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S E C C IÓ N I V Enfermedades de las grandes venas En este capítulo se revisan las enfermedades que afectan a las venas cavas superior e inferior (consideradas las grandes venas). MALFORMACIONES CONGÉNITAS Las malformaciones congénitas de las venas cavas son relativamente frecuentes (afectan al 1% de la población) y habitualmente cursan sin síntomas, aunque pueden asociarse a fenómenos tromboembólicos (pueden ser la causa de hasta el 16% de las trombosis venosas ilíacas en pacientes jóvenes) o defectos de drenaje venoso (síndromes de cava superior o inferior). Las más frecuentes son la duplicidad de la vena cava (superior o inferior), la vena cava inferior izquierda y la agenesia o hipoplasia de la vena cava inferior (prerrenal, renal o posrenal). Otras alteraciones menos frecuentes son las denominadas sinequias de Cockett (localizadas en la región iliocava inferior), la vena cava inferior preureteral o el anillo venoso periureteral. https://booksmedicos.org 616 SECCIÓN IV Angiología Habitualmente, el diagnóstico es casual en exploraciones diagnós- ticas o terapéuticas, y su corrección se plantea cuando producen sín- dromes de vena cava o fenómenos tromboembólicos, en cuyo caso se aconseja anticoagulación de larga duración. SÍNDROME DE LA VENA CAVA SUPERIOR Concepto Es el cuadro clínico causado por la obstrucción al drenaje de la vena cava superior, ya sea por su trombosis, su compresión extrínseca o intrínseca, o su malformación. Etiología Las causas más frecuentes de síndrome de vena cava superior son la compresión extrínseca o infiltración por tumores mediastínicos (85% de los casos; por carcinoma broncogénico, linfoma, carcinoma de mama o metástasis y, raramente, tumores cardíacos) y la trombosis venosa (habitualmente secundaria al uso de vías venosas centrales o marcapasos, o menos frecuentemente, por progresión de una trombosis venosa de la extremidad superior). Raramente se puede deber a compresión extrín- seca benigna (bocio endotorácico, aneurisma de aorta torácica, medias- tinitis, fibrosis mediastínica, pericarditis constrictiva) o traumatismos. Cuadro clínico La presentación clínica está relacionada con las alteraciones hemodiná- micas (edema facial y de brazos, dilatación venosa yugular y pectoral), respiratorias (disnea, tos, ronquera) y neurológicas (síncopes, cefalea, mareo). La embolia pulmonar a partir de una trombosis de vena cava superior es poco frecuente. La clínica será más florida si la oclusión se localiza por debajo del origen de la vena ácigos. Diagnóstico Esta entidad nosológica puede sospecharse a partir de una anamnesis y una exploración clínica correctas. Para un diagnóstico de confirmación, son necesarias la flebografía, la TC o la RM. La flebografía es la prueba por excelencia; permite localizar y describir la obstrucción y la circulación colateral, y puede permitir un abordaje terapéutico endovascular en el mismo acto. Sin embargo, no informa de las estructuras extraluminales, por lo que no es útil para el estudio etiológico. La TC, sí permite, además de diagnosticar la oclusión, observar los tejidos y las estructuras vecinos, e identificar la causa de la oclusión o compresión venosa; por ello, es la prue- ba de elección en el estudio diagnóstico del síndrome de cava superior. La eco-Doppler no permite visualizar correctamente las venas intrato- rácicas y sólo ofrece signos indirectos de oclusión de cava. Otros procedi- mientos diagnósticos agresivos, como la broncoscopia, la mediastinoscopia o la esofagoscopia, deben indicarse con mucha cautela por el riesgo de hemorragia, debido a la presencia de abundante circulación colateral. Tratamiento En casos de clínica leve y tumores no resecables o patología benigna no quirúrgica, se aconseja un tratamiento conservador (elevar la cabecera de la cama, medicación diurética y anticoagulación en casos agudos o con trombosis venosa asociada). Los tumores mediastínicos pueden disminuir de tamaño con quimio- y radioterapia, y mejorar el síndrome de vena cava. Sin embargo, en casos de clínica grave o invalidante, se planteará una revascularización de la vena cava. En aquellas causas tratables que requieran una reparación quirúrgica (p. ej., patología tumoral o de aorta candidata a reparación quirúrgica) sin afectación de la pared venosa, esta cirugía puede ser suficiente como para restablecer el flujo venoso. En casos de afectación mural tumoral o estenosis residual, se puede realizar una resección de cava y una recons- trucción en el mismo acto quirúrgico (mediante plastia o derivación). Sin embargo, la forma más habitual de tratar el síndrome de cava superior es mediante técnicas endovasculares (angioplastia y colocación de stent), dado que ofrecen buenos resultados y mucha menor comorbilidad que la cirugía abierta (fig. 75-1). Si bien presentan elevadas tasas de rees- tenosis, se aconsejan angioplastias repetidas y anticoagulación de larga duración para mantener la revascularización permeable. En trombosis agudas de cava, se puede usar tratamiento fibrinolítico inicial en casos seleccionados, seguido del tratamiento endovascular habitual. El pronóstico vital es el de la enfermedad causante de la clínica y, en caso de patología tumoral, es poco esperanzador (incluso con tratamiento quirúrgico, la supervivencia se sitúa en alrededor del 10% a los 2,5 años de seguimiento). SÍNDROME DE LA VENA CAVA INFERIOR Concepto Con este nombre se designa el cuadro clínico causado por la obs- trucción al drenaje de la vena cava inferior. A B * C Paciente afecto de un tumor pulmonar (flecha) con oclusión de la vena cava superior (asterisco), visualizado mediante angio-TC (A) y flebografía (flecha) (B), que fue tratado mediante colocación de un stent en la vena cava superior (flechas) (C). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 617 CAPÍTULO 76 Linfedema S E C C IÓ N I V Etiología A diferencia de la cava superior, la causa más frecuente de síndrome de vena cava inferior es la progresión de una trombosis venosa profunda desde el área iliofemoral hasta la cava. Menos frecuentes son los procesos proliferativos de la vecindad que invaden la cava (el más frecuente es el tumor de células renales, que se propaga por vía intraluminal desde la vena renal), y es excepcional que el cuadro se deba a un tumor primitivo del vaso (leiomiosarcoma). Entre las causas no tumorales, cabe citar causas congénitas (descritas anteriormente), fibrosis retroperitoneal, enfermedad de Weber-Christian, traumatismos, procesos sépticos, aneu- risma de la aorta abdominal o procedimientos terapéuticos (trombosis de filtros de cava o la interrupción profiláctica de la vena cava inferior). Cuadro clínico Depende de la causa, el grado y el nivel de obstrucción y el desarrollo de circulación colateral. Las manifestaciones más frecuentes son edema bilateral de las extremidades inferiores, edema de los genitales externos y presencia de una dilatación de la red venosa en la pared del abdomen. La oclusión de la vena renal puede ocasionar proteinuria e insuficiencia renal (sobre todo si es bilateral). La obstrucción suprahepática origina un síndrome de Budd-Chiari. En fases más crónicas o de secuela, se desarrolla una semiología de insuficiencia venosa de extremidades inferiores o sín- drome postrombótico (v. caps. 73 y 74). Al contrario de lo que sucede en la vena cava superior, las embolias pulmonares son relativamente frecuentes. Diagnóstico La sospecha diagnóstica parte de la anamnesis y la exploración física. La existencia de una trombosis venosa profunda previa de la extremidad inferior o la sospecha de una tumoración abdominal son antecedentes que han de tenerse en cuenta. La confirmación diagnóstica puede reali-zarse mediante eco-Doppler, habitualmente utilizada en el diagnóstico de trombosis venosas de los miembros inferiores, que es suficiente en la mayoría de los casos. La TC y la RM, además de confirmar el diagnós- tico, pueden ayudar en el diagnóstico de otras causas subyacentes, en caso de sospecha diagnóstica (fig. 75-2). La iliocavografía, si bien no informa de patología extraluminal, puede informar con mayor precisión del grado y del nivel de oclusión, ayudar a plantear un tratamiento quirúrgico o, incluso, permitir un abordaje terapéutico endovascular en el mismo acto; sin embargo, al ser una prueba invasiva, se reserva para casos seleccionados. A pesar de estas exploraciones, en ocasiones es difícil diferenciar si lo que ocupa la luz de la cava es un trombo o un tumor, por lo que exámenes específicos en esta línea pueden resultar útiles. Tratamiento En casos sin patología concomitante que requiera cirugía (habitualmen- te trombosis de cava por progresión de trombosis venosa de miembros inferiores, la causa más frecuente de este síndrome), se aconseja el mis- mo tratamiento que el aplicado para la trombosis venosa de miembros inferiores: anticoagulación y medias de compresión elástica, sobre todo si la clínica es leve o moderada, además del estudio etiológico de la trom- bosis. En casos de clínica grave o invalidante, el uso de fibrinolíticos (si se utilizan de forma precoz para repermeabilizar la vena, y con filtros de vena cava para evitar embolias pulmonares durante el procedimiento) y la angioplastia y el stent venoso se han demostrado eficaces para mejorar la clínica en casos seleccionados. Sin embargo, presentan elevadas tasas de reestenosis y trombosis del stent durante el seguimiento, por lo que se recomienda anticoagulación de larga duración. Los tumores asociados al síndrome de cava inferior que requieren cirugía tienen mejor pronóstico que los que afectan a la cava superior. En estos casos, la extirpación quirúrgica de la neoplasia se asociará a la reconstrucción de la vena cava si esta se encuentra invadida. Cuando se trata de procesos proliferativos irresecables y clínica grave a pesar del tratamiento anticoagulante, las técnicas endovasculares pueden ofrecer una alternativa de tipo paliativo, aunque con baja permeabilidad. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Cheng S. Superior vena cava syndrome: a contemporary review of a historic disease. Cardiol Rev 2009;17:16-23. Garg N, Gloviczki P, Karimi KM, Duncan AA, Bjarnason H, Kalra M, et al. Factors affecting outcome of open and hybrid reconstructions for nonma- lignant obstruction of iliofemoral veins and inferior vena cava. J Vasc Surg 2011;53:383-93. González J, Gaynor JJ, Albéniz LF, Ciancio G. Inferior Vena Cava System Anomalies: Surgical Implications. Curr Urol Rep 2017;18:10. Lauten A, Strauch J, Jung C, Goebel B, Krizanic F, Baer FM. Endovascular treatment of superior vena cava syndrome by percutaneous venoplasty. Heart Lung Circ 2010;19:681-3. Yu JB, Wilson LD, Detterbeck FC. Superior vena cava syndrome–a proposed classification system and algorithm for management. J Thorac Oncol 2008;3:811-4. Paciente afecto de una trombosis de vena cava inferior antigua, secundaria a una trombofilia. En la fase precoz de angio- TC con inyección de contraste en las venas de las extremidades inferiores, se observan la permeabilidad de las venas femorales e ilíacas y la oclusión de la cava inferior (A); en las fases tardías de la misma exploración, se observa una abundante circulación colateral abdominal (flechas) (B). https://booksmedicos.org Push Button0:
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