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LA UNIVERSIDAD: ¿Dónde está la investigación en la educación básica, media, técnica y de pregrado? Por: Jheason Osorio El instinto y la conciencia juegan papeles relevantes en el control de la razón a priori y a posteriori, es claro que nos cuesta trabajo adquirir la complejidad o sustancia de los objetos y las causas, es difícil encuadrar en su lugar la perspectiva radical del mundo de las cosas y el de las circunstancias, entonces iniciamos a cuestionarnos, es pues, que se vislumbra que alrededor de la razón y del conocimiento existen problemas. La mente del hombre tiene etapas para que su conocimiento sea material, el instinto es una primera, referida a un móvil, atribuido a un acto, sentimiento, objeto, animal o demás, que obedece a una razón profunda, sin que se percate de ello quien lo realiza o siente. La conciencia, en segundo asiento, como reflexión de las cosas, es decir, considerar algo detenidamente como reproductivo o novedoso, existe la condición de materia. En tercer desarrollo, la razón, ésta como la competencia de justificar y dar movimiento de significado y significante al algo, y por último, referente al conocimiento que es el estándar del instinto, la conciencia y la razón, así, logramos anteponer o postergar el entendido. Es requisito priorizar que dentro de la conciencia se compara e interpreta (se declara y se ordena algo). Desde el primer momento en que el hombre se sienta en lo factico y llega al logro de saber o percatarse que existen las cosas y que éstas son corroboradas y luego propuestas “para” y “en”, allí el hombre domina la conciencia, e inicia a razonar confusamente. Cuando nos topamos con lo que vemos, olemos, oímos y tocamos emerge a transito problemas de Filosofía, es decir, cuáles son esos principios axiomáticos de lo que percibimos, básicos de la conciencia. Es en media que la abstracción se sujeta de la interpretación y la comparación para encuadrar la perspectiva o adquirir la complejidad o sustancia del mundo de los objetos y las causas. Al llegar al logro de las preguntas se nos presenta la necesidad de adquirir más conocimientos para desarrollar las justificaciones, los significados y los significantes sobre los objetos y las causas. Sabemos que los conocimientos de la nada no nos llegan, la conciencia en nuestro cerebro se impulsa eléctricamente para buscar y encontrar por indagación un algo, sostenido por el primer referente, el objeto o causa que pretendemos entender. La pregunta génesis ¿Qué es verdad y que es falso?, hecha y solucionada millones de veces por la conciencia, la razón y el conocimiento bajo un procedimiento metodológico iniciado en anteponer o postergar el razonamiento, da a nacer en nuestra mente dos patrimonios, uno donde tenemos plenamente comprobado, por conducto de un método, un tópico, y otro, donde nos ha llegado por diferentes circunstancias e instrumentos inferencias utópicas que con posterioridad se tendrán que comprobar. Cada día producimos y reproducimos información y materias, estas las incorporamos en nuestro archivo mental con otras en su debido campo de explicación o reflexión. Nuestra mente busca, selecciona, interpreta, reflexiona y propone de toda aquella información que creamos y se nos es entregada, cada espacio está especializado para cada tipo de información, pero el más grande grupo, es la información que ya está verificada y la que está por verificar. El ser humano se ha instalado en un solo lugar con el propósito que desde allí se logre buscar, seleccionar, interpretar, reflexionar y proponer; en suma, grupos de personas con complejos conocimientos se reúnen en una sola esfera con el propósito de tener allí, la libertad de conciencia y pensamiento, además, unir sus fuerzas para apalancar sus propuestas de conocimiento. Este lugar se caracteriza por su autonomía absoluta, de su desprendimiento del subjetivismo político, económico y de lucha ideológica. Es en este llano sitio donde inicia a caminar la ciencia, la filosofía y la metodología de la investigación. Así las cosas, el modelo dogmático de educación, es la epistemología del método investigativo, la filosofía y la ciencia, desde el inicio del instinto. En misión los hombres se humanizan, saben que se existe y que son sensibles, “soy un ser, parte de algo y sirvo para…”. Es así, que se enlaza con sus pares y con el mundo al rededor sus entendidos. Por supuesto, que la Universidad es el mejor escenario para la exposición de conocimiento, luego que esta gran ágora transmite academia, investigación y desarrollo social. Ciertamente, este último presupuesto es la bitácora de todo el proceso académico e investigativo que se asume en la Universidad, ya que es su visión. El modelo investigativo de Universidad, entendido como aquel que desarrolla la cultura investigativa y el pensamiento crítico y autónomo, que permite a estudiantes y profesores acceder a los nuevos desarrollos del conocimiento, ha adquirido en la actualidad una gran importancia en el contexto de la educación superior, tanto es así, que se constituye en un parámetro de calidad de la misma, exigible y obligatorio en los procesos de registro calificado y de acreditación de alta calidad de los programas académicos. La investigación se mide por la calidad de los recursos humanos relacionados, concretamente sobre los grupos y centros de investigación, especialmente en sus productos, los cuales son el número de publicaciones científicas, gestión del seguimiento, la promoción y la asesoría. La Ley de Educación Superior (Ley 30 de 1992), establece en Colombia que todas las universidades deben tener investigación de alto nivel, es decir, generadora de nuevo conocimiento (investigación científica y tecnológica). Para las universidades, bajo el régimen educativo colombiano, esta exigencia se materializa en los programas de maestría y doctorado, los cuales deben demostrar un componente investigativo serio, para obtener su respectivo registro ante el Ministerio de Educación, pero, ¿dónde está la investigación en la educación básica, media, técnica y de pregrado?