínicas El cuadro clínico, funcional respiratorio y de imagen de la asbestosis es similar al que se observa en otras fibrosis inters- ticiales. Los síntomas son insidiosos, pero idénticos a los de una neumopatía intersticial idiopática, con su tríada caracterís- tica: tos improductiva, disnea y crepitantes teleinspiratorios en los estadios precoces. Las acropaquias aparecen en el 15-20% de los casos. La alteración funcional respiratoria más típica es el patrón ventilatorio restrictivo, si bien puede asociarse un componente de obstrucción debido a la participación de las pequeñas vías aéreas. El descenso de la capacidad de difusión para el monóxido de carbono (DLCO) es una de las pruebas más sensibles para detectar la enfermedad en sus etapas preco- ces, pero tiene baja especificidad; por ejemplo, puede encon- trarse en el 30% de los individuos fumadores no expuestos. La hipoxemia en reposo y, sobre todo, en ejercicio aparece en las formas moderadas y graves de la asbestosis. Manifestaciones radiológicas Como en otras neumoconiosis, la radiografía de tórax es el pro- cedimiento más adecuado para hacer la evaluación inicial. La afectación intersticial se traduce por un patrón reticulonodular bilateral que predomina en los campos inferiores, que progresa luego, en los estadios avanzados, hacia la panalización. Aunque no tiene características diferenciales específicas con respecto a otras fibrosis intersticiales, la identificación de una afectación pleural acompañante puede sugerir la exposición al asbesto. Debe utilizarse la normativa ILO 2000 para estandarizar la lectura radio- gráfica y las características de las imágenes que se encuentren. La TC torácica de alta resolución detecta la existencia de una neumopatía intersticial en entre el 10 y el 20% de los sujetos sintomáticos que tienen una radiografía de tórax normal y Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN IX Patología pleuropulmonar por agentes externos 630 permite una mejor valoración de las alteraciones pleurales acompañantes. Sin embargo, su uso solo se recomienda para la valoración de casos individuales. Los estudios basados en la TC torácica de alta resolución han permitido diferenciar cinco tipos de imágenes relacionadas con la asbestosis: 1) trazos curvilíneos subpleurales en áreas no dependientes, parale- los a la pleura, pero a 1 cm de la misma; 2) engrosamiento de los septos interlobulares e interlobulillares en la periferia del pulmón; 3) densidades subpleurales no dependientes; 4) bandas parenquimatosas que se extienden desde la pleura hacia el interior del parénquima pulmonar, y 5) panalización con quistes de paredes finas de localización preferente en las zonas posteriores y en áreas no dependientes del pulmón. Estos hallazgos se consideran inespecíficos y no son suficientes como para establecer el diagnóstico de una asbestosis, si bien parece que, cuando además se observan placas pleurales, la probabilidad de la enfermedad aumenta. Las adenopatías son poco frecuentes, así como las masas de FMP, a menos que haya coexistido una exposición a la sílice (fig. 75.6; v. fig. 75.5). Diagnóstico El diagnóstico de certeza es histopatológico y precisa de la observación de focos de fibrosis, junto con la visualización de fibras o cuerpos de asbesto. Cuando no es posible disponer de tejido pulmonar, el diagnóstico se fundamenta en los datos obtenidos de una historia laboral documentada y significativa, en la constatación de que el intervalo de tiempo transcurrido entre el inicio de la exposición y la detección de la enfermedad es el adecuado, en la existencia de unas alteraciones radioló- gicas que sugieran una fibrosis pulmonar difusa, en la detec- ción de un defecto ventilatorio restrictivo, en la auscultación pulmonar de crepitantes inspiratorios fijos y bilaterales y en la presencia de acropaquias. Los tres primeros criterios son esenciales, mientras que el resto solo es confirmatorio. Tratamiento La asbestosis, como las demás neumoconiosis, es irreversible y puede progresar incluso cuando la exposición al polvo inor- gánico ya ha cesado. No obstante, desde la descripción inicial de la enfermedad, a comienzos del siglo pasado, su evolución se ha modificado de manera notoria, pues en un principio progresaba con rapidez y los pacientes no superaban los 30 años de edad. En la actualidad, las medidas de higiene indus- trial aplicadas en la mayoría de los países y la identificación de la enfermedad en fases tempranas han permitido que, en general, el diagnóstico se establezca en sujetos con más de 50 años, por lo que solo el 20% de ellos evoluciona hacia estadios más avanzados. De todos modos, una vez efectuado el diagnóstico parece claro que la esperanza de vida se acorta, a lo que contribuye en gran medida la gran incidencia que tiene el carcinoma de pulmón en estos pacientes. OTRAS ENFERMEDADES ASOCIADAS CON LA INHALACIÓN DE POLVOS INORGÁNICOS La inhalación crónica de sílice cristalina, polvo de carbón o fibras de asbesto también induce o predispone a otras enfer- medades diferentes de las neumoconiosis. Neoplasias pulmonares y pleurales La International Agency for Research on Cancer (IARC), depen- diente de la WHO, considera la sílice y el asbesto como elemen- tos carcinogénicos probados en los seres humanos (grupo I). En el caso del asbesto, este efecto goza de un indiscutible nivel de evidencia. Sin embargo, la inclusión de la sílice en este grupo no está exenta de polémica. Los trabajos realizados en los trabajadores expuestos en minas, canteras, etc., han dado lugar a resultados muy dispares acerca de la frecuencia de las neoplasias broncopulmonares en estos casos. Los metaa- nálisis efectuados muestran un discreto aumento de la tasa de carcinomas pulmonares. El cáncer de pulmón causado por asbesto o sílice no tiene ninguna característica diferencial. Por este motivo, si coexiste otro factor causal tan importante como el tabaquismo, resulta muy difícil atribuir su origen a la exposición laboral. La inhalación de fibras de asbesto también puede ocasionar neoplasias pleurales como el mesotelioma. En este caso, la relación causal es más fuerte, ya que el tabaquismo no es un factor de riesgo. Por tanto, cuando se diagnostica un mesotelioma en un trabajador con el antecedente de una exposición al asbesto, se acepta la relación causal de modo inmediato. Enfermedades del colágeno La asociación entre la exposición a la sílice y algunas cola- genosis, como la artritis reumatoide y la esclerodermia, se conoce desde antiguo. Además, la coexistencia de alguna de estas enfermedades puede favorecer la evolución de la silicosis hacia formas de FMP. Se acepta que el incremento de la prevalencia de las conectivopatías puede deberse a un efecto inmunopatológico del dióxido de silicio, que induce la aparición de autoanticuerpos. La artritis reumatoide puede determinar la aparición de nódulos reumatoides en el pulmón, FIGURA 75.6 Tomografía computarizada torácica de alta resolución de un paciente con una asbestosis. Obsérvense las imágenes de atelectasia redonda y las líneas curvilíneas subpleurales, que corresponden a placas pleurales en situación posterior. Por cortesía del Dr. C. Calvo. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No sepermiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 75 Enfermedades pulmonares por polvos inorgánicos: silicosis y otras neumoconiosis 631 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. lo que constituye, cuando se asocia con una neumoconiosis, el denominado síndrome de Caplan. Tuberculosis y otras micobacteriosis pulmonares La tasa de tuberculosis pulmonar entre los trabajadores expues- tos a la sílice alcanza cifras de unos 1.000 casos/100.000 sujetos expuestos, superando las halladas en la población general de zonas endémicas de tuberculosis. Un amplio estudio realizado en Asturias prueba que la incidencia de la tuberculosis entre los mineros del carbón triplica la tasa existente en la población no minera de la zona. Los individuos expuestos a la sílice durante períodos de tiempo superiores a los 15 años y los enfermos con una silicosis o una neumoconiosis del carbón portadores de una infección tuberculosa latente, evidenciada por la positividad de una prueba de tuberculina o de liberación del interferón γ en sangre (IGRA), son un grupo de riesgo en cuanto al desarrollo de la enfermedad tuberculosa. Por ello, en estos casos debe indicarse el tratamiento oportuno con independencia de cuál sea la edad del sujeto. El diagnóstico y el tratamiento de la tuberculosis que surge en el seno de una neumoconiosis son iguales que los que se llevan a cabo en la población no expuesta a polvos inorgánicos. Además, la efectividad terapéutica también es idéntica a la que se consigue en los demás enfermos tuberculosos. Pérdida de función pulmonar y enfermedad pulmonar obstructiva crónica Diferentes trabajos efectuados en poblaciones mineras per- miten afirmar que la inhalación crónica de sílice y de polvo de carbón puede inducir un descenso acelerado del volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1) entre los trabajadores expuestos, aun en ausencia de una neumoconiosis. El polvo parece actuar de forma sinérgica con el tabaco, cau- sando una aún mayor afectación en los individuos fumadores. El efecto del polvo de sílice es incluso más consistente que el que tiene la exposición al polvo del carbón. Las formas avanzadas de neumoconiosis complicadas suelen cursar con una obstrucción grave y progresan hacia grandes lesiones en las vías aéreas y el parénquima pulmonar. Las formas graves, acompañadas de hipoxemia, llevan a la aparición de un cor pulmonale crónico. Fibrosis pulmonar intersticial La inhalación del SiO2 se cita entre la multitud de causas que pueden producir una neumopatía intersticial difusa. Sin embar- go, el efecto patógeno de la sílice se manifiesta de manera habitual como una silicosis simple, es decir, como una fibrosis intersticial focal. Con menos frecuencia se observa un cuadro in- tersticial en los trabajadores expuestos y otras veces se añade secundariamente a una silicosis clásica. En estos casos es difícil asegurar si se trata de otra expresión patológica de la sílice que contiene el pulmón o si el depósito se añade a una enfermedad intersticial de causa incierta ya existente. Las manifestaciones clínicas, las alteraciones radiológicas y funcionales respiratorias y el pronóstico no se diferencian de lo que se evidencia en los cuadros intersticiales difusos que se dan en otros individuos. Del mismo modo, en los últimos años se ha observado un aumento de la prevalencia de la fibrosis intersticial difusa en los mineros del carbón, que hipotéticamente podría relacionarse como un efecto ligado a una menor exposición o a una mayor supervivencia de estos pacientes. ENFERMEDAD PROFESIONAL La inhalación mantenida de un polvo inorgánico solo se pro- duce, la mayoría de las veces, en el ambiente laboral. La identifi- cación de la relación causal entre la enfermedad y la exposición es un hecho relevante con importantes implicaciones, por lo que debe considerarse dentro del trabajo diagnóstico que con- lleva cualquier neumoconiosis. El establecimiento del origen laboral de una enfermedad repercute en todos los trabajadores, ya que alerta sobre la utilidad de las medidas de prevención que se hayan instaurado. Y, por supuesto, también incluye mucho sobre el trabajador afecto. En general, una vez diagnosticada la enfermedad es necesario interrumpir la exposición laboral para evitar su progresión; en otras ocasiones acarrea limitaciones en la capacidad laboral del individuo. El reconocimiento de una neumopatía profesional se acompaña de beneficios eco- nómicos para el trabajador afectado, en comparación con la incapacidad laboral que se deriva de una enfermedad común. Bibliografía Becklake MR, Bagatin E, Neder JA. Asbestos-related diseases of the lungs and pleura: uses, trends and management over the last century. Int J Tuberc Lung Dis 2007;11:356-69. Cullinan P, Reid P. Pneumoconiosis. Prim Care Respir J 2013;22:249-52. 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