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FISIOLOGÍA HUMANA-344

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El heterodímero �	 / 
� constituye la unidad de recono-
cimiento del receptor
Las cadenas �, 	, 
 y � de los receptores antigénicos
presentan una región constante, común para cada una de
ellas, y una región variable propia de cada uno de los dis-
tintos clones de linfocitos T y diferentes a todas las demás.
La presencia de esta región variable es lo que le confiere su
carácter polimórfico al receptor. Las cuatro cadenas provie-
nen de la reordenación de genes constituidos a su vez por la
unión de un elemento procedente de cada una de las dife-
rentes regiones del gen, denominadas V (variable), D (diver-
sidad), J (unión) y C (constante). Este proceso se cumple
para las cadenas 	 
 y �. La cadena � está constituida sólo
por elementos de las regiones V, J y C. Es probable que los
dominios extracelulares tipo inmunoglobulinas de estas
cadenas, junto con los de las cadenas 
, �, � del CD3, for-
men asociaciones; se propone que al menos los dominios V
(variables) de los receptores de ambos tipos se asocian de
manera similar a como lo hacen los dominios VH/VL de las
moléculas de inmunoglobulinas.
Linfocitos T con diferentes funciones reconocen péptidos
producidos en diferentes compartimientos intracelulares
Los agentes infecciosos pueden replicarse en dos com-
partimientos distintos dentro de la célula. Los virus y algu-
nas bacterias se replican en el citoplasma, mientras que
otros lo hacen en compartimientos conocidos como endoso-
mas y lisosomas y que forman parte del sistema vesicular de
las células. Las células infectadas por virus o bacterias que
residen en el citoplasma son eliminadas por linfocitos T
citotóxicos, los cuales se distinguen por la presencia del
marcador CD8 en la superficie. La función de estas células
CD8+ es la de matar células infectadas reconociendo al
antígeno en asociación con moléculas de clase I del CPH.
Por otra parte, los patógenos y sus productos en el sistema
vesicular son detectados por otro tipo de linfocitos T, cuyo
marcador es la molécula CD4. Estas células reconocen al
antígeno en asociación con moléculas de clase II del CPH;
se encargan a su vez de activar a otras células y se pueden
subdividir en dos poblaciones funcionales: Th1 (células T
inflamatorias), las cuales se encargan de activar macrófagos
que destruyen bacterias intravesiculares, y Th2 (células
colaboradoras), las cuales activan a los linfocitos B para la
producción de anticuerpos.
Inducción y regulación de las células Th1 y Th2
La demostración formal de la existencia de las células
Th1 y Th2 se obtuvo en la década de 1980. Dos avances
técnicos muy importantes (la clonación de los linfocitos T
y los ensayos para la detección de las citoquinas) permi-
tieron el establecimiento de un panel de clonas Th estables
específicas de antígeno, que se caracterizaron por su
patrón de producción de citoquinas. Se identificaron dos
tipos distintos de células CD4+. El tipo I, que produce IL-
2, IFN-
, GM-CSF e IL-3 en respuesta al antígeno y a las
células presentadoras de antígeno (CPA) o a la estimula-
ción con concanavalina A. Por el contrario, las células del
tipo 2 producen IL-3, BCSF-1 (BCSF-1, B-cell stimula-
ting factor 1; IL-4) y el factor estimulador del crecimiento
de células cebadas (IL-5). Se ha visto que las células Th2
aumentan la producción de IgE e IgG1, y que las Th1 pro-
mueven la producción de IgG2a, lo que se correlaciona
con lo descrito anteriormente para IL-4, que controla el
cambio de isotipo a IgE e IgG1, y para IFN-
, que contro-
la el cambio de isotipo a IgG2a.
La consolidación del concepto Th1/Th2 condujo a
una intensa actividad dirigida a elucidar de los mecanis-
mos de inducción, desarrollo y regulación de estas subpo-
blaciones. El hallazgo de que la IL-4 era necesaria para la
inducción de las células Th2 y de que la IL-12 lo era para
las células Th1, junto con el hecho de que en ratones
transgénicos las células con un mismo TCR podían derivar
hacia ambos caminos dependiendo de la presencia de IL-4
o IL-12, así como la descripción de un número considera-
ble de células y clones que producían ambos tipos de cito-
quinas, condujeron al establecimiento de la existencia de
células precursoras a las que se les denominó Th0. Se ha
visto también que el microambiente de citoquinas es el
factor primario determinante para el desarrollo de los dos
linajes distintos. 
Quedó demostrado también que los productos de las
células Th1 y Th2 podían actuar como factores de creci-
miento autocrino para una expansión posterior de estas
células, o bien como agentes inhibidores recíprocos para el
tipo celular opuesto. Es decir, la IL-4 promueve el creci-
B A S E S C E L U L A R E S Y M O L E C U L A R E S D E L S I S T E M A I N M U N I TA R I O 315
Sitio de fosforilación en tirosina
TCR
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S
S
S
S
S S
S S
S
S S
S
S
S
CD3
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S
S
Dominios
extracelulares
Dominios
transmembrana
Dominios
intracelulares
Figura 21.2. Estructura esquemática del receptor para antígeno
de los linfocitos T.

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