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397© Ed ito ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 37 Aspectos genéticos de diabetes mellitus tipo 1 y 2 Saúl Lira Albarrán México ha sufrido una transición epidemiológica en los últimos dos decenios, caracterizada por el cambio de padecimientos prevalentes como malnutrición y enfer- medades infecciosas y parasitarias, hacia un perfil actual dominado por diabetes mellitus (DM), obesidad y otras enfermedades no transmisibles relacionadas con la ali- mentación. Durante el periodo de 1980-2000 se reportó un incremento alarmante de 47% en las tasas de morta- lidad por DM en nuestro país y de manera paralela entre 1988 y 2006, la tasa de prevalencia anual de obesidad (índice de masa corporal, IMC > 30 kg/m2) aumentó en los adultos en casi 2% por año, el incremento más grande documentado a nivel mundial. Por lo anterior, la DM y la obesidad representan un problema de salud pública en México, más aún, cuando investigaciones recientes sugieren que la prevalencia y mortalidad por diabetes continuarán incrementándose en el futuro en nuestra población. La clasificación de DM se encuentra en constante evolución a medida que se conoce más de la patogénesis de las formas principales, lo que permite plantear con- ceptos útiles sobre la etiología, historia natural, genética, componente hereditario (heredabilidad), fenotipo clínico y tratamientos óptimos para esta enfermedad. En la ac- tualidad, el término DM comprende un grupo de enfer- medades metabólicas caracterizadas por hiperglucemia, resultado de defectos en la acción o secreción de insulina, o de ambas situaciones. En general, el concepto preva- lente para la clasificación de DM es la existencia de dos tipos principales de esta enfermedad: autoinmunitaria (tipo 1) y no autoinmunitaria (tipo 2). Los avances en la terminología de su clasificación incluyen la evolución del concepto de diabetes autoinmunitaria, transitando por los términos de diabetes juvenil, dependiente de insulina hasta el actual de diabetes mellitus tipo 1 (DM1). Sin embargo, esta clasificación, en constante cambio, aho- ra subdivide la DM1 en tipos 1a y 1b, dependiendo de la positividad o negatividad a anticuerpos. En el caso de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), caracterizada por resis- tencia a la insulina y deficiencia relativa a la insulina, en 2013 se sugirió denominarla hiperglucemia idiopática. En el presente capítulo se describe la genética de la DM tipo 1 y 2, además de algunas de sus complicaciones, con base en su modo de herencia multifactorial, producto de la interacción gen-ambiente, haciendo referencia a las formas monogénicas y sindrómicas de DM cuando sirvan como modelos biológicos para explicar la fisiopatología de la enfermedad. Para el caso de DM1 se plantea un posible escenario del asesoramiento genético de un pa- ciente con familiares afectados. Además, se hace énfasis en el componente epigenético durante la historia natural de DM, para comprender la importancia de la medicina preventiva a fin de limitar sus complicaciones. En forma complementaria, se analizan algunas de las aportaciones recientes realizadas por grupos de investigadores mexi- canos en colaboración con consorcios internacionales con el objetivo de dilucidar las bases genéticas de DM2 mediante el uso de tecnologías de última generación, que permiten estudiar la heredabilidad perdida de esta enfer- medad tan prevalente en nuestro país. EPIDEMIOLOGÍA DE DIABETES MELLITUS TIPO 1 La incidencia de DM1 se incrementa a nivel mundial. Sin embargo, existen pocos datos sobre la prevalencia o la incidencia de esta enfermedad en niños. En México, un estudio demostró una tendencia de incremento signi- ficativa en la incidencia de DM1 diagnosticada durante el periodo 2000-2010 entre niños menores de 19 años de edad, probablemente secundaria a factores, como in- fecciones perinatales, incremento ponderal en los prime- ros meses de vida y el aumento en la edad materna. En Latinoamérica, la información sobre la epidemiología de DM1 es menor comparada con la descrita para DM2, de- http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 398 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 37) bido a que esta última representa un mayor número de casos. No obstante, está claro que la incidencia y la pre- valencia de DM1 es menor en países latinoamericanos al compararlos con regiones de Europa, América del Norte, sureste Asiático y norte de África. Al respecto, diversos factores biológicos y metodológicos pudieran explicar la menor contribución de DM1 a la totalidad de los casos de diabetes mellitus. Por ejemplo, la exposición a posi- bles factores ambientales “protectores” o la ausencia de aquellos dominantes en una región, justificarían el me- nor número de casos de DM1 observados en países de América Latina. Sin embargo, es necesario destacar las limitaciones en el número y calidad de los registros en esta región. Al estudiar en población adulta mexicana la aso- ciación entre DM1 y síndrome metabólico (SM), deno- minado doble diabetes, el último definido con base en los criterios de la American Heart Association/National Heart, Lung and Blood Institute (AHA/NHLBI) y del National Cholesterol Education Program: Adult Treatment Panel III (NCEP:ATPIII), 37.5 y 14% de los pacientes tuvieron SM utilizando 3 o 4 criterios diagnósticos de la primera clasificación, respectivamente; mientras que el 25 y 11.5% de los casos cumplieron criterios diagnósticos de la segunda clasificación, respectivamente, lo que pone de manifiesto la aparición de SM en sujetos con DM1. En la actualidad, el tratamiento intensivo con insulina es el estándar de oro para el cuidado del paciente con DM1 y los avances en la administración de esta hormona, así como la vigilancia de las concentraciones circulantes de glucosa ayudan en el seguimiento de la enfermedad. Sin embargo, el control glucémico aún es subóptimo para la mayoría de los pacientes con DM1 y las complicaciones agudas y crónicas de la diabetes persisten, reduciendo la esperanza de vida. Por lo tanto, es necesario mejorar este parámetro a través de la búsqueda de factores genéticos y biomarcadores relacionados con el riesgo de compli- caciones de diabetes, con el objetivo de mejorar las es- trategias de medicina preventiva a través de un enfoque personalizado. INMUNOGENÉTICA DE DIABETES MELLITUS TIPO 1 La DM1 es una enfermedad autoinmunitaria que se origina por la interacción compleja de factores, tanto genéticos como inmunológicos. De manera similar a la mayoría de las enfermedades autoinmunitarias, la DM1 tiene un comportamiento de recaídas y remisiones, y se caracteriza, específicamente, por la respuesta de las célu- las T y de autoanticuerpos dirigidos a los autoantígenos de los islotes del páncreas. En este sentido, el diagnóstico inmunológico de DM1 se fundamenta en la detección de autoanticuerpos en suero, en particular 1 de 4 autoan- ticuerpos positivos a antígenos de la célula β, como los dirigidos en contra de células de los islotes, la isoforma de 65 kDa del ácido glutámico, el anticuerpo contra el antígeno 2 del insulinoma o los autoanticuerpos a la in- sulina. Sin embargo, el significado inmunológico de es- tos anticuerpos permanece incierto, aún cuando tienen la ventaja de servir como marcadores subrogados para predecir el inicio clínico de enfermedad. Por lo tanto, la autoinmunidad es un mecanismo para el desarrollo de las manifestaciones de DM1, pero no es la causa primaria debido a que se manifiesta en individuos genéticamente susceptibles, quizá como resultado de un desencande- nante ambiental. En general, DM1 se considera una enfermedad po- ligénica con un pequeño número de genes que tienen grandes efectos, como el caso del sistema de antígenos leucocitarios humanos(HLA, del inglés, Human Leu- cocyte Antigen) y un gran número de genes que tienen pocos efectos. Sin embargo, otros autores consideran a DM1 casi como una enfermedad monogénica por su im- portante ligamiento a la región HLA. Esta región, loca- lizada en el cromosoma 6p21, se considera el principal locus de susceptibilidad para DM1 con una razón de mo- mios (OR, del inglés, Odds Ratio) mayor de 6 y se estima que 30 a 50% del riesgo genético de DM1 es atribuible a esta región. El riesgo de progresión de DM1 lo confieren alelos específicos (formas alternativas de un gen) HLA DR/DQ (p. ej., DRB1*03-DQB1*0201 [DR3] o DR- B1*04-DQB1*0302 [DR4]). En contraste, algunos alelos HLA, como DQB1*0602 se asocian a una protección dominante de DM1 en múltiples poblaciones; incluso, la genotipificación del HLA puede ayudar a distinguir entre DM1 y DM2 en población pediátrica, ya que en ocasiones los autoanticuerpos son positivos en pacien- tes con DM2 y negativos en casos con DM1. Un estudio realizado en niños mexicanos reportó diferencias signi- ficativas en el perfil de HLA a expensas de una mayor frecuencia de HLA-DRB1*08 y una menor frecuencia de HLA-DRB1*04 en casos de DM2 comparados con casos de DM1. Además, en este último grupo se observó una mayor frecuencia de HLA-DR3 y HLA-DR4 en compa- ración con sujetos control. Los estudios genéticos poblacionales y basados en familias realizados en los últimos 30 años han proporcio- nado una explicación para cerca del 80% de la heredabi- lidad de DM1, definida formalmente como una razón de varianzas, en específico, como la proporción de la varian- za total en una población para una medición particular, estudiada en un momento o edad específicos, atribuible a la variación en valores genéticos aditivos o totales. Sin embargo, con el advenimiento de los estudios de asocia- ción de genoma completo (GWAS, del inglés, Genome Wide Association Studies), dirigidos a evaluar el potencial ligamiento de marcadores genéticos localizados a lo largo del genoma con un rasgo específico, más de 50 marcado- res de genes de susceptibilidad no-HLA se han asociado a DM1. La mayoría de estos loci parecen tener efectos en el sistema inmunitario, y llama la atención que el gen que codifica la insulina (INS) y un gen que participa en la vía de señalización del receptor de células T (PTPN22) mos- traron la asociación más fuerte con DM1 (OR cercano a 2), pero ésta es notablemente menor comparada con la región HLA. La identificación de estos marcadores gené- ticos diferentes al sistema HLA ha permitido predecir la posibilidad de desarrollar DM1 en sujetos con genotipos http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Aspectos genéticos de diabetes mellitus. . . 399 HLA-DR, DQ asociados a alto riesgo de padecer la en- fermedad. En un estudio prospectivo (DAISY, del inglés, Diabetes Autoimmunity Study in the Young) que evaluó el desarrollo de autoinmunidad a los islotes pancreáticos y DM1 en niños, se identificó que el añadir los resulta- dos del análisis de polimorfismos de un sólo nucléotido (SNP, del inglés, Single Nucleotide Polymorphism) en los genes PTPN22 y UBASH3A (del inglés, Suppressor of T-cell Receptor Signaling 2) a la genotipificación de HLA- DR y DQ, mejoró la predicción de riesgo de desarrollar DM1. No obstante, es necesario destacar que este estu- dio se realizó en población caucásica no hispana. La evidencia epidemiológica muestra que la tasa de concordancia para DM1 entre gemelos monocigó- ticos es casi de 50%, mientras que en gemelos dici- góticos es cercana a 10%. Sin embargo, con más tiempo de seguimiento, la enfermedad se desarrolla en gemelos discordantes. Una tasa de discordancia mayor de 50% entre gemelos monocigóticos sugiere la posible partici- pación de factores ambientales en el desarrollo de una enfermedad. En este sentido, en la actualidad, DM1 se considera una enfermedad compleja, producto de la interacción de factores genéticos, epigenéticos y ambien- tales. Entre los últimos destacan las infecciones por ente- rovirus o retrovirus endógenos, a pesar de que la in- formación que asocia las infecciones al desarrollo de DM1, aún no se ha establecido de manera precisa. Otros factores ambientales sugeridos son el consumo de proteí- nas de la leche, la influencia de contaminantes ambien- tales, las variaciones en la flora intestinal y la exposición a vitamina D. Un hecho interesante es que la epigenética definida como el estudio de los cambios heredables en la expre- sión génica que no involucra alteraciones en la secuencia del DNA, ha identificado distintos tipos de cambios en pacientes con DM1, como metilación del DNA, modi- ficaciones postraduccionales (MP) de histonas cataliza- das por enzimas, así como desregulación de microRNA (miRNA). Se analizó la metilación del DNA que es un mecanismo epigenético esencial tejido específico de res- puesta celular al estrés para regular la expresión de genes, al estudiar el sitio de inicio de la trancripción del gen INS (el segundo locus más importante asociado a DM1) en leucocitos de pacientes con DM1. En este estudio se identificó un perfil de metilación diferencial en dinucleó- tidos de citosina-guanina (CpG) en casos con DM1 com- parados con sujetos control. Además, al analizar de forma simultánea 27 458 sitios CpG en 14 475 promotores en un estudio de asociación de epigenoma completo reali- zado en 15 pares de gemelos monocigotos discordantes para DM1, se identificaron en sus monocitos 132 sitios CpG que correlacionaron con el estado de la enferme- dad, demostrando que un perfil de metilación específico antecede a las manifestaciones clínicas de DM1. Los factores genéticos y ambientales participan en el desarrollo de DM1 y, al respecto, la cromatina nuclear es la interface entre ambos, además de ser el principal portador de información epigenética. En este sentido, las modificaciones postraduccionales en el extremo amino terminal de los aminoácidos de las histonas, que incluyen acetilación, metilación, fosforilación o ubiquitinación, se relacionan con cambios en regiones promotoras/poten- ciadoras de múltiples genes. En el caso de los genes de susceptibilidad a DM1, un estudio en linfocitos demos- tró por medio de análisis bioinformático (IPA, del inglés, Ingenuity Pathway Analysis) un perfil alterado de metila- ción de histonas en genes clave que son componentes de vías biológicas relacionadas con DM1. Después se repor- tó en monocitos de pacientes con DM1, un estado altera- do de acetilación de histonas específicas en HLA-DRB1 y HLA-DQB1 comparado con controles, lo que puede ser relevante en su regulación y respuesta transcripcional hacia estímulos externos. Por lo tanto, la arquitectura del promotor/potenciador así como el estado de la croma- tina de loci de susceptibilidad claves para DM1, pueden ser determinantes importantes en su asociación funcio- nal con la susceptibilidad a la enfermedad. Al analizar, posteriormente, si las MP de histonas se relacionan con los efectos beneficiosos a largo plazo (memoria metabó- lica) del tratamiento intensivo comparado con el conven- cional durante el estudio DCCT (Diabetes Control and Complication Trial) en el nivel de la progresión de desen- laces microvasculares, se observó una asociación entre las concentraciones de hemoglobina glicosilada (HbA1c) y marcas epigenéticas, lo cual representa una posible expli- cación para la memoria metabólica en humanos. Se ha sugerido en fechas recientes que la capacidad de las moléculas de RNA no codificante (microRNA, miRNA) para asociarse a la región 3´no traducida de RNA mensajeros (mRNA) diana y así reprimir su tra- ducción, es necesaria para el desarrollo y función de la célula β. En este sentido, primero se observó en mode- los murinos que los miRNA maduros los pueden libe- rar las células al compartimento extracelulary de esta manera podrían utilizarse como marcadores de muerte de la célula β, convirtiéndolos en predictores potencia- les de diabetes antes del inicio de los síntomas. Después se confirmó en seres humanos que la cuantificación de miRNA específicos puede ser de utilidad en identificar a personas en riesgo de DM1, lo que permitiría reali- zar medidas preventivas para la enfermedad. De manera adicional, recientemente se reportó que la cuantificación de miRNA con importancia patofisiológica en diabetes y otras enfermedades cardiovasculares y renales, presen- tan un perfil diferencial en muestras de plasma y orina de pacientes pediátricos con DM1 en comparación con sujetos control. Por lo tanto, los cambios observados en los miRNA pueden sugerir disfunción endotelial en cur- so o enfermedad renal preclínica en estos pacientes, lo que refleja la importancia del estudio de miRNA como marcador de progresión de complicaciones en el caso de la DM1. A pesar de la extensa investigación de la naturaleza autoinmunitaria de la DM1 aún persisten interrogantes relacionadas con la etiología y progresión de esta enfer- medad, cuyo inicio clínico se considera que es el resul- tado de una combinación de la destrucción y disfunción de la célula β, que condiciona una menor producción de insulina y al final su déficit total. Se han descrito dos síndromes en los que una forma de diabetes mediada por http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 400 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 37) un proceso inmunitario se manifiesta como resultado de un sólo defecto genético. Estos síndromes se denominan síndrome poliglandular autoinmunitario tipo 1 (APS-1, del inglés, Autoimmune Polyglandular Syndrome Type 1) o poliendocrinopatía-candidasis-distrofia ectodérmica autoinmunitaria (APECED, del inglés, Autoimmune Pol- yendocrinopathy-Candidiasis-Ectodermal Dystrophy) y la poliendocrinopatía con disfunción inmunitaria y diarrea ligada al X (XPID, del inglés, X-linked Polyendocrinopa- thy, Immune Disfunction and Diarrhea). En el síndrome APS-1 la candidasis mucocutánea es característicamente el primero de los tres componentes principales en manifestarse, por lo general, a los cinco años de edad. Después aparece hipoparatiroidismo a la edad de 10 años y precede a la enfermedad de Addison que se manifiesta a los 15 años. En este síndrome, la DM1 se identifica en 12 a 33% de los pacientes. El APS se hereda de manera autosómica recesiva y se identifican mutaciones en el gen AIRE (Autoimmune Regulator), que controla la expresión de una serie de antígenos “periféri- cos” en el timo, incluyendo la insulina. Se considera que este gen protege contra los desórdenes autoinmunitarios, incluyendo DM1, a través de su influencia en mecanis- mos que participan en la tolerancia central a células T. El síndrome XPID lo ocasiona una mutación en el gen FOXP3 que codifica un factor de transcripción (FT) maestro para el desarrollo de células T reguladoras y se caracteriza por interaccionar con otros FT, además de acetiltransferasas y desacetilasas de histonas. La inmu- nopatología de la deficiencia de FOXP3 es resultado de la activación no supervisada de células T secundaria a la perdida de células T reguladoras que actúan de manera dominante para suprimir la activación de células T. En síntesis, ambos síndromes son modelos únicos para com- prender los mecanismos que participan en la pérdida de la tolerancia a autoantígenos en la diabetes autoinmuni- taria y sus desórdenes autoinmunitarios órganos-especí- ficos asociados. De manera complementaria, un número creciente de modelos animales de estas enfermedades han ayudado en gran medida a dilucidar los mecanis- mos inmunológicos que conducen a la diabetes autoin- munitaria. En el cuadro 37-1 se presenta el riesgo empírico de DM1 obtenido a partir de estudios epidemiológicos que documentaron la agregación familiar de esta enfermedad en población caucásica de Norteamérica, y que da una idea general para el asesoramiento genético de DM1 de un sujeto con familiares en primer grado con diagnóstico de DM1 que cuente o no con genotipificación de HLA. EPIDEMIOLOGÍA DE DIABETES MELLITUS TIPO 2 La diabetes mellitus es uno de los desórdenes metabóli- cos más comunes en el mundo, y su prevalencia en adul- tos se ha incrementado en la última década. Una de las causas de esta tendencia es la urbanización que ha gene- rado cambios drásticos en el estilo de vida, asociados a factores de riesgo para DM2, en particular en países en vías de desarrollo, como México. En 2013, 382 millones de personas tenían diabetes en el mundo y se estima que esta cifra incrementará a 592 millones en el año 2035, en gran parte a expenas del aumento en el número de casos de DM2 en países como el nuestro. Al respecto, en un análisis reciente realizado por la Federación Interna- cional de Diabetes (IDF, del inglés, International Diabetes Federation) que incluyó a México en la región de Améri- ca del Norte y el Caribe (NAC, del inglés, North America and The Caribbean), nuestro país tuvo la mayor preva- lencia de diabetes ajustada por edad en la población de 20 a 79 años (12.6%) comparada con la observada en EUA (9.2%), Canadá (7.9%) e islas del Caribe (9.6%). Sin embargo, este incremento en los casos de DM2 no es exclusivo de la población adulta, puesto que también se ha observado en niños y adolescentes a la par del au- mento del sobrepeso y obesidad infantil. También se es- tima que hasta 70% de individuos con alteración de la tolerancia a la glucosa (ATG) desarrollarán DM2, y por lo tanto, se encuentran en alto riesgo de progresión de la enfermedad. En adultos de la región NAC, la prevalencia de ATG fue de 13.2% en 2013. La DM2 puede pasar desapercibida y no diagnos- ticarse hasta que los síntomas son evidentes. En fecha Cuadro 37-1. Riesgo empírico de diabetes mellitus tipo 1 (DM1)* Población % de riesgo de DM1 Bajo riesgo Sin FPG** afectados, positivo para genes HLA de protección Sin FPG afectados Con FPG afectado, positivo para genes HLA de protección 0.01 0.4 0.3 Riesgo intermedio Sin FPG afectados, positivo para genes HLA de riesgo Un FPG afectado Padre con DM1 Madre con DM1 Hermano con DM1 4 5 3 5 8 Alto riesgo Un FPG afectado, positivo para genes HLA de alto riesgo Múltiples FPG afectados 10 a 20 20 a 25 Muy alto riesgo Múltiples FPG afectados, positivo para genes HLA de alto riesgo Hermano afectado, positivo para genes HLA de alto riesgo Gemelo idéntico afectado 50 30 a 70 50 a 70 * El riesgo de desarrollar DM1 en población general sin familiares en primer grado (FPG) afectados es menor de 1%. A medida que más FPG mani- fiesten la enfermedad, el riesgo empírico aumenta. Sin embargo, 80% de los casos de DM1 ocurren en individuos sin historia familiar aparente de la enfermedad. ** FPG = Familiares en primer grado. Reproducido con autorización de: Morran MP, Vonberg A, Khadra A, Pie- tropaolo M: Immunogenetics of type 1 diabetes mellitus. Mol Aspects Med. 2015;42:42-60. Copyright © Elsevier, Ltd. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Aspectos genéticos de diabetes mellitus. . . 401 reciente, se estimó que más de una cuarta parte de los adultos con DM en la región NAC no han sido diagnos- ticados, lo que puede ocasionar complicaciones graves y costos importantes a los sistemas de salud. Incluso, la diabetes en México ha sido la principal causa de mor- talidad en ambos géneros desde el año 2000, con 14% de los fallecimientos. También la DM es responsable de morbilidad importante porque se relaciona con compli- caciones macrovasculares (enfermedad cardiovascular) y microvasculares (retinopatía, nefropatía y neuropatía). En 2009, 31% depersonas con diabetes en México te- nían una complicación crónica, siendo las más frecuentes enfermedad vascular periférica (14%) y nefropatía dia- bética (11%). Las concentraciones alteradas de glucosa en sangre forman parte de los criterios diagnósticos de SM. De- tectar este síndrome es relevante porque permite la identificación sencilla de pacientes que se encuentran en riesgo de desarrollar DM2, aterosclerosis y comorbilida- des asociadas, o ambas, y que tienen un mayor riesgo de mortalidad por estas causas. En una revisión sistemática, la media ponderada de la prevalencia de SM en países de America Latina fue de 24.9% con un intervalo de 18.8 a 43.3% en sujetos de ambos géneros de 18 a 65 años de edad, y en el caso particular de México, fue de 26.6%. La definición de SM en población pediátrica es controver- sial y existen diferentes propuestas. Entre éstas, el con- senso de la IDF establece que este síndrome no debe ser diagnosticado en niños menores de 10 años de edad; sin embargo, a partir de esta edad se puede diagnosticar y, en particular, después de los 16 años se sugiere utilizar los criterios de la IDF para adultos. En población de 12 a 16 años de edad de la Ciudad de México, se reportó una prevalencia de 12.5% de SM en adolescentes de ambos géneros y la frecuencia de glucosa elevada en ayuno fue de 1.7%. GENÉTICA DE DIABETES MELLITUS TIPO 2 La DM2 se manifiesta, en su mayoría, en la población adulta, pero en la actualidad no es infrecuente identificar casos en adolescentes en países de alto riesgo como el nuestro. Al respecto, el riesgo de por vida de desarrollar DM2 es de 40% para sujetos que tienen un progenitor afectado y de 70% para quienes tienen a ambos progeni- tores enfermos. A diferencia de la DM1, el riesgo es ma- yor si la madre es la afectada. Además, la tasa de concor- dancia en gemelos monocigóticos con DM2 es de 70%, mientras que la concordancia en gemelos dicigóticos es de 20 a 30%. Estas observaciones, aunadas a las grandes diferencias en la prevalencia de DM2 entre grupos étni- cos, apoyan el importante papel de los factores genéticos en la susceptibilidad para el desarrollo de la enfermedad. Sin embargo, la constitución genética de las poblaciones no explica per se la epidemia de DM2. En este sentido, el incremento a nivel mundial de la obesidad durante los últimos 30 años ofrece una explicación, de tal manera que se ha sugerido que la selección genética ha favore- cido a los genotipos preservadores de energía (genotipo ahorrador). Aunque esta hipótesis proporciona una ex- plicación interesante a la epidemia de obesidad y DM2, al sugerir una ventaja de supervivencia de genes aho- rradores durante periodos de hambruna, no existe una prueba formal de la misma. Al momento de estudiar el componente genético de DM2, primero es necesario seleccionar los casos con este diagnóstico. Sin embargo, a diferencia de DM1 no existe una definición formal de DM2. Por lo tanto, los pacientes que no cumplen criterios para DM1, LADA (del inglés, Latent Autoimmune Diabetes in Adults), diabetes secun- daria o formas monogénicas de diabetes (p. ej., MODY, del inglés, Maturity Onset Diabetes of the Young) se con- sideran con DM2. Un punto interesante es el concepto actual de que DM1 y DM2 representan los extremos de un continuum con autoinmunidad, deficiencia de insulina y DM1 por un lado, y de metabolismo disfuncional, sín- drome metabólico y DM2, por el otro. No obstante, am- bas formas de diabetes pueden compartir mecanismos patogénicos. Una de las primeras estrategias para estudiar el com- ponente hereditario de DM2 fueron los estudios de li- gamiento genético. Este tipo de análisis se utiliza para identificar genes potenciales asociados a una enferme- dad, iniciando el estudio en familias y después evaluando un pequeño número de individuos con relación genética. Al respecto, la genotipificación de marcadores genéticos en miembros de una familia con o sin DM2 permitió reconocer regiones de DNA que contienen loci asociados al riesgo de esta enfermedad. Por el ligamiento se identi- ficó, en un inicio, la asociación de DM2 al gen CAPN10 que codifica para proteasa calpaína 10 y su posterior aso- ciación al gen TCFTL2 que codifica para un factor de transcripción que contiene una caja con un grupo de alta movilidad electroforética. Las variantes de ambos genes en individuos afectados incrementa el riesgo de DM2 en casi 1.5 veces. No obstante, para el caso de CAPN10, ninguno de los GWAS ha identificado asociación de este gen con DM2. Otra estrategia utilizada fue investigar variantes ge- néticas dentro de genes candidatos funcionales que codi- fican para una o unas proteínas, con importantes implica- ciones para la homeostasis de glucosa, y genes candidatos posicionales que tienen una asociación genética con base en un estudio de ligamiento previo. Esta estrategia ex- perimental se aplica a estudios de asociación en pobla- ciones más que en familias. Los estudios de genes candi- datos funcionales representan una de las estrategias más poderosas debido a que el mecanismo patogenético de cualquier anormalidad genética sería fácilmente explica- do. La limitante de esta estrategia es que se enfoca en forma exclusiva en un gen a la vez. A pesar de que mu- chos estudios han reportado asociaciones de genes can- didatos posicionales y funcionales, sólo algunos de estos mostraron asociación significativa y reproducible con la enfermedad. El primer gen asociado a DM2 en forma reproducible fue PPARG (del inglés, Peroxisome Prolife- rator-Activated Receptor Gamma) que codifica al recep- tor nuclear PPAR-g, que es un factor transcripcional con una función relevante en la diferenciación y función del http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 402 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 37) adipocito. Este receptor es una diana molecular de las tiazolidinedionas, una clase de agentes sensibilizadores a la insulina utilizados para tratar DM2, convirtiéndolo en un gen candidato muy importante. Además, recién se reportó que algunos polimorfirmos de un solo nucleó- tido (SNPs) en PPARG contribuyen a disminuir la sen- sibilidad a la insulina y al deterioro concomitante en la función de la célula β en población mexicoamericana en riesgo de DM2. Por el avance en las tecnologías de secuenciación de alto rendimiento para genotipificación de los SNPs se logró la genotipificación simultánea de cientos a miles de estos, lo que permitió novedosas posibilidades de es- tudios de asociación. En forma simultánea, el proyecto HapMap demostró que la genotipificación de cerca de 500 000 SNPs es suficiente para cubrir cerca de 75% de las variantes comunes (frecuencia alélica menor > 5%) en el genoma. Con estas bases se pudieron diseñar GWAS de diabetes y el primero utilizó una cohorte francesa con pacientes con DM2 de inicio temprano. Este estudio identificó cuatro loci que contienen variantes que confie- ren riesgo para DM2, además de confirmar la asociación conocida con TCF7L2. Los loci identificados incluyeron a un polimorfismo no sinónimo en el transportador de zinc SLC30A8, que se expresa de manera exclusiva en las células β, además de dos bloques de desequilibrio de ligamiento que contienen genes potencialmente involu- crados en el desarrollo o función de esta célula, como lo es HHEX. Posteriormente, se publicaron cuatro estudios europeos con diseño de tipo casos y controles que inclu- yeron pacientes con DM2 clásica e identificaron nuevos loci: CDKN2A/2B, IGFBP2 y CDKAL1, además de con- firmar varios de los previos. De manera complementaria a estos estudios, se in- vestigó el componente genético de la obesidad. Al res- pecto, un GWAS de DM2 identificó una variante común en el gen FTO (FaT mass and Obesity associated) que predispone a DM2 a través de su efecto en el IMC. Los adultoshomocigotos para esta variante tuvieron 1.67 de incremento en la probabilidad de desarrollar obesidad, comparado con quienes no heredaron el alelo de riesgo. Esta asociación se observó a partir de los 7 años de edad y refleja un aumento específico en la masa grasa. No obs- tante, debido a que el efecto de FTO en diabetes es a través de la obesidad, no se detectó en otros GWAS de DM2 pareados por IMC. Un segundo estudio identificó un grupo de SNPs en el primer intrón de FTO que se asoció en forma consistente a obesidad grave y de inicio temprano, tanto en adultos como en niños con ancestros europeos. El haplotipo de riesgo tiene un riesgo atribui- ble de 22% para obesidad común. La primera oleada de GWAS de DM2 se comple- mentó con una segunda oleada caracterizada por com- binar los estudios existentes con nuevos GWAS a través de metaanálisis, que incluyeron a más de 50 000 indi- viduos. Estos metaanálisis “gigantes” han proporcionado más de 50 loci para DM1 y DM2, así como para rasgos relacionados con glucosa o insulina. Sin embargo, para lograr este tamaño de muestra se necesitó de la colabo- ración de múltiples investigadores mediante consorcios, como DIAGRAM (DIAbetes Genetics Replication and Meta-analysis Consortium), MAGIC (Meta-Analysis of Glucose and Insulin-related traits Consortium) y TIDGC (del inglés, Type 1 Diabetes Genetics Consortium). Al res- pecto, en nuestro país el consorcio SIGMA (del inglés, Slim Initiative in Genomic Medicine for the Americas Type 2 Diabetes Consortium) identificó un nuevo locus asocia- do a DM2 con significado en el nivel de genoma com- pleto que comprende genes que codifican acarreadores de solutos (SLC16A11 y SLC16A13; OR = 1.29). Esta asociación fue mayor en personas más jóvenes y delgadas con DM2, además de replicarse en muestras indepen- dientes (OR = 1.20). El haplotipo de riesgo porta cuatro sustituciones de aminoácidos, todas en SLC16A11, cuyo gen que lo codifica se expresa en hígado con una proba- ble función en el metabolismo de triacilgliceroles. Es posible que variantes en genes responsables de formas monogénicas o sindrómicas de diabetes influyan en la susceptibilidad para DM2. Incluso, durante mucho tiempo se debatió si los genes relacionados con MODY pudieran portar variantes comunes menos penetrantes que incrementaran el riesgo de DM2; en la actualidad éste parece ser el caso para la mayoría de ellos, inclu- yendo, HNF1A, HNF4A, HNF1B, GCK, PDX1, etc. En este sentido, el consorcio SIGMA identificó mediante secuenciación de exóma completo, una sola variante de sentido equivocado (c.1522G >A [p.E508K]) asociada con la prevalencia de DM2 (OR = 5.48; intervalo de confianza a 95%: 2.83 a 10.61) en el gen que codifica al factor nuclear de hepatocitos 1a (HNF1A), respon- sable de la diabetes MODY tipo 3. En análisis experi- mentales, la proteína HNF1A con la mutante P.E508K demostró actividad de transactivación disminuida del promotor comparada con una proteína de tipo silves- tre. Es interesante que los portadores y no portadores de la variante no mostraron diferencias significativas en la edad de inicio de la enfermedad e IMC. Sin embargo, la asociación observada tiene potenciales implicaciones clínicas, ya que los pacientes con MODY3 son sensibles a las sulfonilureas y tienen mejor respuesta con gliclazida comparada con metformina. Si éste fuera el caso para los portadores de la variante identificada, apoyaría el cambio hacia el tratamiento con sulfonilureas para 2% estimado de pacientes latinoamericanos con DM2 que portan esta variante. No obstante, esta respuesta puede depender de factores genéticos o ambientales adicionales. Los estudios genéticos han sido capaces de explicar menos de 15% de la heredabilidad de DM2, asumien- do que las estimaciones de heredabilidad sean correctas. Esto puede no siempre ser el caso porque con frecuencia se infiere de estudios en gemelos o en familias, mien- tras que los GWAS se han realizado en poblaciones no consanguíneas con poca evidencia de agregación fami- liar de la enfermedad. Por lo tanto, es muy posible que se haya sobreestimado la heredabilidad en los estudios actuales. Evidencia reciente de la interacción gen-gen que ocasiona heredabilidad fantasma pudiera contribuir marcadamente a la heredabilidad perdida, definida como aquel componente genético de un padecimiento no de- terminado aún con la metodología actual. Otra potencial http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Aspectos genéticos de diabetes mellitus. . . 403 explicación para este fenómeno es que los GWAS sólo detectan variantes comunes compartidas por muchas personas afectadas en todo del mundo; incluso, la restan- te heredabilidad perdida se puede explicar por variantes comunes aun no mapeadas, transmisión de alelos de ries- go distorsionada por el origen parental, variantes raras, polimorfismos estructurales (p. ej., variaciones en el nú- mero de copias), interacciones gen-gen o gen-ambiente, o ambos, en las que los efectos epigenéticos pudieran ser importantes. Los mecanismos epigenéticos pueden des- empeñar un papel en la progresión de la DM2 a través de inducir glucotoxicidad en los islotes y predisponer a complicaciones asociadas a diabetes. La glucosa elevada es un prerrequisito para esta condición y está bien esta- blecido que las células pueden memorizar los cambios en las concentraciones de glucosa. La hipótesis de “la me- moria metabólica” sugiere que la glucosa puede inducir modificaciones de histonas en células endoteliales que pueden ser almacenadas a largo plazo. Diversos estudios han implicado a los miRNA en diabetes e inflamación, y varios SNPs comunes cambian la secuencia diana de miRNA en varios de los genes de susceptibilidad identificados por los GWAS, tanto para DM1 como para DM2. Otras formas de RNA no codi- ficantes, como piRNA (PIWI-interacting RNA), snoRNA (small nucleolar RNA), lincRNA (long intergenic non-co- ding RNA) y el grupo más heterogéneo de lncRNA (long non-coding RNA), pudieran también contribuir al desa- rrollo de diabetes. Este último grupo representa una par- te integral de los mecanismos transcripcionales que regu- lan el desarrollo del páncreas y la función de la célula β, de tal manera que pudiera explotarse para incrementar la reparación de esta célula como tratamiento de diabe- tes. Incluso, varios SNPs en una región del cromosoma 9 muestran asociación con DM2, riesgo cardiovascular y otros trastornos. Esta región incluye un lncRNA, ANRIL (non-protein coding CDKN2B-AS1 CDKN2B antisense RNA 1), que en potencia puede modificar y explicar al- gunas de estas asociaciones. En la actualidad, las estrategias basadas en vías o re- des se han utilizado para identificar genes asociados con varias enfermedades. Por lo tanto, es probable que una estrategia integrada con diversos tipos de datos permita distinguir genes de enfermedad que de otra manera no serían identificados mediante el uso de GWAS; lo que se demostró en un estudio reciente de islotes humanos que identificó genes nuevos asociados con DM2 basado en la diferencia de expresión y coexpresión con genes conoci- dos para DM2, así como análisis de interacción proteí- na-proteína que pudiera explicar 24% de la variación en la HbA1c. La integración de los datos de GWAS con esta información facilitará un mejor entendimiento basado en biología de sistemas sobre los mecanismos patogénicos de DM2. CONCLUSIONES En el caso de DM2, que representa un problema de sa- lud pública, la importancia de determinar la variación en la susceptibilidad génica se fundamenta en que pue- de contribuir a su prevención, diagnóstico y tratamien- to. Al respecto, recién se reportó que la genotipificación de 798 SNPs se puede utilizar para obtener un mejor modelo predictivo para riesgo de DM2 comparado con los establecidos a partir de parámetrosclínicos tradicio- nales, e incluso, si se suman estos al modelo genético se incrementa su poder predictivo. En el caso de la DM1, el conocimiento de la fisiopatogénesis en el nivel molecu- lar ya establecido, permite realizar medidas preventivas a partir de determinar el riesgo de desarrollar este pade- cimiento, tomando en cuenta la agregación familiar de la enfermedad, así como el momento en que se activa DM1 y, por lo tanto, la posibilidad de limitar sus complicacio- nes crónicas con seguimiento estrecho de la enfermedad. BIBLIOGRAFÍA Ahlqvist E, van Zuydam NR, Groop LC et al.: The genetics of diabetic complications. Nat Rev Nephrol 2015;11(5):277- 287. Arnes L, Sussel L: Epigenetic modifications and long nonco- ding RNAs influence pancreas development and function. Trends Genet 2015;31(6):290-9. Barquera S, Campos-Nonato I, Aguilar-Salinas C et al.: Dia- betes in Mexico: Cost and management of diabetes and its complications and challenges for health policy. Global Health 2013;9:3. Barrett JC, Clayton DG, Concannon P et al.: Type 1 diabe- tes Genetics Consortium. 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