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FISIOLOGÍA HUMANA-111

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número de pelos que inervan, pero todos ellos tienen como
característica común el disparo de impulsos solamente
cuando el pelo se mueve, haciéndolo con una frecuencia
que es proporcional al desplazamiento de éste (Fig. 5.10).
En muchas especies animales existen receptores de adapta-
ción rápida altamente especializados en los pelos táctiles
del hocico, que responden a la dirección y amplitud del
desplazamiento del pelo, de modo que en conjunto pueden
proporcionar una información muy precisa sobre la orien-
tación espacial e intensidad del estímulo mecánico.
Los corpúsculos de Paccini son un ejemplo extremo
de adaptación rápida, por lo que algunos autores los con-
sideran constitutivos de un grupo separado de receptores
de adaptación muy rápida (detectores de aceleración),
ya que responden con un solo impulso a la deformación y
tienen una gran capacidad de hacerlo aunque la frecuencia
del estímulo sea muy alta (de 70 a 1000 Hz). Su sensibili-
dad es muy elevada, ya que responde a desplazamientos de
menos de 1 micra a frecuencias entre 200 y 400 Hz, si bien
este umbral se eleva de 10 a 75 veces con frecuencias más
extremas. Los corpúsculos de Paccini se localizan en las
capas profundas de la piel y su gran capacidad de seguir
elevadas frecuencias les permite detectar vibraciones,
incluso aunque gravite sobre ellos todo el peso del cuerpo
a modo de estímulo sostenido, como ocurre con los cor-
púsculos de Paccini localizados en la planta del pie o en las
nalgas. Así, su microestimulación eléctrica evoca en el
hombre una sensación de vibración.
Los mecanorreceptores C constituyen un grupo espe-
cífico de terminaciones nerviosas formados por termina-
ciones libres de fibras amielínicas (fibras C) en la piel
hirsuta, con campos receptores pequeños y una respuesta
de adaptación lenta cuando se deforma la piel gradual-
mente. Sin embargo, en contraste con los mecanorrecepto-
res mielínicos de adaptación lenta, se fatigan rápidamente
con el estímulo repetido. Su papel funcional es dudoso, y
se les ha asociado a la sensación de cosquilleo.
Termorrecepción cutánea
La sensación térmica es una modalidad sensorial con
dos cualidades diferentes: calor y frío. Cada una de estas
cualidades está servida por un subgrupo específico de neu-
ronas con terminaciones periféricas termorreceptoras, que
se distinguen entre sí por el rango de temperatura en el que
disparan y por el valor de temperatura para el que su fre-
cuencia de descarga es máxima. Ambos tipos de neuronas
termorreceptoras inervan puntos independientes de la piel
que no se solapan, de manera que pueden distinguirse en
la superficie cutánea puntos de calor y puntos de frío. Su
distribución sobre la superficie corporal no es homogénea,
y la cara y las manos están más densamente inervadas por
neuronas termorreceptoras que el resto del cuerpo. En
algunas zonas predomina un tipo de puntos sobre el otro.
Así, en la frente abundan los puntos de frío y escasean los
de calor. En general, los puntos de frío son mucho más
abundantes que los de calor (la proporción es de 4:1). Hace
unos años se interpretaba que la información sensorial
periférica del enfriamiento de nuestra piel ponía en marcha
los mecanismos centrales de ahorro de calor para la regu-
lación de la temperatura corporal. Sin embargo, es posible
que para tal regulación se utilice sólo la información pro-
82 N E U R O F I S I O L O G Í A
DEFORMACIÓN
ADAPTACIÓN
MUY RÁPI DA A
D
C
BADAPTACIÓNRÁPIDA
ADAPTACIÓN
LENTA
MECANO-
RRECEPTOR C
20 Hz 100 Hz 300 Hz
0.25
Figura 5.10. Esquema del patrón de respuesta de los mecanorreceptores cutáneos a una deformación de la piel aplicada de modo con-
tinuo a distintas frecuencias. El trazo superior muestra el patrón de estímulo. Los registros inferiores corresponden a la descarga de
impulsos evocada por estos estímulos en: A. Un receptor de adaptación muy rápida (p. ej., corpúsculo de Paccini). B. Un receptor 
de adaptación rápida (p. ej., receptor de folículo piloso). C. Un receptor de adaptación lenta (p. ej., receptor de Ruffini) o, D. Un meca-
norreceptor cutáneo C.

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