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791 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Capítulo Anestesia en la paciente embarazada con antecedente de epilepsia, status epilepticus o ambos INTRODUCCIÓN La administración de un excelente cuidado médico a sus pacientes es el principal objetivo que desea alcanzar el anestesiólogo, y esto no es la excepción en la atención que brinda a la paciente embarazada con trastornos neu- rológicos agregados, la cual requiere de un entendimien- to profundo de la fisiopatología de la enfermedad subya- cente, y una cuidadosa documentación del historial y hallazgos clínicos de la paciente, lo que permitirá al anes- tesiólogo tomar decisiones concretas y adecuadas para la administración de su técnica de anestesia, valorando el riesgo-beneficio a que se expondrán los componentes del binomio madre-producto. Hablar en la actualidad de trastornos convulsivos (TC), es entrar en un tema que en sí implica desglosar y analizar: un número muy amplio de enfermedades con diferente fisiopatología que llevan a la paciente a presen- tar convulsiones, la repercusión del embarazo sobre estas entidades nosológicas que producen trastornos convulsi- vos, el efecto de éstas sobre el embarazo y el feto, así como para finalizar el potencial riesgo teratogénico secundario a la terapéutica empleada en el control de estos trastornos convulsivos. El origen de estos trastornos es múltiple; muchas pacientes sólo han presentado un episodio convulsivo en su vida sin que se haya podido determinar su causa; en otras, el trastorno es de reciente aparición, lo que obliga a determinar su etiología, y al final, existe el grupo de pacientes con trastornos convulsivos con diagnóstico de su etiología y bajo control médico, pero que no están exentas del riesgo de que se les adicione otra patología que produzca convulsiones durante el embarazo, siendo la más frecuente la preeclampsia. Dado que la mayoría de estos procesos patológicos que causan trastornos convulsivos se analizan en diferen- tes capítulos de este libro, el presente capítulo se circuns- cribirá a estudiar la anestesia aplicada en la paciente embarazada con epilepsia (E) y status epilepticus (EE). CLASIFICACIÓN La clasificación de las crisis convulsivas ha variado a lo largo del tiempo, la más reciente y utilizada con ampli- tud fue publicada en 1981.1,2 A esta clasificación se le han hecho modificaciones diversas, como las que se pre- sentan en el cuadro 70–1, donde se combinan las crisis epilépticas y no epilépticas. Otras clasificaciones permiten ubicar a la paciente embarazada en un grupo de riesgo, de acuerdo al tipo y control de las crisis, tal como lo indica el índice de seve- ridad de las mismas propuesto por Dravet et al.,3 que se muestra en el cuadro 70–2, donde combinan la clasifica- ción internacional de las crisis epilépticas con las no epi- lépticas, aplicada a mujeres embarazadas con anteceden- Cuadro 70–1. Clasificación de las crisis convulsivas73 1. Crisis parciales a. Simples b. Complejas c. Parciales de inicio, secundariamente generalizadas 2. Crisis generalizadas a. Inhibidoras 1. Ausencias 2. Atónicas b. Excitatorias 1. Clónicas 2. Mioclónicas 3. Tónicas 4. Acinéticas 3. Seudocrisis 4. Crisis convulsivas no epilépticas tes de epilepsia, según la Commission on Classification and Terminology of International League against Epilepsy del año 1985.4 FISIOPATOLOGÍA La aparición de crisis convulsivas se debe a una pérdida del balance entre excitación y depresión neuronal resul- tante de: a) expresión genética; b) regulación de los circuitos neurales; c) desbalance entre inhibición y excitación, y d) homeostasis extracelular del potasio;5 estos factores se encuentran alterados en la embarazada debido a los efectos de las hormonas esteroideas ováricas sobre el cerebro. Expresión genética La existencia de un factor genético asociado a la expre- sión dominante de las epilepsias generalizadas (en el cro- mosoma 6, llamado EJM-1) es cada vez más contunden- te. El hecho de que la epilepsia tipo ausencia, gran mal y epilepsia mioclónica juvenil no siguen las leyes de Mendel, en forma clara apoya la hipótesis de la partici- pación de otros genes.6,7 Hormonas esteroideas ováricas y mecanismo de acción Ha sido demostrada con amplitud la influencia ejercida por los estrógenos sobre la actividad epiléptica (estra- diol), la cual incrementan, y de la progesterona (allo- pregnanolona) que la disminuye. Estas hormonas son derivadas del colesterol por lo que son muy liposolubles, lo cual facilita su paso en la barrera hematoencefálica, y así es como dentro de la neurona ocurren mecanismos de acción por dos vías: genómica y no genómica. La primera ocurre cuando en el interior de la célula se forman complejos hormona- receptor, vía cascada de segundo mensajero, que actúan dentro del núcleo, propiciando la regulación de la expre- sión genética y la elaboración de productos proteicos necesarios; este proceso es lento y ocurre en horas. La vía de acción no genómica de la excitabilidad neuronal es más rápida, y se debe a la modulación de canales iónicos controlados por neurotransmisores. Regulación de circuitos neuronales Los núcleos celulares donde se localizan las células blan- co que contienen receptores para estradiol y progestero- na son varios, sin embargo, el sitio principal donde se dis- para la actividad epileptiforme involucra a las células piramidales CA1 en el hipocampo. Es justo en éstas donde la descarga epileptiforme puede tomar la forma de marcapaso, para después presentar descarga interictal y de manera secundaria el evento ictal o convulsivo. El estradiol actúa aumentando el número de des- cargas dendríticas y sinapsis excitatorias, además de disminuir el umbral a las convulsiones por la acción del glutamato sobre los receptores postsinápticos N-metil- D-aspartato (NMDA), que en condiciones normales son inactivos, funcionando sólo cuando se requiere plastici- dad sináptica; una vez activados, producen un antagonis- mo del bloqueo voltaje-dependiente de los canales receptores del Mg2++.8,9 En tanto, los metabolitos de la progesterona (allo- pregnanolona) por influencia positiva aloestérica sobre el ácido γ-aminobutírico A (GABA-A), potencian la conduc- tancia del cloro a través de sus canales, y en forma secun- daria producen hiperpolarización de la membrana neu- ronal, generando un efecto ansiolítico, sedante, hipnótico y anticonvulsivo similar al de las benzodiacepinas.10 Sin embargo, aunque el estrógeno promueve las convulsio- nes, la carencia de éste no protege a la mujer de ellas.11 Homeostasis celular del potasio No se ha evidenciado si el incremento extracelular del potasio es causa o efecto de la crisis convulsiva, sin embargo, se ha sugerido que los niveles extracelulares aumentados de este ión pueden propiciar una mejor pro- pagación de la onda paroxística o de espiga. VIGILANCIA OBSTÉTRICA El cuidado de la embarazada con epilepsia requiere de manejo médico multidisciplinario, mismo que se debe iniciar de preferencia desde la planeación del embarazo, con el fin de minimizar los riesgos potenciales tanto para la madre como para el feto. 792 • Anestesia obstétrica (Capítulo 70) Cuadro 70–2. Clasificación de la severidad de la epilepsia de acuerdo al tipo y frecuencia de las crisis convulsivas Categoría por Tipo de crisis Frecuencia de crisis índice convulsivas convulsivas 1 Ausencia Variable Mioclonía Variable CP sin caída < 1 año 2. CP sin caída > 1/año < 1/mes CP con caída < 1/año CCTCG < 1/año CTG < 1/año 3. CP sin caída > 1/mes CP con caída > 1/año < 1/mes CTG > 1/año < 1/mes 4. CP con caída > 1/mes CCTCG > 1/año < 1/mes CTG > 1/mes 5. CCTCG > 1/mes 6. Status epilepticus > 1 CP: crisis parciales; CTG: crisis tónicas generalizadas: CCTCG: crisis convul- sivas tónico-clónicas generalizadas. Datos tomados de: Dravet C et al.3 La frecuencia de aparición de las crisis convulsivas puede aumentar en la paciente embarazada por variosfactores ajenos al embarazo, siendo el más frecuente el incumplimiento de la paciente en su apego al tratamien- to establecido con fármacos antiepilépticos (FAE), por temor a teratogénesis asociada y estrés; también hay fac- tores debidos al embarazo, como altos niveles de estróge- nos, la modificación de la farmacocinética de los fárma- cos antiepilépticos, el incremento del volumen de distri- bución, e inducción de la actividad del citocromo P450 hepático causado por algunos fármacos antiepilépticos. El cuadro 70–3 muestra los fármacos antiepilépticos de acuerdo a la modificación de la actividad enzimática hepática que producen.12 Se debe considerar la suspen- sión de los fármacos antiepilépticos en pacientes que no han presentado convulsiones en un periodo de 2 a 5 años, comprobado esto con EEG.13 En los 6 meses siguientes a la suspensión de los fár- macos antiepilépticos hay un incremento en la frecuen- cia de aparición de las convulsiones, por lo que algunos autores prefieren modificar el régimen terapéutico pre- vio al embarazo.14 Hallazgos recientes han demostrado la asociación de carencia de vitamina B6 o piridoxina, con E y EE refractarios a tratamiento con fármacos antie- pilépticos, la cual se asocia a eliminación urinaria de metabolitos del triptófano secundario al hiperestrogenis- mo, con respuesta adecuada a la administración intrave- nosa de piridoxina.15,16 Existe un riesgo mayor de complicaciones obstétri- cas en la embarazada portadora de epilepsia, comparada con la no portadora; entre estas complicaciones se men- cionan: preeclampsia, sangrado transvaginal (frecuencia al doble), hiperemesis gravídica, broncoaspiración, incre- mento de la mortalidad materna, trabajo de parto, parto pretérmino o ambos, así como el recién nacido con bajo peso al nacer (2.8 veces más frecuente), calificaciones Apgar bajas o asfixia (3.7 veces más frecuente), mayor número de nacimientos por fórceps, cesárea o muerte perinatal, esta última alcanza un índice de hasta 50% en la presencia de status epilepticus (EE).17,18 En los mecanismos de muerte fetal secundaria a las convulsiones generalizadas se incluyen: asfixia fetal se- cundaria, acidemia materna severa, reducción de la per- fusión uteroplacentaria, desprendimiento de placenta por trauma abdominal causado por la actividad convul- siva sostenida, y bradicardia fetal por las convulsiones maternas; estas complicaciones maternofetales no se han encontrado en otro tipo de epilepsia. Se ha demostrado de forma amplia una mayor inci- dencia de teratogenicidad cuando se aplican varios fár- macos en lugar de uno solo19 en el tratamiento de los TC; al respecto se han reportado: malformaciones ocula- res, microstomía, labio leporino, paladar hendido o de ambos, malformaciones congénitas cardiacas, urinarias o ambos, defectos de cierre del tubo neural (DTN), defec- tos del tubo neural como anencefalia, espina bífida, meningocele; en más de 90% de estos defectos no se identifica la causa, en 85% de los casos es multifactorial. Los neonatos con las mencionadas alteraciones con- génitas, y con antecedente de ingesta de fármacos antie- pilépticos por la madre durante el embarazo, son clasifi- cados como portadores del síndrome fetal de fármacos antiepilépticos.20,21 Los niveles de folatos séricos dismi- nuidos y la alteración del metabolismo de los folatos, así como tal vez de la vitamina B12 secundarias, a la admi- nistración de fármacos antiepilépticos (los cuales son co- factores de la metionin sintetasa, que se utiliza en la bio- síntesis del DNA), explican la falla del cierre del tubo neural entre la tercera y cuarta semanas de desarrollo fetal.22,23,24 Se ha demostrado deficiencia de vitamina K en los recién nacidos de madres que recibieron fármacos antie- pilépticos, es posible que debido a la inducción microso- mal enzimática hepática fetal, producida por anticonvul- sivos administrados a la embarazada, que degradan a la vitamina K y reducen los niveles de los factores II, VII, IX y X, incrementando el riesgo de hemorragia en el neonato. Debido a lo anterior, se recomienda durante el embarazo la administración en la dieta de folatos, vitami- nas B6, B12 y K, los dos primeros fármacos durante todo el embarazo, la vitamina K en el último mes de gesta- ción, y en inyección de 1 mg al neonato, y en caso nece- sario la aplicación de plasma fresco congelado.25,26 MANEJO PERIPARTO Y VÍA DE NACIMIENTO La vigilancia materno-fetal debe establecerse desde el periodo previo al embarazo, aplicando y utilizando los criterios establecidos para el manejo de la epilepsia, administrando fármacos antiepilépticos con menor potencial teratogénico y haciendo determinaciones seria- das de los mismos; además, en caso de ser necesario valo- rar durante el embarazo el comportamiento clínico y fre- cuencia de aparición de convulsiones, con seguimiento electroencefalográfico (EEG); imagen de resonancia magnética nuclear (IRM) o tomografía axial craneal computarizada (TAC); se recomienda continuar esta vigilancia hasta ocho semanas después del parto; el trata-© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la paciente embarazada con. . . • 793 Cuadro 70–3. Fármaco antiepiléptico más frecuentemen- te usados, de acuerdo al aumento de la actividad de las enzimas hepáticas del citocromo P450 Producen No determinado No producen inducción enzimática enzimática Barbitúricos Etosuximida Felbamato Carbamazepina Fosfenitoína Gabapentina Fenitoína Loreclezolp Lamotrigina Fenobarbital Losigamanone Valproato Oxicarbamazepima Oxicarbazina Vigabatrina Primidona Remacemida Topiramato Stiripentol Tiagabina Zonasimida Wilder BJ,74 El-Sayed YY.18 miento de la paciente debe ser individualizado y adap- tarse a la evolución del embarazo. Los posibles efectos colaterales que se presentan en forma secundaria a la administración de fármacos antie- pilépticos se pueden resumir en dos: presentación aguda y crónica. La aguda traduce toxicidad relacionada con la dosis, alergia o reacción idiosincrática, la crónica puede involucrar al sistema nervioso y a otros órganos en la madre;27 la clase de fármacos antiepilépticos deberá ser seleccionada en relación directa al tipo de epilepsia que sufre la paciente. Está indicada la monitorización fetal con ultrasoni- dos seriados y cardiotocografía en búsqueda de posibles retardos en el crecimiento fetal, oligohidramnios, y alte- raciones en la frecuencia cardiaca fetal durante el traba- jo de parto y nacimiento. A la mayoría de las embaraza- das con antecedentes de epilepsia se les puede permitir parto vaginal si el riesgo de presentar convulsiones gene- ralizadas es del rango de 1 a 2%, lo que crea la necesidad de continuar la administración de fármacos antiepilépti- cos orales durante todo el trabajo de parto, y de modo ocasional, recurrir a la vía parenteral, prefiriéndose el empleo de carbamazepina, difenilhidantoína (DFH) o barbitúricos; sin embargo, hay indicaciones precisas para la resolución del embarazo por cesárea (cuadro 70–4). Durante las convulsiones maternas, incluyendo aquellas que se presentan durante el trabajo de parto, se recomienda la estrategia terapéutica basada en los prin- cipios de ABC (A = aire, B = del inglés breathing o ven- tilación y C = estado cardiovascular), por lo que la pri- mera que se debe aplicar es la protección de la vía aérea e incremento de la fracción inspirada de oxígeno, y de ser necesario la intubación traqueal; el siguiente paso es el desplazamiento del útero grávido a la izquierda; con estos procedimientos se consigue: disminuir el riesgo materno de broncoaspiración, optimizar la circulación uterina, y la protección contra potenciales traumatismos en la embarazada durante la crisis convulsiva. En cuanto a la terapéutica farmacológica, se reco- mienda de inicio la administración de DFH, o de benzo- diacepinas de efecto corto como el midazolam o diace- pam intravenosos (IV), con monitorización cuidadosa con cardiotocografíay electrocardiograma (ECG) mater- no, poniendo especial atención en prevenir la depresión en la ventilación. Los niveles séricos de DFH con que se controlan las convulsiones en la mayoría de las pacientes son alrede- dor de 10 µg /mL; los efectos colaterales como disfun- ción cerebelar-vestibular, hipotensión arterial por depre- sión miocárdica y resistencias vasculares periféricas dis- minuidas, que conducen al colapso cardiaco y muerte, ocurren cuando este nivel se encuentra alrededor de los 20 µg /mL. En un estudio de pacientes (nunca tratadas con fármacos antiepilépticos), sometidas a neurocirugía bajo anestesia general con isofluorano/óxido nitroso/oxí- geno y pancuronio, a las que se les administraron 10 mg/kg de DFH, en infusión IV de 100 mg/10 min, se alcanzaron concentraciones séricas de 12.2 ± 1.8 µg /mL una hora después del inicio de la administración.28 Durante el periodo posparto y hasta por las 8 sema- nas siguientes, los niveles séricos de los fármacos antiepi- lépticos se pueden incrementar con rapidez, por lo que para guiarse en las dosis que se requieren administrar, es necesario hacer determinaciones séricas seriadas de los fármacos antiepilépticos, lo que ayuda al ajuste de la dosis diaria y a evitar el riesgo de toxicidad; con frecuen- cia se requieren dosis menores a las que se utilizaban antes del embarazo. No se considera contraindicada la administración de fármacos antiepilépticos en la lactancia materna, a menos que el neonato presente signos de somnolencia o letargo, en cuyo caso es necesario suspenderla y mante- ner bajo observación al lactante. MANEJO PERIANESTÉSICO Las consideraciones principales que debe tomar en cuen- ta el anestesiólogo en el manejo de la paciente embara- zada con epilepsia son: las propiedades farmacológicas del anestésico que pueden disminuir o potenciar la acti- vidad convulsiva, las interacciones de los fármacos anes- tésicos con los fármacos antiepilépticos y sus efectos sobre el útero grávido o el feto en formación, y la posi- bilidad de que se generen complicaciones asociadas a la epilepsia. Se han estudiado las acciones sobre el sistema ner- vioso central de la mayoría de los anestésicos, muchos de ellos han sido caracterizados como productores de patro- nes de electroencefalografía epileptiformes, algunos con verdadera trascendencia clínica causando convulsiones, hipermetabolismo, y en animales daño cerebral; sin embargo, hay otros fármacos que están exentos de gene- rar estos efectos secundarios indeseables (cuadro 70–5). Es importante que el anestesiólogo conozca las pro- piedades farmacológicas de los anestésicos para seleccio- narlos en forma adecuada durante el periodo perianesté- sico de estas pacientes con TC; se sugiere al lector inte- resado en el tema consultar los trabajos de Kofkes y Módica.29 VISITA PREANESTÉSICA Su objetivo está dirigido a optimizar el estado de salud de la paciente y planear con detenimiento el acto anes- 794 • Anestesia obstétrica (Capítulo 70) Cuadro 70–4. Indicaciones para someter a cesárea a la paciente parturienta con epilepsia74 Electiva Urgencia Deficiencia neurológica o mental Convulsiones generalizadas du- sustancial rante el trabajo de parto Sufrimiento o deterioro fetal agudo Pobre control de las convulsio- Somnolencia y falta de coopera- nes en el tercer bimestre ción de la madre en el trabajo de parto Crisis convulsivas tónico-clóni- cas semanales Presencia de convulsiones graves con ejercicio o estés mental tésico, para asegurar una buena conducción perianestési- ca y asegurar el bienestar del binomio materno-fetal. Para esto es necesario considerar si la cirugía es elec- tiva o de urgencia, y la vía probable para la resolución del parto, además es importante establecer una buena rela- ción médico-paciente que ayude a disminuir la ansiedad de la embarazada, evitando factores como la hiperventi- lación, que pueden disparar la actividad convulsiva. El grado de control de las crisis convulsivas, tipo de fárma- cos antiepilépticos, sus efectos primarios y colaterales y su interacción farmacológica con los anestésicos, también deben ser evaluados (cuadro 70–6).30 La inducción enzimática hepática secundaria a la administración crónica de fármacos antiepilépticos, incrementa la cantidad de metabolitos circulantes, de los narcóticos (N), bloqueadores neuromusculares (BNM) y anestésicos volátiles (AV), como el flúor a partir del sevoflurano, enflurano, así como el laudanócido del atra- curio, algunos de ellos tóxicos y otros neuroexcitatorios. De igual forma, los fármacos antiepilépticos pueden potenciar los efectos de los anestésicos inhalados (A) o de los anestésicos locales (AL) (con el riesgo potencial de bloqueo de la despolarización cardiaca), y pueden pro- longar la acción de los bloqueadores neuromusculares al administrarse en los TC en su forma aguda, en la crónica producen resistencia para presentar su efecto, lo que ha sido descrito con el vecuronio, pancuronio, y d-tubocura- rina; no se ha demostrado con el atracurio. De estar indicada, la medicación preanestésica más utilizada en la paciente epiléptica es de modo preponde- rante a base de benzodiacepinas, por sus características sedantes y anticonvulsivas; en ocasiones se requiere adi- cionar bloqueadores H1 o antieméticos para cirugías con analgesia consciente (analgesia consciente es aquella que se utiliza para ciertas instrumentaciones neuroquirúrgi- cas en que se requiere del estado consciente del pacien- te, tales como instrumentaciones craneales o de la columna espinal). FÁRMACOS ANESTÉSICOS Éstos pueden tener propiedades proconvulsivas y anti- convulsivas; se estudian en la actualidad los mecanismos de los anestésicos generales que inducen la inhibición, la atenuación de la excitación neuronal o ambos. Se ha demostrado en ratas, que el incremento de neurotrans- misores inhibitorios, como el GABA, y/o el decremento de los neurotransmisores excitatorios, como el gluta- mato en sus receptores pre y postsinápticos, o en la transmisión sináptica in vitro de cortes del área CAl del hipocampo, es el posible mecanismo por el cual los anes- tésicos volátiles modulan tanto la transmisión sináptica inhibitoria como la excitatoria, y que los agentes endove- nosos lo hacen más en forma específica sobre las sinapsis inhibitorias.31 Anestésicos volátiles Las respuestas excitatorias postsinápticas de los recepto- res nicotínicos a la acetilcolina y al glutamato neuronales son disminuidas por los anestésicos volátiles, la respues- ta inhibitoria por las corrientes de cloro inducidas por el GABA o por la glicina es aumentada por estos fárma- cos.32El isofluorano, a concentración alveolar mínima (CAM), ha probado que silencia el EEG, además, se ha descrito su utilidad en el manejo del EE; las descargas neuronales convulsivas repetitivas, son el inicio del dete- rioro de la perfusión cerebral, en pacientes con riesgo de colapso circulatorio causado por la administración de barbitúricos, por lo que el empleo de isofluorano en el destete de infusiones de estos fármacos es útil. Además, su fácil y rápida titulación permite mantener el nivel anticonvulsivo por periodos largos (por lo general 0.2 a 0.25% del CAM).33,34 El desflurano tiene el mismo comportamiento sobre el EEG que el isoflurano, administrado a 1.0 y 1.5 de CAM en modelos de ratas con control EEG durante© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la paciente embarazada con. . . • 795 Cuadro 70–5. Propiedades proconvulsivas y anticonvulsivas de los anestésicos Anestésico Proconvulsivante Anticonvulsivante Óxido nitroso + – Halotano + ++ Enflurano +++ + Isoflurano ++ +++ Sevoflurano ++ Desflurano – – Tiopental ++ +++ Methohexital +++ +++ Etomidato +++ +++ Benzodiacepinas – – – +++ Ketamina ++ + Propofol ++ ++ Opioides +++ Estudios positivos: +: casos aislados; ++: algunos casos; +++: estudios con- trolados reproducibles, o muchos casos. Estudios negativos: –: casos aisla-dos; – – –: varios casos; – –: estudios reproducibles, controlados o muchos casos. Datos modificadores de Kofke WA t cols.5 Cuadro 70–6. Valoración preanestésica de la paciente embarazada con antecedente de epilepsia 1. Edad del embarazo 2. Características de la cirugía a que será sometida la paciente 3. Frecuencia y severidad de las crisis convulsivas 4. Tipo y dosis del FAE 5. Niveles séricos de los FAE 6. Estado de conciencia 7. Hiperventilación por ansiedad o dolor 8. Presencia de efectos colaterales en la madre debido a los FAE: • Depresión ventilatoria • Generales: hiperplasia gingival, osteomalacia, exantema, ade- nopatías, esplenomegalia • Alteraciones digestivas • Alteraciones hematológicas: anemia, leucopenia, agranulocito- sis, anemia aplástica, cuadro similar al lupus, hipoprotrombine- mia, etc. • Alteraciones neurológicas: confusión mental, neuropatías peri- féricas por deficiencia de folatos • Efecto similar al de la hormona antidiurética: vómito y confusión mental isquemia y reperfusión cerebral, puede tener además cierta acción neuroprotectora, es posible que por la reducción en la actividad simpática, más que por la supresión del metabolismo cerebral (CMR).35,36 El halotano produce potenciación GABAérgica e inhibición glutaminérgica, e incremento de la respuesta a la glicina, que es un neurotransmisor inhibitorio reduc- tor de la excitabilidad postsináptica neuronal. El enfluo- rano produce en concentraciones altas asociadas a hipo- capnia, patrones “epileptiformes” en el EEG, en relación al sevofluorano, se ha descrito que no causa actividad convulsiva, pero ha mostrado en el EEG actividad epi- leptiforme durante la inducción con la mezcla sevofluo- rano/oxígeno, en pacientes con ventilación espontánea e hiperventilación controlada, asociadas con una respuesta hiperdinámica, presión arterial media y frecuencia car- diaca aumentadas.37,38 Barbitúricos Estos fármacos suprimen la transmisión excitatoria y favorecen la acción de neurotransmisores inhibitorios. La hiperpolarización causada por la modificación de la fun- ción de inactivación de los canales rápidos de sodio en la membrana postsináptica ,es el efecto por el cual el pen- tobarbital produce un estado estable de la neurona ex- citable.39,40 Se ha demostrado que los barbitúricos a dosis sub- hipnóticas producen actividad β en el EEG, y que la ausencia de esta respuesta en un área dada del cerebro indica disfunción cerebral focal, que puede estar asocia- da a focos epileptógenos, estos hallazgos son aprovecha- dos para evaluar a pacientes con epilepsia refractaria a tratamiento, cuando es necesario someterlas a cirugía para la solución del problema. El barbitúrico más utiliza- do en este estudio fue el tiopental, administrado después de aplicar en el paciente electrodos intracraneales en dosis de 25 mg endovenosos (IV) cada 30 seg; la dosis promedio fue de 7.7 mg/kg ± 2.6 mg/kg. Kofke, reporta el empleo de esta técnica en 104 pacientes, que recibieron una dosis de un gramo, la cual no fue suficiente para que perdieran el reflejo corneal; cinco pacientes exhibieron patrón de convulsiones en el EEG, y uno presentó convulsiones clínicas.41 El fenobarbital es muy utilizado en el manejo de la hiperexcitabilidad neuronal de la paciente embarazada; su administración reduce las dosis necesarias para induc- ción y mantenimiento de la anestesia pero produce depresión de la ventilación. El empleo de metohexital incrementa la actividad epileptiforme.42 Benzodiacepinas Interactúan con receptores específicos del SNC, en par- ticular en la corteza, entre ellos los GABAérgicos, se han utilizado en el control de la epilepsia: diacepam, clona- zepam, clobazam, midazolam. Además de ser anticon- vulsivos, sedantes e hipnóticos, poseen propiedades mio- rrelajantes y amnésicas; se prefiere emplear dentro de este grupo de fármacos los de inicio y acción corta, como diacepam o midazolam. El diazepam puede ser efectivo por vía rectal, y el midazolam por vía intramuscular, para mantener su efec- to se puede administrar este último fármaco en infusión continua titulando la dosis hasta inhibir la actividad con- vulsiva; su administración en ratas produce mínimo daño posconvulsiones en la sustancia nigra.5,43 El flumazenil, con su acción benzodiacepina-recep- tor-antagonista, revierte la mayoría de los efectos de las benzodiacepinas en el SNC; su empleo puede producir convulsiones cuando se han utilizado en forma previa benzodiacepinas en el tratamiento del TC. Dehidrobenzoperidol Es un antagonista de la activación de los receptores dopa- minérgicos; también interfiere en la transmisión mediada por serotonina, noradrenalina y GABA, no se ha reporta- do que modifique la actividad epileptiforme. Se ha des- crito su uso en combinación con el fentanil para cirugía de analgesia consciente, en dosis de 15 a 150 mg/kg cada 4 a 6 h para mantener la sedación neuroléptica. Etomidato Su empleo en bolo IV se asocia a la producción de des- cargas epileptiformes, en infusión puede causar toxicidad por el propilenglicol (manifestada por acidosis metabólica, hemoglobinuria e hiperosomolaridad),44 y disminución en la oxigenación cerebral por baja en el flujo sanguíneo cerebral.45 El etomidato en dosis anestésicas disminuye la presión arterial media en pacientes que fueron some- tidos a clipaje de aneurisma, por un posible mecanismo de relajación del músculo lisovascular demostrado en arterias humanas in vitro. Sin embargo, se ha utilizado como protector cerebral durante el clipaje de aneurismas intracraneales en asociación con anestesia general balan- ceada con isofluorano/fentanil, en dosis de inducción de 48 ± 0.49 mg/kg, y mantenimiento de 48 ± 30 µg/kg/ min, lo que ocasionó en 48% de los pacientes la necesi- dad de administrarles vasopresores.46,47 Ketamina Se ha descrito que tiene un efecto proconvulsivo, que podría deberse al incremento de noradrenalina en el hipocampo, cuyos niveles son tres veces superiores al del fentanil/N2O en un modelo de isquemia incompleta en ratas. Su efecto mioclónico se asocia con una actividad subcortical incrementada, no aparente en el EEG de superficie.48 Opioides Estos fármacos han sido señalados como productores de actividad convulsiva, y agonistas de los receptores µ, δ y κ en donde actúan como mediadores directos, además, producen adicción “epileptiforme” por la actividad δ generada por dosis altas de fentanil, meperidina, morfina y diacetilmorfina.49 796 • Anestesia obstétrica (Capítulo 70) La morfina es conocida por su actividad proconvul- siva, y por causar incremento de la actividad convulsiva cuando se administra por vía peridural.50 El fentanil ha sido señalado como productor de convulsiones, en dosis de 20 a 52 µg/kg inyectada en 2 a 7 min; sin embargo, ha sido utilizado por varios autores en el balance de la anes- tesia general inhalatoria en dosis moderadas, sin repercu- siones importantes. Los fármacos antiepilépticos produ- cen incremento de los requerimientos del fentanil.51,52 La meperidina y su metabolito normeperidina pue- den ocasionar excitabilidad del SNC, de igual manera, los metabolitos de la hidromorfina y la morfina (hidromor- fona-3-glucurónido y morfina-3-glucurónido de manera respectiva) son neuroexcitatorios en modelo animal, se ha relacionado al conservador bisulfito de sodio con la neuroexcitación.53 Óxido nitroso Mediante el empleo del EEG transoperatorio se ha demostrado que el óxido nitroso deprime la actividad eléctrica epileptiforme en los gatos y seres humanos. Sin embargo, no todos los estudios apoyan esta supresión fo- cal de la actividad epileptiforme, pues con concentraciones de inhalación de 70 a 80% se ha encontrado incremento mínimo en la actividad electroencefalográfica, que se hace más evidente con la adición de enfluorano. La supresión rápida de la administración de óxido nitroso incrementa la actividad del EEG, lo que hace necesario disminuir en forma progresiva las concentraciones que se estén empleando.54–56 Propofol Se ha observado que produceactividad “epileptiforme” en el trazo del EEG, pero también se ha encontrado que su administración en bolo o en infusión es útil para el control de las convulsiones. Su asociación con lidocaína previene, y en dosis subanestésicas eleva, el umbral a las convulsiones en ratas.57,58 Bloqueadores neuromusculares Los fármacos antiepilépticos producen inducción enzi- mática hepática, por lo que hay resistencia a la respues- ta de los bloqueadores neuromusculares (BNM) siendo necesario administrar mayores dosis. El laudanósido, metabolito del atracurio, tiene potencial epileptógeno en animales, pero es poco probable que ocurra esto en el hombre.59–66 Anestésicos locales tipo amida Tienen efecto anticonvulsivo cuando sus concentracio- nes plasmáticas son bajas, pero con altas son proconvul- sivos. En un modelo en rata, se observó que la dosis con- vulsiva de lidocaína fue menor cuando se co-administró con epinefrina, es posible que por el aumento de sus concentraciones en el tejido cerebral; la acidosis respira- toria incrementa la severidad de la toxicidad sobre el sis- tema nervioso central de la lidocaína,67 en ovejas, se demostró la toxicidad de la mepivacaína, con dosis simi- lares administradas por vía sistémica entre embarazadas y no embarazadas. Es conocida la toxicidad de la bupiva- caína cuando se inyecta de modo accidental IV sobre SNC y corazón.68–70 ANESTESIA GENERAL La elección entre anestesia general o regional depende de factores matemos, fetales, obstétricos, y de los efectos sis- témicos y neurológicos sobre la actividad epiléptica del anestésico administrado y los fármacos antiepilépticos. Tener presente que la hiperventilación puede producir o potenciar crisis convulsivas; es recomendable evitarla durante el trabajo de parto así como en el periodo peria- nestésico. La indicación para administrar óxido nitroso (N2O) debe hacerse con cuidado, valorando el riesgo contra el beneficio que esto implica, ya que el N2O disminuye la actividad epileptiforme, pero al mismo tiempo inactiva a la vitamina B12, reduce las reservas en los tejidos de fola- tos e inhibe la síntesis de metionina y timidina necesarias para la formación del DNA. No existe un consenso general de opinión relaciona- do con la posibilidad de que las benzodiacepinas (diace- pam) administradas en tratamiento crónico en la emba- razada puedan causar anomalías congénitas.71 ANESTESIA REGIONAL En la paciente epiléptica controlada, las indicaciones y contraindicaciones de esta técnica son en esencia las mis- mas que para la población general, sin olvidar considerar los efectos anti y proconvulsivos de los anestésicos loca- les que se administran, esto ha sido señalado en otro capítulo de este texto. Deben extremarse las precaucio- nes para evitar la inyección intravascular o la sobredosis del anestésico local ya que esto puede desencadenar excitación cortical llegando a causar convulsiones gene- ralizadas. STATUS EPILEPTICUS La etiología de este cuadro clínico en la embarazada se analiza en el cuadro 70–7. Entre las alteraciones mater- nas y fetales secundarias al EE se encuentran: 1. Problema en la vía aérea e intercambio de gases: por vómito y broncoaspiración de contenido gástri- co, edema pulmonar neurogénico, hipoxemia con hipercarbia secundaria. 2. Cardiovascular: en un inicio hay hipertensión, y después hipotensión arterial de instalación paulati- na, bradicardia o taquiarritmias, deterioro de la per- fusión en el cerebro y útero, esto último causa dis- minución en la perfusión uteroplacentaria.© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la paciente embarazada con. . . • 797 3. Sistema nervioso autónomo: hiperpirexia, hiperhi- drosis e hipersecreción salival y traqueobronquial. 4. Metabólicas: hipoglucemia, acidemia, hipercalemia, hiponatremia. 5. Renal: insuficiencia renal, rabdomiólisis por activi- dad muscular sostenida durante las convulsiones 6. Traumatismos: en sitios corporales múltiples, que puede producir desprendimiento prematuro de placenta normoinserta (DPPNI). 7. Neonato: anemia secundaria al DPPNI, enferme- dad hemorrágica del recién nacido, y teratogenici- dad por la terapéutica materna con fármacos antie- pilépticos, hipotensión, hipotermia, letargo y apnea secundarios a la administración de benzodiacepinas en la madre, riesgo de mortalidad incrementado. El abordaje terapéutico de esta patología es urgente, pues se ha demostrado daño cerebral cuando las convul- siones se han sostenido durante 20 min como mínimo. Tratamiento del status epilepticus El objetivo del tratamiento del status epilepticus (EE) es en lo primordial suprimir las descargas neuronales paro- xísticas, para después aplicar medidas terapéuticas de sostén, hasta lograr destetar a la paciente y someterla de nuevo al control crónico de la epilepsia.72 Se considera el EE como una urgencia médica, lo cual obliga a dete- ner las crisis dentro de los 60 min iniciales, al respecto se sugiere: 1. Iniciar con el ABC, tal como se mencionó en la pre- sencia de crisis convulsivas, en tanto se encuentra la causa que origina el EE. 2. Controlar las convulsiones, de preferencia con ben- zodiacepinas, que tienen periodo de latencia muy corto, como el lorazepam a 0.1 mg/kg hasta, 2 mg/min o 0.2 mg de diazepam hasta 5 mg/min IV, se pueden repetir las dosis cada 5 min 3. Si persiste el EE, a los 20 min se inicia la infusión de DFH 15 a 20 mg/kg en solución salina a 0.9%, (este fármaco es incompatible con soluciones glu- cosadas), a una velocidad no mayor de 50 mg/min en adultos y 1 mg/kg en niños; debe mantenerse la monitorización con ECG y la cuantificación de la presión arterial, durante la infusión de la fenitoína. 4. Si no se controla el EE con la dosis de DFH, se pue- den administrar otros 5 mg/kg hasta un máximo de 30 mg/kg. 5. Si en el EE persiste un patrón de convulsiones, inyectar 20 mg/kg de fenobarbital IV, teniendo en cuenta la posibilidad de que el paciente presente depresión de la ventilación 6. Si persiste el EE con el mismo patrón, administrar fármacos a dosis anestésicas, como fenobarbital, pentobarbital, ketamina, tiopental, etomidato e isofluorano. PRINCIPIOS DE LA ANALGESIA POSOPERATORIA Dado que la ansiedad y las condiciones de estrés, son fac- tores disparadores de crisis convulsivas, es fundamental sostener un control del dolor óptimo en el periodo poso- peratorio. No se ha determinado cuál tipo de técnica analgésica sea la idónea en este periodo; sin embargo, es de considerar que la paciente puede tener afectación sis- témica a diferentes niveles, por lo que deben seleccionar- se los fármacos de acuerdo con la condición orgánica de la paciente y la respuesta analgésica que produzcan. CONCLUSIÓN En la actualidad, el tratamiento perianestésico de la paciente embarazada portadora de epilepsia o en status epilepticus continúa siendo un gran reto para el anestesió- logo. Sin embargo, ya se cuenta con los fundamentos científicos que permiten trazar todo un plan terapéutico en cada caso individual, que resguarde en forma óptima el bienestar maternofetal.73,74,75 GLOSARIO DE TÉRMINOS A continuación se presenta la definición de los términos neurológicos que más se han empleado a lo largo de este capítulo: Ausencia. Petit mal. Pueden ser simples, parciales o mioclónicas. Convulsión. Se define como una alteración súbita de la actividad cortical, que se manifiesta por un cambio en el estado de conciencia o por algún síntoma motor, sen- sorial o de comportamiento. Epilepsia. Alteración clínica paroxística de convul- siones frecuentes, excluyendo aquellas debidas a la supresión de alcohol o drogas, así como por eventos exógenos recurrentes (p. ej., hipoglucemia inducida repetitiva). Las convulsiones recurrentes producidas por tumores cerebrales o enfermedad vascular cerebral se consideran epilepsia. Es el término que se emplea para 798 • Anestesia obstétrica (Capítulo 70) Cuadro 70–7. Etiología del status epilepticusen la paciente embarazada Dosis bajas de fármacos antiepilépticos Eclampsia Enfermedad vascular cerebral Intoxicación por alcohol Sobredosis de drogas Alteraciones metabólicas Hipoxia Anoxia Tumores intracraneanos Infección del SNC Traumatismo craneoencefálico Hemorragia Idiopática 1. Warren TM, Fletcher M: Anaesthetic management of the obstetric patient with neurological disease. Clin Anaes-the- siol 1986;4(2):291-304. 2. 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El fármaco utilizado en con- dición de tratamiento crónico de la epilepsia. No es sinó- nimo de anticonvulsivante, no se utiliza la vía intraveno- sa con este fin. REFERENCIAS 36. Morgan EG Jr, Mikhail MS: Inhalational anesthetics. En: Clinical anesthesiology. 2nd ed., Appleton & Lange 1996: 121-123. 37. Newton AE: Convulsiones y coma. En: Gambling DR, Dou- glas MJ (eds.) Anestesia obstétrica y trastornos poco frecuen- tes. McGraw-Hill-Interamericana, México 2000:253-260. 38. Yli-Hankala A, Vakkuri A, Sdrkeld M et al.: Epileptiform electroencephalogram during mask induction of Anesthe- sia with Sevoflurane. Anesthesiology 1999;91:596-603. 39. Morgan EG Jr, Mikhail MS: Nonvolatile anesthetic agents. En: Clinical anesthesiology. 2nd ed. USA, Appleton & Lange 1996:133-146. 40. Wartenberg HC, Urban BW, Dual DS: Distinct molecular sites of anaesthetic action: pentobarbital block of human brain sodium channels is alleviated by removal of fast acti- vation. Br J Anaesth 1999;82:74-80. 41. 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