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444 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Hipertensión pulmonar CONCEPTO Y DEFINICIÓN La circulación pulmonar es un sistema de baja resistencia y gran distensibilidad que acomoda todo el caudal cardíaco con unas presiones intravasculares mucho menores que las de la circulación sistémica. Grandes variaciones en el flujo sanguí- neo pulmonar, como las que ocurren en el ejercicio, apenas producen aumento de la presión intravascular pulmonar. La presión arterial pulmonar (PAP) varía con la altitud. El límite superior de la normalidad de la PAP media en reposo es de 20 mm Hg. Se considera que existe hipertensión pulmonar (HP) cuando la PAP media es superior a 25 mm Hg. Los valores de la PAP media en reposo situados entre 21 y 24 mm Hg son clínicamente poco relevantes. La PAP media también varía con el gasto cardíaco. Sin embargo, debido a los fenómenos de reclutamiento y distensión de los vasos pulmonares, la PAP media no suele ser superior a 30 o 35 mm Hg, incluso en situaciones de gasto cardíaco elevado, como sucede durante el esfuerzo. El concepto de HP del esfuerzo es difícil de establecer, puesto que el límite superior normal de la PAP media depende del grado de esfuerzo realizado y de la edad del sujeto. La repercusión clínica más importante de la HP es el aumen- to del trabajo del ventrículo derecho. Pequeños incrementos de presión no suelen tener repercusión hemodinámica. Sin embargo, cuando el aumento de la presión es muy grande, especialmente si es agudo, el ventrículo derecho puede llegar a fracasar y producirse la muerte. NOMENCLATURA Y CLASIFICACIÓN La clasificación de la HP ha cambiado con el tiempo. Actualmente se divide en las cinco clases o categorías siguientes (cuadro 54.1): 1) hipertensión arterial pulmonar; 2) hipertensión pulmonar asociada con enfermedad cardíaca izquierda; 3) hipertensión pulmonar asociada con enfermedades respiratorias o a hipo- xemia; 4) hipertensión pulmonar tromboembólica crónica, y 5) hipertensión pulmonar de causa no aclarada o multifactorial. HIPERTENSIÓN ARTERIAL PULMONAR Formas de presentación clínica Dentro de la hipertensión arterial pulmonar (HAP) se inclu- yen distintas formas: la idiopática (antiguamente llamada primaria), la hereditaria, la debida al consumo de fármacos y la asociada con otros procesos (infección por el virus de la inmunodeficiencia humana o VIH, enfermedades del tejido conectivo, hipertensión portal, etc.). La etiología, los meca- nismos patogénicos, los hallazgos anatomopatológicos, las características clínicas, así como los métodos diagnósticos y el tratamiento, son comunes para la mayoría de estas formas de HAP. La enfermedad venooclusiva pulmonar y la hemangiomato- sis capilar pulmonar tienen un marcado componente venular, pero su presentación clínica es similar a la de la HAP. Por ello están incluidas dentro de esta misma categoría. Hipertensión arterial pulmonar idiopática El diagnóstico de la HAP idiopática es de exclusión. Para establecerlo, deben descartarse los factores de riesgo o condi- ciones clínicas que pueden producir o asociarse con una HP (cuadro 54.2). La HAP es muy poco frecuente. Su incidencia en la población general se estima en 3,7 casos nuevos por cada millón de habitantes y año, de los cuales un 36% pertenece a la forma idiopática. La enfermedad suele presentarse entre la tercera y la cuarta décadas de la vida. La distribución por razas es homogénea y es más habitual en las mujeres. ANATOMÍA PATOLÓGICA Los cambios anatomopatológicos en las arterias pulmonares en las distintas formas de HAP, incluida la idiopática, se caracteri- zan por la proliferación de la capa íntima, la hipertrofia de la capa media, el aumento de la adventicia, la obliteración de las arterias pequeñas y, en ocasiones, fenómenos de vasculitis y cambios en las paredes de las venas pulmonares. También pueden observarse lesiones plexiformes, que están constitui- das por la proliferación de canales endoteliales rodeados de miofibroblastos, células musculares lisas y tejido conectivo (fig. 54.1). ETIOPATOGENIA Factores genéticos En el 6% de los casos de HAP idiopática existen antecedentes familiares de la enfermedad, que se transmite siguiendo un patrón de herencia autosómica dominante con penetrancia reducida. Estos casos se consideran actualmente como una 54 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 54 Hipertensión pulmonar 445 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. HAP de tipo familiar. En estas familias solo el 10-20% de los individuos portadores de anomalías genéticas padecen la enfer- medad. En ellos se produce el fenómeno de anticipación gené- tica, que se define por el adelanto en la edad de aparición de los síntomas en generaciones sucesivas. Se han descrito mutaciones potencialmente responsables de la enfermedad en el gen del receptor II de las proteínas morfo- génicas del hueso (BMPR-II), localizado en el brazo largo del cromosoma 2, que es parte de la vía de señalización del factor transformador del crecimiento β (TGF-β). Al menos el 70% de las familias con una HAP familiar presenta mutaciones en este gen. Hasta la fecha se han descrito más de 140 mutaciones distintas. De todos modos, dada la escasa penetrancia de la enfermedad, se estima que deben existir factores adicionales de naturaleza genética o ambiental para que se desarrolle este trastorno. Disfunción endotelial El endotelio desempeña un papel fundamental en la regulación del tono vascular y en el control de la proliferación celular. En condiciones fisiológicas existe un equilibrio entre la síntesis Cuadro 54.2 FACTORES DE RIESGO Y ENFERMEDADES ASOCIADOS CON LA HIPERTENSIÓN PULMONAR Fármacos y tóxicos Establecidos: ● Aminorex ● Fenfluramina ● Dexfenfluramina ● Aceite tóxico ● Benfluorex Probables: ● Anfetaminas ● l-triptófano ● Metaanfetaminas ● Dasatinib Posibles: ● Cocaína ● Fenilpropanolamina ● Hierba de San Juan ● Agentes quimioterápicos ● Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina ● Pergolide Factores demográficos y condiciones médicas Sexo femenino Antecedentes familiares de hipertensión pulmonar Posibles: ● Embarazo ● Hipertensión arterial sistémica ● Esplenectomía Enfermedades Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana Hipertensión portal Enfermedades colágeno-vasculares Cortocircuitos congénitos sistémico-pulmonares (síndrome de Eisenmenger) Posibles: ● Enfermedades del tiroides ● Hemoglobinopatías (anemia de células falciformes, talasemia, microesferocitosis) ● Glucogenosis tipo Ia (enfermedad de von Gierke) ● Lipidosis (enfermedad de Gaucher) ● Telangiectasia hemorrágica hereditaria (enfermedad de Rendu-Osler-Weber) Cuadro 54.1 NOMENCLATURA Y CLASIFICACIÓN DE LA HIPERTENSIÓN PULMONAR 1. Hipertensión arterial pulmonar: 1.1. Idiopática 1.2. Hereditaria (mutación de los genes BMPR2, ALK1, ENG, SAMD9, CAV1, KCNK3, otros) 1.3. Asociada con fármacos y tóxicos 1.4. Asociada con: ● Enfermedades del tejido conectivo ● Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana ● Hipertensión portal ● Cardiopatía congénita ● Esquistosomiasis 1’. Enfermedad venooclusiva pulmonar y hemangiomatosis capilar pulmonar 2. Hipertensión pulmonar asociada con enfermedades cardíacas izquierdas: 2.1. Disfunción sistólica 2.2. Disfunción diastólica 2.3. Enfermedad valvular 2.4. Defecto congénito, cortocircuito adquirido u obstrucción del tracto de salida 3. Hipertensión pulmonar asociada con enfermedades respiratorias o con hipoxemia: 3.1. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) 3.2. Neumopatías intersticiales 3.3. Otras enfermedades pulmonares mixtas 3.4. Trastornos respiratorios del sueño 3.5. Hipoventilaciónalveolar 3.6. Exposición crónica a grandes alturas 3.7. Anomalías del desarrollo 4. Hipertensión pulmonar asociada con una enfermedad tromboembólica crónica 5. Hipertensión pulmonar de causa no aclarada o multifactorial: 5.1. Trastornos hematológicos: anemias hemolíticas crónicas, procesos mieloproliferativos, esplenectomía 5.2. Enfermedades sistémicas 5.3. Trastornos metabólicos 5.4. Otras: mediastinitis fibrosante, obstrucción tumoral, insuficiencia renal crónica en hemodiálisis Adaptado del 5th Symposium on pulmonary arterial hypertension. Niza, 2013. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VI Patología pulmonar vascular 446 endotelial de los agentes vasodilatadores y antiproliferativos, como la prostaciclina y el óxido nítrico (NO), y los agentes vasoconstrictores y mitogénicos celulares, como el tromboxano A2 y la endotelina-1 (ET-1). En la HAP idiopática aumenta la excreción de tromboxano A2 y disminuye la expresión de las sintasas de la prostaciclina y del NO. La producción pulmonar de ET-1 se incrementa, así como su expresión en el endotelio pulmonar. Todo ello indica que el mecanismo fisiopatológico más importante en la HAP es la disfunción endotelial, causada por un estímulo externo en individuos genéticamente susceptibles. El desequilibrio en la síntesis de los mediadores endoteliales favorece el aumento del tono y el desarrollo de lesiones estructurales en el lecho vascular. La diversidad en la naturaleza del estímulo capaz de producir un daño endotelial explica que la HAP pueda asociarse con procesos que no guardan relación entre sí. CUADRO CLÍNICO Anamnesis Los síntomas más comunes son la disnea de esfuerzo, los episodios sincopales o presincopales con el esfuerzo, el dolor torácico, la fatiga y el edema periférico. Dadas la poca especi- ficidad de estos síntomas y su aparición gradual, es frecuente que el diagnóstico de la HAP se establezca tardíamente. El síncope y el dolor torácico con el ejercicio orientan a una mayor limitación del gasto cardíaco. Es necesario interrogar sobre los factores de riesgo que pueden asociarse con la HP, así como acerca de los antecedentes familiares y el uso de fármacos, en especial de anorexígenos (v. cuadro 54.2). Es importante definir en qué medida la enfermedad limita las actividades de la vida diaria. Para ello se utiliza la escala de clases funcionales de la New York Heart Association (NYHA) modificada (escala de la World Health Organization [WHO]) (cuadro 54.3), que tiene utilidad pronóstica y terapéutica, así como en el seguimiento clínico de los pacientes. Exploración física Los signos exploratorios más habituales son el refuerzo o des- doblamiento del segundo tono cardíaco en el foco pulmonar, el frémito palpable en el borde esternal izquierdo, el soplo sistólico de insuficiencia tricuspídea y el soplo diastólico de insuficiencia pulmonar, que se percibe en el borde esternal izquierdo (soplo de Graham-Steel). Cuando existe una dis- función del ventrículo derecho aumenta la presión venosa yugular, se eleva la onda «v» del pulso yugular, se produce una ingurgitación yugular y una hepatomegalia, con reflujo hepatoyugular, y aparecen edemas maleolares y, en ocasiones, ascitis. En la exploración física también debe prestarse atención FIGURA 54.1 Características anatomopatológicas de la circulación pulmonar. A. Arteria pulmonar normal. B. Arteria pulmonar de un paciente con una hipertensión pulmonar. Se observa una marcada hipertrofia de las capas íntima y muscular, lo que condiciona una notable disminución del calibre de la luz vascular. Cuadro 54.3 ESCALA DE LAS CLASES FUNCIONALES DE LA HIPERTENSIÓN PULMONAR SEGÚN LA WORLD HEALTH ORGANIZATION Clase I Pacientes con una hipertensión pulmonar que no limita la actividad física. La actividad física ordinaria no causa disnea, fatiga, dolor torácico ni episodios presincopales Clase II Pacientes con una hipertensión pulmonar que produce una ligera limitación de la actividad física. Los pacientes están bien en reposo. La actividad física ordinaria causa disnea, fatiga, dolor torácico o episodios presincopales Clase III Pacientes con una hipertensión pulmonar que produce una marcada limitación de la actividad física. Los pacientes están bien en reposo. La actividad física, incluso menor de la ordinaria, causa disnea, fatiga, dolor torácico o episodios presincopales Clase IV Pacientes con una hipertensión pulmonar con incapacidad para llevar a cabo cualquier actividad física sin síntomas. Los pacientes manifiestan signos de insuficiencia cardíaca derecha. Puede aparecer disnea o fatiga incluso en reposo. La sensación de malestar aumenta con cualquier actividad física Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 54 Hipertensión pulmonar 447 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. a los signos que sugieren la existencia de una enfermedad sis- témica potencialmente asociada con la HP. Exámenes complementarios Los objetivos de las pruebas diagnósticas en los pacientes en los que se sospecha una HP se cifran en determinar el tipo de esa HP, identificar sus posibles causas y valorar la gravedad. Las pruebas más importantes al respecto se describen a con- tinuación. Determinaciones analíticas. Debe estudiarse la función hepática y tiroidea e investigarse la posible presencia del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o de anticuerpos aso- ciados con las enfermedades del tejido conectivo (anticuerpos antinucleares [ANA], anticentrómero, antiácido desoxirribo- nucleico [anti-DNA], anticardiolipina y anti-U1-ribonucleo- proteína [anti-RNP]). En los pacientes con una HAP idiopática pueden encontrarse títulos de ANA elevados, sin que haya otros indicadores de enfermedad del tejido conectivo. Radiografía de tórax. Normalmente se aprecia un ensancha- miento de las arterias pulmonares principales y de sus ramas proximales, con disminución de la vascularización periférica. Es frecuente el aumento del tamaño de la silueta cardíaca por crecimiento de la aurícula o del ventrículo derechos. Sin embar- go, hasta en el 6% de los casos la radiografía de tórax es normal. Electrocardiograma. Es anormal en el 90% de las ocasiones. Los hallazgos más comunes son los siguientes: 1) la desviación del eje del QRS hacia la derecha; 2) la hipertrofia ventricular derecha, con ondas R monofásicas en V1 y ondas S persis- tentes en V5 y V6; 3) la sobrecarga del ventrículo derecho, con inversión de la onda T en las derivaciones precordiales derechas; 4) el bloqueo de la rama derecha, y 5) el crecimiento auricular derecho. Ecocardiograma. La ecocardiografía con técnica de Doppler es un examen imprescindible, dado que permite tanto estimar, de manera no invasiva, la presión de la arteria pulmonar y valorar las características de las cavidades cardíacas derechas como descartar una cardiopatía que pueda ser el origen de la HP. Suele observarse dilatación e hipertrofia del ventrículo derecho. El ventrículo izquierdo suele ser de tamaño reducido, con un ligero aumento del grosor del septo interventricular, que puede estar aplanado y tener un movimiento paradójico. En la mayoría de los casos existe insuficiencia tricuspídea, lo cual facilita el cálculo del gradiente de presión sistólica existente entre la aurícula y el ventrículo derechos a partir de la velocidad pico del flujo regurgitante transtricuspídeo. A partir de este cálculo se estima la presión sistólica de la arteria pulmonar. En una proporción significativa de pacientesexiste derrame pericárdico, que suele asociarse con una insuficiencia del ventrículo derecho, por lo que su hallazgo es un factor de mal pronóstico. Gammagrafía pulmonar. La gammagrafía pulmonar con macroagregados de albúmina marcados con tecnecio99 debe realizarse en todos los pacientes con una HP, con la intención de descartar una enfermedad tromboembólica. En la mayoría de los casos de HAP la gammagrafía pulmonar es normal, aunque en ocasiones pueden observarse pequeños defectos subsegmentarios parcheados. Si el resultado de la gammagrafía es dudoso ha de llevarse a cabo una angiografía por tomo- grafía computarizada (angio-TC) torácica o una arteriografía pulmonar, con el objetivo de descartar con certeza un proceso tromboembólico. Exploración funcional respiratoria. Permite evaluar la reper- cusión de la HP sobre la función pulmonar y detectar una enfermedad respiratoria como causa de la HP. La alteración más frecuente es la disminución de la capacidad de difusión para el monóxido de carbono (DLCO). También puede observarse un trastorno ventilatorio restrictivo de grado moderado, con descenso de la capacidad vital forzada (FVC) y de la capacidad pulmonar total (TLC). En la gasometría arterial suele haber hipoxemia e hipocapnia. Tomografía computarizada de tórax. Se recomienda la realización de una tomografía computarizada torácica de alta resolución cuando se sospeche una neumopatía intersticial y para descartar la existencia de una enfermedad venooclusiva o una hemangiomatosis capilar pulmonar. Pruebas respiratorias de esfuerzo. La medición objetiva de la tolerancia al esfuerzo puede efectuarse con pruebas sencillas (prueba de la marcha de 6 minutos) o complejas (ergometría respiratoria o prueba de esfuerzo cardiopulmonar). Habi- tualmente se utiliza la prueba de la marcha de 6 minutos, dado que sus resultados se correlacionan con el pronóstico, el estado hemodinámico y la clase funcional. En la ergometría respiratoria se evidencia una reducción de la carga tolerada, del consumo pico de oxígeno, del umbral láctico, del pulso de oxígeno y de la eficiencia ventilatoria. Estudio hemodinámico pulmonar. Este estudio, practicado mediante un cateterismo cardíaco derecho, es un examen esen- cial en el diagnóstico de la HP, dado que sirve para confirmarlo, proporciona información sobre la gravedad y el pronóstico de la enfermedad, y permite evaluar el grado de reversibilidad de la hipertensión. Su realización es imprescindible, al menos para establecer el diagnóstico. Durante el cateterismo debe valorarse el grado de reversibilidad de la hipertensión mediante la prueba de la reactividad vascular pulmonar (PRVP), en la que se estudian los cambios hemodinámicos agudos que se producen por diferentes agentes vasodilatadores de acción rápida (NO inhalado o prostaciclina intravenosa). El resultado de la prueba determina el plan terapéutico. DIAGNÓSTICO La eficiencia del tratamiento de la HP depende en buena medi- da de que la enfermedad se identifique lo antes posible. En el proceso diagnóstico se distinguen varias fases: 1) sospecha; 2) detección; 3) identificación de la clase y el tipo, y 4) evalua- ción y diagnóstico (cuadro 54.4). La herramienta fundamental para la detección de la HP es el ecocardiograma con técnica Doppler. Si en dicho examen la PAP sistólica es inferior a 36 mm Hg, puede descartarse la existencia de una HP. Por el contrario, si es superior a 50 mm Hg y no existe una cardiopatía izquierda que lo justifique, se trata de un paciente grave, que debe remitirse a un centro experimentado en HP para confir- mar el diagnóstico e iniciar el tratamiento. Si la PAP sistólica está entre 36 y 50 mm Hg, debe procederse en función de la sospecha y las manifestaciones clínicas del enfermo. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VI Patología pulmonar vascular 448 PRONÓSTICO El pronóstico de la HAP no tratada no es bueno. La supervi- vencia media después del diagnóstico de los pacientes con una HAP idiopática es de unos 2,8 años. La probabilidad de super- vivencia se relaciona, inversamente, con los valores de la PAP y la presión de la aurícula derecha y, directamente, con el índice cardíaco. También son factores asociados con la supervivencia la saturación de oxígeno en la sangre venosa mezclada (SvO 2), la clase funcional, la tolerancia al ejercicio y la respuesta a los vasodilatadores (tabla 54.1). Las principales causas de muerte en la HAP idiopática son la insuficiencia cardíaca derecha (63%), la muerte súbita (7%) y la neumonía (7%). TRATAMIENTO Medidas generales Debe advertirse a los pacientes que limiten su actividad física y eviten los fármacos que pueden agravar la HP (descongestio- nantes nasales, β-bloqueantes adrenérgicos). Asimismo, debe insistirse acerca de una contracepción efectiva en las mujeres, debido a que la sobrecarga hemodinámica que representa el embarazo, sobre todo en el posparto inmediato, se tolera mal y puede llegar a producir la muerte en más del 30% de los casos. Como medida general también se incluye el soporte psicosocial y la prevención de las infecciones mediante la vacuna frente al Influenzavirus y al neumococo. Fármacos inespecíficos Deben considerarse incluidos en este apartado los anticoagu- lantes, los diuréticos, el oxígeno y los antagonistas del calcio. Anticoagulantes. La supervivencia de la HAP mejora con el uso a largo plazo de agentes anticoagulantes. Puede utilizarse la acenocumarina o la warfarina en dosis adecuadas para man- tener una razón normalizada internacional (INR o international normalized ratio) que oscile entre 1,8 y 2,5. Diuréticos. Son útiles para disminuir el edema periférico, la congestión venosa sistémica y la congestión hepática. Deben darse en dosis bajas, con el fin de evitar la diuresis excesiva, vigilando siempre la función renal. Oxígeno. A pesar de que la oxigenoterapia reduce la resistencia vascular pulmonar en los pacientes con una HAP, el oxígeno solo debe administrarse cuando existe una hipoxemia grave (PaO2 < 60 mm Hg). Antagonistas del calcio. Están indicados en los pacientes que tienen una respuesta significativa en la PRVP. Este tipo de respuesta solo se observa en el 13% de los casos. El efecto inotrópico negativo de estos fármacos hace que únicamente deban administrarse cuando no existen signos de insuficiencia cardíaca derecha. Los fármacos que más se emplean son el nifedipino y el diltiazem, en dosis más altas que las que se utilizan en el tratamiento de la hipertensión arterial sistémica. Entre los efectos adversos se incluyen la hipotensión arterial, los edemas maleolares y la hipoxemia. Fármacos específicos Los fármacos actualmente disponibles con acción sobre la fun- ción endotelial, que pueden ejercer una acción antiproliferativa sobre la pared de los vasos pulmonares, son los prostanoides, los antagonistas de los receptores de la ET-1, los inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (PDE-5) y los activadores de la guanilato ciclasa (fig. 54.2). Prostanoides. La prostaciclina es una sustancia natural sinteti- zada por el endotelio, que tiene propiedades vasodilatadoras y antiproliferativas. Actualmente se dispone de una prostaciclina sintética (epoprostenol) y de preparados análogos que pue- den administrarse por vía inhalatoria (iloprost) o subcutánea (treprostinil). Los prostanoides aumentan la supervivencia, Cuadro 54.4 PROCESO DIAGNÓSTICO EN LA HIPERTENSIÓN PULMONAR Sospecha: ● Síntomas, examen físico ● Electrocardiograma, radiografía de tórax Detección: ● Ecocardiograma transtorácico Identificación de la clase y el tipo: ● Ecocardiograma transtorácico (valvulopatía o cardiopatía izquierda, cardiopatías congénitas) ● Ecocardiograma transtorácico con suero salinoagitado (cortocircuito intra- o extracardíaco) ● Examen funcional respiratorio: espirometría forzada, determinación de los volúmenes pulmonares estáticos, capacidad de difusión para el monóxido de carbono y gasometría arterial ● Gammagrafía pulmonar de ventilación y perfusión ● Hemograma, estudio bioquímico sérico general y determinación de: ● Función tiroidea ● Función hepática ● Valoración de la autoinmunidad: anticuerpos antinucleares (ANA), antiácido desoxirribonucleico (anti-DNA), anticentrómero, anticardiolipina y anti-U1-ribonucleoproteína ● Estudio serológico del virus de la inmunodeficiencia humana y de los virus de la hepatitis B y C ● Opcionales: ● Tomografía computarizada torácica de alta resolución ● Angiotomografía computarizada torácica helicoidal ● Ecografía abdominal ● Polisomnografía ● Arteriografía pulmonar selectiva si existe una hipertensión pulmonar tromboembólica crónica ● Ecocardiograma transesofágico Evaluación y diagnóstico: ● Diagnóstico hemodinámico: ● Estudio hemodinámico pulmonar ● Prueba vasodilatadora aguda ● Capacidad de ejercicio ● Prueba de la marcha de 6 minutos ● Ergometría respiratoria o prueba de esfuerzo cardiopulmonar (opcional) Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 54 Hipertensión pulmonar 449 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. FIGURA 54.2 Principales vías implicadas en la regulación del tono vascular pulmonar. Las sustancias con acción vasodilatadora también poseen un efecto antiproliferativo sobre la célula muscular lisa, mientras que los agentes vasoconstrictores promueven la proliferación de dicha célula. AC, adenilato ciclasa; AMP, adenosina monofosfato; ATP, adenosina trifosfato; cAMP, AMP cíclico; cGMP, GMP cíclico; ECE, enzima convertidora de la endotelina; eNOS, óxido nítrico sintasa endotelial; ET, endotelina; ET A , receptor de la endotelina A; ET B , receptor de la endotelina B; GMP, guanosina monofosfato; GTP, guanosina trifosfato; NO, óxido nítrico; PDE, fosfodiesterasa; PGH 2 , prostaglandina H 2 ; PGI 2 , prostaciclina; PGI 2 S, prostaciclina sintasa; sGC, guanilato ciclasa soluble. TABLA 54.1 Perfil de riesgo de una evolución desfavorable en el seguimiento de una hipertensión pulmonar Determinantes del riesgo Bajo riesgo Alto riesgo Evidencia clínica de una insuficiencia del ventrículo derecho No Sí Progresión Gradual Rápida Clasificación funcional de la World Health Organization I, II IV Distancia recorrida con la prueba de la marcha de 6 minutos (PM6M) > 500 m < 350 m Ergometría respiratoria (prueba de esfuerzo cardiopulmonar) VO2máx > 14,5 mL/kg/minuto VO2máx < 12 mL/kg/minuto BNP/pro-BNP séricas Mínimamente elevadas o estables Elevadas o aumentando Hallazgos ecocardiográficos Disfunción mínima del ventrículo derecho TAPSE > 20 mm Derrame pericárdico, disfunción del ventrículo derecho TAPSE < 15 mm Hallazgos hemodinámicos Presión de la aurícula derecha e índice cardíaco normal Presión de la aurícula derecha > 12 mm Hg Índice cardíaco < 2 L/minuto/m2 Saturación venosa de oxígeno < 63% BNP, péptido natriurético cerebral; TAPSE, tricuspide annular plane systolic excursion; VO2máx, consumo máximo de oxígeno. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VI Patología pulmonar vascular 450 mejoran la hemodinámica pulmonar, incrementan la toleran- cia al ejercicio y alivian los síntomas en los pacientes con una HAP grave. Estos efectos se observan incluso en los enfermos que no responden significativamente en la PRVP. El mecanismo de acción se desconoce, aunque se considera que es multifacto- rial, dado que los prostanoides son vasodilatadores potentes, inhiben la agregación plaquetaria y, presumiblemente, revier- ten el remodelado vascular pulmonar. El epoprostenol debe administrarse en infusión intravenosa continua, debido a que su vida media es extraordinariamente corta (3-5 minutos) y a que se inactiva en el estómago. El fármaco se inyecta mediante una bomba de perfusión continua, conectada a un catéter venoso central permanente. Las dosis efectivas varían entre 20 y 40 ng/kg/minuto. Los principa- les efectos adversos derivan del método de administración: mal funcionamiento de la bomba, infecciones del catéter y trombosis venosa. La interrupción brusca de la perfusión del fármaco puede producir la muerte. Los efectos secundarios más comunes son el dolor mandibular, el eritema cutáneo, la diarrea y las artralgias. El desarrollo de tolerancia es frecuente, por lo que suele ser necesario incrementar progresivamente las dosis. El iloprost tiene una vida media algo más prolongada que el epoprostenol y puede administrarse por vía intravenosa o en nebulización. El iloprost nebulizado tiene un efecto terapéu- tico similar al de la prostaciclina, tanto a corto como a largo plazo. Se aplica en sesiones repetidas cada 4 horas en dosis de 2,5-5 µg por sesión. Como efecto secundario más importante cabe destacar la posibilidad de síncopes. El treprostinil se administra por vía intravenosa o en infusión continua por vía subcutánea, lo que evita las complicaciones derivadas de la implantación de un catéter intravenoso perma- nente. La interrupción del fármaco no da lugar a los síntomas que aparecen con el epoprostenol. Las dosis habitualmente empleadas oscilan entre 10 y 20 ng/kg/minuto. El efecto adver- so más común es la aparición de eritema y dolor en el lugar de inserción del catéter subcutáneo. Antagonistas de los receptores de la endotelina-1. La ET-1 es un péptido de síntesis endotelial con una potente acción vasoconstrictora y mitógena. La ET-1 se une a dos tipos de receptores, A y B. La acción sobre ambos receptores en la célula muscular lisa es la que da lugar a los efectos deletéreos de la ET-1. Sin embargo, la unión de la ET-1 con los receptores tipo B presentes en la célula endotelial ejerce una acción vasodilata- dora y antiproliferativa. El bosentán es un inhibidor dual de los receptores A y B, que se administra por vía oral en dosis de 125 mg/12 horas. Mejora los síntomas, la tolerancia al esfuerzo y la función ventricular derecha en los pacientes con una HAP. El efecto indeseable más común es la elevación de las transaminasas hepáticas (10% de los casos), por lo que estas deben monitori- zarse regularmente. El ambrisentán es un inhibidor selectivo de los receptores tipo A de la ET-1, que tiene menos interacciones farmacológicas y menor toxicidad hepática (2% de los casos). La dosis aprobada es de 5 mg/día, que puede incrementarse hasta 10 mg/día. Recientemente se han dado a conocer los resultados de los estudios realizados con macitentán y ambrisentán, nue- vos antagonistas (dual y selectivo, respectivamente) de los receptores de la ET-1. Estas sustancias parecen ocasionar menos efectos secundarios sobre el funcionamiento hepático. Su empleo clínico ya se ha autorizado. Inhibidores de la fosfodiesterasa-5. La PDE-5 inactiva el monofosfato cíclico de guanosina (cGMP) intracelular, por lo que su inhibición incrementa la concentración intracelular del cGMP y produce una vasodilatación. La PDE-5 se expresa abundantemente en los vasos pulmonares. El sildenafilo es un inhibidor selectivo de la PDE-5, que se administra por vía oral en dosis de 20 mg/8 horas. El tadalafilo es otro inhibidor de la PDE-5, que se usa por vía oral en una única dosis diaria (40 mg/día). El empleo de los inhibidores de la PDE-5 mejora la clase funcional, el perfil hemodinámico y la tolerancia al esfuerzo. Los efectosadversos más frecuentes son la hipotensión arterial, la cefalea, la dispepsia y el enrojecimiento cervicofacial. Activadores de la guanilato ciclasa. La guanilato ciclasa solu- ble (sGC) se activa por la acción del NO y aumenta los niveles intracelulares del cGMP. El riociguat es el primer fármaco de una nueva clase de estimuladores de la sGC. Ensayos clínicos en fase III recientes han demostrado la eficacia de esta sustancia en el tratamiento de la HAP. Medidas de soporte Se dirigen al tratamiento de las complicaciones de la enferme- dad, sobre todo de la insuficiencia cardíaca derecha. El tratamiento de la insuficiencia cardíaca derecha incluye la dieta baja en sal, los diuréticos y los digitálicos. Los diuréticos están indicados si hay signos de insuficiencia ventricular dere- cha. Deben darse con cautela porque la sobrediuresis puede producir un llenado inadecuado del ventrículo derecho y com- prometer la función ventricular. El uso de los digitálicos es con- trovertido. Pueden estar indicados en los pacientes que reciben altas dosis de antagonistas del calcio, con el fin de compensar su efecto inotrópico negativo. Procedimientos invasivos ● Trasplante pulmonar. Debe reservarse para los pacientes con una HAP idiopática en clase funcional III o IV que no responden al tratamiento médico óptimo, incluyendo la administración intravenosa de epoprostenol. Actualmente suele realizarse un trasplante bipulmonar. La mortalidad postrasplante es superior en la HAP que en otras indica- ciones, por lo que es imprescindible seleccionar muy bien al enfermo y considerar que esta posibilidad es un último recurso. ● Septostomía auricular. Es un procedimiento que consiste en la creación de un cortocircuito intracardíaco entre la aurícula derecha y la izquierda, con la intención de dis- minuir las presiones de llenado del ventrículo derecho en los individuos que tienen una insuficiencia cardíaca derecha grave que no responde al tratamiento médico. Dado que el cortocircuito derecha-izquierda empeora la oxigenación arterial, los candidatos deben tener una saturación arterial de oxígeno superior al 90% cuando respiran aire ambiente. La mortalidad relacionada con este procedimiento es alta, por lo que solo debe realizarse en centros con experiencia. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 54 Hipertensión pulmonar 451 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Algoritmo de tratamiento En la figura 54.3 se muestra de manera esquemática el algo- ritmo terapéutico de los pacientes con una HAP en clase funcional II, III o IV. El tratamiento convencional incluye anticoagulantes, diuréticos, oxígeno, digoxina y eventualmen- te rehabilitación respiratoria. La administración de fármacos específicos se establece en función del resultado de la PRVP. Si esta prueba es positiva ha de recurrirse a los antagonistas del calcio, en la dosis que ejerza la máxima acción vasodila- tadora pulmonar con menos efectos adversos. La eficacia de dicho tratamiento debe revaluarse a los 3 o 4 meses. En los pacientes con una PRVP negativa en clase funcional II son eficaces los antagonistas de los receptores de la ET-1 y los inhibidores de la PDE-5. En los enfermos en clase funcional III o IV, además de los fármacos orales (antagonistas de la ET-1 e inhibidores de la PDE-5), pueden emplearse los prostanoides. Se recomienda iniciar el tratamiento con fármacos de fácil dis- pensación. El de elección en los pacientes en clase funcional IV es el epoprostenol intravenoso. En el caso de que la evolución clínica no sea favorable debe considerarse la asociación de varias sustancias, el trasplante pulmonar o la septostomía auricular (v. fig. 54.3). Debido al elevado riesgo de morbimortalidad que conlleva esta enfermedad, el paciente debe someterse a un programa de revisiones regulares en unidades especializadas, con el fin de establecer la pauta terapéutica más adecuada y valorar la respuesta clínica. Se considera que esta es inadecuada cuando empeora la clase funcional (escala de la WHO) o el estado hemodinámico, o se detecta una respuesta clínica inadecua- da (persistencia de un gasto cardíaco bajo o de una presión auricular derecha aumentada) tras iniciar el tratamiento de la HAP. En general se recomienda mantener al enfermo dentro del perfil de bajo riesgo de evolución desfavorable durante el seguimiento (v. tabla 54.1). Sin embargo, aún no se dispone de información prospectiva que permita delimitar, con precisión, los factores que predicen la respuesta al tratamiento. Hipertensión arterial pulmonar asociada con otros procesos ENFERMEDADES DEL TEJIDO CONECTIVO La HP es una de las complicaciones pulmonares posibles en las enfermedades del tejido conectivo. La conectivopatía que con más frecuencia se asocia con una HP es la esclerodermia, FIGURA 54.3 Algoritmo terapéutico de la hipertensión arterial pulmonar. El tratamiento se establece de acuerdo con el resultado de la prueba de reactividad vascular pulmonar (PRVP), la clase funcional (CF) y la respuesta clínica. ERA, antagonistas de los receptores de la endotelina-1; I-PDE5, inhibidores de la fosfodiesterasa-5. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VI Patología pulmonar vascular 452 especialmente en su forma limitada, que puede observarse hasta en el 30% de los casos. Se han apreciado cambios com- patibles con una HP en el 50% de los pacientes con un sín- drome CREST (calcinosis, fenómeno de Raynaud, disfagia o alteraciones esofágicas, esclerodactilia y telangiectasias). En la enfermedad mixta del tejido conectivo la incidencia de la HP es similar a la que se encuentra de la esclerodermia, mientras que en el lupus eritematoso diseminado es inferior (5-10% de los casos). No es habitual que se asocie con una artritis reumatoide, una dermatomiositis, una polimiositis o un sín- drome de Sjögren. La presentación clínica es superponible a la de la HAP idio- pática. La ecocardiografía es la principal herramienta diagnós- tica, por lo que debería practicarse de forma sistemática una vez al año en todos los individuos que tienen una probabilidad elevada de sufrir dicha complicación (esclerodermia, síndrome CREST o enfermedad mixta del tejido conectivo). El tratamien- to es análogo al de la HAP idiopática (v. fig. 54.3). HIPERTENSIÓN PORTAL La asociación de una hipertensión portal con una HP se conoce como hipertensión portopulmonar. Su incidencia en los pacientes con una hepatopatía avanzada, candidatos a un trasplante hepático, es del 3,5%. La HP es un factor de mal pronóstico tras el trasplante hepático, que está contraindicado si la PAP media es mayor de 35 mm Hg. Por este motivo se reco- mienda efectuar un ecocardiograma a todos los sujetos que son candidatos a un trasplante hepático. No existe consenso acerca del tratamiento que debe seguirse. Se aconseja suspender los β-bloqueantes adrenérgicos y no administrar anticoagulantes. Los antagonistas del calcio no están indicados porque pueden empeorar la hipertensión portal. En series no controladas se han empleado los prostanoides (iloprost), el bosentán y el sildenafilo. La evolución más favorable se ha observado en los individuos tratados con fármacos específicos a los que se les ha practicado un trasplante hepático. INFECCIÓN POR EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA La incidencia anual de la HP en los pacientes con una infección por el VIH es de 0,5%. La presencia de una HP comporta una mortalidad elevada, incluso en los enfermos que siguenun tratamiento antirretroviral. La presencia de una HP no guarda relación con la gravedad de la infección por el VIH. El cuadro clínico es análogo al de otras formas de HAP. El papel de la terapia antirretroviral en el tratamiento de la HP asociada con la infección por el VIH aún no se ha establecido. Se han des- crito casos de mejoría con la terapia de alta actividad, aunque también existen casos que cursan con un rápido empeora- miento. Por consiguiente, es prudente efectuar un régimen de tratamiento análogo al de la HAP idiopática (v. fig. 54.3). Enfermedad venooclusiva pulmonar La manera en la que se presenta clínicamente la enfermedad venooclusiva pulmonar es indistinguible de la que se observa en otros tipos de HAP. Sin embargo, en dicha enfermedad se han encontrado cambios en el parénquima pulmonar, detec- tables mediante una tomografía computarizada torácica de alta resolución (nódulos centrolobulillares, opacidades en vidrio deslustrado y engrosamientos septales), que permi- ten diferenciarla de otras formas de HAP. El diagnóstico de certeza podría establecerse mediante una biopsia pulmonar, pero la elevada mortalidad de este procedimiento no permite que esta opción pueda recomendarse. Los pacientes con una enfermedad venooclusiva pulmonar pueden desarrollar un edema pulmonar al administrarse los fármacos específicos, en especial el epoprostenol. Actualmente, la única medida aconsejable para el tratamiento de la enfermedad es el tras- plante pulmonar. HIPERTENSIÓN PULMONAR TROMBOEMBÓLICA CRÓNICA Hasta un 3,8% de los pacientes con una tromboembolia pul- monar pueden llegar a desarrollar una HP debido a la persis- tencia de las lesiones trombóticas en el lecho vascular pulmo- nar. La enfermedad tromboembólica crónica puede abarcar tanto los segmentos proximales como los distales del árbol arterial pulmonar. Si los segmentos proximales están afectados, es posible corregir quirúrgicamente el proceso mediante una tromboendarterectomía pulmonar. Debe considerarse la indi- cación de este procedimiento cuando se demuestre una HP y la persistencia de fenómenos trombóticos tras más de 6 meses de tratamiento anticoagulante correcto. El procedimiento ha de realizarse en aquellos casos en los que un estudio angiográfico demuestre la existencia de fenómenos trombóticos centrales, accesibles quirúrgicamente, en las arterias pulmonares. La intervención es muy compleja, abordable solo en centros espe- cializados, y tiene una morbimortalidad operatoria elevada. Las complicaciones postoperatorias más frecuentes son el edema pulmonar por reperfusión y la persistencia de la HP. De todos modos, en los casos que se seleccionan adecuadamente, la mejoría clínica y hemodinámica que se consigue después de la cirugía es espectacular. En los individuos con una HP tromboembólica crónica cuyas lesiones predominantes son periféricas pueden intentarse tratamientos análogos a los que se usan en la HAP (v. fig. 54.3). Algunos ensayos clínicos controlados efectuados recientemente han aportado evidencia sobre la eficacia del bosentán (parcial) y del riociguat. En los casos no operables con mala respuesta a la terapia farmacológica debe considerarse la indicación de un trasplante pulmonar. COR PULMONALE En su origen, el término cor pulmonale crónico hace referencia a la existencia de una hipertrofia del ventrículo derecho debida a enfermedades que afectan a la función o a la estructura del pulmón, excepto cuando estas alteraciones pulmonares son la consecuencia de alteraciones que implican, inicialmente, a la parte izquierda del corazón o de cardiopatías congénitas. En este sentido, las enfermedades que pueden causar un cor pulmonale son las comprendidas en las categorías 3 y 4 de la actual clasificación de la HP (v. cuadro 54.1). Entre estas enfer- medades, la más prevalente y en la que más se ha estudiado la función del ventrículo derecho es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 54 Hipertensión pulmonar 453 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Hoy en día, el concepto de cor pulmonale en la EPOC se pone en duda por un doble motivo. Por un lado, no se ha objetivado disfunción sistólica del ventrículo derecho en los pacientes con una EPOC, ni siquiera en situaciones de exacerbación. En segundo lugar, porque el edema periférico, que suele observarse en estos pacientes, no suele deberse a una insuficiencia cardíaca derecha. Por el contrario, guarda relación con la activación del sistema adrenérgico por la hipoxemia y la hipercapnia, que alteran el eje renina-angiotensina-aldosterona y dan lugar a una retención hídrica. Sin embargo, sí se ha comprobado que en algunos pacientes la presión telediastólica del ventrículo derecho está elevada y que la función sistólica se mantiene conservada, sobre todo en los episodios de exacerbación. Ello daría lugar al concepto de disfunción diastólica ventricular derecha, que sería el sustrato funcional de lo que se entiende clínicamente por cor pulmonale. El diagnóstico de la HP en los sujetos que tienen una enfer- medad respiratoria es difícil de establecer porque los síntomas y signos propios de la HP no se distinguen con facilidad de los del proceso de base. Al igual que en otras formas de HP, la ecocardiografía es la mejor herramienta diagnóstica. Sin embargo, su rendimiento en las enfermedades respiratorias avanzadas es menor que el que tiene en la HAP. El diagnóstico definitivo de la HP en las neumopatías cró- nicas debe establecerse, al igual que en las otras categorías, mediante un estudio hemodinámico pulmonar. Las indi- caciones de este último en este contexto son las siguientes: 1) diagnóstico de una HP en los candidatos a tratamientos quirúr- gicos (trasplante pulmonar, reducción de volumen pulmonar); 2) sospecha de una HP grave, potencialmente susceptible de una terapia específica; 3) presencia de episodios de insuficien- cia ventricular derecha frecuentes, y 4) valoración ecocardio- gráfica no concluyente en los casos en los que la sospecha de una HP es alta. En la actualidad no existe tratamiento específico alguno para la HP que se asocia con las enfermedades respiratorias. La oxigenoterapia continua domiciliaria a largo plazo, útil para corregir la hipoxemia, es la única medida terapéutica eficaz para enlentecer su progresión o hacer que se produzca una reversión. Los vasodilatadores convencionales no se reco- miendan porque, además de poder perjudicar el intercambio de gases, debido a la inhibición de la vasoconstricción pulmonar hipóxica, no son eficaces a largo plazo. La experiencia publi- cada sobre el empleo de la terapia específica de la HAP en la EPOC ha puesto de manifiesto su ineficacia cuando la HP no es grave. Incluso pueden producirse efectos adversos, como un empeoramiento de la oxigenación o una pérdida de calidad de vida. Recientemente se ha suspendido un ensayo clínico con ambrisentán que se había diseñado para pacientes con una fibrosis pulmonar, al detectarse una mayor mortalidad en el grupo tratado. Por ese motivo se desaconseja el empleo de este fármaco en este tipo de enfermos. En consecuencia, el tratamiento de elección en los indi- viduos que padecen una enfermedad respiratoria y una HP asociada, que suelen estar hipoxémicos, es la oxigenoterapia continua domiciliaria. En el subgrupo de pacientes en los que la HP es grave (con disnea no explicable por el grado de obs- trucción y una PAP media mayor de 35-40 mm Hg) podría con- siderarse la terapia específica de la HAP, aunque esta decisión debe tomarse en unidades expertas en HP y, preferiblemente, en el contexto de un ensayo clínico controlado. Bibliografía BadeschDB, Abman SH, Simonneau G, Rubin LJ, McLaughlin VV. Medical therapy for pulmonary arterial hypertension: upda- ted ACCP evidence-based clinical practice guidelines. Chest 2007;131:1917-28. Barberà JA, Escribano P, Morales P, Gómez MA, Oribe M, Martínez A, et al. Estándares asistenciales en hipertensión pulmonar. 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