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1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. Modificado de: Criterios médicos de elegibilidad para el uso de anticonceptivos de la OMS, 4ª ed, 2012. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 1. 2. 3. CAM Curso de actualización médica Capítulo 17: Ginecología 1. Amenorrea Ana María Eloísa Corona Aguirre • Julio Cervantes Orozco Definición Ausencia o cese anormal de la menstruación1 que sólo en tres condiciones se considera fisiológica: infancia, embarazo y lactancia, y menopausia. Ciclo menstrual normal Ver la figura 17.1-1. Figura 17.1-1. Ciclo menstrual normal. image Las alteraciones del ciclo menstrual, y la amenorrea como su máxima expresión, son manifestaciones de anomalías anatómicas o funcionales en cualquier punto del eje reproductor hipotálamo-hipófisis-ovario y de su relación con el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico, el ambiente endocrino metabólico normal y las estructuras genitales adecuadamente desarrolladas. Tradicionalmente, la amenorrea se ha considerado un signo de patología ginecológica, sin embargo, su etiología es tan heterogénea que no pocas veces es evidencia de una enfermedad no ginecológica grave. Clasificación2 Ver la figura 17.1-2. Figura 17.1-2. image Etiología Dada la complejidad de esta patología, se han desarrollado múltiples clasificaciones respecto de su etiología, y una de las principales que se citan en la literatura es la propuesta por la OMS:3 Clase I Falla hipotálamo hipofisaria Clase I I Disfunción hipotálamo hipofisaria Clase I I I Falla ovárica Clase IV Alteraciones del tracto genital Clase V Prolactinoma Clase VI Hiperprolactinemia funcional Clase VI I Tumores hipotálamo hipofisarios no hiperprolactinémicos Sin embargo, en revisiones recientes se ha propuesto abordarla desde las siguientes causas reconocidas:4 image image La disfunción hipotalámica representa la causa más frecuente de amenorrea en adolescentes, susceptible de avanzar a anovulación crónica por secreción insuficiente de hormona liberadora de gonadotropinas, que provoca bajos niveles de gonadotropinas y estradiol plasmáticos.2 image Abordaje Se sugiere iniciarlo en mujeres que no han presentado menarca:4 1. Edad: 15 años, con caracteres sexuales secundarios normales. 2. Edad: 13 años, sin desarrollo de caracteres sexuales secundarios. 3. Edad: menos de 10 años, telarca sin aparición de menarca en los cinco años siguientes. Historia clínica Exploración física Laboratorio Imagen Antecedentes personales Antecedentes familiares Antecedentes ginecológicos Mediciones antropométricas Criterios de Marshall y Tanner Signos vitales Exploración ginecológica Síntomas Gonadotropinas séricas Perfil tiroideo Glucosa Insulina Marcadores tumorales β-HGC USG pélvico Histeroscopia Histerosalpingografía RM pelvis RM cráneo Conociendo las diversas causas ginecológicas y no ginecológicas, estructurales y funcionales, el objetivo de iniciar el abordaje es un diagnóstico rápido de la amenorrea, con mínima invasión y al menor costo. De acuerdo con los protocolos de la SEGO,8 los requerimientos son de dos tipos: 1. Requerimientos mínimos: anamnesis dirigida, exploración física, perfil hormonal, ecografía. 2. Requerimientos opcionales: pruebas complementarias en función de la primera valoración. Un abordaje inicial y sencillo depende de parámetros bioquímicos básicos, como FSH y prolactina, para enfocarse en la sospecha diagnóstica que se muestra en la figura 17.1-3. Figura 17.1-3. image Tratamiento En términos generales, el tratamiento se dirige a la causa específica de la amenorrea (figura 17.1-4). Figura 17.1-4. image Pronóstico El pronóstico dependerá directamente de la causa de la amenorrea, y de que sea, o no, susceptible de tratamiento. En términos generales, es bueno para la vida, reservado para la función reproductiva a corto plazo y la morbilidad asociada con osteoporosis a largo plazo. Referencias Stedman’s Medical Dictionary, 27a ed. Filadelfia: Lippincott Williams & Wilkins, 2000:56. Deligeoroglou E, et al. Evaluation and management of adolescent amenorrhea. Annals of the New York Academy of Sciences, 2010;1205:23-–32. [PubMed: 20840249] Lunenfeld B, et al. 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Hemorragia uterina anormal y disfuncional Francisco Meza Peña Definiciones Se entiende por hemorragia uterina disfuncional (HUD) a la pérdida de sangre proveniente del útero, sin un padecimiento orgánico y sin relación con causas obstétricas (embarazo o puerperio), que produce cambios en la frecuencia del ciclo menstrual, su duración o cantidad.1 Con el fin de crear un sistema universalmente aceptado de nomenclatura para describir las anormalidades hemorrágicas del útero, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) publicó en 2011 el sistema PALM-COEIN para clasificarlas según el patrón de sangrado y su etiología. El sistema implica nueve categorías básicas ordenadas según el acrónimo PALM-COEIN: pólipos, adenomiosis, leiomioma, enfermedad maligna e hiperplasia, coagulopatía, trastornos ovulatorios, trastornos endometriales, causas yatrógenas y no clasificadas.3 Epidemiología La hemorragia uterina anormal es la segunda causa de consulta ginecológica, después de las infecciones cervicovaginales. Se estima que 10 millones de mujeres mexicanas la padecen, sin embargo sólo 6 millones solicitan atención médica. Las mujeres afectadas suelen padecer anemia crónica, dolor pélvico e incapacidad. Este problema médico debilitante afecta sus responsabilidades laborales y familiares.1,2 Fisiopatología Es fundamental conocer la secuencia de eventos de un ciclo menstrual normal para comprender las alteraciones del mismo. En un ciclo anovulatorio, el cuerpo lúteo no se desarrolla, no se produce progesterona, pero la estimulación estrogénica persiste y resulta en crecimiento endometrial inestable; la descamación endometrial es irregular, prolongada e impredecible.2,3,5,6 Hay distintos tipos de hemorragias disfuncionales, según su mecanismo: 1. Hemorragia por supresión de progesterona (insuficiencia del cuerpo lúteo). 2. Hemorragiapor saturación de progesterona (persistencia del cuerpo lúteo). 3. Hemorragia por supresión de estrógenos (retirada del aporte exógeno de estrógenos). 4. Hemorragia por saturación de estrógenos (anovulación crónica).5,6 Cuadro clínico El cuadro clínico es variado, y depende de la alteración fisiopatológica. El sangrado es más frecuente en la adolescencia y la premenopausia; aumenta la frecuencia menstrual o la cantidad (más de 80 ml), que es la forma clínica más frecuente, aunque también se presenta como sangrado a mitad del ciclo (periovulatoria), en la fase posmenstrual (regeneración deficiente del endometrio) o bien, como amenorrea seguida de hemorragia (anovulación). Además, se observan síntomas relacionados con la pérdida de sangre (anemia).1,2,5,6 Diagnóstico El diagnóstico de HUD es eminentemente clínico; mediante interrogatorio completo y una exploración minuciosa se deben descartar causas orgánicas o embarazo. Para confirmar el diagnóstico se dispone de los siguientes recursos: Análisis: hemograma y estudio de coagulación, determinación de hormonas, en particular medición de FSH, LH, estrógenos y progesterona, con el propósito de averiguar si hay ovulación, así como prolactina, andrógenos, hormonas tiroideas, perfil hepático y renal para descartar trastornos endocrinos.1-4,6 Ecografía: transvaginal o abdominal para estudiar el endometrio y descartar patología uteroovárica.1-4,6 Histeroscopia: permite la visualización directa de la cavidad endometrial y la toma de biopsias dirigidas.1-3,6,7 Biopsia de endometrio: ya sea por legrado endometrial o con cánula, para estudio histopatológico. No está indicada en adolescentes.1-4,6,7 Diagnóstico diferencial: embarazo y sus complicaciones, además de patología del sistema genital, como cáncer de cérvix o endometrio, pólipos, miomas e infecciones.5 Tratamiento El objetivo primordial es cohibir la hemorragia, y después, regularizar el ciclo para corregir las complicaciones asociadas, como la anemia.2,3 El tratamiento de primera elección para la HUD es el manejo médico.1 Si la paciente está estable puede intentarse un tratamiento con estrógenos y progestágenos.3-5,8 Los trastornos anovulatorios se tratan en función de los planes de la paciente: si desea embarazarse, se administran inductores de la ovulación, de lo contrario, se utilizan anticonceptivos hormonales. Si no interesa la procreación, en la segunda mitad del ciclo se puede utilizar progesterona.6-8 DIU-L liberadores de levonorgestrel: eficaces para el tratamiento de este cuadro, y el resultado es mejor que el del tratamiento médico y similar al de la resección endometrial.1-3,9 Antifibrinolíticos: disminuyen la hemorragia hasta en un 50%; se utilizan en los días de máximo sangrado. Los más comunes son ácido tranexámico y ácido épsilon-amino-caproico.1,2,6 AINE: para hemorragias ovulatorias de mujeres jóvenes con deseos reproductivos. Los más utilizados son ácido mefenámico, ibuprofeno y naproxeno.1,2,4,6,10 Análogos de la GnRH o el danazol: para casos seleccionados antes de tratamiento quirúrgico en hemorragias recidivantes.1,2,6 El tratamiento quirúrgico se puede plantear para casos refractarios al tratamiento médico o cuando no se tolera, para mujeres con deseos genésicos cumplidos o si hubiera patología asociada. Legrado endometrial: indicado fundamentalmente para hemorragias agudas; por el riesgo de efectos adversos, se considera como última instancia.2,6 Ablación endometrial: tratamiento quirúrgico alternativo; es menos invasiva que la histerectomía, pero con posible recidiva.1-3,6 Histerectomía abdominal, vaginal o laparoscópica: tratamiento radical y definitivo. Se aplica cuando falla el tratamiento médico, en pacientes sin interés por embarazarse o en caso de patología orgánica asociada.1-3,6 Pronóstico La incidencia de hemorragia uterina disfuncional se incrementa con la edad y predispone a patología endometrial. La incidencia de cáncer endometrial aumenta con la edad: entre los 30 y 34 años, se reportan 2.3 casos por cada 100 000 sujetos; de 35 a 39, 6.1, y en mujeres de 40 a 49 años, 36.2, por lo que en hemorragias uterinas disfuncionales, debe evaluarse adecuadamente el endometrio.2,3 Rehabilitación y prevención La finalidad del tratamiento es evitar episodios agudos de hemorragia, prevenir los riesgos de la pérdida sanguínea (anemia), la exposición prolongada a estrógenos (hiperplasia y cáncer de endometrio) y mejorar la calidad de vida de las pacientes.1-3 Una vez que se consigue controlar el sangrado, se pueden emplear distintas pautas de tratamiento para evitar recaídas, como anticonceptivos orales durante 3 a 6 meses o gestágenos los días 16 al 25 de cada ciclo. Referencias Guía de Práctica Clínica. Diagnóstico y tratamiento de la hemorragia uterina disfuncional. México: Secretaría de Salud, 2009. Guía de Práctica Clínica. Diagnóstico y tratamiento de la hemorragia uterina disfuncional. México: Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia, AC. Ginecol Obstet Méx, 2009;77(9):S231-–S251. [PubMed: 19899439] ACOG practice bulletin. Management of abnormal uterine bleeding associated with ovulatory dysfunction. Obst Ginecol, 2013;122:176-–185. Albers JR, Hull SK, Wesley RM. Abnormal uterine bleeding. Am Fam Physician, 2002;69:1915-–1926. Speroff L. Hemorragia uterina disfuncional. En: Endocrinología ginecológica clínica y esterilidad, 7ª ed. España: LWW, 2006. Bajo Arenas JM. Hemorragias uterinas funcionales. En: Fundamentos de ginecología. España: SEOG, 2009. Arias Hernández J, et al. Evaluación de la hemorragia uterina posmenopáusica. Ginecol Obstet Méx, 2009;77(11):504-–507. [PubMed: 20085133] Hickey M, Higham JM, Fraser I. Progestogens with or without oestrogen for irregular uterine bleeding associated with anovulation. Cochrane Database of Systematic Reviews, 2012; Issue 9. 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En México, los logros alcanzados en materia de salud y educación, así como el mejoramiento de la condición social de la mujer en las últimas cuatro décadas, contribuyeron a impulsar la caída acelerada de la fecundidad: la tasa global de fecundidad (TGF) disminuyó de casi seis hijos por mujer en 1974, a 2.2 en 2006.3 Criterios de elegibilidad de la OMS Para el uso seguro de un método anticonceptivo, la selección del mismo también debe apoyarse en cuestiones médicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha formulado criterios médicos de apoyo para que los proveedores de atención de la salud aconsejen sobre el método anticonceptivo específico para una mujer con una condición médica particular, cierta edad o determinado número de partos. Respecto de los métodos anticonceptivos, las condiciones médicas se clasifican en cuatro categorías, según los riesgos y los beneficios respectivos (cuadro 17.3-1).4 Cuadro 17.3-1. Criterios de elegibilidad de la OMS Categoría Con criterio clínico Con criterio clínico limitado 1 Usar el método en cualquier circunstancia Sí (usar el método) 2 En general, usar el método 3 El uso del método generalmente no se recomienda,a menos que otros métodos más adecuados no estén disponibles o no sean aceptados No (no usar el método) 4 No se debe usar el método Clasificación de los métodos anticonceptivos Los métodos anticonceptivos sirven para regular la capacidad reproductiva de un individuo o una pareja con el fin de evitar embarazos no deseados. Dependiendo de la posibilidad de recobrar la fertilidad, se clasifican en temporales y permanentes, como sigue:5 1. Temporales: hormonales orales, inyectables y subdérmicos; dispositivo intrauterino, métodos de barrera y espermicidas, métodos naturales o de abstinencia periódica. 2. Permanentes: oclusión tubaria bilateral y vasectomía. Métodos temporales Anticoncepción hormonal La anticoncepción hormonal se refiere a la administración artificial de estrógenos o progestágenos para reducir la fertilidad;6 los hay en presentaciones oral, inyectable, transdérmica (parches), transvaginal (anillos) o como implante subdérmico.7 Son varios los mecanismos de acción de los hormonales orales, pero su efecto más importante es evitar la ovulación suprimiendo los efectos hipotalámicos liberadores de gonadotropinas, lo cual, a su vez, impide la secreción hipofisaria de hormona estimulante del folículo (FSH) y hormona luteinizante (LH). Los progestágenos evitan la ovulación suprimiendo la LH y también aumentan la densidad del moco cervical, lo cual dificulta el paso de los espermatozoides. Asimismo, tornan el endometrio poco favorable para la implantación. Los estrógenos previenen la ovulación eliminando la liberación de FSH.7 En condiciones normales de uso, este método brinda protección anticonceptiva de 92 a 99%. Métodos de barrera El condón masculino y el femenino, los diafragmas, el capuchón cervicouterino y los espermicidas son métodos anticonceptivos de barrera. Condón o preservativo: bolsa de plástico (látex) con que se cubre el pene erecto para evitar el paso de los espermatozoides; algunos contienen además un espermicida (nonoxinol-9). El condón o preservativo es el único método que contribuye a la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH. En condiciones normales de uso, este método brinda protección anticonceptiva de 85 a 97%. Espermicidas: sustancias químicas que impiden el paso de los espermatozoides inactivándolos antes de que penetren al útero. Por lo general, son surfactantes que pueden administrarse a través de diversos vehículos, como cremas, óvulos y espuma en aerosol. Las diversas presentaciones contienen un vehículo y un espermicida. En condiciones normales de uso, este método brinda protección anticonceptiva de 75 a 90%, la cual se incrementa combinándolos con otros métodos de barrera.5 Dispositivo intrauterino: los dispositivos intrauterinos (DIU) que existen actualmente son muy seguros y son de las opciones anticonceptivas más eficaces. Hay en el mercado dos tipos, de cobre y hormonal (con levonorgestrel), cuya eficacia va de 5 a 10 años. El principal mecanismo de acción del DIU de cobre es una reacción inflamatoria endometrial que impide el paso de los espermatozoides, en tanto que el dispositivo hormonal con levonorgestrel tiene este mismo efecto. En condiciones normales de uso este método brinda protección anticonceptiva de 95 a 99%.5,7 Métodos naturales Método del calendario, del ritmo o de Ogino-Knaus: como resultado de la observación continua durante un año, la pareja puede estimar el principio de su periodo fértil restando 19 días del ciclo más corto, y el fin, restando 12 días del ciclo más largo, lapso en deben evitarse las relaciones sexuales. Como son pocas las mujeres con ciclos menstruales de duración uniforme, a menudo los cálculos del periodo fértil son muy amplios y requieren de abstinencia prolongada.5 Lactancia materna: es muy poco probable que la madre lactante ovule durante las primeras 10 semanas posteriores al parto, sin embargo, este método no es confiable como técnica de planificación familiar para mujeres cuyos hijos se alimentan únicamente de leche materna. El periodo de espera de la primera menstruación conlleva cierto riesgo de embarazo, puesto que la ovulación antecede a la menstruación.7 Coito interrumpido: también se conoce como coitus interruptus; exige que el pene se extraiga de la vagina antes de la eyaculación para impedir que haya contacto entre los espermatozoides y el óvulo.8 Método de la temperatura: depende de un solo signo, la elevación de la temperatura corporal basal. Al despertar, antes de levantarse, la mujer debe tomarse la temperatura todas las mañanas, en la misma situación y por la misma vía, después de cuando menos 5 horas de sueño continuo. La medición puede ser oral, rectal o vaginal, pero la más exacta es la rectal. Se lleva un registro gráfico del resultado de la medición para poder observar los cambios térmicos que indiquen si se produjo, o no, la ovulación. Este cambio generalmente es discreto, con una variación de 0.2 a 0.4°C. Se registra la temperatura basal diariamente. La pareja debe abstenerse de sostener relaciones sexuales entre el primer día de la menstruación y el tercer día consecutivo de temperatura elevada; la espera de tres días posterior a la elevación de la temperatura contribuirá a evitar que el óvulo sea fecundado. Método del moco cervical o de Billings: durante el ciclo menstrual ocurren cambios en la secreción del moco cervical, que van de moco pegajoso escaso, seguido de aumento inicial de los niveles de estrógenos, que resulta en sensación de humedad y un moco cervical más abundante y lubricante, ya cerca de la ovulación, caracterizado por mayor humedad. El síntoma máximo o cúspide es un moco elástico, que si se toma entre dos dedos, es filante (es decir, se estira o elonga como clara de huevo). La abstinencia sexual debe empezar el primer día del ciclo menstrual en que se observa el moco abundante y lubricante y continuar hasta el cuarto día después del día cúspide, en el cual se observa el síntoma máximo, o filantez del moco cervical. En condiciones normales de uso, los métodos naturales brindan protección anticonceptiva de 70 a 80%. Métodos permanentes Oclusión tubaria bilateral Método anticonceptivo permanente para la mujer; consiste en la oclusión tubaria bilateral de las trompas uterinas con el fin de evitar la fertilización. El procedimiento de oclusión tubaria puede ser por salpingectomía y ligadura, o bien, salpingotomía (fimbriectomía) con técnicas de Pomeroy, Uchida e Irving. Como procedimiento de elección se debe recomendar la minilaparotomía con técnica de Pomeroy modificada. En condiciones normales de uso, este método brinda protección anticonceptiva superior a 99%. Vasectomía Método anticonceptivo permanente para el hombre que consiste en la oclusión bilateral de los conductos deferentes con el fin de evitar el paso de los espermatozoides. En condiciones normales de uso, este método brinda protección anticonceptiva superior a 99%.5 Referencias Rosendo A, Fathalla MF. FIGO Manual de reproducción humana. Nueva York: The Paternon Publishing Group, 1994:140-–275. Hatcher RA, Rinehart W, Blackburn R, Geller JS, Shelton JD. Lo esencial de la tecnología anticonceptiva. Baltimore: Facultad de Salud Pública, Universidad Johns Hopkins, Programa de información en población, 1999. Anticoncepción posparto, transcesárea, postcesárea y pos-aborto, 1ª ed. México: Secretaría de Salud, 2002. Organización Mundial de la Salud. Criterios médicos de elegibilidad para el uso de anticonceptivos, 4ª ed. Ginebra: OMS, 2009. Diario Oficial de la Federación. Modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-005-SSA2-1994, Norma Oficial Mexicana de los Servicios de Planificación Familiar. Guía de Práctica Clínica. Consulta y asesoría médica para el uso de anticoncepción hormonal temporal. México: Secretaría de Salud, 2009. Cunningham F, Leveno K, Bloom S, Hauth J, Rouse D, Spong C. Williams. Obstetricia, 23a ed. México: McGraw-Hill, 2010. Introducción a los métodos anticonceptivos: Información general, 2ª ed. México: Secretaríade Salud, 2002. 4. Endometriosis Alberto Ballesteros Manzo Definición Endometriosis es la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina, concretamente, es tejido endometrial “ectópico” que sobrevive, se implanta, crece, produce inflamación crónica y deja tejido cicatricial.1,2,6 Epidemiología Se estima que la endometriosis es la tercera causa de morbilidad ginecológica, y su prevalencia en la población general oscila entre 6 y 10%. En pacientes con infertilidad, dolor pélvico o ambos, es de entre 25 y 50%.2,3 Fisiopatología A pesar de que la enfermedad se conoce desde hace más de siglo y medio, todavía se desconoce la etiología exacta, aunque hoy día, prevalece la idea de que la etiología es multifactorial.3,6 Son 18 las hipótesis al respecto,3 sin embargo, en la actualidad son cuatro las teorías que gozan de más aceptación.3 1. Teoría de la menstruación retrógrada: propuesta por J.A. Sampson en 1921; sostiene que células endometriales regurgitan por las trompas de Falopio hacia la cavidad pélvica y se implantan en el peritoneo y órganos vecinos. 2. Teoría de la metaplasia celómica: propuesta por Iwanoff (1898) e impulsada por Robert Meyer. Se basa en estudios embriológicos en que se encontró que los conductos de Müller, y por tanto el endometrio, el epitelio germinal del ovario y el peritoneo pélvico, provienen de un origen común, el epitelio celómico. Se dice que el endometrio regurgitado estimula a la metaplasia del epitelio peritoneal transformándolo en tejido endometrial. 3. Teoría de la inducción: descrita por Levander en 1955. Es una combinación de las teorías de la menstruación retrógrada y la inducción de metaplasia celómica. 4. Teoría inmunológica: se ha sugerido que existen trastornos de la inmunidad celular y humoral que no permiten la eliminación de tejido endometrial residual en la cavidad pélvica. Se ha demostrado que disminuye la actividad citolítica de linfocitos y NK,12 además de la presencia de una expresión aberrante de interleucinas, sobre todo IL-1. IL-6, IL-8 y FNTα.4,12 Esta patología afecta casi exclusivamente a mujeres en edad reproductiva, si bien se sabe de la afección en niñas y en mujeres en el climaterio, sobre todo con estimulación hormonal estrogénica. Respecto de su evolución, se considera una enfermedad invasiva, crónica y progresiva, con periodos de actividad, reposo, remisión y recurrencia; a pesar de estas características, se le considera una patología benigna. Entre los factores de riesgo6 cabe mencionar una menarca temprana, retraso o disminución de la paridad, menstruaciones frecuentes y abundantes, anomalías müllerianas o genitales (sobre todo obstructivas) y antecedentes familiares. Cuadro clínico Los signos y síntomas no son específicos, pero los más característicos son dismenorrea, dolor pélvico crónico, dispareunia, infertilidad, disquecia, hematoquezia, disuria y hematuria, fatiga crónica, dolor lumbosacro y de piernas.2,6 En la endometriosis extrapélvica se observan síntomas irritativos acorde con el órgano afectado, así como sangrado cíclico. En la endometriosis profunda (infiltración de más de 5 mm de tejido), como en el tabique recto vaginal, se encuentran nódulos dolorosos. Los resultados de la observación de las lesiones y la extensión de la enfermedad no siempre concuerdan con la gravedad de la sintomatología; hasta 25% de las mujeres portadoras de la enfermedad son asintomáticas. Los sitios anatómicos que con más frecuencia resultan afectados, tomando en cuenta todos los estadios, son ovarios, ligamentos uterosacros y fondo de saco posterior, ligamento ancho, fosetas ováricas y pliegue vesicouterino, sitios preponderantes de menstruación retrógrada por la fuerza de gravedad.3 Diagnóstico Los signos y síntomas mencionados permiten sospechar de endometriosis, pero no son suficientes para el diagnóstico, el estándar de oro es la laparoscopia con o sin biopsia. Esta última se recomienda para descartar enfermedades malignas. El ultrasonido favorece el diagnóstico de endometriomas, y el ultrasonido rectal, el de endometriosis del tabique rectovaginal. Los biomarcadores, como el Ca-125 no son útiles al respecto, en tanto que los de RMN son de valor limitado.5,6 Tratamiento El tratamiento de la endometriosis se enfoca en revertir los principales síntomas que aquejan a la paciente, pero no es curativo; además se intenta disminuir, en lo posible, la recurrencia. La terapia es farmacológica y quirúrgica laparoscópica. Para manejar la dismenorrea y el dolor pélvico es deseable administrar medicamentos que puedan ser de largo plazo. La primera línea de tratamiento son los AINE, como naproxeno, ibuprofeno, indometacina e inhibidores de la COX2, aunque no se ha demostrado que alguno sea mejor que otro. Si no hay mejoría, la supresión hormonal ayuda a controlar el padecimiento. Los anticonceptivos orales o progestinas continuas son una buena opción; las hormonas pueden usarse solas o combinadas con AINE. En caso de que no haya mejoría, otras opciones son los análogos de GnRH, danazol, inhibidores de aromatasa y DIU liberador de levonorgestrel.10,11 No obstante, se debe tomar en cuenta que los síntomas se alivian por la supresión estrogénica, pero suelen recurrir al suspender la terapia. Para elegir entre la terapia médica, conviene tomar en cuenta costos, riesgos y efectos colaterales. En la opción quirúrgica, la cirugía laparoscópica tiene la ventaja de ofrecer diagnóstico, estadificación y tratamiento en el mismo procedimiento quirúrgico. Una vez identificadas las lesiones de la endometriosis, se pueden extirpar o fulgurar. En 66 a 80% de los casos se consigue aliviar el dolor cuando al menos durante 6 meses, si bien la tasa de reintervención va de 15% anual a 25 a 50% a los siete años, según el estadio.6,7 Los tratamientos médicos posteriores a la intervención quirúrgica no son útiles5 para incrementar la tasa de éxito (disminución del dolor), pero sí para evitar recidivas tempranas.8 El tratamiento radical es la histerectomía, con o sin ooforectomía. Se ha demostrado que para revertir la infertilidad, el tratamiento laparoscópico de las endometriosis I-II mejora la tasa de nacidos vivos de 17 a 30%, respecto del manejo expectante, respectivamente, con un número necesario a tratar de 12 pacientes.9 Para la endometriosis de moderada a grave (estadios III-IV), suelen conseguirse mejores resultados con cirugía laparoscópica que con placebo o tratamiento médico supresor, aunque el manejo recomendado en función de costo-tiempo-beneficio, es la fertilización in vitro.9 Pronóstico El pronóstico de la endometriosis es variable y depende de las circunstancias de la paciente y de la enfermedad. Es necesario separar el pronóstico reproductivo de la morbilidad sintomática general. En el caso de endometriosis y fertilidad, los factores relacionados con un mal pronóstico son edad materna avanzada, endometriosis de estadios III-IV, lesiones localizadas en el fondo del saco posterior y los ovarios, síndrome adherencial, puntaje alto de la clasificación ASRM, tiempo de evolución y paridad previa o no. En el caso de la sintomatología del dolor, los factores adversos son inicio temprano de la enfermedad, lesiones activas, amplitud y profundidad de éstas y tipo de tratamiento previo (quirúrgico o médico). El pronóstico debe ser individualizado. Referencias Hernández-Valencia M, Zárate A. Endometriosis. Base fisiopatogénica para el tratamiento. Rev Med Inst Mex Seguro Soc, 2009;47(1):57-–60. [PubMed: 19624966] Bulletti C, Coccia M, Battistoni S, Borini A. Endometriosis and infertility. J Assist Reprod Genet, 2010;27:441-–447. [PubMed: 20574791] Ruiz Velasco V. Endometriosis. Intersistemas Editorial, 2004. Kyama CM, Debrock S, Mwenda JM, D’Hooghe T. 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Epidemiología El flujo vaginal representa el diagnóstico ginecológico más frecuente en mujeres de edad reproductiva.3,4 Se desconoce la prevalencia real porque de 33 a 50% de las mujeres afectadas son asintomáticas. La vaginosis o vaginitis bacteriana se ha encontrado en 15 a 19% de las pacientes ambulatorias, 10 a 30% de las embarazadas y hasta en 40% de las mujeres que acuden a clínicas especializadas en enfermedades de transmisión sexual.5 De las vaginitis, la vaginosis bacteriana es la más común (22 a 50%, seguida de candidiasis 17 a 39% y tricomoniasis, 4 a 35%), pero de 7 a 72% de las vaginitis son asintomáticas.5 Fisiopatología Vaginitis El epitelio escamoso estratificado, no queratinizado, de la vagina es rico en glucógeno, sustrato de los lactobacilos de Döderlein que convierten la glucosa en ácido láctico y crean un ambiente vaginal ácido (pH 4.0 a 4.5), acidez que ayuda a mantener la flora vaginal normal e inhibe el crecimiento de organismos patógenos. La alteración del ecosistema normal puede dar lugar a condiciones favorables para la vaginitis.6 Cervicitis La inflamación afecta principalmente a las células epiteliales columnares de las glándulas endocervicales, pero también puede afectar el epitelio escamoso del ectocérvix.7 Cuadro clínico, diagnóstico, tratamiento y pronóstico Microorganismos patógenos que causan vaginitis. Vaginosis bacteriana Cuando cambia la relación simbiótica de la flora vaginal y proliferan bacterias anaerobias como Gardnerella vaginalis, Ureaplasma urealyticum, Mobiluncus, Mycoplasma hominis, Prevotella y se reducen considerablemente o desaparecen los Lactobacillus que producen peróxido de hidrógeno.8 Diagnóstico Amsel y colaboradores, en 1983, describieron los criterios para el diagnóstico clínico:9 1. Valoración microscópica de una preparación en fresco de la secreción vaginal. Las células guía son los indicadores más confiables de vaginosis bacteriana, cuyo valor predictivo positivo es 95%. 2. pH vaginal > 4.5. 3. La adición de hidróxido de potasio al 10% (KOH) a una muestra fresca de secreción vaginal da lugar a la liberación de aminas volátiles producidas por el metabolismo anaerobio, con olor a pescado. Tratamiento11 1. Metronidazol, 500 mg por vía oral, cada 12 h, por 7 días. 2. Metronidazol en gel al 0.75%, 5 g (un aplicador lleno), intravaginal, diario, por 5 días. 3. Crema de clindamicina al 2%, 5 g (un aplicador lleno), intravaginal, al acostarse, por 5 días. Pronóstico El índice de curación con estos esquemas varía de 80 a 90% en una semana, si bien 30% de las afectadas experimentará alguna recurrencia en los tres meses siguientes. Micosis Casi siempre causadas por Candida albicans; es más frecuente en los climas cálidos y en pacientes obesas; además, en pacientes inmunodeprimidas o embarazadas, el uso reciente de antibióticos de amplio espectro predispone a la mujer a la infección. Clasificación:11 1. No complicada: esporádica, leve y moderada. Microorganismo causante: Candida albicans. 2. Complicada: infección recurrente por Candida, infección grave; o bien, candidiasis no causadas por C. albicans (C. tropicalis, C. glabrata, etcétera). Se observa en casos de diabetes no controlada, inmunodepresión, embarazo. Diagnóstico Los síntomas como prurito, dolor y edema suelen relacionarse con eritema y edema vulvar con excoriaciones; secreción vaginal similar al requesón; pH normal (< 4.5). En el examen microscópico de la secreción vaginal con solución salina, se detecta el hongo con germinación y seudomicelios. Tratamiento10 Fármacos intravaginales: 1. Crema de butoconazol al 2%, 5 g intravaginales durante tres días, o 5 g (liberación prolongada) en dosis única. 2. Clotrimazol al 1%, 5 g intravaginales durante 7 a 14 días, o una tableta vaginal de 100 mg por 7 días, o 2 tabletas vaginales por 3 días. 3. Miconazol, crema al 2%, 5 mg intravaginales por 7 días, o un óvulo vaginal de 100 mg por 7 días, o un óvulo vaginal de 200 mg por 3 días, o un óvulo vaginal de 1 200 mg como dosis única. 4. Nistatina, tableta vaginal de 100 000 unidades por 14 días. 5. Tioconazol, pomada al 6.5%, 5 g intravaginales, dosis única. 6. Terconazol, crema al 0.4%, 5 g intravaginales por 7 días; o crema al 0.8%, 5 g intravaginales por 3 días; o un óvulo vaginal de 80 mg por 3 días. Fármacos orales: 1. Fluconazol, tableta de 150 mg, vía oral, dosis única. Pronóstico Para las infecciones no complicadas, los compuestos azólicos resultan eficaces. Las pacientes que presentan cuatro o más episodios al año se consideran como infecciones complicadas, y se deben tratar con un esquema vaginal prolongado aunado a fluconazol oral, 1 a 3 veces por semana. El tratamiento primario para prevenir la recurrencia es fluconazol por vía oral, de 100 a 200 mg semanales durante seis meses. Tricomoniosis Es la enfermedad de transmisión sexual no vírica, más frecuente en Estados Unidos. Se diagnostica principalmente en la mujer porque la mayoría de los hombres son asintomáticos; suele coexistir con otros patógenos de transmisión sexual. Trichomonas vaginalis tiene cierta predilección por el epitelio escamoso. Diagnóstico El periodo de incubación es de 3 a 4 semanas, si bien hasta 50% de las mujeres no advierte síntomas sino de seis meses a un año después. Se presenta con secreción vaginal fétida, líquida y de color amarillo o verdoso, además de disuria, dispareunia, prurito vulvar y dolor. La vagina muestra la secreción antes descrita, aunada a hemorragias subepiteliales o “manchas de fresa” en la vagina o el cuello uterino. 1. La detección microscópica en solución salina permite observar parásitos flagelados, móviles, los cuales tienen forma ovalada. 2. La técnica diagnóstica es realizando un cultivo en medio de Diamond. 3. La sensibilidad y especificidad de la OSOM trichomonas rapid test es de 88 y 99%, respectivamente. Tratamiento10 Tratamiento primario: 1. Metronidazol, dosis oral única de 2 g. 2. Tinidazol, dosis oral única de 2 g. Esquema alternativo: 1. Metronidazol, 500 mg vía oral, cada 12 h, por 7 días. Pronóstico Recurrencia de 30%. Cuando los microorganismos son resistentes, se administra tinidazol 500 mg, cada 8 h por 7 días, o cada 6 h por 14 días. Microorganismos patógenos que causan cervicitis Neisseria gonorrhoeae Suele ser asintomática. La forma sintomática se manifiesta como cervicitis o vaginitis con secreción vaginal abundante inodora, noirritante, de color blanco o amarillento. También infecta las glándulas de Bartholin o las de Skene y la uretra, y asciende al endometrio y las trompas de Falopio; cuando se torna intracelular, invade las células del epitelio cilíndrico y de transición, por eso el epitelio vaginal no se infecta. Diagnóstico Por medio de NAAT (amplificación de ácidos nucleicos). Tratamiento10 1. Ceftriaxona, 125 mg IM, dosis única. 2. Cefixima, 400 mg, vía oral, dosis única. 3. Ciprofloxacina, 500 mg, vía oral, dosis única. 4. Ofloxacina, 400 mg, vía oral, dosis única. 5. Levofloxacina, 250 mg, vía oral, dosis única Pronóstico Las cepas resistentes a las quinolonas han aumentado. La reinfección es común. Chlamydia trachomatis Segunda causa más frecuente de enfermedad de transmisión sexual. Muchas de las mujeres son asintomáticas. Este parásito depende de las células del hospedador para su supervivencia; con infección en las células cilíndricas, reflejando los síntomas en una infección glandular endocervical, con secreción mucopurulenta o endocervicales. Diagnóstico La inspección microscópica revela > 20 leucocitos × campo. El cultivo, NAAT o el inmunoanálisis enzimático de adsorción (ELISA) son pruebas más específicas. Tratamiento11 Tratamiento primario: 1. Azitromicina 1 g, vía oral, dosis única. 2. Doxiciclina 100 mg, vía oral, cada 12 h por 7 días. Esquemas alternativos: 1. Eritromicina 500 mg, vía oral, cada 6 h por 7 días. 2. Etilsuccinato de eritromicina 800 mg, vía oral, cada 6 h por 7 días. 3. Ofloxacina 300 mg, vía oral, cada 12 h por 7 días. 4. Levofloxacina 500 mg, vía oral, diario por 7 días. Pronóstico Para evitar una infección ulterior, se recomienda abstinencia sexual hasta que la mujer y su pareja demuestren ser asintomáticos. Rehabilitación y prevención En la mayoría de los casos, y con base en la elevada tasa de curación de gran parte de estos padecimientos, si las manifestaciones clínicas remiten al término del tratamiento y, al mes postratamiento, la exploración vaginal es normal, no es necesario continuar el seguimiento. Los factores de riesgo deben adaptarse a la situación social, conductual y epidemiológica de la región específica. La prevención se basa en la instrucción que el médico tratante ofrece a los pacientes. Además de suministrar condones y fomentar su uso, se ofrece asesoría y pruebas para VIH, si están al alcance de la institución.12 Referencias Brunham RC, Paavonen J, Stevens CE, et al. Mucopurulent cervicitis—the ignored counterpart in women of urethritis in men. N Engl J Med, 1984;311:1-–6. [PubMed: 6427611] Paavonen J, Critchlow CW, DeRouen T, et al. Etiology of cervical inflammation. Am J Obstet Gynecol, 1986;154:556-–564. [PubMed: 3485379] Sobel JD. Bacterial vaginosis. 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Centers for Disease Control. 2006 guidelines for treatment of sexually transmitted diseases. MMWR, 2006. Centers for Disease Control. 2002 guidelines for treatment of sexually transmitted diseases. MMWR, 2002;51(RR-6):1-–78. Centers for Disease Control. 1998 guidelines for treatment of sexually transmitted diseases. MMWR, 1998;47(RR-1):1-–116. 6. Enfermedad pélvica inflamatoria Jesús Salvador Juárez López Definiciones La enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) es una infección polimicrobiana de la porción superior del aparato genital femenino1 la cual incluye cualquier combinación de endometritis, salpingitis, absceso tuboovárico y peritonitis,3,4 comúnmente llamada salpingitis aguda, ya que la estructura más importante es la trompa de Falopio con o sin formación de absceso.2 Se asocia con microorganismos de transmisión sexual (Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia trachomatis), así como con patógenos endógenos (anaerobios, bacilos gramnegativos entéricos y estreptococos)1 y, con menos frecuencia, con citomegalovirus, Mycoplasma hominis, Ureaplasma urealyticum y Mycoplasma genitalium.3,4 Epidemiología En Estados Unidos, la EPI se traduce, anualmente, en cerca de 2.5 millones de consultas, 200 000 hospitalizaciones y 100 000 procedimientos quirúrgicos. Es la causa ginecológica más frecuente de consulta urgente (350 000 por año). Su incidencia máxima ocurre en mujeres jóvenes (15 a 25 años), nulíparas sexualmente activas, parejas múltiples (3.4 veces), coito frecuente monógamo (seis o más veces a la semana, 3.2 veces). Otros factores de riesgo son raza no caucásica, tabaquismo y duchas vaginales.5 Se ha informado de que el inicio de relaciones sexuales antes de los 15 años representa un riesgo de 1 en 8 de contraer la EPI. No se ha demostrado que con los DIU con levonorgestrel incremente sustancialmente este padecimiento, pero de presentarse, se limita a las tres primeras semanas posteriores a la inserción.6 Los anticonceptivos orales y los métodos de barrera (condón) se consideran como factores protectores. Fisiopatología Se cree que el ascenso de bacterias se facilita durante la menstruación (75% de los casos ocurre en los primeros siete días del ciclo), por la pérdida de las barreras endocervicales. N. gonorrhoeae puede causar inflamación directa en endocérvix, endometrio y trompas de Falopio. Cuando las células tubarias sanas tienen contacto con un microorganismo potencialmente patógeno (E. coli, Bacteroides fragilis o Enterococcus faecalis), no se observa respuesta inflamatoria, por el contrario, si estas bacterias se introducen en un cultivo con células de trompa de Falopio con lesiones por gonococo, aparece una respuesta inflamatoria exagerada. En contraste, C. trachomatis no genera una reacción inflamatoria aguda ni daño permanente, sin embargo, a través de mecanismos inmunitarios, los antígenos contra clamidia provocan una reacción de hipersensibilización con cicatrización y destrucción continua de la trompa de Falopio.2 Cuadro clínico Las manifestaciones clínicas de la EPI pueden ser inespecíficas, de cuadros leves e incluso asintomáticos a cuadros graves, aunque no siempre están ligadas con la gravedad.3 Se ha informado que los síntomas más comunes son dolor abdominal (90%), leucorrea (70%), sangrado irregular (40%), escalofríos y fiebre, secreción cervicouterina purulenta, sensibilidad en el cuello uterino y anexos, así como antecedentes de DIU (30%).3,7 El dolor en el cuadrante superior derecho puede sugerir perihepatitis relacionada (síndrome de Fitz-Hugh y Curtis).1 Diagnóstico Los CDC recomiendan los criterios mínimos (cuadro 17.6-1) para el diagnóstico de EPI en las mujeres sexualmente activas que refieren dolor pélvico o abdominal cuando se han excluido otras patologías. La especificidad del diagnóstico aumenta ante los criterios mínimos al examinar la pelvis y uno o más de los criterios adicionales (cuadro 17.6-2).4 Cuadro 17.6-1. Criterios diagnósticos de los CDC, 20104 Criterios mínimos Criterios adicionales Criterios específicos (definitivos)7 a. Dolor con movilización del cérvix b. Dolor al palpar el útero c. Dolor al palpar los anexos 1. Temperatura oral > 38.3°C 2. Secreción cervicouterina ovaginal anormal con leucocitos en el examen microscópico con solución salina 3. VSG elevada y proteína C reactiva elevada 4. Comprobación en laboratorio de infección cervicouterina por N. gonorrhoeae o C. trachomatis a. Evidencias histopatológicas de endometritis (biopsia) b. Ecografía transvaginal o resonancia magnética que muestre engrosamiento y líquido en trompas de Falopio, con o sin líquido libre o complejo tuboovárico. Estudio Doppler que sugiera EPI (hiperemia tubárica) c. Anomalías laparoscópicas (edema de pared de la trompa y exudado purulento proveniente de la fimbria)2 Cuadro 17.6-2. Clasificación según resultados clínicos Monif (modificada en GPC CENETEC)8 Grado I ( leve) No complicada, sin masa anexial ni datos de abdomen agudo ni irritación peritoneal Grado I I (moderada) Complicada, masa anexial o absceso que afecta trompas u ovarios; con o sin signos de irritación peritoneal Grado I I I (grave) Diseminada a estructuras extrapélvicas, absceso tuboovárico roto o pelviperitonitis con datos de respuesta sistémica La cirugía laparoscópica permite un diagnóstico más preciso de salpingitis y un diagnóstico bacteriológico más completo, aunque con frecuencia no está al alcance y no es fácil de justificar cuando los síntomas son leves o vagos.4 A menudo se requiere una evaluación diagnóstica más elaborada porque un diagnóstico y tratamiento incorrectos de la EPI pueden dar lugar a morbilidad innecesaria. Los estudios de imagen pueden resultar normales en casos no complicados.3 La probabilidad de EPI es mayor cuando hay antecedentes de enfermedad pélvica inflamatoria, contacto sexual o inicio reciente de menstruación, DIU o pareja con ETS. Diagnóstico diferencial Se debe descartar apendicitis, embarazo ectópico, aborto séptico, quistes o tumores ováricos hemorrágicos o rotos, torsión de quiste ovárico, degeneración de un mioma y enteritis aguda. Debe realizarse prueba inmunológica de embarazo y colpocentesis para distinguir entre hemoperitoneo y septicemia pélvica, USG pélvico y vaginal, así como laparoscopia si no hay mejoría después de 48 h de tratamiento.1 Tratamiento Se debe iniciar tratamiento empírico para EPI en mujeres jóvenes sexualmente activas y otras mujeres en riesgo de enfermedades de transmisión sexual si experimentan dolor pélvico o abdominal y no se identifica ninguna otra causa que explique el cuadro clínico (diagnóstico diferencial). Los regímenes de tratamiento para esta inflamación ofrecen cobertura empírica de amplio espectro para los patógenos más probables (N. gonorrhoeae, C. trachomatis, gramnegativos y estreptococos) y deben administrarse tan pronto se establezca el diagnóstico presuntivo.4,7 La mayoría de las mujeres con diagnóstico de EPI, con cuadro de leve a moderado, responden de manera satisfactoria a la terapia antibiótica extrahospitalaria (Monif, grado I) (cuadro 17.6-3).4,8 El manejo hospitalario se reserva para pacientes graves, en quienes no puede excluirse una urgencia quirúrgica (apendicitis); embarazadas; pacientes que no responden al tratamiento extrahospitalario o que no toleran ni acatan el tratamiento oral; en caso de enfermedad grave con náuseas y vómito o fiebre elevada, o bien, absceso tuboovárico.4,9 En el caso de adolescentes, no se ha demostrado que la hospitalización resulte benéfica en cuadros leves; deben aplicarse los criterios antes mencionados.4 En varias guías se sugiere la transición de terapia parenteral a oral de 24 a 48 h después de que se presente mejoría clínica (cuadro 17.6-4). Cuadro 17.6-3. Régimen extrahospitalario Régimen recomendado4 Ceftriaxona 250 mg IM DU (cefalosporina de 3ª generación, ceftizoxina o cefotaxima) Cefoxitina 2 g IM DU más probenecid, 1 g VO DU administradas en conjunto Más Doxiciclina 100 mg VO cada 12 h por 14 días Azitromicina 500 mg V O seguida de 250 mg VO cada 24 h por 7 días9 Con o sin Metronidazol 500 mg VO cada 12 h por 14 días VO, vía oral; IM, intramuscular; DU, dosis única. Cuadro 17.6-4. Tratamiento intrahospitalario4 Régimen A7 Régimen B (recomendado por CME)9 Régimen alternativo4, 9 Ceftriaxona 250 mg IM DU (cefalosporina de 3ª generación, ceftizoxina o cefotaxima) Clindamicina 900 mg IV cada 8 h Ampicilina/sulbactam 3 g IV cada 6 h Más Doxiciclina 100 mg VO o IV cada 12 h Gentamicina 2 mg/kg, dosis de carga, seguida de dosis de mantenimiento, 1.5 mg/kg cada 8 h o 3 a 5 mg/kg cada 24 h IV o IM (o ceftriaxona 1 g IV cada 12 h9) Doxiciclina 100 mg VO o IV cada 12 h IV, intravenosa; VO, vía oral; IM, intramuscular; DU, dosis única; h, horas. Los abscesos tuboováricos (ATO) pueden exigir escisión quirúrgica o aspiración transcutánea o transvaginal. El manejo intrahospitalario debe iniciarse con dosis altas de antibioticoterapia y control USG, a menos que exista rotura de ATO. En 70% de los casos, los fármacos son eficaces, pero si no hay mejoría al cabo de 48 a 72 h, es necesaria la intervención quirúrgica (anexectomía unilateral) o histerectomía con salpingo-oferectomía bilateral, en caso de infecciones graves (cuadro 17.6-5).1,9 Cuadro 17.6-5. Necesidad de abordaje quirúrgico de ATO9 Tamaño de ATO Quirúrgico Mayor de 10 cm 60% 7 a 9 cm 30% 4 a 6 cm 15% Pronóstico Secuelas a largo plazo (en 25% de los casos): crisis repetidas de infección, dolor pélvico crónico (18 a 75%), dispareunia, embarazo ectópico y esterilidad. El riesgo de esterilidad y embarazo ectópico aumenta cuando se repite el cuadro (8 a 10 y 4% después del primer episodio; 18 a 25 y 8% después del segundo, y 38 a 50% después del tercero, respectivamente).1,9 Rehabilitación y prevención Se recomiendan las mismas medidas de prevención para infecciones de transmisión sexual, que incluyen abstinencia y reducción del número de parejas sexuales, así como uso sistemático y correcto del condón.9 La detección y el tratamiento de clamidia y gonorrea en mujeres sexualmente activas y sus parejas sexuales reducen el riesgo de EPI. Las parejas sexuales de las afectadas deben someterse a detección y tratamiento si tuvieron contacto sexual 60 días antes del inicio del cuadro, ya que habitualmente son asintomáticas.3,4,9 La prevención de secuelas de largo plazo depende de la administración apropiada y oportuna de antibióticos.4 Referencias McPhee S, Papadakis MA, Rabow MW. Diagnóstico clínico y tratamiento, 50ª ed. México: McGraw-Hill, 2012:736-–738. 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Pelvic Inflammatory Disease. Obstet Gynecol, 2010;CME, Vol 116. 7. Enfermedades de transmisión sexual Deyra Juárez Leaños Definición Grupo de padecimientos que se adquiere y transmite por la actividad sexual; también se les ha denominado “infecciones de transmisión sexual” con el argumento de que son tanto sintomáticos como asintomáticos, además de que legitima la necesidad de evaluar de forma integral a los pacientes y el tamizaje de aquellos con riesgo identificado, a pesar de la sintomatología. Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son un problema de salud pública principalmente en países en vías de desarrollo porque85% de su población es sexualmente activa, factor que incrementa el riesgo de contraer esas infecciones. En México, las ETS están entre los cinco primeros motivos de solicitud de consulta en el primer nivel de atención médica y entre las diez primeras causas de morbilidad general en el grupo de 15 a 44 años de edad.1 Infecciones por el virus del herpes simple Definición El herpes genital es la enfermedad ulcerosa genital más frecuente; es una infección vírica crónica. Epidemiología La mayor parte de las personas con infección activa es de sexo femenino (65%). Fisiopatología El virus penetra en las terminaciones nerviosas sensitivas y se transporta por vía axonal retrógrada hasta el ganglio de la raíz dorsal, donde permanece latente por el resto de la vida. La reactivación espontánea provoca el transporte anterógrado de las proteínas víricas a la superficie, donde se disemina el virus, con o sin formación de lesiones. El periodo de incubación es de una semana. Son dos los tipos de virus del herpes simple: 1. HSV-1: causa más frecuente de lesiones orales. 2. HSV-2: típico de las lesiones genitales. Cuadro clínico Lesiones vesiculares que provocan dolor urente e intenso, con o sin formación de pústulas, que persisten una semana; úlceras dolorosas, costras. Síntomas urinarios (polaquiuria, disuria o ambas), angiomiopatía cuando las lesiones se encuentran en la vulva; además, se pueden extender hasta la vagina, el cérvix, la vejiga y el recto. Generalmente se manifiestan otros signos de viremia, como febrícula, malestar general y cefalalgia.2 Diagnóstico Úlcera bucal, genital o anal, o combinadas, relacionada, o no, con adenopatía o vesículas, según la región.1 El método ideal es el cultivo de tejidos, cuya especificidad es alta, no así su sensibilidad, que disminuye aún más conforme las lesiones cicatrizan. La reacción en cadena de polimerasa (PCR) es de 1.5 a 4 veces más sensible que el cultivo. El análisis serológico específico para la glucoproteína G permite identificar anticuerpos contra HSV-1 y HSV-2 con una especificidad ≥ 96%. La sensibilidad de esta prueba fluctúa entre 80 y 98%.2 Tratamiento Medidas generales: analgésicos, anestésicos tópicos. Manejo antivírico: 1. Aciclovir 200 mg 5 veces/día por 5 días VO. 2. Valaciclovir 500 mg/día por 3 días VO. 3. Famciclovir 250 mg 3 veces/día por 5 días o dosis única de 1 g. Pronóstico Hasta en 90% de las personas asintomáticas en la infección inicial se manifestará otro episodio en el primer año. Después de una infección por HSV-2, las recurrencias son frecuentes y casi 66% de las pacientes presentará algún síntoma prodrómico antes de que aparezcan las lesiones. El tratamiento supresor diario reduce las recurrencias entre 70 y 80%, incluso en algunos casos elimina las recurrencias y aminora la transmisión sexual del virus en 50%. Rehabilitación Esta infección tiene un impacto psicológico significativo; hay varias páginas electrónicas que ofrecen apoyo e información.2 Prevención Las mujeres que padecen herpes genital deben evitar la actividad sexual con parejas no infectadas cuando presentan síntomas prodrómicos o lesiones. El uso de condón reduce potencialmente el riesgo de transmisión. Se impone el control médico de los sexoservidores, así como la monogamia y la información y manejo de las parejas del afectado. Las embarazadas con lesiones de herpes genital deben someterse a cesárea, ya que el riesgo de transmisión en el parto es de cerca de 85%.1-3 Chancroide Definición Es una de las enfermedades clásicas de transmisión sexual; es causada por Haemophilus ducreyi, bacilo gramnegativo, aerobio facultativo, móvil, que no produce esporas. Epidemiología Aparece en forma de brotes, principalmente en varones de raza negra e hispanos. Es más frecuente en hombres.1,2 Fisiopatología Penetra al hospedador a través de una solución de continuidad en la piel o alguna mucosa. El periodo de incubación es de 3 a 10 días.2 Cuadro clínico Úlcera única (las lesiones múltiples son poco frecuentes) de fondo sucio, necrótico y purulento, con bordes mal delimitados, que sangra al contacto; el dolor aumenta cuando se presiona. Suele progresar de pápula a pústula y posteriormente a úlcera.1 Las ubicaciones más comunes en la mujer son la horquilla, el vestíbulo, el clítoris y los labios. Cerca de 50% de las afectadas manifiesta linfadenopatía inguinal unilateral o bilateral, dolorosa y supurativa. Diagnóstico Cultivo de H. ducreyi en un medio especial, pero la sensibilidad es < 80%. Identificación del bacilo en tinción de Gram del contenido de la lesión.2 Tratamiento Azitromicina, dosis única de 1 g, VO. Ceftriaxona, dosis única de 250 mg, IM. Pronóstico El tratamiento es satisfactorio; los síntomas mejoran en tres días y en una semana se observan datos objetivos de mejoría. La linfadenopatía tarda más en desaparecer, y cuando es fluctuante, es necesario un drenaje.2 Prevención Todos los pacientes deben someterse a la prueba de detección para VIH. Cuando el tratamiento falla, se debe investigar la coexistencia del virus del herpes simple 1 y 2.3 Granuloma inguinal Definición Enfermedad ulcerosa genital también conocida como donovanosis. Epidemiología Es poco contagiosa, requiere de varios contactos y el periodo de incubación es prolongado. Fisiopatología Es causada por Calymmatobacterium (Klebsiella) granulomatis, bacteria intracelular gramnegativa, encapsulada, de aspecto característico en la biopsia de tejido o muestras de citología.2 El periodo de incubación es de semanas a meses. Cuadro clínico Nódulos inflamatorios no dolorosos que degeneran en úlceras rojas muy vascularizadas que sangran fácilmente al contacto; si se infectan son dolorosas; la cicatrización es por fibrosis, similar a la queloide. Se observan adenopatías inguinales y formación de seudobubones que se ulceran y pueden dar lugar a lesiones extensas.1,2 Diagnóstico Identificación en microscopio de los cuerpos de Donovan con tinción de Wright-Giemsa. Tratamiento Azitromicina 1 g VO cada semana, por 3 semanas. Doxiciclina 100 mg VO cada 12 h, por 3 semanas (alternativo). Ciprofloxacina 500 mg VO cada 12 h, por 3 semanas (alternativo). Linfogranuloma venéreo (LGV) Definición Enfermedad genital ulcerosa causada por los serotipos L1, L2 y L3 de Chlamydia trachomatis. Epidemiología Predomina en los grupos socioeconómicos bajos y en personas promiscuas. Fisiopatología El ciclo de vida de Chlamydia consta de tres etapas: 1. Las partículas infectantes (cuerpos elementales) penetran en las células del hospedador. 2. Evolucionan hasta formar cuerpos reticulares con actividad metabólica. 3. Su fisión binaria con la célula permite que se transformen en múltiples cuerpos elementales que son liberados por exocitosis. El periodo de incubación es de 3 días a 2 semanas. Cuadro clínico Se divide en tres fases. 1. Estadio 1: vesículas o pápulas pequeñas, principalmente en la horquilla y la pared vaginal. 2. Estadio 2: linfadenopatía inguinal o femoral que produce el signo del surco. Al romperse forman fístulas que drenan en forma crónica; se acompañan de fiebre. Posible neumonitis, artritis y hepatitis concomitantes. 3. Estadio 3: síndrome anogenitorrectal, prurito rectal y secreción mucosa proveniente de las úlceras rectales, producto de la linfangitis; en ocasiones genera elefantiasis de ganglios externos y fibrosis del recto. Se acompaña de hemorragia rectal; la mujer manifiesta cólicos con distensión abdominal, dolor rectal y fiebre. Diagnóstico Por exclusión y prueba positiva para Chlamydia; concentración serológica mayor de 1:64. Muestra de ganglios linfáticos con hisopo o medianete aspiración para cultivo. Prueba de inmunofluorescencia o PCR. Tratamiento Doxiciclina 100 mg VO cada 12 h por 12 días. Eritromicina 500 mg VO cada 6 h por 21 días. Pronóstico La perforación intestinal da lugar a peritonitis. Se han reportado casos de estenosis uretral y vaginal. Prevención Se recomienda que las parejas sexuales de los 60 días previosse sometan a pruebas de infección uretral o cervical y reciban tratamiento contra Chlamydia.2 Sífilis Definición Infección de transmisión sexual causada por la espiroqueta Treponema pallidum, microorganismo de forma espiral y extremos ahusados. Epidemiología Las mujeres en mayor riesgo son las de grupos socioeconómicos más bajos, adolescentes, las de inicio precoz de relaciones sexuales y con gran número de parejas sexuales. Su frecuencia aproximada es de 30%. Fisiopatología y cuadro clínico La historia natural de la sífilis en pacientes no tratadas se divide en cuatro etapas: 1. Sífilis primaria: la lesión principal el chancro, úlcera aislada no dolorosa, de bordes redondeados y elevados; base íntegra, no infectada. Por lo general se localiza en el cuello uterino, la vagina o la vulva. Aparece de 10 días a 12 semanas después del contacto; el promedio de incubación es de 3 semanas. 2. Sífilis secundaria: el signo principal es eritema maculopapular en todo el cuerpo incluso, en palmas, plantas y mucosas. Genera placas amplias de color rosado o grisáceo muy infecciosas, denominadas condilomas planos. Se acompaña de fiebre y malestar general. Algunas veces daña otros órganos, como riñones, articulaciones, hígado y SNC (meningitis). Aparece entre 6 semanas y 6 meses después del chancro. 3. Sífilis latente: no produce signos; las pruebas serológicas de la paciente son reactivas a VDRL y FTA. Un año después de la sífilis secundaria; sífilis latente precoz, después de la infección inicial, sífilis latente tardía. 4. Sífilis terciaria: puede aparecer hasta 20 años después de la latencia; se manifiestan trastornos cardiovasculares, del sistema nervioso central y musculoesquelético. Diagnóstico 1. Sífilis primaria. a. Identificación de T. pallidum en microscopio de campo oscuro. b. Inmunofluorescencia. c. Identificación del agente en muestras de biopsia. 2. Sífilis secundaria, latente y tardía. a. Antecedentes o resultados de la exploración física. b. Exámenes reactivos serológicos inespecíficos: Veneral Disease Research Laboratory (VDRL mayor 1:8) muy sensible pero poco específica, o prueba de la reagina plasmática rápida (RPR). c. Confirmación con pruebas específicas para treponema por absorción de anticuerpos treponémicos fluorescentes (FTA-ABS) o aglutinación de partículas de Treponema pallidum (TP-PA). Tratamiento Penicilina G benzatínica 2.4 millones de UI IM en una sola dosis. Doxiciclina 100 mg cada 12 h, durante 14 días (en caso de alergia a la penicilina). Pronóstico Algunas veces, en las primeras 24 h posteriores al inicio del tratamiento de la fase aguda se presenta una respuesta febril con cefalea y mialgia, que cede en forma espontánea; se conoce como reacción de Jarisch-Herxheimer.2 El día que se inicia el tratamiento se debe realizar un VDRL cuantitativo/RPR en plasma porque representa una base adecuada para el seguimiento de la respuesta al tratamiento.1 La sífilis cardiovascular y la neurosífilis son 50% menos frecuentes en mujeres que en hombres.2 Prevención Tamizaje de personas con factores de riesgo y embarazadas con: 1. Prueba de inmunoensayo. 2. Prueba de hemaglutinación. 3. VDRL/RPR.1 Cervicitis supurativa Definición Gonorrea. Epidemiología Factores de riesgo: < 25 años de edad, otras enfermedades de transmisión sexual concomitantes, así como antecedentes de infección gonocócica, parejas sexuales nuevas o múltiples, falta de uso de condón, consumo de drogas, sexo comercial. Fisiopatología Neisseria gonorrhoeae es un bacilo gramnegativo que invade las células del epitelio cilíndrico y de transición. Cuadro clínico En la mujer a menudo es asintomática. La gonorrea sintomática se manifiesta como cervicitis o vaginitis. La cervicitis se acompaña de secreción vaginal abundante inodora, no irritante y de color blanco amarillento.2 Diagnóstico 1. Identificación del gonococo con NAAT; la muestra ideal proviene del endocérvix. 2. Cultivo. 3. Reacción en cadena de la ligasa (LCR).2,3 Tratamiento Ceftriaxona 125 mg IM. Cefixima 400 mg VO. Ciprofloxacina 500 mg VO. Pronóstico La reinfección es común; se recomienda repetir las pruebas tres meses después del tratamiento inicial. Rehabilitación Las parejas deben practicar la abstinencia hasta terminar el tratamiento y hasta la resolución de los síntomas. Prevención Estudios periódicos de detección en mujeres en riesgo.2 Infección genital por clamidia Definición Chlamydia trachomatis. Epidemiología Este microorganismo es la segunda causa más frecuente de enfermedades de transmisión sexual en Estados Unidos; predomina en mujeres menores de 25 años. Fisiopatología Parásito intracelular obligado que depende de las células del hospedador para su supervivencia. Provoca infección del epitelio cilíndrico. Cuadro clínico 1. Muchas mujeres son asintomáticas. 2. Secreción mucopurulenta o secreciones endocervicales. 3. El tejido endocervical infectado es edematoso e hiperémico. 4. También provoca uretritis, que se acompaña de disuria. Diagnóstico 1. La inspección microscópica de las secreciones preparadas con solución salina revela 20 o más leucocitos por campo de alta resolución. 2. Cultivo, NAAT e inmunoanálisis enzimático de adsorción (ELISA). Tratamiento Azitromicina 1 g VO, dosis única. Doxiciclina 100 mg VO cada 12 h, por 7 días. Rehabilitación Abstinencia hasta que desaparezcan los síntomas, tanto en la mujer como en su pareja. Prevención Detección anual en mujeres con vida sexual activa, menores de 25 años, o que estén en riesgo.2 Referencias Guía de Práctica Clínica. Enfermedades de transmisión sexual en el adolescente y adulto que producen úlceras genitales: herpes, sífilis, chancroide, linfogranuloma venéreo y granuloma inguinal. México: Secretaría de Salud, 2010. cenetec.com Disponible en: http://www.cenetec.salud.gob.mx [Actualizada: 4 de julio de 2012; consulta: enero de 2013.] Cunningham FG, Leveno KJ, Bloom SL, Hauth JC, Gilstrap LC III, Wenstrom KD. Williams. Ginecología. México: McGraw-Hill, 2009. Norma Oficial Mexicana. NOM-039-SSA2-2002 Para la prevención y control de las infecciones de transmisión sexual. México: Secretaría de Salud. 8. Infertilidad: estudio básico de la pareja infértil Lorena Ruvalcaba Ortega Definición Conjunto de conductas, recomendaciones, exámenes diagnósticos y método integral y organizado para establecer la etiología de la infertilidad en una pareja.1 La infertilidad se define como la incapacidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses, o más, de relaciones sexuales frecuentes sin protección.2 La infertilidad se puede clasificar en primaria, cuando nunca se ha logrado el embarazo, y secundaria, cuando ya hubo embarazo pero no se logra de nueva cuenta. Epidemiología La tasa de fertilidad por cada ciclo menstrual es de cerca de 20%, en tanto que la de embarazos acumulados en las parejas con fertilidad probada es aproximadamente de 90% después de 12 meses y de 94% luego de dos años, de ahí que el estudio de la pareja infértil debe iniciarse después de un año de no lograr el embarazo. La infertilidad es un problema que llega a afectar a una de cada 6 o 10 parejas. La mayor parte de los estudios efectuados en países prósperos indica que 15% de las parejas experimentará infertilidad primaria o secundaria en algún momento de su vida reproductiva.1 La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta como causas principales de infertilidad al factor tubario, incluida la endometriosis en 42% de los casos y los trastornos ovulatorios en 33%. En México, Ramírez y colaboradores reportan que los trastornos del factor endocrino ovárico son la causa en 35% de los casos; el síndrome de ovario poliquístico es la alteración más frecuente (43%), seguida del factor tuboperitoneal (28%) y el masculino (26%).3 Fisiopatología Factores relacionados con la infertilidad femenina:4 1. Factores generales: diabetes mellitus, problemas tiroideos, hepáticos o renales. 2. Factores ovulatorios: síndrome de ovario poliquístico, fallaovárica prematura, defectos de la fase lútea. 3. Factores hipotalámico hipofisarios: hiperprolactinemia, síndrome de Kallman, hipopituitarismo. 4. Factores uterinos y pélvicos: pólipos, endometriosis, miomatosis, procedimientos que acortan el cérvix (conos). 5. Factores psicológicos: anorexia, bulimia, ejercicio excesivo. Factores relacionados con la infertilidad masculina:4 1. Factores generales: disfunción tiroidea, hiperprolactinemia, hipogonadismo, alcoholismo, tabaquismo, tuberculosis. 2. Factores testiculares y postesticulares: varicocele, hidrocele, orquitis, microdeleciones del cromosoma Y, prostatitis, obstrucción de conductos deferentes. Cuadro clínico Al evaluar la historia clínica, ciertos datos orientan hacia una causa probable de infertilidad. Por ejemplo, los antecedentes de ciclos menstruales regulares en general son indicios de que la ovulación es correcta en 97% de los casos, en tanto que los antecedentes de trastornos menstruales apuntan con gran certeza a anovulación, sobre todo los ciclos menstruales poco frecuentes (oligomenorrea).4 Si la paciente refiere ciclos menstruales Pontificia Universidad Javeriana Access Provided by: Downloaded 20211012 11:15 P Your IP is 138.97.161.152 Capítulo 17: Ginecología, ©2021 McGraw Hill. All Rights Reserved. Terms of Use • Privacy Policy • Notice • Accessibility Page 1 / 88 javascript:; http://accessmedicina.mhmedical.com/#herr_c17_bib001 http://accessmedicina.mhmedical.com/#herr_c17_fig001 http://accessmedicina.mhmedical.com/#herr_c17_bib002 http://accessmedicina.mhmedical.com/#herr_c17_fig002 http://accessmedicina.mhmedical.com/#herr_c17_bib003 http://accessmedicina.mhmedical.com/ss/terms.aspx http://accessmedicina.mhmedical.com/privacy http://accessmedicina.mhmedical.com/ss/notice.aspx http://accessmedicina.mhmedical.com/about/accessibility.html 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. Modificado de: Criterios médicos de elegibilidad para el uso de anticonceptivos de la OMS, 4ª ed, 2012. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 1. 2. 3. CAM Curso de actualización médica Capítulo 17: Ginecología 1. Amenorrea Ana María Eloísa Corona Aguirre • Julio Cervantes Orozco Definición Ausencia o cese anormal de la menstruación1 que sólo en tres condiciones se considera fisiológica: infancia, embarazo y lactancia, y menopausia. Ciclo menstrual normal Ver la figura 17.1-1. Figura 17.1-1. Ciclo menstrual normal. image Las alteraciones del ciclo menstrual, y la amenorrea como su máxima expresión, son manifestaciones de anomalías anatómicas o funcionales en cualquier punto del eje reproductor hipotálamo-hipófisis-ovario y de su relación con el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico, el ambiente endocrino metabólico normal y las estructuras genitales adecuadamente desarrolladas. Tradicionalmente, la amenorrea se ha considerado un signo de patología ginecológica, sin embargo, su etiología es tan heterogénea que no pocas veces es evidencia de una enfermedad no ginecológica grave. Clasificación2 Ver la figura 17.1-2. Figura 17.1-2. image Etiología Dada la complejidad de esta patología, se han desarrollado múltiples clasificaciones respecto de su etiología, y una de las principales que se citan en la literatura es la propuesta por la OMS:3 Clase I Falla hipotálamo hipofisaria Clase I I Disfunción hipotálamo hipofisaria Clase I I I Falla ovárica Clase IV Alteraciones del tracto genital Clase V Prolactinoma Clase VI Hiperprolactinemia funcional Clase VI I Tumores hipotálamo hipofisarios no hiperprolactinémicos Sin embargo, en revisiones recientes se ha propuesto abordarla desde las siguientes causas reconocidas:4 image image La disfunción hipotalámica representa la causa más frecuente de amenorrea en adolescentes, susceptible de avanzar a anovulación crónica por secreción insuficiente de hormona liberadora de gonadotropinas, que provoca bajos niveles de gonadotropinas y estradiol plasmáticos.2 image Abordaje Se sugiere iniciarlo en mujeres que no han presentado menarca:4 1. Edad: 15 años, con caracteres sexuales secundarios normales. 2. Edad: 13 años, sin desarrollo de caracteres sexuales secundarios. 3. Edad: menos de 10 años, telarca sin aparición de menarca en los cinco años siguientes. Historia clínica Exploración física Laboratorio Imagen Antecedentes personales Antecedentes familiares Antecedentes ginecológicos Mediciones antropométricas Criterios de Marshall y Tanner Signos vitales Exploración ginecológica Síntomas Gonadotropinas séricas Perfil tiroideo Glucosa Insulina Marcadores tumorales β-HGC USG pélvico Histeroscopia Histerosalpingografía RM pelvis RM cráneo Conociendo las diversas causas ginecológicas y no ginecológicas, estructurales y funcionales, el objetivo de iniciar el abordaje es un diagnóstico rápido de la amenorrea, con mínima invasión y al menor costo. De acuerdo con los protocolos de la SEGO,8 los requerimientos son de dos tipos: 1. Requerimientos mínimos: anamnesis dirigida, exploración física, perfil hormonal, ecografía. 2. Requerimientos opcionales: pruebas complementarias en función de la primera valoración. Un abordaje inicial y sencillo depende de parámetros bioquímicos básicos, como FSH y prolactina, para enfocarse en la sospecha diagnóstica que se muestra en la figura 17.1-3. Figura 17.1-3. image Tratamiento En términos generales, el tratamiento se dirige a la causa específica de la amenorrea (figura 17.1-4). Figura 17.1-4. image Pronóstico El pronóstico dependerá directamente de la causa de la amenorrea, y de que sea, o no, susceptible de tratamiento. En términos generales, es bueno para la vida, reservado para la función reproductiva a corto plazo y la morbilidad asociada con osteoporosis a largo plazo. Referencias Stedman’s Medical Dictionary, 27a ed. Filadelfia: Lippincott Williams & Wilkins, 2000:56. Deligeoroglou E, et al. Evaluation and management of adolescent amenorrhea. Annals of the New York Academy of Sciences, 2010;1205:23-–32. [PubMed: 20840249] Lunenfeld B, et al. Classification of amenorrhoeic states and their treatment by ovulation induction. Clin Endocrinol (Oxf), 1974;3:223-–237. [PubMed: 4600605] The practice Committee of American Society for Reproductive Medicine. Current evaluation of amenorrhea. Fertility and Sterility, 2008;90(Suppl 5):S219-–225. [PubMed: 19007635] Golden NH, et al. The pathophysiology of amenorrhea in the adolescents. Annals of the New York Academy of Sciences, 2008;1135:163-–178. [PubMed: 18574222] Patel SS, et al. Hyperprolactinaemia. Journal of Obstetrics and Gynecology, 2007;27:455-–459. Kelestimur S. Sheehan’s Syndrome. Pituitary, 2003;6:181-–188. [PubMed: 15237929] Amenorreas: concepto y clasificación. Endocrinología reproductiva y esterilidad. Patologías y diagnóstico. Madrid: Protocolos proSEGO, 1999. Disponible en: www.sego.es Iyer P, et al. Positive prolactin response to bromocriptine in two patients with cabergoline resistant prolactinomas. Endocrine Practice, 2011;16:1-– 11. Bondy CA. for the Turner Syndrome Consensus Study Group. Care of girls and women with Turner syndrome: A guideline of the Turner Syndrome Study Group. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, 2007;92:10-–25. [PubMed: 17047017] Teede H, et al. Polycystic ovary syndrome: a complex conditions with psychological, reproductive and metabolic manifestations that impact on health across the lifespan. BMC Medicine, 2010;8:41. [PubMed: 20591140] Tang T, et al. Insulin-sensitising drugs (metformin, rosiglitazone, pioglitazone, D-chiro-inositol) for women with polycystic ovary syndrome, oligo amenorrhea and subfertility. Cochrane Database of Systematic Reviews, 4:CD003053. [PubMed: 19821299] 2. Hemorragia uterina
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