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Trabajo Social Comunitario

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Senié Uñates Lemoine 
 
 
El fantasma del desarrollo en Latinoamérica. 
 
Hoy vamos a ver el concepto de desarrollo, para lo cual proponemos un texto de Aníbal 
Quijano, “El fantasma del desarrollo en Latinoamérica”. 
Aníbal Quijano fue un sociólogo, teórico y político de nacionalidad peruana que falleció en 
el año 2018. 
Este autor hace afirmaciones importantes que refieren a considerar qué se entendió por 
desarrollo, el término desarrollo, dice él, tuvo múltiples y azarosas biografías en 
Latinoamérica. Desde la 2da Guerra Mundial cambió muchas veces de nombre y apellido, 
fue cambiando su identidad. 
Esas múltiples afirmaciones estuvieron tensionadas por el reduccionismo económico y por 
los reclamos de las otras dimensiones de existencia social, o sea, que estuvo tensionado 
entre diferentes intereses y poderes. 
La promesa del desarrollo arrasó a toda la sociedad, y hoy se nos vuelve a convocar a 
pensar o a buscar una malla de la nueva configuración de poder que se conoce con el 
nombre globalización. 
Podemos correr el riesgo de que esa indagación a la cual se nos convoca se la realice con 
los mismos supuestos que precedieron anteriormente, y corremos el riesgo de caer en un 
callejón sin salida. 
Desde este posicionamiento, el autor realiza reflexiones en torno a, por ejemplo, qué es lo 
que se desarrolla, qué entendemos por desarrollo. Él afirma que lo que se desarrolla no es 
un país, la jurisdicción Estatal sobre un territorio y los habitantes, sino que lo que se 
desarrolla es un patrón de poder, que es la sociedad capitalista. 
El capitalismo no es lo mismo que el capital, se funda en este pero no se agota. 
Capitalismo es la configuración normal del poder de dominación, explotación y conflicto, que 
se articula en torno al capital y que es una relación específicamente de poder entre los 
controladores del trabajo asalariado y sus respectivos recursos y productos. 
Este patrón de poder se ejerce globalmente y desde su comienzo, en todo el planeta. Pero 
no existe ni existió de modo históricamente homogéneo en todo el espacio mundial. Más 
aún por su propio carácter, el capitalismo articula múltiples espacios y tiempos que son 
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histórica y estructuralmente desiguales y heterogéneos. Configuran con todo ello un mismo 
y único orden mundial. 
Decimos que el patrón de poder es mundial, se desarrolla de manera diferente en los 
distintos espacios y tiempos, y esa diferencia está en los modos y niveles que adquiere ese 
patrón de poder. . 
En los debates convencionales sobre el desarrollo, subdesarrollo se enunciaron como 
países subdesarrollados, desarrollados o en vías de desarrollo, teniendo en cuenta el actual 
mundo capitalista. 
Lo que está en debate acerca del desarrollo del capital es una doble cuestión, las 
condiciones y determinaciones históricas que explican las diferentes trayectorias del 
desarrollo, el patrón del poder capitalista, entre las regiones y países en el mundo. Y si 
realmente las actuales características y tendencias mundiales de dicho patrón de poder o 
en términos de su globalización, esto no es realista para el americano. Considerar el 
desarrollo capitalista en nuestros países, y si esto es así, sería llevar a la práctica aquella 
condición histórica que lo hicieron posible en otras áreas. 
El autor plantea que en este orden capitalista hay una asociación fundamental, entre el 
Estado Nación y el desarrollo. 
Los Estado Nación modernos siempre se desarrollaron y fueron fundamentales para las 
sociedades capitalistas en todas partes, y se pregunta ¿Por qué en algunas áreas se han 
conformado y desarrollado Estados Nación modernos y en otros no? ¿Qué ha 
ocurrido respecto a Latinoamérica? 
Plantea la necesidad de definir el concepto de Estado Nación y democracia. Dice que 
desde la 2da Guerra Mundial, para casi todo el mundo el Estado Nación pasa a ser una 
manera de percibir y estudiar el problema. La sociedad capitalista asume determinadas 
características democráticas dentro de un espacio de dominación. 
Se trata de un patrón de dominación, conflicto. Los habitantes de tal espacio están en 
relación de desigualdad respecto del control de recursos de producción y de las 
instituciones y mecanismos de autoridad, en especial, de los mecanismos de violencia. 
La democracia en la distribución de dichos recursos, y de las instituciones, no puede ser 
una democracia relativa y limitada. Las prácticas reales de esa democracia eran una 
condición sine qua non para que todo Estado Nación moderno se consolide. La ciudadanía 
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requiere existir como un modo cotidiano de relación social para funcionar como un modo de 
relación política. 
Plantea la ausencia de debate acerca de la verdadera implicancia que tuvo la 
configuración de los Estado Nación y la democracia, y da cuenta de que no se visibilizan los 
problemas y consecuencias de ese poder disciplinado. 
Hubo 2 vertientes que fueron dando cuenta y analizando el término desarrollo. 
 Una de esas teorías es la de la modernización, que es acuñada principalmente en 
EEUU, asociada al estructural funcionalismo. Esta teoría logró imponerse como parte del 
sentido común universal y que aún está vigente, donde la división de la experiencia de la 
humanidad está realizada en áreas específicas, economía, sociedad, cultura y política. Y le 
otorga esta teoría a la cultura, la condición y fuente de la explicación acerca de las 
diferencias entre los grupos humanos respecto del desarrollo. 
Con cultura se refiere a la manera de conocer, a la ideología y a la religión. Para esta 
teoría, los desarrollados eran modernos, racionales, protestantes, y los subdesarrollados 
eran tradicionales, no protestantes, co-racionales pre modernos, y sino francamente 
primitivos. 
La otra teoría es la del imperialismo capitalista, asociada al materialismo histórico. 
Atribuía al imperialismo capitalista primero, y luego a la dependencia externa o estructural. 
la explicación de la diferencia entre desarrollados y subdesarrollados. Está implicada la 
teoría de clase social del materialismo histórico, así como el discurso nacional de esa 
misma doctrina, aunque nunca fueron claras las relaciones entre uno y la otra. Lo 
importante es que los periodos de debate sobre desarrollo y subdesarrollo fueron, en 
general, practicados dentro de un patrón eurocéntrico de conocimiento, que desde el x XVIII 
es uno de los instrumentos principales de poder mundial capitalista, y no solo es en su 
primera fase, cuando giraba en torno al desarrollo económico como único eje de análisis. 
También, en su fase final, que está residiendo a que se le incorporan nuevas categorías 
como el desarrollo sustentable y el desarrollo humano. 
Pero, lo que no aparece en esa amplia familia de categorías es cómo se liberan en el 
debate de la presión y la prisión eurocéntrica. 
Otra categoría es el capitalismo mundial y la colonialidad del poder. Con América y el 
capitalismo se configuró un patrón de poder mundial, uno de cuyos basamentos es un 
instrumento de mayor denominación, es la idea de raza, que se piensa como una estructura 
biológica que diferencia a la población humana. Esa diferencia entre inferiores y superiores, 
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porque está asociada a las respectivas capacidades de producción cultural e intelectual, 
especialmente. 
La antigua idea sobre la superioridad e inferioridad de la gente en relación de dominación 
fueron naturalizadas. Sobre esta base, durante los 5 siglos siguientes se calificó a la 
población del planeta entre razas superiores e inferiores. Esta clasificación fue articulada 
por el control del trabajo y con el control de la autoridad y la subjetividad. 
Sobre la base de la idea de raza se produjeron y distribuyeron las nuevas identidades 
sociales, indios, negros, amarillos, blancos, mestizos, que se conforman como el eje de 
distribución mundial delas formas de dominación, explotación y conflicto sobre el trabajo. 
De igual forma, se produjeron, distribuyeron también las nuevas identidades geoculturales, 
América, Europa, África, Oceanía, Oriente y Occidente. Según las cuales se distribuye el 
control de poder político y cultural en el planeta. 
El colonialismo fue el escenario y el marco que permitió la constitución de la idea de raza, 
como el instrumento universal de clasificación social básica de toda la población del planeta, 
y esta clasificación probó ser hasta ahora el más eficaz mecanismo de dominación dentro 
del poder mundial capitalista. 
Otra de las categorías conceptuales es la de la colonialidad del poder. Cuando el 
colonialismo fue eliminado, la relación colonial de dominación entre razas no solo no se 
extinguió sino que se hizo mucho más activa y decisiva en la configuración del poder, 
desplazándose, de la institucionalidad el colonialismo a otra institucionalidad como países 
independientes o Estados Nación y, en consecuencia, articulándose a escala global. 
En América Latina, los dominantes y beneficiarios de las relaciones coloniales de poder 
eran una pequeña minoría. El nuevo Estado queda el de una raza y no el conjunto de la 
población, ni siquiera de una parte mayoritaria. Por lo tanto, no podemos decir que era 
nacional. 
No se trata de una posición de la burguesía del centro, sino de una comunidad de 
intereses fundada en la colonialidad del poder local y global. De lo que da cuenta el 
concepto de dependencia histórica, estructural, dentro del capitalismo mundial. 
Globalización, otro de los conceptos. Uno de los rasgos centrales de la globalización es 
la concentración de los recursos de la producción, los grupos de la burguesía financiera y la 
voracidad en la acumulación especulativa buscan o presionan la democratización o la 
desnacionalización de la sociedad y el Estado. Esto como una estrategia. 
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Los quieren menos democráticos, menos nacionales, para poder concentrar el poder y 
controlar así los recursos. El 80% del producto del mundo está en manos del 20% de la 
población mundial. 
Los pueblos de América Latina, los dominados y explotados, discriminados, están 
colocados ahora delante de la necesidad de decidir si ese es todavía el camino que querían 
o el camino que es deseable, que los pueblos de América Latina reflexionen cuál sería el 
camino deseable en esta historia. 
La dominación actual entre sociedades se cimenta en los criterios originados por la 
relación colonial, la colonialidad es un fenómeno que abarca las dimensiones políticas, 
económicas, sociales, culturales, como también epistemológicas y ontológicas. 
Todos hemos sido conducidos a creer que aquella identidad impuesta es la nuestra, y de 
esta manera seguimos siendo lo que somos, y como resultado nos podemos identificar 
nuestros verdaderos problemas, y mucho menos resolverlos. A no ser de una manera 
parcial y distorsionada. 
 
 
 
 
Senié Uñates Lemoine 
 
 
Desarrollo Comunitario. 
 
Texto de Esperanza Gómez Hernández, el texto refiere a la “Geopolítica del desarrollo 
comunitario: Reflexiones para el trabajo social”. 
La autora define a la década del 50 como el momento en que se institucionalizó el 
método de desarrollo comunitario. 
El mismo surge como una estrategia para integrar poblaciones en situación de 
marginalidad, marginados del desarrollo industrial. 
Esto dio origen al surgimiento de uno de los métodos clásicos de intervención, el de 
comunidad. Pero, por otro lado, nos invita a revisar supuestos políticos que subyacen 
implícitos en cada uno de los conceptos y metodologías, y ubicarlo en el contexto. (Desafío 
que nos propone la autora). 
Podemos señalar 2 antecedentes importantes en el método clásico de intervención, por un 
lado, el desarrollo comunitario en sus orígenes en las colonias inglesas por el año 20’’ en 
las colonias ubicadas en Asia y África y, por otro lado, ubicarlo en EEUU, en la crisis del año 
30’, en el momento de grandes migraciones europeas, y se buscaba en ese momento 
afianzar un proyecto de integración nacional. 
Este desarrollo comunitario en EEUU fue iniciado como un proceso en la creación de 
recurso y mantenimiento del equilibrio entre los recursos y las necesidades de una 
determinada área geográfica o campo específico del servicio social. Una forma de 
incorporar a la población a la vida democrática. 
En los años 50’ se institucionaliza el desarrollo comunitario como método de intervención 
mundial, en los países considerados al margen del desarrollo. Se construyó así un marco 
conceptual y metodológico, el progreso social será posible mediante el desarrollo 
comunitario. Un proceso destinado a crear condiciones de progreso económico y social en 
la comunidad, con su participación y esfuerzo, y con la colaboración de los gobiernos. Se 
buscaba mejorar las condiciones económicas y culturales, integrar a la comunidad a la vida 
del país para hacer posible el progreso nacional. 
El esfuerzo estuvo dirigido en favor del desarrollo económico, social y educativo. El propio 
pueblo debía participar de la planificación y en la realización de programas para elevar el 
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nivel de vida, con la colaboración de los gobiernos, y garantizar así que el desarrollo sea 
eficaz, viable y guiado. 
Para Latinoamérica, esta concepción y principios fueron consignados en el marco de la 
alianza por el progreso. El desarrollo comunitario fue inicialmente en el ámbito rural, y luego, 
urbano. Pero también estuvieron efectuados en distintas escalas, nacionales, regionales, 
provinciales, y variables. 
La responsabilidad del desarrollo comunitario estuvo en el Estado Nacional, mediante la 
coordinación y centralización de los servicios sociales, para los cuales hubo una 
financiación extranjera. 
Las estrategias para hacer posible el desarrollo comunitario fueron: 
La organización; la movilización de la población; y la planificación para lograr el 
cumplimiento de medios. 
También se requería de adiestramientos especiales, tanto a profesionales como a la 
misma comunidad. Los adiestramientos eran capacitaciones específicas a los trabajadores 
sociales en el desarollo comunitario, bajo esa perspectiva determinada. 
En la comunidad se debería capacitar a líderes locales que hagan posible la ejecución de 
esta propuesta. 
La autora considera que estas propuestas estuvieron centradas en el desarrollo como 
paradigma de un progreso occidental, moderno y europeo y norteamericano. Trasladando 
así en la configuración de los países del sur como atrasados o subdesarrollados. 
El desarrollo comunitario fue parte de un paquete de intervenciones más amplios, y 
presentó un ejercicio de poder de los EEUU afincados en la creencia compartida de éste y 
los gobernantes latinoamericanos de que el progreso social se podría lograr como 
desarrollo económico a partir de estrategias de consolidación nacional. Esta perspectiva 
estuvo implícita en lo que se conceptúa como desarollo de la comunidad. 
La colonización de EEUU hacia Latinoamérica estuvo sustentada en la idea de progreso. 
Lo que en Latinoamérica se estableció como desarrollo fue la perspectiva del progreso que 
desde los siglos XVIII y XIX se evidencian como crecimiento económico. Inspirados en las 
obras de pensadores como Adam Smith, Malthus, entre otros. Con los cuales va aparejada 
la convicción de liberalismo industrial. 
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Estas versiones surgen en occidente, Europa, en contextos sociales, económicos y 
culturales propios de la época y de su historia. Esta perspectiva de desarrollo se configura 
en la idea de progreso económico, liberal e individual. A lo cual se suma la creencia de que 
las ciencias son la única forma de validar conocimiento humano. 
Desde ese lugar, el desarrollo fue instalado como paradigma social del s. XX a través de 
un régimen de representaciones,en lenguaje y en la acción, por medio de los cuales se 
universalizan las sociedades europea y norteamericana como desarrolladas, y se crean y 
homogenizan a gran parte de las sociedades africanas, latinoamericanas, asiáticas, como 
subdesarrolladas. 
Se trata del ejercicio de poder y dominación mediante el discurso, que va configurando al 
otro una verdad establecida sobre este. Desde esta perspectiva de poder hegemónico del 
desarrollo encarnado en norteamérica y el pensamiento occidental europeo moderno se 
problematiza la pobreza, se analiza la economía, la vida social y cultural de los campesinos, 
las mujeres, los niños. 
Se generan estrategias de acción comunitaria y de adiestramiento educativo, y todo lo que 
acontece se reduce a potencialidades o frenos al desarrollo. 
Para el moderno, el bárbaro tiene la culpa por oponerse a la modernidad emancipatoria, 
por lo tanto, los costos y sacrificios para lograr el desarrollo son inevitables. Mientras desde 
el discurso del desarrollo se promueve el progreso moderno y occidental de igualdad, 
justicia, equidad, democracia, en la práctica social-cultural, la dualidad civilización/barbarie, 
desarrollo/subdesarrollo siguen operando y seguirán operando en tanto la construcción 
histórica de los pueblos del sur estén sustentadas en la equiparación con las sociedades 
europeas y norteamericanas. 
Esta visión del mundo se traslada con facilidad a la formación académica y a la vida 
social. En la década del 70’ se produce un apaciguamiento en relación al desarrollo 
comunitario de los países llamados del tercer mundo, no tanto en sus prácticas, porque 
estaban instaladas como metodologías en el territorio, sino en la producción académica. 
Se produce un cambio de centralidad de discurso oficial de desarrollo por parte de los 
organismos internacionales que fueron los promotores de esto. Se comienza a ver que el 
debate transitaba porque el crecimiento económico es por etapas, y que la integración entre 
lo social y lo económico dejan de ser un conflicto en ambas direcciones, ya que, se las 
consideraba como asuntos distintos. O bien, lo social subsidiario a lo económico. 
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La unificación en el enfoque del desarrollo comienza a dispersarse, se comienza a ver al 
hombre, a la mujer, el hambre, el hábitat, el empleo, etc., cada uno como un problema 
independiente, y que la centralidad en el debate del desarrollo es el ser humano. El 
desarrollo de los pueblos, el desarrollo integrado, el enfoque de las necesidades, el 
desarrollo sostenible, y así cada año el Banco Mundial intentaba dar nuevas orientaciones 
al desarrollo en sus informes mundiales. 
En los años 80’ se habla de desarrollo endógeno, esto se consolida luego como 
desarrollo local, propuesta que surge en Europa, Italia, Francia, España, y que se extiende 
a norteamérica y luego a los países latinoamericanos como una propuesta teórica y práctica 
para ser ubicada en el territorio y propuesta que hasta hoy está vigente en la producción 
académica y en la experiencia y sistematización de distintas organizaciones 
gubernamentales y no gubernamentales. 
El trabajo social es una profesión que ha encontrado en el desarrollo comunitario durante 
muchas décadas la posibilidad de acceder y adentrarse en el mundo de la cotidianidad 
social, de amplios sectores de la población. Y establecer con ellos relacionamientos 
progresivos, destinados a producir cambios en la manera en cómo las personas ven y 
quieren proyectar su vida futura. 
Este nivel de encuentro tan significativo genera un alto nivel de responsabilidad en lo que 
se va a realizar como trabajo comunitario. 
Tres reflexiones a tener en cuenta cuando pensamos esta intervención en lo 
comunitario: 
La tensión que se presenta entre la actualización profesional y el compromiso con los 
sectores populares, el analizar el sentido de comunidad en el cual ocurre ese trabajo 
comunitario, y situar el encuentro entre comunidades profesionales como un ejercicio de 
poder en el marco de la hegemonía del desarrollo a partir del cual se establecen nuevas 
relaciones particulares que aniquilan otras formas de relación que estén por afuera de lo 
dispuesto del desarrollo. 
La actualización profesional acorde a la demanda del contexto social suele ser la tera de 
la academia. Considerando los orígenes del trabajo social, europeo y nutrido de 
experiencias norteamericanas nos preguntamos ¿Qué es lo competiría a esa 
actualización de un trabajo social latinoamericano? 
Cuando revisamos la literatura encontramos cómo la influencia de los organismos 
internacionales fue hasta determinando el quehacer del trabajo social. Fueron enunciados 
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como que los trabajadores sociales implementamos trabajos y proyectos, que debemos 
contribuir a que la comunidad estudie sus propios problemas y decida por sí misma cómo 
resolverlo, que el trabajo social pueda ayudar con su conocimiento a contribuir, evitar 
aspectos traumáticos de los cambios que se producen en las comunidades, y es necesario 
que las comunidades deseen y acepten los cambios que modificarán su vida, y mantener, al 
mismo tiempo, una coacción social. 
La reconceptualización pretendió romper o, por lo menos, cuestionar el convencimiento 
del método clásico de comunidad, en tanto que sus precisiones iban más allá de la 
búsqueda de nuevas fórmulas para el tratamiento de la cuestión social. 
En su posicionamiento crítico, en su postura antiimperialista, en una lucha por la liberación 
nacional y la emancipación. Pero, advertimos acá que la actualización de los profesionales 
de la reconceptualización obedecían a intereses de la burguesía. 
Lo que se pretendió era, quebrar con la intención que determinaba al trabajo social como 
la profesión que buscaba que la comunidad se adaptara a determinados patrones, pero 
siempre esa posición de crítica en el marco del desarrollo de la comunidad. Y, en este caso, 
a partir de la reconceptualización ligada a la educación popular, al pensamiento 
revolucionario de izquierda, salir de lo asistencial. 
La autora afirma que existe una tensión entre el trabajo social que se acomoda a las 
directrices internacionales, cuyo afán es implementar programas en las comunidades, y el 
trabajo social que se identifica con aquellos sectores que permanecen al margen de la 
sociedad en condiciones de exclusión. Esta tensión permanece tanto en la formación 
académica como en el ejercicio profesional. 
Lo que se encuentra como lugar es que en ambas posturas se actúa siempre desde el 
paradigma del desarrollo, como crítica o como adaptación a este. La autora plantea la 
necesidad de rever el sentido que subyace en el discurso y en las prácticas. Identifica una 
tensión también en qué se percibe o qué se entiende por comunidad. 
Dos miradas acerca del concepto de comunidad: 
O la miramos desde la perspectiva de Ferdinand Tônnies, la comunidad soñada, una 
comunidad perfecta de la comunidad humana en estado primitivo y natural, que se conserva 
a pesar de la separación empírica, la comunidad de la sangre, de esencia que se desarrolla 
y especializa en la comunidad del lugar que tiene su inmediata expresión en la convivencia 
local, y esa comunidad que pasa a la del espíritu. 
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De esta manera, la vecindad, el parentesco y la amistad son asignaciones de lo que 
puede ser la comunidad. Sin embargo, la práctica del trabajo comunitario muestra que hay 
una gran distancia entre una comunidad soñada y la comunidad real. Esto aparece como 
fuente de conflicto y discordia con multiplicidad de problemas, de intereses individuales que 
se superponen al interés colectivo. 
Otra postura es la de Bauman, que dice que la postura de comunidad evoca 
sentimientos de algo bueno, de un lugar cálido, confortable y acogedor, un entendimiento, 
voluntad mutua. Como si fuese todo lo que echamos de menos y lo que nos faltapara tener 
seguridad y confianza. 
Pero, lo que se encuentra en la comunidad existente es el precio por querer estar en 
libertad, que se debe pagar con la pérdida de seguridad, que es lo que en la modernidad se 
denomina la autonomía, el derecho a la autoafirmación, el derecho a ser uno mismo. 
Asistimos a una ruptura de los muros de protección de la comunidad, producto de las 
comunicaciones entre sus miembros y el mundo externo. 
Por lo tanto, la comunidad del entendimiento común siempre necesitará de la vigilancia, 
fortificación y defensa, porque una vez deshecha la comunidad, no puede volver a 
recomponerse. 
El trabajo social puede tener estas 2 perspectivas. El sentido de comunidad se torna 
múltiple, ambivalente entre comunidad soñada y comunidad existente. Lo que se advierte 
para el trabajo social es que el encuentro con los habitantes de comunidades está mediado 
por esa tensión entre comunidad ancestral y comunidad moderna. 
Dicha interacción está mediada por el ejercicio de poder inmerso en contextos discursivos 
que van más allá de la identificación de un problema, el diseño de un programa o un 
adecuado o inadecuado gerenciamiento. 
El trabajo social comunitario es fundamentalmente un encuentro de lógicas y 
cosmovisiones del mundo, y de la vida a partir de la cual se configura una imágen del otro, 
la otra. El trabajo social tiene la posibilidad de seguir como profesión que, surgida en el 
marco capitalista se afianza en cada nuevo modelo que se promueve internacionalmente y 
se continúa apoyando al proceso colonizador occidental ampliamente extendido en la 
academia y la política, o bien, la posibilidad de reencontrarse con lo comunitario desde una 
perspectiva más intercultural, en lo que el conocimiento local, la acción colectiva y la 
construcción de subjetividades ocurra como parte del convencimiento de considerar que 
cada pueblo tiene posibilidad de hacer su historia, como lo han podido hacer los pueblos 
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europeos, y que no hay en el mundo un modelo social que pueda ser aplicable o replicable 
de manera universal. 
Dice la autora: “Confío en que no sea demasiado tiempo en que nos lleve reacomodar 
nuestro sentido y nuestras concepciones para comprender, para reavivar otro sentido de 
comunidad, menos emproblemada, de pronto, una comunidad menos soñada, pero sí más 
posible, quizás conocida y vivida desde los discursos y las prácticas del buen vivir”. 
 
 
Senié Uñates Lemoine 
 
 
Las particularidades del desarrollismo en Argentina. 
La reconstrucción del nivel de abordaje con sus claves. 
 
Orígenes del desarrollo comunitario: 
Los orígenes ingleses, que lo podemos llamar la corriente más integracionista, es una 
experiencia que se da en Inglaterra durante el periodo de colonización, en las colonias 
británicas de Asia y África, y es conducida como una estrategia de la oficina británica como 
forma de que haya una redefinición en los lazos coloniales, con el territorio. 
Así se va a implementar el trabajo comunitario, a través de programas sanitarios y 
educativos, como una manera del desarrollo comunitario. 
La corriente estadounidense, modernizadora, centrada en la cuestión social 
norteamericana, de principios de siglo, que tendría como escenario comunitario las 
barriadas inmigrantes. Esta experiencia que se va a organizar a través de un sistema de 
consejos locales, lo que tendrá como una marcada tendencia hacia lo organizacional. 
El desarrollismo va a tomar estas dos experiencias y va constituyendo para el trabajo 
social un encuadre apropiado para construir su método de organización y desarrollo de la 
comunidad. 
El proyecto desarrollista se configura como una propuesta de resolución a los problemas 
de atraso del desarrollo, que impedían el progreso económico. 
El paradigma desarrollista en Argentina: 
En 1955 es derrocado Perón, por un golpe militar, asume Lonardi a la presidencia, él va a 
estar muy poco tiempo, dado los conflictos que existían al interior del ejército, y es 
reemplazado por Aramburu, un restaurador desde lo ideológico y liberal en lo económico. 
Lonardi quería controlar las masas peronistas, poner al Estado al servicio de las 
agroexportadoras, facilitar el ingreso de capitales monopólicos. Reconstruir el consenso es 
lo que a él le preocupaba, legitimar las nuevas relaciones de clase, y controlar a los 
sectores explotados, que podían alterar el orden. 
La Revolución Libertadora, nombre con el cual se conoce a la dictadura cívico militar que 
gobernó a la Argentina en ese momento, se pudo consolidar sin tropiezo, para lo cual utilizó 
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distintas estrategias. La represión política, el encarcelamiento de dirigentes, la prohibición 
de los símbolos del peronismo, la entrada del FMI a influenciar en las políticas económicas 
del país, declaró la libre empresa, la política del anti estatismo, el Estado solo se reserva los 
resortes superiores de la intervención. 
Conforma una junta consultiva con todos los partidos democráticos, quedando afuera el 
Peronismo, y quiere modificar la Constitución del año 49’ por decreto, para lo cual va a 
llamar a una Convención Constituyente pero no logra modificarla. 
Entre los artículos que quería modificar estaba el derecho a reunión, la prohibición de 
discriminación por raza, los derechos de los trabajadores, la igualdad jurídica del hombre y 
la mujer en el matrimonio, el bien de familia, la patria potestad compartida, los derechos de 
la ancianidad, la educación primaria obligatoria y gratuita, la autonomía universitaria, la 
nacionalización de los recursos mineros y energéticos, entre otros. 
Año 1958 a 1962: 
Frondizi en el poder, un radical, UCR intransigente (gobierno democrático). Quiso 
legitimar nuevamente al Estado, apostar a la industria y al apoyo popular, reclamó apoyo a 
los países centrales para lograr el desarrollo de los países más pobres, se confió en los 
capitales internacionales como medio para alcanzar el desarrollo, en nuestro país el 
proyecto desarrollista se configura como una propuesta de resolución a los problemas del 
atraso y subdesarrollo que impedían el progreso económico. 
Los intereses en pugna eran diversos y poderosos. Le solicitan a Frondizi que cambie el 
ministro de economía que era Frigerio, y asume Alzogaray. Comienzan nuevas medidas, 
como la supresión de los subsidios a las industrias y se congelan los salarios. 
Año 1962 es derrocado Frondizi, asume la vicepresidencia el Presidente Provisional del 
Senado. 
En 1963 asume Illia, solo 3 años de gobierno, y luego es derrocado por un golpe militar, 
asume Onganía, que era autoritario, conservador, tecnocrático, anticomunista, católico. 
En lo económico propuso un modelo economicista monetarista, devaluó el peso argentino, 
bajó la demanda interna para reducir el nivel inflacionario y bajar el déficit fiscal. 
Hay un aumento en la productividad en las industrias de alta concentración tecnológica, 
esto hace que el salario nominal aumente, pero hay un deterioro del salario real. Hay una 
sobreoferta de mano de obra y una migración del campo a la ciudad. 
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Se propone la reconstrucción del consenso y ordenar la economía, lo hizo a través de la 
represión y la política social. Las políticas de control social que se anunciaron como 
eficientes, donde el uso de la técnica era importante para garantizar la implementación del 
modelo. 
Hubo una migración del campo a la ciudad, se conforman las villas, aparece la 
preocupación por la educación cargada de arbitrariedad, el prejuicio étnico de la argentina 
rubia y el cabecita negra, la división entre Buenos Aires y el interior, el centro y la periferia, 
los viejos habitantes y los nuevos habitantes, se requería de una disciplina social ante la 
expansión del capital, la racionalidad capitalista aparece como lo moderno y eficiente, había 
que educar para el cambio. 
Se creanlos consejos de la comunidad, erradicación de viviendas a núcleos transitorios, 
se debía garantizar el cambio y la adaptación a una nueva situación, lograr una adaptación 
a lo urbano, industrial. 
Buscaban la eliminación de situaciones marginales o focos propicios a los desajustes 
sociales, querían mejorar el estado sanitario de la familia y con ello la reducción de gastos 
de internación y asistencia médica. Acelerar el proceso de integración comunitaria, la 
reducción de los altos costos sociales que implican las inundaciones y los incendios en las 
villas, recuperar los terrenos y destinarlos a otros fines. 
En la erradicación de viviendas se recuperaban terrenos que eran destinados a otros 
fines. Introducir nuevas técnicas de construcción que impliquen un menor costo para el 
Estado, no importando la calidad. 
El control social se extendió a todos los ámbitos de la vida cotidiana, la comunidad 
desplazó provisoriamente a la familia en la preocupación oficial y su desarrollo. Promoción y 
represión, promoción que garantice el consenso a partir de la difusión de los valores de la 
sociedad, los principios del desarrollismo de la acción social se adecuan a las necesidades 
que propicia el nuevo gobierno. 
Se crean 2 organismos clave para poder llevar a cabo su política. El Consejo Nacional de 
Desarrollo (CONADE) y el Consejo Nacional de Seguridad (CONASE). Tenían que 
armonizar la seguridad para garantizar el desarrollo. 
Los organismos internacionales, la ONU, la OEA, fueron fundamentales para la difusión y 
puesta en marcha de los programas de desarrollo de la comunidad. Estos organismos se 
constituirán en un usinas generadoras de planes y expertos desarrollistas, y tendrán una 
importante influencia sobre los nuevos trabajadores sociales. 
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Este desarrollo en la disciplina lleva rápidamente a una excesiva preocupación por lo 
técnico metodológico, y a una crítica hacia el servicio social tradicional, que quedará 
expresada con la misión hacia fines de los 50’ que envia la ONU a cargo de Maidagan 
Ugarte, que tendrá como objetivo la revisión de los programas de estudio en la carrera de 
servicio social. 
En el año 1968, en el Congreso Panamericano de Servicio Social en Caracas, su 
presidenta proponía que los trabajadores estamos conscientes de la nueva exigencia 
planteada a nuestra profesión, en función del desarrollo integral de los pueblos, en el 
continente. 
Dentro del ámbito latinoamericano puede hablarse ya de una nueva imagen del trabajo 
social, comienza a borrarse la anterior, que lo hace aparecer como subprofesional, útil para 
el trabajo de campo, o para desempeñar posiciones intermedias en la administración de los 
programas, o para ayudar a la gente a realizar ciertas gestiones o para conseguir algún 
beneficio material. 
Se comienza a consolidar el mito del reconocimiento social y profesional en la 
superación de la sub profesión: 
La inversión de recursos en programas de desarrollo que se ubican en mediano plazo, la 
incorporación del positivismo y el estructural funcionalismo en la ciencia social, la 
gradualidad para llegar al modelo propuesto por los países desarrollados. 
Un importante lugar tiene el planeamiento social, y para quienes elaboran estrategias de 
procedimientos de intervención, incorporando estos aportes en el proceso de aceleración de 
cambio social en pos de la modernización. 
Podemos identificar a partir de los 60’ 2 líneas internas en el colectivo profesional: 
1- Los que se identifican con los sectores más tradicionales de la profesión, caracterizada 
por su posición comunista y católica. 
 2 - La línea desarrollista. La intervención en el campo de lo social desde este enfoque va 
a estar atravesado por 2 ejes fundamentales: la transformación y el desarrollo. Conceptos 
que aparecen permanentemente en los discursos y documentos desarrollistas de la época. 
Esta intervención se va a caracterizar por ser portadora de un sentido hacia el logro del 
consenso y la armonía social, tal como lo postulaba la teoría funcionalista. Uno de los 
elementos importantes es detectar a los líderes de la comunidad, quienes serán 
fundamentales para la motivación de la población, entendidas como atrasadas. 
Senié Uñates Lemoine 
 
Para ello, estos líderes serían quienes internalizarían más rápidamente los valores de la 
modernidad, y así podrían transmitirlo a su comunidad. En las políticas sociales de corte 
desarrollista, la intervención en lo social estará marcada centralmente por considerar a la 
ignorancia como causa de la pobreza. Así entendida, la intervención del trabajo social 
direccionará su práctica hacia el logro, por parte de la población, de una actitud más abierta 
al cambio y al modernismo. Esta actuará sobre pautas tradicionales y obstáculos para el 
desarrollo. 
El sujeto de la práctica era considerado como un sujeto pasivo, no como portador de 
déficit moral como lo fue en el modelo liberal positivista, sino que, se va a entender a este 
sujeto como el portador de problemas sociales estructurales, propio de las comunidades 
atrasadas. 
Estas prácticas se conocerán como el desarrollo de la comunidad, y su acción se va a 
orientar a la modificación de esas pautas culturales de la población. Para el desarrollo de la 
comunidad hay una incapacidad de la gente de solucionar los problemas si no recibe una 
preparación adecuada. 
El desarrollo de la comunidad encuadrará su práctica en un sentido formador - 
aleccionador, proponiendo un nuevo disciplinamiento en un contexto socio histórico en el 
que los pueblos del tercer mundo, y fundamentalmente en América Latina, mostraban una 
indisciplina oponiéndose a la dependencia y a la explotación. 
Década del 70’: 
La reacción social y la política comienza en los países latinoamericanos, movimientos 
sociales y populares en alza, Allende en Chile, Cámpora en Argentina, Velazco Alvarado en 
Perú, gobierno de facto aun. 
Se trata ahora de la liberación del hombre oprimido y no de la motivación al inculto, de la 
revolución más que de la integración, y el trabajo social define su objeto como la acción 
social del hombre oprimido y dominado, que no posee los medios de producción y que no 
participa realmente en la gestión política de la sociedad. 
Conforme a la coyuntura cambiamos también nosotros: 
El Estado fue visto como un lugar de opresión del pueblo trabajador, las instituciones 
como un espacio que impide cambiar algo, había que volver a las bases. Se hablaba de 
transformación y no de integración, de clase explotada y no de sectores marginados, se 
Senié Uñates Lemoine 
 
cuestionaba el asistencialismo y a los agentes de cambio para el desarrollo o agentes de 
estabilidad para paliar el conflicto. 
Un grupo de profesionales formado durante el apogeo desarrollista empieza a notar que 
aplicaban recetas y a cuestionarse tales recetas. Comienzan a revisar los postulados y 
marcos conceptuales, transformando poco a poco sus posiciones hacia una mirada crítica 
de la historia de la disciplina del trabajo social, incorporando la dimensión política del trabajo 
social y produciendo una experiencia que aportará la aparición de un movimiento crítico del 
trabajo social latinoamericano, que se conocerá con el nombre de movimiento de la 
reconceptualización. 
A este movimiento lo podemos ubicar apareciendo en 1965 en Argentina, también en 
otros países como Uruguay, Chile, Brasil. Ese fue el periodo más rico y de profundo debate 
teórico de la profesión, ese movimiento cuestionaba duramente el horizonte positivista en el 
cual se desenvuelve el trabajo social, promoviendo la dialéctica como alternativa 
epistemológica, e insertando seriamente esta preocupación en la profesión. 
Cuatro corrientes de pensamiento tuvieron influencia central en el movimiento de 
reconceptualización del trabajo social: 
Teoría de la dependencia, la educación liberadora, la teología dela liberación, y el 
marxismo latinoamericano. Y sus distintas manifestaciones, la pedagogía de la liberación de 
Paula Freire, la teoría de la dependencia de Theotonio Dos Santos, la filosofía de la 
liberación, el movimiento pasado y presente de origen cordobés, el marxismo humanista, la 
teología de la liberación, Orlando Fals Borda con su sociología de la liberación, 
preocupaciones por pensar la profesión desde un lugar político. 
Este movimiento se vio truncado por la dictadura militar. Si bien en su forma más cruenta 
se instala en Argentina en 1976, se dio casi en forma paulatina en toda latinoamérica, 
impidiendo la continuación de los avances y produciendo el retroceso de ese movimiento 
por la persecución ideológica y política y de la sociedad en su conjunto, desmovilizando con 
métodos represivos que incluyeron la desaparición de personas, para instaurar nuevamente 
el miedo y la represión. 
Reflexiones de Patricia Acevedo acerca de la identidad profesional: 
Pensar la identidad de nuestra profesión como una construcción histórica, compleja, 
polifacética y en permanente cambio. Nuestra profesión pasó por periodos históricos que 
marcaron rupturas, replanteos, críticas, y esto no significa que perdimos la identidad. La 
Senié Uñates Lemoine 
 
identidad de se genera lenta e históricamente y se constituye mediante una red de vínculos 
medianamente estables y significativos, y de relaciones que la sustentan. 
La identidad del trabajo social no solo se construye o es acordada por el colectivo 
profesional, tampoco es esa serie de rasgos y características que portamos, la identidad se 
construye de todo ello y de la imagen que de nosotros tienen otros profesionales, quienes 
nos contratan. La mirada de nosotros y de ellos, los no trabajadores sociales, marcan 
nuestra propia mirada sobre nosotros mismos, y desde esa idea nos constituye. 
La idea o imagen que se va formando en el profesional en cada momento de la historia va 
a depender de la demanda a la que responde y cómo lo hace, junto a la incorporación de un 
nivel de abordaje incorporamos categorías de análisis que aún perduran y marcan 
fuertemente nuestro marco teórico conceptual. 
La teoría del estructural funcionalismo ingresa de manera acelerada a nuestro campo, 
comunidad, funciones, disfunciones, equilibrios, desviaciones, adaptaciones, son nociones 
que no solo forman parte de un vocabulario, sino de una manera de ver lo social que 
predomina en la profesión durante el período que estuvimos analizando, y se instaló 
fuertemente hasta nuestros días. 
Para reflexionar: ¿Será que nos atraviesa en cada una de estas conceptualizaciones o 
adjetivaciones que hacemos de la realidad social una mirada colonial? 
 
 
 
 
 
 
 
 
Senié Uñates Lemoine 
 
 “Comunidad” como problemática sociológica. 
 
Proponemos un autor como Pablo de Marinis, que trabaja este tema desde los 16 
comentarios sobre la sociología y las comunidades. Es docente, investigador de la 
facultad de ciencias sociales de la UBA. 
El autor pretende introducirnos en la problemática de la comunidad, haciendo una 
revisión de cómo la sociología clásica fue construyendo y concibiendo las primeras 
formulaciones de lo que fue la comunidad a partir de la polaridad conceptual, hasta 
llegar a la versión actual, la comunidad pos social. 
Las comunidades pos sociales él sigue creyendo que son terrenos privilegiados para la 
construcción de sentido e identidad. 
La polaridad conceptual: 
Fue una forma inventada por los clásicos de la sociología para dar cuenta de 2 objetivos 
fundamentales, captar los rasgos más significativos de la mutación histórica, marcando 
puntos de partida y puntos de llegada de la misma, e identificando esos polos 
comunidad/sociedad, y construir tipos ideales de relaciones sociales, conceptos que 
sirvan para describir las formas particulares de agregación. Buscaban sentar las bases 
para el estudio de los asuntos humanos. 
Los sociólogos clásicos que trabajaron esta polaridad conceptual: 
Ferdinand Tônnies, que habla de la comunidad como un lugar donde se da la voluntad 
racional, reflexiva, donde los individuos están unidos por un origen, por sus 
sentimientos, por aspiraciones compartidas, y a este polo lo va a llamar Gemeinschaft. 
En la sociedad los individuos viven unos con otros, pero no están unidos, irrumpe el 
mercado, las relaciones son impersonales y artificiales, existe el contrato. A la 
sociedad la va a llamar Gesellschaft. 
Max Weber va a hablar de comunidad como un lugar donde se dan sentimientos 
subjetivos de pertenencia común, y cuando habla de sociedad habla de un espacio 
donde se dan ajustes de intereses motivados racionalmente, valorativamente, y/o con 
arreglo a fines. 
Émile Durkheim habla de solidaridad mecánica y solidaridad orgánica. 
Senié Uñates Lemoine 
 
Cuando refiere a la solidaridad mecánica habla de la sociedad compuesta por individuos 
que se diferencian poco entre sí, y que existe una conexión entre ellos que se da 
gracias a que comparten valores y creencias. 
Cuando habla de solidaridad orgánica, ella es propia de las sociedades industriales, 
donde se da la especialización de los individuos en distintos trabajos como 
especializaciones en distintos conocimientos. 
Comunidad Sociedad: 
El comienzo de la racionalización del dominio político, la burocratización de las 
instituciones, la formalización y despersonalización de las relaciones sociales, la 
automatización de los espacios funcionales podrían terminar diluyendo todos aquellos 
ámbitos seguros y familiares de la interacción de las redes de protección cercanas. 
Esa relación cara a cara. 
Pretendían poder encauzar o someter a ese mundo, pero quizás poner nombre e 
identificar los peligros eventuales que corrían esta pérdida de las relaciones más 
íntima, cara a cara de las comunidades, constituían un objetivo que iba más allá de su 
temor a la dilución o lo que implicaba la comunidad. 
Sociólogos clásicos, centristas: 
Llegaron a plantear de manera muy trágica qué se ganaba y qué se perdía con el 
avance de la Gesellschaft. 
Se ganaba eficiencia organizacional, productividad racional y formal, pero se perdía el 
espacio de plano existencial, no material, que construían o daban identidad en las 
comunidades. 
Las comunidades, si bien garantizaban esa seguridad, también eran consideradas 
espacios opresivos porque se comienza a debatir el uso de las libertades. Estos 
cambios que va planteando la modernidad son irreversibles, y ellos acompañaron esos 
procesos, dando cuenta de sus producciones que se traducían en consejos o 
advertencias de lo que era la modernidad. Ellos buscaban ordenar de tal manera que 
la sociedad mantenga su forma, que sean previsibles. Imaginaban una sociedad como 
un campo de intervención maleable. 
Los clásicos jugaron varios frentes, recuperar el Estado moderno, democrático y 
legítimo, llegaron a decir que lo que no entendían eran actores atrasados, que no 
entendían las reglas del juego. 
Senié Uñates Lemoine 
 
Realizaron varias sugerencias para la continuidad de la democracia y frente al avance 
de la burocracia, por ejemplo, hacer del parlamento un lugar para elegir libres, 
legitimar ese liderazgo a través de plebiscitos. 
Procuraban intervenir desde el consejo y la advertencia y pensaban que los Estados y 
los gobiernos dentro del esquema racional y liberal deberían correrse a un costado 
para que la sociedad se exprese libremente, exprese sus exigencias colectivas y las 
energías colectivas están siendo vistas como una forma potencial de la sociedad para 
contrarrestar cualquier amenaza de esa guerra de todos contra todos. 
¿Qué persiguieron los clásicos con la polaridad conceptual? 
 Describir ciertos tipos de relaciones sociales y consolidar el lugar de la 
sociología como ciencia que mejor posicionada estaba para hacerlo. 
 Explicar los procesos históricos que arrasaroncon las formas de vida colectiva, 
dando paso a sus formas modernas. 
 Ahuyentar esos temores acerca de que la sociedad terminaría devorándose a 
la comunidad, marcando puntos de fugas de la situación y sugiriendo vías para 
el encauzamiento ordenado. 
Ellos pretendieron con estos objetivos no salirse del delgado hilo que existe entre la 
objetividad cognitiva de la ciencia y el carácter normativo y prescriptivo de la esfera 
política aunque no lo lograron totalmente. 
Los temores de los sociólogos clásicos de que la sociedad devoraría a la comunidad 
resultaron ser parcialmente exagerados. Lo social experimenta modificaciones, la 
comunidad comienza a revivir, pero no desde el mismo lugar que fue pensada por 
aquellos clásicos. 
La comunidad que hoy comienza a configurarse es la comunidad pos social, y en ellas 
encontramos facetas novedosas que van a ir dando cuenta de este nuevo concepto de 
comunidad como comunidad pos social. 
Aparecen conectados 2 momentos históricos distintos, regidos por las 
racionalidades políticas diferentes: 
Durante la vigencia del liberalismo aparece la polaridad conceptual comunidad/sociedad, 
y en la vigencia del neoliberalismo comienza a desvanecerse el concepto de sociedad 
para dar prioridad al concepto de comunidad. 
Senié Uñates Lemoine 
 
La comunidad ha sido reinventada o reactivada por las racionalidades políticas 
contemporáneas, y la gran invención de la sociología parece desvanecerse, o de 
convertirse a través de un proceso que asume 3 dimensiones diferenciadas, aunque 
interconectadas: 
o La economización de medios de gobierno del Estado; 
o La reinvención de la comunidad; 
o El despliegue de la tecnología de un yo activo. 
La economización que el Estado realiza de sus propios medios de gobierno, un Estado 
adelgazado, es una nueva forma de articulación de sus tareas, abandona algunas 
tareas y las entrega a otros actores, a partir de reformas como la reconversión en los 
servicios de salud, en las jubilaciones, en los sistemas de seguridad social, en la 
flexibilización del mercado de trabajo, todo bajo los criterios del mercado. 
Bauman afirma que el Estado no se retira solamente, sino que se da una complejización 
del entramado entre lo público y lo privado, dando lugar a una nueva configuración de 
actores sociales y políticos. Debido a esto se recodifica el rol del Estado y se 
replantean los roles de sus instituciones. 
Surgen nuevos actores que desafían la relación Estado – sociedad civil, organizaciones 
sociales, ONGs, organismos internacionales, organizaciones sociales y comunitarias. 
Todos ellos constituyen una amplia red en cuyo marco se planifica, se enseña y se 
ejecutan políticas públicas. 
La disminución del Estado no implica que se disminuya su centralidad como actor en las 
decisiones, pero empieza a conformar una nueva red de relaciones distinta en su 
forma de gobierno. 
La comunidad reinventada ante un Estado adelgazado, comunidad pasa a tener un 
protagonismo importante. Las nuevas tecnologías neoliberales tienden a gobernar a 
través de las comunidades y apelan a la responsabilidad de las comunidades para la 
implementación de las políticas públicas. 
Dentro del diseño de las mismas, las políticas públicas aparecen con mucha relevancia 
en la participación de la comunidad. Se habla de una participación desde abajo, donde 
se encuentran los individuos. 
La tercera dimensión es la tecnología del yo activo, la reconversión de lo social a efecto 
del acomodamiento de las funciones del Estado, no puede menos que traer consigo 
ciertas modificaciones sobre el estatuto del sujeto. 
Senié Uñates Lemoine 
 
En este nivel donde se pone en contacto la tecnología del gobierno sobre los otros con 
las tecnologías del yo. El individuo de lo social deconvertido está localizado en un 
sinnúmero de nuevas o viejas encrucijadas que fueron significativamente alteradas, 
así se puede actuar como beneficiarios de programas estatales focalizados, como 
vecino o como miembro de comunidades o escenas particulares que se movilizan para 
la promoción y defensa de su propia territorialidad simbólica o material. 
Como elemento involucrado en un denso entramado de poderes facticos, de saberes 
expertos, como cliente de la cada vez más diferenciada oferta de mercado. 
Ese sujeto que parece como activo, responsable, participativo, dinámico, claramente 
construyendo una nueva subjetividad luego, convocando al paricipacionismo, algo que 
refleja una profunda ambivalencia. En algunos casos aparecen motivados o 
involucrados con capacidades y potencialidades de las organizaciones sociales o 
civiles para buscar sus propias soluciones y de sus propios intereses, más allá del 
autoritarismo del Estado. 
Algunos movimientos sociales u ONGs son representantes de esta concepción, 
interesados en el empoderamiento y la promoción de las comunidades asumiendo 
rasgos emancipatorios. Pero muchas veces no es así, aparecen como tales pero 
terminan siendo estrategias de aquellos que defienden ese Estado adelgazado. 
Paradojas y dificultades: 
Pensar que esta asociación pública y privada, que son uno de los terrenos privilegiados 
de esta nueva configuración social, se trata de espacios complejos, de acciones e 
intervención donde las comunidades son convocadas, o ellas mismas se convocan a 
tareas de gobierno. 
Cuando sienten alguna necesidad de hacer algo para enfrentar, buscar solución a esos 
problemas. Lo hacen presionando al Estado o buscando la resolución del mismo en el 
mercado, a veces lo hacen en 2 sentidos. 
 No todas las comunidades tienen las mismas condiciones para hacerlo, en ellos el 
acceso a las redes de capital social, de recursos económicos, de capacidad e lobby, 
son diferentes. 
Pareciera que esta intervención del individuo en esta nueva racionalidad política que se 
promueve, se promueve a ese individuo activo que, ante los múltiples riesgos siente 
que debe tomar sus precauciones, elegir racionalmente entre las opciones abiertas y 
disponibles, o generar nuevas propuestas. 
Senié Uñates Lemoine 
 
Lo que le debe quedar claro a ese individuo es que nadie vaya a hacer todo por el, la 
instrumentalización por parte de las autoridades de los deseos, las necesidades y los 
temores de la población corren en paralelo al esfuerzo previsor y anticipador de riesgo 
del sujeto prudente, en un contexto donde el riesgo deviene crecientemente social. 
En estas nuevas instrumentalizaciones de lo social el individuo siente que debe recurrir 
a este ámbito de mercado para resolver sus problemas, o en el Estado, pero de 
manera individual. Muchas veces son convocados a resolver cuestiones individuales o 
en forma comunitaria a problemas que son de carácter sistémico. 
Comparación entre viejas comunidades y nuevas comunidades pos sociales: 
 
 
 
 
Senié Uñates Lemoine 
 
 
El barrio en la teoría social: 
 
Proponemos al autor Gabriel Gravano, que es Doctor en Ciencias Antropológicas de 
la UBA, investigador y docente en esta facultad. Vamos a trabajar el último capítulo 
que habla de los haberes y deberes teóricos sobre el barrio. 
Comienza afirmando que existen distintas concepciones acerca de lo barrial, y que 
muchas producciones en las ciencias sociales fueron dando cuenta de esto. 
Encontramos muchas veces conceptos referidos al barrio muy desde el sentido 
común, sin un análisis profundo. 
2 ideas: 
Marcar lo que existe como concepto y lo que todavía no se puede dar cuenta de ello, 
por eso habla de haberes y deberes, lo que está pendiente, de lo que se habló y se 
haba acerca del barrio y de lo que para él hay una vacancia de las ciencias sociales 
que dé cuenta de este concepto de lo barrial. 
El concepto de barrio y la realidad barrial no se encasillan en una misma disciplina, 
múltiples disciplinas fueron dando cuenta de estos conceptos. 
Plantea 2 visiones para pensar el barrio desde la teoría: 
Una visiónmecanicista, ahistórica, que tiene sus raíces en el s. XIX en el 
idealismo de las utopías comunitarias, que se desarrolla en plenitud en el tipologismo 
Weberiano, y se apoya en la ideología de la integración y adaptación funcional 
desarrollista. 
Lo urbano se va a constituir como una variable independiente de las grandes 
determinaciones, pero sin tener en cuenta las condiciones materiales de clase que 
conforman su marco. 
Una visión dialéctica e histórica, que no se constituye como un corpus ordenado ni 
armado, sino que se apoya en el marxismo, en la teoría de la dependencia y la del 
conflicto. 
Senié Uñates Lemoine 
 
Se construye una visión inicial del fenómeno urbano en el que la ciudad se entiende 
como una variable dependiente del proceso social. Considera que los problemas 
urbanos encuentran la solución en la revolución social. 
Desde la corriente funcionalista: 
Que parte de la teoría de los barrios bajos (slum), va a considerar la integración 
como parámetro básico y universal de su paradigma, pero desde una mirada socio 
céntrica. 
Cuando propone el concepto de cultura, dice que esta corriente lo va a hacer desde 
una visión etnocéntrica. 
En muchos casos estas visiones ocultan lo que en realidad existe dentro del barrio, 
que es la segregación o se empiezan a justificar o neutralizar los conflictos sociales, 
que son vistos por esta corriente como un obstáculo. 
Desde la corriente marxista: 
La realidad barrial está mirada desde la perspectiva de lucha de clases. 
Lo importante no es considerar a la realidad barrial dentro o fuera de la lucha de 
clases, sino concebirla desde la perspectiva de la lucha de clases, y apunta a pensar 
la teoría de la dependencia, proyectada desde la visión de la independencia. 
El efecto de la ciudad moderna, la segregación, la exclusión, la marginación, son 
parte constitutiva de ese mismo sistema. 
La propuesta del autor: 
El autor plantea la necesidad de recuperar la idea de totalidad y unidad del mundo 
tradicional y moderno, desarrollado y subdesarrollado, central y periférico, y de sus 
relaciones dialécticas de oposición dentro de esa unidad. 
El barrio en el marco de esa relación pasa a ser una parte de un todo 
interrelacionado y de una interrelación con él, no como una comunidad cerrada. Dentro 
de esta relación de totalidad es necesario considerar el papel estructurante e histórico 
de las luchas de clase, en tanto son generadores de contradicción. 
En ella el barrio ocupa el lugar de indicador de los procesos de segregación urbana. 
Los contrastes de clase de las que los barrios son como la marca física se dan por la 
apropiación del excedente urbano dentro de la propia ciudad. Entendiendo que lo 
Senié Uñates Lemoine 
 
urbano, el valor de su uso de la ciudad como ese insumo necesario para la 
reproducción material y social. 
La definición que hace de barrio la va a analizar presentando distintas dimensiones 
para pensar el barrio. 
Dimensiones para pensar lo barrial: 
La segregacionalidad: es condición necesaria para hablar de barrio en el marco de 
la apropiación desigual dentro de la ciudad. 
Naturalizar la segregación ha sido un posicionamiento que marcó a los 
funcionalistas. Asocia esta dimensión con otras dimensiones que va a ir dando cuenta, 
el de espacialidad, el de institucionalidad y el de funcionalidad. 
La espacialidad: la cuestión de las escalas sirven para distinguir al barrio como el 
mundo del peatón y de las relaciones preponderantemente primarias, el barrio 
inmediato, y el barrio como unidad mayor, capaz de incluir en sus senos diversos 
núcleos de sociabilidad. Lo que otros podrían denominar vecindarios. 
Se distingue coincidiendo o no con el vecindario y el barrio la comunidad local, la 
comunidad étnica. Fuera de esto se puede ver en cada barrio fronteras entre las 
secciones y los segmentos, lo importante es la relación estrecha entre los elementos 
físicos y lo social como constructor del espacio barrial. El barrio es una porción de 
espacio materialmente construido, parte de la totalidad urbana. 
Esta dimensión puede ser lo que rodea el centro de la ciudad como al mismo núcleo 
de ella. Se define mediante marcas que pueden o no coincidir con la regulación formal 
o institucional, identificando o problematizando el tema de la frontera. Haciendo visible 
la relación estrecha entre los elementos físicos y lo social como constructor del 
espacio barrial. 
La funcionalidad: se manifiesta en el posicionamiento intermedio asignado al barrio 
entre la unidad doméstica y las instituciones, y el espacio público para todos los 
barrios en general, y el mundo de la producción para el caso de los barrios 
industriales. 
Hay quienes señalan que lo que pasa dentro de la vivienda también depende de lo 
que pasa en el barrio y cómo se establece la relación entre la familia y los grupos 
secundarios de los barrios. 
Senié Uñates Lemoine 
 
La escenificidad: en el barrio es el ámbito donde ocurren algunos de los problemas 
urbanos, este fue uno de los orígenes de su valorización negativa. 
El carácter de escenario no debe ser concebido como neutral, ya que a ese nivel 
micro social se presenta como un muestrario a donde se denuncian las desigualdades 
de fondo. 
La institucionalidad: emerge en los centros vecinales, es un espacio institucional 
donde los vecinos de los barrios comienzan a integrarse y empieza a tomar cuerpo el 
concepto de participación, el grado de participación como un indicador que va a 
determinar la adhesión al espacio institucional. 
No hay que caer en la concepción participacionista, al estilo de la sociología clásica, 
porque ese concepto encubre una relación de poder, y niega la confrontación. 
En esta dimensión es importante además el surgimiento de los movimientos sociales 
que tuvieron sus orígenes en ese espacio barrial y que fueron conformándose a partir 
de la necesidad de buscar reivindicar algún derecho vulnerado. 
La intersticialidad: apunta a la relación abarcarlo a y a la vez intermedia de lo 
barrial entre lo público y lo privado, el barrio en el medio de eso, entre lo doméstico y 
lo institucional, pero asociado fundamentalmente a lo popular. 
Lo popular: ha tenido distintos usos de lo barrial/popular, lo popular en lo barrial, 
adherido semánticamente a los estratos sociales más bajos, lo barrial popular oscila 
entre la calificación contrapuesta como constructor de poder, resistencia y 
participación, clientelismo, receptor de política, generador de movilizaciones. 
Para los teóricos de la articulación social o popular barrial es el punto de inflexión de 
la construcción de hegemonías, es el barrio de lo relacional. 
Es necesario relacionar esta variable de la inclusividad que pone al barrio en relación 
con la totalidad, y pensar al barrio como parte de implicancia, y establecer una relación 
con la totalidad. 
La identidad: es necesario concentrarnos en lo que subsiste y cambia en las pautas 
culturales, y la explicación de su papel en la historia presente, más allá de lo que se 
pierde. 
Es útil esta visión crítica hacia la producción de los actores. Gravano dice que 
además debemos apuntar a los procesos internos de introducción de las relaciones 
Senié Uñates Lemoine 
 
históricas en y por la construcción de la identidad, de representaciones ideológicas, 
incluidos los discursos públicos y de sentido común, y de valores compartidos con 
referencia a los barrios. 
La segmentalidad: es un ingrediente real y necesario para pensar lo barrial, 
vinculando los actores con el espacio, con la espacialidad. No debería constituirse 
como un obstáculo para la identidad, requiere de la distinción de los actores sociales 
para cada unidad de conservación, con sus correspondientes variables internas 
(comunidad, sexo, residencia, ocupación). 
Como variables que vinculen a estos actores y los espacios mismos, principalmente 
la territorialidad ola pertenencia étnica. 
La imaginabilidad y la idealidad: hay muchas producciones teóricas que hablan 
acerca de la construcción de la identidad barrial sobre la base de ese barrio que fue y 
que ya no lo es en la actualidad. 
El eje es la recuperación de la dimensión significativa, representativa, subjetiva, 
vivida, simbólica o cultural del espacio. El barrio con gente que vive el barrio, la 
imaginabilidad es el resultado de considerar al barrio como un espacio con actores. 
La imaginabilidad del barrio puede pensarse a partir de la relación entre el barrio 
físico y el barrio representado, esa imagen de los barrios, el barrio convertido en ese 
ideal de vida comunitariamente digna dentro de la ciudad moderna. 
 
Senié Uñates Lemoine 
 
. 
Objetivo, funciones, y estrategias del TSC: 
 
La intención de esta clase es retomar algunos temas que ya vimos en la unidad uno 
cuando vimos los fundamentos del trabajo social comunitario de manera de poder ir 
entendiendo la definición de campo de intervención específico del trabajo social y 
entender el campo de la intervención social, en el cual se inscribe esta práctica específica 
de nuestra profesión. 
Cuando hablamos del campo, el que Bourdieu lo denomina como un espacio 
estructurado, de posiciones, que tienen propiedades específicas, que le otorgan una 
relativa autonomía. Un campo que se define y se va definiendo teniendo en cuenta ese 
juego de intereses específicos que se ponen en cuestión. 
En ese campo interactúan agentes sociales diferenciados que ocupan posiciones 
objetivas diferentes, y que persiguen satisfacer sus intereses particularizados. Lo que 
buscan es mantener un posible control sobre el proceso, y que les posibilite de esa 
manera la obtención de un capital específico. 
Para ello se articula con distintos aliados, hay convergencias parciales, temporarias, que 
son más o menos duraderas. En ese campo también actúan actores sociales que tienen 
sus propias apetencias, que quieren evitar cambios y sostenerse en ese status quo para 
mantener su posición privilegiada. Todo esto va configurando ese campo de la 
intervención social. 
Son campos que tienen un espacio heterogéneo, en los cuales nosotros los 
trabajadores sociales intervenimos. Cada campo tiene una autonomía relativa, y va a dar 
lugar esta heterogeneidad en el campo a pensar en estas estrategias de intervención. 
Retomo la propuesta de campo profesional del trabajo social que según Nora Aquín se 
conforma de los procesos de producción cotidiana de la existencia, de los procesos de la 
distribución secundaria del ingreso y de los sujetos con dificultades para resolver sus 
problemáticas específicas. 
Senié Uñates Lemoine 
 
Esta autora nos hace pensar en este fundamento del campo del trabajo social como una 
profesión que se va a caracterizar por ser una práctica especifica al interior de ese campo 
de la intervención social en el cual no estamos solos los trabajadores sociales, 
intervenimos con otras profesiones. 
Su campo especifico del trabajo social se basa en los siguientes elementos: 
Hay un marco de referencia, hay un objeto, hay un sujeto, hay objetivos, funciones y 
procedimientos. 
La heterogeneidad de los espacios sociales nos llevan a pensar en la construcción de 
diferentes estrategias de intervención que van a estar vinculadas a esos espacios 
sociales. Y esa heterogeneidad determina el tipo de estrategia de intervención que yo voy 
a pensar en ese campo. 
Estas estrategias, más allá de la particularidad de cada una de ellas, Nora Aquín nos 
invita a pensar que tienen que tener, por lo menos, 3 componentes fundamentales muy 
claros que son, una referencia teórica, una definición de la especificidad del trabajo social 
y procedimientos determinados que se piensa antes de esa estrategia. 
Dentro de esos 3 componentes podemos identificar 2 dimensiones, elementos externos 
al campo, que sería el proyecto político vigente, el marco institucional y los elementos 
internos al campo. 
Entre los elementos internos al campo señala los siguientes: los sujetos, el objeto de 
intervención, los objetivos y las funciones. 
Los sujetos que están determinados en esta intervención del nivel de intervención 
comunitario son las organizaciones formales o informales que asumen los sectores 
populares para poder resolver sus necesidades. 
El objeto de intervención de la profesión es el nivel necesario de las estructuras de 
necesidades, de dimensiones materiales y no materiales. Desde este nivel de intervención 
comunitario abordamos necesidades que no pueden ser satisfechas individualmente, sino 
que requieren de un mínimo de organización para resolverlas. También participación de 
los involucrados. 
Senié Uñates Lemoine 
 
A nivel comunitario lo que nos interesa rescatar es considerar las representaciones que 
tienen estos sujetos de nuestra intervención en su doble intervención, como saberes, o 
visiones acerca de las problemáticas que quieren enfrentar y como campo de delegación 
organizada de la acción colectiva. 
Los objetivos indican qué se pretende lograr con nuestra intervención, qué aspecto 
intentamos modificar o redefinir en cuanto al objeto. 
Las funciones están determinadas según el problema que queremos abordar, están las 
estrategias globales institucionales, las diferencias y puntos de vista de los agentes, 
funciones primordiales, secundarias. 
Esos elementos internos que la autora define como elementos necesarios se relacionan 
con esto de pensar las estrategias de intervención, que sería lo viable, y los elementos 
externos al campo, que sería lo posible. 
Cuando habla del objeto, la estrategia de intervención viable seria esa construcción 
histórica social; cuando habla del sujeto sería esa anticipación y proyección que uno 
piensa como estrategia viable sin dejar de considerar el proyecto político vigente, que 
sería el elemento externo; cuando definimos los objetivos, están direccionados en 
transferir recursos y capacidades que pueden apuntar a resolver cuestiones materiales, 
organizativas, educativas, y el elemento externo a considerar es el marco institucional que 
muchas veces posibilita o limita o vehiculiza esta transferencia de recursos; y las 
funciones seria la asistencia y administración de las prestaciones de los servicios, la 
asesoría técnica, la función de educador social, cientista social. 
Los sujetos que definimos en este nivel de intervención que son las organizaciones 
formales o no formales se pueden presentar como organizaciones que son incipientes, 
comienzan a pensarse como organización, organizaciones que están consolidándose, u 
organizaciones que están realmente consolidadas. De eso va a depender cuáles serían 
los objetivos, funciones y tipos de estrategias que vamos a utilizar. Es importante tener en 
cuenta cómo se presenta el sujeto de intervención en este nivel de intervención. 
Los objetivos son las intencionalidades de nuestra intervención, y las funciones son las 
injerencias reales de nuestra profesión. Nuestro sujeto de intervención en este nivel 
comunitario son las organizaciones sociales. Nuestros objetivos van a ir mejorar la 
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resolución de esos problemas, que no lo pueden hacer individualmente y buscan la 
organización a partir de la cual van a plantear la resolución del mismo. 
Nuestra intervención va a tener distintos objetivos y de manera simultánea, para eso 
esta autora nos plantea como objetivo general incrementar los capitales disponibles en la 
comunidad. Y como objetivo específico uno de ellos seria incrementar el capital 
económico, que sería la dimensión material, sería satisfacer las necesidades de la 
población según sus propias estructuras de necesidades legitimando esa demanda a 
partir de las organizaciones sociales y su vinculación con el Estado. 
La función que vamos a cumplir seria la administración de los servicios sociales, gestiónde políticas sociales, gestión social de los procesos específicos por parte de la 
comunidad, de la organización, del municipio. Acá el trabajador social interviene en la 
construcción y dirección de estrategia y la selección de recursos, no es solo un operador, 
va construyendo su estrategia y la direccionaldiad de esa estrategia considerando estos 
recursos que están en el Estado. 
Por otro lado, va a plantear otro objetivo específico que es incrementar el capital 
cultural. Es promover capacidades de los actores, desarrollar capacidades de articulación 
entre lo individual y lo colectivo, desarrollar capacidades de negociación con otras 
organizaciones, contribuir a desnaturalizar lo que se naturaliza. Y la función que 
desempeñamos es la información para sensibilizar y realizar una realidad o 
problematizarla, la integración de ese saber y poder, la desmitificación de esa vida 
cotidiana, ella apela a la educación social desde una perspectiva integradora, la acción 
educativa bajo los sistemas no formales con contenidos que se vayan construyendo a 
partir de necesidades y expectativas, y proyecciones que tiene cada territorio. 
Como último objetivo específico, incrementar el capital social. Es apoyar a la creación 
de organizaciones democráticas, promover la participación y la organización en el 
territorio y legitimar a las organizaciones en ese espacio. Nuestra función sería potenciar 
estas acciones colectivas en función de los intereses que tiene cada una de estas 
organizaciones de manera tal que garantice una participación social. 
Cuando hablamos de potenciar las acciones colectivas no estamos hablando de juntar 
gente, es el impulsar que ese desarrollo organizacional favorezca la acción colectiva. 
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Procedimientos que tenemos en cuenta en la construcción de dispositivos de 
trabajo: 
La autora nos plantea 6 puntos importantes a tener en cuenta: 
 La definición de la estrategia 
 El diseño del proyecto 
 La implementación del proyecto 
 La consolidación de la producción alcanzada 
 Cierre 
 Registro y sistematización 
Señala que en la implementación de la estrategia siempre se encuentra en tensión 
situaciones como la asistencia o la autogestión, la espontaneidad o la planificación, la 
directivita o la participación. 
Esto que fuimos compartiendo que hace a definir nuestra intervención en el campo del 
trabajo social comunitario es una posición que queremos compartir con ustedes de cómo 
vamos a transitar ese territorio, cómo vamos a trabajar con las organizaciones (sujetos), la 
intervención, fuimos intentando dar cuerpo teórico a lo que entendemos como 
intervención en nuestro campo profesional y cómo se configura la intervención social. 
La cátedra tomó como guía lo que propone una autoria como Nora Aquín. 
 
 
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CIUDADANÍA – EMANCIPACIÓN - PODER 
 
En esta unidad se van a trabajar algunas ideas conceptuales que busquen aportar a la 
reflexión y al análisis de la intervención del trabajo social en el ámbito comunitario. 
Para trabajar conceptos como ciudadanía y emancipación social, B.S.Santos, va a realizar 
ciertas afirmaciones por las cuales hace una lectura de la realidad social, económica y 
política mundial. Se toman algunos conceptos claves que nos permiten entender su línea 
de pensamiento. 
Él habla de las crecientes desigualdades de poderes, tanto económico como social, el 
aumento de procesos de exclusión que hacen imposible un ejercicio pleno de ciudadanía. 
Por otro lado, toma los conceptos de desigualdad y exclusión, los diferencia, como la 
desigualdad por parte de los fenómenos socioeconómicos y la exclusión por un carácter 
social y cultural. En esta distinción marca su línea de pensamiento para justificar esta 
propuesta. 
A partir de la distinción de estos dos conceptos, afirma que los procesos de desigualdad y 
exclusión ponen en crisis el contrato social de la modernidad, tensionan esa gran 
promesa de igualdad, libertad y solidaridad fraterna. De esa crisis emergen nuevos 
regímenes sociales a los que él se refiere como fascismo social. 
Una de las primeras formas de fascismo que él plantea es apartheid social, que consiste 
en una forma espacial de segregación que en virtud y criterio socios económicos, esos 
criterios se distribuye en la población en una cartografía urbana. Esta cartografía urbana 
se compone de zona salvaje y zona civilizada. 
 Zona salvaje: impera la ley de la selva, es la inseguridad, es la violencia, hay 
injusticia, hay desprotección 
 Zona civilizada: está incluida en el pacto social y tiene una forma de comunidad 
aislada, urbanizada, privada, de tipo barrios cerrados. 
El segundo tipo de fascismo, es el de estado paralelo. Aquí, la intervención estatal, va a 
ser de acuerdo a esa cartografía urbana, donde identifica esas zonas salvajes y 
civilizadas y la intervención que va a definir en la zona salvaje será de manera arbitraria, 
aplicando la legalidad de manera selectiva (por ej. Represión). Mientras que, en la 
segunda, su actuación es reglamentaria y democrática, como un arreglo a derechos 
establecidos (por ej. Sistema de seguridad privada). 
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El tercer tipo de fascismo, es el fascismo paraestatal, que resulta de la usurpación por 
parte de los grandes actores, de lo que es la función propia del estado. Esa usurpación 
muchas veces está, en convivencia con el estado o bien, neutraliza esa función del estado 
o suplanta el control social producido por el estado. Este fascismo distingue dos 
vertientes: 
 Fascismo contractual: disparidad de poder entre las partes del contrato civil, 
donde la parte poderosa impone sus condiciones hacia la otra parte. Por ejemplo, 
la precarización laboral, privatizaciones. 
 Fascismo territorial: actores sociales provistos de grandes capitales 
patrimoniales, que sustraen al estado, el control del territorio y neutralizan ese 
control, ocupando las instituciones para ejercer la regulación social sobre los 
habitantes del territorio sin que estos participen y en contra de sus intereses. Se 
trata de territorios coloniales, privados, casi siempre en estados postcoloniales. 
El fascismo populista, que es la cuarta forma de fascismo que marca, pretende 
democratizar aquello que en la sociedad capitalista es imposible democratizar como la 
participación democrática o el consumo básico. a partir de allí se configuran dispositivos 
de identificación inmediata a través de modelos de consumo y de estilos de vida que para 
la mayoría de la población está por fuera de su alcance. 
Otro fascismo que marca, es el fascismo de la inseguridad, donde refiere una 
manipulación discrecional del sentimiento de inseguridad de las personas y los grupos 
sociales más vulnerables, que se tiene miedo a perder el trabajo, a la violencia urbana, 
del terrorismo, del vecino, etc. 
También, el autor señala al fascismo financiero, donde se ve el predominio de la 
economía especulativa en el mercado de valores y divisas. Es un fascismo discreto, es 
plural, es internacional y este puesto y se desarrolla en movimiento de capitales 
financieros y el resultado de esto, son decisiones de inversores (situados en distintos 
puntos del mundo), que operan en un espacio de tiempo instantáneo y global. Por 
ejemplo, las cuantas en paraísos fiscales. 
Él plantea un concepto de ciudadanía desde un punto de vista social, nos habla de 
reinventar la emancipación social y este concepto es absolutamente central en la 
modernidad, sobre todo porque se da organizado a través de una tensión entre la 
regulación y la emancipación, entre el orden y el progreso, entre una sociedad con 
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muchos problemas y la posibilidad de resolverlos. Esta tensión entre experiencia y 
expectativas, esta regulación y dominación, los instrumentos que regulan esta crisis. Lo 
que no está en crisis es la idea de que necesitamos una sociedad

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