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Anticoncepción hormonal

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Anticoncepción hormonal
Marta Margarita Durand Carbajal
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 
cada año se embarazan 208 millones de mujeres. De ellas 
sólo 59% planearon su embarazo. Estos embarazos tienen 
diversos desenlaces; recién nacido vivo, aborto espontá-
neo o muerte fetal intrauterina. El 41% restante, es decir 
85 millones, son embarazos no deseados. En la actualidad, 
los embarazos no planificados son un problema de salud 
reproductiva y de salud pública de carácter tanto local 
como mundial que, de manera directa e indirecta, afectan 
el bienestar personal y económico de una sociedad com-
pleta. En 2012 la OMS reportó que la cantidad total de 
abortos inseguros aumentó de 20 millones en 2003 a 22 
millones en 2008. De estos, casi 47 000 corresponden a 
muertes maternas secundarias por complicaciones de un 
aborto inseguro en condiciones asociadas a altos niveles 
de pobreza y marginación social. Además, se estima que 
5 millones de mujeres sufren secuelas como resultado 
de un aborto inseguro. Para el año de 2002 se reportaron 
3.7 millones de abortos en forma insegura en la región de 
América Latina y el Caribe.
Tanto el embarazo no deseado como el aborto indu-
cido realizado en condiciones de riesgo, son dos entida-
des potenciales prevenibles, que de satisfacer la deman-
da de las usuarias implicaría un impacto positivo en los 
sistemas de salud, con beneficios económicos y sociales 
de un país. La anticoncepción hormonal en todas sus mo-
dalidades representa una alternativa en la prevención de 
embarazos no planificados, y debe de ser una estrategia 
importante con el fin de reducir las muertes maternas. El 
adecuado conocimiento de los métodos anticonceptivos, 
por los prestadores de servicios de planificación familiar 
y las usuarias puede mejorar las tasas de aceptabilidad 
y continuidad de los métodos anticonceptivos disminu-
yendo las tasas de morbilidad y mortalidad materno-in-
fantiles. En conclusión, la anticoncepción hormonal indi-
cada en forma adecuada puede salvar la vida de muchas 
mujeres. 
Es importante resaltar que existen barreras médicas 
para el uso de los métodos anticonceptivos hormona-
les, en especial cuando se trata de mujeres portadoras 
de enfermedades crónicas. Es imperativo que se dé ca-
pacitación adecuada a los proveedores de salud para la 
buena consejería y la indicación y prescripción correctas 
de los métodos anticonceptivos. Para tal tarea, la OMS 
ha producido dos valiosos documentos que se consideran 
piedras angulares en anticoncepción. Estos documentos 
regulan el uso de los diferentes métodos estableciendo 
quién puede y cómo debe usarlos. 
PREVALENCIA DE USO DE LOS MÉTODOS 
ANTICONCEPTIVOS EN MÉXICO
En las últimas décadas, la difusión exitosa de los métodos 
anticonceptivos se ha visto acompañada de una amplia 
aceptación de los mismos. La prevalencia de uso en mu-
jeres unidas en edad fértil se elevó de 30.2 a 68.5% de 
1976 a 1997 en México y para el año 2009 este porcen-
taje alcanzó 72.5% según las estimaciones del Consejo 
Nacional de Población y la Consulta Interactiva de Salud 
Sexual y Reproductiva, Dirección General de Estudios 
Sociodemográficos y Prospectiva con base en la Encuesta 
Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID). En 
la figura 71-1 se muestra el incremento comparativo de 
uso de anticonceptivos en el año 1997 comparado con el 
2009 por tipo de método.
HORMONAS ESTEROIDES 
Y SU USO EN ANTICONCEPCIÓN
La historia de la anticoncepción hormonal data desde el 
decenio de 1920-29, cuando el fisiólogo austriaco Lud-
wig Haberlandt demostró que trasplantes ováricos de 
animales hembras embarazadas podían prevenir la ferti-
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lidad en animales hembras no embarazadas. En el dece-
nio de 1940-49, Russell Marker describió la manera de 
obtener grandes cantidades de progesterona a partir del 
barbasco (cactácea mexicana), de la cual se obtuvieron 
preparaciones de hormonas esteroides semi sintéticas 
más potentes que la progesterona natural con el fin de 
utilizarse como anticonceptivos seguros y eficaces para 
la regulación de la fertilidad.
EFICACIA Y SEGURIDAD 
DE LOS ANTICONCEPTIVOS HORMONALES
En el cuadro 71-1 se mencionan los métodos anticon-
ceptivos disponibles en la actualidad, así como la tasa de 
falla o embarazo, la cual varía dependiendo del propio 
método así como de la manera en que se utiliza, ya sea 
de la forma correcta y sistemática (uso perfecto) o de la 
manera que por lo común le dan las usuarias, en ocasio-
nes de manera errónea (uso típico). 
La seguridad del método difiere dependiendo del 
momento dentro de la vida reproductiva en que la mujer 
se encuentra o de la condición de salud de las usuarias. 
Como cualquier otra decisión preventiva o terapéutica 
en medicina, la prescripción de un método anticoncep-
tivo se debe tomar con base en la evidencia científica, 
tanto en las mujeres sanas como en aquellas que pade-
cen alguna condición patológica o especial. La OMS ha 
regulado el uso de los métodos anticonceptivos en un 
documento de consenso elaborado por diversas agencias 
internacionales, científicas y organizaciones responsables 
de políticas y programas de planificación familiar. En el 
documento se establecen los criterios para el inicio y la 
Figura 71-1. Distribución porcentual de mujeres en edad fértil unidas por tipo de método anticonceptivo que usan. Modificado de: Consejo 
Nacional de Población, Consulta interactiva de Salud Sexual y Reproductiva, Dirección General de Estudios Sociodemográficos y Prospectiva 
con base en la ENADID, 1997 y 2009. (http://www.conapo.gob.mx/en/CONAPO/Mexico_en_cifras).
continuación de los diferentes métodos basando sus ar-
gumentos en la literatura médica existente, actualizando 
la información cada cuatro años. La mujer con padeci-
mientos de índole endocrinológico, como diabetes me-
llitus, enfermedades tiroideas, dislipidemias, obesidad e 
hipertensión, está considerada en esta revisión exhausti-
va de la literatura médica tomando en cuenta no sólo la 
patología, sino la historia ginecológica y obstétrica y la 
medicación que recibe en el momento de necesitar un 
anticonceptivo. Este documento utiliza categorías para 
proporcionar recomendaciones sobre el uso seguro de los 
métodos anticonceptivos. Las categorías se expresan de 
manera numérica del 1 al 4, donde la 1 indica que la mu-
jer puede usar sin restricción el método anticonceptivo 
a elegir; y la categoría 4 menciona que la mujer no debe, 
bajo ninguna circunstancia, usar el método. La categoría 
2 corresponde al caso en que los beneficios de la admi-
nistración del método anticonceptivo superan los riesgos 
y el 3 significa que los riesgos superan a los beneficios y la 
administración del método debe ser sometida a conside-
ración. A manera de ejemplo, en el cuadro 71-2 se mues-
tran las categorías asignadas en la mujer con diversas 
patologías endocrinas para cada método anticonceptivo.
DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LOS 
ANTICONCEPTIVOS HORMONALES
Los anticonceptivos hormonales son métodos utilizados 
para la regulación de la fertilidad que contienen hor-
monas esteroides sintéticas y que se utilizan de mane-
ra temporal mientras no se planea un embarazo. En la 
actualidad se encuentran disponibles en diversas pre-
Tipo de método
Locales
Pastilla de emergencia
Otros
Condón femenino
Parche anticonceptivo
Implante subdérmico
Vasectomía
Inyecciones
Pastillas
Tradicionales
Condones
DIU
OTB
Porcentaje
0.0 5.0 10.0 15.0 20.0 25.0 30.0 35.0 40.0
1997 2009
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o.758  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 71)
sentaciones: hormonales orales, hormonales inyectables, 
parches transdérmicos, anillos vaginales, implantes sub-
dérmicos, dispositivos intrauterinos liberadores de hor-
mona y para uso poscoital o de emergencia. 
A continuación se describen los diferentes tipos de 
anticonceptivos hormonales, sus formulaciones y vías 
de administración, eficacia, mecanismo de acción, modo de 
prescripción, efectos colaterales y beneficios adicionales 
para la salud.
Anticonceptivos orales
La anticoncepción oral es una opción eficaz y segura para 
las mujeres que están dispuestas a la toma diaria y siste-
mática del anticonceptivo. En México existe una amplia 
gama de opciones con diferentes formulaciones, concen-
traciones y presentaciones, y se ubican en dos grupos:
• Hormonales combinados (estrógeno con progestina).
• Minipíldora (que contienen sólo progestina).
Usados de manera adecuada, los anticonceptivos hor-
monales orales tienen una alta efectividad. De acuerdo 
con diversos estudios es de 99% para las formulaciones 
combinadas y de 90 a 97% para las formulaciones que 
sólo contienen progestina. La minipíldora ha garantizado 
eficacia y disminución importante de efectos colaterales 
en las usuarias; sin embargo, la efectividad por uso típico 
es menor. Las formulaciones combinadas más utilizadas 
contienen etinilestradiol combinado con alguna progesti-
na (levonorgestrel, desogestrel, gestodeno, norgestimato, 
drospirenona o acetato de clormadinona). La presenta-
ción farmacéutica es en ciclos de 21 o 28 grageas o table-
tas. En la presentación de 28, las primeras 21 contienen 
los ingredientes hormonales y las 7 últimas contienen 
hierro o placebo, o 24 activas con 4 de placebo en pre-
sentaciones de dosis más bajas. Las formulaciones que 
sólo contienen progestina más utilizadas contienen levo-
norgestrel o desogestrel. La presentación farmacéutica es 
en ciclos de 28 o 35 grageas o tabletas. 
En cuanto al mecanismo de acción, los anticoncep-
tivos orales combinados previenen el embarazo por inhi-
bición de la ovulación. Un mecanismo adicional es el de 
inducir cambios en las características del moco cervical 
formando una barrera que impide el paso de los esper-
matozoides. Los anticonceptivos orales que sólo contie-
nen progestina no inhiben la ovulación en el 100% de las 
usuarias y su efecto preventivo del embarazo es atribuido 
a los cambios en la consistencia del moco cervical, que 
constituye una barrera que impide la migración de los 
espermatozoides por el aparato reproductor femenino. 
También hay cambios en el endometrio al alterar la pro-
liferación del epitelio; en el miometrio y en las trompas 
uterinas tienen efecto alterando la motilidad del múscu-
lo liso. Son una opción cuando no está indicado el uso 
de estrógenos. Para los anticonceptivos orales combina-
dos se ha establecido el inicio de la toma de la primera 
tableta o gragea dentro de los primeros cinco días del 
ciclo menstrual en una dosis diaria, de preferencia a la 
misma hora. Se recomienda que sea después de la cena 
para minimizar la náusea, efecto colateral que aparece 
en algunas ocasiones durante los primeros meses. En el 
caso de la minipíldora se sugiere comenzar el ciclo des-
de el primer día de una menstruación para maximizar la 
eficacia del método y sugerir a la usuaria que la hora de 
la toma siempre sea la misma. Después se ingiere una 
tableta o gragea diaria en forma ininterrumpida, incluso 
durante el sangrado menstrual. En el periodo posparto o 
posterior a la cesárea cuando la mujer está lactando se 
debe iniciar después de la sexta semana; si no lo está, se 
puede iniciar después de la tercera semana. Si la mujer 
suspende la lactancia puede recomendarse el cambio a 
un anticonceptivo combinado si así lo desea. Tanto en los 
orales combinados como en los que sólo contienen pro-
gestina, es imprescindible que la mujer realice la toma 
diaria, ya que si llega a ocurrir el olvido de ingesta de una 
sola tableta el método puede fallar. Es necesario informar 
a la usuaria que al suspender el método de forma inten-
Cuadro 71-1. Métodos anticonceptivos 
y su efectividad
Método Tasa 
de embarazo
Uso 
típico (%)
Uso per-
fecto (%)
Sin método* 85 85
Espermicidas 28 18
Métodos naturales 24 0.4 a 5
Condón masculino 18 2
Anticonceptivos orales combina-
dos y de progestina sola, parches 
y anillos
9 0.3
Anticonceptivos inyectables
•	Progestina	sola 6 0.2
•	Combinados 3 0.05
DIU
•	Cobre 0.8 0.6
•	Progestina 0.2 0.2
Implantes subdérmicos 0.05 0.05
Esterilización
•	Masculina 0.15 0.1
•	Femenina 0.5 0.5
Modificado de la referencia: World Health Organization. Medical eligibility 
criteria for contraceptive use. 5th ed. Geneva 2015. (Accessed at http://www.
who.int/reproductive-health/publications).
Uso típico: porcentaje de embarazo accidental durante el primer año de uso 
del método, cuando no se usa de manera correcta y sistemática. Esta tasa 
varía con aquellos métodos cuyo uso depende de la usuaria. 
Uso perfecto: porcentaje de embarazo accidental durante el primer año 
de uso del método sin interrupción bajo condiciones de uso correcto y sis-
temático. 
* Las tasas de embarazo están basadas en datos de poblaciones de mu-
jeres que no usan ningún método anticonceptivo y de mujeres que dejan 
de usar su método por deseo de embarazo. 
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Anticoncepción hormonal 759
cionada o accidental, el retorno a la fertilidad puede ser 
inmediato. 
Existen beneficios adicionales a la regulación de la 
fertilidad con el uso de los anticonceptivos orales. Se ha 
demostrado que disminuyen el riesgo de cáncer endo-
metrial y de ovario, así como el de embarazo ectópico, 
incidencia de enfermedad inflamatoria pélvica aguda, 
patología mamaria benigna; previenen anemia en muje-
res con sangrados abundantes, regularizan la periodicidad 
del sangrado menstrual y disminuyen o evitan los sínto-
mas de endometriosis y la dismenorrea por otras causas.
Es importante mencionar que la consejería es cru-
cial en el caso de la anticoncepción de progestina sola, 
en general, en cualquiera de sus presentaciones debido a 
que pueden observarse irregularidades menstruales. En 
el caso de la minipíldora, los manchados prolongados o 
la amenorrea son frecuentes.
Anticonceptivos inyectables
Los anticonceptivos inyectables son métodos hormona-
les considerados de larga acción que contienen hormonas 
esteroides sintéticas a dosis mayores que en la modali-
dad oral. Estos se administran por vía intramuscular, y de 
acuerdo con su formulación, se dividen en dos grupos: in-
yectables de sólo progestina y formulaciones combinadas. 
Los inyectables de progesterona sola se ubican entre los 
métodos reversibles más eficaces disponibles en la actua-
lidad. Las formulaciones más utilizadas contienen: 200 
mg de enantato de noretisterona que previene el embara-
zo durante dos meses; y 150 mg de acetato de medroxi-
progesterona para aplicación trimestral con un periodo de 
reinyección hasta de dos semanas, siendo independiente 
de si hay o no sangrado menstrual. Las formulaciones 
combinadas previenen el embarazo por un mes y las más 
recomendadas son las que contienen 25 mg de acetato de 
medroxiprogesterona combinado con 5 mg de cipionato 
de estradiol (Cyclofem®) o 50 mg de enantato de nore-
tisterona combinado con 5 mg de valerato de estradiol 
(Mesigyna®). El periodo de reinyección debe de ser de 
30 ± 3 días, siendo indistinto si hay o no presencia 
de sangrado menstrual. Fuera de este lapso, no se asegura 
la eficacia del método.
Los anticonceptivos hormonales inyectables se apli-
can dentro de cualquiera de los primeros siete días del 
ciclo menstrual contados a partir del primer día de san-
grado, también se puede aplicar en cualquier momento 
si se está seguro de que no hay embarazo. Si el método 
se iniciadespués del séptimo día de sangrado menstrual 
debe usarse en forma simultánea con un método de ba-
rrera durante los primeros siete días. En casos de aborto 
se pueden administrar de inmediato. Después de un par-
to o cesárea el inicio varía dependiendo de la formula-
Cuadro 71-2. Criterios de elegibilidad para el uso de los métodos anticonceptivos 
en pacientes con enfermedades endocrinas
Condición: diabetes AOC A-P AIC AOP DMPA- 
NET
Implante DIU-Cu DIU-LNG
a) Historia de diabetes gestacional 1 1 1 1 1 1 1 1
b) Sin enfermedad vascular 
(i) No insulino dependiente
(ii) Insulino dependiente
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
1
1
2
2
c) Nefropatía, retinopatía, neuropatía 3/4 3/4 3/4 2 3 2 1 2
d) Otra enfermedad vascular o DM > 20 años 
de evolución
3/4 3/4 3/4 2 3 2 1 2
Condición: enfermedad tiroidea AOC A-P AIC AOP DMPA-
NET
Implante DIU-Cu DIU-LNG
a) Bocio simple 1 1 1 1 1 1 1 1
b) Hipertiroidismo 1 1 1 1 1 1 1 1
c) Hipotiroidismo 1 1 1 1 1 1 1 1
Condición: obesidad AOC A-P AIC AOP DMPA-
NET
Implante DIU-Cu DIU-LNG
a) > 30 kg/m2 IMC 2 2 2 1 1 1 1 1
b) De la menarca a < 18 años de edad y > 30 
kg/m2 IMC
2 2 2 1 2 1 1 1
Condición: dislipidemia AOC A-P AIC AOP DMPA- 
NET
Implante DIU-Cu DIU-LNG
a) Dislipidemias conocidas 2 2 2 2 2 2 1 2
Modificado de: World Health Organization. Medical eligibility criteria for contraceptive use. 5th ed. Geneva 2015. (Accessed at http://www.who.int/reproductive- 
health/publications)
AOC = anticonceptivos orales combinados. A-P = anillos vaginales y parches anticonceptivos combinados. AIC = anticonceptivos inyectables combinados. 
AOP = anticonceptivos orales de progestina. DMPA-NET = inyectables de progestina. Implante = implantes subdérmicos de progestina. DIU-Cu = dispositivo 
intrauterino liberador de cobre. DIU-LNG = DIU liberador de progestina.
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760  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 71)
ción anticonceptiva y de la lactancia. En el caso de los 
inyectables de progestina sola la primera dosis se aplicará 
después de la tercera semana, siempre y cuando la mu-
jer no esté lactando. Si está lactando, el inicio se reco-
mienda después de la sexta semana posterior al evento 
obstétrico. En el caso de los combinados, su inicio no se 
recomienda antes de los seis meses posparto o poscesárea 
si se está lactando; si no, pueden iniciarse después de las 
tres semanas, siempre y cuando no existan riesgos adicio-
nales de trombosis. 
Es importante tomar en cuenta ciertos aspectos im-
portantes en el uso de anticonceptivos inyectables. Su 
uso debe suspenderse 45 días antes de una cirugía mayor 
electiva o inmovilización prolongada de alguna extremi-
dad, y reiniciarse dos semanas después. A las usuarias de 
métodos inyectables se deberá informar que el uso de 
estos métodos no brinda protección preventiva de en-
fermedades de transmisión sexual, incluyendo la infec-
ción por virus de inmunodeficiencia humana/síndrome 
de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA) o virus del 
papiloma humano (VPH), por lo que en condiciones de 
riesgo deberá recomendarse el uso adicional de preserva-
tivo o condón; también se mencionará que al suspender 
el método, el retorno a la fecundidad no será inmediato. 
En el caso del inyectable bimensual el retorno de la ovu-
lación ocurre en promedio de 3 a 6 meses después de la 
última inyección. En el caso del inyectable trimestral este 
periodo se extiende hasta de 9 a 12 meses después de su 
última aplicación y en el caso de los inyectables mensua-
les es de 2 a 3 meses. Por último, es importante que en las 
usuarias de inyectables de progestina sola se dé la conse-
jería adecuada debido a la amenorrea que estos métodos 
ocasionan y que no se debe a falla del método. Lo que se 
explica porque el endometrio no prolifera por efecto de 
la administración continua de la progestina. En casos 
de patología uterina benigna estos pueden ser una estra-
tegia para evitar anemia por sangrado abundante.
El mecanismo de acción consiste en inhibir la ovu-
lación. Además, la proliferación endometrial se inhibe y 
la penetración espermática es inadecuada debido a que 
ocasiona que el moco cervical se vuelva escaso y espeso. 
Parches anticonceptivos 
y anillos vaginales 
Una opción de anticoncepción combinada es la adminis-
tración transdérmica a través de la aplicación de parches 
en la piel que ofrece ventajas metabólicas en compara-
ción con la administración oral. Sin embargo, las mismas 
indicaciones de los anticonceptivos orales combinados 
aplican para esta modalidad anticonceptiva. Otra ventaja 
es que no es necesaria la ingesta diaria, sólo se debe re-
cordar la aplicación semanal del parche iniciando dentro 
de los primeros siete días del sangrado menstrual durante 
tres semanas y la cuarta semana se descansa para que 
el sangrado aparezca. En el caso de los anillos vaginales, 
éste se coloca durante tres semanas y la cuarta semana se 
retira para que haya sangrado. Se ha registrado la misma 
eficacia por uso perfecto que los anticonceptivos orales 
combinados. Las dosis de hormonas esteroides utilizadas 
en estas presentaciones de anticoncepción combinada 
son menores a las empleadas en la anticoncepción oral e 
inyectable. La liberación diaria de hormonas en el parche 
anticonceptivo es de 150 μg de norelgestromina y 20 μg 
de etinilestradiol y en el caso de los anillos se liberan 120 
μg de etonogestrel y 15 μg de etinilestradiol. Estas dosis 
diarias pueden ocasionar cierta irregularidad menstrual 
en algunas mujeres.
Implantes anticonceptivos subdérmicos
En la actualidad en México se encuentra disponible el 
implante subdérmico liberador de etonogestrel conocido 
como Implanon®. Éste es uno de los métodos más efica-
ces disponibles en la actualidad. El concepto inicial para 
el desarrollo de este método se presentó en 1967 a través 
de varias contribuciones científicas, las que propusieron el 
uso de cápsulas subdérmicas de polidimetilsiloxano para 
la liberación controlada del principio anticonceptivo. El 
desarrollo de métodos de liberación controlada a través 
de implantes subdérmicos ha estado, por más de 30 años, 
sujeto a investigación por la OMS. Estos cumplen con 
las características idóneas de seguridad, aceptabilidad y 
eficacia. Los implantes subdérmicos son una elección efi-
ciente para el control de la fertilidad, estimándose en la 
actualidad un aproximado de 11 millones de usuarias de 
este método de forma segura y eficaz desde 1998 en más 
de 60 países. La aprobación de este método en México 
fue en octubre del 2002 a través de un estudio piloto in-
troductorio realizado por la Secretaria de Salud (SSA) y 
el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en ocho 
entidades de la República Mexicana. En la actualidad se 
estima que existen alrededor de 250 000 usuarias de im-
plantes en el país.
El Implanon® contiene 68 mg de etonogestrel. El 
mecanismo de liberación después de su colocación sub-
dérmica es la liberación lenta y sostenida a razón de 60 
a 70 μg/día durante las primeras 5 a 6 semanas hasta al-
canzar un promedio de 35 a 45 μg/día al final del primer 
año y de 25 a 30 μg/día al cabo de tres años.
El mecanismo de acción consiste en la inhibición de 
la descarga preovulatoria de la LH y, por lo tanto, del 
fenómeno ovulatorio. También posee un mecanismo 
secundario que consiste en el espesamiento del moco 
cervical con disminución del volumen y aumento de la 
celularidad y viscosidad propiciando un ambiente hostil 
a la gameta sexual masculina.
Al igual que otros anticonceptivos de progestinas, 
el uso de implantes de etonogestrel se asocia a patro-
nes de sangrado menstrual impredecibles. La mayoría de 
las usuarias de implantes reportan una disminución en 
la frecuencia y el volumen de sangrado menstrual. No 
hay estudios que reporten estrategias cuantitativas de la 
pérdida hemática, pero la mayoría de lasmujeres experi-
mentan una reducción en la frecuencia y el volumen de 
sangrado menstrual. A pesar de las desventajas e incon-
venientes referidos, la mayoría de los estudios de acepta-
ción de las usuarias de este método demuestran una tasa 
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Anticoncepción hormonal 761
de continuación de cerca de 80% a un año. Estos estudios 
también son indicativos de que las tasas de continuación 
dependen en gran medida de la consejería e información 
que se proporcionen a las usuarias. Las razones dadas 
para el retiro de los implantes varían, pero casi 30% de 
las mujeres que deciden discontinuar el método en EUA 
y Europa lo hacen por “problemas de sangrado”. En la 
Clínica de Salud Reproductiva del Instituto Nacional 
de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” la 
tasa de continuación del implante anticonceptivo en 3.6 
años de seguimiento (2008-2011) fue de 85.9 y las prin-
cipales causas del retiro fueron por indicación médica en 
50% de los casos y por completar el periodo de efecti-
vidad en 37.5 por ciento. Aunque 36% de las usuarias 
tuvieron alteraciones de sangrado, ésta no fue la causa 
de la discontinuación. La población en esta clínica en su 
mayoría es de mujeres con patologías crónicas diversas. 
Entre la buena consejería que se imparte con respecto 
a los efectos en el sangrado y que las preocupaciones 
en estas mujeres tienden a ser prioritariamente por sus 
padecimientos, pensamos que es la causa de que no lo 
discontinúen por esta razón. Para evitar que el problema 
de sangrado sea la causa de discontinuación del implante, 
se han establecido varios enfoques de tratamiento para 
el manejo de estos molestos sangrados, algunos autores 
refieren disminución del sangrado cuando utilizan anti-
inflamatorios no esteroides, otros autores reportan que el 
uso de anticonceptivos orales combinados y progestina o 
estrógeno suplementario son adecuados para el manejo 
de los sangrados.
Dispositivo intrauterino liberador de hormona
El dispositivo intrauterino liberador de progestina es un 
sistema que consiste en una estructura de polietileno que 
tiene forma de “T” y que sostiene un cilindro con una 
mezcla de levonorgestrel y silicón. Este sistema conocido 
con el nombre comercial de Mirena®, contiene 52 mg de 
la progestina, liberada de manera continua a razón de 20 
μg diarios al interior de la cavidad uterina. Este sistema 
se inserta dentro del útero con una técnica similar a la del 
dispositivo de cobre común. La vigilancia semestral es 
importante para verificar que se encuentra dentro de la 
cavidad uterina. Al mes de la inserción es recomendable 
la revisión debido a que las mayores tasas de expulsión 
son registradas en el primer mes de uso. La liberación 
local de la progestina provoca cambios en el endometrio 
que incluyen seudodesidualización del estroma, atrofia 
glandular e infiltración de leucocitos con disminución de 
mitosis estromales. En algunas mujeres, el levonorgestrel 
puede inhibir la ovulación. En los estudios de mecanismo 
de acción se demostró que entre 45 y 75% de los ciclos 
fueron ovulatorios en las usuarias. También se ha demos-
trado que el moco cervical se vuelve espeso y muy escaso, 
impidiendo una buena penetración espermática. Todos 
estos mecanismos en conjunto hacen que este método 
sea altamente eficaz y similar a la esterilización femeni-
na. El dispositivo es efectivo hasta por cinco años de uso 
continuo. Los cambios descritos en el endometrio hacen 
que este método provoque alteraciones menstruales en 
las usuarias, por lo que una adecuada consejería es im-
portante para mantener la buena aceptación del método. 
Las alteraciones reportadas en la literatura son el man-
chado prolongado, amenorrea, oligomenorrea, sangrado 
irregular y, con menor frecuencia, sangrado abundante. 
Como cualquier método de progestina sola, este dispo-
sitivo puede favorecer la formación de quistes ováricos, 
que sólo necesitan vigilancia y rara vez, tratamiento. Su 
inserción se contraindica cuando existe enfermedad in-
flamatoria pélvica aguda, malformaciones uterinas, en-
dometritis posaborto, neoplasia uterina o sospecha de 
neoplasia ginecológica. Este método anticonceptivo pue-
de usarse durante la lactancia, preferentemente después 
de las primeras cuatro semanas del parto o cesárea. La 
cantidad de hormona liberada no afecta la cantidad ni 
la calidad de la leche materna. El retorno a la fertilidad, 
una vez que el dispositivo es retirado, es inmediato. Este 
método anticonceptivo no brinda protección contra en-
fermedades de transmisión sexual. Se recomienda el uso 
de preservativo adicional para tener esta protección. Al 
igual que el resto de los métodos, este dispositivo se debe 
insertar durante cualquiera de los primeros siete días del 
ciclo menstrual contados a partir del primer día de san-
grado, también se puede insertar en cualquier momento 
si se tiene la seguridad razonable de que no hay embara-
zo a pesar de que no haya sangrado menstrual. 
Anticoncepción hormonal de emergencia
La anticoncepción hormonal de emergencia (AE), tam-
bién conocida como anticoncepción poscoital o “píldora 
del día después”, se refiere al uso de ciertos anticoncepti-
vos hormonales orales posteriores al coito como medida 
de emergencia para prevenir la ocurrencia de un embara-
zo en mujeres que recién han tenido un coito sin protec-
ción, incluyendo víctimas de violación o aquellas muje-
res con falla en el uso de otro método anticonceptivo. Es 
importante mencionar que la AE se trata de un método 
para respaldo ocasional y no para uso rutinario o conti-
nuo. Algunas de las indicaciones propuestas por la OMS 
para el uso de la AE publicadas en el Boletín Informativo 
No. 224 en el año de 2005 son: cuando ningún método 
anticonceptivo fue utilizado durante el coito, cuando ha 
ocurrido una falla en el método anticonceptivo utilizado 
o se ha utilizado incorrectamente, o cuando ha habido 
agresión sexual a una mujer que no estaba protegida por 
un método anticonceptivo eficaz. Para estas situaciones, 
existen numerosos métodos, que usados de forma correc-
ta, disminuirán de forma significativa la tasa de embarazo 
no planificado. La OMS avala el uso de levonorgestrel 
1.5 mg, acetato de ulipristal 30 mg y mifepristona 25 a 
50 mg como anticonceptivo de emergencia, este último 
no aprobado para su uso como anticonceptivo de emer-
gencia en México.
La eficacia de la AE varía según sea la formulación 
utilizada. Aunque la ventana fértil se reduce de 5 a 6 días 
del ciclo ovárico, la AE se debe prescribir cuando sea so-
licitada, sin importar el día del ciclo ovárico en el que se 
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762  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 71)
encuentre la mujer debido a la incertidumbre que puede 
existir con respecto a su último sangrado menstrual y el 
momento exacto de la ovulación. Se han establecido las 
tasas globales de eficacia de las diferentes opciones de 
AE, tomando en consideración el día del ciclo dentro de 
la ventana fértil en que ocurrió el coito sin protección 
anticonceptiva regular y las horas transcurridas desde el 
coito, así como el peso de la usuaria y la toma adecuada 
del medicamento. La eficiencia del anticonceptivo com-
binado, también conocido como método de Yuzpe, es 
muy baja y se reporta entre 75 a 80%. La efectividad de 
la dosis única de LNG 1.5 mg es de 89%, la dosis única 
de 30 mg de acetato de ulipristal es de 98%.
Las revisiones sistemáticas han concluido que el ac-
ceso fácil a la anticoncepción de emergencia conduce a 
su alta utilización; es lamentable que facilitar el acceso 
no ha resultado en una disminución significativa de la 
tasa de embarazos en la población. Las tasas de mortali-
dad materno-infantilhan disminuido a partir de la lega-
lización de la interrupción temprana del embarazo y no 
del uso de la anticoncepción de emergencia.
CONCLUSIONES
Cuando se prescriban métodos anticonceptivos hormo-
nales se debe hacer un correcto balance entre los riesgos 
y los beneficios en cada caso en particular. Los puntos 
que se deben considerar antes de prescribir un método 
hormonal son: etapa de la edad reproductiva en la que se 
encuentra la usuaria, estado de salud/enfermedad en el 
momento de la prescripción, preferencias y necesidades 
de la mujer, riesgos potenciales y beneficios adicionales 
del efecto anticonceptivo. A este respecto, es importante 
mencionar que los métodos anticonceptivos hormonales 
brindan beneficios adicionales como tratamiento de al-
gún problema médico. Algunos de estos beneficios inclu-
yen la disminución en la incidencia de:
• Cáncer endometrial.
• Cáncer de ovario.
• Embarazo ectópico.
• Enfermedad inflamatoria pélvica aguda.
• Anemia.
• Enfermedad mamaria benigna.
• Síntomas de endometriosis.
• Dismenorrea y metrorragia.
En general, el uso de los métodos anticonceptivos hor-
monales no protege contra enfermedades de transmi-
sión sexual; por esta razón debe prescribirse el uso del 
preservativo adicional. A esto se le conoce como el uso 
doble de método, lo cual contribuye a mejorar la eficacia 
de los mismos, disminuyendo el riesgo de infecciones 
en las pacientes inmunocomprometidas, aumentando 
la efectividad en pacientes tratados con medicamentos 
teratogénicos y en voluntarias de protocolos que evalúan 
medicamentos en fases tempranas de investigación.
NORMATIVIDAD EN MÉXICO
Por último, es importante mencionar que la prescripción 
de los métodos anticonceptivos son un derecho de la po-
blación y el prestador de servicios está obligado a ofre-
cerlos a las mujeres en edad reproductiva. Este derecho 
está considerado dentro de las garantías individuales de 
los ciudadanos. Los documentos que regulan el uso de los 
métodos anticonceptivos en México incluyen:
• La Constitución Política de los Estados Unidos Mexi- 
canos.
• La Ley General de Población.
• La Ley General de Salud.
• La Ley Federal de Protección de los Derechos de los 
Niños, Niñas y Adolescentes.
• El Programa Nacional de Salud y el Programa de Ac-
ción: Salud Reproductiva 2001-2006.
• La Norma Oficial Mexicana, NOM 005-SSA2-1993, 
de los Servicios de Planificación Familiar.
Es de crucial importancia que los proveedores de servi-
cios de planificación familiar conozcan estos documen-
tos para la adecuada indicación de los métodos apegados 
a la Ley, ofreciendo a las mujeres un futuro planeado 
para su desarrollo integral y el de sus familias.
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Anticoncepción hormonal
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