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LA OIT 
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) está consagrada a la 
promoción de oportunidades de trabajo decente y productivo para mujeres y 
hombres, en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana. 
Sus objetivos principales son promover los derechos laborales, fomentar 
oportunidades de empleo dignas, mejorar la protección social y fortalecer el 
diálogo al abordar temas relacionados con el trabajo. 
Al promover la justicia social y los derechos humanos y laborales reconocidos a 
nivel internacional, la Organización persiste en su misión fundadora: la paz 
laboral es esencial para la prosperidad. En la actualidad la OIT favorece la 
creación de trabajo decente y las condiciones laborales y económicas que 
permitan a trabajadores y a empleadores su participación en la paz duradera, la 
prosperidad y el progreso. 
Historia de la OIT 
La OIT fue creada en 1919, como parte del Tratado de Versalles que terminó 
con la Primera Guerra Mundial, y reflejó la convicción de que la justicia social 
es esencial para alcanzar una paz universal y permanente. 
Su Constitución fue elaborada entre enero y abril de 1919 por una Comisión del 
Trabajo establecida por la Conferencia de Paz, que se reunió por primera vez 
en París y luego en Versalles. La Comisión, presidida por Samuel Gompers, 
presidente de la Federación Estadounidense del Trabajo (AFL), estaba 
compuesta por representantes de nueve países: Bélgica, Cuba, 
Checoslovaquia, Francia, Italia, Japón, Polonia, Reino Unido y Estados Unidos. 
El resultado fue una organización tripartita, la única en su género con 
representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores en sus órganos 
ejecutivos. 
La Constitución contenía ideas ya experimentadas en la Asociación 
Internacional para la Protección Internacional de los Trabajadores, fundada en 
Basilea en 1901. Las acciones en favor de una organización internacional que 
enfrentara temas laborales se iniciaron en el siglo XIX, y fueron lideradas por 
dos empresarios, Robert Owen (1771-1853) de Gales y Daniel Legrand (1783-
1859) de Francia. 
La fuerza que impulsó la creación de la OIT fue provocada por consideraciones 
sobre seguridad, humanitarias, políticas y económicas. Al sintetizarlas, el 
Preámbulo de la Constitución de la OIT dice que las Altas Partes Contratantes 
estaban “movidas por sentimientos de justicia y humanidad así como por el 
deseo de asegurar la paz permanente en el mundo...” 
Había un verdadero reconocimiento a la importancia de la justicia social para el 
logro de la paz, en contraste con un pasado de explotación de los trabajadores 
en los países industrializados de ese momento. Había también una 
comprensión cada vez mayor de la interdependencia económica del mundo y 
de la necesidad de cooperación para obtener igualdad en las condiciones de 
trabajo en los países que competían por mercados. El Preámbulo, al refejar 
estas ideas establecía: 
• Considerando que la paz universal y permanente sólo puede basarse en 
la justicia social; 
• Considerando que existen condiciones de trabajo que entrañan tal grado 
de injusticia, miseria y privaciones para gran número de seres humanos, 
que el descontento causado constituye una amenaza para la paz y 
armonía universales; y considerando que es urgente mejorar dichas 
condiciones; 
• Considerando que si cualquier nación no adoptare un régimen de trabajo 
realmente humano, esta omisión constituiría un obstáculo a los 
esfuerzos de otras naciones que deseen mejorar la suerte de los 
trabajadores en sus propios países; 
Las áreas que podrían ser mejoradas enumeradas en el Preámbulo 
continúan vigentes, por ejemplo: 
• Reglamentación de las horas de trabajo, incluyendo la duración máxima 
de la jornada de trabajo y la semana; 
• Reglamentación de la contratación de mano de obra, la prevención del 
desempleo y el suministro de un salario digno; 
• Protección del trabajador contra enfermedades o accidentes como 
consecuencia de su trabajo; 
• Protección de niños, jóvenes y mujeres. 
• Pensión de vejez e invalidez, protección de los intereses de los 
trabajadores ocupados en el extranjero; 
• Reconocimiento del principio de igualdad de retribución en igualdad de 
condiciones; 
• Reconocimiento del principio de libertad sindical; 
• Organización de la enseñanza profesional y técnica, y otras medidas 
similares. 
El inicio 
La OIT ha realizado aportes importantes al mundo del trabajo desde sus 
primeros días. La primera Conferencia Internacional del Trabajo en Washington 
en octubre de 1919 adoptó seis Convenios Internacionales del Trabajo, que se 
referían a las horas de trabajo en la industria, desempleo, protección de la 
maternidad, trabajo nocturno de las mujeres, edad mínima y trabajo nocturno 
de los menores en la industria. 
La OIT estableció su sede en Ginebra en el verano de 1920 con el francés 
Albert Thomas como primer Presidente de la Oficina Internacional del Trabajo, 
que es la secretaría permanente de la Organización. Con gran ímpetu impulsó 
la adopción de 16 Convenios Internacionales del Trabajo y 18 
Recomendaciones en menos de dos años. 
Este primer fervor pronto fue moderado, porque algunos gobiernos pensaban 
que había demasiados Convenios, el presupuesto era excesivo y los informes 
muy críticos. Sin embargo, la Corte Internacional de Justicia, bajo presión del 
Gobierno de Francia, declaró que el ámbito de acción de la OIT se extendía 
también a la reglamentación de las condiciones de trabajo del sector agrícola. 
En 1925 fue creado un Comité de Expertos como sistema de supervisión de la 
aplicación de las normas de la OIT. El Comité, que aún existe, está compuesto 
por juristas independientes responsables del análisis de los informes de los 
gobiernos y de presentar cada año a la Conferencia sus propios informes. 
La depresión y la guerra 
El británico Harold Butler, sucesor de Albert Thomas desde 1932, tuvo que 
enfrentar la Gran Depresión y su consecuencia de desempleo masivo. Al darse 
cuenta de que para abordar temas laborales necesitaba también de la 
cooperación internacional, Estados Unidos se convirtió en Miembro de la OIT 
en 1934, aunque continuaba fuera de la Sociedad de las Naciones. 
El estadounidense John Winant asumió el cargo en 1939 cuando la Segunda 
Guerra Mundial era inminente. Por motivos de seguridad trasladó la sede de la 
OIT en forma temporal a Montreal, Canadá en mayo de 1940. En 1941 cuando 
fue nombrado embajador de EE.UU. en Gran Bretaña dejó la Organización. 
Su sucesor, el irlandés Edward Phelan, había ayudado a escribir la 
Constitución de 1919 y desempeñó otra vez un papel importante durante la 
reunión de Filadelfia de la Conferencia Internacional del Trabajo realizada en 
medio de la Segunda Guerra Mundial, en la cual participaron representantes de 
gobiernos, empleadores y trabajadores de 41 países. Los delegados aprobaron 
la Declaración de Filadelfia, incorporada a la Constitución, que constituye aún 
una Carta de los propósitos y objetivos de la OIT. En 1946, la OIT se convirtió 
en una agencia especializada de la recién creada Organización de las 
Naciones Unidas. En 1948, todavía bajo la dirección de Phelan, la Conferencia 
Internacional del Trabajo adoptó el Convenio No. 87 sobre la libertad sindical y 
la protección del derecho de sindicación. 
Los años de la post guerra 
El estadounidense David Morse fue Director General entre 1948 y 1970, 
período durante el cual se duplicó el número de países miembros. La 
Organización asumió su carácter universal, los países industrializados pasaron 
a ser una minoría ante los países en desarrollo, el presupuesto creció cinco 
veces y el número de funcionarios se cuadruplicó. La OIT creó el Instituto 
Internacional de Estudios Laborales con sede en Ginebra en 1960 y el Centro 
Internacional de Formación en Turín en 1965. La Organización ganó el Premio 
Nobel de la Paz en su 50 aniversario en 1969.Entre 1970 y 1973, con el británico Wilfred Jenks como Director General, la OIT 
avanzó en el desarrollo de normas y de mecanismos para la supervisión de su 
aplicación, en particular en la promoción de la libertad sindical y la protección 
del derecho de sindicación. 
Su sucesor, el francés Francis Blanchard, extendió la cooperación técnica de la 
OIT con países en desarrollo y logró evitar el deterioro la Organización pese a 
la pérdida de un cuarto de su presupuesto tras el retiro de EE.UU. desde 1977 
hasta 1980. La OIT desempeñó también un papel importante en la 
emancipación de Polonia de la dictadura, al darle su apoyo total a la 
legitimación del sindicato Solidarnosc basándose en el respeto del Convenio 
No. 87 sobre libertad sindical, que Polonia había ratificado en 1957. 
Michel Hansenne de Bélgica asumió el cargo en 1989 y condujo la OIT 
después del fin de la Guerra Fría. Puso énfasis en la importancia de colocar la 
justicia social al centro de las políticas económicas y sociales internacionales. 
También orientó a la OIT hacia una decentralización, con mayores actividades 
y recursos fuera de la sede de Ginebra. 
El 4 de marzo 1999 el chileno Juan Somavia asumió el cargo de Director 
General. Somavia ha planteado la importancia de convertir el Trabajo Decente 
un objetivo estratégico internacional y de promover una globalización justa. 
También ha destacado el trabajo como un instrumento para la superación de la 
pobreza y el papel de la OIT en el logro de los Objetivos de Desarrollo del 
Milenio, que incluyen la reducción de la pobreza a la mitad para 2015. 
Areas de actuación de la OIT 
El bienestar del mundo y el progreso de la humanidad requieren de un 
desarrollo sostenido, una globalización justa y una gobernanza multilateral que 
fortalezcan el crecimiento de las economías y la justicia social al nivel 
internacional, nacional y comunitario. Para responder a estas aspiraciones la 
OIT cuenta con un inventario sin paralelo de conocimientos sobre el mundo del 
trabajo, adquirido después de haber respondido durante más de 80 años a las 
demandas de personas de todo el mundo que necesitan trabajos decentes, 
medios de sustento y dignidad. Atendemos los requerimientos de nuestros 
constituyentes tripartitas y de la sociedad como un todo de diversas maneras, 
por ejemplo mediante el establecimiento de normas internacionales, la 
cooperación técnica con los estados miembros, la diseminación de buenas 
prácticas, la capacitación, la comunicación y las publicaciones. 
La OIT promueve el desarrollo de organizaciones independientes de 
empleadores y trabajadores y les ofrece servicios de capacitación y consultoría. 
Su asistencia técnica incluye entre otras áreas: 
• Formación y rehabilitación profesionales 
• Política de empleo 
• Administración del trabajo 
• Legislación del trabajo y relaciones laborales 
• Condiciones de trabajo 
• Desarrollo gerencial 
• Cooperativas 
• Seguridad social 
• Estadísticas laborales 
• Seguridad y salud en el trabajo 
Por otra parte, la OIT realiza una serie de actividades transversales relevantes 
para todas sus áreas de trabajo. 
Actividades transversales 
• Definición del programa de la OIT: Trabajo Decente: Integración de 
políticas 
• Definición del programa de la OIT: Igualdad de género 
• Ampliación de conocimientos: Estadísticas 
• Ampliación de conocimientos: Instituto Internacional de Estudios 
Laborales 
• Ampliación de conocimientos: Centro Internacional de Formación de la 
OIT, Turín 
• Mejor percepción de las perspectivas de la OIT: Relaciones y 
asociaciones exteriores 
• Mejor percepción de las perspectivas de la OIT: Comunicaciones 
 
Funcionamiento de la OIT 
La OIT realiza su trabajo a través de tres órganos fundamentales, los cuales 
cuentan con representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores. 
Conferencia Internacional del Trabajo 
Los Estados miembros de la OIT se reúnen en junio de cada año en Ginebra 
para participar en la Conferencia Internacional del Trabajo. Cada Estado está 
representado por dos delegados gubernamentales, uno de los empleadores y 
otro de los trabajadores. Las delegaciones, frecuentemente encabezadas por 
ministros que hacen uso de la palabra en nombre de sus gobiernos, cuentan 
con el apoyo de asesores técnicos. 
Los delegados de empleadores y trabajadores pueden expresarse libremente y 
votar de acuerdo con las instrucciones recibidas de sus propias organizaciones. 
En algunas oportunidades votan en forma opuesta, o en contra de las 
posiciones de los representantes de sus gobiernos. 
La Conferencia establece y adopta normas internacionales del trabajo, y es un 
foro en el cual se debaten temas sociales y laborales de gran relevancia. 
También adopta el presupuesto de la Organización y elige al Consejo de 
Administración. 
El Consejo de Administración 
El Consejo de Administración es el órgano ejecutivo de la OIT, y se reúne tres 
veces al año en Ginebra. Toma decisiones sobre políticas de la OIT y establece 
el programa y presupuesto que posteriormente son presentados a la 
Conferencia para su aprobación. También elige al Director General. 
El Consejo de Administración de la OIT está formado por 28 miembros 
gubernamentales, 14 empleadores y 14 trabajadores. Los Estados más 
industrializados ocupan 10 puestos gubernamentales en forma permanente. 
Otros representantes de gobiernos son elegidos cada tres años teniendo en 
cuenta la distribución geográfica. Los empleadores y trabajadores eligen sus 
propios representantes. 
La Oficina Internacional del Trabajo 
La Oficina Internacional del Trabajo es la secretaría permanente de la 
Organización Internacional del Trabajo. Es responsable por el conjunto de las 
actividades de la OIT, que lleva a cabo bajo la supervisión del Consejo de 
Administración y la dirección del Director General, quien es elegido para 
períodos renovables de cinco años. 
La Oficina cuenta con unos 1.900 funcionarios de más de 110 nacionalidades 
quienes se desempeñan en la sede en Ginebra y en 40 oficinas en diversos 
lugares del mundo. Además hay unos 600 expertos que realizan misiones en 
todas las regiones del mundo en el marco del programa de cooperación 
técnica. La Oficina también cuenta con un centro de investigación y 
documentación, y como editora publica estudios especializados, informes y 
periódicos. 
Tripartismo 
La OIT trata de responder a las necesidades de los hombres y mujeres 
trabajadores reuniendo los gobiernos y los representantes de los 
empleadores y trabajadores con el fin de elaborar normas de trabajo, 
desarrollar políticas en la material y concebir los programas apropiados. 
La estructura tripartite de la OIT le proporciona un character único entre 
las organizaciones internacionales, ya que las organizaciones de 
empleadores y trabajadores participant en todas las discusiones con los 
gobiernos en posición de igualdad. 
La OIT apoya el tripartismo en los Estados miembros mediante la promoción 
del diálogo social en el diseño y la aplicación de estrategias nacionales. Las 
condiciones de empleo justas, el trabajo decente y un desarrollo que beneficie 
a todos no pueden ser alcanzados sin el consentimiento y el esfuerzo de 
trabajadores, empleadores y gobiernos. Con el fin de respaldar este esfuerzo 
uno de los objetivos estratégicos de la OIT es el reforzamiento del diálogo entre 
sus mandantes tripartitas. Ayuda a gobiernos y a organizaciones de 
empleadores y trabajadores a establecer relaciones laborales sólidas, a 
adaptar la legislación laboral para hacer frente a retos económicos y sociales, y 
a mejorar la administración del trabajo. 
“La lucha contra la necesidad debe proseguirse con incesante energía dentro 
de cada nación y mediante un esfuerzo internacional continuo y concertado, en 
el cual los representantes de los trabajadores y de los empleadores, 
colaborando en un pie de igualdad con los representantesde los gobiernos, 
participen en discusiones libres y en decisiones de carácter democrático, a fin 
de promover el bienestar común”. 
Declaración relativa a los fines y objetivos de la Organización Internacional del 
Trabajo, Filadelfia, 1944. 
¿Qué es el diálogo social? 
La OIT define el diálogo social como todos los tipos de negociación, consultas 
e intercambio de información entre representantes de gobiernos, empleadores 
y trabajadores sobre temas que son de interés común. La manera en que se 
efectúa este diálogo social varia de acuerdo al país y la región. Para un diálogo 
social efectivo se requieren: 
• Respeto por los derechos fundamentales de libertad sindical y 
negociación colectiva; 
• Organizaciones de trabajadores y empleadores que sean fuertes e 
independientes, con la capacidad técnica y los conocimientos necesarios 
para participar en un diálogo social; 
• Voluntad política y compromiso de todas las partes de participar en el 
diálogo social; 
• Respaldo institucional adecuado. 
Para que el diálogo social funcione, el Estado debe ser activo pues le cabe la 
responsabilidad de crear un clima político y civil estable para que las 
organizaciones de empleadores y trabajadores puedan funcionar sin temor a 
represalias. La negociación colectiva es la forma más difundida de diálogo 
social y constituye un indicador útil sobre la capacidad de los países para 
comprometerse con el tripartismo al nivel nacional. 
Libertad sindical: fundamental para el diálogo social 
Las organizaciones independientes de trabajadores y empleadores son 
pilares de la estructura tripartita de la OIT y de sus esfuerzos por 
promover la libertad sindical. El Comité de Libertad Sindical de la OIT, 
establecido en 1950, ha examinado más de 2.000 casos de violaciones a 
los derechos de organización de trabajadores y empleadores. Tiene 
mandato para abordar reclamos de todos los Estados miembros de la OIT, 
incluso de aquellos que no han ratificado los convenios sobre libertad 
sindical. 
En ocasiones los interlocutores tripartitas pueden abrir el diálogo social a otros 
actores importantes de la sociedad con el fin de obtener consensos más 
amplios. Las formas de diálogo social varían de acuerdo a las necesidades. 
Puede ser tripartita, con la participación del gobierno, o bipartita. Puede ser 
informal o institucional, y con frecuencia resulta en una combinación de estas 
dos formas. Es posible que se produzca a nivel nacional, o regional o dentro de 
una sola empresa. Puede ser intergremial, sectorial, o combinar ambos. 
Cooperación técnica 
a cooperación técnica de la OIT tiene como objetivo general la aplicación del 
programa de Trabajo Decente al nivel nacional, y apoya a los mandantes con el 
fin de lograr que este concepto se haga realidad para todas las mujeres y 
hombres. Los programas de cooperación técnica y de generación de 
capacidades contribuyen a conectar la actividad normativa de la OIT con la 
gente. Una extensa red de oficinas en África, Asia, América Latina, Europa 
Central y Oriental, y Medio Oriente, ofrecen orientación técnica sobre políticas y 
asistencia en el diseño y puesta en práctica de programas de desarrollo. 
Desde comienzos de los años 1950 la OIT ha entregado cooperación técnica a 
países de todos los continentes y de todos los niveles de desarrollo económico. 
Durante la última década se invirtieron un promedio de 130 millones de dólares 
anuales en proyectos de cooperación técnica que implican una estrecha 
colaboración entre países receptores, donantes, y la OIT con su red de oficinas 
alrededor del mundo. 
 
En este momento la OIT tiene más de 1.000 proyectos de cooperación técnica 
en más de 80 países, realizados con el apoyo de unas 60 instituciones 
donantes. Se recibe el respaldo de gobiernos, así como de la Unión Europea, 
agencias de la ONU, Banco Mundial, bancos regionales de desarrollo, 
organizaciones de trabajadores y empleadores, y asociaciones sectoriales. La 
OIT ha descentralizado la mayor parte de estas actividades, realizadas en la 
actualidad por oficinas en más de 40 países. 
Más de la mitad de los recursos de la OIT están destinados a programas de 
cooperación técnica divididos en cuatro categorías principales: 
• Reforma de la legislación del trabajo 
• Administración del trabajo y solución de diferencias 
• Fortalecimiento de la capacidad de organizaciones de empleadores y 
trabajadores para organizarse y negociar colectivamente 
• Concienciación 
 
Las actividades normativa y de cooperación técnica de la OIT están 
respaldadas por un programa de investigaciones, formación, educación y 
publicación. Se han creado dos instituciones especializadas: el Instituto 
Internacional de Estudios Laborales y el Centro Internacional de Formación en 
Turín, Italia. 
Los objetivos estratégicos de la OIT de derechos en el trabajo, empleo, 
protección social y diálogo social se traducen en generación de capacidades y 
cooperación técnica en diversas áreas como: 
Promoción y aplicación de la Declaración de la OIT sobre principios y 
derechos fundamentales en el trabajo que incluye: 
• Libertad sindical y derecho a la negociación colectiva; 
• Erradicación del trabajo forzoso y obligatorio; 
• Erradicación del trabajo infantil; 
• Erradicación de la discriminación en el lugar de trabajo. 
Generación de mayores oportunidades para que mujeres y hombres 
tengan la oportunidad de un empleo decente y productivo, lo que incluye: 
• Reconstrucción e inversiones generadoras de empleo; 
• Inversión en conocimientos, calificaciones y empleabilidad; 
• Estimular el empleo a través del desarrollo de la pequeña empresa. 
Mejoría de la cobertura y efectividad de una protección social para todos, 
lo que incluye: 
• El Programa de seguridad y salud en el trabajo, que busca mejorar 
la seguridad y la productividad; 
• Una seguridad social que responda a las necesidades de la gente. 
Profundización del tripartismo y el diálogo social mediante el 
fortalecimiento de las capacidades y de la base de conocimientos de los 
interlocutores sociales. 
Reflejando estas normas, el objetivo de trabajo decente de la OIT en un 
contexto de golbalización justa implica la generación de capacidades 
para: 
• Mejorar los derechos de todos los trabajadores, tanto en el sector 
formal como en el informal. 
• Promover oportunidades de trabajo que impliquen empleos de 
calidad y seguridad social básica. 
• Protección contra vulnerabilidades y contingencias que pueden 
causar la pérdida de empleos. 
 
Convenios fundamentales de la OIT 
Ocho convenios de la OIT han sido calificados por su Consejo de 
Administración, como convenios fundamentales para los derechos de quienes 
trabajan, independientemente del nivel de desarrollo de cada Estado Miembro. 
Estos derechos se anteponen a los demás porque proporcionan los 
instrumentos necesarios para luchar libremente por la mejora de las 
condiciones de trabajo individuales y colectivas 
Libertad sindical 
 Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de 
sindicación, 1948 (núm. 87) 
 Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, 1949 
(núm. 98) 
Abolición del trabajo forzoso 
 Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930 (núm. 29) 
 Convenio sobre la abolición del trabajo forzoso, 1957 (núm. 105) 
Igualdad 
 Convenio sobre la discriminación (empleo y ocupación), 1958 (núm. 111) 
 Convenio sobre igualdad de remuneración, 1951 (núm. 100) 
Eliminación del trabajo infantil 
 Convenio sobre la edad mínima, 1973 (núm. 138)

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