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303 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. BLOQUEO EPIDURAL Este procedimiento en la actualidad, es una de las técni- cas de analgesia regional utilizada con mayor frecuencia para el control del dolor durante el trabajo de parto y la práctica de una operación cesárea, para realizar interven- ciones quirúrgicas, sobre todo en abdomen y miembros inferiores, así como también para el tratamiento del dolor postoperatorio y crónico. Las numerosas ventajas que ofrece la aplicación del bloqueo epidural en estas indicaciones han sido demos- tradas de manera amplia por diversos autores. En la técnica para la aplicación del bloqueo epidural, existen una serie de ideas que son aceptadas por algunos anestesiólogos como verdaderas y que utilizan cuando lo administran, de manera desafortunada, cuando estos conceptos se analizan dentro de un marco científico, no se encuentran evidencias objetivas que las apoyen. El único soporte que tienen estos pensamientos es el concepto: “los resultados que obtenemos son buenos, y esto se debe a nuestra experiencia”; una reflexión a esta situación es que, la práctica de la medicina debe estar basada en la evidencia y no en reportes basados en la experiencia clínica de forma exclusiva. El objetivo de este capítulo es analizar los aspectos más controvertidos, relacionados con la práctica del blo- queo epidural, para obtener conclusiones que permitan administrar este procedimiento, con el empleo de una técnica apoyada, de manera fundamental, en el concep- to científico, adicionado de la habilidad que proporciona la experiencia en la clínica. ANATOMÍA Y POSICIÓN DEL PACIENTE La descripción de la anatomía del espacio epidural ha sido hecha, por varios autores en textos que en la actua- lidad se catalogan como clásicos en esta área, se remite al lector interesado en este importante aspecto a la consul- ta de estos libros. 1-4 Para establecer el nivel de punción del espacio inter- vertebral para el abordaje del espacio epidural en la región lumbar, hay que recordar la siguiente referencia anatómica: la línea intercrestal denominada como línea de Tuffier de la pelvis, la cual cruza por hábito la apófi- sis espinosa de la cuarta vértebra lumbar, aunque puede hacerlo a la altura del espacio L4-L5 o del L3-L4.5 La embarazada tiene una lordosis acentuada a nivel de la región lumbar, lo que dificulta colocarla en posición de flexión para la aplicación de una analgesia neuroaxial, la cooperación de la paciente y la asistencia de un buen ayudante pueden ayudar a solventar este problema. Se han realizado estudios tratando de dilucidar, cuál es la mejor posición en la que se debe colocar a la emba- razada para administrarle un procedimiento de analgesia neuroaxial. Al respecto, se ha mencionado, que la de decúbito lateral tiene menos efectos adversos sobre el retorno venoso y el gasto cardiaco, siempre y cuando la flexión de la espalda de la paciente no sea forzada; en pacientes obesas, esta posición dificulta la palpación de las referencias anatómicas que nos permiten identificar la línea media y el nivel del sitio de la punción, la posi- ción sentada en esta situación es una buena alternativa para aplicar el bloqueo epidural o espinal. Si se decide aplicar el bloqueo neuroaxial con la paciente en decúbito lateral, es importante que la espal- da de la embarazada esté colocada paralela al borde la cama, para que el anestesiólogo pueda tener una mejor visión y palpación del ángulo de penetración de su aguja, así como una mayor estabilidad en la posición de sus manos y brazos durante el abordaje del espacio epidural o subaracnoideo.6,7 Cuando la embarazada se coloca en posición senta- da para la aplicación de su analgesia neuroaxial, la inci- dencia de hipotensión ortostática es más frecuente, y la posibilidad de disminución del retorno venoso, gasto car- diaco y perfusión placentaria se incrementan, la única ventaja que ofrece la posición sentada, es que permite palpar con mayor facilidad la referencia anatómica ya mencionada.7 Respecto a la satisfacción y comodidad de la paciente relacionada con la posición que asume para la aplicación de la analgesia neuroaxial, dos estudios han demostrado que no existe una diferencia significativa en el análisis de estos parámetros, cuando se compara la posición de Capítulo Analgesia neuroaxial. Conceptos básicos decúbito lateral y la sentada, aunque el tiempo para abordar el espacio epidural es menor en la embarazada sentada.8,9 Cada día es más frecuente tener en nuestra pobla- ción embarazadas con obesidad mórbida, como lo men- cionamos en forma previa, para facilitar el abordaje del neuroaxis en este tipo de pacientes es mejor colocarlas en posición sentada; al respecto, es importante asegurar- nos que estén sentadas en simetría, con la cabeza flexio- nada y los antebrazos descansando sobre sus muslos para evitar descenso de los hombros, sus pies deben recargar- se en un banco. Para identificar el sitio de punción en la región lum- bar, se recomienda palpar de inicio la vértebra prominen- te C7, una vez identificada esta estructura; mediante pal- pación firme con los dedos pulgares, tratar de identificar en forma descendente otros procesos espinales hasta lle- gar a la región lumbar. En este sitio, palpar las puntas de ambas crestas iliacas y trazar una línea imaginaria que las conecte en la región lumbar, posteriormente los dedos pulgares se deben colocar en el espacio intervertebral con anterioridad identificado. TÉCNICA DE APLICACIÓN Las complicaciones infecciosas de la analgesia neuroaxial son relativas y poco frecuentes; sin embargo, cuando éstas ocurren, sus consecuencias pueden ser catastróficas, Aromaa,10 reporta una incidencia ocho casos de infec- ción bacteriana en el neuroaxis o sistema nervioso cen- tral después de 170 000 bloqueos epidurales y 550 000 espinales, la frecuencia total de esta complicación es de 1.1 por 1 000 000 de bloqueos. La Asociación Americana de Anestesia Regional con- vocó de manera reciente a un consenso de opinión para establecer técnicas de asepsia que eviten infecciones des- pués de la administración de un bloqueo neuroaxial, las conclusiones a las que se llegaron no fueron definitivas, pero las recomendaciones que dieron son: a. Remover relojes o joyas de las manos, lavado de éstas con soluciones antisépticas, empleo de gorro y cubre boca, selección adecuada de soluciones antisépticas para la piel, mantener el sitio de apli- cación del bloqueo estéril con el empleo de com- presas.11 b. Las soluciones antisépticas que ofrecen mayores ventajas y seguridad para prevenir infecciones son las preparadas a base de clorhexidina mezclada con alcohol, las cuales han demostrado ofrecer mejores resultados cuando se les compara con las soluciones a base Yodo Povidona.12 La distancia promedio de la piel al espacio epidural osci- la en la región lumbar entre 4.23 a 4.93 centímetros, dependiendo del nivel de la punción,13 el grosor del liga- mento amarillo es, en promedio de 5 mm, en la región lumbar.1-3,14 En obstetricia es más fácil hacer el abordaje del espa- cio epidural a nivel de la región lumbar debido a que las apófisis espinosas no tienen una posición tan angulada en relación con el cuerpo vertebral como sucede a nivel torácico, además, el diámetro del espacio es mayor. El ángulo de penetración de la aguja epidural al momento de la punción deberá ajustarse, de acuerdo con el nivel del espacio intervertebral en que se realiza, ya que existe una relación directa entre el sitio de la pun- ción y el ángulo de las apófisis espinosas. Otro factor a considerar es la posición en que se coloca a la paciente para la aplicación del bloqueo, ésta puede estar en decúbito lateral o sentada, en esta última, la dirección de la aguja debe ser cefálica, si la punción se realiza en la línea media, el ángulo adecuado que se reco- mienda debe formar la aguja con la espalda de la emba- razada, es de 10º, pero si es el abordaje delespacio es en la línea paramedia, el aconsejable es de 45º.3 El seguir estas recomendaciones evitará el choque de la aguja epidural con hueso, así como también las múlti- ples punciones del espacio intervertebral. Motivo de controversia ha sido establecer cuál es sitio en la columna vertebral donde debe hacerse la pun- ción para el abordaje del espacio epidural. Estudios rea- lizados en pacientes obstétricas demostraron que no existe diferencia en la calidad del bloqueo e incidencia de sus complicaciones, utilizando de forma indistinta la línea media o la paramedia.15,16 Sin embargo, un estudio de pacientes del sexo mas- culino en cirugía urológica demostró, que cuando la pun- ción se hace en la línea media, hay mayores dificultades técnicas e incidencia de parestesias al momento de intro- ducir el catéter epidural.17 Las posibilidades de que se puncione por accidente uno de los vasos sanguíneos del espacio epidural son mayores cuando se aborda en la línea paravertebral.18 AGUJAS Se encuentran en el mercado diferentes tipos de agujas para aplicar el bloqueo epidural, la primera que se intro- dujo en la práctica clínica fue la llamada aguja de Tuohy,19 con posterioridad se conocieron otras como las de Hustead, Crawford, Weiss, Cheng, Crawley.2,20 Las agujas varían en diámetro y longitud, algunas de ellas tienen marcas en su cuerpo para poder visualizar la distancia que existe, desde la piel, hasta el canal verte- bral, y para ayudar a determinar la longitud del catéter que se deja en el espacio epidural. Las agujas pueden tener alas o no en su pabellón, la decisión de utilizar una u otra dependerá del anestesió- logo, aunque lo conveniente es que se tenga experiencia en ambos tipos. En la embarazada, no existen diferencias en la fre- cuencia de percepción de dolor, al momento de insertar la aguja en el espacio intervertebral de la región lumbar, con agujas de calibre 16 o 18, ambas son las que con mayor frecuencia se tienen disponibles en la práctica clí- nica; sin embargo, es aconsejable, infiltrar siempre de 304 • Anestesia obstétrica (Capítulo 31) manera adecuada, con anestésico local el espacio inter- vertebral, sin depender del tipo y calibre de la aguja que se utilice. Cuando se avanza la aguja epidural en el espacio intervertebral, ésta puede desviarse del sitio de la pun- ción tres milímetros por cada cinco centímetros que penetra en la espalda de la paciente, ésta es la razón por la que se recomienda, que cuando se trate de cambiar el ángulo con el que se introduce, se retire de forma total la aguja hacia fuera hasta llegar al tejido subcutáneo, esto permitirá cambiar el ángulo de penetración sin el riesgo de que la aguja se fracture o doble.21,22 FÁRMACOS Los anestésicos locales después de ser inyectados en el espacio epidural actúan en: a) Los nervios espinales dorsales y ventrales, difundién- dose a través de las membranas que los envuelven. b) El líquido cefalorraquídeo, al cruzar las diferentes meninges y vellosidades aracnoideas. c) La médula espinal penetrando en ella en mayor o menor grado de acuerdo con sus características físi- co-químicas; sin embargo, la concentración de los anestésicos locales en el cordón espinal es siempre menor a la que se encuentra en nervios espinales; en relación directa a su liposolubilidad, son capta- dos en mayor o menor grado por la sustancia blan- ca de la médula. d) Los ganglios dorsales y en el espacio paraverte- bral. 23, 24 Los opioides aplicados en el espacio epidural bloquean la transmisión del dolor al unirse a receptores opiáceos pre- sinápticos y postsinápticos en las láminas de Rexed I, II, V del cuerno dorsal de la médula espinal, produciendo analgesia sin bloqueo simpático y motor, a excepción de la meperidina que puede ocasionar cierto grado de blo- queo simpático.25,26 La liposolubilidad de los opioides facilita la difusión de los mismos, del espacio epidural al cordón dorsal de la médula espinal; a mayor liposolubilidad, más fácil difun- den, por lo que su tiempo de latencia es corto, aunque la duración de su efecto es menor, como ejemplo de este grupo de opioides tenemos al fentanil y al sufentanil. En el caso de opioides de baja liposolubilidad como la morfina, su difusión del espacio epidural a la médula espinal es lenta, lo que ocasiona un tiempo de latencia largo con una duración de acción prolongada.27 Los resultados que se obtienen en analgesia obstétri- ca con el empleo de morfina neuroaxial simple no son adecuados, aún no se ha documentado el motivo de este fenómeno. Las diferencias en el sitio y mecanismo de acción de los anestésicos locales y opioides producen diferentes respuestas en su eficacia para el control del dolor. Los anestésicos locales bloquean la conducción ner- viosa impidiendo el paso de sodio del exterior al interior de la membrana. Por muchos años se pensó que el diámetro de la fibra nerviosa que se pone en contacto con los anestésicos locales, es el factor que determina el mayor o menor efecto de estos fármacos; sin embargo, de manera recien- te se ha observado que la longitud de la fibra nerviosa es tan importante en este aspecto como el grosor.28 Los opioides producen analgesia por un mecanismo diferente al de los anestésicos locales, lo hacen a nivel de los receptores periféricos de la nocicepción, modulan- do la liberación de sustancia P de las neuronas C polimo- dales, del cuerno dorsal de la médula espinal. Algunos autores señalan que también en el ganglio basal se es- timulan los mecanismos descendentes neuromodulado- res de las vías de analgesia espinal.27 Los anestésicos locales son eficaces para el control del dolor agudo, crónico y del trabajo de parto; los opioi- des son adecuados para el tratamiento del dolor postope- ratorio, el crónico y el de fases iniciales del trabajo de parto, pero no ofrecen buena analgesia cuando se admi- nistran simples por la vía neuroaxial en el control del dolor obstétrico, al final del primer periodo del trabajo de parto ni en el segundo ni en la operación cesárea. Recordar que el dolor en la primera fase del parto es de tipo visceral y en la segunda es somático, esto explica las diferentes respuestas de los opioides neuroaxiales simples en el control del dolor obstétrico. La mezcla de anestésicos locales y opioides, ofrece magníficos resultados en el control del dolor agudo, pos- toperatorio, crónico y obstétrico, además, cuando se administran en esta variante, se disminuyen las dosis uti- lizadas en forma individual de cada uno de estos fárma- cos, obteniéndose una mejor calidad y duración de la analgesia, con menor incidencia de bloqueo simpático y motor. Hace poco se empezó a administrar clonidina en el espacio epidural adicionada de anestésicos locales u opioides, para mejorar la calidad y duración de la analge- sia; este fármaco actúa como agonista de los receptores α-2, el riesgo que tiene su empleo en analgesia obsté- trica, es que si su dosificación no es correcta, puede producir hipotensión arterial en la embarazada con la consiguiente disminución del flujo uterino y efectos colaterales indeseables en el feto.29 TÉCNICAS DE IDENTIFICACION DEL ESPACIO EPIDURAL Los anestesiólogos, por lo general, utilizan las siguientes técnicas para abordar el espacio epidural: a. La gota suspendida de Gutiérrez, este método está basado en la presión negativa que se produce cuan- do la aguja epidural atraviesa el ligamento amarillo y llega al espacio epidural, lo que provoca que una gota de líquido colocada con anterioridad en el pabellón de la aguja sea succionada, hacia el espa- cio.30Por desgracia, existen muchos factores que pueden modificar la incidencia de presión negativa, causando que el signo de la gota no se presente,© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Analgesia neuroaxial. Conceptos básicos • 305 entre estos se ha mencionado el embarazo y el sitio de punción a nivel lumbar.Las ventajas de este método de Gutiérrez son que en la mayorparte de los casos, se puede percibir con facilidad, por el anestesiólogo, el momento en que la punta de la aguja epidural cruza el ligamento amarillo y llega al espacio epidural. La sensación que se obtiene, no siempre es la misma en todos los pacientes, ésta depende de factores como su edad, hábitos de vida, tipo de trabajo, grado de colaboración al momento del bloqueo, presencia de una contracción uterina, etc. Su desventaja es que son la gota suspendida que se coloca en el pabellón de la aguja epidural no siempre es succionada, por lo que, si sólo se depen- de de este fenómeno para la identificación del espacio epidural, podemos obtener falsos resulta- dos negativos, es decir, que la gota permanezca en el pabellón de la aguja, a pesar de que la punta de ésta ya se encuentre en el espacio epidural, esta situación es más frecuente en las pacientes embara- zadas. Este fenómeno está relacionado con las dife- rentes presiones que existen en varios niveles del espacio epidural, la altura del sitio de punción, el embarazo, la presencia de padecimientos que incre- mentan la presión intraabdominal y del espacio epidural. Para obviar esta desventaja, se recomien- da confiar más en la sensación que se percibe en el momento de cruzar el ligamento amarillo, que en la succión de la gota suspendida, esto debe ser consi- derado sólo como un coadyuvante en la identifica- ción del espacio epidural. b. Técnica de la pérdida de la resistencia, en este pro- cedimiento se avanza la aguja epidural conectada a una jeringa que contiene aire, solución salina o una mezcla de estos, el anestesiólogo realiza una pre- sión constante con su pulgar en el émbolo de la jeringa para percibir resistencia a la inyección, en esta forma avanza en el espacio intervertebral y cuando cruza el ligamento amarillo, percibe que se pierde la resistencia en la jeringa, lo que indica que la punta de la aguja se encuentra en el espacio epi- dural. Existen controversias en relación con el empleo de aire o solución salina en la jeringa en esta técnica 31, algunos reportes señalan que, con aire, hay una mayor incidencia de bloqueos llama- dos en” tablero de ajedrez”,32,33 embolismo aéreo, neumoencefalia, cefalea postpunción accidental de la duramadre..34, 35 Por lo que se refiere al empleo de solución salina, se ha mencionado que hay menor posibilidad de punción accidental de la duramadre,36 y mejor difusión del anestésico local en el espacio epidural.37 La ventaja de este método de la pérdida de la resistencia es que se percibe y observa pérdida de la resistencia en el émbolo de la jeringa adherida al pabellón de la aguja epidural cuando ésta atraviesa el ligamento amarillo y se introduce en el espacio epidural. Sus desventajas son: 1. La percepción al cruzar el ligamento amarillo es mejor en la técnica de Gutiérrez. 2. Se pueden producir resultados falsos positivos, cuando el anestesiólogo siente la pérdida de la resistencia en el émbolo de la jeringa, pero la aguja no se encuentra en realidad en el espacio epidural y está localizada, por hábito, en la grasa del espacio intervertebral. 3. También hay resultados falsos negativos, en este caso no se siente la pérdida de la resistencia a pesar de que la aguja ya se encuentra en el espa- cio epidural, este fenómeno se debe a que el anestesiólogo, al estar en contacto con el émbo- lo de la jeringa, no la presiona en forma adecua- da lo que impide su desplazamiento. Otra causa, es la presencia de un material extraño que oclu- ya la punta de la aguja epidural, éste puede ser un coágulo de sangre, fragmentos de piel, par- tículas de grasa o de periostio, otros factores son jeringas en mal estado o la presencia en el embo- lo de talco de los guantes que emplea el aneste- siólogo, lo que disminuye el movimiento del émbolo. Con base en los reportes de los autores y la experiencia de autor, la técnica que podría ser la más segura para el abordaje del espacio epidural, es en la que se combinan las ventajas que tienen la de la gota suspendida y la de la pérdida de la resistencia. En este método, el anestesiólogo sujeta con sus manos el pabellón o las alas de la aguja epidural en la misma forma como lo hace en la técnica de la gota sus- pendida, pero, en lugar de colocar una gota de solución salina en el pabellón de la aguja, lo conecta a una jeringa para hacer la prueba de la pérdida de la resistencia. El anestesiólogo avanza la aguja a una distancia pro- medio de un centímetro, se detiene, y realiza la prueba de la pérdida de la resistencia con la jeringa, si aún no ha llegado al espacio epidural, vuelve a introducir su aguja en la misma forma, hasta percibir el momento en el cual ésta atraviesa el ligamento amarillo y llega al espacio epi- dural, pudiendo corroborar, de inmediato, la correcta posición de la aguja, mediante la prueba de la pérdida de la resistencia con la jeringa. DOSIS ÚNICA O FRACCIONADA Una vez instalada la punta de la aguja en el espacio epi- dural, tenemos que tomar la decisión de inyectar nues- tros fármacos en dosis única por la aguja o bien, en forma fraccionada, previa dosis de prueba a través de la aguja epidural instalada en el espacio, para después aplicar el resto de la dosis por el catéter epidural, también previa prueba de aspiración del mismo. La única ventaja que ofrece administrar la dosis total del anestésico directo al espacio epidural, en forma de bolo, es que el tiempo de latencia de la analgesia es un poco más corto. Las desventajas son múltiples; entre ellas se mencionan, mayor incidencia de hipotensión arterial, riesgo de aplicar en forma accidental la dosis total del fármaco, bien sea en el espacio intratecal o en un vaso 306 • Anestesia obstétrica (Capítulo 31) sanguíneo con la consiguiente producción de un bloqueo subaracnoideo masivo o toxicidad sistémica en el sistema nervioso central y cardiovascular, causada por el anesté- sico local. La inyección de la dosis en forma fraccionada tiene la ventaja de: producir menor incidencia de hipotensión arterial, analgesia metamérica selectiva y menor posibili- dad de ocasionar una raquia masiva o toxicidad sistémica. La única desventaja es que el tiempo de latencia del bloqueo sensitivo es un poco mayor.38 En relación con la calidad y altura de la analgesia, ésta en apariencia es mejor y mayor cuando se aplica una dosis única; sin embargo, este fenómeno sólo se observa en los primeros 15 min después de aplicado el bloqueo, ya que transcurrido este tiempo, la calidad de la analge- sia que produce la dosis fraccionada es similar a la de dosis única. Por lo que se refiere al nivel del bloqueo epidural, una vez instalada la analgesia, éste es similar, sin impor- tar que la inyección de la dosis se haya realizado en forma única o fraccionada.1-3 La administración de una dosis de prueba en el espa- cio epidural, permite detectar la inyección accidental de fármacos en el espacio intratecal o intravascular, la dosis de anestésico local que se emplea en este procedimiento es mínima. En el caso de que una dosis de prueba con anestési- co local se inyecte por accidente en el espacio subarac- noideo, el volumen del fármaco que se administra es tan pequeño, que permite controlar, por medio de cambios en la posición del paciente, el nivel del bloqueo espinal, resolviéndose esta complicación con facilidad. Esta situación es diferente cuando la dosis total del anestésico local se aplica en forma de bolo por acciden- te en el espacio intratecal, esto produce una raquia masi- va que requiere un tratamiento enérgico en el cual se necesitan implementar todas las medidas de reanimación cardiopulmonar.39 ,40 Existe controversia en relación con lo que se ha denominado la segunda dosis de prueba, que consiste en la administración de un anestésico local mezclado con epinefrina, 41-42 con el objetivo de detectar una inyec- ción accidental intravascular del fármaco. Esta prueba no es 100% específica y sensible, además sus resultados pueden ser falsos positivos o negativos; sin embargo, a pesar de estos inconvenientes,esta segunda dosis de prueba es útil, ya que nos permite diagnosticar, con cierto grado de confiabilidad, la inyección accidental intravascular del anestésico local. Se ha recomendado, también utilizar para esta segunda dosis de prueba en lugar de epinefrina, fentanil simple o la inyección de aire en cantidades mínimas en el espacio epidural.43,44 Otro argumento a favor de utilizar dosis fraccionada en lugar de la única en bolo, es que una vez inyectada la dosis de prueba, se procede a introducir el catéter en el espacio epidural, cuando éste se desliza y pasa con faci- lidad indica que la posición de la aguja epidural en el espacio es correcta, además el volumen de la dosis de prueba incrementa un poco el diámetro del espacio epi- dural, lo que ayuda a la introducción del catéter. Los argumentos mencionados apoyan en forma absoluta que la administración de fármacos en el espacio epidural debe hacerse en forma fraccionada, mediante una o dos dosis de prueba, seguida de la introducción del catéter, que se utilizará después para la aplicación del resto de la dosis del fármaco; la principal indicación de utilizar el catéter no es prolongar la duración de la analgesia, es la seguridad del paciente, al evitar la dosis en bolo de fármacos en el espacio epidural. La inyección del fármaco por el catéter epidural, también deberá hacerse en forma fraccionada previa aspiración del mismo para comprobar su posición, ya que éste puede migrar en forma espontánea hacia el líquido cefalorraquídeo o a un vaso sanguíneo, se consi- dera negativa la prueba cuando no se observa en el inte- rior del catéter sangre o líquido cefalorraquídeo. En ocasiones, los resultados de esta prueba pueden ser negativos a pesar de que el catéter haya migrado al líquido cefalorraquídeo o a un vaso sanguíneo, por lo que se recomienda inyectar, después de una prueba negativa del catéter, un volumen máximo de cinco cm del fárma- co a una velocidad de un cm cúbico por segundo en cada dosis, para la administración del resto de la dosis, por medio del catéter, se procederá en la misma forma. En el caso de observarse sangre o líquido cefalorra- quídeo, el catéter debe retirarse de la paciente, para intentar un nuevo bloqueo epidural en un espacio inter- vertebral subyacente. CATÉTER EPIDURAL Una de las preocupaciones que tiene el anestesiólogo cuando administra una analgesia epidural, es el riego de la posible migración espontánea del catéter epidural al espacio intravascular o subaracnoideo; se ha demostrado que la incidencia de esta complicación en el primer caso es de 3 a 15% y, en el segundo de 0.5 al 3%.45, 46 La aspiración del catéter epidural detecta en forma habitual su migración intravascular cuando se observa sangre en su interior, otra alternativa para diagnosticar esta complicación es la inyección de 15 microgramos de epinefrina por el catéter epidural; esta prueba es útil, pero puede tener resultados falsos positivos o negativos. Lo primero se presenta cuando se mide la frecuencia cardiaca materna durante una contracción uterina y se encuentra un incremento, el cual no es atribuible a la inyección intravascular accidental de la epinefrina, sino a la actividad del útero, la taquicardia que se produce por una verdadera migración intravascular debe presentarse entre las contracciones uterinas. Por lo que refiere a los resultados falsos negativos, estos se presentan, cuando el catéter está situado en un vaso sanguíneo y no se produce taquicardia con esta prueba, esto es atribuible a que el aumento de la fre- cuencia cardiaca fue muy breve y no se pudo detec- tar.47,48 Para descartar la migración del catéter intratecal, se recomienda la inyección en el mismo de una dosis de 40 a 60 mg de lidocaína, y esperar 60 segundos para solicitar© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Analgesia neuroaxial. Conceptos básicos • 307 a la paciente que mueva sus miembros inferiores, si esto es posible se puede pensar que el catéter no está intrate- cal; sin embargo, algunos pacientes pueden mover sus miembros en este lapso de tiempo y, mostrar después de tres a seis minutos, signos de bloqueo motor, por lo que se recomienda hacer esta prueba de movimiento después de cinco minutos de administrar la lidocaína.49, 50 Ha sido demostrado por numerosos autores que no existe una relación directa entre la posición que tiene la punta de la aguja al momento de introducirla en el espa- cio epidural (cefálica, caudal o neutral) y, la dirección que toma el catéter cuando se introduce por medio de ésta en el mismo. Estudios realizados con medio de contraste demos- traron, que el catéter puede dirigirse hacia cualquier dirección en el espacio epidural, sin importar la posición que tenga la punta de la aguja cuando lo abordamos,51 y que el factor más importante que nos permite tener cierto control en la dirección y posición del catéter, es la longitud que dejamos del mismo en el espacio, la cual deberá ser entre tres a cuatro centímetros;52 otros auto- res consideran que es mejor dejar en las embarazadas una longitud entre cinco a seis centímetros.53, 54 Una longitud adecuada del catéter en el espacio epi- dural permite tener la seguridad de que su punta está cerca del nivel del sitio de punción, lo que facilita con- trolar la altura de la analgesia cuando se inyectan en él fármacos,52 además de que evita accidentes como: rup- tura y/o elongación al tratar de retirarlo de la paciente, la formación de nudos alrededor de nervios espinales, una posición cefálica o caudal inadecuada, su salida al espa- cio paravertebral o permanencia en un lado del espacio epidural. Los catéteres que en la actualidad existen en el mer- cado están hechos de diversos materiales, algunos tienen marcas cada determinada distancia, con el objeto de faci- litar al anestesiólogo y ajustar su longitud en el espacio epidural; algunos tienen en su interior estiletes. Hace poco ha sido motivo de controversia, el deter- minar si los catéteres con un sólo orificio localizado en su extremo distal son mejores que los que tienen varios agujeros alrededor de éste, pero teniendo su punta ocluida. Los catéteres con varios orificios han producido blo- queo epidural, subdural y espinal al mismo tiempo en el paciente, debido a que sus agujeros pueden localizarse en varias estructuras anatómicas al mismo tiempo;55, 56 sin embargo, este tipo de catéter es el que ofrece mejores resultados en la calidad de la analgesia epidural del tra- bajo de parto.57,59 PATRONES DE DIFUSIÓN Los patrones de difusión de los fármacos inyectados en el espacio epidural han sido establecidos, éstos son fijos y no pueden ser modificados cambiando la posición de la aguja cuando ésta se encuentra en el espacio o la de la paciente, después de haber aplicado el bloqueo epi- dural.4 Si se inyecta el fármaco en el área caudal del espacio epidural, éste se difunde en un 100% en dirección cefá- lica, si se hace a nivel lumbar, 75% del volumen de la dosis toma esta misma dirección y 25%, la caudal; en la inyección en el espacio epidural torácico 50% se difunde en dirección cefálica y 50%, en dirección caudal. Cuando se aplica en el espacio cervical, 75% de la dosis se dirige hacia la región caudal y 25%, hacia la cefálica. El rotar la posición de la aguja cuando ésta ya se encuentra en el espacio epidural no modifica el patrón de difusión, pero aumenta el riesgo de producir un blo- queo accidental subdural que, de no ser diagnosticado y tratado de forma oportuna, puede llegar a ocasionar la muerte del paciente. Los patrones fijos de difusión mencionados permi- ten suponer que el sitio de la punción y el volumen de la dosis son los factores más importantes en el desarrollo de la altura de la analgesia. La velocidad de la inyección, estatura y edad de la paciente, así como su posición, tienen una influencia limitada en el nivel del bloqueo. Es importante recordar que el embarazo modifica en forma drástica la difusión de fármacos en elespacio epi- dural, lo que obliga a disminuir el volumen de anestési- cos locales administrados. MODIFICACIONES EN LA HEMODINAMIA Después de aplicar un anestésico local en el espacio epi- dural, se produce un bloqueo simpático previo al sensiti- vo y al motor, que ocasiona alteraciones de diferente intensidad en el aparato cardiovascular. Estos efectos indeseables son hipotensión arterial, bradicardia e, inclusive disminución del gasto cardiaco. La incidencia y magnitud de estas respuestas hemo- dinámicas están relacionadas con el nivel del bloqueo simpático, la dosis del anestésico local, el estado cardio- vascular del paciente, la administración previa al bloqueo de líquidos endovenosos y la adición de otros fármacos a los anestésicos locales, como epinefrina y clonidina. La frecuencia de hipotensión arterial después de aplicar un bloqueo epidural es menor a la observada en el bloqueo espinal, esto se explica por el mayor tiempo de latencia que tiene el bloqueo epidural, lo que permi- te al paciente aumentar sus resistencias vasculares peri- féricas por arriba del área bloqueada, en el caso del blo- queo espinal, el tiempo de latencia corto impide que el enfermo tenga esta respuesta. Otro factor que condiciona esta diferencia en la inci- dencia de hipotensión arterial entre los bloqueos epidu- ral y espinal, es el nivel que alcanzan los bloqueos sensi- tivo y simpático; en el caso de la analgesia epidural es el mismo, pero en la espinal, el bloqueo simpático de manera habitual se localiza dos o tres metámeras por arriba de la altura máxima de la analgesia. Además, cuando el nivel de la simpaticólisis rebasa el segmento T4, los nervios cardioaceleradores del corazón se ven afectados, lo que produce una bradicardia severa y baja del gasto cardiaco, esta complicación se puede observar en el bloqueo espinal y epidural.1-3 308 • Anestesia obstétrica (Capítulo 31) Existen también modificaciones en el flujo sanguí- neo regional que dependen del nivel que alcance el blo- queo epidural. El flujo hepático disminuye en relación directa con la baja de la tensión arterial sistémica; el flujo renal tiene un decremento de hasta 14% cuando el blo- queo está por encima del segmento T5, esto no depende de que disminuya o no la tensión arterial sistémica del paciente. El flujo sanguíneo de los miembros inferiores se incrementa por debajo del nivel del bloqueo, por arriba de éste disminuye; en el caso de un bloqueo epidural con un nivel metamérico demasiado alto, la inhibición de la función del sistema nervioso autónomo simpático pro- duce hipotensión arterial y una vasodilatación intensa, con baja de las resistencias vasculares periféricas en miembros superiores e inferiores. CAMBIOS EN LA CONDUCCIÓN NERVIOSA La dosis del anestésico local aplicado en el espacio epi- dural inhibe la conducción en diferentes nervios espina- les, en relación directa con las características de estas fibras nerviosas como son diámetro, velocidad de con- ducción, cantidad de mielina y función, así como las características físico-químicas del anestésico local. Teniendo en cuenta estos factores y mediante una buena selección de la dosis y tipo de anestésico local, el anestesiólogo puede obtener de acuerdo con las necesi- dades del caso en forma individual o conjunta, un blo- queo de tipo simpático, sensitivo y motor, esto reviste gran importancia cuando se administra analgesia epidu- ral para el control del dolor del trabajo de parto y del periodo postoperatorio, donde es necesario contar con una buena disociación sensitiva-motora del bloqueo epi- dural. Para poder seleccionar la dosis correcta de los anes- tésicos locales en el bloqueo epidural, es necesario tomar en cuenta los siguientes factores: a. Volumen, esto condiciona la altura del bloqueo, se calcula a 1.6 mL por cada dermatoma necesario de bloquear, se debe ajustar esta cantidad de acuerdo con las condiciones del paciente, en la embarazada se disminuye en 30% y en los ancianos, algunos autores recomiendan hacerlo hasta en 50%. 1 Nunca deberá calcularse el volumen del anesté- sico local por kilo de peso en pacientes adultos, sólo se hace en los pediátricos (recién nacidos, lac- tantes e infantes). Tampoco existe una justificación para aumentar el volumen de la dosis por arriba de lo recomenda- do, con el propósito de alcanzar un nivel más alto del bloqueo, mejorar la calidad del mismo o para compensar una mayor estatura del paciente. Al hacerlo, sólo aumenta la posibilidad de que se pro- duzca un fenómeno de toxicidad sistémica, ya que la absorción vascular de esta sobredosis de anesté- sico local producirá mayor concentración de su forma libre en el plasma del paciente, además, la mayor difusión longitudinal (consecuencia del exceso en el volumen administrado) en el espacio epidural provocará un intenso bloqueo del sistema nervioso autónomo simpático y de los nervios car- dioaceleradores del corazón, con los efectos colate- rales indeseables que esto provoca. b. Concentración del anestésico local, de ésta de- pende la calidad de la analgesia y mayor o menor incidencia de bloqueo motor parcial o total. La difusión de los anestésicos locales en nervios espi- nales está en relación directa con las características de éstos como diámetro, tipo de función que desempeñan, velocidad de conducción y grado de mie-linización. Los filetes nerviosos delgados y sin mielina, como son los nervios tipo C, permiten la penetración del anestésico local con facilidad, por lo tanto se requiere menos concentración de este fármaco para bloquearlos. Por el contrario, nervios de mayor diámetro como los A alfa, A beta, necesi- tan mayor concentración de anestésico local para que éste pueda difundirse a su interior. El factor más importante para calcular la dosis del anestésico local en analgesia epidural es la ma- sa del fármaco, o sea la cantidad total en miligra- mos del anestésico local que se inyecta en el espacio epidural. La masa de la droga puede estar disuelta en diferentes volúmenes, por lo que al dividir los miligramos del anestésico entre el volumen en que se disolvieron, obtendremos la concentración del fármaco aplicado, ésta puede ser diferente, cuando los miligramos permanecen constantes y lo que se modifica es el volumen en que se disolvieron; de la concentración depende en forma directa el tiempo de latencia, duración, calidad de la analgesia y tipo de bloqueo motor que se obtienen en el paciente. En la analgesia epidural del trabajo de parto es muy importante producir un bloqueo sensitivo y motor acorde con su evolución; el conocimiento del tipo de las fibras nerviosas involucradas en la percep- ción del dolor obstétrico, la decisión correcta de la masa de la droga necesaria de inyectar (miligramos disueltos en determinado volumen = concentra- ción) y las características farmacológicas del anes- tésico local, permitirán al anestesiólogo obtener un adecuado grado de disociación del bloqueo sensiti- vo motor en la embarazada, alcanzando el objetivo de una analgesia suficiente, con mínimo o nulo blo- queo motor, de acuerdo con la evolución del traba- jo de parto.1,2,60-62 c. La adición de epinefrina al anestésico local mejora la calidad de la analgesia, prolonga su duración y disminuye la absorción vascular del anestésico, este efecto se obtiene sólo en analgesia epidural con anestésicos locales de duración intermedia como la lidocaína, cuando esto se hace con los de larga duración, sólo se observa un aumento en la intensi- dad y duración del bloqueo motor. d. La mezcla de bicarbonato de sodio con el anestési- co local incrementa su pH y el número de formas no-ionizadas de este fármaco, es importante recor-© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Analgesia neuroaxial. Conceptos básicos • 309 dar que éstas son las que penetran la membrana nerviosa, por lo que al aumentarlas, el tiempo de latencia es más corto, pero sin que se modifique en forma concomitante la calidad y duracióndel blo- queo. En algunos países, existen en el mercado las llamadas soluciones carbonatadas (no confundir con la adición de bicarbonato de sodio), las que además de disminuir el tiempo de latencia mejoran la calidad del bloqueo y prolongan su duración. Las dosis de bicarbonato que se administren deberán ser las adecuadas para evitar precipitación del anes- tésico local y/o neurotoxicidad.63-67 e. Coadyuvantes. Con el objetivo de mejorar la ca- lidad de la analgesia y prolongar su duración se adicionan a los anestésicos locales opioides, esto permite disminuir la masa del anestésico en la dosis, por lo que la incidencia de bloqueo simpá- tico y motor es menor. Las dosis de opioides en analgesia epidural varían en relación a sus caracte- rísticas físico-químicas, potencia, duración de efec- to, condiciones del paciente e indicación para su administración. Éstas se calculan en forma normal en miligramos o microgramos en su dosis inicial y cuando se requiere prolongar su acción, se conti- núa su administración por medio de una bomba de infusión o se aplica uno de larga duración como la morfina. Las mezclas de anestésicos locales y opioi- des son recomendadas con amplitud en la analgesia epidural obstétrica y en el control del dolor posto- peratorio.68 Existen nuevas alternativas para mejo- rar la calidad de la analgesia epidural, entre ellas está la aplicación de clonidina, cuyo efecto analgé- sico es por su acción en receptores α-2, 2,69 otras opciones son neostigmina, adenosina, baclofen, ketamina, amitriptilina. Cada uno de estos fárma- cos tiene diferente mecanismo, sitio de acción y posibilidad de efectos colaterales; la correcta selec- ción, dosificación y administración de los mismos ha demostrado en estudios preliminares que ofre- cen ciertas ventajas.70-75 BLOQUEO ESPINAL En los últimos años con la introducción en el mercado de nuevas agujas espinales, las llamadas “punta de lápiz”, se ha incrementado el interés por la administración del blo- queo espinal en analgesia obstétrica. Cuando se compa- ra el bloqueo epidural, con el espinal existen argumentos a favor del último, entre estos destacan: a. El bloqueo espinal es una técnica que ofrece menos dificultades para su aplicación en comparación con el bloqueo epidural. b. La dosis de fármacos requeridos son menores a las del bloqueo epidural, por lo que la incidencia de toxicidad sistémica es casi negativa. c. Su tiempo de latencia es corto. d. La calidad de la analgesia y bloqueo motor es mejor, dependiendo de la dosis administrada. e. El nivel del bloqueo es más controlable. Los argumentos que se han esgrimido en su contra son: a. Mayor incidencia de hipotensión arterial. b. La duración del bloqueo es limitada, ya que no existen catéteres autorizados para técnicas de blo- queo espinal continuo. c. Mayor posibilidad de que el paciente joven tenga cefalea pospunción de la duramadre, aunque con las nuevas agujas espinales, la incidencia de esta complicación es mínima.76 DIFUSIÓN DE LA ANESTESIA ESPINAL Se han mencionado numerosos factores como los deter- minantes de la difusión de los anestésicos locales en el espacio subaracnoideo y en el líquido cefalorraquídeo. El análisis crítico de éstos ha demostrado, que los que no tienen un efecto clínico importante son: peso y sexo del paciente, dirección de la punta de la aguja espinal, turbu- lencia al momento de la inyección de los fármacos, com- posición, circulación y presión del líquido cefalorraquí- deo, concentración del anestésico local y adición al mismo de vasopresores. Los que sí tienen efecto clínico, con ligeras variantes en su influencia, sobre la altura máxima de la analgesia son: edad y estatura del paciente, configuración anatómi- ca de la columna vertebral, sitio de aplicación del blo- queo, volumen y densidad del líquido cefalorraquídeo, posición del paciente después de aplicado el bloqueo, y la dosis, volumen y baricidad del anestésico local, este último factor es el más importante para establecer el nivel máximo de altura de la analgesia. En nuestra práctica clínica tenemos disponibles anestésicos locales isobáricos, hiperbáricos e hipobáricos, en los primeros, la gravedad tiene poca influencia en su difusión vertical en el espacio subaracnoideo si la posi- ción del paciente se mantiene constante después de apli- cado, los dos últimos difunden en relación directa a la gravedad o contraria a ésta, respectivamente. Un factor importante para evitar que la altura previa del bloqueo subaracnoideo se modifique, es mantener la posición del paciente, una vez que se ha establecido por el anestesiólogo la altura máxima de la analgesia, ya que el nivel metamérico puede modificarse hacia arriba o abajo en los primeros treinta minutos posteriores, a la aplica- ción de un anestésico local de duración intermedia como lidocaína o hasta 45 minutos con uno de larga duración como bupivacaína, levobupivacaína o ropivacaína. De requerirse un cambio en el nivel del bloqueo, la posición del paciente debe modificarse con lentitud de acuerdo con las necesidades que el caso requiera.77-82 Después de la inyección del anestésico local en el espacio subaracnoideo, éste se difunde de manera funda- mental hacia el cordón espinal, y en menor grado perma- nece en el líquido cefalorraquídeo. 310 • Anestesia obstétrica (Capítulo 31) Los patrones de distribución en el cordón espinal de los anestésicos locales y opioides dependen casi de su liposolubilidad, del sitio donde actuarán, de su grado de eliminación del cordón espinal por medio de su circula- ción venosa, y de la cantidad que permanece en el líqui- do cefalorraquídeo, esto último está en relación directa con la dosis administrada.83 La eliminación de fármacos inyectados en el espacio subaracnoideo depende de forma primordial de su absor- ción y paso a la circulación sistémica, por medio de las venas de la médula espinal y de la piamadre, así como también, por su difusión hacia el líquido cefalorraquídeo del cual, a través de la vellosidades aracnoideas son eli- minados hacia el espacio epidural, donde por medio de sus plexos venosos pasan a la circulación sistémica; en la eliminación no interviene el metabolismo de los fár- macos. 79,80 SELECCIÓN DE FÁRMACOS Y DOSIS La masa del anestésico local o sean los miligramos del fármaco que administrarán en un determinado volumen, es el factor más importante en su dosificación para el bloqueo espinal, ésta condiciona la calidad y duración de la analgesia, menor influencia en estos parámetros tienen el volumen o la concentración, cuando se manejan en forma individual y no mediante el concepto de masa de la droga a administrar.84-86 La baricidad del anestésico local es lo que determina su difusión, tiempo de latencia y duración, los anestési- cos locales empleados en esta técnica pueden ser admi- nistrados en forma de soluciones hipobáricas, isobáricas e hiperbáricas. Las soluciones hiperbáricas tienen tiempo de latencia corto, mejor difusión, pero menor duración de su efecto. En las hipobáricas, el tiempo de latencia es prolon- gado, la difusión limitada, pero la duración de su acción es mayor, las soluciones isobáricas tienen características intermedias en latencia, difusión y duración entre las hiperbáricas e hipobáricas.87,88 Es muy importante la selección del tipo de anestési- co local para el bloqueo espinal en cirugía donde se requiera una buena calidad de analgesia y relajación muscular como es el caso de la ortopédica, en la que se emplea torniquete, ya que éste puede causar dolor al paciente. Varios estudios han demostrado que para alcanzar estos objetivos en la analgesia y relajación muscular, es recomendable la administración de anestésicos locales de mayor liposolubilidad pues estos fármacos ofrecen mejo- res resultados en comparación con los de menor liposo- lubilidad, las razones que explican este fenómeno no están muy claras y nada tienen que ver con el nivel de la analgesia.89-92 Se ha involucrado a la lidocaína como el agente cau- sal del llamado síndrome de irritaciónneurológica tran- sitoria, el cual se presenta en el periodo postoperatorio inmediato después de la recuperación total del bloqueo espinal producido por este anestésico local. Sin embargo, existen también reportes de este sín- drome, posteriores a la administración de otros anestési- cos locales como la mepivacaína y bupivacaína, pero de manera definitiva la incidencia de este fenómeno es más frecuente con el empleo de lidocaína.93-96 Se han esgrimido como factores que predisponen a la aparición de este síndrome, la administración de li- docaína espinal, la posición de litotomía del paciente durante la cirugía, y si ésta es de rodillas y/o ambulatoria. Se han descartado como elementos causales, la concen- tración de lidocaína, la adición de glucosa para preparar soluciones hiperbáricas, o de epinefrina para prolongar su duración y el patrón de difusión de fármacos en el líquido cefalorraquídeo, cuando éstos se inyectan por medio de las nuevas agujas espinales llamadas de “punta de lápiz”. A pesar de los numerosos estudios que se han reali- zado para dilucidar el problema de posible neurotoxicidad de la lidocaína, aún no se ha llegado a una conclusión definitiva, que pudiera etiquetar a este fármaco como un anestésico local capaz de producirla, cuando se adminis- tra en analgesia espinal; a favor de este anestésico local existen los millones de reportes de su empleo; desde hace más de 52 años en bloqueo subaracnoideo, con bue- nos resultados y sin causar neurotoxicidad.93-97 En analgesia espinal se adiciona a los anestésicos locales fármacos con acción vasoconstrictora como epi- nefrina, con el objetivo de prolongar la duración de su efecto, al respecto, existen estudios que han evaluado sus resultados. La conclusión final de éstos es que los va- soconstrictores prolongan la duración de la acción de tetracaína en todos los segmentos espinales que bloquea, pero cuando se adiciona a lidocaína o bupivacaína, sólo se produce incremento en la duración del bloqueo a nivel de los dermatomas lumbares y sacros.82,98 Los opioides también se administran en el bloqueo espinal simples o mezclados con anestésicos locales, en su forma simple no son útiles para el control del dolor somático del trabajo de parto, y el quirúrgico, pero ofre- cen buenos resultados cuando se aplican en los inicios del trabajo de parto. Cuando los opioides se mezclan con un anestésico local, la calidad y duración de la analgesia que estos ofrecen, es mejor y de mayor duración, al mismo tiempo que las dosis que se requieren de ambos fármacos son menores a las que se administran en forma individual.99 La clonidina también se utiliza mezclada con anes- tésicos locales para mejorar la calidad de la analgesia.72, 100-101 Existen reportes preliminares de la aplicación de neostigmina o midazolam, también en combinación con anestésicos locales para obtener el mismo objetivo. RESPUESTA FISIOLÓGICA La administración de anestésicos locales en el espacio subaracnoideo produce en mayor o menor grado y en relación directa con la altura del bloqueo, los siguientes cambios fisiológicos: bloqueo simpático, bradicardia y vasodilatación en vasos sanguíneos arteriales, aunque© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Analgesia neuroaxial. Conceptos básicos • 311 ésta no es máxima, como la que produce en las venas y vénulas que pierden por completo su tono.102 Los opioides en inyección intratecal pueden causar depresión tardía de la respiración por un fenómeno de redistribución rostral, este efecto en particular se presen- ta con los que son muy hidrosolubles como la morfina, pero siempre en relación directa con la dosis aplicada, en la actualidad, en el caso de la morfina éstas son siempre menores a 200 microgramos, éstas contrastan de forma notable con las altas dosis empleadas en los años 80s del siglo pasado, donde los reportes de depresión respiratoria tardía eran frecuentes ; en el caso de opioides de gran liposolubilidad, la absorción vascular de éstos, puede producir depresión respiratoria temprana o tardía.103,104 Por medio de otros mecanismos, los opioides causan náu- sea, vómito, prurito y retención urinaria, estos efectos colaterales indeseables, también están ligados a la dosis y tipo de opiode que se administra.105 Cuando se administra clonidina en analgesia espinal, el paciente puede presentar, de acuerdo con la dosis, sedación intensa e hipotensión o hipertensión arterial. Estos efectos colaterales indeseables son producidos por una alteración que este fármaco causa en la función del sistema nervioso autónomo,106 la hipotensión arte- rial disminuye el flujo uterino, lo que afecta el bienestar del feto. ANESTESIA ESPINAL-EPIDURAL COMBINADA En la actualidad, su principal indicación es la analgesia del trabajo de parto, así como también en cirugía de larga duración o en la que se va a proporcionar al paciente analgesia postoperatoria por medio de un bloqueo neu- roaxial epidural.107-111 La introducción en el mercado de agujas espinales de mayor longitud, diseñadas de forma específica para esta técnica, ha permitido resolver el problema de fallas en sus resultados, que en apariencia dependían de la insuficiente longitud de la aguja espinal, que era introdu- cida a través de la aguja epidural en el espacio subarac- noideo. Las compañías que producen estos instrumentos ofrecen en nuestros días agujas espinales de suficiente longitud que permiten que la punta de éstas se desplace al menos un centímetro por adelante de la aguja epidu- ral, facilitando la aplicación de los fármacos en el espacio subaracnoideo, lo que disminuye la incidencia de fallas en la calidad de la analgesia. Asimismo, la incidencia de cefalea pospunción de la duramadre es mínima con el empleo de agujas espinales de calibre delgado y con “punta de lápiz”. Una gran preocupación de los que practican la anal- gesia espinal y epidural combinada, es el posible riesgo de introducir por accidente el catéter epidural al espacio subaracnoideo, a través el agujero que se produjo en la duramadre con la aguja espinal; varios autores han demostrado que esta posibilidad es rara, pero no impo- sible. Las compañías fabricantes de equipos para este procedimiento han introducido en el mercado agujas epidurales que tienen un orificio especial en la parte pos- terior de su punta, con el objetivo de que la aguja espi- nal se introduzca al espacio intratecal, sólo a través de este agujero, esto en apariencia evita que el catéter epi- dural pase por accidente al espacio subaracnoideo.107-111 La mayor difusión cefálica de los fármacos aplicados en el espacio subaracnoideo, producida por la aplicación posterior de sustancias en el epidural, ha sido estudiada de forma profusa, recomendándose que debe transcurrir un lapso de tiempo de al menos treinta minutos, después 312 • Anestesia obstétrica (Capítulo 31) Técnica Intratecal Epidural Mantenimiento en infusión con- tinua. Iniciar antes de que la analgesia espinal termine. Anestésico local más opiode: volumen de infusión 8 a 10 mL/h Epidural Mantenimiento con infusión continua. Iniciar antes de que la analgesia espinal inicial ter- mine. Anestésico local simple: volu- men de infusión 8 a 10 mL/h Epidural Mantenimiento en infusión cuando el paciente controla la analgesia. Iniciar antes de que la analgesia espinal inicial ter- mine. Infusión basal 4 a 6 mL/h, dosis de rescate admi- nistrada por el paciente 4 mL, con intervalo programado de 10 a 15 min, número máximo de dosis de rescate por hora 4 a 6 Epidural Mantenimiento con dosis por inyección intermitente. Iniciar antes de que la analgesia espinal inicial termine Fármacos Opiode: fentanil:5 a 20 µg, o sufentanil: 1 a 5 µg Simples al inicio, después deben ser mezclados con un anesté- sico local de acuerdo con la evolución del trabajo de parto. Bupivacaína 1 a 2.5 mg, o le- vobupivacaína, o ropivacaína 1 a 3 mg Bupivacaína, 0.0625% o levobu- pivacaína o ropivacaína 0.1% adicionadasde opiode: fentanil 2 µg por mL de anestésico local o sufentanil 0.3 a 0.5 µg por mL de anestésico local Bupivacaína o levobupivacaína 0.25%, o ropivacaína 0.2 Misma dosis de anestésico local simple o mezclado con opioide Inicial: 6 a 8 mL de anestésico local simple o con opiode en la dosis señaladas. Inyectar para mantenimiento, por el catéter epidural antes de que termine la analgesia epidural, 75% de la dosis inicial cada 90 a 120 min de acuerdo con la res- puesta de la paciente embara- zada Cuadro 31�1. Dosis para analgesia espinal-epidural combinada 1. Bromage PR: Epidural analgesia. 1a ed., Philadelphia, W. B. Saunders, 1978. 2. Cousins MJ, Veering B: Epidural neural blockade. En: Cousins M J, Bridenbaugh PO (eds.): Neural blockade in clinical anesthesia and pain management, 2a ed., Philadelphia, J. B. Lippincott, 1998: 253-360. 3. 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También se ha reportado que una vez establecida la analgesia espinal, al iniciarse la epidural la altura de la misma, puede ser mayor a la que de forma habitual se observa sin la administración previa de un bloqueo espi- nal.107-111 Este procedimiento combinado de bloqueo espinal y epidural ha demostrado ser seguro y de gran utilidad en anestesia regional, de manera especial para el control del dolor del trabajo de parto. DOSIS DE FÁRMACOS PARA ANALGESIA NEUROAXIAL EN OBSTETRICIA Para finalizar este capítulo, en el cuadro 31–1 se mues- tran, las dosis recomendadas para las diversas técnicas de analgesia neuroaxial en el control del dolor obstétrico. Cabe mencionar que las dosis señaladas, sólo son un punto de referencia, y que éstas deben ajustarse de acuerdo con el tipo y condiciones del paciente, su umbral de dolor, la evolución del trabajo de parto y el plan de manejo obstétrico. REFERENCIAS 31. Odom CB: Epidural anesthesia.Am J Surg 1936;34:547. 32. 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