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839 CAPÍTULO 34 Sarcoma uterino EPIDEMIOLOGÍA Y FACTORES DE RIESGO . . . . . . . . . . . 839 PATOGENIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 839 DIAGNÓSTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 840 Función del médico general . . . . . . . . . . . . . . . . . . 841 PATOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 841 Leiomiosarcoma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 842 Tumores del estroma endometrial . . . . . . . . . . . . . 843 Carcinosarcoma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 845 Adenosarcoma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 845 PATRONES DE DISEMINACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 846 ESTADIFICACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 847 TRATAMIENTO DEL CÁNCER INCIPIENTE (ESTADIOS I Y II) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 848 TRATAMIENTO DEL CÁNCER AVANZADO (ESTADIOS III Y IV)/RECURRENTE . . . . . . . . . . . . . . . . . 849 SUPERVIVENCIA Y FACTORES DE PRONÓSTICO . . . . . . . 850 BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 850 Los tumores malignos del cuerpo uterino se dividen en tres grupos principales: carcinomas (cap. 33, pág. 822), sarcomas y carcino- sarcomas. Estas últimas dos categorías son poco comunes, pero tienden a ser más agresivas y a contribuir a un número despropor- cionadamente mayor de muertes por cáncer uterino. Los sarcomas puros se caracterizan principalmente por su diferenciación hacia el músculo liso (leiomiosarcoma) o hacia el tejido del estroma den- tro del endometrio (tumores del estroma endometrial). Los carci- nosarcomas son tumores mixtos que exhiben componentes tanto epiteliales como del estroma y además se les conoce como tumores müllerianos mixtos malignos (MMMT, malignant mixed müllerian tumor). En general, los sarcomas uterinos y carcinosarcomas crecen rápidamente, se diseminan pronto por vía linfática o hematógena y su pronóstico general es sombrío. Sin embargo, existen varias excepciones notables entre estos tumores. EPIDEMIOLOGÍA Y FACTORES DE RIESGO Los sarcomas corresponden aproximadamente entre 3 y 8% de todos los cánceres del cuerpo uterino (Brooks, 2004; Major, 1993). Desde el punto de vista histórico, los sarcomas uterinos abarcaban a los carcinosarcomas, comprendiendo 40% de los casos; leiomiosarcomas, 40%; sarcomas del estroma endometrial, 10 a 15%, y sarcomas indiferenciados, 5 a 10%. Recientemente, los carcinosarcomas se han clasifi cado de nuevo como una forma metaplásica del carcinoma endometrial. Sin embargo, los carcino- sarcomas todavía se incluyen en los estudios más retrospectivos de los sarcomas uterinos y en la clasifi cación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2003 (Greer, 2011; McCluggage, 2002; Tavassoli, 2003). Después de excluir a los carcinosarcomas, los leiomiosarcomas se han convertido en el subtipo más frecuente de sarcoma uterino verdadero (D’Angelo, 2010). Puesto que son relativamente raros, la epidemiología de los sar- comas uterinos y los carcinosarcomas no se ha estudiado de manera extensa. Por lo tanto, se han identifi cado relativamente pocos fac- tores de riesgo pero comprenden el contacto crónico con estróge- nos excesivos, el uso de tamoxifeno, la raza afroestadounidense y la radioterapia pélvica previa. Por el contrario, los anticonceptivos orales combinados y el tabaquismo al parecer reducen el riesgo de padecer alguno de estos tumores. PATOGENIA Los leiomiosarcomas tienen un origen monoclonal y, aunque se creía que se originaban a partir de leiomiomas benignos, por lo 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 83934_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 839 06/09/13 21:5906/09/13 21:59 840 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 general no lo hacen. Al contrario, al parecer son lesiones solita- rias nuevas (Zhang, 2006). Sin embargo, a menudo se encuentran cerca de un leiomioma. Apoyando esta teoría, los leiomiosarcomas tienen vías moleculares que son defi nidas para los leiomiomas o el miometrio normal (Quade, 2004; Skubitz, 2003). Los tumores del estroma endometrial presentan aberraciones cromosómicas heterogéneas (Halbwedl, 2005). Sin embargo, el patrón de los rearreglos no es aleatorio y a menudo participan los brazos de los cromosomas 6p y 7p (Micci, 2006). Se sospecha que se pierde alguna función de los genes supresores de tumores. Sin embargo, se han estudiado muy pocos casos como para generar una hipótesis (Moinfar, 2004). Los carcinosarcomas uterinos son neoplasias bifásicas y mono- clonales compuestas por elementos del estroma y epiteliales malig- nos, mezclados pero defi nidos (D’Angelo, 2010; Wada, 1977). El componente sarcomatoso se deriva del elemento carcinomatoso, que constituye la fuerza motriz (McCluggage, 2002). Varios facto- res de riesgo equivalen a los que se observan en el carcinoma endo- metrial, por lo que quizá estos tumores comparten una patogenia similar. Sin embargo, su diversidad morfológica sugiere diversas vías potenciales. Tanto los componentes de carcinoma como los de sarcoma se cree que se originan de una célula progenitora epitelial común. La adquisición de diversas mutaciones genéticas, incluidos defectos en p53 y genes de reparación de desequilibrios del DNA bastan para desencadenar la tumorigénesis (Liu, 1994). Estos defectos moleculares incipientes son compartidos por ambos com- ponentes conforme el tumor sufre su diferenciación carcinomatosa y sarcomatosa. De ahí en adelante, los defectos moleculares adqui- ridos serán discordantes entre ambos componentes (Taylor, 2006). Esta evolución genética y la diferenciación ulterior son paralelas en los diversos fenotipos observados en estos tumores (Fujii, 2000). DIAGNÓSTICO ■ Signos y síntomas Al igual que en el cáncer endometrial, el síntoma más frecuente de los sarcomas y carcinosarcomas uterinos es la hemorragia vagi- nal anormal (Gonzalez-Bosquet, 1997). También es frecuente el dolor pélvico o abdominal. De manera específi ca, hasta 33% de las mujeres describe una molestia signifi cativa como resultado de la expulsión de coágulos, crecimiento uterino rápido o prolapso de un pólipo sarcomatoso a través del cuello uterino borrado (De Fusco, 1989). Además, presentan una secreción abundante y fétida y con frecuencia síntomas digestivos y genitourinarios. Es impor- tante señalar que los leiomiomas degenerativos con necrosis simu- lan todos estos signos y síntomas. Con el crecimiento rápido, el útero sale de la pelvis hasta la por- ción media o superior del abdomen (fig. 34-1). Afortunadamente, la frecuencia de malignidad en estos casos es muy reducida (<0.5%) y por lo general se trata de leiomiomas benignos (Leibsohn, 1990; Parker, 1994). Si bien los leiomiosarcomas uterinos tienden a crecer con cierta rapidez, no existen criterios para defi nir lo que constituye un crecimiento signifi cativo. A pesar de estos cuadros a menudo dramáticos, muchas mujeres con sarcomas y carcinosar- comas uterinos manifi estan pocos síntomas fuera de hemorragia vaginal anormal y un útero aparentemente normal en la explora- ción física. ■ Muestras endometriales La sensibilidad de una biopsia endometrial o de consultorio o de una dilatación y legrado para detectar elementos sarcomatosos es menor que para los carcinomas endometriales. De manera especí- fi ca, sólo 25 a 50% de las mujeres con leiomiosarcomas sintomáti- cos recibe un diagnóstico preoperatorio correcto. Esta incapacidad para obtener una muestra precisa del tumor quizá es resultado del origen de estas neoplasias en el miometrio, en lugar del endome- trio. Asimismo, los nódulos y sarcomas del estroma endometrial no siempre se detectan con una biopsia de Pipelle, principalmente cuando la neoplasia es intramural (Yang, 2002). Para las mujeres con carcinosarcomas, la obtención de una muestra permite con más frecuencia llegar al diagnóstico correcto, pero en muchoscasos sólo se observan las características carcinomatosas. Lo contrario también es verdad y ocasionalmente se sospecha de un carcinosar- coma uterino con base en los hallazgos de la biopsia endometrial, pero no se observan características sarcomatosas en la muestra de la histerectomía. Cavidad endometrial Anexos Cuello uterino BA Anexos FIGURA 34-1. Leiomiosarcoma. A. Fotografía transoperatoria del cuerpo uterino. B. Fotografía de la pieza quirúrgica una vez cortada a la mitad pero que sigue unida en el fondo. La otra mitad de la pieza yace arriba de la línea blanca punteada y fuera del campo de visión. Este tumor grande se ubica a la derecha de la cavidad endometrial. Exhibe necrosis central que se observa como restos amorfos amarillos con los bordes del tumor. (Fotografías proporcionadas por la Dra. Martha Rac.) 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84034_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 840 06/09/13 21:5906/09/13 21:59 841Sarcoma uterino CA P ÍTU LO 3 4 ■ Resultados de laboratorio La concentración sérica preoperatoria elevada de CA-125 indica la presencia de una neoplasia extrauterina e invasión miometrial profunda en las pacientes con carcinosarcoma. Después de la ciru- gía, la concentración de CA-125 constituye un indicador útil para vigilar la respuesta de la enfermedad (Huang, 2007). ■ Imagenología A diferencia de la mayor parte de las mujeres con carcinoma endo- metrial, quienes sólo necesitan una radiografía de tórax preope- ratoria, cuando se diagnostica un sarcoma antes de realizar la histerectomía es útil obtener otros estudios imagenológicos. En la mayor parte de los casos, se solicita una tomografía computarizada (CT) de abdomen y pelvis. Este estudio tiene dos propósitos. En primer lugar, los sarcomas a menudo violan los planos normales de los tejidos blandos en la pelvis y, por lo tanto, es posible identifi car antes de la cirugía un tumor que no se puede resecar. En segundo lugar, es posible observar metástasis extrauterinas; en cualquier caso el tratamiento se modifi ca según los hallazgos radiográfi cos. Cuando el diagnóstico aún es dudoso, se solicita una resonancia magnética (MR) para distinguir a un sarcoma uterino de un tumor benigno. Por ejemplo, la MR ayuda a establecer si un tumor pedi- culado es un leiomioma submucoso o un tumor prolapsado del estroma endometrial (Kido, 2003). Como herramienta diagnós- tica de sarcoma, la ecografía es mucho menos útil. La tomografía con emisión de positrones (PET, positron emission tomography) es mucho más efectiva para vigilar la enfermedad una vez que con- cluye el tratamiento. ■ Función del médico general Por lo regular se recomienda que cualquier paciente con una biop- sia sugestiva de un sarcoma o carcinosarcoma uterino acuda a una consulta con el ginecólogo oncólogo. La posibilidad de metástasis intraabdominales y alteración de los planos hísticos dentro de la pelvis incrementa la difi cultad técnica y los riesgos quirúrgicos. Además, si la paciente se somete a una miomectomía o histerec- tomía con morcelación involuntaria, el pronóstico es peor (Perri, 2009). Otro factor igual de importante es que la estrategia de estadifi cación es ligeramente distinta a la de los carcinomas endo- metriales. Por ejemplo, en vista de la frecuencia tan reducida de metástasis, algunas veces conviene obtener una muestra única- mente de los ganglios sospechosos para leiomiosarcomas, en lugar de realizar una linfadenectomía pélvica y paraaórtica completa (Leitao, 2003; Major, 1993). Además, es prudente conservar los ovarios en una mujer joven con un sarcoma del estroma endome- trial o leiomiosarcoma puesto que el riesgo de metástasis hacia los anexos es mínimo (Kapp, 2008; Li, 2005). En general, el plan de tratamiento se debe organizar antes de la cirugía siempre que sea posible. Muchos sarcomas uterinos y carcinosarcomas no se diagnos- tican sino hasta la cirugía o varios días después cuando se cuenta con el informe de patología. Por lo tanto, con frecuencia el gine- cólogo se topa con casos no estadifi cados y es importante consultar al ginecólogo oncólogo lo más pronto posible. Cuando el diag- nóstico se establece después de la cirugía, los criterios para reco- mendar únicamente vigilancia, una nueva cirugía o radioterapia varían considerablemente, dependiendo del tipo de sarcoma y de otras circunstancias clínicas. En general, estas opciones son menos sencillas que en los carcinomas endometriales típicos, en gran parte por el número tan reducido de estos tumores y la información comparativamente limitada apoyando una estrategia u otra. PATOLOGÍA Los tumores del mesénquima uterino se clasifi can en puros y mix- tos (cuadro 34-1). Casi todos los sarcomas puros son homólogos y se diferencian en tejido mesenquimatoso que normalmente existe dentro del útero, como músculo liso (leiomiosarcoma) o tejido del estroma dentro del endometrio (tumores del estroma endome- trial). Los sarcomas heterólogos puros, como el condrosarcoma, son muy raros. Los sarcomas mixtos contienen un componente mesenqui- matoso maligno mezclado con un elemento epitelial. Cuando el elemento epitelial también es maligno, el tumor se denomina carci- nosarcoma. Si el elemento epitelial es benigno, se utiliza el término CUADRO 34-1. Clasificación histológica de los tumores mesenquimatosos del útero según la Organización Mundial de la Salud Tumores mesenquimatosos Tumores del estroma endometrial y otros tumores afines Sarcoma del estroma endometrial, baja malignidad Nódulo del estroma endometrial Sarcoma endometrial indiferenciado Tumores del músculo liso Leiomiosarcomas Variedad epitelial Variedad mixoide Tumor del músculo liso de potencial maligno incierto Leiomioma, sin otra especificación Variedades histológicas Variedad con actividad mitótica Variedad celular Variedad celular hemorrágica Variedad epitelioide Mixoide Variedad atípica Variedad lipoleiomioma Variedades del patrón de crecimiento Leiomiomatosis difusa Leiomioma disecante Leiomiomatosis intravenosa Leiomiomatosis metastásica Tumores mesenquimatosos diversos Tumores mixtos del estroma endometrial y músculo liso Tumores perivasculares de células epitelioides Tumores adenomatoides Otros tumores mesenquimatosos malignos Otros tumores mesenquimatosos benignos Tumores epiteliales mixtos y mesenquimatosos Carcinosarcoma (tumor maligno mixto de los conductos de Müller, carcinoma metaplásico) Adenosarcoma Carcinofibroma Adenofibroma Adenomioma Variedad polipoide atípica 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84134_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 841 06/09/13 21:5906/09/13 21:59 842 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 adenosarcoma. Los carcinosarcomas pueden ser homólogos o hete- rólogos, refl ejando el potencial del primordio uterino. ■ Leiomiosarcoma Los leiomiosarcomas corresponden a 1 a 2% de todos los cánce- res uterinos. En un estudio de una base de datos de Surveillance, Epidemiology and End Results (SEER) de 1 396 pacientes, la mediana de edad cuando la mujer acudió con el médico fue de 52 años. La mayor parte de los tumores (68%) se encuentra en etapa I en el momento del diagnóstico, mientras que los cánceres en etapa II (3%), etapa III (7%) y etapa IV (22%) comprenden el resto (Kapp, 2008). Los criterios histopatológicos para diagnosticar leiomiosar- coma son controversiales, pero incluyen la frecuencia de fi guras mitóticas, el de atipia celular y la presencia de cualquier necrosis coagulante de células tumorales (fig. 34-2). Cada fi la del cuadro 34-2 ilustra combinaciones de hallazgos histológicos observados en los leiomiosarcomas. En la mayor parte de los casos, el índice mitótico excede las 15 fi guras mitóticas examinando 10 campos de Leiomioma Leiomiosarcoma A B C D FIGURA 34-2. Microfotografías de un leiomioma (A, B) y un leiomiosarcoma (C, D). A. Proyección de bajo poder de un leiomioma uterino. Los leiomiomas tienden a ser tumores bien circunscritos. Este leiomioma relativamentecelular exhibe una interfase bien delimitada (flechas) con el miometrio adyacente que es menos celular. B. Proyección de alto poder de un leiomioma. Si bien las características histológicas de los leiomiomas son variables, la mayor parte están formados por células definidas con forma de huso, núcleos ciegos y actividad mitótica limitada. C. Leiomiosarcoma. El leiomiosarcoma es una neoplasia maligna del músculo liso cuyo aspecto microscópico difiere en cada caso. Por lo general los leiomiosarcomas uterinos exhiben cierta combinación de características histológicas “malignas”, que incluyen necrosis coagulante del tumor (a diferencia de la necrosis tipo hialina encontrada en los leiomiomas benignos), mayor actividad mitótica y/o atipia nuclear. En este ejemplo se observa atipia nuclear acentuada y pleomorfismo, y un patrón de crecimiento infiltrante en la periferia. Estas características difieren del borde por lo general liso y ejerciendo presión de los leiomiomas típicos. D. Este ejemplo específico exhibe atipia nuclear moderada o pronunciada y una mitosis (flecha). (Fotografías proporcionadas por las Dras. Kelley Carrick y Raheela Ashfaq.) 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84234_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 842 06/09/13 21:5906/09/13 21:59 843Sarcoma uterino CA P ÍTU LO 3 4 alto poder, se observa atipia citológica moderada o pronunciada y la necrosis de las células tumorales es prominente (Hendrickson, 2003; Zaloudek, 2011). Algunas veces el informe describe al leio- miosarcoma como poco maligno, de malignidad intermedia o muy maligno, pero la utilidad global de esta clasifi cación es controver- sial y no existe un sistema de clasifi cación universal. Tumor de músculo liso de potencial maligno desconocido (STUMP, smooth muscle tumor of uncertain malignant potential) Los tumores que exhiban algunas características histológicas preocupantes como necrosis o atipia nuclear, pero que no se pue- den considerar de manera confi able como benignos o malignos con base en los criterios que por lo general se aplican, pertenecen a esta categoría. Este diagnóstico se utiliza poco y se reserva para las neoplasias del músculo liso con aspecto ambiguo (Hendrickson, 2003). ■ Tumores del estroma endometrial Con una frecuencia mucho menor que la de los leiomiosarcomas, los tumores del estroma endometrial comprenden menos de 10% de los sarcomas uterinos. En un estudio de 831 pacientes de la base de datos de SEER, la mediana de edad en el momento del diagnós- tico fue de 52 años (Chan, 2008). A pesar de que constituyen un espectro morfológico muy amplio, los tumores del estroma endo- metrial están formados casi exclusivamente por células que simulan el estroma endometrial y comprenden nódulos del estroma tanto benignos como malignos (cuadro 34-1). Desde el punto de vista histórico, la subdivisión de estos tumo- res ha sido controversial. Ya no se utiliza la división de los sar- comas del estroma endometrial en una categoría poco maligna y muy maligna. En su lugar, ahora se utiliza el término sarcomas del estroma endometrial para referirse a las neoplasias que antiguamente se consideraban poco malignas. Por el contrario, se cree que el tér- mino sarcoma indiferenciado de alto grado (alta malignidad) refl eja con mayor precisión a los tumores sin evidencia reconocible de un fenotipo defi nido del estroma endometrial. Estas lesiones casi siempre son muy malignas y a menudo simulan el componente mesenquimatoso de un carcinosacroma uterino (Oliva, 2000). En esta clasifi cación revisada, las distinciones no dependen de la cuenta mitótica sino de ciertas características como el pleomor- fi smo nuclear y la necrosis (Evans, 1982; Hendrickson, 2003). Nódulos del estroma endometrial Estos nódulos raros representan menos de 25% de los tumores del estroma endometrial, son benignos, se caracterizan por un borde bien defi nido y están formados por células neoplásicas que simu- lan células del estroma endometrial en fase proliferativa. Desde el punto de vista macroscópico, el tumor es un nódulo solitario, de forma redonda u ovalada y carnosa que mide unos cuantos centí- metros. Desde el punto de vista histológico, se distinguen de los sarcomas del estroma endometrial por la ausencia de infi ltración miometrial (Dionigi, 2002). Estos nódulos son benignos y una opción adecuada es la miomectomía. Sin embargo, puesto que es imposible establecer desde el punto de vista clínico la distinción entre el sarcoma del estroma endometrial y esta lesión benigna, es importante extirpar el nódulo completo. Por lo tanto, para las lesiones grandes, se prefi ere la histerectomía (Hendrickson, 2003). Sarcomas del estroma endometrial La frecuencia precisa de estos tumores es difícil de calcular puesto que son excluidos de algunas publicaciones e incluidos en otras y la terminología utilizada es variable. En general, se cree que los sarco- mas del estroma endometrial (antiguamente llamados poco malig- nos) son los tumores más frecuentes del estroma y su frecuencia es del doble de la de los sarcomas indiferenciados muy malignos. De manera típica, invaden extensamente el miometrio y se extienden hasta la serosa en 50% de los casos (fig. 34-3). Con menos frecuencia, se manifi estan en forma de un tumor solita- rio bien delimitado y principalmente intramural que es difícil de distinguir desde el punto de vista macroscópico de un nódulo del estroma endometrial. Desde el punto de vista microscópico, los sarcomas del estroma endometrial simulan células del estroma de endometrio en fase proliferativa (fig. 34-4). Rara vez se detectan metástasis antes del diagnóstico de la lesión primaria. Sin embargo, es característico observar permeación de los conductos linfáticos y vasculares. Hasta en 33% de los casos se acompaña de extensión extrauterina, que con frecuencia adquiere la forma de tapones “similares a gusanos” del tumor dentro de los vasos del ligamento ancho y los anexos. Durante la cirugía, este fenómeno simula una leiomiomatosis intravenosa o un leiomioma del ligamento ancho, pero al analizar los cortes congelados es posi- ble hacer la distinción (cap. 9, pág. 250). Sarcoma indiferenciado de alta malignidad Frente a los sarcomas del estroma endometrial, esto tumores tien- den a ser más grandes y más polipoides y con frecuencia llenan la cavidad uterina. En lugar de poseer un patrón infi ltrante, los sar- comas indiferenciados de alta malignidad desplazan al miometrio en forma más destructiva, provocando hemorragia más abundante y necrosis. Desde el punto de vista microscópico, las células son más gran- des y pleomórfi cas. Es característico observar atipia celular mar- cada (fig. 34-5). Por lo general se observan más de 10 mitosis por campo de 10 aumentos, pero a menudo existen más de 20 en las áreas más activas. Estos tumores carecen de una diferenciación CUADRO 34-2. Criterios diagnósticos de los leiomiosarcomas uterinos Necrosis coagulante de células tumorales Índice mitóticoa Grado de atipia Presente Presente Ausente ≥10 MF/10 HPF Cualquiera ≥10 MF/10 HPF Ninguna Difusa, significativa Difusa, significativa a MF/10 HPF, número total de figuras mitóticas cuando se examinan 10 campos de alto poder. Tomado de Hendrickson, 2003. 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84334_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 843 06/09/13 21:5906/09/13 21:59 844 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 A B FIGURA 34-3. Sarcoma del estroma endometrial. A. Fotografía trans- operatoria del cuerpo uterino. B. Fotografía de la muestra quirúrgica una vez que se ha seccionado a la mitad y permanece unida en el fondo. Este tumor grande se extiende hasta el cuello uterino. * * * C A B FIGURA 34-4. Sarcoma del estroma endometrial (ESS), misma pacien- te que en la figura 34-3. A. El ESS es una neoplasia maligna formada por células similares desde el punto de vista morfológico a las células del estroma endometrial en fase proliferativa. En esta proyección de bajo poder de un ESS que abarcael cuerpo y cuello uterinos, se observan lengüetas irregulares de tumor (asteriscos) que disecan en el estroma cervical. B. Las células del tumor tienen forma de huso y son relativamente definidas, de manera similar a lo que sucede en el estroma endometrial en fase proliferativa. Se identifican dos mitosis (flechas) en esta proyección aislada de mediano poder. C. Tinción inmu- nohistoquímica, CD10. El estroma endometrial es positivo con CD10, al igual que el ESS. Se pueden utilizar diversas inmunotinciones incluido el CD10, para ayudar a distinguir al ESS de otras neoplasias con células con forma de huso. (Fotografías proporcionadas por la Dra. Kelley Carrick.) FIGURA 34-5. Sarcoma uterino indiferenciado. Se trata de una neopla- sia mesenquimatosa de alta malignidad que carece de diferenciación específica. Estos tumores por lo general exhiben atipia nuclear pronun- ciada y actividad mitótica frecuente (flecha). (Fotografía proporcionada por la Dra. Raheela Ashfaq.) 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84434_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 844 06/09/13 21:5906/09/13 21:59 845Sarcoma uterino CA P ÍTU LO 3 4 específi ca y carecen de similitud histológica con el estroma endo- metrial (Hendrickson, 2003; Zaloudek, 2011). ■ Carcinosarcoma La evidencia clínica y patológica acumulada sugiere que los carci- nosarcomas en realidad representan carcinomas endometriales que han sufrido una evolución clonal, como resultado de la cual han adquirido características sarcomatosas. En principio, estos tumores son carcinomas metaplásicos. Desde el punto de vista clínico, su patrón de diseminación es más similar a la de los carcinomas endo- metriales agresivos que a la de los sarcomas. Además, sus metás- tasis exhiben elementos carcinomatosos, con o sin diferenciación sarcomatosa. Sin embargo, por convencionalismo, los carcinosarcomas casi siempre se agrupan con los sarcomas uterinos y corresponden a 2 a 3% de todos los cánceres uterinos. Las pacientes generalmente son ancianas, con una edad promedio de 65 años. Menos de 5% se diagnostica en mujeres menores de 50 años de edad. La mayor parte de los cánceres (40%) se encuentra en estadio I en el momento del diagnóstico; el estadio II (10%), estadio III (25%) y estadio IV (25%) comprenden el resto (Sartori, 1997; Vaidya, 2006). Desde el punto de vista macroscópico, el tumor es sésil o poli- poide, voluminoso, necrótico y a menudo hemorrágico (fig. 34-6). Con frecuencia llena la cavidad endometrial e invade profunda- mente al miometrio. Algunas veces un tumor grande sale por el orifi cio cervical externo y llena la cúpula vaginal. Desde el punto de vista microscópico, los carcinosarcomas tie- nen una mezcla de diferenciación epitelial y mesenquimatosa. El elemento epitelial maligno es típicamente un adenocarcinoma de tipo endometrioide, pero también se observan carcinomas serosos, de células claras, mucinosos, de células escamosas e indiferenciados (fig. 34-7) (cap. 33, pág. 825). Los componentes mesenquima- tosos son homólogos, por lo general simulando un sarcoma del estroma endometrial o un fi brosarcoma. Otras veces se observa diferenciación mesenquimatosa heteróloga acompañada de áreas de estroma endometrial o sarcoma indiferenciado. Por lo general estos casos de diferenciación mesenquimatosa heteróloga constan de un rabdomiosarcoma o condrosarcoma (fig. 34-8). Si bien son interesantes, la distinción entre un carcinosarcoma uterino homólogo o heterólogo carece de importancia clínica (McCluggage, 2003). ■ Adenosarcoma Esta neoplasia poco común y bifásica se caracteriza por un com- ponente epitelial benigno y un componente mesenquimatoso sar- comatoso. Aparece en mujeres de cualquier edad. Desde el punto Cuello uterino Anexos Cuello uterino FIGURA 34-6. Carcinosarcoma. Fotografía de la pieza quirúrgica des- pués de seccionarla por la mitad y permaneciendo unida en el fondo. A B C FIGURA 34-7. Carcinosarcoma, también conocido como tumor mülleriano maligno mixto (MMMT, malignant mixed müllerian tumor). A. El carcino- sarcoma es una neoplasia maligna bifásica formada por elementos tanto carcinomatosos como sarcomatosos. En este ejemplo, se observan glán- dulas malignas tipo endometrioide dentro del estroma atípico con forma de huso. B. Tinción inmunohistoquímica para citoqueratina. La queratina resalta el componente epitelial pero no el componente del estroma. C. Por el contrario, la tinción inmunohistoquímica para vimentina (marcador mesenquimatoso) tiñe el componente sarcomatoso. (Fotografías proporcionadas por la Dra. Raheela Ashfaq.) 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84534_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 845 06/09/13 21:5906/09/13 21:59 846 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 de vista macroscópico, los adenosarcomas crecen como tumores polipoides exofíticos que se extienden hasta la cavidad uterina. En raras ocasiones se originan en el miometrio, supuestamente por adenomiosis. Desde el punto de vista microscópico, aparecen glán- dulas aisladas dispersas en el componente mesenquimatoso que a menudo se encuentran dilatadas o comprimidas formando hen- diduras estrechas. Típicamente, el componente mesenquimatoso simula un sarcoma del estroma endometrial o un fi brosarcoma y contiene cantidades variables de tejido fi broso y músculo liso (fig. 34-9). En general, se consideran tumores de baja malignidad con atipia leve y relativamente pocas fi guras mitóticas. Sin embargo, 10% demuestra un comportamiento más maligno por la proli- feración parcial del componente sarcomatoso, a menudo de alta malignidad. Se dice que estos adenosarcomas poseen un “creci- miento excesivo sarcomatoso” y el pronóstico de la paciente es sombrío, similar al del carcinosarcoma (fig. 34-10) (Krivak, 2001; McCluggage, 2003). PATRONES DE DISEMINACIÓN Los sarcomas uterinos por lo general pertenecen a dos categorías de comportamiento maligno. Los leiomiosarcomas, sarcomas indi- ferenciados de alta malignidad y carcinosarcomas se caracterizan por un patrón agresivo de crecimiento, diseminación linfática o hematógena en una etapa temprana y avance rápido no obstante el tratamiento. Por el contrario, los sarcomas del estroma endome- FIGURA 34-10. Muestra quirúrgica macroscópica de útero que con- tiene un gran adenosarcoma. FIGURA 34-9. Microfotografías de un adenosarcoma. A. Se observa típicamente una arquitectura vellosa de base ancha con una amplificación reducida. B. Una glándula endometrial normal es rodeada por un estroma celular que consta de sarcoma de baja malignidad, en este caso, sarcoma del estroma endometrial. (Fotografías proporcionadas por la Dra. Raheela Ashfaq.) A B * FIGURA 34-8. Carcinosarcoma con elementos heterólogos. En esta fotografía de mediano poder de un carcinosarcoma con diferenciación cartilaginosa, se observan glándulas malignas en la periferia (flechas) de un foco de cartílago maligno (asterisco), con sus lagunas caracterís- ticas incrustadas en una matriz condroide de color azulado. (Fotografía proporcionada por la Dra. Kelley Carrick.) 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84634_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 846 06/09/13 22:0006/09/13 22:00 847Sarcoma uterino CA P ÍTU LO 3 4 trial y adenosarcomas tienen un patrón de crecimiento insidioso con intervalos prolongados sin cáncer. Todos estos tumores crecen, en cierto grado, por extensión directa. Los leiomiosarcomas tienden a la diseminación hematógena. Por ejemplo, las metástasis pulmonares son especialmente frecuen- tes y más de 50% de las pacientes exhibe diseminación a distancia cuando se diagnostica este tipo de cáncer recurrente. Los leiomiosarcomas envían metástasis, en menor grado, a tra- vés de los vasos linfáticos (Leitao, 2003). En un estudio clínico patológico del Gynecologic Oncology Group (GOG), menos de 5% de las pacientes con estadios clínicos I y II demostraba lesiones ganglionares (Major, 1993). Lo contrario sucede con los carcinosarcomas, donde 33% de las pacientes con tumores en estadio I desdeel punto de vista clínico exhibe metástasis ganglionares (Park, 2010). Por lo tanto, en ellas es especialmente importante llevar a cabo una linfadenectomía pélvica y paraaórtica completa (Temkin, 2007). La diseminación extraabdominal es menos frecuente y la mayor parte de las recu- rrencias se ubica en la pelvis o el abdomen. ESTADIFICACIÓN Actualmente existe un sistema específi co para estadifi car los sar- comas uterinos. Antiguamente la mayor parte de los médicos utilizaba el sistema de clasifi cación quirúrgica de la FIGO para el cáncer endometrial para clasifi car los sarcomas uterinos. Sin embargo, desde principios del año 2009, sólo los carcinosarcomas comparten los mismos criterios de estadifi cación que los carcino- mas de endometrio (cuadro 33-8, pág. 830). Los sarcomas y ade- nosarcomas del estroma endometrial comparten criterios nuevos, mientras que los leiomiosarcomas tienen un sistema distinto para el estadio I (cuadro 34-3 y fig. 34-11). CUADRO 34-3. Estadificación según la FIGO de los sarcomas uterinos (leiomiosarcomas, sarcomas del estroma endometrial, adenosarcomas y carcinosarcomas) Estadio Características Leiomiosarcomas I IA IB El tumor se limita al útero <5 cm >5 cm II IIA IIB El tumor se extiende hasta la pelvis Abarca a los anexos El tumor se extiende hasta el tejido pélvico extrauterino III IIIA IIIB IIIC El tumor invade el tejido abdominal (no sólo sobresale en el abdomen) Un sitio Más de un sitio Metástasis hacia los ganglios linfáticos pélvicos y/o paraaórticos IV IVA IVB El tumor invade la vejiga y/o el recto Metástasis a distancia Adenosarcomas y sarcomas del estroma endometriala I IA IB IC El tumor se limita al útero El tumor se limita al endometrio/endocérvix sin invasión miometrial Invasión de la mitad o menos del miometrio Invasión de más de la mitad del miometrio II IIA IIB El tumor se extiende hasta la pelvis Abarca los anexos El tumor se extiende hasta el tejido pélvico extrauterino III IIIA IIIB IIIC El tumor invade los tejidos abdominales (no sólo sobresale en el abdomen) Un sitio Más de un sitio Metástasis hacia los ganglios linfáticos pélvicos y/o paraaórticos IV IVA IVB El tumor invade la vejiga y/o el recto Metástasis a distancia Carcinosarcomas Los carcinosarcomas se estadifican como los carcinomas de endometrio (véase el cuadro 33-8, pág. 830). a Nota: Los tumores simultáneos de cuerpo uterino y ovario/pelvis, acompañados de endometriosis ovárica/pélvica se clasifican como tumores prima- rios independientes. FIGO, International Federation of Gynecology and Obstetrics. 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84734_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 847 06/09/13 22:0006/09/13 22:00 848 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 los patrones singulares de extensión de los sarcomas uterinos (cap. 33, pág. 829). Por ejemplo, es posible obtener lavados peritoneales fácilmente al abrir el abdomen, pero no forman parte del sistema de estadifi cación y su utilidad es limitada no obstante el resultado (Kanbour, 1989). La exploración es particularmente importante para eva- luar el abdomen en busca de cáncer no resecable o con metástasis abundantes, lo que indicaría la necesidad de abortar el procedimiento. Al igual que en los carcinomas endometriales, existe evi- dencia demostrando los benefi cios de la cirugía citorreductora agresiva (Dinh, 2004; Leath, 2007; Th omas, 2009). Las mujeres con un leiomiosarcoma uterino se deben someter a una his- terectomía siempre que sea posible. En caso de infi ltración parametrial se recurre a una técnica radical o radical modifi cada. En ausencia de más cáncer macroscópico, menos de 5% padece metástasis ováricas o ganglionares. Por lo tanto, en las mujeres premenopáu- sicas se pueden conservar los ovarios. Además, la disección de los ganglios linfáticos se reserva para las pacientes con ganglios sospechosos (Kapp, 2008; Leitao, 2003; Major, 1993). Para el STUMP, basta la histerectomía. El mejor tratamiento para los tumo- res del estroma endometrial y adenosar- comas también es la histerectomía. De nuevo, algunos cánceres circunscritos requieren de una técnica más radical. Por lo general es aceptable conser- var los ovarios cuando se trata de un sarcoma del estroma endometrial o un sarcoma en ausencia de extensión extrauterina (Chan, 2008; Li, 2005; Shah, 2008). Sin embargo, en el caso de un sarcoma indiferenciado de alta malignidad se realiza una salpingoofo- rectomía bilateral (BSO, bilateral sal- pingo-oophorectomy) (Leibsohn, 1990). A diferencia del leiomiosarcoma, la disección de ganglios linfáticos proporciona más información. Si bien es más frecuente observar metástasis ganglionares en las pacientes con cáncer extrauterino evidente, aparecen en 5 a 10% de las pacientes sin evidencia de diseminación intraabdominal (Dos Santos, 2011; Goff , 1993; Signorelli, 2010). Para el carcinosarcoma uterino es obligatorio realizar una histe- rectomía y BSO. Se identifi can metástasis ganglionares hasta en 33% de las pacientes con cáncer en estadio clínico I y, por lo tanto, se debe realizar una linfadenectomía completa al igual que para los cánceres endometriales poco diferenciados (Major, 1993; Nemani, 2008; Park, 2010; Temkin, 2007). Típicamente, la diseminación del cáncer concuerda desde el punto de vista histológico con el TRATAMIENTO DEL CÁNCER INCIPIENTE (ESTADIOS I Y II) ■ Cirugía La mayor probabilidad de lograr la curación se obtiene por medio de la resección quirúrgica completa del sarcoma, confi nado al útero. En general, se prefi ere una laparotomía por las características típicas de los sarcomas, que incluyen crecimiento uterino, exten- sión parametrial y metástasis del tumor. No se ha demostrado que las vías laparoscópica o vaginal ofrezcan resultados equivalentes. La laparotomía para estadifi cación descrita para el cáncer endo- metrial se puede modifi car de distintas maneras para incorporar Leiomiosarcoma Adenosarcoma y ESS FIGURA 34-11. Estadificación de la FIGO de los leiomiosarcomas, del adenosarcoma y el sarcoma del estroma endometrial (ESS). 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84834_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 848 06/09/13 22:0006/09/13 22:00 849Sarcoma uterino CA P ÍTU LO 3 4 elemento carcinomatoso de este tumor mixto. Este componente puede ser seroso o de células claras, de manera que en algunos casos es recomendable una estadifi cación quirúrgica extendida con omentectomía infracólica y biopsias peritoneales aleatorias (Greer, 2011). ■ Seguimiento En las mujeres con un sarcoma uterino incipiente se utiliza sis- temáticamente el tratamiento complementario, pero no se ha demostrado que prolongue la supervivencia (Greer, 2011; Reed, 2008). Sin embargo, en vista de que la recurrencia para las varie- dades agresivas desde el punto de vista clínico es excesiva, se debe considerar la posibilidad de inscribirlas en un estudio clínico expe- rimental, siempre que sea posible. En la práctica, muchas pacientes reciben radioterapia posoperatoria con o sin quimioterapia. Después de la cirugía, los síntomas menopáusicos como bo- chornos se tratan como corresponde para un leiomiosarcoma ute- rino, sarcoma indiferenciado de alta malignidad y adenosarcoma. Además, aunque no se considera peligroso conservar los ovarios en una mujer premenopáusica con un sarcoma del estroma endo- metrial, el tratamiento de remplazo hormonal se ha vinculado con avance del cáncer, por lo que se debe evitar (Chu, 2003; Pink, 2006). Se recomienda mantener precauciones similares para las pacientes con carcinosarcoma uterino. Las pacientes con sarcoma uterino a quienes se les realizó ciru- gía se someten a una exploración física cada tres meses durante los primeros dos años y posteriormente a intervalos de 6 o 12 meses. La mayor parte de las recurrencias aparece a distancia, por lo que la citología vaginal carece de importancia. Tampoco se recomienda cuantifi car sistemáticamente la concentración sérica de CA-125a menos que se encuentre elevada antes de la cirugía. Dependiendo del tipo de sarcoma, se realiza una radiografía de tórax o CT cada 6 a 12 meses durante dos años y posteriormente cada año. Siempre que lo indique la clínica, la CT o resonancia magnética intermiten- tes también son útiles (Greer, 2011). ■ Radioterapia complementaria Cerca de 50% de las pacientes con cáncer en estadio I que per- manecen bajo observación sin tratamiento complementario recaen (Leath, 2009). En vista de la rareza de estos tumores y de la infor- mación tan limitada apoyando una estrategia constante, el trata- miento posoperatorio se debe individualizar. La función de la radioterapia posoperatoria para el cáncer no metastásico es controversial. Algunos estudios retrospectivos sobre radioterapia pélvica con rayos externos sugiere que disminuyen las recurrencias pélvicas del carcinosarcoma, leiomiosarcoma y sarcoma del estroma endometrial (Callister, 2004; Hornback, 1986; Mahdavi, 2009; Malouf, 2010). No obstante, ya se obtu- vieron los resultados de un estudio clínico prospectivo en el que se asignó al azar a 224 mujeres a lo largo de 13 años con todos los subtipos de sarcomas uterinos quirúrgicos en estadios I o II a someterse a radioterapia pélvica o no recibir tratamiento ulterior. Si bien se observó una reducción de las recaídas pélvicas en las mujeres con carcinosarcomas, no hubo benefi cios en aquellas con leiomiosarcomas ni la supervivencia se prolongó en ningún grupo. Desafortunadamente, el número de pacientes con sarcoma del estroma endometrial era demasiado pequeño como para permitir el análisis (Reed, 2008). La radioterapia pélvica no previene las recurrencias a distan- cia ni se ha demostrado que prolongue la supervivencia (Nemani, 2008). En muchos casos otra opción es la braquiterapia vaginal, principalmente cuando se combina con quimioterapia por vía general (Greer, 2011). Sin embargo, se ha propuesto la radiote- rapia abdominal completa (WAR, whole abdominal radiotherapy) como una opción más defi nitiva. En un estudio clínico aleatori- zado en fase III de 232 pacientes con carcinosarcoma en estadios I a IV, se comparó la WAR con la quimioterapia a base de ifosfa- mida y cisplatino. Aunque no se demostraron ventajas en cuanto a la supervivencia, las diferencias observadas favorecen a la quimiote- rapia combinada en los estudios clínicos futuros (Wolfson, 2007). ■ Quimioterapia complementaria No existen benefi cios comprobados en cuanto a la supervivencia con el tratamiento antineoplásico complementario en las pacientes con sarcoma uterino en estadio I (Omura, 1985). Sin embargo, en vista de que en la mayoría de las pacientes el cáncer recurre a distancia, a menudo se utiliza tratamiento por vía general. Para los leiomiosarcomas en estadios I y II que se han extirpado por completo, los sarcomas indiferenciados de alta malignidad y los carcinosarcomas, se debe contemplar la posibilidad de usar algún régimen de quimioterapia en los casos más avanzados. Por el con- trario, se recomienda mantener a la paciente bajo observación en los casos de sarcoma del estroma endometrial en estadios I y II y adenosarcoma (Greer, 2011). ■ Tratamiento con conservación de la fertilidad Unas cuantas pacientes desean diferir la histerectomía defi nitiva después de que una “miomectomía” que conserva la fertilidad demuestra la presencia de características sarcomatosas en la patolo- gía fi nal (Lissoni, 1998; Yan, 2010). La conducta expectante des- pués de la resección de un tumor permite el embarazo satisfactorio en ciertas pacientes, pero resulta arriesgado evitar la histerectomía y fi nalmente todas estas mujeres se someten a esta cirugía (Lissoni, 1998). Es importante asesorar a la mayoría de las pacientes, incluso aquellas con márgenes negativos, sobre la cirugía defi nitiva y la conservación de los ovarios durante la cirugía para los leiomio- sarcomas uterinos en estadio clínico I o los sarcomas del estroma endometrial. De cualquier forma es posible obtener óvulos y recu- rrir a las técnicas de reproducción asistida. En los cánceres más avanzados, la conducta diagnóstico-terapéutica en la que se con- serva la fertilidad no constituye una opción razonable. TRATAMIENTO DEL CÁNCER AVANZADO (ESTADIOS III Y IV)/RECURRENTE El pronóstico en las pacientes con sarcoma uterino avanzado o recurrente es por lo general sombrío. En algunos casos es posible recurrir a la cirugía citorreductora secundaria (Giuntoli, 2007). También se puede utilizar la radioterapia paliativa, dependiendo de la ubicación y distribución del tumor. En general, los sarcomas uterinos tienden a recurrir en ubicaciones lejanas y se necesita qui- mioterapia. Las opciones terapéuticas actuales son moderadamente efi caces, por lo que estas pacientes se deben alentar para que se inscriban en algún estudio clínico experimental. 34_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 84934_Chapter_34_Hoffman_4R.indd 849 06/09/13 22:0006/09/13 22:00 850 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 ■ Leiomiosarcoma El fármaco aislado que se considera más activo es la doxorrubicina (Miller, 2000; Omura, 1983). Sin embargo, el tratamiento com- binado con gemcitabina y docetaxel es el que tiene actualmente el mayor índice de respuesta (36%) (Hensley, 2008). Para las recurrencias tardías del leiomiosarcoma, la cirugía se debe individualizar. Se han publicado supervivencias hasta cinco años de 30 a 50% después de la resección pulmonar en el caso de metástasis en este órgano. Algunas recurrencias locales y regionales también se pueden operar (Giuntoli, 2007). ■ Tumores del estroma endometrial La resección quirúrgica es posible en algunas pacientes con sar- coma recurrente del estroma endometrial, pero se sabe que la hor- monoterapia es especialmente útil. En general, estos tumores son positivos para receptores de estrógenos y progesterona (ER/PR) (Sutton, 1986). Los progestágenos como el acetato de megestrol y el acetato de medroxiprogesterona son los que más se utilizan en el posoperatorio para el cáncer avanzado o para las recaídas (Reich, 2006). Con esta estrategia a menudo es posible obtener una respuesta completa. También han demostrado actividad los inhibidores de la aromatasa y el agonista de hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) (Burke, 2004; Leunen, 2004). Los sarcomas indiferenciados de alta malignidad no exhiben la misma sensibilidad a los fármacos hormonales, principalmente al ser casi siempre negativos para ER/PR. El cáncer avanzado y las recurrencias de estos tumores raros tampoco se pueden someter a una resección quirúrgica pero la radioterapia paliativa ofrece cier- tos benefi cios. Por lo general, la única opción es la quimioterapia por vía general y el único citotóxico con actividad comprobada es la ifosfamida (Sutton, 1996). ■ Carcinosarcoma El fármaco aislado más activo contra el carcinosarcoma es la ifosfa- mida. Actualmente el tratamiento de elección para el carcinosarcoma avanzado o recurrente es la combinación de ifosfamida y paclitaxel (Galaal, 2011). En un estudio clínico aleatorizado reciente de GOG en fase III que incluyó a 179 pacientes, se observó una mayor res- puesta con este régimen (45% frente a 29%) y mayor supervivencia frente a la ifosfamida aislada (protocolo #161) (Homesley, 2007). La combinación de carboplatino y paclitaxel también es activa y se está comparando con ifosfamida y paclitaxel en un estudio clínico del GOG (protocolo #261) (King, 2009; Powell, 2010). SUPERVIVENCIA Y FACTORES DE PRONÓSTICO En general, las mujeres con un sarcoma uterino tienen un pronós- tico más sombrío (cuadro 34-4). En un estudio de 141 mujeres que se vigilaron durante una mediana de tres años, 74% murió por el mismo cáncer. La variable independiente más importante para la supervivencia es la estadifi cación de la FIGO (Livi, 2003). Otros factores que sugieren un pronóstico sombrío de los diversos sub- tipos son la edad más avanzada, raza afroestadounidense y ausen- ciade una cirugía primaria (Chan, 2008; Kapp, 2008; Nemani, 2008). El otro factor predictivo más importante del resultado clínico es la histología del tumor. Los leiomiosarcomas son los que tie- nen peor pronóstico, seguidos de carcinosarcoma y tumores del estroma endometrial (Livi, 2003). Dos excepciones notables son los sarcomas del estroma endometrial y los adenosarcomas uteri- nos sin crecimiento sarcomatoso excesivo. Las pacientes con estos tumores tienen un buen pronóstico con un patrón de crecimiento indolente (Pautier, 2000; Verschraegen, 1998). BIBLIOGRAFÍA Acharya S, Hensley ML, Montag AC, et al: Rare uterine cancers. Lancet Oncol 6(12):961, 2005 Brooks SE, Zhan M, Cote T, et al: Surveillance, epidemiology, and end results analysis of 2677 cases of uterine sarcoma 1989-1999. Gynecol Oncol 93(1):204, 2004 Burke C, Hickey K: Treatment of endometrial stromal sarcoma with a gonad- otropin-releasing hormone analogue. Obstet Gynecol 104(5 Pt 2):1182, 2004 Callister M, Ramondetta LM, Jhingran A, et al: Malignant mixed Mullerian tumors of the uterus: analysis of patterns of failure, prognostic factors, and treatment outcome. Int J Radiat Oncol Biol Phys 58(3):786, 2004 Chan JK, Kawar NM, Shin JY, et al: Endometrial stromal sarcoma: a population- based analysis. 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