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3Capítulo Efectos de la parasitación en el aparato digestivo Eduardo Becerril Flores Marco A. Becerril Flores produce resistencia en los niños parasitados, en ocasiones los parásitos presentan factores de virulencia que producen la muerte del individuo infectado. ¿De qué factores depende el resultado de una parasitación prolongada? A fi n de contestar esta interrogante es importante co- nocer los mecanismos que operan en el tracto intestinal y los cambios microscópicos y macroscópicos que a menudo inducen manifestaciones clínicas. Por una parte, los parási- tos, protozoarios y helmintos son capaces de modifi car sus antígenos, lo que permite escapar temporalmente de la res- puesta inmune; por la otra, la gravedad de las infecciones depende del número de parásitos que están infectando; sin embargo, en los niños, pequeñas cantidades de parásitos pueden provocar anomalías en el crecimiento y en el desa- rrollo mental, lo que causa, además, anemia y desnutrición. Consideraciones generales El sistema inmunitario de la mucosa intestinal presenta pro- piedades únicas, ya que se encuentra expuesto a gran variedad y cantidad de antígenos; tiene una actividad inmunológica permanente y mantiene un microambiente fi siológico ha- cia respuesta antiinfl amatoria. Es capaz de distinguir y neu- tralizar agentes nocivos y reconocer antígenos inocuos, lo cual genera un estado de no respuesta que se llama toleran- cia oral. En la práctica cotidiana es común que el médico inicie el tratamiento de una infección gastrointestinal sin antes confi rmar el diagnóstico. Sin embargo, si el tratamiento no actúa contra el microorganismo la terapéutica fracasa y es Contenido ■ Introducción ■ Consideraciones generales ■ Acción de parásitos en el tracto digestivo ■ Respuesta del huésped a la infección ■ Respuesta inmune ■ Manifestaciones clínicas Preguntas de evaluación inicial 1. ¿Qué función desempeña el sistema inmunitario en una in- fección parasitaria intestinal? 2 . ¿Por qué las infecciones tienden a la cronicidad? 3 . ¿Qué barreras inespecífi cas defi enden al ser humano de la infección? 4 . ¿Qué inmunoglobulina se secreta en una infección? 5 . ¿Cómo actúa el MHC (complejo principal de histocompatibi- lidad) en la defensa del huésped? Introducción En países donde la infraestructura sanitaria es pobre las in- fecciones intestinales perduran durante décadas o siglos, como sucede en los países tercermundistas, en los que las parasitosis son de los padecimientos más frecuentes en la población humana; se calcula que la presencia de las parasi- tosis es de alrededor de 30% de la población mundial. Ade- más de que las medidas higiénicas inadecuadas favorecen la parasitación intestinal, es claro que la población que llega a infectarse desde etapas tempranas de la vida, puede adqui- rir cierta resistencia, de manera que en edad adulta puede estar infectado, y ser un portador asintomático, lo que con- duce a un problema epidemiológico: la diseminación de los parásitos en el ambiente. Cabe añadir que no siempre se cuando continúa probando nuevos medicamentos. Es posi- ble que el tratamiento no tenga éxito en ciertas parasitosis a pesar de conocer el agente causal, ¿cuál es la razón? Cambios en el comportamiento del parásito. Una de las características de las infecciones es que pueden hacerse crónicas; en este caso, el tipo de respuesta inmune se modifi ca en el curso de la infección, y depende de la presencia de antígenos circulan- tes, de la estimulación antigénica y de la formación de inmunocomplejos. En vista de ello, es preciso conocer as- pectos biológicos, fi siopatológicos e inmunológicos de la in- teracción huésped-parásito, así como la biología del parásito y del humano. Acción de parásitos en el tracto digestivo Primero deben considerarse los mecanismos de entrada del parásito al cuerpo humano, los cuales pueden ser de tres tipos: a través de la cavidad bucal (amibas, giardias, ascaris, etc.), por el ano (oxiuros) y a través de la piel (uncinarias y Strongyloides stercoralis). Una vez que los parásitos llegan al tracto digestivo tratan de sobrevivir, alimentándose del medio para reproducirse. En segundo lugar, para que se establezcan en un sitio específi co deben existir factores quimiotácticos, los cuales deben atraer al parásito hacia ciertos tejidos del huésped, de aquí que haya parásitos que se dirigen al corazón, al sistema nervioso central, al sistema respiratorio, al tracto digestivo, etc. Además, el microor- ganismo infeccioso debe tener factores de adherencia, con seguridad moléculas que puedan reconocer e interactuar con moléculas de los tejidos del huésped, quizá realizando reacciones receptor-ligando y que le permiten al parásito quedar adherido a la superfi cie tisular. Al permanecer en un sitio específi co del cuerpo humano, para sobrevivir co- mienzan a alimentarse del medio y como consecuencia ex- cretan sustancias de desecho o secretan moléculas al medio extracelular del huésped. Tales sustancias podrían ser tóxi- cas para el huésped. Es entonces cuando comienzan los mecanismos patogénicos, pues el hecho de ocupar un espa- cio puede alterar la función de ese tejido. La reproducción del parásito provoca su extensión, multiplicando a su vez la presencia de moléculas perjudiciales al huésped. Los antígenos son proteínas que se asimilan por acción gástrica pancreática o por proteasas del ribete de cepillo, que es la unión de aminoácidos libres u oligopéptidos cor- tos que las células epiteliales intestinales absorben, después llegan al tejido linfoide asociado al intestino (GALT, del in- glés gut associated lymphoid tissue). La mucosa actúa como una barrera contra el medio ambiente; el tejido linfoide aso- ciado con mucosas desarrolla la habilidad de distinguir en- tre agentes nocivos, a los que neutraliza mediante efi cientes mecanismos protectores y antígenos inocuos contra los que no genera esto, sobre todo en el GALT. En el GALT se dis- tinguen sitios inductivos más estructurados que otros, en los cuales se inicia la respuesta inmune, tales como placas de Peyer (PP), nódulos linfoides mesentéricos (NLM), apéndice y nódulos linfoides solitarios y sitios efectores de organización más difusa. La actividad conjunta de estos sitios inductivos y efectores genera en el nivel mucosa una respuesta rica en in- munoglobulina A (IgA) y una robusta inmunidad celular con funciones citotóxicas, reguladoras y de memoria. Las infecciones parasitarias también desencadenan mecanismos característicos mediados por anticuerpos y por otras células, la efi ciencia de cada uno de estos tipos de res- puesta depende del parásito que se implica y de la fase de la infección, por ejemplo, las tenias y las uncinarias adultas vi- ven en el intestino y los esquistosomas adultos en los vasos sanguíneos y algunas fi larias viven en vasos linfáticos. Función de los mastocistos y eosinófi los con inducción de la muerte o expulsión de los parásitos Los mastocistos son células grandes con gránulos citoplas- máticos que contienen histamina, los cuales actúan para dilatar y permeabilizar los vasos locales, al favorecer el pro- ceso infl amatorio. El papel de aquellas células es eliminar los parásitos, que se sugiere por la mastocistosis intestinal, que se da cuando están presentes infecciones causadas por helmintos y que se activan cuando se produce un IgE unido a un Ag multivalente, éste activa al mastocito a liberar me- diadores sintetizados previamente y a secretar citosinas, en- tre las cuales se encuentran IL-3, IL-4, GM-CSF y TNF-�, así como proteasa. Se activa un Ac unido a un receptor Fc específi co de IgE (FCεRI) y de IgG (FCγR3), liberando sus gránulos y secre- tando mediadores lipídicos (prostaglandinas y leucotrienos) y citosinas. La mayoría de los receptores Fc sólo se unen de forma estable a los Ac, pero FCεRI se une al Ac IgE mono- mérico con muy alta afi nidad. Aunque se pueda observar que existen bajos nivelesde IgE total circulante, una porción sustancial está unida al FCεRI de los mastocistos y de los basófi los. En tanto, los eosinófi los son granulocitos que pue- den expresar FCεRI siempre y cuando se activen y recluten en el centro de la infl amación. Las citosinas pueden modifi car permeabilidad en el intestino y descamación en el epitelio, lo que facilita la ex- pulsión de los parásitos del intestino, y se ha observado que las células caliciformes recubren con moco a los helmintos, sobre todo, para su eliminación, justo antes de su expulsión, y esta respuesta inmune es específi ca, ya que se presenta cuando ya hubo una inmunización anterior. En cuanto a los eosinófi los, su asociación con las infec- ciones por helmintos se debe a que evolucionaron con un sistema de defensa específi co en la fase tisular, cuyo tamaño excesivo no permite que puedan ser fagocitados y las reac- ciones de los mastocistos dependerán de la IgE, para que ésta Capítulo 3 Efectos de la parasitación en el aparato digestivo18 atraiga a los eosinófi los hacia los parásitos y éstos, a su vez, estimulen las propiedades antiparasitarias presentes, por lo cual estas células ayudan al huésped a luchar en contra de la infección para que no exista la migración de los mismos ha- cia diversas partes del cuerpo o de tejidos. Los eosinófi los in vitro pueden destruir larvas de helmintos gracias a la presen- cia de los eosinófi los, que se potencializan por la presencia de los mastocistos dependientes de IgE en el nivel local, inclu- yendo a los mediadores de la respuesta inmune. Respuesta del huésped a la infección Para entender lo anterior es importante señalar que el tracto digestivo cuenta con una mucosa que tiene factores protecto- res tanto inmunológicos como no inmunológicos. Dentro de los primeros está: la fl ora bacteriana, la cual ocupa un espacio que impide el establecimiento de patógenos; actividad motriz (peristalsis) que por su movimiento evita que el parásito se establezca en forma defi nitiva; presencia de sustancias como jugo gástrico y sales biliares, las cuales crean un ambiente desfavorable para los parásitos; secreciones de la mucosa, que forman una barrera entre el parásito y el epitelio; sustancias que inhiben de manera directa al parásito, como lisozima, lactoferrina y lactoperoxidasa. La mucosa intestinal se divide en dos partes desde los puntos de vista morfológico y fi siológico: tejidos linfoides organizados que consisten de folículos de la mucosa (GALT), como son las PP y tejido linfoide difuso, que consiste de cé- lulas que se localizan en la lámina propia. En los primeros se introducen los antígenos de los parásitos y su reconocimien- to, en el segundo la interacción de los antígenos, la respuesta celular y la liberación de anticuerpos. El tamaño de ambas depende de la infección, en defi nitivo si no hay infección los folículos serán pequeños, y en una infección pesada las ma- sas linfoides son más grandes. Existen ciertos productos de proteólisis o proteínas in- tactas que son capaces de alcanzar sitios inductivos a través de tres vías no excluyentes, como son las siguientes: a) El epitelio, que participa en la regulación del estado in- munológico de la mucosa intestinal, ya que responde a los estímulos provenientes de distintos antígenos como son quimioquinas y citoquinas. b) La célula M forma parte del epitelio intestinal especia- lizado y separa al tejido linfoide del lumen, ya que las células M endocitan macromoléculas y partículas, in- cluyendo microorganismos, y éstos son transportados en vesículas de la membrana basolateral y los exocitan al espacio intercelular. c) Las células dendríticas (CD) de la lámina propia (LP), que son capaces de intercalarse entre el epitelio abrien- do uniones estrechas que están unidas a células adya- centes y enviar dendritas hacia afuera. Respuesta inmune Los antígenos parasitarios pueden ser moléculas secretadas y excretadas por ellos mismos, o estructuras superfi ciales. Pueden interactuar de tres maneras: 1) son incorporadas por las células M, que son células que residen en el epitelio superpuesto a las PP, 2) captan el antígeno por pinocitosis de los enterocitos y 3) mediante el transporte paracelular entre las células epiteliales. De cualquier manera comienza un proceso infl amatorio en que las células M epiteliales li- beran antígenos, y macrófagos liberan IL-1 y mediadores proinfl amatorios. Asimismo, células epiteliales que tienen el marcador MHC II actúan como células presentadoras de antígenos y lo presentan a linfocitos T para inducir la res- puesta inmune celular y luego humoral con la producción, sobre todo de IgA secretoria, la cual con su fracción Fc se enlaza con lactoferrina y lactoperoxidasa. En el citoplasma de células presentadoras de antígeno, éste sufre lisis hasta convertirse en péptidos que se presentan a linfocitos T. Cada clona de linfocitos T activa a subpoblaciones de linfo- citos T cooperadores, T citotóxicos y linfocitos B. Estos últi- mos liberan anticuerpos, en particular del tipo IgA, IgG e IgM secretores. En el curso de muchas infecciones se produce una hipergammaglobulinemia inespecífi ca, debida quizá a sus sustancias liberadas por los parásitos que actúan como mitógenos de las células B. La respuesta es dependiente o independiente de los anticuerpos, y es muy diferente depen- diendo del tipo de infección. • Los anticuerpos pueden actuar de manera directa so- bre los parásitos, ya sea por sí solos o mediante la acti- vación del complemento. • Los anticuerpos pueden neutralizar directamente a un parásito, al impedir su unión a las células no infectadas del huésped. • Los anticuerpos pueden estimular la fagocitosis por parte de los macrófagos, y ésta es más intensa cuando está presente el complemento, y los receptores que ayu- dan a la mediación son Fc y C3 de los macrófagos. • Los anticuerpos intervienen en la respuesta de cito- toxicidad mediada por los anticuerpos como son las células citotóxicas, los macrófagos, neutrófi los y eosi- nófi los que se adhieren a los helmintos recubiertos por los anticuerpos mediante sus receptores Fc y de C3, y se lleva a cabo un proceso de exocitosis sobre la super- fi cie del parásito. Manifestaciones clínicas Cuando los parásitos invaden la mucosa intestinal se pue- de producir, primero, el proceso infl amatorio que conduce a colitis sintomática o asintomática. Como resultado de la presencia de parásitos intestinales, se producen diversas reacciones, una de ellas es la infl amación. Por ejemplo, la colitis es una infl amación de la mucosa colónica consecu- Manifestaciones clínicas 19 tiva de la presencia de parásitos. De aquí que el humano puede reaccionar de dos maneras: 1) neutralizar la infec- ción, con lo que elimina al parásito, cuyos productos o el mismo microorganismo son desechados junto con la defe- cación. 2) El parásito no es eliminado y persiste, con lo cual se ocasiona daño epitelial o daño en el nivel sistema nervioso periférico que conduce a sintomatología. Los sig- nos y síntomas más frecuentes son: anorexia, hiporexia, bulimia, dolor abdominal, colitis, diarrea, estreñimiento, meteorismo, esteatorrea, lientería, apendicitis, megacolon, tenesmo. Algunos padecimientos secundarios y que pro- ducen los primeros son: adinamia, astenia, pérdida de peso, desnutrición, síndrome de malabsorción, irritación, malestar general, fi ebre. Bibliografía Brown WR, Singleton JW. Inmunología y fi siopatología de las en- fermedades infl amatorias. En: Digestive diseases self-edu- cation program (DDSEP). Th e American Gastroenterologi- cal Association: 3-8. 2001. Porporatto C, Bianco ID, Correa SG. La modulación del sistema inmune de mucosas con polisacáridos. Bases para una 1. Reconocimiento de antígenos para la defensa del huésped. 2 . Porque la respuesta efectora no elimina a los parásitos, pero el moco intestinal defi ende al tejido gastrointestinal. 3 . Jugo gástrico,peristaltismo, el moco, etcétera. 4 . IgA. 5 . Presenta antígenos del parásito y desencadena la respuesta de defensa del huésped. Respuestas a las preguntas de evaluación inicial atractiva alternativa en terapia. Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana 41(2):203-11. 2007. Vinton S, Chadwick SP. Intestino delgado. En: Gastroenterología 2. Butterworths Internacional Medical Reviews. Edit. El Manual Moderno. México. 1997. Capítulo 3 Efectos de la parasitación en el aparato digestivo20 Capítulo 3. Efectos de la parasitación en el aparato digestivo
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