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1530 SECCIÓN XII I Psiquiatría de 50 mg/día, la naltrexona produce una reducción de los consumos y menores tasas de recaídas. Su efectividad aumenta cuando se acompaña de psicoterapia cognitivo conductual. El nalmefeno es un modulador opioide, con acción antagonista sobre receptores µ y δ y una acción agonista parcial en los receptores κ. Se halla indicado en aquellos casos donde se busca una reducción de los consumos alcohólicos. Se utiliza a demanda en una dosis única de 18 mg exclusivamente en los días en que existe riesgo de consumo elevado. Debe administrarse conjuntamente con apoyo psicosocial. Existen otros fármacos en el mercado (topiramato, gabapentina, baclofeno, oxibato sódico) que carecen de la indicación terapéutica, pero en los que existen estudios que avalan su uso en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol. Adicción al hábito de fumar (nicotina) Los fármacos autorizados para el tratamiento farmacológico del tabaquis- mo son el bupropión, la vareniclina y los tratamientos sustitutivos con nicotina. Estos pueden aplicarse mediante chicles o comprimidos, pero la forma más habitual de prescripción es en parches de liberación trans- dérmica de nicotina en 16 o 24 h. La dosis diaria se establece según la gravedad de la dependencia, y se aconsejan los parches de 21 mg para fumadores de una cajetilla de cigarrillos diaria. La duración del tratamien- to debe ajustarse a la evolución clínica, con reducción progresiva de las dosis de nicotina hasta su retirada final. El bupropión es una molécula antidepresiva que ha demostrado su efectividad en la cesación del hábito tabáquico. Se administra en dosis iniciales de 150 mg, que se incre- mentan a 300 mg en el curso de la segunda semana de tratamiento. La vareniclina es el fármaco más efectivo en el tratamiento del tabaquismo. Es un agonista parcial de la nicotina que ocupa los receptores nicotínicos y reduce el craving. Se administra en dosis crecientes de 0,5 a 2 mg diarios en el curso de la primera semana de tratamiento, en la que se aconseja reducir progresivamente el consumo de cigarrillos hasta su retirada total. El tratamiento debe tener una duración aproximada de 3 meses. Adicción al cannabis Los derivados cannábicos se caracterizan por su larga semivida, que facilita la ausencia de clínica de abstinencia al suprimir su consumo. No obstante, la abstinencia puede acompañarse de sintomatología depresiva y/o ansiosa; la aparición de insomnio es muy frecuente. Aunque no existe un abordaje terapéutico específico, los pacientes pueden beneficiarse de un tratamiento sintomático con antidepresivos sedativos, pregabalina o neurolépticos atípicos, con evitación del uso de benzodiazepinas por su capacidad adictiva. Adicción a la cocaína No existen tratamientos farmacológicos aprobados para el manejo de la adicción a la cocaína. Por tanto, el abordaje farmacológico se limita al tratamiento sintomático de las alteraciones médicas y psiquiátricas liga- das al consumo de cocaína. Recientemente se han publicado estudios prometedores con técnicas de estimulación magnética transcraneal. Adicción a los opiáceos La mayor parte de los adictos a opiáceos precisan iniciar el tratamiento con un proceso de desintoxicación, que puede realizarse mediante agonistas opiáceos como la metadona o la buprenorfina o con antagonistas opiáceos y tratamiento sintomático del síndrome de abstinencia inducido, en las denominadas desintoxicaciones rápidas o ultrarrápidas. La primera opción suele ser la elegida, por su mayor seguridad y sus menores costes. El tratamiento de rehabilitación de la adicción a opiáceos puede realizarse mediante diversas estrategias farmacológicas de probada eficacia. Los modelos más clásicos se basan en el mantenimiento con fármacos agonistas, básicamente metadona o buprenorfina. Esta última puede utilizarse sola o en combinación con naloxona. Una alternativa habitual en los mal denominados programas libres de drogas es el uso de la naltrexona, potente antagonista opiáceo. Intervenciones psicosociales Pueden ser de intensidades variables, desde la intervención breve moti- vacional a la reclusión durante meses en una comunidad terapéutica. Persiguen aumentar la motivación para el cambio, mejorar el soporte sociofamiliar, reestructurar defensas no adaptativas y enseñar estrate- gias para prevenir las recaídas. Pueden incluir terapias de orientación cognitiva conductual, psicoterapias individuales, terapias grupales o familiares, grupos de autoayuda y programas educativos que enfatizan los daños del consumo persistente. Su efectividad se ha demostrado en múltiples estudios. Las terapias de orientación motivacional presentan la mejor relación coste-efectividad. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL American Psychiatric Association. Manual diagnóstico y estadístico de los tras- tornos mentales (DSM-5®). 5.ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2014. European Association for the Study of the Liver. EASL Clinical Practice Gui- delines: Management of alcohol-related liver disease. J Hepatol 2018; 69(1):154-81. Kranzler HR, Soyka M. Diagnosis and Pharmacotherapy of Alcohol Use Disor- der: A Review. JAMA 2018;320(8):815-24. Miller WR, Rollnick S. Motivational Interviewing: Helping People Change. 3rd ed. New York: Guilford Publications Inc; 2013. Pascual F, Guardia J, Pereiro C, Bobes J. Alcoholismo. Guía de intervención en el trastorno por consumo de alcohol. 3.ª ed. Madrid: Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras Toxico- manías (SOCIDROGALCOHOL); 2013. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. Trastornos de la conducta alimentaria INTRODUCCIÓN Los trastornos de la conducta alimentaria se caracterizan por altera- ciones del comportamiento relacionadas con la ingesta de comida que suelen influir de forma notable en la nutrición y el peso. Ello lleva consigo problemas físicos y psicológicos que repercuten gravemente sobre la vida del paciente. Los principales son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, aunque también se describen otros trastornos, como el trastorno por atracón, el trastorno por evitación/restricción de la ingesta de comida, la pica y la rumiación. ANOREXIA NERVIOSA Concepto La anorexia nerviosa está determinada por una pérdida de peso relevan- te (malnutrición), en general decidida en su inicio de forma voluntaria. Se acompaña de temor a engordar y alteraciones de la imagen corporal. La malnutrición afecta a todos los órganos y sistemas con alteraciones que con frecuencia revisten gravedad. En la actualidad, en los países occidentales padecen anorexia nerviosa del 0,5% al 1% de las mucha- https://booksmedicos.org CAPÍTULO 197 Trastornos de la conducta alimentaria © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1531 chas adolescentes y jóvenes. Por cada 9 o 10 mujeres hay un varón que presenta el trastorno. Etiopatogenia Los estudios de concordancia gemelar, de agregación familiar e incluso de genética molecular revelan el papel predisponente de un factor genético. Con frecuencia existen antecedentes familiares de depresión, trastornos de ansiedad y trastornos del comportamiento alimentario. La pubertad y la adolescencia son las edades de mayor riesgo por los cambios biológicos, emocionales y psicosociales que implican. El sexo femenino sufre, además, la presión social en favor de una silueta delgada. Existen características de la personalidad previa (p. ej., perfeccionis- mo, obsesividad o baja autoestima) que predisponen al trastorno. También puede influir una actividad física excesiva. La realización de dietas para adelgazar en personas predispuestas puede desencadenar el trastorno. También situaciones vitalesde estrés y problemas sociales o familiares pueden ser importantes en el inicio y mantenimiento. Las consecuencias biológicas y psicológicas de la malnutrición constituyen el principal factor de mantenimiento y dan lugar a los síntomas y signos propios de la inanición y a alteraciones del apetito, las emociones y la obsesividad. Las influencias socioculturales, concretamente el anhelo de delga- dez, constituyen un factor que favorece el inicio y mantenimiento de dietas poco adecuadas. Los agentes que contribuyen a la difusión de la estética de la delgadez son muchos: modas del vestir, publicidad de productos y servicios adelgazantes y extrema valoración de la delgadez. También puede predisponer a la anorexia nerviosa cualquier circuns- tancia que determine adelgazar o tener muy presente la imagen corporal (fig. 197-1). Cuadro clínico Los signos usuales son: bajo peso, sequedad de la piel, caída del cabe- llo, uñas frágiles, lanugo, hipotensión, extremidades frías y cianóticas, bradicardia que puede ser extrema y arritmias con riesgo de muerte. La alteración endocrinológica más frecuente es la disminución de hormonas gonadotróficas, con amenorrea en un alto porcentaje de casos, así como de hormonas tiroideas. Pueden darse desequilibrios electrolíticos con disminución de sodio y potasio si existen conductas purgativas como los vómitos o el uso de laxantes. Anemia, leucopenia y trombocitopenia pueden estar presentes. Otras consecuencias bioló- gicas son la osteopenia y la osteoporosis, que pueden llegar a ser graves si el trastorno se mantiene durante años. En pruebas estructurales de neuroimagen se observan también alteraciones cerebrales con dis- minución de materia gris y materia blanca. Existen cambios en la conducta del paciente: puede esconder, manipular y desmenuzar la comida; puede rechazar según qué tipo de alimentos; puede incrementar su actividad física o académica; puede reducir sus relaciones sociales. Su estado de ánimo empeora con tristeza, irritabilidad y labilidad afectiva. Suele haber retraimiento social y aban- dono de actividades placenteras y puede aparecer ideación suicida. Se hacen más frecuentes las discusiones familiares, con sus consecuencias emocionales. La preocupación por el cuerpo, el peso y la comida es prioritaria y obsesiva, y se incrementan la rigidez y el perfeccionismo. La distorsión de la imagen corporal es frecuente. El paciente no suele aceptar que se trate de una enfermedad. Es común la asociación con trastornos depresivos y ansiosos, trastorno obsesivo-compulsivo y tras- tornos de personalidad. Exploraciones complementarias La evaluación inicial debe incluir: peso, altura y cálculo del índice de masa corporal, analítica (hemograma completo, urea y elec- trólitos, proteinograma y función hepática), ECG y densitometría ósea (si la anorexia nerviosa dura más de 1 año). Si existen vómitos o ingesta de laxantes, la determinación de electrólitos debe ser urgen- te. Durante la realimentación es prudente controlar hemograma y electrólitos. Además, está indicado estudiar cortisol, hormonas tiroideas y hormonas gonadotróficas y del crecimiento para con- trol y para descartar otros procesos subyacentes. Desde el punto de vista psicopatológico, se utilizan diferentes procedimientos (cues- tionarios, entrevistas estructuradas) para evaluar la sintomatología alimentaria, la distorsión de la imagen corporal, la insatisfacción corporal, la actividad física y la sintomatología depresiva, ansiosa y obsesiva. El control de peso y de constantes vitales debe realizarse regularmente. Diagnóstico En el cuadro 197-1 se incluyen los criterios diagnósticos de la American Psychiatric Association (DSM-5®). Cabe destacar que no aparece la amenorrea, pues, a pesar de su indudable valor clínico, no es un criterio válido en algunas circunstancias, como en el caso de niñas prepúberes o chicos. El diagnóstico diferencial debe establecerse, por un lado, con las enfermedades no psiquiátricas que cursan con pérdidas de peso y, por otro, con otros trastornos psiquiátricos. La depresión mayor no se acompaña de pensamientos obsesivos relacionados con el cuerpo, el peso o los alimentos. En el trastorno obsesivo, las obsesiones y compulsiones no suelen relacionarse con el miedo a engordar o el anhelo de delgadez. En la bulimia nerviosa no hay desnutrición, aunque pueden existir alteraciones nutricionales. S E C C IÓ N X II I Figura - Fenomenología básica en la anorexia nerviosa. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1532 SECCIÓN XII I Psiquiatría Pronóstico Según diversos estudios, a medio y largo plazo (más de 5 años), un 30%-40% de los pacientes con anorexia nerviosa está completamente recuperado, mientras que un 25%-30% mantiene síntomas y un 15%-20% mantiene el trastorno de forma crónica. La mortalidad estaría alrededor del 7%. Aproximadamente un 30% de los pacientes sufre otros trastornos psiquiátricos. El pronóstico es mejor en adolescentes tratados adecuadamente. Tratamiento Los objetivos del tratamiento son normalizar el estado nutricional (realimentación), corregir las posibles disfunciones biológicas, reducir la distorsión de la imagen corporal y la insatisfacción asociada, nor- malizar la conducta durante las comidas y las cantidades, suprimir las conductas purgativas, regular y controlar la actividad física, normalizar las relaciones familiares, promover la integración social y tratar los posibles trastornos psicopatológicos asociados. No se ha demostrado de forma definitiva la eficacia de ningún psicofármaco en el tratamiento, aunque se apunta que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina pueden ser útiles para mejo- rar síntomas obsesivos, depresivos o ansiosos y ayudar así a una mejor evolución y al mantenimiento del peso una vez recuperado. Los antipsicóticos de segunda generación también pueden resultar útiles en pacientes graves, aunque los estudios no son concluyentes. Junto con el programa nutricional se intervendrá psicoterápicamente, ya sea de modo individual o en grupo; los tratamientos de orientación cognitiva conductual han demostrado su utilidad. El abordaje de la familia es imprescindible, especialmente en adolescentes. Los casos de cierta gravedad exigen especialización y debieran tratarse por equipos multidisciplinarios. La hospitalización en las situacio- nes agudas debe realizarse en el ámbito de un hospital general. Los criterios de ingreso serían: alteraciones biológicas graves o riesgo de que se produzcan pérdidas de peso superiores al 20% o índices de masa corporal inferiores a 14-15, conflictividad familiar grave y desorganización emocional/conductual asociada, ideas de suicidio, trastornos psiquiátricos asociados graves y fracaso de tratamientos ambulatorios. El hospital de día especializado permite acortar las hos- pitalizaciones completas o incluso evitarlas, además de proporcionar un tratamiento psicológico más intensivo. Prevención La prevención primaria de la anorexia nerviosa es difícil, ya que el anhelo de delgadez afecta a todo el mundo occidental. A los 6-8 años de edad los niños ya han interiorizado el modelo estético corporal y pocos países regulan legalmente aspectos relacionados. Niños y adoles- centes deben tener una buena información nutricional, además de programas escolares basados en valores no relacionados únicamente con la estética. El diagnóstico precoz debe llevarse a cabo en escuelas y en equipos de asistencia primaria para detectar adolescentes que pierden peso, cambian de humor y se retraen socialmente para poder actuar lo antes posible. Por otro lado, la supervisión de los grupos de alto riesgo (bailarinas, gimnastas, fondistas, modelos) debería serobligatoria. BULIMIA NERVIOSA Concepto El hecho esencial de este trastorno es la presencia de atracones o epi- sodios de ingesta excesiva y descontrolada de alimentos, generalmente de alto contenido en hidratos de carbono, junto con actividades com- pensatorias de tales excesos, como vómitos o consumo de laxantes, determinadas por el miedo a engordar. También se ha catalogado como un trastorno del control de impulsos. Su prevalencia en la población femenina juvenil es del 1%-3%. Etiopatogenia Es un trastorno que comparte con la anorexia nerviosa muchos de los factores desencadenantes. Los factores genéticos predisponentes están bien acreditados y también es más frecuente en el sexo feme- nino, por razones culturales y biológicas. En la bulimia nerviosa hay alteraciones biológicas implicadas en su etiopatogenia, sobre todo en su mantenimiento, secundarias a las irregularidades alimentarias. Las irregularidades en la ingesta alteran mecanismos reguladores del apetito. Además, presentan una elevada impulsividad que afecta diferentes aspectos de su vida como relaciones afectivas, sintomatología depresiva, consumo de tóxicos y conducta suicida. Como en la anorexia nerviosa, el anhelo de delgadez suele causar la dieta restrictiva, sin la cual en la mayoría de los casos no se iniciarían los síntomas de la bulimia. El 25%-65% de los familiares de primer grado sufre trastornos afectivos. También son frecuentes el alcoholismo, el abuso de sustancias y los trastornos del comportamiento alimentario. La bulimia nerviosa parece desencadenarse a menudo por estrés. Este • CUADRO 197-1 Criterios diagnósticos de anorexia nerviosa (DSM-5®) A. Restricción de la alimentación en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Peso significativamente bajo se define como un peso que es inferior al mínimo normal o, en niños y adolescentes, inferior al mínimo esperado B. Miedo intenso a ganar peso o a engordar o comportamiento persistente que interfiere en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo C. Alteración en la forma en que uno mismo percibe su propio peso o constitución, influencia impropia del peso o la constitución corporal en la autoevaluación, o falta persistente de reconocimiento de la gravedad del bajo peso corporal actual Especificar si: Tipo restrictivo: durante los últimos 3 meses, el individuo no ha tenido episodios recurrentes de atracones o purgas (es decir, vómito autoprovocado o utilización incorrecta de laxantes, diuréticos o enemas). Este subtipo describe presentaciones en las que la pérdida de peso es debida sobre todo a la dieta, el ayuno y/o el ejercicio excesivo Tipo con atracones/purgas: durante los últimos 3 meses, el individuo ha tenido episodios recurrentes de atracones o purgas (es decir, vómito autoprovocado o utilización incorrecta de laxantes, diuréticos o enemas) Especificar si: En remisión parcial: después de haberse cumplido con anterioridad todos los criterios para la anorexia nerviosa, el criterio A (peso corporal bajo) no se ha cumplido durante un período continuado, pero todavía se cumplen el criterio B (miedo intenso a aumentar de peso o a engordar, o comportamiento que interfiere en el aumento de peso) o el criterio C (alteración de la autopercepción del peso y la constitución) En remisión total: después de haberse cumplido con anterioridad todos los criterios para la anorexia nerviosa, no se ha cumplido ninguno de los criterios durante un período continuado Especificar la gravedad actual: la gravedad mínima se basa, en los adultos, en el índice de masa corporal (IMC) actual o, en niños y adolescentes, en el percentil del IMC. Los límites siguientes derivan de las categorías de la Organización Mundial de la Salud para la delgadez en adultos; para niños y adolescentes, se utilizarán los percentiles de IMC correspondientes. La gravedad puede aumentar para reflejar los síntomas clínicos, el grado de discapacidad funcional y la necesidad de supervisión: Leve: IMC ≥ 17 kg/m2 Moderada: IMC 16-16,99 kg/m2 Grave: IMC 15-15,99 kg/m2 Extrema: IMC < 15 kg/m2 Reproducción autorizada por Editorial Médica Panamericana, S. A., en nombre de la Asociación Americana de Psiquiatría. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5®, 5.a ed. ©2014, American Psychiatric Association. Todos los derechos reservados. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 197 Trastornos de la conducta alimentaria © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1533 efecto es evidente en la precipitación de episodios bulímicos (atracones) una vez establecido el trastorno, pero la naturaleza de los episodios bulí- micos no está aclarada. En la figura 197-2 se resumen los fenómenos esenciales de la etiopatogenia del proceso y de los episodios bulímicos. Cuadro clínico El peso puede ser normal o puede haber sobrepeso. Suelen detec- tarse una ligera distensión abdominal, estreñimiento o diarrea. Los vómitos facilitan la hipertrofia de las parótidas, alteraciones dentarias, ulceraciones bucales, gastritis, esofagitis y erosiones en el dorso de los dedos que utilizan para provocar los vómitos. Laxantes, diuréticos y vómitos pueden dar lugar a tasas bajas de potasio, sodio, calcio, fós- foro y magnesio, con las perturbaciones sistémicas pertinentes. La hiponatremia se da en un 5% y la hipocalemia en un 15%. Todo ello puede conllevar alteraciones del ritmo cardíaco. Los atracones y los comportamientos purgativos suelen ocultarse. La impulsividad es común, con frecuentes conductas de riesgo. Sus relaciones personales son inestables, variando con frecuencia de amigos y de pareja sexual. La conflictividad familiar y la inestabilidad social y laboral también son frecuentes. También lo es el consumo de tabaco, alcohol y otros tóxicos. Suelen presentar síntomas depresivos, ines- tabilidad emocional y sentimientos de culpa y autodesprecio ante los atracones y las conductas purgativas. La preocupación por su trastorno, su imagen corporal, su peso y la opinión de los demás determinan una autoestima muy baja y una autoimagen negativa en los pacientes. El 45%-75% de los pacientes sufre episodios de depresión mayor y un 35% incurre en tentativas de suicidio. Son frecuentes crisis de angustia, ansiedad generalizada y trastornos fóbicos, así como tras- tornos de personalidad y conductas adictivas. Exploraciones complementarias Son semejantes a las recomendadas en la anorexia nerviosa. Deben determinarse potasio, magnesio y sodio, que pueden estar disminuidos por las conductas purgativas. Ha de practicarse hemograma completo. Cualquier signo o síntoma sospechoso obliga a practicar un ECG. El peso y el índice de masa corporal deben controlarse con regularidad. Exploraciones psicológicas y psicopatológicas específicas deben evaluar la sintomatología bulímica, depresiva y ansiosa, así como los estilos de vida y las características de personalidad y adaptación social y familiar del paciente. Diagnóstico En el cuadro 197-2 se detallan los criterios diagnósticos del DSM-5®. El diagnóstico diferencial debe establecerse con la anorexia nerviosa, en la que los pacientes pueden darse atracones y presentar conductas purgativas, pero con pérdida de peso y malnutrición. En el sín- drome de Kleine-Levin hay alteraciones de la conducta alimentaria, pero no preocupaciones obsesivas por el peso o la silueta. Los tras- S E C C IÓ N X II I • CUADRO 197-2 Criterios diagnósticos de bulimia nerviosa (DSM-5®) A. Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón se caracterizapor los dos hechos siguientes: 1. Ingestión, en un período determinado (p. ej., dentro de un período cualquiera de 2 h), de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar en circunstancias parecidas 2. Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio (p. ej., sensación de que no se puede dejar de comer o controlar lo que se ingiere o la cantidad de lo que se ingiere) B. Comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso, como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo C. Los atracones y los comportamientos compensatorios inapropiados se producen, de promedio, al menos una vez a la semana durante 3 meses D. La autoevaluación se ve indebidamente influida por la constitución y el peso corporal E. La alteración no se produce exclusivamente durante los episodios de anorexia nerviosa Especificar si: En remisión parcial: después de haberse cumplido con anterioridad todos los criterios para la bulimia nerviosa, algunos, pero no todos los criterios, no se han cumplido durante un período continuado En remisión total: después de haberse cumplido con anterioridad todos los criterios para la bulimia nerviosa, no se ha cumplido ninguno de los criterios durante un período continuado Especificar la gravedad actual: la gravedad mínima se basa en la frecuencia de comportamientos compensatorios inapropiados. La gravedad puede aumentar para reflejar otros síntomas y el grado de discapacidad funcional: Leve: un promedio de 1-3 episodios de comportamientos compensatorios inapropiados a la semana Moderada: un promedio de 4-7 episodios de comportamientos compensatorios inapropiados a la semana Grave: un promedio de 8-13 episodios de comportamientos compensatorios inapropiados a la semana Extrema: un promedio de 14 episodios o más de comportamientos compensatorios inapropiados a la semana Reproducción autorizada por Editorial Médica Panamericana, S. A., en nombre de la Asociación Americana de Psiquiatría. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5®, 5.a ed., ©2014, American Psychiatric Association. Todos los derechos reservados. Figura - Fenomenología básica en la bulimia nerviosa. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1534 SECCIÓN XII I Psiquiatría tornos depresivos, especialmente estacionales, pueden cursar con hiperfagia y avidez de hidratos de carbono, pero sin preocupaciones significativas por el peso y la imagen corporal ni comportamientos compensatorios. Pronóstico Tras unos 10 años de evolución, alrededor de la mitad de los pacientes presenta una recuperación total. Una cuarta parte sufre cuadros parcia- les o trastornos no especificados. Alrededor del 20% sigue cumpliendo criterios de bulimia nerviosa. La mortalidad estaría alrededor del 1%, aunque, como en muchos casos se mantiene el trastorno en secreto, podría ser superior. Tratamiento Los objetivos del tratamiento son suprimir los atracones y las conduc- tas compensatorias, regular el comportamiento alimentario, corregir los desequilibrios biológicos, situar el peso en el nivel adecuado, reducir la distorsión de la imagen corporal y la insatisfacción con- siguiente, tratar posibles trastornos psiquiátricos asociados, mejorar la autoestima, la autoimagen, la adaptación social y solucionar la conflictividad familiar. Los antidepresivos han demostrado su eficacia. La fluoxetina, el más conocido, se administra en dosis únicas diarias de 40-60 mg. En los últimos años se han descrito efectos beneficiosos con antiepilép- ticos como el topiramato. Los tratamientos de orientación cognitiva conductual y la psicoterapia interpersonal son los que han mostrado mayor eficacia en los estudios controlados. Los casos de cierta gravedad o resistencia deberían tratarse en régimen de hospital de día tanto para controlar la conducta alimentaria como para realizar tratamiento psicoterápico intensivo. Los criterios de hospitalización de la bulimia nerviosa serían conductas purgativas de elevada frecuencia e incon- trolables, desequilibrios biológicos graves, especialmente electrolíticos, trastornos asociados, como la ideación suicida, desorganización con- ductual/emocional grave. Prevención Es válido todo cuanto se dijo en relación con la anorexia nerviosa. OTROS TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN Trastorno de atracones Se trata de un trastorno con síntomas similares a los de la bulimia nerviosa, ya que los pacientes presentan frecuentes atracones, pero no toman medidas compensatorias ni presentan preocupación excesiva por la autoevaluación de la imagen corporal. Los pacientes con este trastorno suelen tener sobrepeso/obesidad. Trastorno por evitación/restricción de la ingesta de comida El trastorno consiste en una reducción persistente de la ingesta de comida que tiene como consecuencia que no se satisfagan las nece- sidades energéticas del niño para conseguir un adecuado desarrollo tanto físico como cognitivo. Actualmente, parece que se reconoce más su relevancia, tanto para tenerlo en cuenta en el diagnóstico dife- rencial con la anorexia nerviosa como para considerar los importantes efectos nutricionales y funcionales que puede conllevar. En este grupo definido en el DSM-5® se han querido unificar todos los trastornos que pueden llevar a este déficit nutricional. Sin embargo, la dificultad es que reúne diferentes problemáticas que en otras clasificaciones se consideran entidades en sí mismas; por ejemplo, la disfagia funcional o la alimentación selectiva. Por ello, la evaluación específica del caso y sobre todo su tratamiento deberán adaptarse a cada situación. Pica Consiste en la ingesta repetitiva de sustancias no nutritivas ni medica- mentosas, como tierra, yeso, pintura, papel o plástico. Este síndrome se detecta fundamentalmente en niños de 18 meses a 6 años, en personas con discapacidad intelectual o con otros trastornos mentales graves. Trastorno por rumiación Regurgitaciones o masticaciones repetidas de alimentos. El sujeto vuelve a llevar a la boca el alimento una vez deglutido, lo guarda total o parcialmente en la boca y lo mastica antes de volver a deglutirlo. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Bulik CM, Blake L, Austin J. Genetics of eating disorders: What the clinician needs to know. Psychiatr Clin North Am 2019;42:59-73. Mitchison D, Hay PJ. The epidemiology of eating disorders: Genetic, environ- mental, and societal factors. Clin Epidemiol 2014;6:89-97. Strand M, von Hausswolff-Juhlin Y, Welch E. A systematic scoping review of diagnostic validity in avoidant/restrictive food intake disorder. Int J Eat Disord 2019;52(4):331-60. Swanson SA, Crow SI, Le Grange D, Swendsen J, Merikangas KR. Prevalence and correlates of eating disorders in adolescents: results from the national comorbidity survey replication adolescent supplement. Arch Gen Psychiatry 2011;68:714-32. Udo T, Grilo CM. Pyschiatric and medical correlates of DMS-5 eating disorders in a nationally representative simple of adults in the United States. Int J Eat Disord 2019;52:42-50. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. © 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Psiquiatría de enlace M. GONZÁLEZ TUGAS, J. DE PABLO RABASSÓ 198 INTRODUCCIÓN El término psiquiatría de enlace se utiliza desde que Edward Billings funda la primera unidad en el Hospital General de Coloradoen el año 1934. Se define como la interfase de la psiquiatría con el resto de las especialidades médicas y es el área del conocimiento que aborda la evaluación y tratamiento de los trastornos psiquiátricos relacionados con la atención en los servicios médico-quirúrgicos. Un término estrechamente relacionado con la psiquiatría de enlace es el de psicosomática, que hace referencia a la influencia de los factores psicológicos en el desencadenamiento, curso y tratamiento de las enfer- medades somáticas. Fue propuesto por Johan Heinroth en 1818 para dar cuenta del efecto de lo psíquico en el cuerpo, señalando que una serie de enfermedades estaban relacionadas con problemas relativos a lo psíquico. La medicina psicosomática es descrita desde la primera mitad del siglo XX por Felix Deutsch, quien funda una revista científica con el mismo nombre y realiza observaciones de pacientes con enfermedad cardiovascular asociándolos a conflictos emocionales. Se le define actualmente desde el campo de estudio de la relación mente-cuerpo e incorpora aspectos provenientes desde la psicología médica y conductual para estudiar los factores psicosociales que afectan la vulnerabilidad, curso y pronóstico de cualquier patología, dando una consideración holística al cuidado de los pacientes, integrando preven- ción, tratamiento y rehabilitación del paciente médicamente enfermo. Actualmente, en muchos entornos asistenciales el término psiquiatría https://booksmedicos.org Push Button0:
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