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Ejemplo clásico de la teoría de juegos

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Ejemplo clásico de la teoría de juegos
Un ejemplo clásico de la teoría de juegos es el "Dilema del Prisionero". Este escenario ilustra cómo las decisiones individuales pueden llevar a resultados subóptimos cuando los jugadores interactúan estratégicamente.
Dilema del Prisionero:
Supongamos que dos sospechosos, A y B, son arrestados por un crimen y se mantienen en celdas separadas. La policía no tiene suficiente evidencia para condenarlos por el crimen principal, pero tiene pruebas sólidas de un delito menor en el que ambos participaron. Los sospechosos son enfrentados con dos opciones: cooperar con el otro (denunciarlo) o traicionar al otro (guardar silencio). Las consecuencias se pueden resumir en la siguiente tabla de pagos, donde los números representan las penas de prisión en años:
En este ejemplo, cada jugador tiene la opción de cooperar (C) o traicionar (T) al otro. Si ambos cooperan, reciben una pena menor (2 años) por el delito menor. Sin embargo, si un jugador traiciona mientras el otro coopera, el traidor recibe una pena mucho menor (0 años) mientras el cooperador recibe la máxima pena (3 años). Si ambos traicionan, ambos reciben una pena moderada (1 año).
Análisis del Dilema del Prisionero:
El dilema radica en que, para cada jugador, la elección de traicionar es más beneficiosa, independientemente de lo que elija el otro. Sin embargo, si ambos traicionan, el resultado para ambos es peor en comparación con ambos cooperando. Este conflicto entre el interés propio a corto plazo y el interés colectivo a largo plazo es lo que hace que el dilema sea un problema intrigante.
En términos de la teoría de juegos, el equilibrio de Nash en este caso es que ambos jugadores traicionen, ya que no hay ninguna elección individual que mejore el resultado dada la elección del otro. Sin embargo, este equilibrio lleva a un resultado subóptimo en comparación con ambos cooperando.
Aplicaciones del Dilema del Prisionero:
Este dilema tiene aplicaciones en campos como la cooperación internacional, la competencia empresarial y la toma de decisiones éticas. En relaciones internacionales, por ejemplo, los países pueden enfrentarse a situaciones similares en acuerdos de cooperación o desarme, donde cada país podría traicionar al otro en busca de ventajas a corto plazo, pero con resultados perjudiciales para ambos a largo plazo.
En resumen, el Dilema del Prisionero es un ejemplo paradigmático de cómo las decisiones estratégicas individuales pueden tener consecuencias significativas en la interacción entre los jugadores. Además, demuestra cómo la teoría de juegos puede analizar y prever resultados en una variedad de situaciones complejas de toma de decisiones.

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