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189 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCIÓN: BREVE HISTORIA DEL ULTRASONIDO La ultrasonografía tiene un papel indudable en la aten- ción de la embarazada, tanto desde el punto de vista obstétrico, como en el del manejo de la patología agrega- da. El desarrollo de de las técnicas de analgesia regional guiada por ultrasonido, aplicables por igual a situaciones clínicas no obstétricas, han convertido a los bloqueos regionales en procedimientos más seguros, confiables y con mucho menor morbilidad. En 1794, el italiano Lázaro Spallanzani describió la manera en que los murciélagos se guían a través de la emisión y recepción de ondas de sonido de alta frecuen- cia. Las aplicaciones prácticas del ultrasonido inician con el descubrimiento del efecto piezoeléctrico, por los espo- sos Curie en 1880. Tiempo después la invención del SONAR en 1915 y el RADAR en 1935, precedieron a las investigaciones en medicina, publicándose la primera de éstas en 1952 por Dussik.1 En 1952, Wild y Reid, die- ron la primera descripción de imagen seccional anató- mica por ultrasonido,2 continuando las investigaciones alrededor del mundo hasta que en Inglaterra Donald, McVicar y Brown publicaron en 1958 su famoso artícu- lo “Investigación de masas abdominales por ultrasonido pulsado”,3 considerado como el paso del ultrasonido al campo de la aplicación clínica. Desde entonces la imagen por ultrasonido, con ante- rioridad sólo entendible por unos pocos iniciados, ha evolucionado con la aparición de tecnologías como el tiempo real, el Doppler, y la imagen en tres dimensiones, siendo sin duda alguna la obstetricia su área de mayor influencia. En los últimos años, y después de una vasta experiencia intervencionista guiada por ultrasonido en el campo del la punción dirigida diagnóstica y terapéutica, en la práctica anestésica se han desarrollado dos áreas principales de interés: el entrenamiento y guía para el bloqueo epidural y espinal,4 y la guía ultrasonográfica para la analgesia regional. La historia de estas técnicas hasta 2005 ha sido resumida por Marhofer,5 quien men- ciona entre otros hitos de importancia la descripción del uso indirecto del ultrasonido para guía de bloqueo regio- nal, publicado por La Grange en 1978, y la primera refe- rencia a la visualización directa de la distribución del anestésico, por Kapral en 1994. En los últimos años algu- nos grupos, en particular en Alemania, Canadá, los EUA y China, han estado en especial activos en este campo. En Latinoamérica, la primera referencia al tema ha sido presentada en México en 2005.6 BASES TÉCNICAS DEL ULTRASONIDO DE IMAGEN El equipo de ultrasonido transforma sonido de alta fre- cuencia en imagen anatómica, prolongando así la vista del observador hacia las estructuras internas del cuerpo humano. Requisito indispensable para que esta informa- ción sea útil, es el entendimiento anatómico de la región de interés, lo cual es implícito en las técnicas ciegas (parestesia y neuroestimulador). Asimismo es necesario conocer la manera en que se expresa dicha anatomía en la imagen visible en pantalla. El transductor de ultrasonido actúa de manera simi- lar a un instrumento de corte, en una línea que se pro- longa desde la superficie de contacto con el objeto estu- diado, hacia el interior del mismo. La profundidad del corte depende de la frecuencia de trabajo de dicho trans- ductor, manejándose rangos de 2.5 MHz (menor fre- cuencia = mayor profundidad de visión = menor resolu- ción = cortes más profundos = cortes menos finos) hasta 15 MHz. En los equipos por lo común utilizados (mayor frecuencia = menor profundidad de visión = mayor reso- lución = cortes menos profundos = cortes más finos). Los equipos apropiados para bloqueos regionales por lo general manejan frecuencias iguales o mayores a 10 MHz, ya que se trata con estructuras superficiales y por lo regular pequeñas (troncos nerviosos y agujas); sin embargo algunos bloqueos pueden realizarse con instru- Capítuo Utilidad del ultrasonido en analgesia regional en la paciente obstétrica mentos de menor frecuencia, en particular en regiones de relativa profundidad como el nervio ciático. Habiendo aplicado un medio de acoplamiento (gel, agua, crema especial) que elimine el aire entre el equipo y el objeto de estudio, en pantalla se ven las estructuras internas con un tono de gris dependiente de la velocidad a la que dichas estructuras transmiten el sonido, y en una posición relativa que está determinada por el lugar en donde se encuentran en dicho corte. Estas variables son calculadas y expresadas en imagen en tiempo real. En términos generales, el líquido (intravascular, in- travesical, etc.) se ve en un tono de gris cercano al negro, y el sólido (estructuras óseas, agujas) en un tono de gris cercano al blanco, visualizándose los tejidos blandos en rangos intermedios en la escala de grises. Es importante considerar que debajo de la clavícula los troncos nervio- sos son más ecogénicos, es decir, generan ecos de mayor intensidad que los tejidos blandos circundantes y poseen un tono de gris más cercano al blanco, mientras que arri- ba de la clavícula generan ecos de menor intensidad a los tejidos blandos circundantes, más cercanos al negro en la escala de grises, y en un rango intermedio entre estos últimos y las estructuras líquidas con el uso del Doppler a color es posible localizar las estructuras vasculares con precisión, y facilitar la localización del tronco nervioso, de modo casi invariable vecino a dichas arterias y venas. La localización en pantalla de las estructuras corta- das obedece al siguiente patrón: arriba, siempre, las más cercanas al transductor, siendo siempre la superficie en contacto con el mismo la primera línea horizontal visi- ble. Abajo las estructuras más lejanas al mismo, en el plano de corte que se prolonga a partir de la superficie del transductor, y hasta los límites de la penetración del sonido. A cada uno de los lados, los extremos derecho e izquierdo del transductor, prefiriéndose por lo general orientar a la izquierda de la imagen el lado del transduc- tor que se ve de frente a la izquierda, o cefálico en el paciente, y viceversa. Esta orientación izquierda-derecha y cefálico-podálico puede encontrarse invertida y no es crítica en el desarrollo de un procedimiento de analgesia regional guiada por ultrasonido, siempre que el operador sepa a la perfección cuál es la orientación relativa real de su corte (figura 19–1). POR QUÉ EL ULTRASONIDO EN LA ANALGESIA REGIONAL DE LA EMBARAZADA Las estadísticas coinciden en colocar al trauma como la principal causa de muerte no obstétrica en la gestante,7 mientras que alrededor de 0.3 a 0.4% de las embaraza- das traumatizadas requieren de admisión hospitalaria, y de éstas en 24% la muerte es el resultado de sus lesiones. Algunas de estas pacientes tienen complicaciones no obstétricas,8 siendo la epidemiología similar tanto en Europa como en América.9 Es bien sabido que el manejo anestésico en pacien- tes traumatizados depende en gran manera del estado hemodinámico y en la mayoría de los casos se prefiere el uso de anestesia regional en lesiones de miembro infe- rior, siendo su forma más común el bloqueo epidural o espinal. Sin embargo, en patología de miembro superior en ausencia de técnicas guiadas de bloqueo regional, y para evitar los riesgos de las técnicas ciegas, por lo común se utiliza anestesia general.10 Con el desarrollo de los bloqueos guiados por ultra- sonido, la morbilidad así como los bloqueos fallidos, dis- minuyen de forma dramática. Asimismo se conocen los riesgos derivados de la dosis o del paso intravascular o intratecal de los anestésicos locales, y sus efectos tóxicos sobre el sistema cardiovascular.11 Con el uso del ultrasonido de imagen, la anestesia regional evoluciona del arte a la medicina basada en evi- dencia; la curva de aprendizaje es corta y los resultados son de inmediato demostrables, las técnicas tradicionalesde marcas anatómicas ceden ante la evidencia de la visión directa del nervio, la aguja, y la difusión local del anestésico. En un futuro cercano habrá un equipo de ultrasonido integrado a toda maquina de anestesia, no sólo para la localización de nervios periféricos o plexos nerviosos, sino para asegurar accesos venosos, para ultra- sonografía transesofágica,12 o para localización de bom- bas de infusión entre otras aplicaciones.13 En resumen, el ultrasonido provee imágenes en tiempo real guiando el avance de la aguja, permitiendo ajustes en dirección, profundidad y penetración; mues- tra la exacta localización nerviosa y es en especial valiosa, en pacientes con marcas de superficie difíciles; reconoce estructuras vitales adyacentes a los nervios permitiendo evitarlas, mejora la calidad del bloqueo sensorial, tiempo de latencia, y porcentaje de bloqueos exitosos; permite grabar los procedimientos,14 disminuye el número de punciones, con posible reducción secundaria del riesgo de lesión neural.15 GENERALIDADES DE LOS ACCESOS MÁS IMPORTANTES La verdadera ecogenicidad del nervio es capturada sólo cuando el transductor es orientado en forma perpendicu- 190 • Anestesia obstétrica (Capítulo 19) Figura 19�1. Orientación especial de la imagen visible en pantalla respecto de los objetos involucrados en la generación dela misma. lar al eje longitudinal del nervio y se buscará dicha orien- tación. Se identifican el blanco y todas las estructuras cercanas al mismo y se ajustan las variables del equipo para optimizar la imagen. La piel y el transductor deben ser desinfectados. El gel estéril proporciona condiciones asépticas al bloqueo, y en su lugar puede usarse agua estéril. Se realiza una infiltración subcutánea de anesté- sico en el sitio de la punción. La aguja durante el procedimiento se identifica como una estructura lineal, no vista de manera previa a la punción, que genera ecos brillantes y una sombra acús- tica posterior, dependiendo estas dos últimas caracterís- ticas de la correcta alineación entre el transductor, la aguja y del material, así como del calibre de la misma. Habiendo situado la punta de la aguja en el lugar desea- do se administra el anestésico local, observando su distri- bución alrededor del nervio en un efecto de masa. La visión directa del anestésico local rodeando un nervio indica haber alcanzado la dosis a nivel físico suficiente y necesaria para su bloqueo. Este indicador disminuye los volúmenes de anestésico local utilizados con respecto a los bloqueos realizados con técnicas de preultrasonido, y es de especial importancia en bloqueos de múltiples ramas nerviosas y en pacientes de riesgo elevado.16 Los bloqueos que con más frecuencia se usan para el miembro superior son: interescaleno, supraclavicular, infraclavicular y axilar. A nivel de codo se practican algu- nos bloqueos en forma estricta selectiva y con frecuencia como rescate de bloqueos altos con analgesia incomple- ta, así como en la muñeca. En el miembro inferior los bloqueos del plexo lumbar más comunes son el del psoas y femoral, mientras que en el plexo sacro el ciático, ya sea por vía subglútea o vía anterior, el ciático poplíteo por vías posterior, lateral, y el tibial posterior a nivel del tobillo. La mejor forma para guiar la aguja, encontrar la res- puesta adecuada y observar el efecto de masa del anesté- sico local es la práctica diligente frente a la pantalla, exis- tiendo diversos modelos de entrenamiento pasando por simuladores, cadáveres, y talleres avanzados con casos reales.17 ANATOMÍA NERVIOSA DEL MIEMBRO SUPERIOR La mayor parte de la inervación del miembro superior está proporcionada por el plexo braquial. A nivel cervi- cal se relaciona con algunos pares craneales (espinal, vago y glosofaríngeo) y con el nervio laríngeo recurrente y laríngeo superior. Asimismo, se relaciona con el sim- pático cervical, el ganglio estrellado y el plexo interca- rotídeo. El plexo cervical está formado por las ramas anterio- res de C1 a C4. Se distribuye entre los músculos paraver- tebrales y emite una rama para el nervio hipogloso y el asa cervical. El nervio frénico (C3-C5) avanza bajo la fas- cia prevertebral hacia la cara anterior del escaleno ante- rior, con el nervio destinado al músculo subclavio. Las ramas superficiales del plexo cervical (C2-C4) perforan la lámina prevertebral anterior a los músculos escalenos anterior y medio. La inervación simpática del miembro superior sigue los ejes arteriales, que siempre están cerca de los nervios sensitivomotores. Esta es la razón por la que los bloqueos anestésicos del miembro superior pro- vocan un bloqueo simpático, que puede ser usado con fines terapéuticos. El plexo braquial se localiza en un triángulo cuya base corresponde a las cuatro últimas vértebras cervica- les y a la primera vértebra torácica, su vértice está situa- do en la región axilar. Atraviesa la parte inferior y lateral del cuello entre los músculos escaleno anterior y medio, avanza de manera distal hacia la axila. El plexo se com- pone de las ramas anteriores de cinco nervios raquídeos (C5-C6-C7-C8-T1), de modo normal con un colateral que sale de C4 y más rara vez con un colateral de T2. Entre los músculos escalenos, las cinco raíces se reúnen en tres troncos, superior-C5-C6, medio C7, inferior C8- T1, cada uno de los cuales se convierte en divisiones anteriores y posteriores en el ápex de la fosa axilar. El tronco inferior es profundo, con estrecha relación con la arteria subclavia y la pleura. El plexo se organiza en dos planos: uno posterior sin grandes variantes, inervando los músculos extensores; otro anterior muy variable y com- plejo para los músculos flexores. Las divisiones anterio- res se combinan para formar los fascículos lateral y medial, destinados a la flexión, aducción, y pronación del miembro. Las divisiones posteriores se unen en un fascí- culo posterior que inerva los músculos que efectúan la extensión, abducción y supinación. En la cima de la fosa axilar, el fascículo lateral se coloca por fuera de la arteria y el medial la cruza en dirección oblicua. El fascículo posterior transcurre posterior a la arte- ria. Por delante de la articulación escápulohumeral y por detrás del músculo pectoral menor cada fascículo se divi- de en dos ramas terminales. El fascículo posterior, forma- do por las divisiones posteriores de los tres troncos, da origen al nervio radial y al nervio axilar; el fascículo late- ral, compuesto de las divisiones anteriores de los troncos superior y medio, al nervio musculocutáneo y la raíz late- ral del nervio mediano, y el fascículo medial, integrado por la división anterior del tronco primario inferior, origina la raíz medial del nervio mediano, el nervio cubi- tal, el nervio cutáneo medial del antebrazo y el nervio cutáneo medial del brazo. Sus tres terminales están representadas por el nervio musculocutáneo (músculos coracobraquial, bíceps y braquial anterior), el nervio mediano (músculos pronadores, flexores de la mano y tenares) y el nervio cubital (músculos intrínsecos de la mano). Hay además algunas ramas colaterales que iner- van grupos musculares del cuello y tórax. La distribución radicular es la siguiente: la raíz C5 inerva los músculos del hombro (deltoides, redondo menor, supra e infraespinoso); la raíz C6 inerva los mús- culos de la celda anterior del brazo (coracobraquial, bíceps y braquial) y los músculos supinadores corto y largo. La raíz C7 inerva los músculos de las celdas poste- riores del brazo, el antebrazo (tríceps y extensores de la mano y de los dedos) y el pronador redondo; la raíz C8© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Utilidad del ultrasonido en. . . • 191 inerva los músculos de la celda anterior del antebrazo y los músculos tenares; la raíz T1 inerva los músculos hipo- tenares e interóseos. ESPACIOS DE DIFUSIÓN EN EL MIEMBRO SUPERIOR En la mayoría de los bloqueos nerviosos periféricos, las fascias delimitan espacios de difusiónque permiten la distribución del anestésico local más allá del lugar de la inyección, logrando así bloquear ramas o troncos múlti- ples con un único procedimiento. Esto depende de la anatomía de los tejidos graso y conjuntivo que rodean los plexos. La extensión del bloqueo depende del sitio de inyección y no del volumen aplicado. De manera similar, en un espacio de difusión dado, cada lugar de inyección corresponde a una distribución preferente del anestésico local hacia las zonas de menor resistencia en dicho espa- cio y siempre delimitado por las fascias. ESPACIO DE DIFUSION INTERESCALÉNICO Los accesos interescalénico y supraclavicular del plexo braquial se realizan en el espacio de difusión interescalé- nico. Dicho espacio, circunscrito por la fascia cervical, tiene la forma de medio reloj de arena trapezoidal incli- nada, cuya base asienta en la columna vertebral. El lado inferior corresponde al orificio superior del tórax y a la cúpula pleural; los límites posteriores y anteriores están formados por la fascias de los músculos escalenos medio y anterior, y la base se encuentra centrada en la arteria axilar. El plexo braquial que sale entre los músculos esca- lenos está cubierto por una extensión de la lámina pre- vertebral de la fascia cervical que se continúa hasta la fosa axilar. A este nivel el desfiladero retroclavicular constituye un obstáculo anatómico para la difusión de los anestésicos locales entre el espacio supraclavicular y la fosa axilar. Al realizar un bloqueo interescalénico una inyección en la parte media y lateral de espacio interes- calénico permite una anestesia de excelente calidad de las raíces superiores del plexo braquial, pero sólo afecta de manera parcial a las raíces distales C8 y T1. Por el contrario, en un bloqueo supraclavicular realizado en la parte baja del espacio interescalénico, es rara la extensión cefálica; la anestesia del hombro suele ser entonces incompleta, sobre todo en el territorio del nervio supra- escapular. ESPACIO DE DIFUSION INFRACLAVICULAR Los accesos infraclaviculares del plexo braquial se reali- zan en el espacio de difusión infraclavicular en la fosa axilar. Ésta adopta forma piramidal, con una cima estre- cha, una base amplia y tres lados. Contiene vasos axila- res, una parte del plexo braquial y los linfáticos que se encuentran en el tejido adiposo y conjuntivo laxo entre la raíz del miembro superior y la pared torácica. El teji- do conjuntivo se engrosa para envainar la arteria axilar y cada rama del plexo braquial forma un paquete vasculo- nervioso. El paquete toma una dirección un poco oblicua hacia abajo, hacia fuera y hacia atrás cuando el brazo cuelga a lo largo del cuerpo, mientras que tiene una dirección rectilínea horizontal si el brazo se encuentra en abducción a 90 grados. La difusión del anestésico local está limitada por el tejido fibroso poco organizado que rodea cada nervio o vaso. Los nervios axilar, radial y mus- culocutáneo se alejan del paquete vasculonervioso en la fosa axilar. La extensión del bloqueo realizado por vía infraclavicular es mejor cuando se realiza en la cima de la fosa axilar, y en el centro del espacio de difusión que se localizaría a la altura del nervio mediano. Además una inyección única por vía axilar debe realizarse tan alta como sea posible en la fosa axilar, y requiere de un volu- men significativo de anestésico local, sobre todo en ausencia de evidencia de la distribución física del anes- tésico.18 BLOQUEOS DEL MIEMBRO SUPERIOR BLOQUEO INTERESCALÉNICO Este bloqueo está indicado para procedimientos en el hombro y parte alta del miembro superior y endarterec- tomía carotídea.19 La técnica es la siguiente: se coloca al paciente en posición supina con desviación contralateral de la cabeza a 45 grados. Se aplica un transductor de alta frecuencia (más de 10 MHz) en sentido transversal a la altura del cartílago cricoides, inclinándolo en un plano oblicuo para obtener la mejor vista del plexo braquial (figuras 19–2 y 19–3). Se infiltra la piel con sumo cuidado ya que el tronco superior se encuentra a menos de 1 cm de la piel. Se introduce la aguja sin perder de vista la punta hasta encontrar la respuesta motora deseada (si se usa neuro- 192 • Anestesia obstétrica (Capítulo 19) Figura 19�2. Transductor a nivel del cartílago cricoides y aguja en eje largo. estimulador), y siguiendo en forma visual su trayectoria al aproximarse al nervio. Se inyecta el anestésico local observando su distribución en tiempo real. La respuesta motora evocada por el neuroestimulador desaparece des- pués de la infiltración del 1 mL de anestésico (figura 19–4). BLOQUEO SUPRACLAVICULAR Ya que las estructuras de interés son superficiales, se uti- liza un transductor de alta frecuencia. El trayecto del plexo braquial puede ser seguido de manera visual utili- zando la arteria subclavia como marcador ecoanatómico, deslizando el transductor en sentido distal desde el espa- cio interescaleno y justo por encima de la clavícula que sirve de tope (figura 19–5). En esta región es difícil diferenciar cada uno de los tres troncos o las divisiones anteriores y posteriores,20 pero la proximidad entre ellas lo hace innecesario. Por debajo de la arteria subclavia se observa con claridad la primera costilla, formándose un embudo entre ésta y la clavícula, en donde se encuentran todas las estructuras nerviosas en un pequeño espacio, lo cual hace posible la anestesia completa con una sola punción. La pleura se observa a muy corta distancia junto a la primera costilla y es notorio su movimiento con la respiración y su dife- renciación con esta última, ya que el hueso posee som- bra acústica intensa, no así la pleura (figura 19–6). Siendo el plexo en este sitio muy superficial, la dirección de la aguja será casi paralela al plano del trans- ductor, lo que permite la visualización de la aguja en toda su extensión y hace posible evitar la complicación más frecuente: la punción pleural. Este acceso tiene como ventajas la relativa sencillez secundaria a la visua- lización completa del trayecto de la aguja, un inicio rápi- do de la anestesia y un bloqueo profundo con una sola punción y dosis bajas de anestésico local, siendo por lo habitual suficientes 15 mL del mismo. El sitio ideal para la aplicación es la esquina entre la arteria subclavia y la © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Utilidad del ultrasonido en. . . • 193 Figura 19�3. Escaleno anterior (A) y medio (C) y el plexo braquial (B) entre ellos. Figura 19�4. Imagen del efecto de masa del anestésico local (C), entre los escalenos (A y B), rodeando el plexo braquial. Figura 19�5. Transductor arriba de la clavícula y aguja en eje largo de alrededor de 45º. Figura 19�6. Imagen del plexo braquial �en panal� (A) por arriba de la primera costilla (D) y a un lado de la arteria subclavia (B). Nótese la proximidad a la pleura (C) y al paquete vascular. primera costilla, el infiltrado desplaza con anterioridad el plexo braquial a modo de flotación. Este bloqueo es ideal para brazo codo, antebrazo y mano21 (figura 19–7). BLOQUEO INFRACLAVICULAR Se utiliza un transductor de alta resolución aun cuando se describe su realización exitosa con equipos de hasta 2.5 MHz.22 Se prefieren tres sitios de punción, uno por cada cordón. La punción se realiza a 2 cm del proceso coracoides en dirección medial y el plexo braquial se encuentra por debajo de los músculos pectoral mayor y menor, muy cerca de la arteria axilar. Las indicaciones son similares a las del bloqueo supraclavicular. Se coloca al paciente en posición supina con el brazo a bloquear por un lado y la mano encima del abdomen, y el trans- ductor en plano parasagital. Se buscan los vasos axilares que actúan como “centinela” del plexo para fines del blo- queo. Se introduce la aguja en eje largo y en sentido dis- tal dirigiendo el infiltrado alrededor de los vasos axilares. El acceso se facilita en algunos pacientes con la abduc- ción del brazo a110 grados, lo cual desplaza al plexo en sentido anterior y lo acerca a la piel.23 Asimismo se des- cribe una técnica rodeando la arteria con 20 a 30 mL del anestésico con una distribución en herradura24 (figura 19–8). BLOQUEO AXILAR Es el acceso que presenta menor dificultad técnica para el principiante, ya que los vasos axilares son identifica- bles con facilidad, y es de relativa sencillez incluso pres- cindiendo del uso del neuroestimulador.25 Es importante identificar e infiltrar el nervio muscu- locutáneo con 3 a 5 mL de anestésico local. A continua- ción se practica la infiltración del plexo braquial con una aguja de Tuohy 18 en adultos y 22 en niños. Se coloca al paciente en posición supina, con abducción del miembro casi perpendicular al torso. Después de la limpieza de la región se localizan las estructuras colocando el transduc- tor en plano perpendicular a lo vasos axilares y alto en la axila. Los nervios aparecen como estructuras en cierto modo ecogénicas alrededor de la arteria, la cual es iden- tificada con facilidad ya que es pulsátil, mientras que la vena es posible no observarla por la compresión del transductor sobre la misma; ya que la angulación de la aguja siempre es menor de 45º, es identificable con comodidad a lo largo del transductor (figuras 19–9 y 19–10). ANATOMÍA NERVIOSA DEL MIEMBRO INFERIOR Al comparar el bloqueo regional de la extremidad in- ferior con el de la extremidad superior, es fácil definir que los anestesiólogos se sienten mejor practicando el 194 • Anestesia obstétrica (Capítulo 19) Figura 19�7. Obsérvese la aguja en eje largo (A), en el plexo bra- quial (C), evitando puncionar pleura (B) y vasos (D). Figura 19�8. Posición del transductor perpendicular a la clavícula, por debajo de la misma y medial a la apófisis coracoides. Figura 19�9. Posición del transductor, alto en la axila y perpendicu- lar al paquete vascular. Transductor en eje largo. primero, lo que se debe a la facilidad de las técnicas neu- roaxiales. En la inervación de la extremidad inferior es impor- tante comprender los dos principales plexos nerviosos que la inervan: lumbar, la cara anterior del miembro, y lumbosacro, su cara dorsal. Estos dos plexos se ubican en dos regiones anatómicas diferentes, se alojan en espacios fibroaponeuróticos de difusión independientes, y se encuentran anastomosados con amplitud. La difusión de las soluciones de anestésico local de un espacio a otro es limitada e impredecible. Además, a causa de su exten- sión, para alcanzar una anestesia o una analgesia correc- ta es preciso bloquearlos por separado. ESPACIOS DE DIFUSIÓN Los espacios de difusión delimitados por la fascia y el esqueleto establecen la extensión de preferencia de los bloqueos a partir de un sitio de inyección determinado. Una inyección que se administra por fuera de uno de esos espacios de difusión implica un bloqueo incomple- to o un fracaso. De manera ideal, una inyección que se aplica en el músculo psoas difunde a todo el plexo lum- bar. Tras inyección inguinal por debajo de la fascia iliaca (bloqueo femoral o iliofascial), la solución anestésica sube hasta la fosa iliaca. Si la inyección se administra en el espacio incorrecto, en caso de bloqueo lumbar la solu- ción anestésica puede permanecer entre los músculos psoas y cuadrado lumbar sin alcanzar el plexo, así como en caso de bloqueo iliofascial entre la fascia lata y la fas- cia iliaca sin difundir hacia el nervio femoral, la inyec- ción que se aplica por dentro del arco iliopectíneo no alcanza el nervio femoral. Una inyección parasacra se difunde al plexo sacro en su totalidad. Por último, una inyección que se aplica en el muslo, en contacto con el nervio ciático, no alcanza el nervio cutáneo femoral pos- terior ubicado por fuera de fascia lata. PLEXO LUMBAR Las ramas anteriores de los cuatro primeros nervios lum- bares se juntan en la masa del músculo psoas para formar el plexo lumbar, cuyas ramas terminales se destinan a la región inferior de la pared abdominal y al miembro infe- rior. El plexo puede recibir la totalidad o una parte de T12 (plexo prefijado), o una parte de L5 (plexo posfija- do). El nervio furcalis o nervio en horca de Jehring, ase- gura la unión entre los plexos lumbar y sacro, éste que con mucha frecuencia procede de L4, contribuye a for- mar los nervios femoral y obturador, así como el tronco lumbosacro que alimenta el plexo sacro. NERVIO FEMORAL Formado por las ramas ventrales de L2, L3, y L4, des- ciende por la fosa iliolumbar entre los dos planos del músculo psoas mayor, cubierto por una fascia delgada que también contiene las demás raíces del plexo y la vena iliolumbar. Sale en el borde externo de músculo psoas mayor y desciende por el conducto formado por el psoas y el ilíaco, a los que inerva. Apoyándose en el mús- culo iliaco, alcanza la región anterior del muslo después de pasar bajo el ligamento inguinal. El nervio femoral suele dividirse a ese nivel, pero la división también se puede producir antes de que el nervio ingrese en el muslo. En el triángulo femoral, el nervio se divide en siete ramas terminales dispuestas en dos planos, superfi- cial y profundo. El plano superficial comprende el nervio cutáneo anterior lateral destinado al músculo sartorio y a la piel de la región anterolateral del muslo hasta la rodi- lla, así como el nervio cutáneo anterior medial, que se divide en ramas musculares (para el pectíneo en su por- ción medial), articulares (para la cadera) y cutáneas. El plano profundo comprende el nervio safeno y el nervio del cuadríceps, que emite ramas para el músculos recto femoral, vasto lateral, vasto medial y vasto intermedio. El nervio safeno, que es en exclusiva sensitivo, provee iner- vación cutánea a la cara medial de la pierna. En el muslo, desciende pegado a la arteria femoral en compañía del nervio del músculo vasto medial. En la pierna cursa cerca de la vena safena mayor. Durante su recorrido emite ramas sensitivas cutáneas para la cara interna del muslo hasta el maléolo medial de la tibia. NERVIO OBTURADOR Es un nervio mixto que constituye la rama terminal más interna del plexo lumbar y, al igual que el nervio femo- ral, deriva de las ramas ventrales de L2, L3 y L4. Sale del borde posteromedial del músculo psoas mayor perforan- do la fascia iliaca entre L5 y S1. Cursa por el espacio pél- vico extraperitoneal hasta alcanzar el foramen obturado. El nervio obturador y sus vasos satélites se disponen por dentro de la fascia pélvica, al contrario que el plexo sacro. Se abre paso por la pared lateral de la pelvis, en la cara medial del músculo obturador interno, hasta alcan- zar el surco obturador. Atraviesa el foramen obturado junto con los vasos obturadores, y se divide en dos ramas, anterior y posterior, destinadas a la región medial del muslo. La rama anterior se desliza por delante del mús-© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Utilidad del ultrasonido en. . . • 195 Figura 19-10. Aguja de punción (A), nervio mediano (B), Arteria axi- lar (C). culo obturador externo y baja por delante del músculo aductor corto, al cual inerva, como a los músculos aduc- tor largo, pectíneo (mitad lateral) y grácil. Emite ramas articulares para la cadera y cutáneas para la región poste- romedial de la rodilla. La rama posterior profunda, atra- viesa e inerva el músculo obturador externo y después desciende por el músculo aductor mayor, posterior al aductor corto. Inerva el músculo aductor mayor y emite ramas sensitivas para la articulación de la rodilla. NERVIO CUTÁNEO FEMORAL LATERAL Emerge del borde lateral del músculo psoas mayor y des- ciende por la cara anterior del músculo iliaco, para luego pasar bajo el ligamento inguinal cerca de la espina iliaca anterosuperior e inervar la región anterolateral del muslo. La variabilidad de las ramas cutáneas del nervio femoral explica la falta de anestesia cutánea en la cara lateral de los dos tercios superiores de la cara anterior del muslo, quea menudo se observa después de un bloqueo femoral. PLEXO SACRO El plexo sacro (o coccígeo) se divide en el propio plexo sacro (L4-S3), destinado al miembro inferior y a la cin- tura pélvica, y en plexo pudendo (S2-S4), destinado a los órganos genitales externos y las vísceras pélvicas. El plexo sacro está formado por el tronco lumbosacro y los tres primeros nervios sacros. El tronco lumbosacro está compuesto por fibras de la rama anterior L4 y L5. Emerge en el borde interno del músculo psoas frente al promontorio, posterior y medial al nervio obturador. Se dispone de forma oblicua en sentido vertical y caudal, cruza la articulación sacroilíaca y alcanza la raíz S1 en el vértice de la escotadura isquiática. Las ramas anteriores de los nervios sacros convergen y se unen en su descen- so. El plexo sacro se ubica contra la pared posterior de la pelvis. Adopta la forma de un triángulo cuya base, dis- puesta en sentido vertical, se corresponde con los forá- menes sacros S1, S2 y S3, el vértice inferior, guarda rela- ción con el nacimiento del nervio ciático a la altura de la escotadura isquiática. Con posterioridad se apoya contra el músculo piriforme, y la aponeurosis de éste lo cubre por delante. Por dentro el plexo sacro se encuentra cerca del recto. La base del plexo atraviesa el borde anterior de la escotadura isquiática mayor y el borde posterior del músculo obturador interno, para alcanzar la región glútea. NERVIO CIÁTICO El nervio ciático se origina por la unión de las raíces ante- riores de L4 a S3. Se introduce en la región glútea por la escotadura isquiática mayor, pasa bajo el borde inferior del músculo piriforme y se dirige en forma lateral hacia abajo, para entrar al muslo entre la tuberosidad isquiáti- ca y el trocánter mayor. Baja por detrás de los músculos obturador interno, gemelos, cuadrado y aductor mayor, acompañado por una colateral de la arteria glútea infe- rior. El nervio ciático alcanza el muslo por el borde in- ferior del músculo glúteo mayor, cuya aponeurosis pro- funda lo cubre, y pasa bajo la cabeza larga del músculo bíceps femoral para alcanzar el hueco poplíteo. Después de dar siete colaterales, se divide en sus dos ramas termi- nales en el tercio distal del muslo. Ramas procedentes del componente tibial del nervio ciático inervan los múscu- los de la cara posterior del muslo, la pierna y la porción isquiática del músculo aductor mayor. Una colateral del nervio peroneo común inerva la cabeza corta del múscu- lo bíceps femoral, único músculo de la cara posterior del muslo inervado por el contingente peroneo común. En el hueco poplíteo, los nervios tibial y peroneo común se localizan detrás del plano vascular. Las ramas terminales del nervio ciático, como el tibial, sensitivo y motor, atra- viesan en sentido longitudinal el hueco poplíteo y alcan- zan la región posterior de la pierna deslizándose bajo el músculo gastrocnemio. Inerva los músculos del compartimiento posterior de la pierna, los músculos flexores del dedo gordo o el fle- xor largo de los dedos, la articulación talocrural, la piel del talón y de la punta del pie, y los músculos plantares. Para la articulación de la rodilla se destina una rama sen- sitiva, y una rama cutánea forma el nervio sural. El ner- vio tibial se divide en dos ramas terminales, los nervios plantares medial y lateral. El nervio cutáneo sural medial (safeno externo) siempre procede del nervio tibial, pero nace a una altura variable en la parte superior del hueco poplíteo. De manera inconstante forma anastomosis con el ramo comunicante peroneo. El nervio sural termina en las ramas calcáneas laterales y en el nervio cutáneo dor- sal lateral que provee inervación al borde lateral del pie. El nervio peroneo común, sensitivo y motor, desciende bajo el músculo bíceps femoral; después se introduce en la región lateral de la pierna, rodea el cuello del peroné y emite ramos sensitivos para la rodilla y la región lateral de la pantorrilla. Se divide en dos ramas terminales: el nervio peroneo superficial, que es en lo básico responsa- ble de la inervación sensitiva del dorso del pie y de la región perimaleolar externa. Inerva los músculos perine- os laterales largo y corto; el nervio peroneo profundo inerva los músculos del compartimento anterolateral de la pierna, tibial anterior, extensor largo de los dedos del pie extensor largo del dedo gordo. En el pie, inerva el músculo extensor corto de los dedos del pie y una parte de la articulación talocrural. Su territorio pedio suele limitarse a la mitad lateral del dedo gordo y la mitad medial del segundo dedo. DERMATOMAS, MIOTOMAS Y ESCLEROTOMAS Por regla general, una raíz sensitiva inerva la piel y los músculos subyacentes; la inervación de cada hueso depende de los nervios de los músculos que allí se inser- tan. Sin embargo, las fibras sensitivas de los miembros se distribuyen en un territorio más distal que las fibras 196 • Anestesia obstétrica (Capítulo 19) motoras y osteoarticulares. Por tanto, no hay superpo- sición estricta entre dermatomas, miotomas y escle- rotomas. BLOQUEOS DEL MIEMBRO INFERIOR BLOQUEO DEL NERVIO FEMORAL Las indicaciones para el bloqueo del nervio femoral en inyección única incluyen la artroscopia de rodilla, reconstrucción del ligamento cruzado anterior, siendo necesario un bloqueo multimodal para el reemplazo total de rodilla. Se coloca al paciente en posición de decúbito, mar- cando el surco inguinal y situando el transductor de alta resolución a lo largo del mismo. Se localiza la arteria femoral por su pulsatilidad, externa a la vena, y el nervio femoral externo a la arteria, por lo habitual hiperecogé- nico y triangular. Se coloca una aguja de 5 cm de longi- tud ya sea en eje corto (perpendicular al transductor) o en eje largo (en el eje longitudinal del transductor) y se busca la respuesta motora patelar (si se usa neuroestimu- lador), iniciando a 1.5 mA. Al encontrarse situados de manera conveniente en la periferia del nervio, lo cual corresponde por lo común a una respuesta patelar pre- sente hasta 0.5 mA, se infiltra y observa el efecto de masa del anestésico local aplicando de 15 a 20 mL del mismo (figura 19–11). BLOQUEO DEL NERVIO CIÁTICO El nervio ciático tiene diferentes accesos, los cuales son utilizados dependiendo del procedimiento a efectuar, lo cual hace variar la posición y sobre todo el transductor a utilizar. La elección del transductor depende de la pro- fundidad de la punción y esta última varía de acuerdo al nivel en que se realizará el bloqueo. A diferencia del miembro superior, no se tiene un marcador vascular que acompañe al nervio, y será identificado por su estructura característica hiperecogénica. Los accesos más comunes son: subglúteo, el llamado acceso anterior del muslo, poplíteo, y a nivel del tobillo, el acceso tibial posterior.26 Así para accesos altos como subglúteo, anterior del muslo y en pacientes obesos se sugiere utilizar un trans- ductor de menores frecuencias (2.5 a 8 MHz) el cual dará mayor penetración a menores frecuencias y más resolución a mayores frecuencias. En el común de los pacientes es posible identificar el nervio ciático a nive- les altos con equipo de bajas frecuencias, mientras que en la vecindad del hueco poplíteo se pueden utilizar fre- cuencias mayores y tener mejor resolución. A nivel del tobillo se prefieren mayores frecuencias y transductores de menores dimensiones y menor superficie de contacto con la piel. ACCESO ANTERIOR DEL MUSLO Este acceso no es muy socorrido por la profundidad a la que suele encontrarse el nervio, sin embargo es muy útil cuando el paciente no puede ponerse en decúbito ven- tral. Se le coloca el muslo en discreta abducción y se apli- ca el transductor justo por debajo de la ingle. El nervio aparecerá como estructura hiperecogénica y algunas veces alargada. Puede realizarse la punción en eje largo o en eje corto, debido a profundidad de trabajo y a la baja resolución de los transductores utilizados es difícil obser- var a detalle la aguja, siendo muy útil la vigilanciadel movimiento de los tejidos circundantes y la observación del efecto de masa del anestésico local infiltrado. En todos los casos es importante rodear por completo al nervio con el infiltrado para asegurar una anestesia com- pleta, la dosis es de 20 a 30 mL del anestésico deseado. El neuroestimulador es útil para corroborar la localiza- ción de la aguja respecto de las fibras tibiales y peroneas. © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Utilidad del ultrasonido en. . . • 197 Figura 19�11. El nervio femoral, hiperecogénico y vecino a la arteria femoral. Figura 19��12. Nervio ciático brillante, hiperecogénico respecto de las estructuras vecinas. Ciático ACCESO POSTERIOR Este bloqueo puede realizarse a cualquier altura del muslo hasta llegar al hueco poplíteo, considerando la elección de un transductor adecuado, ya que el nervio en los segmentos proximales se ubica más lejos de la piel. En los segmentos distales y por arriba del hueco poplíteo el ciático es más superficial pero se bifurca en sus ramas tibial y peronea, lo que haría necesario para un bloqueo completo a dicho nivel una infiltración más complicada o punciones múltiples. La altura del procedimiento determinará la elección del nivel de punción y esta últi- ma del transductor adecuado para cirugía distal de muslo y rodilla; una punción proximal y un transductor de mayor penetración; para cirugía de pierna y tobillo una punción distal y transductor de mayor resolución. El ner- vio es muy ecogénico y contrasta por lo habitual con los tejidos circundantes, lo cual facilita la aproximación de la aguja hasta su vecindad, la obtención de las respuestas motoras deseadas, tibiales o peroneas, de usarse el neuro- estimulador, y la observación del nervio al ser rodeado por completo por el anestésico local con una infiltración de 20 a 30 mL (figura 19–12). 198 • Anestesia obstétrica (Capítulo 19) REFERENCIAS 1. Woo J: A short History of the development of Ultrasound in Obstetrics and Gynecology. En: http://www.ob-ultra- sound.net/history1.html. 2. Wild JJ, Reid JM: Application of Echo-Ranging Techniques to the Determination of Structure of Biological Tissues. Science 1952;115:226-230. 3. Donald I, MacVicar J, Brown TG: Investigation of abdomi- nal masses by pulsed ultrasound. Lancet 1958;1(7032): 1188-1195. 4. Grau T, Leipold R, Conradi R et al.: Ultrasonography and peridural anesthesia. 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