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ciated molecular patterns), en la iniciación de las diferen- tes vías de señalización, y en el control de la maduración de las CD y en la diferenciación de las células Th. En los mamíferos, estos receptores han evolucionado para reco- nocer únicamente elementos derivados del metabolismo microbiano. Esta especificidad permite a las proteínas Toll detectar la presencia de una infección e inducir la activa- ción de respuestas inflamatorias y de inmunidad natural antimicrobiana. El reconocimiento de productos bacteria- nos por los receptores tipo Toll expresados en la superficie de las CD dispara la maduración funcional de éstas, lo que conduce a la iniciación de las respuestas inmunitarias adaptativas antígeno-específicas (Fig. 21.6). Los TLR comprenden una familia de receptores trans- membrana tipo I, que se caracterizan por la presencia de un dominio extracelular rico en leucinas denominado LRR (leucine-rich repeat) y un dominio intracelular denomina- do TIR (Toll/IL-1receptor). En las especies de mamíferos se han descrito al menos diez TLR, y parece ser que cada uno de ellos tiene una función específica en el reconoci- miento inmunitario natural. Asimismo, se han identificado docenas de ligandos de origen microbiano, y probable- mente en los próximos años se identifiquen muchos más. Complejo principal de histocompatibilidad (CPH) El CPH es una región genética que codifica, entre otras, las moléculas de clase I y de clase II. Las molécu- las de este complejo son altamente polimórficas y presen- tan más de cuarenta alelos comunes para cada gen individual. Estas proteínas identificadas como antígenos distinguen a los miembros de una misma especie. Tanto las moléculas de clase I como las de clase II fueron reconoci- das originalmente por su capacidad de inducir respuesta por parte de los linfocitos T, originándose así el rechazo de tejidos transplantados. En la actualidad se sabe que las moléculas de clase I y clase II son las responsables de unir antígenos proteicos extraños formando complejos que son reconocidos por el TCR de los linfocitos específicos. Los antígenos que se asocian con las moléculas de clase I son reconocidos por los linfocitos T citotóxicos CD8+, mien- tras que los antígenos asociados con las moléculas de cla- se II son reconocidos por los linfocitos T colaboradores CD4+ (Fig. 21.7). Las moléculas de clase I están constituidas por una glucoproteína transmembrana de 44 kD unida de forma no covalente a un péptido no polimórfico de 12 kD, llamado 2 microglobulina. Por su parte las moléculas de clase II contienen dos cadenas polipeptídicas polimórficas codifi- cadas por los genes del CPH. B A S E S C E L U L A R E S Y M O L E C U L A R E S D E L S I S T E M A I N M U N I TA R I O 321 LBP LBP LPS LBS LTA MyD88 MyD88 MyD88 MyD88 MyD88 MKK3 MyD88 MyD88 MyD88 c-Jun LAM Virus CpG DI CD14CD14 P P P P P P P P P P P TRAF6 MEKK1 MKK4 NF&B c-Fos ELK1 MKK6 p38 CpG ECSIT NIK IKKs NF B TAB2 TAB1 TOLLIP TIRAP TOLLIP PKR IRAK TAK1 I B� IRAK IRAK IRAKM IRAK IRAK IRAK IRAK IRAK TL R 10 TL R 8 TL R 9 TL R 2 TL R 8 TL R 6 TL R 3 TL R 2 TL R 4 TL R 7TL R 2 TL R 1 Bacteria Bacteria Hongo MALP2 ZimosanPGR BPL I B� degradados Citoquinas proinflamatorias JNK Figura 21.6. Representación esquemática de los receptores tipo Toll. DP DQ DR B C A G DM �� � �LMP/TAP Clase IIIClase II Clase I Figura 21.7. Organización de los genes del complejo principal de histocompatibilidad.
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