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18Capítulo Rosamaría Bernal Redondo Contenido ■ Introducción ■ Características generales y ciclo biológico del parásito ■ Mecanismos patogénicos y manifestaciones clínicas ■ Diagnóstico ■ Tratamiento ■ Prevención ■ Epidemiología ■ Caso clínico membrana y citoesqueleto. Representan una de las primeras ramas del árbol fi logenético de los eucariotes. Posterior- mente, Cavalier-Smith, en 1983, conformó tres linajes de Protistas-Archezoa (amitocondriales), microsporidia, para- basalia y metamonada. Con el empleo de la biología mole- cular, basada en el estudio de la pequeña subunidad RNA ribosomal (SSU rRNA) y de la proteína del factor de elon- gación (EF-1� y EF-2), separaron la microsporidia de para- basalia y metamonada. Sogin, en 1997, con estudios del gen Hsp70 en Varimorpha necatrix, cuyo producto es una pro- teína de mitocondrias, quizá perdida en la evolución, pero con evidencia genética y el análisis del gen de las tubulinas � y �, proteína estructural de citoesqueleto, reclasifi có a las microsporidias en el Reino Fungi. Cavalier-Smith (1998) en su artículo de Seis Reinos, los coloca en el cuarto phylum del Reino Fungi y subreino Eumycota. Taxonómicamente las microsporidias se agrupan por la naturaleza del huésped: Acuosporidia, organismos de agua dulce, Marinosporidia, or- ganismos marinos y Terresporidia, organismos terrestres, que parecen ser más consistentes con la relación evolutiva. Otras características ultraestructurales son consideradas en la clasi- fi cación: tamaño de la espora, arreglo del núcleo, espirales del fi lamento polar y presencia o ausencia de vacuola parasitófora. Se reconocen 8 géneros y 14 especies como patógenos del humano: Encephalitozoon cuniculi, E. hellem, E. intesti- nalis (Septata intestinalis); Enterocytozoon bieneusi; Vitta- forma corneum (Nosema ocularum); Brachiola connori, B. Preguntas de evaluación inicial 1. Anota tres especies patógenas para el humano. 2 . ¿Cuáles son las características de la forma infectante? 3 . Explica el mecanismo principal de interacción huésped-pará- sito. 4 . ¿Cuál es el comportamiento del parásito en pacientes con VIH-SIDA? 5 . ¿Menciona un método diagnóstico parasitológico y uno in- munológico? Microsporidiosis Introducción La fi logenia molecular ha modifi cado en forma importante la taxonomía de un gran número de organismos eucariotes. Spague, en 1977, con base en el peculiar mecanismo de in- fección de un parásito intracelular estricto y no presentar ultraestructura parecida a otros phyla, conformó un nuevo phylum dentro del Reino Protista y Subreino Protozoa, al que denominó Microspora, que en 1998 cambió el nombre a Microsporidia. Estos organismos fueron identifi cados como los más pequeños y primitivos con núcleo verdadero, endo- algerae (Nosema algerae); Pleistophora ronneafi ei; Trachi- pleistophora anthropophora, T. hominis; Microsporidium ceylonensis y M. africanum. Características generales y ciclo biológico del parásito Las microsporidias son organismos intracelulares estrictos, se identifi can sólo como esporas fuera de la célula huésped. Las esporas miden de 1.0 a 1.5 μm de ancho y 1.5 a 4.0 μm de largo, con forma redonda, ovalada, de pera o bacilar, tie- nen una pared gruesa formada por tres capas: cubierta exter- na o exospora (glucoproteína), cubierta interna o endospora (quitina) y membrana plasmática trilaminar (fi gura 18-1). Los géneros Encephalitozoon, Enterocytozoon, Pleistophora y Trachipleistophora presentan núcleo simple monocarion y dos núcleos unidos que funcionan como una sola unidad, diplocarion los géneros Nosema, Brachiola y Vittaforma. El genoma es reducido y compacto, el más pequeño de los eu- cariotes, con 2.3 a 19.5 106 pb, se identifi caron de 10 a 11 cromosomas. Los ribosomas se parecen a los de procariotes que sólo codifi can para la fracción 18S y 26S, sin la fracción 5.3S típica de los eucariotes, se relacionan con el retículo endoplásmico rugoso. Carecen de mitocondrias y perixoso- mas. Presentan un aparato de Golgi atípico o polaroplasto laminar y vesicular. Son característicos por la presencia de un gran fi lamento polar que ocupa casi la totalidad del cuer- po de la espora, se encuentra enrollado en varias espirales (4 a 13), e inicia con un disco de anclaje que se ubica en la re- gión anterior y termina en el esporoplasma. En la porción posterior se localiza una vacuola. El metabolismo es heteró- trofo estricto. La infección de tipo monoxeno (sólo un huésped) se inicia con la ingesta, inhalación o contacto (conjuntivas) de la espora. En el interior del huésped el cambio de pH y la presión osmótica dilatan la vacuola y el polaroplasto, éstos ejercen una acción para inducir la liberación del aparato de extrusión de la espora (fi gura 18-2). El aparato de extrusión está constituido por un cilindro en donde se moviliza el fi - lamento polar con gran fl exibilidad y elasticidad en una elongación de 12 a 50 μm hasta localizar la célula huésped e inyectar el esporoplasma infectante, el núcleo y gran nú- mero de ribosomas. La protrusión del fi lamento polar y pe- netración en una célula es muy rápida (dos segundos). A partir de la penetración del esporoplasma se inicia la fase de reproducción de tipo asexual, ésta puede ser por repetidos eventos de división binaria simple proliferativa (merogonia) o seguida por la fase de división binaria múltiple (esporogo- nia), se origina el esporonte que se divide en esporoblastos que producen esporas (esporogonia). La merogonia y la es- porogonia pueden llevarse a cabo en forma simultánea en la misma célula huésped; logran ubicarse en forma libre en el citoplasma de la célula o dentro de una vacuola parasitófora de paredes gruesas de tipo panesporoblástica. Las esporas rompen la célula y abandonan al huésped (fi gura 18-3). Existe transmisión horizontal con alta carga parasitaria y patogenicidad y transmisión vertical con baja virulencia, poco estudiada en el humano. Mecanismos patogénicos y manifestaciones clínicas La microsporidiosis es ocasionada por organismos patóge- nos de vida intracelular estricta, que se localizan en la región supranuclear de la célula huésped, cuyo principal mecanismo de interacción huésped-parásito corresponde a la multiplicación dentro de la célula que origina vacuoliza- ción citoplásmica y destrucción de ésta; por último surge la liberación y diseminación de los nuevos patógenos. La mi- crosporidiosis más frecuente es por E. bieneusi; los parásitos infectan primero los enterocitos de la mucosa intestinal, de ahí a las células epiteliales del tracto biliar, lo cual provoca alteración de la estructura y la función que origina colangi- tis y colecistitis. En pacientes inmunocompetentes puede causar manifestaciones de corta duración y autolimitantes, Figura 18-1 Espora que mide 1 a 5 mm de ancho por 5 a 7 mm de largo. Figura 18-2 Ciclo de invasión a células. Disco de anclaje Polaroplasto laminar Exospera (glucoproteína) Endospora (quitina) Vacuola posterior Polaroplasto vesicular Núcleo Filamento polar (espirales) A B C D E F Capítulo 18 Microsporidiosis144 la mayoría son subdiagnosticados. En pacientes con VIH- SIDA ocasiona duodenitis, con diarrea crónica, distensión abdominal, fl atulencia, fatiga y febrícula hasta pérdida de peso. En casos de microsporidiosis masiva invade tracto respiratorio superior, cuando un individuo broncoaspira y provoca sinusitis. Debe establecerse una diferenciación en- tre las dos microsporidias entéricas (E. bieneusi esporas de 1 1.5 μm y E. intestinalis esporas de 1.5 2.5 μm). La fi sio- patología es una combinación de atrofi a característica de una respuesta enteropática autoinmune clásica entre el daño directo del parásito al enterocito y la respuesta innata del huésped. Debido a la destrucción de la célula existe un aumento en la mitosis epitelial con una rápida movilización de ente- rocitos inmaduros con defi ciencia en la absorción de proteí- nas,carbohidratos y grasas. La alteración de la arquitectura del borde en cepillo de la mucosa duodenal y yeyunal se acompaña de una diarrea acuosa, éste es el principal sínto- ma de la microsporidiosis entérica, con más de 20 evacua- ciones por día en donde se pierden importantes volúmenes de agua. La alteración en el mecanismo absorción/secre- ción de agua lleva al paciente a una deshidratación severa con pérdida de K+ (hipopotasemia), Mg++ (hipomagnese- mia) y H2CO3, que termina en choque y muerte. Un estudio en México de 98 biopsias de intestino delga- do de pacientes con estadio C3 de SIDA mostró en 31 pacien- tes la presencia de microsporidias. Los pacientes presentaron diarrea crónica en 67% con atrofi a de las microvellosidades intestinales, hiperplasia de las criptas de Lieberkühn e infi l- trado linfoplasmocitario crónico con eosinófi los. El 87% de estos pacientes tenía cuentas de células CD4 menores a 200/ mm3, sus evacuaciones eran un promedio de 6 en 24 horas. Infección extraintestinal La biopsia duodenal y yeyunal identifi ca en la lámina pro- pria una gran cantidad de macrófagos, fi broblastos y células endoteliales adyacentes a capilares, que contienen muchas Célula huéspedEsporoplasto Disco de anclaje Polaroplasto Exospora Endospora Membrana plasmática Filamento polar Núcleo Ribosomas Vacuola Vacuola parasitófaga Esporas Esporas Esporoblastos Esferocitos Vacuola parasitófaga Espora Filamento polar Ciclo de vida Merogonia Esporogonia Figura 18-3 Ciclo biológico de Microsporidia. Infección extraintestinal 145 esporas; para el caso de E. bienuesi éstas limitan su daño a la mucosa intestinal y las vías hepatobiliares, pero las esporas de E. intestinalis pueden diseminarse a localizaciones extra- intestinales e infectar más de un órgano. Mediante biopsia se identifi can esporas en lesiones necróticas de músculo (Microsporidium ceylonensis, Pleistophora spp, Brachiola al- gerae y Trachipleistophora hominis) con miositis, fi bras atró- fi cas, fi brosis, reacción infl amatoria por células plasmáticas, linfocitos e histiocitos. Llega a presentarse una colonización biliar (E. bieneu- si), con infl amación, que provoca colangitis y colecistitis acalculosa, el parásito alcanza las células de Kupff er en el hígado y ocasiona granulomatosis focal y necrosis supurativa, con numerosas esporas. En los riñones ocurre una nefritis túbulo-intersticial con disuria y hematuria que evoluciona a insufi ciencia renal crónica, además, pueden invadir las su- prarrenales, ovario, corazón, bazo, pulmón y nódulos linfá- ticos. E. cuniculi y E. hellem se relacionan con peritonitis y ascitis con grandes cantidades de esporas. La penetración de esporas por conjuntivas (E. hellem, V. cornea, B. algerae) causa queratoconjuntivitis, queratitis puntata y úlceras cor- neales. E. cuniculi afecta, sobre todo, al sistema nervioso central, con un cuadro neurológico severo, vómito, cefalea, convulsiones y pérdida de la conciencia. Existe la publicación de un informe acerca de un individuo africano que murió por un adenocarcinoma pancreático diseminado, en cuya autopsia se encontraron esporas de E. bieneusi en el cito- plasma de las células cancerosas. Respuesta del huésped a la infección En el modelo experimental de la microsporidiosis entérica murina (E. cuniculi) la respuesta innata se induce por la pre- sencia del agente infeccioso en el enterocito, que ocasiona la activación de la célula huésped, provoca un incremento en el metabolismo celular que se observa como un proceso infl amatorio con fl ujo sanguíneo, vasodilatación, edema e in- fi ltrado celular de neutrófi los y mononucleares. La movili- zación celular continúa con la liberación de citocinas que atraen células de la lamina propia que, a su vez, liberan mediadores como: histamina, serotonina, adenosina, leuco- trienos, prostaglandinas y activadoras de plaquetas, todos con una función proinfl amatoria que afecta la secreción y absorción de agua. La resistencia demostrada in vitro por altos niveles en células peritoneales y linfocitos periféricos en los ratones infectados con E. cuniculi, se atribuye al in- terferón gamma (IFN-γ). El daño y ruptura de los enteroci- tos es por la presencia y multiplicación de los parásitos, así como una consecuencia de la infl amación mediada por cé- lulas T, proteasas y sustancias oxidantes que liberan las células cebadas. El factor de necrosis tumoral alfa (TNF-�) interleucina proinfl amatoria se detecta en grandes cantida- des en las heces de pacientes con SIDA, seguramente como parte de la respuesta innata. La respuesta adaptativa con la aparición de inmunoglobulinas IgM e IgG está dirigida contra diferentes especies de microsporidias en pacientes inmunológicamente competentes y persisten durante toda su vida. En especies animales carnívoras se demostró que los anticuerpos que se generaron como respuesta humoral, forman complejos inmunes que se depositan en el riñón y aumentan el daño renal. El suero hiperinmune de ratones infectados con E. cuniculi al transferirse a otros contribuye a la protección de futuras infecciones. Las microsporidias afectan a los pacientes inmunocomprometidos, mayor en los adultos con inmunodefi ciencia adquirida (hasta 50%) que en niños con VIH-SIDA. En los pacientes con VIH- SIDA la infección es más severa, sobre todo en aquéllos con menos de 100 células de CD4/ mm3 porque las esporas tienden a permanecer en grandes cantidades en el intestino delgado y tracto biliar, favorecen las coinfecciones con enfermedades oportunistas. Los individuos con inmunocompromiso por la administración de inmunosupresores químicos, antes de recibir un trasplante de hígado, corazón, pulmón y médula ósea, pueden sufrir la infección por E. bieneusi y varias espe- cies de Encephalitozoon y desarrollar diarrea que se acompa- ña de fatiga, fi ebre y náusea. Son pocos los reportes de microsporidiosis en individuos inmunocompetentes, prin- cipalmente son con daño entérico, diarrea aguda que se au- tolimita en poco tiempo; esto mismo se presenta en viajeros. La diarrea persistente se reportó en niños inmunocom- petentes de los trópicos, estos infantes son VIH negativos, presentan desnutrición y esto tal vez sea el factor de riesgo en este grupo etario. El ojo es un sitio inmunológicamente privilegiado, en el humano se pueden encontrar infecciones por V. corneum. Diagnóstico El diagnóstico etiológico inició con la búsqueda del parásito mediante la biopsia del tejido afectado y la observación por microscopia electrónica de transmisión con la identifi ca- ción de las esporas basada en la estructura de la pared, las vueltas espirales del fi lamento polar; el esporoplasma y la morfología del núcleo. La difi cultad en el diagnóstico enfocó los esfuerzos en la localización e identifi cación de esporas en las heces, orina, líquido cefalorraquídeo (LCR) y secreciones, al observar que eran eliminadas en grandes cantidades. El tamaño tan pequeño de las esporas sólo pue- de visualizarse en la microscopia de luz a través de tinciones permanentes y la observación a inmersión (100 ), esto per- mite la identifi cación de esporas (sensibilidad), pero no su clasifi cación (especifi cidad). Las esporas muestran afi nidad tintoreal a la hematoxilina-eosina, Ziehl-Neelsen, tinción de PAS, tinción de Goodpasture, Giemsa, metamina argén- tica de Gomori y coloraciones quimioluminiscentes como cromotropo 2R (fi gura 18-4A), calcofl úor (fi gura 18-5) y Uvitex 2B, todos estos colorantes son muy sensibles, pero poco específi cos. A partir de cualquier producto biológico Capítulo 18 Microsporidiosis146 se recomienda una concentración por centrifugación, frotis muy delgados del sedimento, secar a la fl ama, fi jar con me- tanol y tinción. En individuos inmunocompetentes pueden eliminarse de 5.0 a 5.7 105 esporas/gramo de heces y en los pacientes con VIH/SIDA la eliminación llega a ser de 4.0 a 4.4 108 es- poras/gramo de heces.La inoculación en animales (ratones) permite el aislamiento a partir de muestras de heces, orina y LCR. Están estandarizadas las técnicas inmunodiagnósticas mediante inmunofl uorescencia indirecta (IFI), ELISA y Wes- tern-blot, con empleo de anticuerpos poli y monoclonales. También se utiliza la hibridación in vitro con anticuerpos fl uorescentes con gran sensibilidad y especifi cidad, con la desventaja de ser una técnica muy laboriosa. La biología molecular también contribuye a la identifi - cación de esporas, el empleo de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) con iniciadores específi cos de especie es ampliamente difundida. Los iniciadores que más se utilizan son de la pequeña subunidad del RNA (SSU rRNA), y son excelentes blancos para la amplifi cación con alta sensibili- dad y especifi cidad; tienen la capacidad de detectar tan po- cas como 10 esporas en 100 μl de materia fecal. El empleo de oligonucleótidos en microarreglos con sondas de 18S SSU rRNA, permite la diferenciación de especie entre E. bieneusi (EBIEFI-EBIERI), E. cuniculi (ECUNFI-ECUN- RI), E. hellem (EHELFI-EHELRI) y E. intestinalis (SINTFI- SINTR) con fragmentos de amplifi cación de 1 300 pb y por lo menos seis oligonucleótidos representativos de cada espe- cie. Pruebas como incremento de las funcionales hepáticas, alteración de la absorción como d-xilosa y proteínas, pue- den en forma indirecta relacionarse con microsporidiosis, son sensibles, pero poco específi cas. Tratamiento Cuando empezaron a aparecer casos por microsporidias se probaron todos los fármacos que se emplean contra proto- zoarios: • Metronidazol compuesto imidazólico con acción sobre el DNA del parásito. Se administra en dosis de 500 mg, 3 veces al día, durante 2 semanas, su acción es sobre E. bieneusi en individuos trasplantados. Es un tratamiento sintomático en donde la biopsia enteral permanece posi- tiva. Tiene efecto disulfi ram. • Albendazol, derivado benzoimidazólico, es un inhibi- dor del ensamblaje de microtúbulos (tubulina) de cito- esqueleto, con buena efi cacia sobre varias especies de Encephalitozoon. Se administra en dosis de 400 mg, 2 veces al día, durante un mes. Baja la carga parasitaria con desaparición y disminución de síntomas y no hay eventos adversos. Se ha empleado la combinación de metronidazol-albendazol y la de albendazol-furazoli- dona. • Atovacuona antiparasitaria 750 mg, 3 veces al día, no hay eventos adversos. • Nitazoxanida es un derivado nitrotiazol con acción so- bre enzimas del metabolismo intermediario de los anaerobios (peróxido-óxido reductasa) con buena efi - cacia en diarrea persistente. En el esquema de 500 mg, 2 veces al día, durante 3 días no hay efectos secundarios ni ocasiona efecto disulfi ram. Figura 18-4 A, Tinción tricrómica de Gomori modifi cada cromotropo 2R. B, Tinción Quick-Hot-Gram cromotropo. Figura 18-5 Tinción de calcofl úor. (Foto cortesía de E.S. Didier.) A B Tratamiento 147 • Fumagillin, producido por Aspergillus fumigatus, de una clase de sesquiterpenos primero descrito como an- tibiótico y en la actualidad identifi cado como potente y selectivo inhibidor de angiogénesis. Inhibe la replica- ción intracelular del parásito. Su blanco es la metioni- na aminopeptidasa II (MetAp-II). Se administra por vía oral a 60 mg/día (20 mg, 3 veces al día) durante 2 semanas. Es inmunosupresor y ocasiona en el paciente neutropenia y trombocitopenia después de 2 a 3 sema- nas. La presentación tópica se utiliza con alta efi cacia en conjuntivitis, queratoconjuntivitis y lesiones cor- neales, esta presentación es menos tóxica. • Un análogo sintético del fumagillin TNP-470 (que también se conoce como AGM-1470) es un compuesto menos tóxico. • Talidomina, sedativo oral, droga hipnótica e inhibidor del TNF-γ , que lo aprobó la FDA para combatir aft as orales en pacientes con VIH-SIDA. Se administra en dosis de 100 mg por noche, durante 3 semanas. No se recomienda durante el embarazo. • Otras drogas como furazolidona, sinefungin, azitro- micina, itraconazol, octreótido y sulfas son empleadas con resultados variables. • La caracterización molecular de las proteínas del tubo polar (PTP) se utiliza para diseño de estrategias tera- péuticas. A partir de la administración de la terapia antirretro- viral y los inhibidores de proteasas en los pacientes con SIDA se ocasiona la remisión de la carga parasitaria y de síntomas gastrointestinales, aunado con la recuperación de cuentas de linfocitos CD4 >200 células/mm3. Prevención La prevención primaria evita la transmisión y diseminación de esporas por vía fecal-oral, fecal-nasal, persona a persona y fecal-ocular, a través de mejorar los servicios sanitarios y los hábitos higiénicos. Las esporas sobreviven en el medio ambiente y el agua, son resistentes a agentes químicos, pero pueden ser destruidas por la cocción de alimentos, ebulli- ción, congelación del agua y la higiene personal. Existe transmisión persona-persona, animal-humano y quizá el humano también infecte a los animales. La prevención secundaria recomienda la detección oportuna del padeci- miento, la identifi cación del agente etiológico y la adminis- tración de un antiparasitario. Para los pacientes con VIH-SIDA en la actualidad la incidencia de E. bieneusi y E. intestinalis ha decrecido, por el estricto control de este gru- po y la administración de la terapia HAART (highly active antiretroviral therapy). Además la vigilancia constante del sistema inmune no permite la disminución de las células CD4 (<200/mm3) e impide las coinfecciones emergentes. Epidemiología En el siglo xix, en Francia, durante el auge de la industria del gusano de seda (Bombyx mori) apareció una epidemia que fue denominada “pebrina”, identifi cada por puntos ne- gros como granos de pimienta (pepper) en el cuerpo del gu- sano. Luis Pasteur (1857) intervino para su identifi cación y tratamiento, observó que el parásito invadía el intestino del gusano y producía gran cantidad de esporas. Nägeli identi- fi có en el gusano de seda a la especie Nosema bombysis y la clasifi có como Schizomycetes, fue incluida con levaduras y bacterias. Las microsporidias fueron identifi cadas desde hace 100 años como parásitos en 1 200 especies de inverte- brados (insectos) y vertebrados (peces, anfi bios, reptiles y mamíferos). La primera infección en mamíferos fue repor- tada en 1922 por Wright y Craighed, quienes la observaron en conejos. En 1959, Matsubayashi reconoció a Encephalito- zoon sp como potencial parásito en un niño de 9 años con cefalea, fi ebre y convulsiones. En 1985, Descartes publicó el primer caso humano por Enterocytozoon bieneusi como un oportunista en individuos con VIH-SIDA, y se relaciona con diarrea persistente, después se identifi có en animales domésticos. Existe la suposición de que las microsporidias forman parte de la fl ora normal del hombre, la infección permanece asintomática en individuos inmunocompetentes, sólo presenta un comportamiento oportunista en individuos inmunocomprometidos. Investigaciones de seroprevalencia en población general en Puebla, México, reportan a En- cephalitozoon sp en 8% de amas de casa, sin comportamien- to estacional. A partir del surgimiento de la pandemia del VIH- SIDA, de ocho casos humanos de microsporidiosis publica- dos en la década de 1960-1969, surgieron gran cantidad de reportes y, en la actualidad, se han identifi cado 14 especies como patógenas del hombre que parasitan alrededor de 50% de los pacientes adultos con SIDA. También se detectaron en viajeros, ancianos, en individuos que usan lentes de contacto y en pacientes con trasplante de órganos (hígado, corazón, pulmón y médula ósea). Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) los considera parásitos emergentes. Con el empleo de la epidemiología molecular se ha revelado la apa- rición de gran número de genotipos de microsporidias hu- manas y de animales, con gran potencial zoonótico y dife- rencias en los distintoscontinentes. Caso clínico Antecedentes. Se trata de una paciente femenina de 1 año 10 meses, originaria y residente de Atlacomulco, Estado de México, cuya alimentación fue al seno materno por dos me- ses y después fue interrumpida por enfermedad de la madre, motivo por el cual empezó a recibir fórmula láctea; en la actualidad está integrada a la dieta familiar. La madre tiene Capítulo 18 Microsporidiosis148 20 años de edad, es ama de casa y vive en unión libre; resul- tó positiva para VIH hace dos años. El padre murió a la edad de 25 años (un año atrás) por complicaciones de TB pulmo- nar secundaria a VIH-SIDA. Su hermana es de ocho meses de edad, clínicamente sana con dos estudios de carga viral negativos. Padecimiento actual. La niña fue recibida en el servi- cio de urgencias, en hospital de atención de tercer nivel, re- ferida por hepatomegalia y esplenomegalia en estudio y por presentar cuadro persistente de diarrea intermitente, semi- líquida, no fétida, sin moco ni sangre, con base en 2 a 3 evacuaciones por día; así como astenia, adinamia, hipoacti- vidad, aumento de las horas de sueño (hipersomnia); fue ingresada para descartar VIH de transmisión vertical. Se observa palidez de conjuntivas y tegumentos (++/++++), deshidratación leve de mucosas, una lesión en la mejilla de- recha (1.5 1.0 cm), no muestra compromiso cardiopulmo- nar y el abdomen exhibe hepatoesplenomegalia a 2 cm por debajo del reborde costal, así como peristalsis aumentada en frecuencia. Sus extremidades superiores e inferiores lucen hipotrófi cas y con llenado capilar retardado. Los datos de laboratorio indicaron valores de hemoglobina 11 g/dl, he- matócrito 33%, leucocitos 3 000/mm3, segmentados 1%, lin- focitos 91%, basófi los 1%, monocitos 7%, plaquetas 55 000, glucosa 86 mg/dl, urea 45 mg/dl, creatinina 0.5 mg/dl, carga viral 2 740.000 copias, linfocito T CD4 < 200/mm3, linfocito T CD8 > 400/mm3. Diagnóstico. Se trata de VIH (+) de transmisión verti- cal, síndrome anémico, neutropenia, candidiasis oral, desnu- trición grado II (38%), diarrea crónica (es preciso investigar agentes infecciosos crónicos). A fi n de buscar el agente causal de la diarrea se realizó un estudio coproparasitoscópico (CPS) de concentración y tinción de Kinyoun con resultados negativos. Se realizaron tinciones de Weber, Gomori, cromo- tropo 2R y calcofl úor; en esta última se observaron abundan- tes estructuras compatibles con esporas de microsporidias y la técnica de PCR confi rmó el diagnóstico de Enterocytozoon bieneusi. Tratamiento. Inicia con kaletra (lopinavir y ritonavir) 11 mg/kg/dosis, AZT (azidotimidina) 113 mg/m2/dosis; 3TC (lamivudina, zidovudina, estavudina) 4 mg/kg/dosis, cef- triaxona y fl uconazol. Durante la hospitalización se procede a hidratación vía intravenosa. Fórmula láctea 150 ml/kg/5 días. Posterior al diagnóstico se reajusta la terapia antirretro- viral y se agrega antiparasitario con base en metronidazol. De acuerdo con el Treatment Guidelines from the Medical Letter en su versión del 2007 se recomienda el tratamiento mencio- nado en el cuadro 18-1. Antiparasitario Tratamiento pediátrico Tratamiento en adultos 1. Albendazol + fumagilina (lesión ocular) 2. Fumagilina (lesión intestinal) 3. Albendazol (forma diseminada) Administrar de acuerdo con el peso del paciente 1. 400 mg + 20 mg VO 2. 20 mg/14 días 3. 400 mg • Cuadro 18-1 Tratamiento para pacientes con microsporidiosis según el Treatment Guidelines from the Medical Letter, 2007. Bibliografía Cama AV, Pearson J, Cabrera L et al. 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En pacientes con VIH-SIDA y células CD4 <200/mm3, los pará- sitos se multiplican en forma abundante dentro de las células y el daño es mayor. 5 . Tinción de esporas por Giemsa, hematoxilina-eosina, tricró- mica. Tinciones quimioluminiscentes con cromotropo 2R y calcofl úor; inmunofl uorescencia indirecta (IFI) con anticuer- pos monoclonales antiespora. Respuestas a las preguntas de evaluación inicial Wang Z, Orlandi AP, Stenger AD. Simultaneous detection of four human pathogenic microsporidian species from clinical samples by oligonucleotide microarray. J Clin Microbiol 43:4121-4128. 2005. Weidner E, Manale SB, Halonen SK et al. Protein-membrane inte- raction is essential to normal assemby of the Microspori- dian spore invasion tube. Biol Bull 188:128-135. 1995. Wichro E, Haelzl D, Krause R et al. Microsporidiosis in travel- associated chronic diarrhea in immune-competent pa- tients. J Medical Microbiol 54:473-476. 2005. Yanis AT, Berg J, Martínez SA et al. Disseminated microsporidio- sis especially infecting the brain, heart, and kidneys. Re- port of a newly recognized pansporoblastic species in two symptomatic AIDS patients. Am J Clin Pathol 106(4):535- 543. 1996. Capítulo 18 Microsporidiosis150 Capítulo 18. Microsporidiosis
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