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75 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCIÓN Los anestésicos locales son fármacos de uso común en medicina y muy en especial en anestesiología, que al ser administrados en la cercanía del tejido neural periférico producen cambios en la conformación de los canales de sodio dependientes de voltaje que despolarizan el tejido neural y producen analgesia, anestesia, bloqueo simpáti- co y motor en los dermatomas de los nervios afectados, sin alteraciones en el estado de despierto. Este fenómeno inhibitorio es reversible, transitorio y se conoce como anestesia regional, la cual se divide en local, de plexos, peridural y subaracnoidea. Estos fármacos son muy segu- ros y eficaces, pero cuando son manejados en forma ina- propiada pueden alcanzar concentraciones plasmáticas elevadas y producir toxicidad sistémica que se manifies- ta primordialmente en los sistemas nervioso central (SNC) y cardiovascular, que ocasionalmente puede lle- gar a la muerte. También se ha descrito toxicidad local al ser inyectados en la cercanía del sistema nervioso perifé- rico o en el espacio subaracnoideo o peridural. El princi- pal uso clínico de los anestésicos locales está encamina- do a lograr insensibilidad al dolor, si bien tienen otros efectos farmacológicos como antiarrítmicos, antiasmáti- cos, antiinflamatorios, antitrombóticos, habiéndose demostrado también cierta capacidad bacteriostática y bactericida, así como ser potencializadores de agentes antitumorales.1 Se han descrito diversos productos y formas de pro- ducir analgesia y anestesia local reversible como aceites, ungüentos, hierbas, frío, hipnosis, entre otros. Los verda- deros anestésicos locales se agrupan en dos categorías: - tipo éster, y - grupo amino-amida. Son los únicos fármacos que se utilizan en anestesia regional, si bien se ha descrito que otros medicamentos con estructura molecular diferente como la amitriptilina, la meperidina, eugenoles, antagonistas β-adrenérgicos, α agonistas, espasmolíticos, anticonvulsivos y anti- histamínicos tienen efectos de anestesia local.2–4 Sameridina es un novel anestésico local en investigación que tiene efectos mixtos; agonista opioide y anestésico local el cual se encuentra aún bajo investigación para uso intratecal.5,6 En este capítulo se detallan las propiedades más importantes de los anestésicos locales de los grupos amino-éster y amino-amida, haciendo énfasis en su clasi- ficación farmacológica, perfil farmacocinético, mecanis- mos de acción, toxicidad, y algunos aspectos clínicos relevantes. A lo largo del capítulo se repiten varios con- ceptos por considerarse de importancia capital en el estudio de estos fármacos. BREVE HISTORIA DEL DESCUBRIMIENTO Y EVOLUCIÓN DE LOS ANESTÉSICOS LOCALES En la cordillera andina, hace siglos los Incas iniciaron el uso de hojas de cocaína las cuales masticaban o ingerían en forma de pociones estimulantes que los proveían de energía suficiente para la realización de sus actividades cotidianas. Esta planta sagrada de los incas, Erythroxylum coca, llamó la atención de los europeos quienes al final del siglo XVI la llevaron al viejo continente y fue hasta 1859 cuando Paulo Mantegazza, un fisiólogo italiano escribió ¨Sulle virtu igieniche e medicinale della coca¨ donde exaltó su propiedades curativas. Albert Niemann, en Alemania, aisló el principio activo de estas hojas y lo denominó cocaína, haciendo notar su poder para aneste- siar la lengua. Fue hasta 1884 cuando Sigmund Freud escribió su célebre monografía titulada ¨Ueber coca¨ . Al igual que algunos de sus contemporáneos, Freud recono- ció que la cocaína tenía efectos anestésicos locales al ser aplicada en las mucosas, pero fue Karl Köller quien la usara por primera vez con propósitos anestésicos al apli- Capítulo Farmacología clínica de los anestésicos locales carla en diversas mucosas y en la conjuntiva con propó- sitos quirúrgicos. Es a Köller a quien se le atribuye el ini- cio de la anestesia local.7–9 Es interesante imaginar los momentos históricos que se vivieron en esa época, cuan- do se pasó de los procedimientos quirúrgicos realizados con dolor a las cirugías donde los pacientes estaban libres de sufrimiento y toleraban las diversas intervenciones quirúrgicas, sin perder el estado de despierto. El uso de la cocaína fue aceptado en forma rápida y con ello se fueron descubriendo otras técnicas de anestesia regional como los bloqueos de plexos nerviosos, la anestesia peri- dural y la raquídea. El conocimiento de los efectos tóxi- cos y aditivos de la cocaína no se hicieron esperar; pasó de ser el anestésico local en boga a un potente estimulan- te del sistema nervioso central que hasta la época actual es una lacra social. Esto motivó la investigación de nue- vos anestésicos locales y fue así como fueron aparecien- do una pléyade de fármacos en búsqueda de un fármaco seguro. En 1890 se sintetizó la benzocaína y en 1904, Alfred Einhorn, produjo la procaína al degradar la coca- ína, que más tarde se comercializó como Novocaína® y fue el anestésico local más usado en el mundo. Tetracaína se sintetizó en 1928 y se introdujo en anestesia clínica en 1932. En 1943, Löfgren, descubrió la lidocaína que fue introducida para uso clínico en 1947, y continua siendo el anestésico local que más se utiliza en anestesia regio- nal. Mepivacaína apareció en 1956 y en 1963 se introdu- jo el uso clínico de bupivacaína, mientras que la etidoca- ína se empezó a utilizar en 1972. Otros anestésicos loca- les aparecieron en todos estos años pero se fueron reti- rando del mercado por sus efectos tóxicos. En 1970, Albrigth,10 mencionó algunas muertes atribuidas a bupi- vacaína y etidocaína. Esta editorial fue suficiente para dar inicio a investigaciones básicas y clínicas en búsque- da de nuevos fármacos con un mejor perfil de seguridad. El resultado fue la introducción de ropivacaína en 1997 y levobupivacaína en 1999, ambos fármacos levoisomé- ricos. Es de llamar la atención que estos dos anestésicos locales habían sido descubiertos en 1957 y 1972 respec- tivamente (cuadro 7–1). Los nuevos anestésicos locales levoisoméricos no van a sustituir a los fármacos que se utilizan día con día. Tanto ropivacaína como levobupivacaína son fármacos que han ido ocupando un lugar especial en las diversas técnicas de anestesia regional, pero su toxicidad sigue siendo superior a procaína, cloroprocaína y a lidocaína. Si bien estos últimos anestésicos locales no son compara- bles en potencia y duración, siguen teniendo un lugar en la anestesiología, con excepción de la lidocaína intrate- cal. La historia de estos fármacos seguirá escribiéndose a medida que se obtienen nuevos resultados sobre efecti- vidad terapéutica y toxicidad.11–13 ASPECTOS BÁSICOS Para comprender los mecanismos de acción de los anes- tésicos locales es necesario conocer algunos aspectos ele- mentales de la estructura y función de la membrana celular, así como entender el papel que tienen los cana- les de sodio dependientes de voltaje, los cuales son estructuras proteicas que se encuentran localizados en el espesor de la membrana celular y juegan un papel pri- mordial en la actividad eléctrica celular y la transmisión de impulsos. Membrana celular La membrana celular es una barrera altamente selectiva que forma la superficie externa de las células eucarióti- cas y que está constituida de lípidos y proteínas. La parte lipídica de la membrana está formada por una bicapa con un espesor de 60 Å a 100 Å, que le da estructura y cons- tituye una barrera que impide el paso de sustancias hidrosolubles. Tiene tres tipos importantes de lípidos; fosfolípidos, glicolípidos y colesterol. Las proteínas de la membrana están suspendidas en forma individual o en grupos dentro de la estructura lipídica, y dan forma a los diversos canales. La selectividad de los canales de prote- ínas transmembrana le permite a la célula controlar la entrada y salida de sustancias así como los transportes entre compartimentoscelulares. Las proteínas de la membrana no solo hacen que el transporte a través de ella sea selectivo, sino que también son capaces de llevar a cabo transporte activo, con transferencia en contra del gradiente de concentración, como la bomba de sodio y potasio. Las demás funciones de la membrana, como son el reconocimiento y unión de determinadas sustancias en la superficie celular están determinadas también por la parte proteica de la membrana. A estas proteínas se les llaman receptores celulares. Los receptores están conec- tados a sistemas internos que solo actúan cuando ciertas sustancias se unen a la superficie de la membrana. Mediante este mecanismo actúan muchos de los contro- les de las células.Algunos caminos metabólicos no entran en acción a menos que la molécula “señal”, por ejemplo, una hormona, haya llegado a la superficie celular. En la membrana se localizan glicoproteínas que identifican a otras células como integrantes de un individuo o como extrañas. Las interacciones entre las células que confor- man un tejido están basadas en las proteínas de las mem- 76 • Anestesia obstétrica (Capítulo 7) Cuadro 7�1. Aparición cronológica de los anestésicos locales Anestésico local Síntesis Introducción en clínica Cocaína 1860 1884 Procaína 1904 1905 Dibucaína 1925 1930 Tetracaína 1928 1932 Lidocaína 1943 1947 Cloroprocaína 1950 1952 Mepivacaína 1956 1957 Prilocaína 1959 1960 Bupivacaína 1957 1963 Etidocaína 1971 1972 Ropivacaína 1957 1997 Levobupivacaína 1972 1999 branas. De este modo, la estructura de las membranas depende de los lípidos y las funciones dependen de las proteínas. Fisiología básica de la transmisión nerviosa La membrana celular en reposo mantiene una diferencia de voltaje de 40 a 90 mV entre las caras interna y exter- na, siendo el interior negativo y el exterior positivo. Este es el llamado potencial de reposo, el cual se mantiene por un mecanismo activo de la bomba de Na+ y K+. La membrana polarizada no permite el paso de iones de Na+ a través de los canales de sodio dependientes de vol- taje que se encuentran en estado de reposo. Cuando llega un estímulo eléctrico se inicia la despolarización de la membrana al activar los canales de sodio que se abren para dar paso a los iones de Na+, que entran al medio intracelular, lo cual transforma la negatividad del poten- cial transmembrana. Esto inicia un ciclo de cambios de los canales de sodio en cuatro etapas funcionales (esta- dos): 1) reposo, 2) activado, 3) inactivado y 4) deactivado. En el estado de reposo la boca o puerta externa del canal de sodio está cerrada y la puerta interna o compuerta de cierre se encuentra abierta. Al llegar un estímulo a la membrana, el canal de sodio se activa abriendo la puerta externa y deja pasar iones de sodio. Cuando el potencial de membrana se eleva a unos +20 mV, se dispara el cie- rre de la puerta interna del canal y este entra en el esta- do de inactivo. El canal se deactiva cuando el potencial de membrana llega a –60 mV. Al cesar el paso de iones de Na+ a través de poro del canal de sodio, el canal de potasio incrementa su permeabilidad, dejando pasar este ión al interior celular por las diferencias de concentra- ción (gradiente de concentración). Después se restaura la fase inicial; la bomba de Na+-K+ moviliza al Na+ al exte- rior y al K+ al interior celular. Los canales de sodio pasan del estado inactivo-desactivado al estado de reposo ini- cial. Todos estos movimientos de Na+ y K+ se manifies- tan en cambios en el potencial eléctrico transmembrana, generando el potencial de acción que es propagado a lo largo de la fibra nerviosa (figura 7–1).14 Todo este proce- so dura 1 milisegundo; 30% lo consume la fase de despo- larización. Canales de sodio dependientes de voltaje Hodgkin y Huxley, propusieron que las membranas celu- lares contenían canales que facilitaban el paso iónico a través de las mismas, lo cual se confirmó cuando se midieron de manera directa las corrientes iónicas que fluyen selectivamente por estos canales o poros trans- membrana. En 1972, Singer y Nicolson de la Universidad de California en San Diego y del Instituto Salk de la Jolla,15 propusieron el Modelo de un mosaico fluido en la estructura de las membranas celulares donde mencionaron que las proteínas integrantes de las mem- branas celulares están insertadas en la bicapa lipídica, algunas de las cuales la atraviesan y otras la cruzan de una manera parcial. De estas proteínas de las membranas se destacan tres grupos primordiales; a) los canales, b) las bombas y c) los receptores que constituyen el sistema de transporte a través de las membranas celulares y que regulan los movimientos de pequeñas moléculas y de iones que no pueden pasar a través de la bicapa lipídica. Los canales o ionóforos de sodio son estructuras proteicas que están integradas en la bicapa lipídica de la membrana celular y son responsables de orquestar las señales eléctricas que se trasmiten por ciertos tejidos, como por ejemplo los nervios y el sistema de conducción eléctrica del corazón. Son componentes de forma tubu- © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Farmacología clínica de los . . . • 77 Intracelular Reposo (-90 mV) Activado (-60 mV) Inactivado (+20 mV) Desactivado (-60 mV) Figura 7�1. Representación de las cuatro fases estructurales de los canales de sodio y su relación con el potencial de acción. (Columb MO, MacLennan K. Local anaesthetics agents. Anaesth Intensive Care Med 2007;8:159-162.) lar, que semejan poros llenos de agua y están distribuidos atravesando por completo la membrana celular. Se distri- buyen de manera primordial en el inicio de los axones y se ha demostrado una mayor concentración en los nodos de Ranvier. Estos canales iónicos se dividen en tres tipos; los regulados por voltaje, los regulados por ligando extrace- lular y los que se regulan por ligandos intracelulares,16 aunque otros autores los clasifican en solo dos grupos; los regulados por voltaje y los operados por receptores.17 La familia de canales de sodio regulados por voltaje está compuesta por nueve miembros que se han descrito en mamíferos y un décimo componente relacionado a una proteína. Todos ellos son miembros de una súper familia de canales iónicos que incluye además a los canales de potasio y calcio. Su nomenclatura es compleja y se usan en primer término el símbolo químico del sodio Na+, seguido de V que indica regulado por voltaje (Na+V). El número siguiente indica el gene subfamiliar (Na+V1), y el siguiente número identifica la isoforma específica del canal, por ejemplo Na+V1.1. Este último número se les asignó en el orden cronológico en el que se descubrieron los genes. Hay variantes que se juntan o empalman en cada miembro de la familia, los cuales se identifican con una letra minúscula, por ejemplo Na+V1.1.a.18 Los canales de sodio están formados por una subuni- dad α, polipéptido simple con una masa molecular rela- tiva de ~260 000, son los responsables de la selectividad y el voltaje de la compuerta. Algunos canales de sodio tienen subunidades β 1 y 2. Estos ionoforos de sodio están formados por cuatro dominios homólogos. Cada uno de estos cuatro dominios contiene seis segmentos transmembrana conocidos como αα-hélices. Esto hace que cada canal de sodio atraviese la membrana celular 24 veces. El centro de esta estructura es el poro del canal por donde pasan al interior celular los iones de sodio, y también los anestésicos locales en su forma hidrofílica o cargada en su camino a fijarse en el poro interno del canal, sitio donde está el sensor de voltaje contenido en el cuarto segmento de cada dominio, así como el sitio donde se fijan los anestésicos locales en el sexto segmen- to de los Dominios 3 y 4. El sensor de voltaje tiene una carga positiva muy alta. Estos cuatro dominios están conectados entre si por segmentos o puentes hidrofílicos formados por aminoácidos que se localizan en la cara extracelular de la membrana. El puenteque une los seg- mentos 5 y 6 de cada dominio se conoce como asa de poro y revisten el poro del canal para permitir solo el paso de iones de sodio. Es esta estructura del canal la que le da selectividad y son vulnerables a ciertas toxinas que pueden inactivar al canal de sodio, aunque otra descrip- ción menciona que el filtro de selectividad está dado por un estrechamiento del poro iónico situado por debajo de su boca.19 La boca del poro iónico es la porción inicial del canal de sodio en la cara externa de la membrana celular, está formada por ¨paredes¨ de proteína y tiene una cavidad acuosa de forma parecida a un cilindro irre- gular, donde se localiza el vestíbulo externo, el cual con- tiene el filtro de selectividad y el sensor de voltaje. La compuerta de cierre se localiza en la porción más distal del canal, en la cara intracelular de la membrana celular. La boca de entrada de canal de sodio mide unos 1.2 nm, y se estrecha hasta unos 0.3 a 0.5 nm en el sitio donde se localiza el filtro de selectividad, el cual está formado por ácido aspártico, glicina, lisina y alanina. No se conoce el mecanismo exacto de como estos ionoforos discriminan entre los diferentes cationes.19 Las toxinas que interactúan en los canales de sodio son estructuras proteicas complejas que al fijarse en el asa de poro de estos canales celulares favorecen desba- lances iónicos, ruptura celular y muerte. Existen toxinas con diversas estructuras químicas que bloquean el paso iónico específico actuando como un veneno selectivo. El pez fugo, muy utilizado en comi- da japonesa, produce tetradotoxina (TTX) la cual posee un grupo guanido con carga positiva que interactúa con un grupo carboxilato con cargas negativas que está situa- do en el poro externo del canal de sodio. Esto produce deterioro de los componentes respiratorios celulares y muerte. Otras toxinas que ejercen su efecto sobre los canales de sodio son los polipéptidos de bajo peso mole- cular que tienen el veneno de los escorpiones y las ané- monas de mar.19 La figura 7–2 es un esquema de un canal de sodio dependiente de voltaje, el cual se muestra ¨desenrollado¨ para clarificar algunos puntos de interés. Se observa que está embebido en la bicapa lipídica de la membrana celular. Sus cuatro Dominios (D1, D2, D3 y D4) están formados cada uno por seis segmentos (α hélices) que atraviesan toda la membrana celular, haciéndose hinca- pié en el segmento 4, coloreado en negro y que corres- ponde al sensor de voltaje, el cual tiene carga positiva. En la cara extracelular de la membrana se encuentran dos tipos de estructuras que conectan a los seis segmentos, la que están marcadas con T entre los segmentos 5 y 6 de cada Dominio representan el sitio donde actúan las toxi- nas ya mencionadas. Se muestra el filtro de selectividad FS en la porción inicial del poro iónico. El sitio donde actúan los anestésicos locales está marcado con X. Este sitio ha sido muy controvertido y se encuentra en la por- ción final de poro iónico cercano a la superficie intrace- lular de la membrana. La información disponible sugiere que los Dominios 3 y 4 parecen contener este punto en el segmento 6,20,21 aunque algunos esquemas también lo sitúan en el segmento 6 del Dominio 1. Entre otros tejidos, lo canales de sodio están situados en membranas excitables como las del sistema nervioso central, sistema nervioso periférico y el sistema de con- ducción del corazón. Durante un impulso nervioso la célula pasa por tres fases distintas: - primero, la célula se despolariza al abrirse los cana- les de sodio, - segundo, sigue un periodo refractario hasta que - tercero, la célula finalmente se repolariza cuando los canales de sodio se tornan impermeables al Na+. La unión intracitoplásmica entre el Dominio 3 y el Dominio 4 (CI de la figura 7–2) es la responsable de esta inactivación de acuerdo al modelo de ball and chain.22 78 • Anestesia obstétrica (Capítulo 7) Así pues, como se mencionó líneas arriba, de acuerdo a su momento eléctrico lo canales de sodio dependientes de voltaje existen en cuatro formas; reposo (-90 mV), activado (-60 mV), inactivado (+20 mV) y deactivado (-60 mV) (figura 7–1). MECANISMOS DE ACCIÓN DE LOS ANESTÉSICOS LOCALES Como se ha mencionado antes, los anestésicos locales inhiben el impulso eléctrico interfiriendo de manera selectiva con la función de los canales de sodio depen- dientes de voltaje al impedir el transporte del ión Na+ a través del poro iónico de los ionoforos de sodio, del exte- rior al interior celular. Cuando llega un impulso eléctri- co a la célula excitable se abre el canal de sodio durante un milisegundo y pasan unos 7 000 iones de sodio. Sigue un periodo refractario hasta que los ionoforos se tornan impermeables al sodio, y la membrana se repolariza de nuevo y entra en una fase de inactivación, la cual es debi- da a la activación de la unión intracitoplásmica entre el Dominio 3 y el 4. A diferencia de la TTX y la saxitocina que actúan en el exterior de la membrana celular, los anestésicos locales se fijan transitoriamente a las α héli- ces 6 de los Dominios 3 y 4, lo cual altera el sensor de voltaje y se cierra la compuerta de inactivación, lo que tapona al canal de sodio y resulta en bloqueo de la fase inicial del potencial de acción.14,20,23,24 Hay dos vías por las cuales los anestésicos locales alcanzan el poro interno del canal de sodio y llegan hasta su sitio de acción: a) se ha postulado que los anestésicos locales en su forma neutral, lipofílica (hidrofóbica,B), ingresan con facilidad a la membrana celular lipídica en forma libre y desde ahí contribuyen al cierre de los canales de sodio por la expansión de la membrana celular. Este mecanismo se demostró inicialmente con la benzocaína. Desde esta localización, los anestésicos locales también pasan al interior celular donde se ionizan y se transforman en su forma car- gada (hidrofílica, BH+), la cual alcanza el sitio donde interactúan (segmento 6 de los Dominios 3 y 4) en el poro interno del canal de sodio; b) los anestésicos locales en su forma catiónica o hidrofílica (BH+) entran al citoplasma a través de los canales de sodio cuando estos están abiertos y alcanzan su sitio de acción cerrando el canal de sodio.14,20,23–26. Los anestésicos locales no tienen efecto en la fase de reposo o en el potencial umbral, aunque pueden prolongar el periodo refractario y la repolarización. La figura 7–3 ilustra estas dos vías de llegada de los anestésicos locales hasta su sitio receptor en los segmentos 6 de los Dominios 3 y 4. Otro factor que determina la acción de los anestésicos locales es la frecuencia del impulso, base de la hipótesis del receptor modulado, la cual sugiere que estos fárma- cos se unen con más afinidad al receptor dentro del poro iónico de los canales de sodio dependientes de voltaje cuando estos se encuentran en estado de abierto o inac- tivo, o sea en fase de despolarización, que cuando se hallan en estado de reposo, momento en que se separan de estos. Los anestésicos que se unen y disocian con rapi- dez como la lidocaína se ven poco afectados por este fenómeno, cosa que no sucede con moléculas como la bupivacaína, ropivacaína, o etidocaína que verán su © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Farmacología clínica de los . . . • 79 Extracelular Intracelular 3 2 + – Figura 7�2. Esquema del canal de sodio dependiente de voltaje con sus 4 Dominios. Cada Dominio tiene 6 hélices que atraviesan la membrana celular. Las estrellas negras ubicadas en las uniones de las hélices 5 y 6 de cada Dominio (asa de poro) son los sitios donde actúan las toxinas celulares (TTX). La compuerta de inactivación del canal de sodio (CI) está ubicada en la cara intracelular entre el Dominio 3 y 4. El sitio efector de los anestésicos locales está situa- do en la hélice 6 (o segmento 6) de los Dominios 3 y 4, aunque algu- nos esquemas también lo dibujan en el Dominio 1. Vía hidrofílica Vía hidrofóbica Figura 7�3. Vías de llegadade los anestésicos locales al canal de sodio. La vía hidrofóbica se refiere al paso de los anestésicos loca- les en su forma neutral (lipofílica) que penetran con facilidad a la membrana celular. Una vez en el espesor de la membrana celular, el anestésico local (B) la expande y por efecto mecánico cierra el canal de sodio. Esta misma forma neutral de anestésico local penetra a la célula, donde se protoniza mediante la incorporación de un H+, (BH+ forma catiónica) que alcanza con facilidad el poro interno del canal de sodio y se fija al segmento 6 de los dominios 3 y 4, activando el cierre del canal de sodio. La vía hidrofílica ejemplificada en la por- ción derecha del esquema que ilustra como un anestésico local catiónico BH+ penetra a través de poro del canal de sodio y se fija en este. 80 • Anestesia obstétrica (Capítulo 7) acción favorecida cuando la frecuencia de estimulación es alta, ya que no da tiempo a los receptores a recuperar- se y estar disponibles (estado de reposo). Este fenómeno explica la mayor toxicidad de algunos anestésicos lo- cales.21,27,28 La afinidad de los anestésicos locales por el canal de sodio es lo que condiciona su acción farmacológica y también sus acciones tóxicas. La traducción clínica mas importante de esta cadena de eventos a nivel de los cana- les de sodio dependientes de voltaje y su interacción con las moléculas de anestésico local son dos resultados; anestesia-analgesia regional y/o efectos tóxicos dele- téreos. ESTRUCTURA QUÍMICA DE LOS ANESTÉSICOS LOCALES Los anestésicos locales de uso clínico se dividen en dos grupos de acuerdo a su estructura química: • amino-ésteres (cocaína, procaína, cloroprocaína, tetracaína), y • amino-amida (lidocaína, bupivacaína, mepivacaína, ropivacaína, prilocaína). La molécula típica de un anestésico local está formada por tres componentes: a) Un anillo lipofílico aromático, generalmente bencé- nico, b) Una cadena intermedia anfipática de unos 6 Å a 9 Å, y c) Una amina terciaria terminal, hidrofílica, que es una base aceptadora de protones (H+). La cadena intermedia une la amina básica con el anillo aromático, y presenta un enlace de tipo éster (CO) o amida (CNH). Cada una de estas tres partes de la fórmu- la de los anestésicos locales contribuye a distintas propie- dades; el anillo aromático de la molécula mejora la lipo- solubilidad del compuesto que puede ser incrementada mediante sustituciones alifáticas en determinados sitios (R). Al verse aumentada la liposolubilidad de los anesté- sicos locales se incrementa su difusión a través de las estructuras nerviosas (vainas nerviosas, membranas axo- nales) lo cual mejora su potencia anestésica y tóxica ya que una mayor proporción del fármaco ingresa al tejido neural y se fija ahí con mayor afinidad. Un ejemplo de este fenómeno es la bupivacaína la cual tiene mayor potencia que lidocaína; la primera se prepara al 0.5% (5 mg/mL) y la segunda al 2% (20 mg/mL). La amina ter- minal puede existir en forma terciaria (3 uniones) que es liposoluble y facilita la penetración de la membrana celular, o como una forma cuaternaria (4 uniones) que está cargada positivamente y hace a la molécula soluble en agua, lo cual dificulta su pase a través de las membra- nas lipídicas. 11,14,27 Como se enuncio antes, el anillo aromático determi- na el grado de lipoafinidad del anestésico local, y la amina terminal actúa como “on-off switch” permitiendo que el anestésico local exista ya sea como lipoafín o solu- ble en agua. Tanto la forma terciaria como la forma cua- ternaria tienen un papel muy importante en la secuencia de eventos que llevan al bloqueo de la conducción ner- viosa. La amina terciaria hidrofílica, es la que se mantie- ne cargada al pH fisiológico y le da su condición de bases débiles con una carga positiva, es la parte que se fijará al receptor en el canal de sodio de la membrana celular para ejercer el efecto farmacológico. La presencia de un grupo éster o amida en la cadena intermedia provee las bases para su clasificación y también determina el meta- bolismo de estas sustancias. Los anestésicos locales con unión éster son fácilmente hidrolizados en el plasma por colinesterasas; en cambio, los que tienen una unión amida son biotransformados por los microsomas hepáti- cos vía el sistema microsomal. La figura 7–4 muestra la estructura química elemental de los anestésicos locales. Si se aumenta el tamaño de la molécula de un anes- tésico local aumenta su potencia y duración de acción, pero también su toxicidad. Existe una correlación direc- ta entre potencia, duración de efecto, carácter lipofílico, tamaño molecular y toxicidad; la cloroprocaína es el menos tóxico, seguida de la procaína, prilocaína, lidocaí- na, mepivacaína, etidocaína, ropivacaína, bupivacaína, tetracaína y dibucaína, siendo la cocaína el más tóxico de los anestésicos locales. Otro aspecto de capital importancia es el estereoiso- merismo que tienen algunos anestésicos locales. Se refie- re a la existencia de moléculas con la misma fórmula estructural y molecular, pero con diferente orientación espacial alrededor de un átomo en particular, el centro quiral. Es como un reflejo en el espejo, como colocar una mano a un lado de la otra; son iguales pero no se pueden superponer, son imágenes en espejo. Los anestésicos locales que conforman la familia pipecoloxidida (mepi- vacaína, bupivacaína y ropivacaína), al igual que etidoca- ína y prilocaína son compuestos quirales, con un átomo de carbono asimétrico, que pueden existir en su forma enantiomérica, como imágenes en espejo. Cuando el compuesto desvía la luz polarizada a la izquierda se trata de un S- isómero (Sinus) o levoisómero, si la luz es rota- da a la derecha es un R - isómero (Rectus) o dextroisó- mero. Aunque los isómeros S y R tienen una actividad farmacológica semejante, la importancia clínica de la iso- mería radica en que un mismo fármaco puede tener dife- rente actividad biológica. Por ejemplo, los S - enantióme- Cadena intermedia Amina terminalAnillo aromático R R R RR – – C – O – C O – NH – C – C O Ester Amida – NH + H Figura 7�4. Formula estructural típica de un anestésico local. ros de los anestésicos amino-amida producen mayor vasoconstricción y tienen menor toxicidad sistémica que las formas dextrógiras. El ejemplo típico de estereoiso- merismo es la bupivacaína, la cual contiene el isómero dextrógiro y el isómero levógiro. La mezcla de ambos se conoce como combinación racémica. Ropivacaína solo tiene isómero levógiro. Lidocaína y ametocaína son aqui- rales ya que no tienen estereoisómeros. Los isómeros dextrógiros tienen más afinidad por los canales de sodio que los isómeros levógiros, esto hace que los primeros sean más tóxicos.29,3). El cuadro 7–2 muestra la clasifica- ción química de los anestésicos locales PROPIEDADES FÍSICAS, ACTIVIDAD Y POTENCIA Los anestésicos locales son pequeñas moléculas con peso molecular de 220 a 350 Daltons.24 Son bases débiles, poco solubles e inestables en agua por lo que deben de combinarse con un ácido fuerte para obtener una sal estable y que sea soluble en agua a un pH 4.7. La solu- bilidad en agua está directamente relacionada con el grado de ionización e inversamente relacionada con la liposolubilidad. En solución los anestésicos locales exis- ten en dos formas: - básica, no ionizada (B), y - ácida, catiónica, ionizada (BH+). La proporción entre estas dos formas depende de la constante de disociación (Ka) del ácido conjugado y de la concentración local de iones H+. A un pH específico para cada anestésico local resulta que la concentración de B es igual a la de BH+. Este pH se denomina pKa. La relación se puede expresar así: pKa=pH-log (B)/(BH+). A un pH de 7.40 el porcentaje de forma BH+ será mayor cuanto mayor sea el pKa. La difusión de un anestésico local es pasiva. Para poder actuar, los anestésicos locales deben ponerse en contacto con el axón y para ello deberán atravesar el epi- neuro, perineuro y endoneuro del nervio periférico, así como la capa de mielina en lasfibras mielinizadas (estructuras ricas en lípidos), y finalmente atravesar la membrana celular para ponerse en contacto con el sitio receptor en los canales de sodio. La forma básica B, lipo- soluble, difunde fácilmente a través de las estructuras perineurales y la membrana axonal; una vez dentro de la célula se protoniza y es esta forma ionizada la que ocupa el sitio receptor antes mencionado. Existe una concentración llamada concentración mínima inhibitoria (Cm), que es la necesaria para blo- quear la conducción de un impulso nervioso a lo largo de una fibra nerviosa dentro de un periodo determinado. La Cm es diferente para cada anestésico local y permite diferenciarlos según su potencia. Varios factores pueden condicionar el Cm: el tamaño de las fibras (mayor Cm para las más gruesas), el pH (menor Cm a mayor pH), concentración de calcio (mayor Cm a mayor concentra- ción de calcio), y frecuencia de estimulación del nervio (menor Cm a mayor frecuencia). Teniendo en cuenta las características de las fibras nerviosas, se bloquearan primero las amielínicas (fibras C, que corresponde a las neuronas posganglionares del sistema nervioso autónomo), las de conducción nocicep- tiva (analgesia), las propioceptivas, las de la sensibilidad táctil y de presión (anestesia), y finalmente, las fibras motoras (bloqueo motor). La velocidad de instalación (periodo de latencia) de un bloqueo nervioso no está ligada a la potencia del anes- tésico local, sino que parece depender de su liposolubili- dad y pKa, es decir, del pH en el cual 50% de las molé- culas está en forma ionizada y 50% en forma no ioniza- da. Cuanto más elevado es el pKa, mayor resulta el tiem- po de latencia de un anestésico local. Por otro lado, la dis- minución del pH tisular puede alargar el tiempo de latencia, al limitar la formación de base libre; en cambio, la carbonatación de una solución de anestésico local acorta su tiempo de latencia. Se ha demostrado que la alcalinización además produce un bloqueo de mejor cali- dad sensorial y motora, al igual que puede aumentar la difusión de la altura del bloqueo. Al alcalinizar los anes- tésicos locales se incrementa su ionización y aumenta el porcentaje de anestésico local liposoluble, facilitándose su difusión a través de las estructuras lipídicas de los ner- vios, incluyendo la membrana axonal. La adición de 1 mL de bicarbonato de sodio a 10 mL de lidocaína mejo- ra el inicio del bloqueo extradural o periférico por 3 a 5 min, incrementando también su duración de acción. Con excepción de cocaína y ropivacaína, los anesté- sicos locales producen vasodilatación. La adición de un vasoconstrictor a los anestésicos locales es una rutina aceptable desde que se demostraron dos acciones bási- cas; incremento en su duración de acción y franca dismi- nución de la absorción. También aumenta la intensidad del bloqueo sensitivo y motor en anestesia neuroaxial. La epinefrina fue uno de los primeros fármacos que se inyectaron en el espacio subaracnoideo, sin embargo su uso no se difundió ya que los resultados iniciales fueron desalentadores. La vasoconstricción local que produce la adrenalina favorece la disminución de la absorción de los anestésicos locales, lo cual permite que estos tengan un mayor tiempo de interacción una vez que han sido inyectados en la cercanía de sus órganos blanco, al mismo tiempo que disminuye las concentraciones plasmáticas© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Farmacología clínica de los . . . • 81 Cuadro 7�2. Clasificación química de los anestésicos locales Grupo amino-éster Grupo amino-amida Cocaína Dibucaína Benzocaína Lidocaína Procaína Mepivacaína Tetracaína Prilocaína 2-cloroprocaína Bupivacaína Etidocaína Ropivacaína Levobupivacaína 82 • Anestesia obstétrica (Capítulo 7) de los anestésicos locales y con ello su potencialidad de toxicidad sistémica. Por orto lado, la epinefrina tiene efecto sobre los receptores α2 en el sistema nervioso central, en especial en la médula espinal, lo cual pudiera ser otro factor para la mejoría que tiene en los bloqueos neuroaxiales. Concentraciones mayores de adrenalina 1:200 000 (5 µg/mL) no ofrecen mayores ventajas en cuanto a prolongar el tiempo de anestesia ni reducir las concentraciones plasmáticas. Nunca se utilice soluciones con adrenalina para infiltrar zonas con circulación arte- rial terminal como los dedos, el pene, la punta nasal u otras zonas con circulación arterial crítica ya que se puede favorecer isquemia y necrosis local. El fenómeno de la taquifilaxia a los anestésicos loca- les se caracteriza por una disminución de la eficacia de un anestésico local con la administración repetida de la misma dosis. Este fenómeno sucede con diferentes anes- tésicos y con diferentes técnicas de aplicación y se visto ha que se desarrolla con más frecuencia cuando la redo- sificación se administra después de que ha terminado el efecto analgésico de la dosis previa.31 Existen varias hipótesis para explicarla. Podría deberse a una acidifica- ción progresiva del sitio de inyección y se instaura más rápidamente con los anestésicos locales de débil pKa. Se ha mencionado un mecanismo central a través de sensi- bilización de la médula espinal que podría ser evitada con pretratamiento con antagonistas NMDA u óxido nítrico.32,33 El cuadro 7–3 muestra algunas característi- cas físicas y químicas así como la potencia relativa de algunos anestésicos locales de uso clínico habitual. FARMACOCINÉTICA Los resultados anestésicos y analgésicos de la inyección de un anestésico local en la vecindad del tejido neural dependen de los factores que ya se han analizado. Son los niveles plasmáticos y características químicas de cada anestésico local los que caracterizan el grado y tipo de la toxicidad sistémica. Estos niveles plasmáticos se ven afectados por el sitio de inyección, el grado de absorción, su distribución tisular, su metabolismo y eliminación, entre otros factores que ya fueron analizados. Absorción La cantidad de anestésico local que se absorbe desde su sitio de aplicación y llega a la sangre es un factor de capi- tal importancia para la toxicidad y su eliminación. En términos generales, los anestésicos locales con poca absorción son más seguros. La absorción depende, por un lado, de la naturaleza del tejido; aumenta en territorios muy vascularizados y diminuye en el tejido graso. La concentración plasmática depende de la dosis total admi- nistrada más que de la concentración, existiendo para la mayoría de los anestésicos locales una relación lineal entre dosis total y concentración sanguínea.34 Por otro lado, las características fisicoquímicas también condicio- nan la absorción del fármaco, por ejemplo, los anestési- cos más lipoafines y con mayor afinidad a proteínas se absorberán de forma más lenta que lo que tienen menor afinidad por el tejido graso. Recodar que los más lipoafi- nes son también los anestésicos locales más potentes. La absorción también se modifica con la adición de un vaso- constrictor, generalmente adrenalina. Esta disminución de la absorción con adrenalina es más efectiva para los anestésicos locales de corta acción y menor poten- cia.35,36 Con ello se consigue una absorción gradual, así como prolongar la duración del efecto y disminuir los niveles plasmáticos y la hemorragia en el campo opera- torio. La figura 7–5 muestra un esquema general del grado de absorción en relación al sitio de inyección. Distribución Depende de las características fisicoquímicas del anesté- sico local, su coeficiente de solubilidad y unión a las pro- teínas plasmáticas. Un mayor coeficiente de solubilidad junto con un menor grado de unión a las proteínas con- diciona una más fácil distribución en los tejidos periféri- cos y una menor concentración plasmática. Los anestésicos locales atraviesan las barreras hema- toencefálica y placentaria por difusión simple, siendo Cuadro 7�3. Características físicas, químicas y potencia relativa de algunos anestésicoslocales* Propiedades Físico-Químicas Potencia relativa en diferentes bloqueos Anestésico pKa % Ionizado Coeficiente % de unión Epidural Raquídeo Nervio a pH 7.4 de partición* proteica periférico Bupivacaína 8.1 83 3420 95 4 9.6 3.6 Levobupivacaína 8.1 83 3420 97 4 9.6 3.6 Etidocaína 7.7 66 7317 94 2 6.7 0.7 Lidocaína 7.9 76 366 64 1 1 1 Mepivacaína 7.6 61 130 77 1 1 2.6 Prilocaína 7.9 76 129 55 1 ¿ 0.8 Ropivacaína 8.1 83 775 94 4 4.8 3.6 Cloroprocaína 8.7 95 810 - 0.5 - - Procaína 8.9 97 100 6 - - - Tetracaína 8.5 93 5822 94 - - - * Salinas FV, Liu SL, Schlz AM. Analgesics. Ion Channel ligands/sodium channels blockers/local anesthetics. Chapter 30. En: Evers AS, Maze M. Editores. Anesthetic Pharmacology. Physiologic principles and clinical practice.Editorial Churchill-Livingstone. Philadelphia, USA. 2004 pag 507-537. ésta más intensa cuanto menor lo sea la capacidad de unión a las proteínas plasmáticas. Cuando están circulan- do en el torrente sanguíneo se unen en grado variables a las proteínas plasmáticas, en particular a la α-1- ácido gli- coproteína. Esta propiedad de unión proteica se correla- ciona con su afinidad por los canales de sodio y predice la duración del bloqueo neural. La bupivacaína tiene el porcentaje mayor de unión proteica y es por ello el anes- tésico local de mayor duración de acción. Metabolismo y eliminación Los anestésicos locales difieren en su metabolismo de acuerdo a su estructura química; aquellos con enlace de tipo éster (excepto la cocaína) son hidrolizados rápida- mente por las esterasas plasmáticas, por lo que la dura- ción de su acción aumenta con el déficit de esta enzima, o la presencia de colinesterasas atípicas. La cocaína se hidroliza en el hígado. Los metabolitos de los ésteres se eliminan por el riñón. Los anestésicos locales con enlace tipo amida son metabolizados en el hígado mediante amidasas. Este es un proceso lento, lo cual favorece una vida media más larga que los ésteres y se pueden acumular si se dan dosis repetidas o infusiones. La función hepática interfiere con la eliminación de estos fármacos; la extracción, perfusión y metabolismo hepático son factores definitivos, al igual que el grado de unión proteica. Los metabolitos y el fár- maco no metabolizado son eliminados por orina y una pequeña cantidad por las heces. La eliminación se ve favorecida por un pH urinario ácido. La prilocaína se metaboliza fuera del hígado. El hecho de que los anestésicos de tipo amino-éster se metabolicen en forma rápida favorece que permanez- can poco en la sangre, incluyendo la sangre placentaria y el feto. Los de tipo amino-amida pasan más fácilmente al producto, en especial los que tienen menor afinidad a las proteínas plasmáticas como la lidocaína, lo cual puede resultar en toxicidad fetal. Cuando el feto ha sido com- prometido por cualesquier patología y se encuentra aci- dótico, se favorece más ionización del anestésico local que ha pasado a su circulación fetal. De esta manera el anestésico local permanecerá más tiempo en el producto con posibilidad de toxicidad severa. Cuando el producto nace, esta toxicidad se puede acentuar ya que no hay madurez hepatocelular. ASPECTOS CLÍNICOS Los anestésicos locales son uno de los fármacos más uti- lizados por los anestesiólogos y se administran por diver- sas vías incluyendo la neuroaxial, la aplicación en la cer- canía de los nervios y plexos nerviosos, subcutánea, transcutánea, transmucosa, intraarticular e intravenosa. El advenimiento de anestésicos locales levoisoméricos, la evolución de las técnicas de anestesia regional con las recomendaciones de dosis epidural de prueba con un marcador vasoactivo, las dosis peridurales fraccionadas, las dosis bajas y las minidosis intratecales, las inyecciones múltiples con volúmenes bajos en los bloqueos de plexos nerviosos, el uso de estimulador de nervios, las guías con ultrasonido y otras técnicas de imagen, al igual que la adición de drogas coadyuvantes como los opioides, los agonistas α 2, y los antagonistas del receptor NMDA, entre otros, han hecho que la anestesia regional sea más segura. En los cuadros 7–4 y 7–5 se encasillan las fórmu- las y características más importantes de los anestésicos locales de uso más común en anestesiología. Anestésicos locales amino-éster El precursor de este grupo fue el anestésico madre, la cocaína. Se caracterizan por ser metabolizados por este- rasas plásmáticas, una vida média corta y estar relaciona- dos con reacciones alérgicas. Los más utilizados en la actualidad son la procaína, cloroprocaína y la tetracaína. La benzocaína no tiene uso en anestesia regional. Anestésicos locales amino-amida Los fármacos que integran este grupo se caracterizan por ser los más utilizados en anestesia clínica. La lidocaína es el anestésico típico con el cual se han comparado casi todos los nuevos fármacos de esta gran familia. Aún cuando tienen algunas diferencias como son el tiempo de latencia, duración, y toxicidad tienen un mecanismo de acción común a todos los anestésicos locales. Se pueden dividir en dos grandes grupos; los de duración corta (lidocaína) y los de larga duración (bupivacaína). Sameridina Este novel anestésico local se describe en un apartado especial ya que tiene características mixtas; anestésico local y opioide, estructuralmente parecido a la meperidi- na. Se trata de un compuesto reciente que aun se en- cuentra en investigación (N-etil-1-hexil-N-metil-4-fenil- 4- piperidina carboxiamida hidrocloruro) (figura 7–6). Se caracteriza por tener efecto de anestésico local y acción analgésica opioide (agonista parcial de los recep- tores mu) al ser administrada en el espacio subaracnoi- deo. No se le ha encontrado neurotoxicidad local en los estudios en animales y su efecto sobre la respiración está en relación directa con los niveles plasmáticos. En volun- tarios sanos37 25 mg vs. 15 mg de bupivacaína intrateca- les tienen efectos similares sobre la ventilación de repo- so. La respuesta ventilatoria a la hipoxia y a la hipercabia© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Farmacología clínica de los . . . • 83 Grado de absorción Vía de administración Subaracnoideo Bloque periférico Peridural Paracervical Intercostal Interpleural Baja Alta Figura 7�5. Se muestra el grado de absorción sistémica de los anes- tésicos locales en relación a sitio de inyección. se encontraron discretamente disminuidas en el grupo tratado con sameridina. Dosis intravenosas de 0.73 mg/kg deprimen la respuesta ventilatoria a la hipercar- bia.38 Las dosis clínicas de 150 µg/kg no tienen efectos significativos sobre la ventilación.39 Dosis intratecales de 15 a 25 mg de sameridina son suficientes para plastías inguinales y cirugía ortopédica, respectivamente. Dosis de 5 a 20 mg son comparables con 100 mg de lidocaína intratecal. La ventaja es que este novel fármaco produce analgesia residual y reduce la necesidad de opioides en las primeras horas del periodo postoperatorio.5,6 por lo que podría tener un papel en el manejo del dolor posto- peratorio. Dosis máxima de anestésico local Otro aspecto clínico de interés capital es la controversia no resuelta sobre cuales son las dosis máximas de cada uno de los anestésicos locales. Estas dosis máximas reco- mendadas han sido establecidas de forma arbitraria por la industria farmacéutica40 y varían según la vía de admi- nistración, el tipo de anestésico, si está adicionado o no de vasoconstrictores, así como el tipo de paciente y de cirugía. El cuadro 7–6 muestra las dosis máximas reco- mendadas para los anestésicos locales más empleados, sin que estas dosis hayan sido establecidas por estudios rea- lizados ex profeso para determinar las cantidades más seguras y eficaces de cada uno. Nótese las variantes, en 84 • Anestesia obstétrica (Capítulo 7) Cuadro 7�4. Fórmulas y características de los anestésicos locales de tipo éster Fórmula Características importantes Además de bloquear el impulso de conducción axonal,tiene la capacidad de inhibir la recaptura de neurotransmisores en las terminaciones neuronales adrenérgicas, lo que significa acumulo de nore- pinefrina en las sinapsis simpatéticas induciendo vasoconstricción y estimulación cardiaca. En el SNC la acumulación de norepinefrina produce estimulación, sin embargo algunos neurotransmisores adrenérgicos en el SNC son inhibidos, en particular la recaptura de dopamina lo que resulta en eufo- ria y potencial de abuso. Su utilidad clínica está limitada a la anestesia tópica, en soluciones 4 y 10%. Debido a su acción vasoconstrictora ha sido utilizada en la anestesia de la mucosa nasal para facili- tar la intubación nasotraqueal Se he usa al 0.5, 1, 2, 5 y 10% para infiltración, bloqueos periféricos y espinales, de especial inte- rés en odontología en solución 2% con adrenalina 1:50,000. La capacidad alergizante del PABA limi- ta su utilidad clínica. Las dosis máximas son de 750 mg con adrenalina y 500 mg sin vasoconstric- tor. Se utiliza por la vía subaracnoidea en concentraciones crecientes para establecer el diagnóstico diferencial en algunos síndromes dolorosos Muy utilizada en EUA en soluciones 1, 2 y 3% para infiltración, bloqueos periféricos y anestesia epi- dural. Por su breve tiempo de acción es muy útil en bloqueo peridural en operación cesárea. La neu- rotoxicidad observada tras su inyección intratecal, atribuida al bisulfito sódico de la solución, ha limi- tado el amplio uso propiciado por su baja toxicidad sistémica. Las dosis máximas recomendadas son de 800 mg con adrenalina y 600 mg sin ella. Hay estudios que favorecen la inyección intratecal de cloroprocaína sin metilparaben Util en anestesia tópica en forma de ungüento, tabletas masticables y gel por ser poco hidrosoluble y porque tiende a permanecer en el lugar de su aplicación. No se usa en anestesia regional Presenta un pKa de 8.46 con una unión a las proteínas plasmáticas de 75.6% y un coeficiente de partición N- heptano/agua de 4.1. A pesar de su alta toxicidad sistémica, se ha extendido su uso en anestesia subaracnoidea en soluciones hiperbáricas 1 y 2% por su gran eficacia. Su latencia no es muy larga y la duración del efecto anestésico es de 2 a 3 horas, debido a que su hidrólisis plasmáti- ca es bastante lenta. H2N C2H5 C2H5O O N Procaína N O O H H3COOC CH3Cocaína H2N C2H5 C2H5O O N Cl Cloroprocaína CH3 H2N O OBenzocaína C2H9HN O O N CH3 CH3 Tetracaína 6’ 5’ 3’ 1’ 4’ 2’ N N 14 C O Figura 7�6. Sameridina. © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Farmacología clínica de los . . . • 85 Cuadro 7�5. Fórmulas y características de los anestésicos locales de tipo amino-amida* Fórmula Características importantes Es el prototipo de referencia en este grupo. Después de la administración intravenosa, el volumen aparente de distribución es de 92 L. Su vida media alfa es de 8.3 min, su vida media beta es de 108 min y su aclaramiento plasmático de 0.77 L/min. Su metabolismo es hepático, con un coeficiente de extracción de 0.7. La adición de adrenalina disminuye su paso a la sangre en 30%. Tiene una dura- ción de acción que varía de 2 a 3 horas dependiendo del sitio de administración y de la adición de adrenalina. Las manifestaciones neurológicas de la lidocaína son directamente proporcionales a los niveles plasmáticos. Si éstos son bajos (0.5 a 4 mg/mL); la lidocaína es anticonvulsivante, a niveles mayores (8 mg/ mL) puede producir convulsiones En el corazón, la lidocaína bloquea los canales de sodio de manera muy selectiva, disminuyendo la velocidad máxima de contracción (V max), la amplitud y la duración del potencial de acción, y aumenta la duración del periodo refractario. Estos efectos sólo se observan con niveles plasmáticos elevados. La acción sobre el corazón se puede resumir en: automatismo dosis: por debajo de 5 mg/mL, aparición de bradicardia sinusal; conducción: sin modificación (auriculoventricular o intraven- tricular) a dosis usuales; contractilidad: disminución, pero sólo a dosis que causan toxicidad franca. A niveles plasmáticos bajos, la lidocaína aumenta el tono vascular; a mayores niveles se produce vasodilatación. La inyección intravascular directa no produce alteraciones hemodinámicas evidentes en tanto que la dosis no sea mayor de 3 mg/kg. A partir de 4 a 8 mg/Kg. se produce depresión car- diovascular, que es peligrosa si la dosis es mayor de 8 mg/kg. Si existe insuficiencia cardiaca, el umbral de aparición de toxicidad disminuye Sus propiedades farmacocinéticas son parecidas a las de la lidocaína, aunque es menos vasodilata- dora. Se utiliza en infiltración para la anestesia de nervios periféricos y en anestesia epidural. Las concentraciones usuales oscilan entre 0.5 y 2%, según el tipo de bloqueo. Es 40 veces menos tóxi- ca que la lidocaína. Una utilización idónea es la anestesia regional intravenosa. Un riesgo potencial es la aparición de metahemoglobinemia (dosis totales mayores de 500 a 600 mg), por lo que su uti- lización en obstetricia está restringida o contraindicada Se trata de un anestésico local de uso común en odontología que fue aprobado por primera vez en Alemania en 1976, en Canadá en 1982 y hasta 2000 logró su aprobación por la FDA. Contiene un grupo tiofeno, un grupo éster y también un grupo amida. Se le ha clasificado en el grupo de amida por su cadena intermedia y porque se metaboliza en el hígado. Sin embargo, su porción éster le per- mite ser degradado por la pseudocolinesterasa plasmática. Se le ha relacionado con paresias y parestesias de larga duración, las que son más frecuentes que las producidas por lidocaína Su fórmula molecular es C15H22N2O-HCL, soluble en agua y muy resistente a la hidrólisis ácida y alcalina. Está disponible en concentraciones de 1%, 1.5% y 2%. La latencia y la duración de acción son similares a las de la prilocaína y su potencia se parece a lidocaína. Las concentraciones útiles oscilan entre 0.5 y 2%. Tiene excelentes propiedades de difusión a través de tejidos, lo que permite el bloqueo favorable a pesar de una colocación menos óptima de la aguja. Produce un bloqueo motor intenso Se utiliza para hacer anestesia por infiltración, peridural y espinal (con menor incidencia de alteraciones neurológicas que lidocaína). Su utilización no se aconseja en obstetricia con base en su prolongado metabolismo en el feto y en el recién nacido. Se recomienda para bloqueos periféricos nerviosos en ciertas condiciones: pacientes de riesgo cardiaco o con fármacos que potencien la toxi- cidad. La adrenalina disminuye la absorción de mepivacaína pero no prolonga su duración de acción Es más liposoluble y tiene un mayor grado de afinidad a las proteínas plasmáticas que lidocaína, tiene una latencia corta y duración mas prolongada. Por vía epidural se usa al 0.5 a 1 %. Produce mayor bloqueo motor que sensitivo lo que le hace útil en cirugía abdominal, no se aconseja su uso en anestesia analgesia obstétrica. Su vida media beta es de 2.5 horas, y se debe tener cuidado en los trastornos hepáticos por lo prolongado de la acción Es una mezcla racémica, de de larga acción con mayor latencia. Produce un bloqueo diferencial sen- sitivo-motor a bajas concentraciones. Tiene una transferencia placentaria limitada, por lo que se uti- liza ampliamente en obstetricia en concentraciones de hasta 0.5%. Concentraciones mayores están proscritas en obstetricia. Es el anestésico local con mayor cardio y neuro toxicidad y mayor dificultad en la reanimación ya que tiene una gran afinidad por los canales de sodio dependientes de voltaje. Sin embargo, después de lidocaína, es el más utilizado. Se utiliza mucho en clínica de dolor . CH3 H N CH3 C2H5 C2H5 O N Lidocaína CH3 CH3 H N NHC3H7 O Prilocaína H N H N COOCH3 CH3 CH3H3C O Articaína CH3 H N CH3 CH3O N Mepivacaína CH3 H N CH3 C2H5 C3H7 O N Etidocaína CH3 H N CH3 CH3O N Bupivacaína ocasiones con rangos importantes; en Europa se reco- miendan tansolo 200 mg de lidocaína, mientras en EUA esta dosis llega a los 300 mg cuando no se usa epinefri- na. ¡Una tercera parte más! No obstante estas diferen- cias, es recomendable mantenerse dentro del rango de dosificación máxima recomendada para evitar efectos tóxicos indeseables y legales. En los cuadro 7–7 y 7–8 se aprecian las dosis de los anestésicos locales levoisóméri- cos que han sido recomendadas por diversos autores.13 Técnica anestésica adecuada Las diversas técnicas de anestesia regional tienen impor- tancia no solo en los efectos buscados, sino en los efectos indeseables de estos fármacos. Las figuras 7–6 y 7–7 muestran la relación entre la vía de administración de un anestésico local y los niveles plasmáticos alcanzados. Se observa que la anestesia subaracnoidea es la que produ- ce concentraciones plasmáticas menores, a diferencia de la vía interpleural que en teoría resulta en las concentra- ciones mas elevadas, y por ello, podría ser la que más eventos tóxicos produjera. Sin embargo, esta situación es mas hipotética que cierta, ya que los eventos tóxicos se dan con mayor frecuencia en bloqueos periféricos y en las inyecciones peridurales. Para diferentes tipos de blo- queos, la misma dosis total inyectada produce concentra- ciones sanguíneas diferentes para mepivacaína, lidocaína, prilocaína y etidocaína, siendo el bloqueo intercostal el que produce mayor absorción sanguínea, seguido de la inyecciones en el espacio peridural. Los bloqueos de ple- xos nerviosos y la inyección subcutánea son los que tie- 86 • Anestesia obstétrica (Capítulo 7) Estéreo isómero levo de bupivacaína. Tiene propiedades farmacológicas similares a la bupivacaína pero menor toxicidad. Su toxicidad depende de la vía de administración y de la dosis, su farmacoci- nética es similar a la bupivacaína y su pico plasmático es a los 30 minutos de la administración epi- dural con una fijación a alfa-glicoproteínas y albúminas superior al 97 % a concentraciones de 0.1 a 1 ug/mL. Se metaboliza en el hígado y el riñón no parece intervenir en su eliminación. Produce blo- queo diferencial similar a bupivacaína, lo que depende de la dosis y la concentración, las cuales serán inferiores a 0.25 % tales como 0.0625 y 0.125 % para analgesia epidural, y 0.5 % a 0.75% para anestesia neuroaxial y bloqueos tronculares El primer anestésico local levoisomérico de uso clínico. La unión a las alfa glicoproteínas del plasma es de 95 %, con un pKa de 8.1 y un coeficiente de partición de 141. Debido a su baja absorción, tiene una vida media de eliminación mas prolongada y su farmacocinética es lineal proporcional a la dosis, con un volumen de distribución de 47 litros. Al igual que bupivacaína, tiene mayor efecto sobre las fibras C que las A, lo que produce un bloqueo sensitivo más que motor. La experiencia clínica es excelente en peridural y bloqueos periféricos. Hay experiencia limitada aunque ha demostrado utili- dad en su uso espinal. Es de gran valor por vía epidural (obstetricia), y en analgesia postoperatoria. Se caracteriza por un bloqueo de latencia mayor y duración larga. Menor potencia analgésica que bupivacaína. Múltiples publicaciones demuestran menor cardiotoxicidad y toxicidad neurológica que la bupivacaína con mejor respuesta a la reanimación. Algunos artículos favorecen su uso en clínica de dolor * Fuentes diversas. Cuadro 7�5. Fórmulas y características de los anestésicos locales de tipo amino-amida (continuación)* Fórmula Características importantes H N O N Levobupivacaína CH3 H N CH3 CH3O N Ropivacaína Cuadro 7�6. Dosis máxima de anestésicos locales38 Dosis máxima de lidocaína: Sin epinefrina 200 mg (en Europa), 300 mg (en USA) Con epinefrina (5 µg/mL) 500 mg en ambas regiones Dosis máxima de anestésicos PPX: Bupivacaína 150 a 175 mg Levobupivacaína 150 mg Ropivacaína 200 a 300 mg Epinefrina 1:200, 000 reduce absorción de lidocaína subcutánea en 50%, intercostal, epidural y braquial en 20% al 30% Cuadro 7�7. Vías de administración y dosis en mL en anestesia y analgesia postoperatoria con ropivacaína en diversas concentraciones. Es recomendable ajustar las dosis con paciente Vías Ropiva- Ropiva- Ropiva Ropiva- caína 0.2%* caína 0.5% caína 0.75% caína 1% Epidural Cervicoto- d.n.d. 8 a 10 8 a 12 8 a 12 rácico Torácico� 6 a 10 mL/h 5 a 15§ 5 a 8 5 a 8** Lumbar 6 a 10 mL/h 15 a 25 15 a 25 15 a 23 Caudal d.n.d. d.n.d. Subaracnoideo** Lumbar No 2 a 2.5 1.5 a 3 1 a 2.3 Plexo braquial Axilar No 40 40 30 a 40 Perivascular No 35 a 50 30 d.n.d. Interesca- No 20 a 30 20 a 30 20 a 30 lénico Plexo lumbar Clásico No 30 a 40 30 a 40 d.n.d. Tres en uno No 30 a 40 30 a 40 d.n.d Otras vías Interpleu- 20 a 30 No No No ral** mL/ 6 h * Dosis en analgesia postoperatoria. Se disminuyen con la adición de coad- yuvantes. ** Dosis experimentales; dnd: dato no disponible. � Requiere de anestesia general o sedacion IV. § para iniciar bloqueo para analgesia postoperatoria. nen un menor grado de absorción de anestésicos lo- cales.41 Desde que la American Society of Anesthesiologists recomendó la dosis epidural de prueba como mandato- ria en los bloqueos extradurales, se disminuyeron los eventos tóxicos en este procedimiento. Otras vías de uso frecuente de los anestésicos locales son la intrarticular para analgesia postoperatoria y la subcutánea en proce- dimientos de cirugía cosmética. El uso de infusión intra- articular continua con bupivacaína 0.25% a 0.5%, para analgesia posoperatoria en la cirugía de rodilla fue moti- vo de una discusión reciente; Hoeft et al.,42 suspendieron su estudio ya que dos pacientes tuvieron concentraciones sanguíneas de bupivacaína de 1.2 µg/mL sin síntomas de toxicidad. Esto fue refutado por White,43 quien argu- mentó que han encontrado niveles plasmáticos de bupi- vacaína de 1.3 µg/mL después de infusiones con bupiva- caína 0.5% en dosis de 4 mL/h sin manifestaciones de toxicidad, aún cuando estos pacientes tenían un perfil de mayor riesgo cardiovascular.44 Otros autores han men- cionado que la toxicidad por bupivacaína rara vez se manifiesta con concentraciones plasmáticas menores de 4 µg/mL.45 Una investigación clásica hecha en humanos sobre toxicidad por ropivacaína vs. bupivacaína en infu- sión intravenosa,46 demostró que las manifestaciones clí- nicas son mas con dosis menores de esta última y que se manifiestan con dosis muy variables. Efectos indeseables Todos los fármacos tienen un efecto dual; por un lado poseen un resultado terapéutico benéfico y por el otro tienen implicaciones deletéreas que van desde conse- cuencias banales hasta la muerte. Los efectos farmacoló- gicos terapéuticos de los anestésicos locales y sus efectos tóxicos se originan en el mismo mecanismo de acción; su interacción con el sitio efector en los canales de sodio. La eficacia terapéutica de estos medicamentos ha sido pro- bada desde el momento mismo de su descubrimiento y fueron precisamente los efectos nocivos los que impulsa- ron la búsqueda de agentes más seguros. Ya en 1905, Braun mencionaba las características que debería de reu- nir un nuevo anestésico local: ¨Además de producir anes- tesia local, cualesquier droga nueva en este abundante grupo debería de tener las siguientes propiedades: ser menos tóxico que el estándar disponible, no debe irritar o dañar los tejidos, debe de ser soluble en agua, y estable en solución, debe de poder mezclarse con adrenalina, y debe de ser rápi- damente absorbido dentro de la membrana celular.47 Han transcurrido 102 años de estas recomendaciones y segui- © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Farmacología clínica de los . . . • 87 Cuadro 7�8. Dosis y vías de administración recomendadas en mL de l-bupivacaína en anestesia quirúrgica y analgesia. Estas dosis deberán ajustarse a cada paciente Vías L-bupiva- L-bupiva L-bupiva- caína 0.25%* caína 0.50% caína 0.75% Epidural Cervicotorácico d.n.d. 8 a 10** 8 a 10** Torácico bajo d.n.d. 6** 6** Lumbar 4 a 10 mL/h 10 a 2010 a 20 ? Subaracnoideo Lumbar d.n.d. 2 a 3 1 a 2 Plexo braquial no 1 a 2 mg/kg 1 a 2 mg/kg Analgesia 10 a 20 No No obstétrica Dolor postope- 4 a 10 mL/h No No ratorio * Dosis analgésicas. ** Dosis experimentales. d.n.d. No hay información. Mepivacaína 500 mg Lidocaína 400 mg Prilocaína 400 mg Etidocaína 300 mg Intercostal Caudal Epidural Plexo braquial Femoral-ciático Intercostal Epiduralt Plexo braquial Subcutáneo Intercostal Caudal Epidural Intercostal Caudal Epidural P. braquial 0 1 2 3 4 5 6 7 8 Niveles sanguíneos (µg/mL) Figura 7�7. Absorción sanguínea de anestésicos locales en relación al sitio de inyección. (Covino BG, Vassallo H. En: Local Anesthetics. Mechanisms of Action and Clinical Use. New York, NY: Grune & Stratton; 1976;pag 97.) mos teniendo anestésicos locales que no reúnen estas características, y que; sin embargo, se utilizan con un aceptable margen de seguridad, sin ser el fármaco ideal. En los siguientes párrafos se describen los efectos secun- darios más interesantes por su magnitud y frecuencia. Toxicidad La historia de la toxicidad de los anestésicos locales se inició a fines del siglo XIX, cuando los clínicos de esa época se dieron cuenta de los efectos deletéreos de la cocaína y empezaron la búsqueda de mejores fármacos. La editorial de Albrigth en 1979,10 donde comentó seis muertes por colapso cardiovascular después de la admi- nistración de bupivacaína o etidocaína fustigó esta inves- tigación de una manera tan acelerada que en la actuali- dad se cuenta con fármacos muy seguras, pero que no están exentas de riesgos. Las reacciones tóxicas sistémi- cas de mayor importancia son sobre sistema nervioso central y el cardiovascular. El sistema nervioso central se afecta con concentraciones plasmáticas menores que la que producen toxicidad cardiovascular y se manifiesta por alteraciones de la cognición, crisis epilépticas y esta- do de coma. En el sistema cardiovascular se producen alteraciones del ritmo con o sin colapso cardiovascular de difícil manejo. La incidencia de toxicidad sistémica se ha reducido hasta 0.01% siendo los bloqueos regionales los que más se asocian con estos eventos (7.5/10 000). Estas reacciones de toxicidad se pueden agrupar dos grandes grupos: 1. Reacciones tóxicas: a) Sistémicas y locales. b) No relacionadas con el anestésico local. 2. Reacciones alérgicas: a) Al anestésico local. b) A los conservadores o antioxidantes. Cuando se ha vivido la experiencia de observar un efec- to tóxico sistémico secundario a un anestésico local, la actitud del médico cambia en forma radical ya que hasta hace poco tiempo la mayoría de estos enfermos fallecí- an, en especial los que recibieron bupivacaína racémica. Los eventos por toxicidad suceden aún en manos exper- tas y se han descrito diversos factores: • Potencia del anestésico. A mayor liposolubilidad, mayor potencia y más posibilidad de cardio y neu- rotoxicidad. • Isomerismo. Los anestésicos locales que contienen un dextroisómero en su composición son más tóxi- cos que los levoisoméricos. Se ha demostrado que los primeros tienen una mayor afinidad por el sitio efector de los canales de sodio. • Dosis total administrada (concentración plasmáti- ca). La toxicidad está en relación con los niveles de anestésicos locales en plasma, y esto depende en forma directa del total de la dosis administrada. Los bloqueos peridurales, las infiltraciones subcutáneas tumescentes, y los bloqueos peridurales usan las dosis más altas de anestésicos locales y se les ha relacionado con eventos de toxicidad. • Sitio de inyección. En términos generales la absor- ción sanguínea de un anestésico local varía según el sitio de inyección (figuras 7–4 y 7–6), aunque se modifica por factores como el tipo de anestésico inyectado, la adición de vasoconstrictores, y la velo- cidad y frecuencia de inyección. La vía interpleural favorece absorciones elevadas por lo extenso de la superficie de inyección y su vascularidad. Sin embargo, esta vía no se ha relacionado con mayor frecuencia a toxicidad sistémica, tal vez por la capacidad pulmonar de fijar y eliminar la concen- tración de anestésicos locales hasta ~ 40%. La administración raquídea no produce toxicidad sis- témica por las dosis pequeñas y vascularidad dismi- nuida. La inyecciones cercanas al cerebro (faciales, nasales, orales, en cuello) también condicionan más posibilidad de toxicidad sistémica neurológica, ya sea por inyección intraarterial directa o por flujo retrógrado que transporta dosis pequeñas del anes- tésico local en forma directa al tejido cerebral que induce convulsiones y estado de coma.48 • Estado físico del paciente. Factores como la edad, disfunción hepática y renal, hipoxemia, acidosis, embarazo, interacciones farmacológicas (inhibido- res del citocromo P450) modifican la posibilidad de toxicidad sistémica. En el grupo éster la cocaína sigue siendo el anestésico local más tóxico y la procaína y cloroprocaína son los menos potentes y también con menor poder tóxico, no solo en este grupo éster, sino entre todos los anestésicos locales conocidos. En el grupo amino-amida la bupivaca- ína racémica, etidocaína y mepivacaína son más tóxicos que los anestésicos locales levoisoméricos levobupivaca- ína y ropivacaína. Lidocaína y prilocaína son los menos tóxicos en este grupo. Mecanismos de toxicidad Con lo descrito en algunos párrafos anteriores se han sentado las bases para comprender los mecanismos más aceptados que explican la toxicidad de los anestésicos locales, si bien se ha dicho que además de los canales de sodio, hay otros receptores involucrados en los mecanis- mos de esta toxicidad. A continuación se analizan los aspectos complementarios de más importancia sobre la toxicidad de estos fármacos. - Cardiotoxicidad. Los efectos tóxicos de los anesté- sicos locales sobre el sistema cardiovascular se divi- den en dos grupos; los cambios fisiológicos que se generan con algunas técnicas de anestesia regional y los efectos que derivan de las propias acciones de estos fármacos sobre los canales de sodio, potasio, calcio y los receptores β del miocardio. Estos efec- tos secundarios sobre el sistema cardiovascular se pueden explicar por los siguientes cuatro mecanis- mos: 1. Efecto regional debido al bloqueo de fibras pre- ganglionares simpáticas secundario a la inyec- ción neuroaxial del anestésico local. 88 • Anestesia obstétrica (Capítulo 7) 2. Un efecto directo cardiodepresor/arritmogéni- co debido a concentraciones plasmáticas eleva- das y súbitas de anestésico local por inyección intravascular o absorción exagerada desde el sitio de inyección. 3. Efecto cardiodepresor mediado a través del SNC. 4. La absorción sistémica de dosis toxica puede producir depresión medular y colapso circula- torio secundario. Diversos estudios en animales han confirmado que lidocaína tiene mínima toxicidad cardiaca, seguida por ropivacaína, levobupivacaína y bupiva- caína racémica. Dony et al., 49 compararon dosis equipotentes y dosis equivalentes de ropivacaína y bupivacaína endovenosas en ratas Wistar encon- trando que dosis menores de bupivacaína induje- ron más alteraciones miocárdicas que ropivacaína. También encontraron que fue posible reanimar más animales en el grupo que recibió ropivacaína. Los estudios en voluntarios sanos han confirmado esta mejor tolerancia cardiaca a ropivacaína intra- venosa; sin embargo, las investigaciones controladas en humanos no favorecen de una manera rotunda el uso de un determinado anestésico local de acción intermedia, no obstante en los ancianos, existe una franca tendencia a utilizar ropivacaína y levobupi- vacaína por el perfil antes descrito. El estudio de Malinovsky et al.,50 no encontró diferencias signifi- cativas hemodinámicas en pacientes ancianos sometidos a cirugía urológica bajo anestesia suba- racnoidea con ropivacaína 0.3% 15 mg vs. bupiva- caína 0.2% 10 mg isobáricas, y Kuusniemi et al.,51 redujeron a 7.5 y 5 mg la bupivacaína, adicionando 25 µg de fentanil en pacientes ancianos sometidos también a procedimientosurológicos. Estos autores redujeron la intensidad del bloqueo motor sin afec- tar el nivel de bloqueo sensitivo. Las alteraciones hemodinámicas fueron mínimas y consistieron en hipotensión y bradicardia de fácil manejo. La dex- trobupivacaína es el anestésico local que tiene mayor afinidad por el canal de sodio y es por esto que el manejo, en especial la reanimación cardio- pulmonar (RCP), debe de prolongarse por más tiempo cuando se ha utilizado este fármaco. Con ropivacaína es relativamente más fácil la recupera- ción habiéndose recomendado diversos fármacos como la milrinona, la cual es más efectiva que epi- nefrina. - Neurotoxicidad. La toxicidad de los anestésicos locales sobre el sistema nervioso se manifiesta en dos áreas; las que se desencadenan por con- centraciones sanguíneas elevadas y obedecen a su acción sobre los canales de sodio en el SNC, y las que se dan por la aplicación directa del anestésico sobre o en la cercanía de las estruc- turas neurales, en especial, la inyección de lido- caína en el espacio subaracnoideo. Para mayor información se refiere al lector al capítulo correspondiente de este libro. - Metahemoglobinemia. La prilocaína se metaboliza a O-toluidina que en los individuos susceptibles puede producir metahemoglobinemia, en especial cuando se usan mas de 500 mg. En las embaraza- das este problema es aún más crítico ya que la san- gre fetal reduce mal la metahemoglobina. El mane- jo es con 1 a 5 mg de azul de metileno para redu- cir la metahemoglobina. - Miotoxicidad. Desde el primer estudio sobre los efectos tóxicos de los anestésicos locales en el mús- culo estriado, se ha acumulado mucha información que demuestra los cambios inflamatorios en mode- los animales, tanto en la inyección continua peri- neural como en la inyección intramuscular directa, pero no se ha concluido si estos cambios tienen un efecto deletéreo permanente en los humanos. Los anestésicos locales son sustancias que actúan tanto en las membranas celulares externas, como en las membranas de los organelos intracitoplásmicos, en especial en la doble membrana mitocondrial. Las alteraciones subcelulares secundarias a la toxicidad muscular de estos fármacos apuntan hacia las mito- condrias. Irwin et al.,52 encontraron que la bupiva- caína produce alteraciones en el metabolismo oxi- dativo intracelular activo al despolarizar la mem- brana mitocondrial y oxidación del nucleótido piri- dina. Esto produce la apertura de la permeabilidad del poro de transición, (PTP, del inglés permeability transition pore) un tipo de canal localizado en las membranas intracelulares que tiene un papel importante en diversas formas de muerte celular. Estos hallazgos se acompañaron de concentracio- nes intracelulares elevadas de Ca2+ y liberación de citocromo c. Todas estas alteraciones fueron depen- dientes de la concentración de bupivacaína y solo se encontraron en las mitocondrias de músculo estriado voluntario, mientras que las mitocondrias provenientes de músculo esofágico fueron resisten- tes a la bupivacaína. En 1993, un grupo finlandés53 realizó el primer estudio microscópico encaminado a determinar la miotoxicidad de la bupivacaína. Ellos usaron un modelo de bloqueo axilar continuo en conejos a los que les infundieron placebo vs. bupivacaína 0.25%. A las 24 h encontraron infiltra- ción neutrofílica en el grupo placebo, mientras que el grupo que recibió bupivacaína tenía una gran cantidad de eosinófilos. Una semana después se encontraron linfocitos, plasmocitos, macrófagos y fibroblastos con datos de regeneración muscular. Las concentraciones séricas de bupivacaína oscila- ron entre 0.28 y 0 µg/mL. Zink et al.,54 compara- ron en un modelo animal la toxicidad de bupivaca- ína vs. ropivacaína y demostraron que la primero indujo necrosis y apoptosis de las fibras musculares, mientras que la última produjo cambios menos severos del músculo esquelético porcino. Este mismo grupo de investigadores,55 volvió a confir- mar sus resultados iniciales de que bupivacaína 0.5% es más miotóxica que ropivacaína 0.75%, al inducir mionecrosis irreversible con depósitos de© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Farmacología clínica de los . . . • 89 calcio, formación de cicatrices y regeneración mus- cular. No se ha determinado la importancia clínica de este fenómeno. El cuadro 7–9 describe los cam- bios histopatológicos que produce la inyección de anestésicos locales en el músculo estriado. Todos los anestésicos locales que se han estudia- do tienen un potencial miotóxico similar en cuan- to a las alteraciones tisulares producidas, pero difie- ren en la intensidad de estas lesiones. Bupivacaína y cloroprocaína son las más tóxicas y la procaína y tetracaína son las que producen alteraciones meno- res. Es importante contrastar que tetracaína es uno de los anestésicos locales más tóxicos cuando se administra por vía intratecal. La toxicidad en el músculo estriado se presenta con concentraciones de uso clínico, y se ha demostrado que se incre- menta al subir la dosis, el volumen y el tiempo de exposición al anestésico. - Alergias. Es frecuente que los pacientes insistan en que son alérgicos a los anestésicos locales, argu- mento que suele estar basado en reacciones sisté- micas desagradables despues de asistir con el odon- tólogo. La mayoría de estas reacciones están dadas por la absorción rápida de la epinefrina o del anes- tésico local inyectado en la mucosa gingival, mani- festaciones que se pueden potenciar por el estrés propio de los enfermos. Taquicardia, extrasístoles y síncope son usuales, pero no se explican como una reacción alérgica. Las alergias verdaderas a estos fármacos son muy raras y por lo general suceden más con los de tipo éster, si bien se han informado alergias con los anestésicos locales amino-amida, incluyendo los nuevos anestestésicos levoisoméri- cos. Estas alergias tienen una frecuencia muy varia- ble que oscila entre 1:350 a 1:20 000, y por fortu- na la mayoría son banales, aunque ocasionalmente son factores de morbimortalidad significativa.56–58 Se considera que la frecuencia real es del 0.7%. En algunas ocasiones estas reacciones se han atribuido a los preservativos (metilparaben) o a los antioxi- dantes (bisulfitos) que están contenidos en algunas presentaciones comerciales. El metilparaben pre- viene el crecimiento bacteriano y por eso se añade en los frascos de multiuso y el metabisulfito previe- ne la oxidación de los vasopresores que vienen en algunos anestésicos, en especial los de uso odonto- lógico. Los sulfitos son compuestos inorgánicos (–SO3) que se usan como antioxidantes en frutas y vegetales frescos para preservar su color y aparien- cia, los vinos de mesa también contienen sulfitos. Los enfermos que refieran alergias a estos alimen- tos pudieran tener reacciones cruzadas con anesté- sicos locales que contengas sulfitos. También hay reacciones cruzadas con productos que contienen sustancias paraamino como algunos hipogluce- miantes orales, tintes del cabello y cremas fotopro- tectoras. No es correcto describir a los ésteres como más alergéni- cos ya que un éster sólo es una unión química que no imparte inmunogeniticidad a los compuestos que lo con- tienen, es más bien el componente molecular unido por este eslabón lo que produce esta característica. El PABA es uno de los metabolitos de los anestésicos del grupo éster, el cual se ha asociado a verdaderas reacciones alér- gicas. Algunos anestésicos locales del grupo amino-amida se comercializan con metilparaben, conservador que se metaboliza hacia PABA,59,60 y puede incrementar la posibilidad de reacciones alérgicas. Algunas pomadas con anestésicos locales contienen carboximetilcelulosa, sus- tancia que también ha sido relacionada a reacciones alér- gicas en humanos y animales.61 El diagnóstico de las aler- gias se basa en pruebas cutáneas con los compuestos con- tenidos en las soluciones comerciales de los anestésicos locales, incluyendo los aditivos como el
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