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FISIOLOGÍA HUMANA-227

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depresión, aunque como veremos más adelante algunos
pacientes pueden desarrollar en etapas tempranas altera-
ciones de tipo obsesivo-compulsivo.
La prevalencia de la enfermedad es de 150 por 100 000
habitantes. Sin embargo, dicha prevalencia se incrementa
con la edad, de tal manera que después de los 65 años dicha
prevalencia puede ser de 1100 por 100 000. Algunos estu-
dios han demostrado un efecto protector de la nicotina; sin
embargo, los datos no son concluyentes. Aunque algunos
casos de la EP se han presentado en familiares, no se ha
demostrado que sea hereditaria. Una baja concordancia
entre gemelos no apoya la carga genética. 
Etiología
La etiología de la forma más común de la EP es des-
conocida, por lo que entra en la categoría de las enferme-
dades neurodegenerativas, porque su progresión lleva a la
destrucción neuronal progresiva. La asociación entre EP y
la arterioesclerosis (endurecimiento de arterias) no es aún
concluyente, aunque muchos investigadores están de
acuerdo en que los infartos pueden ser una causa común de
EP. El parkinsonismo postencefalítico, que era común en
los primeros años del siglo veinte, es ahora muy raro. La
segunda causa mas común de parkinsonismo es la admi-
nistración de los neurolépticos típicos (p. ej., fenotiazinas,
butirofenonas). Existe también la descripción de EP en
pacientes adictos a drogas como el MPTP, lo cual ha lle-
vado a la especulación de que algunas formas de la enfer-
medad pueden ser secundarias a la exposición subclínica a
algún agente tóxico. 
Enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer (EA) es una alteración
neurodegenerativa que afecta de manera primaria a las
neuronas de la corteza cerebral. Es la causa más frecuente
de demencia en los ancianos. Se calcula que sólo en Esta-
dos Unidos hay 4 millones de personas afectadas. Esta
enfermedad se inicia habitualmente a los 55 años, aunque
tanto su incidencia como su prevalencia aumentan con la
edad. Existe una leve tendencia a ser más frecuente en las
mujeres, pero también existe el hecho de que las mujeres
tienen un índice de supervivencia mayor que los hombres.
El curso es progresivo, y los pacientes tienen un índice de
supervivencia de 10 años una vez que la enfermedad se ha
diagnosticado.
Los factores de riesgo de la EA incluyen senilidad, his-
toria familiar de la enfermedad, síndrome de Down, historia
o antecedentes de la enfermedad en las familias y presencia
de una variante de la apolipoproteína E4. El inicio precoz de
la EA tiene un patrón hereditario autosómico dominante,
relacionado con los cromosomas 1, 14 y 21. Casi todos los
pacientes con trisomía del cromosoma 21 presentan datos
neuropatológicos de la EA para el tiempo de su muerte.
El diagnóstico de la enfermedad requiere que el
paciente tenga las siguientes características:
1. El enfermo debe cumplir los criterios de demencia
basados en la exploración clínica.
2. Déficit en diferentes áreas del funcionamiento inte-
lectual.
3. Progresión en las alteraciones de la memoria y
otras funciones intelectuales.
4. No debe presentar alteraciones en el área de la con-
ciencia.
5. La enfermedad debió iniciarse entre los 40 y los 90
años.
6. No deben coexistir otras enfermedades sistémicas
o cerebrales.
Además de lo anterior, se debe corroborar mediante
una biopsia o en autopsia, para el diagnóstico anatomopa-
tológico.
El tipo de demencia que comúnmente se encuentra en
la EA es aquella en la cual existen problemas para regis-
trar nueva información. Existe además una pobre recolec-
ción del material remoto, problemas en la denominación
de personas, en las habilidades visuoespaciales, así como
escasa capacidad para el cálculo de operaciones elementa-
les, la abstracción y juicio.
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198 N E U R O F I S I O L O G Í A

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