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© E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 764 72 Climaterio y menopausia María del Carmen Cravioto Galindo, Julio César Roberto Mayorga Camargo, María Luisa Jiménez Santana Al nacer, la esperanza de vida de las mujeres mexicanas es de 77.8 años y, por ende, un número importante al- canza a vivir las etapas peri y posmenopáusica, cuando se requiere de atención médica con mayor frecuencia, ya sea debido a los síntomas asociados a la menopau- sia o para prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades crónico-degenerativas. Para brindar una atención integral se requiere que los endocrinólogos cuenten con infor- mación actualizada sobre el proceso de envejecimiento ovárico, sus manifestaciones clínicas y, sobre todo, los riesgos y beneficios inherentes a las distintas formas de terapia hormonal y no hormonal utilizadas para paliar los síntomas asociados a la menopausia. El objetivo de este capítulo es proporcionar esa información. Definiciones La menopausia natural es un evento fisiológico definido como el último periodo menstrual. Representa el cese permanente de las menstruaciones debido a la pérdida de la función ovárica ocasionada por la edad. La meno- pausia natural o espontánea se identifica en forma retros- pectiva una vez que han transcurrido 12 meses de ame- norrea, ya que no existen otros marcadores específicos para establecer el diagnóstico en forma más temprana y precisa. La menopausia inducida es la que se origina por extirpación quirúrgica de los ovarios, por radiaciones o medicamentos citotóxicos. Cuando la menopausia apa- rece antes de los 40 años de edad se le denomina meno- pausia prematura, y cuando es entre los 40 y los 45 años, se conoce como menopausia temprana. A la situación caracterizada por amenorrea tempo- ral (mayor a cuatro meses) e incremento de las gona- dotropinas hipofisarias en mujeres menores de 40 años de edad se denomina insuficiencia ovárica primaria. Al- gunos autores recomiendan que en esta categoría se in- cluyan también a las pacientes menores de 40 años con amenorrea permanente (de más de 12 meses) ocasionada por daño ovárico. Por sus implicaciones clínicas, nosotros consideramos que es más adecuado diferenciar la condi- ción permanente de la temporal, preservando el término de insuficiencia ovárica o menopausia prematura para designar a la primera. El climaterio corresponde al periodo de transición de la etapa reproductiva a la no reproductiva y comprende toda la transición menopáusica y una fracción no deter- minada de la posmenopausia. ETAPAS DEL ENVEJECIMIENTO OVÁRICO La menopausia natural no es un evento aislado, sino el final de un proceso biológico de duración variable (5 a 10 años) a lo largo del cual se produce la declinación de la función ovárica. De acuerdo con el modelo desarrolla- do de manera conjunta por los institutos nacionales de salud y varias sociedades científicas de EUA, conocido como STRAW (del inglés, Stages of Reproductive Aging Working Group), la menopausia es precedida por la etapa reproductiva y la transición menopáusica, y seguida por la etapa posmenopáusica. En este sistema se distinguen siete estadios numerados con respecto al último sangrado endometrial (figura 72-1). Los estadios -5, -4 y -3 corresponden a las etapas reproductiva temprana, media y tardía, respectivamente. En esta última aparecen las primeras manifestaciones de declinación funcional del ovario que consisten en dismi- nución de la fertilidad, del número de folículos antrales y de la producción de la hormona antimülleriana (AMH). Todo ocurre en presencia de ciclos regulares con dura- ción normal (estadio -3b) o en forma ligeramente acor- tada (estadio -3a). En el estadio -3a las concentraciones de FSH pueden estar algo elevadas al inicio de la fase folicular (días 2-5). http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Climaterio y menopausia 765 Fi gu ra 7 2- 1. E ta pa s de l e nv ej ec im ie nt o ov ár ic o. E l ú lti m o sa ng ra do e nd om et ria l s eñ al a la m en op au si a, p re ce di da p or la e ta pa re pr od uc tiv a y la tr an si ci ón m en op áu si ca . L a et ap a re pr o- du ct iv a in cl uy e lo s es ta di os -5 a -3 a, in ic ia nd o co n la m en ar ca y c on cl uy e cu an do lo s ci cl os m en st ru al es p re se nt an c am bi os s ut ile s en s u du ra ci ón y c an tid ad . L a tra ns ic ió n m en op áu si ca in cl uy e lo s es ta di os -2 y -1 . E n el e st ad io -2 e xi st en v ar ia ci on es d e > 7 dí as e n la d ur ac ió n de lo s ci cl os c on re sp ec to a lo s ha bi tu al es , s in q ue lo s pe rio do s de a m en or re a ex ce da n lo s 60 dí as . E n la e ta pa -1 , l a fre cu en ci a de lo s sa ng ra do s di sm in uy e pu di én do se p re se nt ar p er io do s de a m en or re a m ás la rg os , e nt re 2 y 1 1 m es es . E n am bo s es ta di os s e ob se rv a un in cr em en to pr og re si vo d e la s co nc en tra ci on es d e FS H . L a po sm en op au si a te m pr an a (e st ad io s +1 a, + 1b y + 1c ), du ra 5 a 8 a ño s, y e s en d on de s e es ta bi liz an la s co nc en tra ci on es d e FS H y e st ra di ol . La p er im en op au si a in cl uy e a la tr an si ci ón m en op áu si ca y e l p rim ar a ño d e am en or re a. E S TA D IO S D ur ac ió n C ic lo s m en st ru al es E nd oc rin ol óg ic os F S H A M H In hi bi na B B aj a V ar ia bl e ↑ V ar ia bl e B aj a B aj a B aj o B aj o B aj a B aj a B aj o B aj a ↑ V ar ia bl e B aj a M uy b aj o B aj a S e es ta bi liz a M uy b aj a M uy b aj o M uy b aj a ↑ > 2 5 U I/L B aj a B aj o B aj a C ue nt a de fo líc ul os an tr al es S ín to m as S ín to m as va so m ot or es : pr ob ab le S ín to m as va so m ot or es : m uy p ro ba bl e ↑ A tr of ia ur og en ita l Ir re gu la re s a re gu la re s R eg ul ar R eg ul ar V ar ia ci on es d e > 7 d ía s en la du ra ci ón d e lo s ci cl os A m en or re a > 6 0 dí as C am bi os su til es e n la du ra ci ón V ar ia bl e 1 a 3 añ os 2 añ os (1 + 1) 3 a 6 añ os H as ta la m ue rt e -5 Te m pr an a M ed ia Te m pr an a Ta rd ía Ta rd ía -4 -3 b -3 a -2 -1 + 1a + 1b + 1c + 2 M E N O P A U S IA úl tim o sa ng ra do C A R A C T E R ÍS T IC A S D E S C R IP T IV A S C R IT E R IO S D E A P O Y O C R IT E R IO P R IN C IP A L A m en or re a P er im en op au si a E ta pa s R ep ro du ct iv a Tr an si ci ón m en op áu si ca P os m en op au si a M E N A R C A pr im er s an gr ad o Ta rd ía Te m pr an a V ar ia bl e http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 766 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 72) La transición menopaúsica se distingue porque la duración de los ciclos menstruales tienen mayor variabi- lidad. En el estadio -2 la variación es de 7 o más días en 10 o más ciclos consecutivos, sin que ocurran periodos de amenorrea mayores a 60 días. En el estadio -1, los ciclos se tornan harto irregulares, y pueden aparecer periodos de amenorrea con duración mayor de 60 días, pero me- nor de 12 meses. A lo largo de la etapa de transición, las concentraciones circulantes de FSH y estradiolfluctúan dentro de un rango amplio. La etapa posmenopáusica se subdivide en temprana (estadio +1) y tardía (estadio +2). En la revisión más re- ciente del STRAW el estadio +1 ha sido subdividido a su vez en 1a, 1b y 1c. En los periodos 1a y 1b, que duran un año cada uno, la FSH y el estradiol continúan con grandes oscilaciones, mientras que en el estadio 1c se estabilizan. No existe criterio objetivo para identificar el final de la posmenopausia temprana, y por ende, tampoco puede determinarse su duración. La perimenopausia compren- de toda la transición menopáusica y el primer año de amenorrea (desde el estadio -2 hasta el estadio +1a). ETIOLOGÍA La menopausia natural parece estar determinada por los genes, pero los mecanismos que regulan no se han escla- recido por completo. De los diversos factores que se han investigado como posibles modificadores de la edad de aparición de la menopausia, sólo el tabaquismo se ha aso- ciado de manera consistente con su manifestación más temprana, adelantándola en dos o tres años. La insuficiencia ovárica primaria puede resultar de anormalidades cromosómicas o génicas, así como de pa- decimientos autoinmunes que afectan órganos especí- ficos, tejido conectivo, o ambos. Sin embargo, la mayor parte de los casos son idiopáticos. Los medicamentos que ocasionan daño ovárico, con mayor frecuencia son ciclofosfamida, medoretamina (mostaza nitrogenada) y citotóxicos similares. Otras cau- sas de menopausia inducida son radiaciones pélvicas y extirpación quirúrgica de los ovarios. EPIDEMIOLOGÍA La menopausia natural ocurre alrededor de los 50 años de edad, y hasta ahora no se ha demostrado que ésto sea diferente en pacientes con diabetes, obesidad o lu- pus eritematoso generalizado. De ahí que las mujeres de 40 o más años pueden encontrarse ya en las etapas peri y posmenopáusicas. Según los datos del Censo de Población y Vivienda realizado en el año 2010, se estima que la población femenina representa 51.2% del total de la población mexicana, correspondiendo a 57 481 307 mujeres; de éstas, cerca de 38% tiene 40 años o más y 21% tiene 55 años o más (figura 72-2). Se desconoce la proporción de mujeres mexicanas que cursan con insufi- ciencia ovárica primaria. La prevalencia de menopausia prematura en estudios realizados en otros países se ha estimado en casi 1% HISTOPATOLOGÍA Los ovarios posmenopáusicos son pequeños, fibrosos y lisos en su superficie. Desde el punto de vista histológico se caracterizan por predominio del estroma con escasos o nulos folículos inmaduros. En algunos casos de insu- ficiencia ovárica primaria se puede observar infiltrado linfoplasmocitario relacionado con la naturaleza inmu- Figura 72-2. Distribución por grupo de la población femenina en México (Censo de Población y Vivienda, 2010. INEGI). Edad, años 0 a 14 % 15 a 39 40 a 54 > 55 0 10 20 30 40 50 http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Climaterio y menopausia 767 nológica del proceso. En útero, vagina y vulva se pueden observar cambios atróficos ocasionados por la deficiencia estrogénica. FISIOPATOLOGÍA Menopausia natural En general, se acepta que la depleción de folículos es el evento principal de la senescencia ovárica, aunque no se descarta que mecanismos centrales puedan participar en el inicio de los cambios que ocurren en el nivel de la gó- nada. Para comprender mejor este proceso es necesario revisarlo a partir de las condiciones que la función ovári- ca tiene en la etapa reproductiva. En la etapa reproductiva media (estadio -4) la mayo- ría de los ciclos son ovulatorios y las menstruaciones re- gulares. Como se describe en el capítulo 67, en los ciclos menstruales normales se distinguen tres fases: folicular o proliferativa, periovulatoria y lútea o secretora. Al inicio de la fase folicular la secreción de estradiol se encuentra en su nivel más bajo, y por acción de las gonadotropinas, FSH y LH, se incrementa en forma progresiva hasta al- canzar concentraciones en suero de > 200 pg/mL. A estas concentraciones el estradiol ejerce un efecto de retroali- mentación positiva en la unidad hipotálamo-hipofisaria que culmina con el aumento preferencial de la secreción de LH (pico preovulatorio), seguido de la ovulación 24 a 36 h después. A partir de entonces, las células de la granulosa se transforman para dar origen al cuerpo lúteo que produce, sobre todo, progesterona. Esta hormona in- duce un efecto secretor en el endometrio ya proliferado por los estrógenos. De no existir fecundación, el cuerpo lúteo involuciona, disminuye la cantidad de estradiol y progesterona, y aparece la menstruación. Al finalizar la etapa reproductiva (estadio -3) la can- tidad de folículos ha disminuido y la producción de inhi- bina B y de AMH es menor. Se cree que la disminución de la inhibina B constituye el primer evento endocrinoló- gico con impacto en la homeostasis del eje reproductivo ya que aumenta la secreción de FSH, y por consecuencia, incrementa el reclutamiento y estimulación de los folí- culos remanentes. La producción de estradiol se vuelve errática, en ocasiones es insuficiente y en otras normal o excesiva, rebasando las concentraciones fisiológicas. La cantidad subnormal de estradiol circulante dará lugar a disminución o abolición de la secreción cíclica de LH, lo cual desde el aspecto clínico se traduce en anormalidades de la fase lútea y anovulación, respectivamente. Estas al- teraciones corresponden a las irregularidades menstrua- les observadas en la transición menopáusica. Conforme ésta avanza la ovulación se torna menos frecuente y el estradiol decrece hasta resultar insuficiente para estimu- lar el endometrio, por lo que se establece la amenorrea. En la etapa posmenopáusica temprana persiste la inestabilidad hormonal que al cabo de un tiempo no precisado, desaparece. Por último, en la posmenopausia tardía la secreción de estradiol ovárico es casi nula y sus concentraciones en suero son casi indetectables (< 15 pg/ mL). El principal estrógeno circulante es la estrona, pro- veniente de la aromatización periférica de la androsten- diona producida en la glándula suprarrenal y en el tejido intersticial del ovario, cuya actividad biológica es menor que la del estradiol. En la mayoría de las mujeres pos- menopáusicas, las gonadotropinas se mantienen elevadas por el resto de la vida (FSH > 30 mUI/mL). Con la edad disminuye la producción de los andró- genos sin tener relación con la menopausia. Por eso no se ha definido un síndrome de hipoandrogenismo o in- suficiencia androgénica. Sólo en mujeres con ooforecto- mía bilateral las concentraciones de testosterona pueden reducirse hasta en 50%. No hay cambios en las concen- traciones de prolactina, hormona adrenocorticotrópica (ACTH) o cortisol. INSUFICIENCIA OVÁRICA PRIMARIA Se desconocen los mecanismos que operan en la géne- sis de la insuficiencia ovárica primaria de origen génico, pero se especula que dentro de estos se pueden encon- trar anomalías en la migración de las células germinales, en la diferenciación gonadal o en el ritmo con que se produce la atresia folicular. En algunos casos asociados a autoinmunidad se han identificado anticuerpos dirigidos contra enzimas que participan en la biosíntesis de este- roides o contra componentes del ovocito, pero dado que su significado biológico no ha sido esclarecido carecen de valor diagnóstico. CUADRO CLÍNICO Aunque la menopausia es un fenómeno natural, con las fluctuaciones de las hormonas ováricas e hipofisarias, en especial la disminución de estradiol, algunas mujeres pueden manifestar diversos síntomas que inciden sobre todo, aunque no de manera exclusiva, durante la transi- ción menopáusica tardía y la posmenopausia temprana. El tipo y número de síntomas descritos varían con am- plitud, pero mediante análisis factorial se ha demostrado que,por lo general, corresponden a tres grandes grupos o factores: vasomotor, psicológico y somático. Sólo los síntomas vasomotores y la atrofia vulvovaginal están re- lacionados con claridad con la menopausia. ALTERACIONES MENSTRUALES Como se mencionó, durante la transición menopáusica aparecen alteraciones del patrón menstrual que son de todo tipo, desde sangrados frecuentes, abundantes y de mayor duración, hasta ciclos largos, con sangrado esca- so y de menor duración. Aquí se debe agregar que en algunas ocasiones el estado de anovulación crónica con estimulación estrogénica persistente, sin oposición de progesterona, causa patología endometrial, como hiper- plasia y cáncer del endometrio. Asimismo, reiterar que las alteraciones menstruales no excluyen la posibilidad http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 768 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 72) de ovulación y, por ende, de embarazo. Por este motivo la mujer perimenopáusica deberá considerar el uso de métodos anticonceptivos apropiados para su edad y otras condiciones de salud. Los Criterios Médicos de Elegibili- dad para el Uso de Anticonceptivos de la OMS constitu- yen una valiosa referencia para este propósito. SÍNTOMAS VASOMOTORES Están constituidos por bochornos y sudoraciones noctur- nas. Los bochornos son oleadas súbitas de calor acom- pañadas de sudoración, localizadas sobre todo en cuello y cara, cuya duración es de minutos. Las sudoraciones nocturnas son el equivalente de los bochornos, durante el sueño. Se piensa que los bochornos se originan por disrupción de los mecanismos reguladores de la tempe- ratura en el nivel central, cuya causa principal, pero no exclusiva, es la disminución de estrógenos. No todas las mujeres tienen bochornos y su frecuen- cia, en quienes los manifiestan, puede ser de uno o dos episodios por semana o hasta de uno cada hora. Los bo- chornos son leves cuando son percibidos por la mujer y no por otras personas, moderados cuando se acompañan de perspiración visible que no interfiere con la actividad que se realiza y graves cuando a causa de la sudoración la mujer se ve obligada a interrumpir su actividad. El trata- miento hormonal está indicado cuando existen bochor- nos de intensidad moderada o grave en número mayor a seis por día o en promedio 60 a la semana. En la mayoría de los casos, los síntomas vasomotores aparecen a lo largo de periodos que van de seis meses a dos años y casi siempre desaparecen de manera espontá- nea; sin embargo, en estudios recientes se ha observado que pueden perpetuarse durante 20 años o más. Los factores que favorecen la aparición de los bo- chornos son obesidad, temperaturas ambientales ele- vadas, bebidas y alimentos calientes y condimentados, estrés. Se desconoce por qué no todas las mujeres expe- rimentan bochornos. A nivel poblacional, la prevalencia de los síntomas vasomotores varía entre 25 y 75%, siendo mayor en las sociedades urbanas de países industrializados y menor en las asiáticas e indígenas, como la maya. Por esta diversi- dad y la de otros síntomas se ha planteado que no existe un síndrome menopáusico universal. TRASTORNOS PSICOLÓGICOS Son causa frecuente de consulta, pero su asociación di- recta con los cambios hormonales no se ha documentado. En la mayoría de las escalas clínicas diseñadas para eva- luar los síntomas climatéricos y calidad de vida en muje- res peri o posmenopáusicas, o ambos, se incluyen signos y síntomas de ansiedad y depresión. Entre los primeros se cuentan ataques de pánico, sentirse tensa o nerviosa, alteraciones del sueño, dificultad para concentrarse, ex- citabilidad y palpitaciones. Los indicadores de depresión considerados son, por lo regular, apatía, tristeza, llanto fácil, irritabilidad y pérdida de la libido. Ninguna modali- dad de terapia hormonal está indicada para el tratamien- to de los síntomas psicológicos descritos. ALTERACIONES SOMÁTICAS Este grupo comprende síntomas muy diversos, siendo los más frecuentes mareos, tensión muscular, entumeci- miento de extremidades, disestesias, parestesias, cefalea, artralgias y mialgias. Su relación con la deprivación de es- trógenos tampoco es evidente y quizá por eso los efectos del tratamiento hormonal no han sido mejores a los de diferentes placebos. SÍNTOMAS GENITOURINARIOS La atrofia de los epitelios vaginal y urinario es conse- cuencia directa de la falta de estrógenos. Sus manifesta- ciones clínicas son sequedad vaginal, dispareunia, mayor susceptibilidad a infecciones vaginales e incontinencia urinaria (de esfuerzo y mixta), así como alteraciones de la estática pélvica (distopias genitales), como prolapso uterino, vesical y rectal, que por lo general se asocian con relajamiento de la musculatura del piso pélvico. Muchas mujeres tienen estos síntomas con mayor intensidad du- rante la posmenopausia, pero con la administración local de estrógenos o lubricantes no hormonales es posible ob- tener mejoría importante en la mayor parte de los casos. EVALUACIÓN CLÍNICA La consulta médica durante las etapas peri y posme- nopáusica constituye una excelente oportunidad para realizar una valoración amplia del estado de salud de la mujer. La atención no debe limitarse a los síntomas descritos sino también a la detección de cáncer cérvi- co-uterino y mamario, y la búsqueda de padecimientos crónico-degenerativos (o sus factores de riesgo), como osteoporosis, obesidad, hipertensión arterial, diabetes, dislipidemias y cardiopatía isquémica. La condición que guarda cada mujer con respecto a estos padecimientos es fundamental para determinar su elegibilidad para recibir terapia hormonal y, si es el caso, el tipo de ésta. HISTORIA CLÍNICA En casi todos los casos, el interrogatorio completo y una exploración física minuciosa, al alcance tanto del médico de primer contacto como del especialista, son suficien- tes para identificar la menopausia natural o inducida. Las características de los ciclos menstruales constituyen el dato fundamental para determinar en qué etapa del envejecimiento ovárico se encuentra la mujer, según se describe en la figura 72-1. Para la evaluación de los sín- tomas existen diversos instrumentos que permiten una valoración semicuantitativa de la gravedad del síndrome http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Climaterio y menopausia 769 climatérico, pero su utilidad principal es con fines de in- vestigación. DETERMINACIONES HORMONALES A pesar de que en la actualidad es factible detectar y cuantificar algunos marcadores biológicos vinculados al envejecimiento ovárico, su utilidad en la clínica es limi- tada. La cuantificación de FSH es relevante sólo cuando existe histerectomía, sospecha de menopausia prema- tura o insuficiencia ovárica primaria. En estos casos se recomienda realizar dos determinaciones con intervalo de un mes. En general, los valores de FSH > 25mUI/mL son suficientes para confirmar el estado posmenopáusico, pero en casos de insuficiencia ovárica primaria pueden ser menores e incluso normales; de ahí la conveniencia de contar con más de una determinación. La cuantifi- cación de estradiol en suero no contribuye a mejorar el estudio de la paciente que se encuentra en la transición menopáusica o en los primeros años que siguen al últi- mo periodo menstrual, incluso puede confundir, debido a las fluctuaciones en la cantidad del esteroide referido. Tampoco es útil para decisiones relacionadas con la pres- cripción de terapia hormonal, ni para ajustar las dosis de estrógenos administrados. Es pertinente señalar que la cuantificación de FSH y estradiol sí ha demostrado ser de utilidad para estimar la reserva folicular en mujeres perimenopáusicas que desean embarazarse mediante técnicas defertilización asistida. Valores de FSH > 15 mUI/mL y de estradiol > 80 pg/mL en un día +3 del ciclo se asocian a baja pro- babilidad de éxito del tratamiento. OTROS ESTUDIOS • Hormona antimulleriana: la producida por los folí- culos preantrales es un indicador de reserva folicular. Al igual que las determinaciones de FSH y estradiol, y la cuenta de folículos antrales por ultrasonido sirve para evaluar la probabilidad de embarazo durante la transición menopáusica. Se considera que cuando se encuentra por debajo de 1.0 ng/mL el logro de em- barazo es improbable. • Citología cervical: es obligada cada 2 a 3 años por lo menos hasta los 65 de edad, debido a la alta preva- lencia del cáncer cervicouterino. • Glucosa y lípidos sanguíneos: estas determinaciones están bastante justificadas, sobre todo cuando exis- ten factores de riesgo personales o familiares para diabetes y dislipidemias, o ambas. • Mastografía: este estudio debiera practicarse cada año en toda mujer a partir de los 40 años de edad. Como la limitación de recursos y disponibilidad de servicios hacen difícil el logro de esa meta, por lo menos debe realizarse a quienes tienen factores de riesgo para cáncer mamario o se sospecha esta neo- plasia, antes de iniciar cualquier forma de terapia hormonal sistémica y cada año durante el tiempo en que ésta se administre. En el resto de los casos habrá que conformarse con la exploración mamaria que, si está bien realizada, permitirá la detección de lesiones palpables. • Densitometría ósea: requerida para el diagnóstico de osteopenia y osteoporosis, está indicada en mujeres de 65 años de edad o más, que no tengan antece- dentes de fracturas osteoporóticas, y en mujeres de menor edad con una o más de las siguientes carac- terísticas: historia de fractura de cadera en padres, historia personal de fractura osteoporótica en la edad adulta, índice de masa corporal < 21 kg/m2 o peso menor a 57.7 kg, tabaquismo actual (cualquier can- tidad), ingesta de más de dos bebidas alcohólicas al día, uso de glucocorticoides por más de tres meses (7.5 mg de prednisona o equivalente), deficiencia de vitamina D e hipocalcemia. Otros criterios para su indicación e interpretación se abordan en el capítulo 19 con mayor detalle. TRATAMIENTO La base de la atención a la mujer en la peri y posmeno- pausia es la medicina preventiva. Las acciones deben en- caminarse a informar acerca de la naturaleza de los even- tos que aparecen a lo largo del envejecimiento ovárico, así como a promover cambios en el estilo de vida con la adopción de medidas higiénico-dietéticas que inclu- yen una dieta balanceada, aporte suficiente de calcio y vitamina D, ejercicio y eliminación del sobrepeso, entre otras. La eliminación del tabaquismo, reducción en la ingesta de alimentos picantes o irritantes y de bebidas calientes; la disminución en la temperatura ambiental y tensión emocional han demostrado ser útiles para redu- cir los síntomas vasomotores. La prevención de las enfermedades cardiovasculares de la mujer debe procurarse con las medidas generales que aplican a los hombres y no mediante la administra- ción de terapia hormonal sistémica. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO En contraste con el criterio prevaleciente en el decenio 1990-99, hoy se acepta que las intervenciones de tipo farmacológico deben quedar restringidas sólo a mujeres que tienen indicación específica para ello. Las contrain- dicaciones vigentes aplican a todas las formas de terapia hormonal, y se limitan a la presencia de cáncer de mama, uterino, o ambos, patología cardiovascular y hepática. Terapia hormonal Las indicaciones de la terapia hormonal sistémica se limi- tan a la paliación de los síntomas vasomotores de media o elevada intensidad y frecuencia, la atrofia genitourinaria y la prevención de la osteoporosis cuando otras alterna- tivas terapéuticas están contraindicadas o no están dis- http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 770 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 72) ponibles. Puede administrarse por vía oral, transdérmica, intramuscular, percutánea, vaginal y en un dispositivo intrauterino. Aunque algunos médicos consideran que los riesgos y beneficios de la terapia hormonal podrían variar en función del tipo de hormonas y la vía de administración utilizada, las agencias reguladoras de fármacos han es- tablecido que todas las formulaciones hormonales con efecto sistémico se prescriban con los mismos lineamien- tos en tanto no se cuente con evidencias que sustenten la existencia de diferencias en sus efectos clínicos. Asimis- mo, se recomienda hacer la prescripción con indicaciones definidas, utilizando dosis mínimas y durante el menor tiempo posible (de preferencia menos de cinco años). Cuando el tratamiento hormonal es necesario sólo como paliativo de la atrofia genital, la terapia local es la apro- piada. La decisión de iniciar la administración de hormo- nas se sustentará siempre en una adecuada valoración del riesgo/ beneficio individual. De acuerdo a su composición y esquema de admi- nistración, la terapia hormonal sistémica se clasifica en estrogénica, combinada y progestacional (figura 72-3). TERAPIA HORMONAL ESTROGÉNICA Y COMBINADA La terapia estrogénica contiene exclusivamente estróge- nos, naturales o sintéticos. Está indicada para las mujeres histerectomizadas, ya que su administración aumenta el riesgo de hiperplasia y carcinoma del endometrio en quienes aún tienen útero. La terapia combinada estrogénica-progestacional, que además de los estrógenos contiene un progestágeno (ya sea progesterona natural o una progestina sintética), está indicada para las pacientes que conservan el útero. La incorporación del progestágeno tiene como principal objetivo prevenir la hiperplasia endometrial inducida por la administración sostenida de estrógenos. En los esquemas combinados secuenciales, el estró- geno se administra diario y el progestágeno se agrega du- rante algunos días del mes (7 a 14 días). En el esquema combinado continuo, las dosis de estrógeno y progestá- geno son fijas y se administran en una tableta diaria de manera ininterrumpida. Las progestinas sintéticas más utilizadas son acetato de medroxiprogesterona, acetato de ciproterona, y acetato de noretisterona. Beneficios. La dosis estándar de 0.625 mg de estró- genos conjugados vía oral o su equivalente de ésteres de estradiol o estradiol micronizado, con o sin progestágeno, disminuye la frecuencia de los bochornos 77% más que el placebo, así como la intensidad de los mismos. Es re- levante señalar que el tratamiento con placebo reduce la frecuencia de los bochornos hasta 51%. En estudios clínicos controlados se ha confirmado que la terapia hor- monal previene la pérdida de hueso, aumenta la densidad mineral ósea de cadera y columna, y reduce el riesgo de fracturas osteoporóticas. Figura 72-3. Esquemas de administración de la terapia hormonal sistémica para el tratamiento de los síntomas vasomotores y vaginales aso- ciados a la menopausia; barra oscura = estrógenos; barra clara = progestina. Estrogénica Combinada cíclica Combinada continua Combinada secuencial Progestina sola 1 Días de tratamiento 28 http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Climaterio y menopausia 771 y cirugía. El riesgo para infarto agudo del miocardio y en- fermedad cerebrovascular también puede incrementarse cuando la terapia hormonal se inicia después de haber transcurrrido 10 años a partir de la menopausia o en mu- jeres mayores de 60 años de edad. El peligro de cáncer mamario aumenta a partir del tercer año de haber inicia- do la terapia combinada y del séptimo año de iniciada la terapia estrogénica. Este riesgo retorna al nivel de las mujeresno usuarias entre tres y cinco años después de la suspensión de la terapia hormonal. Efectos adversos menores. Sangrados irregulares y amenorrea, sobre todo con la terapia combinada conti- nua, mastalgia, náuseas y cefalea. Terapia hormonal local Cuando el tratamiento está indicado sólo para la atrofia vaginal, dispareunia o ambas, existen formulaciones hor- monales de aplicación local con estriol, estrógenos conju- gados, estrógenos sintéticos (cuadro 72-2). Progestágenos solos Esta modalidad de tratamiento no está comercializada en EUA, por lo que existe menos información acerca Cuadro 72-1. Formulaciones de terapia hormonal sistémica para el tratamiento de los síntomas vasomotores* Dosis, mg/día Nombre comercial Dosis de estrógenos Tipo de estrógenos Solo Combinado Dosis estándar Estrógenos conjugados 0.625 Premarin® Six Din® Terapova® Sultrona® Elrredin® Premelle® Estradiol 17β micronizado 1 Juvenum® Avaden® Angeliq® Totelle® Valerianato de estradiol 2 Primogyn® Cliane® Climene® Progyluton® Etinilestradiol 0.005 ND Fem HRT Estradiol 17β transdérmico 0.0375 a 0.05 Estalis® Estraderm Dot® Evorel/Evorel conti® Dosis baja Estrógenos conjugados 0.3 a 0.45 ND ND Estradiol 17β micronizado 0.5 ND ND Valerianato de estradiol 1 Primogyn® ND Estradiol 17β transdérmico 0.025 Evorel® ND Dosis ultra baja Estradiol 17β micronizado 0.25 ND ND Estradiol 17β transdérmico 0.014 ND ND Progestina sola Tibolona 2.5 Livial® - ND = producto no disponibles en el mercado mexicano. * Las formulaciones con estrógenos solos o en combinación con progestinas también son eficaces para el tratamiento de los síntomas de atrofia vaginal. Las formulaciones con menores dosis de hormonas brindan beneficios de magnitud casi igual a la de las dosis de referencia, tanto en síntomas vasomotores como en la densidad mineral ósea y sus efectos adversos son meno- res (cuadro 72-1). Los estrógenos administrados por vía sistémica revierten la atrofia genitourinaria y disminuyen los síntomas. Pese a las múltiples evidencias de que los estrógenos ejercen efectos favorables sobre el metabolismo de lípi- dos y lipoproteínas, el endotelio vascular y la musculatu- ra arterial, su administración no se traduce en disminu- ción de riesgo para cardiopatía isquémica o enfermedad cerebrovascular, según se demostró en el estudio clínico controlado llevado a cabo por los institutos nacionales de salud de EUA con la Iniciativa de la Salud de las Mujeres (WHI, del inglés Women’s Health Initiative). En análisis más recientes del estudio WHI se ha observado que la terapia hormonal podría reducir el riesgo cardiovascular si se inicia en un tiempo muy cercano a la aparición de la menopausia; sin embargo, ninguna agencia reguladora de medicamentos ha autorizado la prescripción de terapia hormonal para la prevención primaria o secundaria de la cardiopatía isquémica o la enfermedad cerebrovascular, por considerar que los riesgos exceden a los beneficios. Riesgos. La terapia hormonal duplica el riesgo de trombosis venosas y en mayor magnitud cuando aumen- ta la edad o existe obesidad, trombofilias, inmovilización http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 772 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 72) Cuadro 72-2. Formulaciones de terapia hormonal y no hormonal para tratamiento de los síntomas vaginales* Dosis diaria Nombre comercial Hormonales Crema vaginal Estrógenos conjuga- dos 0.625 mg/g de excipiente 0.5 a 2 0 g Premarin V® Crema vaginal Promiestreno 0.01g/1g de excipiente 1 g Colpotrophi- ne® Óvulos, cápsulas vaginales Estriol, óvulos 0.5 a 3.5 mg Ovestin®, Or- tho Gynest® Estriol + lactobacilos Rhamnosus Doder- lain, cápsulas 0.2/10 millones Florgynal® Estriol + lactobacilos Doderlein, cápsulas 0.03/10 millones Gynoflor® No hormonales Lubricantes Soft Lube®, K-Y® Humectantes Replens® * Todas las formulaciones son para administración en forma de crema, gel u óvulos vaginales. de sus riesgos y beneficios a largo plazo. En Europa, México y otros países se dispone de diversos produc- tos. Está indicada en mujeres con o sin útero. El principal compuesto de este grupo es tibolona, una progestina de 19 átomos de carbono derivada de la nortestosterona y que al metabolizarse produce varios compuestos con actividad hormonal de tipo estrogénico (3β-OH tibolona), progestacional (∆-4 tibolona) y an- drogénico (3a-OH tibolona). Otras progestinas, como acetato de medroxiprogesterona y acetato de megestrol, ambas derivadas de 17a-hidroxiprogesterona, se utili- zan con poca frecuencia y en general no se recomiendan (cuadro 72-1). Beneficios. Las dosis de 1.25 y 2.5 mg/día de tibolo- na son útiles para paliar los bochornos, mejorar la atrofia genitourinaria y la libido. Se ha demostrado que previe- ne la pérdida ósea e incrementa la densidad mineral en mujeres con osteoporosis establecida. Los acetatos de medroxiprogesterona, megestrol y noretisterona son tan eficaces como los estrógenos en el tratamiento de los bo- chornos, pero carecen de efectos tróficos en el epitelio vaginal. Se ha observado que pueden reducir las concen- traciones de triglicéridos. Riesgos. Todas las progestinas inducen disminución del colesterol total y el colesterol HDL, pero el signifi- cado clínico de estos cambios no se ha evaluado a largo plazo. El acetato de medroxiprogesterona, sobre todo a dosis altas, tiene efectos deletéreos en la densidad mi- neral ósea y el peso corporal. En relación con el efecto en el tejido mamario no existen datos concluyentes. En teoría, la progestina sola podría ser menos activa en la estimulación mamaria y por ende, carecer de impacto en el riesgo para cáncer mamario, pero algunas evidencias de tipo observacional no concuerdan con esta hipótesis. En el caso específico de tibolona se ha observado que su administración a mujeres posmenopáusicas incremen- ta la densidad mamaria, evaluada por mastografía y por biopsia. En el estudio de cohorte “del millón de mujeres” el riesgo de cáncer primario de mama fue significativa- mente mayor en las usuarias actuales de tibolona con relación a las no usuarias, pero otros ensayos clínicos no han confirmado tal asociación. Por otra parte, el estudio clínico controlado y aleatorio denominado LIBERATE (del inglés, Livial Intervention following Breast Cancer: Efficacy, recurrence and tolerability endpoints) demostró que tibolona, en comparación con el placebo, incremen- ta el riesgo de recurrencia en mujeres con antecedente de cáncer de mama con tratamiento coadyuvante. Se ha planteado que el metabolito con efecto estrogénico pue- de ser el causante de dicho riesgo, sin embargo, no se sabe cuáles son los efectos directos de la progestina, del metabolito con acción progestacional o incluso del que tiene acción androgénica en el tejido mamario. Al mo- mento no existen estudios que evalúen la seguridad de otras progestinas administradas solas con ensayos clínicos controlados comparativos. Efectos adversos menores. La tibolona es mejor to- lerada en mujeres posmenopáusicas hipoestrogénicas, que hayan completado por lo menos dos años desde su último sangrado, ya que en mujeres con mayores concen- traciones de estrógenos endógenos se pueden presentar sangrados irregulares que limitan la aceptación del tra- tamiento. Andrógenos La administración de testosterona en combinación con TH no ofrece mayor beneficio en la paliación de los síntomas vasomotores y puede producir clítoromegalia, hirsutismo, acné y deterioro de los lípidos. En un metaa- nálisis que incluyó 35 estudios con 4 768 mujeres pos- menopáusicas se sugiere que la adición de testosterona a la TH puede mejorar la función sexual, pero las eviden- cias aún son insuficientes. La testosterona sola no está aprobada para uso en mujeres. En México y otros países de Latinoamérica existen dos formulacionesinyectables que contienen combina- ciones de estrógenos y andrógenos: 2.5-5 mg de valeria- nato de estradiol + 50-100 mg de enantato de testoste- rona (Despamen®), y 4 mg de valerianato de estradiol + 200 mg de sulfato de dehidroepiandrosterona (Binodian depot®). Ambos son de aplicación mensual y están indi- cados sólo para la paliación del síndrome vasomotor. Fitoestrógenos Los fitoestrógenos son compuestos no esteroideos que se encuentran en muchos vegetales y tienen la capacidad de unirse a los receptores de estrógenos, ejerciendo un efec- to tanto antagonista como agonista. Dicho efecto depen- de de su concentración, la de los estrógenos endógenos y del tejido en particular. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Climaterio y menopausia 773 Existen cuatro clases principales: isoflavonas, lig- nanos, cumestanos y dihidrocolanos. Las isoflavonas in- cluyen genisteína y daidzeína, presentes en la soya y el trébol rojo, entre otras. La mayor parte de las formulacio- nes farmacológicas disponibles en el mercado mexicano contienen cimicifuga racemosa en dosis que van de 6.5 a 30 mg o isoflavonas a las dosis de 90 a 100 mL. Todas son de venta libre. El consumo estimado de isoflavonas en mujeres de países orientales es de 40 a 100 mg, por lo que se cree que las formulaciones con esta dosis podrían ser seguras. Beneficios. El hecho de que las mujeres asiáticas tengan una frecuencia de bochornos de 20%, en compa- ración con las mujeres occidentales que alcanzan hasta 80% ha sugerido que se debe a que la dieta oriental es rica en productos que contienen isoflavonas y la dieta occidental no. Sin embargo, los ensayos clínicos que han comparado la eficacia de los fitoestrógenos contra el pla- cebo en la paliación de los síntomas vasomotores han dado resultados inconsistentes. En algunos, la efectividad de los fitoestrógenos es apenas superior a la del placebo y en otros no se observa superioridad de los primeros. Estas investigaciones se han visto limitadas por la varie- dad de las formulaciones utilizadas (imprecisión de las dosis, tipo y proporción de los compuestos contenidos) y el escaso tiempo de administración. Se ha informado ya que el extracto de trébol rojo a dosis conocida mostró reducción más rápida de los síntomas vasomotores que el placebo, sin mayor reducción de la frecuencia de los síntomas, al término de 12 semanas de tratamiento. Los ensayos clínicos que han evaluado el efecto de los fito- estrógenos en la densidad mineral ósea no han mostrado eficacia en la prevención de la pérdida ni en el incremen- to en la densidad mineral, y hasta el momento no existen estudios que hayan demostrado su eficacia en mejorar la atrofia genitourinaria. En los países orientales que con- sumen alimentos ricos en fitoestrógenos, la incidencia de cáncer mamario es menor en comparación con los países occidentales, en donde la ingesta es limitada; por lo an- terior se especula que podrían tener efecto preventivo de cáncer mamario primario, aunque la hipótesis no ha sido explorada. Aunque su uso se haya popularizado en todo el mundo, el empleo de estos compuestos no se re- comienda debido a que sus beneficios sobre el síndrome vasomotor no han sido comprobados. Riesgos. No se dispone de estudios de seguridad. Al parecer, los fitoestrógenos no proporcionan efectos be- néficos sobre las concentraciones de lípidos, glucosa e insulina, pero tampoco se les conocen efectos deletéreos. Sus efectos cardiovasculares y endometriales no han sido evaluados. Efectos adversos menores. Gastrointestinales inespe- cíficos. Moduladores selectivos de los receptores de estrógenos Son compuestos sintéticos, no esteroidales que tienen capacidad para unirse a los receptores de estrógenos, pero dependiendo del tejido pueden ejercer acciones de tipo agonista o antagonista. Sólo están indicados para la prevención y tratamiento de osteoporosis, por lo que se tratan en el capítulo 19. Vale la pena mencionar que aun- que no se comercializa en México existe una formula- ción que contiene estrógenos conjugados (0.45 mg) más bazedoxifene (20 mg), aprobada en otros países para el tratamiento de los bochornos, y otro producto de este grupo denominado ospemifene autorizado para tratar la atrofia vaginal. TRATAMIENTO NO HORMONAL Existen alternativas no hormonales que pueden ser útiles en mujeres que no deben o no desean utilizar terapia hormonal, como antidepresivos inhibidores de la recap- tura de serotonina o serotonina y norepinefrina, vera- lipride, clonidina oral o transdérmica, alfa metildopa y gabapentina. Antidepresivos En el caso de los antidepresivos se ha demostrado que los inhibidores de la recaptura de serotonina, como pa- roxetina (12.5 a 25 mg diarios), fluoxetina (20 mg dia- rios), venlafaxina (75 a 150 mg diarios) y desvenlafaxina (100 mg diarios) son útiles para reducir la frecuencia de los bochornos, aunque en menor magnitud que la tera- pia hormonal. En México ningún producto de este gru- po cuenta con aprobación sanitaria para utilizarse en el tratamiento del síndrome vasomotor. En EUA sólo pa- roxetina, a dosis de 7.5 mg día, está aprobada para el tratamiento de los bochornos en pacientes sin depresión. Sus efectos secundarios son náusea, mareo, sequedad de boca, somnolencia y disfunción sexual. Veralipride Es un fármaco no hormonal, con actividad antagonista dopaminérgica mediada a través de los receptores D2. Reduce la frecuencia y gravedad de los bochornos, pero no la de otros síntomas causados por hipoestrogenismo. El producto fue retirado del mercado europeo en el año 2009 por considerarse que los riesgos que implica su uso son superiores a los beneficios. Los efectos ad- versos informados incluyen síntomas neurólogicos (ex- trapiramidales, parkinsonismo, discinecia y somnolen- cia), psiquiátricos (depresión y ansiedad) y endócrinos (hiperprolactinemia y galactorrea). En México continúa utilizándose, a dosis de 100 mg/día durante 20 días de cada mes, con la recomendación de que el tratamiento se administre con vigilancia estrecha y por un periodo máximo de seis meses. La hiperprolactinemia inducida por veralipride desaparece al suspender el tratamiento. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 774 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 72) Otros Clonidina, gabapentina y alfa metildopa no se deben prescribir con la única finalidad de paliar el síndrome vasomotor. Lubricantes no hormonales Para la resequedad vaginal son útiles las jaleas lubricantes a base de glicerina y agua. ACOG Practice Bulletin No. 141. Management of menopausal symptoms. Obstet Gynecol 2014;123(1):202-216. Avis NE, Brockwell S, Colvin A: A universal menopausal syndrome? Am J Med 2005;118(12):37S-46S. Beral V, Million Women Study Collaborators: Breast cancer and hormone replacement therapy in the Million Women Study. Lancet 2003;362(9382):419-427. 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