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153© Ed ito ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 15 Cirugía de glándula tiroides Miguel Francisco Herrera Hernández, Elpidio Manuel Barajas Fregoso Emil Theodore Kocher y Theodore Billroth fueron pio- neros en el tratamiento quirúrgico de las enfermedades tiroideas. Sus técnicas quirúrgicas, el conocimiento de la fisiología tiroidea y la implementación de medidas anti- sépticas permitieron la transición de una cirugía en po- tencia mortal, a una con una morbilidad mínima. ANATOMÍA La glándula tiroides se localiza en la región anterior del cuello, justo por debajo de la laringe, sobre la porción an- tero lateral de la tráquea. Está cubierta por una cápsula fina de tejido conectivo y fija su cara posterior en el car- tílago cricoides, se encuentra unida a los primeros anillos traqueales por el ligamento de Berry. Se relaciona con las vainas carotideas laterales, con el músculo esternocleido- mastoideo en su aspecto anterolateral y con los múscu- los pretiroideos en su cara anterior. Está conformada por dos lóbulos (izquierdo y derecho) unidos por el istmo y un lóbulo piramidal. En el adulto su peso es de 15 a 25 g, cada lóbulo en promedio mide 40 mm de alto, de 15 a 20 mm largo y 20 a 39 mm de ancho. El lóbulo piramidal (Lalouette) está presente en 55% de los indi- viduos, se extiende superior al istmo y puede llegar al nivel del hioides. El crecimiento del borde posterolateral del lóbulo tiroideo que resulta de la fusión del primordio lateral y medial de la tiroides es llamado tubérculo de Zukerkandl, el cual es considerado una marca anatómica para la identificación del nervio laríngeo recurrente y la glándula paratiroides superior. Su irrigación proviene de la arteria tiroidea superior, que constituye la primera rama de la arteria carótida ex- terna, y de la arteria tiroidea inferior, rama del tronco ti- rocervical. En ocasiones, también la irriga una rama de la arteria innominada o de la aorta, denominada Ima. La ar- teria tiroidea superior tiene relación cercana con la rama externa del nervio laríngeo superior, en tanto la arteria tiroidea inferior tiene una íntima relación con el nervio laríngeo recurrente (NLR) que inerva la musculatura in- trínseca de la laringe, con excepción del músculo crico- tiroideo, y provee sensibilidad a la región glótica. Puede bifurcarse o trifurcarse antes de su inserción dentro del músculo cricotiroideo, la rama interna proporciona la función motora. El NLR izquierdo emerge en el nivel del arco aórtico, asciende en la profundidad del surco traqueoesofági- co, lateral al polo inferior de la tiroides, de manera usual cruza la arteria tiroidea inferior por detrás. Esta relación puede cambiar por crecimiento del tubérculo tiroideo. El NLR derecho también proviene del vago y rodea la ar- teria subclavia derecha, entra al cuello en forma oblicua, con un curso menos predictivo que el del lado izquierdo (figura 15-1). Cuando el nervio laríngeo recurrente se dirige a la laringe de forma trasversal se denomina nervio laríngeo no recurrente, y está entre el 0.4 y 0.7% de las personas. Es mucho más frecuente del lado derecho, resultado de malformaciones embriológicas vasculares de los arcos aórticos y de la aorta dorsal, incluyendo la ausencia de la arteria inominada y el paso de la arteria subclavia sobre el esófago. Para la presencia de un nervio laríngeo no re- currente izquierdo se necesita de un arco aórtico derecho asociado a situs inversus. Los nervios laríngeos superiores, derecho e izquier- do, se originan del nervio vago ipsilateral, cursan junto a la arteria tiroidea superior hasta cerca de 1 cm de su contacto con la cápsula del polo superior de la tiroides y es cuando se divide en una rama interna y otra externa. La rama externa envía fibras motoras al músculo cricoti- roideo e inerva porciones de la mucosa intralaríngea. Su función es producir tensión en la cuerda vocal, lo cual permite sostener tonos altos de voz. El entendimiento de la relación entre la rama externa, el polo superior de la arteria tiroidea superior y el polo superior de la tiroides es crucial durante la cirugía. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 154 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 15) Lobectomía Hemitiroidectomía Tiroidectomía subtotal Tiroidectomía casi total Tiroidectomía total 1 2 3 4 5 1 2 3 5 4 El drenaje venoso es por medio de las venas capsu- lares que forman una red de pared delgada y drena a tres troncos: las venas tiroideas superiores, la vena tiroidea media y la inferior, que a su vez drenan a la vena yugular interna y a la vena innominada. El drenaje linfático es extenso y tiene múltiples di- recciones. Existen siete grupos ganglionares en el cuello (figura 15-2). Considerando que los ganglios que con mayor frecuencia se afectan en las neoplasias tiroideas son los del compartimento central, y los de la cadena yu- gular, las disecciones ganglionares a las que se hará refe- rencia serán las de esos compartimentos. El compartimento central se delimita en su parte su- perior por el hueso hioides, lateralmente por la arteria carótida común y en la porción inferior por la arteria in- nominada, justo por debajo de la escotadura supraester- nal, corresponde al nivel VI. El compartimento lateral in- cluye los niveles ganglionares II al V, conocidos también como ganglios de la cadena yugular interna. El compar- timento central es la zona primaria de drenaje linfático para todos los tumores tiroideos malignos, a excepción de los situados en los polos superiores. NOMENCLATURA EN CIRUGÍA DE TIROIDES Antes de analizar la importancia de la cirugía en las di- versas enfermedades tiroideas, se describirá la nomencla- tura utilizada en el ámbito quirúrgico, haciendo referen- cia tanto a los tipos de resección de la glándula como de los ganglios linfáticos. Figura 15-1. Relación anatómica de la glándula tiroides con nervios laríngeos recurrentes, y nervios laríngeos superiores. Nervio laríngeo superior Lóbulo piramidal Nervio vago Lóbulo izquierdo Nervio laríngeo recurrente izquierdo Lóbulo derecho Nervio laríngeo recurrente derecho Figura 15-2. Disección ganglionar yugular (nivel II-V). Disección gan- glionar nivel central (VI y VII). http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Cirugía de glándula tiroides 155 Lobectomía Se refiere a la resección completa de un lóbulo tiroideo y cuando además se realiza escisión del istmo se deno- mina lobectomía con istmusectomía. Considerando que en este procedimiento se extirpa la mitad de la glándula tiroides, también se le llama hemitiroidectomía. Tiroidectomía subtotal Existen dos tipos de tiroidectomía subtotal, la unilateral y la bilateral. En la tiroidectomía subtotal unilateral se extirpa uno de los lóbulos tiroideos por completo, jun- to con el istmo y un fragmento del contralateral. En la bilateral se preserva tejido tiroideo en ambos lados de la glándula, por lo general, en la porción posterosuperior. No existe un acuerdo en cuanto a la cantidad de tejido que se preserva en el cuello; sin embargo, en la mayor parte de los casos el peso aproximado del residuo oscila entre 2 y 5 g, siendo en la tiroidectomía subtotal bilate- ral entre 4 y 10 g. Tiroidectomía casi total Esta intervención se refiere a la escisión de casi la totali- dad de la glándula. Consiste en la resección completa del lóbulo afectado, el istmo y la mayor parte del lóbulo con- tralateral, manteniendo un remanente de tejido tiroideo inferior a 1 g en la vecindad de la glándula paratiroides superior y la entrada del nervio recurrente a la laringe. Tiene como objetivo evitar lesiones de estas estructuras en pacientesen los que es necesario extirpar toda la glán- dula, pero cuya anatomía es difícil. Tiroidectomía total Implica la escisión completa del tejido tiroideo, identi- ficando y preservando el nervio laríngeo recurrente, el laríngeo superior, las glándulas paratiroides y su aporte vascular. Tomando en cuenta que cuando se practican estudios gammagráficos a pacientes en los que se les ha realizado este tipo de intervención se encuentra con frecuencia captación residual, algunos autores han cues- tionado la terminología; sin embargo, la connotación de totalidad se basa en la ausencia macroscópica de tejido residual al terminar la intervención y no a la negatividad de los estudios gammagráficos (figura 15-3). Disección ganglionar del compartimento central Se denomina disección del compartimento central a la resección del tejido linfovascular que corresponde al ni- vel VI. Para asegurar la escisión completa de los ganglios de este compartimento, en ocasiones es necesario la re- sección de una o ambas glándulas paratiroides con auto- trasplante. El reimplante se practica multifragmentando la glándula y colocando los pequeños fragmentos dentro de bolsitas que se disecan entre las fibras del músculo esternocleidomastoideo. Los implantes se aseguran ce- rrando las bolsitas con monofilamento fino para evitar sangrado. Disección del compartimento yugular Comprende la escisión selectiva del tejido linfoide de los niveles ganglionares II, III, IV y V, sin embargo, cuando existe infiltración tumoral en la pared de la vena yugular interna es necesario realizar resección segmentaria de la misma. En este tipo de disecciones es importante la pre- servación del nervio espinal, del plexo braquial, del ner- vio frénico, del nervio vago, de la arteria carótida común y del músculo esternocleidomastoideo. Es importante la identificación y preservación de la desembocadura del conducto torácico en el lado izquierdo para evitar la for- mación de una fistula quilosa; asimismo, es primordial recordar que en un porcentaje pequeño de pacientes se puede identificar un conducto torácico derecho. ELEMENTOS IMPORTANTES EN LA CIRUGÍA DE TIROIDES Con algunas excepciones, la cirugía tiroidea es un pro- cedimiento electivo, por lo que debe realizarse en las mejores condiciones posibles; e incluye evaluación ade- cuada de la enfermedad, control de la función tiroidea en pacientes con hiper o hipotiroidismo y realización de laringoscopía preoperatoria en pacientes con disfonía o antecedente de cirugía de cuello para evaluar la función de las cuerdas vocales. La lesión iatrogénica del nervio laríngeo recurrente constituye unas de las complicacio- nes más importantes en la cirugía, de manera transitoria ocurre con una frecuencia hasta de 7% y permanente de Figura 15-3. Compartimentos ganglionares del cuello. I II VI VII III V IV http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 156 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 15) 1 a 2%, por lo que la identificación y preservación de los nervios laríngeos recurrentes es de gran importancia. Con la finalidad de ayudar a la identificación de los ner- vios y a la evaluación de su función, se ha desarrollado la neuromonitorización transoperatoria (IONM), que se realiza en forma continua o intermitente. Para ambos ca- sos se utiliza tubo endotraqueal con electrodos que se co- locan en contacto con las cuerdas vocales. Los electrodos reciben los impulsos generados por la estimulación eléc- trica de los nervios y la electromiografía resultante per- mite la interpretación del comportamiento del nervio. Las condiciones en las que se espera mayor utilidad de la IONM son en cirugías de alto riesgo, como en pacientes con cáncer, reoperaciones y bocios de gran tamaño. En un estudio multiinstitucional de 29 998 nervios en riesgo, la neuromonitorización se asoció con una reducción de la lesión permanente del nervio laríngeo recurrente de 1.4 a 0.9%. Otra de las complicaciones potenciales de la tiroi- dectomía es el desarrollo de hipoparatiroidismo como consecuencia de la resección o devascularización no in- tencionada de las glándulas paratiroides. Puede ser tran- sitoria o permanente con una frecuencia cercana entre 8 y 1.5%, respectivamente. Un punto importante durante la cirugía es identificar las glándulas paratiroides y la pre- servación de sus respectivos pedículos vasculares. En el caso de que al terminar el procedimiento las glándulas se encuentren isquémicas o que al revisar la pieza quirúr- gica se identifique alguna glándula, deberá autotrasplan- tarse dentro del músculo esternocleidomastoideo o de la grasa cervical de la región contralateral al tumor, en caso de malignidad. Las células paratiroideas logran neovascu- larización en tejido sano debido a la liberación del factor de crecimiento de endotelio vascular, y por lo general, recuperan su función entre 6 y 8 semanas después del trasplante. Otras complicaciones que pueden ocurrir en una tiroidectomía son: lesión del nervio laríngeo superior en 4% de los pacientes, disfagia entre 1 y 2%, hemorra- gia en 1% e infección de herida en 0.3%. CIRUGÍA EN ENFERMEDADES DE LA GLÁNDULA TIROIDES En gran medida, las enfermedades de la glándula tiroides se manifiestan por alteraciones en su función, crecimien- to por hiperplasia o por el desarrollo neoplásico de sus componentes. La prevalencia de nódulos tiroideos detec- tables desde el punto de vista clínico es cercana a 5% en mujeres y 1% en hombres, mientras que en estudios de necropsia o en ultrasonidos practicados por causas di- ferentes a problemas tiroideos puede llegar hasta 60%. Pueden ser solitarios o múltiples, funcionales o no fun- cionales, benignos o malignos. Uno de los aspectos más importantes en su evaluación es la investigación de un cáncer tiroideo, el cual se manifiesta entre 5 y 15% de los nódulos, dependiendo del contexto clínico y los factores de riesgo asociados. BOCIO ENDÉMICO Y ESPORÁDICO NO TÓXICO Se considera al bocio como endémico cuando está pre- sente en más de 10% de la población de un área geográ- fica específica. Por lo general, lo ocasiona la deficiencia de yodo, y alrededor de 13% de la población mundial lo padece. Las mujeres se afectan cinco veces más que los varones y pueden tener extensión intratorácica hasta en 10% de los casos. Tanto el bocio endémico como el esporádico pueden ser difusos o multinodulares. El bocio esporádico afecta a 5% de la población adulta de EUA. Se cree que su origen es multifactorial (genético, ambiental y relacionado con factores de crecimiento tiroideo) afecta tanto la función como el crecimiento de la glándula, que puede ocasionar el desarrollo de síntomas compresivos. El crecimiento rá- pido de un nódulo debe despertar la sospecha de sangrado o la aparición de un tumor tiroideo poco diferenciado. Su evaluación incluye, además de los estudios de imagen, la evaluación del funcionamiento tiroideo, determinación de anticuerpos antiperoxidasa y antitiroglobulina, y se debe realizar biopsia por aspiración en caso de sospecha de malignidad. Aunque algunos bocios se detectan incidentalmente en estudios de imagen, la mayoría de los pacientes notan crecimiento de la parte anterior del cuello que de pro- gresar, condiciona disnea de esfuerzo, como consecuencia de la compresión traqueal con la consecuente disminu- ción del diámetro de su luz. Con frecuencia se aprecia desplazamiento de la tráquea, del esófago y de los vasos del cuello, que también pueden mostrar cierto grado de compresión. La compresión o desplazamiento de las es- tructuras del cuello se relaciona con la forma de creci- miento, ya sea simétrico o asimétrico. Shahian propone una clasificación detallada del bocio subesternal: tipo I bocio relacionado con extensión al mediastino anterior, IA extensión al mediastino anterior aislada, IBcompro- miso al mediastino anterior extensa. Tipo II extensión al mediastino posterior, IIA extensión al mediastino pos- terior aislada, IIB extensión al mediastino posterior del lado ipsilateral al lóbulo de origen, IIC extensión al me- diastino posterior contralateral al lóbulo de origen, con CI curso retro traqueal, C2 retro esofágico. La decisión de tratamiento quirúrgico se basa en los síntomas, la magnitud de la lesión, la repercusión funcio- nal y en muchos casos, la preferencia del paciente. En el caso de bocio subesternal sin síntomas obstructivos se puede recomendar tratamiento quirúrgico con base en los siguientes argumentos: • Algunos bocios continúan creciendo y de ser así, su resección será más complicada. • La terapia de supresión es poco eficaz y en algunos casos difícil de controlar. • Si se practican curvas de flujo puede haber obstruc- ción de la vía aérea hasta en 40% de los pacientes asintomáticos. • Se ha hallado cáncer hasta en 22% de los pacientes con componente subesternal, al cual no se puede realizar biopsia o palparse. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Cirugía de glándula tiroides 157 • Existe riesgo de hemorragia dentro del bocio, que puede resultar en obstrucción de la vía aérea. En la mayor parte de las ocasiones el bocio se puede rese- car con abordaje cervical, haciéndose necesario practicar esternotomía parcial o completa en casi 6% de los casos, en general, por antecedente de tiroidectomía cervical previa, bocio subesternal gigante, o cáncer invasor. La magnitud de la resección quirúrgica en estos pacientes es aún motivo de discusión. La tiroidectomía total para la enfermedad benigna está ganando popularidad ante la alta frecuencia de recu- rrencia a largo plazo en pacientes en quienes se practica tiroidectomía subtotal y a la baja frecuencia de compli- caciones de la tiroidectomía total cuando se practica en forma inicial, y contrasta con una frecuencia de compli- caciones hasta de 20% en los casos de reoperación. En apoyo a la tiroidectomía subtotal se encuentra el hecho de que la preservación de 2 a 4 g de tejido resulta en un riesgo bajo de recurrencia y que las complicaciones que pudieran ocurrir por una tiroidectomía total prac- ticada de primera intención podrían considerarse injus- tificadas. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DEL HIPERTIROIDISMO En esta sección se hace referencia a tres entidades. El bocio tóxico difuso o enfermedad de Graves Basedow, el bocio multinodular tóxico y el adenoma tóxico. El tratamiento del hipertiroidismo consiste en rese- car la cantidad de tejido suficiente para reducir la pro- ducción de hormonas tiroideas y aliviar los síntomas. La magnitud de la cirugía varía de acuerdo a la causa de la enfermedad y a las características del paciente. La enfermedad de Graves-Basedow, conocida tam- bién como bocio tóxico difuso, resulta de un proceso autoinmunitario en el que la producción de anticuerpos contra los receptores de TSH propicia la producción ex- cesiva de hormonas tiroideas de manera autónoma. Los pacientes cursan con manifestaciones de hipertiroidismo, al que a menudo acompaña exoftalmos como conse- cuencia del crecimiento de los músculos oculares y del acúmulo de tejido retrobulbar. El diagnóstico suele ser clínico y puede detectarse anticuerpos contra los recep- tores de TSH. El tratamiento de la enfermedad de Graves incluye fármacos antitiroideos, yodo radiactivo o cirugía. La gran mayoría de los pacientes se tratan en forma no quirúrgica y, en general, se considera el tratamiento qui- rúrgico por las siguientes circunstancias: • Cuando se busca corrección rápida del hipertiroi- dismo. • En pacientes con bocios grandes (> 80 g). • En personas con bocios que ocasionen obstrucción de vía aérea y disfagia. • En quienes la enfermedad coexista con nódulos sos- pechosos de malignidad. • En enfermos quienes coexista hiperparatiroidismo. • En pacientes con oftalmopatía avanzada. • En personas en quienes persisten con hipertiroidis- mo a pesar de tratamiento con medicamentos antiti- roideos y yodo radiactivo. • En mujeres que desean un embarazo pronto. La extensión de la cirugía puede ser tiroidectomía total o subtotal, siendo importante que se extirpe suficien- te cantidad de tejido tiroideo para asegurar el control del hipertiroidismo. En un estudio aleatorio compa- rando tiroidectomía total vs subtotal en enfermedad de Graves, se documentó recurrencia del hipertiroidis- mo a cinco años en 4.7% de los pacientes a quienes se practicó tiroidectomía subtotal, comparado con ninguno intervenido mediante tiroidectomía total. ADENOMA TÓXICO Y BOCIO MULTINODULAR TÓXICO Corresponden a la segunda causa de hipertiroidismo des- pués de la enfermedad de Graves. El bocio multinodular tóxico es más frecuente en personas de mayor edad que los adenomas tóxicos. En el bocio tóxico difuso, el exceso de función por hiperplasia de las células foliculares es independiente de la regulación de TSH. Se ha detecta- do activación somática de los genes de los receptores de TSH, lo que ocasiona activación de la adenilciclasa en ausencia de TSH. El tratamiento del hipertiroidismo en estas dos con- diciones comprende el alivio de síntomas y la dismi- nución en la producción de hormonas tiroideas. Los β bloqueadores aminoran la repercusión cardiovascular de los síntomas de hipertiroidismo y se recomienda el uso de β-1 selectivos como el atenolol. El uso de tionamidas disminuye la producción hormonal, sin embargo, su uso se aconseja como preparación previa para la terapia defi- nitiva, ya sea con cirugía o yodo radiactivo. En los pacientes con bocio el tratamiento quirúrgi- co está indicado cuando hay síntomas obstructivos, en aquellos que requieren corrección rápida y definitiva del hipertiroidismo, y en pacientes en los que coexiste malig- nidad o hiperparatiroidismo. La intervención consiste en tiroidectomía total o casi total. En pacientes con adenoma se prefiere lobectomía ipsilateral o istmusectomía permitiendo la resección del nódulo y conservar tejido sano, con función residual nor- mal en la mayoría de los pacientes. NÓDULO TIROIDEO INDETERMINADO De acuerdo con la nueva clasificación de Bethesda, para la interpretación de la BAAF, los nódulos cuyas caracte- rísticas citológicas no permiten establecer con seguridad la existencia de una enfermedad benigna o maligna, se ubican en una de las siguientes categorías: atipia folicular de significado incierto, neoplasia o sospecha de neoplasia folicular y tumor sospechoso de malignidad. La frecuen- cia de malignidad para cada una de estas categorías varía http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 158 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 15) en diferentes series, sin embargo, en general va de 5 a 15% para la atipia folicular de significado incierto, de 15 a 30% para la neoplasia folicular o sospecha de neoplasia folicular y de 60 a 75% para los tumores sospechosos de malignidad. Por la incapacidad para establecer un diagnóstico confiable de benignidad en este grupo de pacientes, in- cluso a pesar de la búsqueda de mutaciones en la biopsia por aspiración, se prefiere el tratamiento quirúrgico en la mayoría de ellos. La finalidad de la intervención es doble, establecer el diagnóstico definitivo de la lesión y propor- cionar el tratamiento correspondiente. Existen dos estra- tegias quirúrgicas en estos pacientes: una es la realización de lobectomía con estudio transoperatorio y la otra, de- pendiendo del grado de sospecha de malignidad, a partir de la BAAF; las características de la lesión y del paciente, practicar lobectomía diagnóstica o bien tiroidectomía to- tal. La primera opción abre la posibilidad de necesitarseun segundo procedimiento en caso de que se establezca el diagnóstico de cáncer en el estudio definitivo. Las entidades a las que corresponden con mayor fre- cuencia las lesiones indeterminadas son: bocio multino- dular, tiroiditis de Hashimoto, carcinoma papilar, adeno- ma folicular clásico o de células de Hürtle y carcinoma folicular clásico o de células de Hürthle. Se debe tomar en cuenta que para el diagnóstico diferencial entre ade- noma y carcinoma folicular, tanto en su variedad clásica como de células de Hürtle, es necesaria la evaluación de invasión capsular y vascular en múltiples cortes histoló- gicos, se ha cuestionado mucho la utilidad del estudio transoperatorio. Los autores lo encontraron de utilidad, puesto que permite establecer el diagnóstico de carci- noma papilar y bocio multinodular en la mayoría de los casos, así como el diagnóstico de carcinoma folicular florido, reduciendo la necesidad de una segunda inter- vención, que por lo común, no es bien aceptada por los pacientes e implica un riesgo y un gasto adicional. En enfermos con adenoma folicular solo es necesaria la re- sección del lóbulo afectado, y en los casos de bocio mul- tinodular podrá o no practicarse la resección parcial del lóbulo contralateral, dependiendo de su tamaño y con nódulos adicionales. QUISTES Los quistes tiroideos verdaderos constituidos de células epiteliales son raros. La mayor parte de estos correspon- den a degeneración quística de algún tumor como re- sultado de hemorragia o infarto, siendo las lesiones más frecuentes los adenomas foliculares y el bocio. Muchos pacientes tienen dolor cervical con efecto de masa. El líquido de los quistes es turbio, espeso, de color café y contiene sangre, pigmentos de hemosiderina y detritus celulares. El diagnóstico citológico es difícil, por lo que se recomienda biopsia por aspiración con aguja fina del componente sólido del quiste. En una serie de 71 nódu- los quísticos se encontró que 4% correspondieron a quis- tes simples, 82% a degeneración quística de adenomas y 14% carcinoma papilar. El tratamiento depende de los hallazgos citológicos obtenidos de la BAAF, de los sínto- mas del paciente y de la cantidad de líquido en el quiste. Las lesiones malignas y sospechosas deben tratarse qui- rúrgicamente, las lesiones quísticas benignas y pequeñas se resuelven con aspiración y se indica la resección qui- rúrgica en pacientes con quistes recurrentes después de una o más aspiraciones, dolor asociado a la acumulación de líquido o incluso lesiones > 4 cm. CARCINOMA PAPILAR El carcinoma papilar de tiroides es el tumor maligno más frecuente. Se manifiesta en todas las edades, aunque tiene mayor ocurrencia en mujeres jóvenes. Si bien la mayor parte de los tumores tienen un comportamiento poco agresivo, algunos casos tienen recurrencia local, me- tástasis a distancia, e incluso, mortalidad. Con la finalidad de poder predecir el pronóstico de las diferentes lesiones se han diseñado diversos sistemas de clasificación (cua- dro 15-1). En una revisión de todos los modelos se demostró que el modelo que mejor correlaciona con la superviven- cia y recurrencia del tumor es el MACIS, el cual toma en cuenta la metástasis, edad del paciente, extensión de la resección quirúrgica, invasión o no y tamaño. En un es- tudio realizado en el Instituto Nacional de la Nutrición, en 1996, se demostró que la coexistencia de edad mayor de 40 años al momento del diagnóstico, tumor mayor de 3 cm, invasión local y metástasis a ganglios linfáticos se acompañaba de recidiva tumoral mayor que la encontra- da cuando dicha asociación no estaba presente. Una vez establecido el diagnóstico con BAAF, es ne- cesario proceder a la estadificación prequirúrgica, para lo que debe realizar un ultrasonido que evalúe tanto las características de la glándula tiroides como las de los gan- glios regionales. En tumores grandes o datos sugerentes de invasión a las estructuras vecinas, la evaluación debe completarse con laringoscopia, endoscopia y tomografía axial computarizada (TAC). El tratamiento para este tipo de tumores es quirúr- gico y se recomienda realizar tiroidectomía total en la mayoría de los pacientes. Los argumentos que apoyan la resección completa de la glándula son: • Carcinoma papilar multifocal en 30 a 40% de los pa- cientes. • Conocimiento de que cuando se practica cirugía uni- lateral, entre 5 y 10% de los pacientes experimentan recurrencia en el lóbulo contralateral. • La ablación con yodo radiactivo del lecho tiroideo y el tratamiento de enfermedad metastásica, se facilita con la resección de la mayor cantidad de tejido tiroi- deo posible. • La medición de la tiroglobulina sérica y el ultraso- nido son más fáciles de interpretar durante el segui- miento. En pacientes con evidencia de adenopatía, identificada ya sea por clínica, por estudios de imagen o bien como http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Cirugía de glándula tiroides 159 hallazgo durante la intervención, debe practicarse linfa- denectomía del compartimento involucrado. Quizá el aspecto de mayor controversia en la actualidad sea la disección ganglionar profiláctica del compartimento VI. Se recomienda la disección profiláctica de dicho com- partimento en pacientes con tumores mayores de 4 cm, pero no se recomienda la disección profiláctica de los compartimentos laterales en ningún caso. Con esta forma de tratamiento se han demostrado metástasis gangliona- res en 20 a 90% de los pacientes, supervivencia de 82% a 14 años en personas sin enfermedad ganglionar y de 79% en quienes tienen metástasis ganglionares. CARCINOMA FOLICULAR El carcinoma folicular representa 10% de los carcinomas de tiroides. Es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres, con mayor frecuencia en población adulta, con un pico mayor de incidencia entre los 40 y 60 años de edad. Los tumores foliculares con frecuencia son uni- nodulares, y tienen una prevalencia menor de disemina- ción linfática, la que aparece entre 10 y 15% de los casos. Su variedad de células oxifílicas, conocida también como de células de Hürthle, tiene características especia- les, dentro de las que se encuentran un pronóstico peor y una afinidad menor a la captación de yodo. Algunos estudios han encontrado que el periodo libre de enfer- medad a 10 años en la variedad tradicional es cercano a 75% mientras que el de la variedad de células de Hürtle es de 45%. El objetivo del tratamiento quirúrgico es ex- tirpar la totalidad de la tiroides y los ganglios linfáticos metastásicos. Existe una variedad de carcinoma folicular denomi- nada carcinoma folicular mínimamente invasivo en la que en el estudio histológico sólo se demuestra invasión microscópica de la cápsula tumoral sin invasión vascular. Diversos autores han sugerido que el comporta- miento de estos tumores corresponde al de una lesión benigna, por lo que no es necesaria la resección completa de la glándula. En una serie italiana de 5 203 pacientes se documentó carcinoma folicular en 2.5% de los casos, de los cuales 50.8% correspondió a carcinoma folicular mínimamente invasivo; no se identificaron diferencias significativas entre el carcinoma invasor y mínimamente invasor en cuanto a edad, género, enfermedad ganglionar, metástasis, enfermedad multifocal y recurrencia. CARCINOMA MEDULAR DE TIROIDES El carcinoma medular de tiroides (CMT) es un cáncer infrecuente que se origina de las células C o parafolicu- lares, que son las encargadas de la producción de calci- tonina. Corresponde a 3 o 4% del total de cánceres de la glándula tiroides y tiene dos variedades: esporádica y hereditaria. La hereditaria ocurre a su vez como com- ponente único en forma familiar (CMTF) o bien como parte del síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (NEM 2A y 2B), el cual se produce como consecuencia de lamutación del protooncogén RET. En las formas he- reditarias el tumor es multifocal y bilateral, mientras que en la variedad esporádica, que ocupa 75% de los casos, es unifocal, limitado a un solo lóbulo. Los tumores espo- rádicos la expresión clínica es como un nódulo tiroideo, aunque entre 30 y 50% de los pacientes el primer signo puede ser la aparición de adenomegalia cervical. Debido a la particularidad de producir calcitonina, esta hormona se utiliza como marcador tumoral. El pronóstico de los pacientes depende fundamentalmente de que la enfer- medad se encuentre confinada a la glándula tiroides o existan ya metástasis ganglionares o a distancia, para lo que el antígeno carcinoembrionario ha demostrado ser un buen marcador. La calcitonina, además de servir para el seguimiento, ayuda a estimar el grado de avance de la enfermedad, y así, cifras muy altas de calcitonina deno- tan enfermedad avanzada. Con base en la característica multicéntrica del tumor, el tratamiento quirúrgico requiere de tiroidectomía total, incluso en los casos esporádicos. La metástasis en los gan- glios cervicales es frecuente, por lo que se recomienda la disección del compartimento central en todos los pacien- tes. La disección lateral o yugular se indica cuando existe Cuadro 15-1. Factores pronósticos del carcinoma papilar de tiroides Clasificación Factores pronósticos utilizados TNM (2010) Tamaño del tumor primario Presencia de nódulos linfáticos Metástasis a distancia (edad) Herrera et al (1996) Edad Tamaño del tumor Invasión local Nódulos linfáticos MSKCC (Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (1995) Edad Tamaño Grado histológico Invasión Nódulos linfáticos Metástasis a distancia Estadificación de Ma- zzaferri (1994) Tamaño del tumor Presencia de ganglios cervicales Tumores múltiples (> 3) Invasión extra tiroidea Metástasis a distancia MACIS (1993) Metástasis Edad Resecabilidad completa Invasión local Tamaño tumor AMES (1988) Edad Metástasis a distancia Extensión tumoral Tamaño del tumor primario AGES (1987) Edad Grado histológico Extensión del tumor Tamaño del tumor primario http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 160 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 15) adenomegalia, ya sea clínica o por estudios de imagen, y en los casos en los que se confirman metástasis en el compartimento central. Una vez establecido el diagnósti- co de carcinoma medular debe investigarse la existencia de feocromocitoma antes de practicarse la tiroidectomía. En caso de demostrarse, la resección del feocromocitoma toma prioridad, pues la hipertensión originada por este tipo de tumores durante una intervención quirúrgica los pone en riesgo grave. El CMT es más agresivo en pacien- tes con NEM 2B que en NEM 2A o CMTF y la cirugía no es curativa. El precursor de este tumor en pacientes con NEM 2 es hiperplasia de las células C o parafoliculares, cuya penetración es cercana a 100%, por lo que prácticamen- te todos los pacientes con la enfermedad desarrollarán CMT. Por esta razón se ha recomendado practicar tiroi- dectomía profiláctica a los enfermos en quienes se iden- tifique la mutación del RET. Considerando los diferentes patrones de agresividad del tumor como consecuencia de diferentes mutaciones, se aconseja realizar tiroidectomía total con disección ganglionar central durante el primer año de vida en pacientes con MEN 2B, asociado a mu- tación de los codones 634, 883, 918, 804-805, 804-806, 804-904 y realizar la intervención entre los 3 y 6 años de edad; en personas con mutaciones consideradas de riesgo bajo o intermedio, como son los codones 609, 611, 618, 620, 630, 804-778, 533, 649, 666, 768, 790, 791, 804, 891, 912. En virtud de que las células parafoliculares no inter- vienen en el metabolismo del yodo, la supresión hormo- nal y el yodo radiactivo no tienen lugar en el tratamiento, tampoco se han encontrado beneficios con la radiotera- pia externa ni con quimioterapia. CARCINOMA ANAPLÁSICO El carcinoma anaplásico es uno de los tumores más agre- sivos. Es muy poco frecuente, se presenta en la edad adul- ta, por lo común cerca de los 65 años y entre 60 y 70% de los tumores ocurren en mujeres. Su manifestación clínica característica es un tumor tiroideo de crecimiento rápi- do que, por lo general, condiciona síntomas compresivos por invasión a los tejidos circundantes, disfonía, disfagia, disnea, e inclusive, síndrome de vena cava superior. Casi 20% de los pacientes tiene historia de cáncer diferencia- do de tiroides o cáncer diferenciado coexistente. Cerca de 10% de los enfermos con carcinoma folicular de cé- lulas de Hürthle tiene focos de cáncer anaplásico. Es de curso rápido y su mortalidad es de 100% a corto plazo. Debido al estado avanzado de la enfermedad al mo- mento del diagnóstico, la resección completa del tumor rara vez es factible; sin embargo, debe buscarse su esci- sión completa cuando el tumor está localizado dentro de la tiroides, y la enfermedad locorregional es resecable, ya que la supervivencia posterior a la resección completa puede llegar a dos años, ya sea sola o acompañada de tra- tamiento adyuvante. Tomando en cuenta que en la ma- yoría de los pacientes la finalidad del tratamiento es sólo paliativa, es importante descomprimir, al menos, la cara anterior de la tráquea para eliminar el riesgo de muerte por asfixia. Se ha sugerido complementar la resección quirúrgica con un esquema de radioterapia externa y quimioterapia, o ambas; sin embargo, hasta el momento no se ha logrado aumentar la supervivencia de manera significativa. Los pacientes menores de 60 años de edad con tumores confinados a la glándula tiroides tienen un ligero mejor pronóstico. LINFOMA PRIMARIO DE TIROIDES Aunque raro, el linfoma tiroideo constituye entre 1 y 2% de los tumores malignos tiroideos y 2% de los linfo- mas extraganglionares, por lo que debe incluirse dentro del diagnóstico deferencial de los tumores tiroideos. Es muy importante su identificación oportuna, ya que su tratamiento y pronóstico difieren en gran medida de los demás tumores. La edad media del diagnóstico es entre 65 y 75 años de edad. Su variedad más frecuente es el linfoma no Hodgkin y 60 a 80% son de células B difusas. La tiroiditis autoinmunitaria crónica (Hashimoto) au- menta 60 veces el riesgo de presentar linfoma primario de tiroides. En más de 90% de los pacientes la presentación clínica es bocio de crecimiento rápido, que dependien- do de su extensión, ocasiona síntomas obstructivos. Su manifestación es similar a la del carcinoma anaplásico, y tomando en cuenta que la BAAF es poco específica, en muchas ocasiones el diagnóstico es difícil y requiere de un fragmento de tejido para confirmarlo. Una vez esta- blecido el diagnóstico, hay que estadificar la enfermedad con tomografía axial de tórax, abdomen y, en algunos casos, biopsia de médula ósea. El papel fundamental de la cirugía es establecer el diagnóstico y controlar los sín- tomas compresivos. El tratamiento incluye radioterapia y quimioterapia, en muchos casos a base de CHOP (ci- clofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona) + rituximab. Como se vio en este capítulo, diversas enfermeda- des benignas y casi todas las malignas de la glándula ti- roides son tributarias de tratamiento quirúrgico. Existen muchos esfuerzos para establecer un diagnóstico preciso antes de la intervención, así como para cirugía más efi- caz y segura. Las intervenciones de la glándula tiroides se acompañan de un riesgo muy bajo de complicaciones cuando se practican en centros especializados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org Endocrinología clínica de Dorantes y Martínez 5ª Edición Sección III. Tiroides 15. Cirugía de glándula tiroides booksmedicos.org Botón1:
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