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Manual de Otorrinolaringologia - 2ed

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MANUAL DE
Otorrinolaringología
MANUAL DE Otorrinolaringología
Rafael Ramírez Camacho
Jesús Algaba
Carlos Cenjor
Miguel Ciges
Javier Gavilán
Pedro Quesada
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Jesús Algaba
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torrinolaringología
SEGUNDA EDICIÓN
SEGUNDA 
EDICIÓNSEGUNDA EDICIÓN
El libro presenta una exposición completa, rigurosa y actualizada 
de las diferentes patologías que afectan al área ORL y estructuras
afines (cervicofacial). 
NOVEDADES DE LA SEGUNDA EDICIÓN
● Se han revisado y actualizado los contenidos. 
● Se han añadido dos capítulos nuevos sobre la voz y su patología
y sobre la enfermedad por reflujo gastroesofágico. 
● En el capítulo de exploración otológica se han incorporado los
potenciales de estado estable. 
● Dentro de la patología del oído interno, se han incluido las sorderas
inmunomediadas. 
● El capítulo de vértigos y desequilibrio se ha reestructurado
en consonancia con los últimos avances. 
● El capítulo de hipoacusia infantil profunda recoge ahora 
las bases genéticas de la sordera y los programas de detección
precoz de la misma. 
● Con las sinusitis se abordan las indicaciones y los límites
de la cirugía endoscópica nasosinusal. 
www.mcgraw-hill.es
,!7II4E8-beghhb!
ISBN: 978-84-481-4677-1 The McGraw-Hill Companies
Otorrino 3 okok 12/1/2007 10:49 Página 1
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Manual de
OTORRINOLARINGOLOGÍA
SEGUNDA EDICIÓN
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Manual de
OTORRINOLARINGOLOGÍA
SEGUNDA EDICIÓN
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RAFAEL RAMÍREZ CAMACHO
Profesor Titular. Universidad Autónoma de Ma-
drid. Jefe de Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
JESÚS ALGABA
Profesor Titular. Universidad del País Vasco.
Jefe del Servicio de Otorrinolaringología. Hospi-
tal Nuestra Señora de Aránzazu. San Sebastián.
CARLOS CENJOR ESPAÑOL
Profesor Titular. Universidad Autónoma de Ma-
drid. Jefe de Servicio de Otorrinolaringología.
Fundación Jiménez Díaz. Madrid. 
MIGUEL CIGES
Catedrático de Otorrinolaringología. Universi-
dad de Granada. 
JAVIER GAVILÁN BOUZAS
Profesor Titular. Universidad Autónoma de Ma-
drid. Jefe de Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario La Paz. Madrid.
PEDRO QUESADA
Profesor Emérito. Universidad Autónoma de Bar-
celona.
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MANUAL DE OTORRINOLARINGOLOGÍA. Segunda edición
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su
tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna otra forma o por 
cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro
u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares
del Copyright.
Derechos reservados © 2007, respecto a la segunda edición en español, por
R. RAMÍREZ CAMACHO y cols.
McGRAW-HILL/INTERAMERICANA DE ESPAÑA, S. A. U.
Edificio Valrealty, 1.a planta
Basauri, 17
28023 Aravaca (Madrid)
Primera edición: 1998
Segunda edición: 2007
ISBN: 978-84-481-4677-1
Depósito legal: M.
Preimpresión: MonoComp, S. A. Cartagena, 43. 28028 Madrid
Impreso en
Impreso en España - Printed in Spain
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MARTA ABREGO
Facultativo Especialista de Área. Servicio de Otorrino-
laringología. Hospital Nuestra Señora de Aránzazu.
San Sebastián. 
LUIS ABREU
Jefe de Servicio. Servicio de Gastroenterología y He-
patología. Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Madrid.
JESÚS ALGABA
Profesor Titular. Universidad del País Vasco. Jefe del
Servicio de Otorrinolaringología. Hospital Nuestra Se-
ñora de Aránzazu. San Sebastián.
BEATRIZ ARELLANO
Médico Adjunto. Servicio de Gastroenterogología y
Hepatología. Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Madrid.
RICARDO BERNÁLDEZ
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario La Paz. Madrid.
BELÉN BOTELLA
Servicio de Gastroenterología y Hepatología. Hospital
Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
JOSÉ LUIS CALLEJA
Médico Adjunto. Servicio de Gastroenterología y He-
patología. Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Madrid.
JUAN JOSÉ CAMACHO ARRIOAGA
Profesor Asociado. Universidad del País Vasco. Jefe de
Sección. Servicio de Otorrinolaringología. Hospital
Nuestra Señora de Aránzazu. San Sebastián.
IMANOL CASTILLO
Facultativo Especialista de Área. Servicio de Otorrino-
laringología. Hospital Ntra. Sra. de La Antigua. Zumá-
rraga. Guipúzcoa.
CARLOS CENJOR ESPAÑOL
Profesor Titular. Universidad Autónoma de Madrid.
Jefe de Servicio de Otorrinolaringología. Fundación Ji-
ménez Díaz. Madrid. 
MIGUEL CIGES
Catedrático de Otorrinolaringología. Universidad de
Granada. 
IGNACIO COBETA
Catedrático de Otorrinolaringología. Universidad de
Alcalá de Henares.
FRANCISCO CREGO
Médico Residente. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital General Universitario Valle Hebrón. Barce-
lona.
JOSÉ IGNACIO DE DIEGO SASTRE
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario La Paz. Madrid.
LUIS FELIPE ENCARNACIÓN
Médico Residente. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital General Universitario Valle Hebrón. Barce-
lona.
FRANCISCO FERNÁNDEZ CERVILLA
Profesor Titular de Otorrinolaringología. Universidad
de Granada.
NÉSTOR GALINDO CAMPILLO
Especialista ORL. Hospital Ruber Internacional. Ma-
drid.
JOSÉ RAMÓN GARCÍA BERROCAL
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
Colaboradores
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CÉSAR GAVILÁN (†)
Jefe de Servicio de Otorrinolaringología. Hospital de
La Zarzuela. Madrid.
JAVIER GAVILÁN BOUZAS
Profesor Titular. Universidad Autónoma de Madrid.
Jefe de Servicio de Otorrinolaringología. Hospital Uni-
versitario La Paz. Madrid.
JOSÉ ÁNGEL GONZÁLEZ GARCÍA
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
FRANCISCO GONZÁLEZ MARTÍN
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
RAIMUNDO GUTIÉRREZ FONSECA
Profesor Asociado. Universidad Autónoma de Madrid.
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Fundación Jiménez Díaz. Madrid.
JAVIER HERRERO AGUSTÍN
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Provincial. Ávila. 
ADOLFO HINOJAR
Profesor Asociado. Universidad Autónoma de Madrid.
Ex-Jefe de Servicio de Otorrinolaringología. Hospital
Universitario de La Princesa. Madrid.
JAVIER IBARRONDO
Médico Residente. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital General Universitario Valle Hebrón. Barce-
lona.
ANTONIO LARA
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario Príncipe de Asturias. Alcalá de
Henares. Madrid.
CRISTÓBAL LÓPEZ CORTIJO
Jefe de Sección. Servicio de Otorrinolaringología. Hos-
pital Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
DIONISIO LÓPEZ RAMOS
Profesor Asociado. Universidad Autónoma de Madrid.
Jefe de Sección. Servicio de Otorrinolaringología. Hos-
pital Universitario de La Princesa. Madrid.
JUAN LORENTE
Profesor Titular de Otorrinolaringología. Universidad
Autónoma de Barcelona. Médico Adjunto. Servicio de
Otorrinolaringología. Hospital General Universitario
Valle Hebrón. Barcelona.
ROSA MAGALLÓN
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Radioterápica.
Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
DOLORES MARTÍNEZ PÉREZ
Médico Adjunto. Cirugía Maxilofacial. Servicio de Oto-
rrinolaringología. Fundación Jiménez Díaz. Madrid.
FRANCISCO MÁRQUEZ DORSCH
Jefe de Servicio de Otorrinolaringología. Hospital de
La Moraleja. Madrid. 
SILVIA NACHES
Profesora Asociada. Universidad Autónoma de Barce-
lona. Médico Residente. Servicio de Otorrinolaringolo-
gía. Hospital General Universitario Valle Hebrón. Bar-
celona.
MAITE PINILLA
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
ENRIQUE PERELLÓ
Profesor titularUniversidad Autónoma de Barcelona.
Jefe de Servicio de Otorrinolaringología. Hospital Ge-
neral Universitario Valle Hebrón. Barcelona.
CARLOS POLLÁN
Médico Residente. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital General Universitario Valle Hebrón. Barcelona.
MARÍA PILAR PRIM ESPADA
Médico Adjunto. Colaborador Clínico Docente. Servi-
cio de Otorrinolaringología. Hospital Universitario La
Paz. Madrid.
ELENA DE LA PUENTE
Facultativo Especialista de Área. Servicio de Otorrino-
laringología. Hospital Verge del Toro. Mahón. Menor-
ca. Baleares.
VIII � COLABORADORES
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JUAN LUIS QUESADA
Profesor Asociado. Universidad Autónoma de Barcelo-
na. Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital General Universitario Valle Hebrón. Barcelona.
PEDRO QUESADA
Profesor Emérito. Universidad Autónoma de Barcelona.
RAFAEL RAMÍREZ CAMACHO
Profesor Titular. Universidad Autónoma de Madrid.
Jefe de Servicio de Otorrinolaringología. Hospital Uni-
versitario Puerta de Hierro. Madrid.
BARTOLOMEU RAMIS
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital de Manacor. Manacor. Palma de Mallorca. 
CARLOS SAGA
Facultativo Especialista de Área. Servicio de Otorrinola-
ringología. Hospital de Mendaro. Mendaro. Guipúzcoa.
JAIME SANABRIA
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Fundación Jiménez Díaz. Madrid.
GERTRUDIS SAUCEDO
Médico Adjunto. Unidad de Neurorradiología. Hospi-
tal Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
JORGE SERRA
Médico Residente. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital General Universitario Valle Hebrón. Barcelona.
ADOLFO TOLEDANO MUÑOZ
Especialista ORL. Hospital de La Zarzuela. Madrid.
ALEJANDRO DE LA TORRE
Jefe de Servicio de Oncología Radioterápica. Hospital
Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
MARÍA ALMUDENA TRINIDAD CABEZAS
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
JOSÉ MARÍA VERDAGUER
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario La Paz. Madrid.
JOSÉ VERGARA
Ex-Jefe de Servicio de Otorrinolaringología. Hospital
Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
JAVIER VICENTE HERRERO
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital Universitario Puerta de Hierro. Madrid.
JAVIER VILA
Médico Adjunto. Servicio de Otorrinolaringología.
Hospital General Universitario Valle Hebrón. Barce-
lona.
COLABORADORES � IX
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La excelente acogida de este libro por parte de
alumnos y profesores justifica la publicación de
una 2.a edición, tras numerosas reimpresiones
de la primera. Creo que la circunstancia de que
tenga un destinatario concreto, el alumno de Li-
cenciatura que debe conocer una parte de la Me-
dicina en constante desarrollo y de frecuente
presentación, ha contribuido a su éxito. No se
trata de un lugar donde exhibir los últimos co-
nocimientos de la especialidad, sino un compen-
dio de los datos imprescindibles relativos a la
Otorrinolaringología que un médico general
debe conocer. Suelo decir a mis alumnos que si,
en el futuro, optan por nuestra especialidad, el
nivel de conocimientos exigidos aumentará en
comparación con los que proporciona este Ma-
nual de Otorrinolaringología. Así pues, se trata
de un libro para estudiantes universitarios, que
puede seguir prestándoles servicio en su poste-
rior desenvolvimiento profesional, si no se dedi-
can a la Otorrinolaringología. Para los futuros
especialistas en la disciplina, existen textos mu-
cho más complejos que deberán conocer.
Sin embargo, esta concreción del texto no
está reñida con su carácter científico. Cabe dis-
cutir si la docencia se debe acomodar al nivel de
conocimientos del alumno, opción con la que no
estoy de acuerdo. El nivel científico de España,
en general y salvando honrosas excepciones, se
encuentra muy por debajo del puesto que ocu-
pa nuestro país entre el conjunto de las nacio-
nes. Los malos resultados de los experimentos
realizados en la educación preuniversitaria son
evidentes. Si la educación superior se acomoda
al nivel con el que los alumnos acceden a las au-
las universitarias, los resultados son previsi-
bles. Pese al desprestigio del universitario en la
sociedad en que vivimos, la formación en Medi-
cina va dirigida a personas a las que se exige un
nivel de esfuerzo superior al de otras activida-
des profesionales. Si la sociedad española no re-
suelve esta contradicción, nuestra posición
científica en el contexto de los países desarrolla-
dos no hará sino empeorar. Los mejores no se
sentirán motivados. El reto de la unificación
educativa universitaria europea debe ser resuel-
to con más imaginación que la utilizada hasta el
momento.
Al margen de las consideraciones preceden-
tes, los nueve años trascurridos desde la publi-
cación de la 1.a edición han supuesto la incorpo-
ración de enfoques novedosos. Ello nos obliga a
actualizar los conocimientos impartidos desde
el Manual de Otorrinolaringología. El desarrollo
de la genética molecular, los nuevos conceptos
sobre ototoxicidad, la generalización de la ciru-
gía endoscópica nasosinusal, el mayor conoci-
miento del síndrome de apnea del sueño y sus
consecuencias, las repercusiones en la esfera
otorrinolaringológica del reflujo gastroesofági-
co, el desarrollo del tratamiento de la voz como
superespecialidad con nuevos métodos diag-
nósticos y terapéuticos… justifican que haya so-
licitado actualizar el contenido del libro a los es-
pecialistas más sobresalientes dentro de cada
campo.
Como siempre, quiero expresar mi agradeci-
miento a todos los profesionales que dedicaron
su esfuerzo para conseguir el magnífico resulta-
do que hoy se publica, lamentando la dolorosa
ausencia del Dr. César Gavilán, nuestro compa-
ñero en la Universidad Autónoma de Madrid; y
cómo no, al equipo de McGraw-Hill Interameri-
cana de España (Marisa Álvarez y María León)
quienes, me consta, conciben este Manual como
a un hijo, lo que ha facilitado mi trabajo. Espero
que el esfuerzo realizado sea de tanta utilidad
como lo fue para la edición anterior.
RAFAEL RAMÍREZ CAMACHO
Prefacio a la
2.a edición
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PARTE I. OÍDO
1. Anatomía, fisiología y embriología del oído . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Anatomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Fisiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Embriología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
2. Exploración otológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Anamnesis y exploración clínica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Exploración auditiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
3. Radiología de las enfermedades del oído . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Técnicas radiológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Hallazgos radiológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
4. Patología del oído externo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Patología inflamatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Patología traumática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Cuerpos extraños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
Tumores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
Patología varia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
5. Patología inflamatoria del oído medio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Alteraciones de la ventilación: otitis secretora (otitis media con derrame, otitis media
serosa, otitis catarral) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Síndrome de la trompa insuficiente o de la trompa abierta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Otitis media aguda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Otitis media aguda del lactante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Mastoiditis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Otitis media crónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Otitis específicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Contenido
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6. Complicaciones de las otitis medias crónicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Factores predisponentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Cuadros clínicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
7. Patología no inflamatoria del hueso temporal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Otosclerosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Osteogénesis imperfecta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Osteopetrosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Enfermedad de Paget . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Displasia fibrosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
8. Traumatismos: fracturas y traumatismos disbáricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Traumatismos del conducto auditivo externo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Traumatismos del oído medio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Fracturas del hueso temporal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Traumatismo acústico agudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
Traumatismo acústico crónico o sordera profesional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Barotraumatismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Accidentes por inmersión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
«Blast» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
9. Tumores del oído . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Tumores benignos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Tumores malignos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
10. Malformaciones del oído . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Recuerdo embriológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Malformaciones del oído externo y el oído medio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Malformaciones del oído interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
11. Patología del oído interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Lesiones tóxicas de la audición y el equilibrio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Lesiones inflamatorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Zóster . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
Laberintitis . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Sordera brusca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
Enfermedad inmunomediada del oído interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
12. Vértigos y desequilibrios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Fisiopatología del sistema vestibular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Enfoque clínico-terapéutico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
XIV � CONTENIDO
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Entidades que cursan con vértigo, mareo y desequilibrio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
13. Alteraciones degenerativas cocleovestibulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
Presbiacusia y trauma acústico crónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
Síndromes vestibulares degenerativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Alteraciones centrales de la audición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
14. Hipoacusia infantil profunda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
El lenguaje y su desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
Sordera y adquisición del lenguaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
Genética de la sordera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
Detección precoz y diagnóstico de la sordera en el niño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
Estrategia de manejo del niño sordo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
Prótesis auditivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
Implantes cocleares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
Intervención del psicólogo y el logopeda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
15. Parálisis facial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Anatomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Manifestaciones clínicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Clasificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
Tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
PARTE II. NARIZ, FOSAS Y SENOS PARANASALES
16. Fosas nasales: anatomía, fisiología, embriología; exploración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
Anatomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
Fisiología de las fosas nasales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
Embriología de las fosas nasales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188
Exploración clínica y radiológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188
Exploración funcional y endoscópica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
17. Rinitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
Rinitis agudas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
Rinitis crónicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
Otras rinitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
Rinitis alérgica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
Rinitis no alérgica eosinofílica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
Poliposis nasosinusal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205
18. Sinusitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Factores que favorecen la instauración de una sinusitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
CONTENIDO � XV
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Patogenia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
Cuadros clínicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
Exploración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210
Diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210
Tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
Lesiones quísticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
19. Complicaciones de la sinusitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
Complicaciones orbitarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
Complicaciones endocraneales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218
Complicaciones óseas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
Complicaciones en pacientes inmunodeprimidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220
20. Epistaxis. Fracturas. Perforaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
Epistaxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
Fracturas nasales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
Fracturas faciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
Patología del septum nasal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
21. Malformaciones y deformidades de la nariz y los senos paranasales . . . . . . . . . . . . . . . . 229
Patología del tabique . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
Traumatismos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
Malformaciones congénitas nasosinusales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234
Deformidades nasales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236
Otras malformaciones y deformidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238
22. Tumores nasosinusales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Tumores benignos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Tumores intermedios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244
Tumores malignos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252
PARTE III: CAVIDAD ORAL Y FARINGE
23. Faringe. Embriología, anatomía y fisiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
Embriología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
Anatomía de la cavidad oral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256
Anatomía del velo del paladar y amígdalas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258
Anatomía de la faringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258
Fisiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263
24. Exploración clínica, física y radiológica de la cavidad oral y la faringe . . . . . . . . . . . . . 265
Exploración clínica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265
Exploración física . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268
XVI � CONTENIDO
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Exploración radiológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272
Otras exploraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274
25. Estomatitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
Estomatitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
Estomatitis infecciosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
Estomatitis no infecciosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281
Abscesos que protruyen en la cavidad oral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282
Manifestaciones orales de las dermatosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283
Lesiones precancerosas de la mucosa oral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 284
Glositis y otras alteraciones de la lengua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 284
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 286
26. Patología inflamatoria de la faringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
Amigdalitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
Adenoiditis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 288
Amigdalitis lingual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289
Complicaciones de las amigdalitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289
Estialgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290
Síndrome estiloqueratohioidal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290
Neuralgias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . 290
Globo faríngeo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291
Roncopatía crónica y síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) . . . . . . . . . . . . . . . . 291
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294
27. Lesiones traumáticas de la cavidad oral y la faringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295
Heridas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295
Quemaduras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297
Cuerpos extraños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
28. Alteraciones neurológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303
Alteraciones neurológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303
Divertículo hipofaríngeo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305
Malformaciones y deformaciones orofaríngeas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
29. Tumores de la cavidad oral, la orofaringe y la nasofaringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
Tumores benignos de la cavidad oral y la orofaringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
Tumores malignos de la cavidad oral y la orofaringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315
Tumores benignos y malignos de la nasofaringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 322
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331
PARTE IV: LARINGE
30. Anatomía, fisiología y embriología de la laringe. Exploración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335
Anatomía de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335
Fisiología de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339
CONTENIDO � XVII
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Embriología de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341
Exploración clínica de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342
Exploración radiológica de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 348
Inspección y palpación del cuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 350
31. Anomalías congénitas de la laringe. Parálisis laríngeas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351
Anomalías congénitas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351
Parálisis laríngeas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351
Apéndice. Espasmos laríngeos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357
32. Traumatismos y cuerpos extraños de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
Traumatismos de laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
Traumatismo fonatorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 363
Cuerpos extraños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 363
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365
33. Inflamaciones de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
Laringitis específicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
Laringitis inespecíficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374
34. Tumores de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375
Pseudotumores de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375
Tumores benignos y tumoraciones de la laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377
Lesiones precancerosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 378
Cáncer laríngeo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 379
Cáncer de hipofaringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 388
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 390
35. Patología de la voz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391
Clasificación de la patología vocal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 392
Lesiones orgánicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 393
Lesiones orgánico-funcionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 398
Disfonías funcionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
Tratamiento de la patología vocal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 401
36. Patología quirúrgica de las glándulas tiroides y paratiroides. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403
Anatomía quirúrgica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403
Patología de la glándula tiroides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 405
Patología de las glándulas paratiroides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 408
Utilidad de la PAAF en el diagnóstico de los nódulos tiroideos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 410
Complicaciones de la cirugía de tiroides y paratiroides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 411
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 412
XVIII � CONTENIDO
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37. Glándulas salivales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 413
Anatomofisiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 413
Exploración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 414
Inflamaciones e infecciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415
Litiasis salival . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 417
Sialoadenitis de causa general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 417
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418
38. Tumores de las glándulas salivales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 419
Tumores benignos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 419
Tumores malignos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 421
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 423
39. Enfermedad por reflujo gastroesofágico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425
Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425
Epidemiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425
Fisiopatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425
Clínica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425
Complicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 426
Diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 426
Reflujo gastroesofágico y patología otorrinolaringológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 427
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 435
40. Tráquea y árbol bronquial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437
Embriología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437
Recuerdo anatómico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437
Fisiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 438
Exploración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 438
Malformaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 438
Inflamaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 438
Estenosis traqueales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 439
Traumatismos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 440
Cuerpos extraños traqueobronquiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 441
Tumores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 444
Intubación endotraqueal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 445
Coniotomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 446
Traqueotomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 446
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 450
41. Esófago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 451
Anatomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 451
Fisiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 451
Exploración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 452
Quemaduras por ácidos y álcalis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 453
Cuerpos extraños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 454
Heridas penetrantes. Perforaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 454
Síndrome de Mallory-Weiss . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 455
Síndrome de Boerhaave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 455
Divertículos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 455
Inflamaciones y estenosis inflamatorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 456
CONTENIDO � XIX
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Alteraciones de la motilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 456
Varices esofágicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 457
Malformaciones y fístulas . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 458
Disfagia lusoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 458
Hernia de hiato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 458
Tumores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 459
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 462
PARTE V: REGIÓN CERVICAL Y ANEXOS
42. Cuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 465
Anatomía y fisiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 465
Exploración clínica del cuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 473
Exploración radiológica del cuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 474
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 477
43. Procesos inflamatorios y malformativos del cuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 479
Mediastinitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 479
Inflamación ganglionar inespecífica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 479
Adenitis tuberculosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 480
Adenitis por micobacterias atípicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 481
Sarcoidosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 482
Enfermedad por arañazo de gato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 482
Toxoplasmosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 483
Traumatismos cervicales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 484
Malformaciones cervicales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 485
Defectos musculoesqueléticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 488
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 490
44. Tumores cervicales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 491
Tumores cervicales vasculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 491
Tumores cervicales nerviosos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 497
Patología tumoral de los ganglios linfáticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 499
Tortícolis congénita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 502
Lipoma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 503 
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 505
45. Radioterapia en los tumores del área ORL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 507
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 507
Indicaciones y resultados de la radioterapia en las diferentes localizaciones del cáncer
ORL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 512
Investigación clínica en los tumores ORL malignos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 513
Radioterapia de los tumores benignos del área ORL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 514
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 515
46. Algoritmos en Otorrinolaringología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 517
Preguntas de autoevaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 531
Respuestas a las preguntas de autoevaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 589
Índice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 593
Láminas en color . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 607
XX � CONTENIDO
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OÍDO
1 Anatomía, fisiología y embriología del oído
2 Exploración otológica
3 Radiología de las enfermedades del oído
4 Patología del oído externo
5 Patología inflamatoria del oído
6 Complicaciones de las otitis medias crónicas
7 Patología no inflamatoria del hueso temporal
8 Traumatismos: fracturas y traumatismos disbáricos
9 Tumores del oído
10 Malformaciones del oído
11 Patología del oído interno
12 Vértigos y desequilibrios
13 Alteraciones degenerativas cocleovestibulares
14 Hipoacusia profunda infantil: alteraciones genéticas
del oído
15 Parálisis facial
PARTE I
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1. ANATOMÍA
El oído, desde el punto de vista morfológico, se
divide en tres partes (Fig. 1-1): oído externo, me-
dio e interno, albergados en su práctica totali-
dad en el hueso temporal. Recordemos que este
hueso está formado por tres piezas óseas: pe-
ñasco, escama y hueso timpanal. En la zona don-
de se unen tales piezas queda una compleja hen-
didura que va a ser ocupada por las distintas
estructuras del oído. Básicamente, es el peñas-
co el que más contribuye, prolongándose por
detrás y por fuera en una recia formación, la
«apófisis mastoidea».
1.1. Oído externo
El oído externo (Fig. 1-1) está formado por el pa-
bellón y el conducto auditivo externo (CAE). El
pabellón es la única porción externa del oído.
Posee un armazón cartilaginoso muy irregular,
sobre el que se adosa la piel, y unos músculos
rudimentarios. Presenta una serie de repliegues:
hélix, antihélix, trago y antitrago, y debajo, el ló-
bulo. Entre los últimos hay una depresión, la
concha, donde se encuentra la entrada del CAE.
Éste tiene una porción externa fibrocartilagino-
sa y otra interna u ósea, labrada en el hueso tem-
poral. 
El CAE se dirige hacia dentro, hacia delante y
ligeramente hacia abajo, y está tapizado por piel
que posee folículos pilosebáceos en la parte fi-
brocartilaginosa y abundantes glándulas que se-
gregan el cerumen, sustancia con gran conteni-
do graso que tapiza y lubrifica el conducto. Po-
see una longitud de 3.5 cm, aproximadamente,
tiene una forma irregularmente ovalada y termi-na en el tímpano o membrana timpánica, que es
como si dijéramos, la puerta del oído medio.
La vascularización del oído externo es muy
abundante, a expensas de diversas ramas de la
carótida externa, con retorno venoso a las yugu-
lares. Sus linfáticos van a drenar a los ganglios
Anatomía, fisiología
y embriología 
del oído
CAPÍTULO 1
Oído externo Oído interno
Oído medio
Figura 1-1.
Corte esquemático del oído.
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4 � OÍDO
de la celda parotídea y de la porción alta de la
cadena ganglionar laterocervical. Su inervación
es rica y está encomendada al plexo cervical y a
los nervios trigémino y facial. Este último inerva
la porción de la concha y la pared posterior del
conducto (área de Ramsay-Hunt) a través de su
exiguo componente sensitivo.
1.2. Oído medio
Está formado por la caja del tímpano, que es
su porción principal, y la mastoides. La caja
del tímpano alberga la cadena de huesecillos:
martillo, yunque y estribo (Fig. 1-2a), que une
la membrana timpánica con el oído interno. El
último huesecillo, el estribo, encaja por su pla-
tina en la llamada «ventana oval», que comuni-
ca la caja con el oído interno (Fig 1-2a). La
membrana timpánica y la cadena forman el sis-
tema tímpano-osicular. El tímpano (Fig. 1-2b) es
una membrana que hace contacto con el mar-
tillo, con su porción descendente o mango y
con un saliente de éste, su apófisis externa. El
tímpano posee dos porciones: pars tensa y pars
flaccida. La primera es mucho más grande y vi-
bra, ya que tiene tensión. La segunda, llamada
membrana de Schrapnell, carece de tensión,
no participa en la transmisión y su forma es
triangular por encima de la apófisis externa. El
tímpano está unido al CAE por el llamado liga-
mento de Gerlach, que por arriba deja el rebor-
de óseo para dirigirse a la apófisis externa del
martillo (repliegues timpanomaleolares). El tím-
pano está deprimido en su centro (ombligo),
donde acaba el mango del martillo, y es de co-
lor gris nacarado y brillante. Al iluminarlo en
la exploración (otoscopia), se produce un cono
o reflejo luminoso desde el ombligo hacia aba-
jo y hacia delante. La porción más alta de la
caja, o epitímpano (Fig. 1-2a), aloja la parte
más voluminosa del martillo y del yunque: sus
cuerpos articulados; también se la conoce como
aditus.
En la pared interna de la caja del tímpano
(Fig. 1-2a) se encuentra la ventana oval y debajo
de ella existe un abombamiento, el promontorio,
correspondiente a la primera vuelta de espira
del caracol (véase más adelante); más allá de
éste se encuentra una segunda ventana, llamada,
por su forma, ventana redonda, que está ocluida
CAE
T
M
OI
CSE
NF
VO
E
P
VR
Y
Figura 1-2a. Oído medio. CAE: Conducto auditi-
vo externo. T: Tímpano. M: Martillo. Y: Yunque.
E: Estribo. VO: Ventana oval. OI: Oído interno.
P: Promontorio. VR: Ventana redonda. Obsérven-
se los ligamentos que fijan los huesecillos.
Mango
del martillo Pars flaccidaPars tensa
AS
AI PI
PS
Triángulo
luminoso
Figura 1-2b. Desde el punto de vista clínico divi-
dimos la pars tensa del tímpano en cuadrantes:
AS: Anterosuperior. PS: Posterosuperior. AI: An-
teroinferior. PI: Posteroinferior.
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por una membrana o tímpano secundario. Esta
membrana comunica, como la oval, el oído me-
dio con el interno (véase la Fig. 1-3 y el epígrafe
Fisiología). Los huesecillos martillo y estribo po-
seen sendos músculos: músculo del martillo y
del estribo o estapedio. Estos músculos se con-
traen de forma refleja ante sonidos intensos,
particularmente el segundo, con lo cual prote-
gen al oído interno de tales sonidos, pues dicha
contracción pone rígida la cadena osicular, con
lo que la transmisión empeora. El músculo del
martillo está inervado por el trigémino y el del
estribo, por el facial.
Por detrás de la caja del tímpano se encuen-
tra la mastoides, que en circunstancias normales
es una estructura celular, con múltiples cavida-
des pequeñas (celdas) unidas entre sí. De ellas
hay una constante más grande, situada arriba y
delante, llamada antro mastoideo, que se comu-
nica con el aditus por un orificio llamado aditus
ad antrum. 
La vascularización del oído se lleva a cabo a
expensas de la carótida externa, y la inervación
sensitiva corre a cargo fundamentalmente del
nervio de Jacobson, rama del glosofaríngeo que
recorre de abajo hacia arriba la pared interna de
la caja.
La caja está tapizada por una delgada muco-
sa o mucoperiostio, y por delante y arriba se co-
munica con la trompa de Eustaquio, conducto
que une el oído medio con la faringe. Ésta se
abre al compás de la deglución, al contraerse los
músculos elevadores del velo del paladar. La
trompa tiene como misión mantener la presión
atmosférica en el oído medio, presión necesaria
para su correcto funcionamiento, y también sir-
ve para drenar las secreciones que puedan for-
marse en el oído. La mucosa de éste posee algu-
nas células secretoras, especialmente en el niño,
así como la propia trompa.
1.3. Oído interno
Al oído interno (Fig. 1-1) también se le denomi-
na laberinto, dada su complejidad anatómica.
Hay un laberinto anterior, o caracol, y un labe-
rinto posterior, o laberinto propiamente dicho
(Fig. 1-3). El caracol tiene función auditiva y el la-
berinto interviene en el equilibrio y la concien-
cia espacial.
El caracol está situado delante y debajo, y
tiene la forma de este molusco. Se abre a una ca-
vidad central o vestíbulo (Fig. 1-3), que a su vez
recibe tres conductos, los conductos semicircu-
lares. El vestíbulo y los conductos semicircula-
res forman el laberinto posterior. Los conduc-
tos tienen una extremidad dilatada o ampolla y
Anatomía, fisiología y embriología del oído � 5
VIII PC
5
1
3
2
4
4
5
897
RV
CM
RT
CO
CS
V
6
Figura 1-3. Esquema del oído in-
terno. V: Vestíbulo. CO: Caracol
óseo. CM: Caracol membranoso
o cóclea. RV: Rampa vestibular.
RT: Rampa timpánica. 1: Ventana
oval. 2: Ventana redonda, con el
tímpano secundario (línea inte-
rrumpida). Obsérvese el juego de
ventanas, indicado por flechas, so-
bre el estribo y el tímpano secun-
dario. Con las tres flechas curva-
das que parten de la ventana oval
representamos tres hipotéticos so-
nidos: agudo, medio y grave (ex-
plicación en el texto, epígrafe 2.1.).
3: Fosita oval. 4: Fosita hemisfé-
rica. 5: Ampollas. 6: Conducto se-
micircular horizontal. 7: Conducto
semicircular vertical anterior. 8: Con-
ducto semicircular vertical poste-
rior. 9: Crus comune.
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6 � OÍDO
otra simple, y están vagamente orientados en
los tres planos del espacio, perpendiculares en-
tre sí, por lo que existen dos conductos vertica-
les: (anterior y posterior) y uno horizontal. Los
dos primeros tienen una extremidad no ampo-
llar común (crus comune). El vestíbulo, en su pa-
red interna, tiene dos depresiones o fositas: oval
y hemisférica (Fig. 1-3), y un conducto (acueduc-
to del vestíbulo) que termina en la pared poste-
rior del peñasco. 
El caracol (Fig. 1-4) posee un núcleo o modio-
lo alrededor del cual se sitúa un tubo o lámina
de los contornos, que forma el caracol propia-
mente dicho. Dicha lámina está parcialmente in-
terrumpida por una cornisa ósea, la lámina espi-
ral ósea (Fig. 1-4). Éste es el que llamamos caracol
óseo, que como vemos es un continente. Dentro
de él hay un contenido, el caracol membranoso,
auténtico órgano sensorial.
El caracol membranoso (Fig. 1-4) o cóclea se
enrolla dentro del caracol óseo, y tiene forma
prismático-triangular (veáse la Fig. 1-5). Interrum-
pe la lámina de los contornos dando lugar a las
rampas vestibular y timpánica, que se abren, res-
pectivamente, en el vestíbulo y en la ventana re-
donda, que la relaciona con la caja del tímpano
(Figs. 1-3 y 1-4). Su cavidad se conoce como es-
cala media. El caracol membranoso contiene el
órgano de Corti, que es el receptor de la audi-
ción y al que,por tanto, llegan las terminacio-
nes del nervio auditivo, que establecen sinapsis
con las células sensoriales o células ciliadas
(Fig. 1-5a). Éstas se dividen en dos grupos: inter-
nas (CCI), en una sola hilera y en un número
aproximado de 6000, y externas (CCE), en tres
hileras, lo que supone, por tanto, unas 18 000. La
mayor parte de la inervación aferente se origina
en las CCI, pero las CCE reciben el mayor contin-
gente de inervación eferente. La rampa timpáni-
ca está unida al espacio subaracnoideo por el
conducto coclear.
El laberinto posterior membranoso (Fig. 1-5b)
está integrado por dos vesículas: sáculo y utrícu-
lo, que se disponen en las fositas del vestíbulo, y
por tres conductos semicirculares membrano-
sos. Las vesículas tienen como receptor las llama-
das máculas del sáculo y del utrículo. Las mácu-
las constan de un epitelio sensorial de células
ciliadas con su inervación correspondiente y, por
encima, reposando sobre ellas, una formación
calcárea o membrana estatocónica, formada por
cristales (otolitos) de carbonato cálcico (Fig. 1-5c).
Los conductos semicirculares tienen como re-
ceptor las crestas semicirculares (Fig. 1-5d), alber-
gadas en las extremidades ampulares o ampollas.
Tales crestas tienen una constitución parecida a
la de las máculas, pero en lugar de ser planas es-
tán elevadas. Poseen también células sensoriales,
con su correspondiente inervación, y una su-
praestructura, ahora gelatinosa, la cúpula, que
hace contacto con los cilios sensoriales.
Todas las vesículas del laberinto membrano-
so están unidas entre sí y se prolongan en una
formación, el conducto y el saco endolinfático,
que termina en el endocráneo (Fig. 1-5b) (espa-
cio extradural), recorriendo el acueducto del
vestíbulo.
Dentro del laberinto membranoso hay un lí-
quido de origen celular, la endolinfa, particular-
mente rico en potasio, y entre el laberinto mem-
branoso y el óseo, otro líquido, la perilinfa, que
es un trasudado rico en sodio.
El nervio auditivo o estatoacústico (VIII par)
alcanza los receptores estudiados a través del
conducto auditivo interno (CAI). Junto a él aban-
LC
CM
NA
RV
LEO
EM
M
RT
Figura 1-4. Dibujo esquemático del caracol.
M: Modiolo. LC: Lámina de los contornos. LEO: Lá-
mina espiral ósea. CM: Caracol membranoso.
NA: Nervio auditivo. EM: Escala media. RT: Ram-
pa timpánica. RV: Rampa vestibular.
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Anatomía, fisiología y embriología del oído � 7
dona el endocráneo el nervio facial, o VII par,
que atraviesa el hueso temporal por el acueduc-
to de Falopio.
2. FISIOLOGÍA
Desde el punto de vista funcional, el oído es un
órgano doble: por una parte, es el órgano de la
audición y, por otra, el de la orientación espacial
y el equilibrio. La primera función está enco-
mendada al oído externo, el oído medio y el ca-
racol, y la segunda, al laberinto posterior.
2.1. Fisiología de la audición
La onda sonora alcanza el pabellón y es proyec-
tada al conducto auditivo externo, con lo que al-
canza el tímpano. Éste vibra ante la conmoción
de la onda y transmite esa vibración por la ca-
dena osicular hasta el estribo (Fig. 1-2a); la pla-
tina del estribo penetra rítmicamente en el oído
interno y provoca una ondulación de la perilin-
fa y, con ella, de la membrana basilar: la «onda
viajera». Para que todo esto ocurra, es preciso
que la onda posea ciertas características (acon-
sejamos al lector que consulte los tratados de
acústica fisiológica para adquirir más informa-
ción al respecto). El oído medio transmite el so-
nido y lo amplifica y, si es muy intenso, protege
al oído interno por medio de la contracción re-
fleja de los músculos del martillo y el estribo,
sobre todo de este último. Finalmente, la pre-
sencia del tímpano secundario en la ventana re-
donda (Fig. 1-3) actúa como punto débil para
que pueda prosperar la onda viajera. Todo fun-
cionará óptimamente si la trompa de Eustaquio
cumple su misión de mantener equilibrada la
presión del oído medio con la atmosférica. To-
dos los fenómenos que tienen lugar en el oído
medio se agrupan en lo que se denomina trans-
misión sonora.
2
3
4
6 5 7 8
9
10
11
1
A B
6
Figura 1-5a. Laberinto membranoso y receptores de la audición (cóclea) y del laberinto posterior.
A. Cóclea. 1. Membrana de Reissner. 2: Membrana tectoria. 3: Ganglio de Corti, nervio auditivo. 4: Lámi-
na espiral ósea. 5: Células ciliadas internas. 6: Pilares de Corti. 7: Células ciliadas externas. 8: Células de
sostén. 9: Membrana basilar, en la que reposa el órgano de Corti, y ligamento espiral. 10: Ligamento
espiral. 11: Estría vascularis. B. Corte histológico de la cóclea del cobaya.
4
3
2
1 5
Figura 1-5b. Laberinto membranoso. 1: Caracol
membranoso. 2. Sáculo (unido al anterior por el
ductus reuniens de Hensen). 3: Utrículo. 4: Con-
ductos semicirculares. 5: Saco endolinfático.
Cama_cap01.qxd 28/12/06 11:57 Página 7
La transmisión sonora tiene una física, que es
lo que se conoce como impedancia del oído me-
dio, o resistencia que opone el sistema timpano-
osicular al paso de la onda sonora. La impedan-
cia está formada por tres factores: masa, rigidez
y frotamiento.
El oído interno tiene como misión transformar
la energía mecánica del sonido en energía eléctri-
ca y, como tal, transmitirla al nervio auditivo para
que en forma de impulso nervioso alcance los cen-
tros de la audición. A partir de las ventanas, se en-
tra en lo que se conoce como percepción dentro
de la fisiología auditiva. La onda viajera recorre la
escala media con la conmoción de la membrana
basilar. Esta onda será más o menos larga según
la frecuencia del sonido. Así, los sonidos agudos,
con una frecuencia elevada, generan una onda de
corta longitud y estimulan las zonas más bajas de
la cóclea (Fig. 1-3), próximas a la base; a medida
que el sonido se hace más grave, estimula zonas
orientadas más hacia la punta, pues son sonidos
de menor frecuencia y mayor longitud de onda.
(Fig. 1-3). Así pues, la cóclea analiza los compo-
nentes de los sonidos compuestos, ya que éstos,
según su frecuencia, estimularán una zona u otra
de la misma. Este hecho da lugar a la teoría de la
audición hoy más en boga, la place theory, según
la cual la cóclea analiza el sonido de acuerdo con
su frecuencia. En el punto donde se produce la es-
timulación, el órgano de Corti oscila y sus cilios se
mueven llegando a entrar en contacto con la mem-
brana tectoria. Ello da lugar a unos fenómenos
electroquímicos en la célula, que generarán el im-
pulso nervioso en la sinapsis. La expresión de es-
tos fenómenos puede verse en la actividad eléctri-
ca de la cóclea: potencial microfónico, de sumación
(modificaciones del potencial que existe en repo-
so o endococlear) y, finalmente, potencial de ac-
ción del nervio.
En la actualidad se sabe que las verdaderas cé-
lulas sensoriales son las internas, mientras que las
externas actúan mejorando y afinando la respues-
ta de aquéllas. Hoy se sabe también que estas cé-
lulas poseen propiedades contráctiles y hasta son
capaces de emitir sonidos (emisiones otoacústi-
cas), respondiendo probablemente a los impulsos
de la rica inervación eferente que reciben.
La place theory se ha visto limitada al compro-
barse que la cóclea responde no sólo a las fre-
cuencias, sino también al ritmo con que llegan
los estímulos, con independencia de aquéllas. 
2.2. Fisiología del laberinto posterior
El laberinto posterior se integra, desde el punto de
vista fisiológico, en el mantenimiento del equili-
brio y en la conciencia espacial (es decir, en el co-
nocimiento que tenemos de nuestra posición). Con-
ciencia espacial y equilibrio son dos funciones
unidas. La conciencia espacial se logra gracias a
los estímulos que la sensibilidad profunda, la vi-
sión y el laberinto envían a los centros. Estas tres
son también las aferencias del equilibrio, pues éste
es un reflejo cuyos aferentes son los tres mencio-

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