Logo Studenta

Valoración del recién nacido

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

951
©
 E
di
to
ri
al
 E
l m
an
ua
l m
od
er
no
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o.
INTRODUCCIÓN 
Si es importante mantener un seguimiento médico
durante toda la infancia, tanto o más trascendental resul-
ta el control de los primeros momentos de vida, cuando
es fundamental vigilar que la adaptación fisiológica, bio-
lógica y psicológica del recién nacido al medio sea ade-
cuada, ya que él para lograrlo cumple sus funciones de
adaptación, desde la vida intrauterina a la extrauterina,
dependiendo de unos sistemas orgánicos inmaduros sin
el apoyo placentario materno.
Así como durante la gestación el feto es dependien-
te en su metabolismo del aporte de oxigeno, nutrientes y
factores inmunitarios que le llegan a través de la unidad
madre-feto-placenta, de igual forma, las patologías que
afectan a la madre, pueden incidir en el desarrollo fetal y
dar manifestaciones durante el período neonatal.
El parto es un momento crítico de cuyo cuidado,
vigilancia y atención adecuadas depende la transición de
funciones hemodinámicas, respiratorias y metabólicas
del feto al recién nacido. El periodo neonatal presenta
altas tasas de morbilidad y mortalidad como consecuen-
cia de factores de riesgo de orden genético, infeccioso o
que causen hipoxia; éstos son en conjunto los agentes
etiológicos más frecuentes que afectan el desarrollo
fetal.1-3
En la actualidad, la inmensa mayoría de los partos se
atienden en el medio hospitalario, bajo un estricto y con-
tinuo control, en instalaciones con equipo especial para
ello. Así, la progresiva ampliación de la cobertura sanita-
ria del parto ha permitido reducir en forma notable las
cifras de morbilidad y mortalidad materna infantil; este
hecho puede considerarse como uno de los mayores
avances de esta civilización. La asistencia del recién naci-
do en la sala de partos es responsabilidad del pediatra, no
obstante necesita la colaboración del anestesiólogo y del
personal de enfermería, para procurar las mejores condi-
ciones de cuidado y atención, en especial si es un parto
con riesgo, lo que hace necesario que el personal esté
capacitado y entrenado en esta área.
Este capítulo trata de describir, consensuar, estanda-
rizar y actualizar conocimientos, actitudes y habilidades
de los especialistas en anestesiología, con el objetivo de
garantizar la capacitación e integración del anestesiólogo
en el equipo de salud encargado de atender al recién
nacido.
VALORACIÓN DEL RECIÉN NACIDO 
GENERALIDADES
En fisiología humana los cambios bruscos en el entorno
que rodea a las personas, son algunos de los aspectos más
importantes a discernir en un estado crítico que se defi-
ne como: “toda aquella situación en la que hay un dese-
quilibrio importante en una o varias constantes vitales,
temperatura, frecuencia respiratoria, frecuencia cardiaca
y presión arterial”. Estos son los cambios que suceden en
el momento del nacimiento, ya que es cuando existen
modificaciones bruscas respecto a la homeostasis del
organismo del feto, el cual pasa de:
- Temperatura corporal a temperatura ambiente.
- Presión uterina a presión atmosférica.
- Medio ambiente líquido a medio ambiente aire.
- De oscuridad a la claridad de la luz.
- Respirar por medio del cordón umbilical a respirar
por sus pulmones.
El recién nacido se va adaptando poco a poco al medio
que acaba de conocer, en primer lugar se adapta a ese
ejercicio nuevo de respirar, y a las nuevas condiciones
ambientales de temperatura, luz y su recién estrenada
circulación.
El control médico del recién nacido comienza en los
primeros instantes de la vida, tan pronto como sale al
exterior, en un ambiente especial dispuesto para tal fin.
La comprobación de su estado y las medidas de atención
iniciales sientan las bases de la situación de salud que
continuará sin interrupción durante toda la infancia.
Todo este monitoreo continuo del niño desde su
nacimiento hasta su adultez inicia con la aplicación de
una serie de pruebas o métodos, que involucran tanto
Capítulo 
Valoración del recién nacido
signos como síntomas clínicos y valores estándares de los
parámetros hemodinámicos.4,5
La atención del recién nacido vivo implica la asisten-
cia en el momento del nacimiento, así como el control a
los 7 y 28 días.
Al nacer éste se puede dividir en tres periodos, a saber:
1. Durante el período de transición (primeras 5
horas).
2. Alrededor de 6 a 24 h.
3. Antes de ser dado de alta del hospital.
Los momentos que siguen al parto constituyen un perio-
do crítico: tras nueve meses de haber permanecido insta-
lado de modo confortable en el cálido seno materno, el
recién nacido debe afrontar un medio nuevo, extraño y
complejo, que le exige un auténtico esfuerzo de adapta-
ción. En los primeros minutos de vida, cualquier proble-
ma, por pequeño que sea, puede ocasionarle consecuen-
cias a veces irreparables si no se actúa con rapidez. Pero
por fortuna la mayor parte de las eventuales dificultades
se solventan con éxito, gracias a una actuación médica
inmediata y eficaz. En la actualidad, el neonatólogo es el
especialista destinado a esta atención, es quién debe rea-
lizar la revisión inicial en la misma sala de partos, en una
zona ex profeso destinada a tal fin.
Pero no siempre se cuenta con este especialista o con
un pediatra en ese momento inicial y es el anestesiólogo
quien debe asumir el reto de atenderlo en este período
tan crítico del ser humano, por lo que debe estar capaci-
tado y entrenado para ello, incluyendo el diagnóstico, y
tratamiento de una resucitación neonatal. Lo primero
que debe conocer es cómo valorar el estado clínico de un
recién nacido al momento de nacer, y sólo cuando cons-
tata que todo marcha bien, o se ha resuelto una eventual
complicación, es cuando debe dejar en manos especiali-
zadas los cuidados habituales para garantizar la salud y el
bienestar del recién nacido.
El objetivo en los primeros momentos posteriores al
nacimiento, es detectar y evaluar con oportunidad las
situaciones de emergencia vital para el recién nacido. La
complicación más frecuente es la depresión respiratoria
y cardiaca, que obligan a implementar maniobras de rea-
nimación con personal adecuado.6,7
El recién nacido requiere de cuidados y procedi-
mientos especiales, los aspectos más importantes de estos
son los siguientes:
• Recepción del recién nacido en sala de parto.
• Aspiración de secreciones.
• Ligadura y sección del cordón.
• Secado del niño y cuidado de la termorregulación.
• Identificación del recién nacido.
• Antropometría.
• Paso de sonda nasogástrica 
• Administración de vitamina K.
• Profilaxis ocular.
• Muestra del cordón para grupo sanguíneo, Rh y
Coombs directo.
Para realizar una adecuada valoración del niño al nacer,
toda unidad médica con atención obstétrica deberá tener
normados procedimientos para la atención del recién
nacido, los cuales deben evaluar, a través de signos y sín-
tomas clínicos, el estado general del niño. Dichos proce-
dimientos deben incluir: reanimación, manejo del cor-
dón umbilical, prevención de cuadros hemorrágicos y de
la oftalmía purulenta, examen físico y de antropometría,
valoración del Apgar y la edad gestacional, madurez físi-
ca, neuromuscular y de la función neurológica. Con este
fin existen muchos protocolos, cada uno se rige por pará-
metros diferentes y evalúan diferentes momentos de la
vida del neonato; lo importante de ello es conocerlos,
saber cuándo aplicarlos y recordar que son una guía de
valoración y que todo paciente es diferente. Asimismo, es
preciso tener en cuenta que la valoración del recién naci-
do se debe realizar en forma rápida a una temperatura
adecuada, ya que la exposición prolongada a bajas tem-
peraturas puede tener incidencia en el manejo metabóli-
co del niño, con riesgo de producir hipoglucemia.
Es indispensable insistir en el valor de la inspección.
Antes de manipular al recién nacido, hay que observar la
posición en que descansa, características del sueño, fre-
cuencia respiratoria y color, cómo son sus respuestas a lamanipulación, el tono muscular y el movimiento de sus
extremidades.
A continuación se presentarán las diferentes clasi-
ficaciones o puntuaciones conocidas, aplicadas en la
actualidad.
MÉTODOS DE VALORACIÓN
CALIFICACIÓN DE APGAR
En 1952, Virginia Apgar desarrolló un sistema de pun-
tuación que era una forma rápida de evaluación del esta-
do clínico del recién nacido al primer minuto de edad, y
de la necesidad o no de una intervención pronta para
establecer la respiración. Esta prueba provee una evalua-
ción estandarizada del infante al nacer, valora cinco com-
ponentes:
1. frecuencia cardiaca,
2. esfuerzo respiratorio,
3. tono muscular,
4. irritabilidad refleja, y 
5. la coloración.
A cada uno de los parámetros se le asigna una puntua-
ción del cero al dos, y la suma de todos los puntos se
valora en una escala del cero al diez. Dicho examen se
reporta al primer minuto y a los 5 min después del naci-
miento, de esta manera el Apgar brinda en corto tiempo,
un conveniente reporte del estado general del recién
nacido y la respuesta a las maniobras de resucitación.
Este método ha sido utilizado en forma inadecuada
en los recién nacidos pretérmino para predecir de mane-
ra específica su estado neurológico; al respecto no exis-
952 • Anestesia obstétrica (Capítulo 82)
ten reportes consistentes que apoyen y avalen el valor del
Apgar en el recién nacido pretérmino y su relación con
el estado de su sistema nervioso central; en esta pobla-
ción no debe usarse para otro propósito que no sea la
evaluación general al nacer.
Los lineamientos del Programa de Resucitación
Neonatal (NRP) señalan que: la puntuación de Apgar no
debe ser utilizada para dictar las maniobras apropiadas
de resucitación, ni debe ser retrasada esta intervención
en recién nacidos deprimidos hasta el primer minuto de
vida. Sin embargo, una puntuación de Apgar que se man-
tenga en cero “0” después de 10 min de edad, es útil para
determinar si están indicados esfuerzos de reanimación
adicionales. Los lineamientos del NRP dicen que: “si no
hay frecuencia cardiaca después de 10 min de esfuerzos
de resucitación completos y adecuados, y no hay eviden-
cia de otras causas de compromiso del recién nacido, se
deben descontinuar las maniobras de resucitación”.
Datos actuales indican que después de 10 min de asisto-
lia los recién nacidos tienen pocas probabilidades de
sobrevivir o que el superviviente está propenso a quedar
con incapacidades severas, en especial en la esfera neuro-
lógica.8, 9,10 En el cuadro 82–1 se puede observar el tra-
tamiento que se aplica a cada puntuación de Apgar.
PUNTUACIÓN DE APGAR Y REANIMACIÓN
La puntuación de Apgar a los 5 min, y en particular un
cambio en la puntuación entre 1 y 5 min, es un indica-
dor útil de la eficacia de la reanimación. Si el Apgar es
menor de 7 a los 5 min, la guía de la NRP establece que
la evaluación debe ser repetida cada 5 min hasta los 20
min. Sin embargo, una puntuación de Apgar asignada
durante la resucitación no es equivalente a la puntuación
de un recién nacido con respiración espontánea.
Asimismo, recordar que la puntuación Apgar está afecta-
da por la edad gestacional, fármacos administrados a la
madre, resucitación y condiciones cardiorrespiratorias y
neurológicas. A pesar de esto, una puntuación menor de
1 de Apgar a los 5 min, utilizada como indicador único,
no es concluyente de que una lesión neurológica haya
sido causada por un evento agudo hipóxico intraparto.
Está demostrado que la puntuación de Apgar, por si sola,
no puede establecer que la hipoxia es causa de parálisis
cerebral; 73% de niños con esta patología tuvo Apgar
normal al nacimiento.
No existen estándares aceptados de reportes de
Apgar en recién nacidos bajo resucitación después del
nacimiento, porque muchos de los elementos utilizados
contribuyen a que la puntuación sea alterada por la resu-
citación.
El concepto de una puntuación asistida que tome en
cuenta las maniobras de resucitación ha sido sugerido,
pero su veracidad y valor predictivo no ha sido estudia-
do. La Sociedad Americana de Pediatría y el Colegio
Americano de Ginecología y Obstetricia proponen utili-
zar una puntuación Apgar expandida, reportando en ella
las intervenciones de resucitación concurrentes, la que se
muestra en el cuadro 82–2.11,12©
 E
di
to
ri
al
 E
l m
an
ua
l m
od
er
no
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o
Valoración del recién nacido • 953
Cuadro 82�1. Puntuación de Apgar 
y tratamiento a realizar
Puntuación Clínica/tratamiento 
A. 8, 9 o 10 Sonrosado, activo, con buena respuesta, llanto, fre-
cuencia cardiaca rápida:
1. Aspiración suave de la vía aérea, incluidas las 
fosas nasales
2. Secado cuidadoso, incluida la cabeza
3. Mantener la temperatura corporal
4. Realizar un examen breve
5. Calcular la puntación de Apgar a los 5 min
6. Llevar al niño con sus padres 
B. 7, 6 o 5 Un poco cianótico, movimientos con tono muscular 
disminuido, respiración superficial o periódica, fre-
cuencia cardiaca menor a 100:
1. Repetir los pasos 1, 2 y 3 de la parte A de forma 
rápida y sucesiva
2. Estimular la respiración mediante enérgicas palma-
das en las plantas de los pies o frotamiento de la 
columna o el esternón
3. Administrar oxigeno mediante bolsa de reanima-
ción y mascarilla adaptada a la cara del niño
4. Si el niño mejora, completar los pasos 4, 5 y 6 de 
la parte A cuando la puntuación de Apgar sea de 8
5. Si la frecuencia cardiaca disminuye a 100 o menos, 
o la puntuación de Apgar es menor a 4
6. Administrar 0,01 mg/kg de naloxona si la madre ha 
recibido un analgésico narcótico durante el trabajo 
de parto
C. 4 o 3 Cianosis, tono muscular disminuido, esfuerzo respira-
torio débil, frecuencia cardiaca menor a 100:
1. Repetir los pasos 1, 2 y 3 de la parte A y pedir 
ayuda para colocar monitores de frecuencia car-
diaca de forma continua, tratar la vía aérea, pro-
porcionar masaje cardiaco. La reanimación del 
niño asfixiado de forma moderada o severa exige 
la presencia de tres personas
2. Intentar estimulación breve y administrar oxígeno 
con mascarilla, si no se produce mejoría en 1 min, 
pasar al apartado siguiente
3. Ventilar con mascarilla y bolsa utilizando oxígeno a 
100% y presión adecuada para movilizar el tórax .
Continuar ventilando hasta que la frecuencia car-
diaca sea mayor a 100, el color sea sonrosado, y 
se inicie respiración espontánea. Si no se consigue 
movilizar el tórax de forma adecuada mediante la 
ventilación con mascarilla y bolsa, se debe de intubar
4. Si la frecuencia cardiaca es menor a 60, intubar e 
iniciar masaje cardiaco a una frecuencia de 2 com-
presiones/segundo utilizando el dedo pulgar sobre 
el esternón y el segundo y tercer dedo abrazando 
la espalda
D. 2, 1 o 0 Cianosis marcada, ausencia de tono muscular, au-
sencia de esfuerzo respiratorio o jadeos periódicos, 
frecuencia cardiaca lenta o ausente:
1. Intubar de forma directa, ventilación con bolsa y O2 
a 100% a 40/60 insuflaciones/minuto con presión 
suficiente para movilizar la pared superior del tórax
2. Realizar masaje cardiaco
3. Si la frecuencia cardiaca no es mayor a 100 des-
pués de 2 min de ventilación adecuada de oxigeno 
a 100% y masaje cardiaco, introducir un catéter en 
la vena umbilical y administrar fármacos, la inser-
ción del catéter se facilita cortando el cordón a 1 a 
2 cm de la pared abdominal. El catéter se debe 
introducir sólo 2 o 3 cm para evitar administrar 
soluciones hipertónicas en una pequeña vena 
hepática. Todos los líquidos deben de ser infundi-
dos a través del catéter para asegurar su paso a la 
circulación central. El tratamiento con fármacos en 
la sala de partos tiene como objetivos la contracti-
EDAD GESTACIONAL
Los recién nacidos pueden clasificarse según su edad
gestacional en pretérmino (edad gestacional menor de
37 semanas), a término (edad gestacional entre 38 y 41
semanas) y postérmino (edad gestacional mayor de 42 se-
manas); a los nacidos pretérmino, se les clasifica en pre-
maturos. A menor edad gestacional elrecién nacido tiene
más dificultad para adaptarse a las nuevas condiciones de
vida, debido en lo fundamental a la inmadurez de sus
órganos. Si se relaciona la edad gestacional (semanas)
con el peso en gramos al nacer y el grado de madurez
orgánica (cuadro 82–3), se tiene que los nacidos con gran
inmadurez representan un riesgo.
MÉTODO DE CAPURRO 
(EDAD GESTACIONAL) 
Cuantifica con un alto grado de certeza la edad gestacio-
nal; se utilizan dos formas para realizarlo:
• Forma A: se refiere a variables somáticas.
• Forma B: agrega variables neurológicas.
La valoración somática se fundamenta en cinco parámetros:
1. Formación del pezón.
2. Textura de la piel.
3. Forma de la oreja.
4. Tamaño de la mama.
5. Surcos plantares.
Valoración de dos signos neurológicos:
1. Signo de la bufanda.
2. Signo “cabeza en gota” (sostén cefálico).
Cuando el niño está sano o normal y tiene más de 12 h
de nacido, se deben utilizar sólo 4 datos somáticos, se
954 • Anestesia obstétrica (Capítulo 82)
D. 2, 1 o 0 lidad miocárdica y la frecuencia corrigiendo de 
inicio la acidosis metabólica (2 a 4 mEq de 
CO3HNa/kg de peso) y proporcionando sustrato 
de carbohidratos (igual volumen de glucosa a 
50%), esta solución combinada de CO3HNa-gluco-
sa puede ser infundida en 3 a 5 min. A continuación 
se puede administrar adrenalina (0.5 a 1 mL, a 
1:10 000) o atropina (0.1 mL/kg) para revertir la 
bradicardia 
Para finalizar se puede inyectar una infusión lenta de 
1 a 2 mL/kg de gluconato de calcio para aumentar 
de forma adicional el gasto cardiaco. Ninguno de 
estos fármacos es eficaz al menos que se haya 
conseguido una adecuada ventilación con oxígeno
Si la frecuencia cardiaca es menor a 100 y se ha con-
seguido una adecuada ventilación, bien sea espon-
tánea o de forma asistida, el uso de fármacos no es 
necesario en la sala de partos y el niño se debe de 
trasladar a la sala de cuidados intensivos. Allí, la 
medición de los signos vitales (incluidos frecuencia 
cardiaca, frecuencia respiratoria, presión sanguí-
nea y temperatura), la gasometría arterial o capilar 
(PaO2, PaCO2 y pH) y una radiografía de tórax 
constituyen una base racional para la asistencia del 
niño. La administración de CO3HNa, fármacos car-
diotónicos o expansores plasmáticos no están 
exentas de riesgos Su uso debe de quedar relega-
do hasta obtener los datos suficientes mediante los 
estudios anteriores, siempre que se haya podido 
conseguir una ventilación adecuada y una frecuen-
cia cardiaca mayor 100 en la sala de partos
Cuadro 82�1. Puntuación de Apgar 
y tratamiento a realizar (continuación)
Puntuación Clínica/tratamiento 
Cuadro 82�2. Puntuación de Apgar extendida
Puntuación de Apgar Edad gestacional
Semanas
Signo 0 1 2 1 min 5 min 10 min 15 min 20 min
Color Azul o pálido Acrocianosis Completamente
rosado
Frecuencia Ausente < 100 por minuto >100 por minuto
cardiaca
Reflejos/ Sin respuesta Muecas Llanto activo
Irritabilidad
Tono muscular Flácido Alguna flexión Movimientos activos
Respiración Ausente LLanto débil LLanto fuerte
Hipoventilación bueno
Comentarios Total
Reanimación
Minutos 1 5 10 15 20
Oxígeno
PPV/NCPAP
TT
Compresiones 
torácicas
Adrenalina
©
 E
di
to
ri
al
 E
l m
an
ua
l m
od
er
no
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o
Valoración del recién nacido • 955
excluye la formación del pezón y se agregan los 2 signos
neurológicos, se suman ambos datos (somáticos y neuro-
lógicos), y se le agrega una constante de 200 días, para así
obtener la edad gestacional.
Cuando el niño tiene signos de daño cerebral o dis-
función neurológica se utilizan los cinco datos somáticos,
agregando una constante de 204 días, para obtener la
edad gestacional.13,14 De acuerdo a los hallazgos se cla-
sificarán de la siguiente manera:
• Prematuro o pretérmino: todo recién nacido que
sume menos de 260 días de edad gestacional. Éste
se debe enviar a una unidad hospitalaria, pasar a
terapia intensiva neonatal o ambos.
• Término o maduro: cuando sume de 261 a 295
días de gestación. Debe pasar con su madre e ini-
ciar lactancia materna.
• Posmaduro o postérmino: cuando sume más de
295 días de gestación, debe observarse durante las
primeras 12 h ante la posibilidad de presentar hi-
poglucemia o hipopotasemia.
VALORACIÓN ANTROPOMÉTRICA
Esta valoración incluye peso, talla, perímetro cefálico y
perímetro del tórax, que se correlacionan con la edad
gestacional determinada por amenorrea materna y por
valoración de Capurro; con base en estos datos, se esta-
blecerá la relación peso-talla con edad gestacional, para
establecer la armonía entre esas variables, que en conjun-
to con otros factores tienen valor predictivo de morbi-
mortalidad.
Es importante notar que el recién nacido normal,
disminuye en los primeros días de vida, hasta 10% de su
peso; a este fenómeno se le ha denominado exicosis del
recién nacido, causado por la expresión de la redistribu-
ción de líquidos corporales.
Los valores normales en el recién nacido a término
son los siguientes:
- Peso: oscila entre 2 500 a 3 500 g.
- Talla: entre 48 y 50 cm.
- Perímetro cefálico: 33 a 35 cm.
Con base en estos datos se puede establecer la madurez
del recién nacido así:
• Recién nacido pretérmino: si tiene menos de 38
semanas de edad gestacional.
• Recién nacido a término: si tiene entre 38 y 42
semanas de edad gestacional.
• Recién nacido postérmino: si tiene más de 42
semanas de edad gestacional.
MÉTODO DE BALLARD
Este método utiliza seis signos físicos y seis signos neuro-
musculares, sumándose los valores de ambos. Las áreas
de evaluación incluyen:
• La textura de la piel: es decir, pegajosa, suave, des-
camada.
• El lanugo: vello fino y suave que cubre el cuerpo
del bebé, está ausente en los bebés inmaduros, apa-
rece con la madurez y desaparece de nuevo con la
posmadurez.
• Los pliegues: plantares y los pliegues en las plantas
de los pies pueden estar ausentes o cubrir todo el
pie, en función de la madurez.
• Los senos: se evalúan el espesor y tamaño del teji-
do mamario y de la aréola (anillo oscuro alrededor
de cada pezón).
• Los ojos y oídos: ojos fusionados o abiertos y canti-
dad de cartílago y rigidez del tejido del oído.
• Los genitales: masculinos presencia de los testícu-
los y aspecto del escroto (entre suave y arrugado);
los genitales femeninos, aspecto y tamaño del clítoris
y de los labios.
Se realizan seis evaluaciones del sistema neuromuscular
del niño, que incluyen:
• La postura: posición que adopta el recién nacido
con respecto a sus brazos y piernas.
• El ángulo de flexión: grado en que las manos del
niño pueden flexionarse hacia las muñecas.
• La flexión automática del brazo: grado en que los
brazos del neonato “vuelven” a la posición de fle-
xión.
• El ángulo poplíteo: grado de extensión de las rodi-
llas del recién nacido.
• El signo de la bufanda: grado en que los codos se
pueden cruzar sobre el tórax.
La maniobra talón-oreja: grado en que se pueden
acercar los pies del niño a sus orejas.
Se asigna un puntaje a cada área de evaluación. Por lo
general, cuanto mayor sea la madurez neurológica del
bebé, más alto será su puntaje.
Al sumar el puntaje de la evaluación física y el pun-
taje neuromuscular, se puede calcular la edad gestacio-
nal. Los puntajes varían desde muy bajos para los bebés
inmaduros (menos de 26 a 28 semanas), hasta muy altos
Cuadro 82�3. Peso del nacimiento esperado 
entre las semanas 24 y 38 de la gestación
Edad gestacional Peso al nacer (g) Madurez orgánica
(semanas)
24 700 Gran inmadurez
26 900
28 1 100
30 1 350 Inmadurez moderada
32 1 650
34 2 100
36 2 400 Limítrofes de inmadurez
38 2 600
para bebés maduros o posmaduros.15, 16,17De acuerdo
con los hallazgos se clasificarán de la siguiente manera:
• Prematuro o pretérmino: de 28 a 37 semanas (5 a
30 puntos). Se traslada para continuar la atención a
nivel hospitalario, terapia intensiva o ambos.
• Término o maduro: los recién nacidos de 37 a
menos de 42 semanas (35 a 43 puntos). Deben
pasar con su madre e iniciar lactanciamaterna.
• Posmaduro o postérmino: los recién nacidos 42 o
más semanas (45 a 50 puntos). Deben permanecer
en observación por 12 h, debido a la posibilidad de
hipoglucemia o hipopotasemia.
El score de Ballard ampliado incluye a los recién nacidos
muy prematuros y se ha modificado para mejorar su
exactitud en lo referente a los neonatos con mayor grado
de madurez.18
MANEJO DEL NIÑO 
CON BAJO PESO AL NACER
Otra forma de clasificar al recién nacido y tomar las
medidas pertinentes en su manejo, es utilizar la curva de
crecimiento intrauterino para clasificarlo. Se recomienda
utilizar la clasificación mexicana de Jurado García o la
clasificación internacional adaptada de Battaglia y
Lubchenco (figura 82–1).
A pesar de que existen muchas variaciones en cuan-
to a los términos definidos como paciente prematuro y a
término, lo más importante es establecer la certeza de la
edad posconceptual ya que, según numerosos estudios, es
la más importante para precisar las edades como pretér-
mino y a término, considerados como aquellos menores
de 37 semanas de gestación o posconceptuales como
pretérmino, y a los mayores de 37 a 42 semanas como de
término y postérmino a mayores de 42 semanas.
DATOS GENERALES 
HISTORIA CLÍNICA
Los datos que se registran en la historia clínica del recién
nacido deben comprender las condiciones de salud
actuales y anteriores de la madre, por esa relación tan
estrecha que existe entre madre e hijo.
a) Antecedentes de la historia materna:
• Edad, gestaciones, grupo sanguíneo, serología,
glicemia.
• Control prenatal: drogas, enfermedades o infec-
ciones durante el embarazo, tóxicas, dependencias.
• Antecedentes familiares de enfermedades
metabólicas, neurológicas (epilepsia), endocri-
nas, consaguinidad, enfermedades mentales.
• Antecedentes de importancia en embarazos o
partos anteriores.
• Riesgos obstétricos maternos y fetales.
956 • Anestesia obstétrica (Capítulo 82)
5 000
4 500
4 000
3 500
3 000
2 500
2 000
1 500
1 000
500
25 27 31 33 35 37 39 41 43 45
90%
10%
G
ra
m
os
Semana de gestación
Pretérmino Término Postérmino
A B
Crecimiento y desarrollo intrauterino
Grande para edad gestacional
Apropiado para 
edad gestacional
Pequeño para 
edad gestacional
Figura 82�1. Clasificación de Battaglia y Lubchenco. (Atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del recién nacido. Criterios
y procedimientos para la prestación del servicio.)
©
 E
di
to
ri
al
 E
l m
an
ua
l m
od
er
no
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o
Valoración del recién nacido • 957
b) Datos relacionados con el parto:
• Duración en semanas, trabajo de parto, mem-
branas (ruptura) y características del líquido
amniótico.
• Presentación, tipo de parto, espátulas, fórceps,
cesárea.
• Fármacos administrados a la madre y complica-
ciones.
c) Condiciones del niño al nacer:
• Registrar y/o anexar a la historia clínica las pun-
tuaciones del recién nacido (calificación de
Apgar, clasificación de la edad gestacional, test
de Ballard et al.) 
EXAMEN FÍSICO 
Cabeza
Forma y tamaño. Es grande con relación al resto del
cuerpo, por lo habitual presenta una deformación plásti-
ca con grados variables de cabalgamiento óseo, que se
deben a su adaptación al canal del parto, excepto en
aquellos nacidos por cesárea.
Fontanelas. La anterior varía en tamaño entre 1 y 4
cm de diámetro mayor, es blanda, pulsátil y apenas
deprimida cuando el niño está tranquilo. La posterior es
pequeña de forma triangular, por lo habitual menor a 1
cm; un tamaño mayor puede asociarse a un retraso en la
osificación, hipotiroidismo o hipertensión intracraneana.
Suturas. Deben estar afrontadas, puede existir cier-
to grado de cabalgamiento. Debe probarse su movilidad
para descartar craneosinostosis.
Bolsa serosanguínea. Corresponde a edema del
cuero cabelludo por la presión del trabajo de parto. Se
extiende sobre las líneas de suturas y pueden ser exten-
sos. Deben diferenciarse del cefalohematoma.
Cara. Se observa la apariencia general y simetría, así
como la forma e implantación de cabello, ojos, nariz,
boca y maxilar inferior.
Las facies dismórficas se asocian a síndromes especí-
ficos (Down, hipotiroidismo). Las asimetrías faciales se
pueden asociar a presencia de lesión en el nervio facial
periférico, secundario a partos instrumentados mediante
fórceps.
Ojos. La hendidura palpebral es horizontal, por lo
habitual cerrados por edema palpebral asociado al traba-
jo de parto, lo que dificulta su observación. Para lograrlo,
se coloca al niño en posición vertical, en esa forma se
logra que abra sus ojos, los cuales por lo común reaccio-
nan a la luz cerrándolos.
En la conjuntiva se pueden encontrar hemorragias,
las cuales están relacionadas con la presión recibida en la
cabeza durante el trabajo de parto; debe observarse el
cristalino en busca de opacidades que se relacionan con
cataratas. Las pupilas deben tener igual tamaño y reac-
ción a la luz. El estrabismo a menudo se ve como un
fenómeno intermitente en el recién nacido.
Nariz. El recién nacido es respirador nasal, desde el
momento del nacimiento se debe verificar su permeabi-
lidad; en caso de encontrarse obstrucción se descartará la
presencia de atresia de coanas, que se hace manifiesta
con signos de dificultad respiratoria, incluyendo cianosis,
dificultan en la succión y deglución e incomodidad del
bebé. Debe confirmarse su permeabilidad pasando una
sonda nasogástrica si se sospecha. Es frecuente observar
milium sebáceo en el dorso de la nariz, que corresponden
a glándulas sebáceas obstruidas; esto es un fenómeno
normal.
Boca. La mucosa labial es húmeda, brillante y de
color rojo, las encías muestran el relieve dentario pero no
tienen dientes, aunque en ocasiones pueden tener
pequeños quistes o dientes supernumerarios, que deben
ser removidos si están sueltos. En el paladar se deben
buscar fisuras. Es frecuente observar las llamadas perlas
de Ebstein en la línea media, que son pequeñas pápulas
blanquecinas (quistes epiteliales); no tiene significado
patológico.
Pabellones auriculares. Se observa tamaño, forma e
implantación. El pabellón tendrá baja implantación
cuando al trazar una línea horizontal desde el ángulo
externo del ojo debe llegar a la raíz superior o trago. Las
malformaciones severas del pabellón pueden estar aso-
ciadas con anormalidades genitourinarias. La cantidad de
cartílago en el pabellón y su curvatura está en relación
con la madurez. La evaluación audiométrica se deberá
practicar en niños considerados de alto riesgo.
Cuello. Es corto y simétrico. Debe explorarse su
movilidad y la presencia de aumento de volumen: bocio,
quistes tiroglosos y hematomas del esternocleidomastoi-
deo. De forma ocasional puede presentarse asimetría con
desviación hacia un lado, que se debe con frecuencia a
una postura fetal persistente con la cabeza ladeada (asin-
cletismo).
Sistema respiratorio y circulatorio
Se determina la frecuencia de la respiración, siendo su
valor normal entre 30 a 60 movimientos respiratorios
por minuto; el ritmo respiratorio es irregular.
Se buscarán signos de dificultad respiratoria consis-
tentes en la presencia de retracciones supraesternales o
supraclaviculares e intercostales.
A la auscultación se encontrarán sonidos respirato-
rios de tipo bronquial, siendo su tono más alto que el de
los adultos; en las primeras horas se pueden encontrar
finos estertores de despegamiento.
Por tener una pared torácica tan delgada los sonidos
del corazón y el pulmón son transmitidos con mayor cla-
ridad, por eso en la percusión de los campos pulmonares
se encuentra resonancia. Un examen muy utilizado en la
valoración de la dificultad respiratoria es la calificación
de Silverman, el cual valora el quejido respiratorio, la res-
piración nasal, la retracción costal, la retracción esternal
y disociación toracoabdominal (cuadro 82–4)19.
Para la inspección del sistema circulatorio se valora
el grado de cianosis o palidez, aumento o asimetría de
hemitórax a expensas del izquierdo, yse verifican los
pulsos braquiales y femorales en donde se observará su
sincronía y simetría; estos serán débiles en los miembros
inferiores en presencia de coartación aórtica.
A la auscultación se deben valorar la presencia de
soplos y la intensidad y características de los ruidos car-
diacos I y II.
Los valores de la frecuencia cardiaca oscilan entre
120 a 160 latidos por minuto y la presión arterial del
recién nacido tiene como valor normal cifras que oscilan
entre 80/46, y tensión arterial media de 56 a 60 mm de
Hg (cuadro 82–5).
Reflejos 
Los reflejos del recién nacido están en desarrollo. El pro-
ceso de mielinización neuronal que comienza desde el
sexto mes de gestación es crucial y definitivo para el
desarrollo de todas las funciones relacionadas con el sis-
tema nervioso central.
La valoración de los reflejos en los neonatos es de
gran importancia porque ofrece datos acerca de la inte-
gridad, desarrollo madurativo del sistema nervioso cen-
tral y periférico. Entre ellos se pueden valorar:
Moro. Se obtiene mediante estímulos sonoros, tácti-
les o propioceptivos al someter al niño a un cambio leve
de posición de su cabecita. Consiste en la abducción y
extensión simétrica de las cuatro extremidades, con pul-
gar y el dedo índice formando una C; de manera conse-
cutiva una abducción de las extremidades en forma de
un abrazo y retorno a la posición relajada. Se integra alre-
dedor del segundo mes de edad.
Cuadro 82�4. Calificación de Silverman
Signo 2 1 0
Quejido espiratorio
Audible sin fonendoscopio Audible con el fonendoscopio Ausente
Respiración nasal
Aleteo Dilatación Ausente
Retracción costal
Marcada Débil Ausente
Retracción esternal
Hundimiento del cuerpo Hundimiento de la punta Ausente
Disociación toracoabdominal
Disociación Hundimiento de tórax Expansión de ambos en la 
y el abdomen inspiración
958 • Anestesia obstétrica (Capítulo 82)
Cuadro 82�5. Constantes vitales normales
Edad Peso/ Fre- Fre- Tempe- Tensión arterial
kg cuen cuencia ratura 
cia car- respira- ºC piel
diaca toria Sistólica Diastólica
Pretér- 1 140 a 40 a 60 35.8 a 39 a 59 16 a 36
mino 160 36.8
Término 3 a 4 120 a 30 a 50 36.0 a 50 a 75 30 a 50
180 36.8
©
 E
di
to
ri
al
 E
l m
an
ua
l m
od
er
no
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o
Valoración del recién nacido • 959
Succión. El lactante succiona al recibir roce con el
pezón de la madre o con un elemento suave que puede
ser el dedo del examinador alrededor de su boca o la
mejilla. Se complementa con los cuatro puntos cardina-
les que consisten en que el niño gira su cabeza y lleva la
boca en dirección hacia el sitio del estímulo, abre la boca
y comienza la succión. Se integra hacia el segundo o ter-
cer mes de vida.
Presión plantar y palmar. Al colocar un dedo o un
objeto en la palma de la mano del niño, éste flexiona sus
dedos con gran vigor sobre el mismo. Algo semejante
sucede al colocar el pulgar del examinador en la unión
metatarso falángico, al hacer presión el niño extiende sus
dedos y luego los flexiona, abrazando el dedo que exami-
na. Se integran hacia el cuarto mes de vida.
Marcha refleja. Consiste en apoyar las plantas de los
pies sobre una superficie plana, el niño ejecuta movi-
mientos alternativos de sus dos miembros inferiores a la
manera de marcha o ascenso por una escalera. Se integra
hacia el segundo mes de vida.
Babinsky. Consiste en la apertura de los dedos de los
pies con dorsiflexión de los gruesos ortejos ante un es-
tímulo en la planta del pie o a través del borde externo
del mismo.
FUNCIONES VITALES
Función de nutrición
La función nutricional durante la vida intrauterina
depende del aporte materno que le llega a través de la
placenta. Todos los nutrientes, energéticos, formadores y
reguladores ingresarán por esa vía para satisfacer un
metabolismo activo y fundamental para la morfogénesis
y desarrollo funcional, hasta llegar al nacimiento.
Los factores nutricionales, inmunológicos y el afecto
que requiere el recién nacido se encuentran conjugados
en la lactancia materna.
La valoración de la función nutricional está en rela-
ción con el examen del tracto digestivo. En la boca se
deben mirar la integridad de la línea media para descar-
tar la presencia de labio paladar hendido o fisuras. Se
explora la calidad de la succión y de la deglución; la
forma más adecuada es colocar al niño al seno materno
en la sala de parto.
La inspección del abdomen permitirá observar si
existe distensión o excavación, o marcas de asas intesti-
nales que puedan tener relación con procesos obstructi-
vos intestinales, o megacolon; además se puede detectar
la presencia de hernias inguinales y umbilicales y diásta-
sis de rectos anteriores u onfaloceles.
En el cordón umbilical se visualiza la presencia de
dos arterias y una vena. Hay variantes consistentes en el
ombligo cutáneo, que posee abundante cantidad de gela-
tina de Warthon. El cordón comienza a secarse a las
horas de nacer y cae en definitiva al cabo de 15 días
como máximo; en ese transcurso se debe vigilar el olor y
la presencia de secreciones que puedan indicar infección.
Función de eliminación 
Si bien es cierto que el riñón está activo durante la vida
intrauterina, su función es inmadura y debe ser suplida
por la placenta. El intestino en esta etapa presenta trán-
sito de líquido amniótico con presencia de movimientos
de deglución y secreciones intestinales que van al líqui-
do amniótico.
La primera micción se emite en 90% de los recién
nacidos dentro de las primeras 24 h, el volumen de orina
en los dos primeros días es de 15 a 20 mL y de 50 a 300
cm3 durante las siguientes semanas. La orina contiene
con frecuencia pequeñas cantidades de proteínas duran-
te la primera semana de vida, y a veces cantidades au-
mentadas de uratos que dan coloración rosada al pañal.
La primera defecación ocurre de igual manera
durante las primeras 24 h; se caracteriza por la presencia
de evacuaciones meconiales de tipo verde oscuro pasto-
so. Cualquier retardo en la primera evacuación intestinal
por encima de las 24 h debe ser evaluada con cuidado.
Por lo tanto, es indispensable estar pendiente de la pre-
sencia de evacuaciones meconiales de tipo verde oscuro
pastoso.
El aspecto en los genitales en los dos sexos es depen-
diente de la edad gestacional. Es frecuente el edema des-
pués del parto en presentación pélvica, que puede dis-
torsionar sus características normales:
• Mujer: los labios mayores cubren clítoris y labios
menores, presentándose con frecuencia secreción
vaginal mucoide transitoria, himen visible. De
manera ocasional se presenta una secreción sangui-
nolenta, seudomenstruación 
• Hombre: los testículos están en las bolsas a partir
de las 36 semanas de gestación; su ausencia se
denomina criptorquidia. Se debe explorar la ubica-
ción del meato urinario en el centro del glande del
pene, el prepucio debe cubrir todo el glande y el
chorro urinario debe ser fuerte y continuo.
A continuación se pasa a la exploración cuidadosa de la
región perianal para descartar fístulas y malformaciones
que pueden incluir ano imperforado entre otras.
Líquidos y electrólitos 
Las proporciones corporales varían en función del por-
centaje de agua. En la vida embrionaria y fetal la propor-
ción de este líquido es tan importante como que al nacer
es de alrededor de 75 a 80% del peso corporal total, lo
que confiere características particulares en su regulación
dependiendo de la edad gestacional al nacer. Debido a
que esa proporción es alta en función de la superficie
corporal, y que los mecanismos de regulación son inma-
duros, el recién nacido y en forma especial el bebé pre-
maturo, son muy sensibles a la regulación del agua. En
esta regulación participan el sistema nervioso central,
riñones, intestino, piel y sistemas de pérdidas insensibles,
que no están desarrollados de manera satisfactoria.
El agua corporal total se encuentra distribuida en
dos grandes espacios: líquido intracelular que ocupa 35 a
960 • Anestesia obstétrica (Capítulo82)
40% del peso corporal, y el líquido extracelular que com-
prende entre 20 y 25%. En el momento del nacimiento
predomina el líquido extracelular sobre el líquido intra-
celular; a partir del primer mes se inicia el proceso de
inversión de esta proporción.
Los electrólitos fundamentales son el sodio, potasio,
calcio, cloro y magnesio, los cuales se encuentran en pro-
porciones destinadas a cumplir las funciones que requie-
re el equilibrio entre los espacios intra y extracelulares.
La micción en el recién nacido debe producirse en
las primeras 24 h de vida, la cantidad mínima es de
1 mL/kg/h. La orina, por lo común, es amarilla clara e
inodora; al analizarla en el laboratorio pueden encontrar-
se pequeñas cantidades de albúmina, glucosa, aminoáci-
dos y en ocasiones algunos hematíes.
El fundamento de valoración de estos parámetros se
basa en la determinación del estado de hidratación, el
cual se clasifica en función del porcentaje de pérdida de
líquidos en proporción al peso corporal:
• Grado I: pérdidas hídricas equivalentes a 5% del
peso. Se detecta al valorar el incremento en pérdi-
da de líquidos por vómito, diarrea, orina o sudora-
ción. A nivel clínico se caracteriza por disminución
del volumen de la fontanela, enoftalmo leve, boca
con saliva disminuida o espesa.
• Grado II: pérdidas hídricas equivalentes a 10% de
peso. Se manifiesta con los signos anteriores pero se
incrementa el hundimiento de la fontanela y de los
ojos. La boca está más seca y la saliva es más espe-
sa. Se observan pliegues cutáneos, en especial en la
piel del abdomen, que se obtienen al aprisionar con
suavidad la piel del niño entre los dedos del exami-
nador por unos segundos, y ver cómo se restituye
con lentitud su forma original. La piel se siente seca
(pérdida de turgencia) y se hace lenta la perfusión
capilar de la misma.
• Grado III: pérdida de líquidos equivalentes a 15%
o más, respecto al peso corporal. Todos los datos
anteriores a los cuales se agrega compromiso del
sensorio manifestado por irritabilidad, convulsio-
nes o signos de inminencia de shock hipovolémico.
Función de protección
El sistema inmune neonatal es inmaduro y está constitui-
do de modo principal por la carga de inmunoglobulinas
que le han llegado a través de la placenta, siendo su prin-
cipal contenido la lgG, por tanto la lgM es escasa y se
incrementará en la medida en que pasan los meses, de
ahí que el recién nacido es fácil de presentar infecciones
bacterianas, en especial por gérmenes gramnegativos.
El aspecto de la piel del recién nacido cambia con
rapidez. Al nacer se encuentra cubierta por una capa cre-
mosa blanquecina denominada vernix caseoso o unto
sebáceo, que es una secreción normal, que cumple fun-
ciones de protección contra infecciones bacterianas. El
color blanco puede cambiar cuando hay posmadurez, o
manchado por meconio, o amarillenta cuando existe eri-
troblastosis fetal. Al retirar el vernix, la piel del recién
nacido se torna rosada, a las 24 h se vuelve seca y forma
escamas pequeñas (furfuráceo) superficiales. Se puede
tornar amarilla después de las 36 h a causa de la apari-
ción de la ictericia fisiológica.
Se acepta como normal una coloración apenas violá-
cea en las palmas y plantas de manos, así como, pies y
alrededor de la boca, que debe desaparecer con masaje;
además, se debe observar que toda la piel esté tibia y no
tenga signos de alteraciones en la función circulatoria.
Luego de varias horas algunos niños pueden presen-
tar piel rojiza considerada como eritema tóxico del
recién nacido, que desaparece en menos de 24 horas.
En algunos casos, al nacer el niño se puede observar
muy rubicundo; esto se conoce como plétora del recién
nacido, y es causada por hiperviscocidad de la sangre por
policitemia; además el recién nacido puede estar hipodi-
námico e hiporrefléxico.También se puede detectar palidez
por pérdida aguda de sangre materna por desprendi-
miento de placenta, o cualquier otra forma de sangrado,
infección, anemia secundaria a hemolisis (eritroblasto-
sis), o isoinmunización por incompatibilidad Rh/ABO.
En la cara del bebé se puede observar un brote fino
aperlado que corresponde al milio del recién nacido, que
se ubica sobre el dorso de la nariz. También pueden
apreciarse manchas rojas denominadas telangiectasias
que se ubican en la línea media en la base del cráneo, en
región frontal, o aun sobre los párpados.
Hay manchas azuladas en la región sacra, denomina-
das manchas mongólicas, que se relacionan con variacio-
nes de pigmentación de tipo racial en negros y cobrizos,
pero no es manifestación de síndrome de Down.
Cuando existen circulares del cordón al cuello o pre-
sentación de cara se aprecia color facial violáceo y con
petequias, esto se conoce como máscara equimótica, que
desaparece poco después del nacimiento, o con el sumi-
nistro de oxígeno.
Es frecuente hallar en productos pretérmino un
vello fino en espalda y hombros; es el denominado lanu-
go, el cual desaparece en pocos días.
La protección que ofrece la piel al recién nacido es
de tipo térmico, al regular el calor corporal, pero ésta es
más o menos ineficiente por la presencia de una capa
delgada de grasa, de acuerdo a la edad gestacional. La
regulación térmica del bebé es también delicada y no tan
eficiente, por lo cual es importante ofrecer el abrigo ade-
cuado. La temperatura normal del bebé fluctúa entre
36.4 y 37.2 °C.
Función endocrina y reproductiva
El aporte energético para el organismo depende de la
glucosa, cuya concentración está regulada por el consu-
mo durante las actividades orgánicas y su producción,
por la concentración de insulina-glucagón que inducen
según sea el caso, la gluconeogénesis o la glucogenólisis.
El recién nacido durante las primeras horas, suele dismi-
nuir de forma abrupta los niveles de glicemia al incre-
mentarse su consumo por el “estrés” que se produce
sobre el feto durante el trabajo de parto, lo cual produce
aumento de la producción de catecolamina de origen
suprarrenal.
Al nacer se pueden observar rasgos toscos con ma-
croglosia e hipotonía, que después de descartar algún
otro trastorno metabólico, hacen sospechar hipotiroidis-
mo, que se acompaña de hernia umbilical e ictericia per-
sistente. Por ello, en la actualidad, se realiza el tamizaje
en sangre de cordón umbilical en donde se determinan
los valores de TSH, que de ser elevados hacen necesario
confirmar el diagnóstico mediante la determinación de
T3. Si se confirma esta patología se requiere tratamiento
inmediato por la influencia que representa sobre el desa-
rrollo psicomotor del niño.
Es importante hacer una valoración sobre los genita-
les del recién nacido para descartar alteraciones que se
puedan incluir dentro de los llamados genitales ambi-
guos, que están en relación con hiperplasia suprarrenal,
alteración que suele acompañarse con trastornos en la
regulación del sodio sérico, produciendo su disminución
o hiponatremía acompañada por deshidratación y con-
vulsiones, que amenazan de manera seria la vida.20-22
CONCLUSIÓN 
El campo del anestesiólogo se ha ampliado no sólo en
conocimientos, sino también en responsabilidades, en su
papel como parte del equipo interdisciplinario que
atiende a la embarazada y al recién nacido durante el
periodo periparto, lo que le obliga a conocer y entender
todo lo relacionado con los cambios que ocurren en su
paciente, en el feto y recién nacido, para establecer las
medidas terapéuticas adecuadas que mantengan su
homeostasis, por lo tanto, el conocimiento de la fisiolo-
gía del neonato y los métodos de valoración de la misma
son parte fundamental de la práctica de la anestesia obs-
tétrica.
©
 E
di
to
ri
al
 E
l m
an
ua
l m
od
er
no
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o
Valoración del recién nacido • 961
REFERENCIAS 
1. Benítez Aviles Luz: Recién nacido. Evaluación y atención
en sala de parto. http://hgm.salud.gob.mx/pdf/ensena/
Recien_nacido_evalua.pdf.
2. Jiménez R: Protocolos diagnósticos y terapéuticos en
pediatría. Cuidados delrecién nacido. Capítulo 9.
http://www.aeped.es/protocolos/neonatologia/cuidados-
m-normal.pdf 
3. Barreda Pedro: Justo al nacer: la primera nota Test de
APGAR. http://www.pediatraldia.cl 
4. Procedimientos generales. Valoración de enfermería del
paciente neonatal en estado crítico. Cap 8. http://www.
eccpn.aibarra.org/temario/htm, 1a ed., 2006.
5. Berhman R, Kliegman R, Harbin A: Tratado de Pediatría.
15a ed., México. Editorial Interamericana 2003.
6. Norma oficial mexicana NOM-007-SSA2-1993. Atención
de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del
recién nacido. Criterios y procedimientos para la presta-
ción del servicio.
7. Manual de Neonatología. Dpto. de Pediatría. Universidade
Federal do Paraná. 3a ed., 2001. http://www.hc.ufpr.
br/.../neonato/exame_fisico.htm.
8. Apgar V: A proposal for a new method of evaluation of the
newborn infant. Curr Anesth Anal 1953;32:260-267.
9. Hübner ME, Juárez ME: Test de Apgar. Después de medio
siglo ¿sigue vigente? Rev Med Chile 2002;130:925-930.
10. Lopriore E, Van Burk G F, Walter F et al.: Correct use of
the Apgar score for resuscitated and intubated newborn
babies: questionnaire study. BMJ 2004;329:143–144.
11. The Apgar Score. American Academy of Pediatrics, Com-
mittee on fetus and newborn, American college of
Obstetricians and Gynecologists and committee on obste-
tric practice. Pediatrics 2006;117:1444-1447.
12. Rüdiger M, Waver R, Schmidt K et al.: The Apgar score.
Pediatrics 2006;118:1314– 1315.
13. Capurro H, Konichezk S, Fonseca D, Caldeyro-Barcia R:
A simplified method for diagnosis of gestacional age in the
newborn infant. J Pediatr 1978;93:120-122.
14. Narayanan I, Dua K, Gujral VV, Mehta DK et al.: A sim-
ple method of assessment of gestacional age in newborn
infants. Pediatrics 1982;69:27-32.
15. Marín G, Moreiras JM, Fleixas LL et al.: Valoracion del
test de Ballard en la determinación de la edad gestacional.
Anales de Pediat 2006;64:140–145.
16. Valoración de la madurez del recién nacido. http://www.
comtf.es/pediatria/congreso AEP_2000/ponencias-htm/jr_
castro_conde.htm 
17. Garcia GP, Pedraz GC: Seguimiento del recién nacido
menor de 1 500 gr. Sección Neonatología. Hospital Clínico
Universitario de Salamanca. http://www.spapex.org/pdf/
segmprematuro.pdf 
18. De Ballard JL et al.: New Ballard Score expanded to inclu-
de extremely premature infants. J Pediatr 1991;119:417.
19. Paladino MA. Acosta AP: Implicaciones de la fisiología
neonatal en la Anestesia. Principales Patologías. En:
Paladino MA (ed.): Anestesia Pediátrica. 1a ed., Buenos
Aires Argentina, Editorial Corpus 2006.
20. Ramírez JC, Paladino MA, Jara R: Anestesia en el neona-
to prematuro y a término. Principales Patologías. En: Pala-
dino MA (ed.): Anestesia Pediátrica.1a ed., Buenos Aires
Argentina, Editorial Corpus 2006.
21. Dificultad respiratoria en el recién nacido. http://www.
apuntespdiatricos.intramed.net/difrespiratoriaen_el_rn_1.
htm 
22. Boulay G, Simon L, Hamza J: Normal and abnormal pre-
natal development. En: Bissonnette B, Dalens B (eds.)
Pediatric Anesthesia. Principles and Practice 2002. USA,
McGraw-Hill Companies Inc 2002:456.

Continuar navegando