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90 Equipos para Aplicacion de Plaguicidas en Frutales

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Equipos para Aplicación de 
 Plaguicidas en Frutales 
 
Dada la naturaleza en el crecimiento de los 
frutales, así como algunos sistemas de 
formación a las que son sometidas estas 
especies, se vuelve difícil la aplicación 
homogénea de los productos plaguicidas sobre 
la copa de las plantas. Las zonas interiores y 
superiores de la copa son las más difíciles de 
alcanzar. Por lo anterior, para incrementar la 
eficacia en el control de patógenos de los 
tratamientos fitosanitarios a base de 
plaguicidas, es necesario contar con el equipo 
de aplicación adecuado. 
Bases para la adecuada aplicación de 
plaguicidas 
Al momento de realizar una aplicación fitosanitaria con productos plaguicidas, se buscan básicamente dos 
objetivos: eficacia y eficiencia. Eficacia en el control del agente causante del daño al cultivo y eficiencia 
para aprovechar al máximo el producto fitosanitario con el mínimo costo de su aplicación. 
Trabajar con el equipo de aplicación en buen estado de funcionamiento. Si el equipo de aplicación 
presenta anomalías y no permite la distribución uniforme de los productos aplicados, entonces ni la 
recomendación del mejor técnico, ni el mejor producto, y por supuesto ni la mejor dosis ajustada sirven 
de nada. Las boquillas tienen que estar en buen estado y bien distribuidas. Por otra parte, el manómetro 
debe ser fiable, los filtros deben estar limpios y no debe existir ningún tipo de fuga en el sistema hidráulico. 
Es indispensable también tener un sistema de agitación en condiciones adecuadas. 
Realizar las aplicaciones en condiciones ambientales favorables. Debe tenerse en cuenta que una 
temperatura elevada y humedad relativa baja aceleran la evaporación de las gotas. Por otro lado, 
velocidades de viento elevadas pueden transportar las gotas fuera de la zona de cultivo a tratar, a lo que 
comúnmente se le llama deriva. Es por lo anterior que, las condiciones más favorables para la aplicación 
de productos plaguicidas es a temperaturas inferiores a 25°C, humedad relativa superior al 60 % y 
velocidad del viento menor a 3 m/s. 
Ajustar las dosis de producto fitosanitario a la dimensión y densidad foliar de los árboles. Las dosis 
recomendadas en las etiquetas de los productos plaguicidas no consideran las variaciones en tamaño de 
las plantas y la cantidad de hojas. De forma general las plantaciones jóvenes o que se encuentran en 
estados fenológicos iniciales presentan menor volumen de vegetación y, por lo tanto, requieren una 
menor cantidad de producto. 
Figura 1. Equipos de aplicación montados al dron. 
Fuente: Quiñones, 2017. 
 
 
 
 
 
Utilizar un equipo de aplicación adaptado a las 
características del cultivo. El sistema de formación es el 
aspecto que más condiciona la elección del pulverizador a 
utilizar. Por ejemplo, en árboles en forma de vaso se utilizan 
principalmente los pulverizadores hidroneumáticos 
convencionales, mientras que, en árboles en forma de 
espaldera (más planos y sin tanto volumen), se recomienda 
la utilización de pulverizadores hidroneumáticos con 
deflectores verticales para conseguir una mejor distribución 
del producto. 
Evitar tratamientos con volúmenes de aplicación elevados 
o muy bajos. Emplear volúmenes de aplicación inadecuados 
aumenta el riesgo de fitotoxicidades, insuficiencia de 
producto, escorrentía o deriva. 
Velocidad de avance adecuada. Generalmente, dependiendo del ancho y espesor de la copa se elegirá 
una mayor o menor velocidad, por ejemplo, para árboles anchos o muy espesos es más adecuado utilizar 
velocidades bajas, mientras que en arboles jóvenes delgados o poco espesos se optará por velocidades 
más elevadas. Las mejores aplicaciones se logran con velocidades de trabajo comprendidas entre 4 y 6 
km/h. 
Utilizar boquillas cónicas. Las boquillas cónicas permiten una mejor penetración del producto en el 
cultivo. En general, no se recomienda el uso de boquillas de pastilla, ya que son responsables de la 
formación de poblaciones de gotas poco uniformes. 
Adecuar distribución de boquillas. El sistema de formación de los árboles condiciona la distribución de 
las boquillas en altura. Es necesaria una proporcionalidad entre el caudal de las boquillas de cada altura y 
la vegetación hacia donde están orientadas. 
Trabajar a presiones moderadas. En el caso de las boquillas cónicas las presiones de trabajo deben estar 
entre 5 y 12 bar. No deben emplearse presiones superiores a 15 bar, ya que se originan elevadas pérdidas 
de producto por deriva y evaporación. 
Ajustar caudal del ventilador. El manejo del aire de los pulverizadores se debe realizar en base a las 
dimensiones del cultivo. Plantaciones jóvenes o delgadas requerirán menores caudales de aire. Los 
caudales de aire excesivamente elevados incrementan las pérdidas por deriva y el consumo energético. 
 
Figura 2. Aplicación de fitosanitarios en 
una plantación de manzanos con un 
pulverizador hidroneumático con 
deflectores verticales. 
Fuente: F. Camp, 2011. 
 
 
 
 
 
Calidad del agua. El agua es utilizada como vehículo para depositar los plaguicidas sobre las plantas. Por 
esta razón es importante realizar un análisis preliminar del agua para determinar el pH, la pureza química 
y biológica que ayude a incrementar la eficiencia del producto. 
Equipos de aplicación para cultivos frutales 
Los equipos de aplicación pueden clasificarse según su forma de desplazamiento, características del 
producto a distribuir, tipo de cultivo a tratar, volumen de aplicación por unidad de superficie, tamaño del 
espectro de gotas aplicado y formas por las cuales se producen las gotas, se trasladan, penetran o se 
adhieren al objeto de aplicación. 
Equipos pulverizadores hidroneumáticos. Apropiados para llevar a cabo aplicaciones en árboles o 
arbustos. Estos equipos cuentan con un ventilador ubicado en la parte posterior. El conjunto de 
deflectores conduce la salida del aire hacia el cultivo, donde el flujo de aire es divergente sin importar el 
diseño. En las toberas se ubican las boquillas hidráulicas, de manera tal, que permite que el conjunto de 
gotas formadas se incorpore a la corriente de aire. 
Equipos pulverizadores neumáticos. El líquido es impulsado por una bomba de baja presión o 
simplemente se derrama por gravedad dentro de una tobera por la que circula aire. El aire es impulsado 
por un ventilador centrífugo a una velocidad mayor de 50 m/s. Si se requiere aumentar el tamaño de las 
gotas se puede disminuir la velocidad del aire o aumentar el caudal de líquido. Las gotas obtenidas con 
este equipo son de menor diámetro y más uniformes que la obtenida con la técnica de pulverización 
hidráulica. Estas máquinas se pueden emplear para tratamientos localizados (zonas de difícil penetración), 
como puede ser el racimo de la vid. No obstante, tienen dificultades para mantener la dosis constante y 
pueden presentar baja homogeneidad cuando existen varios orificios de salida de líquido con conductos 
de aire diferentes. 
Atomizadores. Realizan la pulverización por 
presión del líquido del tratamiento, el cual 
sale por varias boquillas por medio de una 
corriente de aire auxiliar. Este aire es 
generado e impulsado por un potente 
ventilador que facilita el transporte de las 
gotas hasta el objetivo. En la Figura 3 se 
muestra un atomizador del tipo semi-
suspendido, en el que puede apreciarse la 
barra portaboquillas con la conformación 
característica para estas máquinas y el 
ventilador helicoidal. 
Figura 3. Atomizador semi-suspendido al tractor. 
Fuente: Porras et al., 2003. 
 
 
 
 
 
 
 
Nebulizador. Los nebulizadores se basan en la producción de un fuerte flujo de aire que arrastra pequeñas 
gotas de mezcla hacia el árbol. El aire es impulsado por una turbina accionada a la toma de fuerza del 
tractor y mientras es deflectado hacia el árbol una serie de boquillas incorporan pequeñas gotas a la masa 
de aire.Uno de los inconvenientes de este equipo es la deriva de pesticida que se genera durante la 
aplicación. Por lo tanto, es necesario calibrar adecuadamente el equipo para evitar desperdicio de 
producto. El tamaño de las gotas debe ser entre 50 a 120 micrones de diámetro. 
Aplicaciones aéreas. Se justifican en zonas con pendientes muy pronunciadas. La altura de vuelo utilizada 
sobre el árbol es de aproximadamente 10 metros, no obstante, ello depende en gran medida de las 
condiciones topográficas del huerto. Cuanto más cerca la aplicación mejor son los resultados. La 
turbulencia generada por el paso del avión ayuda a la penetración del tratamiento en el follaje. La aplica-
ción se debe realizar preferentemente en las primeras horas de la mañana hasta las 10 de la mañana. 
 
Cita correcta de este articulo 
INTAGRI. 2017. Equipos para Aplicación de Plaguicidas en Frutales. Serie Fitosanidad Núm. 90. Artículos 
Técnicos de INTAGRI. México. 4 p. 
 
Fuentes consultadas 
-Magdalena J. C.; Castillo H. B.; Di Prinzio A.; Homer B. I.; Villalba. J. 2010. Tecnología de Aplicación de 
Agroquímicos. INTA. Argentina. 196 p. 
-Fillat A.; Solanelles F.; Camp F.; Gracia F. 2011. Optimización de las Aplicaciones Fitosanitarias e 
Innovaciones Tecnológicas. Departament d´ Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentacio i Medi Natural. 
Cataluña, España. 4 p. 
-Ripa R.; Larral P. 2008. Manejo de Plagas en Paltos y Cítricos. INIA. Chile. 116 p. 
-Porras P. A.; Porras A. 2003. Tecnología de la Pulverización de Productos Fitosanitarios sobre las Plantas 
Cultivadas. 14 p.

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