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749 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCIÓN El síndrome antifosfolípidos (SAFL) y el lupus eritema- toso sistémico (LES), son dos enfermedades autoinmuni- tarias cuya evolución clínica se ve modificada por el embarazo. Hasta hace algunos años se consideraba al sín- drome antifosfolípidos como una entidad prodrómica del lupus eritematoso sistémico, pero en la actualidad se acepta que es una enfermedad primaria.1 El síndrome antifosfolípidos se clasifica en: - primario, si no forma parte del cuadro clínico de al- guna enfermedad autoinmunitaria, por ejemplo el LES; y - secundario cuando se asocia a otra enfermedad au- toinmunitaria como el lupus eritematoso sistémico. Cerca de 1 a 2 % de la población sana tiene elevados los anticuerpos antifosfolípidos (AAFL), los cuales se consi- deran anticuerpos naturales, 0.2 % tienen en forma signi- ficativa niveles demasiado altos. REACCIÓN INMUNITARIA. CONCEPTOS BÁSICOS La reacción inmune es una respuesta inespecífica del organismo ante un agente externo llamado antígeno (Ag), el cual puede ser de naturaleza química, bacteria- na, viral, etc. La respuesta a la exposición del antígeno es la acti- vación de células específicas llamadas anticuerpos (Ac), como macrófagos, monocitos y linfocitos (respuesta celular), y la liberación de sustancias como anticuerpos circulantes en la fracción γ globulínica, proteínas llama- das G, M, A, D y E, que se nombran con el prefijo Ig (IgG, IgA), así como por interleucinas (IL), 2, 4, 5, 6. Los linfocitos son la clave del sistema inmunitario, éste tiene “memoria inmunitaria” por lo que ante una se- gunda exposición a un antígeno, “recuerda” y reacciona en forma más intensa y rápida. La inmunidad celular se en- carga de reacciones alérgicas y rechazo a los trasplantes. Los linfocitos provienen de la médula ósea en el feto, de manera posterior se forman en el timo y tejido linfá- tico dando origen a los linfocitos T y a los linfocitos B, que se transforman en el hígado, de donde emigran a la médula ósea y tejido linfático. Los linfocitos T y B son a nivel morfológico indistinguibles; cuando llega al cuerpo un antígeno, éste es captado por los macrófagos, que al ponerse en contacto con los linfocitos T los activan, pro- liferan y actúan sobre linfocitos B, que junto con las interleucinas reaccionan contra los antígenos.2 REACCIÓN INMUNITARIA AL EMBARAZO Durante el estado gestacional hay cambios fisiológicos, hormonales e inmunitarios en la paciente, entre ellos, aumenta la inmunidad humoral (el lupus eritematoso sistémico empeora) y disminuye la inmunidad celular (la artritis reumatoide mejora). Hay una interrelación bidireccional entre el sistema inmunitario fetal y el sistema inmunitario materno. El feto se considera un antígeno alógeno (misma especie, diferente individuo) por la carga genética transmitida por el padre al organismo materno, el cual reacciona con- tra ese material extraño; sin embargo, esta respuesta es atenuada de modo principal por influencia genética, el factor de histocompatibilidad (cromosoma 6) y la forma- ción de anticuerpos bloqueadores de la IL-2 citotóxica.3 El síndrome antifosfolípidos consiste en una reac- ción autoinmune del organismo, la cual no siempre se produce ante la presencia de un antígeno en forma direc- ta, sino que puede ser respuesta a un estímulo anterior (memoria antigénica), la cual provoca un incremento exagerado de autoanticuerpos antifosfolípidos. Los prin- cipales fosfolípidos que son atacados por estos anticuer- pos son la cardiolipina (extraída del corazón de res, de ahí su nombre), la fosfatidilserina y el fosfatidil inositol.4 FISIOPATOLOGÍA El síndrome antifosfolípidos se caracteriza por una res- puesta exagerada del organismo a la presencia de un Capítulo. Síndrome antifosfolípidos antígeno, ésta consiste en la producción de anticuerpos antifosfolípidos, que actúan en contra de los fosfolípidos con carga negativa de la capa bilipídica de las membra- nas celulares,5 localizados de manera principal en el endotelio micro y macrovascular, y en la membrana de las plaquetas; esto produce agregación plaquetaria, formación de trombos múltiples, y liberación de prosta- glandinas de las plaquetas, de modo preponderante tromboxano A2 (TXA2), que provoca vasoconstricción e isquemia, lesión que es irreversible.6 Por lo tanto, el síndrome antifosfolípidos es consi- derado un padecimiento autoinmunitario, multisistémi- co, trombótico, isquémico, no inflamatorio (diferencia anatomopatológica importante con el lupus eritematoso sistémico ), que provoca alteraciones en el sistema de coagulación, por lo que es conveniente revisar algunos aspectos básicos de éste, para entender mejor la fisiopa- tología y tratamiento del cuadro clínico del síndrome antifosfolípidos y sus implicaciones en el manejo perio- peratorio. HEMOSTASIA La transformación de sangre en un coágulo sólido, y su posterior destrucción para conservar la permeabilidad vascular es un fenómeno complejo controlado por el mecanismo homeostático, el cual comprende tres fases: a) hemostasia primaria, b) coagulación y c) fibrinólisis, las cuales se describirán con brevedad a continuación. Hemostasia primaria Se inicia segundos después de la producción de lesión vascular; en este sitio las plaquetas cambian su forma dis- coide a esferoide, emiten seudópodos y liberan de sus gránulos intracitoplásmicos diversas sustancias como serotonina, histamina, fibrinógeno, factores de coagula- ción V, VIII y tromboxano A2, esta última es una prosta- glandina derivada del ácido araquidónico (AA), que tiene efecto vasoconstrictor y de agregación plaquetaria. En el sitio de la lesión, las plaquetas se adhieren entre sí y con la colágena del subendotelio del vaso dañado pro- ducen un tapón hemostático temporal; la adhesión de las plaquetas a la colágena subendotelial es favorecida por el factor von Willebrand (FvW), el cual actúa como un pegamento fijando las plaquetas a la colágena vascular. Al cambiar de forma las plaquetas exponen una superfi- cie mayor de contacto, formada por fosfolípidos (fosfolí- pidos de superficie) que limitan la formación del coágu- lo laxo en ese sitio; éste funciona como un tapón hemos- tático temporal (figura 64–1). Coagulación Esta etapa de la hemostasis comprende la interacción de varias proteínas plasmáticas llamadas factores de coagu- lación; éstas se encuentran como enzimas inactivadas que se activan y a su vez activan a otras inactivadas, en una reacción en cadena llamada cascada de la coagula- ción, que termina con la conversión de fibrinógeno (fac- tor I) proteína soluble, en fibrina proteína insoluble, que actúa como una red firme y da forma al tapón hemostá- tico definitivo. Los factores de coagulación son: I. Fibrinógeno, proteína soluble. II. Protrombina. III. Tromboplastina tisular (TPT), mezcla de proteí- nas y fosfolípidos. IV. Calcio (Ca2+). V. Proacelerina, factor lábil. VI. No existe. VII. Proconvertina, factor estable. VIII. Factor antihemofílico A. Una fracción de este factor es el factor von Willebrand (FvW). 750 • Anestesia obstétrica (Capítulo 64) Lesión vascular Plaquetas Agregación plaquetaria TX A2 TX A2 Vasoconstricción Figura 64�1. Hemostasia primaria. Factor plaquetario. IX. Factor antihemofilico B. X. Factor de Stuart-Prower. XI. Factor antihemofílico C. XII. Factor de Hageman. XIII. Factor estabilizante de fibrina. Todos los factores de coagulación, excepto el VIII, son de origen hepático, cuatro de los factores (II, VII, IX y X) requieren de vitamina K para su síntesis y funcionamiento. La vitamina K favorece la carboxilación de ácido glutámico, convirtiéndolo en ácido carboxiglutámico, que por medio del calcio favorece la unión con los fosfo- lípidos de superficie. La vitamina K es liposoluble y requiere de sales biliares para su absorción en el yeyuno, en hepatopatías u obstrucción biliar no llega bilis al yeyuno y no se absor- be vitamina K, disminuyendola formación de factores de coagulación dependientes de ésta, favoreciendo el san- grado. Los cumarínicos (warfarina) tienen efecto antico- agulante, interfiriendo con la acción de la vitamina K e inhibiendo la carboxilación de los factores dependientes de ésta. El factor VII tiene vida media más corta, y es el primero que deja de funcionar en la terapia anticoagu- lante con cumarínicos. La deficiencia del factor von Willebrand favorece el sangrado por disminución de la agregación plaquetaria. La cascada de la coagulación tiene dos vías, la extrín- seca y la intrínseca, que se unen en una vía final común terminal.7 La vía intrínseca utiliza fosfolípidos de super- ficie expuestos por las plaquetas, la vía extrínseca se ini- cia por la liberación de tromboplastina tisular y la mez- cla de proteínas y fosfolípidos. Algunos factores de coa- gulación requieren de fosfolípidos para su interacción, por ejemplo el factor VII al IX al X y éste a la trombina. La vía extrínseca es la más sensible a la deficiencia de vitamina K (figura 64–2).8 Fibrinólisis La tendencia de la sangre a coagular está equilibrada in vivo por una serie de mecanismos limitantes, que impi- den la coagulación (antitrombinas III) o destruyen el coágulo. La fibrinólisis se inicia con la conversión de plasminógeno a plasmina, el mecanismo de esta reacción se inicia cuando el plasminógeno se une a la fibrina (coá- gulo definitivo), y se convierte por la acción del factor activador de plasminógeno (FAP) en plasmina, la cual destruye a la fibrina. La plasmina unida a la fibrina no es destruida por la α-2-antiplasmina, pero cuando la plas- mina se desprende de la fibrina entonces la α-2-antiplas- mina la desintegra; esto 1imita el proceso de fibrinólisis. Un sistema anticoagulante es la antitrombina III (AT-III) que se une a la trombina y la inhibe, bloquean- do la formación de fibrina. La heparina facilita la función de la AT-III, formando un complejo heparina AT-III que inhibe a los factores IIa y Xa de manera principal, pero © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Síndrome antifosfolípidos • 751 Sistema intrínseco Sistema extrínseco Daño vascular Plaquetas XII XI XIa XIIa FI FI IX IXa FI X Xa VII Ca++ Ca++ Ca++ II Protrombina Trombina V I Fibrinógeno Fibrina XIII (laxa) Fibrina (firme) III Tromboplastina tisular VIIa VII TPT Figura 64�2. Cascada de la coagulación. también a los factores IXa y Xla; la heparina estándar administrada por largo tiempo provoca trombocitopenia, este efecto es mínimo con la heparina de bajo peso mo- lecular,8 cuyo principal mecanismo de acción es inhibir de forma selectiva el factor Xa. CUADRO CLÍNICO Las manifestaciones clínicas más frecuentes del síndro- me antifosfolípidos son:9,10 1. Trombosis de venas periféricas (miembros infe- riores). 2. Trombosis cerebral y coronaria. 3. Pérdida del producto por mala implantación o insuficiencia uteroplacentaria causada por micro- trombosis múltiple de la decidua. 4. Livedo reticularis, coloración característica violácea reticular subcutánea. 5. Lesión valvular cardiaca. 6. Demencia presenil por microtrombosis cerebral. Las manifestaciones clínicas menos frecuentes son: 1. Trombosis de venas hepáticas (síndrome de Budd- Chiari). 2. Trombosis de venas adrenales. Los resultados de los exámenes de laboratorio muestran disminución del tiempo de tromboplastina parcial ac- tivada (TTPa), trombocitopenia, aumento de lupus anticoagulante (LAC), el cual de modo paradójico tiene efecto procoagulante, y de incremento de los anticuer- pos IgG. TRATAMIENTO Los objetivos de éste son (figura 64–3): 1. Prevenir trombosis. 2. Deprimir sistema inmunitario. 3. Atención óptima al binomio madre-feto. Prevención de trombosis Esta prevención se puede obtener con: a) Ácido acetilsalicílico a dosis baja (80 mg/día), que actúa como antiagregante plaquetario y bloquean- do la formación de tromboxano A2, al inhibir a la ciclooxigenasa derivada del ácido araquidónico. b) Heparina subcutánea estándar 5 000 a 10 000 UI/12 h, ésta puede iniciarse desde el principio del embarazo; actúa favoreciendo la acción de la AT- III, y bloqueando el factor Xa, y la formación de fibrina. Recordar que la administración prolongada de heparina produce trombocitopenia; este efecto es nulo o mínimo cuando se administra en lugar de la heparina estándar la de bajo peso molecular, que tiene una acción más selectiva sobre el factor Xa y mayor biodisponibilidad, se recomienda además administrar calcio y vitamina D. c) Medios físicos: en esto se incluye la tromboprofila- xis con el empleo de medias elásticas o neumáticas en el periodo periparto. Depresión del sistema inmunitario Con este objetivo se utilizan corticoides; de ellos se pre- fiere la prednisona en dosis de 40 mg/día vía oral, sólo 752 • Anestesia obstétrica (Capítulo 64) Ac PI Ac PI 3 1 2Xa Protom Fibrinógeno Fibrina Trombina ATIII Figura 64�3. Tratamiento (sitios de acción) del síndrome antifosfolípidos. 10% de esta dosis atraviesa la barrera placentaria (la dexametasona y la betametasona lo hacen en mayor pro- porción), por lo que el síndrome de supresión suprarre- nal neonatal es raro. Se debe evitar la administración de analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (AINES), para el tratamiento, ya que provocan cierre precoz del conducto arterioso. El uso de corticoides en ratas gestan- tes provoca paladar hendido en los productos; en huma- nos no se han reportado casos de recién nacidos con esta anomalía. Atención óptima al binomio madre-feto Se deben extremar al máximo los cuidados de la emba- razada y del feto, ya que ambos son considerados de alto riesgo. En otros capítulos de este texto se mencionan las principales medidas enfocadas a conservar el bienestar del binomio materno-fetal y el adecuado flujo uterino; éstas no deben omitirse en las pacientes con síndrome antifosfolípidos; por el contrario deben aplicarse en forma meticulosa y aun extrema. COMPLICACIONES Una de las complicaciones más temidas del síndrome antifosfolípidos es el llamado síndrome antifosfolípidos catastrófico. Éste consiste en la oclusión trombótica venosa o arterial de tres órganos diferentes, incluyendo el riñón.11 Se presenta como un cuadro de evolución rápi- da, de horas a pocos días, sus principales signos y sínto- mas son: trombosis de venas profundas de miembros inferiores, trombosis de venas hepáticas (síndrome de Budd-Chiari), oclusión de venas adrenales o hemorragia en las mismas por empleo de anticoagulantes, enferme- dad de Addison, accidente vascular cerebral, (principal- mente por infarto o por oclusión de la arteria cerebral media o isquemia transitoria), infarto de miocardio por trombosis de la coronaria descendente izquierda no ate- roesclerótica, esto último se observa de manera primor- dial en pacientes menores de 30 años. El tratamiento de este problema requiere que la paciente sea enviada a la unidad de terapia intensiva. CONSIDERACIONES ANESTÉSICAS El perfil clínico de estas pacientes es especial, en lo habi- tual son pacientes que han sufrido pérdida gestacional recurrente (el término aborto habitual no se utiliza, ya que les puede provocar cierto sentimiento de culpa), son hipersensibles y requieren sentir un genuino interés en su cuidado de parte del equipo médico. Debe realizarse en ellas una evaluación preoperato- ria integral valorando factores de riesgo como: tabaquis- mo, anticonceptivos orales, anticoagulantes, órganos afectados, exámenes de laboratorio, etc. Para definir el manejo anestésico perioperatorio deben hacerse estas consideraciones: 1. ¿Está la paciente con terapia anticoagulante, o anti- tromboembólica? Si es así, hay que valorar el tipo, inicio y duración de la terapia farmacológica, el perfil de coagulación (tiempo parcial de trombo- plastina activada,TTPa), cuenta de plaquetas, tiem- po de protrombina, tiempos de sangrado y de coa- gulación, INR, niveles de fibrinógeno, y sies posi- ble practicar un tromboelastograma. • Si se decide anestesia peridural, hacer una pun- ción lo menos traumática posible, y manejar el catéter con extremo cuidado e inclusive no uti- lizarlo. • Evitar deshidratación y posición viciosa prolon- gada de miembros inferiores (posición gine- cológica), pues son factores que favorecen la formación de trombos. • Si se tiene que administrar anestesia general, preferir fármacos de eliminación rápida y evitar el empleo de psicodislépticos que alteren la conciencia. • Si es posible, suspender la heparina. • No es necesario suspender el ácido acetilsali- cílico. • Conocer el esquema de manejo de la anestesia neuroaxial en pacientes que están en tratamien- to a base de warfarina, heparina o fibrinolíticos. • Es recomendable el uso de medias elásticas o neumáticas en el perioperatorio y la ambula- ción temprana. 2. ¿Está la paciente con terapia corticoide, y desde cuándo? Si lo está, puede presentar hiperglucemia, no confundir esto con diabetes gestacional. Las pacientes bajo este tratamiento pueden tener mayor susceptibilidad de presentar infeccio- nes, por lo que se recomienda valorar el uso profi- láctico de antibióticos; además con frecuencia se quejan de pirosis gástrica, que requiere la adminis- tración de bloqueadores H2 u otros antiácidos como los inhibidores de la bomba de protones para su tratamiento (IBP). Por el efecto crónico de los glucocorticoides hay desmineralización ósea y tendencia a la osteoporo- sis, por lo que hay que movilizar con cuidado a la paciente al pasarla a la camilla, y viceversa. Asi- mismo, por la retención de agua y sal tienen ten- dencia a la hipertensión arterial, lo que obliga a vigilar en forma estrecha este parámetro, y en caso necesario, establecer medidas terapéuticas. Pueden presentar trastornos psicológicos por el efecto crónico de los glucocorticoides y/o por microtrombosis múltiple cerebral producida por los fosfolípidos aumentados, también puede desa- rrollarse el síndrome de supresión por el estrés de la cirugía (no es necesario haber estado bajo terapia corticoide prolongada), y requerir terapia corticoi- de sustitutiva. Se recomienda aplicar corticoides en el preoperatorio inmediato; un esquema fácil para hacerlo es 100 mg de hidrocortisona antes de ini- ciar la cirugía y otros 100 mg en el transoperatorio; posteriormente el internista debe indicar el esque- ma de tratamiento.© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Síndrome antifosfolípidos • 753 1. Castro-Sansores C, Renan A: Síndrome primario de antic- uerpos antifosfolípidos. Rev Biomed 1997;8:155-162. 2. Davis S: Systemic lupus erithematosus and the obstetric patient. Can J Anesth 1991; 38:47-50. 3. 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