Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
focitos, y posteriormente, los linfocitos que reaccionan contra los antígenos extraños que dicho animal encuentra son seleccionados específicamente para entrar en acción. El término clonal deriva del postulado de que el sistema inmunitario está compuesto de millones de diferentes familias o “clones” de células T y B descendientes de un ancestro común. Cada ancestro ya está comprometido para tener un receptor particular específico para el antígeno y todas las células en un mismo clon tendrán dicha especifi- cidad. Existen datos experimentales que confirman que, en efecto, los linfocitos están comprometidos hacia un antí- geno particular antes de haber sido expuestos a éste, y que los linfocitos comprometidos poseen receptores en su superficie que se unen específicamente a dicho antíge- no. Esta teoría se aplica tanto a los linfocitos B como a los T. Se sabe que los receptores antígeno-específicos tanto en linfocitos T como en B están codificados por genes que se ensamblan a partir de una serie de segmen- tos mediante una forma única de recombinación genética que ocurre en las fases tempranas del desarrollo de las células, antes de que éstas hayan encontrado al antígeno. El proceso de ensamblaje de estos genes da lugar a la enorme diversidad de receptores que capacitan al sistema inmunitario para responder a una casi ilimitada diversi- dad de antígenos. Estimulación policlonal por antígenos La mayoría de las macromoléculas, incluidos prácti- camente todas las proteínas y muchos polisacáridos, fun- ciona como antígenos. Las porciones de un antígeno que se combinan con el sitio de unión al antígeno en una molécu- la de anticuerpo, o en el receptor de un linfocito, se deno- minan de manera genérica determinantes antigénicos (o epitopos). La mayoría de los antígenos posee una varie- dad de determinantes antigénicos que estimulan la produc- ción de anticuerpos o respuestas de células T. Algunos determinantes son más antigénicos que otros, por lo que se les llama inmunodominantes. Incluso estructuras relativamente simples, como es el caso del grupo químico dinitrofenol (DNP), pueden indu- cir la producción de cientos de especies de anticuerpos anti-DNP, cada uno de ellos producido por un clon de célu- las B diferente. Tales respuestas se conocen como policlo- nales; cuando la respuesta total está dada por un solo clon de T o de B, se le conoce como monoclonal. En términos generales, las respuestas a la mayoría de los antígenos sue- len ser policlonales. A pesar de que un antígeno estimula muchos clones diferentes, los clones estimulados corresponden sólo a una pequeña fracción del total de la población de linfocitos. Para asegurar que estos pocos linfocitos sean expuestos adecuadamente al antígeno, los antígenos son recogidos por las células presentadoras de antígeno, que normalmen- te están presentes en los órganos linfoides secundarios a través de los cuales recirculan los linfocitos T y B. Linfocitos T Los linfocitos T derivan de células pluripotenciales de la médula ósea y sufren la reorganización de sus genes en un microambiente especializado, para producir molécu- las receptoras únicas en cada célula. Estas células migran desde etapas muy tempranas hacia el timo, donde se lle- va a cabo su maduración, pasando por una serie de esta- dios o fases que se distinguen por la expresión diferencial de varias moléculas de superficie, como son CD44 y CD25, el complejo CD3:TCR, y las proteínas correcep- toras CD4 y CD8. La respuesta de las células T está res- tringida por moléculas del CPH, es decir, sólo reconocen al antígeno extraño en la forma de péptidos unidos a moléculas codificadas por éste. De igual forma, algunas células T deberán reconocer péptidos propios también unidos a moléculas del CPH para convertirse en autoto- lerantes. Para cumplir con este doble requisito, los linfocitos T sufren un proceso de selección positiva en el cual son seleccionados de acuerdo con la restricción por las mo- léculas del CPH y un proceso de selección negativa, durante el cual se eliminan las células específicas contra péptidos propios unidos a moléculas propias del CPH. La mayoría de los pasos en la maduración de los linfocitos T ocurre en la corteza del timo, de forma que en la médula tímica se encuentran sólo células maduras. El reconocimiento antigénico por los linfocitos T resulta de vital importancia para la generación y la regula- ción de una respuesta inmunitaria eficaz. A su vez, para que dicha función se lleve a cabo, el receptor para antí- geno de los linfocitos T (TCR, T-cell receptor) es una pie- za clave dentro del proceso (Fig. 21.2). El TCR está constituido por una glucoproteína heterodimérica unida por puentes disulfuro (� ó �), lo cual se define durante su diferenciación. En las etapas tempranas de la ontogenia, hay un predominio de los linfocitos �; a partir del naci- miento, más del 90 % de los timocitos expresan receptores � . Estos dos linajes muestran además una distribución diferencial en el organismo, y llevan a cabo funciones dife- rentes. Más del 95 % de los linfocitos T periféricos y de la mayoría de los timocitos que expresan TCR corresponden al tipo � . Por el contrario, los linfocitos � son abundan- tes en diversos epitelios, como la epidermis (en ratones), el epitelio intestinal, el útero y la lengua, aunque la función para los linfocitos � no está muy bien establecida. El TCR, a su vez, se encuentra en estrecha asociación en la superficie celular con un complejo polipeptídico conocido como CD3. Esta asociación es necesaria para que haya una expresión correcta del TCR en la superficie celular. Los componentes de CD3 no muestran variabilidad de amino- ácidos en las diferentes células T, por lo que no contribu- yen a la diversidad genética del receptor. La función mejor conocida para este complejo de proteínas es la transduc- ción de señales generadas por la activación celular como resultado del reconocimiento del antígeno por el heterodí- mero del receptor. CD3 comprende al menos 5 cadenas polipeptídicas, llamadas , �, �, �, �, �. 314 F I S I O L O G Í A D E L A S A N G R E
Compartir