Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1638 SECCIÓN XIV Hematología Síndromes mielodisplásicos y neoplasias mielodisplásicas/ mieloproliferativas SÍNDROMES MIELODISPLÁSICOS Concepto Los síndromes mielodisplásicos (SMD) forman un grupo heterogéneo de enfermedades hematológicas clonales, caracterizadas por la presencia de alteraciones morfológicas de las células hematopoyéticas (displasia), grados variables de anemia, leucopenia y trombocitopenia, a pesar de una médula ósea normocelular o hipercelular, y frecuente evolución a leucemia mieloblástica aguda. El curso clínico es muy variable, aunque la supervivencia mediana es inferior a 3 años. Etiología Es desconocida en la mayoría de los casos (SMD primarios). En ocasiones, se reconocen factores genéticos con mutaciones en línea germinal o adquiridos que aumentan el riesgo de desarrollarlos (SMD secundarios). Una predisposición genética parece evidente en la anemia de Fanconi, el síndrome de Bloom o la neurofibromatosis. Entre los factores adquiridos destacan radioterapia, quimioterapia tipo agentes alquilantes y medicamentos que actúan sobre la DNA-topoisomerasa II (epipodofilotoxinas, antraciclinas y antracenodionas), globulina antitimocítica (ATG) y exposición al benceno. La implicación de otros factores ambientales es incierta. Epidemiología La mayoría de los SMD ocurren en personas de edad avanzada, con una mediana de presentación de 75 años, observándose un ligero predomi- nio en varones. No obstante, aunque inusual, pueden presentarse tam- bién en menores de 50 años (menos del 10%) y en edades pediátricas. La incidencia es de 2-4 casos por 100.000 habitantes y año, aumenta con la edad, hasta llegar a 32 casos por 100.000 habitantes y año en mayores de 80 años. La incidencia crece por su mejor reconocimiento, el envejecimiento de la población y el aumento de SMD secundarios. Actualmente, se estima que es una de las neoplasias hematológicas más frecuentes en ancianos. Patogenia Los mecanismos moleculares que conducen a la aparición de SMD son desconocidos y probablemente diversos. El evento inicial podría afectar a oncogenes, genes relacionados con el ciclo celular, factores de transcripción y genes supresores de tumores que conferirían a las células implicadas una ventaja proliferativa clonal. La lesión de estos Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. avanzadas, generalmente décadas después del diagnóstico. Los factores asociados a un riesgo incrementado de progresión de la MSI son los niveles aumentados de β2-microglobulina sérica en el momento del diagnóstico y la presencia de la mutación D816V de KIT no sólo en los mastocitos, sino también en otras poblaciones celulares hemato- poyéticas. Por el contrario, el pronóstico de las MS avanzadas es malo con medianas de supervivencia en pacientes con MSA, MS-ANH y LM de 41, 24 y 2 meses, respectivamente. Por su parte, la MSS tiene un pronóstico intermedio entre la MSI y las MS avanzadas. Otros factores que se han asociado a un pronóstico desfavorable en términos de supervivencia en las MS son edad avanzada, pérdida de peso, citopenias, niveles aumentados de fosfatasa alcalina, un exceso de blastos en MO y la presencia de mutaciones adicionales en los genes SRSF2, ASXL1, RUNX1, EZH2 y DNMT3A. TRATAMIENTO El tratamiento de la MS está encaminado a prevenir y mejorar los síntomas relacionados con la liberación de los mediadores mastocitarios y a reducir la carga mastocitaria excesiva que se produce en las formas avanzadas. El tratamiento antimediador comprende una serie de fármacos que interfieren en la producción o la liberación de los diferentes mediadores mastocitarios, o en su unión a receptores. Entre ellos destacan estabili- zadores de la membrana del mastocito como el cromoglicato disódico, antihistamínicos H1 y H2, anti-LT como el montelukast, inhibidores del PAF como la rupatadina, corticosteroides e inhibidores de la COX-1 como el AAS, aunque este último como el resto de los AINE puede inducir activación mastocitaria, por lo que es recomendable confirmar su tolerancia antes de administrarlo. Es recomendable que los pacientes con historia de anafilaxia lleven consigo un autoinyector de adrenalina. También, algunos autores recomiendan la aplicación de protocolos específicos para procedimientos que pueden desencadenar activación mastocitaria como anestesias y contrastes yodados. Los fármacos citorreductores que clásicamente se han utilizado con más frecuencia en las MS avanzadas son la cladribina y el IFN- α-2b. Más recientemente han surgido terapias dirigidas que inhiben la actividad tirosín-cinasa de KIT, como el imatinib, que es eficaz casi exclusivamente en pacientes con MSBD avanzada sin la mutación D816V, y la midostaurina, que ha demostrado una tasa de respuesta del 60% en MS avanzada incluyendo a pacientes con la mutación D816V. En casos excepcionales, el TPH alogénico ha logrado inducir RC de la enfermedad, particularmente en MS-ANH. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Alvarez-Twose I, Jara-Acevedo M, Morgado JM, Garcia-Montero A, Sanchez- Munoz L, Teodosio C, et al. Clinical, immunophenotypic, and molecular characteristics of well-differentiated systemic mastocytosis. J Allergy Clin Immunol 2016;137(1):168-78. Alvarez-Twose I, Matito A, Morgado JM, Sánchez-Muñoz L, Jara-Acevedo M, García-Montero A, et al. Imatinib in systemic mastocytosis: a phase IV clinical trial in patients lacking exon 17 KIT mutations and review of the literature. Oncotarget 2016;8(40):68950-63. Horny HP, Metcalfe DD, Akin C, Bennet JM, Arber DA, Bain BJ, et al. Mas- tocytosis. En: Swerdlow SH, Campo E, Harris NL, Jaffe ES, Pileri SA, Stein H, Thiele J, eds. WHO Classification of Tumours of Haematopoietic and Lymphoid Tissues. 4.ª ed. Lyon: IARC; 2017. p. 62-9. Jawhar M, Schwaab J, Schnittger S, Meggendorfer M, Pfirrmann M, Sotlar K, et al. Additional mutations in SRSF2, ASXL1 and/or RUNX1 identify a high-risk group of patients with KIT D816V(+) advanced systemic mas- tocytosis. Leukemia 2016;30(1):136-43. Muñoz-González JI, Jara-Acevedo M, Alvarez-Twose I, Merker JD, Teodosio C, Hou Y, et al. Impact of somatic and germline mutations on the outcome of systemic mastocytosis. Blood Adv 2018;2(21):2814-28. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 208 Síndromes mielodisplásicos y neoplasias mielodisplásicas/mieloproliferativas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1639 genes críticos se produciría por mutación, por pérdida o ganancia de material genético o por silenciamiento por mecanismos epigené- ticos, como hipermetilación aberrante. Anomalías inmunológicas, fenómenos inflamatorios y alteraciones del microambiente medular también podrían contribuir a este proceso. En estadios precoces se produciría una maduración celular defectuosa y un incremento de la apoptosis intramedular, lo que explicaría las alteraciones morfológicas y la hematopoyesis ineficaz y, por tanto, la paradoja de citopenias en sangre en presencia de una médula normocelular o hipercelular. En estadios avanzados se produciría un declinar de la apoptosis y aparecería una proliferación descontrolada con evolución a leucemia aguda mieloblástica. Clasificación En el pasado, los SMD fueron denominados anemias refractarias, pre- leucemias o leucemias pauciblásticas. Al final del siglo XX la clasificación FAB, ampliamente utilizada, fue sustituida por la clasificación de la OMS, que reconoce diferentes entidades mediante la combinación de datos morfológicos, inmunofenotípicos, genéticos y clínicos y que ha sido actualizada en 2016 (tabla 208-1). El principal rasgo diferencial entre la clasificación FAB y la de la OMS es que esta última excluye la anemia refractaria con exceso de blastos entransformación (≥ 20% de los blastos), que pasa a considerarse leucemia aguda mieloblástica con cambios relacionados con la mielodisplasia. Asimismo, la clasificación de la OMS reclasifica la leucemia mielomonocítica crónica en un grupo mixto de neoplasias mielodisplásicas/mieloproliferativas, y los casos con anomalías citogenéticas características de leucemia aguda mieloblástica, como t(8;21), inv(16) o t(16;16) y t(15;17) como leucemia aguda. Cuadro clínico El motivo más frecuente de consulta es la sintomatología anémica y, menos a menudo, las infecciones y las hemorragias. En ocasiones es un hallazgo casual en un control sistemático o motivado por otra enfermedad. A veces se presentan fenómenos autoinmunes como vas- culitis, artritis, anemia hemolítica o trombocitopenia. El examen físico puede revelar palidez, petequias o equimosis o signos de infección y, en ocasiones, se observa hepatoesplenomegalia. TABLA 208-1 Clasificación de la OMS 2016 para los síndromes mielodisplásicos (SMD) Líneas displásicas Citopeniasa Sideroblastos en anillo Blastos SP Blastos MO Bastones de Auer Citogenética SMD con displasia SMD con displasia unilínea (SMD-DU) 1 1 o 2 < 15%/< 5%b < 1% < 5% No Cualquiera, excepto que cumpla criterios de SMD con del(5q) aislada SMD con displasia multilínea (SMD-DM) 2 o 3 1-3 < 15%/< 5%b < 1% < 5% No Cualquiera, excepto que cumpla criterios de SMD con del(5q) aislada SMD con sideroblastos en anillo (SMD-SA) SMD-SA-DU 1 1 o 2 ≥ 15%/≥ 5%b < 1% < 5% No Cualquiera, a menos que cumpla criterios de SMD con del(5q) aislada SMD-SA-DM 2 o 3 1-3 ≥ 15%/≥ 5%b < 1% < 5% No Cualquiera, a menos que cumpla criterios de SMD con del(5q) aislada SMD con del(5q) aislada 1-3 1-2 − < 1% < 5% No Del(5q) solo o con una anomalía adicional, excepto –7 o del(7q) SMD con exceso de blastos (SMD-EB) SMD-EB-1 0-3 1-3 − 2%-4% 5%-9% No Cualquiera SMD-EB-2 0-3 1-3 − 5%-19% 10%-19% Sí/No Cualquiera SMD inclasificable Con el 1% de blastos en SP 1-3 1-3 − 1%c < 5% No Cualquiera Con displasia en una línea y pancitopenia 1 3 − < 1% < 5% No Cualquiera Basado en alteraciones citogenéticas 0 1-3 < 15%d < 1% < 5% No Anomalía citogenética definitoria de SMDe Anemia refractaria de la infancia 1-3 1-3 No < 2% < 5% Cualquiera aSe definen como hemoglobina < 10 g/dL, plaquetas < 100 × 109/L, neutrófilos < 1,8 × 109/L. La cifra de monocitos debe ser < 1 × 109/L. bSi hay mutación de SF3B1. cEl recuento del 1% de blastos debe realizarse al menos en dos ocasiones separadas. dLos casos con ≥ 15% de sideroblastos en anillo tienen por definición displasia eritroide significativa. eSe consideran anomalías citogenéticas sugestivas de SMD las siguientes: 1) anomalías no balanceadas: –7 o del(7q), –5 o del(5q), i(17q) o t(17p), –13 o del(13q), del(11q), del(12p) o t(12p), del(9q) e idic(X)(q13), y 2) anomalías balanceadas: t(11;16)(q23.3;p13.3), t(3;21)(q26.2;q22.1), t(1;3)(p36.3;q21.2), t(2;11)(p21;q23.3), inv(3)(q21.3q26.2)/t(3;3)(q21.3;q26.2) y t(6;9)(p23;q34.1). Modificado de Arber et al. The 2016 revision to the World Health Organization classification of myeloid neoplasms and acute leukemia. Blood 2016;127:2391-405. MO: médula ósea; OMS: Organización Mundial de la Salud; SMD: síndrome mielodisplásico; SP: sangre periférica. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1640 SECCIÓN XIV Hematología Exploraciones complementarias Sangre periférica La mayoría de los pacientes presenta anemia normo- o macrocítica en grado variable, con cifra de reticulocitos normal o disminuida. La leucopenia con neutropenia es común y la plaquetopenia es más frecuente e intensa en los casos con exceso de blastos. En los diferentes subtipos pueden verse anomalías morfológicas de hematíes (anisoci- tosis, poiquilocitosis, esquistocitosis, punteado basófilo, eritroblastos circulantes), neutrófilos (hipogranulación, vacuolización citoplasmáti- ca, segmentación nuclear anormal, formas seudo-Pelger) y plaquetas (anisocitosis, plaquetas gigantes, micromegacariocitos circulantes). Médula ósea El aspirado medular muestra generalmente una celularidad normal o aumentada, aunque a veces puede ser hipocelular. La hiperplasia eri- troide con diseritropoyesis marcada es característica de los SMD con sideroblastos en anillo. El porcentaje medular de blastos puede estar aumentado, y su correcta evaluación es importante para establecer el pronóstico. La disgranulopoyesis (desgranulación, formas seudo-Pelger, imágenes en espejo) y la distrombopoyesis (micromegacariocitos, megacariocitos hiposegmentados, megacariocitos con múltiples núcleos de pequeño tamaño) son más frecuentes en los subtipos con exceso de blastos. La presencia de sideroblastos en anillo (con el hierro dis- puesto alrededor del núcleo debido a su situación intramitocondrial y detectado mediante la tinción de Perls) es el principal criterio diagnós- tico de los SMD con sideroblastos en anillo, si bien puede darse en otros subtipos. La biopsia de médula ósea permite evaluar mejor la celularidad y reconocer la existencia de fibrosis, y es esencial en el diagnóstico de SMD hipoplásicos y SMD con mielofibrosis. Además, permite valorar mejor las alteraciones morfológicas de los megacariocitos, así como reconocer la presencia anómala de agregados de progenitores mieloi- des en situación central, en lugar de paratrabecular (ALIP, abnormal localized immature precursors). Parámetros bioquímicos y anomalías inmunológicas Los pacientes con SMD con sideroblastos en anillo presentan con frecuencia hiperbilirrubinemia, consecuencia probablemente de la eritropoyesis ineficaz. Los niveles séricos de LDH suelen estar incre- mentados en los subtipos con exceso de blastos. En una tercera parte de los casos se detecta una hipergammaglobulinemia policlonal, mientras que un 20% presenta hipogammaglobulinemia y un 10% gammapatía monoclonal. La prueba de Coombs directa puede ser positiva en algu- nos casos, aunque raramente se producen anemia o trombocitopenia autoinmunes. Citometría de flujo Los progenitores hematopoyéticos en los SMD presentan, con elevada frecuencia, patrones inmunofenotípicos anormales, tanto en su dis- tribución numérica como en su estadio madurativo. La realización de estudios inmunofenotípicos siguiendo procedimientos estandarizados (Euroflow) es muy recomendable por su potencial utilidad para el diagnóstico y el pronóstico. Citogenética La mitad de los SMD primarios presenta anomalías cromosómicas por métodos convencionales, pero con técnicas de alta resolución esta proporción puede alcanzar el 80%. Las anomalías más frecuentes son deleciones 5q y 7q, monosomía 7 y trisomía 8. La frecuencia de ano- malías estructurales y numéricas complejas es superior en subtipos con exceso de blastos. En los SMD secundarios, la frecuencia de alteraciones cromosómicas es mayor que en los SMD primarios (75%-90% por métodos convencionales) y predominan las aberraciones complejas. Las más frecuentes son la deleción total o la deleción parcial de los cromosomas 5 y 7 (asociadas a radioterapia o a agentes alquilantes) y las traslocaciones balanceadas con 11q23, 21q22 y 3q26, así como las deleciones del cromosoma 13 (asociadas a fármacos que actúan sobre la DNA topoisomerasa II). Algunas anomalías cromosómicas se asocian con unas características clínicas y morfológicas particulares. Así, el síndrome 5q− suele observarse en mujeres con anemia macrocítica, número normal o aumentado de plaquetas, hipoplasia de la serie eri- troide y presencia de megacariocitos hiposegmentados. En los niños, la monosomía 7 se asocia a un síndrome caracterizado por adenopatías, visceromegalias, leucocitosis, anemia, trombocitopenia y predisposición a infecciones bacterianas.Las técnicas de FISH con sondas específicas para las anomalías cromosómicas más frecuentes permiten reconocer alteraciones crípticas y están particularmente indicadas en los casos con pocas metafases o de mala calidad. Genética molecular La identificación del equivalente genómico de las alteraciones cromosómicas de los SMD es un objetivo prioritario que facilitan las nuevas técnicas de micromatrices de DNA y de secuenciación génica. Se conocen los genes implicados en ciertas traslocaciones, como DEK-CAN en t(6;9) y AML1-EVI-1 en t(3;21)(q26;q22); la haploinsuficiencia del gen RPS14 es responsable del síndrome 5q–. Las mutaciones más frecuentes incluyen las de genes del splicing del RNA (30%-50%), como SF3B1 (asociado a la presencia de sideroblastos en anillo y mejor pronóstico), SRSF2 y U2AF1 (ambos asociados a pronóstico desfavorable); de metilación del DNA (20%-35%), como TET2 y DNMT3A; de modificación de la cromatina (15%-25% y pronóstico desfavorable), como ASXL1 y EZH2; de factores de trans- cripción (10%-15% y pronóstico desfavorable), como RUNX1, BCOR y ETV6; de reparación del DNA (5%-10%), como TP53 (asociado a enfermedad avanzada, cariotipo complejo y pronóstico muy des- favorable); de la cohesina (< 10%), como STAG2, y vía RAS (< 5%), como CBL y N/KRAS. Diagnóstico El diagnóstico de SMD es un diagnóstico integrado, en ocasiones de exclusión, que se basa en el examen cuidadoso morfológico de las células de la sangre y médula ósea, en busca de signos de mielodisplasia y de aumento de blastos, así como en el estudio inmunofenotípico, citogenético y molecular de la médula ósea. Una vez asentado el diag- nóstico, el caso debe clasificarse por criterios de la OMS. Diagnóstico diferencial Deben descartarse procesos con rasgos mielodisplásicos, como carencias de ácido fólico, vitamina B12 y hierro, anemia secundaria a enfermedad crónica, citopenias inmunes e infección por HIV. En casos con cambios morfológicos leves y cariotipo normal, la mejor opción es observar la evolución. La citometría de flujo, la citogenética y las nuevas técnicas de secuenciación del DNA pueden ser de utilidad en estas situaciones. La distinción de otras enfermedades hematológicas primarias es a veces difícil. El estudio cromosómico, molecular y un detenido examen morfológico pueden ser de ayuda para distinguir una aplasia medular moderada de un SMD hipoplásico o un SMD con mielofibrosis y una mielofibrosis idiopática. Recientemente se han descrito los conceptos de ICUS (citopenia idiopática de significado incierto), CHIP (hematopoyesis clonal de potencial incierto) y CCUS (citopenia clonal de significado incierto) por sus siglas en inglés, que hacen referencia a citopenias o hemato- poyesis clonal de pronóstico incierto que no cumplen los criterios diagnósticos de SMD, pero que tienen un riesgo mayor de evolución a una neoplasia mieloide, sobre todo CHIP y CCUS. Pronóstico Los SMD tienen una gran variabilidad en el pronóstico. La mediana de supervivencia de los SMD es de 18-36 meses, y el riesgo de evolución a leucemia aguda mieloblástica, del 20%-35% a 5 años. Las principales causas de muerte son las infecciones y las hemorragias secundarias al fallo medular o a la evolución a leucemia aguda, pero algunos pacientes fallecen por enfermedades asociadas. La proporción medular de blastos, la citogenética y el número y gra- do de las citopenias son los principales indicadores pronósticos. Cuanto mayor es la proporción medular de blastos, menor es la supervivencia Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 208 Síndromes mielodisplásicos y neoplasias mielodisplásicas/mieloproliferativas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1641 y mayor el riesgo de evolución a leucemia aguda mieloblástica. Los casos con cariotipo normal, pérdida aislada del Y, deleción aislada o doble de 5q, o deleción aislada de 20q, 12p y 11q constituyen un grupo de mejor pronóstico. Por el contrario, la presencia aislada de monosomía 7 o der(3)(q21q26), anomalías dobles que incluyen una deleción 7q y anomalías complejas (≥ 3 anomalías) tienen un pronós- tico desfavorable. En la actualidad, se reconocen cinco grupos de riesgo citogenético (tabla 208-2). La aparición de anomalías cromosómicas durante la evolución se asocia a mayor riesgo de progresión a leuce- mia aguda mieloblástica. El aumento de la intensidad y el número de citopenias empeora el pronóstico. Otras características con valor pronóstico peyorativo son la edad avanzada, la comorbilidad, la dis- plasia multilínea, la dependencia transfusional, la LDH aumentada y la mielofibrosis. El número de mutaciones somáticas tiene peso pronós- tico independiente, siendo menor la supervivencia cuanto mayor es el número de mutaciones presentes. La presencia de mutaciones de los genes TP53, EZH2, ETV6, RUNX1, ASXL1 y SRSF2 confiere un efecto peyorativo independiente. Por el contrario, la presencia de mutaciones de SF3B1, estrechamente asociada a la presencia de sideroblastos en anillo, confiere un pronóstico favorable. Los SMD secundarios a radiaciones o a quimioterapia tienen muy mal pronóstico por asociarse a citogenética adversa y mielofibrosis. Se han diseñado diversos índices pronósticos para establecer el pronóstico y servir de guía terapéutica en el paciente individual. Han demostrado su valor predictivo y han sido ampliamente empleados el International Prognostic Scoring System (IPSS), el WHO Prognostic Scoring System (WPSS) y el Revised International Prognostic Scoring System (IPSS-R). El IPSS-R, el más empleado, se basa en las variables presentes en el IPSS, pero con nuevas categorías y diferente puntuación, y estratifica a los pacientes en cinco grupos de riesgo (muy bajo, bajo, intermedio, alto y muy alto) con claras diferencias en SG y riesgo de evolución a LMA como se muestra en la tabla 208-2. Tratamiento El tratamiento de la mayoría de los pacientes con SMD no es satis- factorio. La selección del tratamiento debe basarse en el pronóstico, establecido según el IPSS-R y teniendo en cuenta la edad, la existencia de comorbilidad y la probabilidad de respuesta a un tratamiento. Existen escalas de comorbilidad y evaluación integral del paciente validadas en SMD y su uso es recomendable para seleccionar el trata- miento. Para la toma de decisiones terapéuticas basadas en el IPSS-R se pueden considerar pacientes de bajo riesgo aquellos con riesgo muy bajo, bajo e intermedio con puntuación ≤ 3,5 y de alto riesgo aquellos con riesgo intermedio con puntuación > 3,5, alto y muy alto riesgo. Así, el objetivo del tratamiento de los pacientes de alto riesgo es modi- ficar la historia natural de la enfermedad y prolongar la supervivencia global con el empleo de hipometilantes, quimioterapia y/o trasplante alogénico, este último el único con capacidad curativa. En cambio, el tratamiento de los SMD de bajo riesgo tiene por finalidad mejorar las citopenias y la sintomatología, en especial la anemia, reducir o corregir la dependencia transfusional y, con todo ello, mejorar la calidad de vida de los pacientes. El trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH) de her- mano HLA-idéntico tiene un potencial curativo demostrado, pero su empleo queda limitado al 10% de los pacientes de alto riesgo, con edad inferior a 60 años, sin enfermedades asociadas y con un donante disponible. La supervivencia libre de enfermedad, el riesgo de recaída y la mortalidad relacionados con el trasplante son del 40%, el 30% y el 40% a los 4 años, respectivamente. Actualmente, el TPH puede aplicarse a un mayor número de pacientes con el uso de donantes no emparentados, ya sea de médula ósea, sangreperiférica o sangre de cordón umbilical, y donantes haploidénticos o con el uso de acondicionamientos de intensidad reducida. La presencia de exceso de blastos en la médula ósea, las anomalías cromosómicas de mal pronóstico, la mayor edad y la presencia de mutaciones de TP53 afectan adversamente a los resultados. Los agentes hipometilantes azacitidina y, en menor medida, deci- tabina han demostrado reducir el riesgo de transformación a leucemia aguda y mejorar la supervivencia y la calidad de vida de los pacien- tes con SMD. La azacitidina es de administración subcutánea y es actualmente considerada el tratamiento de primera línea de pacientes de alto riesgo no candidatos a TPH. Además, la azacitidina debe ser considerada como tratamiento de primera línea en SMD de alto ries- go que, siendo candidatos a tratamiento intensivo, no dispongan de donante apropiado, o como puente al trasplante en SMD con blastos medulares > 10% o hasta disponer de un donante no emparentado. Por su elevada toxicidad y no haber demostrado mejores resultados a largo plazo frente a la azacitidina, la quimioterapia de tipo leucemia aguda mieloblástica debe reservarse a pacientes de alto riesgo, menores de 65-70 años, sin comorbilidad ni citogenética desfavorable. Los agentes estimulantes de la eritropoyesis (Epo y darbepoetina), solos o combinados con G-CSF, mejoran la tasa de hemoglobina en un 40% de los casos, especialmente cuando la cifra de Epo endógena es menor de 500 U/L y no hay dependencia transfusional, y es la primera opción en pacientes de bajo riesgo con anemia. La lenali- domida, un inmunomodulador derivado de la talidomida, consigue la independencia transfusional y la remisión citogenética en más de TABLA 208-2 Índice pronóstico IPSS-R Característica pronóstica PUNTOS 0 0,5 1 1,5 2 3 4 Blastos en MO (%) ≤ 2 > 2-< 5 5-10 > 10 Grupo de riesgo citogenético* Muy bueno Bueno Intermedio Pobre Muy pobre Hemoglobina (g/dL) ≥ 10 8-< 10 < 8 Plaquetas (× 109/L) ≥ 100 50-< 100 < 50 Neutrófilos (× 109/L) ≥ 0,8 < 0,8 Grupo de riesgo IPSS-R Suma de puntos Mediana de supervivencia global (años) Muy bajo ≤ 1,5 8,8 Bajo > 1,5-3 5,3 Intermedio > 3-4,5 3,0 Alto > 4,5-6 1,6 Muy alto > 6 0,8 *Grupo de riesgo citogenético (Schanz et al. J Clin Oncol 2012): muy bueno, –Y, del(11q) aisladas; bueno, cariotipo normal, del(5q), del(12p) y del(20q) aisladas y anomalías dobles que incluyen del(5q); intermedio, del(7q), +8, +19, i(17q) aislada y cualquier otra anomalía única o doble independiente; pobre, –7 e inv(3)/t(3q)/del(3q) aisladas, anomalías dobles que incluyen –7/del(7q) y anomalías complejas con tres anomalías, y muy pobre, anomalías complejas con más de tres anomalías. IPSS-R: Revised International Prognostic Scoring System (Greenberg et al. Blood 2012); MO: médula ósea. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1642 SECCIÓN XIV Hematología la mitad de los pacientes de bajo riesgo con deleción 5q, por lo que debe considerarse en estos casos. La ATG produce un 30% de respuestas con independencia transfusional prolongada en SMD hipoplásicos de bajo riesgo que presentan el alelo HLA-DR15. Ofrecer el mejor tratamiento de soporte es esencial en todos los casos. Las transfusiones de hematíes deben basarse en la situación clínica. La quelación de hierro con deferasirox debe considerarse en pacientes de bajo riesgo y candidatos a trasplante con sobre- carga de hierro. La transfusión de plaquetas debe restringirse a situaciones de hemorragia activa y casos con trombocitopenia grave (por debajo de 20 × 109 plaquetas/L) y otros factores de riesgo de hemorragia. La infección debe ser tratada como en otros pacientes con neutropenia y debe considerarse el uso de G-CSF en infecciones graves. NEOPLASIAS MIELODISPLÁSICAS/ MIELOPROLIFERATIVAS Concepto Las neoplasias mielodisplásicas/mieloproliferativas (NMD/MP) son un grupo de neoplasias mieloides raras reconocidas en la clasificación de la OMS y que se caracterizan por combinar rasgos mielodisplási- cos y mieloproliferativos. Junto con citopenias y cambios displásicos (hallazgos típicos de SMD), pueden verse leucocitosis, trombocitosis y organomegalias (hallazgos típicos de neoplasias mieloproliferativas). En este grupo se incluyen la leucemia mielomonocítica crónica, la leucemia mieloide crónica atípica BCR-ABL-negativa, la leucemia mielomonocítica juvenil y la NMD/MP con sideroblastos en anillo y trombocitosis (NMD/MP-SA-T). Leucemia mielomonocítica crónica Su incidencia es de 0,5 casos por 100.000 habitantes y año y la edad mediana de aparición es de 70 años. Al inicio son frecuentes los síntomas generales inespecíficos o secundarios a la anemia y en una tercera parte de los casos hay hepatoesplenomegalia. La presencia de adenomegalias, infiltración cutánea o hipertrofia gingival es más infrecuente. En sangre destaca el aumento de monocitos (superior a 1 × 109/L y suponen más del 10% de los leucocitos totales), la leucocitosis (60%-70%) y frecuentemente la displasia de alguna de las series en el frotis de sangre periférica. Puede haber además algunos promonocitos, blastos y elemen- tos mieloides inmaduros circulantes y es frecuente observar una anemia moderada. La médula ósea es habitualmente hipercelular con hiperplasia monocítica y granulocítica y puede observarse aumento de promonocitos y blastos y rasgos displásicos en alguna línea hematopoyética. Los pacientes con leucemia mielomonocí- tica crónica (LMMC) presentan con frecuencia hiperuricemia y elevación de LDH en suero y puede coexistir una enfermedad o manifestación autoinmune hasta en un 30% de los pacientes. En el 20%-40% de los casos hay anomalías citogenéticas inespecíficas; las más frecuentes son +8, −7/del(7q) y anomalías complejas. En cambio, se detectan mutaciones somáticas en hasta el 90% de los pacientes. Las mutaciones más frecuentes afectan a los genes TET2, ASXL1, SRSF2, RUNX1, N/KRAS y CBL. Los criterios diagnósticos de la clasificación de la OMS incluyen una cifra de monocitos superior a 1 × 109 monocitos/L en sangre de forma persistente y que suponen más del 10% de los leucocitos totales, ausencia de reordenamientos BCR-ABL, PDGFRA, PDGFRB, FGFR1 y PCM1-JAK2 (estos cuatro últimos en casos de eosinofilia), el 1%-19% de los blastos y los promonocitos en sangre y médula ósea, y displasia de al menos una línea. En ausencia de displasia, el diagnóstico puede establecerse si hay una anomalía citogenética clonal, monocitosis persistente durante más de 3 meses y se han excluido otras causas de monocitosis. El estudio inmunofenotípico puede ser de ayuda en el proceso diagnóstico, dada la característica expresión de CD56 en los monocitos. El diagnóstico diferencial debe esta- blecerse con monocitosis reactivas, como tuberculosis, endocarditis, enfermedades autoinmunes y sarcoidosis, y con otras NMD/MP. La clasificación de la OMS distingue tres subtipos según la cifra de blastos y promonocitos en sangre y médula ósea: 1) LMMC-0 (inferior al 2% en sangre y al 5% en médula ósea [MO]); 2) LMMC-1 (2%-4% en sangre y 5%-9% en MO), y 3) LMMC-2 (5%-19% en sangre o 10%- 19% en MO). La clasificación FAB establece dos variantes: LMMC mielodisplásica y LMMC mieloproliferativa, según haya menos o más de 13 × 109 leucocitos/L. El pronóstico es muy variable, con mediana de supervivencia de 18-30 meses y tasa de progresión a leucemia aguda mieloblástica del 15%-40%. Se reconocen como características con un pronóstico des- favorable un recuento elevado de blastos en sangre y médula ósea, la leucocitosis, la dependencia transfusional, determinadas alteraciones citogenéticas (+8, −7/del(7q) y cariotipo complejo) y mutaciones de ASXL1, RUNX1 y SETBP1. El tratamiento de la LMMC es similaral de los SMD, que se va a enfocar en función del pronóstico de la enfermedad y las características del paciente. El índice pronóstico específico CMML- Prognostic Scoring System (CPSS) incluye la clasificación FAB, la clasificación de la OMS 2001, la dependencia transfusional en el momento del diagnóstico y las anomalías citogenéticas, y reconoce cuatro grupos de riesgo (bajo, intermedio 1, intermedio 2 y alto) para supervivencia y evolución a LMA. Así, en pacientes de alto riesgo (CPSS intermedio 2 o alto) el objetivo del tratamiento es la mejoría en la supervivencia global, mientras que en pacientes de bajo riesgo es el control de la leucocitosis, la esplenomegalia, la mejoría de las citopenias y de la calidad de vida. El trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos es el único tratamiento curativo. La respuesta a azacitidina y decitabina es similar a la observada en SMD. La hidroxiurea puede controlar la leucocitosis, pero no modifica la historia natural de la enfermedad. Como en los SMD, el tratamiento de soporte es fundamental. Leucemia mieloide crónica atípica La leucemia mieloide crónica atípica BCR-ABL-negativa, ya men- cionada en el capítulo 206, Neoplasias mieloproliferativas crónicas, es una rara NMD/MP que afecta a personas de edad avanzada. Los pacientes tienen algunos hallazgos de la LMC clásica, como espleno- megalia, elevada leucocitosis de predominio granulocítico y mode- rada anemia, pero, a diferencia de aquella, presentan una marcada disgranulopoyesis, a menudo con agrupamiento cromatínico, y la basofilia no es tan evidente. Puede observarse monocitosis, como en la LMMC, pero rara vez es superior al 10%. La médula ósea es hiper- celular con hiperplasia y displasia granulocítica, pudiendo presentar un exceso de blastos. Las anomalías cromosómicas y las mutaciones génicas más frecuentes son, respectivamente, +8 y del(20q) y SETBP1 (25%) y N/KRAS, ASXL1 y CBL (< 10%). Su curso clínico es muy agresivo, con una mediana de supervivencia de 12-18 meses y el 40% de evolución a leucemia aguda. El tratamiento es similar al usado en la LMMC. El TPH alogénico de progenitores hematopoyéticos debe realizarse siempre que sea posible. Leucemia mielomonocítica juvenil La leucemia mielomonocítica juvenil también se conoce como síndrome de monosomía 7 y leucemia mielomonocítica crónica de la infancia. Es una entidad observada en niños que cursa con hepatoesplenomegalia, adenomegalias generalizadas, erupción cutánea, trombocitopenia, leucocitosis con monocitosis superior a 1 × 109/L, presencia de pre- cursores mieloides y eritroides en sangre, aumento de HbF (70%), médula hipercelular con menos del 20% de blastos, hipergamma- globulinemia y ausencia de cromosoma Philadelphia. En algunos casos hay antecedentes de neurofibromatosis. La alteración cromosómica más frecuente es −7/7q− (25%) y hay mutaciones de genes de la vía RAS/ MAPK en cerca del 70% de los casos, siendo la de PTPN11 la más frecuente (35%-45%), seguida de las de KRAS o NRAS. Su curso es agresivo y rápidamente fatal y son factores pronósticos peyorativos la HbF elevada, la trombocitopenia y el cariotipo anormal. El tratamiento de elección es el trasplante alogénico de progenitores hematopoyéti- cos. Con quimioterapia de tipo leucemia aguda mieloblástica pueden conseguirse remisiones prolongadas en algunos casos. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 209 Leucemias agudas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X IV 1643 © 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Leucemias agudas J. ESTEVE REYNER, J. M.a RIBERA SANTASUSANA, J. SIERRA GIL 209 ASPECTOS GENERALES J. Esteve Reyner Concepto Las leucemias agudas (LA) son enfermedades clonales originadas en un precursor hematopoyético, de estirpe mieloide o linfoide, y carac- terizadas por la infiltración de la médula ósea y la invasión de la sangre periférica y, en algunos casos, de otros órganos. Así, la infiltración extra- medular por precursores leucémicos, en especial de órganos linfoides como ganglios linfáticos, bazo o timo, es frecuente en la leucemia aguda linfoblástica (LAL). En ocasiones, la infiltración tumoral extramedular constituye la única expresividad clínica de la enfermedad, como ocurre con cierta frecuencia en el caso del linfoma linfoblástico T, forma clínica extramedular de la LAL-T. La transformación neoplásica en las LA aúna una actividad proliferativa incontrolada con la pérdida de la capacidad de diferenciación propia de la célula hematopoyética en la que se ha originado. Todo ello conduce a una insuficiencia medular que constituye la expresión clínica más destacada, especialmente en la leucemia mieloide aguda (LMA). La LA es, por otra parte, una enfermedad de curso habitualmente agudo, con frecuencia asociada a complicaciones graves en su presentación, que requiere una interven- ción médica rápida en la mayoría de los casos. Etiología La causa de las LA es multifactorial e incluye factores genéticos y ambientales. Dentro de los factores genéticos se conocen determinadas enfermedades genéticas con una mayor predisposición a padecer una LA por mecanismos no suficientemente dilucidados. Así, cromoso- mopatías como el síndrome de Down conllevan un mayor riesgo de desarrollar tanto LAL como LMA. Existe también un riesgo incremen- tado de desarrollo de LA en enfermos con síndromes hereditarios de insuficiencia medular como anemia de Fanconi, telomeropatías como disqueratosis congénita, anemia de Diamond-Blackfan, síndrome de Shwachman-Diamond o neutropenias congénitas graves, así como en otros síndromes congénitos con una conocida predisposición al desa- rrollo de cáncer, como la ataxia-telangiectasia, la neurofibromatosis o el síndrome de Li-Fraumeni. El mecanismo molecular subyacente en estos casos es diverso, conocido en algunos casos, como mutaciones de proteínas reparadoras del DNA, como en la anemia de Fanconi y la ataxia-telangiectasia, en genes responsables del mantenimiento de la longitud de los telómeros como TERT y TERC en las telomeropatías o inductores de apoptosis ante la acumulación de daño celular genético como TP53 en el síndrome de Li-Fraumeni, o mutaciones de la elastasa y el receptor del G-CSF, como se ha observado en algunas neutropenias congénitas. Existen, asimismo, formas de predisposición familiar a LMA debidas a mutaciones germinales de genes como el factor de transcripción CEBPA, SRP72 o DDX41 o asociadas a trastornos de las plaquetas como las debidas a mutaciones de RUNX1, ANKRD26 (trombocitopenia tipo 2) o ETV6. Entre los factores ambientales cabe mencionar las radiaciones ionizantes, los fármacos y las sustancias mielotóxicas y algunos virus como posibles factores etiológicos de LA. En cuanto a las radiaciones ionizantes, se ha constatado una mayor frecuencia de LA después de la exposición accidental y terapéutica, en pacientes que reciben radioterapia como parte de un tratamiento oncológico, especialmente si esta se asocia a quimioterapia con agentes alquilantes. Por otra parte, no se ha demostrado claramente que las radiaciones no ionizantes como las electromagnéticas predispongan a sufrir LA. Entre los fármacos con potencial leucemógeno cabe destacar los agentes alquilantes (como melfalán), los análogos de purinas, los inhibidores de la topoisomerasa II (epipodofilotoxinas, antraciclinas) o los taxanos utilizados en el tratamiento de tumores sólidos (paclitaxel, docetaxel). El riesgo de desarrollar una LA tras la exposición a quimioterapia se ha asociado a determinados polimorfismos en genes codificadores de enzimas implicadas en el metabolismo de agentes genotóxicos, así comode diversos componentes de la maquinaria de reparación del DNA. De manera alternativa, el desarrollo de neoplasias mieloides tras la expo- sición a quimioterapia mielotóxica puede ser debido a la expansión de un clon hematopoyético preexistente portador de una mutación driver (hematopoyesis clonal). Algunas mutaciones, como TP53 o PPM1D, confieren quimiorresistencia, favoreciendo la expansión del clon hematopoyético portador de la misma tras la exposición a la quimioterapia, aumentando así el riesgo de la aparición de una neoplasia relacionada con el tratamiento. Patogenia En los últimos años se han efectuado avances significativos en el conoci- miento de los mecanismos que conducen a la transformación leucémica de las células progenitoras de la hematopoyesis. La aplicación combi- nada de técnicas de análisis genético ha permitido identificar múltiples lesiones en el genoma en la célula leucémica, que dan lugar a diversas modificaciones de las proteínas codificadas por dichos genes. Así, pue- den conducir a la perturbación de la función de NPM1, presente en un 25% de los enfermos, con deslocalización citoplasmática de la proteína o ganancia de su función, como las mutaciones de FLT3, presentes en Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Neoplasia mielodisplásica/mieloproliferativa con sideroblastos en anillo y trombocitosis La NMD/MP con sideroblastos en anillo y trombocitosis presenta hallazgos comunes al SMD con sideroblastos (anemia, hiperplasia eritroide, marcada diseritropoyesis con más del 15% de sideroblastos en anillo, blastos inferiores al 1% en sangre y al 5% en médula ósea y frecuente mutación de SF3B1) y las neoplasias mieloproliferativas (plaquetas por encima de 450 × 109/L, hiperplasia megacariocítica y frecuente mutación de JAK2). Su pronóstico es mejor que el de otras entidades del grupo, pero peor que el de la trombocitemia esencial, con la que puede confundirse si no se realiza una tinción de hierro (Perls) en la médula ósea para visualizar la presencia de sideroblastos anillados. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Arber DA, Orazzi A, Hasserjian R, Thiele J, Borowitz MJ, Le Beau MM, et al. The 2016 revision to the World Health Organization classification of myeloid neoplasms and acute leukemia. Blood 2016;127(20):2391-405. Bejar R, Levine R, Ebert BL. Unraveling the molecular pathophysiology of myelodysplastic syndromes. J Clin Oncol 2011;29(5):504-15. Malcovati L, Hellstrom-Lindberg E, Bowen D, Adès L, Cermak J, Del Cañizo C, et al. Diagnosis and treatment of primary myelodysplastic syndromes in adults: recommendations from the European LeukemiaNet. Blood 2013;122(17):2943-64. Platzbecker U. Treatment of MDS. Blood 2019;133(10):1096-107. Tanaka TN, Bejar R. MDS overlap disorders and diagnostic boundaries. Blood 2019;133:1086-95. https://booksmedicos.org Push Button0:
Compartir