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ENFERMEDAD TRANSMISIBLE EN LA POBLACIÓN Autor. OPS. Introducción. Contenido. La enfermedad transmisible en la población Medio Físico Medio Social Medio Biológico: Agentes biológicos Propiedades de los agentes biológicos Reservorios de agentes y enfermedades transmisibles Modos de transmisión del agente Puertas de eliminación o de salida del agente Puertas de entrada en el nuevo huésped Factores del huésped La Cadena Epidemiológica Bibliografía Introducción La permanencia del hombre en la tierra como ente vivo depende de innumerables factores, que oscilan desde las interpretaciones individuales de salud y enfermedad, hasta la responsabilidad de preservarse como especie. La bipolaridad "salud-enfermedad" ha sido objeto de enjundiosos análisis, en el intento de preservar la salud y evitar o eliminar la enfermedad. Las explicaciones y abordajes en ese sentido, se han transformado a la luz del tiempo en corrientes de pensamiento o ideologías aproximativas, sólidas unas y endebles otras, pero todas orientadas a esclarecer el significado de estar o sentirse sano, y de estar o sentirse enfermo. Estos enfoques teóricos han alcanzado un nivel amplio de instrumentación, y de esta forma han trascendido y provocado el accionar sanitario por generaciones, y han constituido hitos en el devenir histórico de la salud pública en general, y de la epidemiología en particular. Surgen así los clásicos "modelos de causalidad", que desde diferentes visiones pretenden discernir algo tan complejo como los posibles orígenes del binomio salud- enfermedad. Las corrientes del pensamiento epidemiológico, cuyo desarrollo se sustenta en la eterna confrontación de "lo biológico" y "lo social", también aportan elementos valiosos para ubicar de que lado está la salud, y cuales son los factores que determinan la enfermedad, tanto en el individuo como en las poblaciones. La traducción práctica de estas reflexiones, permite acercarnos a la realidad más concreta cuya resultante ha sido las modificaciones sustantivas de los perfiles epidemiológicos, a partir de la reducción notable de las tasas de enfermedad y muerte, 2 desde que asolaban al hombre las pandemias medievales, hasta la erradicación mundial de uno de aquellos agentes causales: el virus de la viruela. El tránsito desde la época en que millones fallecían de esta enfermedad hasta el momento de erradicar el virus, está repleto de nuevos descubrimientos y diversas teorías sobre la salud y la enfermedad, unas efímeras y otras permanentes, pero todas bien intencionadas con relación a su propósito final: la preservación de la vida humana el mayor tiempo posible, y con elevada calidad. Como un elemento relevante transformado posteriormente en categoría epidemiológica principal, se ubica el riesgo dentro del clásico binomio salud-enfermedad, como antesala de la enfermedad y el daño y como detonante de múltiples teorías, conceptos, métodos, procedimientos y técnicas para su abordaje y aplicación. Surgen así las políticas (enfoque de riesgo), los grupos (grupos de riesgo) y especialmente los factores de riesgo, en muchas ocasiones mal usados o distorsionados, pero en definitiva útiles a los fines promocionales y preventivos. Existe la convención científica de que: - la relación salud-enfermedad es un proceso, - que la salud es un amplio campo donde se asocian elementos determinantes en la aparición de enfermedades y daños - desde la alteración genética compleja hasta la irritabilidad que provoca el ruido excesivo. - que las condiciones sociales y económicas mediatizan los procesos biológicos del hombre, - que la influencia de la familia, el grupo social y la sociedad en su conjunto influyen notablemente en los comportamientos saludables o no saludables de individuos y poblaciones, - que el hombre y el medio ambiente constituyen una unidad indisoluble, imposible de fragmentar y - Que el objetivo más importante de los servicios de salud, es evitar que este hombre fallezca prematuramente y menos de una enfermedad o daño evitable. Aunque existen detractores de estas aseveraciones, ¿por qué si todo aparece tan claro, mueren diariamente millones de personas y un alto porciento de ellas, a causa de enfermedades transmisibles que se consideran controlables?. Quizás hubo excesiva confianza en las vacunas, la automatizada tecnología, los medios diagnósticos altamente específicos y sensibles y la sorprendente terapéutica. Estos hechos hicieron olvidar que los microorganismos comparten espacios con el hombre, y que su lucha por la supervivencia es similar. En ocasiones no los detectamos a tiempo o se enmascaran, y en otros casos nos sorprenden, ¿de dónde surgieron el virus del SIDA, la legionella neumónica, el hantavirus, el virus de Ebola, "la bacteria carnívora de los ingleses"?, Etc. Un dato significativo es que a diferencia de otras etapas, en esta oportunidad estas enfermedades se notifican igualmente en África, que en América del Norte, en Asia que en Centro América. 3 Que las acciones preventivas son eficaces. Es un hecho incuestionable, pero existió cierta inconsecuencia con la multifactorialidad de las enfermedades - en este caso las transmisibles- pues además de su "novedad" estos agentes biológicos encontraron un medio favorable y una población altamente susceptible, debido a circunstancias bien conocidas. Los procedimientos y técnicas epidemiológicas recobran su utilidad y eficacia en las condiciones actuales, regresan a sus orígenes y deben contribuir a la disminución de la alarma mundial que han suscitado las enfermedades nuevas, emergentes y reemergentes, como el síndrome de infección pulmonar por hantavirus, la fiebre hemorrágica venezolana y la Neuropatía epidémica de Cuba. El personal de salud entrenado en décadas atrás en los exitosos "programas contra daños" y en el control de epidemias, ha sido renovado, de ahí la necesidad del adiestramiento y capacitación de los actuales equipos de salud en el enfoque epidemiológico de su desempeño, especialmente aquellos equipos ubicados en el nivel local, espacio donde surgen, se detectan y deben solucionarse los problemas. La enfermedad transmisible en la población El hombre, el medio ambiente y la enfermedad Ningún ser vivo animal o vegetal vive aislado en el ambiente en que habita, y en consecuencia, el hombre está colocado en medio de una trama infinita de factores que, en diversa medida, gravitan sobre la salud. Una diferencia, sin embargo, es que el hombre, gracias al desarrollo de la cultura y la acumulación del conocimiento, es capaz de modificar el medio ambiente mucho más que los animales y que las plantas, y de hecho así ha sucedido. En el complejo dinámico del contacto del hombre con la naturaleza y en la forma de apropiarse de ella, se encuentran la mayoría de las explicaciones y causas determinantes de los problemas de salud. Múltiples factores también determinan la presencia y distribución de las enfermedades en la población, y entre ellos descuellan, la formación socioeconómica y las relaciones de producción con su consecuencia inmediata,: Las condiciones de vida y de trabajo. Se puede y debe actuar por medio del conocimiento biológico, sobre los puntos accesibles de las cadenas de interacción entre el hombre, los agentes y reservorios de enfermedades, y el medio ambiente. Con el objetivo de ordenar los factores ambientales que actúan sobre el hombre, es convencional la clasificación de ese medio ambiente en: físico, social y biológico. Medio físico El medio físico está compuesto por el ambiente inorgánico o geográfico que incluye el clima, la topografía y todas las condiciones mecánicas o inertes que nos rodean. La influencia climática sobre la flora y fauna tiene singular importancia en la ocurrencia de enfermedades zoonóticas transmitidas por artrópodos, incluyendo el tifo murino y las arbovirosis(fiebre amarilla, etc.), pero las mayores relaciones del clima con la salud son 4 indirectas. En el caso de las mal denominadas “enfermedades tropicales”, la causa reside en factores ajenos al clima. Si existe mayor riesgo de padecer paludismo, filariasis, dengue o tripanosomiasis en los climas tropicales más que en los templados, se debe en parte a que los primeros ofrecen condiciones favorables para el desarrollo de insectos que son vectores de estas enfermedades. Ciertas formas de desnutrición, como la avitaminosis B, constituyen enfermedades frecuentes en los trópicos; pero estos padecimientos no son debidos al clima tropical en sí, si no a las precarias condiciones de vida de un número elevado de sus habitantes, que obliga a mantener el tipo de alimentación que es común en esos países, la mayoría subdesarrollados y con extrema pobreza, donde no se alcanzan los requerimientos nutricionales mínimos de subsistencia, con la resultante de una elevada susceptibilidad que contribuye a la presencia permanente de esas afecciones. La morbilidad y mortalidad de muchas enfermedades varía con la estación y con los cambios bruscos de clima, por razones todavía no bien comprendidas. En grado notable, las enfermedades respiratorias son más frecuentes en los meses fríos. Entre las posibles explicaciones se incluye el que la gente pasa más tiempo congregada en los interiores, lo que podría facilitar la transmisión, o el que se aumente su susceptibilidad a la enfermedad debido a las fluctuaciones tanto en temperatura como en humedad o, más directamente, al enfriamiento. Por último, el clima repercute sobre la salud a través de su influencia sobre el ambiente biológico y el socioeconómico. El clima afecta al ambiente biológico en por lo menos dos formas importantes. Primero, la temperatura y la humedad ayudan a determinar la abundancia y especies de flora y fauna. Segundo, la estación determina el estado de desarrollo de la flora y, en muchos casos, los ciclos de desarrollo y abundancia de la fauna. Estos factores biológicos son de gran importancia para los reservorios y mecanismos de transmisión de los agentes microbianos y para los abastecimientos de alimentos del hombre. A través de su influencia sobre el ambiente biológico, el clima ayuda a determinar el tipo y la importancia de la agricultura y, por lo tanto, contribuye en parte al desarrollo socioeconómico. Estudios más recientes han puesto en evidencia una notable relación entre los tipos de cultivos de la tierra, los cambios en las formas de producción, el desarrollo de nuevas áreas agroindustriales, la construcción de represas hidroeléctricas, con la ocurrencia de varias enfermedades. Al respecto es conocida la relación entre la aparición de brotes de paludismo, y la remoción de "nichos ecológicos" en zonas selváticas, cuyos estudios originaron - entre otros aportes- el desarrollo de los actuales sistemas de información geográfica (SIG), como parte del análisis de la situación de salud. La influencia negativa del hombre sobre la naturaleza es innegable y debilitó el criterio de que "la acción humana no puede modificar el ambiente físico", aunque esta influencia se mantiene dentro de ciertos límites. Como ejemplos están, la contaminación del aire, del suelo, del agua; la situación crítica de la capa de ozono, la deforestación indiscriminada, las explosiones nucleares, etc. Esto unido a la intervención negativa sobre el ambiente material que el mismo hombre crea, contribuye a exponerlo a un mayor riesgo de enfermar y morir. 5 Frente a este panorama apocalíptico, queda la certeza de que las acciones promocionales y preventivas, de carácter intersectorial, deben mostrar su efectividad y eficacia a largo plazo. Medio social Antes de la revolución industrial, se pensaba que las influencias ambientales climáticas eran las más importantes en determinar la ocurrencia de la enfermedad. Desde mediados del siglo XVIII en Inglaterra y posteriormente en Francia y Alemania, el cambio hacia una economía predominantemente industrial subrayó la importancia del ambiente socioeconómico. Esto fue reconocido en Francia en 1828, cuando Villerme demostró que las tasas de morbilidad y mortalidad dependían de las condiciones de vida en las diferentes clases de población, concluyendo que "los factores sociales y no los climáticos son, en gran parte, el elemento básico en la causalidad de la enfermedad”. En 1848, el patólogo alemán Rudolf Virchow enunció que la salud de la población era un problema de interés social directo. Los hallazgos de esos precursores, recibieron la contribución de los filósofos contemporáneos, donde descuella F. Engels con su testimonio sobre "La situación de la clase obrera en Inglaterra", verdadero retrato epidemiológico de la época, que reafirma la relación estrecha de las Ciencias Sociales con la Epidemiología. Desde la revolución industrial se han observado grandes desplazamientos de población tanto de las zonas básicamente rurales a los nuevos centros urbanos en proceso de desarrollo o expansión, como de una zona rural a otra. Las poblaciones migratorias, por lo general, carecen de recursos sanitarios, escuelas y otras facilidades, y llevan consigo a un gran número de personas susceptibles, tanto a los agentes infecciosos comunes en los centros urbanos como a las enfermedades existentes en otras áreas rurales. Así, por ejemplo, hay concentraciones en períodos de cosecha, corrientes migratorias entre áreas de un mismo país y hasta entre países vecinos. Al respecto, en las dos últimas décadas, América latina fue testigo de la convulsa situación ocasionada por los levantamientos armados en zonas determinadas del continente, que originó un tipo especial de migración interpaíses. Los actualmente desaparecidos "campos de refugiados", fueron modelos de la influencia notable del factor socioeconómico en la aparición de riesgos y enfermedades transmisibles. Así mismo, ciertas enfermedades son introducidas a lo largo de las vías de comunicación, como ocurren frecuentemente con la difusión del dengue a través de las islas del Caribe. Otro ejemplo son los nuevos focos de esquistosomiasis que se originan a partir de la inmigración de enfermos a lugares donde los caracoles aún no han sido contaminados. En poblaciones concentradas, las infecciones como la varicela tienden a ocurrir en los niños pequeños, y los agentes persisten debido a que continuamente nacen o se introducen nuevos sujetos susceptibles. Los agentes de tales enfermedades no pueden persistir en áreas menos densamente pobladas, pero pueden ser reintroducidos después de intervalos imprevisibles, dando lugar a que las enfermedades de la "niñez" ocurran más tardíamente. Esto explicaba la muy frecuente aparición del sarampión y otras enfermedades de la niñez en campesinos que llegaban en corrientes migratorias a los centros urbanos. Como resultado del accionar epidemiológico es la eliminación del sarampión. 6 Se ha observado un proceso de urbanización acelerado en áreas de varios países de América Latina y las estimaciones existentes indican que continuará en las próximas décadas. Las poblaciones marginales de las grandes ciudades sufren de condiciones precarias de vida con alta promiscuidad y, por tanto, están expuestas a un alto riesgo de enfermar y morir. En estas áreas, como en el área rural, las condiciones de abastecimiento de agua y eliminación de excretas, la calidad sanitaria de los alimentos y las condiciones higiénicas de la vivienda, son importantes en la ocurrencia de enfermedades. Hay necesidad de efectuar mejores análisis de las tendencias de urbanización por su implicación en las proyecciones de programas de salud. Se han estudiado diversos aspectos sociales relacionados con las enfermedades y se ha observado, por ejemplo, que no es suficiente hacer un análisis comparativo de la distribución de los problemas de saluden áreas urbanas y rurales, de ahí la importancia de los análisis de situación de salud sustentados en los espacios - población. Así como se identifican distintos grupos sociales en las áreas urbanas, en las áreas rurales también hay una falta de homogeneidad debido, en parte, a la diversidad de formas productivas que varían desde los pequeños productores de subsistencia y los pequeños productores de cultivos para el mercado, hasta los grandes productores que utilizan técnicas modernas de cultivo y emplean trabajadores en forma permanente o temporal. No es objetivo de este material profundizar en el análisis de las formas productivas tanto en áreas urbanas como rurales. El resumen presentado anteriormente tiene por finalidad llamar la atención al hecho de que la producción y distribución de la enfermedad presenta características que varían en dependencia de la formación socioeconómica que prevalece. El cambio de época que acarrea modificaciones de envergadura, como las nuevas políticas económicas, debería incidir en esta situación con respuestas individuales y colectivas, según las condiciones de vida y de trabajo. Esta variación, a su vez, determinará patrones distintos de enfermedad y la mejor comprensión de estas relaciones permitirá prever el comportamiento de las enfermedades frente a las transformaciones que sufren las formas productivas como resultado de los procesos de cambios en el orden económico y social. Un aspecto que se deriva de todo lo anterior es la relación entre la salud y las condiciones de trabajo. El riesgo de adquirir enfermedades también está directamente relacionado con las condiciones de trabajo, como ocurre en el caso de los accidentes laborales y las enfermedades profesionales. Entre algunos ejemplos se incluye la ocurrencia del envenenamiento por plomo en trabajadores de batería y pintores, las altas tasas de cáncer de la vejiga entre quienes manejan colorantes de anilina, de cáncer del pulmón en mineros de minas radioactivas de silicosis y tuberculosis en mineros expuestos a polvo con alto contenido de sílice y de leucemia en médicos y otras personas expuestas a los rayos X. Son bien conocidos los riesgos del trabajo que se realiza en áreas rurales. Estos incluyen un mayor peligro de sufrir accidentes serios debido al manejo de herramientas y de contraer enfermedades zoonóticas que resultan del contacto con artrópodos vectores. Resultan de importancia las consecuencias estresantes de labores no productivas, como es el caso de ejecutivos, dirigentes, funcionarios, secretarias, etc. que también deben valorarse dentro de este riesgo. 7 El análisis de la relación salud - trabajo debe considerar: 1) el tipo o la calidad del trabajo; 2) la cantidad de trabajo (fatiga, estrés, etc.); 3) las condiciones (locales, ambientales, etc.); 4) el ingreso (que permite el acceso a servicios), y 5) el desempleo, que en años recientes se ha reconocido, produce degradación física y sicológica en el hombre, y que en los últimos años se ha transformado en una verdadera "epidemia social". Dentro del propio ambiente social y económico, los aspectos culturales también inciden sobre la presencia, distribución y el control de las enfermedades. Un ejemplo lo constituyen las costumbres y hábitos de diversos grupos étnicos y religiosos. Hay una gran cantidad de ejemplos de ocurrencias de epidemias que afectan sólo a grupos específicos y otros en los cuales se excluyen de una contaminación o infección, como consecuencia de, por ejemplo, sus hábitos alimenticios. La socialización del hombre transcurre en diferentes etapas, pero el grupo familiar es prioritario. Sus integrantes están ligados en forma genética, comen los mismos alimentos, están expuestos al mismo ambiente físico y biológico, tienen la misma situación económica y están sujetos a las mismas influencias culturales, sociales y económicas. Cuando una enfermedad afecta a la mayoría de los miembros de una familia se puede identificar el agente causal y su modo de transmisión con mayor facilidad. Sin embargo, hay que considerar que existen variaciones en la estructura de la familia según países y grupos sociales y que, por lo tanto, muchas enfermedades y los problemas de salud no ocurren en forma similar entre todas las familias. Al hombre como ser social le agreden con fuerza las enfermedades relacionadas con su comportamiento individual, lo cual ha sido objeto de mayor divulgación por parte de la salud pública, casi siempre haciendo énfasis en la responsabilidad que le cabe al individuo por las enfermedades y los problemas de salud. Es en esta área que se han desarrollado las técnicas de educación para la salud y la discusión de problemas graves de adicción a drogas y los trastornos mentales. Es indudable que el comportamiento individual se encuentra mediado por la influencia familiar y social, aspectos que no deben eludirse ante cualquier acción propuesta. Los problemas derivados de estas interrelaciones son múltiples y algunas modificables, sin embargo, aún hay grupos entre las poblaciones en desarrollo, que permanecen sin acceso a los conocimientos elementales o sin las condiciones de aplicarlos regularmente, aunque se han desarrollado procedimientos y técnicas que facilitan el acceso al conocimiento de esos problemas de salud y a la forma en que los individuos pueden prevenir enfermedades. Medio biológico El medio ambiente biológico incluye a todos los seres vivientes, las plantas, los animales y los indeterminados, entre los que, por su singular importancia para la salud en el hombre, se incluye a los parásitos patógenos. El ambiente biológico influye sobre la salud humana directa e indirectamente en forma favorable o desfavorable, y el hombre no debe olvidar que representa un elemento más dentro de ese complejo espacio. 8 Hay muchos agentes nocivos que provienen del ambiente biológico. Las sustancias denominadas alergénos son numerosas: el polen, el polvo orgánico de casa, las plumas y el pelo de animales provocan fiebre de heno, el jugo de varias hiedras venenosas y el zumaque producen una dermatitis vesicular intensa y ciertos alimentos, como las fresas y los mariscos, pueden causar prurito acentuado o urticaria. Ciertos hongos no comestibles, ciertas clases de mariscos y algunas especies de pescado de aguas tropicales, contienen sustancias altamente tóxicas que incluso pueden ser letales, y la raíz cruda de la yuca contiene cianuro. Finalmente, ciertas sustancias de origen vegetal tienen efectos terapéuticos específicos al administrarse en dosis apropiadas pero son tóxicas si se dan en exceso (por ejemplo: la quinina, la digitalina y el apio). La vida vegetal y animal también influye sobre la salud del hombre de muchas maneras menos directas, que frecuentemente están interrelacionadas. La vida vegetal, por ejemplo, provee alimento y resguardo a muchas especies de artrópodos y otros animales. La naturaleza y abundancia de la vida vegetal y su estado de desarrollo estacional determinan la presencia de las especies de fauna salvaje. Los artrópodos con frecuencia se crían en los huecos de los árboles y en plantas que colectan agua ya que proveen un microclima adecuado, utilizando el follaje para resguardarse de las aves de rapiña y como lugar de descanso. Para los artrópodos hematófagos, los vertebrados inferiores constituyen tanto la fuente habitual de alimento, como la fuente potencial de infección. El ambiente biológico influye en la salud humana a través de los hábitos y costumbres, el tipo e importancia relativa de la agricultura sobre su economía y sus ocupaciones habituales. Este ambiente biológico ha sido particularmente susceptible a las modificaciones del hombre y esta manipulación no siempre ha contribuido a su bienestar definitivo. Por razones diversas, se han introducido especies animales y vegetales en regiones distantes de su hábitat normal, en dondeno existen los mecanismos naturales de control y como una consecuencia no prevista de tal trasplante, por ejemplo, el conejo europeo se tornó en una seria amenaza para las cosechas australianas, la mangosta de la India en una peste en Puerto Rico, y el jacinto acuático ha obstruido la navegación a lo largo de los canales de Texas y Florida. En muchas partes del mundo, la destrucción de grandes áreas de bosques ha disminuido la capacidad de retención de agua y esto ha resultado en una disminución de los mantos, que amenaza la existencia y capacidad de los abastecimientos hidráulicos. La deforestación, juntamente con el pastoreo exagerado o el desmenuzamiento de la tierra vegetal para el cultivo de granos, también ha conducido a una mayor erosión y a la formación de inmensas áreas polvorientas, durante períodos de lluvia escasa. Las consecuencias de la guerra del hombre contra los insectos, particularmente aquellos de importancia agrícola, todavía no pueden ser completamente evaluados. No cabe duda que el extenso uso de plaguicidas químicos ha desempeñado un gran papel en aumentar la producción agrícola total de algunos países, sin embargo, existe el temor de que el hombre y la naturaleza puedan sufrir daños graves como resultado de la acumulación gradual de las sustancias químicas relativamente estables y altamente tóxicas que se usan hoy en día. Su presencia, aún en concentraciones mínimas, en los alimentos de origen animal y vegetal, constituye la amenaza más directa al hombre. Los ejemplos anteriores sugieren que en su esfuerzo 9 por modificar el ambiente biológico, el hombre debe sopesar más cuidadosamente los efectos a largo plazo a cambio de las ventajas inmediatas. Un problema reciente es el de la adición de una gran variedad de substancias a los alimentos. Las formas de comercialización en el desarrollo de la industria alimenticia crearon métodos de preparación y conservación de alimentos para grandes grupos de la población, que incluyen no solamente aditivos, como los sabores artificiales y los materiales químicos destinados a preservar el color o la frescura de los alimentos, sino también muchas substancias residuales derivadas de hormonas sintéticas y otros productos que se incluyen en los alimentos de las aves y del ganado para promover el crecimiento o de fertilizantes usados en la producción de frutas y vegetales, más grandes y mejores, e insecticidas para la protección de plantaciones. La presencia de tales aditivos o residuos en los alimentos aún en cantidades ínfimas, tiene importancia debido a que se desconocen los efectos tardíos que su exposición continúa pueda producir en el hombre. En resumen, el ambiente biológico propicia el espacio imprescindible para que en una relación ecológica desfavorable al hombre, aparezcan las enfermedades infecciosas y transmisibles, cuyo patrón epidemiológico se describe a continuación. Patrón epidemiológico de las enfermedades transmisibles. Agentes Biológicos Concepto: Organismo vivo capaz de producir una infección o enfermedad en el hombre y los animales. Las especies que ocasionan enfermedad humana se denominan patógenas. Existen seis categorías básicas de agentes biológicos: ♦ Protozoarios: organismos unicelulares que producen, por ejemplo, malaria, disentería amebiana, leishmaniasis, trypanosomiasis. ♦ Metazoarios: Son parásitos animales multicelulares que producen enfermedades como la triquinosis, esquistosomiasis, ascariasis. En general, no se transmiten directamente de una persona a otra. Necesitan un estadio de desarrollo en el medio ambiente. ♦ Bacterias: Son organismos unicelulares que producen gran variedad de enfermedades tan conocidas como la tuberculosis, meningitis, salmonellosis y la infección estafilocócica, y tan nuevas como la legionellosis. Muchas bacterias se transmiten directamente de una persona a otra, mientras que otras se adquieren de fuentes del medio o de animales. ♦ Virus: Son los patógenos más pequeños. Algunas de las enfermedades producidas por virus son: varicela, rabia, rubéola, encefalitis, HIV, dengue, hantavirosis, influenza. Se transmiten, por lo general, de persona a persona. 10 ♦ Hongos: Son agentes unicelulares que producen enfermedades como la histoplasmosis, toxoplasmosis, la coccidiomicosis, las tiñas, y la blastomicosis. El reservorio de los hongos es casi siempre el suelo y comúnmente no se transmiten directamente de una persona a otra. ♦ Rickettsias: Son parásitos intracelulares de tamaño intermedio entre los virus y las bacterias. Al igual que los virus, necesitan de células vivas para su desarrollo y multiplicación. Por ejemplo, el tifus exantemático transmitido por piojos es una enfermedad producida por las rickettsias. Las propiedades de los agentes biológicos, que son directamente importantes en la ocurrencia de la enfermedad, son las que se refieren a su perpetuación como especie, las que rigen el tipo de contacto con el huésped humano, y las que determinan la producción de enfermedad a partir de ese contacto. También tienen importancia epidemiológica ciertas características útiles en la clasificación e identificación de los agentes específicos. Lo atributos como el tamaño, los detalles estructurales y la composición química, son características intrínsecas, que pueden describirse mediante el examen directo y apropiado del agente. Otros atributos se describen sólo en base al comportamiento de los parásitos en sus huéspedes y pueden clasificarse como propiedades "relacionadas al huésped". Propiedades de los Agentes Biológicos Las propiedades intrínsecas más obvias de los microorganismos son la composición química y la morfología (tamaño, forma y estructura). La primera abarca los ácidos nucleicos genéticamente cruciales, los sistemas enzimáticos que juegan un papel en la autorreplicación y quizás en el ataque al huésped, y las proteínas que determinan el carácter antigénico. La morfología y la composición química proveen las bases para la clasificación e identificación específica de los agentes vivientes. Una propiedad distintiva de un microorganismo es su carácter antigénico. Este carácter antigénico es importante al menos por tres motivos: primero, esta propiedad distintiva es la base de la inmunidad específica a la infección y enfermedad. Debido a esto, la infección por el virus del sarampión sólo inmuniza contra el sarampión y no contra la varicela o las paperas. En segundo lugar, para agentes similares en tamaño, forma y comportamiento en el laboratorio, la identificación exacta depende de pruebas con antisueros específicos hacia agentes conocidos. La observación del resultado de tal prueba, por ejemplo, permitiría concluir que un virus excretado en las heces de un paciente con una enfermedad ictérica que causa histocultivos similares a los inducidos por los virus de hepatitis, es del tipo A y no el tipo B ó C de los virus de hepatitis. Finalmente, los antígenos preparados a partir de agentes conocidos pueden ser empleados para demostrar que un huésped particular ha experimentado una infección con un agente microbiano específico. La infección estimula la producción de anticuerpos específicos, de manera que la demostración de su presencia en una muestra de suero prueba que el donante del suero ha estado infectado. En el caso de un paciente con fiebre hemorrágica de dengue, el examen de dos muestras de suero, una tomada al principio de la enfermedad y otra durante la convalecencia, podría revelar un incremento marcado de anticuerpos al virus del dengue tipo 2. Este hallazgo por si 11 sólo sería prueba de que la infección ha ocurrido recientemente y de que la causa probable de la enfermedad es el virus de dengue tipo 2. Otra propiedad importante del agente es su vulnerabilidad a las sustancias quimioterapéuticas o antibióticos. Las poblaciones (cepas) de especies microbianas estánsujetas a cambios impredecibles de ciertas características genéticas. Esto lleva a la selección natural de formas (sea por mutación o porque ya existían en forma minoritaria en la población microbiana) que son capaces de sobrevivir, y las cuales a menudo resultan en cepas resistentes a los medicamentos. El gonococo nos da el ejemplo más marcado de tal cambio. Este agente era uniformemente susceptible a las sulfamidas cuando estas fueron descubiertas a finales del decenio de 1930. En poco más de un año, después que estas drogas fueron ampliamente distribuidas, casi todas las cepas de gonococo se tornaron resistentes, situación agravada actualmente al aumentar las cepas resistentes a la penicilina - que es la droga de elección- lo que significa un complejo problema para el control de esa enfermedad. El caso del bacilo tuberculoso es potencialmente más grave. El tratamiento irregular de la tuberculosis con estreptomicina o isoniacida u otras drogas, lleva comúnmente a la evolución de cepas permanentemente resistentes. Este fenómeno tiene gran significación en lo que se refiere al manejo de pacientes que ya han sido tratados. Huésped. Es una persona o animal vivo, inclusive las aves y los artrópodos, que en circunstancias naturales permite la subsistencia o el alojamiento de un agente infeccioso. La entrada de agente biológico en el huésped inicia el proceso de infección. Infección. Es la entrada y desarrollo o multiplicación de un agente infeccioso en el organismo de una persona o animal. INFECCIÓN NO ES SINÓNIMO DE ENFERMEDAD. La sola presencia de agentes infecciosos vivos como los artrópodos y roedores en la superficie del cuerpo y ropas se denomina infestación.. La sola presencia de agentes infecciosos vivos en las superficies exteriores del cuerpo o en prendas de vestir no constituyen infección sino contaminación de tales superficies o artículos. Infectividad. Es la propiedad del agente de poder alojarse y multiplicarse dentro de un huésped. La medida básica de infectividad es el número mínimo de partículas infecciosas que se requieren para producir una infección (dosis infectante mínima). Para un agente microbiano determinado este número puede variar mucho de un huésped a otro y 12 dentro de una misma especie, de acuerdo con la puerta de entrada, la edad y otras características del huésped. Las comparaciones exactas y directas de infectividad, en general pueden hacerse sólo en animales, bajo condiciones de laboratorio. En el caso de agentes transmitidos por contacto se puede medir a través de la frecuencia con la cual ocurre la infección en personas susceptibles después de un período de incubación. El SIDA y la varicela son ejemplos de máxima infectividad; las paperas y la rubéola, de infectividad intermedia; y la lepra, de infectividad relativamente baja (este último puede reflejar, en parte, un período de incubación bastante largo). Contagiosidad: aptitud que tiene un agente patógeno para propagarse. La Contagiosidad. Se expresa por la tasa de ataque A/B X 100 ó 1000. Tasa de ataque secundario ( casos secundarios que aparecen a partir del caso primario. C/D x 100 ó 1000 A: número de enfermos. B: números total de personas susceptibles. C: total de casos secundarios. D: total de susceptible sin los casos primarios Patogenicidad. Se refiere a la capacidad de un agente infeccioso de producir enfermedad en un huésped susceptible. Esta habilidad depende, por supuesto, de una variedad de factores, tales como la rapidez y grado de daño tisular causado por la multiplicación del agente, y el hecho de que éste produzca una toxina específica como lo hacen los bacilos de la fiebre tifoidea y del tétanos. Sin embargo, cualquiera que sea el mecanismo para la producción de enfermedad, la medida de la patogenicidad es simplemente la proporción de infecciones que resultan en enfermedad. Similar a la infectividad, también se pueden establecer grados de patogenicidad. Los agentes de la rabia, SIDA y varicela son altamente patógenos, en el sentido de que cada infección en un individuo susceptible resulta en enfermedad. Los rinovirus (catarro común) ocupan también un lugar alto en la escala, ya que cerca del 80 por ciento de las infecciones producen enfermedad. Las paperas y la rubéola caen en un lugar intermedio, con 40 a 60 por ciento de las infecciones dando manifestaciones clínicas características. En el nivel inferior de la escala se encuentra el virus de la mononucleosis infecciosa con una baja tasa de enfermos a partir de los infectados, igual sucede con el toxoplasma gondii. La capacidad de los agentes para infectar y producir enfermedades en los seres humanos y en animales es variable y se manifiesta a través de una gama de signos y síntomas. No todas las personas igualmente expuestas a un agente infeccioso son infectadas. De las que son infectadas, algunas no presentan síntomas clínicos durante el curso de la infección (infección inaparente) en tanto que otras manifiestan signos y síntomas de enfermedad (infección aparente) que también podrá ser de duración y 13 grado variable. La gravedad de una infección aparente se mide en términos de la morbilidad y la mortalidad asociada a la enfermedad. Infección inaparente. Es la presencia de un agente infeccioso en un huésped sin que aparezcan signos o síntomas clínicos manifiestos. Las infecciones inaparentes sólo pueden identificarse por métodos de laboratorio o por la manifestación de reactividad positiva a pruebas cutáneas específicas. (Sinónimo: Infección subclínica, asintomática y oculta). El espectro de una enfermedad infecciosa según su gravedad puede ser presentado en forma esquemática como sigue: INFECCIÓN INAPARENTE APARENTE MODERADA GRAVE FATAL a b c d Como ejemplo para distintas enfermedades: TUBERCULOSIS Inaparente Moderada Grave Fatal TÉTANOS RABIA HUMANA Virulencia. Es la capacidad del agente de producir casos graves o fatales. En el caso de la meningitis meningocóccica, la gravedad se mide por las secuelas permanentes o graves (por ejemplo, encefalopatías) o la muerte. La medida de la virulencia es el número de casos graves y fatales en proporción al número total de casos infectados. 14 La comparación entre patogenicidad y virulencia puede ser entendible a través del esquema de espectro de gravedad de la enfermedad infecciosa: INAPARENTE APARENTE MODERAD A GRAVE FATAL a b c d PATOGENICIDAD = b+c+d (casos de enf. aparente) a+b+c+d (total de infectados) VIRULENCIA = c+d (casos graves y fatales) b+c+d (total de casos aparentes) Una característica de los agentes microbianos relacionada con el huésped es la habilidad de inducir inmunidad específica, que también se denomina antigenicidad, o tal vez más apropiadamente, inmunogenicidad. Los agentes pueden diferir en cuanto a la inmunogenicidad de sus antígenos intrínsecos o las variaciones en la cantidad de antígeno producido durante la infección. El sitio de multiplicación del agente y el grado de diseminación en el huésped son también factores importantes. Aquí podría compararse el virus de la influenza, que se multiplica solamente en las células epiteliales que recubren el árbol traqueo-bronquial, con los virus del sarampión y de la fiebre amarilla, que se diseminan a través del torrente sanguíneo, multiplicándose en numerosos sitios en todo el cuerpo. La inmunidad es mucho más efectiva y más duradera en el caso de estos últimos. Reservorios de Agentes y Enfermedades Transmisible Se progresó mucho en este siglo en el conocimiento y control de las enfermedades transmisibles y como resultado, se produjo una reducción notable de la incidencia en todo el mundo, especialmenteen los países desarrollados y en particular, en los grupos de población en riesgo, beneficiados con los programas de salud pública. En los países subdesarrollados, por el contrario, las enfermedades transmisibles todavía figuran entre las primeras causas de mortalidad y morbilidad de la población, situación que se agrava, con la súbita aparición de enfermedades víricas y bacterianas, que epidemiológicamente son denominadas: nuevas, emergentes y reemergentes y que no distinguen espacios geográficos, por tanto, la selectividad territorial descrita antes, en la actualidad esta casi desaparecida. Simultáneamente se agudiza la resistencia de los gérmenes, tanto a los antibióticos convencionales, como a los de recientes generaciones, y se eleva la susceptibilidad del huésped a partir del aumento de 15 enfermedades como el SIDA, que refuerzan la patogenicidad de otros gérmenes, como el bacilo TB y la leishmania. Oro hecho relevante es el aumento del potencial de enfermedades transmisibles, al detectarse agentes biológicos como elemento causal de enfermedades hasta ahora no transmisibles: cáncer de cuello uterino y úlcera gástrica, entre otras. Esta situación epidemiológica atípica, obliga a revitalizar técnicas y procedimientos para el control de las enfermedades transmisibles, prioritariamente en el ámbito local, donde la detección de casos resulta primordial. Enfermedad transmisible. Es cualquier enfermedad causada por un agente infeccioso específico o sus productos tóxicos, que se manifiesta por la transmisión de este agente o sus productos, de un reservorio a un huésped susceptible, ya sea directamente de una persona o animal infectado, o indirectamente por medio de un huésped intermediario, de naturaleza vegetal o animal, de un vector o del medio ambiente inanimado. Enfermedades no transmisibles: Son aquellas no causadas por un agente infeccioso especifico, generalmente de evolución lenta y larga duración, por lo que necesitan atención médica periódica y habitualmente de por vida; que tienen una etiología poco conocida, multifactorial y se manifiestan clínicamente a través de sus complicaciones de alta letalidad y altas tasas de incapacidad. Los gérmenes, patógenos o no, habitan, se multiplican y se mantienen en la naturaleza. Es muy importante conocer dónde de preferencia, habitan los gérmenes patógenos. El hábitat normal en que vive, se multiplica y/o crece un agente infeccioso, se denomina reservorio. Reservorio de agentes infecciosos. Cualquier ser humano, animal, artrópodo, planta, suelo o materia inanimada, donde normalmente vive y se multiplica un agente infeccioso y del cual depende para su supervivencia, reproduciéndose de manera que pueda ser transmitido a un huésped susceptible. Reservorios humanos: El hecho de que una enfermedad o grupo de enfermedades tengan al ser humano como reservorio, es de gran importancia práctica, ya que las medidas de control que se adoptan se circunscriben al mismo hombre. Por ejemplo, si una enfermedad se puede tratar con un antibiótico adecuado, la acción directa se ejerce no sólo en el paciente, sino también sobre el reservorio. El reservorio principal de las enfermedades de transmisión sexual, la lepra, la tosferina, y la fiebre tifoidea es el hombre. 16 Reservorios extrahumanos: Los animales pueden ser infectados y a la vez sirven como reservorio para varias enfermedades del hombre. Son ejemplos Brucellosis Salmonellosis Síndrome pulmonar Por Hanta Virus. Rabia Peste Tétanos También es importante identificar los reservorios animales y, siempre que sea posible, adoptar medidas para proteger las especies susceptibles entre los animales domésticos e indirectamente al hombre (por ejemplo, la vacunación antirrábica del perro, antiencefalítica en el caballo, etc.). Una infección o una enfermedad infecciosa transmisible, en condiciones naturales, entre los animales vertebrados y el hombre se denomina Zoonosis. Hay algunos microorganismos capaces de adoptar formas esporuladas o simplemente de resistir las condiciones adversas del ambiente exterior. El bacilo de Koch (tuberculosis humana) es capaz de resistir meses en el polvo de una habitación. La espora del bacilo carbuncoso o del bacilo tetánico puede resistir por años en el suelo. En estos casos, aún cuando el reservorio original es un ser vivo, se ha constituido un reservorio adicional en el suelo y otros sitios, de muy difícil o imposible control. Es la situación producida también en varias enfermedades parasitarias, en que formas larvarias se encuentran en el suelo, en el agua y otros sitios (por ejemplo: anquilostomiasis, esquistosomiasis. Muchos de los agentes de infecciones micóticas como la histoplasmosis y la coccidiomicosis viven y se multiplican en el suelo. Fuente de infección: Es la persona, animal, objeto o sustancia de la cual el agente infeccioso pasa a un huésped. La fuente de infección debe distinguirse claramente de la fuente de contaminación, como por ejemplo, la que produce un derrame de una fosa séptica en un abastecimiento de agua, o la causada por un cocinero infectado al preparar una ensalada. El hombre actúa como fuente de infección a partir de casos clínicos agudos y a partir de portadores. En los casos agudos, la debilidad producto de la propia enfermedad limita los contactos del enfermo con otras personas. Por ejemplo, en la fiebre tifoidea, el estado del enfermo durante el inicio es tal que casi siempre tiene que guardar cama y aún hospitalizarse. De esta manera sale de su rutina (escuela, trabajo, etc.) limitando las posibilidades de transmisión a otras personas. Por el contrario, y según estudios epidemiológicos rigurosos, en el caso de la TB. , Cuando se diagnóstica al enfermo, se 17 calcula que ha infectado un promedio de 5 personas, de ahí la importancia de la pesquisa en los pacientes sintomáticos respiratorios. Las personas infectadas y que no presentan síntomas constituyen un gran riesgo para transmitir y mantener la enfermedad en la población pues albergan el agente infeccioso y mantienen sus contactos corrientes en su comunidad. A estos individuos se les llama portadores. Portador: Es una persona (o animal) infectada, que alberga un agente infeccioso específico de una enfermedad, sin presentar síntomas o signos clínicos de ésta y constituye fuente potencial de infección para el hombre. El estado de portador puede ocurrir en un individuo durante el curso de una infección inaparente, generalmente denominado portador sano o asintomático o durante el período de incubación en la fase de convalecencia y posconvalecencia de infecciones que se manifiestan clínicamente, donde comúnmente se le denomina portador en incubación o portador convaleciente, respectivamente. En cualquiera de los dos casos, el estado de portador puede ser breve o prolongado y se le llama portador temporal o transitorio o crónico. Mientras mejor se conozcan las características de las enfermedades, más se podrá conocer su condición de producir portadores y de qué tipos. Es fácil entender la relación de lo expuesto con la permanencia y propagación de enfermedades en la población. El portador, al no darse cuenta de la presencia de la infección, no tomará medidas de precaución para prevenir la transmisión de la enfermedad a otras personas. Lo mismo ocurre después de la identificación por laboratorio, porque hay dificultad para que el portador asintomático acepte instrucciones del personal de salud por no percibir su situación y, en particular, cuando cumplir las recomendaciones puede crearle restricciones en el trabajo o en otros aspectos de su vida familiar o social. Por ejemplo, en la meningitis meningocóccica se puede demostrar la presencia del germen en las secreciones nasales y faríngeas desde el inicio de la infección bacteriana, tanto en los casos clínicos como en los inaparentes.En el líquido céfalo- raquídeo se puede aislar el meningococo desde las 72 horas después de la infección. El índice de portadores puede alcanzar un 25% o más. En la hepatitis por virus A, los estudios de la transmisión humana y la información epidemiológica indican una Infectividad máxima durante la segunda parte del período de incubación (alrededor de 30 días), continuando algunos días después del inicio de la ictericia. Sin embargo, son muchos los casos sin ictericia. En niños, por cada caso de hepatitis con ictericia existen diez o más inaparentes. Período de incubación. Es el intervalo de tiempo que transcurre entre la exposición a un agente infeccioso y la aparición del primer signo o síntoma de la enfermedad de que se trate. En la mayoría de las enfermedades infecciosas existe la posibilidad de transmisión durante el período de incubación, principalmente en el período inmediato antes de presentar los síntomas y signos que permiten hacer el diagnóstico. 18 Hay casos extremos en que el estado de portador en período de incubación puede tener una larga duración. Por ejemplo, en la hepatitis B, la sangre de la persona infectada puede ser infectante hasta tres meses antes del inicio de la ictericia. En la rabia del perro el virus puede estar presente en su saliva hasta cerca de cinco días antes de presentar señales de la enfermedad. Este conocimiento llevó a determinar el período de siete a diez días para mantener en observación a perros u otros animales que se sepa hayan mordido a una persona. Si el perro no desarrolla señales de rabia en este intervalo es posible concluir de que no transmitió la enfermedad a través de la mordedura siete a diez días antes. La transmisión de una enfermedad, por lo tanto, puede empezar antes de que ella se evidencie en la persona, o animal, pero también puede seguir por algún tiempo después de la recuperación clínica del enfermo. Cuando el tratamiento no es adecuado, puede aumentar la extensión del período de transmisión, como ya se observó en casos de Salmonellosis que no fueron bien tratados. Como regla, la mayoría de las enfermedades no son transmisibles durante la fase inicial del período de incubación ni después del completo restablecimiento del enfermo. Período de transmisibilidad. Tiempo durante el cual el agente infeccioso puede ser transferido directa o indirectamente de una persona infectada a otra persona, de un animal infectado al hombre o de un hombre infectado a un animal, inclusive artrópodos. En algunas enfermedades como la meningitis meningocóccica y las infecciones estreptocócicas, en las que se encuentran afectadas las mucosas desde que penetra el agente patógeno, el período de transmisibilidad se cuenta desde el momento de la primera exposición a la fuente de infección hasta que el microorganismo infectante desaparece de las membranas mucosas afectadas, es decir, desde antes de que aparezcan los síntomas prodrómicos hasta que se termina el estado de portador. En enfermedades como la tuberculosis, la sífilis y la Blenorragia, la transmisibilidad puede ser intermitente, durante la evolución de la enfermedad. En las enfermedades transmitidas por artrópodos, como la malaria, el dengue y la fiebre amarilla, el período de transmisibilidad es aquel en que el agente permanece en forma infectante en la sangre u otros tejidos de la persona afectada en cantidad suficiente para infectar al vector. Los artrópodos también presentan un período de transmisibilidad, es decir, el tiempo durante el cual el agente infeccioso se encuentra en sus tejidos, en forma y localizados tal que sea transmisible. Modos de Transmisión del Agente Un modo de transmisión es esencial para que el agente infeccioso pueda transportarse de la puerta de salida del reservorio a la puerta de entrada del huésped. Los principales mecanismos son los siguientes: Transmisión directa: Es la transferencia directa e inmediata del agente infeccioso a una puerta de entrada receptiva para que se pueda llevar a cabo la infección humana o animal. Esto puede ocurrir por contacto directo como al tocar, besar, al tener relaciones sexuales, por rociado de gotillas en las conjuntivas o en las membranas mucosas de la nariz o boca al estornudar, toser, escupir, cantar o hablar. En el caso de las micosis 19 sistemáticas, la transmisión ocurre por exposición directa de tejido susceptible a un agente que vive normalmente en forma saprofítica en el suelo, humus o materia vegetal en descomposición. Finalmente, como en el caso de la rabia, por la mordedura de un animal rabioso. Estas pueden ser: Inmediata o contacto físico; • Sin solución de continuidad-- Blenorragia • Con solución de continuidad - sífilis, el Linfogranuloma venéreo, SIDA, tétanos, rabia. Contacto personal: requiere la presencia simultanea en tiempo entre reservorio y susceptible y la cercanía en el espacio siempre y cuando no se tenga contacto físico. Ejemplo: lepra, enfermedad meningocóccica, difteria. Exposición directa de un tejido susceptible al hábitat a un agente infeccioso de vida saprófita: Ej. Micosis y tétanos Transmisión vertical o congénita- Ej. Sífilis, SIDA, rubéola Transmisión por vía indirecta a. Mediante vehículos de transmisión. A través de objetos o materiales contaminados tales como juguetes, pañuelos, ropa personal, ropa de cama, instrumentos quirúrgicos o vendajes, agua, alimentos, leche, productos biológicos, incluyendo suero y plasma o cualquier sustancia que sirva de conducto intermedio por el cual el agente infeccioso pasa a un huésped susceptible y se introduce por una puerta de entrada apropiada. El agente puede o no haberse multiplicado o desarrollado en el vehículo antes de ser transmitido. Transmisión digestiva - A través de vehículos de transmisión, agua ( EDA, FT, cólera,) alimentos ( ETA, salmonellas, brucelosis, hepatitis, FT ), tierra ( parasitismo, ántrax, botulismo), fómites ( cólera), objeto (hepatitis) - A través de medicamentos y productos químicos ( gamma globulina, plasma, sangre ( SIDA, hepatitis, sífilis) Transmisión respiratoria- c. A través del aire. Es la diseminación de aerosoles microbianos transportados hacia una puerta de entrada apropiada, generalmente el tracto respiratorio. Los aerosoles microbianos son suspensiones aéreas de partículas constituidas total o parcialmente por microorganismos. Las partículas con diámetro de 1 a 5 micras penetran fácilmente los alvéolos del pulmón y allí permanecen. También pueden permanecer suspendidas en el aire durante largos períodos de tiempos; algunas mantienen su infecciosidad y/o virulencia y otras la pierden. No se consideran como llevadas por el aire las gotillas y otras partículas grandes que se asientan pronto. Las principales son: Núcleos de gotillas: Generalmente son los pequeños residuos de la evaporación de gotillas emitidas por un huésped infectado. Esos núcleos de gotillas también pueden formarse intencionalmente por aparatos atomizadores diversos o accidentalmente en laboratorios microbiológicos, en mataderos, industrias, salas de autopsias, etc. Estas 20 gotillas generalmente se mantienen suspendidas en el aire durante un tiempo prolongado. Ej. Tb. , (Difteria, tosferina, sarampión, varicela, parotidítis) Polvo: Pequeñas partículas de dimensiones variables que pueden proceder del suelo (generalmente esporas de hongos separadas del suelo seco por viento o agitación mecánica), vestidos, ropas de cama o pisos contaminados. b. Por intermedio de un vector. Vector. Un insecto o cualquier vehículo vivo que transporte un agente infeccioso desde un individuo o sus desechos, hasta un individuo susceptible, su comida o su ambiente inmediato. El agente puede o no desarrollarse, propagarse o multiplicarse dentro del vector. Mecánicos: Es el simple traslado mecánico del agente infeccioso por medio de un insecto reptante o volador,ya sea por contaminación de sus patas o trompa o por el pase a través de su tracto gastrointestinal, sin multiplicación o desarrollo del microorganismo. Biológica: El agente necesariamente debe propagarse, desarrollarse o ambos (ciclo propagación) en el artrópodo vector antes que pueda transmitir la forma infectante al hombre. El artrópodo se hace infectante sólo después de que el agente ha pasado por un período de incubación. La transmisión puede efectuarse a través de la saliva durante la picadura (como en la malaria, dengue y la fiebre amarilla), o por regurgitación o al depositar sobre la piel a los agentes infecciosos (como en la enfermedad de Chagas), que pueden entrar por la herida de la picadura o por el rascado. Puertas de Eliminación o de Salida del Agente El camino por el cual un agente infeccioso sale de su huésped es en general denominado como puerta de salida. Las principales vías de salida del agente son: 1. Respiratorias: tuberculosis, resfriado común, influenza, etc. Las enfermedades que utilizan esta puerta de salida son las de mayor diseminación y las más difíciles de controlar. 2. Genitourinarias: Sífilis, gonorrea, Leptospirosis. 3. Digestivas: Tifoidea, hepatitis A y E, cólera, disentería, etc. 4. Piel: A través de lesiones superficiales o por picaduras, mordeduras, y perforación por agujas. Son ejemplos: sífilis, enfermedad de Chagas, malaria, fiebre amarilla, leishmaniasis cutánea etc. 5. Placentaria: En general la placenta sirve de barrera efectiva de protección del feto contra infecciones de la madre. Sin embargo, no es efectiva para 21 algunas enfermedades como la sífilis, la rubéola, la hepatitis B y C, la toxoplasmosis, SIDA y enfermedad de Chagas. Puertas de Entrada en el Nuevo Huésped Las puertas de entrada de un germen en el nuevo huésped son básicamente las mismas empleadas para su salida. Por ejemplo, en las enfermedades respiratorias, la vía aérea es utilizada como puerta de salida y puerta de entrada entre las personas. En otras enfermedades las puertas de salida y de entrada pueden ser distintas. Como ejemplo, en las intoxicaciones alimentárias por estafilococos el agente es eliminado a través de una lesión abierta de la piel y entra al nuevo huésped a través de alimentos contaminados por secreción de la lesión. HUÉSPED SUSCEPTIBLE Se definió al huésped u hospedero como una persona o animal vivo que en circunstancias naturales permite la subsistencia o el alojamiento de un agente infeccioso. Para que se produzca en el individuo una enfermedad infecciosa específica, deben reunirse una serie de aspectos estructurales y funcionales del propio hombre. Existen tres tipos de relaciones entre el hombre y los microorganismos. Comensalismo: asociación más o menos constante entre dos especies, esta asociación beneficia exclusivamente a una de las especies, pero sin perjuicio para la otra (Ej. Estreptococo no hemofílicos) Simbiosis: asociación durable y beneficiosa para ambas especies (Ej. Lactobacilos). Parasitismo: asociación entre dos organismos donde el parásito se nutre necesaria y directamente del huésped causándole graves daños, variables a largo plazo. En el caso del parasitismo prolongando el parásito tiende a adaptarse al huésped en los planos morfológicos, funcional y ecológico. En ciertas condiciones el comensalismo y la simbiosis se pueden transformar en parasitismo(Ej. La flora microbiana normal genera entonces un proceso patológico ). Aspectos estructurales y funcionales: La piel intacta y las membranas mucosas proveen al cuerpo de una cubierta impermeable a muchos agentes biológicos y químicos. Las membranas mucosas son más fácilmente penetrables que la piel intacta, y sirven a menudo de puerta de entrada a varios agentes patógenos. Los sentidos del hombre (tacto, olfato, gusto, visión y audición) activan una acción evasiva cuando hay amenaza de peligro, como cuando se percibe el olor de gas de alumbrado, o se toca inadvertidamente una llama. Hay que recordar que los estados de enfermedad crónica, desnutrición y fatiga disminuyen nuestra capacidad de reacción y muchos reflejos son mecanismos de defensa importantes. La tos y el estornudo, por 22 ejemplo, representan un esfuerzo para limpiar las vías respiratorias de sustancias dañinas. Las secreciones mucosas, como las lágrimas, tienen una acción limpiadora simple y pueden también contener anticuerpos específicos contra microbios patógenos. Varios mecanismos ayudan en la defensa contra los agentes químicos exógenos. En el caso de algunos venenos como el arsénico, la nicotina y quizás aún el alcohol, el cuerpo desarrolla una tolerancia de tal naturaleza que se requieren dosis cada vez mayores para producir un efecto tóxico. Los venenos metálicos, como el plomo, se eliminan del aparato circulatorio rápidamente y se almacenan en los huesos, desde donde se movilizan lentamente y se excretan durante un largo período de tiempo. Las sustancias tóxicas se eliminan a través de la bilis, por las secreciones intestinales y por las excreciones de los riñones y glándulas sudoríparas. El hígado tiene la habilidad especial de detoxificar ciertos tipos de venenos orgánicos transformándolos en productos inocuos de excreción. Estos mecanismos son insuficientes en situaciones donde los hábitos culturales o las condiciones socioeconómicas mantienen al hombre en continuo contacto con agentes químicos como los señalados. Un germen que penetra la cubierta protectora del cuerpo se enfrenta a una variedad de mecanismos de defensa. Los parásitos extracelulares, como las bacterias, estimulan comúnmente el desarrollo de inflamación en el sitio de la invasión. Esta inflamación representa el esfuerzo del cuerpo para detener y destruir a los invasores. Una red fina de retención compuesta de fibrina se deposita en el sitio atacado, y numerosas células fagocitarias se congregan en ese lugar e intentan engolfar y digerir a los parásitos. Los parásitos que escapan son transportados por los canales linfáticos a los ganglios linfáticos periféricos. Si estas barreras regionales fallan en detener a los parásitos y éstos llegan a la corriente sanguínea, ahí los espera una batería final de filtros llenos de grandes fagocitos (médula ósea, bazo e hígado). Mientras tanto, la infección habrá estimulado la formación de anticuerpos específicos, que se combinarán con cualquier parásito persistente hasta hacerlo más vulnerable a la fagocitosis y a la digestión. La presencia inicial de tales anticuerpos, generados a raíz de una infección previa, podría prevenir o limitar la invasión del huésped. Es frecuente que una enfermedad contribuya al establecimiento de otra. El ejemplo más común es la ocurrencia de bronconeumonía bacteriana como episodio terminal en personas con enfermedad crónica no infecciosa. También es bien conocida la susceptibilidad peculiar del diabético a muchas infecciones bacterianas. Las infecciones respiratorias vírales benignas pueden a veces facilitar la introducción de una enfermedad bacteriana grave, como sucede con la infección por el virus de la influenza que muchas veces propicia el desarrollo de neumonía causada por bacterias. Finalmente, el virus del SIDA permite la multiplicación de otros gérmenes como el bacilo TB, o gérmenes oportunistas como el virus del sarcoma de Kaposi. Edad: La edad es un factor importante puesto que la ocurrencia y gravedad de las enfermedades varían según la edad del huésped. Las enfermedades eruptivas de la infancia son ejemplos de cómo la edad influye en la ocurrencia de las enfermedades contagiosas. En ambos casos la infección y la enfermedad atacan predominantemente a niños pequeños, quienes son elegidos debido a su falta de inmunidad y alto riesgo de exposición. 23 La tuberculosis, la esquistosomiasis en su forma crónica y algunos tipos de accidentes, son ejemplosde problemas que afectan más a los adultos. En la vejez predominan afecciones como las enfermedades degenerativas, la hipertensión y los tumores. Sexo: Las diferencias en susceptibilidad debidas intrínsecamente al sexo son más difíciles de demostrar. Las variaciones en la ocurrencia de la enfermedad de acuerdo al sexo reflejan con frecuencia grados diferentes de exposición a riesgos distintos entre hombre y mujer, en razón de ocupaciones diferentes. Es típico, por ejemplo, el mayor riesgo de exposición que se crea dentro del hogar para la madre o hermana mayor que cuida a un miembro enfermo de la familia. En las mujeres, el embarazo predispone claramente a la infección de las vías urinarias y puede agravar varias condiciones patológicas preexistentes. Algunas enfermedades crónicas son más comunes en las mujeres, por ejemplo la tirotoxicosis, la diabetes mellitus, la colecistitis, los cálculos biliares, la obesidad, artritis y psiconeurosis. En cambio, la úlcera péptica, la hernia inguinal, los accidentes, la cardiopatía arteriosclerótica y el cáncer del pulmón son más frecuentes en los hombres Grupo étnico y grupo familiar: Los miembros de un grupo étnico comparten muchos rasgos genéticamente determinados que pueden incluir, además de las características físicas obvias, un aumento en la susceptibilidad o resistencia a los agentes específicos de enfermedad. Este concepto es fácil de comprender, pero demostrar que las diferencias en la incidencia de enfermedad son genéticamente determinadas es muy difícil, ya que se debe tomar en cuenta el efecto de todos los factores ambientales y socioeconómicos pertinentes. Un ejemplo es la resistencia a la tuberculosis, que posiblemente es mayor en los caucásicos que en los negros. Los pueblos caucásicos probablemente sufrieron el ataque del bacilo tuberculoso desde los tiempos prehistóricos, mientras que el primer contacto de los negros ocurrió hace apenas trescientos años. Así como ocurre con los grupos étnicos, los individuos que integran un grupo familiar pueden diferir entre sí con respecto a la susceptibilidad a enfermedades genéticamente determinadas. En realidad, se aceptó desde hace mucho tiempo que factores hereditarios podían contribuir a la incidencia de la enfermedad y el desarrollo alcanzado por la Genética en las dos últimas décadas, ha corroborado aquellas conjeturas. El estudio del genoma humano, es un hecho impresionante que aporta sin interrupción, nuevos elementos a la influencia del factor genético en la salud del hombre. No obstante, también se deben reconocer las múltiples influencias ambientales que afectan a la familia como grupo; por ejemplo, el nivel socioeconómico, la dieta, la educación y la exposición común a agentes infecciosos. 24 Estado de nutrición: Los efectos del estado nutricional y las infecciones están íntimamente relacionados y a veces cada uno de ellos agrava al otro. Cuando la desnutrición grave se acompaña con baja ingestión de proteínas, provoca un deterioro en la respuesta inmune y esto conlleva a un aumento en la susceptibilidad a enfermedades bacterianas. Cuando un niño sufre de desnutrición proteicocalórica, aumenta la posibilidad de que algunas enfermedades se presenten en su forma más grave y con complicaciones, y viceversa. La prevalencia del kwashiorkor depende de la ingestión proteínica y la avitaminosis A guarda relación con la prevalencia de la ceguera. Sin embargo, cuando se trata de virus y rickettsias que dependen del sistema metabólico intracelular del huésped para su realización, no se pueden hacer generalizaciones acerca del efecto de las deficiencias nutricionales. La reciente epidemia de Neuropatía en Cuba, es un buen ejemplo de las consecuencias de la supresión brusca de nutrientes, en este caso ocasionado por un diferendo político (embargo). La obesidad es el problema de malnutrición de algunos de los países desarrollados y se le ha calificado como una de las causas de la reducción de la esperanza de vida. Va acompañada de una elevada tasa de mortalidad por cardiopatía coronaria, hipertensión y diabetes mellitus. Susceptibilidad y resistencia: En el ámbito de las enfermedades transmisibles, las consecuencias de la interacción entre el huésped y el agente son extremadamente variables, y es importante considerar además de lo consignado, otras características del huésped que contribuyen a esta variabilidad, como son la susceptibilidad y la resistencia. Susceptible. Es cualquier persona o animal que no posee suficiente resistencia contra un agente patógeno determinado que le proteja contra la enfermedad si llega a estar en contacto con ese agente. La Susceptibilidad se mide epidemiológicamente por él índice de susceptibilidad s/p x 100 S: total de susceptible en un lugar en un lugar y momento determinado. P: población total en igual momento y lugar. Para saber el índice hay que tener en cuenta las personas que han sido inmunes y las que han padecido la enfermedad. Se obtiene un índice de susceptibilidad epidemiológico realizando estudios serológicos de una muestra representativa de la comunidad. La susceptibilidad del huésped depende de factores genéticos, factores generales de resistencia a las enfermedades y condiciones de inmunidad específica para cada enfermedad. Los factores genéticos, a los que se denomina inmunidad genética consisten en una especie de memoria celular que se hereda a través de generaciones. Esto facilitaría la producción de anticuerpos, mientras que en aquellos grupos humanos carentes de la 25 experiencia no se produciría esta reacción específica frente a determinada enfermedad. Son bien conocidos los ejemplos acerca del impacto que tuvieron la viruela, el sarampión, tuberculosis e influenza sobre aquellos grupos indígenas que se mantuvieron aislados de las poblaciones y civilizaciones donde estas enfermedades ocurrieron a través de generaciones. Resistencia. Es el conjunto de mecanismos corporales que sirven de defensa contra la invasión o multiplicación de agentes infecciosos, o contra los efectos nocivos de sus productos tóxicos. Inmunidad: La persona (o animal) inmune posee anticuerpos protectores específicos o inmunidad celular, como consecuencia de una infección o inmunización anterior, o puede estar predispuesta, debido a cualquiera de estas circunstancias, a responder eficazmente a la enfermedad produciendo anticuerpos suficientes para protegerse, por el hecho de haber estado expuesta al agente infeccioso específico de la misma. El grado de inmunidad es relativo, ya que normalmente una protección eficaz puede ser anulada por una cantidad excesiva del agente infeccioso o por su penetración por una vía poco común. También puede ser afectada por drogas inmunosupresoras o una enfermedad simultánea. Inmunidad. Es el estado de resistencia generalmente asociado con la presencia de anticuerpos que poseen acción específica sobre el microorganismo responsable de una enfermedad infecciosa específica o sobre sus toxinas. Una clasificación muy utilizada de la inmunidad señala dos tipos: inmunidad activa e inmunidad pasiva. La inmunidad pasiva, de corta duración (de algunos días a varios meses), se obtiene naturalmente por transmisión materna (a través de la placenta) o artificialmente por inoculación de anticuerpos protectores específicos (suero de convaleciente o de persona inmune o seroglobulina inmune [humana]), (suero antitetánico, suero antidiftérico, gamma globulina, etc.). La inmunidad activa que suele durar años, puede ser adquirida naturalmente, ya sea como consecuencia de una infección, con o sin manifestaciones clínicas, o artificialmente por inoculación de fracciones o productos de un agente infeccioso, o por el mismo agente, muerto, atenuado (vacunas) o recientemente recombinado a partir de técnicas de ingeniería genética. Inmunidad ActivaPasiva Natural Artificial Natural Artificial (enfermedad) (vacunas) (enfermedad) (sueros) 26 La acumulación de susceptibles es una parte importante del proceso de la enfermedad en la población. Desde luego, la proporción de susceptibles en una comunidad variará con las condiciones de vida de esa comunidad y para cada tipo de enfermedad. El individuo es parte de un grupo, por lo que es interesante considerar el fenómeno de resistencia y susceptibilidad de la comunidad en su conjunto. Aún sin tomar en cuenta el agente patógeno o su fuente, la proporción de susceptibles en una población es un factor importante de la incidencia de la enfermedad, sobre todo en lo que se refiere a los agentes que pasan de un individuo a otro. Si la proporción de inmunes es alta, el agente no puede penetrar y diseminarse. Esta relación se aplica a poblaciones tanto humanas como de animales vertebrados, y ha sido denominada “inmunidad de masa” o en el caso de animales “inmunidad de rebaño”. Desde el punto de vista del control de enfermedades específicas, como el sarampión en el hombre o la rabia en el perro, sería deseable saber exactamente qué proporción de la población debe ser inmune para hacer que la expansión de una infección sea altamente improbable. No existía información precisa al respecto, aunque se disponía de datos aproximados para algunas enfermedades, por ejemplo, el 70 a 80 por ciento de inmunes en el caso de la difteria era suficiente para interrumpir la cadena de transmisión de esta enfermedad. No obstante, el análisis de modelos matemáticos de epidemias sugería que la proporción de inmunes no necesitaba ser del 100 por ciento para que la diseminación se detenga. Los resultados actuales de las acciones para la eliminación de la polio y el sarampión, ofrecen información epidemiológica valiosa sobre la inmunidad colectiva en estas dos afecciones, que sirven de modelo para el resto de las enfermedades transmisibles. El modelo epidemiológico para estudiar las enfermedades transmisibles no debe ser traspolado o forzado, para su utilización en otras enfermedades y daños. Cada objeto de estudio debe poseer sus métodos de abordaje, procedimientos y técnicas específicas, y no improvisar aproximaciones que enrarecen más que esclarecen la comprensión del proceso en sí. Finalmente, los conceptos principales que debemos tener presentes con relación al patrón epidemiológico de las enfermedades transmisibles son: que todos los agentes de enfermedad poseen propiedades que ayudan a determinar la ocurrencia de la enfermedad y que, para cada agente deben existir ciertos equivalentes de los mecanismos de transmisión y de los reservorios que se han descrito con referencia a los agentes infecciosos. Seguidamente se añade un resumen esquemático del proceso de la enfermedad transmisible. 27 LA CADENA EPIDEMIOLÓGICA O CADENA DE INFECCIÓN. Para ser entendibles las relaciones entre los diferentes elementos que conducen a la aparición de una enfermedad transmisible, un esquema tradicional es la denominada cadena epidemiológica o también conocida como cadena de infección. El esquema busca ordenar los llamados eslabones que identifican los puntos principales de la secuencia continua de interacción entre el agente, el huésped y el medio. La idea es semejante a la presentada por el dibujo azteca de la introducción de esta unidad, con el cual en 1583 trataron de explicar la ocurrencia de la viruela. Se supone que el conocimiento actual permite una elaboración más detallada del esquema de manera que tenga aplicación a los diversos problemas de salud relacionados con los procesos infecciosos. En términos generales se describe la cadena como sigue: Bibliografía 1. Control of Communicable Diseases Manual.Abram S. Benenson, Editor Sixteenth Edición, 2005. 2. Epidemiología M. Castillo. Edición: Pueblo y Educación, La Habana, 1984. 3. Epidemiología (Tomo 1) R. Armijo Edición: Interamericana, Argentina, 1984. 1.Agente Causal Específico 2. Reservorio 6. Susceptibilidad del huésped 3. Puerta de salida del agente 4. Modo de transmisión del agente 5. Puerta de entrada en el nuevo huésped 28 4. Epidemiología, principios, técnicas, aplicaciones. Jenicek Milos. Edición Barcelona: Salvat, 1997: 1-100. 5. Fundamentos de la Epidemiología.Lilinfield David. Edition. México: Pueblo Nuevo, 1986: 2-13. 6. Fundamentos de la Epidemiología.Martín Colimon: Edición. Medellín: Colimon, 1988: - 1070-1078.
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